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Introducción

Adrián Guillermo Aguilar


Irma Escamilla Herrera

Entre los estudios que analizan los cambios en la conformación de la es­


tructura urbana en años recientes, varios señalan que la segregación resi­
dencial se ha vuelto mucho más marcada en las ciudades latinoamericanas
(Janoschka, 2002; Sabatini, 2003; Ariza y Solís, 2009; Aguilar, 2008). Las po­
líticas económicas neoliberales, la naturaleza especulativa de los mercados
de suelos urbanos, el incremento del número de automóviles privados, la
dinámica en la industria de la construcción y la política de crédito para
la adquisición de vivienda, han llevado a cambios en las formas urbanas.
Grandes centros comerciales, dispersión urbana periférica, renovación de la
ciudad interior y barrios cerrados, son rasgos prominentes de los cambios
en la ciudad latinoamericana y del surgimiento de un nuevo modelo urbano
(Sabatini, 2003). Sin embargo, no hay un consenso en el tipo y sentido de
dichos rasgos y, por supuesto, en la existencia de un nuevo modelo. Por un
lado, se sostiene que las nuevas formas espaciales han reducido las oportu­
nidades de integración social, produciendo ghettos y una especie de “mar­
ginalidad moderna” (Caldeira, 2000; Sabatini, 2003; Wacquant, 2008), y
también se deplora el surgimiento de los barrios cerrados que concentran a
los grupos más ricos y mantienen alejado al ciudadano común (Enríquez
Acosta, 2007; Caldeira, 2000; Salcedo y Torres, 2004; Sa, 2007; Souza y Silva,
2007, entre otros). Por otro lado, se visualizan resultados más positivos (Sal­
cedo y Torres, 2004; Katzman, 1999), y algunos ponen en entredicho los
hallazgos de una creciente segregación (Roberts y Wilson, 2009).
En la Ciudad de México se ha dado un proceso continuo de segregación
en el largo plazo, que consiste en la periferización de los estratos más bajos en
zonas cada vez más alejadas del centro de la ciudad, mientras los estratos

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6 ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR, IRMA ESCAMILLA HERRERA

altos conservan una tendencia a la centralidad (Aguilar y Mateos, 2011;


Schteingart y Ruvalcaba, 2012). Es común que los grupos pobres habiten en
viviendas de autoconstrucción que con frecuencia no tienen las condiciones
de sanidad adecuadas, ubicadas en zonas carentes de servicios e infraestruc­
tura, o en zonas vulnerables a inundaciones, corrientes superficiales o desli­
zamientos de tierra; todo ello representa carencias y riesgos adicionales a su
situación de pobreza. Cuando estos asentamientos están físicamente distan­
tes de las zonas de empleo, se dificulta además el acceso al trabajo remune­
rativo y se afecta el limitado presupuesto familiar. También es común que los
espacios de pobreza conformen patrones de exclusión socio-espacial al inte­
rior de las ciudades que tienen importantes implicaciones para la integra­
ción social y la gobernanza: la concentración geográfica de las desventajas
afecta las posibilidades de movilidad social al asociarse con situaciones de
baja escolaridad y salud precaria, y puede incidir en la generación de delin­
cuencia que fácilmente se extiende del barrio a la ciudad.
La concentración geográfica de las desventajas tiene importantes impli­
caciones tanto para la integración social, como para la gobernanza de las
ciudades (Portes y Roberts, 2005; Sabatini, 2003). Los espacios de pobreza
fácilmente pueden generar delincuencia, tanto a nivel de barrio como de
toda la ciudad (Caldeira, 2000; Gilbert y Garcés, 2008; Koonings y Kruijt,
2007); si además existen malas condiciones de salud y una pobre escolari­
dad, esto reduce las oportunidades de movilidad social.
La situación particular de los espacios urbanos de pobreza en las distin­
tas ciudades es diversa y está influida por el contexto local en el que se ins­
criben: diferencias en la capacidad de dotación de servicios, la disponibili­
dad de suelo, las oportunidades que ofrece la dinámica económica de la
ciudad y la región, así como las políticas de vivienda a escala nacional y
local. Asimismo, la generación de algún tipo de “cultura de la pobreza” es
una posibilidad latente que puede convertirse en un problema social; sin
embargo, el grado en que esto sucede es específica a lo local, pues se ha en­
contrado que algunas localidades han probado ser bastante eficientes para
enfrentar las condiciones más adversas de la pobreza y la marginación
(Wacquant, 2008).
Con el propósito de avanzar en el conocimiento y en el reconocimiento
de los patrones de segregación socio-espacial y las características de los es­
pacios de pobreza, del 13 al 15 de marzo de 2013 organizamos el Seminario
Internacional sobre “Segregación Urbana y Espacios de Exclusión”. En este evento
se discutieron las peculiaridades y diferencias que toma el fenómeno en
distintas ciudades mexicanas y chilenas; los factores que intervienen en su
INTRODUCCIÓN 7

causalidad; sus consecuencias sociales, económicas y políticas; así como las


estrategias factibles de aplicación para la remediación, la prevención y el
avance en la cohesión socio-territorial de los espacios urbanos. Este semina­
rio estuvo enmarcado dentro de los trabajos del proyecto de Ciencia Básica
de Conacyt “Segregación socio-espacial y pobreza urbana en las Zonas Metropolita-
nas de la Región Centro de México”; y formó parte de las actividades de la Red
Temática de Conacyt “Pobreza y desarrollo urbano”. A través de este semi­
nario fue posible conocer, compartir y comparar los avances en el tema que
han obtenido distintos académicos y especialistas ubicados en instituciones
mexicanas y extranjeras.
Las 19 investigaciones que integran esta obra se agrupan en tres partes
según temáticas afines. Un par de secciones profundizan en aspectos de la
segregación residencial y la dinámica urbana; otra sección particulariza sus
análisis en los espacios de exclusión pobreza y acceso a los servicios públicos;
y otra más aborda la precarización del empleo y la política social. A conti­
nuación se presenta un breve resumen de cada capítulo.
En la primera parte sobre Segregación socioespacial y estructura urbana el
capítulo de Francisco Sabatini parte de dos cuestionamientos respecto a la
política pública frente a la segregación residencial y el papel de las autorida­
des para aplicar políticas de reducción de la segregación, comienza el análi­
sis de la ruptura del patrón de segregación residencial identificando los fac­
tores globales de esa ruptura con el desarrollo de la promoción inmobiliaria
bajo esquemas neoliberales, lo que llama “vuelta a la ciudad” como hecho
cultural asociado a la búsqueda de mejor calidad de vida donde se combi­
nan la homogeneidad social del espacio, la que prevalece al interior del
condominio o de la suma de varios condominios aledaños, con la diversidad
social en una escala espacial algo mayor, denominando a ese arreglo espa­
cial como “micro-segregación”; identifica las señales claras de que la estrati­
ficación social está cambiando y afirma que la escala geográfica no es una
cuestión secundaria ni un simple aspecto metodológico del estudio de la
segregación, como se la trata usualmente. Es parte del fenómeno, y su im­
portancia tiene que ver con la posibilidad de hacer compatibles intereses
que parecen universales: vivir con quienes son similares a uno e integrarse a
la comunidad urbana diversa de la que se es miembro. Una de sus conclu­
siones sobre el futuro de las políticas urbanas orientadas por objetivos de
integración social podría estar en saber aprovechar los grados de libertad y
estas fuerzas económicas para controlar o reducir la segregación residencial.
El capítulo de Martha Schteingart parte de un estudio previo acerca de la
división social del espacio en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México,
8 ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR, IRMA ESCAMILLA HERRERA

en el cual integra el análisis de la temática en las tres metrópolis que le si­


guen en tamaño: Guadalajara, Monterrey y Puebla, para centrarse sólo en
ciertos aspectos de la misma y algunas conceptualizaciones y generalizacio­
nes planteadas por investigadores latinoamericanos que han trabajado, ya
sea teórica como empíricamente, en esta relevante temática de los estudios
urbanos, consistentes en identificar cambios en el esquema espacial de las
ciudades siendo necesario preguntarse en qué medida, de qué manera y con
qué tiempos se daban estas transformaciones, pero también cómo las pecu­
liaridades de la organización del espacio urbano pueden influir en la socie­
dad y en la vida de las familias. Considera asimismo el hecho que el ritmo de
los cambios urbanos no se produce tan rápido como el de las relaciones so­
ciales, las prácticas económicas o los arreglos políticos, de manera que lo
que se observa en la actualidad no implica un corte brusco con el pasado,
pues existe una continuidad que se mantiene como consecuencia de los
marcos legales, las costumbres y tradiciones culturales. Una conclusión inte­
resante del estudio desagregado por Áreas Geoestadísticas Básicas (ageb)
se refiere a la disminución de la concentración de la población en los dos
estratos más altos y el aumento de la misma en el más bajo, lo cual estaría
indicando que a lo largo de la década de los noventa se produjo un mayor
desequilibrio social en la ciudad, en la población de menores recursos. En los
cuatro casos presentados muestran un proceso de suburbanización de los es­
tratos más desfavorecidos de la población, con una gran homogeneidad de
los mismos en áreas alejadas de las metrópolis. Para el caso de la Ciudad
de México, pudo precisarse el grado de segregación de amplios sectores de
la población pobre y también de la población de mayores recursos, a través
de lo que llama la segregación activa.
Adrián Guillermo Aguilar, Patricia Romero y Josefina Hernández presen­
tan una caracterización de las principales transformaciones territoriales del
proceso de segregación residencial en el espacio metropolitano de la Ciudad
de México en los últimos 10 años y logran identificar los principales cam­
bios en la división social del espacio, a partir de las diferencias existentes en
la localización intraurbana de los diferentes grupos o estratos sociales, y los
factores que ayudan a explicarlas en relación con el mercado inmobiliario, el
costo de la vivienda, o los costos de habitar en ciertas partes de la ciudad,
tomando en consideración las recientes tendencias de distribución socio-es­
pacial en relación con: ejes metropolitanos de dispersión; nodos de concentra­
ción; y otras franjas de aglomeración. Desarrollan su estudio en seis apartados
siendo la base de su análisis 33 variables seleccionadas que abarcan temas de
educación, servicios de salud, vivienda, servicios y bienes en la vivienda, con
INTRODUCCIÓN 9

los que integran y espacializan los conglomerados que identifican la distri­


bución de los diferentes estratos sociales de la Ciudad de México y confir­
man que a la escala local, el análisis de los resultados a nivel de ageb pone
en evidencia la complejidad del patrón territorial en la distribución de los
diferentes estratos sociales.
Por su parte Carlos Garrocho y Juan Carlos Alanís se proponen demos­
trar la importancia de estudiar la segregación residencial de la población
mayor en los espacios intraurbanos; así como ofrecer un marco teórico básico
para acelerar la exploración del fenómeno en las ciudades del país. El tra­
bajo se enfoca a las áreas urbanas, por lo cual adoptan un enfoque macro en
el que los conceptos de integración y segregación se yuxtaponen como los
lados opuestos de la misma moneda. Dividen su trabajo en cuatro aparta­
dos. En el primero presentan información seleccionada sobre la magnitud del
reto del envejecimiento demográfico en México, que permite ilustrar con
cierta claridad su importancia clave para el futuro de nuestro país. El segun­
do apartado refiere una amplia argumentación sobre la relevancia de estu­
diar la segregación/integración de los adultos mayores, en términos del
bienestar de este grupo de población (que será cada vez más numeroso) y
del desarrollo del país. Una vez que aclaran la relevancia del tema de la se­
gregación/integración residencial de la población envejecida (i.e. el porqué y
el para qué de su análisis), dan paso el tercer apartado, a presentar un marco
teórico básico que facilite abordar ordenadamente el fenómeno.
Este marco teórico básico (en permanente construcción) vincula algunos
conceptos fundamentales tanto sociales como espaciales: espacio, diversidad,
interacciones significativas, exposición, localización y movilidad residencial,
segregación e integración, entre otros.
Finalmente, en el cuarto apartado el texto se abre a la discusión del diseño
de políticas públicas contra la segregación de la población mayor y se sinte­
tizan las principales aportaciones del texto. El documento cierra con una
amplia bibliografía que los autores consideran también como un aporte
importante ya que puede ser de utilidad para los que se quieran iniciar en
el estudio de la segregación residencial de la población mayor en las ciuda­
des mexicanas.
En el capítulo de Rafael M. Marrufo y Sonia Bass los autores se interesan
en presentar la situación en infraestructura y equipamientos para la atención
de la salud pública existente en Ciudad Juárez y su relación con la segrega­
ción socioespacial, al considerar que en materia de salud, en la ciudad se
presentan nuevos problemas que atender luego de la etapa de inseguridad
experimentada entre 2008 y 2012, y merece una atención especial eviden­
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ciar las condiciones históricas que generaron la segregación socioespacial y


los efectos observados sobre la salud urbana, haciendo para ello un recuento
de los planes de desarrollo que ha experimentado Ciudad Juárez desde
1958 hasta el 2010; asimismo identifican áreas que cuentan con hospitales y
áreas de esparcimiento, pero también identifican áreas donde se carece de
tal infraestructura y en las que conjugan diversas problemáticas de orden
sociodemográficas que derivan en la propagación de patologías de diverso
orden, concluyen con una propuesta de acciones que contribuyan a mejorar
las condiciones generales de salud entre la población.
En la segunda parte acerca de Segregación socioespacial y dinámica urbana, el
trabajo elaborado por Josefina Lara y Pablo Mateos cuestiona el papel activo
del Estado como actor principal en la creación de ciudad a través de las po­
líticas públicas de vivienda ya que a partir del año 2000 México se ha erigi­
do como el primer país de Latinoamérica en producción de desarrollos
masivos de vivienda social, tanto por superficie, como por el número de vivien­
das construidas, sin que se cuestione académicamente al Estado mexicano
como principal agente promotor de vivienda social, al propiciar la creación de
un modelo de expansión urbana disperso y altamente fragmentado socio-
espacialmente, por lo que se dedican a analizar el fenómeno a partir del
caso del Área Metropolitana de Guadalajara (amg), con la periodización de las
etapas de crecimiento, examinan también la conjunción de factores legales,
administrativos, histórico-geográficos e inmobiliario-financieros que han
creado la fragmentación socio-espacial de la vivienda social durante la última
década. En su análisis se apoyan en la técnica de investigación mixta cuanti­
tativa-cualitativa adaptada a una perspectiva espacial a diversas escalas:
metropolitana, municipal, fraccionamiento, manzana y edificio/vivienda, y
seleccionaron como caso de estudio de “fragmento de ciudad”, el fracciona­
miento “Los Ruiseñores” en el municipio de Tala, Jalisco, para concluir
entre otras cosas que el Estado se conforma como un actor principal en la
creación de un paisaje “viviendista”, sin el hábitat que permita desarrollar
un “tejido social” significativo.
En el siguiente capítulo Rafael Ignacio Romero y Juan Carlos Arriaga
presentan una investigación en la que analizaron la historia de la transfor­
mación urbana de Chetumal, a partir de las características demográficas y
de poblamiento de la ciudad, así como de las estructuras política, económica
y cultural que han influido en ese proceso, buscando identificar los aspectos
socio-urbanos que caracterizan a Chetumal como una ciudad fronteriza de
México. Muestran la historia urbana de Chetumal en seis etapas, en cada
una de las cuales ocurren cambios en algunas de las estructuras sociales
INTRODUCCIÓN 11

