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Ibagué, 18 de abril de 2020.

Señor(a).
JUEZ CUARTO PENAL MUNICIPAL CON FUNCIONES DE CONOCIMIENTO.
Ciudad.

Ref: Contestación Acción de tutela.

Expediente No.: 2020 – 00049.


Accionante: Juan Daniel Serrano Guerrero.
Accionado: Paola Andrea Falla Aldana.

Paola Andrea Falla Aldana, identificada como aparece al pie de mi firma, actuando en
nombre propio, por medio de este escrito doy respuesta a la acción de tutela presentada
en mi contra por el señor Juan Daniel Serrano Guerrero, y sustento las razones por las
cuales no se configura ninguna violación de los derechos a la Intimidad, Buen Nombre y
Honra y me opongo a la totalidad de las pretensiones con base en los argumentos de
hecho y de derecho que sustento a continuación:

1. SOBRE LOS HECHOS

 Hecho 1. No hay comentarios sobre este numeral ya que es un dato irrelevante y


no puede ser constatado por el accionante.

 Hecho 2. Es cierto según lo manifestado por el accionante pero aclarando que es


una situación irrelevante.

 Hecho 3. Es cierto según lo manifestado por el accionante, hecho que endilga al


señor Serrano establece una mayor responsabilidad por parte del accionante –
dado su conocimiento técnico del tema- para el cumplimiento del Contrato Privado
de Adopción de Animales suscrito el día 29 de febrero de 2020 en especial de las
cláusulas primera, segunda, tercera, quinta, séptima y novena del mismo (Ver
Prueba 1).

 Hecho 4. Es cierto.

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 Hecho 5. Es cierto, y como lo demostraré en este escrito el accionante incumplió
las cláusulas primera, segunda y séptima del Contrato Privado de Adopción de
Animales.

 Hecho 6. Es cierto; el control y seguimiento posterior a la entrega de un animal en


adopción se ampara en la cláusula novena Contrato Privado de Adopción de
Animales.
 Hecho 7. Es falso, y como lo demostraré en este escrito el accionante otorgó
versiones contradictorias y falaces sobre el destino y desaparición del animal
entregado en adopción lo cual fue corroborado por su señora madre Marcela
Guerrero según lo descrito en el Hecho 15 de la acción de tutela y manifestado vía
telefónica el día 8 de marzo de 2020 a mi esposo Ernesto Valderrama Restrepo.

 Hecho 8. Es cierto, lo que establece un esfuerzo perseverante por adoptar gatos en


especial de color de piel negro. Para el día 6 de marzo el accionante ya había
incumplido el Contrato Privado de Adopción de Animales suscrito el día 29 de
febrero de 2020, no obstante insiste en adoptar un segundo animal sin tener en
cuenta su incapacidad por garantizar lo dispuesto en la Declaración Universal de
los Derechos de los Animales proclamada por la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO y proclamada el 21 de
octubre de 1989.

 Hecho 9. Es cierto, lo que corrobora las versiones falaces sobre el destino del
animal entregado en adopción el día 29 de febrero de 2020 y comprueba el
incumplimiento de las cláusulas primera, segunda y séptima del Contrato Privado
de Adopción de Animales (Ver Prueba 1).

 Hecho 10. Es cierto, por fortuna, ya que al momento de solicitarle la entrega del
segundo animal en cuestión, éste presentaba signos letargo y somnolencia y al
momento de examinarla presentaba un fuerte olor a la sustancia Cannabis. Cabe
destacar que en ese momento el señor Serrano presentaba un comportamiento
extraño, confuso, errático, con movimientos torpes y con percepción distorsionada
de la realidad. En el ambiente se percibía un intenso olor característico del uso de
la marihuana. Estos hechos son atestiguados en calidad de testigo presencial bajo
la gravedad de juramento por la señora Guisella Paola Espitia Forigua (Ver Prueba
2).

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 Hecho 11. Es cierto, la publicación en mención se realizó como medida preventiva,
protectora, defensora y alarmante a la comunidad activista animalista en pro de
evitar en un futuro las situaciones descritas que conllevaron a un incumplimiento
del Contrato Privado de Adopción de Animales. Decidí realizar la publicación como
una manera de expresar libremente mi pensamiento, opiniones y el sentimiento
de impotencia que me embargó al vivir personalmente como se vulneraba la vida
de un animal en estado de indefensión y consagrados en la Declaración Universal
de los Derechos de los Animales proclamada por la UNESCO y en la Ley 1774 de
2016 en su artículo No.1.

