Está en la página 1de 12

Rev Esp Salud Pública 2002; 76: 121-132 N.

º 2 - Marzo-Abril 2002

COLABORACIÓN ESPECIAL

DESASTRES Y SALUD PÚBLICA: UN ABORDAJE DESDE EL MARCO


TEÓRICO DE LA EPIDEMIOLOGÍA

Pedro Ignacio Arcos González, Rafael Castro Delgado y Francisco del Busto Prado
Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres (UIED). Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo.

RESUMEN ABSTRACT
Durante la década 1990-2000 los desastres (catástrofes)
causaron cada año una media de 75.000 muertes, afectaron a Disasters and Public Health: An
una media anual de 256 millones de personas y causaron pérdi-
das económicas por valor de más de 650.000 millones de euros.
Approach Based on the Theoretical
La magnitud del problema, su impacto sobre la salud pública y Framework of Epidemiology
sobre el nivel de desarrollo de las poblaciones afectadas es de Throughout the1990-2000 period, disasters (catastrophes)
tal importancia que se justifica un particular interés desde el caused an average of 75,000 deaths yearly, injuring an average
punto de vista de la salud pública, especialmente con la apari- of 256 million people a year and causing economic losses tota-
ción de las denominadas emergencias complejas. El objetivo de ling more than 650 billion euros. The magnitude of this pro-
este trabajo es revisar las definiciones, los conceptos funda- blem, its impact on public health and on the degree of develop-
mentales y las características básicas de la epidemiología de los ment of the populations involved are of such major importance
desastres. Se analizan también los factores de riesgo de los de- as to warrant special interest from the public health standpoint,
sastres, los efectos sobre la salud pública de los principales ti- especially as a result of what are known as complex emergen-
pos de desastres y las principales estrategias preventivas en cies. The objective of this study is that of reviewing the defini-
función de las diferentes fases del ciclo de un desastre. tions, the main concepts and the basic characteristics of disaster
Palabras clave: Desastres. Catástrofes. Efectos sobre la epidemiology. An analysis is also made of the risk factors in-
Salud Pública. Emergencias. volved in disasters, the impacts on public health of the main
types of disasters and the main preventive strategies in terms of
the different stages of the disaster cycle.
Keywords: Disasters. Public Health. Emergencies.

INTRODUCCIÓN cia que la 44.ª Asamblea General de las Na-


ciones Unidas propuso designar la década
Durante la década 1990-2000 los desastres 1990-1999 como Década Internacional para
(catástrofes) causaron cada año un promedio la Reducción de los Desastres Naturales
de 75.000 muertes, afectaron a una media (DIRDN), con el objetivo de aunar los esfuer-
anual de 256 millones de personas y causa- zos de la comunidad internacional en la tarea
ron pérdidas económicas por valor de más de de reducir las consecuencias de este tipo de
650.000 millones de euros1,2. Actualmente la fenómenos de magnitud creciente. El objeti-
magnitud del problema, su impacto sobre la vo de este trabajo es revisar algunas de las
salud pública y sobre el nivel de desarrollo de características teóricas básicas de la epide-
las poblaciones afectadas es de tal importan- miología de los desastres, poniendo especial
énfasis en sus factores de riesgo, sus efectos
sobre la salud pública y las principales estra-
Correspondencia:
Pedro Ignacio Arcos González
tegias preventivas.
Departamento de Medicina (Área de Medicina Preventiva y
Salud Pública) La epidemiología de desastres nació a
Facultad de Medicina. Campus del Cristo
33006 Oviedo partir de la operación internacional de ayuda
Correo electrónico: arcos@correo.uniovi.es masiva montada con ocasión de la guerra ci-
Pedro Ignacio Arcos González et al

vil de Nigeria a finales de los años sesenta3, múltiples víctimas9, que implica la idea de
cuando los epidemiólogos del Centro de movilización de recursos extraordinarios,
Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta aunque no se desborde la capacidad de res-
desarrollaron técnicas para la valoración rá- puesta de la comunidad, y el de emergencia
pida del estado nutricional y para identificar compleja, que es un desastre multicausal,
las poblaciones objeto de necesidades espe- con afectación multisectorial y de gran com-
cíficas en contextos de desastre4. Desde en- plejidad8.
tonces, diferentes técnicas se han puesto a
punto y se han vuelto rutinarias en los pro- Existe actualmente un cierto consenso en
gramas de ayuda realizados en zonas de cri- cuanto a una clasificación de los desastres
sis, como el Sahel, Etiopía, Bangladesh, que sea útil en la investigación y en la plani-
Uganda, Zaire, etcétera. ficación. Esta clasificación10, basada en el
origen y el tipo de desastre, contempla dos
A partir de los años sesenta hubo diferen- grandes grupos de orígenes: los desastres
tes intentos de encontrar una definición del llamados «naturales» y los «causados por el
término desastre que fuese útil a efectos de hombre». La experiencia demuestra que a
investigación5. Más recientemente, el Comi- menudo ambos tipos están implicados desde
té de Expertos6 encargado de preparar la ci- el punto de vista de su origen (por ejemplo,
tada década ha propuesto una definición los disturbios civiles masivos pueden haber
empírica para los desastres como disrupcio- sido desencadenados por una situación fran-
nes (rupturas) del sistema ecológico huma- ca de hambre debida a condiciones climato-
no que exceden la capacidad de respuesta lógicas o ecológicas). Además, esta clasifi-
de la comunidad afectada para abordar los cación establece diferentes tipos específicos
efectos y funcionar con normalidad. Por su de desastre (terremotos, volcanes, huraca-
parte, la Organización Mundial de la Salud, nes, tornados, episodios de estrés térmico,
desde una perspectiva más sanitaria, ha defi- inundaciones, hambrunas, episodios de con-
nido las catástrofes como situaciones impre- taminación, fuegos, etcétera).
vistas que representan serias e inmediatas
amenazas para la salud pública7. Ahora sa- Una subclasificación, también muy utili-
bemos que la mayoría de los desastres pue- zada, tiene en cuenta el carácter cronológico
den preverse y/o prevenirse y que su impac- del desastre y los clasifica como de «co-
to sobre la salud pública no siempre es in- mienzo súbito» y de «desarrollo lento». Esta
mediato, sino que los efectos a medio y perspectiva, aunque simple, es de gran im-
largo plazo son, muchas veces, mayores que portancia dado que la capacidad de respues-
los producidos durante la fase aguda. Esto ta y la ayuda exterior son dos componentes
ocurre especialmente en las actualmente lla- que precisan de una dimensión temporal y
madas emergencias complejas8. cuyos efectos son bien conocidos.

