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UNIDAD IZTAPALAPA
La ciudad
transnacional comparada
modos de vida,
gubernamentalidad
y desposesión
Unidad Iztapalapa
Agradecimientos 11
Primera sección
La ciudad fronteriza
Graffiti y rap
Lisset Anahí Jiménez Estudillo 85
Segunda sección
La ciudad diaspórica
Espacios de la sinidad
Mónica Georgina Cinco Basurto 151
[7]
8 ÍNDICE
Tercera sección
La ciudad clusterizada
Deportados y reclasificados
Maribel Romero Loyola 245
Slums flexibles
Valentina Glockner Fagetti 317
[11]
12 AGRADECIMIENTOS
[15]
16 FEDERICO BESSERER Y RAÚL NIETO
La ciudad excéntrica
La ciudad transnacional
Transnacionalismo antropológico
y la ciudad diaspórica
Transnacionalismo económico
y la ciudad clusterizada
Hemos propuesto hasta aquí que los modos de vida urbanos trans
nacionales configuran espacios sociales de diversa índole. Pueden
ser calles transnacionales, barrios transnacionales, comunidades
urbanas indígenas transnacionales, pero también cadenas trans
nacionales de cuidados o de construcción, o de producción de
servicios que en su ensamblaje constituyen formaciones urbanas
transnacionales o tipos distintos de ciudad transnacional que
producen y recrean a la ciudad global edificándola, avituallándo
la, limpiándola, cuidándola, produciendo para ella.
Hasta aquí hemos reconocido también tres tipos de forma
ciones urbanas transnacionales, o ciudades transnacionales, que
ejemplifican distintas dimensiones del proceso de transnaciona
lización. La ciudad fronteriza puede ser un espacio que muestre
mejor la dimensión política de los procesos de transnacionaliza
ción. La ciudad diaspórica ejemplifica los procesos de transnacio
nalización social. La ciudad clusterizada puede ayudarnos a enfocar
nuestra atención en la dimensión transnacional de los procesos la
borales y económicos. Cada una de estas formaciones urbanas es
30 FEDERICO BESSERER Y RAÚL NIETO
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BL
An
CA
Primera sección
La ciudad fronteriza
La regulación de “lo íntimo”
[51]
52 ARELI VELOZ CONTRERAS
vaban a estas mujeres a hacerlo, pero sí se puede mencionar, por los do
cumentos de la época, que cuando se acusaba a la población de Tijuana
de estar perdiendo su mexicanidad por motivos como el que las mujeres
tuvieran que ir a otro país a tener a sus hijos sobresalían argumentos an
ticentralistas en el nivel local, los cuales demandaban la falta de atención
del gobierno federal hacia las necesidades de los servicios públicos de una
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[85]
86 LISSET ANAHÍ JIMÉNEZ ESTUDILLO
se los asocia con la mafia neoyorkina de los años treinta. Son pantalones
GRAFFITI Y RAP 89
tos del hip hop, además de portar hoodies y tenis. Con ello, marcas
estadounidenses como Adidas, Ecko Unltd, Tribal Gear, entre
otras, comenzaron a ser consumidas en masa, logrando posicio-
narse dentro de las preferidas entre los jóvenes tijuanenses, como
lo eran en otros lugares del mundo.
Ante esto los jóvenes de Tijuana, conscientes de su situación
transfronteriza, consideran su ubicación geográfica como privile
giada. Piensan que es una ventaja vivir en una zona tan peculiar,
por lo que en su discurso manifiestan una sobrevaloración de sus
vivencias así como de sus consumos. Aseguran tener mayor acce
so a la información, a mercancías y a la vinculación con otros jó
venes que son semejantes y al mismo tiempo diferentes, pues
están en otro país. Esto, piensan ellos, los coloca en una posición
privilegiada, permitiéndoles un mejor desarrollo de sus prácticas
en comparación con los jóvenes del resto de la República mexicana.
[…] sé que el hip hop también llega mediante esas películas que
las estuvieron pasando en Estados Unidos, y pues nosotros es
tando tan cerca pues, nos tocó ver lo mismo. Yo no sé si esas
mismas películas las estaban pasando en el Distrito Federal o
en otras partes del interior, yo no creo que allá sepan […] Aquí
nosotros, porque tenemos los canales 6, 8, 10, 39, y esos cana-
les son de Estados Unidos, tal vez en Hermosillo ya no llegan
esos canales, y yo creo que a raíz de eso fue que entró el graff por
Tijuana (Shente, 35 años).
Yo pensaba que el idioma del rap era el inglés, pues era lo único
que nos llegaba, pero cuando escuchamos a chicanos haciendo
rap en español en Estados Unidos, nos sentíamos identificados
y decíamos: “¡Órale wey, es rap pero le entiendo! No tengo que
matarme con un pinche diccionario para ver qué están dicien-
do estos weyes” (Danger, 24 años).
Antes de yo hacer graffiti, veía que por más feos que estuvieran,
todas las morras estaban sobres con esos weyes, o que todos
bien amables con ellos, o que ellos dirigían porque tenían bien
rayado y eso me motivó a querer tener los mismos beneficios
(Serieh, 23 años).
Antes era común ver muertos, ahora ya casi no, es algo malo
para mí, porque no me da miedo atravesarme por ahí en la
noche. El problema es que cuando me voy a mi casa me tengo
que bajar en una Waldo’s y caminar a mi casa en lo obscuro y sí
es un problema. Por eso a veces prefiero quedarme en el estu
dio pero mi mamá se enoja porque a veces no llego, así que
tengo que regresar a casa y a veces decirle a mi mamá que sí
me trajieron (sic) pero a veces los chavos no siempre pueden. Yo
creo que hasta cuando me pase algo me voy a quedar a gusto
y el problema es que yo no puedo caminar a gusto por la calle
sin miedo a que me pase algo, pero tengo que hacerlo (Nube,
22 años).
Sí, hay mujeres en el rap, son minoría pero sí las hay, y creo
que no hay tantas por el estereotipo de la mujer en la socie
dad que debe de ser una dama, nada ruda, siempre femenina,
creo que es por eso (Bonck, 22 años).
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en la ciudad transnacional
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116 LORENIA URBALEJO CASTORENA
entre ellos y ellas, pero también tijuanenses por haber nacido o creci-
do en Tijuana.
MODOS DE VIDA INDÍGENA EN LA CIUDAD TRANSNACIONAL 117
mente me dirigiré a la vida en la colonia Valle Verde y expondré
cómo ahí persiste una serie de prácticas que definen lo mixteco.
A su vez, la delimitación por colonia mostrará la conformación
de una segunda zona fronteriza, un bordeland urbano. Finalmente,
analizaré el contexto de lo que se pretende hacer en Tijuana en
materia de juventud a través de sus instituciones locales y los cam
bios que en el grupo mixteco se están desarrollando, sus posturas
y la realidad que contemplan para los migrantes.
Caracterizando a Tijuana,
una ciudad transnacional fronteriza
na, Otay, Centenario, Cerro Colorado, San Antonio de los Buenos, Sánchez
Taboada y Valle de las Palmas.
MODOS DE VIDA INDÍGENA EN LA CIUDAD TRANSNACIONAL 125
Progresa, así como para conseguir fondos y convocar a las fiestas.
Dentro del grupo además está el Consejo de Ancianos, que funciona
como el referente para los casamientos, por ejemplo. Dicho Conse
jo es encabezado por un Señor Principal.5 Otros representantes
son el mayordomo y los diputados para la fiesta de San Francisco
de Asís, quienes organizan el festejo incluyendo la obtención de los
recursos económicos. Se puede ver que la dirigencia comunitaria
es totalmente masculina y adulta.
Como parte de su organización colectiva, participaron en la
construcción grupal de sus viviendas; además se propusieron con
tar con espacios considerados necesarios en el contexto urbano y
que eran esenciales para la vida que les esperaba a sus hijos tijua
nenses, uno de los más importantes fue la escuela primaria. De
esta forma, plantearon la instalación de una escuela intercultural
donde niños y niñas se educaran en su lengua a fin de conservar
uno de sus elementos culturales más importantes. La primaria
intercultural Ve´e Saa Kua´a (Casa de la Enseñanza) es uno de los
espacios más importantes de la colonia. El antecedente cercano lo
tenían en la colonia Obrera, donde en 1988 se inauguró la escue
la intercultural bilingüe El Pípila. El profesor Gonzalo refiere so-
bre el tema: “Por medio del dif se lanzó una convocatoria al estado
de Oaxaca, donde invitaban a maestros que quisieran venir a Ti
juana a trabajar con esos niños migrantes […], así surge la educación
indígena en Tijuana, en Baja California” (entrevista, Tijuana, 2008,
lu). El proyecto fue concretado pese a la oposición de varias ma
dres mixtecas que no deseaban que sus hijos aprendieran la lengua
por considerarla un atraso y motivo de burla. El grupo de profeso
res mixtecos que llegó a la colonia Obrera fue el mismo que apoyó
después a la escuela de Valle Verde; unidos con los montañeses,
los profesores se dieron a la tarea de hacer un registro de los niños
en edad escolar que no asistían a ninguna primaria, sabiendo que
uno de los motivos era no contar con identificación oficial, como el
acta de nacimiento. Así, entre el papeleo, la búsqueda de financia
miento y la disposición para construir, el plan se hizo sólido.
