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Suplemento

La educación
junio
2019

en debate #71

¿Qué es injusto
Estas diferencias entre el régimen de
amonestaciones y el actual sistema esco-
lar de convivencia son reconocidas por el
rector de una escuela ubicada en el barrio
porteño de Parque Avellaneda, haciendo
alusión a que el nuevo modo de resolución

en la escuela?
de conflictos se ajusta a las características
juveniles contemporáneas: “En aquel mo-
mento una amonestación era el límite; hoy
no lo sería. Ahora tenés que convencer al
estudiante de que hay una situación mejor.
Antes, lo mejor era lo que te decía la escue-
por Denise Fridman* y Lucía Litichever** la y punto. No había posibilidad de pensar-
lo de otro lado. Hoy, sí. Ahora el sistema de
amonestaciones sería un caos, no modifi-
caría nada”. Y vincula dichas reflexiones

E
con el sentido de la suspensión transitoria,
n un bachillerato secundario pando el segundo lugar luego de la deman- bios más significativos podemos mencio- una de las sanciones más utilizadas actual-
del partido de Moreno, una es- da por la mejora en infraestructura (1). nar la promoción de la gestión de conflic- mente: “Es una marca, ese día no vino a la
tudiante de 4º año se queja: “Si Si bien los reglamentos de convivencia tos desde la conformación de acuerdos co- escuela. En nuestra escuela la suspensión
sos mujer, no podés ir con re- son una referencia común para determinar lectivos y el establecimiento de vías de par- va acompañada de un trabajo de reflexión
mera corta o short pero si sos si una acción puede realizarse en la escue- ticipación y expresión a través de repre- de acuerdo a la falta que se hizo. No es ni
varón, no te dicen nada. Es horrible”. Otra la, en la vida cotidiana de las aulas surgen sentantes, buscando una construcción de uno ni dos días de vacaciones”.
estudiante de 5º año de un colegio de la ciu- desencuentros y discrepancias acerca del ciudadanía juvenil basada en mecanismos Esta diferencia es una de las caracte-
dad de Comodoro Rivadavia reclama que en sentido otorgado a muchas de estas nor- democráticos y marcos comunes de justi- rísticas destacadas del sistema actual: re-
la escuela no escuchan las “versiones” de los mas. Se abren así dos focos de discusión: cia entre estudiantes y docentes. La parti- conoce a los estudiantes como sujetos de
involucrados cuando hay peleas entre estu- por una parte, diferentes concepciones en cipación de los distintos actores escolares derechos, en el sentido de garantizarles
diantes y que así se toman decisiones equi- torno al contenido justo o injusto de cier- en la discusión de las normas y la búsque- la participación, el ejercicio de la opinión
vocadas. “No los escuchan –dice–. Se aga- tas regulaciones y, por otro, discrepancias da de resolución de los conflictos generan y la reflexión acerca de su educación. Así,
rraron a pelear, listo, sanción”. En un aper- acerca de los modos cotidianos de resolver aspectos novedosos muy interesantes pa- el sistema de convivencia tiene como obje-
cibimiento escrito de una secundaria de los conflictos surgidos por el no cumpli- ra analizar cómo se conforman los víncu- tivo la formación de los jóvenes en la vida
Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires, con- miento de una norma. los intra e intergeneracionales en las aulas. democrática, impacta en la formación ciu-
feccionado por “molestar durante la clase y La forma en que la normativa es aplicada dadana y habilita espacios para el ejercicio
no comportarse como corresponde e inte- Sistemas de convivencia en cada institución puede hacer de la expe- de la ciudadanía por cuanto promueve una
rrumpir constantemente”, un estudiante de Algunos de los problemas mencionados in- riencia escolar un recorrido gratificante o, participación activa respecto de la elabora-
2º año escribe en el descargo que la sanción tentaron saldarse en las últimas décadas a por el contrario, dejar la impresión de que ción de las normas que los rigen, los modos
es injusta “porque por lo que yo pienso no partir de modificaciones en las regulacio- se es objeto de decisiones arbitrarias. de resolución de los conflictos y en ocasio-
molesté a mis amigos, realicé todo lo pedido nes y en los modos de definición y de cons- Antes, la resolución de los conflictos en nes también la contribución en la organiza-
y no incomodé a ninguno de mis compañe- trucción de las normativas escolares. La las escuelas se dirimía a través de la aplica- ción y definición de distintos aspectos de la
ros, es decir por mi parte los dejé trabajar”. década de 1990 se constituyó en un perío- ción de amonestaciones, un mecanismo vida escolar. En el trabajo de investigación,
Otro compañero, de la misma división, obje- do de grandes cambios para el sistema edu- disciplinar que no establecía relación en- encontramos que cuando los estudiantes
ta que las autoridades lo sancionen cuando cativo nacional y no fue una excepción el tre la falta y la sanción sino que se aplica- participan de forma genuina en la defini-
usa gorro porque tiene frío. modo de regular los comportamientos y los ba de modo discrecional en cada situación. ción de las normas, luego hay un mayor
El cuestionamiento acerca de si una nor- vínculos en la escuela secundaria. Desde fi- A la vez, ese sistema les permitía a los es- cumplimiento de ellas. Esta relación per-
ma o situación escolar es justa es una cons- nes de ese decenio, la mayoría de las juris- tudiantes hacer un uso especulativo de la mite pensar que las reglas que fueron ela-
tante de los estudiantes. Las concepciones dicciones del país comenzaron a modificar cantidad de amonestaciones anuales con boradas involucrando a los estudiantes es-
sobre qué debe suceder en las aulas en re- su normativa de regulación de las conduc- las que contaban. Este régimen no preveía tán más relacionadas con las necesidades
lación a las reglas de convivencia muestran tas estudiantiles a través de la implementa- un trabajo de reflexión ni una instancia de del funcionamiento de la cotidianidad es-
muchas veces divergencias de intereses y ción de sistemas escolares de convivencia. descargo respecto de la conducta transgre- colar, y su contenido tiene un sentido más
de expectativas entre jóvenes y adultos. No Estas propuestas de cambio fueron impul- sora, no generaba un espacio de diálogo genuino. Por el contrario, el mero hecho de
todas las situaciones son evaluadas de la sadas por perspectivas que plantearon la entre los actores involucrados y, por otra que las normas estén escritas y sean cono-
misma manera ni bajo los mismos paráme- revisión del pasado reciente, signado por el parte, se le podía informar directamente a cidas por los estudiantes no parece condu-
tros, aspecto que genera malestar o recla- autoritarismo extremo de la última dicta- las familias que debían firmar los partes de cir directamente a su cumplimiento.
mos, y a  veces hasta naturalización de mo- dura cívico-militar. Buscaron, además, un amonestaciones sin notificar previamente Una secundaria del barrio porteño de
mentos conflictivos. En una investigación reposicionamiento frente a una crisis de la al alumno sancionado. Agronomía generó un modo de construc-
llevada adelante entre los años 2016 y 2018 autoridad adulta y una frontera difusa en- Actualmente disciplina y convivencia no ción de las normas en forma conjunta en-
en escuelas de gestión estatal de la Ciudad y tre lo permitido y lo prohibido (2). pretenden ser un mero cambio de figuritas tre docentes y estudiantes que permitió
la Provincia de Buenos Aires y de la ciudad La definición de las normas, de qué as- sin implicancias en la vida escolar sino que una apropiación genuina, las formuló de
de Comodoro Rivadavia, ante la pregun- pectos regular así como de qué modo se in- más bien la convivencia procura introducir modo propositivo, donde se planteaba, por
ta a estudiantes por las situaciones que les terviene ha sido propuesta como una cons- una perspectiva más amplia buscando pro- ejemplo, en qué momentos escolares se po-
parecen injustas, el trato diferencial de las trucción colectiva y contextualizada, de mover un clima propicio para la generación día usar la visera, cuándo podía utilizarse
autoridades y profesores hacia los alumnos manera que responda a las características de los vínculos escolares y facilitar espacios el celular o estaba permitido tomar mate, y
es uno de los reclamos más frecuentes, ocu- de cada comunidad educativa. Como cam- de participación e involucramiento (3). no establecía diferencias de género. Es- d
II | La educación en debate #71 ¿Qué es injusto en la escuela?

