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Juan Jesús Oviedo

El Alma perdida de Gesell

Ensayo de los años sesenta y parte de los


setenta en la Villa

1
Dedicatoria

A mi Psukhé: Cygui

2
Agradecimientos:

Son muchos los agradecimientos que debo realizar, en primer orden a la gentileza
que tuvieron mis entrevistados como parte integrante de este libro y son Helga Bayer,
Marcela Gonzales, Marta Vogler, Hector Tilger, Ricardo Mattiaccio, Ana Simich, Gonzalo
García, Isabel y Raul Spiner, Rodolfo Escoté, Carlos Cotté, Ricardo del campo, Rodolfo
Rivas, Carlos Barocela, Rubén Lescano y Melina Gatto.
Al Sr. Director de Cultura Lic.Carlos Rodríguez que me brindó las puestas del
establecimiento del Museo Histórico y de la Casa Histórica, como también el
reconocimiento a la diligencia y competencia del personal de los citados establecimientos:
Claudia Palavicino, Mónica García, Alejandra Jarak y Mabel Andrada ante mis
permanentes consultas
Mi reconocimiento a la Sra luisa Braggio para concederme un material clave como
también agradecer al Señor Alfonso Olivares por la distinción de permitirme diarios de la
época lo cual me proporcionaron un interesante material fotográfico. De la misma forma al
Señor Ricardo del Campo por una serie de fotografías valiosas.

3
Prólogo

 Por el Lic. Carlos Manuel Rodríguez

En marzo de 2002 el profesor Juan Oviedo me invitó a leer y prologar su ensayo El


alma perdida de Gesell, hecho que agradezco sinceramente. A medida que iba avanzando
en la lectura, comprendí que este trabajo llegaba en un momento muy especial.
Desde hace algunos años, las décadas de los sesenta y los setenta están siendo objeto de un
redescubrimiento, de una nueva valoración crítica, especialmente en la historia de esta
ciudad. Este ensayo llega en un momento especial, digo, porque viene a ocupar un vacío en
la historia cotidiana que fue muchas veces señalado. Se habla, se dice y se comenta que
estas décadas fueron en verdad años de muchos cambios cruciales en la historia de Villa
Gesell, pero no existía hasta ahora ninguna obra escrita que intentara mostrar cuán
importante fueron estos años y cuáles en realidad los cambios operados. Es meritoria la
labor de búsqueda y análisis del autor, que desde su campo de acción, la filosofía, rastrea el
origen, desarrollo y ocaso de una época que para muchos fue la época dorada de Villa
Gesell, y para otros, años signados por una libertad perniciosa.

Desde la fundación de la ciudad, una fundación mítica podríamos decir -ya que don Carlos
Gesell instituye por voluntad propia el 14 de diciembre de 1931 como fecha de nacimiento
de la villa, día en que comenzó la construcción de su primera vivienda familiar-, el perfil de
Villa Gesell fue transformándose por décadas. (Precisamente a fines de la década de los
sesenta, se celebra por primera vez en un acto oficial el día de la fundación, el 22 de
diciembre de 1969, en el marco de la “Fiesta del aire en el mar”.) Durante los primeros
cuarenta años, los cambios en todo sentido fueron especialmente significativos.
Es muy interesante analizar cómo, a lo largo de apenas siete décadas de historia, este
pequeño enclave en medio de las dunas marítimas se fue “acomodando” a la diversidad de
gustos, de idiosincrasias, de maneras de entender lo que significaba vivir en un lugar así.
Los cambios comenzaron a darse desde el emprendimiento mismo de don Carlos en este
lugar, y desde entonces siempre bajo su mirada alerta y conductora. A partir de su firme
voluntad de convertir esta “utopía arenosa” en una ciudad, don Carlos planificó su
desarrollo con la habilidad y concentración de un ajedrecista que conoce, sólo él, el alcance
de su jugada. Muchos visitantes de la hoy increíble Villa, Gesell lamentan no haber
entendido la visión de futuro de don Carlos cuando él intentaba venderles un sueño y solo
veían un montículo de arena.
Poco a poco, este principio de paraíso verde que nacía de la mano de Carlos Gesell tomó
vida propia y se fue haciendo a sí mismo, a imagen de quienes lo adoptaban y apostaban al
futuro. Nacía así una primera imagen de este lugar, una imagen sencilla, ingenua, hasta
podría decirse rústica, con los primeros pobladores de origen europeo, especialmente de
habla alemana; con una singular arquitectura diseñada por los hermanos Lömpel. Un típico
aire de aldea del centro o norte de Europa, muy evidente en la concepción del Barrio Norte.
Hasta bien entrados los años cincuenta, este lugar representaba un enclave de extranjeros en
la costa bonaerense y se hacía cada vez más evidente la diferencia con el cercano Pinamar.
El diario La Nación enfatizaba esta diferencia. Llamaba a Pinamar “el balneario más
criollo de la costa atlántica” y a Villa Gesell “el balneario más extranjero”. Pinamar era el
elegido por los “ricos” y los “estancieros”, y desde el principio dejó claro su perfil. Villa
Gesell en cambio, fue el solar de extranjeros, algunos ricos, y hasta nobles muchos de ellos.
Un ejemplo de esto fue el mítico Pipach, el hotel que construyó la princesa María Windisch
Graetz de Karoly, de la nobleza húngara. En un artículo publicado también por el diario La
nación, la princesa María, esposa del conde Esteban Karoly, cuenta que “solo recibo a

4
pasajeros recomendados ( ... ) a veces viene a visitarme la baronesa Margareth von Haynal
hija de un amigo, el conde Jos Badiny, profesor de la Universidad Católica Argentina, que
se ha consagrado al estudio de los súmeros... ". La nota continúa y así también la nómina
de algunos de los visitantes asiduos al hotel, tales como el ingeniero alemán Ohlmeyer Karl
Heinz y Néstor Gutiérrez, un profesor chileno que menciona a varios compatriotas suyos
instalados en la Villa. Y son muchas las notas periodísticas que atesora el Museo Histórico
de Villa Gesell donde se habla de la gran cantidad de turistas y residentes extranjeros
presentes en estas playas durante los años cincuenta.
De esta manera toda aquella década fue signando a la Villa con el matiz extranjero de sus
habitantes.
Pero llegó el año 1960 y con él una serie de cambios profundos que fueron dándose a nivel
mundial; en oleadas llegaron a nuestro país, y de la mano de los turistas arribaron a estas
playas.
A los sesenta se los llamó “la década de las contradicciones”. En 1969, el general De
Gaulle pronunció estas palabras en su saludo de Año Nuevo: “El origen de la inquietud es
el sentimiento triste e irritante que sufre el hombre moderno, de estar capturado y arrastrado
por un engranaje económico y social, sobre el que no tiene ningún control y que lo
convierte en instrumento”.1
De este modo, el estadista francés cerraba una década de profunda intranquilidad mundial y
de contradicciones como no se recuerda otra. Fue la década en la que se silenció con armas
de fuego a quienes representaban la esperanza y el freno a los atropellos de los poderosos.
Los asesinatos de los Kennedy y de Martin Luther King ejemplifican los crímenes políticos.
Por otra parte, en 1963 el mundo queda azorado con la noticia del robo del siglo, "una de
las acciones más audaces y mejor organizadas de todos los tiempos", perpetrada el 8 de
agosto de aquel año al tren correo de Glasgow-Londres, donde los delincuentes se
apoderaron de seis millones de dólares.
Éste fue también el decenio del progreso científico. “Nunca antes se logró tanto en tan
poco tiempo, parece ser la síntesis del veloz y profundo conocimiento que el hombre ha
adquirido...”2
A fines de 1967, el mundo recibe con interés y cierto escepticismo las noticias que
provienen de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, donde la figura de un médico joven, al que
llamaban el “médico playboy”, acaparaba la prensa internacional. El 2 de diciembre 1967
el doctor Christian Barnard lograba con éxito el primer transplante de corazón en un ser
humano. Comenzaba así la era de los transplantes, y con ella uno de los mayores desafios
de la ética médica: la definición de muerte.
También los sesenta serán testigos de uno de los más grandes debates que se haya
entablado sobre la moral, desde diferentes ámbitos. El problema venía planteándose desde
décadas anteriores, y ante la inevitable verdad de que “el mundo no será capaz de alimentar
a una población cada vez más creciente”, como preconizaba la teoría neomalthusiana, en
plenos años sesenta estalla el “boom” del control de la natalidad. La protagonista de este
boom fue conocida simplemente como “la píldora”. Las noticias que hablaban sobre el
tenia se referían al descubrimiento científico de los norteamericanos Pincus y Rock,
“quienes, trabajando en la búsqueda de un medio para facilitar la ovulación en las mujeres
poco fecundas, inventaron la progestina sintética, sustancia químicamente similar a una
hormona sexual femenina: la progesterona”.3 Se iniciaba con esto la era de la píldora
anticonceptiva y la interrupción voluntaria de la ovulación en forma indefinida. En
realidad, fue una revolución cultural sin precedentes, que determinó cambios insospechados
en un tema tabú como el sexo.

1
Naudon Carlos. La década de las contradicciones. Revista. Los años 60. Hechos Mundiales. Chile. 1989
2
op-cit.
3
op-cit.

5
“Atacada por la Iglesia católica, resistida por los países con mayor crecimiento
demográfico, condenada por los marxistas, en menos de cinco años está disputando el
primer lugar de ventas con los analgésicos, y sigue avanzando.” Más o menos en estos
términos se definía en muchos medios de prensa la espectacular trayectoria de “la píldora”.
Ciertamente, este descubrimiento puso en evidencia una serie de planteos sociales, éticos,
religiosos, económicos y terapéuticos que, si bien eran comunes desde antaño, ahora se
desenmascaraban y asumían el nuevo rol que el hombre moderno estaba dispuesto a
defender.
La Iglesia católica se manifestó contraria a la píldora y a los otros tipos de control artificial
de la natalidad. El Papa Paulo VI, el hombre elegido para conducir a la feligresía durante
esta era moderna, rechazó la opinión de expertos, teólogos y médicos nombrados por él
para estudiar la posición de la Iglesia frente al tema y condenó en la encíclica Humanae
Vitae la “anticoncepción artificial porque evita la consumación natural del acto conyugal,
haciendo imposible la unión y procreación que son sus fines inseparables y pertenecientes a
los inmutables designios de Dios”.4 Durante esta década, la Iglesia católica comenzó un
lento y permanente desgrane que a lo largo de las décadas siguientes la llevó a una
encrucijada crítica.
Otra píldora iba a convertirse en esta década en el centro de increíbles debates. Se la
conoció como KH-3 o también como la “píldora de la juventud”. Llegó de la mano de una
mujer, una médica rumana, la doctora Ana Aslam. Con su descubrimiento del Gerovital
H3, “el recurso más usado para lograr la perenne juventud en todo el mundo”, la doctora
Aslam fue una de las protagonistas de una década en que las mujeres comenzaban a escribir
un nuevo capítulo sobre su papel en la historia de la -hasta ahora- sociedad machista.
Estos años estaban destinados a cambiar el mundo e imponer un nuevo modo de pensar,
una nueva estética; a lograr avances insospechados en el campo científico y tecnológico
que engrandecieron la figura del ser hwnano y al mismo tiempo lo mostraron en su total
irracionalidad.
Mencionar algunos hechos históricos que ocurrieron en los años sesenta basta para entender
esta increíble dualidad: la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética;
lograr el más grande desafío del hombre, llegar a la Luna, y con ello demostrar una vez más
la “supremacía absoluta” del hombre; el despertar del Tercer Mundo, mostrando su
presencia y su dolor; la Revolución cubana; la guerra de Vietnam y la respuesta
antibelicista del movimiento hippie; La guerra de los seis días; otra guerra, entre El
Salvador y Honduras; el infamante muro de Berlín. Tan solo nombres: Biafra, apartheid,
Ku Klux Klan. El recrudecimiento de la “guerra fría” y el éxito de las novelas de
espionaje. Cuatro letras que desatan el mayor misterio desde el "origen": OVNI... Con una
sonrisa de bondad y la firme decisión de adecuar la Iglesia católica a una sociedad
drásticamente variada, Juan XXIII inaugura el Concilio Ecuménico II.
Todos estos hechos originaron un cambio absoluto en la manera de vivir y de interpretar el
mundo, y esto dio lugar al nacimiento de una nueva sociedad, más libre, desprejuiciada,
signada por el deseo de justicia, igualdad y tolerancia. Pero, en realidad, el mundo no
estaba preparado para un cambio tan radical, de ahí que toda la década siguiente fue
escenario de los hechos más cruentos y trágicos de la historia de aquellos veinte años.
Los sesenta en la Argentina también fueron años decisivos. Los vaivenes políticos
acompañaron cambios profundos en la sociedad y la cultura. La Argentina ya no era la de
entonces. Entre los gobiernos de Frondizi y Onganía toda una nueva mentalidad surge al
compás de los cambios que se suceden vertiginosamente. Una nueva estética se impone en
la moda, en el cine, en la literatura, en el arte. Los viejos cánones tradicionales se
tambalean. Lo más importante ahora es dar paso al lenguaje nuevo y revolucionario de los
jóvenes.

4
op-cit.

6
A partir del golpe militar de 1955, toda la política, especialmente la cultural, tuvo como
proyecto internacionalizar a nuestro país, volver a colocarlo en la órbita de los países del
primer mundo, aceptar las nuevas tendencias que se imponían en materia de arte, música,
teatro, cine, literatura, moda, etc. Este proyecto de internacionalización estaba dirigido
especialmente a que nuestro país se actualizara, dejara atrás los viejos preceptos culturales
que habían dominado la escena por varias décadas y permitiera a los artistas jóvenes
expresarse con los lenguajes modernos. De esta manera, la Argentina podría insertarse una
vez más en el consenso de la cultura mundial. Este cambio que se inicia en 1955 recién va
a plasmarse exitosamente durante la década de los sesenta y la primera parte de los setenta.
“Los años que nos ocupan son los sesenta, y ningún adjetivo parece suficiente para dar
cuenta de los rasgos que caracterizaron un período que se ha colocado en la historia de
posguerra con tal iridiscencia. En lo que concierne a la cultura de los sesenta, todos los
análisis (...) enfatizan el entusiasmo y las contradicciones del período. La necesidad de
borrar las fronteras entre el arte y la vida, de fusionar el arte y la política, el
antiintelectualismo, el antiinstitucionalismo, el rediseño y la ampliación del concepto
tradicional de “obra de arte” (happenings, collages, assemblages), la búsqueda de un nuevo
público, son rasgos recurrentes en la cultura de esta década”.5
George Simmel opina que “cuanto más nerviosa es una época, tanto más velozmente
cambian sus modas, ya que uno de sus sostenes esenciales, la sed de excitantes siempre
nuevos, marcha mano a mano con la depresión de las energías nerviosas”.6 Y la década de
los sesenta fue muy nerviosa y excitante, de ahí lo increíblemente variada que fue la moda
durante esos años.
Con la muerte de Marilyn Monroe, en 1962, desaparece un canon de belleza nunca más
superado, y una nueva figura de mujer se impone de la mano de la minifalda, plataformas
de corcho, moños, vinchas con strass. “la nueva mujer, que siente el mandato de ser joven y
vestirse para el movimiento continuo con una moda funcional, recibe el impacto del look
blanco (... ) que creaba una manera de vestirse para la era espacial”.7 La figura masculina
también se metamorfosea al compás de la moda joven impuesta por los Beatles y la
explosión hippie, con todos sus símbolos de flores, jeans gastados, sandalias, collares
artesanales y una gama de colores distintivos como el naranja y el violeta, llamados colores
“psicodélicos”. Poco a poco, la moda tiende a romper las diferencias sexuales evidenciadas
por la ropa, y a partir de los setenta la moda unisex se impone.
El arte plástico tiene en los sesenta un explosivo desarrollo como nunca antes en nuestro
país. Después de muchos años del predominio de artistas plásticos argentinos consagrados,
los jóvenes talentos dispuestos a experimentar lenguajes nuevos tienen cabida y son
acogidos como la vanguardia que va a representamos en el exterior. Tres figuras singulares
ligadas al arte van a dominar la crítica y la conducción plástica durante toda esta década y
parte de la siguiente: Jorge Romero Brest, Guido Di Tella y Rafael Squirru.
Durante el primer período peronista, Romero Brest prepara el terreno para que el arte
moderno tenga presencia en nuestro país y deje de ser calificado como “arte degenerado”,
de acuerdo con la crítica oficial. Desde la revista Ver y Estimar, en primer término, y desde
la dirección del Museo de Bellas Artes después de 1955, Romero Brest impulsa en forma
incondicional esta forma de expresión plástica. Pero es a partir de 1963 cuando va a ejercer
su mayor influencia en el desarrollo de la nueva estética, desde la dirección del Centro de
Artes Visuales del Instituto Di Tella,
“El vanguardismo del Di Tella, que le dio rápido prestigio internacional, traza el terreno en
que Romero Brest hizo el aprendizaje de una nueva sensibilidad estética. La radicalización
de las tendencias de avanzada, la ampliación de los márgenes establecidos, la introducción

5
Giunta Andrea. Vanguardia, Internacionalismo y Política. Ed. Crítica. Bs.As. 2001
6
op-cit.
7
op-cit

7
de otras formas de gusto, al tiempo que levantaba voces adversas, le permitió observar
sobre la marcha, y desde una privilegiada primera fila, las transformaciones que durante su
gestión sacudieron al arte visual, hasta borrar sus contornos, su autonomía. El punto
culminante del reinado del Di Tella es ese monstruoso momento en que el arte se sale de su
cauce, abandona el cuadro o la escultura y atraviesa el espacio de lo real, moldeándolo”.8
Increíbles producciones artísticas se sucedían, como “La menesunda” y los “Happenings”,
escandalizando a gran parte del público que visitaba, atónito, las salas. Fueron años de
experimentación en todas las artes, en que se rompía con la solemnidad de las tradicionales
muestras. Marta Minujín, Dalila Puzzovio, Carlos Squirru, Edgardo Giménez, Delia
Cancela, Federico Peralta Ramos, Alberto Greco figuraron entre los creadores más
destacados y a la vez combatidos por la crítica.
Este Instituto, instalado en la calle Florida, estaba cercano a la Galería del Este, otro lugar
destacado en el desarrollo de las artes y las artesanías de la década. Ambos conformaron lo
que se dio en llamar la Manzana Loca, que de alguna manera fue reeditado en la Galería
Combo de Villa Gesell, durante los sesenta.
La década de los sesenta en Villa Gesell marca un quiebre evidente en su historia. La villa
deja su perfil de “balneario extranjero”, como lo era, para convertirse en el “paraíso de la
juventud”. En su mayoría, los jóvenes que en esos años eligieron Villa Gesell para veranear
provenían de la clase media, muchos de ellos eran alumnos de carreras humanísticas, en
particular abogacía y psicología, y leían a los existencialistas puestos de moda en esos años.
Ellos comienzan a descubrir las bondades de este balneario: la informalidad, la libertad que
brindaba el caminar por calles de arena, pasear por la playa de noche y amanecer frente a
una fogata entonando canciones con una guitarra, el desprejuiciado amor libre, el delirio y
las fantasías sin límite que surgían de una filosofía producto del amor, del rechazo a lo
establecido y lo convencional. Estandartes que muchas veces provocaron el rechazo y el
repudio de gran parte de la sociedad geselina. Estos jóvenes llegaban a la villa y
descargaban toda la presión que a lo largo del año venían acumulando en el trabajo, en los
estudios y en la vida dentro de una sociedad estructurado con fuertes códigos sociales que
los oprimían. En la playa encantaban la libertad y daban rienda suelta al resentimiento
frente a las fuerzas del orden y de la iglesia.
“ Estos jóvenes, la mayoría universitarios pertenecientes a familias acomodadas, muchos de
ellos de ideas francamente comunistas estaban imbuidos de un profundo aburrimiento. Acá
nos sentimos liberados de toda presión, sin inhibiciones, dirán; a veces nos cuesta
despojarnos de los prejuicios, pero el alcohol nos ayuda”.9
Fue bastante frecuente presenciar en la playa algunas extrañas experiencias, fruto de las
conductas “inadaptadas y neuróticas” de estos jóvenes -como las definían los pobladores de
la villa- entre las que figuraban la “marcha de los flagelantes”. “A modo de burla es común
que los iracundos, ebrios, arranquen un árbol de mediano grosor y desnudos desfilen por la
playa de Villa Gesell, uno llevando el tronco a modo de cruz y los otros castigándose con
las ramas como si fueran látigos, así descargan todo su resentimiento contra la iglesia”.10
Otra costumbre adoptada por estos jóvenes fue simular en la playa casamientos entre
parejas y ridiculizar el rito de la ceremonia por iglesia, tan caro a los sentimientos de la
sociedad burguesa a la que pertenecían.
“Se dijo que no era una generación de rebeldes, porque la rebeldía empuja ciegamente
hacia delante y esta gente es demasiado cómoda para hacerlo, son una generación
deteriorada, carcomida y castigada”. 11

8
Ríos Ruben, en nota preliminar del Arte visual en el Di Tella. De Jorge romero Brest Ed. Emecé. Bs.As.
1992
9
Revista. Ahora. Bs.As. 29 Enero. 1963
10
Primera Plana, 20 de noviembre de 1962
11
op-cit.

8
No fue casual, entonces, la elección de este balneario para la filmación de la película “Los
inconstantes”, dirigida por Rodolfo Khun. Era el escenario perfecto. Sobre el espíritu del
guión de la película, la crítica especializada comentó que “el marco del film es una
fotografía en negativo de nuestra época vaciada de anécdotas y de significados, dentro del
cual sólo queda la avidez por vivir a cualquier precio, de vivir aunque sea esperando el
momento propicio para suicidarse”. 12
En una de las escenas principales, al comienzo de la película, ante la pregunta de “¿qué es
Gesell ?” uno de los personajes contesta: “Gesell es como una gran colonia de
sadomasoquistas. Hay dos chances, integrarse o mirarlos de afuera. Si te integras, te
volvés loco; si lo mirás de afuera, te aburrís”.
Si bien es cierto que esta película tuvo una importante aceptación de la crítica nacional e
internacional y obtuvo el premio al mejor argumento en el IV Festival de Cine de Mar del
Plata, fue duramente rechazada por un importante sector de la sociedad, que repudiaba la
visión de Khun sobre Villa Gesell, como lo muestran varias cartas de lectores que Primera
Plana reprodujo en su momento, una de las cuales calificaba a Khun de “daltónico moral”.
Sabemos que don Carlos Gesell siempre estuvo al tanto de la reacción negativa que produjo
la película, ya que gran parte de la documentación periodística que hemos citado sobre el
tema (y que hoy forma parte del Archivo Documental del Museo Histórico de Villa Gesell)
proviene del archivo personal de don Carlos.
“La generación de los sesenta conmovió los cimientos de la pantalla argentina.( ... ) Nuevos
modos de enunciación y una fuerte apelación al individualismo le dieron a la anécdota
filmada por la generación del sesenta el aire juvenil de la desesperanza, la insatisfacción, el
aburrimiento, la denuncia social directa y la pincelada irónica sobre los hechos
contemporáneos, tal como lo hacía, sobre todo, el cine europeo”. 13
Apoyándose en entrevistas a figuras símbolo de los sesenta, Juan Ovíedo deja en claro en
su obra que esta década tan contradictoria y rica en situaciones, creadora de hitos y
personajes, fue gastándose para Villa Gesell en los cambios del entramado social hacia
finales de los cincuenta, con la llegada a estas playas de muchos jóvenes que venían en
busca de ese “paraíso” prometido para ellos. Ese lugar que había sido modelado desde las
nuevas teorías, desde hechos históricos que conmovieron al mundo, desde el nacimiento de
una nueva era en la que resultaba posible expresarse con libertad, manifestar el amor a la
naturaleza y a la paz, encontrar una nueva manera de vivir. Sin duda, los años sesenta
plasmaron un “alma” para Villa Gesell, un alma que acaso... no esté perdida.

Villa Gesell, junio de 2002

 El Licenciado Carlos Rodríguez actualmente ejerce el cargo de Director de Cultura


de la ciudad de Villa Gesell.

12
op-cit
13
España Claudio y Monetti Ricardo en Nueva Historia Argentina. Tomo II. Ed. Sudamericana. Bs.As. 1998

9
INTRODUCCIÓN

A la hora de buscar una palabra que pueda identificar en forma total y profunda a
cualquier aspecto que pueda denotar sobre la condición humana quizá sea el concepto más
representativo la del alma, siendo este concepto, esta palabra, la más apropiada para tal fin.
Por alma siempre queremos significar algo que está más allá de lo material algo que no es
tangible ni tampoco mensurable, algo de carácter inespacial ya que no está fijada a terreno
alguno a no ser en aquellos espacios como el Hades de la Antigüa Grecia o el infierno
cristiano si hemos de situarla en algún espacio en particular pero ello pertenece al ámbito
de las concepciones religiosas o mitológicas antes que laicas o modernas, más sujetas a la
expresión de un dogma o a una primitiva visión tribal anticipada que a la veracidad de un
suelo concreto verificado.
Pero más allá de la ausencia de espacialidad de esta entidad que llamamos alma lo
cierto es que ella, es una creencia de carácter universal. Para iniciar un rastreo acerca de tal
creencia lo mejor es recurrir a la antropología, ésta nos ha mostrado que la concepción del
hombre primitivo acerca de cierto elemento sobrenatural nace ya en los entierros o los
rituales funerarios, como en la magia del arte rupestre hace aproximadamente 40.000 años
atrás1, aunque es forzoso aclarar que ese elemento sobrenatural no tenga la elaboración tal
cual se pueda precisar, por ejemplo, en la cristiandad de hoy día con la trilogía elaborada
de espíritu-alma-cuerpo. Lo interesante es que una representación de algo que pueda resistir
a eso llamado muerte que permanecerá después y que tal representación sea una expresión
del hombre de Crog-Magñon nos muestra la original inquietud que supo acarrear ya, ese
planteo primigenio y su respuesta también primigenia en términos de alma.
La pregunta acerca del por qué de ese concebir tal peculiar identidad como una
entidad invisible y portadora de vida bien puede obedecer a varias causas. Ya sea por miedo
a la muerte, por desconocer lo que es la muerte, el mero miedo a la nada, al más allá o
como expresión de una genuina experiencia religiosa, espiritual o mágica, etc. esos por qué
serán abordados y allí convertidos en objetos de estudio por la antropología, la psicología,
las religiones o la mitología, ellas serán las disciplinas encargadas de abordar ese por qué y
arrojarnos una luz sobre esta forma de concebir, de allí las pertinentes antropologías que
nacerán a modo de facetas del ser humano en la cual el concepto del alma tendrá una
posición definitoria.
La ritualidad, lo sensitivo, lo divino y lo primordial son los conceptos al cual se
remiten las disciplinas mencionadas acerca de la función y de la cualidad del alma pero lo
cierto que la cualidad que subyace, lo que designamos con el vocablo alma es la noción de
trascendencia.
Ya señalada la importancia del concepto es necesario justificar su aplicación a un
determinado lugar, y qué mejor adjetivación que nos pueda proporcionar una idea de lo que
fue una época sin par en el siglo XX que la de alma y cuyo emerger sólo se dio en relación
a ciertas características sobre todo naturales como el frondoso verdor de su vegetación, las
curiosas formas dunícolas, la vastedad del mar junto al horizonte inexplorado, todo eso a su
vez acompañado por el imaginario rondante de la época: el de la libertad, el amor, el valor
de la espontaneidad, y no exageramos si afirmamos que todo ello se centró y emergió en
ese lugar en la costa atlántica llamado Villa Gesell en la década del 60.
La Villa, así se la designaba y con ello nacían sueños, amores, encuentros, era el
tiempo de las calles de arenas, y la de los nombres raros de sus comercios, la del pinar
extenso, la de la sin luz en la noche en medio de las estrellas propias y la de los fogones
esparcidos en la playa. ¡Qué experiencia puede superar a un pie descalzo hundiéndose entre

1
Edgar Morin El paradigma perdido. Ed Kairos. 1983

10
la fina arena, hablamos de ese mismo pié que sufrió el yugo de las formas de un duro
zapato que ha transitado el asfalto por tantos años!
Los olores del yodo y de la sal nutriendo el espacio abierto a la mirada incontrolable
que obserbaba la línea extensa del horizonte, y descubría en él, el límite natural de lo
ilimitado que invitaba a caminar por la playa sin noción de tiempo y de espacio, retornando
a otro sendero casi olvidado del sin porqué y contemplar, dejar libremente que los
pensamientos discurran en la actividad lúdica de las figuras de la nubes, ¡oh!, esa cara con
esa larga nariz, esa águila, ese cordero, ese, este...........
Por ello, un lugar tiene alma cuando de ese lugar se hace una viva experiencia que
recrea y se lo nutre con nuevas posibilidades de vivencias para uno y para otros, pero es
necesario aclarar algo sobre lo especial de un determinado lugar, en particular para aquellos
que consideren que el factor climático o territorial es lo determinante a la hora de
considerar lo elemental para decidir quien o qué hace a un lugar con determinadas
características como importante, especial, único, etc., ya que con tal afirmación habrán de
negar el valor que tiene la dimensión cultural que hace de ese territorio cierta espacialidad y
con ello la intervención del ámbito de lo simbólico, que es el eje determinante a la hora de
rastrear la característica de algo, y como dijimos al principio, ese algo intangible,
inmensurable será el alma y que se encarnará en el cuerpo de la cultura de los sesenta,
asentados en un singular punto de la costa atlántica.
Si nos situamos hoy día en Gesell vemos que la racionalidad instrumental poco a
poco se fue imponiendo en Villa Gesell y hoy la actividad de la Villa en general, esta sujeta
a patrones institucionales como también ha quedado lejos la mítica frase del balneario que
se recomendaba de amigo a amigo al ser reemplazado por la publicidad acerca de Villa
Gesell y tratar de posicionarla en los planos nacionales. La propaganda turística es parte de
la estrategia del paradigma que ve en la oferta un medio más para posicionar en mejores
condiciones un lugar, y así contar con más posibilidades en la elección de los potenciales
turistas que elijan pasar sus vacaciones en la costa atlántica, en la cual Gesell, será parte del
itinerario para vacacionar.
Por racionalidad instrumental queremos decir que la razón es ejercitada para el
exclusivo uso de fines, y si decimos que la racionalidad ha ganado terreno a la hora de
definir acciones y posiciones en el seno del quehacer de los ciudadanos de Gesell es porque
se desprende de fondo la importancia de ser objetivos. La objetividad es la visión que
cuida, que vigila el transitar de la comunidad como tal y se postula su nombre como el bien
común hacia todos, nada de subjetividades que puedan comprometer una mayoría
representada por la objetividad.
Y ello es la pérdida del alma, ya que el alma implica todo el carácter subjetivo que
puede tener un ser humano, ayer la subjetividad era lo valorado, el valor de ser uno mismo
y con ello intentar algo distinto, esa subjetividad era la dimensión artística, intelectual por
el lado de la cultura como por el lado de la naturaleza era la conservación y el cuidado de la
forestación, ver en la reserva dunícola un valor ambiental donde la colonia de almejas y su
consiguiente depredadores naturales, las corvinas, coexistían en la playa, y por la
mencionada racionalidad, lo subjetivo irá desapareciendo a medida que el pensamiento de
lo objetivo terminará por imponerse, y producir una legitimación en nombre de un progreso
cuya representación cabal de esa objetividad estará en la figura de los comerciantes en sus
diferentes asociaciones, la práctica política y los medios de comunicación.
Si se nos permite intentaremos mostrar cabalmente nuestro punto de vista acerca de
la pérdida del alma con una analogía: utilizaremos el término alma con el término Gesell
para mostrar el cambio de fondo que sufrió la Villa pero no desde su cuerpo sino desde su
alma y para ello nos apoyaremos en el interesante texto del profesor Leandro Prinkler
titulado Historia del Alma2. El autor nos interna en los orígenes sobre el vocablo alma y su

2
Leandro Pinkler Historia del Alma. Textos de la Academia del Sur. 1998

11
peculiar significación ya que en todas las voces indoeuropeas tal palabra refiere a aliento, a
soplo vital, ya que la respiración denota un principio esencial de vida. La palabra griega
para designar el alma es Psukhé que se trascribe Psique, ahora, es necesario aclarar que tal
distinción realizada toma como fundamento los escritos de los poemas de Homero.
Originalmente el alma implicaba estados anímicos que integraban los estados
afectivos, instintivos e intelectuales, es decir, un punto de vista tal como es abordada por la
psicología en la actualidad, a lo que se debe mencionar que con el tiempo devendrá en
mirada escatológica, es decir, el de afrontar el mundo de ultratumba. Y es allí donde
adquiere el significado tal cual la mayoría en la actualidad está acostumbrado a interpretar
por alma: un principio de vida emparentado con lo divino.
Como vemos, hay una traslación del término Psukhé al plano escatológico que
posteriormente devendrá en Pneuma y con ello la significación de la parte del universo en
nosotros que, como ya lo hemos dicho, abordará el cristianismo. Pero nosotros vamos a
rescatar del concepto de alma no la oposición al Pneuma ni tampoco en el sentido
escatológico sino tal como se lo consideraba en la época homérica, Psukhé como principio
de vida, es decir, no significa vida de naturaleza, vida biológica, sino que refiere al soplo a
una condición primera de la vida.
Ahora, ¿porqué adoptamos este significado y no otro posterior?, y la respuesta
surge por la concepción que se hacía del Hades griego que era el lugar donde iban las almas
de los muertos ya que ellas iban tal como habían estado en vida, alegres, triunfantes, en
desgracia, etc., por lo que lo que está en el Hades es un fantasma, no tiene vida en el
sentido de nuevas experiencias, el Hades en la Grecia primitiva no contiene una
significación de castigo o de pena, ya que todos los mortales por igual irían a él.
Por ello el hombre que nos muestra Homero no es un hombre de carácter racional
por el contrario es un hombre sujeto a sus emociones y a sus deseos por lo que lo
importante en sus textos es la emotividad, la efusividad, lo emocional, lo sensitivo, ya que
tiene una visión realista de la muerte vive su vida con todos sus sentidos y emotividades a
flor de piel, ya que el Hades será el reflejo de su vida vivirá conforme a su Psukhé. Y de
manera análoga rescatamos que esa característica será portadora el alma de los sesenta, una
entidad generadora de vida a través de la diaria experiencia tal como ocurrió con el alma de
los mortales homéricos. Los 60 será una época llena de seres sensitivos con valores e
instintividad como creadores, reformuladores y revolucionarios y esa fue la Psukhé de los
sesenta que se expandió por el mundo entero y supo caminar por aquí, en el sendero de
aquella Villa.
Pero no menos interesante es la creación y la fundación de Villa Gesell, el loco de
los médanos como se le llamó y se llegó a conocer al fundador de esta localidad Carlos
Gesell, que intentó mantener una estética y un estilo de vida diferente a otras localidades de
la costa y que de esa forma también ayudó a la configuración de una Villa, como un
entrevistado nos diría – Gesell tiene mitos fundacionales –. Y eso habrá de tener su
implicancia y será la de mantener un perfil distinto al resto de los balnearios, lo ambiental
por sobre el cemento, el respeto a ese ambiente y su conservación serían el marco de
excelencia para la familia entera.
Y de hecho se logró configurar como tal, y toda suerte de definiciones se irían
convirtiendo en sinonimias por Gesell como el paraíso, la Villa, la joda, la libertad, el mar,
todas esas descripciones valorativas serían formuladas por individuos concretos, aquellos
que serían los emisarios y depositarios de tales valores como los intelectuales, artistas,
hippies, estudiantes, aventureros, ellos fueron los representantes de tales dimensiones
axiológicas, por ello, el elemento reinante era el de la subjetividad en la cual la objetividad
no era tenida en cuenta, ¡no existía!. Este simple no tener en cuenta ni siquiera dió lugar a
la dicotomía cartesiana de la res cogitans que inauguró la modernidad como elemento
válido a la hora de elaborar un criterio para conocer. La oposición bien entendida entre
subjetividad y objetividad va a tener la siguiente consecuencia: disecación del alma ya que

12
la objetividad terminará imponiéndose cuyo discurso legitimador será el de evolución,
desarrollo, crecimiento, e institucionalización.
Una curiosa asimetría comienza a gestarse en Gesell a medida que va creciendo su
cuerpo social y edilicio, una masificación comienza a visitar sus playas y así como en la
antigüedad supo nacer una oposición entre la Psukhé y el soma se habrá de reactualizar tal
oposición cuando el ejercicio de la sensibilidad se irá perdiendo para desplazarse a la
muchedumbre ansiosa no ya de experiencias significativas sino de experiencias de
embotamientos, del simple entretenimiento y de recorrer la marca de un balneario por la
búsqueda de status. Por ello es ilustrativa la figura del fantasma del Hades que nos plantea
Homero, en el Hades hay calcos de almas vivas pero que en realidad son sombras, sin
pensamientos ni sentimientos, y para muchos la Gesell posterior a los sesenta y mediados
quizás de los setenta será la un simple Hades, una copia de lo que fue en vida.
Quizá sea exagerada tal apreciación como también la creencia de una
reactualización de la Villa sesentista en la localidad de Mar de las Pampas, pero en última
instancia lo que se quiere rescatar sea el sentido que supo estar y hoy no lo está, la
búsqueda del sentido y ello no es un tema menor, ni siquiera en el hombre contemporáneo.
Por ejemplo no es gratuito un concepto que se va a ir repitiendo en las múltiples entrevistas
y que es el de existencialista, ser existencialista implica toda una postura frente a la vida,
esta corriente supo descollar en la Europa de posguerra y si bien hay análisis sociológicos
acerca de tal proliferación de los jóvenes hacia el existencialismo como efecto posbélico, la
falta de horizontes, desconfianza a los sistemas, visto desde el punto de vista filosófico
adquiere una interesante significación.
Para contextualizarlo diremos que fue una reacción al idealismo propuesto por
Hegel, la idea como máxima realidad concebida tras una continua y creciente depuración de
lo sensible por lo que terminará generando las grandes reacciones al idealismo en la cual el
existencialismo será uno de ellos, y propondrá a la existencia como el constructor del eje
ontológico, la vida no es una simple propiedad biológica o natural sino las condiciones de
posibilidad para construirse, para hacerse, la cual se hace dejando de lado todo origen y
de lado todo destino, como notará el lector, una visión en términos de la Psukhé homérica
bien se puede analogizar.
Es pertinente hacer notar que en la significación del Hades homérico, no hay un
antes ni hay un después en el sentido de nuevas experiencias, ya que la muerte es algo total
y aniquilador por ello la Psukhé es una Psuhké netamente existencial, ya que fuera de la
vida no hay conciencia alguna, el Hades será una suerte de Mnemosine una suerte de
recuerdo pero acompañado por la nostalgia, esa sensación que rescata lo que se extraña y
que se diferencia del simple recuerdo.
Si creemos que la analogía mencionada sólo es suficiente es términos retrospectivos
hacia la Villa de los sesenta perdemos de vista el concepto de Pneuma que adquiere
vigencia con una Gesell actual, ya que quedarnos en la visión hacia atrás sería negar la
postura escatológica que se hace del alma posterior a los presocráticos, como también un
acto de injusticia a la propia Villa con su realidad actual y con su futuro abierto a un
devenir, y ello se produce cuando en la antigüedad tardía surge el Pneuma que designa lo
espiritual y por lo tanto, principio esencial de la constitución humana.
Como simple referencia diremos que son Los Estoicos los primeros que postulan la
idea de un espíritu, que posee una propiedad universal de la cual el ser humano participa,
refiere entonces a un principio, tal como estamos acostumbrados a significar el espíritu hoy,
un principio del cual el ser humano participa, no es dueño de ese espíritu sino que participa
de él.
La nueva concepción es cubierta por el espíritu, éste es la realidad divina en la cual
debe participar el ser humano, el alma pasa a ser una cualidad de la vida afectiva pero hacia
un sentido último, que es el espíritu. Por lo que es pertinente la siguiente pregunta, ¿cuál es
el espíritu de Gesell hoy día?, y quizá debamos hacer una previa distinción en dónde centrar

13
la pregunta: antes que en una Villa Gesell de verano, debamos centrarnos en una Villa de
invierno y a la nueva significación que rodea a un pueblo de la costa, sus habitantes, ya que
un lugar lo es por su gente, es la gente que deberá generar un nuevo imaginario una nueva
utopía un nuevo sentido pero esa gente será no la que viene sino la que vive, piensa, trabaja
y sueña con las limitaciones propias de toda ciudad chica de la costa atlántica.
Por ello, el espíritu es la mirada escatológica, de finalidad del hombre, y esa mirada
traspuesta en la Villa bien adquiere las características de un llamado del futuro, qué es lo
que haremos de nosotros mismos porque el cuerpo, el soma está, el alma lo supo estar o
quizás aún está, y en cuanto al espíritu esta comunidad deberá participar en su construcción,
en su descubrir o en su negación y con ello la peligrosa figura del Hades como fondo.....
La estructura de nuestro trabajo está confeccionada bajo el eje de varias entrevistas
hechas a diversas personas que previamente fueron informadas acerca de los motivos de
tales entrevistas, casi hemos trascripto con la mayor fidelidad posible lo que nuestros
entrevistados dijeron, por supuesto, teniendo en cuenta lo amplio de la temática se sacaron
algunas cosas que no aportaban según el autor. Las personas entrevistadas fueron elegidas
según el criterio del autor que representaban en alguna medida, con sus vivencias, sus
características de vida, la época que se propone reconstruir. Por lo general cada entrevista
fue dividida en capítulos con una pequeña introducción al mismo y subdivididos en títulos
alusivos, también hay varias citas de textos que están relacionados con las narraciones
hechas y que las complementan desde lo conceptual.

