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UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

MÓDULO PSICOANALÍTICO

CASO ANA

Profesora:
Tagliabue Ganoza, Regina Yoli

Realizado por:
Caballero Huilahuaña, Gina
Curi Rivera, Mardyori
Fernandez Coronado, Melisa
Jurado Urbina, Danytza
Vergaray Candia, Xiomara

INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA

VILLA, 11 DE MAYO DEL 2020


TRABAJO PARCIAL: CASO ANA

I. INFORMACIÓN GENERAL
A. DATOS DE FILIACIÓN​:

a. Nombre: Ana

b. Edad: 15 años

c. Escolaridad: 3ro de secundaria

d. Posición ordinal: 1/2

e. Composición familiar:

i. Madre, 36 años

ii. Padre, 49 años

iii. Hermana, 10 años

f. Vive con:

i. Madre, 36 años

ii. Hermana, 10 años

iii. Abuela materna, 66 años

iv. Tío materno, 40 años

v. Tía materna, 39 años

B. MOTIVO DE CONSULTA​:

La madre refiere que acude a consulta debido a que su hija Ana, “siempre ha sido
contestona, no tiene parámetros, no le importa”. La madre explica que Ana constantemente
“provoca molestia en los demás”; por ejemplo, fastidia a su abuela y le dice “no llores
chola”, porque sabe que cuando le dice eso se molesta aún más. Asimismo, comenta que,
recientemente, Ana discutió con su abuela y hubo forcejeos. La madre refiere que ya está
cansada por las repetidas situaciones del mal comportamiento de Ana, que incluso son
excesivas porque ha llegado a generar que su abuela termine temblando, riendose al
respecto. Por todo lo referido anteriormente, la madre de Ana busca ayuda para “saber
cómo manejarla para que no sea tan resentida, porque se resiente y es agresiva al
contestar”. La madre menciona que incluso los tíos de Ana quieren saber qué le pasa y
cómo ayudarla porque “si se integra a la familia, ella es la que empieza a jorobar o a
incomodar a los demás...ella sonríe y se alegra, sigue fastidiando a su abuela y después se
va riendo”.

En relación al motivo de consulta latente de la madre, se puede concluir que


probablemente ella pueda estar sintiendo culpa porque el comportamiento constante que
molesta a los otros se debe a su ausencia en el cuidado durante la infancia de Ana. Además,
puede estar frustrada porque no puede controlar, ni dar límites a Ana.

Por su lado, Ana refiere que acude a consulta porque su mamá la ha traído y no sabe
por qué. Agrega que cree que se puede deber a que siempre está molesta y se siente así
desde hace dos años porque su hermana coge sus cosas y la fastidia, ante ello señala que
todos en su casa le echan la culpa cuando no es así.

Como motivo latente, posiblemente Ana se siente excluida por parte de los
miembros de su familia. Asimismo, es probable que no se sienta apoyada, ni contenida; en
este sentido, realiza comportamientos que pueden ser considerados inadecuados para su
familia, con la finalidad de “llamar su atención”, porque de otro modo, estos solo
“mirarían” solo a su hermana menor, quien es catalogada por Ana como alguien a quien “le
tienen que aguantar todo”, por tanto, también, se presume una queja relacionada a la
rivalidad fraterna.

Por otra parte, es probable que Ana tenga el deseo de tener un padre que cumpla las
funciones de uno: “la escuche, la oriente, la guíe, conceda sus caprichos (comprar cosas)”.

C. RESUMEN DE LA ANAMNESIS​:

Con relación al ​aspecto personal​, los padres de Ana decidieron convivir y


planificaron el embarazo. Este se desarrolló sin complicaciones, nació sana, presentando un
desarrollo normal, habló y caminó rápido. Al año y dos meses, la madre de Ana mencionó
que Ana convulsionó debido a que se cayó de la cama, sin embargo, las convulsiones sólo
ocurrieron esa vez, ahora no tiene ningún problema. De igual modo, comenta que Ana dejó
los pañales al año y tres meses, sin embargo ensuciaba sus trusa con heces este mismo
problema lo presentó hasta los 13 años, teniendo que usar actualmente “toallitas, pero igual
queda marcado”.

