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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
MÓDULO PSICOANALÍTICO
CASO ANA
Profesora:
Tagliabue Ganoza, Regina Yoli
Realizado por:
Caballero Huilahuaña, Gina
Curi Rivera, Mardyori
Fernandez Coronado, Melisa
Jurado Urbina, Danytza
Vergaray Candia, Xiomara
INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
I. INFORMACIÓN GENERAL
A. DATOS DE FILIACIÓN:
a. Nombre: Ana
b. Edad: 15 años
e. Composición familiar:
i. Madre, 36 años
f. Vive con:
i. Madre, 36 años
B. MOTIVO DE CONSULTA:
La madre refiere que acude a consulta debido a que su hija Ana, “siempre ha sido
contestona, no tiene parámetros, no le importa”. La madre explica que Ana constantemente
“provoca molestia en los demás”; por ejemplo, fastidia a su abuela y le dice “no llores
chola”, porque sabe que cuando le dice eso se molesta aún más. Asimismo, comenta que,
recientemente, Ana discutió con su abuela y hubo forcejeos. La madre refiere que ya está
cansada por las repetidas situaciones del mal comportamiento de Ana, que incluso son
excesivas porque ha llegado a generar que su abuela termine temblando, riendose al
respecto. Por todo lo referido anteriormente, la madre de Ana busca ayuda para “saber
cómo manejarla para que no sea tan resentida, porque se resiente y es agresiva al
contestar”. La madre menciona que incluso los tíos de Ana quieren saber qué le pasa y
cómo ayudarla porque “si se integra a la familia, ella es la que empieza a jorobar o a
incomodar a los demás...ella sonríe y se alegra, sigue fastidiando a su abuela y después se
va riendo”.
Por su lado, Ana refiere que acude a consulta porque su mamá la ha traído y no sabe
por qué. Agrega que cree que se puede deber a que siempre está molesta y se siente así
desde hace dos años porque su hermana coge sus cosas y la fastidia, ante ello señala que
todos en su casa le echan la culpa cuando no es así.
Como motivo latente, posiblemente Ana se siente excluida por parte de los
miembros de su familia. Asimismo, es probable que no se sienta apoyada, ni contenida; en
este sentido, realiza comportamientos que pueden ser considerados inadecuados para su
familia, con la finalidad de “llamar su atención”, porque de otro modo, estos solo
“mirarían” solo a su hermana menor, quien es catalogada por Ana como alguien a quien “le
tienen que aguantar todo”, por tanto, también, se presume una queja relacionada a la
rivalidad fraterna.
Por otra parte, es probable que Ana tenga el deseo de tener un padre que cumpla las
funciones de uno: “la escuche, la oriente, la guíe, conceda sus caprichos (comprar cosas)”.
C. RESUMEN DE LA ANAMNESIS:
Cuando Ana tenía tres años sus padres deciden separarse, y su madre decide irse a la
casa de su mamá. Cuando Ana tiene 5 cinco años su mamá la deja a ella y a su hermana
menor al cuidado de sus familiares, debido a que tiene que viajar por motivos laborales
durante tres años. Esta regresa tres años después, y se comienza a dedicarse de completo
por Ana descuidando a su hija menor, por lo que su hermana decide solicitarle quedarse con
su hija menor. Al inicio de este mismo año la tía de Ana le comenta que esta vomitaba lo
que comía, acción que a la madre le pareció extraña, ya que esta cenaba junto con Ana,
además la menor negó dichas acusaciones tildando a su tía de “loca”. La madre descubre
que ha Ana le gustaba tener espectadores para vomitar.
De igual modo, Ana le comunica a su madre que había sufrido de tocamientos por
parte de su primo. La familia materna, menos su tía apoyan a la madre de Ana, está lo
denuncia, pero la fiscal no le cree, aludiendo que “es una mentirosa por querer meter a un
chico inocente a la cárcel”. La madre recuerda que “Ana se sentía mal por todo lo que
pasó... ha jurado que a su hermana no le va a pasar algo como lo que le pasó a ella”.
La evaluada tiene tiene algunos amigos, pero la madre ha notado que antes la
buscaban más sus primos. Actualmente, Ana prefiere que sus amigos no vayan a su casa. El
padre de Ana le ha contado a la madre que en el colegio esta se junta con “las más ociosas,
las más vagas, las que están castigadas”.
Ana ha tenido un enamorado durante 2 meses, con el cual terminó porque este le
dijo que queria tener relaciones sexuales. No le comento nada a su padre, puesto que este en
una ocasión le había dicho “tendría que conocer al chico primero por 5 años”, es por ello
que, prefirió no decir nada, puesto que piensa que su padre está loco.
Respecto al aspecto familiar, la madre de Ana menciona que la menor tiene un
relación mala con su padre “Lo larga, no quiere verlo, le dice cállate, no me molestes”. De
igual modo, menciona que los fines de semana cuando Ana visita a sus primos suele
encontrarlo a su padre “mareado”. En una ocasión la menor tuvo un accidente con su
menstruación y su padre no le dio permiso para salir del colegio, razón por la cual ya no le
habla. Asimismo, Ana alega que le molesta que su padre trabaje en el colegio en el cual ella
estudia, puesto que sus compañeros le molestan por ello y su padre se le “pega” para
vigilar, puesto que se enteró que tiene enamorado. Finalmente, la madre de Ana señala que
la figura paterna de la menor es su tío, puesto que lo respeta y le hace caso.