14
El Alma perdida de Gesell

Capítulo I

Si nos preguntamos por el significado de dos palabras como el de Villa Gesell


inmediatamente pensamos en términos de un balneario ubicado en la costa atlántica junto
con otros al sur de la bahía de Samborombón en la provincia de Bs.As., ahora, si
formulamos la misma pregunta con la salvedad de situarla en un marco temporal como en
los años sesenta, entonces Villa Gesell se convierte en una metáfora, y si la palabra Gesell
es un referente en el mapa junto a otras ciudades costeras es porque Gesell en términos de
su vivencia en los años sesenta significó una relación entre naturaleza, libertad y creación
que habría de construir la siguiente metáfora: Gesell como un paraíso buscado para esa
experiencia distinta y seductora.
Para tratar de reflejar una visión que esté en consonancia con lo que significa Gesell
debemos acudir a dos miradas, una conceptual y otra metafórica. La mirada conceptual nos
va a plantear sobre la imposibilidad de hablar acerca de fenómenos que revisten un carácter
social sin tratar previamente de contextualizarlos en marcos más generales que nos
permita una referencia tanto teórica como empírica para la correspondiente lectura de lo
que se desea hacer. Teniendo en cuesta nuestro universo recortado: el de “recrear” una
época rica en acontecimientos es que procederemos a utilizar para tal recreación una vía
deductiva que habrá de partir de lo general, específicamente del plano internacional, para ir
situándonos en lo nacional y cuya expresión última del anclaje en la costa atlántica será
Villa Gesell.
Pero hay otra mirada: que es la de la metáfora, y que creemos que es tan o más
pertinente a la hora de reconstruir esa época y que se denominará: alma, un alma cuidada,
construida que insuflaba vida como lo que realmente es el sentido de lo que se quiere
significar por alma, vehiculizada por el soplo de la década: los jóvenes y sus imaginarios
tanto utopistas como revolucionarios, siendo cientos, miles y cientos de miles juntos y que
en su participación fueron propiciadores del carácter juvenil, un emergente en la sociedad
que se instalará definitivamente en el mundo occidental.
Ellos con su espontaneidad a cuestas irrumpieron como un fenómeno contestatario
y de protesta ante los cánones rígidos e hipócritas de la sociedad de los adultos, formas
instalada de cimentar un estilo de vida basada en el capitalismo como estructura imperante
y sin matices nuevos es lo que terminará por fomentar, entre los jóvenes, nuevas formas y
actitudes como respuesta a tales estructuras asfixiantes, por ello, para aquellos que hoy día
acumulan varias juventudes, recuperar la década del sesenta es armar la historia personal
del brazo de la nostalgia. Ellos, a los de pelo largo, los que se llamaron hippies iniciaron
una metamorfosis hacia un sendero de propuestas nuevas en la cual ser artesanos con su
cuota de creatividad y expresividad ayudarían a la explosión que significaron los sesenta.

15
1.1 Desde la generalidad

Situándonos desde la generalidad propuesta acerca del camino que supo recorrer la
juventud, la misma que en los años 60 adquirirá un rol, que ya estaba en germen después de
los años 30. Ahora, el fenómeno juvenil es parte de un proceso por el cual podemos
plantearlo en términos de evolución juvenil, tal como lo esboza el texto de la “Protesta
juvenil”, que nos dice que si bien la niñez y la juventud son instancias biológicas del ser
humano hay elementos del orden de lo social que proporciona a los individuos una
fisonomía peculiar, un ejemplo de lo dicho acerca de la evolución mencionada lo va a
proporcionar la Edad media, en la que la juventud estaba integrada a su sociedad. A los
efectos políticos y sociales, había tanto individuos ricos como pobres, clérigos como laicos,
etc. pero no había distinción entre jóvenes y viejos, sólo una minoría de jóvenes formaban
conjuntos como los estudiantes de las universidades. Los jóvenes como miembros
integrantes de grupos comienzan a gestarse en los años posteriores a la Revolución
Francesa como a principios del S. XIX en la cual se fundaran clubs de jóvenes
universitarios, políticamente republicanos y revolucionarios.1
Los adultos prontamente quisieron guiar o generar sentidos u horizontes formadores
hacia aquellos que aún no eran adultos creando una serie de organizaciones de carácter
recreativo y cultural con el propósito de agrupar a la juventud y darle un sentido a la vida,
así también como mantenerlos ocupados en sus horas de ocio, tal expresión estratégica de
esas organizaciones son los Boy-Scouts. Es en los años 20 y 30 en que la juventud
comienza a adquirir conciencia de sí misma en el sentido de que ser un joven es ser alguien,
tener un valor en sí mismo. El ser joven no será una simple etapa de transición hacia la
adultez como lo podría ser la niñez, sino ser joven era en sí mismo un valor que permitía el
gusto por la vida, un gusto dado en el presente pero que no tuvo la posibilidad de tener
algún tipo de propuesta o de formalización sobre un mundo dominado de los adultos,
excepto por sus actitudes de rebeldía contra los valores de cierta moral victoriana (aparentar
honradez, bondad, riqueza) vigente en Europa y Estados Unidos.
La guerra fría, después de la Segunda Guerra mundial, instalaba en el mundo una
tajante división entre países en pro o en contra de los dos sistemas imperantes en la mitad
del S. XX en capitalistas o comunistas como también aquellas naciones no alineadas a
favor de esos dos grandes bloques constituyeran un nuevo bloque llamado “Tercer Mundo”
que eran los países menos desarrollados en la cual se incluían también los países más
pobres de la tierra.
Por lo que se debieron desarrollar formas políticas y sociales bajo el influjo de
ideologías rígidas sin ofrecer alternativas a la juventud. Paradójicamente, los jóvenes, al
vivir con líneas políticas en desacuerdo que llevaran a conductas o expresiones con un
fuerte trasfondo político o revolucionario en vez de ir contra tales sistemas de valores, por
el contrario, se volcaron a expresiones existenciales, subjetivas, si se quiere personales,
antes que por los problemas políticos y sociales. Si hubo un protagonismo de “clase” en el
S. XIX lo fue por la clase baja o proletaria con sus revueltas en pos de mejoras y de
continuas demandas sociales, el siglo siguiente el XX el protagonismo lo realizará la clase
media con el afianzamiento del nuevo bienestar después de la crisis de Wall Street y de la
segunda Guerra Mundial, es decir una seguridad moral y tanto psíquica en consonancia con
su bienestar material y su poder adquisitivo.
Tal bienestar mencionado será producto de una expansión de empresas
transnacionales especialmente de Estados Unidos como factor económico de desarrollo
mundial generado en la década del cincuenta, ya que las empresas utilizaron el excedente
de capital producido durante esa década para transferirlo en préstamos o en términos de
inversiones en otros países. En América Latina la radicación de empresas multinacionales

1
“La Protesta Juvenil” Biblioteca Salvat. Barcelona. 1973

16
combinada con políticas desarrollistas aumentó la implementación industrial, desarrolló el
sector de servicios creando una clase media asalariada formando un nuevo grupo social de
los ejecutivos. También es menester desatacar que la expansión en industrias automotrices,
bienes durables como televisores, lavarropas, heladeras, etc. generarían índices altos de
empleos, mejora salarial, movilización profesional como también empleados especializados
con la consiguiente masificación del consumo.2

1.2 En nuestro país

Esta expansión económica estará asociada a otro tipo de expansión: la cultural, en


nuestro país dada por el aumento de la matrícula universitaria, ya que las empresas
demandaban una mejor formación de sus empleados como también una suerte de
“internalización” de pautas culturales como: horarios, viaje al trabajo, decoración de los
hogares, alimentación, etc. mostraron similitudes con las grandes urbes del mundo
capitalista, el jean, la ropa unisex, la minifalda aparte de ser parte de esa asimilación
también eran portadores de una liberación de las costumbres
Así, bien puede decirse que en el seno de la cultura oficial surgieron subculturas en
el sentido de una respuesta por parte de los jóvenes a esa cultura oficial, es decir una cultura
juvenil y como tal, con su andar desgarbados, sin prisa, sin rasgos de preocupación en sus
rostros cubrían la arenosa Villa del ayer. La persecución de la que fueron objetos por la
sociedad victoriana fue por la peligrosa actitud de nuestros jóvenes en demoler la rigidez
moralina de sus mayores que no podían entender la filosofía de vida que les circundaba:
amor y paz. Y el talismán ontológico que permitiera desarrollar tanta interioridad
acumulada sería la música, de la cultura musical profesada se podía decir quien eras y a
dónde pertenecías por lo que nacieron las “tribus” de jóvenes urbanos, al respecto es rico el
texto de Schwarzberg sobre esta peculiaridad a la que citaremos textualmente.
“Los jóvenes rockeros se congregaban alrededor de la música. Seguían con atención
los movimientos juveniles norteamericano e inglés. Podían escuchar, según la “tribu” a la
que pertenecieran, los norteamericanos Bob Dylan y posteriormente al grupo The Door, o a
los grupos ingleses The Beatles –tal vez el fenómeno cultural más importante de la década
del ’60- o The Rolling Stones. Los rockeros no pertenecían a los ámbitos universitarios,
abjuraban de la práctica política y leían preferentemente poesía de autores norteamericanos
de la llamada generación Beat, como el poeta Allen Ginsberg y el novelista inglés Aldous
Huxley, Las puertas de la percepción, se convirtió en una suerte de evangelio para la nueva
generación”
Pero, en tal contexto de acontecimientos no podía faltar la faz política, “Los jóvenes
de izquierda, en cambio, eran estudiantes universitarios, militantes de partidos políticos,
lectores ávidos y desordenados, cuya principal preocupación, a principios de los ’60, era
comprender la relación entre el peronismo proscrito y la clase obrera. Estaban influidos por
el pensamiento del líder chino Mao Tse Tung, por la Revolución Cubana, comandada por
Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, y por los movimientos anticolonialistas africanos”3
Pero la música era la propiciadora de identidad, era la música progresiva en la cual
se hilvanaban los sueños, las experiencias puestas al servicio de la mirada crítica hacia el
orden establecido por los dueños del poder y nuestra Villa fue el lugar natural, el escenario,
el Ágora que inspiró a muchos de aquellos ignotos artistas como Miguel Abuelo, Spineta,
Lito Nebia, Zaguri, Moris, etc.
Tal como habíamos dicho con anterioridad, en nuestro país se encontraba un tipo de
desarrollo tanto económico como cultural que alentaba un crecimiento en la investigación

2
Sacado de .La cultura en los ’60. nota de Lucio A. Schwarzberg en Historia Argentina obra de Luchilo,
Romano y Paz. Ed Santillana. Bs.As. 1995
3
Schwarzberg op-cit

17
científica cuyo corolario sería la creación de entes tales como el Fondo Nacional de las
artes, Instituto Nacional de Cinematografía y el Instituto Nacional de tecnología industrial.
No puede más que ser parte integrante de este proceso el casi mítico Instituto Di Tella
creado por la firma Siam Di tella empresa líder en la producción de electrodomésticos y en
la industria automotriz ya que tal instituto promovería la investigación social, económica y
cultural de la República Argentina.
El instituto, rodeado por bares, cerca del Jockey Club y cercano a la Facultad de
Filosofía y Letras pronto sería frecuentado por la intelectualidad porteña, tomado de la
página web “El archivo” citamos textualmente del artículo los siguientes conceptos: “ El
músico de rock Claudio Gabis, ofrece la visión que tenía un joven a fines de la década del
60: -El área de influencia del Di Tella, se notaba por el sutil aumento del largo de los
cabellos masculinos y la proliferación de todo tipo de vestimentas más o menos
estrafalarias. El cambio era tan notable que uno pensaba que podría encontrar a John
Lennon o Mick jagger tomando un refresco-“4
El instituto desarrollará una cuantiosa actividad cultural e intelectual cuya
característica central será la que los jóvenes artistas, ignotos y desconocidos encontrarán un
espacio de expresión como también las nuevas propuestas: el diseño gráfico y la moda
como también se lo asociará a los hippies, marihuana y destrucción de la moral victoriana.
El instituto mantendrá un puente cultural con otro sector de Bs.As. notable de expresión y
manifestación juvenil: la Galería del Este o la “ manzana loca” y de allí el comentario entre
sus concurrentes acerca de un lugar creativo, una naturaleza por excelencia, pura, del “loco
de los médanos”, es decir, Villa Gesell.
Galería del Este fue un punto de reunión de hippies, artesanos, rockeros,
intelectuales y todo aquel que quisiera ver a gente “rara”, un mercado persa en la cual se
intercambiaban todo tipo de productos materiales como simbólicos, una serie de relaciones
humanas no alineadas, parte de nuestra juventud en sintonía con casi la totalidad de la
juventud occidental reivindicaba el derecho a la fantasía y a la libertad creadora por lo que
la producción artesanal era una declaración no de oposición al sistema de producción
industrial sino de coexistencia en busca de una relación complementaria entre ocio y
trabajo.
Como ya lo habíamos señalado anteriormente el poder adquisitivo instrumentado
por los adultos como estabilidad psíquica y social en la segunda parte del S.XX pasará a
manos de la juventud ya que la sociedad de consumo inducirá a todos los individuos a
invertir a los placeres inmediatos. Por lo que se sintetizan ciertas características, rasgos de
la rebeldía juvenil, y esos serán los de: 1- la capacidad adquisitiva de los jóvenes, 2- por
ello la gente se interesará en ellos como fenómeno social, 3- las industrias los verán como
fuente potencial de compradores y 4- la juventud al verse a sí misma será consciente de su
poder. John Lennon decía que la década del sesenta era el desayuno y no sabía si iba a estar
para la cena; por lo tanto había que comerlo todo de golpe!!!
Ahora, paradójicamente parte de esa juventud se opondrá con una pobreza
voluntaria y una reducción al mínimo del consumo como fueron los hippies, ellos fueron
una de las mayores metáforas posibles sesentista. ¿Cómo se dio en nuestro país, el más
victoriano de Latinoamérica, ese frescor, ese aire nuevo y perfumado cuando allende a la
idiosincrasia mencionada viviéramos en la dictadura de turno?.
Para intentar responder acudimos a un artículo de Carlos Montaner del periódico La
Nación de Bs.As. y recogemos una serie de anécdotas que nos proporciona el perfil general
del pensamiento de algunos de ellos en especial sobre un aspecto central en su ideología: el
de comunidad. Según el mencionado artículo ya en 1966 en La Plata, se comenzaron a
organizarse las primeras comunidades hippies siendo la más famosa La Cofradía de la Flor

4
Ricardo Mendez .El Instituto Di Tella. La cultura de Buenos Aires entre dos fuegos. De la página Web del
Archivo

18
Solar formada en su origen por estudiantes de Bellas Artes, la cofradía era formada por un
grupo de artistas, aunque lo que más trascendiera fuera la banda de rock y con lo que se
recaudaba de los shows de la banda más la venta de artesanías se podían mantener.
La convivencia en la comunidad citada era de la siguiente manera: las mujeres
peinaban a los músicos, los pintaban, les hacían la ropa, e imaginaban la iluminación con
lámparas de aceite, también había una distribución de las tareas comunes, cada día una
pareja distinta hacía de “esclavos”, realizaban compras, servían el desayuno, limpiaban la
casa, preparaban la cena, todo en común. Posteriormente ya entrados en los setenta los
hippies migrarán Al Bolsón pero no compartiendo una utopía sino como simples
supervivientes.5
Lo que hemos expuesto hasta el momento acerca de los jóvenes de la década del
sesenta nos permite hacer una división arbitraria en dos categorías. Aquellos
comprometidos con una salida política y aquellos que no lo están, los primeros también de
manera arbitraria serán llamados revolucionarios y los segundo utopistas.
Podemos situar los inicios del fenómeno juvenil contestatario durante los años
sesenta en la Universidad de Berkeley, después, a favor de los Derechos Civiles, al sur de
los Estados Unidos dónde tuvo su cenit en el Mayo Francés, es necesario apuntar que en los
países desarrollados la protesta no surge de la miseria, los conceptos claves para tales
conductas de los jóvenes están dadas por la necesidad de lograr una vida más humana y del
rechazo de la degradación del medio ambiente y de las fuerzas productivas, mientras que
las manifestaciones estudiantiles del tercer mundo el concepto central sería la oposición al
control imperialistas de sus respectivos países, se trata de revoluciones que responden a
situaciones de extrema pobreza, degradación institucional y de miseria material.6
Por ejemplo, en nuestro país, fue el ataque realizado contra los centros del Instituto
Di Tella por jóvenes de derecha e izquierda uno de los elementos que desencadenaron su
cierre aparte de la crisis financiera de la época, también la repercusión producida por el
llamado antielitismo y antiintelectualismo que rechazaba todo modelo de lo extranjero en
los intentos de fomentar una nueva conciencia nacional, como también el arte mural, la
pintura espontánea y el teatro callejero, este arte como modelo de lucha popular que no
aceptaba formas asociadas al imperialismo y a la oligarquía extranjera.
Desde la visión del joven utópico no comprometido con la política será lo sensible
antes que lo económico o lo social, lo que pivotará como importante y a modo de respuesta
a ello surgirá una curiosa forma de convivencia social como la “Tribu” que implicará un
retorno hacia lo preconceptual, una necesidad previa a toda razón en la cual los niveles no
verbales de relación, la imaginación, los sentidos, los instintos, habrán de contar como
elementos válidos de comunicación y de motivos para la acción. El hippismo sería el
movimiento juvenil de mayor difusión como también el más imitado y el que mejor se
enrolaría en la categoría de la visión joven utópica ya que no trataron de mejorar la
sociedad sino que se excluyeron de ella, de allí el concepto de comunidad como forma de
convivencia entre ellos, su símbolo preferido fue la flor, por ello también fueron llamados
“hijos de las flores”. Éstos, serán el mayor caudal, aparte de los estudiantes, que se
incorporarían en la sociedad argentina en los años sesenta y mediados de los setenta, ya que
el imaginario popular habría de designar como hippie a todo aquél portador de una barba
larga, pelos largos, jean o que simplemente trabajara cueros, maderas o cualquier tipo de
productos de fabricación artesanal.

1.3 El paraíso creciente de la Villa

5
Carlos Montaner De recoleta a El Bolsón, Diario La Nación, sacado de la página web de La Nación
6
Op-cit. “La protesta juvenil”

19
Es en ese fermento mencionado que tiene sus efervescencias en varios planos como
al cine, la música o como parte de la ideología imperante de la juventud, ya Gesell sería el
escenario en la cual se centraría el imaginario por excelencia en la costa atlántica sobre
libertad, naturaleza y hedonismo, un producto buscado por la mayoría de la juventud a la
vez ayudada por la comunicación creciente entre la capital federal y el balneario de la costa.
Como lo plantea Saccomanno en su obra acerca de Villa Gesell, “ En 1957 llega Antón con
sus autobuses. Y en 1961 Río de la Plata. Se incentiva la hotelería y la gastronomía. La
Villa se convierte en un balneario que combina la naturaleza agreste con una atmósfera de
libertad. Los veranos irradian un aura permisiva. Rodolfo Kuhn ambienta su film Los
jóvenes viejos. Y levanta la indignación de las fuerzas vivas del pueblo, los tenderos
defensores de la moral y las buenas costumbres, produciendo un escándalo entre los
guardianes de virginidades y propiedades privadas”.
“En la década del ’60 la Villa se consagra como un lugar de moda. La tierra que fue
una franja costera de arena forestada, se cotiza cada vez más”.7 Gesell, a igual que la
reserva dunícola que la rodeaba semejando curvas de un cuerpo desnudo de mujer, seducía
como el lugar por el cual se podía vivir una experiencia única no permitida en otro lugar ni
censurado por la paridad circundante: una actitud hedónica centrado en un placer
sensualista sin pensar en términos de futuro.
Una pregunta por la publicidad y la aceptación de Villa Gesell quizá pueda
vislumbrarse desde la óptica de la hija del fundador Rosemarie en su libro escrito sobre su
padre, en la cual la autora nota que la Villa va perdiendo un determinado perfil para
adquirir otro, así, “ Los años de la gran creación que podría decirse que terminan con la
década del 50 fueron los que papá realmente disfrutó, pues la Villa era, en imagen y
esencia, lo que él había querido que fuera. Un tranquilo lugar de descanso, con muchos
árboles y pájaros y habitado por personas que realmente disfrutaban de una vida libre y
natural. Pienso que si se analiza el movimiento hippie en su verdadera dimensión y
profundidad, individualmente papá fue uno de ellos”.
“No hacía publicidad en medios periodísticos. Consideraba que la mejor manera de
hacerlo era la recomendación que un amigo que conocía el lugar podía hacer a otro que no
había estado nunca, lo que contribuía al mismo tiempo a mantener una característica de
gustos comunitarios semejantes. Posiblemente la Villa hubiera seguido creciendo de esa
manera mucho tiempo más, si no hubiera mediado de pronto un factor totalmente ajeno. El
periodismo”.
“Debido a que en el año 59♠ se filmó en el lugar una película que por ese tiempo
podía considerarse un tanto escabrosa, revistas sensacionalistas publicaron notas en las
cuales se hablaba de Villa Gesell como de un lugar lleno de pornografía. Y muchas
personas que las leyeron se preguntaron: ¿Villa Gesell? ¿Dónde queda? ¿Cómo será?. Y
fueron buscando lo promocionado en las revistas, lo cual no encontraron, pero sí hallaron lo
que no imaginaron: paz y descanso. Y volvieron y de la mano de ellos los amigos, y los
amigos de los amigos y de pronto el pequeño paraíso no daba abasto y empezó a crecer
vertiginosamente”8
Pero los sesenta en Villa Gesell marcaron un crecimiento en el sentido de nuestra
metáfora, así lo recuerda una geselina sobre aquella Villa. “Abrió cerebros, un Gesell
hippie, a la vanguardia de todo y de todos, muy libre y lleno de personajes que dejarían sus
huellas como el flaco Spineta comiendo panqueques en La Martona donde Aldo preparaba
entre otras cosas su famoso “ Gran Pelé”: una hamburguesa con todo lo que se imaginan en
la época en que Mc Donals no existía y la comida chatarra no era conocida”.

7
Guillermo Saccomanno “El viejo Gesell”. Ed. Alfonsina. Bs.As.1994

A lo que se refiere Rosemarie es acerca de algún documental o escenas de alguna película pero que no
incluye la filmación entera de un largometraje.
8
Rosemarie Gesell “Carlos I. Gesell su vida” Ed. Rosemarie Gesell de Martinez Salas. Bs.As. 1983

20
“La cueva del gitano de Ricardo Fahler, un lugar muy under que por supuesto estaba
prohibido para los muy jóvenes al igual que el Chivo Negro y La Mosca Verde. Los
bailables eran “Zácate”, “Tom Tom Macute” y “Koppay” que empezó como casa de té,
pero el que marcó un camino que hizo época fue “Cariño Botao” de Ricardo Troilo
Mattiaccio y luego de manolo (Manolo de Cariño)”.
“Recordar los desfiles de Ante Garmaz y de Paco Jamandreu y Gilda Lousek y
Fernando de Soria que también fueron protagonistas de aquella Villa dorada. de Soria
cantaba con voz ronca y acompañado de una guitarra bajo el cielo estrellado del verano y
todos bailaban descalzos hasta el amanecer”.

María Vaner, Folt 4 y


Gian Franco Pagliaro en
Rond Point. Gentileza Sr.
Olivares
“Las noches
terminaban en La Bota
Rota del flaco Calígula,
por donde pasaron
muchos famosos como el
Indio Gasparino (Facundo
Cabral) y luego el fogón
en la playa nos convocaba
a todos, otro lugar que marcó rumbos fue El asadito de Pedro Laino en la galería Combo:
por allí pasaron Cafrune y Falú y se servían unos vinos con canela que te sacaban el frío. El
café-concert también anduvo por Gesell dando sus primeros pasos, La Ñata Contra el
Vidrio en 105 y Avenida 3 fue el inicio entre otros de Jorge Corona”.
“Cerca de la actual Biblioteca Pública estaba Changanaqui un lugar algo marginal
y pintoresco. La Villa llegaba hasta El gateado (paseo 115) y arribar hasta allí era un día de
picnic con canasta de comida y todo. Cuando llovía casi nadie podía llegar a Gesell, los
caminos se ponían insoportables. Recuerdo que mi viejo tenía una cupé Mércuri y recuerdo
que en Juancho cargaba a los chicos de los otros autos que no podían pasar por el barro y
nos llevaba a todos a casa”.
“También me acuerdo de Juan Carlos Galeano, el guardavidas que nos enseñó a
nadar a todos los pibes de la década y a amar los campamentos y la vida al aire libre. Y
hablando de campamentos, el auto-camping Del Pinar de Oscar Pierini, era el lugar por
donde pasaban todos los mochileros y los que preferían un albergue iban al Inti Huasi. Los
cafés de los sesenta fueron y aún son: La Jirafa Roja9, Cachavacha que tenía un palenque en
la vereda y Tía Vicenta”.
“En los primeros años no había luz ni cooperativa eléctrica; don Carlos tenía un
equipo que nos proveía a todos y a las 9 de la noche la luz se prendía y se apagaba varias
veces y ese era el aviso de que en cinco minutos se cortaba el suministro de energía”.
“Nadie usaba llave en las puertas de sus casa, en Gesell no existían los timbres y
aun somos muchos los que mantenemos esta sesentista costumbre, los recuerdos de esa
Villa son maravillosos”.
Unas de las tantas particularidades de la Villa son los nombres comerciales de sus
hoteles, bares, restaurantes, cafés, kioscos, etc. un tanto curiosos y extravagantes en
comparación con otras urbes o centros comerciales y quizá la primera impresión del turista
al considerarlos crea que tales nombres sea una consecuencia de la falta de elaboración a la

9
La jirafa fue vendida y desmantelada en el año 2000, hoy ya no existe como parte activa de la historia de los
boliches de Gesell.

21
hora de pensar por los dueños de sus negocios a la hora de crearlos y que por lo tanto son
nombres sin minuciosa elaboración.
Pero los nombres comerciales en la Villa son parte de un minucioso márketing antes
que una simple palabra de moda elegida en forma azarosa o caprichosa ya que al parecer
eso sugiere tales nombres comerciales pero es interesante el punto de vista de Dante Sierra
en su obra sobre Gesell que nos dice: “Silenciada la vibración, descompuesto el ajetreo,
invadidas las calles de soledad, los nombres de los negocios parecen extemporáneos, sin
sentido, decorado inútil de una filmación concluida. El nombre del comercio suele ser
decisivo factor de éxito.. Los viejos hoteles de la villa ostentan nombres serios, ampulosos.
Buscaban respetabilidad: Cap Arcona, Capri, Venecia. Erc”.10
Según Sierra la inspiración itálica estaba dada por nombres como Roma, Toscana,
mientras que la hispánica con: El Galeón, Cervantes, Colón, etc. sofisticados como Lido de
Montello, Riviera, los santos y las santas tiene sus representantes con San Pablo, Santa
Rosa, etc. nombres poéticos como Aguas Verdes, Arco Iris, también temas marinos: El
faro, Horizonte, etc. algunos llevan nombres de animales Gaviota, Pelícano, hay también
forestales: Las acacias, Los alerces, sin excluir nombres refrescantes: Oasis, Bella Vista y
por supuesto los raros como Takum, Alzur, Taormina etc.
Ahora, surge una tendencia moderna que es diferente, al respecto Sierra dirá que: “
Se prefieren los distintivos alegres, divertidos. La Bota Rota, El Chancho Rengo, Rudy el
Honesto, La Garrapata, El Tiburón Calavera, La Almeja viuda, Tom Tom Macoute, La
Cueva del Gitano, Simbad el Marino, Popeye, A Go-Gó, El Conejo Loco, Juan Sebastián
Bar, Traca-Traca, BiBi BaBa, Zoom Peep Club, La mancha Espantada es una tintorería
(tiene ingenio), y Los Picapiedras es una parrilla (¡tienen mucho coraje!).
“Conjuntamente nació el vicio de calificar los negocios con lemas cargados de
lunfardía: tragería, bailería, whiskería, sandwichería, tortería, gelatería, tabaquería,
chopería, choristeca. La denominación comercial es importante. La perfecta es aquella que
a primera vista sugiere agradablemente el rubro que abarca. Wal-Fell, por ejemplo, siendo
inmobiliaria, hace pensar en alfombras. Castellano sugiere “Pitman” y Cópola “Pop-Corn”
(ambos son transportistas)...”
“La elección de nombre y rubro comercial se confía a toda una ciencia,
perfectamente orgánica, delineada, legislada. Se llama marketing. Mediante sus principios y
guía puede saberse con anticipación la aceptación de nuevos sabores, el atractivo de
marcas, el desagrado por determinado envase y la utilidad de nuevos productos. En la villa
este análisis de mercado se practica a ojo de buen cubero. Las ideas se incuban durante el
letargo del invierno.” Hay una variedad de ideas en la que se transformarán en obras de
refacción, de ampliación o de simple cambio estético como el toldo en la vereda, o parrillas
al infrarrojo, planchas para panqueques en la cual los análisis acerca de las
implementaciones realizadas se hará posteriormente para eliminar los posibles errores. Una
serie de gestos como chasquido de labios, el cigarrillo pitado con una lejana mirada puesta
en el horizonte y pensando en voz alta la expectativa central acerca cual será el buen
negocio, el mejor que sea portador de las mejores ganancias asi: “...vender sandwiches de
miga (blanca o negra), abundantes, para que alcancen como almuerzo ligero en la playa. Se
harán anchoas (una por sandwich), de huevo rallado (de un huevo duro salen tres
sandwiches), de atún molido (la mejor marca, por el rendimiento, es “ La gallega”).
Llevarán una hoja de lechuga (Eva llevó una de parra), un pepinillo (me producen
acidez), una rodaja de cebolla ( disuelve callos de hígados y riñones), y otra rodaja de
tomate (la cuota de vitamina “C”). Este marketing casero alterna con otros de mayor vuelo,
inclusive con aquellos plateados en esquemas algebraicos”.
Aquellos que hallan errado en su apreciación el vaivén del mercado en el sentido de
generar una oferta tentadora para sugerir el consumo en su establecimiento, negocio, etc.

10
Dante Sierra “El domador de médanos”. Ed. Dante Sierra. Bs.As.1969

22
fracasarán y será la otra cara de la moneda, la menos feliz, y que se patentizará con la venta
de los utensilios comprados previo a la temporada, así. “ Al final, habrá sigilosa venta de
vajilla, manteles, heladeras y cubiertos para cancelar el precio de esta mercadotecnia a
digitales. Sueños fallidos, ilusiones quebradas, huida con las magras pertenencias para
evitar la vergüenza de los testigos o el atrevimiento de los sarcasmos”.11 Y sin embargo el
sueño persistiría para la próxima temporada.
En la actualidad Gesell sigue llena de jóvenes, la mayoría de los nombres
comerciales aún continúan vigentes, también hay pelos largos, aritos, tatuajes, la Villa no
ha perdido protagonismo a la hora de ser elegida como lugar de veraneo por parte de los
jóvenes, si se quiere, casi una tradición instalada en el imaginario juvenil por otros jóvenes
en los años sesenta.
Pero hay notables diferencias y ante ellas sólo queda el recuerdo, el no olvido: Ya
que como lo hicieron los hombres primordiales ellos comenzaron el largo camino a su
lugar prometido.
Estos hombres primordiales eran portadores de ellos mismos: amigables,
tolerantes, respetuosos de cada uno y de cada otro, eran espontáneos, reían, danzaban,
amaban y por las noches sucedía la maravilla de la noche azulada contemplada desde su
espacio prometido.
Prometeo desde el olimpo junto a Zeus los miraba con la nostalgia de la pasada
creación.
La larga y ancha playa era iluminada por el clásico titilar que ellos habían creado,
las fogatas, el camino de las estrella en la tierra, enseñaba el sendero a crear en el
firmamento hacia las nuevas fogatas que llamaron estrellas.
El lugar prometido era verde, salobre y arenoso, el mar profundo junto a las altas
montañas de arenas lo rodeaban, la arena estaba en todas partes pero se esparció bajo el
paso de los seres primordiales y no habría de perecer.
Las aves nacieron cuando uno de ellos cantó en la playa con su guitarra al viento y
cada melodía se hizo jazmín, acacia, jilguero, torcaza, y sus plumas crecieron cuando un
pensamiento íntimo se hizo posible afuera: un pensamiento que llamaban libertad.
Y el sol se cobijó en sus cabellos que crecían como pétalos de la estación más bella,
y entonces, un día, ellos se fueron, los seres primordiales se fueron.
Pero nos dejaron en el lugar sagrado aquello que traían desde dónde vinieron, algo
para que no llegara el olvido, no nos dejaron el recuerdo, no, nos dejaron el alma
escondida en la sacralidad de sus días: paz, amor, libertad, sueños, frescor, y
pensamientos.
Y con ello un simple mandato, si no encontramos el alma perderemos el lugar
sagrado y con ello entonces advendrá el recuerdo y con él, el olvido.

11
Dante Sierra op-cit

23
Por ello es necesario recordar y después, volver a lo eternamente atemporal, el
retorno a lo natural, a la libertad, a ser críticos, a buscar lo individual, volver a reconstruir
el alma antes que nos llegue el olvido.