Cuando Ana tenía tres años sus padres deciden separarse, y su madre decide irse a la
casa de su mamá. Cuando Ana tiene 5 cinco años su mamá la deja a ella y a su hermana
menor al cuidado de sus familiares, debido a que tiene que viajar por motivos laborales
durante tres años. Esta regresa tres años después, y se comienza a dedicarse de completo
por Ana descuidando a su hija menor, por lo que su hermana decide solicitarle quedarse con
su hija menor. Al inicio de este mismo año la tía de Ana le comenta que esta vomitaba lo
que comía, acción que a la madre le pareció extraña, ya que esta cenaba junto con Ana,
además la menor negó dichas acusaciones tildando a su tía de “loca”. La madre descubre
que ha Ana le gustaba tener espectadores para vomitar.

De igual modo, Ana le comunica a su madre que había sufrido de tocamientos por
parte de su primo. La familia materna, menos su tía apoyan a la madre de Ana, está lo
denuncia, pero la fiscal no le cree, aludiendo que “es una mentirosa por querer meter a un
chico inocente a la cárcel”. La madre recuerda que “Ana se sentía mal por todo lo que
pasó... ha jurado que a su hermana no le va a pasar algo como lo que le pasó a ella”.

La madre menciona que Ana cambia constantemente de gustos y que ella la


acompaña en estos cambios, pone de ejemplo el tiempo que a la menor le gustaba la onda
punk y luego la onda emo (en la cual empezó a autolesionarse) y que actualmente está
dejando la última onda mencionada, por otro lado comenta que si le dice que algo es
horrible la menor no dejaría de hacerlo y que ella intenta acompañarla constantemente en lo
que le gusta.

La evaluada tiene tiene algunos amigos, pero la madre ha notado que antes la
buscaban más sus primos. Actualmente, Ana prefiere que sus amigos no vayan a su casa. El
padre de Ana le ha contado a la madre que en el colegio esta se junta con “las más ociosas,
las más vagas, las que están castigadas”.

Ana ha tenido un enamorado durante 2 meses, con el cual terminó porque este le
dijo que queria tener relaciones sexuales. No le comento nada a su padre, puesto que este en
una ocasión le había dicho “tendría que conocer al chico primero por 5 años”, es por ello
que, prefirió no decir nada, puesto que piensa que su padre está loco.

Respecto al​ aspecto familiar​, la madre de Ana menciona que la menor tiene un
relación mala con su padre “Lo larga, no quiere verlo, le dice cállate, no me molestes”. De
igual modo, menciona que los fines de semana cuando Ana visita a sus primos suele
encontrarlo a su padre “mareado”. En una ocasión la menor tuvo un accidente con su
menstruación y su padre no le dio permiso para salir del colegio, razón por la cual ya no le
habla. Asimismo, Ana alega que le molesta que su padre trabaje en el colegio en el cual ella
estudia, puesto que sus compañeros le molestan por ello y su padre se le “pega” para
vigilar, puesto que se enteró que tiene enamorado. Finalmente, la madre de Ana señala que
la figura paterna de la menor es su tío, puesto que lo respeta y le hace caso.

En cuanto a la relación con la madre, está comenta que le molesta que Ana le
abrace, porque considera que lo hace para molestarte, todo el tiempo se le tira encima, si no
le hace caso Ana muerde a la perra (Fina), le pega y da cachetadas, aludiendo que cuando
su mamá no esta se comporta normal con la perra (Fina), y cuando ella está tiene ganas de
pegarle a la perra, preguntándole luego, si quiere más a la perra (Fina) que a ella.

En cuanto a la relación con la hermana menor, su relación con Ana es muy mala,
ellas son medias hermanas por parte de la madre y su tío materno la firmó por el seguro. La
madre asume que esta mala relación entre hermanas se debe a su notable interés por Ana, el
cual no muestra por la menor. Cuando su hermana menor sube al tercer piso Ana le dice
que se vaya, la madre la defiende y su hermana menor “le jala la cola a la perra y Ana le
dice que la deje”.
II. APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA Y FORMULACIÓN DINÁMICA DEL
CONFLICTO
A. MOVILIZACIÓN DE MECANISMOS DEFENSIVOS

En el caso expuesto puede apreciarse el uso de mecanismos defensivos primarios y


secundarios. Respecto a los ​mecanismos defensivos primarios​ que se aprecian en Ana son:
negación, acting out e idealización primitiva.