como: la económica, la sociodemográfica, la política y los imaginarios urba­


nos e iconografías, esto es, símbolos e imágenes de lo que la gente percibe y
concibe de la ciudad; así como a los objetos, ideas, prácticas, imágenes, et­
cétera, que la elite política ha utilizado en la construcción del discurso de la
“identidad chetumaleña”. En su estudio primero describen las característi­
cas de la región natural en la que está enclavado el espacio urbano de Che­
tumal, posteriormente, explican el modelo aplicado para identificar las seis
etapas que ha seguido el proceso de organización y expansión urbana de
Chetumal. Finalmente reflexionan en torno a la influencia que las estructuras
sociales han tenido en los ritmos y características de expansión del espacio
urbano de la ciudad, y concluyen que históricamente al dividir el proceso de
expansión urbana de Chetumal en seis etapas de mediana duración, Payo
Obispo/Chetumal ha sido un espacio urbano integrado a la economía de la
región de frontera, y en menor medida a la economía de Quintana Roo y de
México.
El trabajo que presentan Patricia Romero y Josefina Hernández plantea
una propuesta de metodología estadística utilizada para analizar el nivel de
segregación residencial en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México
(zmcm) que exponen en su investigación. El planteamiento de las autoras
aborda el problema de formar conjuntos de manzanas similares en el valor
de ciertas variables, la técnica utilizada es de análisis de conglomerados,
para después mostrar el cálculo de un índice de segregación que les sirvió
de base para llegar a interesantes y determinantes conclusiones. Parten de dos
preguntas relevantes antes de formar los conglomerados: ¿qué variables
considerar? y ¿cuántos conglomerados formar? La respuesta a la primera con­
sideró un conjunto de las variables más importantes desde el punto de vista
teórico y de ésas se escogieron las que tuvieran menor proporción de valores
faltantes. Al final realizaron el análisis con 33 variables que miden nivel de
educación, disponibilidad de servicios de salud, características de la vivienda,
servicios de la vivienda y bienes en la vivienda. En cuanto a la segunda pre­
gunta, se fijaron seis conglomerados, con fines de comparación con el estu­
dio de Aguilar y Mateos (2011) realizado con los datos del Censo de Población
y Vivienda 2000. Utilizaron el algoritmo clara (Clustering Large Application)
de los llamados no jerárquicos o de particiones. Tomaron en cuenta las va­
riables consideradas como más importantes y que tuvieran menor número
de valores faltantes debido al principio de confidencialidad, con las cuales
calcularon las proporciones de éstas con respecto a su correspondiente total
de población y en el caso de variables de vivienda, las proporciones se calcu­
laron con respecto a viviendas totales. Estandarizaron las tres variables:
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grado promedio de escolaridad, promedio de ocupantes en viviendas par­


ticulares habitadas y promedio de ocupantes por cuarto en viviendas particu­
lares habitadas, y elaboraron la cartografía donde muestran ejemplos del
comportamiento de las variables para lograr el objetivo principal: el análisis
de la segregación residencial a partir de conglomerados que permitan iden­
tificar patrones y frecuencias.
Para Leticia Peña el interés de su investigación se centra en la movilidad
interbarrial al considerar que la dinámica de ocupación territorial en la
ciudad se caracteriza por la fragmentación y segregación urbana, con un
crecimiento desordenado, disperso, en zonas aisladas y alejadas, por lo que
se aboca al análisis de la problemática recogida en el Plan Estratégico Veci­
nal (pev) en el Paraje del Sur localizado al suroriente de Ciudad Juárez,
siendo el primer fraccionamiento autorizado como parte de los desarrollos
habitacionales en este sector, planteando estrategias que disminuyan la se­
gregación socioespacial de los sectores más vulnerables. La autora reflexio­
na respecto a que estos fraccionamientos localizados de manera dispersa y
aislada, agregan impactos sociales y ambientales derivados de la segrega­
ción socioespacial; se responde a soluciones basadas en el valor especulativo
del suelo y a favor de la producción del mercado de la construcción, además
de identificar la problemática que experimentan los habitantes de estos
fraccionamientos tales como es el abandono de viviendas, inseguridad, falta
de equipamiento social, recreativo, insuficientes escuelas, falta de acceso a
servicios de salud, entre otros. A partir de las estrategias de movilidad de las
personas derivadas del pev y de sus necesidades de desarrollo humano más
sentidas, se aumenta la posibilidad de apropiación de un lugar, teniendo
como beneficio, un espacio urbano seguro, cuidado y valorado. Por lo que con­
sidera necesario promover la movilidad a pie o no motorizada, ya que au­
menta la percepción del espacio común, su paisaje y ambiente lo que conlleva
al aprecio, cuidado y mantenimiento del mismo, pero sobre todo, favorece
mejores condiciones de vida.
En el capítulo de Ramón L. Moreno basado en el análisis del habitar y
su relación con el desarrollo urbano de Ciudad Juárez, el objetivo de su tra­
bajo es comprender las transformaciones de los asentamientos humanos
que identifican a esta localidad chihuahuense y explicar el nuevo entorno
construido que se genera en ellos. La inclusión metodológica que utiliza es
a partir de la triangulación mixta desde enfoques cualitativos y cuantitativos
con análisis cartográfico, documental, entrevista semiestructurada, observa­
ción directa y fotografía. Plantea reflexiones teóricas con respecto al habitar,
espacio social e imaginario como los ingredientes para explicar los cambios
INTRODUCCIÓN 13

y las manifestaciones que se han gestado a través del tiempo en la construc­


ción simbólica del espacio social. Le interesa destacar los procesos de índole
subjetivo-objetivo, en el caso de la formación del espacio urbano y social que
se ha tejido durante el tiempo de su nacimiento, crecimiento y desarrollo como
localidad fronteriza del norte de México: Ciudad Juárez, y para ello toma en
consideración abordar la relación del habitar, espacio social e imaginario
en Ciudad Juárez, con el uso de cartografía, entrevistas (a personas residen­
tes claves en diferentes zonas de la ciudad), observación (realizada por medio
de recorridos de campo en la ciudad) y fotografía para insertar el estudio de
estos elementos en la estructura urbana de Juárez y, por último, considerar
las visiones desde los residentes sobre sus experiencias en la ciudad y con ello
confirmar que el habitar se edifica, según las condiciones espaciales, sociales,
culturales, económicas que imperen; sin embargo, el ambiente urbano le
imprime un sello especial a las experiencias de sus habitantes.
La tercera parte trata de mostrar la problemática que encierran los espa-
cios de exclusión, pobreza y el acceso a los servicios públicos, a través de los cinco
trabajos que a continuación se presentan. En el primer capítulo las autoras
Flor M. López y Patricia Martínez analizan el patrón territorial de los asen­
tamientos de selección reciente de los indígenas migrantes en la Ciudad de
México, además de identificar cuáles son los procesos y reconfiguraciones
del espacio donde se establecen. Para ello muestran la situación de la pobla­
ción indígena que llega a las ciudades, cuyas condiciones son muy precarias,
ya que casi siempre llegan a zonas o lugares de bajo costo y muy deteriora­
dos y experimentan carencias de vivienda, agua, drenaje, educación y salud
entre los más importantes. Describen algunos elementos que explican su
bajo nivel de vida como que casi 100 por ciento de la población se encuentra
con alguna carencia social, mientras que el 64 por ciento se encuentra con
al menos tres carencias sociales y tres cuartas partes de este sector cuenta
con pobreza de ingresos, y el 38 por ciento de la población se encuentra con
pobreza extrema en el mismo rubro. Muestran la distribución territorial de
la población indígena y con el comportamiento territorial de esta variable
identifican que desde la década de los setenta se está dando un proceso
de periferización de la población indígena migrante en toda la zmcm. Selec­
cionaron como estudio de caso la delegación Xochimilco la cual ha tenido un
aumento gradual de la población indígena, debido a que presenta espacios
atractivos tanto de vivienda como laborales para la población indígena. La
población encuestada fue en el pueblo de Tulyehualco, que se localiza en
la periferia más lejana de Xochimilco, hacia el oriente limitando con la dele­
gación Tláhuac, donde identificaron que se encuentran en la periferia de la
14 ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR, IRMA ESCAMILLA HERRERA

periferia, rodeados de pobres, en asentamientos irregulares; la entrevista


arrojó información respecto a lugar de origen, ocupación, ingresos, servicio
de salud, tipo de vivienda, servicios públicos. Entre las conclusiones más sig­
nificativas confirmaron que ser pobre en el Distrito Federal, no es lo mismo
que ser pobre en comunidades rurales, ya que al menos en esta entidad
pueden realizar diversas actividades que les permiten obtener un ingreso,
el cual por mínimo que sea, en sus lugares de origen no podrían hacerlo, así
como la gran movilidad que experimentan pues tienden a desplazarse de
un lugar a otro de acuerdo a sus condiciones económicas.
En el siguiente capítulo Orlando E. Moreno reflexiona sobre la insusten­
tabilidad de la vida a través de las políticas de vivienda, plantea la reducción
del espacio por la reducción del tiempo lo cual ha generado una transfor­
mación del sistema urbano regional refuncionalizando el papel que juegan
tanto las ciudades como las regiones en el proceso de acumulación de capital
a escala mundial. La ocupación de los terrenos se ha venido dando de ma­
nera irregular, trayendo como consecuencia un problema serio en la dotación
de todo tipo de servicios, al tiempo de afectar el ámbito rural al desestruc­
turar las relaciones tradicionales existentes en estos territorios e incorporarlos
a la dinámica del desarrollo urbano de manera desigual. Justifica la selec­
ción de su área de estudio en el sistema municipal conformado por Chalco,
Ixtapaluca, La Paz y Valle de Chalco, ya que desde la década de los cincuenta
del siglo xx, el oriente y el nororiente de la ciudad ha concentrado una gran
cantidad de población que, primero en el Distrito Federal, y después en el
Estado de México, con el surgimiento de Ciudad Nezahualcóyotl se fue con­
virtiendo en un territorio que ha aglomerado una gran cantidad de pobla­
ción proveniente, tanto del Distrito Federal, como del mismo Estado de México
y de otros estados circunvecinos, la mayoría de ellos económica y socialmente
considerados de bajos ingresos. Gran parte de esta población son pobres y
se asientan en cualquier espacio que les sea permitido, independientemente
de la legalidad del asentamiento o de la exis­tencia de servicios públicos o
equipamientos para la vida urbana, donde la mayor parte de la aglomera­
ción es debida a la producción de vivienda masiva de autoconstrucción en
terrenos de tenencia irregular, sin equipamiento ni servicios necesarios. Con
su análisis se muestra una urbanización de la po­breza, resultado de la implan­
tación en nuestro país de las llamadas “políticas de ajuste estructural”, a partir
de la imposición de medidas de políticas pú­blicas diseñadas por el Banco
Mundial y demás instituciones internacionales, además de evidenciar un pro­
ceso de degradación del ambiente socio-urbano que, no es más que una ex­
INTRODUCCIÓN 15

presión de la pobreza urbana, característica del sistema de municipios con


mayor crecimiento del Estado de México.
El capítulo de Mauricio Domínguez Aguilar, Jorge Pacheco Castro y José
Antonio Lugo presenta las tendencias en la supervivencia de los pobres de
la Zona Metropolitana de Mérida (zmm) y su influencia en su bienestar a
través de una revisión de las actuales tendencias en la supervivencia de los
pobres donde se reflexiona acerca de la influencia de éstas en su bienestar.
Para su análisis parten de la revisión de la literatura existente en materia de
pobreza, bienestar y supervivencia, principalmente de aquella producida en
México y Latinoamérica para contextualizarlo en la ciudad estudiada; me­
todológicamente destacan dos aspectos: el enfoque territorial adoptado y la
incorporación de la noción “heterogeneidad de los pobres”, es decir, su di­
ferenciación social interna para determinar la magnitud, causas, y distribu­
ción de la pobreza en la zmm, utilizando en su análisis los indicadores que
dan cuenta de la carencia de bienestar entre su población pobre, específica­
mente en lo que respecta a su dimensión habitabilidad de la vivienda. Su
interés principal es identificar las estrategias de supervivencia que están
implementando los pobres de la región y la influencia que ejercen éstas
en su propio bienestar.
Ricardo López analiza la imagen del sentido común local en la gente en
Kanasín, Yucatán, utilizando el vocablo maya achocados que indica que la
gente vive “apretujada, amontonada”, para ello resalta la centralidad y algu­
nas de las ventajas de diversa índole que ofrece la ciudad de Mérida como
importante nodo urbano a nivel estatal y regional, para después contrastar
las asimetrías con su periferia pobre, haciendo alusión al caso de la cabecera
municipal de Kanasín. Enfatiza ciertas características de la localidad y de sus
pobladores, así como el escaso equipamiento con el que cuentan, en parte
debido a lo que considera es un calculado e intencionado déficit de gestión
pública. Asimismo, presenta dos casos de los “costos ocultos” de vivir en suelo
periurbano barato e identifica la segregación socioespacial con el compo­
nente étnico explicando como está muy arraigada en el imaginario de la po­bla­
ción citadina, pues entre los habitantes de Mérida “la blanca” o criolla se
establece una fuerte asimetría con la población periurbana con origen étnico
y se hace evidente la dicotomía urbano/rural y citadino-criollo/pueblerino-
maya. La polarización y la asimetría tienen un componente territorial deter­
minante que además se reproduce en el ámbito de las representaciones de
los pobladores, pues los altos costos de vivir fuera de Mérida están relacio­
nados con los esfuerzos personales y familiares que ello conlleva, como el
caso de Kanasín, donde se experimenta la falta de equipamiento urbano en
16 ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR, IRMA ESCAMILLA HERRERA

todo el municipio, lo reducido de las viviendas y la calidad de los materiales


que se usan para su construcción, la lejanía de los servicios, infraestructura
y fuentes de trabajo, sin obviar lo caro y tardado del transporte público
metropolitano.
El último capítulo corresponde a Yadira Méndez y Antonio Vieyra quie­
nes examinan las particularidades y características de los pobres originarios
de los pueblos en donde la ciudad se expandió y que dependen total o par­
cialmente de las actividades agropecuarias y su nueva relación con su espa­
cio inmediato, utilizando un enfoque de medios de vida sustentables para
examinar las particularidades y características de dichos pobres, su relación
con su espacio inmediato, y la forma en cómo esto afecta los flujos de entra­
da y salida de la condición de pobreza. Inician su investigación al concep­
tualizar a la pobreza bajo un enfoque de Medios de Vida Sustentables (msv),
que categorizan cinco tipos de capital: humano, económico, físico, natural y
social donde cada categoría tiene una o múltiples funciones potenciales
para generar una diversidad de beneficios porque enriquecen a otros capi­
tales. Por ejemplo, un solo bien puede ser transformado, diversificado, y/o
intensificado pudiendo así contribuir a la resolución de muchas de las nece­
sidades de estos grupos pobres; posteriormente hacen una revisión de los
patrones recientes del crecimiento urbano y la periurbanización en regio­nes
en desarrollo, para continuar con un análisis de las peculiaridades del espa­
cio periurbano y la forma en cómo éste condiciona situaciones de pobreza y
exclusión. Finalmente, examinan a los grupos pobres oriundos, la transmu­
tación de sus medios de vida y las implicaciones de ello en las manifestacio­
nes de pobreza. Identifican que en el caso de los pobres oriundos dedicados
a las actividades agropecuarias en el periurbano existe una peculiaridad, y
es que sus bienes rurales de por sí escasos, se encuentran inmersos en un
proceso de desterritorialización lo que provoca la transmutación gradual
(cambio de rural a urbano) de los mismos y concluyen que el deterioro es
cada vez mayor en los bienes rurales y los bienes urbanos que adquieren no
son suficientes para detonar procesos virtuosos que les permitan generar
flujos fuera de la pobreza, limitando la capacidad de este grupo para hacer
adaptaciones y superar su vulnerabilidad, por lo que en muchas ocasiones,
tienden a transitar de la pobreza rural a la pobreza urbana dentro de su
mismo territorio.
En la cuarta parte de este libro se estudia la Precarización del empleo y
política social en el que se integraron cuatro capítulos tres de los cuales abordan
el mercado laboral en zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Cuerna­
vaca, Querétaro y la Región Centro de México; y un último estudio aborda
INTRODUCCIÓN 17