5 Durante el tiempo que los mixtecos han estado en Tijuana son dos
las personas que han tenido el cargo de Señor Principal: Fidel Apolinar,
que lo fue hasta su muerte en 2011, y actualmente Crecencio García.
126 LORENIA URBALEJO CASTORENA
Imagen 1
Jóvenes en baile de San Francisco
Imagen 2
Partido de básquet, Mores vs. Savi’s,
en el festejo a San Francisco
de Juventud.
136 LORENIA URBALEJO CASTORENA
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Entrevistas
La ciudad diaspórica
Espacios de la sinidad
[151]
152 MÓNICA GEORGINA CINCO BASURTO
dente en México: 10 247 personas. De acuerdo con los datos del inm, la
ciudad de México es el primer lugar de asentamiento chino, seguida por
Baja California.
ESPACIOS DE LA SINIDAD 153
y en y hacia donde se dirigen y conectan las redes económicas,
sociales, culturales y políticas que le dan forma a lo que diversos
investigadores han denominado “diáspora china”. A partir de este
concepto se configura el tipo de ciudad transnacional que se
analiza en este texto. Habitada por sujetos diaspóricos, la ciudad
apropiada por los chinos a través de los cafés, restaurantes, las
lavanderías en otros tiempos, el barrio chino de Dolores, el movi
miento hacia la conformación del barrio chino de Viaducto Pie-
dad, las tiendas y comercios chinos dispersos por toda la urbe, le
otorgan características específicas a la ciudad de las conexiones
y los flujos transnacionales y la convierten en un espacio en el
que confluyen todos los procesos asociados al capitalismo tardío
y la economía global, pero cuyas principales características son
la etnicidad y la discontinuidad de los espacios sociales transna
cionales que se entretejen, no sólo geográfica y territorialmente,
sino también a través de la historia y las dinámicas de inclusión
y exclusión. Esta ciudad, la de la diáspora o la “ciudad diaspórica”,
se construye en la ciudad de México a través de pequeños grupos
que producen vida en comunidad para contender entre sí por su
membresía a la “gran diáspora china” desde la memoria, la religión
o los flujos económicos vinculados al mercado global.
Juan, mejor conocida como la China Poblana, quien sí era de origen orien
tal, pero no chino.
3 Agradezco a Evelyn Hu-DeHart por hacerme notar que es impre
sigue siendo una otredad muy lejana, pero que al mismo tiempo
produce interés entre los capitalinos. Un ejemplo de lo anterior
son las casi 12 mil personas proyectadas como asistentes por la
Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal5 para los fes
tejos de la Primavera o Año Nuevo Chino6 de 2012, que cada año
realizan en conjunto el gobierno del Distrito Federal por medio
del Fideicomiso del Centro Histórico, con los comerciantes del ba
rrio chino; y la extensión para 2013 de una celebración alterna
de la misma fiesta en la calle Humboldt, entre Artículo 123 y Mo
relos, muy cerca de Dolores, organizado por el Instituto Confucio
de la unam y el Centro de Comercio Chino, en coordinación con
las autoridades locales y hoteleros, restauranteros y comerciantes
no chinos de la zona, con la finalidad de darle una nueva imagen
al lugar.7
Desde 1980, el barrio chino y la delegación Cuauhtémoc ini
ciaron los festejos del Año Nuevo Chino como un atractivo turís
tico para la ciudad. Esta festividad, la más importante para los
chinos no sólo en la ciudad de México sino en el mundo, se festeja
en el barrio chino del Distrito Federal con la quema de cohetes,
diversas danzas de leones, danzas tradicionales chinas, desfile de
trajes típicos de las diferentes provincias chinas, así como demostra
ciones de las diversas comunidades de chinos, promotores de cul
tura china y escuelas de artes marciales que hay en la ciudad.8
Este evento adquirió mayor difusión como parte de los atractivos
turísticos de la ciudad a partir de 2006, cuando ante el deterioro
que presentaba el lugar, el entonces jefe del gobierno de la capi
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do el 18 de agosto de 2013.
10 Ésta es otra festividad importante para China y para los chinos de la
cipación del Grupo de Danza Cultural China Hong Long, Colegio Nacional
de Cultura Física, Choy Lee Fut, Academia Mexicana de Wushu, Escue
la Mexicana de Wu Shu, Escuela Mexicana de Artes Marciales Chinas,
Centro de Enseñanza Cultural, Kung Fu Family Yoluca, Comunidad Chi
na de México, Difusión Cultural China, Universidad de Wushu y Medicina
Tradicional, Remis Shaolin Kung Fu y Organización de Wushu Shenglung
de México, A.C. El evento fue organizado por el barrio chino de la ciudad de
México en colaboración con el Gobierno de la Ciudad de México, la dele
gación Cuauhtémoc y la Casa de Cultura Santa María la Ribera, <http://
www.barriochinomexico.com/home.htm>, consultado el 20 de agosto
de 2013.
13 El Programa de Becas Ciudad de México-China nació en el año
Cronotopías de la diáspora
15 <https://www.facebook.com/comunidadchina.demexico?fref
16 <http://comunidadchinadetampico.blogspot.mx/>, consultado
el 22 de agosto de 2013.
17 <https://www.facebook.com/ComunidadChinahgo?fref=ts>,
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182 XIMENA ALBA VILLALEVER
[183]
184 LILIA ADRIANA SOLÍS ARELLANO
Imagen 1
Dispersión geográfica de la población
de Santa Cruz Tacache de Mina
MANHATTAN PARA LOS MIXTECOS 189
Con base en cuestionarios que recogieron las trayectorias de
vida de un grupo seleccionado de miembros de la comunidad
con experiencia migratoria, pude establecer los vínculos que se
crean entre los principales lugares donde residen los miembros
de la comunidad transnacional de Tacache de Mina, formando una
topografía transnacional (Besserer, 2004). Así, la nueva geogra-
fía de la comunidad transnacional urbana indígena de Tacache de
Mina se puede plasmar como una red de localidades unidas por
las prácticas transnacionales de sus habitantes. Quedan al centro
de la red cuatro ciudades (las zonas metropolitanas de Nueva York
y el Distrito Federal, y las ciudades de Portland y Las Vegas) que,
aunque distantes en la geografía, están unidas por la multiplicidad
de las prácticas de traslado, cuya frecuencia y densidad establece
una cercanía social entre ellas. Los cinco nodos restantes estable
cen estructuras menores de la red, o circuitos migratorios transna
cionales. Existe una asociación posible entre la estructura de la
red y las ocupaciones de los miembros de la comunidad. Las prin
cipales ocupaciones de los residentes de las ciudades de Portland
y Washington corresponden preferentemente al sector agroindus
trial, mientras que quienes viven en el Distrito Federal, Las Vegas
y Nueva York se ocupan en el sector servicios e industrial. Puede
inferirse entonces que una de las dimensiones organizadoras de la
topografía transnacional de Santa Cruz Tacache de Mina es la ocu
pación de quienes la han estructurado con sus prácticas trans
nacionales. Nos concentraremos ahora en la descripción de las
cuatro ciudades que conforman el núcleo central de la red y que
estructuran un click (para usar la terminología del análisis de redes)
o grupo de total conexión (véase la imagen 2).
Imagen 2
Topografía transnacional de Santa Cruz Tacache de Mina
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Nueva York
Los así llamados yonkes (del inglés junk yards), que son nego
cios dedicados al comercio de autos de desecho, fue el caso más
extremo de pauperización y formas de exclusión social de los mix
tecos que pude observar. Es un lugar muy amplio y tiene locales
armados con láminas viejas y oxidadas de fierro. En el interior
de estos locales se albergan múltiples piezas viejas de autos, ma
terial chatarra y herramienta para hacer las labores de mecánica
de autos. Los propietarios de los locales son la mayoría de origen
mexicano, mientras que los empleados son en un gran número
específicamente de origen oaxaqueño y de varias nacionalida-
des centroamericanas.