Ana utiliza el mecanismo de ​negación​, cuando no muestra interés a sus conflictos,


uno de ellos es con respecto a su salud, lo cual se evidencia cuando su madre la confronta
sobre estar vomitando y ella lo niega dándole menos importancia al asunto. Además, niega
que ella es parte del conflicto porque menciona que no es culpable de la situación sino su
hermana es la que la molesta.

Por otro lado, se aprecia el mecanismo de ​acting out. ​Hay conductas como los
cortes y el vómito tras ingerir sus alimentos, que son acciones impulsadas por necesidades
inconscientes de Ana frente a todo lo que le está sucediendo. Esta generan acciones le
permiten a Ana a descargar y manejar mejor los sentimientos abrumadores que está
presentando ante toda la situación de la dinámica familiar y los problemas que le son
relacionados.

Asimismo, Ana manifiesta como mecanismo defensivo la ​idealización primitiva​,


el cual implica una tendencia a ver los objetos externos como absolutamente buenos o
absolutamente malos (Kernberg, 1987); es probable que Ana vea la figura de su tío como
alguien completamente bueno, debido a ello, él es la única persona a quien Ana “le hace
caso”, y obedece todas sus órdenes; así como él es la única persona a quien Ana respeta.

Respecto a la utilización de mecanismos ​defensivos secundarios,​ Ana utiliza los


mecanismos de represión y desplazamiento.

Ana utiliza el mecanismo de defensa de la​ represión​, este puede ser visto en
ocasiones donde ella de manera inconsciente reprime los sentimientos de tristeza que le
genera el no contar con un padre que la sostenga y cumpla con sus funciones evitando
sentirse afligida por la situación, optando por reaccionar de manera agresiva,
específicamente en su caso la ira.

También, se aprecia ​desplazamiento​, puesto que Ana inconscientemente dirige


todas las emociones suscitadas por los conflictos vividos dentro de su familia hacía su
abuela, hermana y perra. Esto se evidencia en tres situaciones: cuando Ana jaloneo a su
abuela tras una discusión suscitada dentro de su hogar. Segundo, cuando Ana le pega,
muerde y da cachetadas a Fina (perra), porque siente que su mamá no le presta la debida
atención y la rechaza. Tercero, cuando descarga todo su enojo contra su hermana, puesto
que sus familiares siempre le hechan la culpa de todo lo sucedido.

B. CARACTERÍSTICAS DE YO Y DEL SUPERYÓ DE LA PACIENTE

En cuanto a las características del Yo, se muestra que Ana tiene un Yo integrado
que tiende a debilitarse ante situaciones estresantes. Una característica del Yo integrado, es
que cumple con el principio de realidad, ya que Ana es capaz de diferenciarse de los otros,
lo cual se evidencia cuando Ana tiene sus propias opiniones y deseos diferentes a los
demás, por ello mismo tiene peleas tanto hermana y su padres. Otro aspecto, es que hay
situaciones en las que logra enfrentarse de las ansiedades sin fragmentarse o escindirse
mediante los mecanismos de defensa primarios y secundarios mencionados anteriormente,
de esa manera hace frente a la angustia de su ambiente. Sin embargo, también existen
situaciones que, para Ana, pueden ser muy estresantes, por lo que su Yo tiende a
debilitarse, debido a que interpreta su realidad basándose en una visión narcisista, lo cual es
evidenciado cuando Ana pelea con su hermana y solo se enfoca en que la culpa es del otro
y no de ella (Kernberg, 1987).