metodológicamente el modelo policéntrico para entender la concentración


y dispersión de la población y explicar en parte los procesos de segregación es­
pacial y pobreza urbana. El primer capítulo elaborado por Georgina In­
sunza y David Vergara se aboca a analizar la dimensión, estructura y distri­
bución sectorial y territorial del mercado de trabajo, bajo la idea de vincular
las tendencias de la movilidad residencial con la localización del empleo en el
marco de la dinámica metropolitana de la Ciudad de México; ponen de
manifiesto algunas implicaciones sociales de los procesos de segregación
socio-espacial derivadas de los procesos de flexibilización-segmentación la­
boral y la proliferación de ocupaciones preca­rias en términos de empleo sec­
torial, remuneraciones y condiciones laborales, aprovechan como metodolo­
gía la caracterización del mercado metropolitano de trabajo, considerando la
localización del empleo, su composición sectorial (tendencia a la terceriza­
ción y precarización), y las remuneraciones al tra­bajo; elaboran mapas te­
máticos a partir del índice de especialización económica que relaciona el
empleo sectorial y total local (delegación/municipio), con el empleo sectorial y
total de la Zona Metropolitana del Valle de México (zmvm) para revelar una
aproximación más exacta sobre la distribución espacial y sectorial del em­
pleo al interior del espacio metropolitano y por último analizan las tenden­
cias de la movilidad residencial tomando en consideración la construcción
de vivienda por parte de las grandes empresas inmobiliarias, así como los
flujos de población intramunicipales. Uno de los hallazgos derivados de la
investigación es que la configuración del mercado de trabajo sigue las pau­
tas del comportamiento demográfico: su mayor amplitud en las zonas cen­
trales; de transición plena; su relativa juventud, debido a que prevalece una
estructura de edad relativamente joven en estas demarcaciones; asimismo
pudieron constatar que las tendencias apuntan a acentuar el proceso de
diferenciación social, puesto que en las jurisdicciones periféricas, que pre­
sentan un crecimiento explosivo, conservan una estructura rural que enfren­
ta el creciente embate del crecimiento urbano, o bien, la realización de una
serie de actividades que no son más que empleos precarios, de baja remune­
ración, alta inestabilidad y muchas veces engrosando las filas de la informa­
lidad. También identificaron una ruptura entre los patrones de localización
del empleo, que han obedecido más a las ventajas de localización procurando
las economías de escala, respecto a la localización de la residencia que tien­
de a seguir pautas de mayor dispersión, dados los patrones de movilidad
residencial impulsados principalmente por agentes inmobiliarios privados.
Por su parte Francisco Rodríguez muestra resultados de un análisis com­
parativo de las zonas metropolitanas de Cuernavaca y Querétaro, ambas áreas
18 ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR, IRMA ESCAMILLA HERRERA

urbanas que en los años sesenta eran de tamaño y alcance económico similar,
pero a partir de entonces, particularmente después de los años noventa, han
seguido derroteros de desarrollo diferentes, de forma que hoy día tienen
distintas posiciones competitiva y potencial de desarrollo. Toma en cuenta
en su análisis patrones de segregación socio-espacial y las características de
los espacios de pobreza en ambas zonas metropolitanas, con la intención
de obtener resultados que puedan compararse con otras áreas urbanas. El aná­
lisis comprende los aspectos generales de la dinámica demográfica de ambas
zonas metropolitanas, la dinámica y particularidades de su economía, las ca­
racterísticas del mercado de empleo, la situación de la población en cuanto
a nivel educativo, vivienda y sus servicios, así como algunos aspectos de
las finanzas públicas que revelan el carácter del potencial de los gobiernos
locales para conducir el desarrollo local. Con el análisis de la Encuesta Na­
cional de Ocupación y Empleo se identifica que los niveles de desocupación
tendieron a incrementarse durante el quinquenio en ambas áreas urbanas; asi­
mismo confronta los niveles de participación, desocupación y la distribución
de la población ocupada según posición en el trabajo, y tipo y categoría de
tamaño de la unidad económica en las dos áreas urbanas las cuales tienen
que ver con las particularidades de su economía, de corte más empresarial
e industrial, en el caso de Querétaro, y de perfil más comercial y de servicios
orientados al mercado interno, en el caso de Cuernavaca; en cuanto a distri­
bución de la población ocupada por categoría de posición en el trabajo,
ambas ciudades se ajustan a la tendencia general al aumento paulatino de la
proporción de asalariados y la reducción de las otras categorías de relación
laboral. En las conclusiones el autor destaca los aspectos más relevantes
de la comparación y discute los resultados en términos de orientaciones de
política y en cuanto a temas de investigación a profundizar.
El tercer capítulo de Irma Escamilla y Ma. de Lourdes Godínez muestra
la evolución del mercado de trabajo en la Región Centro de México (rc) en
el último decenio a partir de la caracterización de la población económica­
mente activa (pea) en cuanto a la totalidad, la ocupación por género, los
sectores económicos en los que se emplea, así como los niveles de ingre­
sos que obtiene; asimismo se identifican los grados de marginación en los
que se desenvuelven los habitantes de una de las ocho regiones geoeconó­
micas del país para con ello determinar las pautas de comportamiento y
diferenciación entre los que tienen acceso a un trabajo y una remuneración
económica para atender sus requerimientos cotidianos de vida, contra aquellos
que no tienen acceso a un empleo ni remuneración económica, condicio­
nando entonces una situación de pobreza y marginación. Identifican la diná­
mica de la actividad económica a nivel regional y estatal en cuanto a la parti­
INTRODUCCIÓN 19

cipación económica y la ocupación de quienes realizaron una actividad


económica en el último decenio, donde la participación económica regional
aumentó y la entidad que alcanzó la mayor participación fue Querétaro y en
el caso inverso con una participación incluso menor que la regional fueron: el
Distrito Federal y Puebla; la realidad ocupacional no fue satisfactoria entre
2000 y 2010 pues experimentó una disminución, lo cual muestra una mayor
oportunidad de emplearse en ambas entidades aún con la reducción de la
ocupación en el último censo, por una parte, y por la otra pone en eviden­
cia la desaceleración económica al emplearse un menor volumen de población.
Las autoras identifican una diferenciación espacial en cuanto a la concentra­
ción de la fuerza de trabajo ya que hace 40 años el Distrito Federal abarcaba
casi el 50 por ciento de toda la pea en la rc: sin embargo paulatinamente
dejó de ser la entidad concentradora, para distribuirse hacia el Estado de
México, fundamentalmente en los municipios conurbanos de la zmvm y en la
zona metropolitana de Toluca. Entre las conclusiones plantean qué ocupa­
ciones se han visto reducidas, ocupándose cada vez en menor proporción a la
población en edad de incorporarse al mercado de trabajo que incide en
comenzar a diferenciarse entre el que se pueda acceder a ciertas condiciones
de vida o no si se carece de ingresos, que pueden derivar en la incorpo­
ración a la informalidad en el mejor de los casos, o a situaciones de droga­
dicción, violencia y vandalismo en el peor de los escenarios.
El último capítulo elaborado por Rodolfo Montaño, Gerardo Núñez y
Mercedes Juárez tiene por objetivo analizar los efectos potenciales de la
dispersión poblacional y sus determinantes, es decir, los niveles observados
de pobreza espacialmente y la forma en que interactúan con el entorno social,
político, cultural y económico; los autores pretenden evidenciar la problemá­
tica que tienen las dependencias que se dedican al estudio y medición de la
pobreza, ya que no hay datos a nivel local que reflejen la situación que viven
los pobladores de estas unidades territoriales (que están por debajo de la
escala municipal), por lo que a la fecha no se cuenta con datos que midan
la pobreza en las localidades de menos de 2,500 habitantes. Los autores
consideran que una de las formas más evidentes y sencillas de cuantificar de
la exclusión social es la segregación espacial, entendida como la dispersión fí­
sica de población expresada en términos de distancia o carencia de medios
físicos de comunicación, pero aclaran que la dispersión no es sinónimo de
segregación, y que si bien la dispersión poblacional dificulta, en general, la
construcción y provisión de infraestructuras y servicios —lo que evidente­
mente reduce la presencia y calidad de los mismos e incrementa su costo en
especial en localidades aisladas—, no significa que todas las localidades
dispersas se encuentren en esta situación. Plantean que el aumento en el
20 ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR, IRMA ESCAMILLA HERRERA

número de localidades dispersas parece acompañar el comportamiento de


la pobreza en México, aunque existen importantes diferencias entre entida­
des e interesa observar el efecto que ejerce el acceso o carencia de distintos
tipos de infraestructuras de comunicación y servicios: redes hidráulicas, re­
des eléctricas, sistemas de salud, de educación, acceso a nuevas tecnologías.
Entre sus conclusiones plantean que el Estado es el que debe asumir la
responsabilidad de la justa aplicación de las leyes y del desarrollo de políticas
y programas enfocados a disminuir los niveles de pobreza, a partir de una
adecuada distribución de equipamientos, servicios e infraestructura, cuyos
efectos contribuyan a mejorar los niveles de vida de la población; consideran
que las políticas basadas sólo en personas pueden resultar insuficientes y
requerirían de políticas que incorporen el territorio en el ámbito regional,
las cuales deben ser diseñadas específicamente para cada área y atender
problemas reales de los pobladores.
Como último punto es necesario agradecer tanto al Conejo Nacional de
Ciencia y Tecnología (Conacyt) por el apoyo financiero recibido y al Instituto
de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México por todas las
facilidades y apoyo brindados para la realización de este proyecto, en cuyo
marco se llevó a cabo el Seminario Internacional y se publica en este libro.
Asimismo, se agradece la valiosa colaboración de las dependencias, institu­
ciones y personas que dieron las facilidades para acceder a la información y
discusión de resultados. Nuestro profundo agradecimiento a los colaboradores
cercanos entre estudiantes de servicio social y becarios que ayudaron con
tareas básicas pero trascendentes para la realización de las investigaciones;
a la Sección Editorial por su apreciable intervención en el proceso de dicta­
men de esta obra por pares académicos; y en último lugar, pero no de menor
importancia, externamos nuestro reconocimiento a los dictaminadores anóni­
mos de todos los capítulos que la conforman, por los comentarios vertidos
para enriquecerla. A todos y cada uno de los que directa e indirectamente
permitieron la realización de los trabajos de investigación aquí presentados,
muchas gracias.

Fuentes consultadas

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INTRODUCCIÓN 21

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Segregación socio-residencial en la Ciudad de
México. Dinámica del patrón territorial a nivel
local, 2000-2010*
Adrián Guillermo Aguilar**
Patricia Romero***
Josefina Hernández**

Introducción

El objetivo de este estudio es caracterizar las principales transformaciones


territoriales del proceso de segregación residencial en el espacio metropoli-
tano de la Ciudad de México en los últimos 10 años. Se tratan de identificar
los principales cambios en la división social del espacio, a partir de las
diferencias existentes en la localización intraurbana de los diferentes grupos
o estratos sociales, y los factores que ayudan a explicarlas en relación al mer-
cado inmobiliario, el costo de la vivienda, o los costos de habitar en ciertas
partes de la ciudad.
Un interés particular está orientado a explorar las nuevas manifestacio-
nes de los patrones espaciales que muestren las recientes tendencias de
distribución socio-espacial en relación a: ejes metropolitanos de dispersión,
nodos de concentración, y otras franjas de aglomeración.
Es necesario comprobar cómo las zonas de los grupos más ricos crecen en
intensidad, en nuevas tipologías (como los barrios cerrados), y en extensión;
como los efectos de la crisis económicas y las políticas neoliberales facilitan
la exclusión social y la periferización de la pobreza; y en qué medida a nivel
local se ha acentuado la heterogeneidad socio-económica con una mayor
mezcla de estratos sociales.

* Este trabajo presenta resultados parciales de investigación del Proyecto titulado “Segre-
gación socioespacial y pobreza urbana en zonas metropolitanas de la Región Centro de México”
que recibe apoyo financiero de Conacyt, y del proyecto: “Segregación socioespacial y pobreza
urbana en las zonas metropolitanas de Ciudad de México, Cuernavaca y Querétaro” que recibe
apoyo financiero de papiit, los cuales se llevan a cabo en el Instituto de Geografía, unam.
** Instituto de Geografía, unam.
*** Instituto de Investigaciones en Matemáticas aplicadas y Sistemas, unam.

71
72 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

La reconfiguración metropolitana
en la fase neoliberal

Uno de los procesos más importantes que han sucedido en los últimos 20 años
en América Latina es un cambio de patrón de segregación socio-espacial en
sus principales centros urbanos; dicho cambio muestra una transformación
hacia una ciudad más dispersa con nuevas formas urbanas donde los rasgos
que más se destacan son: el surgimiento de subcentros urbanos vinculados a
la globalización, la gentrificación o recuperación urbana de áreas centrales,
los barrios cerrados, los centros comerciales y una mayor heterogeneidad
social en zonas residenciales, entre lo más importante (Sabatini, Cáceres
y Cerda, 2001; Janoschka, 2002; Borsdorf, 2003; Sabatini, 2003; Sabatini y
Cáceres, 2004). Lo anterior fundamentalmente ha significado una reestruc-
turación espacial del espacio metropolitano en la que, la intensidad de los
cambios en las formas urbanas y el grado de dispersión de la expansión urba-
na varía de ciudad a ciudad y de un periodo a otro, y en algunas ciudades la
urbanización difusa es más marcada que en otras (Aguilar y Mateos, 2011: 9).
La segregación residencial (sr) en las grandes metrópolis representa un
reto importante para la política urbana y social debido al tamaño y comple-
jidad de estas urbes. Como señala Roberts (2008: 5-6), hay dos nuevos desa-
fíos que hacen del análisis de la sr un tema particularmente relevante y
oportuno: el primero de ellos es la liberalización de los mercados del suelo
urbano y su efecto en la estructura urbana; y el segundo es la relación entre
la sr y la exclusión social. A continuación se hacen consideraciones a cada
uno de estos dos aspectos.
En primer lugar, la liberalización del mercado de tierras le dio a los in-
versionistas privados una mayor participación en el mercado inmobiliario y
con ello en la gestión del espacio urbano; esto dio pie a uno de los procesos
más importantes, la dispersión de las funciones comerciales y residenciales de cierto
tipo, fuera de las zonas tradicionales donde habían existido, con el fin de ca­
pitalizar sus inversiones con formas urbanas de mayor demanda en el mer-
cado urbano. Entre las formas urbanas típicas desarrolladas bajo esta nueva
modalidad se pueden mencionar: en las funciones económicas, los nuevos
centros comerciales, o los centros de entretenimiento; en el ámbito habita-
cional, los barrios cerrados, las torres residenciales, o urbanizaciones perifé-
ricas (Aguilar y Mateos, 2011: 10).
Un rasgo característico ha sido la construcción de grandes proyectos re­
sidenciales, comerciales y de oficinas que representan nuevos subcentros
urbanos, y que constituyen “islas de modernidad” en diferentes rumbos de
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 73

la ciudad, y que estimulan una aparente mayor diversidad social al atraer


clases altas pero, sobre todo, clases medias en sus alrededores. Los intereses
inmobiliarios recurrieron a la compra de tierra barata en barrios de clase
trabajadora para vender atractivos desarrollos a familias de nivel socioeco-
nómico más alto (Sabatini y Cáceres, 2004: 14-19; para Buenos Aires véase
Ciccolella y Baer, 2008: 652-656).
Con el anterior proceso existen diferencias marcadas a la escala urbana
y a la escala micro; en la primera escala parece existir aún una alta homoge-
neidad interna en las grandes divisiones sociales urbanas; pero a la escala
micro, la segregación residencial se hace más intensa porque se encuentran
parches urbanos aislados entre sí pero sumamente contrastantes desde el punto
de vista social, donde aparecen islas de riqueza, de producción, de con­sumo
y de precariedad (Sabatini y Brain, 2008: 20-21; Janoschka, 2002: 5-26).
Es decir, los procesos de dispersión de los centros de consumo y las ameni-
dades contribuyeron a una desconcentración espacial de la presencia de cen-
tros comerciales y complejos de entretenimiento creando una nueva división
espacial de funciones urbanas que gradualmente se hace más compleja con la
presencia también de instituciones educativas, oficinas corporativas, tiendas
exclusivas, etcétera. Todo lo cual contribuye a la formación de una estructura
más policéntrica cuando los centros de empleo y de compras se encuentran
por doquier y no únicamente en los barrios ricos.
La proliferación de centros de actividad económica sumados a la mejo-
ras en las infraestructuras viales en la ciudad han convergido en un tipo de
ciudad más densa en las áreas centrales y en suburbios interiores, pero con
densidades muy bajas en las periferias expandidas. Lo cual tiende a profun-
dizar la segregación socio-territorial entre las zonas mejor dotadas desde
una perspectiva material, como las agresivas urbanizaciones cerradas y torres
de apartamentos y condominios, y las zonas de asentamientos más precarios
en las periferias pobres.
El tema de los barrios cerrados es necesario enfatizarlo porque contribuyó
mucho a la segmentación del mercado de vivienda y por ende a la segrega-
ción social al limitar la interacción entre personas a través de un producto
inmobiliario de lujo. Estos barrios cerrados (gated communities) surgieron como
respuesta de las clases altas y medias-altas a problemas de inseguridad, de-
caimiento de espacios públicos, cambios de pautas culturales, etcétera; como
lo señalan Veiga y Rivoir (2008: 665) dichos grupos sociales se repliegan,
buscando en estos nuevos barrios, homogeneizar su situación con personas
de similares características y separarse de la amenaza que implican los otros
o outsiders.
74 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

