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¿Qué es en verdad el dinero?

Una teoría sobre la naturaleza


del dinero
Javier M a
Ramos Arévalo

Recibido: 2-10-2007 - Aceptado: 22-01-2008

Sorprende descubrir que no hay una definición de dinero que sea admitida deforma uni-
versal. No hay una explicación de la naturaleza del dinero que justifique todas sus fun-
ciones y características. Este trabajo pretende demostrar que el dinero es ante todo un
derecho, y que considerarlo un derecho nos puede permitir aclarar los enigmas del dinero.
Existe bastante acuerdo sobre para qué surge el dinero, pero debemos preguntarnos el
cómo, y a partir del ahí explicar de dónde le vienen sus funciones y características, y su
relación con el tiempo. Desde la experiencia que da el contacto con el dinero, se ha pre-
tendido llegar a una explicación inteligible de su naturaleza que pueda justificar todo
aquello que nos encontramos en la economía real, en las empresas y en los distintos mer-
cados financieros y monetarios.

Palabras clave: Dinero, Moneda, Mercancía, Derecho, Valor de Cambio, Aceptación,


Tiempo.

It is surprising to discover that there is no such a thing as a universally recognised defi-


nition of the term 'money'. It is impossible tofind a suitable explanation of the nature of
money that comprises all its functions and characteristics. This paper seeks to show that
money, first andforemost is a right. Considered thus, it allows us to clarify some of the
puzzling issues pertaining to it. There is enough consensuses regarding the reasons
behind the appearance of money, but the question that must be asked is how it arose.
From this staring point we must then explain where its functions and characteristics
derive from, and how it relates to the passage of time. Arising from the experience
derived from dealing with money, it has been attempted to arrive at an intelligible
explanation of the nature of money, in such a way that what wefind in the real econo-
my, in industry and in the money andfinancial markets might be justified.

Keywords: Money, Currency, Merchandise, Law, Exchange value, Acceptance, Time.

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Javier M" Ramos Arévalos es licenciado en Filosofía y trabaja en la Caixa.
(iaviermramos@emailpersonal.com).

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JAVIER M A
RAMOS ARÉVALO

1. El problema del dinero


E n cierta m e d i d a la naturaleza del dinero sigue siendo u n a incógni-
ta, ya que no hay acuerdo sobre lo que es, ni t e n e m o s u n a definición
aceptada umversalmente. Sabemos, más o m e n o s , c ó m o funciona;
p o d e m o s explicar con bastante precisión su desarrollo histórico;
conocemos sus características y tenemos bastante claro para qué
sirve; pero a pesar de t o d o n o tenemos m u y claro lo que es.

Si reunimos a unas cuantas personas, ya sean economistas, filósofos,


empresarios o financieros, y les p r e g u n t a m o s qué consideran que es
el dinero, nos encontraremos con explicaciones m u y distintas. Según
d ó n d e se busque la respuesta se hallarán distintas explicaciones y
definiciones.

U n eminente catedrático de economía política h a dicho que "no es


ningún atrevimiento afirmar que u n a vez cubierto el 'gap teórico' que
representaba el análisis del socialismo, quizá el c a m p o más d e s c o n o -
cido y a la vez más trascendental sea el monetario" .1

Sorprendentemente, en u n m u n d o e c o n ó m i c a m e n t e globalizado,
d o n d e el desarrollo económico es el centro de los esfuerzos políticos
y sociales de todos los países, el campo más desconocido y trascendental
es el monetario. Y esto es así p o r q u e n o conocemos del t o d o al d i n e -
ro.

A l ser algo usual en las relaciones entre los h o m b r e s , d e n t r o de la


sociedad, la cuestión se h a abordado desde la sociología. Se h a estu-
diado la importancia que tiene en las relaciones entre las personas y
entre las sociedades; su apreciación sujetiva y su i m p a c t o en las rela-
ciones sociales y personales; su papel en las estructuras sociales, etc

L a filosofía también se ha enfrentado al dinero. A u n q u e rara vez


están involucrados en el día a día de las empresas, las finanzas o las
decisiones macroeconómicas, el ser del dinero h a despertado el i n t e -
rés y la curiosidad de n o pocos filósofos, que h a n h e c h o i m p o r t a n t e s

1 Huerta de Soto, J. (1994), pp. 289-302.

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aportaciones sobre la naturaleza de nuestro peculiar amigo. Incluso


m u c h o s de los grandes economistas h a n sido o se h a n considerado
filósofos.

Sin embargo, dada su capital importancia en las relaciones e c o n ó m i -


cas, el dinero h a sido considerado c o m o u n p a t r i m o n i o de la e c o n o -
mía. L a ciencia económica es la que más t i e m p o y esfuerzo h a d e d i -
cado al estudio del dinero. Se h a n centrado en estudiar y conocer su
funcionamiento, pero t a m b i é n h a n i n t e n t a d o justificar su valor o las
interrelaciones entre las personas que p e r m i t e n fijar el precio o sus
variaciones. N o obstante, a pesar de dedicarle t a n t o esfuerzo, n o se
ha conseguido llegar a u n acuerdo sobre su naturaleza. Prueba de ello
es son m u l t i t u d de definiciones distintas que nos e n c o n t r a m o s de
dinero. Según se mire u n a o varias de sus características o funciones,
se concluye que es u n a u otra cosa, y las conclusiones son a veces
hasta contradictorias.

II. Distintas consideraciones sobre el dinero


Veamos algunas de las formas de considerar el dinero que nos
e n c o n t r a m o s al investigar lo que se h a dicho sobre él.

I. El dinero como activo


Considerar que el dinero es u n "activo" es la idea más frecuente en
los libros de economía. Activo se define de forma genérica c o m o
conjunto de bienes y derechos sobre los que se tiene propiedad. Por tanto,
si se considera el dinero c o m o u n activo, nos e n c o n t r a m o s con que
hay m u c h o s tipos de activos, t a n t o de las empresas c o m o de las per-
sonas, y habría que precisar de qué tipo de activo estamos h a b l a n d o .
P o r supuesto que el dinero, c o m o todos los bienes y derechos, es u n
activo, pero ser u n activo n o define al dinero.

P o d e m o s p o n e r c o m o ejemplo el balance de u n a empresa. Si nos


centramos en la parte izquierda del balance, en el activo, vemos
m u c h o s tipos de activos que p u e d e n ser dinero, t a n t o en el circulan-
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te c o m o en el inmovilizado. E n el circulante, partidas c o m o caja,


bancos e inversiones financieras temporales p u e d e n estar constitui-
dos por dinero. E n el inmovilizado existen partidas, c o m o las inver-
siones financieras a largo plazo, que t a m b i é n p u e d e n estarlo. Pero
todas estas partidas se refieren a distintos activos, y p o r tanto a cosas
distintas. T a m b i é n en el pasivo hay partidas que p u e d e n estar cons-
tituidas por dinero, como puede ser u n a cuenta de crédito o u n prés-
tamo.

Estos mismos activos del balance, da la casualidad de que son pasi-


vos de otros: la partida de cuentes de u n a empresa, por ejemplo, se
corresponde con la de acreedores de otras. E s t a claro que algo es u n
activo en función del p u n t o de vista desde el que se mire, p o r lo que
definir el dinero como u n activo es referirse a u n a característica del
dinero, la de que siempre tiene que tener u n propietario, pero n o es
algo determinante del dinero.

Si decimos que es u n activo que se utiliza para realizar transacciones,


nos encontramos, de nuevo, con activos que se p u e d e n utilizar para
realizar transacciones que son dinero y con otros que n o lo son. U n a
letra de cambio o u n a p e r m u t a se utilizan para realizar intercambios,
y n o son dinero. Ser u n activo que se utiliza para realizar transaccio-
nes es u n a de las características del dinero, pero n o la que le diferen-
cia o define.

P o r t a n t o , considerar el dinero c o m o u n activo n o nos p e r m i t e deter-


minar qué es exactamente, ni diferenciarlo del resto de activos.

2. Medio legal de pago

E n muchos diccionarios se puede encontrar la definición de dinero


como medio de pago de curso legal. P e r o si se considera que el dinero
es u n m e d i o legal de pago no p o d e m o s explicar c ó m o es posible que
exista antes que la posibilidad de su sanción legal -ya que existe el
dinero antes que las instituciones sociales que pudiesen sancionarlo-,
ni su capacidad como depósito de valor, ni su funcionamiento cuan-
do es ilegal o a-legal.

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L a sanción legal se h a d a d o con m u c h a frecuencia con posterioridad


a la existencia de u n a d e t e r m i n a d a forma de dinero. T a m b i é n exis-
ten formas de dinero que se h a n utilizado a pesar y en contra de la
autoridad c o m p e t e n t e del m o m e n t o .

U n caso peculiar de creación de dinero, en el que se muestra que el


dinero puede existir sin la intervención de u n a sanción legal, es el de
la utilización de cigarrillos c o m o m o n e d a , c o m o explica en u n i n t e -
resante artículo R. A . R a d f o r d , que fue inquilino de u n c a m p o de
2

concentración en el que se utilizaban c o m o m e d i o de pago. L a u t i -


lización de cigarrillos c o m o m o n e d a en las cárceles o en los campos
de concentración nos muestra que el dinero es m u c h o más que u n
m e d i o legal de pago.

P o r t a n t o , a u n q u e el dinero es u n medio legal de pago, esta n o es su


única característica, ni la que lo diferencia, define o determina.