Por otro lado, ante un Yo integrado que tiende a debilitarse, se manifiesta un manejo
poco flexible al enfrentarse a situaciones y resolverlas, de manera que no siempre logra
instrumentar defensas eficientes cuando la situación se vuelve hostil o peligrosa. No logra
lidiar con los impulsos y los estados emocionales que provienen del interior de su persona,
generando un marcado déficit en la regulación y en el control de sus impulsos con
inadecuación entre estímulo-respuesta (tendencia al "acting"). Por ejemplo, Ana vomitó y
se hizo “marquitas” en los brazos con un gillette, este acto puede pensarse como una
búsqueda de hacer frente a la angustia y la frustración de que su familia no confían en ella.
Asimismo, al presentar un Yo integrado que tiende a debilitarse ante situaciones
estresantes, no logra lidiar con sus impulsos, estados emocionales que provienen del
interior de su persona, generando sentimientos agresivos que no puede regular (Kernberg,
1987).

En en el caso de Ana , presenta una estructura del superyó no suficientemente


integrado porque tiene características de intransigencia. Aunque puesto que cumple con los
valores éticos, por ejemplo, cuando el tío de Ana le impone ciertas reglas, las cumple
porque desea satisfacer a su tío, sino lo hace siente culpa, porque tu tío es la persona
idealizada. Además, considera que su padre debe cumplir su papel de un padre, porque un
padre tiene la obligación de escuchar y ayudar a sus hijos. Sin embargo, se muestra que
Ana no obedece ciertos límites porque muestra una actitud intolerante hacia los demás, por
ejemplo cuando se enoja con sus hermana y con su padre. (Kernberg, 1987).

Como se mencionó anteriormente, el Superyó de Ana no está suficientemente


estructurado, porque se evidencia ciertos aspectos de debilitación del Yo, al evidenciarse la
falta de autocrítica , lo cual se debe a que ha introyectado las figuras parentales narcisistas
de manera que juzga como algo bueno las actitudes egoístas, razón por la cual es
indiferente al sufrimiento ajeno. Asimismo, esto se relaciona con que Ana tiende a idealizar
exageradamente a su tío y que solo se enfoca en los aspectos buenos de sí misma y no en
aspectos más reales lo que daría lugar un superyó completamente integrado. Esto se
manifiesta cuando menciona que ella no tiene la “culpa de nada” y que la mala conducta es
de su hermana (Kernberg, 1987).

C. FORMULACIÓN DINÁMICA DEL CONFLICTO Y ASPECTOS


PSICOPATOLÓGICOS

Es importante resaltar que Killingmo (1989) formuló las nociones de conflicto y de


déficit, con la finalidad de describir modos de funcionamiento psíquico estructurales. No
obstante, para Killingmo (1989) existe una complejidad para dividir las patologías déficit y
conflicto como dos “apartados” independientes; en consecuencia, explica una especie de
continuo donde todo conflicto viene de cierto aspecto deficitario de una estructura, así
como todo déficit estructural grave puede devenir en conflicto dentro del marco
terapéutico.

Killingmo (1989) define al conflicto como modo de funcionamiento psíquico


caracterizado por la existencia de una tensión entre fuerzas, instancias o sistemas, donde
existe una intencionalidad primaria. La diferencia esencial entre conflicto y déficit para
Killingmo (1989) puede ser formulada en términos de representación del significado
intencional: el déficit se basa en una patología donde no existe una intencionalidad
primaria, debido a un carencia, exceso o inadecuación, el yo ha sido dañado en su
capacidad para representar causas y efectos, así como en su capacidad para experimentar el
sí mismo como un agente no se ha desarrollado todavía. El producto de esta ausencia de
diferenciación del yo es un estado de confusión y sentimientos amorfos de vergüenza y
culpa. Por tanto, en la patología del déficit no se trata de defenderse contra la angustia
relacionada con las malas intenciones dirigidas al objeto como sucede en el conflicto.
Contra lo que se defiende el individuo es fundamentalmente contra la angustia de
fragmentación; es decir, contra la pérdida de la propia sensación de identidad (Killingmo,
1989).

Para Killingmo (1989), en el modo de funcionamiento de déficit suele haber una


historia de falta de constancia objetal, ya sea por carencia, por exceso o por inadecuación.
Asimismo, en el predominio deficitario el sujeto tiende a posicionarse en el papel de
víctima; existe una ansiedad difusa, que está vinculada con la condición más ontológica,
con la condición de ser, de necesitar ser afirmado; hay un predominio de transferencia de
objeto de sí mismo y, en general, repetición de necesidad de dirigir las representaciones de
objeto versus repetición de necesidades a objetos no internalizados; finalmente, predominan
las manifestaciones directas y amorfas asociadas a la idea de cierta confusión o de vacío.