Hay que enfatizar que la dinámica del mercado de suelo es quizá el prin-
cipal factor que determina la distribución territorial de los estratos sociales
en la ciudad; en este sentido tenemos el ejemplo de la ciudad de Buenos
Aires donde el precio del suelo en la periferia próxima a la ciudad mostró
un aumento del 117 por ciento entre 2004 y 2007, mientras que la dinámica
de valorización del suelo de la periferia alejada registró una intensidad de
valorización notablemente inferior, 46.3 por ciento; estamos así ante un
proceso de sobrevaloración inmobiliaria que causa que los barrios ricos sean
cada vez más excluyentes, lo cual marca la continuidad de un modelo de
ciudad donde los espacios que eran ricos siguen siendo ricos, y los lugares
que eran pobres continúan siendo pobres (Ciccolella, 2008: 653). Esta afir-
mación para Buenos Aires tiende a confirmar que la actual segregación re-
sidencial está actuando en la reproducción de las desigualdades socioeco-
nómicas, el aislamiento y la inseguridad de los grupos más pobres.
Con respecto al segundo aspecto, el de la exclusión social, en el periodo
contemporáneo las barreras de movilidad son más altas, ya que, un alto nivel
de educación es ya un requisito indispensable para las mejores oportunidades
laborales, y el acceso a la educación y el trabajo depende cada vez más de
dónde se viva (Roberts, 2008: 6). En este sentido la extensión física de las
ciudades aumenta la distancia entre las periferias y las zonas centrales, es
decir, entre la localización de los pobres y los centros de trabajo.
Desde la perspectiva de la redistribución espacial de los grupos sociales
todas estas transformaciones urbanas han tenido efectos en las tres medidas
tradicionales de la segregación residencial lo cual merece estudios a profun-
didad en cada ciudad: primero, la proximidad física entre los espacios resi-
denciales ocupados por distintos grupos sociales; segundo, la homogeneidad
social interna de las diferentes divisiones territoriales en que se puede es-
tructurar el espacio urbano; y tercero, la concentración de grupos sociales
en zonas específicas de la ciudad (véanse Sabatini, 2003: 7-8; Rodríguez y
Arriagada, 2004).
Así, se pueden consignar algunas tendencias que ya se han señalado y
que marcan la dirección de la mezcla social en el espacio metropolitano. En
primer lugar, se menciona recurrentemente que los grupos más pobres bus-
can los terrenos más baratos en la periferia y tienden en su mayoría a locali­
zarse en estos espacios de manera bastante dispersa; en segundo lugar, se hace
alusión a la distribución espacial de los componentes de las clases medias
que se caracterizan por su dispersión en la mayor parte de los espacios ur-
banos, contribuyendo a una mezcla social más o menos intensa en muchos
de los barrios de la ciudad, tanto de los lugares centrales como de los lugares
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 75

periféricos, para el Caso de la ciudad de Montevideo se señala como los


sectores de la clase media se han difundido prácticamente por todo el espa-
cio urbano indicando la fragmentación social, económica, y cultural a que estos
importantes sectores de la sociedad están expuestos (Veiga y Rivoir, 2008:
671). En tercer lugar la referencia a las elites urbanas es un poco divergente,
aparentemente parecen experimentar mayor dispersión con la proliferación
de islas de modernidad y de barrios cerrados, pero en otros casos parecen ser
los grupos más segregados y tienden a mantenerse en espacios bien identi-
ficados. Es decir, todas estas tendencias tienden a mostrar que el espacio urbano
se vuelve un conjunto de zonas homogéneas y de zonas de mezcla social en
diferentes intensidades, y que, son muy necesarios los análisis a nivel local
para aclarar estos grados de heterogeneidad social. Dicho de otra manera,
las fronteras entre los grupos sociales en el espacio no son tan evidentes
por la fragmentación urbana que se ha hecho presente en gran parte del
espacio urbano.

Expansión metropolitana y pautas


de segregación en la Ciudad de México

Varios rasgos caracterizan la expansión urbana de la Zona Metropolitana de


la Ciudad de México (zmcm) en los últimos 20 años. En términos territoriales,
tenemos una metrópoli que crece lentamente pero que se dispersa de manera
muy extensa. En las últimas décadas las tasas de crecimiento muestran la
evidente desaceleración de su crecimiento poblacional con tasas de creci-
miento por abajo del promedio nacional del crecimiento urbano; toda la
zmcm ha crecido en los últimos años a poco más del uno por ciento anual
(véase cuadro 1). Pero por el otro lado, el avance de su proceso de metropo-
lización ha sido notable, desde el año 2000 se acentuó una mayor dispersión
de la mancha urbana periférica con una expansión muy fragmentada, lo cual
puede ser un indicio de que persisten los niveles de desigualdad social ante
la búsqueda de soluciones habitacionales lejanas por parte de los grupos
más pobres. Pero es necesario mencionar que existe un repoblamiento de la
ciudad central en la última década después de un par de décadas de claro
despoblamiento. De 1980 a 2010 la superficie urbana de la zmcm se incre-
mentó 3.5 veces al pasar de 51,908 hectáreas a 185,291 hectáreas (Sedesol,
2011: 11).
Por otro lado, la economía urbana ha experimentado un claro proceso de
desindustrialización con tasas negativas para toda ciudad, donde este proceso
ha sido muy intenso en el Distrito Federal, con un traslado de industrias hacia
76 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

los municipios metropolitanos del Estado de México en los cuales sí se pre-


senta un crecimiento de la actividad manufacturera (véase cuadro 1). En el
otro extremo ha existido una intensa terciarización de la economía en toda
la ciudad con la llegada de servicios avanzados vinculados a la globalización
económica, sobretodo en el Distrito Federal. El sector comercio ha sido la
actividad económica que ha presentado los crecimientos más altos después
del sector terciario, con marcados incrementos en los municipios metropo-
litanos del Estado de México, claramente propiciados por los destacados
crecimientos recientes (véase cuadro 1).

Cuadro 1
zmcm. Crecimiento poblacional y de empleo, 1990-2010 (tasas)

Crecimiento del empleo Tasas 1989-2009


Crecimiento poblacional
  1990-2010 Comercio Manufactura Servicio Total
Distrito Federal 0.36 2.82 –1.05 6.19 3.28
Resto municipios 2.17 6.53 0.87 8.05 4.50
Total zmcm 1.29 4.07 –0.22 6.56 3.67
Fuente: Cálculos propios a partir del Censo de Población y Vivienda, 1990 y 2010; Censos Económi-
cos 1989 y 2009. inegi, México.

Con la adopción del nuevo modelo económico neoliberal una de las


principales consecuencias que se han mencionado es la ampliación de la
desigualdad social. Es importante señalar que es muy evidente que estas
transformaciones sociales han estado acompañadas de una profundización
en el proceso de segregación residencial en nuestras metrópolis. Para tener
evidencias sobre estas nuevas tendencias a continuación revisamos breve-
mente dos aspectos: primero, datos de las tendencias recientes de la margi-
nación y/desigualdad social en la Ciudad de México; y segundo, resultados
de los análisis de la segregación residencial para la ciudad capital.
En relación al primer punto, los datos tienden a mostrar una ligera ten-
dencia a favor de una mayor desigualdad y del incremento en la proporción de
población pobre en la Ciudad de México. Si analizamos los datos del Índice
de Marginación de Conapo en el periodo 2005-2010 se puede apreciar que los
niveles Muy alto y alto de marginación en la zmcm experimentaron un incre-
mento considerable tanto en unidades espaciales como en número de po-
blación (véase cuadro 2): en el periodo señalado las ageb en estos dos nive-
les de marginación aumentaron de 1,170 en 2005, a 1,587 en el 2010; y la
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 77

población correspondiente pasó de 3.3 millones a 5.1 millones de habitantes.


Lo cual es un claro indicio del aumento de población en condiciones preca-
rias (véase cuadro 2).

Cuadro 2
zmcm: Índice de Marginación, 2005-2010

  2005 2010

Grado ageb Población % ageb Poblacion %


Muy alto 260 440,631 2.35 288 460,048 2.36
Alto 910 2’875,836 15.33 1,299 4’619,827 23.68
Medio 1,215 5’277,082 28.14 1,666 7’308,620 37.46
Bajo 1,624 6’470,689 34.50 981 3’577,094 18.34
Muy bajo 1,220 3’692,002 19.68 1,203 3’542,334 18.16
  5,229 18’756,240 100.00 5,437 19’507,923 100.00
Fuente: Conapo. Índice de Marginación 2005 y 2010.

Por otra parte, para complementar estos datos, también podemos con-
sultar los datos del Coneval que ha calculado el incremento de pobreza ur-
bana en la misma zmcm en el periodo 2008-2010; de acuerdo a estas cifras
la pobreza moderada aumentó su participación porcentual prácticamente de
34 a 36 porciento, mientras que la pobreza extrema prácticamente se man-
tuvo estable al pasar de 10.6 a 10.4 por ciento (véase gráfica 1). Resultados
de esta naturaleza han llevado a que algunos autores afirmen que son eviden­
cias tangenciales a favor de la noción de una acentuación de los patrones de
desigualdad espacial en la Ciudad de México (Ariza y Solis, 2009: 178).
Sobre el segundo aspecto, los análisis de la Segregación Residencial en
la zmcm, es interesante mencionar algunas tendencias recientes con base
sobre todo en variables de los Censos de Población de 1990 y 2000. Un seña­
lamiento que ha servido de guía para la interpretación del patrón de segre-
gación es la afirmación de Schteingart (2001: 20-21) en el sentido que, his-
tóricamente se han estructurado dos ejes de diferenciación socio-espacial
uno que opone el norte con el sur, y el otro el oriente con el poniente, donde
el sur y el poniente representan los espacios privilegiados en términos so-
cioeconómicos. Con esta referencia podemos consignar algunos hallazgos
que representan variantes a la afirmación anterior.
78 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

Gráfica 1
México: pobreza urbana, 2008-2010

50

40
Por ciento

30 35.8
33.9
20

10
10.6 10.4
0
2008 2010

Pobreza moderada Pobreza extrema

Fuente: Coneval. Informe de pobreza en México, el país, los estados y sus municipios 2010.

Los estudios coinciden en que se nota la preponderancia de los estratos


altos y medio altos hacia la zona poniente y surponiente; y en contraposición
los estratos bajos y muy bajos dominan hacia el sector oriente y tambien hacia
el norte y coinciden con desarrollos informales, donde también se han esta-
blecido migrantes pobres en asentamientos ilegales (Duhau, 2003; Villareal y
Hamilton, 2009: 75; Ariza y Solis, 2009; Aguilar y Mateos, 2011; Rubalcava
y Schteingart, 2012: 76-78). Algunos estratos de nivel medio y medio bajo
están en localizaciones que coinciden con pueblos o con conjuntos habitacio­
nales en suburbios intermedios cercanos a ejes carreteros (Aguilar y Mateos,
2011: 26).
De todas estas afirmaciones hay que destacar que, un aparente resultado
es la coincidencia en señalar un patrón que caracteriza a varias metrópolis la­
tinoamericanas en el cual, existe una alta homogeneidad interna de las zonas
periféricas populares versus la mayor variación interna o heterogeneidad de
los estratos altos (Ariza y Solis, 2009: 176). Sin embargo, una afirmación
general de esta naturaleza evidentemente es difícil que tenga validez para
cada metrópoli, y difícilmente puede caracterizar el actual patrón de segre-
gación de la Ciudad de México especialmente a niveles locales donde hay
indicios de que en varias zonas de elites hay una alta homogeneidad, y en
otras no tanta pues estos estratos se han extendido hacia espacios con mayor
presencia de mezcla social. Es decir, la caracterización a nivel micro es muy
necesaria porque ya existen circunstancias muy variadas para cada estrato
social debidas a los recientes fenómenos del policentrismo, la renovación de
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 79

zonas centrales, o la fragmentación urbana en zonas periféricas. El resultado


indica que más que hablar de un cambio en el panorama de la segregación
residencial en la ciudad, lo que ha sucedido es la acentuación de los rasgos
preexistentes de dicha segregación pero con variaciones territoriales impor-
tantes de acuerdo a las nuevas formas urbanas y a la reciente dinámica de
expansión.

Aspectos metodológicos para


el cálculo de los conglomerados

Podemos señalar que los años de 1990 y 2010 representaron puntos de rup-
tura en cuanto a información desagregada espacialmente, y en cuanto a
variables censales disponibles. En 1990 por primera vez se tuvo información
estadística a nivel de Área Geoestadística Básica (ageb) para posteriormente
tenerla disponible también a nivel de manzana; este hecho representó un
avance importante para los análisis a nivel local. Desafortunadamente en
2010 el Censo de Población no incluyó dos variables fundamentales en los
estudios de carácter social (segregación, mercado de trabajo, pobreza, etcé-
tera), el ingreso y el tipo de ocupación que ya no fueron incluidas.
Lo anterior tiene consecuencias muy negativas para los análisis de ca-
rácter temporal porque no se puede dar seguimiento a procesos sociales que
en años anteriores ocuparon las dos variables mencionadas. En gran medida
este es el caso del estudio, para el año 2000 llevamos a cabo un análisis de
segregación residencial para la Ciudad de México (véase Aguilar y Mateos,
2011) que planeábamos continuarlo para los datos de 2010, pero con las
omisiones de variables ya no fue posible. De esta manera, ante la ausencia
de variables en 2010, el reto ha sido elaborar otra metodología con variables
sustitutas para llevar a cabo la comparación 2000 y 2010 para el espacio
metropolitano de la Ciudad de México, que es lo que presentamos en este
estudio.
El método aplicado.- La informacion inicial utilizada fue la base de datos
con información del Censo de Población y Vivienda 2010 a nivel manzana
de la Zona Metropolitana del Valle de México. Esta base de datos cuenta con
144,445 manzanas. Para este año se definieron las variables más representa-
tivas que a su vez fueran adecuadas sustitutas de las variables de ingreso y
ocupación. Igualmente se utilizó la base de datos del censo de 2000 para
llevar a cabo las comparaciones procedentes, utilizando las mismas variables
en ambos años.
80 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

El objetivo fue formar conglomerados, es decir, conjuntos de manzanas


homogéneas con respecto a una serie de variables, donde cada conglomerado
debe tener por lo menos una manzana y cada manzana debe pertenecer a
un solo conglomerado. Debido al principio de confidencialidad de la Ley
del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, no se puede
reportar información de cualquier indicador con menos de tres unidades;
por lo anterior hubo una gran cantidad de manzanas que salieron en blanco,
un total de 14,465 manzanas. Al final se formaron seis conglomerados.
Para el análisis de conglomerados se utilizó el algoritmo clara (Cluste-
ring Large Applications, por sus siglas en inglés) de la librería Cluster del
lenguaje R, que usa distancia euclideana como medida de disimilaridad; así
la distancia entre la manzana i y la j es

p
d (i,j)= Σ k =1(χik - χjk)2 donde p es el número de variables consideradas.

