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La Cena de los Drácula

Comedia en un acto

Personajes

 Conde Drácula
 Condesa
 Su hijito
 Su hija adolescente
 Martín, un censista
 Ana, una censista

Escenografía

La escena transcurre en la sala principal del castillo de Drácula y su familia .

Acto único

(Drácula entra con la boca manchada de sangre)

Condesa (Malhumorada) ¡Veo que cenaste afuera!

Drácula: (Sumiso) No, mi vampirita, monstruita mía, yugularcita de mi cuello.

Condesa (Le señala la boca) ¿Y de dónde salió toda esa sangre?

Drácula: Es que cuando venía volando me llevé por delante el paredón del castillo.

Condesa: ¡O sea que no conseguiste ninguna víctima!

Drácula: (Frustrado) Lo que pasó es que por las vacaciones no quedó ninguna arteria en
la ciudad.

Condesa: ¿Y no se te ocurrió pasar por el banco de sangre?

Drácula: Sí… pero el cajero automático no funciona.

Condesa: ¿Y qué cenamos ahora?

Drácula: Abramos algunas latas de glóbulos en conserva y pongamos unas morcillas en el


horno.

Condesa: La alacena y la heladera están vacías. ¡Ay, si le hubiera hecho caso a mi madre
cuando decía que era mejor casarme con un vampiro de plástico que contigo! Ahora,
nuestros hijos revivirán de hambre.
Hijo: (Entra y abraza a su padre) Papi, papi…

Drácula: ¿Cómo te fue hoy en la escuela nocturna?

Hijo: Nos tomaron prueba del aparato circulatorio y yo me saqué la nota más alta.

Condesa (Molesta) Y… ¿No le vas a contar del cero que te pusieron después?

Hijo: Es que la maestra pretendió que pinchara un murciélago y le abriera la panza y yo


me negué: jamás le haría algo así a mi familia.

(Entra la hija en escena bailando muy feliz)

Drácula: ¿Qué le picó a la nena?

Condesa: Finalmente, se puso de novia.

Hija: Sí, papá. Él me dijo que sólo muerto aceptaría estar conmigo.

Drácula: ¿Y qué hiciste?

Hija: Lo maté ahí nomás…Enseguida viene a buscarme para que volemos juntos y
vayamos a tomar algo.

Drácula: (Le advierte a su hija con voz firme) Pero antes de morder a alguien no te olvides
de hacerle una prueba de alcohol en sangre. No vaya a ser que vuelvas borracha a casa.

Condesa: No tiene autoridad sobre tus hijos. Si tuvieras sangre, te la sacarían y no les
dirías nada ¡Ay, si le hubiera hecho caso a mi madre cuando me decía que nuestro
matrimonio no coagularía ¡

Drácula: (Ruega mientras le hace mimos a su mujer) no discutamos, venita de mi muñeca,


aortita de mi corazón. Disfrutemos de este monstruoso momento familiar.

Condesa: (Lo aparta de su lado) Dejemos esto para después porque tengo las venas que
me estallan.

Drácula: Ah, picarona, me estás coqueteando…


(Suena el timbre y se dirige a abrir la puerta. Está fuera de escena, a un costado del
escenario. Sólo se oirá su voz)

Martín: (Se escucha su voz desde uno de los costados del escenario) Disculpe la hora
pero se nos hizo muy tarde.

Ana: (Se escucha sólo su voz desde uno de los costados del escenario) Es que
estuvimos todo el día censando las casas del pueblo y ésta es la última que nos queda.
¿Podemos pasar?

Drácula: (su voz) ¡Querida, hay que poner la mesa! Nos enviaron comida a domicilio…

(Entra a escena junto a la censista)

Entren, entren, siéntanse como si estuvieran en su propia cripta…digo… tumba…


digo….este…casa.

Martín: Gracias, la verdad es que estoy muerto.

Drácula: Nosotros también.

Condesa: (Coqueta mientras se arregla la ropa y el cabello) Disculpe que no esté


arreglada para la ocasión, pero si algo falta en este castillo son espejos.

Drácula: (Al ver que el hijo comienza a juguetear con los visitantes) Nene, dejá de
molestar a los señores.

