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Las Mujeres y el Hábitat Popular: ¿cooperación

para la sobrevivencia o para el desarrollo?

Alejandra Massolo1

Entre globalizadas y fragmenta­ los '70 se comenzaron a desarrollar


das las ciudades de América Latina en Inglaterra y los Estados Unidos de
se han producido y extendido en Norteamérica los estudios y debates
gran parte "a pulmón" del trabajo feministas en torno a la relación entre
comunitario y la autoconstrucción de género y urbanización capitalista,
la vivienda. El repetido paisaje urba­ creando nuevas perspectivas de aná­
no de masivos asentamientos preca­ lisis y trabajos empíricos focalizados
rios en inhóspitas periferias y de en la mujer dentro de las estructuras
barrios hacinados en los deteriora­ y procesos espaciales urbanos. Se
dos centros, contiene un prolongado combatió la neutralidad y ceguera de
y tenaz esfuerzo social por ocupar y género en las teorías así como en las
consolidar un lugar de vida en la ciu­ políticas urbanas del Estado, y se
dad, bajo un Estado que nunca fue introdujo la noción de diferencia y
del todo ni en serio de Bienestar especificidad del género femenino
sino más bien mezquino y populista. dentro de la dinámica de la urbaniza­
Así se conformó la territorialidad de ción, la arquitectura, el diseño de la
la vida cotidiana de la mayoría de las vivienda, la producción y distribución
mujeres: dimensión de interacción y de servicios y equipamientos públi­
experiencia que vincula al género cos, la planeación y los movimientos
con el proceso de urbanización. sociales urbanos. Las diferencias de
El género es intrínseco al análisis percepción, uso, necesidades, res­
de la urbanización en los países en tricción y acceso respecto al género
desarrollo, en tanto ésta afecta y masculino se fueron entonces
cambia los roles y relaciones de haciendo visibles en la ciudad, aun
género, y a la inversa, puesto que los dentro de las mismas clases socia­
roles y relaciones de género influyen les, categorias ocupacionales y
sobre y moldean el proceso de urba­ características habitacionales.3
nización.2 Cabe recordar, de paso, El enfoque de género en el estudio
que desde mediados de la década de de las estructuras urbanas - particu-

1. Socióloga argentina, especializada en sociologfa urbana y estudios de género.


2. Chant, Sylvia, Gender. Urbanization and Housing: issues and challenges for the 1990s,
Research Papers in Envíronmental & Spatial Analysis, No. 32, London School of Economics.
1996.
3. Massolo, Alejandra, "Introducción. las mujeres son sujetos de la investigación urbana",
en Massolo, Alejandra (Comp), Mujeres y Ciudades. Participación social, vivienda y vida cotidia­
na, PIEM, El Colegio de México, México, 1992.

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larmente de los hábitat populares­ registra la acción de sus roles tradi­
nos revela más nítidamente e l cionales.
empalme entre espacio y experien­ Sobre todo el espacio local, aso­
cias cotidianas; la interacción fluida ciado a la vida cotidiana de la familia
entre el hacia afuera y hacia adentro y las tareas domésticas, es el mundo
de la vivienda; las continuidades y público más accesible y con el que
rupturas de los modos de vivir coti­ están más familiarizadas: el barrio, la
dianamente las condiciones materia­ comunidad vecinal y la localidad
les, sociales y políticas del orden representan los lugares donde las
urbano; los núcleos de opresión y mujeres se han desenvuelto y pro­
desigualdad de las mujeres, coexis­ yectado sus roles, intereses, habili­
tiendo con la segregación y desi­ dades y luchas. La adscripción social
gualdad social en el espacio y cultural a los roles genéricos de
urbano.4 Como bien se ha planteado, madre-esposa-ama de casa resultó
el estudio de los sistemas de género ser, paradójicamente, tan restrictiva
en la urbe permite entender proce­ como permisiva de tal suerte que el
sos de jerarquización sexual que control y limitación a la inmediatez
están anclados en esencialismos espacial facilitaron el entrenamiento
biológicos, y apreciar que la cons­ y activa participación femenina en la
trucción del espacio urbano está gestión de los asuntos públicos coti­
más orientada a mantener a las dianos, en asociaciones vecinales y
mujeres en los espacios destinados redes de solidaridad comunitaria,
a los roles familiares que a promover demostrando capacidad de influen­
su incorporación a la sociedad en cia, liderazgo y eficacia política.6 No
general.s Ante la sentencia de que el existe tal separación entre la vida pri­
lugar de la mujer en la ciudad es la vada doméstica de las mujeres y la
casa y ante el rol codificado de la vida pública en el espacio local,
mujer como ama de casa, estallan puesto que sus prácticas, iniciativas
los impresionantes cambios econó­ de acción, gestiones y desplaza­
micos, sociales, políticos y culturales mientos hacen borrosas las fronte­
producidos por la urbanización ace­ ras que supuestamente delimitan la
lerada del mundo, que han cambiado presencia y trabajos femeninos en el
a las mujeres al tiempo que ellas ámbito privado familiar del ámbito
mismas transforman y mejoran los público colectivo.
espacios de la vida social urbana, El espacio local alrededor del lugar
imprimiéndoles su marca de género de habitación en la ciudad funciona
la que innegablemente primero como un resorte que impulsa la salí-