Es más robusto que el algoritmo de k-medias (k-medias es sensible a


valores extremos) y permite realizar el análisis en diferentes muestras alea-
torias iniciales (se definieron 100) el tamaño de muestra (se calculó con 1,000)
y selecciona la mejor muestra para asignar a algún conglomerado el resto de
los datos. Los resultados no dependen del orden de las manzanas en la base
de datos.
Las variables seleccionadas fueron 33; seleccionando aquellas que se
consideraron más importantes y que tuvieran menor número de valores
censurados (por el principio de confidencialidad). Se calcularon las propor-
ciones de estas variables con respecto a su correspondiente total de población
y en el caso de variables de vivienda, las proporciones se calcularon con res­
pecto a viviendas totales. Las variables seleccionadas son las siguientes:

Educación
Variable Descripción
P6A11_NOA Pob. de 6 a 11 años que no asiste a la escuela
P12A14NOA Pob. de 12 a 14 años que no asiste a la escuela
P18A24A Pob. de 18 a 24 años que asiste a la escuela
P8A14AN Pob. de 8 a 14 años que no saben leer y escribir
P15YM_SE Pob. de 15 años y más sin escolaridad
P15PRI_CO Pob. de 15 años y más con primaria completa
P15SEC_CO Pob. de 15 años y más con secundaria completa
P18YM_PB Pob. de 18 años y más con educación posbásica
GRAPROES Grado promedio de escolaridad
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 81

Servicios de Salud
PSINDER Pob. sin derechohabiencia a servicios de salud
PDER_SS Pob. derechohabiente a servicios de salud
PDER_SEGP Pob. derechohabiente del seguro popular

Vivienda
VPH_PISOTI Viv. particulares habitadas con piso de tierra
VPH_1DOR Viv. particulares habitadas con un dormitorio
VPH_2YMASD Viv. particulares habitadas con dos dormitorios y más
VPH_1CUART Viv. particulares habitadas con un solo cuarto 
VPH_3YMASC Viv. particulares habitadas con tres cuartos y más
PRO_OCUP_C Promedio de ocupantes por cuarto en viv. particulares habitadas
PROM_OCUP Promedio de ocupantes

Servicios en la vivienda
VPH_S_ELEC Viv. particulares habitadas que no disponen de luz eléctrica
VPH_AGUAFV Viv. particulares habitadas que no disponen de agua entubada en
el ámbito de la vivienda
VPH_EXCSA Viv. particulares habitadas que disponen de excusado o sanitario
VPH_NODREN Viv. particulares habitadas que no disponen de drenaje
VPH_C_SERV Viv. particulares habitadas que disponen de luz eléctrica, agua
entubada de la red pública y drenaje

Bienes en la vivienda
VPH_SNBIEN Viv. particulares habitadas sin ningún bien
VPH_TV Viv. particulares habitadas que disponen de televisor
VPH_REFRI Viv. particulares habitadas que disponen de refrigerador
VPH_LAVAD Viv. particulares habitadas que disponen de lavadora
VPH_AUTOM Viv. particulares habitadas que disponen de automóvil o camioneta
VPH_PC Viv. particulares habitadas que disponen de computadora
VPH_TELEF Viv. particulares habitadas que disponen de línea telefónica fija
VPH_CEL Viv. particulares habitadas que disponen de teléfono célular
VPH_INTER Viv. particulares habitadas que disponen de internet

En el cuadro 3 se presentan las medidas de aislamiento para cada uno


de los seis conglomerados construidos tanto para la información del año
2000 como la del año 2010.
La expresión para la medida de aislamiento es:

max distancia ( j,Ci) j ∈ Conglomerado i


ai =
min distancia (Ci,Cj)j ≠ i

La medida de aislamiento es el cociente de la máxima distancia de los


elementos del conglomerado a su centro entre la mínima distancia entre el
centro del conglomerado y el centro de otro conglomerado.
82 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

Cuadro 3
Valores resultantes para 2000

Conglomerado Número de manzanas Medida de aislamiento

1 29,035 6.90
2 19,563 4.32
3 26,364 5.09
4 14,704 10.93
5 28,724 3.99
6 15,796 9.49
Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población 2000, inegi.

Valores grandes de esta medida de aislamiento implican que el conglo-


merado está menos aislado (menos compacto) en el espacio de las variables
consideradas.

Medidas de aislamiento
de los conglomerados

Cuadro 4
Valores resultantes para 2010

Conglomerado Número de manzanas Medida de aislamiento


1 25,416 4.26
2 18,879 4.96
3 30,392 3.81
4 21,633 8.19
5 29,864 7.44
6 18,261 44.45
Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.

El conglomerado 6 en 2010 tiene poco aislamiento, es decir, es el que


está menos separado, en el espacio de variables, de todos los conglomerados.
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 83

Resultados del análisis de conglomerados


para la Ciudad de México

La presentación de los resultados del análisis de los conglomerados se ela-


boró en forma cartográfica en las figuras de Segregación Residencial 2000-
2012 numeradas del 1 al 12. En ellas se presenta la definición de los seis
conglomerados que corresponden a los principales estratos sociales; ade-
más se muestra el patrón de segregación residencial (sr) que emerge de la
comparación de los datos 2000-2010. Se elaboran consideraciones de acuer-
do a cada uno de los principales grupos sociales, y en este análisis quedan
claros varios aspectos: primero, que a medida que se pasa de la distribución
de las elites urbanas a los grupos más pobres se hace evidente la evolución de
un modelo centro-periferia, en el cual los primeros grupos están muy concen-
trados en cercanía a las zonas centrales, y los segundos tienen una localiza-
cion dispersa en la periferia más lejana; segundo, la presencia de clases
medias y de grupos pobres es bastante dispersa en todo el espacio urbano
con algunas particularidades que se destacan en cada caso; y que debido al
punto anterior, es evidente una mezcla social de grupos sociales en diversos
rumbos de la ciudad, quizá con la excepción de las elites urbanas.
1. Las elites urbanas.- Este clúster es bastante diferente a los demás por su
alta concentración en una zona muy específica de la ciudad, la parte poniente,
en suburbios interiores muy cercanos a la zona central. Se pude decir que
coincide con lo que en la literatura latinoamericana se denomina el cono
central. La mayoría de este grupo se ubica en territorio del Distrito Federal,
aunque existe una alta proporción en una prolongación espacial hacia el
Estado de México que tiene como eje la carretera México-Querétaro. Desta-
can las delegaciones de Benito Juárez y Miguel Hidalgo, y los municipios de
Naucalpan y Atizapán de Zaragoza; aunque durante el periodo los cambios
parecen menores, hay que resaltar como en el 2010, se extienden estos gru-
pos a los alrededores de la zona de Santa Fe, y en un corredor de altos ingresos
en Atizapán de Zaragoza y Cuautitlán (véanse figuras 1 y 2). En el resto del
espacio metropolitano su presencia es mínima a excepción de unas agrupa-
ciones muy reducidas en el oriente, en los municipios de Texcoco e Ixtapaluca.
Estos grupos se destacan por: su alto promedio de escolaridad; el bajo nú-
mero de ocupantes por vivienda; el bajo número de ocupantes por cuarto; y
el alto número de bienes en la vivienda como: automóvil, computadora,
celular e internet (véanse gráficas 2 y 3).
zmcm. Segregación Residencial, 2000-2010
zmcm (Continuación)

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2000 y 2010, inegi.
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 87

Gráfica 2
zmcm. Comportamiento de variables por estrato social, 2000
pP15YM_SE
pP6A14AN pP15PRI_CO
pP6A14_NOA pP15SEC_CO

pVPH_TELEF pP18YM_PB

pVPH_PC ZGRAPROES

pVPH_AUTOM pSPINDER

pVPH_LAVAD ZPROM_OCUP

pVPH_REFRI ZPRO_OCUP_C

pVPH_TV pPDER_SS

pVPH_SNBIEN pVPH_PISOTI

pVPH_C_SERV pVPH_1DOR

pVPH_NODREN pVPH_2YMASD
pVPH_EXCSA pVPH_1CUART
pVPH_AGUAFV pVPH_S_ELEC

Clúster 1 Grupos pobres Clúster 5 Clase media

Clúster 2 Elites urbanas Media ciudad

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2000, inegi.

Gráfica 3
zmcm. Comportamiento de variables por estrato social, 2010

pVPH_INTER pP15YM_SE pP15PRI_CO


pVPH_CEL pP15SEC_CO
pVPH_3YMASC pP18YM_PB

pPDER_SS ZGRAPROES

pP8A14_AN pSPINDERcalc

pP6A11_NOA ZPROM_OCUP

pP18A24A ZPRO_OCUP_C

pP12A14_NOA pSPDER_SEGP

pVPH_TELEF pVPH_PISOTI

pVPH_PC pVPH_1DOR

pVPH_AUTOM pVPH_2YMASD

pVPH_LAVAD pVPH_1CUART

pVPH_REFRI pVPH_S_ELEC
pVPH_TV pVPH_AGUAFV
pVPH_SNBIEN pVPH_EXCSA
pVPH_C_SERV pVPH_NODREN

Clúster 5 Grupos pobres Clúster 3 Clase media

Clúster 2 Elites urbanas Media ciudad

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.
88 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

2. Las clases medias.- En las figuras 3 a 8 se muestra la distribución de este


grupo social, en tres niveles, alta, media y baja. La clase media alta denota
una concentración en áreas urbanas centrales y suburbios interiores del Dis-
trito Federal y en una franja al norte en el Estado de México; de 2000 a 2010
se nota una densificación de las mismas localizaciones y una mínima, pero
mayor presencia hacia el oriente de la ciudad. En contraste y con respecto al
grupo anterior, la clase media muestra un desplazamiento de áreas centrales
hacia una periferia interior; las áreas centrales del Distrito Federal muestran
un vaciamiento y la periferia de este entidad se densifica con este grupo
social, ejemplos representativos son: Coyoacán, partes bajas de Tlalpan y
Álvaro Obregón, Azcapotzalco e Iztapalapa; en el Estado de México ya no
sólo es una franja sino un patrón más disperso, con manchones en casi todos
los municipios el norte, y en los municipios fronterizos al Distrito Federal,
ejemplos típicos son: Nicolás Romero, Tultepec, Tecámac, Nezahualcóyotl;
en el periodo, aparte de la densificación de las mismas zonas, en el último
año se notan manchones más intensos en las cabeceras municipales de los
municipios metropolitanos del norte. Finalmente, la clase media baja no tiene
una presencia notable en áreas centrales del Distrito Federal, sino sólo en
las delegaciones de menor nivel socioeconómico como Iztapalapa, y algunas
zonas de las delegaciones del sur de la misma entidad; en el Estado de
México tiene dos fuertes concentraciones, en los alrededores de la carre-
tera México-Querétaro entre los municipios de Tultitlán y Cuautitlán, y en
las cercanías del eje carretero entre Texcoco y Teotihuacán.
En las variables socioeconómicas las diferencias más marcadas entre la
clase media alta y la clase media baja está en: la presencia de bienes en la vivienda
sobretodo en computadora, automóvil e internet; la derechohabiencia a se-
guridad social es mayor en la clase media alta, pero la clase media baja tiene
mayores porcentajes de afiliación al seguro popular; se destacan los valores
muy altos para el promedio de ocupantes de la vivienda y de ocupantes por
cuarto para la clase media baja; y la clase media alta tiene valores muy arriba de
la media en valores de educación como, grado promedio de escolaridad,
población de 18 a 24 años que asiste a la escuela, y en población mayor de
18 años con educación posbásica (véanse gráficas 2 y 3).
3. Los grupos pobres.- Como se aprecia en las figuras 9 a 12, los grupos de
más bajo nivel socioeconómico se dividieron en dos estratos, los grupos pobres
y los grupos de extrema pobreza, y ambos tienen una distribución bastante
periférica. En cuanto a los grupos pobres estos tienen una distribución muy
dispersa en el espacio urbano, y tienden a concentrarse en las fronteras entre
el Distrito Federal y el Estado de México, al sur del Distrito Federal y en
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 89

municipios de la periferia norte del Estado de México. Destacan lugares


como las delegaciones de Iztapalapa, Xochimilco, y municipios como Neza-
hualcóyotl, Chimahuacán, Naucalpan, y al final del periodo Chalco-Solidari­
dad y Tizayuca. Por su parte es de notar que los grupos de extrema pobreza
presentan una localización en la periferia más lejana, en el Distrito Federal
se destacan algunos manchones en delegaciones como Iztapalapa, Xochi-
milco y Milpa Alta; y en el Estado de México en cuatro concentraciones que
se han densificado en el periodo. La zona de Huehuetoca-Teoloyucan, Huey­
poxtla, Acolman-Chiautla, y una franja que parte de Chimalhuacán, pasa por
Chalco, y se extiende al sur a una zona rural-urbana en dirección de Ecatzingo.
En términos de las variables socioeconómicas, los grupos de extrema pobreza
presentan los valores más bajos y negativos de todos los grupos en las varia-
bles de: presencia de bienes en la vivienda; derechohabiencia en servicios de
salud, grado promedio de escolaridad, viviendas particulares habitadas con
tres cuartos y más, mientras que aquellas con un dormitorio tienen una alta
frecuencia; además de que su promedio de ocupantes por cuarto es muy
alto (véanse gráficas 4 y 5).
Cabe hacer énfasis en que, varios de los municipios con alta proporción
de población pobre corresponde a aquellos que a su vez presentan un alto
porcentaje de población inmigrante reciente que ha llegado en los últimos
cinco años; ejemplos de lo anterior son los municipios de Tecámac, Ixtapa-
luca, Chicoloapan, y Tizayuca.
En el cuadro 5 se incluye la comparación 2000-2010 de los grandes to-
tales de número de manzanas, población total y cambio porcentual de cada
estrato social analizado anteriormente. Entre las principales conclusiones
que podemos señalar están las siguientes: primero, las elites urbanas repre-
sentan un promedio del 12 por ciento de la población en el espacio urbano; la
clase media tiene la más alta proporción con el 56 de la población incluidos
los tres estratos, bajo, medio, alto, y de estos tres la clase media es la mayori-
taria con el 25 por ciento; los grupos pobres (incluido el de extrema pobreza)
representan aproximadamente el 32 por ciento de la población, donde el
grupo de extrema pobreza incluye un 10 por ciento.
Un aspecto muy interesante es que, según el cambio por grupos sociales
en el periodo, las elites urbanas y la clase media alta disminuyeron su pobla-
ción y su porcentaje; pero la clase media baja y los grupos de extrema pobreza
aumentaron el número de manzanas, su población, y su participación por-
centual. De 2000 a 2010 el número de manzanas que se agregaron debido a
la expansión urbana de la ciudad fueron 16,620. La implicación de lo ante-
rior es que, según el análisis socioespacial realizado, la ciudad presenta una
90 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

Cuadro 5
zmcm. Segregación Socio-Residencial, 2000-2010

Manzanas Población Porcentaje


Descripción 2000 2010 2000 2010 2000 2010
Elites urbanas 19,563 18,879 2’234,601 2’187,996 12.44 11.21
Clase media alta 26,364 25,416 3’474,307 3’172,737 19.35 16.25
Clase media 28,724 30,392 4’726,285 4’901,744 26.32 25.11
Clase media baja 15,796 21,633 1’969,362 2’843,038 10.97 14.56
Grupos pobres 29,035 29,864 4’268,359 4’413,270 23.77 22.60
Extrema pobreza 14,704 18,261 1’284,148 2’004,788 7.15 10.27
Total 134,186 144,445 17’957,062 19’523,573 100.00 100.00
Fuente: Cálculos propios a partir del Censo de Población y Vivienda 2000 y 2010, inegi.

expansión y densificación periférica muy marcada principalmente de clase


media baja y de grupos pobres, y con ello se mantiene un modelo urbano dis-
perso y excluyente.

