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PSICOACÚSTICA
SEGUNDA EVALUACION
“Ruido”
Profesora:
Alumno:
Grupo:
8CM16
Fecha de entrega:
VIII - IV – MMXX
Introducción.
Dosis de Ruido
Se define como dosis de ruido a la cantidad de energía sonora que un trabajador puede
recibir durante la jornada laboral y que está determinada no sólo por el nivel sonoro
continuo equivalente del ruido al que está expuesto sino también por la duración de dicha
exposición. Es por ello que el potencial de daño a la audición de un ruido depende tanto
de su nivel como de su duración.
El ruido tiene una gran cantidad de consecuencias para la persona. Es quizás por ello que
este contaminante acumule una buena parte de los estudios sobre estrés ambiental.
Efectos psicológicos.
Otras variables que contribuyen a incrementar los efectos psicológicos del ruido son la
intermitencia y la imprevisibilidad. Glass y Singer (1972) estudiaron como los ruidos
intermitentes suelen ser vividos como más agresivos que los continuados.
Por otro lado, el ruido suele molestar mucho más si la intermitencia es aperiódica, es
decir- y aquí introducioms la segunda variable, si es más difícil de predecir que no si la
intermitencia es regular. Precisamente, el factor de imprevisibilidad es el más
determinante de los efectos adversivos, y ello porque:
Tanto es así que si un ruido pasa a ser predecible sin reducir la intensidad, muchos
efectos disminuyen o desaparecen.
Efectos fisiológicos.
En la Imagen 2 se puede
apreciar algunos de los
principales efectos que sobre el
organismo puede ejercer la
exposición continuada a entornos
contaminados acústicamente.
Además, estos efectos disruptivos pueden acentuarse o atenuarse en función de toda una
serie de variables. Por ejemplo:
El deterioro auditivo inducido por ruido es muy común, pero a menudo se subestima
porque no provoca efectos visibles ni, en la mayoría de los casos, dolor alguno. Sólo se
produce una pérdida de comunicación gradual y progresiva, estas pérdidas pueden ser
tan graduales que pasan inadvertidas hasta que el deterioro resulta discapacitante. El
grado de deterioro dependerá del nivel del ruido, de la duración de la exposición y de la
sensibilidad del trabajador en cuestión.
Existen pruebas experimentales de que varios agentes industriales son tóxicos para el
sistema nervioso y producen pérdidas auditivas en animales de laboratorio, especialmente
si se presentan en combinación con ruido. Entre estos agentes cabe mencionar:
Al igual que con otros tipos de exposición, la mejor manera de evitarlo es eliminar el
riesgo. Así pues, combatir el ruido en su fuente es la mejor manera de controlar el ruido.
También son eficaces para disminuir los niveles de ruido el mantenimiento y la lubricación
periódicos y la sustitución de las piezas gastadas o defectuosas. Se puede reducir el ruido
que causa la manera en que se manipulan los materiales con medidas como las
siguientes:
Una máquina que vibra en un piso duro es una fuente habitual de ruido. Si se colocan las
máquinas que vibran sobre materiales amortiguadores disminuyen notablemente el
problema.
Barreras:
Si no se puede controlar el ruido en la fuente, puede ser necesario aislar la máquina, alzar
barreras que disminuyan el sonido entre la fuente y el trabajador o aumentar la distancia
entre el trabajador y la fuente.
Estos son algunos puntos que hay que recordar si se pretende controlar el sonido
poniéndole barreras:
Si se pone una barrera, ésta no debe estar en contacto con ninguna pieza de la
máquina.
En la barrera debe haber el número mínimo posible de orificios.
Las puertas de acceso y los orificios de los cables y tuberías deben ser rellenados.
Los paneles de las barreras aislantes deben ir forrados por dentro de material que
absorba el sonido.
Silenciar y alejar de los trabajadores las evacuaciones de aire.
La fuente de ruido debe estar separada de las otras zonas de trabajo.
Se debe desviar el ruido de la zona de trabajo mediante un obstáculo que aísle del
sonido o lo rechace.