d to fue posible en la construcción colec- generan desconcierto en las escuelas acer-


tiva, mediante debates, intercambios, dis- ca del tipo de intervención que deben asu-
cusiones que les permitieron llegar a estos mir, que muchas veces han dejado solos a
acuerdos, reconociendo que las normas los estudiantes sin brindar un abordaje pe-
anteriores no se adecuaban a la escuela de dagógico y preventivo. Un trabajo sistemá-
hoy y no se estaban cumpliendo. tico desde la perspectiva de la educación
sexual integral permitiría repensar los vín-
¿Hubo cambios?   culos entre mujeres y varones y abordar las
Pese a estas posibilidades de participación, situaciones abusivas, cuando sucede entre
que muchas escuelas promueven y habili- estudiantes, superando estrategias puniti-
tan, encontramos que las exigencias perci- vistas que no hacen más que estigmatizar y
bidas por la mayoría de los estudiantes de excluir a los jóvenes acusados.
parte de los docentes, preceptores y equi- Que los estudiantes encuentren espa-
pos directivos, suelen ser bastante similares cios de participación que los impliquen en
a las que se imponían con anterioridad a las la vida escolar es un paso fundamental que
modificaciones: llegar a tiempo, no faltar, ha permitido avanzar en la democratiza-
estudiar, respetar a los adultos. Todas ellas, ción de las relaciones dentro de las escue-
normas explícitas e implícitas, son com- las. Esto se ha conseguido con mayor o me-
ponentes de un contrato didáctico, en pa- nor éxito en las diferentes escuelas. Aque-
labras del matemático francés Guy Brous- llas que han avanzado lograron generar lo
seau, que se establece entre docentes y es- que el sociólogo español Mariano Fernán-
tudiantes para permitir el desarrollo de una dez Enguita (7) denomina convivencia, no
clase. Sin embargo, estas exigencias res- solamente como una serie de reglas escri-
ponden a expectativas de un rol de alumno tas sino también la convivencia escolar que
ideal que continúa presente en el imagina- reconoce al otro como miembro de una
rio docente, anclado en la matriz originaria misma comunidad. Esto es posible si am-
de la secundaria. Se produce una búsque- bos se rigen por las mismas normas, pero
da por recuperar a aquel alumno que hoy sobre todo si son portadores de los mis-
es bien distinto, porque, como resultado de mos derechos y obligaciones, teniendo en
luchas y decisiones políticas, nuevos secto- cuenta las diferencias entre docentes y es-
res han accedido a este nivel de enseñanza, tudiantes en relación a las responsabilida-
obligatorio desde el 2006. De esta forma, la des y roles que le competen a cada quien.
distancia entre las trayectorias teóricas y las El sistema escolar de convivencia po-
trayectorias reales, retomando a la especia- ne de manifiesto la tensión existente en los
lista Flavia Terigi (4), se ponen más en evi- vínculos intergeneracionales. Seguir mi-
dencia: estudiantes que son madres, padres, rando con gran atención cómo visten los
trabajan, todas situaciones que conviven jóvenes no hace más que zanjar el encuen-
con la concurrencia a la escuela. Quizás en tro y quitar el foco de los aspectos impor-
este desfasaje entre el alumno ideal y el real tantes como la generación de espacios que
operen estas exigencias que suelen ser per- posibiliten prácticas ciudadanas democrá-
cibidas por los adolescentes como injustas. ticas. No podemos olvidar que en este caso
A la vez, cuando el incumplimiento en particular los encuentros y desencuen-
consiste en no trabajar en clase o no traer Rómulo Macció, Descontexto, 1968 (fragmento, gentileza Christie’s) tros entre jóvenes y adultos suceden en la
los materiales, cuestiones que remiten al escuela, lo que le otorga un potencial para
corazón del trabajo áulico, es posible que abordar las diferencias, trabajarlas y pro-
los docentes lo sientan como un desafío requieren un apartado propio. El cuestio- que convocó a gran cantidad de jóvenes a mover aprendizajes a partir de ellas. g
directo al sentido de su trabajo (bastante namiento de estudiantes a la regulación de manifestarse en las calles. Los reclamos por
cuestionado en estas épocas) y que remi- qué ropa no pueden usar para asistir a clase la vestimenta se vieron así atravesados por 1. Los testimonios y resultados de encuestas incluidos en
tan a las normas para intentar traer al au- se ha constituido en una bandera de lucha. reivindicaciones acerca de la aplicación de el artículo son producto del trabajo de campo realizado
la a aquel alumno ideal y recuperar la au- Advierten que excede aspectos vinculados la Ley de Educación Sexual Integral, san- en el marco del Proyecto “Escuela secundaria, políticas
toridad docente. Esta situación ocurre en a la seguridad o a la forma de evitar conflic- cionada en el año 2006, como parte de la públicas e impacto en la desigualdad: convivencia
paralelo a otros cambios: los profesores se tos, por ejemplo no concurrir en ojotas o consigna “Educación Sexual para decidir (o y formación intergeneracionales”, dirigido por
Myriam Southwell y codirigido por Pedro Núñez.
atreven a realizar modificaciones en sus con remeras de fútbol que podrían gene- para descubrir cómo ha sido resignificada),
2. Inés Dussel, “¿Se renueva el orden disciplinario
prácticas de enseñanza, incorporan las rar tensiones entre estudiantes de distin- anticonceptivos para no abortar (disfrutar),
