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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA

FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA AMBIENTAL

RIESGOS PARA LA SALUD HUMANA Y RIESGOS AMBIENTALES

CURSO : EDUCACIÓN AMBIENTAL

DOCENTE : ING. LUIS EDUARDO ORÉ CIERTO

ALUMNOS : OSORIO PEDRAZA, Erick

POQUIOMA CABALLERO, Marybel

TINGO MARÍA – PERÚ


2017
I. INTRODUCCIÓN

Las palabras, organizadas en los diferentes sistemas de


comunicación verbal que conocemos, son instrumentos de la cultura que
permiten la comunicación entre las personas y la existencia misma de la
humanidad, pues son portadoras de gran parte del saber acumulado por los
seres humanos a lo largo de siglos. Cada palabra puede tener diferentes
acepciones y esto enriquece el intercambio entre quienes participen en la
comunicación, siempre que esos significados sean compartidos.
Cada esfera de la vida social va desarrollando su forma de
expresión característica. La filosofía, la religión, la literatura, la ciencia, han
desarrollado sus propios sistemas de lenguaje y comunicación que regulan el
uso de las palabras. En el caso de la ciencia, que tiene como misión revelar las
leyes de la realidad con el mayor rigor y precisión posible, es mucho más
importante el uso adecuado de los términos y conceptos y el esclarecimiento
de sus diferentes significados, para poder alcanzar una armónica construcción
y divulgación del conocimiento científico. Por eso se hace necesaria la revisión
sistemática del vocabulario científico con vista a tomar conciencia sobre cómo
lo utilizamos, perfeccionándolo a través de la identificación de posibles
incongruencias y contradicciones en su manejo.
Partiendo de la importancia del empleo del término «riesgo»
fundamentalmente en la salud pública y ambiental, además de en otros
sectores importantes de nuestra vida social, con este artículo se persigue el
objetivo de profundizar en las diferentes definiciones y dimensiones de este
concepto, en sus implicaciones para la labor científica y profesional, y en su
relación con otros términos como "peligro" y "factores de riesgo". Sea esta una
manera de contribuir a la sistemática y necesaria revisión crítica de la
terminología científica.

I.1. Objetivo Principal


- Identificar los principales riesgos para la salud humana y
riesgos ambientales.

II. Revisión Literaria

II.1. Riesgo
La palabra riesgo es tan antigua como la propia existencia humana.
Podemos decir que con ella se describe, desde el sentido común, la posibilidad
de perder algo (o alguien) o de tener un resultado no deseado, negativo o
peligroso.
El riesgo de una actividad puede tener dos componentes: la
posibilidad o probabilidad de que un resultado negativo ocurra y el tamaño de
ese resultado. Por lo tanto, mientras mayor sea la probabilidad y la pérdida
potencial, mayor será el riesgo.
El riesgo es la probabilidad de obtener un resultado desfavorable
como consecuencia de la exposición a un evento que puede ser casual, fortuito
o inseguro. Es la posibilidad de ocurrencia de un siniestro, el cual puede ser
causado o no, directo o indirecto de una acción, sea éste efecto de una
imprudencia, impericia o negligencia de quien la realiza. (Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, 2010).
Actualmente la preocupación de la sociedad por el riesgo está muy
relacionada con la complejidad que se vive. La aceleración de los cambios
sociales, económicos y políticos, la globalización y la progresiva
industrialización traen aparejadas la contaminación ambiental, la escasez de
recursos naturales vitales como el agua, accidentes industriales que han
socavado la seguridad pública, la proliferación de determinadas enfermedades
(tanto en humanos como en animales y plantas), transformaciones irreversibles
del medioambiente, entre otras.
Existen diversas propuestas de medición de riesgo, cuando se
recurre a una forma de representación determinista el riesgo R se representa
mediante una función de la peligrosidad p y la vulnerabilidad V:
Por ejemplo el valor esperado de un cierto tipo de daños o
perjuicios, fijada una vulnerabilidad, es una función de este tipo siempre bajo
condiciones estacionarias. La peligrosidad usualmente se define como la
probabilidad de ocurrencia de una situación desfavorable, por tanto a mayor,
probabilidad de ocurrencia se asume mayor riesgo. Igualmente a mayor
vulnerabilidad se asume que el riesgo aumenta. Una persona encargada de
reducir el riesgo puede optar por dos estrategias posibles:
- Reducir la peligrosidad o probabilidad de ocurrencia de un
hecho.
- Reducir la vulnerabilidad frente a daños, dado que se asume
que el suceso peligroso acabará dándose tarde o temprano.