3. El dinero como bien o mercancía


E s t a es otra de las definiciones que más e n c o n t r a m o s : el dinero es
cualquier mercancía que sea aceptada como medio de pago en el intercam-
bio de bienes y servicios. L o p r i m e r o que hay que decir de esta defini-
ción, es que el dinero n o es cualquier mercancía, ya que h e m o s visto
que se utilizan en el intercambio bienes o derechos que n o son d i n e -
ro.

E n segundo lugar, esta definición parte de la base de que el dinero


es u n a mercancía. Si lo consideramos u n bien, u n a mercancía en su
sentido más amplio, se p u e d e n explicar algunos aspectos del funcio-
n a m i e n t o del dinero, pero n o se p u e d e explicar que u n apunte infor-
mático en la base de datos de u n a entidad financiera sea dinero, ni
la forma en la que se crea el dinero bancario, ni m u c h o m e n o s la
relación que tiene el dinero con el t i e m p o . C o m o explicaremos más

2 Radford, R A . (1945), pp. 180-201.

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adelante, el dinero no es u n bien ni una mercancía y, por t a n t o , c o n -


siderarlo como tal, no nos lleva a saber qué es el dinero.

4. El dinero como unidad de medida


P o r último, si lo consideramos una unidad de medida, n o p o d e m o s
explicar la potencialidad del dinero en los intercambios o en los
pagos. Ser una unidad de m e d i d a es u n a de las funciones del dinero,
pero no la única.

E l dinero se acepta en el pago de bienes y servicios, y a la h o r a de


cancelar deudas, por lo que tiene algún valor. L a u n i d a d de m e d i d a
explica alguna de las características del dinero, pero n o explica que
éste tenga valor. E l m e t r o o el m i n u t o son unidades de medida, pero
ni son intercambiables ni tienen n i n g ú n valor en el espacio o en el
tiempo. Solo sirven para medir. E l dinero n o solo sirve para m e d i r
valores, también se intercambia y se acepta a cambio de bienes y ser-
vicios.

III. El engaño del dinero

I. El dinero como bien o mercancía


A pesar de tantos esfuerzos, y del amplísimo c o n o c i m i e n t o que t e n e -
mos sobre muchas de sus propiedades, el ser del dinero sigue siendo
una incógnita. T o d a s estas explicaciones acerca de lo qué es el d i n e -
ro, y otras muchas que se podrían aportar, nos están m o s t r a n d o dis-
tintos aspectos del dinero que son acertados, pero que n o consiguen
explicar los demás, ni definirlo de u n a forma definitiva.

N o obstante, no debemos considerar el dinero c o m o u n misterio.


T i e n e que haber algún motivo por el cuál el dinero n o nos está
dejando ver lo que es. T e n e m o s que ser capaces de construir u n a t e o -
ría del dinero que permita explicar todas sus funciones y caracterís-
ticas.

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E l primer engaño del dinero, el motivo por el que se h a generado


mayor confusión, radica en considerarlo c o m o algo material. E n
m u c h a s teorías sobre el dinero se parte, en el fondo, de esta idea.
A u n q u e parece evidente que ya n o , c o m o h a d e m o s t r a d o la escuela
austríaca, la idea de considerar el dinero c o m o algo material sigue
latente en casi todos los diccionarios y libros de economía que se
estudian en las universidades.

¿Es el dinero u n a mercancía? N o es fácil definir qué es u n a m e r c a n -


cía. N o s e n c o n t r a m o s con definiciones c o m o objeto apto para satisfa-
cer necesidades humanas, todo lo que se puede vender o comprar, o c o m o
lo define el Diccionario de la Real A c a d e m i a de la L e n g u a , cosa mue-
ble que se hace objeto de trato a venta. E s t á claro que en n i n g u n o de
estos sentidos el dinero es u n a mercancía: ni satisface directamente
necesidades, ni, a u n q u e se utilice en las compras y las ventas, es lo
que p r o p i a m e n t e se c o m p r a y se vende.

Existe u n a diferencia radical entre el dinero y las demás mercancías,


y es que el dinero h a de p o d e r ser intercambiable p o r cualquiera de
ellas, c o m p o r t á n d o s e así c o m o u n i n s t r u m e n t o universal de t o d o lo
que se encuentra e c o n ó m i c a m e n t e m e d i a d o . Se p u e d e cambiar por
cualquiera de las cosas que hay en el m e r c a d o y n o sirve para otra
cosa que para ser cambiado. Las mercancías sirven para algo, tienen
u n a utilidad, a u n q u e las c a m b i e m o s p o r otras mercancías. E l dinero
n o sirve para otra cosa que n o sea la de intermediar en el i n t e r c a m -
bio.

E l principal motivo por el que el dinero ha sido considerado c o m o


algo material es que las primeras m o n e d a s h a n sido mercancías.
H a s t a hace m u y poco t i e m p o aquello que se utilizaba c o m o m o n e d a
era u n bien o u n a mercancía con valor intrínseco, con valor en sí
m i s m a . E l ejemplo más claro es el del oro, que es lo que d u r a n t e más
t i e m p o se ha usado c o m o m o n e d a : el oro tiene valor c o m o m e r c a n -
cía, c o m o depósito de valor - c o m o se c o m p r u e b a especialmente en
los m o m e n t o s de crisis- y c o m o dinero. T a m b i é n se h a usado c o m o
dinero el arroz, la sal o los cigarrillos en los campos de concentración

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y las cárceles. Q u e el dinero necesite u n soporte material, que nece-


site que se entregue algo a cambio para mediar en las transacciones,
ha dificultado la posibilidad de comprender la verdadera naturaleza
del dinero.

A grandes rasgos la evolución histórica del dinero h a seguido el


siguiente camino. E n primer lugar se utilizaba el llamado dinero-
mercancía -una mercancía que se utiliza como dinero-.
D e t e r m i n a d a s mercancías, por tener unas determinadas característi-
cas, se utilizan como dinero; el oro, la plata, la sal,... M á s adelante
se e m p e z ó a utilizar el dinero-signo o dinero convertible -el dinero
estaba respaldado por oro, joyas o p o r depósitos en u n a entidad-. Se
utilizan c o m o dinero recibos que están respaldados p o r d e t e r m i n a -
dos bienes o mercancías. P o r ú l t i m o se h a utilizado el dinero fidu-
ciario -cuyo único valor está en que nos h e m o s puesto de acuerdo en
aceptarlo c o m o dinero-. E l dinero actual ya n o está respaldado por
depósitos en oro, p o r joyas, por determinadas propiedades o por
depósitos. Su único valor radica en que lo aceptamos c o m o dinero.

E l papel m o n e d a n o convertible, billetes y m o n e d a s actuales, y las


actuales cuentas corrientes de las entidades financieras, que son
dinero fiduciario, existen desde hace algo más de cien años. E n la
actualidad el dinero ya n o tiene otro valor que el de servir como
dinero; su utilidad es su función, no sirve para satisfacer necesidades
en cuanto tal, y por tanto n o es u n a mercancía.

P o r t a n t o , sabemos que n o es algo propio de las mercancías - c o m o


la liquidez de la que hablaba C a r i M e n g u e r - lo que caracteriza al
3

dinero. L o i m p o r t a n t e para los economistas h a sido estudiar la rea-


lidad monetaria que se encuentran en la economía real. Al economis-
ta lo que le importa es la función del dinero en el encadenamiento de la

3 Menger, C. (1892), pp. 239-255.

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vida económica, lo que económicamentefunciona como dinero, lo que en la


circulación se acepta como dinero, eso es para él el dinero. 4

E n m u c h a s de las m o d e r n a s teorías monetaristas se da por supuesto


que el dinero n o es u n a mercancía, o p o r lo m e n o s que no es u n a
mercancía c o m o las demás. A l g u n o s lo consideran c o m o u n a c o n -
vención, c o m o es el caso de T o m á s de A q u i n o o G a l b r a i t h , como
5 6

u n a institución de o r d e n espontáneo, c o m o H a y e k y M i s e s , o como


7

u n m e d i o de pago sancionado por el E s t a d o , c o m o p r o p o n e K n a p p .8

P e r o esto n o h a llevado a explicar t o d o lo que el dinero es, y es capaz


de hacer.

2. Diferencia entre dinero y moneda


E l segundo motivo por el que se hace difícil explicar qué es el d i n e -
ro, es la confusión que existe entre dinero y m o n e d a . D i n e r o y 9

m o n e d a son la cara y la cruz de u n a m i s m a cosa, y solo se p u e d e


e n t e n d e r la naturaleza del dinero si conseguimos c o m p r e n d e r su
diferencia. E l dinero es la m e d i d a universal de comparación del valor
de cambio, y la m o n e d a (el euro, el dólar, la libra...) es aquello que
se intercambia. E l dinero es la m e d i d a de la utilidad y la m o n e d a su
cuantificación.

E s t a diferencia es de índole formal -sin dinero n o hay m o n e d a y sin


m o n e d a n o hay d i n e r o - pero es m u y i m p o r t a n t e saber descubrirla, ya

4 Bendixen, F. [1908 (1926)] , p 14.

5 Tomás de Aquino, In Ethicor., lib. V, lect. 9, n. 989.

6 Galbraith, J.K. [1975 (1983)], p. 13.

7 Hayek, F . H . (1990), p. 167.

8 Knapp, G F . (1905).

9 Al hablar de monedas me refiero al euro, el dólar a la libra, no simplemente a


las monedas de metal. Además, en este trabajo considero moneda tanto a la mone-
da (billete) como a la divisa.

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que u n a y otra dan soporte a distintas funciones del dinero. Son el


cuerpo y el alma del dinero.