 Hecho 12.1. Es parcialmente cierto porque como lo demostraré en este escrito


estoy ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión de mis pensamientos y
opiniones. Sin embargo, quiero manifestar que los calificativos asignados por el
accionante (“frases injuriosas”, “que denotan falta de decoro”, “vejaciones”,
“expresiones parcializadas…”) constituyen una opinión, no un hecho.

 Hecho 12.2 Es parcialmente cierto en cuanto a que en el mensaje publicado se


solicitó a la comunidad difundir estos hechos con la finalidad ya descrita; sin
embargo, lo demás es solamente una afirmación subjetiva del accionante que no
constituye un hecho. Le informo a su Señoría que el día 9 de marzo realicé una
publicación en mi red social Facebook exhortando a la comunidad animalista,
seguidores de la publicación en mención y demás interesados a no agredir ni
amenazar al accionante (Ver Prueba 3).

 Hecho 12.3. Es parcialmente cierto pues como lo demostraré en este escrito estoy
ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión de mis pensamientos y opiniones.

 Hecho 13. Es parcialmente cierto pues como lo demostraré en este escrito no se


está difamando o afectando injustamente el nombre e imagen del accionante.

 Hecho 14. Es cierto, la señora Guerrero envió ese mensaje a la suscrita, pero
aclarando que el mensaje manifiesta –como es evidente- solo una opinión de la
señora Guerrero.

 Hecho 15. Es parcialmente cierto. Si bien mi esposo y yo dialogamos


telefónicamente con la señora Marcela Guerrero - madre del accionante - y no
accedimos a eliminar la publicación, la señora Guerrero nos endilga la
responsabilidad por la integridad personal de su hijo lo cual constituye una opinión

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de la señora Guerreo y no un hecho. Reitero que el día 9 de marzo de 2020 realicé
una publicación en mi red social Facebook exhortando a la comunidad animalista y
demás interesados a no agredir ni amenazar al accionante (Ver Prueba 3)
reforzando mi pensamiento y opinión respecto de los hechos acontecidos.

En esa misma conversación telefónica, la señora Guerrero manifiesta que la


versión inicial de los hechos con la gata entregada el día 29 de febrero de 2020
comunicada por su hijo es falsa, puesto que el hecho real era que la mascota había
escapado de su residencia. Lo anterior infiere –en principio- dos situaciones acerca
del destino final del animal en cuestión:

i) La gata entregada murió de forma accidental por asfixia mientras el señor


Serrano dormía sobre ella como lo afirma el accionante en el Hecho 9. Ante
esto, quiero comunicarle a su Señoría que, dada mi experiencia cercana a
ocho años ejerciendo la labor de rescatista y activista animal
principalmente de la especie de los felinos, en la cual interactúo con ellos
desde los primeros días de su nacimiento implicando cuidados básicos
como su alimentación y crecimiento, nunca he conocido un caso que
tuviera un desenlace moderadamente similar a lo relatado por el señor
Serrano. Y si hubiese sido cierto, revela vehemente el incumplimiento del
Contrato Privado de Adopción de Animales (Ver Prueba 1) en su cláusula
primera, además de violar –presuntamente- lo dispuesto en el Artículo No.
1 de la Ley 1774 de 2016 el cual establece que:

“Los animales como seres sintientes no son cosas, recibirán especial


protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o
indirectamente por los humanos, por lo cual en la presente ley se tipifican
como punibles algunas conductas relacionadas con el maltrato a los
animales, y se establece un procedimiento sancionatorio de carácter
policivo y judicial”.

ii) La gata escapó de la residencia del Accionante como lo manifiesta su


señora madre en el relato del presente hecho. Aquí me permito informarle
a su Señoría que, dada mi experiencia cercana a ocho años ejerciendo la
labor de rescatista y activista animal principalmente de la especie de los
felinos, es un hecho improbable dada que la escasa edad del animal de dos
meses le impediría realizar por su propios medios un largo trayecto sin que
el señor Serrano o cualquiera de sus vecinos dieran cuenta de ello. Aún más

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improbable ya que el señor Serrano reside –al menos para la época de los
hechos- en un edificio de apartamentos dónde hay restricciones de libre
circulación hacía la calle exterior, mayormente para un animal tan
pequeño. Aún si fuere cierto este hecho, aquí el señor Serrano nuevamente
incumpliría del Contrato Privado de Adopción de Animales (Ver Prueba 1)
en su cláusula primera, además de violar presuntamente lo dispuesto en el
Artículo No. 1 de la Ley 1774 de 2016 citado anteriormente.