II.1.1. Tipos de riesgos

- Riesgo estratégico
- Riesgo laboral
a) Riesgo de accidente
b) Riesgo patológico
c) Riesgo sanitario
- Riesgo geológico
a) Riesgo sísmico: Terremotos o Maremotos
b) Erupciones volcánicas
c) Corrimiento de tierra
- Riesgo financiero
a) Riesgo de Crédito
b) Riesgo de Liquidez
c) Riesgo de Mercado
d) Riesgo Operacional
e) Riesgo Relacional
- Riesgo biológico
a) Infección viral.
b) Epidemia
c) Material Biológico Peligroso
d) Agentes microscópicos altamente patógenos

II.2. Riesgos para la Salud Humana


El riesgo puede significar distintas cosas para distintas
personas,como se indica sucintamente en la tabla 1. En el presente informe se
utilizarán los dos significados más comunes: el riesgo como probabilidad de
que se produzca un resultado adverso, o como factor que aumenta esa
probabilidad.
Tabla 1. Significado de riesgos

Para prevenir las enfermedades y los traumatismos, es


fundamental dedicar atención preferente a los riesgos para la salud. En la
esfera sanitaria, las imágenes más emotivas e impactantes son las de las
personas enfermas, pero para prevenir las enfermedades y los traumatismos
es necesario proceder primeramente a la evaluación y la reducción sistemá-
ticas de sus causas. Una parte importante de la labor científica y la mayor parte
de los recursos sanitarios se dirigen hacia el tratamiento de las enfermedades;
predomina el principio de la «asistencia a persona en peligro».
Los datos sobre el desenlace de enfermedades o traumatismos,
por ejemplo la mortalidad o la hospitalización, suelen centrarse en la necesidad
de servicios paliativos o curativos. En cambio, las evaluaciones de la carga
resultante de factores de riesgo estiman el potencial de la prevención. Una
excepción notable tiene que ver con las afecciones transmisibles, pues el
tratamiento de los individuos infectados puede prevenir la propagación ulterior
de la infección, con lo que el tratamiento en sí mismo puede ser un método de
prevención.

II.2.1. Objetivos de la evaluación de riesgos ambientales


para la salud humana
Para ser eficaz, la evaluación de riesgos debe tener un ámbito bien
definido, lo que a su vez depende del propósito del análisis. Por ejemplo, la
evaluación de las emisiones de cierta instalación industrial se centrará
probablemente en sus efectos en la salud de la población local. En cambio, un
proyecto encaminado a fijar las prioridades ambientales nacionales puede tener
un alcance mucho mayor y abarcar factores como los efectos de las políticas
nacionales en las emisiones de gases de efecto invernadero y sustancias
destructoras de la capa de ozono. Inevitablemente habrá que llegar a un
compromiso. Los gobiernos y los ministerios de salud velan por la salud de
toda la población y por ello, en el nivel más amplio, necesitan información
proveniente de evaluaciones del riesgo amplias y además fiables, pertinentes y
oportunas. Puesto que la gama de riesgos para la salud es casi infinita, es
indispensable que los gobiernos adopten un criterio cuantitativo para medir su
importancia. El ámbito del análisis debe estar claro. Los riesgos han de ser
definidos y estudiados ampliamente con independencia de factores como el
lugar que ocupen en una cadena causal o los métodos utilizados (procedentes
de disciplinas como las ciencias físicas, naturales, de la salud y sociales) para
su análisis. En las siguientes secciones se esbozan algunas de las distintas
dimensiones que hay que tener en cuenta.

