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Facultad de Filosofía y
Humanidades
Departamento de Ciencias
Históricas
Historia Medieval y Moderna
(Contenidos Historia Medieval)
Profesor Ítalo Fuentes
Estos movimientos revolucionarios responden a un cambio o transición vivida en el siglo XIV, que en
líneas teleológicas respondían al fin de alcanzar una nueva “la edad de oro” de la sociedad. Sin
embargo, estos distintos movimientos respondían a sensibilidades y espacios particulares, por tanto,
en las siguientes paginas se ahondará individualmente estos movimientos sociales y se les insertará
en este contexto medieval de crisis.
Pero explicar el panorama de la crisis en la esfera de las relaciones feudal no es suficiente para una
correcta dirección de este estudio, ya que la esfera urbana y sus problemas hacia el siglo XIV serán
también un nido para movimientos revolucionario. Desde el siglo XI o XII se produce un fenómeno
fundamental en la Europa medieval: crecimiento demográfico. La gran expansión de la agricultura en
lo siglos precedentes a la crisis, así como los diferentes trabajos para mejorar la calidad de las
aguas y la higiene4 fueron generando condiciones propicias para el aumento de la calidad de vida y
por tanto el aumento de población, sin embargo, este aumento genero la necesidad de nuevas
tierras para vivir o de nuevas zonas donde conseguir empleo, momento en el que las ciudades
comenzaron a ser destinos apetecibles para los campesinos pobres y desarraigados, esto debido
primeramente a que en la ciudad era posible destruir el vasallaje y obtener la libertad, además la
ciudad ofrecía diferentes atractivos económicos como el desarrollo industrial, característico del norte
de Francia y Bélgica5, o la capacidad de mejorar las condiciones de pobreza gracias a ofertas de
trabajo como obrero o artesano. Sin embargo, prontamente este éxodo masivo hacia las ciudades
3
Ibid., 22-27
4
Ibid., 4
5
Cohn, 1981, 57.
fue generando una sobrepoblación urbana y la proliferación de grupos marginados, proceso por el
cual las ciudades serian también núcleos de insurrecciones populares.
Teniendo claro ya los dos medios en los cuales se hicieron propicios movimientos sociales
contestatarios, entraremos a analizar los dos movimientos particulares que se dictaron en el
proemio: La revuelta inglesa de 1381 y el movimiento Taborista Bohemio. La elección de estos dos
movimientos se centra en el objetivo que perseguían o en lo Kosseleck plantea como el horizonte de
expectativas6, que responde a las experiencias suscitadas en el pasado para hacer conjeturas de los
eventos que podrían ocurrir en un futuro. De este modo el movimiento inglés de 1381 buscó como
expectativa el establecer una sociedad igualitaria natural, lo que ellos llamaban volver a la edad de
oro, lo cual corresponde a una sociedad en la que todos fueran iguales, ya que todo ser humano
había sido creado igual y libre por Dios, pero que en práctica había individuos perversos que
subyugaba al prójimo ante sus fines propios, donde en este caso eran los señores feudales quienes
se aprovechaban del campesino. Era un movimiento revolucionario con objetivos materiales si y en
eso era uno más de muchos otros ocurridos en la crisis feudal, sin embargo, este trasfondo
ideológico y utópico le entregaba una nueva característica, una donde el milenarismo entendido de
forma bastante suscita como un salvacionismo basado en la creencia popular de que los fieles
sufrientes serian quienes vivirían en el gobierno milenario profetizado en el libro del apocalipsis 7.
Si bien estos movimientos se dieron en sectores geográficos y en culturas diferentes, se han tratado
bajo este mismo ensayo debido a que responden a dos proyectos utópicos comunes, uno de ellos
fue buscar la vuelta a ese estado natural igualitario 11, bajo el cual se eliminará la opresión feudal
para el caso inglés o la clase adinerada urbana junto con las autoridades eclesiásticas romanas en
el caso bohemio. El otro proyecto común fue la búsqueda del sueño milenarista, en el cual para
ambos casos se ve necesario acabar con los enemigos de Dios para dar paso a un gobierno de mil
años donde los desfavorecidos serían ciudadanos.
Conclusión
Es imposible dejar pasar estos movimientos y no relacionarlos con nuestro actual presente, donde
lamentablemente muchos de los males vividos en la edad medio aún se mantienen y por tanto parte
de los proyectos utópicos presentados podrían aun ser salidas viables. Haciendo un símil con la
actualidad del país, este estallido responde a un malestar que hace décadas golpea a la sociedad
chilena, donde la inoperancia del gobierno a las problemáticas existente en el país deja en su regazo
una estela de amargura en los individuos que durante años han luchado por vivir en dignidad. Es
aquí donde el estudio historiográfico sale a vanguardia y deja vislumbrar la similitud existente entre
lo que fue la revuelta campesina inglesa de 1381 y la insurrección Taborista en Bohemia, puesto que
10
Ibid., 217.
11
Cohn, 1981, 201
su vinculación está presente en la búsqueda de una sociedad más justa mediante la lucha contra lo
que es la clase gobernante, poniendo en todos los casos una férrea resistencia lo que es el pueblo
en cuestión ante la represión ejercida por el ente autoritario presente en cada revolución.
A partir de la experiencia histórica previa nos es posible establecer para la coyuntura actual nuestra
propia utopía basada en nuestro horizonte de expectativa. Una solución posible para el conflicto
imperante en Chile es la abolición de los privilegios de ciertos grupos sociales frente lo que son
políticas públicas, recaudación de impuestos o nepotismo laboral; de esta manera también debería
haber un cambio en el pensamiento individualista existente de la sociedad chilena para la solución
de la brecha de desigualdad que vive una gran parte de la población chilena. Así mismo planteamos
el establecimiento de una vida a base de lo que es la comunidad entre la población del país, pero sin
eliminar la propiedad privada o personal existente, al contrario, afirmamos crear un nuevo modelo
basado en la iniciativa individual pero bajo una obligación comunitaria basada en la inyección
recursos en la misma comunidad a los individuos más desprovistos, con el fin de poder equilibrar la
balanza económica de la población chilena más vulnerable y con ello poder eliminar la acumulación
de riqueza de ciertos grupos económicos, de tal forma llegando a lograr una equidad de ingreso para
la gran mayoría de la sociedad chilena, logrando de esa manera borrar la barrera de pobreza y dar
un escalón humano para la vivencia de cada persona del país, haciendo de la iniciativa individual un
campo de oportunidades y no de privilegios.
Bibliografía