4. Massofo, Alejandra. "De la tierra a los tortibonos: la fucha urbana de las mujeres en la ciu­
dad de México", en Feijóo, Ma.del Carmen y Herzer, Hilda (comps.), Las mujeres y/a vida de las
ciudades, Grupo Editor Latinoamericano!IIED-América Latina, Buenos Aires, 1991.
5. Del Valle, Teresa. "Las coordenadas es pacio temporales en la construcción de los siste­
-

mas de género'', en La ventana, n2 3, julio, Universidad de Guadalajara, México, 1996.


6. Massolo, Alejandra."Mujeres en el espacio local y el poder municipal", en Revista Mexica­
na de Sociología, n2 3, julio-septiembre, IISUNAM, México, 1996.

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da de las mujeres a la escena públi­ durante épocas de crecimiento econó­
ca- lo que no quiere decir que no mico y Estados populistas redistribuí­
encuentren obstáculos, censuras y dores. Por lo tanto, los hábitat popula­
violencia en el camino-, y es un res y sus mujeres cuentan con una
potencial terreno fértil para que crez­ larga trayectoria de enfrentar y resol­
can como sujetos sociales y ciudada­ ver las necesidades de sobrevivencia,
nas. Ciertamente la actuación de la por medio de diversas estrategias y
mujer en el espacio exterior a menu­ formas de ayuda mutua. Sin embargo,
do reafirma su pertenencia al espa­ al decenio de los años ochenta le
cio interior, y lo que realiza afuera corresponde el tenebroso mérito de
tiene sentido a partir de las activida­ haber hecho aparecer el fenómeno
des, responsabilidades y personas del aumento de la pobreza urbana,
del espacio interior.7 Y también es asociado a la crisis de las economías
cierto que en nuestros países de latinaomericanas, al pago de la deuda
América Latina profundamente com­ externa, a las polfticas de ajuste
penetrados de la ideología materna­ estructural y las reformas estatales de
lista, el poder maternal representa corte neoliberal.
inclusión social y política, y es el que La UNICEF lo señaló oportuna­
les da a las mujeres ese derecho a mente advirtiendo sobre el ajuste
intervenir públicamente y el que invisible sufrido por las mujeres: Los
transforma sus acciones políticas.8 procesos de empobrecimiento, agu­
Pero el rol y poder maternal se dizados a partir de la crisis, han
desempeñan sobre una territorialidad acentuado restricciones y antiguos
cotidiana afectada de carencias mate­ patrones de deterioro. Tal como se
riales básicas (déficits), marginación e señala en el trabajo sobre Argentina,
inseguridad, en la mayor parte de la un aspecto central que define la
superficie de las ciudades. La pobreza situación de pobreza de estos años
urbana no es ninguna novedad del recientes consiste en que el nivel de
proceso de urbanización latinoameri­ incertidumbre que enfrentan los sec­
cano a lo largo del siglo XX. En conse­ tores populares se ha ampliado; de
cuencia, las estrategias y redes de esta manera, las personas y funda­
sobrevivencia han estado siempre mentalmente las mujeres, deben
presentes y activas entre las familias actuar como permanentes organiza­
pertenecientes a las mayorías popula­ doras de crisis cotidianas, operando
res. Sus espacios habitacionales son con horizontes temporales en donde
testigos y testimonios de la segrega­ el día en que se vive es la unidad de
ción espacial y exclusión social, aun tiempo manejable.9 Además de

