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“EN MEMORIA DE MÍ”

Lucas 22.19–20 (RVR60):


19Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es
mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
20De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros
se derrama.

Una de las conmemoraciones más importantes que como cristianos


realizamos es la Cena del Señor.
La celebración de la Cena del Señor es una ocasión muy significativa, ya que
en ella recordamos el sacrificio de Jesucristo.
Esta celebración es además muy especial, porque nos recuerda a Jesucristo
como nuestro Señor y Salvador.

Además, durante la celebración de la Cena del Señor, compartimos la


comunión del pan y el vino, que representa la unidad de la iglesia.

Pero, ¿por qué la unidad de la iglesia sería importante?


Porque es mediante ella que podremos llevar a cabo la obra que Jesús le
encomendó a su Iglesia.
***********
¡Si no celebramos la Pascua  en memoria de Jesucristo...
entonces pasamos por alto el significado más importante de esta fiesta!
Perder de vista el sentido de la Cena del Señor, equivale a celebrar el
cumpleaños de una persona sin que ella se encuentre presente...
O que, aún estando presente, sea ignorada durante la celebración.

La Pascua es una oportunidad para meditar en lo que significa el sacrificio de


Jesucristo.

Lo primero:
Él derramó su sangre por nuestros pecados y nos libró de
la pena de muerte.
Luego:
La celebración de la Cena también nos recuerda el nuevo
pacto que hemos hecho con él mediante su sangre.

Recordemos que, en la primera pascua, Dios salvó a los primogénitos de los


israelitas, cuyas casas habían sido untadas con la sangre de un cordero
perfecto, cuando el “ángel de la muerte” pasó sobre ellas.
De la misma manera, la sangre de Cristo, quien es el cordero de Dios, nos libra
de la condenación y la muerte a causa del pecado.
**********
Cuando el apóstol Pablo transmitió las instrucciones de Cristo acerca de la
Pascua, éste fue su énfasis:

“Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido;


haced esto en memoria de mí”.

En el siguiente versículo el apóstol cita nuevamente a Jesucristo, quien dijo:

“Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las


veces que la bebiereis,
en memoria de mí”
(1ra. Corintios 11:24-25).

Pablo prosigue diciendo que, al hacerlo:

“la muerte del señor anunciáis hasta que él venga”.

Anunciar la muerte del Señor no es una expresión simbólica...


Sino una con sentido práctico.
Tenemos qué decirle a todos que Jesucristo murió por nuestros pecados...
Y que viene por nosotros.

El Nuevo Testamento destaca la necesidad de recordar la muerte


de Jesucristo.
Nuestro principal enfoque como cristianos debe ser el reconocimiento de
Jesucristo y su sacrificio.
Y ciertamente debemos agradecer al Padre por estar dispuesto a entregar a su
Hijo por nosotros.

16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Juan 3.16 (RVR60

Cristo renunció a ser igual que Dios y voluntariamente se convirtió en un


siervo.
:

5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo


Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2.5–9 (RVR60)

Desde antes de la fundación del mundo, Él sabía, que tendría que llegar a ser
nuestro Salvador (1ra Pedro 1:18).

18“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de


vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya
destinado desde antes de la fundación del mundo, pero
manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.
1 Pedro 1:18-20 RVR1960

Él es nuestra propiciación (expiación), y su sacrificio está disponible a todos


los seres humanos que siendo llamados, creen y se arrepienten. (1ra Juan
2:2).

“Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por


los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
1 Juan 2:2 RVR1960

La profecía acerca de Jesucristo en Isaías 53 revela que él no sería valorado ni


respetado por su pueblo.

3“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,


experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el
rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.”
Isaías 53:3 RVR1960

No nos permitamos ser culpables de lo mismo al subestimar su sacrificio en el


día dedicado a recordarlo a él y su sacrificio por nosotros.

Recordemos que hoy, Él mora con el Padre y vive eternamente, para interceder
por nosotros.

22“Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 25por lo


cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”
Hebreos 7:22, 25 RVR1960

Y Filipenses 3:20-21, dice que ÉL compartirá su gloria con nosotros cuando


seamos transformados al momento de la resurrección.

20“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también


esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21el cual transformará
el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también
sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Filipenses 3:20-21.

Y finalmente, VOLVERÁ para reunirse con nosotros y traer paz a este mundo.

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel,


y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los
que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos
en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con
estas palabras.”
1 Tesalonicenses 4:16-18 RVR1960

Lo anterior, debe motivarnos a valorar a Jesucristo y así, recordarlo durante la


celebración de la Cena del Señor.

CENA DEL SEÑOR


1 Corintios 11:23-26 RVR1960
23“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el
Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;

24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:

Tomad, comed;
esto es mi cuerpo que por vosotros es partido;
haced esto en memoria de mí.

25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,


diciendo:

Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;


haced esto todas las veces que la bebiereis,
en memoria de mí.

26Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta
copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”

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