Bajo el lodo, entre la tierra y detrás del ex estadio de los Mets
de Nueva York, los trabajadores conviven, reparan, comen y so
cializan con los clientes que buscan refacciones baratas o incluso
autos de segunda mano económicos. En el mismo lugar, algunas
mujeres originarias de Tacache de Mina hacen y venden alimen
tos típicos de su pueblo, trabajando a la intemperie, en verano a
temperaturas altas que alcanzan los 100 grados Fahrenheit, y en
invierno a temperaturas bajas que alcanzan los 30 grados Fah-
renheit. Bajo el sol, la lluvia, el lodo, la nieve y el polvo, pasan sus
días trabajando.
En el municipio de Tacache de Mina hay un nuevo barrio don
de las casas se están construyendo con los recursos que han reu
nido las personas que viven o han vivido en las inmediaciones de
Nueva York. Por eso le llamaron “El Manhattan”, no sin un dejo
de ironía pues para edificar estas construcciones sus dueños tra
bajan y viven en condiciones de gran precariedad.
Portland, Oregon
Según los datos que obtuve a través de personas que han vivido
y trabajado en la zona metropolitana de Las Vegas, puedo decir
que la mayoría de las personas residentes en este lugar son varo
nes. También hay matrimonios que ya cuentan con familia propia
y que han residido desde años atrás en Las Vegas; los desplazamien
tos migratorios hasta el lugar son más de varones que de mujeres
porque, según ellos relatan, las condiciones de vida y de trabajo
son muy complicadas. Las viviendas suelen estar hacinadas tam
bién en este lugar.
La mayoría de las personas de Tacache que viven en Las Ve
gas se emplean en la construcción. Trabajan directamente en la
construcción de casas u hoteles, o en el trabajo de mantenimiento
de las vías públicas, como banquetas y calles. Las jornadas labo
rales suelen extenderse hasta a 12 y 14 horas diarias. Algunos en
fatizan que las condiciones climáticas son extremas, ya que todo
el día trabajan bajo los rayos del sol a temperaturas sumamente
altas.
El barrio de Santa Rosa, en el pueblo de Tacache, tiene muchas
casas nuevas que han sido construidas con las remesas envia-
das desde Las Vegas.
196 LILIA ADRIANA SOLÍS ARELLANO
La ciudad de México
Vidas articuladas
El Manhattan: el sueño
americano en Oaxaca
Conclusiones
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Entre los hilos de la bolivianidad
[209]
210 NANCY WENCE PARTIDA
Cuando Flor habla sobre sus planes para quedarse más tiempo en
Madrid, se refiere a su deseo de tener una casa propia en Bolivia,
de tener su negocio y de la satisfacción que sentirá al ver a sus hijos
titularse, “salir profesionales”, dice. Será entonces cuando se sien
ta tranquila y pueda tener mayor margen para decidir si regresa
definitivamente a Bolivia. En algunas conversaciones ha comentado
también que cuando se fue a Madrid pensaba sólo en sus hijos, en
su bienestar y en trabajar para procurarles una vida mejor en rela
ción con la que habían tenido hasta entonces. Ahora dice que pien
del agua potable. Por otro lado, se han dado enfrentamientos en los que
el rechazo mutuo entre los dos sectores es lo que prevalece, como quedó
explícito durante las semanas de movilizaciones por el rechazo al alcal
de Manfred Reyes (2003), en el que la violencia era cotidiana y tuvo
como consecuencia la muerte de un joven citadino, así como de un cam
pesino.
ENTRE LOS HILOS DE LA BOLIVIANIDAD 217
sa también en ella, en que ha vivido otras cosas que no se había
imaginado y a las que no quiere renunciar, lo que la hace sentir
se culpable13 al pensarse como una madre egoísta. En algunos mo
mentos durante la sobremesa sacaba los sobres con fotos que llevó
de Madrid e iba explicando quiénes aparecían en ellas: el abuelo al
que cuidaba, sus compañeros/as de la fraternidad de la morenada14
en la que ha bailado desde hace tres años, su pareja… Hablaba
sobre el cariño que le tienen, el tiempo que pasa conviviendo con
todos/as ellos/as y de cómo esos días en Cochabamba, pese a que
estaba contenta por poder pasar tiempo con su familia en su tie
rra, extrañaba a aquella gente con la que intercambia afectos y
se siente acompañada cuando está en Madrid.
Más allá de indagar sobre los intercambios de bienes inma
teriales en los procesos migratorios, me interesa detenerme en
algunos elementos que hacen parte de las conexiones entre las
ciudades a las que aquí me refiero. Se trata de elementos subje
tivos relacionados con afectos producidos y gestionados entre dos
continentes y que están presentes en la vida cotidiana de las per
sonas en Madrid y Cochabamba, así como en otras ciudades como
Buenos Aires, en algunos casos. No es novedad el hecho de que
para el contacto entre los lugares de origen y destino en los proce
sos migratorios, los medios de comunicación, las tecnologías de la
información y la comunicación (tic), son herramientas indispen
sables. Para Flor ha sido central el uso del teléfono celular, que le
permitió seguir de cerca el embarazo de su hija que vive en Cocha
bamba; no fue necesario salir para hacer la llamada desde un lo
cutorio, ya que además de trabajar como interna lo hace con una
familia que vive en una urbanización de clase media-alta en las
afueras de Madrid, en donde es prácticamente imposible encontrar
tales teorías. Lo que intento es hacer notar que a diferencia de una obre
ra en una maquiladora o un burócrata en una oficina, en este sector la
empleada/o “se entrega” corporalmente en mayor medida a su trabajo,
al espacio en el que lo lleva a cabo y al control de sus empleadores/as
(quedaría abierta aquí una línea de investigación en la que se explorara
sobre la autonomía y el margen de acción de la empleada sobre su pro
pio cuerpo cuando es interna) quizá aun cuando su horario de trabajo
ha concluido, puesto que está durmiendo dentro de su casa. En ese sen
tido, es casi ineludible la posibilidad de que se involucren afectos/senti
mientos entre las/los cuidadoras/es y las personas a las que cuidan.
Aunque es amplia la gama de empleos en los que “la materia de trabajo”
son las personas —masajistas, médicos, terapeutas, etc.— y no máquinas
o materia inerte, en este caso el fluido entre el empleador/a y empleado/a
es el cuidado, y lo es de tiempo completo por periodos prolongados. Es de
cir que para las/os empleadas/os representa el traslado a otros espacios,
de aquello que se practica con los propios hijos y familiares en general.
17 Con esta idea pretendo darle seguimiento a una de las preocupa
tido cabal, sino como una tarea privada reservada a las mujeres por amor.
De ninguna manera en tales investigaciones, ni por mi parte en este
trabajo, existe la intención de idealizar a los sindicatos ni el trabajo de
los Estados. Se trata de pensar en la ausencia de regulaciones, lo cual deja
a la intemperie las obligaciones y sobre todo los derechos (como ya lo
mencioné antes) de las empleadas, una situación que queda a la libre vo
luntad de los/as empleadores/as.
18 Es justo reconocer el trabajo que en este sentido se está haciendo
Los trabajos que en los últimos años han investigado en torno a las
cadenas globales del cuidado y en relación con el trabajo de las mu
jeres en un marco global, concuerdan en la premisa de que las
migraciones se están feminizando en los últimos años (Godard y
ENTRE LOS HILOS DE LA BOLIVIANIDAD 225
Sandoval, 2008; Hinojosa, 2008; Salazar, 2009; Herrera, 2011). Estos
trabajos demuestran que en casos localizados las tendencias mun
diales respecto a las cifras de mujeres en las migraciones, 49%
según la Organización Internacional para las Migraciones, oim,19
aumentan hasta superar ligeramente la cifra de hombres, siendo
para la región andina y Bolivia en concreto, poco más de 50%. En
estos trabajos se enfatiza en el aumento del número de mujeres
en las migraciones regionales y transnacionales. Es necesario se
ñalar algunos matices de gran importancia sobre esta línea de in
vestigación.