escolar? Una lectura de los reglamentos de convivencia
nuevas tecnologías, dan lugar a novedosos tos cuadros, tal como lo presentan profeso- aborto legal para no morir (decidir)”. Una en la Argentina de la post-crisis”, Revista Mexicana
usos del lenguaje y a otros modos de ejer- res, preceptores y directivos. Los alumnos estudiante de una escuela secundaria en de Investigación Educativa, Nº 27, Vol. 10, octubre-
cer su función más allá de la enseñanza de perciben que esta situación está atravesa- Rosario (6) manifiesta que las jóvenes “no diciembre de 2005, Consejo Mexicano de Investigación
contenidos (escuchan, atienden, acompa- da por la diferencia de géneros. Una estu- pueden usar pollera corta porque ‘es provo- Educativa, A.C. Distrito Federal, México.
ñan a estudiantes y sus familias en proble- diante bonaerense de Moreno cuenta: “Su- cador’. La escuela debería enseñar a no ver 3. Lucía Litichever, “De la disciplina a la convivencia”,
máticas que exceden lo pedagógico). puestamente no hay que venir con remera a las personas como objetos.” Revista El Monitor, Ministerio de Educación de la
Por otra parte, en la investigación cita- corta ni con short ni musculosa siendo mu- No solo los estudiantes critican este ti- Nación Nº 31, agosto de 2013. Disponible en: http://
da surge un dato llamativo. Mientras que jer, pero siendo hombre podés usar todo lo po de regulaciones, algunos docentes tam- elmonitor.educ.ar/category/secciones/dossier/
4. Flavia Terigi, “Las cronologías de aprendizaje: un
el 25,5% de los estudiantes manifiesta que que vos quieras”. Estos cuestionamientos bién lo plantean. Una profesora de una es-
concepto para pensar las trayectorias escolares”,
respetar a un adulto es una de las mayores han venido acompañados en los últimos cuela técnica de La Plata advierte: “Hay
conferencia en el Ministerio de Cultura y Educación de
exigencias en la escuela, dicho porcentaje años por acciones colectivas; en distintas cosas con las que yo no estoy de acuerdo, La Pampa, Santa Rosa, 23 de febrero de 2010. Disponible
desciende a 17% cuando el respeto refiere escuelas se han llevado a cabo sentadas o como que no puedan venir con pantalón en: http://www.trabajosocial.unlp.edu.ar/uploads/docs/
al vínculo entre pares. ¿En qué están pen- reclamos más creativos como “pollera- corto. En otras escuelas sí se puede y eso mg__flavia_terigi__las_cronologias_de_aprendizaje__un_
sando los estudiantes cuando se refieren zos”, “shortazos”, donde los estudiantes da la pauta de que la reglamentación está concepto_para_pensar_las_trayectorias_escolares_.pdf  
a respetar a un adulto? ¿Y a un compañe- varones decidieron ir vestidos con polleras un poquito desactualizada”. Por su parte, 5. Pedro Núñez, “Los significados del respeto en la escuela
ro? ¿Qué diferencias entablan entre uno y o shorts en protesta por la regulación de la una profesora de Historia de la escuela de media”, Revista Propuesta Educativa, Nº 27, Vol. 1, año 14.
otro vínculo? ¿Qué esperan los profesores vestimenta hacia las estudiantes mujeres Moreno manifiesta: “Quitaría la norma de 6. Pedro Núñez, “Tramas de la experiencia juvenil en
de sus estudiantes en su relación? ¿Qué sig- como un modo de poner en jaque a estas la vestimenta. Me parece que la ropa no la escuela media: prácticas políticas, regulaciones y
percepción de injusticias”, ponencia presentada en
nifica la “falta de respeto”? Algunas inves- reglamentaciones y de búsqueda de modi- hace, al contrario. Pasa en muchas escue-
IX Jornadas de Sociología de la UNLP, diciembre de
tigaciones han indagado acerca de qué sen- ficación de normas que agrandan la brecha las que los pibes tienen lo que tienen. Me
2016. Disponible en: http://www.memoria.fahce.
tidos adquiere en el ámbito escolar (5). Aun de desigualdad entre los géneros. A modo da bronca, la musculosa se prohíbe para la unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.9204/ev.9204.pdf
cuando es muy difícil llegar a una sola de- de ejemplo, en el 2018 en la escuela Recon- mujer, ¿y el varón cuando se pone el jean 7. Mariano Fernández Enguita, Poder y
finición, existen algunos puntos comunes: quista del barrio de Villa Urquiza, una es- ajustado? Entonces vamos a prohibirle al participación en el sistema educativo. Sobre las
mientras en muchos casos persiste una tudiante de 4º año fue apercibida por parte varón el jean ajustado”. contradicciones de la organización escolar en un
idea del respeto basada casi exclusivamen- de la rectora por concurrir a clase sin corpi- Frente a la falta de un trabajo profun- contexto democrático, Barcelona, Paidós, 1992.
te en el miedo hacia una autoridad, emer- ño, lo que generó apoyo a la estudiante y un do sobre estas cuestiones, emergen modos
gen otros significados más vinculados a la reclamo colectivo en contra de la medida. de resolución de situaciones de violencia
*Docente, investigadora e integrante de la Secreta-
idea de reciprocidad y de una construcción Estas instancias de demanda para modi- desde el propio colectivo estudiantil, sin ría de Extensión y Bienestar Universitario en UNIPE;
sostenida por la admiración y por la com- ficar la regulación de la indumentaria y de el acompañamiento de los adultos en la forma parte del Observatorio de Adolescentes y
prensión que el otro brinda. los cuerpos femeninos se vieron profundi- escuela. Un ejemplo son los “escraches”, Jóvenes del Instituto Gino Germani, FSCO-UBA.  

