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I.

OPCIÓN FUNDAMENTAL
Indica la relación mutua que se establece entre la persona y sus actos. Representa el núcleo
decisional-operativo de la identidad dinámica del sujeto. A través de ella el sujeto moral se auto
determina para el bien moral como tal; está presente en las elecciones particulares y les da un nexo
unificador.
1. La relación entre opción fundamental y opciones particulares
Las opciones particulares participan de la opción fundamental de manera analógica, sin agotar
nunca su plena potencialidad. No ha de concebirse como una entidad estática, está sujeta a un
proceso de maduración continua. La historia personal aparece como una concreción progresiva de
la opción fundamental, ella es el hilo conductor de la historia del sujeto.
2. La opción fundamental cristiana
Acoger en la base y núcleo de nuestra realidad personal la Palabra que se ofrece como luz y el
sentido auténticos de toda persona humana, dando lugar en ella a la convergencia más honda de fe
y vida.
3. Percepción de la opción fundamental
El ser humano es consciente de su realidad, por tanto uno podría pensar que la percepción de
la opción fundamental gracias a la presencia de ésta en actitudes y actos concretos. La actuación en
opción fundamental ha de ser consciente, libre y responsable.
La opción fundamental posibilita que el ser humano, consciente de su realidad y disponiéndose
íntegramente de sí mismo, se reciba desde el nivel más hondo de su realidad y tome en y desde sí
el propio desarrollo existencial en orden a la autorrealización efectiva.
II. VALORES
Son concepciones de estados deseables de las cosas. Pueden incidir sobre la voluntad,
conocimiento, conducta, personalidad y la vida toda. Son apreciaciones morales que funcionan
como motor de nuestra conducta, actitudes y actos. NO se puede vivir SIN valores.
1. Relatividad de los valores: Existen valores absolutos (que son fijos, inmutables) y los
cambiantes (que son relativos, opinables, cambiables).
El valor de la seguridad: Se busca seguridad. La dificultad aparece cuando surge un conflicto
entre 2 valores positivos u obligaciones. Es tratar de vivir sensatamente.
2. La jerarquía de valores: Sólo existen en dependencia del sujeto humano que los reconoce.
Siempre se establece una jerarquía y una relación entre los mismos. Los valores son una
realidad dinámica (cambian y se transforman). Se diferencian los valores que dirigieron la
cultura por mucho tiempo y los que parecen dominar en la actualidad.
3. El valor moral: hace referencia a la subjetividad en cuanto intencionalidad; tiene
justificación en sí mismo; se manifiesta en relación con otros valores; realiza un ideal
universalmente válido; está sujeto a una jerarquización; determina la auténtica realización
personal (función personalizante). META FUNDAMENTAL: plena humanización de la
persona en la historia. El valor absolutamente cristiano es Cristo mismo.
4. Valores fundamentales: Aparece como valor superior la vida en el más amplio sentido de la
palabra; vida humana que tenemos el deber de conservar y desarrollar. Otros valores
fundamentales serían: amor, vida, libertad, justicia, verdad.
5. Valores cristianos: Es un valor netamente cristiano y al mismo tiempo es el más alto valor
humano. Otros valores: verdad, justicia, libertad, tolerancia y solidaridad. No TODOS los
valores humanos son cristianos.
III. LEY NATURAL
Según los padres de la Iglesia= “participación de la ley eterna en la criatura racional”. La ley
divina y natural muestra al hombre el camino que debe seguir para practicar el bien y alcanzar su
fin. Tiene por raíz la aspiración y la sumisión a Dios.
Para entender a la ley natural:
Primero: La ley natural hay que situarla en la línea de una participación en ese conocer de
Dios. No es otra cosa que la ley de la inteligencia infundida en nosotros por Dios. Gracias a ella
conocemos lo que se debe hacer y lo que debe de evitar.
Segundo: El hombre tiene naturaleza propia, ha de ser un todo ordenado. Su actuar,
tampoco puede ser caótico, sino que debe ser regido por una ley= LEY NATURAL
Características:
1. Universalidad: Todo ser racional, y todo su obrar humana, están sometidos a una ley
natural; y por ésta son conducidos a la específica perfección humana. “No prescinde de
la singularidad de los seres humanos, ni se opone a la naturaleza singularizada es
irrepetible de cada persona”.