7. Del Valle Teresa. op. cit..


8. Luna G., Lola. "Aspectos políticos de género en los movimientos por la sobrevivencia: el
caso de Uma, 1960-80", en Desde las orillas de la polftíca. Género y poder en América Latine,
Luna G., Lola yVilanova, Mercedes (Comps), SIMS Universidad de Barcelona, Barcelona, 1996,
pp.88-89.
9. UNICEF, El Ajuste Invisible. Los efectos de la crisis económica en las mujeres pobres,
Colombia, 1989, p. 23.

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organizadoras de crisis cotidianas, génea y cuya pobreza también lo es,
los mecanismos del ajuste estructu­ a pesar de la homogenidad visible.
ral le imponen a las mujeres una
sobrecarga de tiempos de trabajo Desarrollo, cooperación y mujer:
orientados a garantizar la dotación y los enfoques
distribución de los escasos recursos
para la supervivencia de la familia.10 También en materia de política y
La feminización de la pobreza y la planeación urbana las perspectivas y
feminización de la jefatura de las asuntos de género corresponden a
unidades domésticas 11, son otros las distinciones y controversias,
de los rasgos que dibujan el cuadro entre los dos macro enfoques de la
abigarrado, polifacético y pauperiza­ relación entre desarrollo-coopera­
do del hábitat popular urbano pro­ ción internacional-mujeres: Mujer en
ducto de la década perdida. Acla­ el Desarrollo (MEO) frente a Mujer y
rando que concebimos al hábitat en Desarrollo (MIO). Ambas se reflejan
su integralidad, es decir que excede y tienen implicancias en los hábitat
la mirada viviendista implicando la populares de las mujeres.13
interrelación del ambiente construido El enfoque llamado asistencial, o
y natural, así como la cultura, las de bienestar, surgido en la década
relaciones sociales de los diversos de los años sesenta, es el más anti­
sujetos sociales, aspectos todos que guo y socorrido. Identificaba a la
se traducen en calidad de vida.12 Y mujer en su rol reproductivo convir­
que nos referimos al hábitat urbano tiéndola en principal beneficiaria de
poblado por los sectores sociales de programas asistenciales por su rol
más escasos recursos, muchos de de madre, considerando que ese rol
origen migrante del campo a la ciudad, es fundamental no sólo para la mujer
cuya composición laboral es hetero- sino para todas las cuestiones referí-

1o. lbid. p. 21.


11 . Chant, op. cit.
12. Falú, A. "Por el derecho de mujeres y hombres a ciudades equitativas y sustentables: de
Beljing a Estambul", en página Web de Riada/ sobre Género y Desarrollo Local, 16 de diciembre
de 1997.
13. Véase: Chant, op.clt.; Moser, C. y Levi, C.A., "Temas críticos en la teoría y metodología
de la planificación para el género", en Barrlg, M. {Ed.), De vecinas a ciudadanas, SUMBI, Lima.
1988; Ajamil, M., "La visión de género en la cooperación internacional: trayectoria histórica y
perspectiivas", en IBAM, Género y Desarrollo Institucional en ONGs, IBAM/Instituto de la
Mujer, Madrid, 1995; Moghadam, V. M., Gender, Deve/opment, and Policy: towards equity and
empowerment, WIDER-United Natlons University, Helsinki, 1990; Buvinic'. Mayra yYudelman,
S., Mujer, Pobreza y Progreso en el Tercer Mundo, Foreign Policy Association, n2.289, Nueva
York 1989 ; CEPAL, El desarrollo sostenible, pobreza y género. América Latina y el Caribe:
medidas hacia el año 2000, Documento LCIL. 1064, Santiago de Chile, septiembre de 1997;
Massolo, A., "Polftícas Urbanas y Mujer: una aproximación", en La voluntad de ser. Mujeres en
los noventa, Tarrés, M. L. {comp.), PIEM, El Colegio de México, 1993; Huamán, J., "Los nuevos
modelos económicos de América Latina. Nuevos procesos urbanos y su impacto diferencial en
hombres y mujeres", en CISCSA, Mujer y Hábitat. Experiencias Latinoamericanas, Córdoba,
1996.