zadas el año pasado a raíz de la lucha por la tanto presenciales como virtuales, a estu- **Investigadora y co coordinadora del Núcleo de Estu-
dios sobre la Escuela y los Vínculos Intergeneracionales
El short de las mujeres aprobación de la Ley por la Interrupción diantes y docentes varones acusándolos en el Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades en
Las normas referidas al Código de Vesti- Voluntaria del Embarazo, que obtuvo me- de haber tenido actitudes de acoso o abuso Educación en el Área Educación de FLACSO y Docente
menta, como es llamado en las escuelas, dia sanción en la Cámara de Diputados, y hacia alguna estudiante. Estas situaciones y Coordinadora de Prácticas de Primaria en ENS Nº9.
La educación en debate | III

Mara Brawer, ex diputada y ex subsecretaria de Educación Edith Bello, supervisora

Menos arbitrariedad El miedo y los


y más escucha prejuicios de
por Diego Herrera*
los adultos
E
l paso de Mara Brawer por la ¿Qué mejoró la Ley para la Promoción
Cámara de Diputados no re- de la Convivencia?
sultó inadvertido: en 2013 pre- La ley dice claramente que ningún chico
sentó la Ley para la Promo- puede ser sancionado sin antes ser escu-
ción de la Convivencia y el Abordaje de chado. Así se quiebra la arbitrariedad. Ser