Adicionalmente la señora Valentina Perdomo Cárdenas quien reside en un


apartamento contiguo al del señor Serrano me manifestó–bajo la gravedad de
juramento- (Ver Prueba 4) que durante los días previos y posteriores a la entrega
en adopción de la gata el día 29 de febrero de 2020, escuchó llantos de intenso
dolor durante varias noches seguidas provenientes del domicilio del señor Serrano
de lo que, según su testimonio, sería un gato (a). Esto demostraría que el señor
Serrano adquiría animales antes de la gata que yo le entregue en adopción y
siembra un manto de duda sobre las actividades del Accionante según lo
certificado por la señora Perdomo. En la visita de seguimiento que le realice al
señor Serrano el día 7 de marzo de 2020 no evidencié que el primer animal
custodiado por el Accionante antes de que yo le entregara la gata, estuviera con
vida.

 Hecho 16. Es parcialmente cierto en cuanto a que la madre del accionante envió a
la suscrita dicho mensaje. En cuanto a la angustia de ésta por las supuestas
amenazas que recibió su hijo, esto no comporta un hecho sino una afirmación
subjetiva del accionante. Se informa a su Señoría que el día 9 de marzo –con
extrañeza- se recibieron a través de la aplicación de mensajería de la red social
Facebook unos mensajes por parte de un señor identificado como Jacobo Gómez y
un señor Alejandro Ochoa a mi perfil y al de mi esposo en los cuales se manifiesta
una evidente animadversión hacia mí (Ver Pruebas 5 y 6).

 Hecho 17. No es cierto. El día 9 de marzo -1 día después de la publicación original-


se realizó un comunicado público en mi red social Facebook exhortando a la
comunidad animalista y demás interesados a no agredir ni amenazar al accionante
(Ver Prueba 2).

 Hecho 18. No es cierto, puesto que la publicación solo fue compartida en mi perfil
de la red social Facebook más nunca yo la exhibí en grupos de las ciudades de
Medellín y Cali. Al colocar el nombre del Accionante o los términos de la

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publicación en un motor de búsqueda, no se encuentra ninguna página en donde
repose el mensaje, ya que este no fue compartido en una página de internet.

 Hecho 19. No hay comentarios sobre este numeral ya que es un dato irrelevante y
no puede ser constatado por el accionante.

 Hecho 20. No hay comentarios sobre este numeral ya que es una opinión, no un
hecho.

 Hecho 21. Parcialmente cierto, en cuanto a que no se accedió a eliminar la


publicación por las razones ya relatadas. Frente a lo demás, es un comentario
irrelevante del accionante Como lo demostraré en este escrito, dicha publicación
está enmarcada en mi ejercicio del derecho de libre expresión de mi pensamiento
y opiniones.

2. PRONUNCIAMIENTO RESPECTO A LAS PRETENSIONES

Manifiesto que me opongo a la totalidad de las pretensiones de la acción de tutela, toda


vez que no se configura ninguna vulneración a los derechos fundamentales cuya
protección se solicita, en la medida que, como se explicará más adelante, las opiniones y
afirmaciones realizadas en mi publicación de la red social Facebook están amparadas por
mi derecho fundamental a la libertad de expresión y están fundamentadas en pruebas
contundentes, así como por mi derecho de activismo en pro del cumplimiento de los
principios de protección al animal, bienestar animal y solidaridad social.

En tal sentido, no procede la eliminación de la publicación realizada en mi red social


Facebook el 8 de marzo de 2020 ni la eliminación de forma definitiva de las fotografías
que tengo almacenadas.

3. FUNDAMENTOS DE DERECHO

Las afirmaciones tienen justificación y causa cierta y real.

La jurisprudencia constitucional ha señalado que “se atenta contra este derecho cuando,
sin justificación ni causa cierta y real, es decir, sin fundamento, se propagan entre el
público -bien en forma directa y personal, y a través de los medios de comunicación de
masas- informaciones falsas o erróneas o especies que distorsionan el concepto público
que se tiene del individuo y que, por lo tanto, tienden a socavar el prestigio y la confianza

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de los que disfruta en el entorno social en cuyo medio actúa, o cuando en cualquier forma
se manipula la opinión general para desdibujar su imagen”.