En primer lugar, el hecho de que haya una mayor cantidad de
mujeres en los procesos migratorios no es equivalente a una femi
nización de las migraciones. Mujer no es sinónimo de femenino/a,
a las mujeres se nos asignan cualidades, roles femeninos. En se
gundo lugar, la cantidad de hombres y mujeres en los procesos mi
gratorios es un dato muy útil para ciertos tipos de investigación, pero
desde un punto de vista cualitativo me parece más relevante pen
sar que el problema de la invisibilización del trabajo (no pagado) de
las mujeres ha estado presente en los procesos migratorios, in
dependientemente de que hemos sido menos numéricamente.
Así, cuando han sido los hombres quienes migran y ellas (nosotras)
quienes se quedan, se ha dado por sentado que ellas no trabajan,
al quedarse al frente de la casa, de la organización doméstica y el
cuidado de los/as hijos, de la familia; cuando ellas han migrado con
ellos, igualmente no se ha contado su trabajo mientras ha sido como
amas de casa; y ahora en los casos en los que ellas han mantenido
sus trabajos y ellos los han perdido, se ha destacado más su parti
cipación en los procesos migratorios. Así, sobresale el salario como
el factor que determina la importancia de los aportes de ellas co
mo cuidadoras, reproductoras y quienes mantienen en orden el
hogar.
En este trabajo, tales observaciones tienen sentido en rela-
ción con los mercados de trabajo a los que hombres y mujeres de
origen boliviano tienen acceso en el caso de la “formación urbana
transnacional” a la que me he referido. Al hablar de hombres y mu
jeres, lo hago en el sentido de que es sobre estos criterios, sobre
ten datos oficiales sobre las cifras de desahucios ejecutados hasta ahora.
Han sido ellos/as quienes de manera organizada han realizado un re
cuento a partir del cual denuncian una media de 159 desahucios diarios
entre 2008 y parte de 2012. Nota de prensa en Público.es, “Cada día se
ejecutan hasta 159 desahucios en España”, 2 de junio de 2012.
228 NANCY WENCE PARTIDA
Cochabamba y Cochabambita,
entre los hilos de la bolivianidad
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de 2013.
Tercera sección
La ciudad clusterizada
Deportados y reclasificados
Hoy en día, la ciudad de Tijuana, más que ser sólo una enorme
marcha urbana transnacional que se extiende más allá de la línea
fronteriza internacional que divide a México de Estados Unidos,
puede representar una especie de laboratorio social donde la glo
balidad y la transnacionalidad dan lugar a una serie de fenómenos
sociales muy diversos. En este capítulo deseo abordar el caso de
los migrantes de origen mexicano que son deportados de Estados
Unidos a México, y ya en este país son contratados por empresas (call
centers o centros de llamadas) que ofrecen servicios internacio
nales en dicha ciudad.
Este caso me sirve para proponer que en la ciudad de Tijuana
se superponen varias zonas urbanas fronterizas. La primera de
ellas es Tijuana-San Diego, la zona metropolitana fronteriza más
grande del mundo, en la que los procesos urbanos suceden por
intermedio de una línea fronteriza internacional. La segunda es la
zona fronteriza que se constituye a partir de la convergencia de
fuerza de trabajo transnacional y capitales transnacionales. La su
perposición de ambas crea lo que podría llamarse una ciudad trans
nacional. La nueva economía de servicios concretada en este caso
en los call centers, hace uso de este nuevo margen urbano transna
cional para incorporar a trabajadores transculturales deportados
(desvalorizados y revalorizados por las fronteras) en su proceso de
acumulación global.
Cuando analizamos el complejo Tijuana-San Diego, muy pron
to nos percatamos de que hay dos realidades fronterizas que se
combinan y sobreponen. La primera de ellas es una zona fronteriza
[245]
246 MARIBEL ROMERO LOYOLA
Francisco
Ismael
Miguel
Raúl
ney, 2006).
DEPORTADOS Y RECLASIFICADOS 267
ción del mismo. De esta manera, y como he mencionado ante
riormente, con la llegada de la globalización y el desarrollo de las
nuevas tecnologías de comunicación, las formas de producción
han evolucionado dando paso al trabajo inmaterial. Así, aunque
los trabajadores del call center no generen un esfuerzo físico, o pro
piamente hablando, aunque la fuerza de trabajo no sea física en su
totalidad, el valor simbólico o cultural que los agentes incorporan
en el momento de recibir o hacer una llamada es una forma de va
lor importante dentro del proceso de creación e intercambio de
mercancía. De esta forma, los trabajadores entregan al capital no
sólo la fuerza física de sus cuerpos, sino también otorgan su capaci
dad intelectual, cultural y afectiva. Pero ¿cómo es que los traba
jadores entregan parte de sí mismos al capital? Existen diversos
mecanismos por medio de los cuales los trabajadores del call center
reproducen rutinariamente esta correspondencia entre la acu
mulación del valor abstracto y el valor monetario que ellos re
presentan para la empresa, ya que de forma inconsciente siguen
acumulando, personal y cotidianamente, valor cultural al mantener
vínculos estrechos con su familia y sus amigos que se encuentran
en Estados Unidos. Ejemplos de estos mecanismos pueden ser una
simple llamada telefónica personal, pues con ella siguen estable
ciendo, reforzando y manteniendo viva su conexión cultural con
sus familiares, amigos y ex vecinos, lo que de forma indirecta les
sirve como un medio para absorber y renovar el capital cultural
que ofertan como parte de sus habilidades laborales. Es este valor
cultural el que entregan —como una parte de sí mismos— al capi
tal, de forma inconsciente e involuntaria en cada una de las llama
das realizadas a lo largo de las jornadas laborales.
Otro factor relevante se establece por medio de la ubicación
geográfica de Tijuana, pues siendo en sí misma una ciudad fronte
riza mantiene un estrecho vínculo con la sociedad y el país vecino;
así, muchas de las personas que habitan en esta zona metropoli
tana fronteriza se encuentran empapadas de información acerca
de la sociedad estadounidense y los acontecimientos que la rodean,
ya sea gracias a medios de comunicación como la radio, la televi
sión, los periódicos, etc., o por medio de las personas que, en el
ir y venir diario entre un país y otro, mantienen informados a quie
nes no pueden cruzar la frontera.
268 MARIBEL ROMERO LOYOLA
transfronterizas.
270 MARIBEL ROMERO LOYOLA
A manera de conclusión
grupos juveniles como las pandillas, y es por eso que tatuaron sus
cuerpos, visten de forma holgada, rapan sus cabezas, etc. Para
poder adquirir y confirmar una pertenencia a cierto grupo, al en
contrarse retornados e insertarse en empresas, se ven obligados
a cambiar sus vestimentas y ocultar sus tatuajes para dar una ima
gen adecuada.
Es aquí donde podemos observar otro tipo de fronteras que
se establecen frente a los trabajadores, pues, como he mencionado
anteriormente, muchos de ellos se vuelven sujetos dóciles ante
la empresa, ya que para poder laborar en ella deben cubrir sus
tatuajes, dejar crecer su cabello y vestir de una forma “adecuada”.
Como sujetos vulnerables y dóciles, muchos de ellos acceden con
tal de tener trabajo y encontrar estabilidad emocional.
Bibliografía
[277]
278 LUIS PEDRO MEOÑO ARTIGA
1 En una nota de prensa del año 2009 titulada, Contact Centers se ex
racismo al revés frente a los clientes, lo que implica que los tra
bajadores corporizan relaciones de clase contradictorias, imagen
de profesionalismo que se les vende y que proyecta la corpora
ción transnacional mediante la arquitectura y el ambiente de trabajo
frente a la necesidad de aguantar abusos y ser servil, lo que im
plica un gran despliegue de trabajo emocional (Mirchandani, 2008:
93-94).
Prácticas como la “neutralización de acento” son instituidas
por las empresas y justificadas a partir de la necesidad de brindar
un servicio más familiar al cliente, pero que permiten a las em
presas indias de call centers tercerizados promover la fuerza labo
ral de su país ante el mercado como “una mercancía flexible que
puede ser entrenada para cumplir con los requerimientos del clien
te” (Mirchandani, 2004a:360). La idea de un inglés neutral libre de
influencias de la lengua materna es percibida por los trabajado-
res como un intento de americanización de sus acentos, que implica
considerar lo local como atrasado o incorrecto. La idea de neutra
lidad en el acento y el idioma contiene sesgos regionales y de clase
que refuerzan una “jerarquía racista implícita en la identificación
del inglés estadounidense como legítimo y al inglés indio como
ilegítimo” (Phillipson, 2001, citado en Mirchandani, 2004a:361). La
importancia de esta práctica para la construcción social de la pro
fesión y como espacio de lucha simbólica, se descubre cuando cier
to tipo de acentos, sobre todos aquellos provenientes del sur de
India y de contextos rurales, son representados como más proble
máticos que los acentos urbanos. Se construye al acento, la capaci
dad de sonar americano, en un significante de clase que estructura
la composición de la fuerza laboral y el mercado de trabajo (Mir
chandani, 2008:96).