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das al desarrollo económico de cada frecuentemente vinculados a las
pafs. Son políticas que en lo Ideológi­ actividades domésticas. Buvinic y
co y en su implementación, conciben Yudelman han concluido que, los
a la mujer como un ente pasivo y organismos internacionales de desa­
receptor de beneficios gratuitos o rrollo respaldan los proyectos que se
subsidiados. Estos programas tienen centran en la mujer en su papel
amplia acogida ya que son poHtica­ doméstico o que tratan de generar
mente seguros y porque no cuestio­ ingresos a través de los oficios tradi­
nan la visión tradicional del papel de cionalmente femeninos, tales como
la mujer. Asimismo, porque resulta la costura. Casi universalmente
más fácil poner en ejecución proyec­ estos proyectos no han rendido
tos de asistencia social que incre­ ingresos sostenidos.16
mentar la productividad e Ingresos En los hábitat populares aterrizó
de los pobres14· En términos de con gran impacto el enfoque antipo­
desarrollo, la ayuda para el bienestar breza desde la crisis de los ochenta
de la familia se dirige a las mujeres en adelante: programas de auto­
identificadas con los minusválidos, construcción de la vivienda e intro­
enfermos y grupos socialmente vul­ ducción de servicios, obras públicas
nerables.15 de mejoramiento urbano, en síntesis,
Según Menchu Ajamil, el primer una nueva versión de la urbanización
enfoque del MEO es la
el de popular dirigida por una explícita
equidad, que no desplazó al de bie­ política estatal de utilizar la mano de
nestar o asistencial (por cierto aún obra de hombres y mujeres (partici­
vigentes), pero resalta la importancia pación), compartiendo los costos
del rol productivo de las mujeres, y con los pobres. En el paisaje urbano
abre la perspectiva a la igualdad de vemos a las mujeres cumpliendo una
oportunidades en las relaciones tercera jornada de trabajo en la
entre hombres y mujeres en el mer­ construcción y mejoramiento del
cado de trabajo, enfatizando la inde­ hábitat, cargando la jornada de que­
pendencia económica de las muje­ haceres domésticos y la de genera­
res como sinónimo de igualdad. El ción de ingresos.
segundo enfoque del MEO es el de El tercer enfoque del MEO es el de
la antipobreza, que liga la desigual­ la eficiencia, derivado de las políti­
dad económica entre hombres y cas económicas de ajuste y de la cri­
mujeres a la pobreza y no a la subor­ sis de financiamiento público. Es el
dinación, enfatizando el rol producti­ que goza de mayor popularidad y
vo de la mujer bajo el supuesto de apoyo por parte de los organismos
que la mujer dispone de más tiempo de cooperación y financiamiento
libre. Con este enfoque se inventaron internacional. El énfasis se traslada
proyectos productivos para que la de la mujer al desarrollo, reconocien­
mujeres pudieran generar ingresos, do que las mujeres son esenciales