Independientemente de la definición utili- Lógicamente, el perfil epidemiológico y


zada, el hecho definitorio de un desastre es el propio tipo de catástrofe varían según el
que excede la capacidad de adaptación ha- contexto socioeconómico y cultural sobre el
bitual de la comunidad afectada, en térmi- que se producen. Las catástrofes de los paí-
nos de respuesta para absorber el efecto pro- ses en vías de desarrollo (PVD) tienen muy
ducido usando sus propios medios. Por ello, poco que ver en su aspecto y consecuencias
lo que podría constituir un desastre para una con las de los países desarrollados. De he-
comunidad puede no serlo necesariamente cho, si éstas ya representan un elevado costo
para otra de contexto y recursos diferentes. para cualquier país afectado, su impacto es
proporcionalmente mucho mayor en los
Son conceptos relacionados con el de de- PVD y en los que las pérdidas en el Produc-
sastre el de accidente mayor o incidente con to Interior Bruto debidas a ellos son 20 ve-

122 Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2


DESASTRES Y SALUD PÚBLICA: UN ABORDAJE DESDE EL MARCO...

ces superiores que en un país industrializa- pérdidas o la aparición de daños sociales,


do11. ambientales y económicos, en un lugar dado
y durante un tiempo de exposición determi-
El hecho de que los medios de comunica- nado. El riesgo es el resultado de una o va-
ción de masas tiendan a presentar como de- rias amenazas (probabilidad de ocurrencia
sastres típicos aquellos de origen natural, es- del fenómeno) y del grado de vulnerabilidad
pecialmente en los países subdesarrollados, (cantidad/cualidad de efectos o consecuen-
sin duda ha influido en la visión reduccionis- cias).
ta que en occidente se tiene del problema
como imprevisible e inevitable. Sin duda esta
posición ha retrasado la puesta en marcha de Epidemiología de los desastres
una conciencia colectiva de prevención para
este problema de salud pública. En los desastres hay, al menos, cinco as-
pectos epidemiológicos de interés que de-
El abordaje epidemiológico de un desastre ben ser considerados: 1) Como fenómeno
requiere establecer previamente algunos con- epidemiológico los desastres tienen una dis-
ceptos básicos12, como son el de probabili- tribución mundial, aunque con muy diferen-
dad o amenaza, definido como la probabili- tes perfiles de presentación y evolución.
dad de ocurrencia de un fenómeno (de origen 2) Todos ellos tienen en común el hecho de
natural o humano) durante un periodo de exceder la capacidad de ajuste y respuesta
tiempo determinado y en un espacio definido de la comunidad sobre la que impactan.
(es decir, número de fenómenos ocurri- 3) Plantean importantes problemas de salud
dos/tiempo de exposición a riesgo). También pública asociados a sus propios efectos.
es importante el concepto de la vulnerabili- 4) Sus consecuencias sobre la salud son va-
dad que, en una primera acepción, es la con- riables y es posible identificar los factores
dición que determina que si ocurre un fenó- de riesgo que las originan y modulan13. Y
meno puedan aparecer consecuencias o da- 5) A efectos de investigación y planifica-
ños. La vulnerabilidad se mide en términos ción, pueden identificarse en el fenómeno
de consecuencias potenciales (cantidad y catastrófico una serie de fases que más ade-
cualidad de los efectos), por ejemplo, núme- lante se detallarán.
ro de personas que previsiblemente pueden
verse afectadas por un cierto nivel de daño Los desastres son un fenómeno de distri-
(establecido previamente en el análisis de bución universal cuya incidencia, tanto en
riesgo y que puede variar desde simples mo- número de fenómenos ocurridos como en
lestias hasta la muerte) o coste económico personas afectadas, ha venido aumentando a
del daño potencial a las instalaciones. lo largo del tiempo1,2. Tal como muestra la
figura 1, esta tendencia creciente referida a
En una segunda acepción, vulnerabilidad las últimas décadas es muy consistente in-
se entiende como la debilidad, incapacidad cluso para diferentes tipos de desastre. Aun-
o dificultad para evitar, resistir, sobrevivir y que el tipo de desastre prevalente varía se-
recuperarse en caso de desastre. En este sen- gún la zona, es claro que hay una relación
tido, una comunidad frágil es vulnerable y entre el nivel de desarrollo socioeconómico
menos capaz de absorber los efectos de un de una comunidad y su perfil de desastre.
desastre, sea por fenómenos frecuentes de Incluso para los desastres naturales, aparen-
menor magnitud o por uno de gran magni- temente menos susceptibles de influencia
tud o intensidad, o por la acumulación de fe- humana, se ha demostrado que el impacto
nómenos de intensidades variadas. varía completamente en función del tipo de
organización social sobre la que ocurren. En
Un concepto también clave es el de ries- términos de impacto económico, aunque el
go, entendido como la probabilidad de sufrir coste global de los desastres también ha ve-