E l dinero n o es u n a mercancía, es algo más. E l dinero se h a servido


de mercancías para poder desarrollar su función, pero es previo, se
sirve de ellas sin ser u n a de ellas. Igual que el lenguaje se manifiesta
en distintos idiomas y utiliza el sonido, el papel y la tinta, el h o m b r e
necesita que el dinero tenga una base material, y esa base material es
la m o n e d a . Para poder decidir que vamos a utilizar c o m o dinero una
mercancía, es necesario que el dinero sea previo a la utilización de
dicha mercancía como dinero. L a intención es anterior, por lo que el
dinero existe antes que la m o n e d a . Si previamente n o existiese el
dinero, no decidiríamos utilizar u n a mercancía c o m o dinero. N o es
u n a mercancía porque es u n a abstracción de lo que tienen en c o m ú n
todas las mercancías: es u n a m e d i d a universal del valor cambio.

L a diferencia entre el dinero y la m o n e d a n o es fácil de ver, ya que


la abstracción que supone el dinero c o m o concepto -la utilidad para
el intercambio-, y que da soporte a las funciones del dinero que le
relacionan con el t i e m p o , tiene u n origen que todavía n o h e m o s
determinado, por lo que t e n e m o s que precisar el origen del dinero
para comprender la diferencia y llegar a saber qué es el dinero.

IV. La inteligencia y la voluntad como origen del dinero


S a b e m o s que el d i n e r o n o es algo m a t e r i a l , p e r o ¿qué es?
Mayoritariamente se considera u n a convención entre los h o m b r e s .
Pero, ¿cuándo se llegó a dicha convención? O t r a explicación se basa
en considerarla u n a institución de origen espontáneo. P e r o , ¿pode-
mos atribuir a la espontaneidad el origen de algo tan i m p o r t a n t e
como el dinero? A m b a s explicaciones tienen algo en c o m ú n , algo
que parece obvio, pero que debe ser el origen de cualquier explica-
ción sobre el dinero: el h o m b r e . C o m o observó M i s e s : "la economía
no se interesa directamente p o r bienes y servicios, sino p o r acciones

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h u m a n a s . (...) E l único c o m e t i d o de la ciencia económica es el aná-


lisis de la acción h u m a n a , o sea, el análisis de p r o c e s o s " .
10

T o d o lo que rodea al h o m b r e , lo que tiene su origen en él, sus c o n -


venciones y sus ingenios, aquello que se inventa para relacionarse,
tiene su explicación en el propio h o m b r e . Se ha considerado el d i n e -
ro c o m o u n f e n ó m e n o , c o m o algo que se da de h e c h o , pero t e n e m o s
la obligación de buscar su verdadero origen para p o d e r c o m p r e n d e r -
lo. Se h a n estudiado sus funciones y su mostrarse en las relaciones
económicas, pero n o h e m o s definido su naturaleza. Se h a estudiado
el por qué surge el dinero, pero n o se h a profundizado en el c ó m o .
Si el verdadero origen del dinero está en el ser h u m a n o , t e n d r e m o s
que buscar en él al dinero.

Algo que siempre m e h a sorprendido es encontrar en los libros sobre


economía tan pocas referencias a lo que p o d r í a m o s llamar antropolo-
gía clásica. E s c o m o si Aristóteles y T o m á s de A q u i n o , P l a t ó n y
A g u s t í n de H i p o n a n u n c a hubieran existido. N o se suele hablar de
virtudes ni de vicios. N o se habla del orgullo, la soberbia o la envi-
dia, tan i m p o r t a n t e s para la economía real. N o se habla de h u m i l -
dad, m a g n a n i m i d a d y generosidad. N o se habla de la avaricia o el
egoísmo. E l homo economicus que se utiliza para el estudio de la eco-
n o m í a en ciertos modelos y teorías económicas, se ha convertido en
u n ser frío y arrogante, sin vicios ni virtudes, sin pasiones, sin ilusión
y sin esperanza. N o s e n c o n t r a m o s con que hay tiendas para h o m b r e s
y para mujeres, a la vez que la publicidad se dirige siempre o a u n o
o a otro sexo, pero el homo economicus es unisex. E s m u y difícil leer
algunos trabajos sobre el h o m b r e escritos desde el p u n t o de vista de
la ciencia económica - q u e es u n a ciencia social- y ser capaz de reco-
nocerse en ese h o m b r e del que están h a b l a n d o . Solo el verdadero
h o m b r e , el de carne y hueso, el que es c o m o cualquiera de nosotros,

10 von Mises, L. [1949 (1980)], p. 430.

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n o s permitirá e n t e n d e r qué es el dinero, p o r q u e él es su verdadero


©rigjen.

C o m o H e n decía M i s e s hace unos cuantos años, "la teoría e c o n ó m i -


ca n o trata sobre cosas y objetos materiales; trata sobre los h o m b r e s ,
SMS apieciaeiones y, consecuentemente, las acciones h u m a n a s que de
ellas se derivan. L o s bienes, mercancía y todas las demás nociones de
la c o n d u c t a , n o son elementos de la naturaleza, sino elementos de la
mmente j la conducta h u m a n a " . D e todas formas, y estando de
11

acmetdo c o n M i s e s e n que la economía y p o r tanto el dinero es algo


del hombre» m e queda u n a p r e g u n t a para la que todavía n o tengo
respuesta: ¿cuál es el "bombre" de Mises?

A l enfrentarnos a la naturaleza del dinero desde este nuevo p u n t o de


•ròta» b u s c a n d o las respuestas en el h o m b r e , nos e n c o n t r a m o s con
e p e fa. expEcación de casi t o d o aquello que tiene su origen en el
bombire se encuentra en dos de sus potencias superiores: su inteli-
gencia y su voluntad. L a forma de actuar e c o n ó m i c a m e n t e del h o m -
b r e para satisfacer sus necesidades y apetencias no tiene otro origen
q u e éste. " L a economía implica las dimensiones superiores de la vida
del h o m b r e p o r u n a parte la lógica del raciocinio y del proyecto, y
p o r la otra la posibilidad y el riesgo de elegir" . P o r t a n t o el origen
12

del dinero h a y que buscarlo en la forma que tiene el h o m b r e de


conocer y d e querer, de decidir.

i. La inteligencia
A l preguntarnos por qué surge el dinero, nos e n c o n t r a m o s con que
el h o m b r e tiene necesidades y deseos que atender, tiene propiedades
y tiende al bienestar y a ser feliz. Para satisfacer sus necesidades y
deseos en la búsqueda del bienestar, el h o m b r e utiliza el i n t e r c a m -
bio. E l origen del dinero, el por qué surge, se encuentra en que es u n

11 vori Mises, L. [1949 (1980)], pp. 111 y 112.

12 Miüán-PueUes, A. (1974), p. 1.

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facilitador del intercambio: el dinero surge para facilitar el i n t e r c a m -


bio. A través del intercambio el h o m b r e p u e d e satisfacer mejor sus
necesidades y p u e d e especializarse. E n este p u n t o hay u n acuerdo
casi u n á n i m e .

L a p r e g u n t a siguiente al por qué surge el dinero, está en el c ó m o . Y


es respondiendo a esta p e g u n t a c o m o p o d e m o s explicar de d ó n d e
surge el dinero y cuál es su naturaleza.

P e r o vamos a verlo p o r pasos. H e m o s dicho que el dinero nace para


facilitar el intercambio. Las mercancías que los h o m b r e s quieren
intercambiar difícilmente son lo suficientemente h o m o g é n e a s y
divisibles c o m o para que se p u e d a n cambiar de forma equitativa. E s
m u y difícil cambiar u n cerdo p o r gallinas, y más difícil todavía c a m -
biar u n a gallina por lo que le corresponda de cerdo, m á x i m e si lo
queremos vivo. Si n o se soluciona este c o n t r a t i e m p o , el h o m b r e
tiene m u y pocas posibilidades de desarrollar u n a economía que vaya
más allá de la p u r a y simple subsistencia. E n el mercado del trueque
es complicado llegar a acuerdos para p o d e r realizar intercambios y
además se necesita m u c h o t i e m p o .

Necesitamos algo que nos facilite los intercambios entre los distin-
tos bienes y mercancías. "Cosas tan diferentes n o p u e d e n c o n m e n -
surarse, de u n a m a n e r a objetiva, según sus respectivas propiedades.
Sin e m b a r g o , en función de la necesidad que los h o m b r e s tienen de
esas cosas, cabe que de u n m o d o suficiente se las contenga bajo u n a
sola medida; de ahí la necesidad de algo u n o , m e n s u r a n t e de todas
esas cosas y que n o d e s e m p e ñ a su función en virtud de su propia
naturaleza, sino p o r q u e así lo h a n convenido los h o m b r e s " .
13

P e r o el h o m b r e es u n solucionador de problemas y hay que r e c o n o -


cer que la solución que se inventa el ser h u m a n o es, cuando m e n o s ,
de u n a gran originalidad. E l recurso para facilitar el intercambio de
mercancías n o h o m o g é n e a s es utilizar a u n tercero que haga de

13 Santo Tomás de Aquino, In Ethicor., lib. V, lect. 9, n. 989.

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intermediario, de m e d i o para facilitar el intercambio. L a mejor


forma de poner de acuerdo a dos que no se entienden, por hablar
distintos idiomas, es u n tercero que haga de traductor. E n el caso del
intercambio el dinero es el concepto -el traductor, el idioma común-,
la mediación en la comparación entre mercancías, y la m o n e d a lo
que se utiliza para realizar la mediación, el intermediario. E l dinero
es la comparación de valores, de utilidades; la u n i d a d de m e d i d a
para compararlos. L o que consigue el dinero es que todas las m e r -
cancías, los bienes y servicios, tengan u n lenguaje c o m ú n que facili-
te su comparación para el intercambio. Y ese algo c o m ú n n o es u n a
mercancía, ese algo c o m ú n es el dinero.