14. Moser y Levi, op. cit.; Buvínlc yYudelman, op. cit.


15. Ajamil, op. cit.
16. Op. cit., p. 52.

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para el esfuerzo del desarrollo en su verdad es que: A través de contar con
conjunto. Sin embargo: En la práctica el trabajo gratuito de las mujeres para
este enfoque ha significado un des­ actividades tales como el abasteci­
plazamiento de costos de la econo­ miento de combustible, autocons­
mía remunerada a la sin paga, parti­ trucción, procesamiento de alimen­
cularmente mediante el uso del tiem­ tos, etc, se pueden reasignar recur­
po sin salario de las mujeres. Se sos para otra áreas y recortar gastos
privilegia su rol reproductivo y de en servicios. Se asume entonces que
gestora comunal.17 muchos de los recortes, pueden ser
Este enfoque de eficiencia- que amortiguados por la elasticidad del
detecta muy bien la mayor dedica­ trabajo de las mujeres.19
ción y responsabilidad de las mujeres El enfoque de Mujer y Desarrollo
en el logro de objetivos de bienestar (MIO), está más cercano a la década
para el hogar y la comunidad-, reco­ de los noventa y al propósito de rom­
noce incorporar las necesidades más per con el círculo de cambio sin cam­
sentidas de las mujeres, sus capaci­ bio.2o Se da un virage y cambia el
dades para el mejoramiento del hábi­ foco de mujer a género, de manera
tat popular y su carácter de principal de que en vez de visualizar a las
usuaria de la vivienda y de los servi­ mujeres como un grupo homogéneo
cios públicos. Es un enfoque volcado basado en sus diferencias biológicas
a los interes prácticos de género que, con los hombres, enfatiza la cons­
junto o mezclado con el antipobreza, trucción social del género y sus vara­
han apoyado el acceso de las muje­ ciones a través del tiempo y el espa­
res jefas de hogar a la vivienda, al cio, inserto en otras categorfas
crédito para la vivienda, a ciertos sociales como la clase y la raza. Al
equipamientos comunales para la introducir el concepto de género, el
salud, la alimentación, la educación y enfoque MIO apunta a la construc­
proyectos productivos, todo basado ción cultural e histórica de los roles
en el servicio público gratuito que sexuales, de lo femenino y lo mascu­
prestan las mujeres, el que se da por lino, a las relaciones asimétricas
descontado y ellas mismas lo consi­ entre hombres y mujeres y su impac­
deran normal. Especialmente el to en el desarrollo, a las relaciones
enfoque de eficiencia en el contexto de poder y a la organización social
del ajuste estructural, ha tratado de de la desigualdad. Al ser el género
aprovechar el trabajo de las mujeres un concepto relacional, este enfoque
en función del alivio a la pobreza, y involucra a hombres y mujeres quie­
ha tendido a que trabajen para el nes deben compartir la responsabili­
desarrollo en vez de que el desarrollo dad del cambio en todos los niveles
trabaje para las mujeres.18 La cruda del proceso de desarrollo·21 El MIO

17. Ajamil, op. cit., p. 35.


18. Chant, op. cit.
19. Ajamil,op.cit., p.35.
20. lbid., p.37.
21. Chant, op. cit.

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©Universitat de Barcelona
():)
()'1

A grande conquista é chegaar em casa. Casa ñao. Um canto sujo orde se urina a sós. De Rosary Esteves.
Estacayao Rodoviária de Goiánia (Goiás) 1983.
abarca tres pos1c1ones según las mujeres pobres siguen gravitando
investigadoras dedicadas al mismo: fuertemente. La visión de la mujer
la de integración vinculada a la teorfa como víctima pasiva del medio urba­
de la modernización; la de la margi­ no- que tendía a prevalecer en la pri­
nalidad considerada la primera teo­ mera etapa de los estudios de la rela­
rfa de mayor influencia sobre la ción entre mujer y urbanización
mujer en el desarrollo y compatible capitalista- ya no se sostiene, por
con la teorra de la dependencia; y la todas las evidencias empíricas que
de explotación, consistente con los disponemos y por una reorientación
análisis feministas marxistas sobre de la perspectiva de género hacia lo
el rol de las mujeres en las socieda­ relacional y lo transformador-24 Como
des capitalistas.22 acertadamente se ha puntualizado:
Del MIO se desprende el más Las mujeres no son solamente vícti­
reciente enfoque de adquisición y mas de malas polfticas, sino actores
generación de poder el que, como en su propio derecho y agentes del
dice Menchu Ajamil más que un cambio social.25
enfoque es una estrategia de inter­ Desde el marco de MIO, entonces:
vención que se basa en una determi­ Las dimensiones centrales del enfo­
nada concepción sobre el poder.23 que de género serían: la división del
Pone a circular e impulsar la noción trabajo por sexo entre labores pro­
de empowerment, de espantosa tra­ ductivas y reproductivas y al interior
ducción literal al español como de ambas categorías; las asimetrías
empoderamiento, que mejor denomi­ por sexo en el acceso y en el control
namos adquisición y fortalecimiento de recursos y servicios; y los facto­
del poder de las mujeres. De lo que res económicos, sociales, culturales
se trata es de propiciar los cambios y y ambientales que inciden sobre los
condiciones para que las mujeres diferenciales anteriores.26 El hábitat
descubran e incrementen sus capaci­ le da contención a todas estas
dades de autoestima y valoración, de dimensiones, ancladas en la territo­
influencia, eficacia polftica y lideraz­ rialidad de la vida cotidiana de las
go en la vida pública, reconociendo mujeres y familias pobres de las ciu­
los triples roles que desempeñan. El dades, ya sea en las periferias como
énfasis y desatro están puestos en la en los intersticios de los centros.
formulación, concertación y aplica­
ción de políticas públicas que favo­ El hábitat popular: ¿sobrevivencia
rezcan los intereses estratégicos de o cooperación para las mujeres?
género, a la par de que responden a
los interes prácticos de género, los En las postrimerlas de los noven­
que en el universo mayoritario de las tas las tendencias de los cambios,