2. Inmutabilidad: El hombre vive en una cultura concreta, pero no se agota en ella. La
naturaleza humana, punto de referencia para valorar las culturas y no dejarse esclavizar
por ellas. Esa naturaleza es inmutable: no susceptible de variación a lo largo de la
historia.
IV. VIRTUDES
1. El Concepto de virtud es desde los comienzos de la reflexión humana sobre la vida buena y
sobre el recto camino del hombre un concepto fundamental: En la antigua Grecia virtud=
superioridad del varón en sus funciones de atleta, guerrero o jefe. En el período clásico= la
polis es el espacio vital del hombre. En la Sagrada Escritura se da un escepticismo frente a
la capacidad humana, que con tanta claridad se expresa en virtud. La Biblia conoce toda
una multitud de virtudes concretas: amor, piedad, paciencia, fortaleza, etc. Según la Biblia
existen y deben existir ACTITUDES PERMANENTES.
La virtud se refiere a actitudes e inclinaciones permanentes. Se hace la pregunta de CÓMO
DEBEMOS SER.
2. El peligro de la corrupción de la virtud: 3 posibilidades de corrupción de la virtud
- Tendencia a convertirse en una rutina carente de vida. Peligro: cuando derivan de la
pura repetición, y no en un compromiso personal.
- Propensión en insistir en los méritos contraídos se produce como resultado del valor
mismo de la virtud.
- Inclinación al orgullo: la ostentación, vanidad y arrogancia corrompen con facilidad el
bien llevado a cabo con la virtud.
3. Lo permanentemente valioso: La ventaja de las virtudes es que en ellas está presente el
bien con mayor abundancia. Las virtudes no son perfectas, no existe en la virtud, el bien
total. Pero, en la virtud, el bien se percibe claramente. Las virtudes muestran el carácter
progresivo de la capacidad moral. Tiene una expresión más firme en la afirmación que lo
ético tiene siempre un carácter secundario y subordinado. Lo primero es una acción de Dios
y lo segundo sería la moral (respuesta del hombre)
4. Características de las virtudes:
- Prudencia: razón práctica para discernir, nuestro verdadero bien y elegir medios justos
- Justicia: dar a Dios y al prójimo lo que les es debido
- Fortaleza: asegura la firmeza en la práctica del bien
- Templanza: modera la atracción hacia placeres sensibles.
- Prudencia: busca lo adecuado en el momento oportuno. Hay que desvincularla de
peligrosas deformaciones por las que ha podido ser identificada con la indecisión o
falta de compromiso.
- Justicia: Dios es justo porque hace justicia al oprimido. Tiene que ver tmb con la
coherencia y la honestidad.
- Fortaleza: en nuestra época habrá de ser interpretada desde la categoría de la
fidelidad. Desde el punto de vista cristiano es un don del Espíritu Santo (no es fruto del
esfuerzo humano).
- Templanza: habla de moderación y sobriedad ante el desenfreno consumista de
nuestra época.
V. LAS NORMAS
La norma se asemeja a la ley, precepto, regla, mandato. La norma está en función del valor. La
norma no es valiosa en sí misma, sino en la medida en que expresa un valor ético.
1. El cristiano y la ley: Para la Biblia, la ley es expresión de la sabiduría de Dios (es visto como
juez justo que nos manifiesta el camino del bien).
Existen diferencias entre preceptos jurídicos y de los morales:
- El derecho rige la conducta externa, la moral la motivación interna
- El derecho marca el mínimo ético exigible en la vida social, la ética promueve
comportamientos más elevados
- Objeto del derecho: salvaguardar el bien común, la moral: realización y plenificación de
todos y cada uno de los seres humano
- Normas jurídicas tiene su base la racionalidad y el consenso, las normas morales no son
fruto del “consenso social”.
A nivel religioso identificamos 3 tipos de leyes:
- Ley antigua: ley de los 10 mandamientos
- Ley nueva: ley escrita en el corazón del hombre. Fundada en la actitud interior y no en
las apariencias
- Leyes positivas eclesiásticas y civiles: son leyes que son expresión y concreción del valor
moral, y tienen sentido en la medida que lo traducen. Es una ley que debe ser
internalizada por la persona.