la Conflictividad Social en las Institu- escuchado no significa eliminar las san- Muchas veces los estudian- den vestirse de cualquier manera y es
ciones Educativas. “Esa ley –explica– ciones, sino que estas tengan una fina- tes no entienden por qué se les válido, pero todavía la sociedad no es-
es fundamental porque organiza las lidad educativa. Pongo un ejemplo: dos dice que no. Por eso, es funda- tá preparada y es importante entender
pautas de convivencia en las escuelas. chicas golpearon y lastimaron a una ter- mental transparentar los meca- cuestiones relacionadas al propio cui-
El sistema de amonestaciones era ab- cera en la puerta de la escuela. El hecho nismos en que se basan las decisio- dado. Hay que trabajar desde el cuida-
solutamente arbitrario. Ante la misma de que estas dos alumnas tuvieran que ser nes de los adultos”, sostiene Edith do, y no desde el prejuicio”.
broma de un estudiante, un profesor escuchadas permitió saber que habían Bello, supervisora de nivel medio La obligatoriedad del nivel secun-
podía reírse y otro pedir quince amo- golpeado a la otra chica porque formaba en la Ciudad Autónoma de Buenos dario, observa Bello, provocó una
nestaciones.” Brawer también fue sub- parte de un grupo más grande que siste- Aires. De acuerdo con la docente, la gran conmoción en las estructuras de
secretaria de Equidad y Calidad Edu- máticamente les venía diciendo “villeras autoridad se construye día a día y re- la escuela secundaria: “Cambia todo.
cativa en el Ministerio de Educación de mierda”. Seguramente habrá sancio- quiere que los adolescentes sean es- Ahora es la escuela la que tiene que
de la Nación (2009-2011) y es coautora, nes, pero fundamentalmente eso habili- cuchados y considerados como suje- hacerse cargo y tener a los pibes den-
junto a Mariana Lerner, del libro Vio- ta una intervención pedagógica dirigida tos de derecho. Sin embargo, aclara: tro de la institución. Ya no se puede
lencia. Cómo construir autoridad para a todo el grupo. “Esto no quiere decir que se llegue a delegar la responsabilidad en la fami-
una escuela inclusiva (Aique, 2014). una situación de demagogia. A veces lia o en el pibe”. Si bien esta nueva rea-
¿La dificultad para la implementa- los chicos del centro de estudiantes, lidad tiene cada vez más consensos, la
¿Qué normas todavía son percibi- ción de la Ley de Educación Sexual por ejemplo, piden hacer una asam- supervisora advierte que “sigue cos-
das como injustas por parte del es- Integral generó nuevas demandas blea ya. Antes hay que dialogar, sa- tando que muchos profesores entien-
tudiantado? estudiantiles? ber qué necesitan y llegar a acuerdos dan que nadie puede quedarse afue-
Los chicos y las chicas hoy cuestionan Sin duda, el movimiento feminista tu- para que la asamblea se haga en un ra del conocimiento”. Esta dificultad
el funcionamiento general de la es- vo una gran repercusión e influencia en momento en que no afecte demasia- es aún más evidente en escuelas tra-
cuela más que alguna norma en par- las nuevas generaciones. Esto se ve cla- do el desarrollo de las clases”. dicionales, que funcionaron mucho
ticular. Seguimos teniendo un modelo ramente en cómo las y los adolescentes Las situaciones que generan con- tiempo bajo viejos paradigmas.
de escuela secundaria del siglo XIX, y cambiaron los vínculos entre mujeres y flicto y malestar en la escuela no son Históricamente, los problemas de
por lo tanto no se ajusta a las deman- varones, pero también en la aceptación siempre las mismas. Explica Bello: convivencia en la escuela se leyeron en
das estudiantiles. de la diversidad sexual, en la experimen- “Hasta hace tres o cuatro años, el te- una única dirección: era necesario evi-
tación que rompe la imposición de una léfono celular aparecía como algo tar que los adolescentes quebraran de-
¿Cómo impactó la obligatoriedad heterosexualidad obligatoria y con una disruptivo. Había, sobre todo, mu- terminadas normas. Sin embargo, Bello
del nivel secundario en ese modelo definición sexual obligatoria. Lamenta- chas discusiones entre profesores repara en que los problemas de convi-
de escuela del siglo XIX? blemente, también quedó expuesta la au- respecto a qué hacer con los teléfo- vencia son aún más graves cuando la
Hoy las aulas deben recibir una diver- sencia del mundo adulto. nos en las aulas. Hoy creo que esta si- falta proviene del lado de los adultos:
sidad de estudiantes. La escuela gra- tuación se fue naturalizando”. Otro “Empiezan a irrumpir casos de abu-
duada, en cambio, se pensó como una ¿Esa ausencia del mundo adulto es la que foco de conflicto, según la supervi- sos de poder por parte de los profeso-
institución para iguales. Los procesos provoca la irrupción de los escraches? sora, son los códigos de vestimenta: res. Las chicas empiezan a denunciar
de adquisición del conocimiento tie- Sí, pero hay que diferenciar. Cuando el “Hay escuelas que se plantean que acosos o abusos y es urgente atender
nen que ver con muchas circunstan- año pasado, en el acto de entrega de di- los chicos vayan con uniforme o con estos hechos”. Aunque hace una salve-