Para poder ser ese algo c o m ú n , lo que hace el dinero es prescindir de


todas las características que hacen que los diversos bienes sean dis-
tintos. E l dinero tiene, por t a n t o , su origen en u n a abstracción. Y
¿qué es ese algo c o m ú n que tienen todos los bienes o mercancías? Su
utilidad para satisfacer las necesidades de los h o m b r e s , es decir, la
posibilidad de servirnos para satisfacer necesidades o para alcanzar el
bienestar. P o r tanto es algo que p o n e el h o m b r e en las cosas, algo
subjetivo, n o es algo de las cosas. Y el h o m b r e lo p o n e en las cosas
porque el h o m b r e es u n ser económico, p o r q u e tiene que hacer eco-
nomía para poder satisfacer sus necesidades o apetencias.

E l ser h u m a n o , cada ser h u m a n o , se pasa la vida satisfaciendo sus


necesidades y sus deseos, lo que le obliga a estar c o n t i n u a m e n t e
intercambiando, c o m p a r a n d o opciones y t o m a n d o decisiones. D e
ahí la gran originalidad del dinero y su importancia. Si n o fuese por
el dinero sería m u y difícil y agotador estar siempre c o m p a r a n d o para
t o m a r decisiones de cara a satisfacer nuestras necesidades.

E l dinero, por tanto, tiene su origen - n o su origen histórico, sino su


origen último, en su ser- en la abstracción que p e r m i t e sacar lo que
tienen en c o m ú n las cosas necesarias para el h o m b r e , y eso que tie-
nen en c o m ú n es su utilidad para cubrir necesidades o satisfacer
deseos. L a abstracción es u n a capacidad del h o m b r e que tiene su ori-
gen en la inteligencia y en su forma de conocer.

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Si el dinero es el concepto, el traductor, ¿qué es la m o n e d a ? E l d i n e -


ro da u n paso más al de la abstracción, ya que el dinero necesita la
m o n e d a , necesita que se intercambie algo. L a m o n e d a es el instru-
m e n t o a través del cual el dinero realiza su función de intermediario.
E l dinero por sí solo n o es viable, la m o n e d a es imprescindible. Para
que p u e d a existir la m o n e d a , es necesario asignarle u n valor n u m é r i -
co - m o n e t a r i o - y u n soporte material. E n el m o m e n t o en el que a la
m o n e d a se le da u n valor numérico se h a perdido t o d o valor cualita-
tivo, se ha llevado la abstracción hasta el final.

L a solución a m u c h o s de los enigmas del dinero está en n o confun-


dir el dinero con la m o n e d a . L o que h a evolucionado a lo largo del
t i e m p o , lo que h a cambiado, es la m o n e d a . E n la actualidad la
m o n e d a ya n o tiene necesidad de tener n i n g ú n valor intrínseco, ya
n o se confía en la m o n e d a , sino en el dinero. C o m o dicen algunos
economistas, lo que se acepta c o m o dinero, eso es dinero.

C o m o bien apunta la teoría subjetiva del valor, la utilidad que c o m -


para el dinero es subjetiva, es apreciación, y p o r ello n o se deja
numerar, matematizar. L a utilidad n o es algo c o m ú n a todos los
h o m b r e s , sino particular de cada individuo y c o m o n o se deja n u m e -
rar, t e n e m o s que prescindir de ella para p o d e r crear la m o n e d a . L a
m o n e d a está desprovista de toda carga cualitativa, es p u r o n ú m e r o ,
es p u r a cantidad. E l dinero sigue estando detrás, y por t a n t o la u t i -
lidad está presente en el dinero. D i s p o n e r del valor numérico de la
m o n e d a nos p e r m i t e comparar precios y, a través del dinero, utilida-
des.

Sin e m b a r g o , esa comparación siempre es u n a apreciación subjetiva.


P o r eso el dinero tiene esa característica p o r la que varía t a n t o , p o r -
que la utilidad que subyace en la apreciación sigue estando presente
en el dinero. L a m o n e d a , y p o r tanto el precio, facilitan la c o m p a r a -
ción entre las utilidades de las distintas mercancías, y con ello la
t o m a de decisiones, el intercambio. A l saber que esto vale 2, aquello
3, lo de más allá 2 , 5 , y eso otro 4, p o d e m o s decidir qué c o m p r a r

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basándonos en la utilidad que nos aporta cada u n a de las cosas y el


dinero de que disponemos.

Para poder entender esto con claridad h e m o s tenido que esperar a


que el dinero haya roto todos sus vínculos con las mercancías, con el
oro como patrón o con la convertibilidad. Este proceso le ha llevado
m u c h o t i e m p o , ya que no es fácil depositar la confianza en algo tan
etéreo, tan ideal y tan abstracto c o m o la m o n e d a e n t e n d i d a como
puro n ú m e r o . E n la actualidad es más fácil este reconocimiento, ya
que la m o n e d a es p u r o n ú m e r o , cantidad.

L o que supone la abstracción para solucionar el p r o b l e m a del inter-


cambio puede parecer difícil: prescindir de t o d o valor cualitativo y
reducirlo t o d o a n ú m e r o m e d i a n t e u n a abstracción a partir de la u t i -
lidad. Pero, si se piensa u n poco, es la única forma de superar el gran
problema del intercambio entre cosas tan distintas c o m o las que
necesitamos para satisfacer nuestras necesidades. E l dinero es u n
invento genial que se ha ido desarrollando y perfeccionando a lo
largo de la historia de la h u m a n i d a d .

E l dinero n o es el único invento del h o m b r e que se basa en la abs-


tracción para extraer algo c o m ú n a cosas distintas. H a y otro invento
que nos puede ayudar a entender el dinero; el lenguaje. A m b o s , el
lenguaje y el dinero, sirven para comunicarse, y a m b o s se basan en la
capacidad del h o m b r e de sacar algo c o m ú n a cosas que son distintas.
E n ambos se distingue la parte material de la parte inmaterial. E l
lenguaje se sirve de distintos idiomas, y el dinero de distintas m o n e -
das o divisas -euro, d ó l a r . . . - . E l lenguaje se sirve del sonido, del
papel, de la tinta. E l dinero se sirve de los billetes, de las m o n e d a s ,
de los apuntes contables de los bancos.

D a d o este parecido, para poder explicar el dinero p o d e m o s acudir al


lenguaje. U n a de las claves para explicar el lenguaje y el dinero está
en la "representación". Para aclararlo nos p o d e m o s fijar en las pala-
bras. Las palabras "oso" o "teléfono", n o son el oso o el teléfono, sino
que los representan. E l lenguaje utiliza la representación para facili-

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tar la comunicación y esto m i s m o pasa con el dinero. Si volvemos al


caso del trueque y de la mediación en el intercambio de dos m e r c a n -
cías, vemos que cuando se entrega u n a mercancía a cambio de d i n e -
ro, éste representa a la mercancía, o mejor dicho, estupor ella, la sus-
tituye. P e r o este estar por ella de forma numérica permite que sea
fácilmente comparable con el estar por ella de la otra mercancía que
se quería intercambiar. L a forma de representar, de estar por, del
dinero con respecto a las mercancías, a los bienes y servicios, hace
que éstos, en cuánto económicos, hablen el m i s m o idioma. A través
del dinero p o d e m o s comunicar el "valor de cambio" de aquello que
queremos intercambiar.

E s t a representación tiene u n a característica m u y especial y es que no


es unívoca. E l dinero sirve para representar cualquier cosa e incluso
para hacerlo de forma distinta para la m i s m a cosa. P o n g a m o s u n
ejemplo: u n a barra de p a n está representada en términos monetarios
por 60 céntimos de euro - p o r lo m e n o s h o y y en el supermercado en
el que c o m p r o el p a n j u n t o a la oficina-. P e r o evidentemente, m a ñ a -
na p u e d e n ser 70 céntimos de euro, e incluso, h o y m i s m o , en otro
supermercado, costar 80 céntimos de euro. E s t o es lo que quiero
decir c u a n d o m e refiero a que la relación entre la representación
monetaria y lo representado n o tienen u n a relación unívoca. L a
m i s m a mercancía p u e d e tener distintos precios en función de
muchas variables y, por t a n t o , tener u n valor de cambio distinto.

Este h e c h o es el que dificulta la reducción de la economía a las m a t e -


máticas, y la necesidad de utilizar - a d e m á s de la m a t e m á t i c a - otros
m é t o d o s para acercarnos a la realidad económica del h o m b r e . Las
matemáticas son unívocas -dos más dos son c u a t r o - pero la relación
del dinero con aquello que representa n o lo es. E s t e tipo de repre-
sentación es parecida a la del lenguaje - u n a m i s m a palabra puede
tener distintos significados en función del c o n t e x t o - p o r q u e es varia-
ble, cambiante y compleja. Sin e m b a r g o , nos e n t e n d e m o s perfecta-
m e n t e con ellos. E s o es así p o r q u e esta variabilidad tiene su lógica
en el ser de h o m b r e , ya que la utilidad y la apreciación, que son en

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último t é r m i n o las referencias del dinero, son variables, son c a m -


biantes y tienen u n a relación compleja.