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2 123


Pedro Ignacio Arcos González et al

Figura 1
Número de personas afectadas por desastres (en millones). Tendencia mundial según el según el tipo de desastre
(1960-1999)

1990-99
Otros desastres
1980-89
Terremoto
1970-79

Ciclón 1960-69

Conflicto civil

Desplazados

Inundación

Sequía

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55
Fuente: Elaboración propia (Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo) a partir de datos de la
OCDE, del CRED10 y del CICR1,2

Figura 2
Coste mundial de los desastres según el continente (promedio de euros por afectado, 1990-1999)

Oceanía 5.844

Europa 104.990

Asia 2.487

América 40.250

África 251

1 10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000

Fuente: Elaboración propia (Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo) a partir de datos de la
OCDE, del CRED10 y del CICR1,2

124 Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2


DESASTRES Y SALUD PÚBLICA: UN ABORDAJE DESDE EL MARCO...

nido creciendo a nivel mundial, existen di- medioambiental y el uso inadecuado de tec-
ferencias importantes entre regiones, como nologías de alto riesgo. El subdesarrollo es,
muestra la figura 2, en la que se indica el probablemente, el factor de riesgo número
promedio de euros por persona afectada se- uno de desastres y los PVD sufren impor-
gún zonas geográficas. tantes limitaciones en todas las etapas rela-
cionadas con el fenómeno catastrófico (pre-
Dado que lo característico de los desastres vención, preparación-mitigación, respuesta
es exceder la capacidad de respuesta del sis- y recuperación-rehabilitación). La tabla 1
tema, esta capacidad puede ser investigada e recoge en forma cuantitativa la relación en-
implementada en términos de infraestructura, tre el subdesarrollo y la mortalidad por de-
planes, equipos y personal. En este sentido, sastres para el período 1970-1999. Depen-
la epidemiología de desastres es un instru- diendo del indicador epidemiológico utili-
mento fundamental en su gestión en términos zado y expresado en términos de riesgo
de prevención, mitigación del impacto y me- relativo, los países en vías de desarrollo tie-
jora del sistema de rescate y ayuda. nen entre 3 y 48 veces más mortalidad por
desastres que los desarrollados.

Factores de riesgo de desastre Los fenómenos de explosión demográfica


son un importante factor de riesgo de desas-
Hoy sabemos que son factores de riesgo tre, fundamentalmente porque implican una
de desastre demostrados el subdesarrollo, el disminución de los recursos existentes y
aumento de población (explosión demográ- conducen a otros factores de riesgo asocia-
fica), los fenómenos de urbanización inade- dos, como la escasa planificación de servi-
cuada, el cambio climático, la degradación cios, asentamientos precarios, etcétera.

Tabla 1
Relación Subdesarrollo y Desastres (Mortalidad por Desastres, 1970-1999)

Nivel de desarrollo Bajo (PVD) Medio Alto

Muertos/desastre 3.300 (26.4)* 500 (6.6) 125 (1)


Muertos/1000 hab 69 (3.6) 28 (2.4) 19 (1)
Muertos/1000 km2 48 (48) 8 (6) 1 (1)

* Entre paréntesis figura el Riesgo Relativo tomando como población no expuesta la de los países de alto nivel de desarrollo.
Fuente: Elaboración propia (Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo) a partir de datos de la
OCDE, del CRED10 y del CICR1,2

El cambio climático será, probablemente, mentando la frecuencia e intensidad de los


uno de los factores de riesgo de desastres desastres naturales y esta tendencia proba-
con mayor impacto en el futuro, tanto en blemente continuará, debido al calentamien-
PVD como en países desarrollados. Sus to global, al aumento en el nivel del mar que
efectos sobre la frecuencia de episodios cli- repercute en un aumento de tormentas vio-
máticos extremos, la ecología de los vecto- lentas, sequías, ciclones tropicales, inunda-
res de enfermedades transmisibles, la pro- ciones y otras perturbaciones climáticas,
ducción de alimentos, el nivel del mar y la afectando de manera diferente a las distintas
disponibilidad de radiaciones ultravioletas partes del mundo, pero especialmente al he-
sobre la superficie terrestre son ya detecta- misferio sur. De hecho, en la década de los
bles14. Además, el cambio climático está au- años 50 hubo en todo el mundo 14 catástro-