cias (familiares, cognitivas, sociales) y, plomas, las chicas del Colegio Nacional una remera que los identifique, jus- dad: “Cuando esta situación involucra a
por lo tanto, los tiempos de los apren- Buenos Aires leyeron un documento que tamente para borrar las diferencias y una chica y un varón que tienen la mis-
dizajes son distintos. No somos todos cuestionaba a muchos docentes y a la ins- que nadie se pelee con nadie. La so- ma edad, antes de activar un protocolo
iguales y la escuela tiene que atender titución, estuvieron bien. Fue una insti- lución no es esa: los pibes van a la es- siempre es preferible intentar charlar
esa diversidad. tución que no se preocupó por cuidarlas cuela pública con lo que tienen y con esas cosas al interior de la comunidad”.
y que fue cómplice del abuso de adultos lo que son”. Y a continuación explica: Cuando no hay adultos que puedan
¿Esta es una realidad ligada a lo aca- sobre adolescentes. Ahora, si pasamos al “Frente al miedo, al desconocimien- intervenir rápidamente en los conflic-
démico o también entran en juego vínculo entre pares –que pueden ser pi- to, al diferente, se plantean estas si- tos relacionados con distintos tipos de
factores relativos a la convivencia? bes y pibas de 14 o 15 años–, las cosas son tuaciones de represión, de distancia abuso, reflexiona Bello, tienen lugar
Por supuesto que tiene que ver con la distintas. De pronto las chicas denuncian o de indiferencia. Creo que todo esto los escraches: “Algunos les estamos
convivencia escolar. La inclusión no se que le dijeron que no a un chico, pero él in- tiene que ver con un gran miedo que prestando mucha atención a los chicos
termina cuando se da una vacante: el sistió y le metió una mano en alguna parte tienen los adultos a los adolescentes”. y a las chicas. Pero también hay quie-
chico debe entrar, permanecer y egre- del cuerpo. Se hace un escrache público Muchas veces los códigos de con- nes piensan que esa es una tarea que
sar con los conocimientos que corres- y, como resultado, el chico es segregado. vivencia esconden prejuicios de cla- no les corresponde y los adolescentes
ponden al título. Si la escuela no cumple Eso es grave y peligroso, pero no es culpa se. Dice Bello: “A veces detrás de la quedan muy solos”. Y agrega: “Yo fui
con su función, eso genera violencia. de los chicos: cuando no hay una respues- prohibición del uso de gorras, en rea- adolescente durante la dictadura y la
ta por parte de los adultos, buscan solucio- lidad se esconde la asociación de esa palabra escrache la tengo muy asocia-
¿Qué mecanismos expulsivos siguen nes como pueden. Antes de 2016, muchas prenda con la identidad del pibe cho- da a lo que hacíamos con los militares.
funcionando? conductas respondían a pautas culturales rro. En realidad, no hay ninguna ra- Tiene connotaciones muy fuertes”. La
Una forma consiste en que no se sigan aceptadas. No se puede, dos años después, zón válida para prohibirla”. Pero los tarea pendiente, según la inspectora,
las trayectorias escolares y, entonces, releer esa conducta y sancionarla en for- prejuicios que adquirieron mayor es compleja: “Por un lado, hay que tra-
haya estudiantes marginados de los ma de escrache. Sí hay que marcarla como visibilidad a partir del movimien- bajar con los estudiantes mientras los
procesos de aprendizaje. Luego, como una conducta equivocada. Además, el chi- to #Niunamenos son los de género: adultos también nos deconstruimos
la ley prohíbe claramente que se ex- co escrachado no aprende nada: se siente los códigos de vestimenta suelen no (como se está diciendo ahora). Pero,
pulse a un chico del sistema educativo, agredido por algo que no se le da la posi- ser igualitarios para varones y mu- por otro lado, es cierto que las pibas
a veces se lo sigue haciendo de manera bilidad de cambiar y no puede expresar jeres. Para la supervisora, el trabajo empezaron con los escraches porque
encubierta. Si se considera que un chi- qué le pasó. Si esa conducta es marcada y con esas desigualdades no es senci- no se les creía o no se las tomaba en se-
co, por alguna característica, no puede el chico se ubica subjetivamente cuestio- llo: “Primero, es urgente dejar en cla- rio”. Y concluye: “A mí no me gustan
estar en determinada escuela, esto tie- nando y entendiendo que eso que hizo es- ro que no hay vestimenta que justi- los escraches y me gustaría que en las
ne que quedar demostrado y asentado. tá mal, hay un aprendizaje. Con el escra- fique ningún tipo de agresión. Pero, comunidades estas cuestiones pudie-
Además, es el propio sistema educativo che, eso queda obturado. g por otro lado, hay que trabajar con las ran tratarse desde la convivencia”. g
el que tiene que encargarse de conse- chicas para que piensen por qué las
guir la vacante en la escuela que sea más *Licenciado en Comunicación e integrante del equipo hace sentirse bien vestirse de cierta
conveniente para el chico en cuestión. editorial de Unipe. manera. Quizá hoy las pibas preten- D.H.
IV | La educación en debate #71 ¿Qué es injusto en la escuela?