En ese sentido, tomando en cuenta el marco de referencia descrito por Killingmo


(1989), se concluye que Ana tiene una estructura de la personalidad de déficit. De acuerdo
con lo expuesto por Killingmo (1989) sobre el modo de funcionamiento psíquico de déficit
se encontró concordancia en los siguientes puntos:

Primero, a través de la revisión del caso de Ana, se ha podido evidenciar una falta
de constancia objetal por inadecuación hace referencia a ello, porque la constancia objetal
se desarrolla a través de los juegos de interacción entre madre e hijo y en la etapa de inicio
de las prácticas en donde el niño en sus exploraciones del entorno pierde el contacto con la
madre y luego retorna en su búsqueda, una afectación de esta capacidad por desatención
afectaría la capacidad de regular emociones y la ausencia de una representación interna
sobre la cual apoyarse ante la frustración de deseos, predisponiendo al niño a la
desregulación emocional. Precisamente esto es lo que ocurre y se evidencia en Ana, se
puede apreciar que en Ana hay una historia de falta de constancia objetal, esto puede
apreciarse en la carencia porque en su desarrollado se ha visto la ausencia de su madre y
padre como figuras primarias para que sean internalizadas y esto pueda ayudarla en cuanto
a la regulación de sus emociones.

Segundo, se puede evidenciar la tendencia de Ana a ponerse en posición de víctima,


resultando ser la incomprendida ante todo lo que le acontece, además colocando como
culpables a los involucrados para justificar su comportamiento y aparecer como un
personaje débil que necesita protección.

Tercero, Ana presenta características relacionada a la ansiedad vinculada con ser.


Según la necesidad vinculada con el déficit, está vinculada con la condición más
ontológica, con la condición de ser, de necesitar ser afirmado. En el caso de Ana, vemos esa
necesidad de ser afirmado como sujeto distinto a su hermana, con gustos particulares como
la preferencia al uso de vestimentas color negro, pertenecer a los emos, el gusto por el
grupo tokio hotel y el actor cómico Carlos Alcantara. A través, de sus interés y
preferencias, Ana necesita reafirmarse a sí misma, de manera distinta a un otro, con sus s
propios puntos de vista.

En el cuarto y quinto punto, se encuentran la transferencia de objeto-sí mismo y la


repetición de necesidades dirigidas hacia objetos que no han sido internalizados, en este
caso se refiere a los objetos primarios, tanto el padre y la madre, los cuales no satisficieron
las necesidades principales de Ana como la necesidad de sostén al año y medio. Razón por
la cual Ana busca la repetición de estas necesidades en otros objetos como el tío, su actual
figura paterna, buscando la satisfacción de las necesidades que no pudieron ser satisfechas
en un periódo de tiempo adecuado.

Finalmente, hay manifestaciones directas y amorfas en el modo de funcionamiento


psíquico de déficit, los cuales pueden ser confusión, vacío, facticidad, etc. En el caso de
Ana se puede evidenciarse una manifestación directa y amorfa de confusión, dado los
constantes cambios de estilos vistos en Ana, como fue de identificarse con un estilo “punk”
a identificarse con uno “emo” e incluso hacerse “marquitas” relacionadas al último estilo
mencionado. De este modo, es probable que exista una confusión relacionado a su
identidad, puesto que no se identifica con algo en particular, razón por la cual hay un
cambio constante en su imagen personal. Asimismo, puede estar vinculado a un vacío, y
estos cambios son una manifestación de encontrar un sentido en ella misma.

Teniendo en cuenta lo expuesto en los puntos anteriores, se concluye que Ana


presenta una estructura de funcionamiento psíquico de déficit, dado que el Yo ha sido
dañado en un momento temprano, generando un Yo con tendencia a la debilitación frente a
situaciones de estresantes o angustiantes. Esto tiene como origen probablemente el cuidado
inadecuado de la cuidadora primaria de Ana, es decir, su madre, puesto que esta si bien
estuvo a cargo de su cuidado, no le brindó un sostén físico y emocional apropiado a una
edad temprana (Winnicott, 1949). Uno de estos momentos se relata en la historia, donde el
cuidado inadecuado provocó que la madre de Ana la soltara y esta sufra una caída grave
que le provocó convulsiones a la menor. Además, la madre dejó a Ana a la edad de 5 años
al cuidado de su madre (Abuela de Ana) para irse a trabajar a Buenos Aires.