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2 125


Pedro Ignacio Arcos González et al

Tabla 2
Desastres con mayor mortalidad en los últimos 10 años

Desastre Zona Número estimado de muertos

Onda de Tormenta (1991) Bengala (Bangladesh) 139.000


Terremoto (1999) Turquía 40.000
Volcán Nevado del Ruiz (1985) Colombia 23.000
Huracán Mitch (1998) Centroamérica 20.000
Terremoto (1998) Afganistán, Tayikistán 9.000
Inundación del Yangtzé (1998) China 4.150
Huracán Georges (1998) Caribe 4.000
Ciclón Eline (2000) África del Sur 2.000

Fuente: Elaboración propia (Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo) a partir de datos del
CRED10 y del CICR1,2

fes relacionadas con el clima mientras que La mortalidad producida por desastres es
en la década de 1990 la cifra ha aumentado a muy variable y está en relación con el tipo de
7015. desastre y los factores del contexto en que
este se produce (densidad de población del
lugar del impacto, momento del tiempo, gra-
Efectos de los desastres sobre la salud do de preparación frente a estos fenómenos,
pública etcétera). En algunas catástrofes (por ejem-
plo, terremotos), muchas muertes ocurren
Desde el punto de vista de los efectos so- por las deficientes condiciones previas del
bre la salud pública13-18 en los desastres es hábitat, como el tipo de vivienda o de edifi-
posible identificar al menos cinco niveles de cios públicos, las características de las vías
impacto: 1) La producción de un exceso de de comunicación, etcétera La mortalidad
mortalidad, morbilidad y afectación de la puede mostrar una distribución bimodal con
población que excede lo habitual en la co- un pico en el momento del impacto o inme-
munidad afectada. 2) La modificación del diatamente después (debido a los efectos le-
patrón de enfermedades transmisibles y de tales del propio desastre) y un segundo pico
riesgos medioambientales tradicionales de de muertes tardías, muy influido por la capa-
esa comunidad. 3) El impacto sobre el siste- cidad de socorro y ayuda, de forma que la su-
ma de servicios sanitarios, cuya capacidad pervivencia es inversamente proporcional al
de actuación es puesta a prueba en este tipo tiempo que tarda la ayuda en prestarse.
de circunstancias. 4) Los efectos sobre la sa-
lud mental y el comportamiento humano19 y Parte de esa mortalidad se debe a las se-
5) La afectación de las posibilidades de de- cuelas psicológicas del desastre. La relación
sarrollo del colectivo afectado a medio y entre estrés emocional intenso y sus efectos
largo plazo, incluyendo los aspectos de re- sobre la salud se ha estudiado en varios terre-
construcción y rehabilitación. motos de gran magnitud en ciudades impor-
tantes y, tanto en el terremoto de Atenas de
La investigación en epidemiología de de- 198120 como en el de los Angeles de 198421
sastres nos ha permitido conocer con un gra- se ha podido comprobar que, al margen de
do razonable de detalle el perfil de riesgo de las muertes traumáticas directas por el desas-
cada tipo específico de desastre. La tabla 3 tre, hubo aumento de mortalidad por muerte
muestra un resumen de la magnitud de cada súbita cardíaca y muerte de causa cardiológi-
uno de los principales efectos sobre la salud ca en general, más frecuentes cuando había
pública para algunos desastres específicos. patología cardíaca aterosclerótica subyacen-

126 Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2


DESASTRES Y SALUD PÚBLICA: UN ABORDAJE DESDE EL MARCO...

Tabla 3

Efectos de los desastres sobre la salud pública

Inundación
Huracán sin Inundación Deslizamiento
Efecto Terremoto Súbita o Volcán
inundación gradual de tierra
Marejada

Mortalidad Alta Baja Alta Baja Alta Alta

Morbilidad grave (precisa Alta Moderada Baja Baja Baja Baja


tratamiento intensivo

Riesgo de enfermedades Existe un Riesgo Potencial tras El Riesgo Potencial es alto si se ha producido hacinamiento y se
transmisibles todo desastre de gran magnitud han deteriorado las condiciones sanitarias (agua potable, elimina-
ción de excretas e higiene personal)

Daño a estructuras y Grave (estruc- Grave Grave pero Grave (sólo Grave pero Grave (estruc-
programas sanitarios tura localizado equipos) localizado tura y equipo)
y equipo)

Daño a sistemas de Grave Leve Grave Leve Grave pero Grave


abastecimiento agua localizado

Escasez de alimentos Rara (puede ocurrir debido a fac- Frecuente Frecuente Rara Rara
tores económicos y logísticos)