El trabajo en call centers indios no sólo hace un despliegue
emocional, sino también estético, que se define como “sonar bien”.
El trabajo estético es incorporado al proceso de trabajo por las em
presas “a través de las prácticas de reclutamiento y de entrena
miento [que] identifican a los trabajadores ideales quienes no sólo
serán capaces de realizar trabajo emocional de manera correcta sino
que además se ‘escuchen bien’ ante los clientes” (Mirchandani,
2008:88). La personalidad, las actitudes y habilidades sociales aso
ciadas a la representación de profesionalismo se ven traducidas a
REPRESENTACIONES SOBRE EL TRABAJO TRANSNACIONAL 285
la dicción correcta del idioma inglés. La disposición cultural, pero
también corporal y estética que implica el acento y que adquiere
valor de cambio en la relación laboral, está distribuida de mane
ra desigual en el nivel social en relación directa con la herencia
colonial y las jerarquías educativas. De modo que el análisis de las
formas de incorporación de trabajo estético en el call center per
mite observar cómo los trabajadores “representan sus posiciones
de clase en relación con sus clientes y entre ellos mismos en el
contexto de su ubicación geográfica y herencia colonial” (Mirchan
dani, 2008:97). La posesión de un acento neutral y una apariencia
occidental son el resultado de la educación, el origen geográfico
y la posición de clase. El lenguaje se erige como un dispositivo efec
tivo de estratificación mediante el cual se reifican jerarquías re
gionales y de clase frente al que los trabajadores construyen dos
discursos contrapuestos. Aquellos provenientes de la clase media
urbana que estudiaron en escuelas privadas de tradición colonial
inglesa representan al idioma como un conocimiento cultural corpo
rizado adquirido desde la niñez, mientras que los trabajadores prove
nientes del ámbito rural, de estratos sociales más bajos y del sistema
de educación público, construyen el idioma y el acento como habi
lidades técnicas adquiridas y perfeccionables (Mirchandani, 2008:
97-98). En este análisis, los programas de entrenamiento y perfeccio
namiento del idioma o la neutralización del acento se convierten
en una extensión del imperialismo y la continuación de las relacio
nes económicas de origen colonial en India.
Winifred Poster (2007, 2008, 2011) se interesa principalmente
por las reconfiguraciones étnicas en el espacio global de trabajo.
Frente a las discusiones más influyentes que veían en la conforma
ción de identidades globales un proceso de homogeneización en
oposición con quienes percibían desfases y procesos de negocia
ción identitaria, ella propone la existencia de un continuo donde
transitan múltiples posturas entre ambos polos (Poster, 2007:276).
El punto central de su análisis es la “administración identita
ria” como mecanismo central del funcionamiento de los call cen
ters transnacionales. Con este concepto identifica la construcción
y puesta en circulación de técnicas y discursos para que los traba
jadores adopten no sólo estilos y acentos, sino también identidades
americanizadas con el doble propósito de mejorar la atención a
286 LUIS PEDRO MEOÑO ARTIGA
de 70 por cada 100 mil, mientras que en la ciudad esta tasa sube
hasta 102 por cada 100 mil, niveles que son muy superiores al pro
medio latinoamericano. En conclusión, para O’Neill y Thomas el
estallido de la violencia de posguerra es el que ha generado un con
junto de prácticas y estrategias que privatizan la función básica del
Estado de brindar seguridad urbana. “Estos nuevos esfuerzos de se
guridad, evidentes tanto en la vida cotidiana como en las políticas
sociales constituyen la práctica del neoliberalismo en Guatemala”
(O’Neill y Thomas, 2011:2), los cuales han creado nuevos patrones
de separación y exclusión urbana, haciendo hegemónica una vi
sión que basa la seguridad en prácticas represivas e incluso ilega
les donde persiste la idea de que los lugares de “caldo de cultivo de
maras y delincuentes” son los barrios pobres y marginales, que son
contantemente etiquetados mediante el binomio pobreza y vio
lencia. Estudiar estas prácticas en la ciudad de Guatemala o en su
área metropolitana tiene especial relevancia por lo que su creci
miento urbano simboliza para la modernidad del país, pero además
por lo que esta ciudad implicó en el surgimiento y crecimiento de
clases medias, uno de los sectores sociales donde se pueden obser
var las representaciones sociales que sostienen esas prácticas de
desconfianza, intolerancia y autoritarismo.
Crisis, violencia
y experiencia urbana en Guatemala
Agentes telefónicos
transnacionales en Guatemala
4 Transactel es el call center más grande del país, con más de cinco
mil empleados.
306 LUIS PEDRO MEOÑO ARTIGA
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Slums flexibles
[317]
318 VALENTINA GLOCKNER FAGETTI
En el otro extremo del espectro urbano están los slums, las co
munidades que durante varias décadas ha ido construyendo la
población migrante que llega a Bangalore desde el campo para em
plearse en las labores más arduas, inestables y mal pagadas, como
la industria de la construcción o la economía informal. Slum es un
término del inglés victoriano que originalmente denotaba viviendas
o asentamientos urbanos caracterizados por el hacinamiento, la
pobreza y condiciones inadecuadas para la habitación humana, cu
ya definición fue ampliada en 2002 por la onu para incluir además
la inseguridad en la tenencia de la tierra (Davis, 2006). Se trata,
pues, de clusters altamente marginados, habitados por migrantes
pobres y de casta baja, que bien pudieron haber llegado hace más de
cinco décadas o hace sólo algunos meses, caracterizados por vi
vienda extremadamente precaria y la carencia de los servicios pú
blicos más elementales como agua y drenaje, por no mencionar
la electricidad y la recolección de basura.4
Los slums se diferencian de su entorno porque constituyen
espacios de urbanización que durante décadas han sido relegados
de los planes de desarrollo y mejoramiento urbano. Sus habitan
tes, empleados del sector informal, casi siempre carecen de docu
4 Hay que señalar que en India el término slum se suele aplicar a una
5 Este autor calcula además que existen alrededor de 200 mil slums
Hay que señalar que para muchas familias que habitan los fle
xible slums tener trabajo permanente en la construcción es posi
ble sólo gracias a un desplazamiento paulatino hacia las afueras
de Bangalore. Este patrón intermitente de trabajo y de desplaza
miento itinerante en los márgenes de la ciudad parece estar siendo
bien aprovechado por familias rurales provenientes de los distri
tos norteños de Karnataka que constantemente viajan de sus pue
blos a Bangalore, pues su intención no es vivir en la urbe, sino
trabajar durante temporadas cortas que les permitan pagar sus deu
das y financiar la vida en sus comunidades de origen. Con este
dinero muchas familias financian bodas, rituales (que en la vida
rural de India se cuentan por decenas), festividades familiares y
comunitarias, o bien compran insumos industriales para el cam
po, como pesticidas y fertilizantes, rentan tierras, excavan pozos y
reparan o construyen canales de riego.
Otra característica interesante de los flexible slums es que sus
habitantes tienen un rango menor de ocupaciones que los habi
tantes de otros slums más antiguos y más grandes. El trabajo de
Ramachandran y Subramanian muestra que mientras que en los
slums que tienen entre mil y diez mil habitantes la mayoría traba
ja como empleados domésticos, choferes de rikshaws,12 vendedo
res, en talleres mecánicos y en la manufactura de beedis13 (2001:
72), por lo general en los flexible slums las ocupaciones se reducen
a tres o cuatro, siempre consideradas las más pesadas y despres
tigiadas.
En el caso de los flexible slums es frecuente encontrar que ade
más de la construcción, sus habitantes son contratados de manera
informal y durante periodos variables por el Bruhat Bengaluru Ma
hanagara Palike (bbmp) —el gobierno de la ciudad—, para barrer las
calles, recoger la basura en algunas zonas de la ciudad y limpiar
los canales que sirven como drenaje. Aquí también hay una divi
sión de género en el trabajo y una diferencia en los salarios, pues
mientras los hombres se encargan de entrar en los canales del dre
naje para limpiarlos ganando 150 rupias diarias (35 pesos) —aunque
II
ciation for Promoting Social Action (apsa), Bangalore Oniyavara Seva Coota,
Child Hope-India y Genesis.