Se deben utilizar materiales que absorban el sonido en las paredes, los suelos y
los techos.
En el propio trabajador:
El control del ruido en el propio trabajador, utilizando protección de los oídos es,
desafortunadamente, la forma más habitual, pero la menos eficaz, de controlar y combatir
el ruido. Obligar al trabajador a adaptarse al lugar de trabajo es siempre la forma menos
conveniente de protección frente a cualquier riesgo.
La formación y motivación son claves para que el uso de los protectores auditivos sea el
adecuado.
Los trabajadores deberán ser formados y capacitados para que se concentren en el
porqué y como proteger su propia capacidad auditiva dentro y fuera del trabajo.
Por lo general, hay dos tipos de protección de los oídos: tapones (endoaurales) de oídos y
los protectores auditivos de copa. Ambos tienen por objeto evitar que un ruido excesivo
llegue al oído interno.
Con relación a los protectores auditivos, los más usados son dos tipos:
Los tapones endoaurales para los oídos, se introducen en el oído, pueden ser de
distintos materiales. Son el tipo menos conveniente de protección del oído, porque
no protegen en realidad con gran eficacia del ruido y pueden infectar los oídos si
queda dentro de ellos algún pedazo del tapón o si se utiliza un tapón sucio. No se
debe utilizar algodón en rama para proteger los oídos.
Los protectores de copa protegen más que los tapones endoaurales de oídos si se
utilizan correctamente. Cubren toda la zona del oído y lo protegen del ruido. Son
menos eficaces si no se ajustan perfectamente o si además de ellas se llevan
lentes.
A los trabajadores que están expuestos a niveles elevados de ruido se les debe facilitar
protección para los oídos y deben ser rotados para que no estén expuestos durante más
de cuatro horas al día. Se deben aplicar controles mecánicos para disminuir la exposición
al ruido antes de usar protección de los oídos y de rotar a los trabajadores.
Si los trabajadores tienen que llevar protección de los oídos, es preferible que sean
orejeras en lugar de tapones para los oídos. Lea las instrucciones de los distintos
protectores de oídos para averiguar el grado de protección que prestan. Analice la
información con el empleador antes de que compre los protectores. Es importante que los
trabajadores sepan usar adecuadamente los protectores de oídos y que conozcan la
importancia de ponérselos cuando haga falta.
Todos los días, estamos expuestos a sonidos en nuestro ambiente, como los que vienen
del televisor y la radio, los aparatos electrodomésticos y el tráfico. Normalmente oímos
estos sonidos a niveles que no afectan nuestra audición. Sin embargo, los ruidos muy
altos pueden ser dañinos, aunque duren poco o mucho tiempo. Estos ruidos pueden
dañar las estructuras delicadas del oído interno, causando pérdida de audición inducida
por el ruido (noise-induced hearing loss, NIHL).
La pérdida de audición inducida por el ruido puede ser inmediata o puede tomar mucho
tiempo hasta que uno la note. Puede ser temporal o permanente y puede afectar uno o
ambos oídos. Aun cuando usted no pueda notar que está dañando su audición, podría
tener problemas en el futuro. Por ejemplo, tal vez no pueda entender a otras personas
cuando hablan, sobre todo por teléfono o en un lugar ruidoso. Aunque no sabemos cómo
le podría afectar el ruido en el futuro, sí sabemos que la pérdida de audición inducida por
el ruido se puede prevenir.
La pérdida de audición inducida por el ruido puede ocurrir de una sola vez por un sonido
intenso e “impulsivo”, como el de una explosión. También puede ocurrir poco a poco por
la exposición continua a sonidos fuertes, como los ruidos generados en una carpintería.
El sonido se mide en unidades llamadas decibelios o decibeles. Es muy raro que los
sonidos de 70 decibelios ponderados A (dBA) o menos causen pérdida de audición, aun
cuando uno esté expuesto a ellos por mucho tiempo. Sin embargo, exponerse por mucho
tiempo o repetidamente a sonidos de 85 dBA o más puede causar pérdida de audición.
Mientras más alto sea el sonido, más rápido se desarrolla la pérdida de audición inducida
por el ruido.