En este sentido, es probable que la madre de Ana si bien estuvo presente, no tuvo
una adaptación y disposición emocional respecto al sostenimiento de Ana en sus primeros
años de vida, como función materna, de este modo, la integración del yo se formó, pero este
ante situaciones de ansiedad y angustia se debilita. Así, para defenderse contra la angustia,
es decir contra la pérdida de la propia sensación de identidad, Ana se defiende mediante
una serie de mecanismos de defensa primitivos mencionados anteriormente.

Entonces, se hipotetiza, que los mecanismos que defienden a Ana contra la angustia,
dentro de los últimos años han sido utilizados de forma exacerbada, de acuerdo al relato de
la historia, como por ejemplo el mecanismo de defensa de ​acting out​. Este mecanismo de
defensa, según lo relatado, se utilizó de forma tal que si bien sirvieron con el propósito
descargar los sentimientos angustiosos ante su dinámica familiar (posiblemente quería
“llamar la atención” de su madre), fueron contraproducentes contra Ana, dado que atentó
contra sí misma (los cortes en los brazos y los vómitos autoinducidos).

III. ANÁLISIS DE LA TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA


A. TRANSFERENCIA:

Con relación a la transferencia, Kernberg (1987) refiere que esta como el reflejo de
una activación de las relaciones objetales muy tempranas y conflictivas, donde el analista
puede identificar patrones repetitivos que dan cuenta de representaciones del sí mismo y de
relaciones objetales bajo la influencia de conflictos. Asimismo, para Kernberg (1987) la
transferencia significa la presencia de una conducta inapropiada en la que la persona
reconstruye sus relaciones conflictivas pasadas en sus relaciones vinculares actuales.

Por otra parte, Killingmo (1989) resalta dos tipos de transferencia: la transferencia
de objeto y transferencia de sí mismo, relacionadas a la estructura de conflicto y déficit,
respectivamente. La transferencia de objeto, vista en una estructura de conflicto hace
referencia a los impulsos y afectos internalizadas del objetos (cuidadores primarios) por el
sujeto, proyectados inconscientemente en el vínculo actual con el analista para recibir de
éste una gratificación, y así satisfacer sus necesidades no cubiertas en su infancia. Entonces,
según los autores mencionados, la transferencia sería la repetición de un patrón vincular
dirigido hacia el analista. La transferencia del sí mismo, vista en la estructura de déficit,
hace referencia a la repetición de necesidades dirigidas hacia objetos que no han sido
internalizados por el sujeto, dado que necesita un objeto capaz de suministrarle las
condiciones apropiadas para corregir las representaciones objetales distorsionadas y para
internalizar las funciones del objeto (Killingmo, 1989).

En el caso de Ana, en un primer momento, es probable que se haya manifestado una


transferencia negativa caracterizada por una agresión proyectada al terapeuta. Por ello, al
inicio Ana tuvo una actitud “fastidiada, expresando sus pocas ganas de acudir a consulta”
(motivo de consulta). No obstante, la transferencia cambió cuando el o la terapeuta quiso
conocer más de Ana, desde el punto de vista de ella, sin juzgarla, ni reclamarle, ni criticarla
por sus acciones. De este modo, es posible que la menor haya reactivado la necesidad de ser
escuchada, sostenida y mirada por sus relaciones de objetos primarios (cuidadores: madre,
padre), donde el o la analista, sí estuvo ejerciendo esa función.

Esto se aprecia cuando la menor comenta que lo necesita de su padre es que “este
ahí para cuando quiero hablarle”, dado que ella refiere que discute con él “porque nunca me
dio nada”. El o la terapeuta estuvo durante toda la sesión atento al relato de Ana, la
escuchó, no le recriminó por los actos que relataba, y realizaba preguntas que propiciaban
que Ana comente lo que pensaba o lo que le incomodaba. Es así que el o la terapeuta estuvo
brindándole a Ana un espacio seguro, y a través de su figura, satisfaciendo la necesidad de
ser escuchaba, mirada y comprendida durante toda la sesión, lo cual pudo servir para iniciar
el intento de corregir las representaciones objetales distorsionadas e internalizarlas; además,
para iniciar el establecimiento de la alianza terapéutica.