II.2.2. Comparaciones estandarizadas y medidas comunes


de los resultados
Lo ideal sería evaluar el impacto de cada factor de riesgo con
arreglo a una unidad de medida común que tenga en cuenta la pérdida de
calidad de vida además de la pérdida de años de vida. La principal medida
utilizada es el AVAD (año de vida ajustado en función de la discapacidad): un
AVAD equivale a la pérdida de un año de vida con salud.
Una primera pregunta clave al evaluar el impacto de un riesgo para
la salud es «¿en comparación con qué?». Se ha adoptado un enfoque
contrafactual explícito, que consiste en comparar la distribución actual del
factor de riesgo con otro tipo de distribución de la exposición. Muchas hipótesis
contrafactuales diferentes pueden resultar interesantes. Para mejorar la
comparabilidad entre los riesgos, la base de los resultados anteriores es la
carga de morbilidad en comparación con la carga prevista con la distribución
mínima teórica del riesgo, es decir, la que entrañaría el menor riesgo en la
población (por ejemplo, ningún consumo de tabaco en toda la población).
Para el análisis de los costos y los efectos de las intervenciones de
reducción de riesgos, se utiliza una hipótesis contrafactual conexa, basada en
la carga que existiría en ausencia de intervenciones pertinentes. Las
distribuciones de los factores de riesgo que sean plausibles, factibles y
costoeficaces, etc., se encontrarán en algún punto situado entre los niveles
reales de los factores de riesgo y el mínimo teórico pertinente. El paso previsto
de las condiciones actuales a las contrafactuales se ha denominado transición
distribucional (figura 1).

Figura 1. Ejemplos de transiciones de la distribución de la tensión


arterial y el consumo de tabaco.

La investigación de los distintos niveles de riesgo debe


considerarse complementaria. Es muy importante conocer los determinantes
demográficos de los principales factores de riesgo directo para la salud, como
el hábito de fumar. Del mismo modo, es útil conocer los mecanismos por los
que operan los determinantes indirectos. Para analizar los factores de riesgo
tanto inmediatos como lejanos hay que recurrir a las distintas disciplinas
científicas y examinar los diferentes tipos de problemas sanitarios en relación
con el medio ambiente, las enfermedades transmisibles o no transmisibles, los
traumatismos, etc.; de ahí que se utilicen distintos instrumentos y métodos
analíticos, incluidos los de las ciencias sanitarias, físicas y sociales.
Ello a su vez exige tener en cuenta el contexto de riesgos
concretos: algunos casi siempre tienen efectos negativos en la salud (por
ejemplo, el consumo de tabaco) mientras que otros pueden tener un papel
distinto de un lugar a otro (por ejemplo, la lactancia materna protege contra las
enfermedades diarreicas en una medida que depende de las pautas
prevalentes de diarrea). Además, el mismo riesgo puede medirse y
cuantificarse en distintos niveles según la tecnología de medición y las
necesidades de política. Por ejemplo, la medición de las concentraciones de
yodo en los alimentos y en el medio ambiente requiere distintas herramientas, y
los resultados tienen implicaciones diferentes.
Cuando la exposición indirecta opera a través de distintos factores
de riesgo, su impacto total puede no quedar debidamente reflejado mediante
los métodos tradicionales de aná- lisis de regresión en los que se incluyen
variables tanto directas como indirectas. Aplicando modelos más complejos de
varios niveles y caracterizando las redes causales de interacción entre factores
de riesgo se pueden conseguir mejores estimaciones, y resulta más fácil
estimar el efecto de los cambios simultáneos en dos o más distribuciones de
factores de riesgo. Más adelante se muestran algunos ejemplos.
Los factores de riesgo también pueden estar separados
temporalmente de los resultados, en ocasiones con muchos decenios de
diferencia. En la tabla 2 se muestra cómo pueden acumularse las desventajas
a lo largo de la vida.
Tabla 2. Riesgos para la salud a lo largo de la vida.