Sin embargo, la jurisprudencia fundante de este concepto, la T-228 de 1994, también


indicó que:

“el derecho al buen nombre no es gratuito. Por su misma naturaleza, exige como
presupuesto indispensable el mérito, esto es, la conducta irreprochable de quien
aspira a ser su titular y el reconocimiento social del mismo. En otros términos, el
buen nombre se adquiere gracias al adecuado comportamiento del individuo,
debidamente apreciado en sus manifestaciones externas por la colectividad.

Lo anterior implica que no está en posición de reclamar respeto y consideración a


su buen nombre quien ha incurrido en actos u omisiones que de suyo generan el
deterioro del concepto general en que se tiene al interesado. Así, el que incumple
sus obligaciones y persiste en el incumplimiento se encarga él mismo de ocasionar
la pérdida de la aceptación de la que gozaba en sociedad y no puede, por tanto,
aspirar a que se lo reconozca públicamente como persona digna de crédito.”

Eso mismo acontece en los diversos campos de la vida social, en los cuales la conducta
que una persona observa, cuando es incorrecta, incide por sí sola, sin necesidad de
factores adicionales y de una manera directa, en el desprestigio de aquella.

Presunción de cobertura ab initio para todo tipo de expresiones, incluyendo discursos


chocantes, ofensivos o perturbadores.

En principio, todas las expresiones de cualquier contenido están amparadas por el


derecho a la libertad de expresión. Ello es así, independientemente de lo chocante,
extravagante, inaceptable, indecente, ofensivo, absurdo, perturbador, escandaloso,
inquietante, desagradable, vulgar, ordinario, inusual, irrazonable, extraño o grosero que
pueda considerarse el contenido de lo que se habla, escribe o expresa de cualquier modo
en un momento social determinado. Existe, así, una presunción de cobertura de todos los
discursos por el derecho a la libertad de expresión, que opera ab initio.

En palabras de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, «esta presunción general


de cobertura de todo discurso expresivo se explica por la obligación primaria de
neutralidad del Estado ante los contenidos, y como consecuencia, por la necesidad de

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garantizar que, en principio, no existan personas, grupos, ideas o medios de expresión
excluidos a priori del debate público».1

Así, la principal consecuencia que se deriva de esta presunción de cobertura es que la


libertad de expresión protege no solo las ideas, informaciones o expresiones que son
recibidas con beneplácito, favorablemente o con indiferencia, sino también aquellas que
ofenden, chocan, disgustan, inquietan, resultan ingratas o perturban, sea al Estado y a
quienes lo representan, o a un determinado grupo de la población. Esta regla ha sido
aplicada reiteradamente tanto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos como
por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los cuales insisten, para justificarla, en que
esa es una de las exigencias básicas del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura
que definen una democracia.

4. FUNDAMENTOS DE OPOSICIÓN A LAS PRETENSIONES

Presunciones de Constitucionalidad en favor de la libertad de expresión.

La Corte Constitucional en su jurisprudencia ha señalado que la libertad de expresión se


encuentra amparada por una serie de presunciones de constitucionalidad en su favor,
cuando en Sentencia 050 de 2016 expresó:

“(i) que toda expresión está amparada prima facie por el derecho a la libertad de
expresión; (ii) que en los eventos de colisión del derecho a la libertad de expresión
con otros derechos fundamentales, en principio, aquel prevalece sobre los demás;
(iii) que cualquier limitación de una autoridad pública al derechos a la libertad de
expresión se presume inconstitucionales, y por lo tanto deber ser sometida a un
control constitucional estricto; (iv) que cualquier acto de censura previa por parte
de las autoridades es una violación del derecho a la libertad de expresión, sin que
ello admita prueba en contrario”.

Visto lo anterior, y sin perjuicio de todos los argumentos expuestos líneas atrás, queda
absolutamente claro con todo lo dicho y probado a lo largo de la presente contestación,
que los alegatos presentados por el accionante de ninguna manera logran desvirtuar las
presunciones constitucionales que protegen mi derecho fundamental a la libertad de
expresión.

1
CIDH, Relatoría Especial para la Libertad de Expresión. Marco jurídico interamericano sobre la libertad de
expresión. OEA/Ser.L/V/II. CIDH/RELE/INF.2/09. 30 diciembre 2009, párr. 30.

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Las manifestaciones cuestionadas están protegidas por el derecho a la libertad de
expresión.