Desplazamiento masivo Raro (puede ocurrir en áreas urbanas muy Frecuente (aunque generalmente limitado)
de población deterioradas)

te. En este sentido, el desastre actuaría como minos de mortalidad y, como se puede apre-
un disparador de la patología en sujetos pre- ciar, por si solos produjeron más de 241.000
dispuestos. Por otro lado, un año más tarde, fallecimientos.
el terremoto de Hanshin Awaji en Japón22
mostró que la composición de la población En relación a la morbilidad parece que, a
modifica los efectos de este tipo de desastres excepción de los terremotos, la frecuencia
en el sentido de aumentar el riesgo relativo de lesiones (respecto a la mortalidad) es re-
de muerte de causa cardíaca entre 1,5 y 2 lativamente baja entre los supervivientes.
cuando la población está envejecida. Además Así, en las inundaciones se han notificado
de la edad, en muchos desastres el riesgo de incidencias de lesionados entre el 0,2 al 2%
morir se ha mostrado asociado a condiciones de los supervivientes, muchos de ellos con
como la situación de la persona en el mo- lesiones menores del tipo de las ulceracio-
mento del impacto, el que exista atrapamien- nes o heridas cutáneas24.
to, el tiempo empleado en el rescate y la ayu-
da médica, la situación de la red de apoyo so- Se ha observado que, en algunos casos, la
cial, etcétera. frecuencia de enfermedades y traumatismos
en las zonas afectadas no muestra diferen-
En términos de exceso de mortalidad, por cias significativas con la correspondiente a
ejemplo, el reciente huracán Mitch ha sido las áreas que les rodean. Aunque este hallaz-
el peor desastre natural ocurrido en el he- go no está suficientemente contrastado, pa-
misferio occidental en las últimas décadas23. rece sugerir la existencia de un fenómeno de
Por sí sólo y en el transcurso de unos pocos selección natural de los mejor preparados.
días produjo 8.200 muertos, 9.300 desapare- Se ha especulado con la posibilidad de que,
cidos, millones de viviendas destruidas y en esas circunstancias, los niños, los ancia-
daños por valor estimado de más de 9,2 bi- nos, los enfermos, etcétera, tienen menores
llones de euros. La tabla 2 recoge los mayo- posibilidades de escapar al desastre y mue-
res desastres de los últimos diez años en tér- ren; con ello desaparecen problemas de sa-

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2 127


Pedro Ignacio Arcos González et al

lud subyacentes y, a corte plazo, mejora el ducido desplazamientos poblacionales o ha-


estado de salud del grupo afectado. cinamiento)29.

En el caso de los terremotos la correspon-


dencia es diferente y se ha constatado una El ciclo del desastre
relación lineal entre el número de muertos y
el de lesionados con una proporción espera- Entender el ciclo de un desastre es la cla-
da es de tres lesionados por cada muerto; de ve para la investigación epidemiológica de
esta forma es posible usar este indicador, a sus factores de riesgo, los efectos que pro-
pesar de sus limitaciones, como instrumento duce y su prevención. En este sentido, el
en la planificación y estimación de necesi- abordaje clásico identifica en un desastre
dades de servicios sanitarios25-27. cinco fases:

· Interdesastre, que tiene que ver con va-


En relación con la edad se ha constatado rios procesos entre los que destacan la
que los grupos de personas de edades extre- elaboración del mapa de riesgos para la
mas (niños y ancianos) son grupos de riesgo comunidad, el inventario y localización
especial. El CDC de Atlanta al revisar los da- de los recursos, la planificación de las
tos de mortalidad por acción de los tornados medidas apropiadas, comúnmente deno-
que han afectado a Estados Unidos durante minadas Planes de Emergencia, y con la
los últimos años, ha observado una fuerte educación y entrenamiento adecuado de
asociación entre la mortalidad y las edades los diferentes estamentos que intervie-
altas, con riesgos de afectación siete veces nen.
mayor que para los menores de 20 años y
riesgo de morir con una Razón de Disparidad · Preimpacto, caracterizado fundamental-
de 2,5 (intervalo de Confianza del 95% de mente por actuaciones en dos planos: en
0,5 a 10,9). Cuando las catástrofes afectan a primer lugar el aviso a la población, basa-
zonas edificadas, los niños suelen ser un gru- do en mecanismos de predicción y, se-
po de alto riesgo, especialmente en zonas gundo, la implementación de las medidas
subdesarrolladas en las que la mala calidad mitigadoras. Depende estrechamente del
de los edificios destinados a escuelas (como tipo de cronología de la catástrofe, de la
la de los edificios públicos en general) los que ya se ha hablado.
convierten en auténticas trampas.
· Impacto, que ocurre en el momento en
A pesar de que la aparición de procesos que golpea el desastre. En ese momento
infecciosos tras un desastre es una de las los primeros efectos sobre la salud depen-
ideas más arraigadas, no sólo entre la pobla- den básicamente del tipo de desastre y su
ción y trabajadores de los medios de comu- sustrato. Es la ocasión en que se puede ver
nicación, sino también entre el personal sa- la efectividad de las medidas preventivas
nitario, lo cierto es que la aparición de bro- adoptadas.
tes de enfermedades transmisibles es un
fenómeno que sólo aparece en algunos tipos · Emergencia, en la que se producen tres
muy específicos de desastres (por ejemplo, problemas básicos: el aislamiento, el res-
en inundaciones que modifiquen los ecosis- cate y la ayuda externa. A menudo es la
temas de determinados vectores como los fase en la que los recursos se ven desbor-
mosquitos aedes o anopheles)28. En general, dados en el caso de que se trate de un au-
cuando se dan estos brotes se debe a la rup- téntico desastre y en la que la ayuda exter-
tura de los sistemas de abastecimiento de na es más eficiente.
agua o saneamiento tras el desastre, o bien a
las deficientes condiciones higiénico sanita- · Reconstrucción, donde se trata de recupe-
rias (por ejemplo porque el desastre ha pro- rar la actividad normal de la comunidad.