2. El juicio moral: existen dos ámbitos. El 1ro hace referencia al conocimiento del problema en
cuento fenómeno y al análisis de todas las dimensiones implicadas en el mismo. El 2do se
analiza el fenómeno teniendo en cuenta que la responsabilidad humana forma parte del
modo cómo se desarrollan estos fenómenos.
Sobre el razonamiento ético inciden 3 factores: los fundamentos y principios sobre los que
sustenta la vida de la persona; los criterios de aplicación de los fundamentos; las
motivaciones y la intencionalidad.
La decisión moral es una elección que se realiza en un sistema de preferencias.
Criterios básicos que han formulado las diferentes corrientes filosóficas para orientar el
comportamiento moral: lo que quieras para ti hazlo a los demás; haz el bien y evita el mal;
obra conforme a la naturaleza; obra de tal modo que uses a la humanidad siempre como
un fin y nunca como un medio; tu decisión corresponda al preferidor racional; principio
preferencial.
Existen tmb una serie de principios morales clásicos: doble efecto, mal menor, voluntario
indirecto, totalidad, relación entre fin y medios.
EL AMOR es la única norma cristiana. El amor es el mejor y más completo cumplimiento de
la ley. Las normas cristianas existen en la medida en que encierran valores cristianos. Su
única consistencia reside en el valor de fe que ella trata de formular.
VI. CONCIENCIA MORAL
La vida cristiana se articula en torno a una llamada y una respuesta. La conciencia supone
tomar en serio esta relación y este contacto entre Dios que llama y el hombre que responde.
Conciencia es: “testimonio de Dios, cuya voz penetra en la intimidad del hombre”. Es de acuerdo a
la conciencia como el hombre responde.
1. Concepto: evoca la idea de “conocer con”. Conciencia nos hace conscientes de nuestro
propio ser más íntimo y profundo. Existen 3 consideraciones: 1ra constitución= la persona
es sujeto ético en virtud de la conciencia. 2do facultad= significa que la conciencia es razón
práctica. 3ro como acto de la facultad que se expresa aquí y ahora en un juicio sobre la
acción singular y concreta.
La conciencia goza de una máxima dignidad, proveniente de ser lugar de comunión del
hombre con Dios. La conciencia moral es común a todos los hombres. Todo ser humano
tiene derecho a que sea respetada su conciencia y el cristiano verá en la misma la expresión
de la voz de Dios.
2. Juicio práctico: viene a ser como la misma interioridad que se proyecta hacia Dios y hacia
los demás. La conciencia es el juicio que realiza el entendimiento práctico sobre la
moralidad de los actos que la persona se propone hacer o ha hecho. La voluntad no actúa
sin conocer el objeto de su querer. La conciencia es la misma persona en su dimensión
hacia la plenitud de su ser.
3. Obligación de seguir el dictado de la conciencia: el hombre debe cumplir cuando la
conciencia le presenta en orden a conseguir el fin. La conciencia no puede sustituir la ley
divina, ni convertirse de un modo autónomo en fuente de la determinación del bien y mal.
Cuando la conciencia presenta un acto como obligatorio, el hombre debe cumplirlo. La
conciencia NO es la única fuente para decidir lo que es bueno o malo.
4. Formación de la conciencia: es el reconocimiento de la importancia de la conciencia moral,
pero también la convicción de que la conciencia es educable. La conciencia heterónoma se
caracteriza porque sitúa el centro de referencia del obrar moral en los otros. La conciencia
es fruto del ser profundo de cada individuo, original y único, y de los valores elegidos como
propios.
5. El discernimiento ético: llama a la conciencia personal a buscar el bien y la verdad. Tiene la
obligación de seguir la verdad. Para formar la conciencia es indispensable que la persona
busque la verdad y quiera obrar en verdad. No se puede hablar de formación de la
conciencia sin una tensión sincera de búsqueda de la verdad.
6. Clasificación de la conciencia moral:
- Verdadera o falsa: unos responden a la realidad otros no
- Recta: cuando la persona procede con buena intención aunque objetivamente esté
equivocada. La buena intención es incompatible con la frivolidad.