Cambios del patrón espacial


y la mezcla social al nivel local

1. Los cambios en el patrón espacial.- Los cambios en la distribución territorial


básicamente se traducen en una dispersión espacial de los estratos sociales con
rasgos diferenciados. De una localización muy bien identificada en ciertas
zonas en décadas anteriores, ahora podemos identificar modificaciones al
patrón territoral muy notorias con una mayor dispersión de casi todos los
estratos sociales a partir de la cual se han formado expresiones espaciales
tales como: 1) zonas de concentración; 2) franjas que extienden la influencia
de un grupo social; 3) islas o agrupaciones aisladas con el predominio de
algún grupo.
A pesar de que las elites urbanas se mantienen en general en la misma
localización en la parte poniente, se notan algunas variaciones interesantes
en cuanto a zonas, franjas e islas: existen dos zonas muy bien identificadas,
una es la de la parte central del Distrito Federal en Coyoacán-Benito Juárez-
Miguel Hidalgo; y la segunda en el Estado de México en los límites de
Naucalpan-Tlanepantla-Atizapán. A partir de estos núcleos se notan franjas
que prolongan la influencia de estos grupos hacia las delegaciones del sur
en áreas urbanas planas de buena infraestructura vial, pero de manera muy
destacada hacia las partes altas de las laderas del sur y poniente de la ciudad
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 91

en busca de amenidades ambientales como la presencia de bosque, y las


vistas panorámicas de la ciudad; destacan las franjas en Álvaro Obregón,
Huixquilucan y Atizapán de Zaragoza. Adicionalmente se nota el surgimiento
de islas de riqueza en el municipio de Cuautitlán-Izcalli. Aunque toda esta
agrupación socio-espacial es un espacio con mucha proximidad y con discon­
tinuidades, se mantiene en el mismo rumbo de la ciudad con alta cercanía a
los espacios de la globalización y a los servicios y comercios de mayor costo.
En contraste a la situación anterior, los grupos más pobres, presentan una
dispersión muy marcada en todo el norte de la ciudad, y en su parte oriente
a partir de: reducidas agrupaciones o manchones, y un número reducido de
zonas predominantes. Así, el patrón territorial es bastante diferente a los gru-
pos más privilegiados, su presencia está marcada por manchones dispersos
en prácticamente todos los municipios del norte, donde se destacan algunas
zonas asociadas a los grupos de extrema pobreza como: Hueypoxtla, Cuau­
tepec-Teoloyucan, y Acolman-Tezoyuca. En la zona oriente, se destaca una
gran zona de Chimalhuacán a Chalco con algunas discontinuidades; y hacia
el sur otra vez se nota la presencia de manchones alrededor de los principales
poblados del Distrito Federal, y del Estado de México. Este patrón nos muestra
cómo efectivamente no existe mucha cercanía interna entre estos grupos y
más bien su localización aislada efectivamente propicia su aislamiento. Un
rasgo muy destacado es que, algunas zonas de población pobre se aprecian
muy cercanas y mezcladas con elites urbanas, ejemplos de lo anterior son los
municipios de Naucalpan y Atizapán de Zaragoza.
Y en relación a las clases medias, hay que recordar que este grupo es la
gran mayoría en la ciudad considerando los tres subestratos en que se han
dividido; desde el punto de vista del número de población representan el 55
por ciento del total. En su patrón de distribución se nota esta amplia pre-
sencia en el área urbana construida, con algunas tendencias interesantes: la
clase media alta en el Distrito Federal tiene concentraciones cercanas a las elites
urbanas, donde se destaca la zona de Santa Fe; hacia el norte ya dentro de
los límites del Estado de México sobresalen Coacalco y Tecámac; las clases
medias propiamente dichas tienen una gran dispersión en el Distrito Fede-
ral; y las clases medias bajas se concentran al norte del Distrito Federal en
una franja del municipio de Tepotzotlán al de Teotihuacán; y en el Distrito
Federal, en Iztapalapa y en las laderas del sur de esta entidad.
En general este estrato social tiene una amplia coincidencia con la loca-
lización de los recientes desarrollos habitacionales de interés social.
2. La mezcla social.- En términos de la presencia de los diferentes estratos
sociales en cada una de las unidades político-administrativas, es interesante
92 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

distinguir a todas aquellas unidades con mayor y menor homogeneidad in-


terna; lo anterior revela a nivel local aquellos espacios urbanos con fuertes o
mínimas variaciones internas en su grado de mezcla social en diferentes
rumbos de la ciudad. Este tipo de acercamiento rompe las generalizacio-
nes acerca de supuestas homogeneidades espaciales de ciertos grupos con
respecto a otros.
Para evaluar este aspecto se calculó el Índice de Entropía para toda la
zmcm que muestra a nivel de ageb la presencia de varios estratos sociales;
además, se presentan ampliaciones (acercamientos en zoom) de los niveles
locales en varias delegaciones y municipios, que ejemplifican fuertes varia-
ciones sociales. El mapa general de toda la ciudad señala que, la mayor
mezcla social se presenta en las zonas periféricas en los espacios urbanos
más recientes; mientras que la zonas centrales del Distrito Federal tienden a
presentar más homogeneidad. Queda muy claro que, es muy frecuente en-
contrar la presencia de varios grupos sociales conviviendo en espacios rela-
tivamente reducidos en una delegación o municipio.
Considerando la gran cantidad de delgaciones y municipios que inte-
gran toda la zmcm, únicamente se seleccionan algunos ejemplos contrastan-
tes para cada grupo social, es decir, un espacio muy homogéneo y un espa-
cio de alta mezcla social.
En primer lugar, y haciendo referencia a las elites urbanas, se presentan
la delegación de Benito Juárez que presenta una alta homogeneidad en este
grupo social con bajos índices de entropía; y el municipio de Atizapán de
Zaragoza que por el contario tiene importante presencia de elites urbanas
pero también de otros estratos sociales con altos índices de entropía (véanse
gráfica 6 y figura 13); en términos de la presencia de este grupo social en
Benito Juárez, las elites representan mayoría en casi el 90 por ciento de la
ageb de esta delegación, y con el mismo porcentaje el índice de entropía
refleja una alta y muy alta segregación; por el contrario, en Atizapán las
elites representan sólo un 30 por ciento de la población en localizaciones
bien conocidas como Chiluca y el Condado de Sayavedra; pero es notoria
también la presencia de grupos pobres y muy pobres que en total suman un
36 por ciento de la población; en consecuencia el índice de entropía mues-
tra alta diversificación y con ello baja segregación.
En segundo lugar, para las clases medias se seleccionaron las delegaciones
de Iztacalco e Iztapalapa; en Iztacalco este estrato social representa un predo­
minio en el 82 por ciento de las ageb, es decir, una clara mayoría respecto a
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 93

Gráfica 6
zmcm. Mezcla social en unidades seleccionadas

Atizapán de Zaragoza

Benito Juárez

% 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Elite urbana Clase media alta Clase media

Clase media baja Grupos pobres Extrema pobreza

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.

Figura 13
Segregación residencial en unidades seleccionadas, 2010
Elites urbanas

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.
94 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

otros grupos, y el índice de entropía tiende más hacia la diversificación de-


bido a la presencia de tres diferentes niveles de clases medias; en cambio, en
Iztapalapa el 60 por ciento de la ageb muestran predominio de clases me-
dias, es decir, un porcentaje más bajo respecto a la delegación anterior debido
a la alta presencia de grupos pobres (33 por ciento) en este caso; y por lo
mismo el índice de entropía está más orientado a la diversificación (véanse
gráfica 7 y figura 14).

Gráfica 7
zmcm. Mezcla social en unidades seleccionadas

Iztapalapa

Iztacalco

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Elite urbana Clase media alta Clase media
Clase media baja Grupos pobres Extrema pobreza

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.

Y en tercer lugar, los grupos pobres se muestran en el municipio de Chi-


malhuacán y en el municipio de Naucalpan; en el primer municipio es clara
la predominancia de estos grupos en casi el 90 por ciento de las ageb con lo
que el índice de entropía tiene valores que reflejan esta homogeneidad; en
cambio, en el municipio de Naucalpan los grupos pobres son predominan-
tes en aproximadamente la mitad de todas las ageb, con importantes pro-
porciones de clases medias y elites, por lo que el índice de entropía tiene
valores medios entre una alta diversificación y una marcada segregación
(véanse gráfica 8 y figura 15).

Gráfica 8
zmcm. Mezcla social en unidades seleccionadas

Naucalpan de Juárez

Chimalhuacán

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Elite urbana Clase media alta Clase media
Clase media baja Grupos pobres Extrema pobreza
Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 95

Figura 14
Segregación residencial en unidades seleccionadas, 2010
Clases medias

Fuente: Elaboración propia con base en Censo de Población y Vivienda 2010, inegi.

Figura 15
Segregación residencial en unidades seleccionadas, 2010
Grupos pobres
96 arián g. Aguilar, patricia romero y josefina hernández

Consideraciones finales

A partir del análisis realizado en la zmcm podemos señalar que a nivel de toda
la ciudad no se notan cambios profundos en el patrón espacial de segregación
en términos de un incremento o decremento muy marcado. Los estratos de
las elites urbanas muestran una mayor tendencia a la concentración y al
aislamiento en zonas casi-centrales; y los grupos más pobres se dispersan
cada vez más en la periferia más lejana. Un proceso de revalorización inmo-
biliaria de las zonas centrales (tipo gentrificación) ha contribuido a la expul-
sión de los grupos pobres y llegada de estratos medios.
Por otra parte, y de acuerdo al comportamiento de las variables exami-
nadas, la segregación socio-espacial puede identificarse más claramente
a partir de variables como: nivel educacional, tamaño de la vivienda, número
de ocupantes, y la presencia de ciertos bienes en la vivienda. La experiencia de
la desigualdad se traduce a nivel local en la falta de acceso a servicios básicos
como salud, educación, agua y drenaje. Se nota una polarización social entre
los estratos sociales más cercanos a los enclaves de la globalización, y los
estratos pobres alejados de los espacios revalorizados y las zonas de mejores
servicios. Las elites urbanas muestran una marcada tendencia a una mayor se­
gregación residencial permaneciendo en una misma localización cercana a
las zonas centrales de la ciudad, sin una marcada salida a la periferia. Lo
anterior tiende a confirmar cómo amplios niveles de desigualdad persisten,
los cuales se combinan con un aparente aumento de la pobreza.
Las acciones de gobierno afectan la segregación a través de la dotación
de infraestructura y la construcción de desarrollos de vivienda de interés
social. El desajuste que existe entre el lugar de residencia de los estratos
pobres, y la localización de los empleos, limita las oportunidades laborales e
induce a una alta presencia de la informalidad.
A la escala local, el análisis de los resultados a nivel de agebs pone en
evidencia la complejidad del patrón territorial en la distribución de los
diferentes estratos sociales. Se comprueba que no es posible ya sostener la
existencia de grandes zonas predominantes con un solo estrato social; más
bien el nivel local muestra la presencia de nuevas expresiones espaciales a
partir de reducidas zonas de concentración, con la formaciones de franjas e
islas que amplían la presencia de cierto grupo social a niveles micro. Natu-
ralmente en este proceso las elites siguen estando más confinadas y segrega-
das, y los grupos pobres muestran manchones con un patrón mucho más
disperso en toda la ciudad. En cuanto a la mezcla social, se comprueba que
en la escala local es frecuente la presencia de diversos grupos sociales coexis­
segregación socio-residencial en la ciudad de méxico 97

tiendo en delegaciones y municipios, aunque con algunas excepciones. Este


resultado da pauta para análisis más específicos que exploren cómo el go-
bierno local resuelve las demandas en contextos de amplia heterogeneidad
social.

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La reproducción de la pobreza
de la población indígena migrante
en la Ciudad de México*
Flor M. López**
Patricia Martínez***

Introducción

La reproducción de la pobreza de la población indígena migrante, se puede


explicar en términos territoriales como una manifestación de la pobreza en
la ciudad y en términos sociales como un ejemplo de la intensificación de la
pobreza de la población indígena migrante.
La reproducción de la pobreza, se puede explicar a través del traslado
de la pobreza desde su espacio local de origen a otro espacio local de destino,
como es la periferia de la ciudad, a lo que se le denominaría una pobreza
indígena translocal.
Lo anterior, permite identificar al menos tres procesos de la migración
indígena hacia y en las ciudades. El primero de ellos se refiere a la migra­
ción del lugar de origen a la del centro histórico de la ciudad, el cual refirió
un patrón territorial de concentración; el segundo de ellos, es la migración
al interior de la ciudad, esto es del centro hacia la periferia, constituyéndose
como un proceso de segregación, y el tercero, es la reciente aparición de
micro-enclaves dispersos en la periferia. Aunque también hay indígenas mi­
grantes que buscan alternativas para integrarse a la ciudad, y son los que
tratan de situarse entre el proceso de concentración y segregación, entre el
centro y la periferia, como lo afirma Oemichen (2001: 192) ha llamado “es­

* Este trabajo presenta resultados parciales de investigación del proyecto titulado “Segre­
gación socioespacial y pobreza urbana en zonas metropolitanas de la Región Centro de México”
que recibe apoyo financiero de Conacyt, y del proyecto: “Segregación socioespacial y pobreza
urbana en las zonas metropolitanas de Ciudad de México, Cuernavaca y Querétaro” que recibe
apoyo financiero de papiit, los cuales se llevan a cabo en el Instituto de Geografía, unam.
** Investigadora del Instituto de Geografía, unam. ffloree@igg.unam.mx
*** Colegio de Geografía, unam.