II.2.3. Evaluación de riesgos


La ER consiste en determinar si es tolerable el riesgo que enfrenta
una población por estar expuesto a tóxicos en el ambiente de un sitio
contaminado.
La determinación y caracterización de los riesgos para la salud pública en un
sitio determinado se lleva a cabo en cuatro pasos:
- Análisis de los datos.
- Evaluación de la Exposición.
- Evaluación de la toxicidad.
- Caracterización de los riesgos.
Primera Etapa: Análisis de los datos.
El objetivo de esta parte es identificar la información de buena
calidad que existe sobre el sitio y determinar la información que se necesita
generar o captar para hacer la ER. En esta primera etapa se hace la selección
preliminar de la lista de los tóxicos sobre los que se hará la evaluación de
riesgos.
Segunda Etapa: Evaluación de la Exposición.
Se hace una estimación de la magnitud actual y futura de las
exposiciones humanas, de la frecuencia y duración de estas exposiciones y de
las rutas y vías potenciales de exposición.
Tercera Etapa: Evaluación de la toxicidad.
Consiste en obtener la información cualitativa y cuantitativa sobre
los distintos tipos de efectos adversos a la salud (cáncer, no-cáncer y efectos
sobre el desarrollo) que producen las substancias, a las que se ha determinado
que la población está expuesta o pudiera llegar a estar expuesta. En esta etapa
se localiza la mejor información disponible sobre la magnitud de la respuesta
tóxica como una función del nivel de exposición.
Cuarta Etapa: Caracterización de los riesgos.
Conociendo la magnitud de las exposiciones que se han
determinado como posibles y la toxicidad de las substancias involucradas, se
estiman los riesgos para la salud a los que se enfrentan las diferentes
poblaciones. Se evalúan los riesgos producidos por cada tóxico en lo individual
bien sea que llegue a los individuos expuestos por una ruta o por varias. Se
evalúan también los riesgos que representan las exposiciones a las mezclas de
las distintas substancias presentes.
La caracterización de los riesgos consiste en determinar si estos
son tolerables o no.
A la evaluación de los riesgos presentes o futuros que se pueden
presentar en un sitio antes de que se haya hecho intento alguno para controlar
o reducir las exposiciones se le conoce como Evaluación de Riesgos de Línea
Base (ERLB).

II.3. Riesgos Ambientales


El riesgo es la probabilidad de que ocurra un efecto adverso como
resultado de la exposición a contaminantes. Para que exista riesgo deben
conjugarse el peligro y la exposición a dicho peligro. Los individuos o grupos de
individuos expuestos se denominan receptores y pueden ser receptores
humanos, animales y plantas, ecosistemas o receptores ambientales a proteger
(por ejemplo: acuíferos o cuerpos de agua superficial)( MINAN, 2011).
Terminos generales:
a) Escenario de exposición
b) Ruta de exposición
c) Estimación de la exposición
d) Amenaza potencial
e) Evaluación del riesgo ambiental.
II.3.1. Criterios para la evaluación de riesgos ambientales
El desarrollo de esta fase permite conocer los riesgos más
relevantes (riesgos significativos), posteriormente el diseño y priorización de
las estrategias de prevención y minimizaciones adecuadas, facilitando la
elección de las posibles alternativas de actuación y la toma final de decisiones.
El objetivo es definir un marco de responsabilidad con la finalidad
de garantizar la prevención y reparación de los daños ambientales que puedan
producir efectos adversos significativos en especies y hábitats protegidos,
estado de las aguas y el suelo.
El proceso de evaluación consta de las siguientes etapas que se
destacan según lo mostrado en la figura 2.
Figura 2. Criterios óptimos para la evaluación de riesgos
ambientales.
a) Identificación de peligros ambientales
Es la preparación del material que será necesario durante el
proceso de identificación de peligros, definición de objetivos y alcances del
trabajo. Para la identificación de peligros que puedan generar riesgos, es
posible utilizar herramientas de apoyo que faciliten esta tarea. En la selección
de los métodos de identificación más apropiados se debe tener en cuenta las
características del ámbito (superficie, tipo de fuentes contaminantes, sustancias
y agentes manejados, cantidades almacenadas, vulnerabilidad del entorno,
etc.), así como verificar el cumplimiento de los instrumentos de gestión
autorizados y aprobados por el sector competente. A continuación se explicará
cada una de ellas:
b) Detereminación de escenarios
Esto se realizará mediante un registro de actividades en la zona, el
levantamiento de información de las actividades locales, identificando los
instrumentos de gestión ambiental (diagnóstico ambiental, Plan Regional de
Gestión Ambiental y Plan Regional de Acción Ambiental, entre otros) que se
aplican en el ámbito regional. El diagnóstico ambiental constituye una
herramienta clave para identificar peligros en la región.
El objetivo de esta fase de la metodología es recopilar información
suficiente para determinar los elementos que pueden constituir un peligro
ambiental y definir los escenarios. En la figura 3 se refiere a los aspectos que
deben tomarse en cuenta para el levantamiento de información durante la
inspección visual.
Figura 3. Consideraciones técnicas para recopilación de
información