24
Capítulo II

Villa Gesell significa balneario o ciudad balnearia y con todo lo que significa ello,
un lugar de veraneo, descanso, ocio, etc. para aquellos que desean disfrutar de sus
vacaciones en la costa atlántica.
Su costanera, sus playas, su pinar, sus boliches, sus negocios, el mar, el faro y su naturaleza
conforman al ambiente y el ámbito receptor y acogedor abierto al turismo.
El turista, ese sujeto anónimo que viene a Gesell enfrascado en la ritualidad que
significa el vacacionar en el mar, de pasar sus días más esperados del año, en un lugar que
en antaño fue, sin lugar a duda, un espacio emparentado con lo distinto, lo diferente, lo
novedoso que lo fue mitificando, un espacio que supo ser; y que le doto de alma, y que hoy,
sólo es el cuerpo, tal como dice la canción “cuerpo sin alma”.
¿Quién fue o fueron aquellos que acuñaron el alma de Gesell?, ciertamente no
fueron los llamados pioneros, aquellos no fueron tales por su espíritu aventurero sino
comercial, fuente de trabajo o posible enriquecimiento rápido que le hizo acudir al lugar. El
pionero aportó su poca o mucha riqueza, su mano de obra y acompañó al imaginario que el
fundador de la naciente comunidad imprimió a su labor, un balneario y con ello la
capacidad anfitriona para captar al turista.
Seamos claros, una visión financiera necesariamente no implica la creación de una
determinada identidad cuando se pone en juego la creación de un lugar turístico, ¿quién
entonces le proporciona esa identidad?. ¿ El turista, el que se instala por un par de años y
vuelve a migrar, aquellos que construyeron los primeros edificios, crearon las primeras
instituciones o por el contrario aquellos sujetos no envueltos en un estereotipo social y que
en cierto sentido van contra lo establecido y que en su conducta singular manifestaron
ciertas formas de concebir la realidad?.
La identidad de un lugar se encuentra expresada en sus formas materiales y
culturales y en sus personas, el alma de un lugar son sus personas, su gente y aquí es
menester hacer la tajante distinción, no cualquier persona sino aquellos buscadores de un
lugar que acompañe a sus formas de vida y con ello impregnar el lugar de sus
pensamientos, hechos, ideas, etc., es decir, la identidad como la personalidad implica un
sello distintivo, un estilo que no es producto de la masificación y por ello bien se puede
destacar.
El alma de Villa Gesell se fue construyendo en los años sesenta, época lúcida a un
nivel internacional, gestadora de movimientos revolucionarios, e independentista de los
países africanos, agitaciones sociales, desarrollo tecnológico, movimientos de nuevas
formas comunitarias como el hippismo, etc.
El cuerpo de Gesell en los años sesenta era un grupo de construcciones aglutinadas
entre diez cuadras de largo y cinco de ancho que el fundador para generar desarrollo
edilicio había acuñado la siguiente frase comercial “ el balneario que se recomienda de
amigo a amigo” acompañándola con unas medidas de inversión que sería el llamado “plan
galopante”. Con un escaso desarrollo edilicio Gesell estaba circundada por una casi vasta
naturaleza llena de contrastes: por un lado un exuberante pinar, por otro la extensa playa,
un vergel de dunas y la acogedora sencillez del habitante. Al no existir un fuerte
crecimiento institucional acampar entre las dunas, pedir permiso a cualquier dueño para
poner una carpa y pedir agua, hacer fogones en la playa, cabalgar, guitarrear y no recibir
una masificación aturdida y aturdidora de personas, hacía de Gesell un lugar no sólo para
descansar sino también un lugar que invitaba a la reflexión, y al pensamiento.
En una parte anterior dijimos que Gesell fue un lugar mítico; con ello queremos
decir que este lugar era parte de un recorrido que entrelazaba las siguientes provincias y
lugares como El Bolsón en Río Negro, un sector de la cordillera de Mendoza siguiendo el
movimiento generado por Silo que llamó “La Comunidad” y una zona de la provincia de

25
Córdoba, una suerte de trilogía que alguna gente de los sesenta comenzó a recorrer, pues
bien, esa gente es la que fue dando y pergeñando el alma de Gesell que proveyó un
imaginario cultural creativo y un estilo de vida que atrapó posteriormente a una generación
de la cual tuvimos su presencia y su vida y que de una forma ellos se encargaron de
trasmitir.
La paradoja de esta alma geselina fue que ha medida en que el cuerpo edilicio,
social e institucional crecía, fue desapareciendo y con ello, se fue forjando lo que el turista
hoy día vive y consume: una Villa Gesell anfitriona sin el sello de otrora, el lugar para
pensar, amar, descansar y disfrutar, sin necesariamente entrar en la furia del consumir de su
tiempo libre.
La presente reseña es la mirada de aquellos que de una forma u otra hicieron y
contribuyeron a crear, esparcir y porque no a mantener esa alma en la simpleza de un relato
o en el recuerdo narrado.
El espíritu de la época
en la Villa, jóvenes
bailando en plena
calle. Gentileza museo.

2.1¿En busca de qué?

En el pensamiento mítico por ejemplo el ejercido por los aborígenes australianos el


hombre no es libre de vagar a su voluntad por el territorio que recorre, por el contrario debe
seguir ciertas huellas, ciertas pautas, ciertos signos, ya que la espacialidad que debe recorrer
lo hace desde una previa concepción de actualización. ¿Qué debe actualizar el hombre
primitivo?, el paso primordial de los seres sobrenaturales que dieron origen y sentido a ese
espacio, es un espacio sagrado, por ello el hombre profano para entrar en la dimensión
sagrada de lo cotidiano no puede transitar ese territorio de acuerdo a su voluntad.
Haciendo una suerte de analogía entre la concepción mítica y contemporánea bien
puede decirse que cuando en los años sesenta se elegía ir a Gesell tal elección no era
azarosa ni gratuita, el imaginario que rondaba, es decir, la actualización de lo que se decía
que había en Gesell era una especie de mundo abierto a las expresiones individuales,
creativas de las personas, una mitificación rondaba y ejercía su influencia a la hora de la
elección. La condición urbana de la época también aportaba su carisma ya que la escasa
densidad edilicia, la nula pavimentación, y la poca maquinaria de diversión montada en la
Villa eran elementos que estimulaban el ejercicio de una presencia activa antes que pasiva.
Cuando de viajar se trata se debe tener presente la siguiente distinción: o me quiero
alejar de donde me encuentro o por el contrario voy a lo que quiero encontrar, es decir, en
la primer instancia lo importante es el alejarme de y el destino no tiene mayor injerencia en
mi elección; quizás, en esa primera instancia lo que prevalezca sean las condiciones
edilicias y de servicios, más la publicidad agregada las que guíen la elección o el destino
turístico, ahora, es en la segunda instancia especialmente en la década del sesenta que

26
Gesell crea y gesta su propuesta anímica, el ánima del cuerpo1, el lugar invitaba, no a la
alienación sino al contacto interior, a la exteriorización, a la participación y al encuentro
con otros.
Gesell se transforma en un lugar de encuentros y por lo tanto de ritualidades, los
rituales de la época serán los fogones en la playa hasta la madrugada, el dormir en la playa,
el juntarse en cualquier esquina a tocar la guitarra, a discutir las ideas en cualquiera de los
escasos negocios de cafés, a cabalgar y a pasear por las altas dunas, a acampar entre ellas y
contemplar el cielo estrellado en medio de la noche.
El ritual no es algo que se construye o se hace sin noción de lo que se hace, tiene la
siguiente significación: el hacer que nada cambie en una marco social pero en su fuero
íntimo, entre aquellos que lo recrean, los transporta hacia algo nuevo y diferente, por ello
Gesell se transforma en un lugar de ritual, el mayor de ellos es el encuentro, encuentro con
aquellos de que de una un otra forma están en lo mismo y al cual se va descubriendo, y para
ello es necesario el ejercicio pleno de la libertad, que pueda generar las condiciones para la
expresión tal como se es y entonces sí, las condiciones del o de los encuentros están dadas.
Lo que se busca no es claro, pero lo saliente es que se va a ese lugar no como escape
de otro lugar sino como posible encuentro de algo distinto, novedoso, en donde el ámbito
natural no es lo determinante si bien acompaña no es importante, lo importante son las
acciones de los sujetos que se ritualizarán y que construirán el imaginario de la libertad, la
creación, la amistad y la honestidad, todo ello enclavado en Villa Gesell.
Al igual que al pensamiento mítico, el hombre que quiere entrar en una dimensión
distinta y que debe recorrer la espacialidad circundante de formas prefijadas, el hombre de
los años sesenta en Gesell si bien no mitificó en el sentido anteriormente dicho construyó
un imaginario de un lugar en la cual eran posibles ciertas experiencias que lindaban en otro
tiempo y en otro lugar, lejos de su cotidianeidad.
Quizá la mejor respuesta a la pregunta del capítulo sea: libertad, si, la Gesell de los
años sesenta fue generosa en ese concepto clave para la época, creo que es necesario aclarar
este concepto y su repercusión en cada individuo por lo que nos encontraríamos frente a un
mitologema.2 Un mitologema es una construcción simbólica y que tuvo la ventaja de
generar en el hombre primitivo un juego de representación en su mente, es decir, abrió la
capacidad mental del hombre arcaico ya que esa capacidad confirió a las cosas de la
naturaleza un significado simbólico que antes no la tenía, así, la lluvia, el fuego, el culto al
cráneo, al oso fueron elementos que vehiculizaban sentidos, de esa misma suerte Gesell
vehiculizó el concepto de libertad. distinción
Como también es menester señalar la relación roussoniana del buen salvaje cuya
condición era posibilitada por un ambiente alejado de lo social con el imaginario de libertad
que inevitablemente despierta o se patentiza en todo ambiente natural, de allí que la
siguiente analogía: sociedad, ciudad y normatividades versus naturaleza, libertad y Villa
Gesell, hubiera sido una construcción pertinente en el imaginario de la época.
Si en términos temporales nos focalizamos en los sesenta, en términos espaciales es
posible señalar que a falta de una masificación de veraneantes hay un comienzo, un
“principio” de tales veraneantes y que será de la zona de San Isidro, lugar que no es gratuito
ya que cuenta entre sus vecinos a muchos alemanes que como ya se sabe es el país oriundo
de los padres del fundador.

2.2 Estelas y estrellas

1
El ánima como principio vital es una distinción aristotélica en De Anima acerca la relación de lo sensitivo,
lo vegetativo y lo intelectual o sea, tres tipos de almas, en la dualidad de la materia y la forma.
2
Tal concepto es acuñado por Luis Cencillo en su obra acerca del mito con el cual quiere significar el alto
grado simbólico, generando una capacidad en la mente del hombre primitivo de asignar significados
simbólicos a las cosas naturales en: Mito Semántica y realidad. Ed. Católica. 1970

27
Helga Baier tiene un aspecto juvenil, una silueta juvenil y una mirada juvenil, es
amable y cierta aureola le rodea, esa aureola que puede mal interpretarse de pedantería
cuando en el fondo es una actitud de ensimismamiento, cuando se habla con Helga es
necesario estar alertas hasta que uno se acostumbra ya que al principio su castellano está
impregnado de cierto acento alemán. Ella quería saber el por qué de la entrevista y cuando
se le dijo el porqué de la misma, sus apreciaciones acerca del Gesell de los sesenta
comenzaron a fluir de la siguiente forma, “Era el tiempo en que la belleza reinaba, un
paraíso, en la cual encontré un hermoso lugar en la que podía ir a caminar, andar hasta los
médanos por la playa, la gente era excelente, y de una forma u otra me sentía como
trasladada a Europa, cabalgar, ir al camping, visitar a los chicos, a bailar a estar entre ellos,
había mucha juventud bien”.
Ella vino a trabajar de camarera en los años sesenta y siete o sesenta y ocho por una
temporada, el hecho de saber algo del idioma alemán e inglés la ayudó ya que en el hotel
donde ella trabajaba venían gente importante como embajadores de Alemania, de Francia.
Ella no sabía quien era Carlos Gesell ni de su historia, lo que sabía era la imagen del viejo
de los médanos que creó este lugar para la gente.
Cuando se le formula a Helga sobre el por qué se dió aquí ese grado de libertad nos
va a decir que mucho tuvo que ver el origen alemán, ya que la familia latina tiene una
forma diferente de ver a la familia, el amor entre los alemanes es una suerte de virtud, de
allí que los chicos de esas familias tenían paz, tranquilidad, y eso se trasladaría en la
formación de sus hijos y que Villa Gesell absorvería esa mentalidad se haría bajo esa
mentalidad libre, un espíritu nórdico de libertad sana.
A primera instancia quizá puede resultar chocante la consideración de nuestra
entrevistada acerca del sentido germano y latino de la familia pero es necesario destacar
que una ética que tiene entre sus raíces el espíritu de la reforma que al secularizar su deber
dejó de lado la noción religiosa para formar parte de un deber asociado al cuidado del niño
y por lo tanto la cantidad de hijos debía disminuir considerablemente en las familias bien
marca la distinción señalada por Helga, también puede agregarse que las familias de tipo
burguesas acataron con mayor énfasis la norma moral del cuidado del niño que
implícitamente limitaba la cantidad hijos, ya que no era una cuestión de cantidad sino de
calidad sujeto a las bondades que les podrían brindar como formación, educación y
posibilidad a sus propios hijos.3
Helga hablará acerca de o de los grandes karmas4 que se generaron en Gesell, es
decir, vivencias fuertes, de uno u otra forma esa instancia profunda de la relación humana,
por ejemplo la pareja, ya que este lugar en invierno se crea una especial atmósfera de
ensimismamiento y por lo tanto el lugar es totalmente desenmarcarador. De hecho, no
cualquier persona o pareja que esté acostumbrada a las características de los centros urbano
está en condiciones de adaptarse a la vida del invierno de Gesell
Dirá que lo negativo le gana a lo positivo, la ciudad gana como cosa negativa, el
crecimiento de la gente y eso será alrededor del 78, Helga, quizás con cierta nostalgia nos
dirá, “ Antes la gente buscaba vacaciones tranquilas - y afirmará que - los rituales de
Gesell se perdieron, hay lámparas y luces, la gente busca seguridad, hoy hay un turismo
común, antes la gente buscaba el aire libre, el bosque, era gente recomendada, se conjugaba
la libertad y la naturaleza. Era sentirse libre en la propia naturaleza era volver al origen de

3
Tal foma de concebir el deber moral lo dice Gilles Lipovetsky en su libro “El crepúsculo del deber” Ed.
Anagrama. 1994
4
La idea de karma pertenece al mundo asiático en la cual una persona en el peregrinar que significa su
perfección decide reencarnar bajo tales circunstancias para poder superar escollos y lograr un mayor
desarrollo espiritual.

28
uno, las plantas, la tierra, la belleza, se va el miedo, las olas del mar que en la noche
golpean es impagable”.
“Todo eso es una imagen que nos dice que uno está libre. Atrás no se puede volver,
Mar Azul es lindo para la gente joven pero le falta el espíritu de aquella época”.
Hay una anécdota sobre Helga y que se sitúa en el año 78 ya que en ese año una
revista de variedades Radiolándia publicó entre sus páginas una nota titulada el Robinson
Crousoe femenino en Villa Gesell, cuando se le preguntó el motivo y los entretelones de tal
nota ella lo aclaró de la siguiente forma: “Salía de una ruptura de una pareja, y unos
amigos del balneario El Atlántico me ponen en contacto con un periodista de Radiolándia
para que me hiciera una nota, algo comercial, en definitiva la publicidad dio sus frutos,
pude trabajar bien esa temporada”.
Es necesario aclarar que nuestra entrevistada es astróloga vive de la confección de
cartas natales y todo lo relacionado con el mundo de la astrología y el Tároc. El gusto por
la astrología viene de familia ya que su abuelo fue un pescador y estaba en relación con las
estrellas cuando lo sorprendía la noche, y él le comunicó esa dimensión astral,
trasmitiéndole ese gusto por el firmamento, su abuelo era de Hamburgo. Helga vino en un
barco de guerra reformado a la República Argentina cuyo viaje duró un mes, siendo uno de
sus mejores recuerdos la pesca que realizaba en alta mar en plena travesía.
.”Las temporadas de antes duraban cuatro meses – recuerda Helga - se inauguraba el
dos de Diciembre y finalizaba el dos de Abril y era otro clima, bastante regular”.
Quizá sintéticamente se resuma el pensamiento de Helga sobre el espíritu geselino
cuando afirma que ese espíritu es la gente que viene con idealismo, pero que no todos están
preparados para vivir aquí en invierno, ya que el invierno imprime a aquellos que no están
preparados condiciones duras en la experiencia de relación y de convivencia, es común la
separación de las mismas como los cambios de estilos de vida, y ese espíritu de los sesenta
halla devenido en otro espíritu que se patentiza en el invierno de Gesell.
La autenticidad, y qué queremos decir con autenticidad sino que en el fondo de
toda manifestación subyazca cierta mismidad, es decir, de uno para con uno, no como mera
reacción a un medio sino como expresión original de una acción centrada desde si. Esto que
parece un tema menor no lo es, ya que en el fondo es un tema que nos patentiza la
alineación tan característica en nuestro tiempo, por ello hay ciertos conceptos que
trasmiten sentidos para decir no alienado, por lo que cuando decimos espíritu decimos una
acción que surge desde nosotros hacia una finalidad que nosotros hemos construido sin ser
una mera reacción al medio sino como sentido construido de nuestra originalidad. Si hoy,
la ciudad se impuso a la Villa y el alma estaba en la Villa, hoy la ciudad debe contener en
algo a la Villa y todo lo que ello implica, por lo que el alma aun sería, entonces, como lo a
sido desde siempre una dadora de sentido y de vida, ya que en donde no hay alma solo
existe un desfondamiento.
Lo expuesto anteriormente bien puede ser considerado con mayor minuciosidad ya
que la ciudad en la Villa a dado la siguiente paradoja: que la ciudad no funciona en
términos de las metrópolis sino que sólo es ciudad en términos edilicios y cierta
complejidad institucional, la ciudad no tiene el perfil de la ciudad porque ha adoptado el
perfil de la Villa y con ella el advenir de una nueva manera de estar, que no será la del
verano de los sesenta sino la del milenio que transitamos, aun hoy, el invierno de la Villa
tampoco es el invierno de “ aquella” Villa..

2.3 Galería del Este

Se llama Hector Tilger pero se lo conoce como Ecu es mozo en temporada pero es
más que eso, aventurero, caminante de temporadas, elocuente, buen tipo para que en una
noche de febrero realizáramos la entrevista y por supuesto con una pregunta inicial: la
vanguardia que caracterizó a Gesell en los sesenta, y nos respondería que, ”Entre la

29
bohemia de los 70 en Bs.As. un sector que venía para acá, se refería a este lugar como que
aquí estaba el paraíso. Recuerdo que es esa época en el Di Tella, estaba Marta Minujin,
Peralta Ramos, Nacha Guevara, Almendra, Manal, todos ellos se movían en ese ámbito. Yo
trabajaba en el 68 en la Galería del Este que fue la famosa manzana loca, bueno, sería esa
gente, la que frecuentaba esa zona la que aparecerá por acá por Gesell y se hablaba de un
lugar creativo, una naturaleza por excelencia, pura, se hablaba del loco de los médanos”.
A la pregunta de porqué se dio en Gesell ese movimiento y no en otros lugares muy
parecidos en la costa Ecu responde que, “ Fue por la importancia de haberse filmado una
película en los años sesenta muy famosa que se llamaba “Humo de Marihuana” actuada por
Marcela Lopez Rey, Carlos Estrada, Thelma Biral entre otros, bueno, eso sería un elemento
más del grupo de gente que se movía en ese círculo, y donde lo más importante es que la
película fue filmada aquí en Gesell. Por lo que se comienza ha asociar a la Villa como un
contexto de creación, se comienza a hablar de Gesell y a describirlo como un estado de
libertad, de una forma de vivir diferente ante la opresión de la ciudad en una época donde
estaba todavía la dictadura de Onganía, hablamos del 66 donde los pelos cortos eran la
expresión de esa época, yo fui preso dos veces por el pelo largo y me lo cortaron dos veces
en la comisaría, y encima me lo cortaron mal”.
Gesell como medida estratégica para una rápida y formal construcción de su
proyecto acuñó el llamado “Plan
Galopante” un plan en la cual
consistía que un propietario que
construía su chalet en un período
de seis meses pagaba la mitad del
precio del terreno, la cuestión
principal era que las
construcciones debían ser de
material y así propiciar un
desarrollo edilicio con una base
estética apropiada a la condición
de balneario de la Villa.
La visiones van
cambiando de acuerdo al
observador, ese simple cuño que
Einstein sintetiza de la Teoría de
la Relatividad también es
aplicable al ámbito de nuestro
entrevistado al decir que, “Por el
plan galopante comienza una
inmigración media masiva y se
mezcla de todo y ahí se pudre, en esa época había gente finísima, gente cultísima en el
aspecto que te daba gusto estar acá, Peralta Ramos, Bergara Leuman, Mercedes Sosa, el
primer tablado de los Pericé estaba en la 127 en la torre de Harri”.

El mítico instituto Di Tella que lindando con la Galería del Este se convertirían en focos de
reunión de la gente creativa en lo artesanal, estético e intelectual.♠

“ Todo eso nuevo arranca con el velódromo que eran unos recitales que se llamaban
al aire libre, donde toda esa gente se juntaba para vivir de otra forma, yo incluido, que no
era el pelo corto ni el saco y corbata, te hablo del año 68, 69, el resabio de lo que vino de
Woodstock, recuerdo que en esa época estaba de moda el fitito y había unos chicos, los


La foto pertenece a la obra ya citada de Romero Brest

30
“Popis” un matrimonio que hacían todo una psicodelia pintando el auto, bueno esa gente yo
la veía todos los días en la Galería del Este”.
A la hora de narrar personajes de Galería del Este Ecu los va enumerando de la
siguiente forma, “Como también veías a Rosita Frufrú que hacía todas las camisas de satén,
a Joe pucho que vendía puchos. Yo trabajaba con quien trajo toda la parte de posters,
tarjetas, que era el hijo de la casa Quieso, Mario Jorge Quieso, ¿quién no tenía un corderito
afuera de Vargas Machuca?... En el Instituto Di Tella podías pintar, chicos repartiendo
dibujos, esa cosa de explayarse de los chicos de “hacé lo que quieras”, ahí vino el puente.
Se comienza a descubrir este lugar y comienza a hacerse under, en el sentido actual de la
palabra, entre lo esnob que había mucho, había gente de mucho dinero, mucho, veías gente
con visón”.
Como bien puede apreciarse hay una suerte de relación entre el poder adquisitivo, el
ocio y el lugar para vacacionar como también en el caso puntual del ocio en la visión de De
Gracia que inspirándose en el modelo de la antigua Grecia verá al ocio como forma ideal
de ser, del ser aristocrático, por encima de la capacidad de la mayoría, en la clase ociosa
creadora de cultura.5
“ La gente –continúa diciendo Ecu- para divertirse venía por acá y no para Pinamar.
Gesell era una libertad tan absoluta que todo el mundo la quería disfrutar, así como la gente
pasaba por la Galería Del Este para ver algo diferente, pelo largo, bermudas, camisas
floreadas, una mujer con una blusa transparente así la gente venía para Gesell”
“ Un fermento ideológico que valorizaba la libertad, el amor, la solidaridad, la
alternativa social en términos de una nueva comunidad se gestaba en el país en la cual
nombres como el de Silo con su movimiento humanista, los Hare Khrinsna, los niños de
Dios, Ananda Marga, etc. aportaron elementos de análisis y de resistencia al sistema de
obscuridad”.
Ese espíritu (el alemán) en palabras de Helga sería el que generaría las condiciones
de libertad que nutrieron a la Gesell de esa aquella época, y habría de surgir un murmullo el
cual sonará fuerte entre los artesanos de la Galería del Este lugar mixturado con los
intelectuales del Instituto Di Tella según conceptos vertidos por Ecu., el contenido de ese
murmullo es que en Gesell hay un ambiente natural y un espacio de amplia libertad. Por
ello, una suerte o especie de vanguardia advendrá, pensadores, artesanos, bohemios y un
naciente hippismo habrán de ser la contracara a un sistema fuertemente cuestionado en
todos sus órdenes tanto a nivel local como a nivel internacional.
Las formas o maneras de expresión a veces son más importantes que los conceptos
de fondo que las sustenta como por ejemplo el fenómeno del sensualismo que significó en
la época un trasfondo de libertad, tal es la asociación que se va a dar en Gesell. Como lo va
a decir Ecu, “Acá era como un vamos a disfrutar más ,vamos a sacarnos las camisas, vamos
a caminar por la playa, a hacer fogones y te digo de verdad, era más sensualista, la gente
estaba guitarreando, comiendo, fumando, lo que sea, nadie rompía la paciencia ni haciendo
descontrol como es ahora que ves a las 7.00 hs. de la mañana y me asusto de ver esta gente
joven destruida, porque yo me emborrachaba pero me reía, no molestaba a nadie, estaba
con mi grupo de amigos donde generalmente siempre había un líder que cuidaba al otro,
había otro tipo de organización mental, tiene que ver mucho con las conductas sociales”.
E inevitablemente la comparación, “Hoy por hoy eso no existe a los ojos por más
que uno quiera, yo sigo amándolo y lo seguiré amando toda la vida, antes te fumabas un
porro y te reías hoy ver eso no me moviliza para nada”. El término libertad o la valoración
acerca del término juega un rol importante a la hora de decidir acerca de la configuración
de Gesell, por lo que, “Una liberación incluso visual, no donde se me mete un departamento
una casa, eso es lo que la gente, creo, buscaba al elegir, de que a las tres de la mañana

5
Tal es la tesis de Adolfo De Gracia en su obra “ Tiempo, Trabajo y Ocio” citado por Fréderic Munné en
“Psicosociología del tiempo libre”. Ed.Trillas. 1999

31
podías estar tirado en la playa tocando la guitarra o cantando y nadie molestaba y vos no
molestabas a nadie, donde cada uno hacía su historia”.
“Era caminar en la noche y era encontrar gente que fogoneaba y que estaba
comiendo papa o batata, cantando, eso era compartir, una cosa que hoy no se hace, había un
campanario en la zona norte, la madre de Cristobal que tocaba una campana de bronce a la
hora de comer y daba de morfar a todo el mundo, los pendejos iban a comer corriendo todo
ahí, sabías que a la hora de comer ahí estaba la comida, eso era compartir, ¿eso hoy quien
lo hace?, nadie”.
La falta de una fuerte institucionalización parece que generó lazos fuertes de formas
de ser que Ecu denominará en términos de comunidad, ya que ésta, ” Reconocía como parte
del ritual a la campana como el palenque en el auge de La Jirafa Roja, estaba arriba ese
médano atrás y vos decías – ché quiero un café - y tenías un café, quiero un whisky y el
whisky llegaba, hoy pedís un whisky desde el tercero y llega el vaso vacío, se lo tomaron,
teníamos nuestra botella, había códigos como la botella de él, mi botella, códigos de respeto
humano y la edad de esa gente era joven como gente mayor, había un respeto generacional.
Por ejemplo la gente mayor del Di Tella me había adoptado por suerte porque sino hubiera
sido un idiota, salí del secundario del Bs.As y me metí allí, y te digo porqué me metí allí,
venía de chorear un libro en El Ateneo, me lo afané me lo metí bajo el brazo y me fui
contento con mi saquito azul, y un loco amigo mío me metió en la Galería del Este y de allí
me llevó al instituto”.
Ecu rememora que “ La movida del artesano a finales de los sesenta estaba en la
Galería Combo 105 y Av.3 pinturas en carbonilla por Patricio, El Asadito de Pedro Laino,
asado, peña, música y lugar de encuentro de artistas como Falú, Victor y su madre de pelo
blanco, artesanos que trabajaban el cuero, como el café ubicado al lado del cine que era el
café de Panza, café de filtro con la jarra, al lado de la panquequería Carlitos junto a su gran
Pelé, cuyo concursante asíduo era el flaco Spineta. Es necesario aclarar - enfatiza Ecu - que
no era el típico negocio sino que se acercaba a la barra y se consumía, es decir el consumo
pasaba a segundo grado cuya importancia era el lugar de encuentro”.
“Si se encaraba la noche, ésta consistía en donde ir a guitarrear o a bailar a Cariño
con un horario hasta las 3 de la mañana y si era hasta la salida del sol, esto pertenecía la
consigna de aquellos que frecuentaban a la Bota Rota. Como un boliche under era Zácate,
marginal, escondido”.
Y para terminar Ecu sentenciará que, “ Después vinieron los buitres, una gentuza,
eso no se puede depurar, y creció bajo la inocencia de lo otro, eso es el buitraje, ¿me
preguntás cuándo comienza lo artesanal?, aparece en los 70, la artesanía era un modo de
vida, en Gesell, El Bolsón y San Marcos Sierra después.
Algunas palabras quedan sueltas pero es preferible escribirlas antes que perderlas ya
que guardan una significación que trasmiten y sugieren cosas como por ejemplo:
Gesell siempre fue para mi como un lugar de despegue, mucha gente quiere
quedarse, en esa época, y en algún momento te pega, te ayuda a despegar, no es un lugar
careta., por ejemplo podías almorzar con un simple short, esa sensación era diferente (se
refiere a la playa).
¿Qué hay acá hoy día?, con el olor de Agosto te quedás, con el olor de los aromos te
quedás, si sos amante del olor te quedás, cuando llegás a Gesell hay un aroma que te recibe,
es el E.T. que desea llegar a su casa, jamás usé documento o preocupado por él y hoy eso
pasa.
Yo vivía con mis puertas abiertas, el que toca el timbre no es de acá, mis amigos
que venían de BsAs. les resultaba extraño, esa ansia de libertad, seguridad, del que entra es
un amigo, es de acá. Algo de esto fue cambiando, hoy somos muchos, en la gran cantidad
eso no se puede ver.

32
¿Gesell se convirtió en un aguantadero?, gente que venía huyendo de Bs.As. el
refugio de los desamparados. Que no era la gente de los sesenta, había otro vínculo y hoy
tratamos de mantener esos vínculos (según la opinión de una interlocutora presente)
Uno de mis rituales antes de venir a vivir aquí era el de dormir en el bosque, cerca
de la casa de Gesell y al despertarme iba a bañarme al mar, ese era un ritual porque yo
debía conseguir trabajo y después que conseguía trabajo conseguía vivienda y era todo así,
sucesivo y lo hacía todos los veranos que venía.
El balneario que se recomienda de amigo a amigo era amigo alemán y no italiano.
La importancia de andar descalzo, era todo arena, a veces extrañaba la tierra, entonces que
hacía, me iba a Madariaga, hacía un paseo a Madariaga y veía tierra
Neke vivía en la Torre de Harri, ¿ y el tío Hernán?, yo viví en la torre porque trabajé
en el vivero de Claudia Gesell (nieta del fundador)cuando lo tenía en el frente. Darío, el
chino y el tío vivían en la torre, y en la esquina estaba “El Soraya” que fue el primer
tablado de los Pericet.

Luisa Pericet en
su show con su
hermano Angel
Pericet en 1968 en
el Café Concert
008. Gentileza Sr.
del Campo

Los Gesell
respecto a la
movida aportaron
muy poco, el
Acuario de
Roberto Gesell,
(hijo del
fundador) único
en Latinoamérica
fue el aporte de esa movida a finales de los setenta.

2.4 Del mito o la fabulación

Marcela Gonzales hace 32 años que está en Gesell, siendo niña con sus padres llegó
por primera vez y paradójicamente comenzó a valorar a la Villa cuando se fue por primera
vez en el año 74, 75 a Bs.As. y sin embargo no tardó en volver porque extrañaba. “ La
forma de vida que aquí llevás y si preguntás en qué consiste esa forma te digo que Gesell es
muy particular, sos libre, tenés tiempo y te atrapa, te doy un ejemplo con mi ida a
Bariloche, yo me fui en el 87 un paisaje hermoso pero es pinchudo por las plantas
pinchudas que hay, en Gesell podés tirarte en cualquier lado y no hay nada que te moleste
en su naturaleza podés convivir con el paisaje. Pero volviendo al año 70 yo creo que había
una revolución y que Gesell fue un poco el referente de esa revolución social, cultural”.
Marcela se enfrasca en el recuerdo en el que, “Todos los veranos se llenaba de
artesanos, de músicos, de gente que venía a buscar el contacto con esa gente distinta,
también cuna de otras cosas que no están muy bien vistas como drogas, una libertad por ahí
desmedida para la época. Venía gente muy “marginal”, es decir todo ese movimiento
hippie, todo ese movimiento artístico, cultural diferente era un poco marginal y la gente
venía a convivir con eso durante 10 o 15 días, y ese movimiento no existía en Pinamar”

33
“ Pinamar es otro balneario a 22 kms. de Gesell y casi tiene la misma característica
en cuanto a su naturaleza, pero la exclusividad se centró en Pinamar según el poder
adquisitivo y eso ocurrió desde sus principios – nos dirá nuestra entrevistada -, ya que el
viejo Gesell era el loco de los médanos mientras que en Pinamar eran los Bunge y Born y
eso te capta un público distinto”.
“Los comerciantes de Gesell que no estaban en esa movida vivían con los que le
permitía el trabajar tres o cuatro meses de temporada, no nos olvidemos que antes las
temporadas empezaban en Diciembre y terminaban el 15 o el 20 de Marzo, es decir, que
por 90 o 95 días de trabajo eso les permitía vivir todo el año a casi el 90 por ciento de los
que tenían balnearios y comercios. Hoy no viven en Gesell, juntan la plata la ponen en el
banco y se van y viven en el invierno en otro lado y eso hace que Gesell se vaya
descapitalizando constantemente, por eso vivimos cada vez peor en invierno”.
Es necesario aclarar que los grados de desocupación a finales de los 60 no son
comparables con los grados actuales, la práctica informal de la economía llámese
cuentapropismo o trabajador golondrina era una práctica corriente ya que el sistema
productivo era mucho más activo en la época mencionada y permitía abordar nuevas
posibilidades ante los espacios que se generaban, no es de extrañar entonces que el migrar a
otras localidades que generaban una fuerte promesa en lo laboral halla sido una práctica
corriente.
La apertura laboral que generaba un balneario que generaba un espacio nuevo no
fue desaprovechado y Marcela dirá que, “ La gente vino a vivir acá porque Gesell te
permitía trabajar tres meses y descansar el resto. En los 70 éramos poquitos, un Boulevard
había en la Av.3, recién se comenzaba a construir la terminal, que el asfalto llegaba hasta El
Gateado”.
“Era mas hippie que cultural la Gesell de los 70, el artesano fue muy importante ya
que ser artesano implicaba una filosofía, era estar al margen de una movida económica, era
estar al margen de una sociedad era como un puesto revolucionario, hoy ya no es así, hoy
sólo ves la onda nada más porque en realidad hoy están totalmente sumergidos en la
sociedad y hoy ya no es contestatario ser artesano, y todo eso fue provocando un halo de
misterio y de cosa rara y de libertad, y vos que cruzabas la 9 de Julio con 30 grados de calor
y que ibas a trabajar al banco te deslumbraba un poco por ahí la gente descalza, la gente en
fogones, por eso venías por 15 días a Gesell para convivir con eso”.
Nadie será sorprendido si decimos que a Villa Gesell se la relacionó fuertemente
con los hippies. Una mirada macro a nivel internacional nos muestra a los años sesenta
como los más creativos en el plano político y cultural, pero lo que nos interesa destacar en
especial de esa década el gran fenómeno contracultural ocurrido en Estados Unidos que se
lo denominó hippismo, o sea, los hippies. Este movimiento, los integrantes de tal
movimiento eran jóvenes que pertenecían a la clase media norteamericana y que a la larga
hubo de influir en el resto de occidente, su lema era cambiar la sociedad y enfatizaba la
libertad como el rompimiento del compromiso conyugal para ejercer la sexualidad.
La ritualidad del hippie se cristalizó en su apariencia el dejarse la barba algo
contestatario ante la exigencia de su sociedad de ir afeitado a trabajar, los colores vivos de
sus ropas que contrastaban notablemente ante el formalismo del traje, el icono de las flores
cono símbolo de paz en oposición a las acciones crecientes en el lejano sudeste asiático que
devendría en la guerra de Vietnám. La forma de ganarse la vida de los hippies era la
artesanía y su sistema de convivencia abogaba por una comunidad sin jerarquía alguna.
Aclarado este punto Marcela dirá que, “ Los que se quedaban eran los comerciantes,
los hippies no, había dos o tres artesanos en la Galería Combo que vivían todo el año pero
eran pocos, artistas no se quedaban por ejemplo todo en mundo habla de Carlos Barocela,
el mito de Barocela, Carlos Barocela venía el 15 de Diciembre y se iba el 15 de Marzo, no
vivió acá, sólo esporádicamente pero yo no sé si él es un exponente de la cultura geselina,

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escribió algunas canciones a Villa Gesell, explotó la onda comercial de Villa Gesell pero
nada más”.
También estaba presente en la charla Marta Vogler que había guardado un
respetuoso silencio, ella es marplatense y junto con Marcela explotan una juguera en la
playa, Marta manifiesta que en esa época de los sesenta en Mar del Plata sobre Gesell, a un
nivel popular, se la ignoraba totalmente, “ Yo tengo la referencia por mi viejo pero la gente
no hablaba de Villa Gesell, yo supe que existía este lugar por las conversaciones de papá
con Don Carlos pero de otra manera ni en el mapa estaba”
El padre de Marta conoció a Carlos Gesell en año 30 o 32 en la Plata y cuando el
fundador quiso venir para acá (Gesell) le dijo a su padre que se viniera con él cosa que su
padre desistió.
En un principio Marta quiso ir a Pinamar y una vez allá decidió que no era lo que
buscaba comercialmente hablando y cuando se volvía a Mar del Plata, desilusionada, pasa
por Gesell ve un local que le gustó y lo alquila, así, “ Aquí encontré tranquilidad, vida
familiar y una buena temporada en la que podías vivir holgadamente todo el invierno”.
Marcela y Marta van a ir aportando sus respectivas visiones sobre la forma en la
cual Gesell nació y creció por el idealismo de un aventurero que con tal de hacer crecer esto
daba tremendas facilidades a la gente que quería venir a radicarse y a trabajar, por el
contrario Pinamar nació de una elite, no hay que olvidarse que los Guerreros, los Shaw eran
gente de sociedad y mucho dinero que comenzaron un emprendimiento haciendo una
discriminación –según Marta- el negrito a trabajar y la sociedad a disfrutar y eso es algo
que no se puede cambiar, acá no existe eso.
Ante la pregunta si podría haber algún tipo de xenofobia Marta dira que ”La gente
pudiente en Pinamar viene a principio de temporada con su mucama, van a la playa entre
Lunes y Viernes, el Sábado a la tarde no van a la playa porque es el día de franco de la
servidumbre hoy también eso pasa. Acá en Gesell eso no existe”.
“Por ejemplo, los bolivianos – dirá Marcela -, que son un grupo muy grande todos
los apoyan en sus fiestas todos los van a ver, no hay diferencias sociales, el comerciante, el
más importante se puede poner a tomar un café con el tipo que barre la calle y se pone a
hablar de futbol sin ningún tipo de problema, somos todos amigos, no hay diferencias
sociales, diferencias de clases, estamos todos integrados”.
La primer empresa de colectivos de larga distancia fue Antón que salía de San
Isidro, eso significó que los primeros turistas o los que vinieron a vivir acá a vacacionar en
la época del 60 implicaba una clase de mayor poder adquisitivo y con ello una cierta
diferencia social. “También es necesario aclarar que la comunidad citada era descendiente
de alemanes porque históricamente –dirá Marcela- San Isidro, La Lucila, Olivos, es zona de
alemanes, por eso el primer turismo fue alemán, porque la promoción que hacía Don Carlos
Gesell para turismo era hacia los alemanes o descendientes de alemanes”.
Y continuará narrando que, “El eje de la oferta para venir a instalarse en Gesell no
conoce ninguna distinción de nacionalidades ya que la promoción era que venir a vivir acá
era otra cosa, si tenés una profesión o querés trabajar de algo ¡venite¡, que yo te doy un
terreno y si vos te comprometés a quedarte, el terreno es tuyo, en este punto el ofrecimiento
era para todos pero en cuanto a la promoción del turismo era para alemanes”.
“El origen del balneario familiar comienza acuñarse en esa época y ese era el
turismo geselino en la primer época del 50 para adelante, el quiebre se produce en los 70
con la revolución hippie. Una cosa es el bohemio y otra el hippie y otra cosa –dirá Marta-
es el escape de la opresión que fue en la segunda parte del 70 por parte de los jóvenes que
hacían lo que querían, esa masividad de los jóvenes y su escaso poder económico que
generará una nueva necesidad cubierta por el auge de los campings”.
“ Podías pensar leer, podías conocerte a vos mismo era un oasis, Gesell fue un
momento y quedó el mito, hoy es un balneario mediocre como muchos de la costa
Atlántica, con su gente incluida, hoy no hay diferencia alguna

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Marcela toma las rienda del diálogo y dirá, “Íbamos a bailar a Kopay en el
invierno de los años 70, tomábamos café en Traca y nos juntábamos con dos o tres amigos
a comer pizza, hoy los de 20 años van a bailar a Pueblo, se juntan a tomar café en Bacará y
van a comer pizza, tenés algunos que estudian dibujo, pintura o música, como había en
aquella época, algunos que nos juntábamos a estudiar dibujo y música pero no hay nada
distinto, hay una evolución, un cambio que se vive en todo el país”.
Las ideologías6 van cambiando o los iconos de la rebeldía cambian, Marcela
observará que “Los símbolos de rebeldía de hoy son escuchar a la Mosca, hacer quilombo
con los Redondos de Ricota tomar vino en la calle o tetra brick y tener 20 tatuajes y dos
aros y teñirte el pelo de azul, en aquella época era: fumarte un porro en la 3 o en la playa,
hacer una fogata, hacer alambrecitos retorcidos y decir que eras comunista esos eran los
símbolos de rebeldía de aquella época, la juventud busca ciertas cosas que la diferencia de
la sociedad pero es lo mismo lo que cambia son los símbolos y no la gente”.
Según Marta acá se dio como en otros lugares un cambio, pero es la gente que
cambia el lugar, ahora porqué se da en un lugar y no en otro, en fin eso es algo curioso.
Hay que aclarar un punto acerca de lo que se considera mito, ya que la visión que se
tiene acerca de él como una suerte de fabulación obedece a la clásica concepción Griega
que supo oponer al Muthos, el Logos, de allí se forjará una creciente racionalidad que
terminará por imponerse en todo el mundo civilizado. Tal concepción habrá de plantear que
los mitos= narraciones abordaban la realidad desde un punto de vista etiológico, pero hoy
día el mito bien puede ser considerado escatológico no hacia un pasado de seres
primordiales sino hacia el futuro en términos de finalidad con cierto carácter utópico, bajo
este punto de vista toda utopía, todo constructo social que apunte hacia el futuro en
términos de cambio del presente, toda forma de cambiar la realidad social, sería mítica pero
¿sería fabuladora?.
La dimensión simbólica del hombre cuño hecho por Cassirer nos dice que el hombre
es esa dimensión, pero los contenidos de esa dimensión poco a poco van cambiando y ese
cambio para algunos será una especie de devaluación y para otros una suerte de evolución
pero para que la cuestión no quede en el mero intercambio de ideas hay ciertos grados de
compromisos y objetivos de tales compromisos por ejemplo, no es lo mismo una postura
comunista o socialista que nos plantea un objetivo social que asistir a un concierto de
música rock que implicaría un objetivo más personal e individual, sin desmerecer esto
último

2.5 La noche que fue o Cariño Botao

Le dicen Troilo (Ricardo Mattiaccio) por su parecido con Anibal fue uno de los dueños
de Cariño Botao junto a Raul Segui, en la época “fundacional” de la noche geselina y a
mediados de los sesenta se situará esta narración, cuando Facundo Cabral años más o años
menos era el Indio Gasparino que tocaba la guitarra entre toda la gente - dirá nuestro
entrevistado-...
“En el año 69 noto un cambio en Gesell con los pelos largos, el pantalón blue jean
cortado, deshilachado, había medios hippies ya, pocos pero había. A Cariño le quieren dar
otro vuelco más modernizado de Bs.As. y allí fracasó, - rememora Troilo- porque la onda
del Cariño en la cual yo era el dueño la onda la daba la gente, nosotros teníamos un salón
en que tenía un mostrador haciendo una ese de 9 metros de largo y 4 pistas afuera con

6
Uno de los debates entre el eje de la Modernidad y el de la Posmodernidad es que en la Posmodernidad se
plantea la muerte de las ideologías, algunos autores dicen que tal planteamiento es ideológico. El planteo
acerca de la ideología en Marx adquiere una estructura negativa ya que falsea o deforma la realidad, posterior
a Marx la ideología puede ser una forma de combatir formas de dominación, formas de resistencias.