281
282 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

pacios intersticiales”, es decir, que han conseguido localizarse en zonas resi­


denciales de clase alta, media y baja.
De esta manera, se identifica que existe una redefinición de áreas de
concentración de los inmigrantes, puesto que las comunidades de migran­
tes indígenas no solamente se restringen al centro histórico, sino que cada
vez más se localizan en las periferias. Esto es que la segregación y la concen­
tración de los indígenas migrantes en las ciudades han cambiado (Van Kem­
pen y Zule Osuekren, 1998: 1632), se están “relocalizando”.
Las principales implicaciones de estos cambios, son tres. En primera
instancia fue la formación de ghettos; en segunda instancia fue la formación
de redes sociales, y en tercera es un reaislamiento ya no de comunidades
sino de familias.
Este reaislamiento, da cuenta de las condiciones de pobreza de los in­
dígenas, esto es, los más pobres de entre los pobres, lo cual, quizá de idea de
un nuevo rango de la pobreza más extrema de la que ya existe.
Lo que es incierto es que si este tipo de microenclaves son temporales
y/o transitorios.
Para comprobar lo anterior, se estableció la hipótesis de que la pobreza
de la población indígena migrante no sólo se reproduce, sino que también
se intensifica, ya que tiende a establecerse en espacios vacios como las peri­
ferias urbanas: espacios desprovistos de algún servicio urbano donde tam­
bién se carece de la vivienda.
Asimismo, cada vez son más limitadas las alternativas de vivienda para
los indígenas migrantes. Actualmente, tienden a relocalizarse de forma dis­
persa en la periferia, a través de microenclaves, los cuales se refieren al esta­
blecimiento improvisado de sus lugares de trabajo que también funcionan
como viviendas.
De esta manera el objetivo principal del presente trabajo es analizar el
patrón territorial de los asentamientos de selección reciente de los indíge­
nas migrantes en la Ciudad de México e identificar cuáles son los procesos
y reconfiguraciones del espacio donde se establecen.

Panorama de la situación de pobreza de la población


indígena a nivel nacional (migrante y no migrante)

En general, la situación de la población indígena que llega a las ciudades, es


de condiciones muy precaria, ya que casi siempre llegan a zonas o lugares de
bajo costo y muy deteriorados. Debido a lo anterior, por lo regular, experi­
mentan carencias de vivienda, agua, drenaje, educación y salud como los
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 283

más importantes. A continuación se describen algunos elementos que expli­


can su bajo nivel de vida.
El primer aspecto es que en el año 2008 se reportaron en el país 10.6
millones de habitantes indígenas, mientras que para 2010 esa cantidad se
incrementó a 11.3 millones (inegi, 2010). Lo alarmante es que casi 100 por
ciento de la población se encuentra con alguna carencia social, mientras que
el 64 por ciento se encuentra con al menos tres carencias sociales. Asimismo,
como se observa en el cuadro 1, tres cuartas partes de este sector cuenta con
pobreza de ingresos, siendo así no menos importante, que el 38 por ciento
de la población se encuentra con pobreza extrema en el mismo rubro (pnud,
2010).

Cuadro 1
MÉXICO. POBLACIÓN INDÍGENA CON PRIVACIONES SOCIALES, 2008

Población indígena % con respecto al total


Indicadores (millones) de población indígena
Privación social    
Población con al menos una carencia social 10.6 93.6
Población con al menos tres carencias sociales 7.3 64.2
Ingresos    
Pobreza por ingresos 8.2 72.6
Pobreza extrema por ingresos 4.3 38
Fuente: pnud, 2010.

Como un segundo aspecto es que se identifica que la población indígena


tiende a empobrecerse más en el ámbito urbano, que en el rural. Por pobreza
alimentaria, de capacidades y patrimonial, esta última es la pobreza que más
los hace vulnerables a caer en una condición de pobreza extrema. Los tres
tipos de pobreza están estrechamente relacionados primero con la edad y el
nivel de escolaridad, sobre todo en la pobreza patrimonial, es decir, tienen
menos posibilidades de adquirir una vivienda por su nivel bajo de escolari­
dad y, en segundo lugar, también están relacionada con la falta de acceso
a los servicios de salud, al no contar con un empleo.
Aunado a lo que dice Carrión (citado en Ponce, 2010: 11), la ciudad es
mucho más cara para la población indígena y más si proviene del espacio
rural. Tan solo el precio de la canasta básica es mucha más baja en las zo­
nas ru­rales que en las zonas urbanas. Según datos de la Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2013), la canasta
básica alimentaria más la canasta de requerimientos mínimos en zonas
284 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

rurales para abril de 2013 fue de 1,553.74 pesos, en comparación a la canas­


ta en zonas urbanas para el mismo año de 2,424.02 pesos.
Un tercer aspecto es que también puede considerarse como un detona­
dor del empobrecimiento de la población indígena y que en mucho, se re­
fiere a la causa de la migración a las ciudades, es debido a la asignación de
recursos del gobierno federal a este sector de la población. Entre 2000 y
2009 el monto asignado fue 30 mil millones de pesos, a diferencia del monto
asignado al Instituto Federal Electoral (ife) fue de 700 mil millones de pe­
sos. El desglose de este presupuesto, como se observa en la gráfica 1, fue que
se destinó en primer lugar al desarrollo social y humano; secundado del
desarrollo económico y en tercer lugar se invirtió a la infraestructura comu­
nitaria. El grueso del monto destinado al desarrollo social y humano fue
para el acceso a los servicios de salud, para incrementar los niveles de esco­
laridad, para la promoción de la mujer en el desarrollo y para la protección
al migrante. En ningún rubro se ve reflejado la vivienda y la alimentación,
las cuales son dos dimensiones de mayor significado en la pobreza de la
población indígena, por sus deterioradas condiciones.
Se tiene el dato de que el 5.1 por ciento la población indígena en zonas
rurales padece desnutrición, mientras que en zonas urbanas es de 1.6 por
ciento de la población indígena (pnud, 2010: 67). Cada vez más, en las zonas
rurales reducen su talla y su índice de masa corporal, mientras que en el
ámbito urbano tienden de pasar del sobrepeso a la obesidad, debido al cam­
bio de hábitos alimenticios; un ejemplo es que muchas veces sustituyen el
agua para beber por refrescos, ya que no cuentan con una vivienda que
contenga todos los servicios como agua potable.
De acuerdo a un estudio de la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (cepal) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef),
en América Latina, México es el país que concentra el mayor porcentaje de
población infantil indígena con 2’733,000 menores que representan 21.3 por
ciento del total regional.
Después de México, Perú es la segunda nación con más población infantil
indígena en la región al concentrar 20.2 por ciento del total, le sigue Gua­
temala con 19 por ciento y Bolivia con 17.4 por ciento.
En términos territoriales, este sector de la población en el país se con­
centra en las zonas rurales, esto es el 68 por ciento, arriba del promedio de
Latinoamérica que es de 61 por ciento.
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 285

Gráfica 1
MÉXICO. DISTRIBUCIÓN DEL GASTO FEDERAL
PARA LA POBLACIÓN INDÍGENA

48.2

21 20.4

9.8
0.4 0.2
Desarrollo
social

Desarrollo
económico

Infraestructura
comunitaria

Red de
comunicaciones

Desarrollo
cultural

Vigencia
de derechos
Fuente: pnud, 2010: 49.

En términos sociales, se padece de acceso a la vivienda, esto es el 88 por


ciento, del cual el 56 por ciento padece privación severa, mientras que el 37
por ciento privación moderada. En este indicador México se encuentra por
arriba de Perú y Bolivia.
En México, el 1.5 por ciento de la población capitalina es indígena inmi­
grante, habitantes indígenas procedentes de otros estados, los más cercanos
son: Puebla, Estado de México, Hidalgo; aunque también provienen de es­
tados más alejados como Querétaro, Oaxaca, Veracruz, Guerrero y Guana­
juato. Se estima que cada año llegan 7 mil inmigrantes indígenas, quienes
se enfrentan al desempleo, la discriminación y la falta de servicios como vi­
vienda y agua, según la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las
Comunidades (Sederec).
En cuanto al servicio urbano como el agua, el 67 por ciento están priva­
dos del recurso, frente al 35 por ciento de niños no indígenas que también
están desprovistos de dicho servicio (González, 2012: 25).
Lo anterior, evidencia la situación de este sector de la población, sin
embargo, son múltiples las causas por las que dejan su lugar de origen, en­
tre ellas están los conflictos religiosos, por el agua; también se ven afectados
por proyectos de desarrollo y explotación de recursos naturales, lo cual sig­
nifica que son despojados de sus fuentes de trabajo y alimentación.
286 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

En cuanto a la educación se registro más de medio millón de niños indí­


genas en edad escolar, esto es, niños y adolescentes, que nunca han accedido
a la escuela o abandonaron sus estudios sin terminar algún año escolar, esto
afecta a 22 por ciento en niños y 25 por ciento en niñas.

Distribución territorial de la población


indígena en el Distrito Federal,
1970-2010 (migrante y no migrante)

Para interpretar el patrón de distribución de la población indígena en la


Zona Metropolitana de la Ciudad de México (zmcm), se consideró la variable
de población de cinco años y más que habla alguna lengua indígena, tomando
datos del Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (inegi) desde 1970 a 2010.
Con el comportamiento territorial de esta variable se identificó que des­
de la década de los setenta se está dando un proceso de periferización de la
población indígena migrante en toda la zmcm.
En términos relativos el Distrito Federal (DF) tuvo un incremento conti­
nuo con un promedio de 30 mil habitantes indígenas cada 10 años de 1970
a 2000; y fue hasta el 2010 que disminuyó 20 mil habitantes indígenas. En
esa década presentó una tasa de crecimiento negativa. La misma tendencia
se registró en todas las delegaciones.
Todavía en 1970, en las delegaciones centrales como Benito Juárez, Mi­
guel Hidalgo, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc (véase gráfica 2) se dio
un crecimiento importante de población indígena en números absolutos;
siendo Benito Juárez la delegación de mayor concentración, aunque ya se
notaba un desplazamiento hacia el norponiente, entre la delegaciones Gus­
tavo A. Madero, Iztapalapa e Iztacalco con una población que iba de los
7 mil a los 9,500 habitantes. En cambio, en términos relativos, la población
indígena dejó de crecer desde 1970 en las delegaciones Miguel Hidalgo y
Venustiano Carranza, presentando desde ese entonces tasa negativas de
crecimiento.
No obstante, también en términos relativos, como se observa en la grá­
fica 3 el crecimiento hacia las periferias se dio de manera acelerada para la
misma década presentando tasas de hasta 20 por ciento entre 1970 y 1990.
Principalmente en Tláhuac y Tlalpan, aunque también en Magdalena Con­
treras e Iztapalapa se presentó una tasa de crecimiento poblacional de 18
por ciento. Por ejemplo, la población indígena de Tlalpan creció seis veces
más en 20 años.
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 287

Gráfica 2
DISTRITO FEDERAL.
CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN INDÍGENA DE CINCO AÑOS

Fuente: Censo General de Población y Vivienda, inegi, 1970,1990,2000 y 2010.

Gráfica 3
DISTRITO FEDERAL. TASA DE CRECIMIENTO POBLACIONAL
DE CINCO AÑOS Y MÁS QUE HABLA ALGUNA LENGUA INDÍGENA, 1970-2010

25.00

20.00

15.00

10.00
2000-2010

5.00 1990-2000

0.00 1970-1990
Álvaro Obregón

Azcapotzalco

Benito Juárez

Coyoacán

Cuajimalpa

Cuauhtémoc

Gustavo A. Madero

Iztacalco

Iztapalapa

Magdalena Contreras

Miguel Hidalgo

Milpa Alta

Tláhuac

Tlalpan

Venustiano Carranza

Xochimilco

-5.00

-10.00

Fuente: Censo General de Población y Vivienda, inegi, 1970,1990,2000 y 2010.


288 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Otras dos delegaciones que presentaron un crecimiento acelerado fue­


ron Xochimilco y Cuajimalpa con una tasa de crecimiento de 14 por ciento.
Para la siguiente década, es decir de 1990 al 2000, Cuajimalpa y Xochi­
milco continuaron creciendo en su población indígena, presentaron tasas de
crecimiento de 8.4 y 7.6 por ciento respectivamente, seguidas de Tláhuac
con una tasa de 6.9 por ciento, esto es que se fueron concentrando en las
orillas más alejadas de DF.
Para la década de 2000-2010, todas las delegaciones presentaron tasas
de crecimiento negativa, a excepción de Cuajimalpa, Tláhuac y Xochimilco,
cuyo crecimiento de población ya fue muy lento, con tasas de entre 0 y 1.5
por ciento.
El comportamiento del crecimiento poblacional indígena a partir de
1970, se explica primero de una concentración en el centro histórico hasta
antes de la década de los setenta; después de ésta hay un desplazamiento
del centro hacia la periferia, después una concentración en la periferia sur del
df, pero con un comportamiento territorial de este a oeste, en las periferias
extremas más alejadas, pero dentro del df y, finalmente, fuera del DF, pero
dentro de la periferia de la zmcm hacia todas direcciones formando un cin­
turón de presencia indígena, esto es, con dirección a las manecillas del reloj,
partiendo del sur con Xochimilco, pasando por el norte de Tlalpan, Mag­
dalena Contreras, Álvaro Obregón, Cuajimalpa, pasando por una agrupa­
ción importante entre los límites de Miguel Hidalgo y Naucalpan, Chimal­
huacán, Netzahualcóyotl, sur de Iztapalapa y norte de Tláhuac llegando
otra vez a Xochimilco. Encontrando pequeñas agrupaciones aisladas al no­
roriente de Texcoco y al norte en los límites de Tecámac y Zumpango. Como
se observa en la figura1.
Como último dato, cuando llega al DF la población indígena migrante,
se establecen principalmente, como se observa en la figura 2, en las delega­
ciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc y Tlalpan, de acuerdo
(Sederec) del Gobierno del Distrito Federal.
En lo primero que se emplean es en el ambulantaje, tanto en las calles como
en las estaciones del metro con predominancia entre las mujeres, así
como el trabajo doméstico en delegaciones como: Coyoacán, Benito Juárez,
Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón.
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 289

La población indígena migrante


en la delegación Xochimilco

Es necesario hacer notar que para realizar la investigación de este trabajo se


presentaron una serie de dificultades que llevaron a reconstruir mucha de la
información, como la localización de la población indígena en el DF; ubicar
un intermediario oficial que facilitara el acercamiento a la población para
aplicar la encuesta, y falta de información estadística que se tuvo que obte­
ner de diversas fuentes oficiales y no oficiales, que en muchas de ellas no
coincidieron los datos.
Por lo anterior, es necesario plantear un antecedente que explica las
dificultades metodológicas ya explicadas.
Durante el periodo del presidente Vicente Fox, un interlocutor de los
indígenas a nivel nacional fue el Instituto Nacional Indigenista (ini), el que
fue sustituido por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas (cdi), la cual se originó en 2003 como un organismo de la Admi­
nistración Pública que se encarga de las políticas públicas federales para el
desarrollo y la preservación de los pueblos y comunidades indígenas.