22. Véase, Moghadam, op. cit., p. 11.


23. Op. cit., p. 35.
24. Massolo, op.cit., 1992.
25. Moghadam, op. cit., p. 46.
26. Ajamil, op. cit., p. 37.

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algunos vertiginosos, dan la impre­ mientras que la participación de la
sión que las ambivalencias se acen­ mujer en el trabajo asalariado y en la
túan y confunden más que nunca en recreación va creciendo, la separa­
lo que toca a las cuestiones de géne­ ción de funciones sigue reflejando la
ro, particularmente en el universo de ideología de la domesticidad.2a
las mujeres de sectores populares. Por un lado encontramos múltiples
Por un lado se han realizado notables evidencias en varios países de que el
avances por parte del movimiento hábitat popular puede ser un semille­
amplio de las mujeres latinoamerica­ ro de beneficios para las mujeres, no
nas, las ONGs feministas, los estu­ solamente en términos de satisfac­
dios e investigaciones, las institucio­ ción de algunos bienes y servicios
nes y políticas gubernamentales a básicos para la familia y los quehace­
favor de la mujer, y la incorporación res domésticos, sino para sí mismas
explícita de las necesidades y en cuanto reconocen y reivindican
demandas de género en declaracio­ sus derechos como ciudadanas y
nes y agendas de eventos interna­ mujeres. Las condiciones de pobreza
cionales y agencias de cooperación de las mujeres se cruzan además con
para el desarrollo. Por el otro, parece su necesidad de emancipación de la
que el tradicional estado de sobrevi­ subordinación, y con la búsqueda de
vencia en las urbes cobra nuevos igualdad, equidad y poder.29 La
brios y predominio bajo las nuevas defensa de la vida que enarbolan las
ondas de la globalización, de la crisis mujeres organizadas desde las bases
y ajuste económico, de la concentra­ territoriales, implica no exclusivamen­
ción de la riqueza y la polarización te enfrentar y resistir las temibles polí­
social. Desde el punto de vista de la ticas neoliberales, sino la toma de
CEPAL: La globalización acentúa las conciencia de los derechos indivisi­
diferencias sociales, discrimina a las bles sociales, civiles, políticos y
personas de menor movilidad y flexi­ humanos que deben ser respetados y
bilidad, a las menos preparadas, a llevados a la práctica. A través de sus
las que reciben menores salarios y a consistentes y habilidosas prácticas
las de regiones más aisladas, todo lo colectivas para el mejoramiento de
cual agrava la situación de las muje­ las condiciones de vida en el hábitat y
res que ya sufren discriminación la subsistencia de las familias, las
salariai.27Y desde otro punto de vista mujeres efectivamente logran visibili­
se observa que: La contradicción dad protagónica, adquieren y ejercen
entre la cotidianeidad femenina y el poder en el radio del espacio social y
hábitat urbano está agudizándose; político local.30 En las organizaciones

27. CEPAL, op.cit., p. 10.


28. Falú, A. y Rainero, L. "Hábitat urbano y políticas públicas. Una perspectiva de género",
en Desde las orillas de la política, Género y poder en América Latina, op. cit., p.56.
29. CEPAL, op.cit., p. 8.
30. Massolo, A. "Querer y Poder. La participación de las mujeres en organizaciones del
movimiento urbano popular de México",en Ducci, M. E., et. al., Asentamientos humanos, pobre·
za y género, Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Cooperación Técnica Alemana y PGU, Santia­
go de Chile, 1996.