Ana: No hay problema, déjalos jugar nomás.

Drácula: ¡No me desautorice! Además ya le dijimos mil veces que con la comida no se
juega.

Martín: (Saca una planilla) Estamos trabajando en un censo de población y necesitamos


hacerles unas preguntas . No nos va a llevar mucho tiempo.

Drácula: Tenemos “toda la eternidad”.

Condesa: (Señala las sillas) ahí tienen unas carótidas…tomen sangre. Digo… ahí hay
unas sillas, tomen asiento.

Ana: ¡Qué amable! Les confieso que en la casa anterior que censamos nos trataron muy
mal.

Martín: Y eso nos hizo hervir la sangre.

Hija: ¡Genial! Nos encanta la comida bien calentita.

Ana: (Al notar que los vampiros los observan formando un grupito ) Veo que es una familia
muy unida .
Drácula: Y… la sangre tira.

Martín: (Se dispone a anotar en la planilla) ¿Quién es el jefe de familia?

Drácula: Yo.

Condesa: (En voz baja) ¡Desgraciadamente!

Martín: ¿Nombre?

Drácula: Conde

Martín: ¿Apellido?

Drácula: Drácula.

Ana: ¿A qué se dedica?

Drácula: A la sangre.

Martín y Ana: (Se miran) ¿QUÉEE?

Condesa: (Disimula) Mi marido es técnico en hemoterapia.

Hijo: (Mientras acosa a los visitantes) ¿Desde cuándo papá trabaja?

Hija: Eso… Si la única vez que papá trabajo fue en una morgue y lo echaron por comer en
el trabajo.

Ana: O sea que está desempleado.

Drácula: nada que ver. Mientras tenga colmillos tendré trabajo.

Martín: ¿Y la señora?

Condesa: Soy ama de castrillo.

Drácula: una consulta: ¿alguno de los dos es diabético?

Martín y Ana: (Se miran sin entender) No.

Hijo: ¡Ufa…! Esta noche tampoco tendremos postre.

Martin: Y sus hijos, ¿Qué edad tienen?

Drácula: el nene debe estar pisando los cuatrocientos años y la nena, los quinientos.

Martín y Ana: ¿ CÓMOOO?


Condesa: es que en nuestra familia, calculamos los años de la misma forma que se hace
con los perros. Pongan en su planilla, un niño y una adolescente.

Martín: (Mientras revisa la planilla) Bueno... ya tenemos los datos que necesitamos. Nos
vamos.

Drácula: ¿No se quedan a cenar?

Ana: (Con desconfianza) es que en casa me están esperando mi esposo y mis hijas.

Condesa: Llámelo y que se venga… Eso sí, que se traiga las venas… digo, las nenas.

Ana: No, no va a poder ser. Si a esta hora le digo a mi marido que salga de casa… ¡Se
hace una malasangre!

Drácula: Entonces… va a ser mejor que no venga. Nosotros sólo bebemos productos en
buen estado.

Martín: Yo, con gusto me quedaría, pero debo ir al velorio de un amigo.

Drácula: (Exultante) ¡Lo acompañamos!

Martín: ¿CÓMOOO?

Condesa: (Disimula muy compungida) Lo acompañamos… en el sentimiento.

Martín: (A Drácula. Le señala una cruz en la planilla) Ahora, firme aquí.

Drácula: (Va a firmar pero se vuelve loco) ¡Atrás, atrás! ¡Asesinos desalmados!

(Martín y Ana escapan por un costado de la escena muy asustados)

Condesa: ¿Pero qué hiciste? ¡Los espantaste!

Drácula: ¿Y cómo quieres que reaccione? Me quería hacer firmar sobre la cruz.

Condesa: ¡Ay, por favor….! ¿Y ahora… qué cenamos?

Drácula: (Mientras sale) No te quejes más , cadavercita querida. Compro unas


remolachas, las exprimes y las tomamos como jugo. Es lo más parecido a la sangre que
tendremos por varios días.

Condesa: (Al público) ¡Ay, si le hubiera hecho caso a mi madre , no habría terminado
convertida en una vampira vegetariana! .

TELÓN

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