c) Análisis de escenarios
Identificación y definición de causas y peligros Mediante un análisis
de la información disponible y/o visita de campo se logra identificar y definir las
causas de los probables peligros que pueden dañar los entornos naturales o
ambientales, humanos y económicos, de esta manera se estructura el listado
que va a permitir establecer los escenarios de la evaluación de riesgos
ambientales.
Ayuda a obtener información precisa que permita, de forma
sistemática y rigurosa, jerarquizar los riesgos de un ámbito o espacio de
producción en base a una serie de criterios económicos, sociales y
ambientales.
Figura 4. Dirección de la evaluación de riesgos ambientales
Consiste en cuestionar las modificaciones que sucederían si
aparecen sucesos indeseados o se incurre en el incumplimiento de la
implementación o desarrollo de los instrumentos de gestión ambiental, como
son el caso de los pasivos ambientales de una minera, el colapso de los muros
de contención de la relavera, el exceso de la capacidad del volumen, presión
del relave y condiciones climáticas (zona de alta precipitación pluviométrica,
por ejemplo). Finalmente se identifican los peligros que se derivan de la
situación planteada.
Tabla 3. Analisis de la situación presentada

d) Estimación de la gravedad
La estimación de la gravedad de las consecuencias se realiza de
forma diferenciada para el entorno natural, humano y socioeconómico. Para el
cálculo del valor de las consecuencias en cada uno de los entornos, ver la tabla
4.
Tabla 4. Análisis de gravedad. .

e) Estimación del riesgo


El producto de la probabilidad y la gravedad de las consecuencias
anteriormente citadas, permite la estimación del riesgo ambiental. Éste se
determina para los tres entornos considerados, natural, humano y
socioeconómico, según se muestra en la fórmula de la figura 5.
Figura 5. Análisis del riesgo

f) Caracterización del riesgo


II.3.2. Metodología de análisis y evaluación de riesgos
ambientales
La guía de evaluación de riesgos ambientales propone un modelo
estandarizado
para la identificación, análisis y evaluación de los riesgos ambientales que
generan las actividades productivas en un área geográfica, así como la
consecuencia de los peligros naturales.
Figura 5. Metodología de evaluación

II.4. Estudio de un caso especial


Nos detenemos en este sector específico por el retraso existente
en adoptar medidas en nuestro país.
El percloroetileno o PERC (también llamado tetracloroetileno o
tetracloroeteno) es un compuesto organoclorado, es decir, posee una
estructura de base de carbono con átomos de cloro. La familia de
organoclorados (dentro de las que también se incluyen los PCBs y las dioxinas)
presentan una especial problemática a lo largo de todo su ciclo de vida con
respecto al medio ambiente por su carácter tóxico, persistente, acumulativo y
no biodegradable.
Por estas razones, y con el fin de minimizar la degradación de los
ecosistemas, en la Conferencia del Convenio de Barcelona para la Protección
del Mediterráneo se ha propuesto como objetivo la reducción de los vertidos de
organohalogenados (dentro de los cuales se encuentran los organoclorados)
para el año 2005.
La presencia de esta sustancia en el ambiente de trabajo provoca
serias afecciones a la salud de los trabajadores y trabajadoras por generarse, a
lo largo del proceso de limpieza en seco, emisiones tóxicas, a la vez que
residuos y vertidos líquidos de carácter peligroso:
- Emisiones fugitivas y para la ventilación intencionada;
- Filtros usados que contienen hasta 4,5 litros de PERC;
- Lodos tóxicos generados por la destilación de PERC, que
contienen hasta un 50% de PERC y en las cuales también se han detectado
dioxinas;
- Agua contaminada con PERC como resultado de la destilación,
que tradicionalmente son vertidas al sistema de alcantarillado.