B. CONTRATRANSFERENCIA

Con respecto a la contratransferencia, Winnicott (1949), refiere que es es un


conjunto de reacciones y sentimientos que el analista experimenta respecto al paciente. De
igual modo, Bolognini (2004), refiere que el analista al estar en contacto con sus emociones
entra en el mundo interno del paciente, no sólo comprendiendo cómo se siente este sino
comprendiendo porque se siente así con respecto a sus características y su historia.
Finalmente, recalca que la experiencia contratransferencial que tenga el analista y el
paciente permite el desarrollo de una empatía amplia y profunda, lo cual permite que este
desarrolle cambios profundos.

Con respecto a la contratransferencia de cada miembro del grupo se evidencia que:

Gina Caballero Huilahuaña

Con respecto al caso de Ana, sentí pena se mostraba como una persona indefensa y
desatendida, que solo desea la atención por parte de sus padres, por ello tuve necesidad de
cuidarla y protegerla porque Pero también sentí molestia porque sentía que Ana se hacía la
víctima porque repetía que ella no tenía la culpa sino su hermana, lo cual lo reitero en unas
cuantas ocasiones.

Mardyori Curi Rivera

Personalmente, hubo dos momentos, por un lado, sentí rechazo y fastidio, porque al
inicio de la sesión Ana no mostraba cooperación, ni capacidad de insight; no obstante,
mientras se conversaba más con ella y escuché la historia de su padre y como se sentía
frente a los otros miembros de su familia, surgió en mí un deseo de protegerla frente a
cómo se comportaban estos, porque sentí que estaba mostrando sus verdaderas inquietudes,
y lo que pasó al inicio era como una especie de “barrera” para no mostrar aquellos
sentimientos sensibles, dado que después de todo es una adolescente y en realidad ha
pasado por mucho, desde separaciones tempranas con sus progenitores hasta tocamientos
indebidos por parte de un miembro de su familia.

Melisa Fernandez

En cuanto a Ana, durante toda la sesión sentí mucho dolor por ella, me hizo sentir
tristeza, pasar por una situación en donde tus padres no te prestan atención y no te dan
cuidados es bastante fuerte para una niña. No es extraño que tome ciertas actitudes a su
edad actual, sentí la necesidad de protegerla todo el tiempo, ya que pasar por lo que pasó a
una edad como la suya es algo que nadie desearía para un menor.
Danytza Jurado Urbina

La sensación que me deja el caso de Ana está relacionado con sentimientos de


enojo, fastidio, molestia y frustración. Siento que Ana es una víctima más del entorno, dado
que no se encuentra a un culpable en el problema, se le es otorgado la responsabilidad a la
persona más débil y que creen que no se puede defender. Lo cual, me da cólera porque ni
siquiera se trata de saber la razón del problema, solo se busca castigar al culpable. Como si
estuviera tan normalizado el castigo como vía de solución, y no se dan cuenta que a través
de una muestra afecto o una palabra orientada desde lo más interno se puede tener mayor
impacto y generar realmente un cambio. Asimismo, siento impotencia al no poder
rescatarla, ni protegerla de ese entorno tan invalidante, que lo lleva a sentirse destinada a
ser la culpable del juicio. En donde para armar tu defensa nunca se llegará a encontrar las
pruebas suficientes y el juicio se realizará frente a los miembros de tu familia, personas que
no te generan la confianza suficiente y que solo te ven como una molestia.

Xiomara Vergaray Candia

El caso de Ana despertó en mí cierta sensación de tristeza y soledad. Con relación al


primer sentimiento, considero despertó en mi tristeza porque relacione el caso con mi
hermana menor, mientras leía cada párrafo encontraba ciertas actitudes que ahora ella tiene
con mi familia, como si estuviera reclamando los mismos cuidados que reclama Ana a sus
padres, a mis padres. De igual manera, despertó la emoción de soledad, porque considero
que una persona que no tiene el apoyo de sus familiares ni mucho menos de sus padres se
debe sentir sola, sin nadie que la entienda, y sentirse así estando con familia debe ser
horrible.