2. La voluntad
Esta forma de ser del dinero -la representación-, la de ser capaz de
sustituir a cualquier mercancía, nos lleva a la otra gran capacidad del
dinero, la que le permite desarrollar toda su potencialidad, que es la
de servir para adquirir cualquier mercancía. E s decir, n o solo tiene la
propiedad de la universalidad sustitutiva, sino que tiene otra p r o p i e -
dad más i m p o r t a n t e , la de la universalidad adquisitiva .
14
E l dinero
sirve para adquirir cualquier bien o pagar cualquier servicio, y éste es
el gran invento que supone el dinero. E l valor del dinero está en su
capacidad adquisitiva.

T o d o lo que estamos diciendo deja u n a d u d a en el aire, u n a cuestión


sin responder. Si la m o n e d a no vale nada, es p u r o n ú m e r o , si no hay
u n a mercancía o una convertibilidad que le dé valor, ¿cómo puede
ser que el dinero tenga valor? ¿ C ó m o p u e d e ser que sirva para a d q u i -
rir cualquier cosa? Está claro que, o todos estamos equivocados, o
algún valor tiene el dinero. Sin valor n o podría ser m e d i o de pago o
depósito de riqueza. ¿ D e d ó n d e le viene el valor? E s t a es la p r e g u n -
ta a la que se ha estado buscando respuesta desde A d a m S m i t h ,
David Ricardo y Carlos M a r x hasta L u d w i g von Mises o H a y e k . L a
respuesta a esta pregunta es la que tiene que darnos u n a solución al
gran enigma del dinero.

Ya se h a dicho que el ser del dinero hay que buscarlo en las p o t e n -


cias superiores del h o m b r e ; en su inteligencia y voluntad. H e m o s
explicado la capacidad del dinero de representar a otras cosas gracias
a la capacidad de abstracción que tiene el h o m b r e . Se p u e d e decir
que hasta ahora h e m o s analizado la parte racional del dinero, c ó m o

14 Millán-Puelles, A. (1974), pp. 74-93.

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el h o m b r e a través de su racionalidad y de su forma de conocer, se


inventa el dinero y lo utiliza para comunicarse. Pero el dinero ade-
más sirve para adquirir cualquier cosa, y esto n o lo explica la repre-
sentación. A d e m á s de servir para relacionar e c o n ó m i c a m e n t e cosas
distintas, el dinero sirve t a m b i é n para adquirirlas, y todavía n o sabe-
mos qué hace que esa representación, ese estar por que es el dinero
sea aceptado por la venta de u n bien o por la prestación de u n servi-
cio. T o d a v í a n o h e m o s r e s p o n d i d o a la gran p r e g u n t a que todos los
grandes economistas se h a n h e c h o sobre el dinero: ¿de d ó n d e le
viene su valor? E n lo que h e m o s visto hasta ahora está implicada la
inteligencia, pero falta el paso definitivo, el que da valor al dinero y
al obrar del h o m b r e , lo que hace que nuestras acciones tengan valor;
la adhesión ubre de la voluntad.
E l valor del dinero n o se encuentra en las cosas sino, c o m o venimos
viendo, en el h o m b r e , en su forma de conocer y de relacionarse.
Mises señala que "el valor n o es algo intrínseco, n o está en las cosas.
Somos nosotros quienes lo llevamos dentro; d e p e n d e , en cada caso
de c ó m o reaccione el sujeto ante específicas circunstancias exter-
n a s " . ¿ Q u é hace, p o r t a n t o , que a d m i t a m o s u n a
15
determinada
m o n e d a c o m o p a g o p o r u n bien o u n servicio? L a respuesta es más
sencilla de lo que nos p o d í a m o s esperar, ya que lo que verdadera-
m e n t e hace que la a d m i t a m o s , lo que p e r m i t e que el dinero tenga
valor, n o está en las cosas, ni en el trabajo que ha costado producir-
las. L o que le da valor n o es otra cosa que su aceptación; que se acep-
te de forma generalizada. P o r t a n t o , el valor del dinero tiene su único
f u n d a m e n t o en la aceptación. Y esta aceptación del dinero por parte
de los h o m b r e s en sus relaciones económicas, es principalmente u n
acto de la voluntad. N o es algo de su forma de conocer, o algo que
esté en las cosas valoradas o intercambiadas, sino que es algo que
afecta a la forma de querer del h o m b r e ; se basa en u n acto libre de la
voluntad.

15 von Mises, L. [1949 (1980)], pp. 115-116.

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¿Y cuál es el motivo p o r el que se acepta una m o n e d a en pago de algo


que para nosotros tiene valor? La confianza en que esa m o n e d a que
h e m o s recibido nos será a su vez aceptada cuando queramos inter-
cambiarla por algún otro bien o servicio. L a confianza, según el
Diccionario de la Real A c a d e m i a de la L e n g u a Española, es "la espe-
ranza firme que se tiene de alguien o de algo". ¿Y p o r qué confiamos
-tenemos esperanza firme- en algo tan ideal c o m o el dinero? T e n e m o s
esa confianza p o r q u e en el dinero r e c o n o c e m o s u n derecho.
T e n e m o s confianza p o r q u e t e n e m o s esperanza en que, a su vez, nos
será aceptado cuando queramos pagar con él, al igual que h e m o s
h e c h o nosotros al aceptarlo.

¿ Q u é quiero decir cuándo m e refiero al dinero c o m o u n derecho?


A c u d i e n d o de nuevo a u n a fuente tan conocida c o m o el Diccionario
de la Real Academia, derecho es algo que es "justo, legítimo, funda-
do, cierto, razonable, consecuencia natural del estado de u n a p e r s o -
na o d e sus relaciones con los demás, acción que se tiene sobre u n a
persona o sobre u n a cosa". P o r tanto el dinero es u n derecho p o r q u e
es legítimo, justo, cierto, fundado y razonable que lo aceptemos y
nos sea aceptado. E l dinero es u n derecho p o r q u e su aceptación es
una consecuencia natural de nuestras relaciones con los d e m á s . E l
dinero es u n derecho p o r q u e su aceptación es la "acción" que le
corresponde al dinero c o m o tal. E l dinero es u n derecho p o r q u e su
aceptación se apoya en el derecho natural, en los principios que
determinan lo que es justo y lo que es injusto, p o r q u e todos d a m o s
por supuesto que es injusto que n o nos lo acepten cuando nosotros
lo h e m o s aceptado, o que n o lo aceptemos c u a n d o otros lo h a n acep-
tado. E l dinero es u n a especie de derecho consuetudinario, u n dere-
cho n o escrito que se basa en la costumbre.

E l reconocimiento de u n derecho y la confianza en ese derecho son


los que permiten que el dinero tenga valor, que sea aceptado. P o r
tanto, todo el h o m b r e , su inteligencia y su voluntad, están presentes
en el ser del dinero, en su naturaleza, y es en el h o m b r e d o n d e están
las reglas de su funcionamiento.

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P o r t a n t o , ¿el dinero es u n m e d i o de pago sancionado por el Estado?


E n cierta m e d i d a sí, ya que actualmente la m o n e d a está sancionada
p o r el E s t a d o . ¿Es u n a institución de origen espontáneo? E n cierta
m e d i d a sí, de la m i s m a forma que p o d r í a m o s decir que el lenguaje es
una institución de origen espontáneo. ¿Es u n a convención? E n cier-
ta m e d i d a sí, de la m i s m a forma que p o d e m o s decir que el lenguaje
es u n a convención. L a convención que da soporte a la naturaleza y
al ser del dinero, la que le da valor y p e r m i t e que se desarrollen todas
sus funciones, la e n c o n t r a m o s en que el dinero es u n derecho.

P e r o en el fondo, el origen del dinero está en que es algo connatural


al h o m b r e ; es fruto de su forma de conocer, de su forma de querer,
de su forma de confiar y de su forma de relacionarse con los demás.
P o d r e m o s estudiar qué tipo de convención, o si se quiere, de insti-
tución es ese derecho, pero solo considerando el dinero c o m o tal
p o d r e m o s explicar todas las funciones y características del dinero.

V. Las funciones del dinero


H a y cuatro funciones que se atribuyen al dinero: sabemos que sirve
c o m o m e d i d a de valor, c o m o m e d i o de intercambio, c o m o m e d i o de
pago y c o m o depósito de valor. P e r o estas cuatro funciones que desa-
rrolla n o se p u e d e n explicar si el dinero es solamente u n a mercancía,
ni si n o es otra cosa que u n m e d i o legal de pago, ni si lo considera-
mos s i m p l e m e n t e c o m o u n activo o c o m o u n a u n i d a d de medida.
Solamente considerándolo c o m o u n derecho que surge de la forma
de conocer, de aceptar y de relacionarse del h o m b r e p o d e m o s expli-
car que el dinero p u e d a realizar estas cuatro funciones.

E n sus orígenes históricos el dinero n o podía realizar e n t e r a m e n t e


todas estas funciones, ya que no se daban las circunstancias necesa-
rias para que el dinero se pudiese desarrollar. E l dinero necesita de
u n a sociedad desarrollada, de u n a estructura legal en la que se reco-
nozcan los deberes y las obligaciones, y de u n sistema económico en
el que prime la confianza.

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Veamos las funciones del dinero teniendo en cuenta t o d o lo que


h e m o s visto sobre él. Para analizarlas hay que tener en cuenta que n o
se dan de forma separada, que son cuatro caras de lo m i s m o , pero
desde distintos p u n t o s de vista. Si prescindimos o n e g a m o s alguna
de ellas, como ya h a ocurrido a lo largo de la historia, el dinero ya no
funciona, queda desfigurado y mutilado.

