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PERMANENTES PARA LA
PRODUCCIÓN DE LECHE *
Las praderas con especies forrajeras de buena calidad, acompañadas de un buen manejo
del pastoreo y de una adecuada fertilización, pueden proporcionar la mayor parte de los
requerimientos nutritivos para los bovinos de leche.
Los suelos derivados de cenizas volcánicas del sur de Chile poseen una alta capacidad de
retención de fósforo (P), lo que obliga a la aplicación de elevadas dosis de este elemento
para obtener altas producciones.
Junto con la deficiencia de fósforo, se debe tener presente la acidez de los suelos, natural o
inducida, que a su vez afectará la fijación del P, generará toxicidad de aluminio,
perjudicando el desarrollo y establecimiento de especies forrajeras; especialmente algunas
gramíneas y leguminosas. Se afecta también la actividad microbiana y la
Para la mantención del nivel óptimo de fertilidad, las dosis de fertilización, según análisis de
suelo, para producir 12.000 kg de materia seca de praderas deberían ser
Una es, a fines de febrero a primera quincena de marzo, con el objeto de estimular el
crecimiento de la pradera a la salida del período estival (verano). Es aconsejable la
a p l i c a c i ó n de f e r t i l i z a n t e s en otoño, como es t r a d i c i o n a l en la zona.
Para praderas que se rezagan para conservación de forraje, se debe aplicar una dosis
a d i c i o n a l de nitrógeno para e s t i m u l a r el rápido crecimiento del forraje.
presenta el suelo para alcanzar los niveles óptimos. Posteriormente se deben aplicar las
d o s i s de ma n t e n c ió n que se han recomendado a n te r i o r me n t e .
Una condición común de encontrar en suelos trumaos de la zona sur del país, es que éstos
presentan un nivel medio de fertilidad, que fluctúa en los niveles que se señalan en el
Cuadro 3.
Se debe recordar que la productividad de una pradera permanente (de composición mixta),
también depende del manejo y utilización que se lleve a cabo durante la temporada.
Existe una importante superficie de suelos de la Décima Región que presentan niveles muy
bajos a bajos de fertilidad. Frecuentemente, esto se debe a que se ha explotado la tierra en
forma indiscriminada, extrayendo los nutrientes que el suelo posee en forma natural, sin
reponerlos. Este tipo de agricultura ha sido responsable de la degradación del recurso
suelo, lo que ha resultado en una muy baja productividad de cultivos y praderas.
Los valores de análisis químico de nivel bajo de fertilidad para suelos trumaos y con
pradera de la Décima Región, (expresado en rangos mínimo y máximo), se presentan en el
Cuadro 5.
Los fertilizantes ofrecidos contienen formas químicas de N de distinta naturaleza, las que
reaccionan en diferentes formas en el suelo, afectando con ello la respuesta de las plantas.
Por ejemplo, las formas amoniacales pueden producir severas caídas en el pH del suelo,
en cambio los nitratos (salitres) tienen una reacción alcalina.