128 Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2


DESASTRES Y SALUD PÚBLICA: UN ABORDAJE DESDE EL MARCO...

En esta fase se pone de manifiesto la ca- Prevención de los efectos de los


pacidad de rehabilitación del grupo so- desastres sobre la salud pública
cial. En los colectivos con niveles bajos
de desarrollo puede hacerse permanente, Las estrategias preventivas de los efectos
creando otros tipos de problemas. de los desastres se basan en considerar dete-
nidamente las acciones a realizar en cada
En la evaluación epidemiológica es espe- una de las fases del ciclo de cada tipo espe-
cialmente importante la descripción detallada cífico de desastre, así como del contexto en
de la zona de impacto, con referencia a la su- que este se produce. Para ello, puede usarse
perficie afectada, las condiciones orográfí- un enfoque epidemiológico clásico de pre-
cas de la zona (y su posible influencia en el vención de tipo primario, secundario y ter-
desastre), las comunicaciones (analizando el ciario.
efecto sobre la evacuación preventiva de la
zona y el posterior acceso del socorro), la La prevención primaria incluye todas
densidad de población y las características aquellas medidas que se adoptan antes de
del medio. que se presente el desastre y, obviamente,
dependen del tipo de desastre a prevenir. Se
trata básicamente de acciones realizadas du-
Debe estudiarse la evitabilidad del de- rante las fases silente (fase de interdesastre
sastre, tanto en los aspectos de medidas de o preparación) y de alerta (fase de preim-
acción como de omisión, es decir valorar pacto o predesastre). En la fase silente las
los tipos de medidas que deberían de haber- estrategias preventivas prioritarias irán diri-
se puesto en marcha para evitar la catástro- gidas hacia el estudio del perfil de riesgos de
fe o mitigar sus efectos, o bien las precau- la zona y la elaboración del correspondiente
ciones que se han omitido. En algunos ti- mapa de vulnerabilidad/riesgo. Ambos de-
pos de desastres existe un tiempo de ben conducir a la elaboración de un plan de
latencia considerable durante el cual la si- emergencia mayor o desastre que incluya la
tuación se va agravando, de forma que es adopción de medidas preventivas específi-
previsible el resultado final (es el caso de cas, además de la educación de la población
las sequías prolongadas que conducen a si- y su entrenamiento mediante los correspon-
tuaciones de hambre). El conocimiento de dientes simulacros.
este periodo es muy necesario para poder
valorar, de forma ponderada, el funciona- En general, un plan de emergencia mayor
miento de los sistemas de alerta y preven- o desastre debe: a) analizar los riesgos de la
ción. zona y prever las situaciones que puedan
llegar a presentarse; b) establecer con abso-
Las variables implicadas en la produc- luta claridad quiénes son las personas que
ción, desarrollo y efectos de un desastre son deben ocuparse de la coordinación y direc-
valorables mediante una metodología epide- ción del plan cuando se presente la emer-
miológica ahora bien conocida30,31 que per- gencia, cuales son los objetivos y la cadena
mite establecer los factores de riesgo y asig- de mando para ejecutar los correspondientes
narles pesos relativos en el resultado final subprogramas, cuales son los límites de esa
del desastre. Esta metodología ha consegui- autoridad y su responsabilidad, cuales son
do en el momento actual un grado importan- las líneas de comunicación, los recursos dis-
te de normalización. Se han elaborado tam- ponibles o que se pueden solicitar y su ritmo
bién algunos índices para establecer la gra- de incorporación al programa, así como los
vedad de las catástrofes, tal es el caso del detalles de su utilización; c) determinar el
índice correspondiente a la Escala de Gra- número y tipo de personal que se necesitará,
vedad de un Desastre (Disaster Severíty así como su entrenamiento específico (esto
Scale) propuesto por De Boer32. es especialmente importante cuando se tra-

