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La Importancia del Autocuidado y la Autoestima

A veces nos olvidamos de enseñarles a los niños a cuidarse y a ser nutritivos


consigo mismos. Tratarse bien es un componente esencial de una buena salud
mental y ello implica no solo decirse cosas positivas, sino realizar acciones
concretas para un buen desarrollo, como hacer ejercicio físico, intentar mejorar en
áreas de su interés, buscar el contacto con personas nutritivas y alimentarse bien.
Darse espacio para estar con las personas queridas y para disfrutar, también es
significativo para el autocuidado.

Es importante realizar con el niño o niña actividades percibidas como gratificantes


y enseñarle tantas otras manifestaciones que denotan preocupación por sí mismo.
Los niños han “introyectado” muchas veces la idea, que preocuparse de sí mismo
es malo y es ser egoísta. Oaklander (2006) sostiene que estos mensajes erróneos
que ella llama “introyectos” acompañan a los niños durante toda la vida y son un
componente esencial que afecta la salud mental.

Muchas veces a la falta de autocuidado, se suma una actitud de autocrítica que


los lleva a rechazar partes de sí mismo. Oaklander (2006) sostiene que “la
aceptación de todas las partes de uno mismo, aun las más odiosas, son un
componente vital de un desarrollo sano y no deteriorado”. Los mensajes erróneos
se quedan incrustados en las creencias de que el niño se forma de sí mismo. El
rechazo de algunas partes lleva a la fragmentación, a aborrecer partes de sí
mismo y a decirse mensajes negativos como “soy malo” o “soy tonto”.

Un niño con una buena autoestima reconoce y acepta sus limitaciones, sin
sobrefocalizarse en ellas, lo que solo es posible gracias a que se ha sentido bien
tratado. Integrar todas las partes de sí mismo le permitirá adquirir la capacidad de
darse un buen trato, a cuidarse y a intentar realizar cosas y enfrentar nuevos
desafíos porque tiene confianza en sus habilidades.
Un niño que aprende a cuidar de sí mismo sabe pedir ayuda cuando la necesita,
dado que es capaz de evaluar que la situación supera los recursos con los que
cuenta y se verá enfrentado a menos consecuencias frustrantes y dolorosas. Una
buena red de apoyo es para niños y adultos fundamental para un desarrollo sano,
siendo una de sus características el entregar apoyo y recursos necesarios en
momentos que son vividos como difíciles o de crisis.

Reconocer que se necesita ayuda, es reflejo que se aceptan todas las partes del
sí mismo, inclusive las propias limitaciones, sin sentir por eso que disminuya la
valía personal. Es preciso estar atentos, por un lado a los niños que son muy
autocríticos y muy autoexigentes, a quienes les cuesta pedir ayuda cuando la
necesitan, así como también con los niños que son muy temerosos e inseguros
que constantemente están requiriendo de la ayuda de adultos para que les
solucionen sus dificultades.

Otra arista importante en el autocuidado, es que los niños sean capaces de evitar
situaciones riesgosas y no exponerse a eventos en los que serán maltratados.
Una autoestima negativa puede reflejarse tanto en una actitud inhibida como en un
comportamiento de llamar la atención constantemente, y en ambos casos los
niños deben aprender a valorarse y con ello a cuidar de sí mismo.
Uno de los aprendizajes fundamentales que deben hacer todos los niños, y
particularmente los que tienen problemas de autoestima, es ser capaces de decir
“no” cuando la situación pueda ser dañina para su integridad física o psicológica.
En la medida en que el niño se siente poco valioso, va a tender a buscar
desesperadamente el sentirse querido y aceptado por los demás, lo que lo puede
llevar a someterse o ceder a demandas de adultos o compañeros, con el fin de no
sentirse rechazado.

En la adolescencia la aceptación del grupo de pares resulta central y en muchos


casos sienten la presión de sus compañeros, para efectuar conductas que no
habrían realizado por sí mismos si es que sus amigos no se lo hubieran
pedido. Un joven con una autoestima más negativa es un blanco más fácil,
que aquel que se siente seguro de sí mismo y es capaz de plantearles
asertivamente a sus compañeros que a pesar de su relación de amistad, no
comparte un determinado comportamiento.

Aprender a decir que “no” debe aprenderse en estadios tempranos del desarrollo,
sino difícilmente el niño podrá llevarlo a cabo en su adolescencia. Los padres
deben respetar ya desde pequeños, incluso en la etapa oposicionista que
presentan los niños entre los 2 y 4 años, algunas de sus negativas. Es necesario
que el niño aprenda a registrar sus malestares y poder expresar su
disconformidad, aun cuando no sea posible cumplir sus requerimientos. Los
padres tienen que validar las emociones de sus hijos y en la medida de lo posible,
permitirles tomar ciertas decisiones y respetar algunas de sus negativas.

Enseñar con el ejemplo

Por último, una forma importante para que los niños aprendan autocuidado es el
modelo que les dan sus padres. En muchas ocasiones, los padres postergan sus
necesidades y su cuidado personal por diferentes razones. De esta manera, le
están dando al niño un mensaje que el cuidado personal no es tan importante. La
postergación de las propias necesidades y ponerse en el último lugar de la lista, es
considerado un signo de una autoestima disminuida.
Dominga, una mujer adulta que era la mayor de cuatro hermanos, recuerda cómo
generalmente el cuidado de alguno de sus hermanos recaía en ella desde que era
pequeña. Hasta hoy, suele hacerse cargo y cuidar de los demás, actitud de
cuidado que no presenta hacia si misma. La gran cantidad de tiempo que invierte
en los otros, le deja poco espacio y tiempo para cuidar de sí misma. Su hija mayor
comenzó a tener esta misma actitud, lo que se reflejaba por ejemplo en que en
varias ocasiones fue elegida como mejor compañera. La madre sabía que detrás
de este valioso premio, existía una enorme postergación personal de sus
necesidades, como compartir su colación aun cuando ella se quedara sin comer.
Como estrategia para abordar este problema, se acordó con la madre que ella
tuviera una conducta de mayor autocuidado hacia sí misma y se lo comentara a la
niña, y que además compartieran instancias de cuidado personal, tal como ir a la
peluquería juntas.
Cuide que su hijo o hija vea las medidas que usted hace para cuidarse, ir a
los controles médicos, hacer gimnasia, dejarse espacio para el cuidado personal,
destinar algunos recursos para la diversión y cuidar la alimentación. Estas
conductas son poderosos mensajes para los niños de que el autocuidado es algo
importante, sobre todo si usted expresa emociones positivas al respecto como ” ¡lo
pasé increíble!”. El masoquismo paterno y materno es un modelo negativo para
que el niño aprenda a autocuidarse.

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