36
mesas alrededor con sus sillas. A la 1 de la mañana ya no podía entrar nadie por lo lleno
que estaba, había guita en ese tiempo, nada que ver con la miseria de ahora”.
Era la época en que la música era orquestal o discográfica, como medida de
descanso de la orquesta se ponía el disco o por el contrario la exclusividad era la orquesta
que tocaba, lo cierto es que “ Había disco y orquesta y a la gente le gustaban las dos cosas”.
“A Gesell (por el fundador) no le gustaba Cariño porque era una deshonra para él,
cuando yo dejé Cariño el viejo se puso contento y me vino a felicitar y me llevo en su jeep
para ofrecerme una manzana de tierra enfrente a la terminal de obmnibus y me traía todos
los materiales si me instalaba allí con mi familia, no acepté”.
Yo vine a Gesell a pescar, por que en Villa Gesell había joda, ahora ¿cómo me
enteré de eso?, le cuento - nos dice troilo y arrancará de la siguiente forma -, “Yo jugaba a
la paleta 4 veces por semana en el club de Adrogué lugar donde se jugaba la guita loca a la
paleta de gente de guita, entonces Marito que era socio junto con otro que siempre venían
empezaron a decir – che, hay que ir a la Villa que hay joda - ellos fueron los que dijeron en
Adrogué eso. Y yo pregunté, -che, escuchame Iglesia ¿hay pesca allá?- uhhhhh, veníte, que
allá hay pesca – entonces le dije a un amigo, Farú -, y fuimos”
Ahora, ¿cómo es que la gente del club de Adrogué sabía acerca de Villa Gesell? -
preguntamos a Trolilo -, y él lo aclara de la siguiente forma, “Ellos se enteraron de la joda
porque tenían la fábrica de alfajores Los Geselinos, por ellos, nosotros supimos que en la
Villa había diversión, lo cierto es que nosotros vinimos a pescar. Ese verano era hermoso,
recuerdo que un día habíamos sacado como 30 corvinas, era acá en la 104 y gente que
veíamos le regalábamos corvinas, escuchamos una música y nos acercamos, era Cariño, la
gente bailaba con unas ganas, nos sentamos y pedimos cerveza, y este amigo francés (farú)
que se comentaba que perteneció a la resistencia y llegó al país vía Cruz Roja, empezó a ver
cuanta gente había, cuanto cobraban y sacaba la cuenta. Y me acerqué a una rubia que tenía
que ver con el boliche porque Farú era medio corto para averiguar cosas y le pregunto por
Cariño, noto que a Farú le interesa el negocio y con escribano de por medio se hizo el
boleto de compra y venta, allí nomás dejamos un cheque como parte de pago”.
“ Ya en Adrogué –continua Troilo -, hicimos un nuevo contrato y vinimos a la Villa
para mostrar que el cheque que habíamos dejado aquí en Gesell tenía fondo y así lo
compramos, siempre defendimos la forma de trabajar de Cariño”.
Estas narraciones quizá nos marcan el perfil que existía en cuanto a la gestación o
creación de negocios en los sesenta en la Villa, nada más alejado al perfil actual que nos
tiene acostumbrado el mundo empresarial con el marketing, las planificaciones, las
consultorías a la hora de ver o planificar el mercado potencial de tal o cual empresa. Si bien
la intuición, como determinada capacidad y captar el momento para iniciar un negocio son
elementos nada despreciables a la hora de pensar en el ejercicio comercial quedarse en esos
elementos solamente como herramientas claves para lograr el éxito comercial, bien puede
provocar el estancamiento del comercio en cuestión. El concepto de empresa familiar
acompañó a estos emprendimientos que tuvieron éxito pero con la acechanza del posible
estancamiento en cuanto a la creatividad, la racionalización, la planificación y el reciclaje
propio que puede sufrir un negocio o una empresa ante la potencial demanda del mercado y
por ende, en su potencial oferta.
Esta forma de ver, de encarar la realidad del mercado habrá de anquilosarse es decir
se generará una mentalidad existista que habrá de pensar en métodos utilitarios sin adoptar
una nueva metodología o nuevas técnicas ante las posibles nuevas demandas del actor, el
turista y qué oferta aquel podría proporcionar, quedando relegado la figura del
emprendedor, del empresario, de aquel que es el generador de servicios y el que recicla la
oferta generando nuevos puestos de trabajo.
Como colorario de lo dicho si habrá de capacitarse alguien en relación al negocio o
a la empresa, la persona a capacitar tendrá que ver con el linaje familiar y no aquellos que
de una u otra forma por su función deberían hacerlo, con ello se enfatiza que se reduce el

37
espectro intelectual de las capacitaciones en la rama de turismo y se cierran las
posibilidades de generar nuevas mentalidades lograr cambios y dinamismos.

Pero continuando con la entrevista nuestro narrador comentará que, “Ya siendo
dueño de Cariño entre el 62 o el 63 un amigo me dijo si quería hacer un desfile en el
boliche trayendo a Paco Jamandreu,6 y me pareció buena la idea y voy a visitarlo a Bs.As.
para que haga un desfile de modas en Cariño. Jamandreu no tenía ni idea de Gesell y de allí
sus dudas, lo cierto es que había que conseguir tarimas, alfombras, etc. y combinamos que
él ponía la ropa, yo me hacía cargo de las modelos (pasajes, estadía) y quedamos de
hacerlo, ya que Jamandreu no hacía desfile en el verano y las chicas estaban desocupadas”.
“Allí conocí la Zulma Faiad tendría 16 o 17 años, que bailaba, la encargada del
desfile me hace un plano de cómo debía organizar las cosas. Al hotel Atlántico le pido las
alfombras, compro las maderas e hicimos las tarimas que debía construirse en te y el lugar
para que las chicas se cambiaran. Cariño ya estaba casi lleno cuando las chicas llegaron
para cambiarse y se hizo el desfile y desfiló Gilda Lousek por pedido de Fernando de Soria
(cantante del lugar) y se hizo el primer desfile en toda la costa con las chicas de Paco
Jamandreu en Cariño Botao, fue un golazo”.

Fernando de Soria en plena actuación en Cariño.


Gentileza Sr. Mattiaccio

“A Cariño iba toda clase de gente –


recuerda Troilo -, como los Bullrich, gente
brasilera y judíos, la edad de la gente era tanto
jóvenes y adultos, a las 9 de la noche ya estaba
abierto y hasta las 10 no venía nadie y estábamos
hasta las 4, las 5 o las 6 de la mañana era el único
boliche abierto y alguna vez se amanecía en los
carnavales”.
“Yo inauguraba para el 15 de Diciembre y
cerraba después de Semana Santa, Cariño Botao
quiere decir un cariño echado, tirado, debe ser
portugués, una vez tuvimos que traer un piano de
Mar del Plata porque aquí no había, también
venían los Guerreros”. Sobre el personal de esa
época Troilo dirá, “ Había un mozo cuyo apellido era Cardozo pero que le decíamos Quito
y que era el encargado de mozos, después él sería el dueño de El Ciervo Dorado un
restaurante, también estaba Zaza un giorgano enemigo de Stalin y era el que servía los diez
o quince vasos de té por noche que hacía pasar por wisky y las tenía debajo de la barra
porque los clientes me invitaban, era el “convite” y con eso el dueño no se podía negar a
tomar, te imaginás tomando todos los días whisky verdadero ¿como quedaría?. Acerca de la
competencia que podía ser Pinamar no existía en términos de diversión al contrario, era la
gente de Pinamar quien solía venir si venían ya que todo camino era de tierra y de arena.
Hoy mismo la gente de Pinamar viene aquí a Gesell”.

6
Paco Jamandreu tuvo notoriedad a nivel nacional ya que fue el modisto que vistió y diseñó los vestidos de
Eva Duarte de Perón

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“La gente al irse de madrugada se iba a veces a la playa o hacía fogones no había
luz en ese tiempo. La gente se vestía como quería, iba descalza, no había ropa de noche ni
paquetería alguna la gente acampaba y nadie le decía nada ya que era normal el acampar
era todo médano, la onda de Cariño Botao era una especie de marca en Gesell, como todo
habitué de la barra se hace amigo del dueño”.
“Aquella época era de la mejor gente, era más decente, por ejemplo de 500 personas
3 0 4 se iban sin pagar y esos que no pagaban lo hacían por joda, de joda, no por que no
tenían, acá gastaban mucha plata, la gente al bailar descalzo perdía sus calzados así por las
mañanas los mozos juntaban cerca de 30 o 40 pares de zapatos y era común que la gente
viniera a buscarlos. A los clientes yo les regalaba un botella de sidra o de champagne, desde
Mar del Plata venía el camión de Hiram Walker a traer el whisky acá, comprábamos antes
de iniciar la temporada 30 o 40 cajones”.
“La tita (Merello) venía a veces, Olga Zubarri, si Gesell fue el fundador de esto
Cariño fue el fundador de la diversión y de la joda en Gesell, el único boliche que había y
el único boliche bailable fue Cariño, no había otro, fue el primero en un montón de cosas
como el desfile y recuerdo que para el segundo desfile que organicé a los dos días que puse
en venta las entradas se agotaron, era gente mejor vestida, era una elite”.
Pero habrá una referencia especial a La Cueva del Gitano que, “ Comienza después
de que yo tuviera cariño, era un lugar de reunión de amigos de gente más pensante,
escritores, tipos medios raros en el sentido que simplemente hablaban y no daban bolilla a
nadie, era otra onda, tenía un reservado, en total entrarían 60 o 70 personas pero cuando
empezó podrían ingresar 20 o 30 personas. Era todo permitido podías hacer el amor tirado
en un rincón, todo era válido, el que iba a la Cueva estaba en infracción con respecto a lo
prohibido, la movida era más pensante pero el tipo que buscaba el orsay iba a la Cueva. No
había luz en la Cueva era muy diferente no era para cualquiera, todo el mundo sintió hablar
de la Cueva pero no todo el mundo fue a ella, todo el mundo sintió hablar de Cariño y todo
el mundo fue a él por que era a puertas abiertas, las puertas de la Cueva estaban cerradas
ibas por recomendación o te llevaban”.

El esplendor de la
noche de Cariño a la
que hacía referencia
“Troilo”.
Gentileza Sr.
Mattiaccio

39
Capítulo III

Una imagen puede, a veces, generar más que mil palabras juntas, la imagen y los
ojos se mezclan, se entrecruzan, se aluden y así como la metáfora es una imagen en
palabras podemos encontrar imágenes metafóricas plenas de ese elemento nutriente
llamado estética. El gusto y la estética pueden estar distanciados o pueden confluir como el
cause de un río en estación seca o en época de lluvias pero la estética tiene ese grado de
significación que no lo posee el gusto y a la hora de significaciones los contrastes que
existieron y por suerte todavía existen en Gesell, son notables.
Las dunas ofrecen una sugerencia visual que muy pocos lugares pueden ofrecer, un
paisaje es un hecho estético y si ello es acompañado por una sugerencia vivencial o de mero
contexto acerca de alguna experiencia humana estamos frente a lo que llamamos arte, que
responde a las exigencia de la vida, así un lugar, se puede convertir en fuente de inspiración
para la acción del espíritu humano como el desierto, como los médanos, como la playa
ausente de pasos y colmada de lejanos horizontes. Por ello, la villa nutrió a muchos de
corazones sensibles al arte, convirtiéndose en referente visual para ellos, como también en
un núcleo intelectual de historias, de paisajes, de personajes y de personas, como parte de
inspiración creativa que explota las imágenes por el sentimiento y las intuiciones.
Gesell es un maravilloso reclamo de contrastes, encontramos una ciudad, un
desierto de dunas, una forestación intensa que convive con la arena esparcida, descubrirla
implica que la capacidad de asombro continúe en vigencia, viva y por el cual se pueda
descubrir un poema, una película, un boliche intimista o un espíritu bello, como también
esa capacidad aludida del asombro pueda estar anulada por las colas en los bancos, por
manifestaciones gremiales, por mediocres docentes y por las infaltables envidias de
aquellos que siempre existen. Si la Villa, hoy, es un maravilloso contraste, en los años
sesenta, de una forma exagerada por nuestro lado podemos expresarlo en términos de lo
numinoso, mitad fascinans y tremendum que atrae y rechaza, tal como lo definió Rudolph
Otto en su obra Lo Santo acerca del sentimiento superior de lo misterioso. Por ello lo
fascinante se dará en lo visual y lo tremendo en la apología de los medios sobre arrestos por
consumo de marihuana, drogas, y cualquier tipo de excesos.

3.1 El séptimo arte en escena

El movimiento cultural en Gesell se hizo palmario antes que el rock nacional se


fuera gestando en el país por las filmaciones que se realizaron aquí, entre las más famosas
de todas podemos citar las de Rodolfo Kuhn “Los jóvenes viejos” filmado en 1961, un
intento valioso de estudiar críticamente los problemas de la joven generación, que recibiera
el Gran premio de la crítica y Premio especial del jurado en el Festival de Sestri Levante en
Italia actuada por María Vaner y Alberto Argibay como su segundo film en la Villa
llamado “ Los inconstantes”.
La revista Primera Plana de noviembre del 62 saca en su publicación un artículo
acerca los dos films mencionados y que habremos de reproducir. He aquí algunos párrafos
sobre el argumento de Los inconstantes: ” Los inconstantes tiene un prólogo de pocos
minutos, sin relación aparente con el resto del film: allí una criatura descubre que Santa
Claus es su padre y se aviene a simular que no lo sabe. Esa escena quiere mostrar cómo la
mentira rige, desde sus primeros años, la vida del hombre contemporáneo; pretende,
además, formular una crítica contra la educación burguesa”
“En otras zonas, “Los inconstantes” observa puntos de contacto con “Los jóvenes
viejos”: allí también dos muchachos salen hastiados de una fiesta porteña y resuelven
desintoxicarse en la playa. Ese proceso de desintoxicación acaba en desencuentros
amorosos, en conversaciones vacías, en un conato de suicidio. Según jun, la clave de su
film debe buscarse en la despreocupación que cada personaje siente respecto de los otros,

40
en la inacción que los envuelve, en su necesidad de que el tiempo pase sin más. Son, pues,
seres mellados, neuróticos, sensoriales, melancólicos. Y aunque Kuhn insista en que su
historia y el clima que se vive en Gesell son hechos aislados, irrepetibles en otro sitio...” El
artículo menciona que el estreno de la película será el 10 de enero fecha en la que la Villa
tendrá toda su población de verano.1
Los medios escritos se hicieron eco y la filmación recibió una cobertura cuya
difusión fuera nacional, por ejemplo el diario La Razón escribiría “Esta historia de amor
lleva como marco la arena de una playa. La misma que corre entre los médanos, junto al
mar de uno de los sitios de veraneo más comentado de los últimos tiempos: Villa Gesell.
Quizá por eso le hizo una jugarreta al viento y se introdujo en la imaginaria caja de un reloj
para marcar el momento en que una pareja se encontraría. Y todo fue como lo pronosticaba
la arena. Salvo que, quizá, el primer “te quiero”, no fue dicho bajo la luz de una luna
redonda, sino alumbrado por el potente “spot” que marcaba una toma cinematográfica. Por
cuanto esta historia de amor comienza en el momento que Rodolfo Kuhn empieza la
filmación de su nueva película: Los inconstantes “.
La pareja a la cual hace mención el artículo es la conformada por Gilda Lousek y
Fernando de Soria. Teniendo en cuenta que se trata de un reportaje la mirada retrospectiva
se instala y ante la pregunta de cómo se convirtió en actor, de Soria respondería: “Bueno –
dice Fernando y retrocediendo en el tiempo añade- entre las mil cosas a las que me dediqué
para ganar dinero fue el instalar bares. El que estuvo más de moda fue El Chivo Negro un
local que funcionaba en Villa Gesell. Quise imprimirle una modalidad europea, aun no
habiendo estado en europa....”2
Pero no siempre la relación entre la gente urbana que estaba en relación al cine y el
clima geselino sería excelente, una curiosa controversia la desnuda un diario de Gral
Madariaga “Tribuna” sobre determinadas declaraciones de un grupo de personas vinculadas
al cine, en la cual en una mesa redonda realizada en una radio que trataba sobre cine uno de
los panelistas se quejó sobre la inhospitabilidad del clima de Gesell y un oyente al
escucharla respondería por el medio gráfico citado de la siguiente manera: “ En la noche
del 5/10/62, escuchando por radio Belgrano la mesa redonda de críticos teatrales y cine –
contándose entre ellos José Dominiani y otros que no recuerdo -, uno de ellos acotó
refiriéndose a la película que se filma en Villa Gesell, << con éstos fríos en esas regiones
inhóspitas>>...a lo que respondió Dominiani << que no era así, máxime defendiendo –dijo-,
Mi Patria chica que es General Madariaga...>>”.
“ Resumiendo diré que sería interesante que si el Sr. Dominiani lee por casualidad
éstas líneas, invitara a sus compañeros de tareas a conocer <<estos desolados balnearios>>,
porque la realidad no es tal...Como él se refirió a Villa Gesell, diré que es un pueblo con
alma, que trabaja y lucha como todos; con vida propia; donde hay maestras y una
Universidad Popular que cultivan la enseñanza con todo amor; con médicos prestigiosos;
pintores que han obtenido primeros premios en el Salón Nacional de Artes Plásticas;
artistas; comercios florecientes que no tienen nada que envidiar a los de las grandes
ciudades, un centro que en todas sus facetas va ampliando horizontes de Saber y Progreso;
gente en toda índole social que eleva cada día más a la fama a tan hermosa playa”3
Se puede agregar también la película de Lucas Demare en la cual fueron filmadas
algunas escenas aquí, en 1967 y que se llamó “ Humo de Marihuana” y estrenada en 1968,
interpretada por Carlos Estrada, Marcela Lopez Rey, Sergio Renan, Thelma Biral entre
otros, por último, un film de Juan Serna titulado “Adolescente Viaje al Sol” estrenado en

1
De un Artículo extraído de la revista Primera Plana fecha del 20 de Noviembre de 1962, pág.37. Gentileza
museo.
2
De un artículo del Diario La Razón del 31 de marzo de 1963. Gentileza del museo.
3
De un artículo sacado del periódico Tribuna editado en Gral Madariaga el 13 de Octubre de 1962, es
necesario recordar que la Villa en esa época pertenecía al Municipio de Madariaga recién se “independizará”
a finales de la década del setenta.

41
1969. No solo el cine como medio del espectáculo fijó su mirada en la Villa sino muchos
jóvenes galanes del ámbito televisivo miraban y respiraban esa atmósfera diferente a la que
estaban acostumbrados en la ciudad de Bs.As. como lo hace sugerir una nota de la revista
Canal T.V. hecha al actor Osvaldo Brandi editada en Bs.As. cuya fecha data del 23 de
Febrero de 1970, asi.”...quiero disfrutar todo lo que pueda estos días en la incomparable
villa. El ambiente geselino me parece fascinante. La gente, sus vestimentas, su
despreocupación por toda formalidad es algo impagable. Y aquí uno se llega a sentir bien, o
si no lo mejor es hacer las valijas e irse para otro sitio más normal”.4

3.2 El choque

Lo normal y lo anormal, lo moral y lo inmoral, lo bueno y lo malo, las polaridades


axiológicas mencionadas deben fundamentarse en criterios, pero que son los criterios en el
mundo adulto sino un emergente de la tradición, ayudado a menudo por un poder ejercido a
través de la fuerza que sin ideas se convierte en mera brutalidad. A la hora de hablar de
conductas como expresión de una educación por el lado de los jóvenes también es necesario
adosar otros criterios ya que en definitiva las valoraciones se expresan en conductas que
son portadoras de sentidos así, una simple manera de vestir, como el dejarse la barba y
largo los cabellos, la explosión del color que supo explotar la psicodelia, la aceptación de
costumbres nuevas, son señales, signos de valores nuevos que no tardarían en chocar con
los conservadores de los valores de la tradición.
La vulgar fuerza fundamentada en el punto de vista ciego de la autoridad sería una
nota cotidiana en la cual el criterio de algunos contarestaría contra el criterio de una época,
lo dicho queda bien graficado en una nota realizada por la revista Siete Días titulada:
“Llegó el subcomisario y mandó vigilar” y textualmente reproducimos:
“Vuelan como golondrinas barbadas y pilosas hacia playas menos vigiladas: aunque
parezca absurdo, Gesell se está convirtiendo en reducto no apto para hippies, iracundos y
otras yerbas de la seudo rebeldía moderna. Por lo pronto, el ubicuo par de policías que
controlaba Villa hace un lustro ha cedido paso a todo un regimiento dispuesto a mostrar
dientes, uñas y – si es necesario - peluqueriles maquinitas doble cero. “Desde que asumí
mis funciones – se cuadró el subcomisario...- decidí velar para que esta ciudad se comporte
como es debido. Mis 50 hombres se multiplican para evitar cualquier atentado a las buenas
costumbres y tradiciones cristianas”. A partir de las 18 horas, personal uniformado vigila
las esquinas claves, durante todo el día, camuflados policías, en sintéticos (aunque
discretos) trajes de baño, simulan pasear por las playas, miran de reojo el comportamiento
de los veraneantes menos prejuiciosos”. Lo interesante también son las fotos que la revista
publica : dos jóvenes durmiendo al lado de un pequeño pino en la playa y una pareja hippie
caminando abrazada y a modo de final el siguiente comentario - claro que algunos
contraventores no se intimidan ni en las calles ni en las playas -.5
Las buenas costumbres no incluirían, y según algunos ni el pelo largo, las reuniones
de gente vestida rara, aspecto sucio o simplemente con los pelos largos ya que pasaría a ser
sospechada de ciertos ataques a determinada moral como el exceso alcohólico, consumo de
marihuana y desprejuicio sexual, ellos serían sospechados de atacar valores del sistema
como también propiciadores de conductas incontrolables. Si en los años 50 la juventud de
posguerra encontró en el cine su fuente de manifestación y de mitificación de personajes la
del sesenta lo hará como hemos dicho antes a través de la música y también un elemento
nuevo le adosaría: el consumo de las drogas. Al respecto citamos lo siguiente: “ Las drogas,
como la música, no son estrictamente una contestación a la sociedad despersonalizada;

4
De un artículo sacado de la revista Canal T.V. editada el 23 Febrero de 1970. Gentileza del museo
5
De un artículo de la revista Siete Días Ilustrados de Buenos Aires, editada el 18 de Enero de 1971. Gentileza
del museo

42
constituyen, además, un camino de ampliación de la mente y de la sensibilidad, un viaje de
fantasía a mundos interiores desconocidos, un trampolín de relación mística con el
universo. La droga es un simple medio, porque a los rebeldes marginados que la utilizan les
imbuye de una ética contraria a los fundamentos morales de la sociedad tradicional. De ahí
que la consuman de manera casi ritual, en forma colectiva. Les une algo más que las
mismas sustancias alucinógenas: su actitud contestataria, así como su voluntaria
marginación”.6
La palabra que quizá pueda caracterizar al ´60 desde un punto de vista desde la
antropología filosófica sea el de la conciencia y cuyo objeto de esa investigación,
individual, personal, fuera el de la autoconciencia, ahora, esa investigación no podía
hacerse solamente por cierta introspección sino ayudada, esa ayuda provenía de las drogas,
ampliar la conciencia o ver un mundo distorsionado, o sea, el “ver” lo que somos como
parte integrante de una verdad, entrar en los límites cualitativos de esa conciencia y romper
ciertos límites que eran los impuesto por la sociedad, era parte del imaginario de la época
acerca del consumo de las drogas. Al respecto hay una interesante película de los años
ochenta que plantea el fenómeno de las drogas como expansión de la conciencia, sujeta a la
experimentación netamente científica, nos referimos al film de Kent Russell, Estados
Alterados como también la innegable relación de los escritos de Carlos Castaneda acerca
del fenómeno de las drogas dentro de un contexto chamánico en su obra capital Las
Enseñanzas de Don Juan.
La inferencia era simple, si tales inhibiciones y coacciones como el tabú de lo
prohibido al ser internalizados se deviene en auto inhibición o auto coacción, entonces se
debía romper con ello, si el vino es un gran desinhibidor con mayor razón la estructura
exterior internalizada bien puede ser rota por la expansión de la conciencia a través de las
drogas.
Por ello el choque se produciría en todo nuestro país y en lugares en los cuales se
daban cita en forma implícita como en la Villa, y los choque tendrían una amplia cobertura
en los medios gráficos; un ejemplo de lo que decimos es la misma noticia reproducida en
diarios de diferentes provincias como la que se publicó en el diario Clarín el 8 de Febrero
de 1970 titulada: Artistas y artesanos detenidos. La noticia versaría sobre la detención de
una serie de personas en un chalet ubicado en la Avenida 10 y paseo 117 en la cual se
secuestran gran cantidad de sobres de marihuana, lo curioso es que uno de los detenidos es
un supuesto integrante del Instituto Di Tella como también un director cinematográfico de
nacionalidad francesa.
En el Diario La Prensa el 10 de Febrero del 70 titularía la misma noticia en términos
de: A traficantes de alcaloides se aprehendieron en Villa Gesell, mientras que el diario La
Crónica de Rosario el 12 de Febrero titulaba la noticia como: Sería Comprometida la
Situación de Algunos Artistas Detenidos por Tráfico de Drogas e informando sobre la
situación un tanto delicada de unos y de otros y los detenidos perteneciendo al ámbito del
cine, el teatro, la escultura y otros sectores. El Diario de Mendoza de la Pcia de Mendoza el
14 de Febrero del 70 titulaba: Los Artistas en Danza por Marihuana, y la noticia
comenzaba con la aclaración por parte del Instituto Di Tella que el detenido en Villa Gesell
que se decía que pertenecía allí era inexacta, ya que el detenido nunca había pertenecido a
tal institución. El periódico El Diario de la Pcia de Paraná el 14 de Febrero encabezaba la
noticia de la siguiente forma: Nuevas Detenciones en Villa Gesell. El tráfico de Drogas, y
señala las ramificaciones de la investigación en el presunto tráfico de marihuana como
también la aclaración de no pertenencia por parte de la persona detenida al instituto. Por
último el diario La Gaceta de la Pcia de Tucumán fechado el 17 de Febrero que titulaba: Un
Nuevo Detenido por la Marihuana de Villa Gesell, que enfatiza la detención de un nuevo

6
Op-cit. “La protesta juvenil”

43
sujeto y la situación procesal del resto de los detenidos como también el grado de
compromiso del delito acusado.7
La policía en la República Argentina por lo general fue un brazo para reprimir antes
que ver con un tipo de policía en quien se pudiera confiar o ver en el agente una actitud de
servicio a la comunidad tal como lo plantea la publicidad. Tanto el ejército como la
gendarmería de un país, existe o tiene su razón de ser como defensa de ese país ante una
hipótesis de conflicto exterior, o de amenaza exterior, las fuerzas militares y policíacas en
nuestro país pertenecieron como brazo represor de los gobiernos de turno, tanto en los
dictatoriales como en los cortos periodos democráticos aunque es menester hacer notar que
el mayor énfasis en esa represión fue en los tiempos de las dictaduras de turno. Hoy día en
plena democracia son los estallidos sociales a quienes el accionar de la policía tiene por
objeto.
Esa manera intervensionista del poder policial como también cierta omnipotencia en
su concebir desde el plano ideológico es una práctica anquilosada en los cuerpos
jerárquicos, que fue degradando la imagen institucional a lo largo de su historia, pero quizá
mayor claridad nos pueda proporcionar sobre ciertos abusos del intervencionismo policial
sea el dejar de lado este simple análisis que puede rozar lo conceptual frente a otro que ya
no es analítico sino simplemente descriptivo como las licencias auto concedidas de las
coimas, la prepotencia, el pillaje disfrazado por los continuo pedidos de comida, bebida etc.
que son prácticas comunes y cotidianas condenadas desde los planos formales pero que aun
continúan vigentes.
Por ello no debe resultar curioso que un individuo se atribuya desde sí, el derecho a
imponer lo que piensa sin ningún tipo de duda acerca de lo que es normal, sano y coherente
para una ciudad entera y utilizar los recursos institucionales a un uso casi “personalizado
gusto” de la jerarquía de turno. Una fuerte contradicción debe surgir si o si en sociedades
“abiertas”, y Villa Gesell era una sociedad abierta, en cuyo seno debían desenvolverse
instituciones “cerradas”, aunque quizás siguiendo a Foucault no haya instituciones abiertas,
todas en definitiva sean de control y de vigilancia, el esquema ridículo que asemeja un tanto
el panóptico de Bentham no tanto por la forma de su figura arquitectónica sino por la de
ocultamiento ya que la visibilidad es una suerte de trampa por lo cual lo mejor, es mirar sin
ser visto, y de allí la estrategia adoptada por los afectivos policiales al andar sin sus
uniformes. El vigilar debe estar necesariamente acompañado por el castigar y debe esta
forma ser permanente si se desea la permanencia del poder.8
Desde la perspectiva histórica nos encontraremos que en nuestra localidad en los
años sesenta y parte de los setenta, la Villa, tenía reservado un lugar en la sensibilidad
naciente de los jóvenes. Villa Gesell se convertiría en el lugar de veraneo que masivamente
preferirían vastos sectores de la juventud, donde algunos de esos jóvenes serían pioneros
que impulsaran el naciente rock nacional -tanto el dedo y las mochilas serían utilizados en
ciertas letras de rock como el caso específico de Almendra con el tema Rutas Argentinas-
que recorrerían el paisaje de la Villa y junto con la otra villa de Chubut El Bolsón y se
transformarían en lugares comunes para aquellos que profesaran la siguiente relación: paz y
amor en armonía con la naturaleza y lejos de la ciudad.
Consecuente con el planteo de Foucaultl acerca del control y de la vigilancia acerca
de las formas de mantener el control y por ende del poder, un neomarxista Louis
Althusser9, planteará que los aparatos de control del estado no necesariamente deben ser un
fenómeno de fuerza sino también ideológico, por ello denuncia a los aparatos ideológicos
del estado, siendo la escuela uno de esos aparatos. La interesante tesis de Althusser plantea

7
Los periódicos mencionados pertenecen a las respectivas ediciones que hemos nombrado. Gentileza del
museo
8 De la obra de Michael Foucault Vigilar y castigar, nacimiento de la prisión. Ed Siglo XXI.1989
9
Louis Althusser. Ideología y aparatos ideológicos del estado. Ed. Nueva Visión. 1984

44
que una dominación exclusiva por la fuerza no puede mantenerse por mucho tiempo ya que
tarde o temprano dará lugar a la rebelión y al enfrentamiento por parte de los dominados,
por ello, se hará necesario generar una dominación desde el intelecto y allí interviene el
concepto de ideología como la forma de generar valores en una persona de una manera
inconsciente a ella misma. Es decir, la defensa o la postura que tiene una persona acerca de
ciertos valores que incluyen partidos políticos o sistemas económicos, o valores culturales o
simples formas de juicio, etc, pero sin ser puestos en tela de juicio los criterios en los cuales
se fundamentan sus juicios, apreciaciones o sus propios valores.
Una ideología de fondo estructuradas en valores que digitan lo normal y lo anormal
por los aparatos del estado tendrían por objeto de su vigilar y de su castigar a aquella
juventud que era portadora de un nuevo paradigma.

Capítulo IV

Homo Sapiens significa hombre sapiente, que sabe, que ejerce su facultad de pensar,
de razonar en definitiva tener una capacidad de abordar cualquier realidad y llevarla a su
cerebro, y allí contenida, realizar las posibles operaciones cerebrales pertinentes. Por
ejemplo crear un cuadro, jugar con una idea, inferir de una proposición o representar una
cosa con otra, es decir crear signos, codificarlos y dar las consignas para decodificarlos, en
suma, todo eso es tarea de nuestra condición y capacidad de ser Homo Sapiens.
Dentro de esa gran generalidad hay un reducido grupo de seres considerados
intelectuales, personas que ejercen el intelecto más que las otras en el sentido de una
condición simbólica más profunda, más elaborada, más racional; y sin ningún tipo de
interés de reducir lo intelectual a lo racional podemos proponer la designación de
intelectual por un sujeto que adhiere a lo racional, entonces, un intelectual es un sujeto que
posee una estructura racional y con ella trata de responder, de demostrar, usando siempre
argumentos lógicos, es aquel que se apoya en esa estructura formal a la hora de considerar
verdades o veracidades de proposiciones, teniendo por eje la categoría de causalidad a la
hora de abordar los hechos por sus leyes concomitantes.
Los sesenta fue la época de los intelectuales, por medio de su pensar crítico
denunciaron las estructuras de dominación, hipócritas y vacías de la sociedad establecida y
si bien occidente fue un asiduo gestor de revoluciones, el fermento revolucionario se
popularizaría hasta llegar a todos los rincones donde se respirara el aire occidental.
Latinoamérica estaba sumida entre el péndulo democrático y sus golpes de estados pero ya
estaba su pensamiento en germen, la teología de la liberación y su filosofía que tenía por
eje la denuncia de la opresión y por lo tanto apuntaba a la conciencia de la dominación, ser
concientes de ser dominado y por lo tanto la posibilidad de liberarse. Y muchos de esos
intelectuales llegaron acá, así como alguno de los generadores del rock, ignotos y
desconocidos, llegaron con sus sueños y crearon una cierta búsqueda, también los
intelectuales llegaron, críticos, ávidos, vivieron y nutrieron parte de sus sueños aquí.