Jeanett Hidalgo y Agustín y puede ser que la cabeza no me die- Carlos Molina, profesor y más difícil es cuando los adultos tienen
Agüero, estudiantes ra para tamaño desafío”, dice Agüero. director una mirada negativa de los chicos.
“Son muy exigentes en las técnicas. Es
una enseñanza más compleja”, con-
“El respeto ¿Qué roces se producen entre esos

Una cuerda Hidalgo. No obstante, cuando


profundizan en sus recorridos, detec-
tan formas de convivencia entre do-
tiene que
adultos y los estudiantes?
El adulto a veces tiene contestaciones
que no corresponden a su rol. Cuando

cuestión centes y estudiantes que no los ayu-


daron. “En esta escuela –señala Agüe-
ro–, si no entendiste algo, el profe te ser mutuo”
sucede esto, el chico le responde de la
misma manera y se generan conflic-
tos. En ese momento, el directivo tie-

de mayor
explica otra vez. Y si no entendiste, te ne que hacer de intermediario y, an-
lo vuelve a explicar. Intenta otras ma- tes que nada, serenar al adulto. El chi-
neras de explicarte”. “Y también hay co siempre entiende. El respeto tiene

confianza “
profesores de apoyo que te ayudan Una profe me planteó una vez que que ser mutuo: no importa que uno
fuera del aula”, agrega Hidalgo. un alumno estaba con gorra en el sea profesor o directivo.
Para los entrevistados, la mane- aula. Le pregunté si trabajaba en
ra en que se construye el vínculo en- clase y me dijo que sí. En ese ca- ¿De qué manera participan los es-
tre adultos y adolescentes resulta so, le dije, no veo cuál es el problema”, tudiantes en la resolución de con-
determinante para el desarrollo de cuenta Carlos Molina, profesor de Ma- flictos?