I. Medida de cuenta o de valor


L a capacidad que tiene el h o m b r e de abstraer lo que tiene en c o m ú n
todo aquello que es útil para él, le p e r m i t e crear algo, el dinero, que
le facilita la comparación, que permite que hablen el m i s m o idioma.

E l dinero se utiliza para medir el valor de los bienes y servicios. E s t o


es, los precios se expresan en términos monetarios. E l resultado de
semejante cuantificación es el dinero c o m o m e d i d a de valor. D i c e
Vittorio JVIathieu que, "para que sea lícito hablar de 'actividad eco-
nómica' es necesario que alguien valore si acepta o n o , p o r conve-
niencia, u n a determinada propuesta, y puesto que la comparación se
lleva a cabo entre realidades cualitativamente distintas, la convenien-
cia que hay que valorar debe ser cuantificada. E l resultado de s e m e -
j a n t e cuantificación es el dinero c o m o m e d i d a de valor" . C o m o
16

m e d i d a de valor, el dinero funciona para permitir la comparación.


C o n el dinero lo que hacemos es comparar cosas distintas, realiza-
mos u n a comparación entre bienes y servicios distintos. E l dinero es
una m e d i d a universal de comparación que tiene su origen en la capa-
cidad de abstracción del h o m b r e .

C o m o planteaba F . Bendixen, "no se c o m p a r a el valor de lo c o m p r a -


do con el valor de la m o n e d a , sino que el valor del dinero es una
representación que se forma tanto el individuo c o m o la c o m u n i d a d
y que procede de u n a experiencia. P e r o esta experiencia n o se basa
en el valor del oro, sino en la comparación de precios. A l calcular el

16 Mathieu, V. (1990), p. 5 1 .

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valor de u n a cosa lo que se hace es u n a comparación entre pre-


c i o s " . A u n q u e n o son precios lo que realmente se compara, sino el
17

valor de cambio.

L o que hace el dinero es facilitar u n a capacidad del ser h u m a n o , la


de comparar, la de relacionar cosas distintas. E n cualquier i n t e r c a m -
bio, a u n q u e n o exista m o n e d a , se realiza u n a comparación de conve-
niencia o utilidad entre lo que se da y lo que se recibe. P e r o en el
trueque n o hay dinero p o r q u e , aunque hay comparación, n o existe
u n a u n i d a d universal de comparación.

2. Medio de circulación o de intercambio


E s t a función significa que sirve de intermediario en el proceso de
circulación de las mercancías. Para p o d e r intermediar es necesario
que sea u n a u n i d a d de medida, que se cuantifique el intercambio,
pero c o m o m e d i o de intercambio el dinero ya necesita de la m o n e -
da, necesita que se entregue algo. L a u n i d a d universal de c o m p a r a -
ción se vuelve numérica con la m o n e d a , y p e r m i t e la introducción de
la matemática.

Para M a t h i e u , el dinero c o m o m e d i o de intercambio "surge lógica-


m e n t e de la observación de que resulta m u y difícil obtener la canti-
dad deseada de u n a mercancía con u n a cantidad de valor de otra
mercancía que esté d i s p o n i b l e " . C o m o m e d i o de intercambio el
18

dinero nos muestra su universalidad sustitutiva, su capacidad de sus-


tituir lo intercambiado. E s t a intermediación implica u n a inmediatez
en la transacción. C o m o m e d i o de intercambio el dinero es u n inter-
mediario, y n o se p u e d e e n t e n d e r esta función sin la siguiente, la de
m e d i o de pago.

17 Bendixen, F. [1908 (1926)], p. 7.

18 Mathieu, V. (1990), p. 54.

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Carlos M a r x solo reconoce estas dos primeras funciones del dinero -


medida de valor y m e d i o de intercambio-, sin darse cuenta de que las
más importantes y que le dan su verdadero y más profundo sentido
son las dos siguientes, porque son las que relacionan al dinero con el
tiempo.

3. Medio de pago
La función de m e d i o de pago es la que de verdad define al dinero,
diferenciándolo de otros bienes y activos. E s t a m b i é n la que da
soporte al resto de funciones del dinero, y la que muestra que el
dinero tiene valor.

Sin ser m e d i o de pago no podría desempeñar a d e c u a d a m e n t e las


demás funciones. C o m o m e d i o de pago nos muestra su universali-
dad adquisitiva. P e r o ¿qué es ser m e d i o de pago? E l m e d i o de pago
es aquello que empleamos para cancelar deudas. L a d e u d a implica
una brecha temporal entre el m o m e n t o en el que surge la obligación,
el intercambio, y el m o m e n t o en que se cancela. L a diferencia entre
el dinero como m e d i o de intercambio y de pago está en la dilación
temporal.

Solo considerándolo como u n derecho p o d e m o s explicar que el


dinero sirva para cancelar deudas. E l dinero es m e d i o de pago p o r -
que en el intercambio, en las relaciones económicas, se generan unos
derechos y unas obligaciones. E l dinero p e r m i t e la cancelación de
esa obligación, de esa deuda y por eso es m e d i o de pago. P e r o el pago
cancela la relación entre c o m p r a d o r y v e n d e d o r y abre al dinero su
carrera temporal. A l intermediar entre las mercancías se produce u n a
brecha temporal entre el m o m e n t o en que se recibe el dinero y el
m o m e n t o en que se vuelve a utilizar. Q u i e n ha recibido el dinero
para cancelar la deuda, acepta que ese dinero le servirá para cancelar
futuras deudas a él. E l dinero h a recogido u n a riqueza -la de u n bien
o servicio que se h a entregado a cambio de ese d i n e r o - y tiene la
capacidad de trasladarla en el t i e m p o .

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E n el dinero se h a reconocido u n a potencialidad que se transmite,


pero el p o d e r de cancelar deudas nos revela que es algo más que u n a
posibilidad de realizar u n intercambio. C o n el dinero n o se t r a n s m i -
te solamente u n a potencialidad, capacidad o posibilidad, pues solo se
puede cancelar u n a d e u d a si el dinero tiene u n a cierta exigibilidad, si
quien lo tiene posee u n a cierta fuerza para exigir que le sea a d m i t i -
do, si el dinero es u n derecho. E s u n a gran paradoja. E n principio
con el dinero se paga, se cancela u n a deuda, pero lo que se recibe a
cambio es u n derecho. U n o se convierte en acreedor. N o se h a can-
celado nada, se h a transmitido u n derecho que sirve para cancelar
futuras deudas, para pagar.

C o m o m e d i o de circulación el dinero solo funciona en acto, al ser


gastado, al circular, al ejercitar el derecho que nos p e r m i t e i n t e r c a m -
biarlo por bienes o servicios. P e r o al ser m e d i o de pago, al abrir al
dinero su carrera temporal, p e r m i t e que ese derecho se p u e d a ejercer
en el futuro y que sea depósito de valor. E s t o es posible por la c o n -
fianza que t e n e m o s en la realización de ese derecho. C o m o distin-
gue M a t h i e u , al entregar dinero realizamos, y al recibirlo idealizamos.
E l dinero es algo ideal pero al transmitirlo nos p e r m i t e obtener algo
real.

4. Depósito de riqueza o de valor de cambio


U n depósito de riqueza es t o d o aquello cuya posesión p e r m i t e dife-
rir el gasto de la renta recibida. C o m o depósito de riqueza, el d i n e -
ro hace posible transferir el p o d e r adquisitivo desde el presente al
futuro. L a capacidad que tiene el dinero de ser m e d i o de pago per-
mite que la riqueza atraviese el t i e m p o , p u d i é n d o s e p o s p o n e r su uso,
y p o r t a n t o a c u m u l a n d o la potencialidad de servir de m e d i o de pago.
D e esta forma sirve para acumular riqueza.

E l dinero p e r m i t e acumular derechos y trasmitirlos con posteriori-


dad. Parece que lo único que el dinero nos p u e d e conferir es u n c o n -
j u n t o de posibilidades, ya que el dinero es pura potencialidad, y t a m -
bién es evidente que el dinero cumple su función al ser gastado, al

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usarse. Sin embargo, su posesión permite que desarrolle otra de sus


funciones, la de ser depósito de riqueza. A l serlo recoge el pasado y
lo transporta al futuro. P o r tanto n o solo cumple su función al ser
gastado, sino que permite diferir ese gasto al futuro.

V. Dinero y tiempo
D e las cuatro funciones del dinero que h e m o s visto, las dos últimas
son las más importantes - m e d i o de pago y depósito de riqueza- p o r -
que abren a la economía la brecha t e m p o r a l necesaria para a c o m p a -
ñar al h o m b r e . E l h o m b r e es u n ser t e m p o r a l y es en el t i e m p o d o n d e
debe desarrollarse. Pero además el h o m b r e es u n ser que supera el
tiempo, que es capaz de trascenderlo. E l dinero h a t o m a d o esa capa-
cidad que tiene el h o m b r e de poder traspasar el t i e m p o .

A d e m á s , en el dinero está depositada u n a parte m u y i m p o r t a n t e del


h o m b r e , de cada h o m b r e . E n ese dinero que t e n e m o s en la cartera o
en la cuenta corriente del banco está el fruto de nuestro trabajo, con
su esfuerzo y sus preocupaciones, o la herencia que h e m o s recibido
de nuestros padres, o el resultado de u n a inversión ventajosa; en el
dinero está parte de nuestro pasado.