Tomando en cuenta las contratransferencias de los miembros del grupo, se concluye


que las emociones y sentimientos como pena, tristeza y soledad son traídas por Ana en la
sesión, esto es debido a que son dichas emociones las que la menor produce en cada una de
las integrantes. Estas fueron generadas dada la historia de Ana, donde se percibe un deseo
de ser escuchada y comprendida, dado que su familia no lo hace. Asimismo, Ana despertó
emociones de cólera y rechazo al haber tenido una actitud oposicionista en el inicio de la
sesión hacia el o la terapeuta. Además, estas emociones fueron percibidas, dada la manera
en la que esta se victimizaba frente a las discusiones con su hermana, colocando la culpa en
esta.

IV. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA

Como se mencionó anteriormente, se aprecia en Ana rasgos de una estructura de


personalidad de déficit. Las estrategias terapéuticas estarán predominantemente dirigidas a
lidiar con los déficits estructurales. En la intervención, los aspectos a tomar en cuenta son
los siguientes: el encuadre, la relación terapéutica, focos elegidos y la técnica en la
intervención.

En cuanto al ​encuadre​, debido a la estructura de funcionamiento psíquicos de


déficit de Ana, se debe desarrollar un ambiente en el cual Ana se sienta cómoda junto con
el terapeuta y sea capaz de promover el trabajo de las técnicas a realizar. En cuanto a ​la
relación terapéutica​ es necesario que el terapueta posea una actitud que contribuya a que la
relación y el trabajo en terapia no se vuelvan imposibles ni sean arruinados, debido a que
los posibles comportamientos transferenciales de Ana o que puedan ser visto como un
ataque hacia su persona. Asimismo, el rol del terapeuta debe ser activo, de manera que sirva
como acompañante en el proceso manteniendo la neutralidad correspondiente para que se
mantenga el proceso con Ana de manera adecuada, a través de la validación y guía en el
contenido que va a traer a las sesiones. En cuanto al ​foco de las interpretaciones,​ el foco
será sobre el núcleo de la perturbación que provoca en situaciones estresantes un débil Yo,
por lo que busca ser escuchada y querida por lo otros objetos.

En cuanto a ​las técnica en las intervenciones c​ on respecto a la patología de déficit,


se puede intervenir con técnicas afirmativas para ayudar al Yo débil de Ana a sentir que
algo existe a través de la creación de nuevos significados. A través de una intervención
afirmativa se busca que Ana le pueda dar existencia, relacionar con algo, y darle valor a
algo, en relación a todo aquello que le está sucediendo con sus conducta que son vistas
como molestias. Ana necesita a alguien con quien crear nuevos significados, por lo tanto el
terapeuta presta su mente para crear estos nuevos significados. No es que terapeuta se
convierta en el objeto primario sino que sea como el objeto que desea Ana, alguien que la
escuche y se preocupe por ella, de esa manera crear nuevos significados. Asimismo, es
importante señalar y validar a Ana las oportunidades que tiene disponibles para afrontar
sus dificultades estructurales, de una manera más constructiva. Por ejemplo, se puede decir
a Ana: “porque no te atreverse a tratar de tener un conversación más amena con tu
hermana.y con tu abuela”.
Referencias

Bellak, L. (1993). ​Aspectos básicos de la Evaluación de las funciones del Yo. Metas
amplias para la evaluación de las funciones del Yo.​ México: Manual Moderno.

Bolognini, S. (2004). ​Psychoanalytic empathy​. London: Free Association Books.

Kernberg, O. (1987). “El Diagnóstico Estructural y la Entrevista Estructural para los


Trastornos de Personalidad”. En Trastornos graves de la personalidad.
Killingmo, B. (19890). Conflicto y déficit: implicancias para la técnica. ​Libro Anual de
Psicoanálisis 1989,​ 111-26.
Winnicott, D. W. (1949). Hate in the counter-transference. ​The International Journal of
Psychoanalysis, 30,​ 69–74.

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