45
De las universidades argentinas salían en la cual el Psicoanálisis era la carrera por
excelencia, la Sociología se presentaba a la sociedad como instrumento válido de análisis,
Sartre, Lacan, Heiddegger eran, para citar autores europeos y autores Latinoamericanos
como Trias, Roig, Freire, leídos con avidez sin olvidar los autores de izquierda, la
experimentación científica y el desarrollo de la energía nuclear en nuestro país era una
realidad concreta y en crecimiento, la intelectualidad estaba altamente politizada pero sin
perder de vista su objetivo, la visión crítica de la realidad un camino a abrir.

4.1 El camino de los intelectuales

Detrás de sus anteojos hay una mirada límpida y celeste, su pipa lo acompaña a
todos los lugares, es parte de él o si se quiere desde la mirada del utensilio una
prolongación de sus partes, nos referimos a Carlos Cottet una persona amable y cálida que
comienza a decirnos sobre el nombre de su hotel que, “Bueno yo tenía la idea de que a los
barcos y a los hoteles no había que cambiarles el nombre, yo me encontré con que esto se
llamaba “Arco Iris”, y decidimos no cambiárselo y esto era algo extraño porque en Gesell
¡Cómo es que no le pusiste el de un animal y de un color!. Porque giraba alrededor de eso,
La Jirafa Roja, El Gato Negro”.
Cuando se le pregunta por aquellos años nuestro interlocutor se niega a quedar
atrapado en clásicas definiciones como que lo pasado fue mejor por el contrario, nos dice:
“Yo lo que creo de esos años, yo me niego bastante a esa idea nostálgica de que fueron
mejores ya que fueron años duros años, ya que en algunas primaveritas nos movíamos en
gobiernos dictatoriales1, esto era una isla o sigue siéndolo. Hace unos días, la primera
quincena de Diciembre llegó un amigo de Bs.As. y reuniéndonos acá con la barra que nos
juntamos siempre nos dijo. “ché, hay estallido social”, y nosotros lo miramos como a un
bicho raro y lo hubo, quiere decir que acá no lo veíamos y no lo veíamos porque esto sigue
siendo un poco una isla, o sea, que los que estaban en Bs.As. tenían una lectura más clara”.
“Yo creo que la pasábamos muy bien porque éramos muy jóvenes y entonces era
más fácil pasarla bien - continua diciendo Carlos, y ante la pregunta de porque eligió Gesell
nos responde que -, Gesell es unas de las pocas localidades que yo conozco que tiene
verdaderamente mitos fundacionales, es muy difícil rastrear historias de otros balnearios
que no hayan sido emprendimientos empresariales importantes y grandes como en Cariló
como en Pinamar, Gesell comienza a surgir de un tipo aislado como era don Carlos Gesell
y sin un poder económico importante detrás, esta libertad que se da acá se da porque no hay
mayores formas de controlar, es decir acá no hay inversores importantes, con el tiempo van
a ir llegando, y unido a todo un fenómeno que se daba mundialmente, fue el lugar propicio
para que grupos de jóvenes comenzaron y comenzáramos a surgir como un lugar propio”.
A la hora de decir un por qué se dió en Gesell esta suerte de explosión de
creatividad Carlos no será partidario de la unicausalidad sino de un conjunto de ellas por lo
que, “Yo creo que nunca hay una razón única y excluyente sino que son un conjunto de
razones, se va desarrollando un movimiento cultural que aún persiste aunque sean resabios
de eso y va trayendo y una cosa influye a la otra y es influida por eso mismo, acá se da
mucho el parto del rock nacional en Gesell, gente que venía a veranear, aparte no solamente
de rock sino que hay personajes célebres como la “negra Sosa” se inicia acá, y Maisa
Mataraso tiene ideas muy claras y tiene sus actuaciones acá”.
“ No solamente se dio en el área del rock – continua Carlos - sino que se fueron
armando boliches, ningún boliche tenía la pretensión del rendimiento empresarial serio y no
lo digo porque no lo hubieran querido los dueños de los boliches sino porque tampoco se

1
La década del 60 fue parte de la inestabilidad institucional del país, Frondizi es derrocado en el 62
temporariamente asume Guido y en 1963, tras elecciones, asume como nuevo presidente Illia que en el 66
sería derrocado por Onganía

46
podía hacer no había plata para hacerlos, entonces se auto alimentaban con alguien que
venía a cantar, alguien que hacía unas pequeñas muestras, mucho en las plásticas”.
Hay un salto temporal en la narración de Carlos situándose en el hoy día y sobre el
contenido de ciertas expectativas en la sociedad en general así, ”Yo creo que Gesell (hoy
día) mucho más diluido porque comienzan a llegar las generaciones de gente que no tiene
las expectativas que teníamos nosotros, que no tiene la sociedad argentina, hoy sobre todo
la primera etapa de Enero llegan muchos jóvenes que estás desconcertados como lo están
en el resto del país, en aquel momento era casi imprescindible ser progre y ser intelectual,
¿no?, acá y en Bs.As. hay una gran movida en los dos lugares, el mundo que se daba en La
Paz el bar de Bs.As., hoy con una espantosa modernidad tanto es así que yo soy fumador
de pipa toda la vida hace unos meses después de comer en Chiquilín que es un bar en la que
nos encontramos con algunos amigos voy a tomar un café y me dijeron que no podía fumar
en pipa, yo decía que en los años sesenta casi era obligatorio fumar en pipa y no era porque
a uno le gustara sino que era sacar imagen de joven rebelde e intelectual con un toque de
existencialista y demás”.2
En los años a los que nos referimos no existía una publicidad que posicionara a
Villa Gesell en todos los medio y a todos los centros turísticos del país por lo que la
pregunta de cómo se enteró que había un lugar llamado Gesell nos dirá que, “ Nunca lo
tuve claro, yo creo que todo el mundo lo manejaba eso, yo no tengo precisión quien fue el
que me lo dijo, yo creo que era una cosa que se comentaba en los medios, yo pertenecía o
me movía en un medio en Bs.As. en la Facultad de Arquitectura y grupos más o menos
intelectuales sin ningún tipo de pecamidad donde Gesell era un poco la meca era el lugar
libre, lugar donde los encuentros de viola donde no había un mundo fashion como había en
otro lugar, y lo digo con todo lo peyorativo que puede tener la palabra me parece un
espanto culturalmente, es decir, todos de alguna manera teníamos esto en la vista”.
“ Bueno yo llego un día con tres amigos y recalamos en un lugar, en la casa de una
alemana en una pieza, hoy sigue existiendo y la quiero mucho se llama Sisí y también ha
tenido alguna participación en la gastronomía del Hotel, que era también esa galería
modernosa en la Av. Bs.As.y la Av.10 más o menos y paramos allí y después
encontrándonos con gente. Esto era a principio de los ‘60, había una cosa muy fácil era el
conectarse, una generación con mucha sed de cosas que después a lo mejor la mayoría se
frustró o se hizo pedazo, pero Gesell ofrecía esa tipología del lugar de encuentro en los
bares en que uno podía pasar la noche entera como cada uno pudiera, con una botella de
ginebra, pasar toda la noche charlando porque en el mundo se estaban gestando cosas y acá
también la tertulia era importantísima”.
Cierta rebeldía aflora en Carlos al recordar que “ Uno se levantaba una mina no
porque tuviera un traje de baño moderno ni que tampoco supiera bailar, la levantaba porque
uno tenía ideas y cosas, se seducía a través de la palabra, eso era muy importante, de allí el
cine que se da, la música, la palabra era muy importante. Esto era en alguna manera una
especie de refugio en el sentido en que todas las vicisitudes en la sociedad como la
dictadura de Onganía, también yo vivo muy nítidamente la noche de los bastones largos
pero acá era donde se charlaba sobre eso, acá se discutía sobre eso y después posiblemente
cada uno de nosotros tenía una forma de participación”.
Hay una definición acerca del tipo de gente que frecuentaba a la Villa por esos años,
gente paqueta, gente bien, profesionales, es decir el tipo de persona que venía en términos
de clase sería de clase media, al trasladarle la inquietud a nuestro entrevistado este nos
2
Es interesante el comentario de Watzlawick, Bavelas y Jackson en su obra “Teoría de la comunicación
humana” acerca del tono existencialista. Hay órdenes de conocimiento el 1, de los objetos el 2, de lo que son
los objetos y el 3 acerca de la atribución de un nivel significativo de la realidad. Este nivel, es el que ofrece
una premisa significativa a la vida, ya que el hombre no puede vivir psicológicamente en un universo en la
cual sus premisas de tercer orden no pueden explicar, tal universo que carece de significado sería la nada
existencial, la angustia al existir.

47
comentará que, “ Era clase media con pretensión de intelectuales media media, no vino la
media alta, en este momento era muy corriente en el mundo estudiantil la compañía era
sumamente restringida y eso lo trasladaba acá, yo me encuentro con viejos amigos en la
cual no teníamos un mango y los pibes de hoy tampoco lo tienen pero ahora se cuenta con
una infraestructura para recibir para ser rentable, en aquel momento no existía tal
infraestructura tampoco había un peso, me acuerdo de las grandes comidas de arroz con
almejas no por sibaritas sino porque era lo más accesible”.
“Yo no quiero fantasear que ese mundo de preocupaciones intelectuales de políticas
era tan generalizado sino que como en el resto del país había grupos, en aquellos años se
convivía bien con los otros que estaban en otra cosa, era una etapa donde había una alegre
conexión con el mundo del otro sexo”. Ante la pregunta acerca de si había libertinaje en
términos de cierta promiscuidad sexual Carlos lo niega rotundamente, “ No, no, yo creo lo
que se podía mentar era de algunos grupos de adultos de algunos tipos que habían venido
de Alemania, lo que pasaba que esto era una coyuntura bastante especial ya que
pertenecemos a una generación que nacíamos con antibióticos y no le temíamos a ninguna
venérea, no existía el sida por lo tanto los encuentros amorosos no eran traumáticos...”.

4.2 El juego de la ideología

El fermento ideológico sería un emergente más para unir, juntar e identificar entre
los propios jóvenes, por ejemplo como el ser antiimperialistas ya que, “Había elementos
que unía muchos a los jóvenes, éramos antiimperialistas, para la mayoría acá no ser
antiimperialista era haberse quedado rezagado, la revolución cubana estaba a flor de piel,
este auge de Gesell se da en la época de la revolución cubana y el Che Guevara ya es una
figura mítica, importantísima, para toda una generación, hablamos de los primeros años de
la revolución su etapa romántica, esto desemboca en un montón de cosas el carisma del 68,
el cordobazo del 69 comienzan las grandes revueltas en el mundo”.
“ El fenómeno de la revolución viene por muchas vías la música influye muchísimo,
la música es testigo y expresa ese estado de cosas pero también lo expresa la plástica, lo
expresa el pensamiento en general de los años 60. Habíamos unos años antes leído a Sartre
y nos sentíamos existencialistas, a empezar a leer a Frank Fanon y no casualmente lo
prologa Sartre en otro libro, porque el título de Los Condenados de la Tierra yo creo que
algún día habría que cambiarle el nombre porque yo creo que Frank Fanon hace una
traducción un poco libre ya que el libro en francés se llama Les Damnés de la Terra o sea
los damnificados, los pisoteados más que los condenados ya que eso se supone que no tiene
futuro y Fanon plantea que sí lo tienen y para nosotros tuvo muchísima influencia”.3
Como una forma de ser y de estar no se producía una división entre esos planos
ontológicos de los jóvenes, si eran impulsores de una forma de ser a través de valoraciones
también lo eran a través del hacer porque en definitiva se venía uno a divertir, así,
“Nosotros podíamos convivir con eso con el divertimento etc. acá hay lugares muy claves
de esos años por ejemplo La Mosca Verde y aparte el cholulismo que se lo ponía en
francés, se bailaba jazz, se hablaba pero fundamentalmente se conectaba la gente; los
chicos actuales dirían que son lugares para curtir. La Mosca al estar en las afueras de Gesell
en el Pinar daba un pumm, ya que Gesell se ubicaba en lo que hoy es el norte por ejemplo
en lo que hoy es el gateado era un límite. Hoy, sigue en Gesell, si bien es un poco más
difícil de verlo, ese mito fundacional, eso ligado a la cultura, este es un lugar muy querido
de artistas plásticos, narradores, escultores y esta movida sigue existiendo en Gesell aunque
está más diluida, pero sigue teniendo algo que lo diferencia de otros lugares”.

3
En esa obra Fanon va a plantear que Europa tras la creación de ciertos mitos creados por su cultura en el
fondo son un apoyo y justificación a la aventura imperialista del s. XIX y XX algunos de esos mitos será: el
de educación, el bienestar, el progreso, etc. y con ello las bases del llamado tercer mundo.

48
El tema de la identidad de un lugar puede ser algo complejo o no, lo cierto que la
identidad de algo es una suerte de referente por el cual le ayuda a uno el poder interpretar la
realidad que le circunda, y cuando se trata de hablar de la identidad de Villa Gesell ante la
supuesta falta de elementos cohesionadores se suele caer en la consabida fórmula de la
condición de pueblo o ciudad joven, para rebatir esa tesis otros balnearios tan o más
recientes que Gesell son portadores de esa identidad, en tal sentido Carlos dice que, “Es
difícil desarrollar una identidad profunda pero algo subyace, yo creo que muchas veces
hemos tratado de discutir el tema de la identidad y por algo es, Cariló no lo discute ni Punta
del Este ni lo discute Pinamar....como lo tiene Santa Teresita pero Gesell aparentemente le
falta porque es muy compleja la identidad de Gesell, mucho más difícil por lo tanto todos
tenemos ganas, más deseos de lo que vemos en la primera lectura. Se diluye una primer
Gesell con un grupo inmobiliario en los 70 tanto Pinamar o Cariló son sociedades anónimas
mientras que acá era un viejo lleno de virtudes y repletos de defectos con un sueño que
lleva adelante pero acá no hay emprendimiento empresarial desde el mismo comienzo, acá
todo es espontáneo y creo que eso tiene un gran valor agregado, acá hay un espacio que nos
permite la reflexión, hay mucha gente que conozco y produce intelectualmente en este
lugar, no sé si pasa en otros balnearios”.
En relación al estar en términos de ser y con ello el tema del hacer, no acarreará
ningún tipo de sorpresa que, “El rock se produce acá porque eran chicos que les gustaba
venir y lo que sabían hacer era tocar rock y lo hicieron, no creo que ellos dijeran - vamos a
trasladarnos a hacer rock allá -, y se encontraron con un lugar en que era posible actuar,
estamos hablando a los principios de todo, acá era fácil, se pedían dos cajones de manzana
y un andamio prestado y se habría un boliche, así era de fácil, no había una especulación
esto era demasiado espaciosos para la poca gente que estaba y no se pensaba en que - tengo
un local y lo debo explotar a fondo para sobrevivir -, eso permitía que se diera este tipo de
cosas, aparte del mar y de la playa con los hábitos de las fogatas, no había cultura del
balnearios que reprimieran este tipo de cosas”.
Carlos recuerda que, “El pinar, yo creo que no es casual que después de tantísimos
años siga habiendo encuentros corales en el pinar, que se hubo haciendo espontáneamente,
después mucho más organizado, se institucionaliza pero tiene un origen de mucha
espontaneidad, por ejemplo venía un grupito de chicas de las que pertenecían a la
comunidad armenia que pertenecían a un coro y que venían y cantaban acá para divertirse,
es decir, eso llega con mucha espontaneidad, no había un mundo de censura interna. De la
comunidad alemana yo jamás recibí ningún tipo de censura, aunque se decía del pasado
nazi de algunos esto es como en todas partes los hay buenos y malos pero era una
comunidad bien abierta y se dio ese juego de que esas personas que venían de una
experiencia dura de la guerra se dio que no especularon de ninguna forma comercial, ya que
al crecer inmobiliariamente Gesell, no son ellos los dueños, diría que es la colectividad
italiana al sur, como fenómeno de la construcción”.
“Quizá esa experiencia dura permitió que aquí se manejara con mayor libertad y que
no hubo represión social, yo no se si esto hubiera sido lo mismo en Pinamar que dirían los
vecinos sobre estos - hippies, promiscuos - a echarlos, lo que sé, acá no, no hubo sanción
social y más bien había comunicación, acerca del movimiento del hippismo. Yo creo que
por acá vinieron grupos con tendencia de intelectuales progre, en seguida toma auge el cine
club y pasa a ser fuerte y el cine que se veía era el cine de vanguardia de la época por un
lado estaba el cine de Bergman y estábamos totalmente influidos por él, después el cine de
Frid Lang y Renee le Claire y mucho cine francés porque había conexión con la embajada
de Francia como también cine de los países del este que por ese tiempo había una fuerte
distribuidora llamada Arkino que distribuía películas de los países del este,
Checoslovaquia, Rusia, yo no sé si éramos muchos los que estábamos pero yo sentía que
estábamos todos”.

49
“¿Sobre el consumo de marihuana?. En Gesell el consumo no sería mayor que en
otros lugares, se fantaseaba con ello. Pero la revolución cubana tiene mucho que ver con
Gesell, nosotros éramos muchos pro-cubanos la mayoría hace algunos años cuatro o cinco
con unos amigos notamos la llegada a Gesell de Alberto Granados que fue el que hace el
primer viaje en moto con el Che Guevara que salen de Córdoba y llegan a Gesell. Acá a
una cuadra de aquí (Paseo 107 y Av.2) había una casa de la familia de Guevara y fue una
estancia de él acá en el cincuenta y pico que viene con Granados, porque inclusive
Granados paraba acá en el hotel, nos hemos hechos amigos muchos días acá , y pasó, que
hemos conseguido que el Concejo Deliberante votara por unanimidad, hace cuatro o cinco
años, que votaran una ordenanza por el cual se declara de interés turístico la llegada de
Guevara que después él escribiría en su libro de viajes. Él (por Guevara), escribe sobre
Villa Gesell y tiene una cosa muy poética en referencia con un diálogo con el mar, y en la
ordenanza se dice de la importancia de hacer un monolito del cual tenemos la piedra y
ninguno se decidió hacerlo todavía pero la ordenanza está para poner la piedra”.
El poema en el fondo es una reflexión que dice:
“ para mí fue siempre el mar un confidente,
un amigo que absorbe todo lo que le cuentan sin revelar jamás el secreto confiado y
que da el mejor de los consejos: un ruido cuyo significado cada uno interpreta
como puede”
El Honorable Concejo Deliberante de Villa Gesell sanciona el 19 de Agosto de 1997
bajo el número de registro 1351 y con el expediente número V-4231/96 una ordenanza
N°/1556 fundamentada en las siguientes consideraciones.
Visto: que en el libro “Mi primer gran viaje”, escrito por el Doctor Ernesto
Guevara, popularmente conocido como “El Che”, en el capítulo El descubrimiento del
océano, hace referencia a su estadía en nuestra localidad entre los días 6 y 12 de Enero de
1952, de paso en su recorrida por América del Sur.
Considerando: que, según su propio relato, ese viaje ha tenido una gran influencia
en sus concepciones sobre la situación social de Latinoamérica. Que dicho capítulo
contiene reflexiones breves pero profundas de su relación con el mar, en particular con
nuestro mar contemplado desde una duna. Que la presencia de tan relevante personalidad
para la causa de los pueblos Latinoamericanos, en Villa Gesell, y más allá de toda cuestión
ideológica, no puede pasar inadvertida en nuestro tiempo. Que es innecesario abundar en
este caso sobre el amplio reconocimiento internacional obtenido por el Doctor Ernesto
Guevara. Que es digno destacar el reconocimiento particular que ha realizado el Doctor
Ricardo Rojo, conocido abogado y periodista de militancia radical, en su libro “Mi amigo el
Che” (1985) y que el General Juan Perón opinó: “...Guevara ha sido el hombre de una
causa y eso es suficiente para colocarlo en la historia con valores propios e imborrables...”.
que tales acontecimientos revisten Interés Histórico y Cultural para Villa Gesell y por ende
Turístico en todo aquello que signifique su difusión. Que por respeto a la personalidad del
Che merece ser recordado en forma emotiva pero humilde y austeramente. Que existen
pruebas identificatorias del predio donde se encontraba la casa de sus familiares (hoy
demolida) donde se alojó en su estadía, ubicada sobre la Avenida 1 entre los Paseos 107 y
108 de nuestra Localidad:
Por ello, el Honorable Concejo Deliberante sanciona la siguiente:

O R D E N A N ZA

ARTICULO 1: Declárase de Interés Histórico-Cultural el día 06 de enero y el lugar


Avenida 1 entre Paseos 107 y 108, donde se alojó durante su estadía en nuestra localidad,
entre los días 6 y 12 de enero de 1952, el Doctor Ernesto “Che” Guevara, en virtud del
significado de su lucha puesta al servicio de los pueblos Latinoamericanos.

50
ARTICULO 2 : Encomiéndase al Departamento Ejecutivo la colocación de una placa con
la siguiente leyenda: “ En este lugar estuvo el Doctor Ernesto “Che” Guevara desde el 06 al
12 de enero de 1952.
ARTICULO 3: Acéptase de la Comisión organizadora del hito turístico la realización de
un monolito que tendrá esculpida la siguiente reflexión acerca del mar:
“ para mí fue siempre el mar un confidente, un
amigo que absorbe todo lo que le cuentan sin revelar jamás el secreto confiado y que
da el mejor de los consejos: un ruido cuyo significado cada uno interpreta como
puede”
Ernesto “Che” Guevara, 1952
ARTICULO 4: Los gastos que demande la presente ordenanza serán atendidas en la
partida 1.1.2.14.3 Programa I Finalidad I
ARTICULO 5: Ubícase el minolito sobre la Avenida Costanera entre los Paseos 107 y 108
de Villa Gesell.
ARTICULO 6: Comuníquese, dése al Registro Oficial y cumplido archívese4

Carlos en su relato se entusiasma y enfatiza que, “Tengo una foto con Granados y
allí debe estar la fecha, el grupo que nos movíamos era pro-cubano, había un sector de la
juventud que tenía inquietudes políticas porque tenían esa juventud de los años 60 un
discurso muy progre que va desembocando después en los acontecimientos que conocemos.
Por aquí Onganía tenía menos fuerza que en otros lugares. En el principio la policía tenía
menos aparato por acá si ocurre la represión tras el golpe del ’76”.
Ya en el final de nuestra entrevista al preguntársele sobre si había alquilado el bar
en los años sesenta a unos de los pioneros del rock nacional, nos referimos a Moris, nos
confirma que sí, y agrega, “Moris se estableció aquí en Juan Sebastián Bar, y lo alquila, lo
que Moris tenía era bastante éxito, pero ese éxito hoy día sería grandes fracasos, te digo que
cuando venían personajes que tienen hoy grandes renombres juntaban 20 personas y era un
gran éxito, te hablo del año 65 y originalmente hubo acá el primer cine al aire libre, no me
quiero generar una imagen de la nostalgia diciendo que aquello fue mejor, aquello permitió
esto y hemos crecido y desarrollados cosas y algunos agarraron para un lado y otros por el
otro pero creo que Gesell mantiene mucho todavía que subyace, lo importante es que
Gesell fue siempre cuestionadora. La dificultad para llegar a Gesell también ayudó a crear
cierta magia, uno estaba más protegido y acá vino una juventud que no se podía enganchar
con Mar del Plata, que era más de zapatos blancos, que el Casino y la vida del centro,
espectáculos, etc”.
Y para finalizar, planteamos a Carlos la pregunta de cómo era la convivencia entre
las diferentes tendencias de los jóvenes, entre revolucionarios y los utopistas si era pacífica,
de respeto de tolerancia de animosidad, etc, “Aquí había una convivencia entre aquellos
jóvenes que tenían inquietudes intelectuales y políticas con aquellos que no la tenían, en lo
ideológico no había choque excepto que fuera algún grupo reaccionario de derecha pero era
difícil”

“La mouche Verte”: catedral y refugio del ruido en la noche geselina.

4
De tal forma figura textualmente la ordenanza consultada del archivo del Honorable Concejo Deliberante de
Villa Gesell. Creo que quizá es más meritorio en honor a los hechos realizados por Guevara que la cabal
importaría del “Che” no sería el título de Doctor sino: el de Comandante.

51
Disc-jockey original:
rancheras, beat, con valses
vieneses. A la izquierda, la
trompeta frasea. Comienza
el reinado del jazz.
Así aparecía en un
periódico de la época la
alusión a la “La mosca
verde”. Gentileza Sr.
Olivares

Capítulo V

Es casi una forma estereotipada de concebir al arte, como algo que tiene relativa o
nula importancia dentro del desarrollo cultural y menos como una parte importante en el
desarrollo de una región, ciudad o localidad, ya que al arte, en términos prácticos para
lograr un cambio de un estado de cosas, se le confiere una capacidad nula. La significación
de la realidad no puede quedar reducida a elementos políticos, económicos ya que la
abundancia de símbolos, signos, sentidos y significaciones, son los verdaderos elementos
que centran o configuran lo que es real y por suerte escapan a lo meramente político y
económico, esa abundancia para que pueda producir sus frutos deben ser bien cultivada, de
lo contrario, se empobrecerán los resultados del análisis de la realidad y le cabe al arte ser
el medio movilizador que nos lleve a esa abundancia de símbolos, signos, sentidos y
significaciones.
Así como se reconoce la importancia de la lectura y su relación con la palabra y de
allí con la idea, el arte nos proporciona una analogía de vital importancia con la percepción,
sensibilidad y creación porque ¿qué es la creación sino la resignificación de aquello que nos
circunda y que se expresa en la obra?, por ello de la separación entre la cultura y el arte es
necesario la resignificación de la cultura del arte , como la nueva generación de una
conciencia crítica centrada en el mundo social y dejar de lado la vieja representación del
arte como un camino individual a la trascendencia.
El arte no es copia fiel de la realidad, ni tampoco implica una posición reproductora
sino es un proceso abierto que debe nutrirse de escuelas, talleres, profesores, artistas y
centros de divulgación que llamamos museos. Los museos tienen una importancia muchas
veces desapercibidas ya que es por éstos que puede un balneario, ciudad o localidad llegar a
ser elegida a la hora de buscar un atractivo más que enriquezca el tiempo libre del turista,

52
visitante o viajero casos como lo fueron y lo siguen siendo La Bienal de San Pablo, El
Museo Pompidou, El Museo de Arte Moderno de Nueva York o la construcción del
Guggenbain en Bilbao una de las tantas viejas ciudades del viejo continente que supo atraer
a turista de todo el mundo.
Por ello, el arte tiene en otros lugares y debería tenerlo en nuestra sociedad, un lugar
a la hora de la formación de los ciudadanos, y desde el mismo instante en que nos
imaginemos una riqueza sin exclusión podamos concebir a todos como portadores del
complemento: una capacidad intelectual allende a una capacidad sensible y así, proponer
la nueva utopía en nuestra comunidad: el Arte como futuro de Villa Gesell.

5.1 La mirada plástica

El se llama Raúl Spiner, en el taller de Isabel en el Barrio Norte a escasos metros de


la Av. Bs.As. en una tarde de Enero nos sentamos a charlar, a recordar, a volver a
desentrañar del eje de la memoria, lo que el olvido jamás podrá superar, el recuerdo, por
ello nuestro anfitrión nos dice, “ Yo supe de Gesell tal como dice la propaganda, - de amigo
a amigo -, unos amigos nuestros que habían venido nos hablaron de una playa distinta,
estoy hablando del año 53 y cuando vinimos acá dijimos no volvemos más, esto es un
médano puro, calculá que había un hotel El Atlántico, El Tejas Rojas y pará de contar,
había un cine en que te venían a buscar al hotel para ir al cine en un ómnibus, y a las 9 de la
noche se apagaba la luz y cuando nos fuimos dijimos, - vamos a volver todos los años -y así
fue, no solo volvimos con nuestros hijos sino que nos establecimos con mi profesión: la de
farmacéutico”.
Como preguntándose a sí mismo, Raúl, nos comenta, “¿Qué encontré en la década
del 60?, un lugar especial, con gente precursora los alemanes, precursora en cuanto
establecerse en sus casas armar sus viviendas, tenía contacto con gente en la playa y lo que
más me llamaba la atención era la cantidad de psicoanalistas, estaba en auge el
psicoanálisis en la década del 60 y no te olvides que el psicoanálisis es un encuentro casi
permanente con el dolor, la tragedia humana, entonces, ¿qué venían a buscar en estos
lugares?, en primer lugar cierta paz, se alejaban de la angustia, llevaban música, lectura,
largas caminatas, nos íbamos hasta el famoso cementerio de los caracoles que supongo
debía estar lo que es hoy Mar de las Pampas. Ya con posterioridad encontré otra gente, pero
ahí, si lo significo algo al lugar, desde el punto de vista turístico, es el encuentro con artistas
con profesionales, tal vez algún plástico que después lo confirmo cuando yo vivo acá,
algunos músicos, también encontré los abogados en feria, la búsqueda de la no angustia de
los psicoanalistas y de otros profesionales y una playa limpia para caminar y andar y para la
pesca”.
Raúl recuerda que los fondos de las casas que solía alquilar eran ocupados por las
carpas de algunos amigos plásticos que, “Lógicamente escasos de recursos venían y se
instalaban en casa, era muy lindo ya que poníamos discos de Bach y todos llorábamos y
todos tomábamos vino, esto no era de todos los días pero eran los amigos, el asadito, la
música, no escuchábamos el partido de futbol, escuchábamos a Bach, a Vivaldi,” Raúl
aclara que no quiere ponerse en un lugar de elite sino que era un grupo que prefería eso
como ponerse a jugar al ajedrez. “La composición social era de capas medias ya que Villa
Gesell es una creación de capas medias, la clase media y sus estratos, no es lo mismo el
empleado bancario al comerciante de una empresa importante, no es lo mismo el
profesional que un empleado de comercio pero venían profesionales”.
Pero también la Villa invitaba a ser partícipe de cierta desinhibición, ya que la
actitud del veraneante, del turista cambia como si ciertos estereotipos se rompieran por ello
se fue haciendo una publicidad peyorativa de la Villa acerca de la afluencia de cierta gente
que no compartía los mismos gustos y tenía diferentes valoraciones por ejemplo, “ Algunas
chicas bailaban en Cariño Botao descalzas, y quienes las miraban decían - mirá las locas

53
esas que bailan descalzas -, ¿vas a Gesell?, ese es un lugar de mala gente, no es para la
gente de hogar, este era el sentido que había en algunas mentalidades argentinas en esa
época con respecto a Villa Gesell porque venían los rockeros, y las minas bailaban
descalzas”.
Esas expresiones acerca de Gesell como un lugar no conveniente para la familia es
un típico constructo cuya definición teórica sería la de representación social. ¿Qué
queremos decir con eso?, que un juicio acerca de algo previamente debe ser representado y
que toda representación tiene un contenido como actitudes, opinión o información acerca
de algo, es decir sobre un objeto, un personaje, etc. Este contenido se relaciona con otro
sujeto u objeto; la representación entonces, es un acto de pensamiento por el cual un sujeto
se relaciona con un objeto y lleva un carácter de significante con su correspondiente figura.
Así, toda representación consta de una figura y de un sentido, podemos considerar como
elementos de la figura a las personas descalzas, los jóvenes pelilargos, cierta forma de
vestir, etc. que son vehiculizadores de significados como informalidad, excesiva
independencia, o peligrosa desinhibición para el orden imperante es decir, todos son
significaciones que pueden provocar rechazos porque atentan contra sentidos establecidos.
En definitiva, estamos frente a un caso de cognición social en la cual un sujeto
interpreta el contexto pero esa interpretación se encuentra mediada por su representación, a
su vez el carácter social que le dice lo que es o deja de ser tal lugar, contexto o comunidad,
se desprende por cierta proyección de valores, por lo que el fenómeno masivo de Gesell
tanto en términos positivos o como negativos, es producto de una gigantesca
representación.
Que a la hora de proporcionarnos un marco teórico bien podemos considerar la
siguiente relación: lo social transforma un conocimiento en representación y bien, esa
representación, ha de ser un elemento determinante en una transformación social. 1
Pero volviendo a Raúl, éste continúa con su narración diciendo que, “Gesell estaba
caracterizado por un entremezclado un acoplamiento de que la gente vendría desinhibida
acá, puede andar con su short con una remera vieja donde el acercamiento con la naturaleza
y el acercamiento con el arte están unidos, es propicio, los jóvenes...siempre hubo jóvenes,
ese vivir un poco desajustado de no estar amparado en el uniforme junto con algunos
intentos de manifestarse espiritualmente son algunos de aquellos elementos. Lo único que
mantiene en jaque permanente a la sociedad son los jóvenes con sus viejas costumbres,
valga la contradicción de la palabra, las viejas costumbres es ser natural es ser espontáneo
como le corresponde a los jóvenes, y ellos se visten así y duermen en la playa, ¡por qué no!,
así que desde mi mira no se a perdido ciertas características”.
Si bien por aquellos años no podría decirse que Gesell se destacara por un
emergente cultural propio, de su cuño, en Gesell emergió esa movida cultural, Raúl aclara
que, “ Esa movida la hay en otros lados cuyo fermento provenía de Bs.As. y se dio acá con
mayor énfasis porque se encontraron con el ámbito de la naturaleza y del despojamiento de
sacarse la ropa, de quedar dormido en la playa, de no andar con saco y corbata, tratar de 20
0 30 días vivir naturalmente ser ellos, ser ellos mismos. El fermento cultural no se da como
una espontaneidad del lugar se da como una aceptación de otros lugares, esto hay que ver
sino glorificamos cosas, idealizamos cosas que no son”.
Raúl, para terminar nuestra charla afirmará que, “ La cultura debe ser un germen
formador y transformados por lo que a la hora de la creación ésta no puede quedar
meramente en las manos de lo mediático, ya que los medios apuntan a una masiva
aceptación y con ello un peligroso descenso en la calidad del producto”.

1
Tal planteo del imaginario social es un desarrollo de la obra de Serge Moscovici “Psicología Social” tomo II
y en tal obra, en lo que nos hemos apoyado pertenece a Denise Jodelet en, La representación social:
fenómenos, concepto y teoría. Ed. Paidos. 1986

54
5.2 Dos por uno

Su castellano conserva su acento español, su hablar es pausado y por sobre todas las
cosas sin ningún exceso de protagonismo, cordial y ser persona muy respetuosa, tales
fueron las sensaciones que despertaron la presencia y la charla con Ricardo Escoté, su
formación implicó países como España, Francia, y Suiza, y por cierto nomadismo lo llevó a
recorrer el mundo hasta llegar a Argentina y de allí al barrio de Barracas. Don Ricardo nos
dirá acerca de su llegada a la Villa que, “Yo llegué a Villa Gesell intentando escapar del
ruido del mundo, yo tenía mi taller en Barracas y era un continuo movimiento de gente, que
iba y venía, como yo me había especializado en retrato tenía mucho trabajo, y eso era algo
agotador. Y con un amigo, Don Juan Arenas, decidimos comprar un departamento de un
edificio de varios pisos que se hacían y recuerdo que le pedí al encargado de hacerlos que el
mío fuera de un ambiente solo con unos arcos, y lo conseguí, era un atelier”.
“ En ese tiempo cuando podía me escapaba para aquí, y me tentaba mucho aquello
de que – quien sabe cuando se puede salir, si hay barro te tenían que quedar- y eso era un
acicate para quedarnos más tiempo, y así no faltaba a la palabra, eran las inclemencias del
tiempo y aquí cuando había barro, ¡ni ómnibus ni nada!. Así que me fui entusiasmando y
decepcionando con la propiedad horizontal ya que los que habíamos comprado al principio,
empezaron a alquilar, y allí ya no se podía estar tranquilo, golpes de puertas, gente que no
conocíamos y se perdió el sentido que había originado la idea de estar con un grupo de
gente amiga”.
Don Ricardo continua su narración, “Y lo voy a ver a Don Carlos y le cuento mi
problema y le digo que quisiera un terreno para mí y mi familia, y bueno me dice –vamos-
y me trae con el jeep aquí♣, que era todo arena y pequeñas plantaciones, entonces
arreglamos y empecé a edificar aquí que sería la base de lo que quería, algunos
departamentos y con ello tendría suficiente, ya que no tenía grandes necesidades. A mitad
de la construcción pude vender la parte horizontal mía y me dediqué de lleno aquí, y
cuando tuve todo pagado me dije -¡vamos a vivir aquí!-. Mi mujer aceptó a regañadientes,
pero hay un hecho importante, que en esos momentos mi hija también se casa y le compro
un terreno y le regalo la casa, coche, etc. y se instala aquí, creo que eso ayudó bastante”.
“En esos años aquí vivía José Bordón, era un empresario que se dedicaba a la
inmobiliaria, estaba frente a lo que es Vanneste, al lado de un terreno de la Flia Lavigña e
hizo una galería, posteriormente los hijos harían locales que después venderían, bueno, lo
cierto es que allí hago una exposición era en la galería San Martín, que es la primera
exposición que hago yo, conjuntamente termino allí y hago una en el Tejas Rojas, estoy
hablando del año 57. Recuerdo que la temática presentada no estaba plasmada Villa Gesell,
claro, no era temática de Villa Gesell, yo venía de Bs.As. con pinturas de calles de Europa
y de América, habían varios sitios de la capital de Bs.As. una de ellas era de la calle
Corrientes”.
El siguiente invitación es la que se hizo en relación de la galería a la exposición de Don
Ricardo

Galería Gral. Sn. Martín


CARRUSEL S. R. L.
DEPARTAMENTO ARTE
VILLA GESELL
0
La Dirección de CARROUSEL S. R. L. se complace en invitar


En lo que hoy es la Librería Montze, 123 y Av3

55
a, Ud. y familia a la inauguración de la Exposición de Obras
del pintor Ricardo Escoté que tendrá lugar en nuestro salón
el día 15 de Febrero a las 18.30 horas.