En cuanto a la relación con la madre, está comenta que le molesta que Ana le
abrace, porque considera que lo hace para molestarte, todo el tiempo se le tira encima, si no
le hace caso Ana muerde a la perra (Fina), le pega y da cachetadas, aludiendo que cuando
su mamá no esta se comporta normal con la perra (Fina), y cuando ella está tiene ganas de
pegarle a la perra, preguntándole luego, si quiere más a la perra (Fina) que a ella.
En cuanto a la relación con la hermana menor, su relación con Ana es muy mala,
ellas son medias hermanas por parte de la madre y su tío materno la firmó por el seguro. La
madre asume que esta mala relación entre hermanas se debe a su notable interés por Ana, el
cual no muestra por la menor. Cuando su hermana menor sube al tercer piso Ana le dice
que se vaya, la madre la defiende y su hermana menor “le jala la cola a la perra y Ana le
dice que la deje”.
II. APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA Y FORMULACIÓN DINÁMICA DEL
CONFLICTO
A. MOVILIZACIÓN DE MECANISMOS DEFENSIVOS
Por otro lado, se aprecia el mecanismo de acting out. Hay conductas como los
cortes y el vómito tras ingerir sus alimentos, que son acciones impulsadas por necesidades
inconscientes de Ana frente a todo lo que le está sucediendo. Esta generan acciones le
permiten a Ana a descargar y manejar mejor los sentimientos abrumadores que está
presentando ante toda la situación de la dinámica familiar y los problemas que le son
relacionados.
Ana utiliza el mecanismo de defensa de la represión, este puede ser visto en
ocasiones donde ella de manera inconsciente reprime los sentimientos de tristeza que le
genera el no contar con un padre que la sostenga y cumpla con sus funciones evitando
sentirse afligida por la situación, optando por reaccionar de manera agresiva,
específicamente en su caso la ira.
En cuanto a las características del Yo, se muestra que Ana tiene un Yo integrado
que tiende a debilitarse ante situaciones estresantes. Una característica del Yo integrado, es
que cumple con el principio de realidad, ya que Ana es capaz de diferenciarse de los otros,
lo cual se evidencia cuando Ana tiene sus propias opiniones y deseos diferentes a los
demás, por ello mismo tiene peleas tanto hermana y su padres. Otro aspecto, es que hay
situaciones en las que logra enfrentarse de las ansiedades sin fragmentarse o escindirse
mediante los mecanismos de defensa primarios y secundarios mencionados anteriormente,
de esa manera hace frente a la angustia de su ambiente. Sin embargo, también existen
situaciones que, para Ana, pueden ser muy estresantes, por lo que su Yo tiende a
debilitarse, debido a que interpreta su realidad basándose en una visión narcisista, lo cual es
evidenciado cuando Ana pelea con su hermana y solo se enfoca en que la culpa es del otro
y no de ella (Kernberg, 1987).
Por otro lado, ante un Yo integrado que tiende a debilitarse, se manifiesta un manejo
poco flexible al enfrentarse a situaciones y resolverlas, de manera que no siempre logra
instrumentar defensas eficientes cuando la situación se vuelve hostil o peligrosa. No logra
lidiar con los impulsos y los estados emocionales que provienen del interior de su persona,
generando un marcado déficit en la regulación y en el control de sus impulsos con
inadecuación entre estímulo-respuesta (tendencia al "acting"). Por ejemplo, Ana vomitó y
se hizo “marquitas” en los brazos con un gillette, este acto puede pensarse como una
búsqueda de hacer frente a la angustia y la frustración de que su familia no confían en ella.
Asimismo, al presentar un Yo integrado que tiende a debilitarse ante situaciones
estresantes, no logra lidiar con sus impulsos, estados emocionales que provienen del
interior de su persona, generando sentimientos agresivos que no puede regular (Kernberg,
1987).
Primero, a través de la revisión del caso de Ana, se ha podido evidenciar una falta
de constancia objetal por inadecuación hace referencia a ello, porque la constancia objetal
se desarrolla a través de los juegos de interacción entre madre e hijo y en la etapa de inicio
de las prácticas en donde el niño en sus exploraciones del entorno pierde el contacto con la
madre y luego retorna en su búsqueda, una afectación de esta capacidad por desatención
afectaría la capacidad de regular emociones y la ausencia de una representación interna
sobre la cual apoyarse ante la frustración de deseos, predisponiendo al niño a la
desregulación emocional. Precisamente esto es lo que ocurre y se evidencia en Ana, se
puede apreciar que en Ana hay una historia de falta de constancia objetal, esto puede
apreciarse en la carencia porque en su desarrollado se ha visto la ausencia de su madre y
padre como figuras primarias para que sean internalizadas y esto pueda ayudarla en cuanto
a la regulación de sus emociones.