Estos son los niveles promedio de algunos sonidos comunes, medidos en decibelios:
Dos factores importantes para proteger la audición son mantener una distancia entre el
punto de origen del sonido y usted, y limitar por cuánto tiempo se expone al sonido. Una
regla práctica es evitar sonidos que sean “demasiado altos” y que estén “demasiado
cercanos”, o que duren “demasiado tiempo”.
Causas
Para comprender cómo los sonidos fuertes nos pueden dañar la audición, es necesario
comprender cómo oímos. La audición depende de una serie de pasos complejos para
convertir las ondas sonoras que viajan por el aire en señales eléctricas. Estas señales
llegan al cerebro a través del nervio auditivo después de un proceso complejo.
1. Las ondas sonoras entran al oído externo a través de un pasaje estrecho llamado
“conducto auditivo” que llega hasta el tímpano.
2. El movimiento de las ondas sonoras que entran hace que el tímpano vibre y a la
vez transmita estas vibraciones a tres huesecillos diminutos del oído medio. Estos
huesecillos se llaman martillo, yunque y estribo.
3. Los huesecillos del oído medio amplifican las vibraciones de sonido que llegan en
el aire y se convierten en vibraciones líquidas dentro de la cóclea en el oído
interno. La cóclea tiene forma de caracol y está llena de líquido. Tiene una
membrana elástica a lo largo de su estructura que la divide en dos secciones:
superior e inferior. Esta membrana es conocida como “membrana basilar” porque
sirve de base para estructuras claves del sistema auditivo.
4. Una vez que las vibraciones llegan hasta el líquido dentro de la cóclea, se forman
ondas que viajan a lo largo de la membrana basilar. Las células ciliadas, que son
células sensoriales sujetas a la superficie de la membrana, “bailan” con el
movimiento de la ola.
5. Al moverse las células ciliadas hacia arriba y hacia abajo, unas proyecciones
microscópicas parecidas a cerdas (conocidas como estereocilios), que se
encuentran encima de las células ciliadas, se topan con una membrana
sobresaliente y se inclinan. Esta inclinación hace que se abran unos canales que
parecen poros, que están en las puntas de los estereocilios. Esto permite que
ciertas sustancias químicas entren, generando así una señal eléctrica.
6. El nervio auditivo lleva la señal eléctrica al cerebro donde es traducida a sonidos
que podemos reconocer y entender.
La mayoría de los casos de pérdida de audición inducida por el ruido son causados por el
daño y finalmente la muerte de estas células ciliadas. A diferencia de las células ciliadas
de los pájaros y los anfibios, las células ciliadas humanas no vuelven a crecer. Es decir, el
daño es permanente.
Cuando se está expuesto a ruidos fuertes durante un período largo de tiempo, es posible
que poco a poco comience a perder la audición. Como el daño causado por la exposición
al ruido suele ser gradual, tal vez no lo note o tal vez ignore las señales de la pérdida de
audición hasta que sean más notables. Con el tiempo, los sonidos pueden distorsionarse
o escucharse débiles. Es posible que resulte difícil entender a otras personas cuando le
hablan o que tenga que subir el volumen del televisor. El daño que ocurre en la audición
por causa del ruido, combinado con el envejecimiento, puede resultar en una pérdida de
audición grave. Tal vez necesite audífonos que amplifiquen los sonidos a su alrededor
para poder oír, comunicarse y participar más plenamente en las actividades diarias.
La pérdida de audición inducida por el ruido también puede ser causada por el ruido de
estallidos extremadamente altos, tales como disparos o explosiones. Éstos pueden
romper el tímpano o dañar los huesecillos en el oído medio. Este tipo de pérdida de
audición inducida por el ruido puede ser inmediata y permanente.
La exposición al ruido fuerte también puede causar tinnitus, que es un timbre, silbido,
zumbido o rugido en los oídos o la cabeza. El tinnitus puede desaparecer con el tiempo,
pero a veces puede continuar (de manera constante u ocasional) a lo largo de la vida. La
pérdida de audición y el tinnitus pueden ocurrir en uno o ambos oídos.