“ Recuerdo que a Tita Merello – dirá Don Ricardo – le gustaban algunos de mis
cuadros y como algo anecdótico le cuento que tita vendría después a la Villa por mí. Si, yo
traje a Tita aquí, le explico, yo conocía a Pascual, hermano de Tita, ella se había hecho un
Lifting y ella tenía vergüenza porque tenía un a diminuta secuela de la operación, entonces
le digo – vení, tengo un tallercito un atelier, la vas a pasar bien- y vino y se pasó entre 10 y
15 días, y le gustó mucho, después se compraría un terreno que terminaría regalándoselo a
Pascual”.
Sobre su exposiciones Don Ricardo dirá, “En la exposición en la galería de Bordón había
un cuadro de la calle Corrientes que era muy lindo, agradable, de calles anchas y recuerdo
que se lo vendí a ella, en tejas Rojas también vendí bien, y después el Club Leones de
Madariaga me pidieron que hiciera una exposición allí, ya que por ese tiempo no había
inquietudes de ese tipo. Había un húngaro llamado Varich, que hacía pequeñas notas y nada
más, después Varich se fue al sur a Bariloche y se perdió, pero después de él no había nada
más. Había un dibujante gallego que no recuerdo el nombre, que daba clases de dibujo en
Madariaga y se había hecho aquí un archivo”.
“Después Villa Gesell fue creciendo y empezaron a venir elementos que giraban
alrededor del arte, a mí me empezaron a inquietar porque sabían, me conocían porque tenía
muchas relaciones en Bs.As. amantes del Art Decó, amantes del arte y así se fue haciendo
Villa Gesell respecto al arte”.
“ Yo inauguro en el ‘74 la librería y la galería de arte, y fui conociendo gente que
pintaba y que esculpía pero sin ánimo de ofender, no hay un stock de primera línea. Como
yo soy introvertido y vivo en mi taller feliz, no quiero perder noches no salgo, hay dos o
tres pintores como Debenedetti, que es buen pintor como pintor en la línea hobbi, y si bien
yo no doy clases a él, le he dado, y me ha hecho caso y mucho.
Don Ricardo a modo de lamento dice que, “Casi no tengo nada del paisaje geselino
lo he vendido a todo y si pudiera recuperarlo lo haría dos a uno, dos de esta época por uno
de aquella”, y a modo de crítica enfatizará que, “ Si yo hoy pudiera irme lo haría, a sido
mal manejado, fue creciendo alocadamente sin control, se hicieron torres que no eran
necesarias y eso fue un negociado, y la consecuencia de todo es que el público que viene, la
juventud es gritona, un gran déficit, en contra, eso es lo que es hoy Villa Gesell”.
Por, ejemplo, Don Ricardo nos ilustrará sobre el tipo de gente de aquella época con
lo siguiente relato, “ Estar sentado en el boliche de Raul Seguí en La Polilla que estaba en 3
y 107 ya que él había vendido su parte de Cariño Botao y había hecho La Polilla, bueno,
como ejemplo para decirle de la gente que venía en los sesenta, recuerdo que yo estaba
sentado con mi mujer y un matrimonio de amigos, estar sentados, haciendo bromas,
cantando y recibir una botella de Champagne de una mesa de gente que no conocíamos y
por supuesto, nosotros también retribuirles a quienes nos la mandaban, y cuando se
levantan para irse, saludamos, darnos las manos y allí enterarnos que era el embajador de
Canadá pero que estaba con chancleta, en fin, y eso era lo que valía de Villa Gesell”.
“También en el hotel Brisas de Almart, al lado había un hotel que se llamaba el
Velero, hoy está, pero no tiene nada que ver el hotel que era, y allí usted iba tipo 18 a 18.30
Hs. de la tarde y se reunía con una cantidad de gente de posición, de formación, como la
gente de la embajada alemana”.
Sobre el dueño del hotel el Velero, Don Ricardo contará que se trataba de, “ Bill, un
ex oficial del Tacoma un barco alemán de petróleo y que aprovisionaba de combustible a
los acorazados, y Bill se quedó porque el Tacoma fue intervenido por el gobierno

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uruguayo. Se llegaba a Gesell porque la gente lo recomendaba de boca a boca, aparecía la
gente de la embajada alemana”.
Al final de nuestra charla y sobre la pregunta de la llegada de los hippies, Don
Ricardo nos dirá que, “ No fue un escándalo la llegada de los hippies pero fue importante
la película que se hizo aquí, junto con el dueño del Chivo Negro, Fernando de Soria y aquí
comenzó a crecer el hipismo y con la película los Inconstantes tomó fama Villa Gesell y
también el hippismo, aquí, se popularizó. Yo tenía en 105 y 1 el atelier que había hecho y
pasaban por allí, y cuando se hizo los Inconstantes se popularizó la Villa y comenzaron a
llegar los jóvenes. En una palabra la gente creyó que por aquí, la cocaína, andaba a raudales
por la calle, no era así, pasaba lo que pasaba en muchos lugares”.

5.3 La importancia de la libertad

Isabel Spiner tiene el encanto de ser abuela, madre, esposa y artista, una persona
que ha llegado a la madurez de su existencia en la permanente compañía del arte y del
continuo trabajo que en su atelier realiza y en la que realizamos nuestra entrevista. Allí, en
una tarde de Marzo nos juntamos y a la clásica pregunta de -cómo conoció a La Villa-,
Isabel nos dirá, “ La conocí, primero de una amiga y después de un señor húngaro, que trajo
las primeras polleras plisadas a la Argentina, ahora que mejor recuerdo, primero fue él
quien me habló de Gesell porque era muy amigo de la dueña del Pípach, una condesa
húngara, y este hombre había sido embajador de Hungría en la Argentina por lo que la
primera vez que yo escuché hablar de lo que significaba Gesell, antes de casarme, fue él. Y
entró en mi imaginación un bosque tocando el mar, al agua y cómo yo soy una persona de
agua, de luna, de verde y de pájaros ayudó en esa configuración”.
“ Junto con Raúl íbamos al Tigre, sacar un bote y me iba a la isla, y no había placer
mayor para mí que hacer eso los fines de semana y encontrar un lugar, en la que te hablan,
que hay un bosque que casi toca el mar, y casi imaginando el verde y el agua, decís ¡eso es
un paraíso! que me puede cambiar el Tigre por otro lugar que se llamaba Villa Gesell.
Después de casarnos conozco a una persona que veraneaba en Gesell y ella nos habló de la
misma manera, del bosque frente al mar ya que en esa época llegaba el bosque casi hasta el
mar, casi se tocaba con el mar, y quisimos conocer Gesell”.
La narración de Isabel aborda ese primer viaje a un lugar totalmente desconocido
desde lo sensible pero que previamente supo imaginar, así, “Para llegar aquí había que
trasbordar un tren, creo que en Lezama, hasta Juancho con dos o tres vagones como
máximo y luego estaban los ómnibus de Don Carlos con sus gomas de cadenas para que
pudieran llegar hasta acá. En el viaje yo veía todo médanos, que sería por la zona de
Macedo y veíamos médanos todos pelados y recuerdo que le dije a mi esposos –¿ y esto es
Gesell?, no venimos más, mañana nos volvemos- y así fue que nunca nos fuimos de Gesell
y ese fue el comienzo, había algunos hoteles como El Playa, El Caniche, que eran
anteriores que no estaban sobre el mar estaban casi sobre el bosque”.
Pero no solamente los médanos pelados llamarían la atención a nuestra entrevistada
sino también que, “ Me llamaría la atención, una comunidad judía, alemanes judíos acá, y
lo supe a través de una persona, Oma que fue muy conocida y Oma era de origen judío
alemán y que junto con otros que llegarían después, formarían la primitiva comunidad
israelita aquí en Villa Gesell”.
Como un nuevo lugar que se estaba gestando en la consideración de la gente no
tardarían ser los jóvenes los naturales depositarios de las inquietudes de abordar la
experiencia de Gesell, por lo que “ Por aquí llegaban chicos que estarían en su primer o
segundo año de la universidad como también venían por aquí los jóvenes de todo el país, ya
que por esa época no se iba para Pinamar ya que no estaba abierto todo el camino y los
jóvenes se quieren conectar con otros jóvenes, además uno va adonde está la gente, dónde
la gente se nucléa y no hace daño. Recuerdo en esos años se hacía mucho dedo y nosotros

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levantábamos a mucha gente, gente que solía venir desde Madariaga pero lamentablemente
después comenzarían los robos con gente disfrazada de gaucho y que no eran tal, había esa
libertad ¿¡cómo no vas a levantar alguien en Gesell?¡,¡ pero si!! Estaban las puertas del
coche abiertas. Por ejemplo en la rotonda de alpargatas siempre se encontraban entre cinco
o seis chico y chicas haciendo dedo y esto se dio hasta la época del golpe militar, quizás un
poco antes, y después comenzaron los miedos”.
“A finales de los sesenta llegan los italianos – continúa diciendo Isabel-, los
ingenieros desarmistas como nosotros les decíamos porque sabían hacer de todo, hicieron
los primeros bloques de cemento y se comenzó a construir la hotelería y fue todo un
¡bummm!, un desarrollo muy grande a partir de esos momentos, pero hecho
fundamentalmente por los italianos que llegaron a la argentina. Los bloque se hacían en
pequeñas fabriquitas y así se abarataban costos, y con eso se hizo, por ejemplo, el hotel
Venecia y la mayoría de los hoteles de la avenida uno y dos.

5.4 La escolástica geselina

“Cuando me instalo aquí, noto que los jóvenes que tenían una inquietud para el arte
debían trasladarse a Madariaga, allí existía y existe hoy día, una escuela de arte donde se
enseñaba cerámica, pintura, escultura pero aquí no había nada, cuando llegamos aquí ellos
no van a Madariaga y yo comienzo a darles clases como profesora de cerámica, a darles
clase a la gente de acá, te hablo del año 71”.
No tardaría en surgir la necesidad vital de crear una escuela de arte de la Villa y si
bien se lograría formarla, plasmarla e incluso inaugurarla en el fondo quedaría trunco ese
primer proyecto de escuela de arte en Gesell en la década del setenta, Isabel al respecto nos
cuenta que, “Nosotros nos fuimos nucleando para formar una escuela de arte aquí en Villa
Gesell donde no solamente se enseñara cerámica sino escultura, pintura, idiomas, grabados
y hasta tuvimos el lugar y lo llegamos a inaugurar. El lugar que nos habían dado es donde
se encuentra ahora Irell, Bs. y 208, ese edificio había quedado vacío, entonces nos
reunimos, y también pensábamos enseñar baile, danzas clásicas, alemán, francés, etc era
una casa muy grande. Recuerdo que vinieron los Concejales de Madariaga y llegamos
como te dije a inaugurar con sándwiches y una copa de vino, era un proyecto que parecía
mentira que íbamos a tener nuestra casa de la cultura acá y el nombre iba a ser La Casa de
las Artes pero viene el golpe militar y todo queda en la nada”.
“El intendente de Madariaga de ese entonces el Doctor Villate, el abogado, y tío de
Mauricio Villate que fue mi alumno de la primera camada, me viene a ver a mi farmacia
para proponerme que me ponga al frente de la escuela de arte de Madariaga y yo le dije –
Doctor Ud. no me entendió, yo quiero una escuela de arte para Villa Gesell y no fuera de
otro lugar donde yo vivo, para la gente de aquí. Me acuerdo de algunos profesores de
aquella época como el chico de la casa de fotografía de la tres, Gustavo que si mal no
recuerdo iba a enseñar inglés, yo iba a enseñar cerámica y escultura, todavía no había
venido Oscar Brocos, y había otra gente más, creo que una de las hijas de Don Carlos iba a
enseñar alemán, si no me equivoco era Rosemarí. Con posterioridad vino a la Villa Jorge
Silván, muy buen pintor, también en esa primera etapa estaba Abreu que después se fue
para España y daba clases en Madariaga”.
Isabel tiene excelentes recuerdos de Ricardo Escoté ya que,“ Él, siempre ha sido un
hombre tan maravilloso, él viajaba mucho a Europa, prácticamente no estaba aquí, además
sus experiencias son muy anterior a las mía, siempre tuvimos admiración por él, aparte de
ser muy buen pintor, es muy buena persona. Recuerdo que en una oportunidad se formó un
grupo de poetas y en la biblioteca Rafael Obligado se hizo una reunión con todos los poetas
y Escoté vino invitado especialmente, y se llegó para inaugurar un libro con una curiosidad,
que va a tener una permanente continuación con la colaboración de poetas como Zaldivar,
Bonnie, Fridman que vino mucho después, también con Villate que escribe bien, lo cierto

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es que se hizo una antología de poetas. La presencia de Escoté fue motivo de alegría ya que
es un hombre que vive encerrado en su búnker, su atelier”.
El nombre de la bailarina que el fundador de la Villa había pensado para la casa del
bailarín también surgirá entre los recuerdos de nuestra entrevistada, y nos dirá que, “ El
nombre de la bailarina que le pidió Don Carlos para hacer La Casa del Bailarín, una escuela
de danza que él quería hacer acá, esa bailarina era Luisita Grimber”.
“ Con Oscar Brocos y otros pintores formamos con Heriberto del Archiprete y con
Adolfo Cimini, fallecido hace dos años, formamos la Asociación de Artistas Plásticos que
funcionaba en la galería Taxco, allí vino un muchacho Pugliese que enseñaba dibujo, Jorge
que ya te lo mencioné enseñaba pintura y yo daba clase en mi taller de cerámica y
escultura, bueno, pudimos formar la asociación pero no tuvimos respuesta económica de la
gente que como socia tenía que pagar un arancel mensual de dos o tres pesos. Después
formamos acá una prolongación de la S.A.A.P., la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos
que funciona en Bs.As, se hizo la seccional acá que fue la novena. Cuando vendemos la
farmacia viajo a Bs.As. y soy la representante de toda la zona y funcionaba muy bien, ya
que se hacían charlas, presentábamos obras en Bs.As fue un evento importante”.
Pero Isabel no sólo será una representante de la S.A.A.P. sino que también una
pensadora crítica a la hora de relacionar productos nacionales en la que incluye a la
artesanía ante la apertura de productos importados como también el creciente temor que
habrá de paralizar la actividad creativa, al respecto ella nos dirá,“ Cómo fue el arte, la
plástica, la música y la literatura durante toda esa década después se perdería por temores y
cosas que ocurrieron en nuestro país; el golpe de estado nos retrazó treinta o cuarenta años,
pero siempre vamos a empezar. La artesanía marca la cultura de un país y nosotros que
tenemos artesanos tan buenos, ellos han tenido que dejar su artesanía para trabajar de
cualquier cosa porque nos mandaban la chatarra de Taiwán a la Argentina y así se fue
destruyendo nuestra artesanía y esto ocurrió en todos los ámbitos, no solamente en el arte”.
Con cierta nostalgia Isabel recuerda que, “Mi profesor de alfarería era italiano que
venía de su pueblito y no estaban los tornos que tenemos ahora que los enchufamos y
funcionan sino que eran a pedal, todavía están en la Escuela Municipal de Cerámica los
tornos a pedal, que gracias a una gestión en la que logramos conseguir un aporte del fondo
de las artes pudimos comprar los tornos y también hacer alfarería”.
El compromiso de Isabel no sólo incluye al arte sino a todos aquellos que intentan
hacer de él un elemento vivificador para la vida misma “ Recuerdo algo que me contó una
persona querida, que es el actual director de la Escuela Municipal de Cerámica, Emilio
Villafañe, hijo de Javier Villafañe que fue titiretero, un trotamundo, pero lo que quiero
destacar es lo siguiente, Emilio, recorre todo el país formando nuevos talleres, enseñando a
la gente del lugar para que aprenda a trabajar la alfarería y la cerámica en general y tenga
un elemento más para ganarse la vida ¡ese es Emilio¡” y con ello, Isabel enfatizará la
importante veta buscadora del artista como también centro generador de cambios, ya que, “
Está en nosotros la búsqueda permanente de los cambios, está, nos faltan algunos elementos
o el tiempo suficiente para llegar a concretarlos pero están”.
La explosión creativa de los sesenta que supo acontecer en Gesell y casi el olvido de
esa explosión será interpretado por nuestra interlocutora de la siguiente manera, “El
recuerdo o mejor dicho el olvido de los años sesenta y parte de los setenta como una época
de explosión y creación creo que ocurrió porque Villa Gesell en términos de comunidad era
muy chica y creo que es por eso no hay memoria de eso, habría que profundizar en la gente
mayor con buena memoria que recordara esa comunidad pequeña, no te olvides que los
chicos no tenían escuela secundaria acá, debían ir a Madariaga. La sociedad cambia en esa
época, la inmigración de los italianos con el conocimiento de la construcción que venían
con sus familias, empezó a agrandar la Villa, a poblarse, surgen los campamentos, los
camping, era otra manera de pensar, y si bien esa gente vino a trabajar también vino gente a
crear”.

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“ Como este era un lugar donde se desarrollaba la construcción vino gente que sabía
trabajar herrería y también vinieron los creadores como los coros de la provincia en el
anfiteatro y que nosotros nos encargábamos de difundir, conciertos, películas, en el Playa se
hicieron conciertos como en otros hoteles”.
Una característica que recuerda Isabel y que se ha perdido de aquella Villa era la de
la solidaridad que se fue formando, ya sea haciendo cenas y kermeses, bailes y donde se
reunían en familia, y eso era la comunidad, por lo que, “ No hay ahora solidaridad y la hubo
antes del golpe, y una frase acompañó a muchos y era: por algo será y ya no pudimos
congregarnos con nuestros amigos pintores, plásticos, ya que nos reuníamos para comer un
asado, empanadas, para escuchar música y contar sobre nuestros viajes, siempre teníamos
un motivo para juntarnos, hasta que vino el golpe, llega el golpe militar y la gente bajó sus
persianas y se escondió con las luces apagadas a ver que pasaba”.
Y en el final de nuestra charla Isabel sintetizará el fenómeno del arte en la siguiente
frase que nos dirá, “ Todos los que estamos en el arte somos subversivos porque somos
libres”.

60
Capítulo VI

Las formas de pensar, las formas de vivir, las formas de estar están sujetas a los dos
el ejes por excelencia el temporal y espacial, podemos decir que es aquí donde se juegan las
diferencias y todos los demás elementos mencionados surgen de estos dos ejes que hacen a
las diferencias. Ahora, ¡qué notable es la vivencia desde dónde se piensa! cuan notable es
una manera de pensar si nos situamos en un centro urbano o por el contrario, si nos
situamos en lo rural, como si el campo y la ciudad fueran dos generadores distintos de
valores que terminan trazando diferentes horizontes de disímiles sentidos. Se dice que la
modificación de una forma de pensar se da con la confrontación de otras formas de
paradigmas desemejantes, si el comienzo del filosofar fue en Asia Menor en Mileto por
ejemplo, ello fue posible por el entrecruzamiento de las culturas en ese gigantesco mercado
que resultaron ser las colonias griegas en ese lugar del mundo en la Antigüedad. Por ello
nada mejor que contraponer dos tipos de visión de un mismo lugar que bien representen lo
urbano y lo no urbano y que si bien ambas visiones concuerden en lo maravilloso de una
época, el contenido de maravilloso, es bien distinto, diferente y quizá tildado de inmoral.
Y para ello nada mejor como evidencia de lo dicho lo que hemos escogido acerca de
la experiencia de nuestros entrevistados en aquellos años ya que en algún momento de
nuestra entrevista, Ana, nos dirá que - uno se sumergía y uno se rescataba – por la diversión
que representaba la temporada y toda esa apertura de la gente que llegaba a Villa Gesell,
pero que se debía uno cuidar como también la frase de Gonzalo que dice – y llegamos al
campamento !y comenzamos a pervertirlos a todos ¡ _, que representaba una forma de vivir
sujeto al vértigo, la aventura y a lo prohibido. Lo cierto es que dos experiencias en el
mismo tiempo y en el mismo lugar antes que complementarias casi se oponen por
pertenecer a espacialidades diferentes cuna de formas culturales distintas.

6.1 Desde adentro

Su padre nació en las costas Dálmatas en Croacia en el mar, era un hippie pero en
esa época se le llamaba vagabundo llegando a los pagos de Gral Madariaga en su
vagabundear y allí conocería a quien sería la madre de nuestra reporteada, el nombre y
apellido de nuestra entrevistada es Ana Simich una geselina, está desde los años cincuenta y
parte de su historia fuerte la vivió en los años sesenta que comienza a reseñar de la
siguiente forma, “Algo que nosotros vivíamos como un espejo de la capital como algo muy
lejano como que se imitaba a lo que se vivía, eso trajo algo como un descontrol lo que pudo
haber sido en esa época tan hermosa, los años sesenta y setenta fueron dos décadas que nos
marcaron mucho. ¿Qué hacían los hippies acá en el sesenta?, nada, simplemente ser libres,
creo que nos querían mostrar una cultura que era buena, sana, de ser feliz con lo que uno
tiene, también estaba el bohemio que agarraba su guitarra y se tiraba, algunos se habrán
realizado a través de eso y otros por otros caminos”.
“La noche era linda invitaba, era libertad sin confundirla con el libertinaje, libertad
del ser, de poder disfrutar eso que era en ese momento, y en el boliche bailábamos
intercambiábamos ideas desde la edad que teníamos... había gente que quería conocerlo
todo y otros en los cual se encontraba con tus pares, estaba aquel que caminaba todos los
lugares un poco por bohemio o por música, a bailar o a encontrar la pareja. Estaba el café-
concert como El Chivo Negro, La Bota Roja y recuerdo como a uno de sus animadores a
Carlos Barocela, a Fernando de Soria”, Jean Franco Pagliaro y también a Argentino Luna
donde creo que la Villa a él le dio la espalda en su momento como no valorándolo por vivir
a la vuelta de mi casa. Surge el comentario de la filmación de la película Los Inconstantes
hecho ya comentado en la que Ana rememora que a la noche había horarios para la
filmación, e iban a ver cómo se filmaba una película, el corte, etc, en la cual hubo chicos

61
de Gesell que trabajaron como extras. La familia era quien visitaba a esa época y hoy
vienen con sus nietos, me dicen de la juventud pero esa juventud la trajo la familia.
“¿ Por qué en este lugar hubo esa movida?, si bien hay muchos por qué, también te
puedo decir porque me encuentro cómodo, porque me gusta, porque ando en zapatillas,
porque me olvidé de todo de lo que está sucediendo”.
“ Había muchas carpas en Gesell en esa época porque todavía no se habían hecho
los camping y la gente acampaba donde podía, sin prohibición alguna y esa gente vivía,
había un camping municipal con baños, sanitarios, te bañabas en el mar te alojabas debajo
de un Tamarisco y esos eran los hippies también mal perseguidos por la policía porque no
molestaban a nadie. La gente se vestía con el famoso short que era la vestimenta de Gesell,
las túnicas que ya estaban, los muchachos con sus pantalones de jean, en ese entonces
estaba casa Bonn que era para lo paquete y había pequeñas casitas como Las Golondrinas
con su casa de fotos y donde había ropa de vestir, después casa Eca que también tenía moda
y después aparecían los pequeños puestitos como ahora, lo tradicional en Gesell era andar
descalzo, en short o malla, la gente no se vestía”.
“La Mosca Verde y Cariño Botao como los boliches de onda, hay un gran marketing
con la Mosca ya que se creaban mitos alrededor de ella como el hablar en francés pero los
mitos de una forma u otra nos dan una característica de cómo era Gesell. La improvisación
era una característica de acá, como que la temporada nos ponía en un aprieto y decíamos, -
a ver, ¿cómo salíamos de esto? -, hubo momento en que la Villa se desbordaba, la gente
dormía en los autos en cualquier lado, la gente alquilaba sus casas, sus ranchitos y eso era
así por la poca capacidad hotelera que había. Los camping desbordaban, yo recuerdo que un
25% de lo recaudado iba a la administración de Gesell, nunca me voy a olvidar, porque
tenía que hacer los recibos, del dinero que recibían... “
Recuerdo, continua diciendo Ana que, “ El primer camping es el del Pinar casi en
los setenta, casi con el nacimiento de los coros, estos coros nacen a través de jóvenes de la
Universidad de la Plata, ellos venían a acampar y tenían esa “ollita” y hacían los coros y se
creó por las ganas de esa juventud de unirse, don Carlos le comienza a dar apoyo al ver que
tiene convocatoria tanto para el turista como para a la gente del pueblo así se van creando
construcciones, solventaba los gastos, don Carlos a todo eso lo fomentaba mucho.
Recuerdo que en los sesenta la inmobiliaria Vanneste proyectaba películas al aire libre, en
aquellos años teníamos matinée porque el cine empezaba a las 18, 30 o 19 Hs. y después de
las películas bailábamos, eso era en lo que es La casa de la Cultura ahora, (el viejo cine
Quic), se armaba un buffet y se bailaba y después cada uno a su casa. Eso era en invierno
para los geselinos, en temporada, se pasaban películas solamente”.
“¿ La movida en qué consistía?, amanecer tomando mate en el mar, caminar, esto
es lo que hacía nuestro grupo, ir a bailar un rato, en temporada nos destapábamos un poco,
nuestra generación no sabía bailar el tango ya que yo comencé a bailar en las confiterías
como la del hotel Merimar, Pipach, su dueña era una señora muy agradable con un título
nobiliario, también estaba La Redonda otro lugar para bailar y la confitería Atlantic. La
Mosca fue un lugar que marcó, el movimiento de la fumata donde había un ambiente más
pesado. Las fogatas, los fogones, el canto, eran en la noche, todo esto es lo que uno vivió,
uno se sumergía y se rescataba, se sumergía en conocer todo eso y se rescataba al salirse”.
De pronto pareciera que se patentizara el invierno en Ana y diría que, “ Para mí
caían las primeras hojas de otoño el primero de Marzo, porque nos encontrábamos después
de la temporada y faltaban muchas cosas, la temporada nos llevaba cosas. Algunos que se
quedaban encontraban el lugar y tenía claro lo que quería, los “refugiados” siempre
existieron, ya que encontraban acá en el medio con sus necesidades básicas cubiertas y
venía a desarrollar un talento que tenían oculto, a volcarlo, como el matrimonio Spiner, dos
artistas de talento”.
“Mi nieto Agustín cuando tendría 2 años me hace un dibujo del cielo, el mar y una
casa, curiosamente a mi cuñada, que también era abuela, su nieto le hizo un dibujo con la

62
diferencia que su nieto no pintó colores y el mío si, esa apreciación que no la hice yo sino
que era de mi cuñada me muestra la suerte que se pueda ver el cielo, el mar, el verde de las
plantas y la ciudad no te da eso”.
Y como corolario de nuestro encuentro, Ana reflexiona acerca de aquella época, “El
sesenta me marcó y bienvenido todo eso que vino y fue fundamental, me enseñó
muchísimo en lo cultural y en lo anímico, una época espectacular y no solo a mí sino a todo
Gesell y que no debemos olvidar y repetir a nuestros hijos y nietos.....los de afuera nos
dieron un valor”.

6.2 El nacimiento de la artesanía

Su nombre y apellido es Gonzalo García pero él es Gonzalo a secas, carga sobre sí


una época rápida, vertiginosa y transgresora, y como parte del sello de los sesenta
netamente activo y consustanciado con ella, no hay tiempo para la pausa por ello su relato
es cambiante pero no por ello menos atractivo, he aquí sus palabras, “ La feria de los
artesanos se hace aquí en el año 81 por un decreto del Intendente de ese entonces (Pidal), el
que logra hacer la lucha para esa feria es Toni el principito, estaba también Mirta Pitreli, el
gaucho Crespo, gente de Bs.As, etc. pero la realidad artesanal de Gesell no comienza con la
feria, ¿sabés qué pasa?, que la burocracia convirtió una actividad cultural de actividad
artesanal en feriantes, entonces nos ven como feriantes de alguna manera. La artesanía es a
pesar de la feria o sin la feria, ya que acá se empezó a trabajar en forma cooperativa, en
cofradías en la Galería Combo en el año 64. La artesanía urbana de folclore hippie
empieza en Gesell no empieza en otro lado, acá empezamos nosotros y después se expandió
en todo el país”.
Al respecto es interesante mostrar la nota de una revista de la época acerca de la
artesanía en Gesell, que dice: “La artesanía es en Villa Gesell atractivo turístico de
preponderante interés. Los hay buenos, regulares y malos....también la artesanía geselina
tiene un digno exponente, Victor Menjolou, Alias “El Francés”, que demuestra a todo
turista que a sus 9 años de llegada a la Villa junto a su Sra madre Lía, será festejados por
ellos y sus amigos como algo grande, desde el primer día se encuentra en la galería Combo,
temple del arte y refugio de artistas y artesanos. Digno es destacar, que el artesano es sin
duda, el más digno exponente de esas artes y que las vienen pregonando con sus clases,
dentro y fuera del país. En sus últimos viajes por el norte argentino. Lo demostró siendo
invitado por la Dirección de Cultura de Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, etc.
Donde llenó de nuevas ideas y formas a los hombres y mujeres del norte, que se
encandilaron con el brillo de sus metales. Lía Menjolou mujer de carácter, lucha en su
trabajo e idea en la creación, compite con su famoso MOCASÍN VIAJERO, ( o cheyenne)
y lo es, en todos lados los usan y sus imitaciones lo son por centenares. Su dominio del
cuero es total, y sus creaciones acreditadas en sus carteras, ojotas, oyutas, etc. llenan de
complacencia y comodidad a todos los turistas visitantes, donde el sueco este año es moda.
En realidad una pareja formada por dos artistas de la Artesanía que de su trabajo han hecho
arte y su vivendus. Victor y Lía Menjolou saludan a todos sus clientes y amigos en su 9°
año en la Villa”1

1
La siguiente citación pertenece a la revista de Villa Gesell en su 2 año y su n°2 del año 1971/72, gentileza
del Museo de Villa Gesell

63
Víctor haciendo
sus artesanías
tal cual como
apareció en la
mencionada
revista que
citamos.
Gentileza
museo.

Gonzalo nos sitúa en la temporalidad y en la espacialidad al decir que,“ Hace 37


años que estoy en Gesell vine en el 64, le compramos el primer o el segundo local a Alberto
Boan y a Cómpani, acá vinimos a parar porque nosotros en Bs.As. teníamos una cueva, era
un boliche de rock’n roll y éramos 20 o 30 tipos en Pueyrredón 1723 que era La Cueva de
Sandro y ahí vivíamos permanentemente noche y día, recién empezaba a cantar Moris,
Pajarito Zaguri y Miguel Abuelo cantaba folclore todavía con mi hermana te hablo del año
63 al 64, allí fue el comienzo del rock nacional contestatario, porque ya había estado una
corriente de rock en los cincuenta con Jonny Tedesco con otra onda, era otra cosa, Tanguito
por ejemplo hace la Balsa y fue como un himno eso”.
“ En un principio éramos 20 tipos y lo qué éramos músicos nos la rebuscábamos ya
que debíamos resolver nuestra economía, como la mayoría habíamos pasado por bellas
artes teníamos conocimientos de grabado en metales etc. y al no haber indumentaria en los
comercios, también hay que tener en cuenta que el rock nacional no se pasaba por radio
estaba prohibido acá, nos cortaban el pelo en 105 y 3 en la vía pública, bueno, empezamos
a notar que si queríamos algo lo debíamos hacer, si queríamos un colgante lo teníamos que
hacer, si queríamos una campera con flecos lo teníamos que hacer, ¡no había mercado!,
entonces, así, surgió la artesanía urbana o hippie, bien llamada porque a pesar que
nosotros no éramos hippies somos anteriores éramos beatniks2 que era otra movida”.
Gonzalo rememora sobre, “ Las corrientes juveniles, eran el existencialismo, los
beatniks y los hippies y eso se fusionó en el Torcuato Di Tella, te hablo de un grupo de
gente de 50 o de 100 personas, el gordo Federico Peralta Ramos, Marta Minujín, Nacha
Guevara, ahora ¿qué pasa?, nosotros estábamos metidos en La Cueva no conocíamos la
gente del Moderno, el bar Moderno de Paraguay y Maipú, eran pintores, escultores como
Roberto Plate, Gute, Bernini, Lamelas, gente que ganó bienales de pintura etc. y la gente
del jazz, toda esa gente estaba conglomerada ahí a la vuelta de lo que después fue Galería
del Este. Un día salimos a la calle los 20 loquitos de La Cueva y vamos caminando por la
Perla del Once y vemos un panfleto que decía apoye el ritmo local concurra al triatón a tal
día y tal hora y nos ofendimos muchísimos ya que nosotros creíamos que éramos los únicos
beatniks, si ud. tiene barba y pelo - decía el panfleto -, vamos al triatón y allí nos
encontramos con existencialistas, recitaban a Sartre era todo un pandemoniun cultural en
una sala de teatro de allí en Pueyrredón y Santa Fe.

2
Movimiento juvenil caracterizado por el desarrollo de clan, ayuda espontánea es decir son tribales que
incluye una relación entre individuos con necesidad de conocimientos más personalizado, por ello nuestro
entrevistado utilizará el nosotros como una primera persona.

64
Para nuestro entrevistado eso será un elemento de mixturación ya que, “ De ahí nos
conocemos y comenzamos a cruzarnos y Us. donde paran – preguntaban -, y nosotros
paramos en un sótano que está en Pueyrredón y Juncal, ¿ y Ud – a la vez les
preguntábamos-, y nos respondían en Paraguay y Maipú y se empezó a fusionar. Y Después
se tomó como lugar común Corrientes, vos te sentabas en cualquier mesa en esa época El
Estaño, El Politeama, El Colombiano, La Paz, Ramos, La Academia, todo estaba “tomado”
por nosotros, después clausuran La Cueva por drogas cosa que no había drogas”. El
referente de Tango vuelve a aparecer en Gonzalo al decir, “ En el 67 a Tango lo mandan a
matar, yo viví con Tango, en la casa, un personaje tremendo vivíamos Miguel Abuelo,
Tango y yo y eran tipos que componían tres o cuatro temas por día, o sea era todo una bola
de creatividad, una energía creativa, todos, impresionante”
“¿Cómo aparezco por Villa Gesell?- Mario Caiser un amigo que tenía Juan
Sebastián un local en la Galería Combo que cantaba en el Cariño Botao que cantaba bossa,
con Moris nos dice - miren, yo voy a un lugar en la playa con estas características -, y
caímos acá. Se hizo una suerte de comunidad ahí en el Pússicat que era un residencial de
Vatusovich un conde húngaro que no le gustaba ni los pájaros, ni los chicos y ni la
música.....Un capítulo aparte es como muere tango, de cómo lo manda matar un comisario”.
La comunidad, que es parte de un sentimiento tribal aflora en la narración ya que, “
Dentro de eso está una comunidad que armamos en Castro Cháves y la vía en Monte
Grande que Manal le hace una canción que dice – una casa con 10 pinos hacia el sur y un
lugar allá, voy con mis amigos – y en esa comunidad vivíamos 60 personas desde Lito
Nebia a Willi Quiroga de Vox Dei era toda la gente que recién empezaba, no era un rejunte
de famosos, ¡te estoy hablando de hace treinta y pico de años!, en un rejunte de tipos que,
¡todos descollaron en algo!”.
“ Se fusionó con eso también gente del esoterismo, por ejemplo yo siempre cuento
que el primer campo nudista que se hizo en la argentina lo hicimos nosotros en Valeria en
el año 65, en realidad a Rodríguez Cobo, el que ahora es el conductor del partido humanista
alias Silo, bueno a él le desvirtuamos el primer campamento que arma, un campamento de
pérdida del yo, imaginate que nosotros éramos todos egomaníacos, ¡vos no sabés lo que era
convivir con 10 tipos que componían música en la misma casa, era un aquelarre pero había
también competencia para ver quien escribía la mejor letra, hacía el mejor acorde y eso
potenciado!, bueno, toda esta cría loca, estamos acá un verano y nos enteramos de este
campamento, recuerdo que eran Quini Romero y la hermana que comandaban todo eso,
entonces vamos y encontramos una gente muy pálida, con cara de hacer yoga y nosotros
veníamos con sexo, droga y rock’n roll a 200 por hora llegamos y nos acoplamos al
campamento y empezamos a pervertirlos a todos y terminó en un gran despelote de ciento y
pico de personas en pelotas por la playa, promiscuidad, ¡todo un desastre total!, eso ocurrió
entre Valeria y Gesell, en el 65 te hablo”.
“ ¿Qué encontré en Gesell?, un canal para la locura, es como una gran autovía para
expandir la locura, últimamente no ya que hay una autovía paralela de mediocridad. ¿Tiene
Gesell alma hoy?, la hay, según Moris hay una roca magnética en el fondo del mar y estuvo
escribiendo un tema con Romina Mañani, es un lugar muy especial, no es un lugar
paradisíaco, hoy está bastante infernal, complicado desde lo interno, desde lo espiritual.....”