19 Varias ong plantean que el papel de los adultos debe ser el de faci
ong The Concerned For Working Children (tcfwc) y Hasuru Sangha, apo
yado por Association for Promoting Social Action (apsa).
346 VALENTINA GLOCKNER FAGETTI
sobre las problemáticas que los aquejan a ellos y/o a sus comuni
dades, formular soluciones, plasmarlas en peticiones y memorán
dums, negociar y presionar a las autoridades, organizar encuentros
con los representantes del gobierno para promover agendas que
los conciernen. Los niños también realizan reuniones con una
periodicidad variable para organizarse, planear estrategias, reunir
fondos y difundir los valores de sus organizaciones. Aunque las ong
plantean que estos procedimientos y programas son concebidos
y dirigidos enteramente por los niños (tcfwc, 2006, 2013), la rea
lidad empírica suele demostrar que todo esto rara vez funciona
sin la presión y el seguimiento de los activistas que orientan a los
niños sobre qué y cómo hacerlo, a qué autoridad dirigirse, cómo
atraer la atención y evitar el rechazo de cierto funcionario, etc. Me
pareció incluso que las reuniones locales de los grupos de niños
que pertenecen a los sindicatos tampoco se llevarían a cabo sin la
insistencia constante de los activistas.
La frustración, el desasosiego y el desánimo de los niños ante
la indiferencia de ciertas autoridades y la incapacidad de otras
para actuar en su favor a pesar de tener buenas intenciones pare
cían ser resultados frecuentes. Durante mi estancia en Bangalore
el único “logro” material que las niñas consiguieron fue la insta
lación de un farol frente a uno de los slums que, como tantos otros
flexible slums, poco tiempo después se movería de lugar.21 Este farol,
alimentado por un panel solar, ostentaba un letrero de igual tama
ño donde se reconocía a la funcionaria local que había conseguido
semejante logro en su compromiso por mejorar la vida de las co
munidades más desfavorecidas.
En la esfera económica las iniciativas comprenden desde la
formación de grupos de ahorro en los slums, donde los niños aho
rran parte de sus ganancias sumándolas a los depósitos semanales
que hacen sus madres o de manera independiente, hasta cursos de
autoestima y administración personal. Estas estrategias están prin
de bienestar y desarrollo social del Estado y/o por una familia con
oportunidades laborales adecuadas.
Desde mi punto de vista, esta serie de prácticas se convier-
ten en tecnologías para el gobierno de las subjetividades de los
niños “vulnerables” que las encauzan hacia el autogobierno y la
autorregulación. Forman parte de una “tendencia neoliberal global”
(Sharma, 2006) que tiene que ver con el involucramiento de enti
dades no-estatales en iniciativas locales para el empoderamiento
de las poblaciones marginadas mediante técnicas de autogobierno
que transfieren la responsabilidad —en la solución de la pobreza,
la inequidad y los riesgos— de los programas de desarrollo del Es
tado a los grupos de individuos empoderados que se busca ayudar
(Sharma, 2008).
Estas tecnologías para el gobierno de las subjetividades de los
niños trabajadores migrantes deben entenderse en el marco de la
gubernamentalidad neoliberal transnacional. Con ello no pretendo
decir que el neoliberalismo genera toda forma de gobierno, sino
que nos ayuda a entender cómo favorece la transformación de cier
tas subjetividades y cómo este proceso se conjuga con las formas
contemporáneas de gobierno que funcionan en la ciudad. Por ejem
plo, para el mejoramiento, la regulación y el control de la población
migrante. Siguiendo a Nancy Fraser (2003), vemos que situar nues
tro análisis en el marco de la globalización neoliberal nos permite
entender cómo los procesos de regulación trascienden cada vez
más los límites del Estado, y el ordenamiento de las relaciones
sociales se transnacionaliza en tanto que sus mecanismos regulato
rios se articulan con aquellos ubicados en otros niveles. Así, fun
ciones de protección y regulación de la infancia que surgieron como
responsabilidad del Estado o entidades nacionales durante el siglo
xix en las naciones occidentales (Hegar, 1989; Sznaider, 1997) se
han ido des-nacionalizando y des-estatalizando a través de los siglos
para transformarse en discursos y prácticas transnacionales de
cuidado, protección y regulación de la infancia vulnerable a ni
vel global. Liderado por agencias transnacionales como el unicef,
la oit y una serie de ong de influencia mundial, las prácticas de
protección y salvación de la infancia vulnerable han sido trans
formadas, redefinidas y transnacionalizadas para adaptarse y refle
jar las preocupaciones globales hegemónicas sobre la niñez y la
SLUMS FLEXIBLES 349
población marginada del tercer mundo. De acuerdo con Poretti
et al. (2014:28), hace un par de décadas la atención y las estrate
gias internacionales giraban en torno a una crítica de las estructu
ras socioeconómicas que propiciaban la explotación y victimización
de la niñez. Pero el discurso se ha ido modificando hasta enfocarse
casi exclusivamente en la violencia y la victimización individua
lizada, propiciando una serie de señalamientos sobre culturas e
individuos “desviados” que es necesario educar y transformar para
garantizar la prevalencia de la cultura positiva de los derechos de
la infancia. Ésta es una posición que favorece y legitima el señala
miento y la intervención sobre las subjetividades y comportamien
tos de individuos y sociedades en el tercer mundo, al tiempo que
facilita el consenso internacional para la movilización de recursos
y voluntades políticas desde “arriba” (Poretti et al., 2014:32).
El empoderamiento ha sido reconocido por el gobierno indio
como el modelo para lograr que los pobres “puedan ayudarse a sí
mismos a romper las barreras sociales, económicas, culturales y
psicológicas, para que puedan pasar de ser receptores pasivos de
ayuda a participantes activos y administradores de sus propios
asuntos” (Mohanty, 1995:1435). Se trata de un concepto y una tec
nología que ha sido ampliamente aceptada y difundida por toda
clase de entidades no-estatales que debe ser entendida en el con
texto de la gubernamentalidad neoliberal como un “nuevo tipo de
estructura regulatoria y un sistema de múltiples capas de guber
namentalidad globalizada”, que está generando nuevos escenarios
de regulación social más privatizados y dispersos que cualquiera de
los visualizados por Foucault (Fraser, 2003:25).
En el caso que aquí nos ocupa, propongo que las formas de go
bernar a las poblaciones marginadas de la ciudad se dan en bue
na parte a través de un proceso transnacional de “autonomización
del Estado” en beneficio de una serie de entidades no-estatales que
toman en sus manos algunas de sus funciones de bienestar social.
Contra lo que parece, el Estado no desaparece ni se debilita, más
bien adopta o apoya el florecimiento de una serie de tecnologías que
funcionan para crear “una distancia entre las instituciones formales
del Estado y otros actores sociales no-estatales” (Rose y Miller,
1992:200), al tiempo que se actúa sobre los individuos y sus sub
jetividades de nuevas maneras que permiten una profunda trans
350 VALENTINA GLOCKNER FAGETTI
www.nimhans.kar.nic.in/>.
26 Aquí tengo que señalar que la presidenta del cwc hablaba con total
Reflexiones finales
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[367]
368 DANIELA OLIVER RUVALCABA
De ciudades y turismos
Fue producto del azar que uno de los alumnos del antropólogo Ro
bert Redfiel, Theron A. Núñez, estudiara el turismo de fin de se
mana en Cajititlán, un pueblo de Jalisco. Si bien el objetivo de este
antropólogo estadounidense no era abordar dicha actividad, observó
cómo turistas radicados en Guadalajara pasaban sus fines de se
mana en esta localidad situada a 32 kilómetros de la capital del esta
do. El turismo tenía implicaciones para la realidad que estudiaba
y por eso debía ser abordado (Nogués, 2009) como agente detonador
de patrones de aculturación rural-urbanos, que eran el objeto pri
vilegiado de la antropología urbana de la época, influenciada fun
damentalmente por la Escuela de Chicago, objeto que estaba siendo
estudiado por otros antropólogos como Oscar Lewis para el caso de
la ciudad de México (Núñez, 1963).
El trabajo de Núñez, “ Tourism, Tradition and Acculturation. Week
endismo in a Mexican Village”, publicado en 1963, marca el inicio del
interés de la antropología por el turismo (Stronza, 2011:264). Si bien
el encuentro de Núñez con el turismo fue producto de una apa
rente casualidad, como lo apuntan sus reseñadores, no es fortui
to que haya sido en la antropología urbana donde los estudios del
turismo se desarrollaron inicialmente. No obstante, el turismo de
fin de semana en Cajititlán dista mucho de la gran industria que
generó destinos como Los Cabos, Cancún, Ixtapa y otros de “sol y
playa” en México y alrededor del mundo; podemos decir que am
bos tipos de espacios turísticos son producto de lugares imagina
rios de ocio, esparcimiento y placer, originados fundamentalmente
en las ciudades y que se recrean como lugares imaginados, en el
sentido de su puesta en escena en el espacio (Hirai, 2009).