En este sentido, es probable que la madre de Ana si bien estuvo presente, no tuvo
una adaptación y disposición emocional respecto al sostenimiento de Ana en sus primeros
años de vida, como función materna, de este modo, la integración del yo se formó, pero este
ante situaciones de ansiedad y angustia se debilita. Así, para defenderse contra la angustia,
es decir contra la pérdida de la propia sensación de identidad, Ana se defiende mediante
una serie de mecanismos de defensa primitivos mencionados anteriormente.
Entonces, se hipotetiza, que los mecanismos que defienden a Ana contra la angustia,
dentro de los últimos años han sido utilizados de forma exacerbada, de acuerdo al relato de
la historia, como por ejemplo el mecanismo de defensa de acting out. Este mecanismo de
defensa, según lo relatado, se utilizó de forma tal que si bien sirvieron con el propósito
descargar los sentimientos angustiosos ante su dinámica familiar (posiblemente quería
“llamar la atención” de su madre), fueron contraproducentes contra Ana, dado que atentó
contra sí misma (los cortes en los brazos y los vómitos autoinducidos).
Con relación a la transferencia, Kernberg (1987) refiere que esta como el reflejo de
una activación de las relaciones objetales muy tempranas y conflictivas, donde el analista
puede identificar patrones repetitivos que dan cuenta de representaciones del sí mismo y de
relaciones objetales bajo la influencia de conflictos. Asimismo, para Kernberg (1987) la
transferencia significa la presencia de una conducta inapropiada en la que la persona
reconstruye sus relaciones conflictivas pasadas en sus relaciones vinculares actuales.
Por otra parte, Killingmo (1989) resalta dos tipos de transferencia: la transferencia
de objeto y transferencia de sí mismo, relacionadas a la estructura de conflicto y déficit,
respectivamente. La transferencia de objeto, vista en una estructura de conflicto hace
referencia a los impulsos y afectos internalizadas del objetos (cuidadores primarios) por el
sujeto, proyectados inconscientemente en el vínculo actual con el analista para recibir de
éste una gratificación, y así satisfacer sus necesidades no cubiertas en su infancia. Entonces,
según los autores mencionados, la transferencia sería la repetición de un patrón vincular
dirigido hacia el analista. La transferencia del sí mismo, vista en la estructura de déficit,
hace referencia a la repetición de necesidades dirigidas hacia objetos que no han sido
internalizados por el sujeto, dado que necesita un objeto capaz de suministrarle las
condiciones apropiadas para corregir las representaciones objetales distorsionadas y para
internalizar las funciones del objeto (Killingmo, 1989).
Esto se aprecia cuando la menor comenta que lo necesita de su padre es que “este
ahí para cuando quiero hablarle”, dado que ella refiere que discute con él “porque nunca me
dio nada”. El o la terapeuta estuvo durante toda la sesión atento al relato de Ana, la
escuchó, no le recriminó por los actos que relataba, y realizaba preguntas que propiciaban
que Ana comente lo que pensaba o lo que le incomodaba. Es así que el o la terapeuta estuvo
brindándole a Ana un espacio seguro, y a través de su figura, satisfaciendo la necesidad de
ser escuchaba, mirada y comprendida durante toda la sesión, lo cual pudo servir para iniciar
el intento de corregir las representaciones objetales distorsionadas e internalizarlas; además,
para iniciar el establecimiento de la alianza terapéutica.
B. CONTRATRANSFERENCIA
Con respecto al caso de Ana, sentí pena se mostraba como una persona indefensa y
desatendida, que solo desea la atención por parte de sus padres, por ello tuve necesidad de
cuidarla y protegerla porque Pero también sentí molestia porque sentía que Ana se hacía la
víctima porque repetía que ella no tenía la culpa sino su hermana, lo cual lo reitero en unas
cuantas ocasiones.
Personalmente, hubo dos momentos, por un lado, sentí rechazo y fastidio, porque al
inicio de la sesión Ana no mostraba cooperación, ni capacidad de insight; no obstante,
mientras se conversaba más con ella y escuché la historia de su padre y como se sentía
frente a los otros miembros de su familia, surgió en mí un deseo de protegerla frente a
cómo se comportaban estos, porque sentí que estaba mostrando sus verdaderas inquietudes,
y lo que pasó al inicio era como una especie de “barrera” para no mostrar aquellos
sentimientos sensibles, dado que después de todo es una adolescente y en realidad ha
pasado por mucho, desde separaciones tempranas con sus progenitores hasta tocamientos
indebidos por parte de un miembro de su familia.
Melisa Fernandez
En cuanto a Ana, durante toda la sesión sentí mucho dolor por ella, me hizo sentir
tristeza, pasar por una situación en donde tus padres no te prestan atención y no te dan
cuidados es bastante fuerte para una niña. No es extraño que tome ciertas actitudes a su
edad actual, sentí la necesidad de protegerla todo el tiempo, ya que pasar por lo que pasó a
una edad como la suya es algo que nadie desearía para un menor.
Danytza Jurado Urbina
Bellak, L. (1993). Aspectos básicos de la Evaluación de las funciones del Yo. Metas
amplias para la evaluación de las funciones del Yo. México: Manual Moderno.