6.3 El Bolsón, Tanguito y la indiferencia

El movimiento artesanal en Gesell comienza con los Cronopios que era una
cofradía, ya que la artesanía no era la feria, ahora predomina un criterio de ser feriante,
nosotros en realidad éramos cofradía, estaba la cofradía de la Flor Solar que después se
convierte en Los Redondos de Ricota, Rocambol me dice que soy un procer.... Se rompe la
casa de Chavés en Monte Grande y se arma El Bolsón, al Bolsón no lo conocía nadie se
manda la mitad de la comunidad nuestra a ese lugar, Verónica la madre del primer chico

65
que nace en El Bolsón de Merlín hijo del Rulo Román Rodríguez, tonguero de la pesada de
Billi Bond, se van y toman tierras fiscales, y vos ponías pinos y crecía cualquier cosa,
bueno, la mitad se va al Bolsón y la otra mitad queda en la ciudad”
“ Vos me preguntás ¿ por que se iba al Bolsón y no a otro lado?, porque había una
persecuta de guerra atómica en esa época y El Bolsón, por sus características de que es una
olla rodeada de montañas, etc. se creo la idea de que era una suerte de refugio natural allí
llegaron hippies de todo el mundo, vos vas al Bolsón y te vas a encontrar alemanes, suizos,
italianos, negros motas, lo que vos quieras porque era como un escape a la civilización,
poder vivir en comunidad, la primer convivencia grande que se hace en El Bolsón lo hace
Gustavo Belcli que lo llamábamos jius y él hace una experiencia comunitaria casado con
tres mujeres y tuvo hijos con sus tres mujeres, el maestro de la escuela era un hippie de la
banda nuestra Claudio y se hace toda una prueba de convivencia diferente, los hijos eran de
todos, era otra cosa. El Bolsón sigue pero con la avanzada de los setentistas que fue la
generación que nos siguió a nosotros que se metieron en política y los mataron a todos es
como ¡que se pudrió todo!, y se hizo un hueco.
“Por ejemplo – continua Gonzalo su narración -, te cuento que a la movida nuestra
trataron de capitalizarla culturalmente a través de la vida de Tanguito, Aída Bonnik y
compañía hacen toda una historia presentándolo a Tango como a un personaje ehh, ¡y nada
que ver!, Tango era un demente, no hacía nada por nadie, no le importaba nadie, era un tipo
egoísta y jodido. Presentan un chico de cara buena y tanguito era igual a Carlos Monzón,
flaco de un metro ochenta y pico con unos brazos así, bien negro nariz rota, ¡nada que ver!.
Como fue muy fuerte esa generación de los sesenta se quiso mezclar todo como que eso fue
pié de lo que después fueron los sententas y no es así”.
“ Nosotros armamos un escándalo cultural, la diferencia que tengo con los
setentistas es que nosotros tuvimos una revolución triunfante y ellos perdieron, nosotros por
la paz y el amor somos una revolución triunfante, la acción que generan y no sé quien
empezó primero genera otra reacción peor y tenemos 30.000 muertos previo a eso hubo
2.300 efectivos de seguridad muertos, cuando comienza la represión ya había 2.300 bajas
de las fuerzas de seguridad, eso generó otra reacción peor y fue todo una locura y en el
medio los argentinos......”
Una anécdota sirve de base a Gonzalo para hacer un juicio acerca de la comunidad
geselina sobre el reconocimiento de sí misma, “ Hay tantos personajes varios, entre ellos a
Le Tulio, él tiene una idea genial en su momento, lo va a ver a Don Carlos y le dice – si
amontonamos piedras en el mar y ponemos unos tubos de acero que se puedan mover
hacemos un órgano de viento gigantesco y traemos turismo de todo el mundo – y Don
Carlos le dice que no. Entonces Le Tulio se queda loco con el órgano de viento en la cabeza
y logra que un personaje que tenía La Bola Negra le ceda una pared enorme, y la pinta, con
el órgano que él había pensado y que después sería tapado. No se cuida el partrimonio del
lugar como Angel Montes, unos de los primeros maestros de música, un personaje, 24 años
en España, un embajador cultural de Gesell, de lo criollo, placas de premios literarios de
poesías, homenajes, ciudadano ilustre de Málaga, cinco libros publicados, todo, 10 casettes
grabados vino de vuelta y nadie le dio importancia, nadie le fue a levantar una nota, nadie,
nada, lo mismo que con Barocela”.
“ En la época de Barocela y de Anzuátegui en Villa Gesell no había barrios, yo me
di cuenta la vez pasada que tenemos un montón de barrios y le digo a Moris, que estuvo
todo este invierno, y le escribí la letra a los barrios más emblemáticos que Moris le está
poniendo la música escribí el blues de Monte Rincón – este es el blues de tu gente que es
una materia pendiente -, dice una parte, después escribí el rock de la 105 y digo – un chivo
negro sobrevuela la calle-, después escribí el blues de La Carmencita donde escribo – te
conocí desnuda y ves tal – yo fui el segundo que compré un lote allí, era un médano eso,
después el barrio Industrial, lo que me costó mucho es escribirle el blues a Barrio Norte....”

66
Y para terminar, Gonzalo afirma de lo magnífico y lo maravilloso de la época
sesentista e ingresa en la polémica acerca de qué te otorga o no la condición de geselino,
primero al afirmar que es geselino, y lo más interesante de esa condición es el criterio que
adopta, “¿Sabés qué es lo que te da chapa de geselino?, que halla nacido y muerto gente de
tu familia: aquí nació mi hijo y aquí murió mi hermano”.

Capítulo VII

Hay un hermoso poema llamado Instantes que se decía que pertenecía a Borges pero
que no es así, lo cierto es que el poema es una suerte de lamento por los días perdidos, por
las horas no vividas, por el tiempo dejado de lado, por seguir las reglas y los cánones
sociales impuestos, un drama del hombre contemporáneo, que no es comparable con lo
trágico. La tragedia es algo que vuela por alturas sublimes y que nos muestra la condición
humana como nadie, en lo trágico no hay instancia pendular de esperanza ni desesperanza
ya que anula toda posibilidad de zanjar lo que los dioses han manifestado con sus
designios, por ello, parte de nuestra desacralidad se manifiesta, se expresa en mostrarnos el
drama, el conflicto pero no nos muestra lo trágico ya que ello es una categoría que se enlaza
con lo divino.
El drama humano es que el hombre tiene sus propias decisiones, tiene en sus manos
el destino de su vida y sin embargo, cree que no es así, por allí pasa el drama y el conflicto,
tiene en sí el poder, la capacidad de razonar, de pensar y de decidir de acuerdo a sí mismo y
sin embargo no procede de esa manera y allí se expresa el drama y se conforma con vivir
una vida alineada, de intereses, de contratos, de pactos que le han precedido como prácticas
de su sociedad, por ejemplo el casamiento ante el embarazo de la novia, vivir de acuerdo al
¡qué dirán!, quedarse en la anestesia de la costumbre, lo cotidiano y lo ordinario.
La cultura del divertimiento ha sabido explotar el aburrimiento del hombre
contemporáneo y lo entretiene, lo mantiene ocupado en espectáculos masificadores y por
todos los medios trata de generarle adicciones extras como la fabricación de juegos
interactivos que logran mayor dependencia al incorporarse a ellos el factor cinético, pero el
mayor problema es que tales personas al estar bajo el entretenimiento del trabajo y de la
diversión pierden de vista el factor temporal y la vida huye a pasos agigantados a través del
tiempo, se envejece mucho más rápido que antes porque ya se ha perdido noción del
tiempo, de la sensibilidad y de lo extraordinario.
Lo curioso de todo esto que la mayoría de los hombres de esta sociedad al tener la
oportunidad de vivir de nuevo digan: volvería a repetir mi vida y ese es el ícono, el signo
que nos acompaña, casi un sello parmenídeo, nada cambia, todo se repite pero quizá.....

7.1 Camino a Mar del Plata

Enrique del Campo tiene una forma de hablar rápida y concisa, expresivo, locuaz
las palabras brotan junto a las ideas y a una memoria que todo lo recuerda, casi un archivo
de la vida de hoteles, boliches y sus correspondientes dueños de Villa Gesell, su rica

67
experiencia comienza en “Yo a Gesell vengo desde el año 59 o 60,...en el año 65 tenía en
Bs.As. un negocio de compra y venta de autos y anterior a eso trabajaba en el Banco
Central, dejo de trabajar allí y sigo con la agencia de autos pero no me sentía cómodo en
Bs.As. me gustaba Villa Gesell, en el 65 vengo acá y estuve en el hotel Panorama era el
dueño Antonio Alba en la Av 1 y P.108, yo pasaba en Villa Gesell todo el mes de Enero
siempre y ese año cuando vine acá me dije <!de acá, no me vengo más!>, ¿por qué?,
porque me gustaba el entorno, el mar, la gente, me gustaba caminar por la arena, me alejaba
del cemento, me gustaba en serio, no era la locura del verano tampoco porque éramos
pocos, entonces fui a Bs.As. y quemé las naves, era la única manera de decir <me quedo
acá y no vuelvo>, vendí todo lo que tenía y me vine para acá”.
“ No sabía lo que iba a hacer, no tenía la menor idea de lo que iba hacer, entonces
me fui a ver a Ester Caldara que tenía lo que es hoy el residencial Bamba en la 108 entre 1
y 2, la fui a ver, ella se iba a Bs.As y cerraba y le digo - !mirá Ester, te alquilo el hotel todo
el invierno y pienso que voy a hacer! -, en ese entonces me lo alquiló por un valor que era
de cincuenta pesos, que era muy poco, era irrisorio, a ella le convenía que yo estuviera
porque de alguna manera estaba en el hotel, y a mí me convenía también estar, el hotel era
una cosa chiquita planta baja nada más con seis o siete habitaciones de cada lado un pasillo
largo, y me quedé ahí, y me digo -!bueno, ¿qué hago?! -”.
Enrique continua con su relato al decir que, “Fui y me compré un local en la 107 y 3
que estaba todavía la mitad en construcción, lo compré sin saber que metía adentro
también, y empecé a charlar con uno, con otro, en ese entonces era conocido habitué de La
Jirafa Roja de Kiki el francés que ahora está en el sur y de Pepe que era el dueño de Tía
Vicenta, de Pepe Sarli, todavía está en Villa Gesell, estoy hablando del año 65. Entonces
me dijeron, porqué no pones una cafetería, bueno, y yo me dije - yo que sé, ¡si en la vida
jamás hice nada de café! -, yo tomaba café pero del otro lado del mostrador, nunca estuve
atrás. Me dice - mirá, La Jirafa Roja está en una punta -, que en ese entonces era una punta
donde era la Av3 y Bs.As. y Pepe me dice, - yo estoy en la otra punta -, la otra punta era 3 y
109, - y si vos te ponés en el medio y los tres cubrimos la Villa -, y bueno, - le dije-“.
“Fui a Mar del Plata, hablé con una firma Cabrales, que me atendieron muy bien los
dueños, me explicaron como era la cosa, yo tenía un miedo tremendo no sabía lo que iba a
pasar ni lo que iba a hacer, y bueno, terminaron el local me metí, hice un diseño de un
mostrador muy largo y le puse 007, porque era un nombre cábala de una confitería que yo
había conocido porque con ese nombre después surgió bien y abrí. La decoración la
hicimos con un muchacho que ya no está, Toni del Principito, me ayudó mucho y creo que
hicimos el primer canje que existió en Argentina. El me ayudó a hacer la decoración
hicimos las vigas del techo falsa, las quemamos con soplete, me hizo un cuadro, él era uno
de los primeros hippies de Villa Gesell, estaba la galería Kenka. Eran los picacobres, que le
decíamos nosotros, me picó en cobre todo un marco de un espejo grande, él me hizo la
decoración y el canje fue que él me hacía todo eso y yo nunca en la vida le iba a cobrar
nada de lo que consumiera en el 007, ese fue el canje, y el canje se respetó mientras lo tuve
durante 10
años a ese
boliche, y él
lo respetó
muy bien
porque
nunca se
abusó”.

El 007 en
P.107 y Av.3

68
tal como era en el año 1968, nótese que la calle es de arena y todavía no se había
realizado construcción sobre su superficie. Gentileza Sr. Del Campo

7.2 El invierno en la Villa

Casi como en un viaje introspectivo Enrique expresa, “Allí, en la galería Kenka,


eran casi todos artesanos, en ese entonces 66, 67, estaba el muchacho que le decíamos -
Carlitos, el boliviano -, que tocaba muy bien la guitarra y hacía artesanías, también picaba
cobre, Toni el principito, estaba un muchacho Gaspar y estábamos con mucha gente ya que
venían al negocio; y el negocio mío se convirtió en una especie de amigos, cada cliente que
venía, directamente se hacía amigo, volvía se hacía amigo y volvía y así lo tuve diez años.
Los primeros dos inviernos no lo abrí, en ese entonces con lo que trabaja durante cuatro
meses podía vivir doce, sin demasiadas pretensiones pero podía vivir doce y después
empecé a abrir también en el invierno, Algunas tardes cuando yo quería irme a algún lado,
ponía –cerrado por pesca- y eso quería decir que Enrique se había ido a pescar y nos
íbamos con una casita rodante a Punta Rasa a San Clemente del Tuyú a pescar corvinas y
venía y abría otra vez”.
“ La Villa era muy linda, por la arena aquí en la Av 3, las liebres la cruzaban y
muchas noches de invierno frente al 007 por la Av. 3 había un médano sobre la Av.3 donde
está el Banco Provincia y en ese médano, nosotros, en pleno invierno en la madrugada,
hacíamos vizcachas que habíamos cazado, cazábamos vizcachas de acá en el campo cerca
del cementerio y las hacíamos asadas en ese médano a la noche y charlábamos en el fuego
y la pasábamos muy bien, con gente amiga que estaba todo el año, con el Chato García que
se dedicaba a hacer arreglos de heladera en el verano, y en el invierno no trabajaba.
Habíamos hecho un club en el invierno que duró dos años que se llamaba El Club de los
Inútiles, éramos cuatro personas, Toni el principito, el Chato Garcia, estaba un muchacho
Viudes que tenía un restaurante, un hombre grande que cocinaba como los dioses y yo,
entonces, cualquiera que nos viera trabajar en el transcurso de los ocho meses del invierno
lo sacábamos del club, y en ese club teníamos que vivir sin trabajar lo que no era la
temporada y nos mantuvimos sin trabajar durante dos largos inviernos”.
“ Caminábamos de noche por la playa, juntábamos almejas, las hacíamos al otro día,
y la pasábamos sanamente en una Villa que nos recibió y nos aceptó muy bien, eso fue
hasta el año 76”.
Cuando se le pregunta por esa explosión de gente distinta como artistas, hippies o
intelectuales Enrique nos dice que, “En esos años había un contexto de libertad pero no de
libertinaje una libertad muy respetuosa de la libertad del otro, los hippies que venían acá no
eran violentos no se metían en la vida de los demás, hacían sus fogones y respetaban al que
era distinto, que no por eso no era ni mejor ni peor, nos respetábamos todos, ellos venían a
mi negocio que no era para hippies sino para familia media en que me dejaban a sus chicos
y a lo que venían a buscarlo después, tomaban el café con leche, pero venían ellos también
y sabían lo que tenían que hacer, nunca me molestaron ni yo los molesté era un respeto
tácito. Había droga, mucha marihuana, era su vida y no tenía ninguna ingerencia con lo
mío, pero no molestaban para nada, después estaban los pseudo intelectuales y los
intelectuales y los intelectualoides también. La diferencia con el verdadero intelectual es
cuando vos hablás con el hombre te podés enriquecer, el intelectualoide no, por allí
terminás más vacío que antes”.
“ Venía Dante Sierra mucho, hemos hablado mucho con él, que hizo la película La
Cigarra no es un Bicho y que acá después escribió El Domador de Médanos y nosotros
íbamos todos los viernes a la casa de él, nos sentábamos en el suelo y hacíamos tallarines y

69
comíamos una tallarinada a las cuatro o a las cinco de la madrugada, charlando con él y la
mujer de él, gente muy linda. Se venía a buscar la naturaleza, la paz y tratar de integrarse a
esa naturaleza, que estaban asimilándose en un lugar en que la gente los aceptaba, no como
una cosa rara sino como uno más. Se iba por la playa, hacían sus fogones, se sentaban a
jugar a tomar, se sentían integrados, no estaban observados permanentemente como si
fueran bichos como una cosa rara, yo los tenía a todos en la galería al lado mío donde venía
gente con buenos coches, pasaban ahí y se sentaban en una mesa al lado y estaba todo bien,
mientras que el intelectual quizás venía acá a buscar un poco de inspiración, inspirarse en el
mar, ver un amanecer, ver un atardecer o ver a esos hippies como actuaban y tratar de
meterse en la cultura de ellos, porque todo es cultura”.
A la hora de ver porque hubo elección por Gesell de una forma notoria en
comparación con otros vecinos balnearios como Pinamar, Enrique dice, “ Pinamar era más
burocratizada, más cerrada y otro tipo de categoría de gente, más esnob de gente con
apellido donde ellos no se sentían cómodos, acá era de una clase media inteligente una
clase media con cierta cultura, en Pinamar tenías una clase alta una clase de dinero que
usaban más apellido que otra cosa, y en San Clemente era una clase más baja en el sentido
de cultura y todo lo demás y en Villa Gesell se daban todas las condiciones”.
Cuando se le pregunta por los camping Enrique recuerda que, “ El camping Cáravan
empezó en el año 75 y el del Pinar en los años sesenta y pico, había gente que acampaba en
terrenos cerca de la playa, atrás de los tamarindos o debajo de las acacias y no había un
problema de persecuta, ni municipal ni policial, dejaban acampar, habían terrenos que
estaban completamente libres y hacían una carpita y no había violencia, no había peligro,
yo dejaba el coche con la llave puesta, en mi casa no cerraba la puerta, ni en el verano
tampoco cuando venía la gente de afuera, no había esos robos ni esas cosas con mucha
gente y pocos policías”.

7.3 Los boliches de la Villa

“La noche en Gesell –continua diciendo Enrique-, era bastante bohemia y tenían
boliches muy diferenciados de gente que iba, era por ejemplo La Mosca Verde que estaba
en el pinar donde está el camping del Coyote hoy, que tenía una carreta adelante y se tocaba
jazz, después había un boliche muy extraño que se llamaba Chaganaki, que estaba en la 106
bis entre 6 y 7 todo pintado de negro y tenía su gente también y después muchos chicos
iban a Cariño Botao que estaba en la Av. 2 y 104, de la placita, un poquito para adentro.
Cariño Botao se llamaba así porque el dueño era un mendocino y que en Mendoza cariño
botao quiere decir cariño tirado que era una época desde cuando San Martín estaba en
Mendoza -que tirado el cariño al río- por eso quedó, cariño botao, botar es tirar, es jerga
mendocina”.
“Teníamos a Kopay que le decíamos la embarazada porque tenía la forma de un
huevo, que está todavía cerca de una casa de electricidad y después estaba también un lugar
muy lindo que se llamaba Sevilla en la Villa, que mucha gente se acuerda de eso, fue el
primer colmao en la Villa. Este era un local que estaba donde estaba el residencial Soraya
por Av 2 entre 128 o 129 o 130, que para llegar allí desde El Gateado en adelante había un
boulevard que mucha gente no sabía que se encuentra, un boulevard con pasto y dos
caminitos al costado, bueno se tomaba ese caminito después de la 115 y 117 y se llegaba al
lugar, y allí estaba Luisa Periset, el tablado de los Periset, que después de Soraya se cerró
no pudieron seguir más. Entonces, yo, del lado del 007 alquilé un local y puse el primer
café- concert de Villa Gesell que se llamaba 08 y Luisa Perisse vino a trabajar conmigo y
Bubu Rigó, la bailarina de ella, también, trabajaron en el colmado mío durante dos años en
3 y 107 ”.

70
“El café-concert en esa forma con espectáculo colmado y flamenco fue una
iniciativa mía, después vino La Mar en Coche, porque había lugares con espectáculos,
estaba La Montonera y la Garrapata eran espectáculos folclóricos exclusivamente, en La
Montonera estaba el negro Gimenez que es hoy llamado Argentino Luna, era el dueño de
La Montonera, él trabajaba de día en una inmobiliaria, el negro Jiménez, de Bordón en una
esquina de la 3 y 109, y a la noche, iba a tocar la guitarra y a cantar y a hacer llorar a la
gente que creía que él estaba llorando también, pero se moría de risa el negro, de día
trabajaba con Bordón en la inmobiliaria y a la noche se disfrazaba de gaucho iba a La
Montonera a tocar y a cantar y servían empanadas y vino. Después, enfrente, se puso otra
llamada La Garrapata que le quería hacer la competencia pero no logró tanto éxito, el negro
Gimenez traía mucha gente. Aunque él después halla cumplido un ciclo y La Montonera
cumplió un ciclo”.
La garrapata, y su clima
folclórico tal como lo narrara
nuestro entrevistado.
Gentileza Sr. Olivares

“Los locales empezaron a


surgir, a ser más importantes,
a tener más auge y los dueños
de los locales empezaron a
pedir más plata, y los locales
se encarecieron y un negocio
de ese tipo peña folclórica no
podía rendir para pagar un
alquiler de ese tipo, también
después el negro Gimenez
empezó a tener otros
horizontes, se cambió el apellido y el local de La Garrapata lo dividieron en dos locales
comerciales y el centro fue perdiendo esos reductos folclóricos bohemios porque no les
daba para pagar el alquiler”.
“La inmobiliaria Vanneste tenía una playa de estacionamiento aquí en plena 3, acá
había unas palmeras muy lindas y ahí se había armado con permiso de Paul Vanneste una
gente que venía con una trafic un telón grande con una pantalla y hacían cine gratis para la
gente que quisieran pasar, no cobraban entrada y daban documentales, cosas de arte, una
cosa muy linda, eso habrá durado dos veranos y eso era una cuestión cultural. Antes que se
asfaltara la Av. 3 primero se hizo un suelo cal, sobre la arena tiraron cal y pasaron unas
máquinas que apisonaron eso habrá sido en el setenta, no duró nada... Para el turista la Av 3
cuando llovía mucho los coches se rompían todo y había tanto tránsito en verano que se
hacían pequeñísimos lomos de burro y eso era una ametralladora, entonces era necesario
hacer algo, el asfalto en la Av. 3 fue necesario y el turista agradecido, podía circular no se
embarraba, lo que él no quería que le asfaltaran la 2 la 1, las cosas van evolucionando.
Cuando vine a Gesell no había gas, sin agua corriente y sin cloaca, era un problema para la
cafetería”.
La galería Combo fue un centro de reunión estratégica en aquellos años de todo tipo
de gente, al respecto Enrique nos dice, “La galería Combo se llamaba así porque era de
Cómpani y Boan, los socios que hicieron la galería, allí hacían los famosos mocasines
indios que era un tal Victor el artesano y la mamá Lia que fueron famosísimos en Villa
Gesell, hacían esos mocasines cocidos a mano tipo de los mohicanos y ellos habían
agarrado como cinco locales y después bastantes hippies, recuerdo a Gonzalo muy amigo
de Victor. Hubo gente que se fue de aquí Al Bolsón como el dueño del hotel Walkiria que

71
se fue allá estuvo unos cuantos años pero le gustó la Villa y volvió. Los camping estaban
inundados de mochileros”.
“ La pesca antes era muy buena porque vos tenías a la almeja sobre la playa, vos
estabas pescando y te quedabas sin carnada con la mano misma hacías un pocito en la playa
sacabas la almeja y encarnabas, yo mismo las comía, ahí, la mojaba con agua de mar y me
la comía, Entrena, el dueño de Cariño Botao, también hacía lo mismo, otro boliche era Da
Fabri, el viejo Fabri tenía un restaurante increíble, donde hoy está el Merimar playa y 107 y
eso era un restaurante de madera sobre pilotes de madera y Fabri vivía todo el año, en el
verano trabajaba lo que quería y hacía más que nada mariscos, cazuelas, paellas, comida
italiana y todo eso. Y en un invierno él tenía cerrado y yo tenía abierto el boliche mío,
entonces, para ellos yo cerraba al mediodía e iba a la casilla de ellos y jugábamos al
ajedrez los dos ahí y tirábamos las cañas y desde adentro de la casilla mirábamos las cañas
y cuando hacían la seña de que habían algo bajábamos, recogíamos y volvíamos, después
cuando pescábamos cazones, tiburones, él los guardaba, los abría, los salaba y los prensaba
y después los vendía tipo bacalao en el verano, salado seco. Durante dos años tuvo un
pingüino en la casilla, el pingüino iba al mar se bañaba, volvía a la casilla y se secaba
delante de la estufa con los brazos abiertos, eso si no lo ves no lo creés”.
“ La pesca viene en función de la almeja, habiendo almeja tenés las corvinas y tenés
los pejerreyes porque vienen a comerla, cuando la almeja empezó a desaparecer porque
había gente que venía con tractores o camiones buscando almejas en la playa y aplastando
todo el semillero de almejas, juntaban almejas y las bolsas las vendían a Mar del Plata, eso
fue matando a todas las almejas una depredación total y la almeja se fue yendo para adentro
se fue alejando, alejando y se fue alejando la comida, entonces el pescado no se arrimaba y
el pescado está adentro muy adentro, ahora no tenés almejas, algunos chiquititos
berberechos pero antes, almejas, ¡era tremendo!.

La pesca como la recogida de almejas y


berberechos era parte integrante del ritual de la
Villa de los ’60. Gentileza museo

7.4 El espejo de uno mismo

Ante la pregunta a qué venía la gente a


buscar, Enrique recuerda que, “La gente cuando
venía a veranear venía a buscar playas grandes
playas tranquilas y poder sacarse los zapatos y la
corbata, desestructurarse, romper un poco los
esquemas las cosas rígidas y acá venían a tirar la
chancleta en el buen sentido de la palabra por eso
la gente en Villa Gesell andaba en alpargatas y
cuando se iban, los les gustaba irse, quince días,
un mes, gente de toda la temporada. En el
negocio mío también funcionaba un poco como
psicólogo, venían a conversar a charlar con vos a
largar todos los problemas que tenían, ¡que no
eran problemas económicos! sino problemas de estar en una sociedad que a ellos no les
gustaba estar, que se sentían atados, que se sentían esclavos, problemas familiares te
contaban o problemas que tenían con sus esposas, que se sentían así como obligados a
estar, ya después de las dos de la mañana hasta las cinco de la mañana la gente venía a
volcar en vos, cosas, para poder ellos desagotar un poco o para sacar piedras de su mochila,
y como yo también había estado en esa, te hablo de estar en Paraguay y Pueyrredón a estar
en 107 y Av 3 conocía eso”.

72
“ Hay gente que no estaba preparada para vivir acá en ese momento, creían que
podían venir acá y bancarse ese cambio de vida con esa tranquilidad pero vos para salir de
una sociedad y estar acá tenés que llevarte muy bien con vos mismo, la soledad te agobia y
no sabés ¡qué hacer! Y te sentís inquieto o te sentís aburrido o te falta lo que vos estabas
diciendo que no querías más, entonces, vuelve, se van y empiezan a despotricar contra Villa
Gesell son los resentidos que despotrican contra la Villa, en vez de despotricar contra ellos
mismos”.
“Vuelcan en los demás lo que tendrían que volcar en sí mismos – sentencia Enrique
y continua diciendo -, no miran para adentro miran para allá, es el día de hoy que camino
solo y hace treinta y seis años que vivo en Villa Gesell y me sigue gustando como el primer
día, camino por el mar y lo veo, yo nunca me sentí solo estando solo. ¿Los que se
quedaban?, había de dos clases: los que huían o venían por necesidad, los que venían
huyendo de algo y esto hace difícil de ver lo que es Gesell ya que no es autóctona como
podría ser un pueblo”.
“ En un pueblo de campo tenés toda gente de campo acá tenés mayoría de gente
desplazada de ciudades, entonces no te podes adaptar muy bien y llega un momento que no
podes disfrutar la parte linda de la Villa y de la parte linda de una ciudad porque tenés la
parte fea de las dos cosas, tenés que saber separar muy bien las aguas y mucha gente no la
aceptaba, y el que viene acá por obligación entonces no sirve o el que viene por necesidad
tampoco, acá tenés que venir porque te gusta, yo a la gente le decía - pasá el invierno y
contame -, la gente quiere venir a vivir acá en Enero en Febrero cuando ve la Villa en
Enero y Febrero, la gente se queja de los inviernos de ahora, en los inviernos de los sesenta
había muchachos que vivían solos acá e íbamos donde paraba el Antón a ver si bajaba
alguien, porque ¡no había nadie!. Acá vivían tres o cuatro mil personas”.
Enrique se enfrasca en la siguiente reflexión, “El que realmente le gustaba la Villa
tenía otra forma de vivir, eran más simple las cosas porque en vez de pensar por lo que le
faltaba agradecía por lo que tenía y era eso mucho más fácil para vivir, a maldecir por lo
que no tenés a agradecer por lo que tenés, vos podés ser millonario de muchas cosas, yo
cuando llegué acá fui millonario en tiempo y el tiempo es una cosa que no podés comprar y
el tiempo es algo que lo tenés que disfrutar vos. Y si no estás preparado para tus tiempos y
no te llevás bien con vos y tu familia cuando la tenés no te acompaña entonces es que tenés
un gran problema porque vas a ser un resentido no te va a gustar adonde estás y le vas a
echar la culpa a otro. Yo creo que si te llevás bien con vos te vas a llevar bien a donde
estés, en Bs.As. me llevaría bien conmigo mismo pero no sería feliz que son dos cosas
distintas, conmigo solo en la playa soy feliz, yo siento el silencio en la playa y soy feliz”.
Sin ningún tipo de duda nuestro entrevistado afirma, “Hoy no sé si este lugar ayuda
a la gente a encontrase consigo mismo, en ese momento sí, llega un momento en tu vida
que te vas a mirar al espejo y te vas a encontrar con vos mismo y ese puede ser el momento
más feliz de tu vida o el de la frustración más grande y alguna vez te llega ese momento y
debés tener la sinceridad de aceptarlo pero hoy no sé porque para empezar Villa Gesell está
en la vorágine, nos toca las generales de la ley, toda la gente está pensado más como
sobrevivir, te llega la televisión, la radio y se enganchan en cosas que no tenían que
engancharse. Mar Azul yo te diría que es la Villa Gesell de ese entonces todavía, hoy cuesta
más, es tipo jungla hay más competencia en todo, cuesta mucho mantener lo que ganaste,
capaz que estamos teniendo las dificultades de la ciudad y no las ventajas de la Villa, estás
como a los 17 años, en la edad del pavo, que no sabés sin sos grande o si sos chico y si
adolescente viene de adolecer entonces estamos adoleciendo”.
Recuerda que, “La Tortuga Violeta, frente a Juan Sebastián Bar, la tintorería La
Mancha Espantada nunca más hubo tintorería y cerró como hace 15 años y sigue en el
vidrio La Mancha Espantada ahora, que está en la 3 y 110. El marketing de los nombres
raros como La Almeja Miope, La Almeja Viuda”.

73
Casi a modo de anécdota nos acota que, “ No se molestaba a la gente, hubo una
época acá en el 68 en el 70 había un subcomisario ya que no había un comisario porque
comisaría no había que paraba los micros y miraba a toda la gente y con eso ya sabía a
quien tenía que echar porque los agarraba y les preguntaba <cuanta plata tenés> por
ejemplo, y si ese tipo llegaba sin un solo centavo a Villa Gesell lo ponía en el micro y lo
mandaba de vuelta, y decía - si vos no tenés para comer, no tenés trabajo acá, vas a robar, y
vos comer vas a comer, algo vas a hacer - y los rajaba, era algo más preventivo, el tipo se
daba cuenta aparte por el aspecto, no – decía - este vino a currar, se hacía una selección a
ese nivel pero sin perseguir, la gente estaba en la playa, se fumaba mucha marihuana, no se
los molestaba, porque no estaba la cultura del traficante, los tipos se traían sus cositas y acá
se los fumaba pero no andaban haciendo el negocio, no estaba la figura del
narcotraficante”.
Y todo comenzó cuando, “Yo a Villa Gesell pasé de casualidad, yo veraneaba de
chico en Mar del Plata y un día agarré el auto tomé la Ruta 2 y vi en Las Armas un cartel
que decía Gesell y me dije - a ver, ¡qué es esto? - y doblé a la izquierda, la ruta era mitad de
asfalto un lado y la otra mitad de tierra y llegué acá y por suerte no llovió ese día y me
mandé por Juancho, un lugar llamado la sidrera porque había una fábrica de sidra La
Victoria porque había manzanares y desde Juancho vine acá a Villa Gesell, en Enero, y esto
era un páramo comparado con Mar del Plata y me impacto la imponencia de la arena, yo no
había visto nunca los médanos altos, vi el médano que le decían Don Carlos que estaba en
Barrio Norte, le decían Don Carlos Gesell al médano porque era indomable, se movía
continuamente ¡no lo podían fijar! Y vi todo eso, me gustó y paré en un hotel Tejas Rojas,
el primero que encontré y me quedé como 10 días y después me fui a Mar del Plata como
20 días y ya al otro año empecé a venir, me gustó porque Mar del Plata se comenzó a poner
como Bs.As. y me quedé, hoy haría lo mismo. Tengo dos nietos geselinos”.
Para terminar su rico y extenso relato Enrique compara que, “Hoy estos jóvenes son
distintos, no digo ni para bien ni para mal son distintos, la agresividad que hay ahora no la
había antes, antes se divertían de otra manera podían estar borrachos pero la agresividad
que tenés hoy y la falta de educación que tenés hoy es tremendo, eso viene de los jóvenes y
de los padres también, el colegio no puede educarlos esa es tarea de los padres aunque ellos
los manden para que los eduque, el colegio debe instruirlos, puede ayudar un poquito pero
la educación viene de la casa de los padres y no se puede delegar eso al profesor, y así se
desligan de los chicos por cualquier cosa, y quieren que el profesor lo instruya y lo eduque,
hay gente muy poco instruida y bien educada.....
Magnífico fue una época magnífica....los años sesenta y parte de los setenta”.

74
Capítulo VIII

A la hora de definir las características de una clase en la escala de una


estratificación social aparece como la variable principal de esa característica el dinero, pero
si hemos de centrarnos en una clase media de los años sesenta en la República Argentina
podemos emplear las variables de Educación y de Cultura, de la primera van a surgir los
profesionales ya que la asistencia de esa clase a la universidad será paso obligado y como
corolario de esa educación cierta inquietud en el plano de la cultura cuyo fruto culminará
con el vínculo a cierta estética a través del consumo de la música clásica, filmes más hacia
una línea intelectual que habrán de plantear los grandes temas de la humanidad como la
muerte, el dolor, los fenómenos políticos, etc.
Como también un refinamiento en los hábitos de la vestimenta, una elección de los
círculos a frecuentar: clubes, casas de té, ciertas expectativas de status como viajar a
Europa, en sí, un estilo de vida que incluía donde pasar las vacaciones y quizá, si el lugar
gustaba, comprar un terreno y edificar su casa.
Está fuera de discusión que quienes vinieron a vacacionar a la Villa era gente de la
clase media alta de nuestro país, clase que todavía era beneficiaria de un poder adquisitivo
fuerte como también ilustrada, como también está fuera de discusión que la gente que
proporcionó la mano de obra era de la vecina localidad de Gral Madariaga y de Juancho.
Todavía no hay una investigación o si la hay el autor la desconoce acerca del
aglutinamiento de ciertas comunidades de Europa central en Villa Gesell como la alemana,
la rusa, la polaca, la croata, y la húngara, cuyo elemento principal en el destino de su
elección a la hora de inmigrar a Villa Gesell fuera el de la renta y el anonimato. A modo
hipotético se puede decir que la segunda guerra mundial fue un factor de importancia ya
que los países mencionados eran países beligerantes en esa contienda pero lo curioso es que
tales comunidades no vinieron a aportar mano de obra sino tener una actitud lucrativa como
también estar en el lugar con cierta condición anónima.
Para ello debían portar suficiente capital, conocimiento y relaciones, lo cierto es que
los primeros servicios a la condición de naciente balneario fueron aportados por estas
comunidades a través de: hoteles, restaurantes, casas de té o de repostería sin contar con las
comunidades españolas e italianas que en un proceso creciente de institucionalización a
través de cooperativas y clubes se posicionaron estratégicamente en Villa Gesell siendo
beneficiarios de las ganancias y rentas de la Villa.
Es decir que la distinción a modo de hipótesis va a ser que los extranjeros
provenientes de Europa central eran portadores de una burguesía o emparentados con el
mundo de la nobleza que despertaron en los integrantes de la clase media que venía a la
Villa una genuina empatía, es decir, el status va a ser generado por el europeo central y no
por los integrantes de las comunidades españolas o italianas. Por ello la distinción inicial a
la hora de definir clase media, el título nobiliario si se quiere generará una suerte de
fascinación que habrá de otorgar una jerarquía en el ámbito de la cultura antes que el
simple patrimonio material.

8.1 El viajero permanente

Rodolfo Rivas tiene una curiosa particularidad en su profesión como odontólogo, la


ejerce tanto en Bs.As como en Villa Gesell simultáneamente dividiendo su atención de la
siguiente manera, tres días en un lugar y dos en otro, y ya lleva casi cuarenta años con tal
simultaneidad, y por supuesto, un activo integrante de todas esas décadas. En una tarde
muy amablemente nos invita a sentarnos en el jardín del hotel en donde se hospeda y tras
las pertinentes aclaraciones del porqué de la entrevista entusiastamente comienza a
contarnos. “ Mi primer veraneo fue en Ostende porque mi padre venían en el año 20 a
Ostende al hotel de los Palabidini y tengo fotos en el consultorio del viejo hotel de Ostende,

75
donde en la parte de atrás del hotel había un par de costillas de un ballenato que apareció en
el año 32. Mi padre se enteró de Ostende por un amigo y empezó a venir, él era bioquímico,
y vinimos hasta el año 37 más o menos porque después como eran médanos vivos se había
hecho un médano muy alto en el hotel y entonces la nona no podía pasarlo y nos fuimos a
Miramar”.
La historia de Rodolfo acerca de esta curiosa simultaneidad comienza cuando se
recibió,” En ese entonces era más fácil de lo que es ahora ya que había menos
profesionales, entonces, con unos amigos comenzamos buscar lugares donde ir, y a un
amigo mío le ofrecieron estar como médico en Madariaga en una clínica de un tal Doctor
Macías que la inauguraba y como era íntimo amigo lo acompañé. Conozco a Osvaldo
Aviñón que es el dentista que todavía está en Madariaga, año 61, y como él no hacía
ortodoncia ni ortopedia me dice que bien podía ejercer la profesión allí, así iría para
Madariaga cada quince días. En ese interín, Saens que era el oficial que estaba en la Villa,
le preguntó al comisario (de Madariaga) si él no conocía a algún dentista que quisiera venir
acá (por Villa Gesell) y ese fuel comienzo, allí vine con Aviñón pero él vino dos días nada
más porque después pusimos un consultorio juntos en Pinamar. Pero yo para ir a Pinamar
tenía que ir a Juancho de allí agarrar la diagonal para ir a Pinamar, pero así dejaba acá sin
dentista y combinamos que él fuera de Madariaga a Pinamar y yo me quedaba en Gesell”.
Rodolfo comenzaría su relación con la única empresa de colectivos de la época el
Antón, ya que, “Empecé a viajar en Antón que tenía un servicio por día y a veces Lunes,
miércoles y Viernes y había solamente al mediodía, entonces, para no perderme un día de
trabajo hacía lo siguiente, yo estaba de Lunes a Jueves acá en Gesell y los Jueves a las 17
Hs. Berg que era en padre de Edit la mujer de Carlini, tenía la línea de colectivo de aquí a
Madariaga, entonces, a las 17. Hs. él sabía que yo el Jueves viajaba a Madariaga, y ya
cuando pasaba, a la entrada me preguntaba, -¿vas a viajar?- y yo le decía que sí, bueno, tres
cuadras antes tocaba bocina. Yo estaba, para que te ubiques, en la cuadra de Irell donde está
el Caprece, bueno, ese era el camino de entrada un triángulo en la cual había dos casas, una
de ellas era la del administrador del viejo Gesell, eran las dos únicas casa que había, el resto
era todo bosque”.
“Recuerdo que Berg tardaba una hora y media para llegar a Madariaga, iba por
Juancho, paraba en todos lados, descargaba la galleta o el pan o cargaba los pollos y seguía,
entonces, dormía en lo de Aviñón me levantaba a las seis de la mañana y a las seis y media
salía el Costamar a Mar del Plata, me iba hasta las Armas, pero en las armas no había nada,
por lo que seguía hasta Pidal el 223 y allí había un bolichito que vos podías desayunar que
era de Charles Guerrero que ellos vendían miel, café con leche sobre la ruta y esperaba el
primer Cóndor o Costera que salía de Mar del Plata a Bs.As. Y Yo llegaba Bs.As. a las 14.
Hs. para empezar el consultorio el Viernes a la tarde, entonces no me perdía nada, pero
tardaba un día en llegar, ese era el inicio de lo que fue acá”.
“ Ese ritmo lo hice hasta que Antón puso ómnibus a la noche que lo habrá puesto
allá por el año 65, por lo que tres o cuatro años hice esos viajes, el único problema era que
por ser camino de tierra cuando aparecían tres nubes en el horizonte los antones grandes se
iban a Madariaga y vos tenían un Antón chiquito que manejaba un muchacho llamado
Neifer que era el chofer del Antón de acá a Madariaga un forcito (Fort) doble tracción y
con eso íbamos. Muchas noches nos quedábamos en una banquina hasta que íbamos a
buscar el tractor de alguna estancia para que nos sacara y después nos acompañaba hasta la
curva de Juancho porque lo peor eran las dos curvas de Juancho que allí era un lodazal y la
otra era frente a la sidrera, que son unos 8 Km. antes de Madariaga por la ruta 11 que es el
camino de Juancho, la vieja ruta a Mar del Plata”.