Pero n o solo el pasado. E n ese dinero que t e n e m o s en la cartera o en


la cuenta corriente del banco está nuestra futura c o m i d a y la de n u e s -
tra familia, o la universidad de nuestros hijos, o la casa que queremos
comprar, o el coche deseado, o la seguridad de nuestra vejez; en el
dinero t e n e m o s depositado parte de nuestro futuro. R e c o r d a n d o el
título del libro de R a m i r o de M a e z t u , a u n q u e n o en el sentido que
él planteaba, p o d e m o s hablar de que hay que tener u n sentido reve-
rencial del dinero, ya que en el dinero hay m u c h a vida del h o m b r e y
de cada h o m b r e , y eso merece u n profundo respeto. P o r este m o t i -
vo, los que trabajamos con el dinero o los que tienen alguna r e s p o n -
sabilidad sobre él, t e n e m o s la obligación de ser m u y rigurosos, t e n e -
mos que saber que estamos trabajando con algo que es m u y i m p o r -
tante para las personas y para cada persona.

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Algo tan i m p o r t a n t e y tan vinculado al dinero c o m o el interés nos


remite t a m b i é n a la vinculación que tiene el dinero con el t i e m p o .
E n las entidades financieras, en las transacciones monetarias en las
que n o interviene el t i e m p o lo que se cobra es u n a comisión. Si inter-
viene el t i e m p o se cobra u n interés. T o d o el sistema m o n e t a r i o tiene
c o m o variable fundamental el t i e m p o . Y n o solo en cuánto al precio
- n o es el m i s m o el tipo de interés a u n día que a u n a ñ o - sino t a m -
bién en c u a n t o al riesgo. E l riesgo está m u y vinculado con el t i e m -
po.

E l futuro es f u n d a m e n t a l en el desarrollo económico. Mises destaca


que "la acción a p u n t a siempre al futuro; por su esencia, forzosamen-
te, h a de consistir en planear y actuar con miras a u n futuro m e j o r " . 19

T a n t o la empresa c o m o la e c o n o m í a familiar se sustentan en proyec-


tos. E l ser h u m a n o , para satisfacer sus necesidades, tiene que hacer
proyectos, depositar su confianza en el futuro, tener esperanza. T o d a
esta carga metafísica la h a trasladado al dinero. E l dinero a c o m p a ñ a
al h o m b r e en sus proyectos y los facilita. L a capacidad del h o m b r e
de hacer proyectos se vería m u y limitada sin el dinero.

E s t a capacidad que tiene el dinero de acumulación y de acumulación


en el t i e m p o , p e r m i t e al h o m b r e u n desarrollo exponencial de sus
proyectos, ya que p e r m i t e que exista la inversión. N o se p u e d e n rea-
lizar proyectos sin inversión. L a inversión es el gasto que hay que
realizar en el presente para p o n e r en m a r c h a u n proyecto que o b t e n -
drá sus frutos en el futuro. Si el dinero n o pudiera acumularse n o
podría h a b e r inversión y sin inversión los proyectos estarían m u y
limitados.

L a inversión es fundamental, y n o solo p o r q u e es preciso invertir


para iniciar proyectos, sino p o r q u e t a m b i é n hay que invertir para
mantenerlos. E l t i e m p o significa gasto y el gasto exige m a n t e n i -
m i e n t o e inversión. E s t o se aprecia m u y bien en las economías

19 von Mises, L. [1949 (1980)], p. 120

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comunistas en las que se observa que las cosas n o tienen m a n t e n i -


m i e n t o , n o están cuidadas. E l m a n t e n i m i e n t o exige inversión y la
inversión necesita que el dinero se p u e d a acumular. N e g a r la relación
del dinero con el t i e m p o es una amputación que t e r m i n a con el desa-
rrollo económico.

Este es u n o de los temas que n o supo ver M a r x . C o m o ya se h a


dicho, para él solo las dos primeras funciones del dinero tienen sen-
tido: la función de medida de valor y la función de m e d i o de circu-
lación. Considera la función del dinero c o m o depósito de valor u n a
perversión del dinero generada por el capitalismo. Señala M a r x que
si el dinero se retira de la circulación para acumularse, se está pervir-
tiendo su origen, que es el de facilitar el intercambio. T a m p o c o
admite la función del dinero c o m o m e d i o de pago, su utilización
para pagar una deuda. E l pago implica u n a d e u d a y u n a deuda u n a
desigualdad, ya que el deudor está en desventaja con el acreedor.
Para M a r x pagar u n a deuda n o es intermediar entre las mercancías.
E s t o m i s m o ocurre con todas las teorías antropológicas que clausu-
ran al h o m b r e en el t i e m p o y niegan su capacidad de trascendencia.
El dinero no se puede entender sin asumir el c o m p o n e n t e trascen-
dental del ser h u m a n o porque es fruto de esta capacidad.

VI. Algunas reflexiones sobre el dinero como derecho


Las incógnitas que rodean al dinero, los misterios que parece que lo
envuelven, y las funciones que desarrolla, q u e d a n aclaradas al consi-
derarlo como u n derecho. E l derecho es algo del h o m b r e y de los
h o m b r e s - d e la sociedad-, y es lo que se reconoce en el dinero y lo
que permite su aceptación.

I. El dinero como activo


Q u e el dinero se haya considerado c o m o u n activo se entiende mejor
considerando el dinero c o m o u n derecho. U n derecho n o puede
existir si no obliga a alguien. Los derechos y las obligaciones están
í n t i m a m e n t e relacionados. Si n o hay obligaciones, n o hay derechos.

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Pero es cierto que existen las obligaciones y que estas obligan siem-
pre a alguien. D e esta forma, el dinero es u n activo en la m e d i d a en
que siempre ha de pertenecer a alguien. E l dinero sin propietario no
existe.

L a estructura de u n balance n o es otra cosa que u n continuo juego


de derechos y obligaciones, de lo que se tiene y de lo que se debe, del
activo y del pasivo. E s t o m i s m o se puede aplicar al individuo, a la
economía familiar. N o hay n i n g ú n misterio en que el dinero se
encuentre t a n t o en el activo c o m o en el pasivo de u n balance, ya que
el dinero solo existe en relación a otros - R o b i n s o n C r u s o e n o nece-
sita d i n e r o - y lo que es para m í u n activo es para otros u n pasivo.

E l dinero es u n activo p o r q u e es u n derecho. Si n o fuese u n derecho


solo podría ser u n activo si fuese u n bien -recordemos que u n activo
es u n bien o derecho sobre el que se tiene p r o p i e d a d - , y ya h e m o s
visto que n o lo es.

2. La creación de dinero
L a creación del dinero t a m b i é n se explica p o r q u e el dinero es u n
derecho. E n la actualidad hay dos formas principales de crear d i n e -
ro: la emisión de billetes por parte del E s t a d o y la creación de d i n e -
ro en la operativa bancaria - q u e es en d o n d e se genera mayor canti-
dad de d i n e r o - . E n el p r i m e r caso es el E s t a d o el que sanciona el
dinero, el que otorga la garantía a ese derecho. M i e n t r a s la emisión
de m o n e d a esté respaldada p o r el crecimiento de la e c o n o m í a y por
las necesidades del sistema, esas emisiones serán aceptadas por la
sociedad y el dinero m a n t e n d r á su valor. E l p r o b l e m a surge cuando
se utiliza la emisión de m o n e d a para pagar d e u d a o para financiar al
E s t a d o . E n ese caso el valor del dinero se p o n e en peligro.

E n el segundo caso, quien deposita el dinero en u n a entidad finan-


ciera m a n t i e n e u n derecho sobre él. Y el que recibe u n p r é s t a m o
tiene u n a obligación, la de devolverlo. L o que permite la creación de
dinero es el juego entre estos derechos y obligaciones que se e n t r e -
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cruzan en el mercado financiero. E l dinero que presta el banco se h a


dado con garantías -se debe dar con garantías-, por lo que es u n
dinero respaldado, que representa u n a realidad. E l banco, c o m o
intermediario, asiste a la generación de esos nuevos derechos, a la
creación de dinero. Pero lo que realmente se está g e n e r a n d o son
derechos a partir de unas obligaciones.

P o r este motivo las entidades financieras n o son m á q u i n a s de g e n e -


rar dinero sin n i n g ú n respaldo, ya que hay unas obligaciones que sir-
ven de garantía. L a creación de dinero p o r parte de las entidades
financieras es posible p o r q u e el dinero es u n derecho. Si el dinero es
u n a mercancía, u n activo o u n a u n i d a d de medida, la creación de
dinero es algo cercano a la magia.

La confianza en el sistema financiero es fundamental para la crea-


ción del dinero bancario, y su seriedad y solvencia son capitales para
el funcionamiento del sistema económico. Si los bancos diesen p r é s -
tamos sin garantías, si su solvencia y seriedad estuviese en entredi-
cho, el valor del dinero, o el dinero m i s m o estarían en peligro.
Repasando la historia, nos e n c o n t r a m o s con que la creación injusti-
ficada de dinero, la falta de solvencia del sistema financiero, o los
préstamos sin garantías, h a n sido la causa de n o pocas crisis e c o n ó -
micas. E l dinero tiene que estar respaldado, pero su respaldo n o está
en el valor de las cosas, sino en los derechos en los que se apoya.