EL CLUSTER TURÍSTICO COMO MODO DE VIDA 371
La idea de que “la clase obrera —urbana, diríamos aquí— va al
paraíso” se refiere a la conquista por los trabajadores de las “va
caciones pagadas” ante la necesidad de reponer sus “[…] fuerzas
físicas y psíquicas agotadas por un año continuado de trabajo” (Fer
nández, 1991:22). Se proponía como forma de reconstitución de
las fuerzas productivas el consumo no sólo de servicios de entre
tenimiento, sino también de espacios y lugares que fueron produ
cidos ex profeso. La práctica turística es un consumo de símbolos
y signos que proveen a la persona de determinado estatus (Mac
Cannell, 2003), una herencia del Grand Tour practicado por la clase
burguesa europea del siglo xix. El tiempo libre para disfrutar del
ocio y el viaje es producto del anhelo de los ciudadanos que se li
beran de las obligaciones y la rutina de sus trabajos o lugares de
residencia. Así, las sociedades generadoras de turismo buscarán
sociedades susceptibles de convertirse en receptoras de turistas
a la manera de satélites para el descanso, confirmando la división
regional e internacional del trabajo (Simonicca, 2007:34).
Para enfatizar el modelo dicotómico del continuum folk-urba
no, Núñez no deja de referirse al turismo de Cajititlán como “turis
mo urbano” (urban tourism) y a los turistas como “clase ociosa
urbana” (urban leisure class). Por otro lado, se habla de aquel lugar
como “un pueblo típico campesino de las serranías” (typical high
land peasant village) y alude a sus habitantes como “aldeanos” o
“campesinos” (villagers o peasants). Según la tesis de Núñez, el week
endismo en Cajititlán detonó un proceso de urbanización donde
el pueblo se adaptó a las necesidades de los visitantes y las como
didades que éstos, aún en su búsqueda de lo exótico y lo “natural”,
no querían perder; asimismo, estas transformaciones se produje
ron también en las actitudes y valores a propósito del “contacto” con
los turistas (Núñez, 1963). A lo que apunta el autor es a la idea de
que el turismo detonó un proceso de urbanización no sólo en el
espacio, sino una urbanización en la propia la cultura.
El trabajo de Núñez funda lo que llegaría a ser uno de los mo
delos más difundidos de la antropología del turismo hasta hoy: el
paradigma del encuentro desde la perspectiva de la aculturación en
un primer momento, y desde la interculturalidad posteriormente.
Centrado en dos actores, los anfitriones y los huéspedes, esta pers
pectiva estaba representada en la revista Hosts and Guests. The An
372 DANIELA OLIVER RUVALCABA
rando la media nacional varios años. Sin embargo, en los años pos
teriores a la crisis económica internacional de 2009, Los Cabos
perdió este ritmo de crecimiento, muchos habitantes regresaron
a sus lugares de origen o buscaron trabajo en otras ciudades. Este
desaceleramiento se ha revertido con la recuperación económi
ca del último par de años.
La expansión urbana ha sido principalmente del tipo habita
cional. El crecimiento de los centros poblacionales se produjo de
forma lineal, a lo largo de la carretera transpeninsular y, por lo
angosto del territorio de la península, hacia el norte de cara al mar
y al desarrollo del centro turístico. Otra de las características de
este crecimiento es que ha sido tan disperso que a pesar de que am
bas ciudades cuentan con una de las más bajas densidades de po
blación a escala nacional, hay recorridos en la ciudad que pueden
durar hasta una hora en transporte público (Implan, 2013).
Lorella Castorena, investigadora de la región, propone la si
guiente descripción de estas ciudades con base en las ideas de Jor
di Borja y Manuel Castells: San José del Cabo y Cabo San Lucas,
conectadas por el corredor turístico, son
[…] el eje que vincula toda la región urbana [del municipio de
Los Cabos], a partir del cual se emplaza una aglomeración difusa
de funciones económicas y asentamientos humanos diseminados
a lo largo de la carretera costera, con zonas semirrurales inters
ticiales, áreas periurbanas incontroladas y servicios desigual
mente repartidos mediante una infraestructura discontinua
(Castorena, 2012:431).
cipio la región rural es mucho mayor que la región urbana, pero esta
última la supera en densidad (Castorena, 2012). La juventud de Los
Cabos hace preguntarse si con el tiempo esta región no alcanzará
la densidad —y con ello el desorden urbano— de ciudades como
Cancún o Acapulco, los casos que temían los planeadores de los
setenta. Por otro lado, la pérdida de población durante la crisis de
2009 nos lleva a proponer otra posibilidad, la de una ciudad preca
ria en constante fluctuación, que por la especialización y depen
dencia del turismo internacional, tan sensible a la competencia
global y vulnerable a las crisis económicas internacionales, ten
dría aumentos y decrementos súbitos de población en periodos
relativamente cortos de tiempo.
pdf>.
EL CLUSTER TURÍSTICO COMO MODO DE VIDA 393
crisis económica de 2009.4 Es por esta razón que Los Cabos fue
un destino mayormente afectado en comparación con otros, pues
la crisis, detonada precisamente en el mercado inmobiliario esta
dounidense, afectó también a su contraparte en México. He re
gistrado percepciones de las clases medias profesionistas que
“agradecen” la crisis —a pesar de que éstos fueron de los estratos
más afectados—, pues en el mediano plazo les permitió acceder
a servicios y actividades recreativas que anteriormente no tenían
pues, a decir de ellos: “Los Cabos antes de la crisis era inalcanza
ble, incluso para nosotros”.
Otro aspecto que resulta relevante en estos modos de vida es el
tipo de relación que se construye entre los propietarios y los tra
bajadores, misma que trasciende aquella de anfitrión-invitado.
En una conferencia, el presidente de la promotora local de tiempo
compartido, Asudestico, aseguró que ellos tienen miembros de
tres generaciones, abuelo, padre, hijo, pues éste es “un estilo de vida
que los hijos aprenden de sus padres”. Conocí en un restaurante
a un padre con su hija de Santa Bárbara que tenía un tiempo com
partido y me contó que había venido a “Baja” desde joven como
surfista, luego compró un tiempo compartido y tiene casi 20 años
viajando con su familia. El representante de Amdetur nacional tam
bién aseguró que la primera ayuda en llegar a Cancún después
del huracán Wilma —evento que transformó el lugar y su econo
mía hasta hoy día— provino de los miembros de tiempo comparti
do, quienes habían sido atendidos por los mismos trabajadores en
México por años; los extranjeros estaban preocupados por sus “ami
gos” mexicanos. En Los Cabos, esta relación puede entenderse a
partir del importante número de fundaciones, instituciones de be
neficencia y asociaciones filantrópicas extranjeras que trabajan en
el lugar y cuyos promotores han sido visitantes del lugar por varios
años, o tienen negocios relacionados con actividades turísticas en
el lugar.5
Entender a la ciudad como una articulación de modos de vida
implica dar cuenta de la dimensión de clase y trabajo. La periferia
4Idem.
5Algunas de estas asociaciones son: Liga mac, Los Cabos Children‘s
Foundation, Children’s Cancer Center, Banco de Sangre Sta. Josefina, Casa
San Juan Diego, Amigos de los Niños.
394 DANIELA OLIVER RUVALCABA
El derecho a la ciudad
tintos lugares del país. Estos grupos poseen también una capaci
dad creadora en relación con formas de habitar la ciudad. Sin em-
bargo, la precariedad de muchas situaciones de estos trabajadores
hace que se mermen sus posibilidades de hacer ciudad como expe
riencia y producto propio y digno, esto es, su derecho a la ciudad.
Dos importantes propuestas se han elaborado sobre la idea
del derecho a la ciudad, la del filósofo Henri Lefebvre y la del geó
grafo David Harvey; si bien ambas son de inspiración marxista,
tienen acercamientos cualitativamente muy distintos. Empezaré
por la más reciente, la de Harvey, para quien el derecho a la ciu
dad es fundamentalmente la posibilidad de la clase trabajadora de
acceder al excedente acumulado por el capital que se concentra
en las ciudades y que ha sido producido por las clases populares
a través de lo que el geógrafo llama acumulación por desposesión
(Harvey, 2008). La mercantilización de la calidad de vida a la que
sólo pueden acceder las clases altas, producto del cambio en la
gobernanza de las ciudades, que pasó de la administración (ma-
nagerialism) de las condiciones de bienestar para sus ciudadanos,
al servicio de los intereses del capital privado (entrepreneurialism)
(Harvey, 1989).