L
as ocho escuelas de reingreso los estudios. Hidalgo subraya: “Los temática en la Escuela de Educación No se toma ninguna decisión si no se
de la Ciudad de Buenos Aires profesores también son más jóve- Secundaria N° 3 y director de la Escue- escucha a todas las partes. Además,
fueron pensadas para recibir nes y generan más confianza con los la de Educación Secundaria N°7, am- funciona un consejo de convivencia
a estudiantes de entre 16 y 18 alumnos”. Agüero coincide: “En es- bas instituciones de Carlos Casares, formado por un alumno de cada cur-
años que son demasiado grandes pa- ta escuela entienden un poco más a Provincia de Buenos Aires. so y algunos docentes. Nos reunimos
ra empezar primer año en una escuela los alumnos. En otras, el profe sólo te para charlar sobre conflictos (sin dar
común y demasiado chicos para asis- habla para decirte qué tenés que ha- ¿Qué conflictos ligados a la convi- los nombres de las personas involu-
tir a una escuela de adultos. Allí, se to- cer”. Esta construcción diversa de los vencia irrumpen en el aula? cradas) y muchas veces los estudian-
ma asistencia por materia y se realiza vínculos intergeneracionales y de la Dentro del aula, como docente, nunca tes son los que proponen las solucio-
un seguimiento individualizado de las autoridad docente, sin embargo, tam- se me presentaron conflictos impor- nes más interesantes.
trayectorias escolares. Este tipo de ins- bién es mirada de manera crítica por tantes. Los estudiantes destacan, por
tituciones tiene el desafío de modificar Hidalgo: “Esta escuela es más blanda, ejemplo, que yo entre al aula con una ¿Surgen de parte del estudiantado
la consideración que los adolescentes por así decirlo. No toman con la mis- sonrisa y les diga “buen día”. Son cosas demandas de cambio en el Código de
tienen de un sistema educativo que ma gravedad la falta de respeto que simples que cambian el clima de la cla- Vestimenta o exigencias para que se
siempre los expulsó y, además, busca puede tener un alumno con el adul- se. En cuanto a las propuestas educa- profundice la implementación de la
restablecer la confianza de los jóvenes to. A veces son demasiado compren- tivas, siempre doy opciones para abor- Ley de Educación Sexual Integral?
en sus propias capacidades. sivos y hay demasiada confianza. Yo dar un mismo tema: quizá una apunta No hemos tenido reclamos importantes
Jeanett Hidalgo y Agustín Agüero todavía no me acostumbro”. Agüero a escribir y otra a presentar el tema ac- en ese sentido. Sí el año pasado, en la Es-
son estudiantes de uno de esos ocho defiende con más firmeza el estilo de tuando. De esta manera, cada uno pue- cuela N° 7, las mujeres se quejaron por-
establecimientos: la Escuela de En- su nueva escuela: “Acá a los profes los de elegir de acuerdo con su habilidad. que tenían que usar guardapolvo y los
señanza Media N° 2 de Barracas. Ella llamás por el nombre. En otras escue- Así también se evitan conflictos. varones no. Elaboraron un proyecto y lo
cursa tercer año y él, cuarto. “Comen- las, si un alumno se dirige con mucha desarrollaron en el Concejo Deliberan-
cé primer año en un bachiller y me fue confianza al profesor lo pueden man- Desde el rol de director, ¿se obser- te. No veo que sea un problema que las
mal. Me llevé demasiadas materias. dar derechito a la dirección”. van otro tipo de problemas? chicas asistan sin guardapolvo. g
Volví a intentar en una escuela técni- Ambos valoran que se los escuche Las cosas cambian porque ya no se tra-
ca, pero en segundo tuve muchas fal- a la hora de tomar decisiones o de es- ta solo de los chicos dentro del aula. Lo D.H.
tas por problemas familiares y me vol- tablecer reglas de convivencia. Subra-
ví a quedar”, relata Hidalgo. La expe- ya Hidalgo: “En mi colegio toman en
riencia de Agüero es similar: “Empecé cuenta las opiniones de los alumnos.
la secundaria en una escuela técnica. En el otro, el reglamento de conviven- “Ninguneo a la palabra de la juventud”
Iba a la noche. Pasé a segundo año, pe- cia era más dirigido por directores o “Desde siempre, una problemática es el ninguneo a la palabra de la juventud por parte de
ro ahí me quedé trabado. Repetí dos profesores. Rara vez incluían a alum- adultos que se aprovechan de su situación de poder. Hoy en día, siento que como jóvenes su-
veces hasta que decidieron cambiar- nos”. Agüero, por su parte, recuerda pimos hacernos escuchar y, al momento de desafiarnos con la palabra, los adultos son más
me a esta escuela. Me imagino que si algunas arbitrariedades de su anterior sigilosos. Por supuesto que, de la mano de esto, la diferencia de género también influye en el
hubiera continuado en la técnica, se- escuela: “Sólo se podía ir con pantalón trato de los hombres adultos hacia las pibas jóvenes. No sólo somos jóvenes que queremos
guiría en segundo año”. largo y remera lisa. Estoy de acuerdo expresar nuestro saber, sino que encima somos ‘esas pibitas maleducadas que quieren pa-
Las primeras explicaciones que es- con que no se pudiera ir con camiseta sarse de la norma’. He tenido que hablar con autoridades del colegio junto a un compañero y
tos jóvenes encuentran a las interrup- de fútbol, porque podía haber peleas. sólo le hablaban y lo miraban a él. Creo que cada vez dejamos menos espacio a que nos pisen
ciones en sus trayectorias educativas Pero me parece un poco tonto que no en ese sentido. Los escraches y las denuncias públicas fueron una herramienta para enfren-
se concentran en la identificación de te dejaran ir con pantalón corto, gorra, tar a aquellas personas que nos atormentaban día a día. Claramente, de otra forma no nos es-
una exigencia académica que no pu- ojotas o algún calzado más cómodo”. g cuchaban. En nuestra escuela, puntualmente, todavía no hubo escraches a profesores, pero sí
dieron afrontar. “Imagino que el exce- a un preceptor que acosó a chicas de varios cursos.” (Abril Joseph, estudiante de 5° año de la
so de materias me resultó complicado D.H. Escuela de Enseñanza Media N° 1 “Julio Cortázar”, del barrio porteño de Flores).

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Redactor
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