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©Universitat de Barcelona
funcionales de subsistencia alimenta­ rrollo le aporta a las mujeres
ria, por ejemplo, se manifiesta lo polf­ pobres.
tico del género en varios sentidos: por No obstante las contradictorias
un lado responden a la invocación ambivalencias que se experimentan,
ideológica de las mujeres/madres y los temas de género en el marco de
por otro, a lo largo del proceso históri­ la estrategia de intervención adquisi­
co, aparecen transformando la rela­ ción y generación de poder, se
ción dependiente con el Estado, en están insertando de una u otra
otra de confrontación y de nego­ manera en las declaraciones y agen­
ciación desde su identidad de actoras das post Beijing y Estambul (Habi­
reales independientes.31 tat 11), no por arte de magia sino por
Empero, cabe hacer la salvedad años de diversos trabajos y muchas
respecto del hecho de que las muje­ luchas. En América Latina hace una
res mantengan una relación más década que opera La Red Latinoa­
intensa y directa que los hombres mericana Mujer y Hábitat, pertene­
con la situación de la vida cotidiana ciente a la HIC (Habitat lnternational
en el hábitat, no significa que éste Coalition), bregando por políticas
sea el lugar natural que le corres­ urbanas y territoriales equitativas
ponde a las mujeres. Nuestra pers­ asociadas al ejercicio de la ciudada­
pectiva feminista rechaza y comba­ nía de las mujeres. Esta Red se com­
te la naturalización de la mujer den­ prometió con los ejes centrales del
tro del espacio local alrededor de la Foro de las ONGs en Habitat 11: el
vivienda, que las confina a estar y derecho a la vivienda; el reconoci­
pertenecer nada más que ahí, miento a la producción social del
excluyéndola de otros espacios y hábitat; y la gestión democrática y
actividades sociales y políticas que sustentable del territorio. Estos ejes
existen en la ciudad. El derecho a la se vincularon a los ejes del Foro de
ciudad- en sentido amplio e inte­ ONGs de Beijing: ciudadanía activa
gral- es también un derecho de las de las mujeres; pobreza y ajuste
mujeres; una concepción integral y económico; participación política; y
democrática del hábitat debe incluir contra la violencia.32 Por otra parte,
la noción y ejercicio de los derechos el Programa Entrenamiento y Crea­
y garantías individuales y colectivas ción de Capacidades del organismo
de las mujeres. Tal concepción del Hábitat de las Naciones Unidas, sos­
hábitat abierta a la libertad e igual­ tiene que los temas de género repre­
dad de derechos y oportunidades sentan una de las áreas que se tie­
para las mujeres, implica además nen que trabajar a nivel global. En la
concebir el esparcimiento, la socia­ Declaración de Compromisos de Río
bilidad festiva y el descanso, en fin, de Janeiro La Agenda Hábitat y las
reconocer el legftimo derecho de Ciudades- reunión de alcaldes,
las mujeres al disfrute de la vida alcaldesas y autoridades municipa­
social urbana. Asr también el desa- les de América Latina y el Caribe

31. Luna,op.cít.,p.87.
32. Falú, op. cit.

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sobre la implementación de la Agen­ rrollo en el hábitat popular urbano,
da Hábitat, llevada a cabo en octubre más que una disyuntiva excluyente
de 1997-. se hace explícito en el se presenta como una coexistencia
punto 4: Incorporar un efoque de tensa, desequilibrada y azarosa en
equidad entre géneros en todas las las que se juegan dfa a día la suerte
polfticas, programas y actividades de de las condiciones de la sobrevivien­
nuestro accionar, asf como en todos cia, y la congruencia de las políticas
los mecanismos constituyentes de la y prácticas dirigidas al desarrollo con
democracia local. Y la CEPAL plan­ equidad de género- ya sean éstas de
tea que el desarrollo sostenible exige las agencias de cooperación interna­
la integración explfcita de la perspec­ cional hasta de los gobiernos loca­
tiva de género. les, las ONGs feministas y las pro­
La cooperación para la sobrevi­ pias organizaciones sociales de
vencia y la cooperación para el desa- base e identidad territorial.

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