- Bien y mal formada: si alguien ignora algo que en su situación no tenía por qué saber,
no obra mal si no lo tiene en cuenta.
- Cierta: emite un dictamen firme sobre la moralidad de la acción
- Dudosa: es la que no sabe dictaminar
- Perpleja: quien situado entre 2 preceptos cree pecar, sea cual fuese el deber que elige.
La persona tiene el OBLIGACIÓN DE SEGUIR LOS DICTATOS DE SU CONCIENCIA RECTA, aun
cuando los mismos sean contrarios al sentir de la colectividad.
Distinciones que comportan matices específicos:
- Epiqueya: se reconoce el valor objetivo de una ley, pero se la transgrede en un
momento determinado.
- Objeción de conciencia: ley aceptada como válida por el conjunto de la sociedad pero
que mi conciencia me dice que es injusta
- Desobediencia civil: grupo social el que se opone a una ley por considerarla injusta
- Rebelión: lucha violenta contra una ley
VII. PECADO
Para algunos el pecado es una invención para mantener alienadas a las personas. Hoy en día se
habla de la pérdida de conciencia de la culpabilidad (signo del proceso deshumanizador).
1. Experiencia antropológica de la culpa: El ser humano siente la amenaza constante de la
mala conciencia. Desde pequeños sentimos la necesidad de moderar nuestros impulsos
para hacer posible la convivencia. El hombre se ha sentido siempre culpable, a pesar de
todos los intentos de convencerse de su inocencia. Este sentido de culpa no es de
conciencias ignorantes o alienadas. Su ausencia supondría la muerte de un sentimiento
muy digno.
2. La culpa y el pecado: la persona toma conciencia de su verdadera responsabilidad cuando
rechaza la invitación de aquellos valores que él mismo considera humanizantes. El mal
radica en la intencionalidad interior, libre y voluntaria que lo ha provocado. Cuando este
fallo se da además como una negativa de Dios, el nivel adquiere una dimensión religiosa. La
experiencia de la culpa despierta un malestar interior y un deseo consiguiente de
reparación.
3. El verdadero sentimiento de culpabilidad: Es el reconocimiento del mal frente al otro, con
una serenidad objetiva que no requiere justificaciones ni condenas. Se acepta la culpa, aun
sin saber con certeza su nivel de gravedad. El arrepentimiento busca restablecer la fidelidad
traicionada, renovar el compromiso roto, reparar el daño causado.
4. Pecado mortal, grave y venial: Mortal= opción última y definitiva en el momento de la
muerte, sin posibilidad alguna de volver atrás o de conversión, supone una rotura con Dios.
Grave= cometido durante la vida cuando es producto más bien de la limitación y debilidad,
no es público ni escandaloso, y no rompe la esperanza y el deseo de entrega a Dios. Venial=
transgresión del orden moral cuya materia no es grave, debilita la caridad.
5. La gravedad del pecado: mortal y venial
- Conviene valorar los pecados según su gravedad
- El pecado mortal destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción grave
de la ley de Dios. En el venial deja subsistir la caridad
- El pecado mortal necesita una nueva iniciativa de la misericordia de Dios y una
conversión del corazón.
- El pecado mortal requiere 3 condiciones: “tiene como objeto una materia grave y que
además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento”.
Presupone el conocimiento del carácter pecaminoso del acto
6. Pecado comunitario y estructural: Comunitario=comete un nosotros formado por personas
integradas en una comunidad, sus miembros forman un verdadero nosotros. Estructural=
formado por las estructuras injustas creadas por la sociedad (estado o costumbres
populares). En ninguno de los casos los individuos tienen responsabilidad directa del
pecado estructural. Necesidad de conversión= para hallar soluciones a actitudes
pecaminosas es necesaria una renovación espiritual. La única forma de salir del pecado es
la aceptación del mal. El perdón lleva consigo a la reconciliación. El perdón permite a Dios
manifestar la plenitud de su amor.
La reconciliación supone estar reconciliado con uno mismo, con los otros y con Dios. Y Dios
nos da la paz interior.

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