2.4.1. Efectos sobre la salud humana


Las vías de exposición del percloroetileno son por inhalación,
ingestión o a través de la piel. Una vez penetrado el PERC, éste se acumula en
el cuerpo, encontrándose concentraciones significativas en la sangre, los
tejidos grasos, el aliento y la leche materna (según muestreos realizados en EE
UU y Canadá).
Los efectos de exposición de corta duración son irritación de los
ojos; afectación del sistema nervioso central, con delirios, mareos y fatiga. La
ingestión puede causar aspiración en los pulmones con riesgo de neumonitis
química, y la exposición muy por encima de los límites podría causar
disminución de consciencia e incluso provocar la muerte.
Los efectos de exposición prolongada o repetida son dermatitis,
afección sistema nervioso central (dolor de cabeza, dificultad de concentración)
y afectación del funcionamiento hepático. Está catalogado como un probable
cancerígeno, principalmente de esófago, riñón, leucemia pulmón, hígado, piel,
páncreas, etc. Investigaciones más recientes son muestra de una fuerte
evidencia de que el riesgo no se limita al ámbito de trabajo.

2.4.2.1. Ambitos de exposición humana.


a) Ocupacional
La exposición que sufren los trabajadores y trabajadoras en el lugar
de trabajo está ampliamente influenciada por el tipo de equipo que se emplea.
Las máquinas de transferencia, que consisten en la transferencia manual de la
ropa empapada en PERC de la lavadora a la secadora, representan una
exposición a concentraciones mayores que las máquinas dry to dry (seco a
seco), puesto que implica además de la inhalación de emisiones fugitivas, un
contacto dérmico.
Actualmente los límites permitidos de exposición (TLV), como
media diaria (8 horas día y 40 horas semana) a PERC en EE UU y en Canadá
es de 50 ppm (341 mg/m3), en Dinamarca es de 30 ppm (205 mg/m3), en
California de 25 ppm (170 mg/m3) y en Suecia es de 20 ppm (136 mg/m3). El
límite de exposición a corto plazo (STEL), durante 10 minutos como máximo al
día, es en EE UU de 100 ppm (685 mg/m3).
b) Hogares
El percloroetileno se ha detectado en niveles mucho mayores en
los hogares de empleados de tintorerías que en hogares en los cuales nadie
trabaja en dicho sector, debido a que el PERC se exhala durante un largo
período, y también es despedido de la ropa del trabajador o la trabajadora.
La exposición humana al PERC proveniente de las tintorerías no se
limita únicamente a trabajadores y trabajadoras, y a las personas que
compartan el hogar. Existe clara evidencia de que en todos los sectores de la
población la exposición a PERC está ocurriendo a través del aire, agua y
alimentos. El PERC entra en el aire de residencias y comercios cercanos a
tintorerías a través de tres vías
- A través del suelo, techo y materiales de las paredes;
- A través de agujeros en los techos, escapes de tuberías, rejillas
de ventilación, y otras rutas de flujo de aire;
- A través de ventanas abiertas o ventiladores, cuando las
tintorerías ventilan su espacio desde dentro hacia fuera.
Se encuentran expuestos a un riesgo más alto personas de
avanzada edad, niños, mujeres embarazadas y los fetos, puesto que el PERC
penetra a través de la placenta, y los enfermos crónicos que pasan la mayor
parte de su tiempo en casa.
c) Contaminación de la comida
Se han medido elevadas concentraciones de PERC en la comida,
particularmente comidas grasas como la mantequilla, de tiendas y hogares
cercanas a tintorerías. Las concentraciones de PERC en las mismas aumentan
con respecto al tiempo de almacenamiento cerca de dicha instalación. De
acuerdo con la Food & Drug Administration de EE UU, los niveles base de
PERC en la comida son generalmente de menos de 50 ppb. Sin embargo, un
