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Por fin terminaste la carrera.

 Atrás quedaron las clases, los proyectos que te llevaban noches enteras y las
entregas que te hicieron dudar si habías elegido tu profesión correctamente… ¿y ahora, qué sigue?
A pesar de todo lo que aprendiste durante estos años, es muy probable que el panorama en el ámbito profesional sea
muy distinto al que viviste en la universidad. Te presentamos las 10 cosas que todo arquitecto debe saber al terminar
de estudiar:
Invierte tiempo en tu portafolio
La carta de presentación de tu trabajo será tu herramienta más importante una vez que estés fuera de la universidad.
De la misma forma que ningún arquitecto ahorraría en cualquier clase de materiales para un proyecto, subestimar la
forma en que presentas tu trabajo a clientes y empleadores sería caer en un craso error. Si necesitas ayuda de un
diseñador o un programador web para crear un portafolio atractivo y que coincida contigo, no dudes en contratar los
servicios de uno, pues más que un gasto, se trata de una inversión a futuro.
Primero el contexto y la funcionalidad
Es normal que tengas una larga lista de arquitectos que inspiren tu trabajo profesional y pretendas imitar
sus principios, estilo o filosofía, pero nada te dará más credibilidad que concentrarte en el contexto de cada proyecto,
pensar en la funcionalidad y sobre todo, en cómo tus ideas transformarán la vida de las personas que habiten ese
espacio. Adecuarte al entorno y pensar en la utilidad con responsabilidad social es tan importante como cualquier otro
detalle de un proyecto.
Mantén un proceso de trabajo disciplinado
La mayoría de los estudiantes de arquitectura descubren demasiado tarde cómo organizar su trabajo para ser más
eficientes y no pasar noches enteras sin dormir. Si tuviste la fortuna de hacerlo, habrás notado que tu gestión del
tiempo mejoró y no solo tuviste momentos para corregir y aprender más, sino también para relajarte y dejar la
tarea por un rato. En tu vida profesional, mantener disciplina en cada uno de tus procesos será tan fundamental para tu
trabajo como para tu vida personal. Sólo tú conoces el método, los horarios y las formas que mejor te resultan.
Explota tus fortalezas
La arquitectura es tan amplia, que ningún profesional puede dominar cada una de sus facetas con maestría. Aunque el
perfil del arquitecto estrella que diseña íconos de una ciudad es el más popular, lo cierto es que hay un sinfín de
oportunidades para desarrollarte profesionalmente como investigador, restaurador, proyectista o diseñador de
materiales, entre muchos otros. Perfilate desde los últimos semestres y pon en práctica las herramientas que
adquiriste en la universidad.
La arquitectura no lo es todo
Sabemos que la arquitectura te apasiona y deseas más que nada vivir de ella, pero eso no justifica que tu trabajo se
convierta en lo más importante de tu vida. Aprender a administrar el tiempo y encontrar momentos para convivir con tus
seres queridos, meditar o dedicarte a ti mismo es tan importante como cumplir con tus obligaciones laborales. Dedícate
a tus demás pasiones además de la arquitectura y frecuenta a personas que no estén involucradas en lo mismo para
obtener nuevas perspectivas. Si tienes un atasco creativo, sal del taller, deja de lado la computadora y las maquetas
y tómate un tiempo libre.
Domina el software
Una de tus cartas más fuertes una vez que entres al mundo profesional será tu capacidad de aplicar todo lo que
aprendiste de la mano de algún programa informático. Es muy probable que tu primer empleo dependa de tus
habilidades para gestionar mucho más que AutoCAD, SketchUp y Photoshop. No dejes de lado herramientas como
Revit, Archicad, 3DS Max o Rhino y busca tutoriales, cursos online o presenciales para sacarles el mayor provecho.
Mantente actualizado
No es un cliché, sino una realidad de la que debes estar consciente cuando termines la universidad: el aprendizaje
nunca acaba. Sí, se acabaron las clases y las noches sin dormir por hacer proyectos finales y dedicarte a taller, pero
eso no significa que no tengas más que aprender. Ahora más que nunca, termina los libros de arquitectura que no
leíste, toma cursos online y manténte al tanto de todo lo que ocurre en el mundo de la arquitectura.
Pero vuelve a los principios constantemente
Estar al tanto de las tendencias y discusiones arquitectónicas del momento te dará la dosis de realidad necesaria que
todos necesitan una vez que dejan de lado la academia, pero eso no significa que tu visión se vuelva sistemática y no
tengas tiempo para volver a los básicos: carga contigo hoja y papel, dibuja para captar detalles que han pasado
desapercibidos, vuelve a las formas geométricas básicas y si pasas por un momento profesional complicado, deténte
a pensar en lo que te inspiró para elegir esta carrera.
Guardar
Esfuérzate porque todos comprendan lo que haces
Sí, tus clases de diseño paramétrico fueron apasionantes y aprendiste mucho de ellas, pero es muy probable que
cuando enfrentes tu primer pitch ante un cliente, este carezca de los conocimientos para comprender teóricamente lo
que estás intentando explicar. La mejor forma de defender tus proyectos es utilizar un lenguaje básico en términos
técnicos que pueda ser comprendido por alguien no especializado. Debes ser capaz de expresar porqué tu proyecto es
el mejor, enumerar sus cualidades, explicar el concepto y hacerlo atractivo en menos de cinco minutos.
Viaja
Podrás tener los libros más útiles y conocer de memoria la descripción de tus proyectos favoritos, pero nada enriquece
más a un arquitecto que viajar. Siempre que tengas la oportunidad, atrévete a viajar a un sitio nuevo, especialmente si
se trata de una ciudad referencia en urbanismo, un lugar con una rica historia arquitectónica o el hogar de alguna de
las obras que más te inspira.
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