A veces la exposición a ruidos fuertes impulsivos o continuos provoca una pérdida de
audición temporal que desaparece entre unas 16 a 48 horas más tarde. Las
investigaciones recientes sugieren, sin embargo, que a pesar de que la pérdida de
audición aparenta desaparecer, a largo plazo puede haber daño residual de la audición.
La pérdida de audición inducida por el ruido es el único tipo de pérdida de audición que es
totalmente prevenible. Si usted comprende cuáles son los riesgos del ruido y cómo
practicar una buena salud auditiva, podrá proteger su audición de por vida. Aquí se
explica cómo:
La exposición a niveles peligrosos de ruido puede causar daño al oído con pérdida
auditiva. La exposición al ruido puede causar pérdida auditiva temporal. Las exposiciones
repetidas pueden llevar al daño permanente al oído y pérdida auditiva permanente e
irreversible.
La exposición a altos niveles de ruido puede causar otros efectos dañinos de salud, tal
como estrés, silbidos crónicos en los oídos y alta presión sanguínea. Además, los
trabajadores sin protección en entornos de altos niveles de ruido tienen más accidentes
con tiempo perdido, son menos productivos, tienen tasas mayores de absentismo y más
problemas de disciplina.
Las personas en el trabajo necesitan hablar más alto para poder ser escuchadas
por alguien que está a la distancia de un brazo.
Los trabajadores tienen silbidos o zumbidos (tinnitus) en los oídos o pérdida
auditiva temporal después de irse del área de trabajo.
Los trabajadores tienen evidencia de pérdida auditiva permanente.
Los trabajadores se quejan del nivel de ruido.
Comenzar un estudio con sonómetro de varias áreas de su empresa durante los turnos
más ocupados y más ruidosos. Asegurarce de seguir las instrucciones del equipo sobre el
uso adecuado para las evaluaciones de ruido ocupacional y calibración. No se olvide
incluir el equipo en el que trabajan el personal de reparaciones y mantenimiento, tales
como compresores, calderas y equipo de taller de maquinaria. Use el sonómetro para
tomar lecturas instantáneas para identificar a las personas que podrían estar expuestas a
niveles altos de ruido, y las áreas en las cuales hay niveles altos de ruido.
Una vez que se identifique un trabajo o área con un promedio ponderado de 85 dBA o
superior, todos los empleados que realizan este trabajo o trabajan en esta área deben
estar en un programa de conservación de la audición. Los empleados que se monitorean
serán representativos de otros empleados en su departamento, trabajo o ubicación.
Monitoreo del ruido: estudios con sonómetros o estudios con dosimetría del ruido
para identificar trabajos y áreas que requieren controles.
Otro tipo de medidas de protección afectan a nuestra vivienda o a los entornos laborales
tales como oficinas, talleres, etc. Así, la instalación de doble cristal en las ventanas, la
cobertura de paredes con materiales fonoabsorventes o la colocación de determinados
elementos de mobiliario como cortinas o muebles de oficina pueden reducir la penetración
del ruido en el interior del habitáculo o bien evitar reververaciones o ruidos molestos
producidos por la propia actividad en el interior.
Una medida ampliamente utilizada es el denominado ruido blanco, consistente en generar
un cierto nivel sónico que permita cubrir ruidos más molestos (por intermitentes o
imprevistos) y genere un entorno más relajado y agradable. Muchas veces el hilo musical
funciona como ruido blanco y, por ejemplo, en una oficina, puede llegar a tapar ruidos
como el tecleo, los lápices golpeando la mesa, la tos, etc. Sin embargo, no siempre su
presencia provoca efectos tan positivos como los descritos, precisamente por la propia
definición psicológica de ruido como sonido no deseado.
Bibliografía.
Medida y Control del Ruido. Autores: Juan M. Ochoa Pérez, Fernando Bolaños –
Colección “Prodúctica” – Barcelona: España
Pérdida de audición inducida por ruido. (2019, junio 2). Recuperado 7 de abril de 2020, de
https://www.nidcd.nih.gov/es/espanol/perdida-de-audicion-inducida-por-el-ruido