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2 129


Pedro Ignacio Arcos González et al

baja con personal voluntario) y, finalmente; que deberá hacerse una nueva evaluación de
d) prever los medios de transporte a utilizar necesidades y un análisis del grado de ade-
y estimar la cantidad necesaria en relación cuación del programa de rehabilitación a la
al número de personas que pueden verse ocurrencia de nuevos desastres. Las activi-
afectadas. dades se harán con una priorización de las
mismas que tenga en cuenta los aspectos
En la fase de alerta (preimpacto o prede- más importantes de la rehabilitación y/o re-
sastre) las actividades preventivas deberán construcción.
incluir la puesta a punto de sistemas de alar-
ma que tendrán que ser previamente proba- Tanto en términos de prevención secunda-
dos, así como la monitorización de la situa- ria como terciaria es importante el grado de
ción y la movilización de los recursos pre- avance conseguido en la puesta a punto de
vistos. medidas que hagan eficiente la ayuda. En
este sentido, son especialmente destacables
La educación sanitaria de la población es por su importancia dos iniciativas internacio-
imprescindible para la autoprotección de los nales: a) El Proyecto Esfera (Sphere Pro-
riesgos a los que nos hemos referido. En de- yect), iniciado en 1997 por un grupo de orga-
terminados casos enfatizará los aspectos de nizaciones de ayuda y que ha desarrollado
evitación de riesgos y en otros instruirá una carta humanitaria y un conjunto de nor-
acerca de los comportamientos una vez pro- mas mínimas universales en áreas básicas de
ducida la catástrofe para minimizar o miti- la asistencia humanitaria (abastecimiento de
gar sus efectos. En este sentido se trata de agua y saneamiento, nutrición, ayuda ali-
prevención tanto primaria como secundaria. mentaria, refugio, asentamiento y planifica-
ción de emplazamientos y servicios de salud)
La prevención secundaria afecta a las ac- cuyo objetivo es mejorar la calidad de la asis-
ciones a desarrollar durante la fase de emer- tencia que se presta a las personas afectadas
gencia (impacto o aislamiento) e incluye el por los desastres y aumentar la responsabili-
uso preferente de recursos humanos y me- dad del sistema humanitario en la interven-
dios técnicos locales, la evaluación rápida ción en casos de desastres34; y b) Relief-
de necesidades que permita la notificación Web35. Ambas iniciativas son altamente úti-
al exterior de la ayuda específica requerida. les y eran impensables hace algunos años.
Por otro lado, en esta fase la respuesta de
emergencia tenderá a garantizar el funciona- Tal y como se ha mencionado, en contra
miento de los sistemas vitales (agua potable, de la opinión generalizada, la mayoría de los
energía, comunicaciones, etcétera) y a coor- desastres son evitables36. Incluso en los que
dinar la ayuda externa que deberá en todo el propio fenómeno no lo es, sí es posible re-
caso estar pensada para servir de enlace con ducir al mínimo sus efectos (mitigarlos) me-
las actividades del postdesastre. Además, en diante una adecuada prevención y la adop-
esta fase, en términos de salud pública, los ción de medidas adecuadas. La OMS ha re-
objetivos sanitarios de la gestión de desas- sumido en diez puntos lo sustancial de estas
tres33 serán: 1) prevenir y/o reducir la morta- medidas37: 1. Evaluación adecuada de los
lidad; 2) atender a las víctimas y prevenir las riesgos para la salud; 2. Coordinación sani-
secuelas; 3) prevenir los efectos indirectos taria; 3. Vigilancia epidemiológica y nutri-
relacionados con la salud; 4) prevenir la cional; 4. Lucha contra las causas evitables
morbilidad a corto, medio y largo plazo, y 5) de mortalidad y morbilidad; 5. Acceso a ser-
restablecer unos servicios básicos de salud. vicios básicos preventivos y curativos; 6.
Prevención de la malnutrición; 7. Acción
La prevención terciaria afecta fundamen- sobre los riesgos para la salud del medio
talmente a las acciones realizadas durante la ambiente; 8. Protección de los agentes, ser-
fase de recuperación o rehabilitación en la vicios y estructuras de salud; 9. Protección

130 Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2


DESASTRES Y SALUD PÚBLICA: UN ABORDAJE DESDE EL MARCO...

de los derechos humanos en materia de sa- 6. United Nations. Internacional Decade for Natural
Disasters Reduction. Forty-Fourth Session of the
lud y; 10. Disminución del impacto de las General Assembly. Resolution 44/236. New
futuras crisis. York: United Nations; 1989.

Un aspecto de interés a considerar es que 7. WH0, European Regional Office. Emergency


Preparedness & Response Programm.
en los países en vías de desarrollo los efec- ERO/EPR/90. Copenhage: WH0, European Re-
tos de los desastres sobre la salud se han so- gional Office; 1990.
breenfatizado en relación con el resto de
problemas de salud habituales en la zona. 8. Toole MJ, Waldman RJ, Zwi AB. Complex Hu-
manitarian Emergencies. En: Merson MH, Black
Este efecto, que podríamos denominar RE, Mills A. (editores) International Public
«efecto visibilidad», debe ser cuidadosa- Health: Diseases, Programs, Systems and Poli-
mente valorado si se quieren hacer evalua- cies. Maryland (USA): Aspen Publisher Inc;
ciones epidemiológicas adecuadas. 2001. p. 439-513.

9. Osakidetza-Servicio Vasco de Salud. Incidentes


En general, los aspectos sanitarios de los con múltiples víctimas. Bilbao: Administración
desastres han sido durante mucho tiempo ig- de la Comunidad Autónoma Vasca; 2001.
norados por las autoridades sanitarias y el
10. Catholic University of Louvain. Disaster Events
contexto global de la asistencia sanitaria en Database. Programme User’s Manual. Brussels:
desastres ha sido visto, a menudo, como un Centre for Research on Disaster Epidemiology;
problema exclusivo de la fase de emergen- 1990.
cia. En este sentido, la gestión sanitaria de
desastres debe cambiar, desde un enfoque 11. Organización Panamericana de la Salud. Leccio-
nes aprendidas en América Latina de Mitigación
de rescate y ayuda a corto plazo a otro que de Desastres en Instalaciones de Salud. Aspectos
contemple todo el proceso, desde la planifi- de Costo-Efectividad. Washington (DC): OPS;
cación y preparación hasta la rehabilitación 1997.
a largo plazo.
12. Castro Delgado R, Arcos González P. Emergen-
cias Químicas e Industriales. En: Del Busto F,
Arcos González P, García Péliz M. (editores).
BIBLIOGRAFÍA Enfermería y Urgencias. Madrid: Arán Ediciones
SA; 2001. p. 439-456.