estudio sobre mantequillas de tiendas adyacentes a tintorerías, realizado en
Washington DC, mostraba niveles mucho más altos, entre 100 ppb y 1.000
ppb. Varias muestras tomadas de tiendas dos puertas más abajo mostraban
niveles desde más de 50 ppb hasta más de 1.000 ppb.
d) Contaminación de la leche materna
Puesto que PERC es soluble y acumulativo en grasas, los lactantes
pueden estar expuestos directamente a concentraciones muy elevadas a través
de la leche materna. La exposición a PERC en el ambiente de limpieza en seco
ha resultado hasta el momento ser el único caso documentado encontrado en
la literatura, que demuestra que una exposición entre una madre y un
contaminante ambiental provoca un impacto adverso agudo sobre la salud del
bebé a través de la leche materna contaminada. El Departamento de Salud del
Estado de Nueva York estima que las consecuencias de exposición
ocupacional contribuyen a la existencia de 58 a 600 casos en exceso de cáncer
por millón de bebés que toman leche materna durante un año.
e) Offgasing
En un experimento de la EPA estadounidense, se detectaron
niveles 2.900 ppb de PERC en un armario con ropa limpiada en seco, 195 ppb
en el dormitorio y 83 ppb en un cuarto adyacente. Estas concentraciones
exceden los valores guía de Nueva York para exposición crónica a PERC en
aire interior por un factor de 190.
2.4.2. Efectos medioambientales
a) Aire
El PERC no es muy persistente en el aire, por tener tendencia a
reaccionar fotoquímicamente al estar expuesto a la luz solar y también por
reaccionar con los radicales de hidróxilo. Esta degradación puede ocurrir en un
plazo comprendido entre unas horas hasta unos meses, por lo que no se
considera un agente destructor de la capa de ozono, pero sí puede sufrir el
transporte a largas distancias.
Los productos de descomposición del PERC son principalmente
fosgeno y cloroacetil cloruros, aunque también se producen cloruro de vinilo,
ácido tricloroacético (TCA) y tetracloruro de carbono. Estos productos son más
persistentes y pueden ser más tóxicos. Se estima que hasta un 8% (en peso)
de PERC atmosférico se convierte en tetracloruro de carbono, que es uno de
los principales agentes destructores de la capa de ozono. El TCA fue
intencionalmente producido por la industria como herbicida, y puede fácilmente
ligarse a la degradación de los bosques europeos.
b) Aguas superficiales
La lluvia arrastra el PERC atmosférico al medio acuático, pero la
mayor parte se vuelve a evaporar muy rápidamente y, dependiendo del viento y
condiciones de mezcla, la vida media puede variar desde varias horas a varias
semanas. El PERC puede incorporarse al medio biológico y ser metabolizado.
Muchos de los productos de degradación de PERC formados en el agua son a
menudo más persistentes (en el agua) que el mismo PERC.
d) Aguas subterraneas
Típicamente, una tintorería genera entre 4,5 y 9 litros de agua
contaminada de PERC al día. La mayoría de las tintorerías desechan estos
vertidos directamente al cauce público, que en gran parte termina en los
acuíferos subterráneos. La migración de la porción de PERC que no se
evapora, del suelo o de las tuberías, hacia los acuíferos subterráneos supone
la acumulación de esta sustancia en dichos fondos, donde son bastante
persistentes.
III. Referencias Bibliográficas
ECHEMENDIA, B. 2011. Definiciones acerca del riesgo y sus implicaciones.
INHEM. La Habana, Cuba. 35p.
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. 2010. Ley orgánica de
prevención, condiciones y medio ambiente de trabajo. Caracas,
Venezuela. 24p.
FEINHOLZ, D. ÁVILA, H. 2010. Consideraciones sobre el concepto de riesgo
en el campo de la salud. El Cotidiano. Azcapotzalco, México. 9p.

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