L o que ha ocurrido con las hipotecas subprime, que t a n t o h a n d a d o


que hablar durante los dos últimos años, y cuyas consecuencias son
tan difíciles de calibrar, se debe a que se h a n d a d o préstamos sin
garantías y se h a n vendido a través de b o n o s titulizados a inversores
de otros países. Y sobre esos títulos se h a n c o m p r a d o y vendido deri-
vados. E l i m p o r t e realmente incobrable de dichos préstamos,
teniendo en cuenta el t a m a ñ o del mercado hipotecario, es p r o p o r -
cionalmente p e q u e ñ o , por lo que su impacto real de forma directa
sobre la economía debería ser bajo. P e r o el verdadero p r o b l e m a está
en los derivados y en la crisis de confianza, y esta última sí que puede
generar grandes problemas al sistema económico.

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E l mercado del dinero se basa en la confianza, pero n o en u n a c o n -


fianza ciega. Para confiar hay que tener motivos. L o s motivos en el
sector financiero se llaman garantías. L a creación de dinero que
supone el crédito necesita estar respaldada, ser solvente, tener g a r a n -
tías. Las crisis de confianza siempre se p r o d u c e n por algún tipo de
engaño; p o r falta de transparencia; p o r descubrir que las cosas no
eran c o m o parecían o p o r desconocimiento de las garantías y, por
tanto, de las verdaderas primas de riesgo.

E n t e n d e r la cuestión del crédito y de las garantías es más i m p o r t a n -


te de lo que parece, ya que u n a b u e n a c o m p r e n s i ó n del crédito nos
puede permitir solucionar m u c h o s problemas. H e r n a n d o de Soto
realizó u n extenso trabajo en países del T e r c e r M u n d o , y concluyó
que el p r o b l e m a de la pobreza n o reside solo en la falta de recursos,
posesiones o riquezas, sino en la incapacidad de acceder al crédito.
E s t a incapacidad se debe a que las posesiones n o les p u e d e n servir de
garantía ya p o r q u e n o tienen títulos de propiedad, p o r q u e las e m p r e -
sas n o están registradas o p o r q u e son artesanales. Las posesiones de
m u c h a s personas en los países del T e r c e r M u n d o n o p u e d e n ni c o m -
prarse ni venderse, excepto en círculos m u y limitados. E n suma, no
p u e d e n utilizarse c o m o garantía de préstamos, ni hipotecarse para
futuras inversiones. N o existe u n sistema legal que p e r m i t a la g e n e -
ración de derechos que f u n d a m e n t a n el dinero. N o sirven para el
crédito ni por t a n t o para la creación de dinero con garantías, y sin
dinero es m u y difícil realizar proyectos. L a e c o n o m í a necesita del
dinero para p o d e r hacer proyectos y los proyectos son los principales
generadores de riqueza.

Si en estos países se pudiese acceder al crédito, si se pudiese c o n s -


truir u n sistema financiero sólido, se podrían realizar proyectos y se
podría crear dinero. E l p r o b l e m a que subyace en el fondo es u n a
deficiencia seria de lo que son los sistemas legales, de las condicio-
nes necesarias para que el dinero p u e d a desarrollar su función. C o m o
dice de Soto, "los pobres de esas naciones -la arrolladora mayoría-
tienen cosas, pero les falta el m o d o de representar su propiedad y

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crear capital" . Sin capital n o hay proyectos, y sin proyectos n o hay


20

desarrollo económico.

L a cuestión radica en las posibilidades que tienen de crear dinero, y


es a través del dinero como p u e d e n mejorar su futuro, de hacer y rea-
lizar proyectos. Dice Alejo José G . Sisón que "no basta con tener
riquezas; también hay que poder capitalizarlas. L a capitalización es
la conversión de riqueza en propiedad, en u n conjunto de derechos
socialmente reconocidos y legalmente p r o t e g i d o s " . U n a de las dife-
21

rencias entre los países del Tercer M u n d o y el llamado M u n d o


Occidental es que en occidente se p u e d e n convertir las riquezas en
propiedades, éstas en dinero y con el dinero realizar proyectos que
generen nueva riqueza.

3. Los mercados financieros


Esta concepción de lo que es el dinero parece que choca con la rea-
lidad de los mercados financieros: las curvas de tipos de interés tanto
a corto como a largo, las cotizaciones de las distintas m o n e d a s y sus
interrelaciones, los distintos mercados en los que se negocian acti-
vos, los mercados de derivados -swaps, opciones, futuros,
warrants...-, los productos de cobertura de riesgos, de tipos de c a m -
bio o de divisas... Parece que t o d o esto n o se p u e d e explicar al c o n -
siderar el dinero como algo tan inmaterial c o m o u n derecho. P e r o
una vez más, la realidad nos muestra lo contrario. T o d o lo que rodea
a estos productos y mercados n o es otra cosa que u n c o n t i n u o juego
de derechos y obligaciones.

P o n g a m o s c o m o ejemplo u n tipo de operativa que está m u y de m o d a


a causa de la i m p o r t a n t e subida de los tipos de interés que h e m o s
tenido en los últimos años: las coberturas de tipos de interés. U n a de
las formas que hay de cubrirse de la evolución de los tipos de interés

20 de Soto, H . (2000), p. 6.

21 Sisón, A.J. (2006), p. 217.

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es convertir los préstamos a tipo variable -la gran mayoría en los


hogares españoles- en préstamos a tipo fijo. E s t o se hace a través de
u n p r o d u c t o derivado que se llama I R S (Interest Rate Swap). Si u n o
analiza este p r o d u c t o , lo que encuentra es que el cliente se c o m p r o -
m e t e a pagar u n tipo fijo -tiene la obligación de pagar más interés
que el que tendría si los tipos se m a n t i e n e n o bajan, y tiene el dere-
cho de que n o se le cobre más si los tipos suben- y la entidad finan-
ciera se c o m p r o m e t e a n o modificarle ese tipo de interés durante el
plazo contratado en el I R S -tiene el derecho a cobrarle más de lo que
le cobraría con el interés variable si los tipos se m a n t i e n e n o bajan y
la obligación de cobrarle m e n o s si suben-. E l tipo de interés a apli-
car a esa operación d e p e n d e principalmente de la curva de tipos de
interés a ese plazo, y la curva de tipos de interés n o es otra cosa que
la cotización de las expectativas de tipos de interés a futuro. E n u n
I R S los derechos y las obligaciones de cada parte estructuran el p r o -
ducto.

U n caso distinto es el del C A P , que lo que hace es p o n e r u n tipo de


interés m á x i m o . E n este caso solo hay u n derecho para el cliente, el
de n o pagar u n tipo de interés superior al pactado, pero no hay n i n -
g u n a obligación que compense este derecho. P o r t a n t o la obligación
se realiza con el pago de u n a p r i m a o comisión por la contratación
del seguro.

P o r t a n t o , t o d o este juego, en el que i n d u d a b l e m e n t e las m a t e m á t i -


cas realizan u n papel estelar, n o es otra cosa que u n juego de dere-
chos y obligaciones a los que se p o n e precio en función de las expec-
tativas. E s t o que se p u e d e aplicar a los productos derivados, t a m b i é n
explica los distintos mercados financieros, las cotizaciones de las dis-
tintas m o n e d a s , e t c . .

VII. Conclusión
Se p u e d e ver que el f u n d a m e n t o de t o d o lo que rodea al dinero es el
h o m b r e : su forma de conocer, de querer y de relacionarse. E n cierta
m e d i d a el dinero nos está diciendo c ó m o es el h o m b r e , p o r q u e desde

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determinadas concepciones del h o m b r e n o p o d e m o s expücar t o d o lo


que es capaz de hacer. Si el dinero es u n derecho, hay m u c h a s cosas
que tendremos que pensar y replantearnos sobre el h o m b r e y sus
relaciones económicas.

D e s d e una visión materialista del ser h u m a n o , si consideramos que


el h o m b r e está enclaustrado en el t i e m p o sin ser capaz de superarlo,
si le negamos la capacidad de trascenderse o de cambiar las circuns-
tancias que le rodean, o le negamos la capacidad de transformarse a
si m i s m o a través de sus actos, no p o d e m o s expücar la naturaleza del
dinero.

T a m p o c o p o d e m o s explicar el dinero si limitamos la libertad del


h o m b r e o la consideramos como u n valor absoluto, o si n e g a m o s el
juego que existe entre derechos y obligaciones entre las personas que
forman la sociedad. Solo u n a forma de relacionarse las personas d e n -
tro de la sociedad podrá explicar ese derecho que sustenta el valor del
dinero.

A d e m á s existen u n a serie de conceptos clave para la estabilidad


monetaria y la creación del dinero. P o r u n lado, la confianza, que es
básica para la actividad económica y el funcionamiento de los m e r -
cados monetarios y financieros. P o r otro, las garantías, que son fun-
damentales para la creación del dinero, y p o r tanto para los proyec-
tos y para la generación de riqueza. P o r ú l t i m o , la transparencia que
permita que la información fluya y las decisiones se p u e d a n t o m a r
con conocimiento de lo que se hace.

P o r tanto, sabiendo que el dinero es u n derecho y que solo p o d e m o s


explicar el dinero desde u n a d e t e r m i n a d a visión del h o m b r e , surgen
u n gran n ú m e r o de preguntas a las que t e n d r e m o s que dar respues-
ta. L a primera y la más i m p o r t a n t e de ellas es cuál es la naturaleza
de ese derecho, y a partir de ahí, profundizar en la naturaleza del
dinero y en las implicaciones que puede tener en la teoría m o n e t a -
ria.

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¿ Q U É ES EN VERDAD EL DINERO? U N A TEORIA SOBRE LA NATURALEZA DEL DINERO

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