Está en la página 1de 3

Emblema de la conmemoración W76 71

¿Qué nos recuerdan los emblemas del pan y el vino? El pan


sin levadura nos recuerda el cuerpo de carne de Jesús, que él
“sufrió en la carne” (1 Ped. 4:1); que dio su cuerpo carnal “a favor
de la vida del mundo” (Juan 6:51); que es “el Cordero que fue
degollado” (Rev. 5:12); y que el pacto de la Ley fue “quitado del
camino clavándolo al madero de tormento.” (Col. 2:14) El
emblema del vino tinto nos recuerda que Jesús ha servido como
nuestro Rescatador porque hemos sido librados por medio de la
“sangre preciosa” de Jesús (1 Ped. 1:19); y que su sangre vital
fue usada para hacer válido el nuevo pacto en el cual se introduce
a sus coherederos (1 Cor. 11:25). Aunque los de la “grande
muchedumbre” no participan de los emblemas, reciben un
recordatorio de los beneficios de la acción de Jesús y del nuevo
pacto por medio del cual les vienen como resultado muchos
beneficios. (Rev. 7:9, 10, 14) Verdaderamente, Jehová ha hecho
arreglos para nuestra liberación por medio del poder de expiación
del sacrificio de Cristo, no solo para los ungidos, sino también
para todos aquellos a quienes se da la oportunidad de obtener
vida eterna aquí en la Tierra.—Lev. 16:11; 1 Juan 2:2.
¿Cómo se conduce la reunión? En la reunión del Memorial un
hermano que sirve de presidente extiende una breve bienvenida y
comienza la reunión con un cántico y una oración. Después de
esto viene el discurso del Memorial, presentado por un orador
capacitado (uno de los ungidos si hay uno disponible)
seleccionado por los superintendentes nombrados. No sería
bueno que varios hermanos presentaran cada uno una porción
del discurso del Memorial como en un simposio. Se recomienda
que el discursante haga las dos oraciones breves con relación a
los emblemas. (Mat. 26:26, 27) Después de servirse los
emblemas y haber hecho otros comentarios el discursante, el
superintendente presidente puede presentar comentarios de
conclusión a menos que él sea el que se encarga del programa
del Memorial. La reunión cierra con canción final y una oración.
Solo los del resto ungido participan de los emblemas que se le
pasan al auditorio. Después de una oración breve, primero se
pasa el pan. Tras de eso, después de otra oración, se sirve el
vino. El pan y el vino no se sirven juntos. Los que participan
‘dignamente’ deben participar de ambos emblemas.—1 Cor.
11:27, 28.
La Biblia dice que Jesús partió el pan, evidentemente para
servirlo a los apóstoles que se reclinaban a un lado y otro de la
mesa. (Mat. 26:26) Esto no es necesario en nuestras
circunstancias hoy, puesto que Jesús no estaba estableciendo un
precedente ritualista. Por eso, no hay significado simbólico en el
hecho de que se partiera el pan sin levadura. Recuerde que
ninguno de los huesos del cuerpo físico sin pecado de Jesús fue
partido cuando él murió. (Éxo. 12:46; Sal. 34:20; Juan 19:33, 36)
El número de copas y el número de platos que se usen dependen
del número de personas que se necesiten para servir. Una
porción de pan sin levadura se puede poner en cada plato que se
use y el vino se puede echar en las copas antes del comienzo de
la reunión.
¿Qué clase de pan y qué clase de vino se han de usar?
Puesto que Jesús tomó pan sin levadura que se usaba
normalmente para la Pascua, nosotros hoy usamos pan sin
levadura. Hay unas galletas de pan sin levadura judías hechas
solo de harina de trigo y agua, y pueden ser usadas por los
cristianos en la celebración del Memorial. Pero no usaríamos
galletas de pan sin levadura hechas con ingredientes añadidos,
tales como sal, azúcar, malta, huevos, cebollas y así por el estilo.
Algunos Testigos quizás prefieran hacer una pequeña cantidad
de pan sin levadura de harina (trigo, arroz u otro grano) y agua.
Esto se puede hacer como sigue: Mezcle taza y media de harina
con una taza de agua y haga una masa húmeda. Sobre una
superficie plana, bien polvoreada con harina, allane la masa hasta
el espesor de una oblea, o a tan delgado espesor como sea
posible. Coloque esto en una tortera o lámina de hornear galletas,
y haga muchos hoyos con un tenedor en la harina, y déle la forma
de un pan plano. Hornee en un horno caliente hasta que esté
seco y tostado.
El vino que se provea para el Memorial debe ser verdadero
vino tinto como el que usaban los judíos en sus celebraciones de
la Pascua. Notamos que en Mateo 26:29 Jesús mencionó el
“producto de la vid,” que, en aquel tiempo del año, solo podía ser
vino fermentado. El único recordatorio apropiado de la sangre
derramada de Jesús es vino de uvas rojas sin adulteración. La
sangre de Cristo era suficiente sin añadiduras, y por eso el vino
que se use debe ser solo vino tinto sin endulzar, sin material
fortificante. Si se prevé que habrá dificultad en cuanto a obtener
los emblemas, entonces pudieran hacerse preparaciones con
mucho tiempo de anterioridad para obtenerlos. Puesto que los
emblemas en sí mismos no son sagrados, después de terminar la
celebración y disolverse la reunión el pan y el vino se pueden
llevar a casa y considerar comunes, y usarse en cualquier otro
tiempo como cosa normal.—1 Sam. 21:4.

También podría gustarte