En este caso, la libertad de expresión otorga una protección reforzada a mis


manifestaciones porque se relacionan con temas de interés general y que tienen un alto
impacto en la sociedad. Cabe señalar, que las opiniones y afirmaciones reprochadas en la
tutela, se han efectuado en mi ejercicio no solo como ciudadana, sino particularmente
como activista animalista que propende por el cumplimiento de los principios de
protección animal, bienestar animal y solidaridad social.

El mensaje que publiqué en mi red social Facebook tiene un nivel de buscabilidad y


encontrabilidad bajo, pues al buscar las expresiones contenidas en la publicación, o el
nombre del accionante en un motor de búsqueda, no se encuentra ninguna página en
donde repose el mensaje, ya que este no fue compartido en una página de internet.

Adicionalmente, soy una ciudadana que no goza de un reconocimiento o figuración


pública por lo que el impacto de mis opiniones es reducido.

La intención de las afirmaciones de la publicación en mi red social Facebook de ninguna


manera tiene como propósito afectar la Honra, Buen Nombre e Intimidad del
Accionante.

De ninguna manera las afirmaciones están dirigidas a desprestigiar al Accionante, pues de


esto se encarga el propio señor Serrano con sus actitudes erráticas, su señora madre
Marcela Guerrero entregando versiones falaces de los hechos acontecidos con el animal
entregado en adopción al Accionante, un amigo del señor Serrano identificado en la red
social Facebook como Jacobo Gómez quien reconoce actitudes erráticas en cuanto al
manejo de animales en adopción por parte del Accionante y el testimonio verbal
entregado por la señora Perdomo relatado en mi respuesta al Hecho 15 en el presente
documento.

Tan solo al examinar la postura de la señora Marcela Guerrero en el Hecho 15 en el cual


admite haber ocultado lo que –presuntamente- ocurrió en realidad, se puede establecer
que la propia progenitora del Accionante se encarga de deteriorar su prestigio.

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Mi opinión sobre el Accionante Juan Daniel Serrano Guerreo y su incumplimiento al
Contrato Privado de Adopción de Animales.

Es de destacar que el señor Serrano nunca realizó el más mínimo esfuerzo por haber
auxiliado al animal ni haberme informado, como era su deber legal y moral, los hechos
ocurridos. No presentó prueba alguna de las acciones tendientes al auxilio del animal
entregado para su custodia.

El accionante no desarrolló ninguna actividad tendiente a garantizar los principios


consagrados en el Artículo No. 3 de la Ley 1774 de 2016, el cual establece lo siguiente:

a) Protección al animal. El trato a los animales se basa en el respeto, la solidaridad, la


compasión, la ética, la justicia, el cuidado, la prevención del sufrimiento, la
erradicación del cautiverio y el abandono, así como de cualquier forma de abuso,
maltrato, violencia, y trato cruel;
b) Bienestar animal. En el cuidado de los animales, el responsable o tenedor de ellos
asegurará como mínimo:
1. Que no sufran hambre ni sed,
2. Que no sufran injustificadamente malestar físico ni dolor;
3. Que no les sean provocadas enfermedades por negligencia o descuido:
4. Que no sean sometidos a condiciones de miedo ni estrés;
5. Que puedan manifestar su comportamiento natural;
c) Solidaridad social. El Estado, la sociedad y sus miembros tienen la obligación de
asistir y proteger a los animales con acciones diligentes ante situaciones que pongan en
peligro su vida, su salud o su integridad física.

Adicionalmente el señor Serrano ha dado muestra de una sistemática búsqueda de


animales para ser acogidos en adopción. Posterior al 9 de marzo pasado, dos personas me
contactaron a través de mi red social Facebook y me manifestaron que el Accionante los
buscó a través de la red social Facebook insistentemente para solicitarles los gatos (Ver
prueba 7). Una de ellas le entregó una gata en adopción sin que se sepa que aconteció
con dicho animal. Esto demuestra un ánimo perseverante, ansioso y sospechoso por
obtener animales a como dé lugar por parte del Accionante para mantenerlos bajo su
custodia.

Salta a la vista que el Accionante tiene unos muy confusos propósitos en su proceder
respecto a los animales que ha acogido en calidad de adoptante ya que, como lo
demuestran los hechos que aporto en mis pruebas, en un lapso inferior a diez días
calendario fue responsable por la desaparición de dos especímenes felinos de
aproximadamente dos meses de edad.

El Accionante intenta utilizar un mecanismo constitucional para desconocer mi derecho


fundamental a la libertad de expresión.

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