El trabajo de Lefebvre, anterior al de Harvey, también consi
dera a la ciudad como el espacio de reproducción capitalista de las
relaciones sociales, donde la clase dominante controla la produc
ción general y con ello la producción del espacio urbano (Lezama,
2005). Sin embargo, el programa el filósofo francés incluye otros
ámbitos ausentes en la perspectiva de Harvey, que problematizan
el determinismo económico, macroestructural de este último, éstos
son lo cotidiano, lo lúdico y lo utópico (Lefebvre, 1978a). Si bien lo
cotidiano es el espacio social donde se reproducen las relaciones
inequitativas de producción, donde los dispositivos espaciales ge
neran constreñimientos, es decir, la organización racional impues
ta, lo institucional, también es ahí donde los sujetos se apropian
de la ciudad, modelando su espacio y su tiempo a través de las
maneras en que lo habitan. Así, lo cotidiano es una mezcla com
pleja y contradictoria, que a diferencia de Harvey, puede consti
tuirse en un lugar de contienda.
La dimensión lúdica de lo urbano me parece que es uno de los
aportes más importantes de Lefebvre, este concepto implica lo “poé
EL CLUSTER TURÍSTICO COMO MODO DE VIDA 397
tico” de lo cotidiano y se refiere a su carácter de espontaneidad y
sorpresa, “es lo que le da sentido a la calle, pues él lo hace” (Lefeb
vre, 1978a:182). El funcionalismo que responde a la racionalidad
de la reproducción capitalista genera aburrimiento profundo en
quien realiza puntualmente sus funciones. La función del juego
es sobrepasar toda función, restaura en la realidad social lo im
previsible y la emoción, dando paso a la imaginación creadora de
los sujetos, dotando de plenitud a la vida cotidiana. Según Lefeb
vre, la cultura misma puede ser un juego. Los constreñimientos de
la racionalidad capitalista se ciernen justamente sobre esta capa
cidad (Lefebvre, 1978a).
En esta línea de pensamiento, el derecho a la ciudad es una pro
puesta utópica —no una utopía, como previene Lefebvre— en el
sentido de apertura a lo posible, frente a la alienación entendida
como la dificultad de realizarlo. No se refiere a las necesidades in
dividuales producto del deseo y del consumo, sino a las necesida
des sociales, de actividad creadora, de producir una obra a través de
un esfuerzo, en particular, de producir a la ciudad más allá de la
división parcelaria del trabajo y del poder productivo de la racio
nalización capitalista (Lefevbre, 1978b). El derecho a la ciudad es,
pues, el derecho a la creación, un amor, un ser una obra, no sólo
la necesidad de bienes materiales (Núñez, 2009). Ante todo, propone
Lefebvre, esta capacidad de creación se da a partir de una apro-
piación afectiva, en el sentido de que las personas consumen la ciu
dad a través de significaciones y expresiones afectivas, esto es, el
“proceso por el que un individuo o grupo valora un objeto y vier
te sobre él su energía afectiva, sus capacidades de acción, intenta
hacer de él […] su obra” (Lefevbre, 1978a:186).
Entre los derechos de este tipo podemos enunciar el derecho
al ocio y al juego, no como espectáculo pasivo sino como proceso
creativo; el derecho a la circulación y la centralidad en la ciudad; el
derecho a la información, en general el derecho a habitar frente
al “hábitat”, donde este último responde al racionalismo operativo,
una estrategia justificada por una ideología, un sistema que pre
tenderá restaurar la coherencia. Contrario a esto, el habitar es la
apropiación del espacio urbano, no en el sentido de propiedad (pri
vada), sino en el de hacer una obra, con sello propio, habitar se refie
re a “[…] gestos, recorridos, cuerpo, memoria, símbolos y sentidos,
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Contrastes y articulaciones
de las formaciones urbanas transnacionales
[407]
408 FEDERICO BESSERER, RAÚL NIETO
La ciudad fronteriza
La ciudad diaspórica
La ciudad clusterizada
Modos de vida
las ciudades diaspóricas importante en las formas la experiencia urbana, y
y clusterizadas que se anclan cotidianas del vivir urbano. c) formas similares a las diásporas
parcialmente en estas ciudades y prácticas fronterizas que se
fronterizas. entreveran con las dos primeras.
Gubernamentalidad basada Están sujetas a dos formas En éstas se entreveran dos
en un dispositivo simbólico de de gubernamentalidad. formas de gubernamentalidad
FEDERICO BESSERER, RAÚL NIETO
Gubernamentalidad
transnacionalización de los organizaciones privadas
Estados (como el codesarrollo). y no gubernamentales).
Cuadro 1 (continuación)
Formas de desposesión
vecina. producidas en gran medida por
las normas y la economía formal.
Encontramos mecanismos de La ciudad diaspórica es un espacio Encontramos formas de
resistencia y contrahegemónicos de contienda donde la memoria organización gremial y sindical
transfronterizos en el marco de diaspórica y la experiencia transnacionales.
la vida cotidiana. Un ejemplo adquirida en la lucha urbana Las organizaciones no
de ello son los movimientos en múltiples localidades dan gubernamentales contribuyen
culturales como el hip hop. soporte a prácticas urbanas a mejorar las condiciones de vida
Otras organizaciones contrahegemónicas de los sectores urbanos menos
formales como el movimiento y de resistencia. favorecidos.
de mujeres son importantes. Éstas operan en el plano El carácter emprendedor de los
CONTRASTES Y ARTICULACIONES DE LAS FORMACIONES URBANAS
y contrahegemonía
de la vida cotidiana, pero también sujetos puede ser el contexto
Formas de resistencia
se expresan en formas de de surgimiento de liderazgos.
organización más complejas.
425
426 FEDERICO BESSERER, RAÚL NIETO
La etnografía que sirvió como base para esta investigación (si in
cluimos algunas que están en proceso [Hernández, s/f], otras que
fueron publicadas previamente en otro libro de esta colección [Bes
serer y Oliver, 2014], y algunas ya concluidas pero que perma
necen inéditas [El Mekaoui, 2012; Guillot, 2012]) muestra que los
márgenes de las ciudades se articulan en una gran red mundial.
Los trabajos aquí presentados, en particular los de la ciudad
diaspórica, se centraron en el estudio de conexiones entre locali
dades del mundo que crean formaciones urbanas transnacionales
(como el barrio chino, Cochabambita, etc.). Expresados gráficamen
te, éstos pueden ser vínculos que unen diversos “nodos” ubicados
a largas o cortas distancias en el espacio euclidiano. Por ejemplo,
en el caso del barrio chino transnacional descrito por Mónica
Cinco y Ximena Alba, éste es un sistema que articula las ciudades
de México, Mexicali, Guangzhou, Beijing y París, entre otros luga
res (véase la imagen 1).
Imagen 1
Algunas redes urbanas estudiadas
Imagen 2
Redes urbanas
Santo Domingo
Seatle Fresno Mexicali
Santa Tijuana
María Nueva
Tánger York Beijing
Santa María Guangzhou
Madrid México
Buenos Buenos
Aires Aires Myrtle
Beach Tapachula París
Cochabamba San
Salvador
Guatemala
CONTRASTES Y ARTICULACIONES DE LAS FORMACIONES URBANAS 431
Nuestra etnografía, desde luego, no da cuenta de la totalidad
de vínculos que se establecen entre urbes del mundo y por ende
tenemos sólo indicios de la magnitud de esta gran red. Podemos,
sin embargo, entender algunos elementos que la conforman. Uno
de ellos es el papel preponderante que tienen los orígenes nacio
nales y étnicos de algunas de estas diásporas, y también la relevan
cia que han tomado en este nuevo momento en que los Estados
impulsan la relación con éstas (como es el caso de Bolivia, México
y China).
La ciudad transnacional
y la ciudad global
Imagen 3
Nodos articuladores de la red
Santo Domingo
Seatle Fresno Mexicali
Tijuana
Santa
María
Tánger Beijing
Guangzhou
Madrid Nueva México
York
La ciudad clusterizada
A manera de conclusión
Imagen 4
La ciudad transnacional
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Sobre los autores
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438 SOBRE LOS AUTORES
1 000 ejemplares