Figura 1
POBLACIÓN DE CINCO AÑOS Y MÁS QUE HABLA
ALGUNA LENGUA INDÍGENA, 2010

Fuente: Elaboró Josefina Hernández con base en Censo General de Población y Vivienda, 2010.
290 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Figura 2
D.F. POBLACIÓN INDÍGENA INMIGRANTE, 2010
14,000

30,122

AZCAPOTZALCO GUSTAVO A.
MADERO
11,000 MIGUEL
HIDALGO VENUSTIANO
CUAHTÉMOC CARRANZA

IZTACALCO
BENITO
ÁLVARO JUÁREZ
OBREGÓN IZTAPALAPA

COYOACÁN
CUAJIMALPA

LA MAGDALENA
CONTRERAS
TLALPAN TLÁHUAC
XOCHIMILCO

MILPA ALTA

10,290

Distrito Federal
Suelo de Conservación

Fuente: Elaboración propia con base en Sederec http://www.sederec.df.gob.mx

En el DF, además de que la sede principal de la cdi se encuentra en su


demarcación, también está la Sederec, la cual tiene como responsabilidad
establecer y ejecutar las políticas públicas y los programas en materia de
desarrollo rural, atención a pueblos indígenas, comunidades étnicas y mi­
grantes y sus familias.
A pesar de que cuenta con dos áreas estratégicas enfocadas a la pobla­
ción indígena migrante como: la Dirección General de Equidad de los Pue­
blos Indígenas y Comunidades Étnicas y Dirección de Atención a Huéspedes,
Migrantes y Familias, todavía existen muchos vacios en la información, como
el registro anual de la llegada de migrantes indígenas a la Ciudad de México
y como es su distribución por delegación y su localización exacta.
Asimismo, estos vacios muchas veces son difíciles de llenar, ya que la
población indígena está en constante movimiento, y no tiene un lugar fijo
dónde vivir, sobre todo para los recién llegados, lo cual dificulta su localiza­
ción y/o seguimiento.
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 291

Por otro lado, con referencia a la delegación Xochimilco, la investiga­


ción se basó principalmente en datos arrojados por inegi y fue necesario
aplicar una encuesta a los indígenas migrantes establecidos en las demarca­
ciones de la delegación, a los cuales se les pudo identificar fácilmente por su
vestimenta y por su idioma. Aun así, fue muy difícil que esta población con­
testara, por su condición de establecimiento en la ciudad como es la infor­
malidad, por lo que sólo se lograron 41 encuestas de las cuales se obtuvieron
datos de 189 personas.
De acuerdo al inegi, la delegación Xochimilco ha tenido un aumento
gradual de la población indígena, debido a que ésta presenta espacios atrac­
tivos, tanto de vivienda como laborales, para la población indígena. En
cuanto al crecimiento de población indígena, como se observa en la gráfica 4,
es la cuarta delegación del DF con casi 10 mil habitantes indígenas en 2010.
Actualmente es la delegación en la que todavía persiste dicho crecimiento,
aunque es mucho más lento.
La localización de la población encuestada fue en el pueblo de Tulye­
hualco, el que se localiza en la periferia más lejana de Xochimilco, hacia el
oriente limitando con la delegación Tláhuac.
En primera instancia se pudo identificar que se encuentran en la periferia
de la periferia, rodeados de pobres, como se muestra en la figura 3 donde
se aprecia el patrón de crecimiento poblacional a través de asentamientos
irregulares, los cuales están ocupando el sureste de la delegación y poco a
poco se han extendido hacia el oriente. Se puede decir que Tulyehualco es
el pueblo localizado al final de la demarcación.
Sobre el lugar de origen, como se aprecia en la gráfica 5, en su mayoría
provienen del estado de Michoacán, en segundo lugar de Puebla y en menor
medida del estado de Guerrero. También llegan de estados cercanos al DF
como: Morelos, Hidalgo y el Estado de México. Como una hipótesis se con­
sideró que las redes sociales son el principal indicador que explica la llegada
de población indígena al DF y también como el grado de consolidación de
dichas redes está en función del oficio que desempeñan la población ya es­
tablecida; con esta hipótesis se comprobó con la identificación de las redes
sociales de los provenientes de Michoacán, ya que están mucho más conso­
lidadas, pues esta población se dedica a la fabricación y venta de muebles de
madera; este oficio favorece la obtención de más recursos para sobrevivir en
la ciudad, además de que se establece al mediano y largo plazo en el DF.
Mientras que las redes sociales de la población proveniente de otros estados
están menos consolidadas, debido a la cercanía que tienen con el DF, ya que
tienen la alternativa de ir a sus lugares de origen y regresar a la ciudad única­
mente para vender sus productos, son los que están menos tiempo en el DF.
292 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Grafica 4
XOCHIMILCO. INCREMENTO DE LA POBLACIÓN
HABLANTE DE LENGUA INDÍGENA, 1970-2010

9,385
10,000 8,725
8,430
9,000

8,000

7,000
5,362
6,000
4,447
5,000 3,753
4,000

3,000

2,000 1,055

1,000

0
2010 2005 2000 1995 1990 1980 1970

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Censo de Población y Vivienda, inegi, 1970, 1980,
1990, 1995, 2000, 2005 y 2010.

Figura 3
LOCALIZACIÓN DE LA DELEGACIÓN XOCHIMILCO

Fuente: Elaboración propia.


LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 293

Grafica 5
XOCHIMILCO. LUGAR DE ORIGEN

Elaboro: Patricia Martínez con base en la encuesta.

De acuerdo con el apartado de ocupación de la población encuestada,


en la gráfica 6 se identificó que predomina la actividad de fabricación de
muebles en primer lugar, de venta de artesanías en segundo lugar y en me­
nor medida, están las empleadas domésticas o los que se emplean como
dependientes (rosticerías) o para vender cualquier producto de comida en
carritos móviles (paletas, flores). Sin embargo, también están los que se em­
plean en la actividad agrícola más importante de Xochimilco como las Chi­
nampas y los invernaderos. Lo más preocupante es que la población indíge­
na que no cuenta con una red social solo tiene la alternativa de dedicarse a
la mendicidad, no obstante el porcentaje fue poco significativo lo que se
explica porque es la población que acaba de llegar y/o que se encuentra en
una fase de transición.
También es importante resaltar la segmentación del empleo por sexo,
ya que se observó que las mujeres son igualmente participativas en la fabri­
cación y la venta de los muebles, al igual que en la de artesanías; no obstante,
hay actividades en las que no intervienen como en las chinampas o los inver­
naderos. Asimismo, son solo las mujeres las que se dedican a la venta de
flores.
294 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Gráfica 6
XOCHIMILCO. OCUPACIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA MIGRANTE

Chinampa 3% Invernadero
3%
Músico Mendicidad 3%
Venta de productos 3%
perecederos 4%
Empleado
en rosticería 5%
Fabricación y venta
Ama de casa 5% de muebles de madera 39%
Empleada
doméstica 7%

Venta de artesanías
29%

Fuente: Elaboro Patricia Martínez con base en la encuesta.

Con respecto al aspecto socioeconómico, como se identifica en el cuadro 2


más del 50 por ciento reportó que obtiene entre 1 y 2 salarios mínimos,
mientras que otra proporción importante percibe 2 mil pesos. Sin embargo,
estos salarios promedio no los perciben de forma permanente, sino sólo
cuando llegan a tener ventas en temporadas altas. De la misma manera, una
proporción importante la reinvierten en la fabricación, la renta de los loca­
les y la alimentación. Con este mismo indicador se identificó que son las
mujeres las que perciben más ingresos, y esto se explica porque aparte de
que intervienen en los oficios de los hombres, también se dedican a la venta
de alimentos o al empleo doméstico.

Cuadro 2
XOCHIMILCO. DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

Ingreso mensual promedio (%)

Menos de 1,000 pesos 2.4


Entre 1,000 y 2,000 pesos 53.7
Más de 2,000 pesos 43.9
Total 100
Fuente: Elaboro Patricia Martínez con base en la encuesta.

Con respecto del acceso a los servicios de salud, más de 80 por ciento no
cuenta con ningún tipo de derechohabiencia a algún servicio de salud pública,
no obstante, de acuerdo al cuadro 3 se registró que de alguna manera
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 295

Cuadro 3
XOCHIMILCO. SERVICIOS DE SALUD

¿Cuándo enferma a dónde acude? Población %

imss 2 4.9
Seguro popular 4 9.8
Centro de Salud 2 4.9
Farmacias Similares 25 61
Consultorio privado 1 2.4
En su comunidad de origen 1 2.4
No acude, se automedica y consume hierbas 6 14.6
Total 41 100
Fuente: Elaboro Patricia Martínez con base en la encuesta.

resuelven su estado de salud —cuando lo necesitan— acudiendo a las farma­


cias con consultorio médico anexo como las Farmacias Similares, por ejem­
plo. Y el 14 por ciento se automedica, aunque también ya se están incorpo­
rando poco a poco al seguro popular (9 por ciento).
Con respecto a la vivienda, se identificó que la llegada de población in­
dígena migrante a la ciudad está acompañada de varios procesos, uno de ellos
es la obtención de una vivienda, la cual muy pocos logran conseguir a largo
plazo. De las encuestas aplicadas, como se observa en el cuadro 4 solamente
una persona reportó que después de 20 años logro tener una vivienda propia.
La mayor predominancia de obtener un lugar dónde vivir es a través de la
vivienda rentada, algunos recién llegados logran conseguir una de ese tipo,
mientras que otros sólo logran estar en viviendas prestadas o rentadas.

Cuadro 4
XOCHIMILCO. TIPOS DE VIVIENDAS

Vivienda Menos De 6 meses a De 1 De 3 De 5 De 11 De 20 años


rural de 6 meses menos de 1 año a 2 años a 5 años a 10 años a 15 años y más Total

Propia 1 1 2
Rentada 3 4 6 7 4 5 29
Prestada 2 1 1 1
Otros
Camioneta 2 2
Tenta en algún 0 1 1 2
estado cercano
Renta sólo los 0 1 1
fines de semana
7 4 8 9 5 5 1 41

Fuente: Elaboró Patricia Martínez con base en la encuesta.


296 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Las rentas, como se observa en el cuadro 5 pueden oscilar entre 700


pesos como mínimo a 2,500 pesos como máximo. Estas últimas puede ser
desde un local de mercado de abastecimientos hasta —o en el peor de los
casos— rentar automóviles tipo camioneta para pasar la noche por 10 a 20
pesos.
Es importante resaltar que la posibilidad de conseguir una vivienda
rentada, solamente se logra cuando la renta es compartida por más de una
familia, lo cual es una estrategia para solventar el costo de la renta. A pesar
de que reportaron que las viviendas cuentan con piso y techo de concreto, la
mayoría de las veces se instalan en viviendas de un solo cuarto donde com­
parten el el dormitorio con la cocina o en su mayoría no cuentan con cocina,
donde se puede quedar más de una familia lo cual hace mas difícil la su­
pervivencia, aunado a la mala calidad de la vivienda la cual puede ser una
vivienda improvisada sobre las banquetas o guarniciones de las calles con
techos de lona, que también la ocupan para vender sus muebles durante el
día hasta un local bien establecido el cual es dividido para vender y vivir.
Con respecto a los servicios de agua, se reportó que cuentan con la in­
fraestructura adecuada, como se observa en la gráfica 7 con agua dentro del
ámbito de la vivienda, y en la misma proporción cuentan con agua fuera de
ella; al igual que predomina el drenaje conectado a la red pública, sin em­
bargo, se identificó que no consumen el agua porque es de mala calidad
(mal olor y mal sabor), y muchas de las veces la frecuencia del agua es baja,
por lo que se quedan sin el recurso varios días a la semana. Lo mismo ocurre
con el drenaje, el cual no es insuficiente y deficiente, ya que en época de
lluvias tienden a experimentar recurrentes inundaciones en el entorno in­
mediato a la vivienda.
Cuadro 5
XOCHIMILCO. COSTO DE LAS RENTAS SEGÚN EL TIPO DE VIVIENDA

Vivienda Entre 10 y 20 De 700 a De 1,000 De 1,500 De 2,000 De mas


rural pesos la noche menos de 1,000 a menos de 1,500 a menos de 2,000 a menos de 2,500 de 2,500 No aplica Total

Propia 2 2
Rentada 3 5 9 5 6 2 30
Prestada 5 5
Otros 1 1
Camioneta 1 1 2
Tenta en algún estado cercano 1
Renta sólo los fines de semana 1 1
4 6 10 5 6 8 41

Fuente: Elaboró Patricia Martínez con base en la encuesta.


298 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Gráfica 7
XOCHIMILCO. SERVICIOS URBANOS DENTRO DE LA VIVIENDA
No aplica
Llave pública 5%
y/o la acarrea
12%

Agua entubada
dentro de la
vivienda
42%

Agua entubada
fuera de la
vivienda
41%

Fuente: Elaboró Patricia Martínez con base en la encuesta.

Consideraciones finales

La problemática indígena en el contexto nacional es preocupante, ya que


en las últimas décadas se ha evidenciado aún más el deterioro de sus con­
diciones de vida tanto en sus comunidades de origen como en la propia
ciudad. Por una parte ha incidido en los movimientos migratorios de las
zonas más alejadas y pobres del país tal y como se observó en los datos
arrojados por la encuesta.
Si bien, en Xochimilco la población indígena es un sector invisible por
las autoridades al no realizar acciones específicas tanto de salud, alimenta­
ción, vivienda, educación, servicios básicos, entre otros, y que afirma que
reproducen su pobreza en la ciudad, esta es sólo un pequeño ejemplo de la
realidad que viven los indígenas en la ciudad, en puntos donde se encuentra
una sociedad dominante y el indígena mimetizado e invisible, cuya distribu­
ción corresponde a las pocas “oportunidades” laborales.
De acuerdo a lo anterior, se confirma que la población indígena migrante
sí reproduce su pobreza, pero se especula que más intensifica su pobreza,
debido a que:

1. Se relocalizan en las orillas más lejanas de la ciudad, convirtiéndose en


los más pobres de entre los pobres de las periferias más periféricas de la
delegación Xochimilco.
LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 299

Figura 4
EVIDENCIA DE UN ESPACIO OCUPADO POR LA POBLACIÓN INDÍGENA,
DONDE DEJABAN SUS MUEBLES DE MADERA PARA VENDER,
PERO FUERON QUEMADOS POR OTRAS PERSONAS

Fuente: Fotografía de Patricia Martínez.

Llegan a la ciudad a reproducir el mismo patrón de violencia que experi­


mentan en su lugar de origen, como es el hecho de que son violentados
por los mismos pobres que se encuentran conviviendo en el mismo en­
torno, pues han sido objeto de agresiones por parte de los pobres ya
existentes en la zona, como por ejemplo quemar sus mercancías (véase
figura 4).
2. Se confirmó que ser pobre en el DF, no es lo mismo que ser pobre en
comunidades rurales, ya que al menos en esta entidad pueden realizar
diversas actividades que les permiten obtener un ingreso, el cual por
mínimo que sea, en sus lugares de origen no pueden hacerlo. En este
sentido, se identificó que el 47 por ciento de los encuestados reportó
que sus condiciones de vida son las mismas, pero el 53 por ciento seña­
laron que mejoraron. Sin embargo, no tienen empleo fijo, o el que tienen
es muy precario, pues sus ingresos son insuficientes para cubrir sus ne­
cesidades básicas y muchas veces no tienen dinero para regresar a su
lugar de origen.
3. Constantemente tienden a moverse de un lugar a otro de acuerdo a sus
condiciones económicas (véase figura 5).
4. Una manifestación espacial de esa movilidad es la formación de corre­
dores de venta, característicos de los migrantes de los estados Michoacán
y Guerrero (véase figura 6),
300 FLOR M. LÓPEZ, PATRICIA MARTÍNEZ

Figura 5
EVIDENCIA DE QUE SE ESTABLECEN EN DETERMINADO
LUGAR PARA VIVIR Y VENDER PERO DE FORMA TEMPORAL

Fuente: Fotografía de Patricia Martínez.

Figura 6
RENTAN LOCALES, UNOS JUNTO DE OTROS EN UNA MISMA CALLE

Fuente: Fotografía de Patricia Martínez.


LA REPRODUCCIÓN DE LA POBREZA 301

Fuentes consultadas

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (cdi). Dispo­


nible en http://www.cdi.gob.mx
Coneval (2013), Valor de la Línea del Bienestar Mínimo. Consejo Nacional
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www.coneval.gob.mx
González, S (2012). “Extremadamente altos, rezagos en niños y adolescen­
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2000 y 2010.
Oechimen, C. (2001). “Espacio urbano y segregación étnica en la Ciudad de
México”, Papeles de la Población, abril-junio, núm. 28, pp. 181-197.
Ponce, A.V. (2010). Indígenas migrantes, derechos humanos, redes sociales y ex-
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Van Kempen, R. Sulen y A. Osuekren (1998). “Ethnic Segregation in Cities:
New Forms and Explanation and dynamic world”. En Urban Studies, vol. 35,
núm. 10, pp. 1631-1656.

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