1. Federación Internacional de Sociedades de la 13. Lechat MF. Disasters and Public Health. Bull
Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Informe World Health Org 1979; 57: 11-17.
Mundial de Desastres 2000. New York: Oxford
University Press; 2000. 14. Kovats RS, Menne B, McMichel AJ, Bertollini R,
Soskoine C. Early Human Health Effects of Cli-
2. Jonathan Walter, editor. World Disasters Report mate Change and Stratospheric Ozone Deplec-
2001: Focus on Recovery. Geneve: Federation tion in Europe. Background Document. London
Internationale des Societes de la Croix-Rouge; (UK): Third Ministerial Conference on Environ-
2001. ment and Health; 1999.

3. Seaman J, Leivesley S, Hogg C. Epidemiología 15. Vellings P, Van Verseveld W. Cambio climático
de desastres naturales. México DF: Harla SA; y fenómenos meteorológicos extremos. Informe
1989. del Instituto de Estudios Ambientales de la Uni-
versidad de Vrije (Amsterdam). Fondo Mundial
4. Davis LE. Epidemiology of Famine in the Nige- para la Naturaleza (WWF): Londres; 2000.
rian crisis: rapid evaluation of malnutrición by
height and arm circumference in large popula- 16. Lechat MF. The Epidemiology of Health Effects
tions. Am J Clin Nutr 1971; 24:358-364. of Disasters. Epidemiol Rev 1990; 12: 192-8.

5. Cisin IH, Clark WB. The methodological 17. U.S. Department of Health and Human Services.
challenge of disaster research. En: Baker, Chap- The Public Health Consequences of Disasters
man. Man and society in disaster. New York: Ba- 1989. CDC Monograph. Atlanta (USA): Centers
sic Books; 1962. for Disease Control; 1989.

Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2 131


Pedro Ignacio Arcos González et al

18. Organización Panamericana de la Salud. Los de- 28. Organización Panamericana de la Salud. Control
sastres naturales y la protección de la salud. Wa- de Vectores con posterioridad a los desastres na-
shington (DC): OPS; 2000. turales. Washington (DC): OPS; 1982.

19. American Psychiatric Association. Committee on 29. Organización Panamericana de la Salud. Salud
Psychiatric Dimensions of Disaster. Conference Ambiental con posterioridad a los desastres natu-
on the Role of Psychiatrist in Disasters. Washing- rales. Washington (DC): OPS; 1982.
ton DC, October 1996.
30. Logue JN, Evans ME, Hansen H. Research issues
20. Trichopoulus D, et al. Psychological stress and and directions in the epidemiology of health ef-
fatal heart attack: The Athens (1981) earthquake fects of disasters. Epidemiol Rev 1981; 3:
natural experiment. Lancet 1983; 26: 441-4. 140-162.

21. Leor J, et al. Sudden cardiac death triggered by an 31. Stephenson RS. Evaluación de Desastres. New
earthquake. N Engl J Med 1996; 334: 413-9. York (USA): Programa de Naciones Unidas para
el Desarrollo y Oficina del Coordinador de Na-
ciones Unidas para Ayuda en Desastres; 1991.
22. Kario K, et al. Increased coronary heart disease
mortality after the Hanshin-Awaji earthquake
among the older community on Awaji Island. J 32. De Boer J. Definition and Clasification of Disas-
Am Geriatr Soc 1997; 45: 610-3. ters. lntroduction of a Disaster Severity Scale.
Emerg Med 1990; 8: 591-5.
23. Organización Panamericana de la Salud. Cróni- 33. Organización Panamericana de la Salud. Guía
cas de Desastres: Huracanes Georges y Mitch. para la Administración Sanitaria de Emergencia
Washington (DC): OPS; 1999. con posterioridad a los Desastres Naturales. Wa-
shington (DC): OPS; 1981.
24. Ducios PJ, Vidonne O, Beuf P, Perray P, Stoeb-
ner A. Flash flood disaster Nimes, France, 1988. 34. The Sphere Proyect. The Sphere Humanitarian
Eur J Epidemiol 1991; 7: 365-371. Charter and Minimum Standards in Disaster Res-
ponse. Dorset (UK): Oxfam Publishing; 1998.
25. Chatterson J. Guatemala after the earthquake.
Can J Pub Health 1976; 67: 192-5. 35. http://www. reliefweb.org

26. De Bruycker M, Greco D, Lechat MF. The 1980 36. Editorial. Disaster Epidemiology. Lancet 1990;
earthquake in Southern Italy: morbidity and mor- 336: 845-6.
tality. Int J Epidemiol 1985; 14: 113-7.
37. Organisation Mondiale de la Santè. Secours
27. Roces MC, et al. Eathquake disaster-Luzon, Phi- d’urgence et action humanitaire. Aide-memoire
lippines. MMWR 1990; 39: 573-577. n.º 90. Geneve: OMS; 2001.

132 Rev Esp Salud Pública 2002, Vol. 76, N.º 2

También podría gustarte