76
La imagen es bien
ilustrativa acerca de
las condiciones del
camino de la época
relatada.
Gentileza museo

Rodolfo también sería


profesor de Geografía
en el Instituto Bottger1
en el año 68 y explica,
“ Porque anatomía ni
botánica no había,
como había hecho la
docencia en la facultad me valió la parte de docente para poder dar Geografía, eso lo hice
en el 68 y 69 recuerdo a algunos alumnos como el chico de Esteves o sea a Carlitos, a la
chica de Martinez Salas a Claudia, la chica de la librería De Lisio a Irene, a la chica de
Cardozo los dos hermanos Cardozo, a los chicos de Curuchet, muchos chicos al no poder ir
a Madariaga empezaron con edades más altas, allí en primer año vos tenías a chicos de 16
años por eso esos chicos eran más grandes, y en el 70 estuve de Rector hasta Marzo del 71.
Yo me encuentro en la siguiente disyuntiva, las mañanas estaba en el colegio, se creaba un
año más, iba a ver quinto año, ya tenías que disponer más tiempo, yo los viernes que me iba
a Bs.As. el sobrino de Oscar de Wisesky que es abogado, que fue intendente de
Chascomús, bueno, él se quedaba como Vicerrector mío cuando yo no estaba los Viernes.
Lo cierto es que al otro año yo ya notaba que dejar el consultorio todas las mañanas y
también dejar los Viernes sería de mayor complicación así que opté por renunciar”.
“Lo interesante de los viajes era la gente que venía acá, era, yo no te digo gente de
mucha plata, era gente muy macanuda, gente muy bien, muchos extranjeros, los ómnibus
eran viejos, Antón, Don José tenía ómnibus viejos, no tenía últimas maravillas tendría uno
o dos, entonces ¡qué pasaba!, por ahí el ómnibus..... vos salías de Bs.As. a una hora pero si
en el angosto de las Armas a Madariaga se te cruzaba un tanque, una jaula hasta que no iba
un tractor a sacarlo no podías pasar porque las banquinas eran muy pronunciadas, vos
sabías a la hora en que salías pero ¡nunca!, a la hora que llegabas y de Madariaga para acá,
- y bueno orea un poco, vamos a salir, decías - y en la mitad del camino el ómnibus se te
iba para un costado, eso era lo normal, y toda la gente, toda, menos las embarazadas, hasta
los viejos, todos bajaban a empujar para ponerlo arriba de vuelta y ahí seguir, llegaban
enchastrados pero felices y contentos, nadie protestaba, ahora la gente protesta porque llega
¡15 minutos tarde!”.
Cuando se le pregunta - ¿ por qué venía la gente a Gesell?- nos responde, “ La gente
venía a buscar tranquilidad, esa paz que no encontraba en los lugares muy poblados pero
además venía un grupo de gente que se había hecho muy especial, era gente que no tenía
problemas en Bs.As. a lo mejor estaban en punta en blanco y llegaban acá y estaban a lo
mejor con un tapado de piel y en chancletas por la 3, ¡los había siempre, a las viejas las
veías así!. Y era gente macanudísima, a eso voy con lo especial no voy al factor pesos,
normalmente el ambiente de esa gente era un ambiente muy culto”

1
En sus comienzos como institución educativa iniciada en 1966 el Instituto Botger se llamaba, Instituto Villa
Gesell pero a partir de 1973 adquirirá el nombre actual: Instituto Anna Bottger de Gesell, que era el nombre
de la madre del fundador, Carlos Gesell.

77
Acerca de la gente de la Villa, - Rodolfo dirá que- el residente, el trabajador, era
gente de Madariaga, la gente del pueblo de Gesell era gente correctísima, habrían
problemas como en todos lados pero para esa persona de campo, sana, trabajadora en
invierno alimentaba a los caballos y en verano venía acá a poner los caballos para
alquilarlos, no había taxis aquí lo que habían eran los carritos, recuerdo que el Antón
llegaba y te repartía casa por casa a vos y a las encomiendas, después se iban a dormir los
choferes o sea, era una cosa distinta por eso era muy especial.

8.2 La nobleza y el Pípach

Rodolfo aun mantiene una cordial relación con Mery una noble húngara que sería la
dueña del hotel Pipach, donde nuestro entrevistado supo ser habitué, y acerca de aquellas
reuniones narrará lo siguiente, “En lo de Chandor, en el Pípach de los húngaros, yo me
encontraba allí muchas mañanas y la razón era que con Chandor usábamos un catamarán, él
tenía un catamarán y nosotros salíamos a navegar, a las mañanas a las 8 y 30 me iba allí y a
las 9 y 30 ya me volvía al consultorio. Bueno en esa hora temprano salíamos a pasear y a
veces yo veía llegar turistas y veías -en aquella épocas que no había coches importados,
aclara Rodolfo- venían unos coches como Mercedes Benz unos Volvos que se ponían al
costado del hotel y estacionaban ahí y Mery2 que es la madre de Chandor salía detrás del
mostrador y los tipos, diplomáticos o gente extrajera de cualquier lado, se presentaban y
ella se les acercaba y los tipos se les cuadraban y se flexionaban para besarle la mano”.
“Ellos le pusieron Pípach porque , creo que es una especie de pimiento o ají en
húngaro♣, el padre de ella era el comandante en jefe de los ejércitos de Francisco José3 y
ella es prima de la Reina Isabel y acá cocinaba en el hotel, hablé con ella el otro día y tiene
90 años. Te repito, ella es prima segunda de Isabel II de Inglaterra, la nieta de ella se casó
con el sobrino del principado de Leiscenteibns en Noviembre”.
“En el Pípach en un primer momento que yo no lo conocí al fin de los años
cincuenta, solían hacer reuniones, bailes, yo lo que conocí de Pípach que era un muy buen
hotel uno de los mejores que había acá, siendo un hotel simple pero de una estructura muy
de avanzada en su momento, la atención era muy buena, la comida exquisita. A los dos o
tres años, ya siendo amigo de Chandor, la barra de mis hermanos 10 años menos que yo,
dicen porqué no nos ponemos una noche a bailar y entonces el hotel Pípach era como
nuestro ambiente y fuéramos a bailar todos a Pípach porque en La Mosca Verde era otro
tipo de gente”.
Según nuestro entrevistado, “ El Pípach era como de clase media común, vulgar y
silvestre de un colegio secundario de Bs.As., de un colegio privado de Bs.As. o el último de
los colegios nacionales del estado, ese ambiente era el que iba a bailar a Pípach. Nunca
había líos, había un policía en la puerta por las dudas, y la barra nuestra vendía las entradas
que era un papelito que después lo metías en una lata, o sea ayudábamos todos a Chandor, y
eso se hizo durante tres o cuatro años. Cuando después ya empezó a aparecer Tom Tom
Macute, eso sería año 68, en la entrada donde están las canchas de tenis, después se habían
hecho esas otras boites, otra que estaba por allá arriba que era un cuadrado negro
(Chaganaki) dijimos -bueno no hagamos más nada- y no se hizo más nada en el Pípach”.
“ El Pípach siguió hasta que comenzó a cambiar el ambiente aparte que ya no
rendía, el hotel no se había podido mantener al nivel de otros hoteles que se habían hecho y
entonces optaron por venderlo, ellos habían venido acá y jugaban al tenis y cabalgaban,
ellos tenían dos o tres castillos, ahora parece que les van a devolver alguno, con lo que ellos

2
Se trata de María Karoldi princesa de Windischgraetz

Pipach originalmente se escribe con la terminación “cs” que pertenece a la sintaxis húngara y significa
amapola pero que al ser aggiornada al castellano fue reemplazada la terminación “cs” por “ch”
3
Emperador del imperio Austro-Húngaro

78
habían podido sacar antes que entraran los rusos a Hungría no podían mantenerse en
muchos lados y no sé porque vinieron a Argentina y a Gesell y Mery acá, se puede decir
que siguió un poco la vida que hacía allá, andaba a caballo, hacía su vida social, veía a sus
amigos que venían a veces o sea, todo eso se mantuvo y el padre de Chandor, Isvan, era
historiador de los Sumerios. Él vivía en su mundo no integraba el hotel para nada, él era
Conde, en su momento dicen, que era dueño, casi, de un cuarto de Hungría pero ella era
princesa entonces la saludaban a ella y no a él.

8.3 Jugando al golf en la 3

“Cuando se creó acá el golf como cuando se creó la telefónica los profesionales que
estaban, en ese momento Corti que fue el primer médico, Espósito y Cuca o sea del
matrimonio Espósito, Fernández y yo, estábamos en todos lados, en un pueblo chico
estábamos en grupo, entonces se creó el golf, cuando se crea me entusiasmaron y bueno,
me hice socio porque eran acciones en ese momento, vos comprabas una acción porque era
una Sociedad Anónima que después lo transformaron en club, en sí es una Sociedad
Anónima el origen de todo y eso lo manejó Bonani e Iseli que hoy debe estar en la 110 y
Av.3 en una casita de arriba, ellos fueron los que me entusiasmaron, sobre todo Bonani, y
me acuerdo cuando se creó la cancha, era regio o sea, no tenía mucha tierra porque no había
mucha plata, entonces Iseli que era el gerente de los tractores Hacen Cliver pusieron, ellos
dos de su propio bolsillo, acá para el golf, no tenés una idea”.
“Me acuerdo – dice Rodolfo-, que vos estabas en los fergus ibas caminando y en
una de esas te enterrabas porque estaba lleno de topos, lo peor era cuando te lo hacían en el
green, la pelotita se metía en otro lado porque no era el hoyo. Después cuando se
empezaron a comer los caños de plásticos, se perdía agua por todos lados y Enrique en ese
momento en el 07 tenía colgados unos palos de golf, yo no sé cómo salió la anécdota de los
palos, o él me ofreció o yo le pregunté, lo cierto es que se los compré. Ahora, el golf está en
la entrada y yo normalmente no venía con el auto, entonces cuando los muchachos me
llevaban si iba a jugar al golf pero o sino, ¿cómo hacía?, entonces hacía un pack, ya que acá
en la 109 y la 3 era todo de arena y en el invierno no había nadie entonces hacía un hoyito
en la calle y a las dos de la tarde jugaba allí haciendo embocar al hoyito”.
“Me quedé en Gesell, me enamoré porque -vos pensá, aclara Rodolfo- un porteño
que veraneo siempre toda la temporada en Miramar, entonces venir acá y poder estar todo
el tiempo en la playa es lindísimo, después estar acá tranquilo, solo, tal es así que en el año
70 me doctoré, hice la tesis de doctorado y la hice prácticamente acá. Por si me llegaba a
entusiasmar cazando patos me llevaba una cajita de cirugía, apenas llegaba acá después de
las tres de la tarde me sacaba el overol y me iba a atender al paciente y eso era también otro
motivo de mi elección en Gesell, yo era el único dentista y había tres mil quinientos
habitantes también era rentable”.
“La gente estaba loca por venir a Gesell, en Octubre algunos me decían, -che te doy
el dinero así me alquilás una carpa en lo de Boris-, pero por otro lado también se fue gente
de Gesell y la razón de ello fueron los planos de las zonificaciones que se modificaban, por
ejemplo, en Pinamar Sociedad Anónima a la Municipalidad de Madariaga nunca le dijo no
a la planificación hecha en Madariaga y nunca le modificaron el plan de zonificación,
mientras que en Gesell no pasó lo mismo, averigua cuantos planes de zonificación
modificaron acá, 70, ¿por qué?, porque el viejo Gesell era rebelde y como corolario de
estos conflictos generó que mucha gente se fuera de Gesell, gente que tenía chalet en la 1
en la 2 y que eran zonas que no se podían hacer otra cosa y de buenas a primeras le hicieron
un hotel, un edificio y esa gente era la gente que no viene ni va a venir más a Gesell (alta
clase media)”.
Acerca de las amistades de esa época Rodolfo dirá que, “Una gran camaradería se
había formado con Carlos Barocela, el Club Vocal Argentino y Bs.As. 8, venían todos y

79
hacía asado y se ponía a hacer la guitarreada comíamos asado, ellos traían la bebida yo
ponía la carne y en el fogón no ponías leña, agarrabas un tronco y se iba consumiendo tipo
fósforo y a las cinco y media se iban para la playa, yo debía atender y dormía, a ver el
amanecer. Había una bombita de 25 en cada cuadra, acá iban todas las chicas solas a la
noche a la 1 a las 2 de la mañana y no les pasaba nada, jamás les puse cerrojo a mis
ventanas, cuando venía y estaba apurado dejaba la ropa afuera hasta el otro Lunes y nunca
me faltó nada, el consultorio abierto, eso era Gesell y eso no lo tenían en otros balnearios.
Rodolfo hace una comparación con otro balneario como, “ Mar de Ajó era otra cosa,
iba el pescador, era el centro de toda la gente de Dolores, Chascomús y como está en la Ría
de Ajó donde está la almeja y la corvina va a comer la almeja había mucha pesca acá no
tenemos nunca pesca. Lo que le gustaba a la gente era ir a caminar a los médanos sin
ningún tipo de problema, los balnearios tenían 20 carpas cada uno y eran cinco o siete
balnearios, estaba Da Fabri en la costa que tenía el boliche donde está ahora Merimar, que
la gente de Pinamar le pedía turno una semana antes para ir a cenar ahí”.
“La noche era ir a La Jirafa que se había creado en el 63 porque antes estaba Da
Pedro, Pedro era al lado del cine Atlantic ahí estaba la única cafetería, yo todavía lo atiendo
está en San Fernando y es el jefe del puerto de los barcos de San Fernando, y la mujer era la
directora del colegio de acá. Cuando se hizo La Jirafa Roja que la hizo Kiki, era, ¡¡todo el
mundo a La Jirafa Roja!!, entonces vos a La Jirafa Roja llegabas y decías – Kiki, si viene
José, mi primo, decíle que estoy en una carpa en el médano tal- y ahí estaba, después, -ché,
alguien pregunto por mi, etc-, mil café por noche era mínimo que vendía Kiki, empezaba a
las ocho de la noche y terminaba, no terminaba porque a la mañana servía desayuno, esa era
la noche de Gesell y después las salidas en aquel momento estaba solamente El Chivo
Negro y estaba en la cortada, al lado en la placita Cariño Botao y no había otro. Después se
creó Tía Vicenta en el 64, entonces la gran pachanga era ir de La Jirafa a Tía Vicenta y de
Tía Vicenta a La Jirafa, estaba Luis en Tía Vicenta y Quiquí y los socios que después
hicieron La jirafa Azul. Al otro año de hacer La Jirafa Roja en el costado hicieron La
Jirafa Gris que era para bailar pero no funcionó entonces voltearon la pared e hicieron
todo café, y hay mucha gente que ni se acuerda de eso, La Jirafa Gris. Y Kiki vive en Villa
la Angostura ahora”.
Ricardo finaliza la charla diciendo que, “En los sesenta fue una época de gloria de
Gesell, su época de oro, por la gente con poder adquisitivo, se hizo popular a un nivel
determinado no a todo nivel sino a un nivel de clase media se hizo popular donde la gran
construcción que hubo, disfrutar libertad sana y un lugar accesible, para toda gente. Era un
grupo de gente que la anécdota de empujar el ómnibus la sintetiza, hacé bajar a alguien hoy,
yo viajé 40 años y sé lo que te digo”.

La “Jirafa” tal como era


concurrida en aquellos
años, en pleno 1971.
Gentileza museo

80
Capítulo IX

Cuando se es joven la música tiene un lugar destacado en la vivencia personal del


joven pero tanto letras, sonidos y como el de género son formas o maneras técnicas si se
quiere de designar el mundo musical, no obstante, que a la hora de la vivencia quede de
lado. Saber escuchar es vivenciar una letra es vibrar al ton de ese sonido, y de respirar junto
a ese ritmo, es decir, conciliar diferentes horizontes cuyos ejes son el gusto personal, la
obra musical y la captación de la realidad: el sujeto, el objeto y el contexto, nada fácil para
conciliar. Pero en los escasos casos en que sí se logra conciliar los diferentes horizontes,
entonces quien escucha es transportado a un universo único en el simple deleite de
escuchar: el decir, el sonido y sobre lo dicho. Se dice que lo grande es algo simple lo cierto
es que la simpleza de Tu Nombre en la Arena es el preludio de algo grande, infinito,
hermoso en melodía en letra y en contexto, una voz femenina de fondo a modo de coro, un
bongó una guitarra y la melodía danzando transportadas por la voz.
Tanto el autor como la canción son referentes de una época que bien, ambos,
merecen ser escuchados, aunque la melodía de Tu Nombre en la Arena nos falte, no pierde
el encanto poético que su autor supo pincelar en sus letras......

Surge tu voz de la noche callada


Nombrándome las cosas que nombraba
Mientras el mar besa una playa azul
Yo busco en vano tu nombre en la arena
Yo busco en vano la luz de tu verano
Y aquellas noches anchas bajo el cielo
Cuando tu piel se acostumbró a mi mano
Y mi frente a la sombra de tu pelo.

Y hay tanta adolescencia apresurada


Y tanta soledad arrepentida
Que estás aquí y aunque no estés conmigo
Vuelvo a escuchar tu corazón amigo
Junto a las cosas que tocó tu vida.

Y hasta en el cielo, la cruz del sur evoca


Antiguas alegrías que se han muerto
Y el faro al sur es una estrella rota
Que nombra la vigilia de algún puerto

9.1 El paisaje de la Villa

Hablar de Carlos Barocela es hablar de la palabra vuelta melodía que nutrió a Villa
Gesell y es hablar del paisaje convertido en viva metáfora recorriendo al viento, al médano
y la noche, y después si, es hablar del referente de la Villa de los años sesenta. El hombre
hoy tiene una forma pausada de expresarse, con pocos ademanes, con una voz un tanto
áspera, ronca si se quiere, curiosamente diferente a la voz casi juvenil de sus canciones,
reacio al grabador como que le quitara espontaneidad al fino intelecto que se necesita para
la ironía que iremos notando a lo largo de la charla. Barocela es un hombre de palabras de
conceptos de diálogo y por lo tanto abierto a cualquier temática narrativa como el mundo
de la música, el de la poesía, el mundo del mito y fue en un momento de la charla de ese
mundo que fuimos entrando en esa curiosa definición de la selectividad de la memoria al
decirnos que, “ El mito, me encanta ese tema, la narración fantástica que está emparentada

81
con cosas primordiales, quizás me atraiga porque antes yo estudiaba letras aunque después
me arrepentí pero me atrapó la música y también tenía que comer, - su ironía surge cuando
dice -, ¡y las letras aún no me han dado de comer!”.
Barocela lleva como dos Gesell, “ Una subterránea que era la de mi infancia una
cosa rielkiana que no tiene nada que ver, Gesell no tiene la culpa que me halla creado ese
mapa de mi infancia que yo absorbí. Cuando camino y me digo a mí mismo – acá estaba el
palenque, acá estaba Don Piñeiro por acá jugábamos a los comwboys y a los indios-, yo lo
veo, lo veo clarísimo y no puedo pretender que esté, no me puedo enojar con la realidad.
Como algo frágil y delicado Barocela continua refiriéndose a esa Gesell en términos de, “
Pequeños detalles familiares de la amistad, pero mis recuerdos tiene poco que ver con lo
que después se llamó movida es muy solitario, muy íntimo, no me siento solo en esa
concentración pero siento que ese bullicio que ahora parece venir de los sesenta a mí, me
dejó de lado”.
Las definiciones de un lugar curiosamente ayudan a mostrar un poco el perfil del
definidos y nuestro interlocutor ve a Villa Gesell como, “ Una intimidad una especie de
paisaje y que se debía recorrer de varias formas como el andar a caballo a componer a leer a
escribir..... Mi libro Estaciones de un Paisaje es completamente lorqueano lo escribí a los
17 o 18 años, el año pasado en un rapto de nostalgia lo corregí dejando la forma y el
espíritu, corregí palabras que no me gustaban de todo el libro, ese libro fue una tarea inútil
que hice a los 18 años y ahora hice la tarea inútil de corregirlo, como dice mi hermana yo
siempre elegí las tareas inútiles las que no te dejan nada más que placer, como también ese
continuo acierto con lo comercial con lo que mi hermana siempre me carga, ella, que es
profesora de Filosofía”.
Retomando la charla sobre el libro de Estaciones de un Paisaje Carlos dirá acerca de
su composición que, “ Yo estaba en Bs.As. añorando y me dije – me voy a la Villa-, en
invierno, tenía 18 años y esa época yo estudiaba agronomía me gustaban mucho las plantas,
entonces, entre materia y materia iba escribiendo, no terminé el libro ese año porque lo que
ocurrió fue que en algunos meses no había venido, entonces me hice una pausa al año
siguiente y me permití venir los meses que me faltaban -¿ viste esa honestidad del escritor
joven?, nos aclara -, no podía escribir si no había venido. Y pude escribir en Setiembre en
Noviembre, Octubre, en ese florecer de las acacias como la realidad de Agosto, y lo habré
terminado en Diciembre. A los 29 años como cobro relativamente un suculento dinero por
derechos de autor por Tu Nombre en la Arena, para mí era una fortuna después me enteré
que no era tanta, me dije – bueno, estos versos merecen que esta canción que es posterior (a
su libro de poemas) y tuvo suerte, merecen ser editados -, y me pagué la edición. Y me fue
bien, porque en casa Bonn tuvieron la gentileza de tomármelos y ponerlos en la vidriera.
Venía un poco por el arrastre de la canciones, ya que la gente se decía - ¿a ver éste?,
además de canciones, si escribe versos, ¿ cómo los escribe?- un libro muy lindo y pinta
aquella Villa”.
El libro consta de poemas que refleja cada mes que trascurre en Villa Gesell por lo
que hay doce poemas escritos, y Carlos nos comenta una curiosidad sobre el gusto de la
gente sobre los poemas y los meses ya que, “Hay gente que le gusta un mes, otros a otros
meses, los más dramáticos les gusta Mayo, Junio, Julio”, y sobre su presente irónicamente
comenta, “ Si voy al museo no me dejan salir. El otro día pasaba con una amiga frente al
museo y le digo – dentro de poco voy a estar acá- , ¡no me dígás que tenés un recital
armado!”, ( la amiga creía que Carlos iba a actuar).
“Las baladas de la Villa, son de los sesenta y fueron publicados en el 67 y 68 pero
escritos desde el 60, o sea que algo de la Villa representan pero creo que representan lo más
íntimo e interior de la Villa, no lo más ruidoso ni lo más llamativo. La gente venía acá en
los sesenta por la leyenda de la juventud que acá encontraba el paraíso, era un poco utópico,
no era para tanto aunque era un lugar muy diferente. Pero también para los adultos –nos
aclara Carlos- que habían venido en el 40 o en el 50 como mis viejos y no venían buscando

82
ruido ni nada, y para ellos, también era un lugar diferente, era netamente atípico, no tenía
nada que ver con Mar del Plata, ni con Miramar, ni con Pinamar, ni con Valeria, Cariló no
estaba, era distinto para los grandes y para los chicos, para todo el mundo. Bueno, en los
sesenta empezó esa idea de que la juventud acá, tenía más libertad, y que podíamos
disfrutar más, a lo mejor yo ya estaba inmerso en eso y no me dí cuenta. Y fui joven como
todos y deseé la libertad de los jóvenes y encontré todo eso”.
Acerca de la letra de Tu Nombre en la Arena sobre el párrafo que dice, “... mientras
tu piel se acostumbró a mi mano y mi frente a la sombra de tu pelo....”, Barocela comenta
que, “ A mí me parecía, quizás la añoranza me hace cambiar de idea, pero me parecía que
era una cosa natural, que era normal que teníamos una playa donde tenderse en la arena, y
acá tenías todo el decorado. Las historias de amor de libertad o de aventura sentimental si
querés llamarlo así, se producían naturalmente, a algunos se les daba más que a otros,
algunos exageraban más que a otros, pero a mí me parecía normal, no me parecía una
explosión de libertad, pero a lo mejor el que vino acá decía – ¡caramba! -“.
La carrera artística de Carlos Barocela se extendió a lo largo de 20 años, y acerca
de sus actuaciones en la Villa nos dice, “Yo canté en un par de boliches que ya no existen
más, uno al lado de la Shell que me llevó el negro Latini, ni bien salió el disquito1 vino el
negro y me dijo - tengo un boliche acá donde podés actuar y yo fui obediente- pero habré
ido dos veces, al año siguiente actué en un boliche que creo que Piero tenía algo que ver,
que era Chaganaki, pertenecía a un griego, después en uno que estaba frente a la Shell que
había puesto mi amigo Miguel Saravia y que se llamaba Saravia’s, fue una temporada
brutal, impresionante para todos, estoy hablando del año 70 . Éramos en ese boliche Miguel
Saravia y yo, Galleta Miriam y el Trío Contemporáneo y venían de visita Leonardo Favio,
Geno Díaz, Nacha Guevara, Fabero, Omar Moreno Palacios y Daniel Río Lobos, Marikena
Monti, ¡ todos venían!. Después fui a unos de los que ni me acuerdo hasta que encontré la
pileta de Herta al lado del Reimar2, estuve muchos años y ahí empecé a traer a Ignacio
Anzuátegui. Pero ahí también estuve con Bs.As. 8, Vocal 5, con Geno Díaz, yo siempre
trataba de traer a alguno”.
“Después que cerraron allí, trabajé en la Casona del Conde de Palermo, que me
volvía loco con su desorganización pero ¡era tan buen tipo que no te podías pelear!, Ignacio
(Anzuátegui) venía alguna vez y decía - yo rajo de aquí, no vengo más - después, el conde
cierra y se muda a pleno centro, él entró más en la onda rock y yo no tenía lugar mi estilo
era otro, ¡iba en retroceso melódico en un aumento rítmico! y de allí entonces, fui a la de
Bonnie en Bel Motel y allí terminé”.

Barocela tal como aparecía en sus presentaciones


en Saravia’s. Gentileza del Sr. Olivares

Reflexionando Carlos acota que, “ No fueron


tantos lugares, por eso a veces yo decepciono a la gente
que me dice – yo te escuché- y me nombra lugares que yo
no conocí, algunos me dicen – yo te escuché en El Chivo
Negro- pero cuando El Chivo Negro era, yo tenía 17 años
y cantaba Fernando de Soria que nunca lo conocí
tampoco, no estuve en El Chivo negro ni siquiera estuve
en La Mosca Verde, nunca fui porque en la época de La
Mosca verde, allá en la afueras, lo que es hoy el Coyote
acá adentro estaban: la pulpería del negro Argentino Luna

1
Tu Nombre en la Arena fue el primer gran éxito que permitió a Barocela ocupar los primeros lugares en el
ranking nacional en el género melódico.
2
Hoy, hotel de Luz y Fuerza en Playa y 111 y el boliche al cual Carlos alude fue Lego’s.

83
La Garrapata y me acuerdo de La Vizcacha de Yayo Quesada que era enfrente y tocaban
Los Fronterizos, yo iba ahí como público y me invitaban a guitarrear y elegía ahí porque en
La Mosca hacían más bien jazz y yo tocaba la guitarra y tocaba folclore, ni siquiera cantaba
mis canciones porque no me animaba”.
Un interesante análisis por parte de Carlos acerca de ciertas letras folclóricas surge,
ya que, “ Cuando tenía 17 años me llamó la atención la primera canción folclórica que
mencionaba al mar y yo ya tenía mi metejón con el mar, yo cantaba todo lo norteño yo
cantaba al cerro quebrado, escalones, piquillín, chañares y de golpe me encuentro con un
tipo que habla de arena y mar, era nada menos que Jaime (Dávalos) y me gustó por eso, y
me dije: caramba - pensaba yo-, todo lo demás es nuestro, tenemos un montón de litoral
marítimo y muy poca música o poesía alusiva y ese párrafo decía - ...nunca te habré de
olvidar en la arena me escribía...y estoy muy solo mirando el mar...- la zamba se llamaba
Tonada del Viejo Amor y la solía cantar Julia Elena Dávalos, otra que traje en el verano y
junto con ella hacíamos un lindo show”.
Sobre, ¡cómo era el ambiente de cada boliche!, Carlos nos dice que, “ Pípach era un
boliche al cual se iba a bailar, Zácate allá en barrio Norte y un poco más avanzado Serrucho
en la 3 entre 105 y 106; un bolichito íntimo, lindo era El Faro, pasando lo que es Tía
Vicenta ahí nomás, era para niñas íntimas, se podía conversar no había ruidos, se bailaba
más lento, no era para la farra, para eso estaba Cariño todo el mundo fue a Cariño y allí se
bailaba de todo, y he estado en Cariño más de un verano. Yo estuve en La Redonda en el
cincuenta y pico, era el lugar del ruido, Pípach era el lugar de la calma y El Faro también”.
Carlos aclara que, “ A los boliches iban diferentes grupos oriundos de distintas
zonas del gran Bs.As. tenemos las zonas del Norte, Sur, y el Oeste, Martinez y San Isidro
las del norte, Adrogué y gente de Banfield y de Lomas y los del oeste que éramos nosotros
con Haedo, Ramos Mejía y Castelar, entonces ya nos conocíamos de allá, cada uno tenía
sus conocidos, no fue una cosa selectiva ni nada sino algo natural ¿qué gente venía?, los
hijos de los que habían venido, los viejos que eran jóvenes en esa época trajeron a sus
chicos y los nenes crecimos y nos hicimos jóvenes, por ejemplo con dos amigos como
Patricio y Ron que venían de Punta Chica, en Bs.As. no nos veíamos y nos veíamos acá. A
Pupy Ficher, Tante Puppi yo la conozco desde los 15 años y la veía acá”.

9.2 Demasiado tarde para el bolero y muy temprano para el rock

“El rock nacional – nos continua narrando Barocela- se supone que empezó en el
67/68 con Lito Nebia, Los Gatos, Moris, Pajarito Zaguri que venía acá, mirá Muchacha
Ojos de Papel es una belleza, es una maravilla, yo la conocí en el año 69 y Espineta la sacó
con Almendra su primer disco, el de la lágrima que grabó en CBS donde yo grababa y en el
año 70 a los pocos meses acá lo cantaba mi amigo Miguel Saravia que lo había folclorizado
al tema y a mí me encantaba, Muchacha es una de esas grandes canciones que me hubiera
gustado escribir, otra es Mujer y Amiga de Hernán Figueroa Reyes, otra es Flor de Liz de
los hermanos Espósitos......y yo en el setenta y pico tenía 30 y pico de años y estaba en otra
cosa”.
“Todos los lugares que te nombré eran como café-concert, la mesita con el
mantelito, la gente con su copa, me gustaba más eso que el teatro, no me gustaba tanto el
escenario, la cosa con poca luz, más íntima, con poco estrellato como Vinicius con su
Whiskies y sus poemas, esa era un poco la escuela, yo canté en la Fussa donde había
cantado Vinisius, te das cuenta que está un poco alejado del rock, el rock fue posterior a mí,
los artistas de mi generación, antiguos amigos, compañeros de rutas son anteriores a Charli
Garcia que no conozco a Espineta, con Lito Nebia es más coincidente, en cambio quienes
somos, mirá, de María Elena Walch para abajo, Mariquena Monti, Ignacio Anzuátegui,
Julia Elena Dábalos, pero a su vez yo era un poco quien se apartaba del folclore”.

84
“Yo estaba en una suerte de transición entre el folclore, el bolero y el rock, yo
definiría hoy lo que hacía, como canciones, por ejemplo cuanto te preguntan eso en los
hoteles por ejemplo el tipo de profesión, yo digo – ¡músico!-, porque poeta suena a
vanidoso. Cuando en los reportajes me preguntan –¿qué es tu música?- les respondo que -
espero que sea melódica - pero no es un género, además yo me inclino ex profeso a ritmos
que no son ni bagualas ni chacareras; si con decorados que no son ni cardones ni piquillines
que son pinos, gaviotas, dunas, entonces yo no puedo hacer una chacarera que hablara del
mar porque sería un absurdo”.
En plena mirada introspectiva Carlos recuerda que, “ Mi primera canción la escribí
acá, en el año 57 cuando se estrenó esta casa mirando allá atrás de algún pino y la canción
dice – Villa dormida, tardes azules de la Villa paisaje de mi corazón, lluvias de estrellas la
noche y en el aire flotando una canción-, ahí empecé, después tenía que seguir con la
canción, yo estaba acá con la guitarra y me veo como si fuera el otro que fui y ¿qué ritmo le
meto?, esto no es una zamba y después la canción continua – y por las dunas, paisaje quieto
de mi Villa azul, viento en los pinos y el rumor de mar -, evidentemente no es una baguala,
ni un vals, no había un contexto folclórico que tuviera por eje al mar”.
“Entonces me dije – bueno, a lo melódico- los boleros hablan de amor de amores
frustrados y en general son muy cursis, salvo algunos, me gusta Manzanero, Alvaro Carrillo
es aquel de – ¿se te olvida?, hasta puedo hacerte mal si me despido...-, es lindo ese bolero,
yo no quería escribir de amor, yo quería pintar un paisaje, entonces metí ese ritmo
abolerado, ¡que se yo!. Y salió redondo, ¡después cuando se hizo disco, si!”.
Barocela responde la difícil pregunta acerca del alma de Gesell de la siguiente
forma, “Yo creo que en Gesell hay un alma recatada que está repartida como corresponde al
alma de los lugares en mucha gente, no entre toda la gente, yo no se si el señor que me
cruzo en la calle es portador de su porción del alma de Villa Gesell, no me puedo dar
cuenta, si el señor recién llegó y no por ser despectivo, quizá todavía no la ha captado, si
después la capta y la entiende y la hace suya, ya le tocó su porción y creo que otra porción
está en la gente como Silvia una muy vieja geselina que sí iba a La Mosca Verde. Hay
gente que no viene más a Gesell que tiene el alma puesta, yo conozco algunos de los hijos
de Gesell, con el que más trato es Roberto el del Acuario y yo creo que Roberto tiene esa
alma, como nuestro amigo Rodolfo....”
Carlos agrega su punto de vista acerca de los Encuentros Corales en el pinar al
contarnos que, “Yo me acuerdo de haber asistido a conciertos corales o a conciertos en el
bosquesito más o menos en el año sesenta y seis por ahí, a ojo te lo digo, más aún el que
creó los encuentros no corales sino instrumentales en el bosquecito fue Dierco Spilers un
violinista argentino ya fallecido cuyo hijo es oboísta. Dierco Spilers alquiló esta casa un par
de veranos para armar eso, yo me acuerdo haber ido entre en sesenta y cinco y el sesenta y
siete. De los encuentro corales de allá, que creo, que fue otra organización, el de los
encuentros instrumentales creo que había coro ahí y después se fueron allá y parece que
Don Carlos les cedió el anfiteatro ubicado en lo que ahora se llama pinar. El pinar es donde
está el Cáravan ahora, ese era el viejo pinar, un pinar hecho y derecho, ahora es un
pinarcito. El otro día encontré en un libro viejo un señalador que tenía la publicidad de los
encuentros musicales me parece y el Playa Hotel, tenía algo que ver”.
Y quizá como una sutil analogía con lo sublime que representa el alma, Carlos, en el
final de nuestra charla nos comentaría que, “ Ël venía y conversaba y ha veces cambiaba el
tema que correspondía, pero ya su lenguaje era tan grato, tan fluido, tan llevadero como el
agua que fluye, fue maravilloso, no dí el final pero cursé la materia Literatura Inglesa y con
Borges como profesor titular. En el año 66 allá en Independencia, allá en la UBA tuve
profesores brillantes menos conocidos que Borges pero eran tipos que sabían, lo cierto es
que me alegró mucho saber que era Borges, por supuesto yo lo sabía de antemano, me
correspondía esa materia”. Pero no sólo Borges captaría la atención y el respeto de
Barocela ya que, “En la UBA uno tenía que elegir materias optativas afines a la carrera y

85
elegí Historia de la Música, Epsen era un profesor sabio que se diferenciaba de un profesor
común y silvestre como también se diferencia frente al profesor erudito, el erudito es quien
te cita los libros y el sabio ya lo maduró y te lo dice con la forma sencilla”.
Al respecto, sobre la relación entre quien enseña y quien aprende Oriente ha
acuñado una interesante metáfora acerca ese intrincado tema cuando dice que - sólo cuando
está el discípulo aparece el maestro -, y dejándonos llevar por una exégesis un tanto libre
bien podemos interpretar que el discípulo es la capacidad de aprender y en tal capacidad el
señalador (el que enseña) es uno mismo. Algo bien alejado del sistema secundario del país,
y especialmente en toda comunidad de docentes sujetos a principios en lo cual los
contenidos valen por sí mismos, netamente reproductores y hay casos particulares que ni
siquiera rozan la capacidad de lo silvestre ni de lo común, por utilizar el término de
barocela, cuando creen que son importantes a la hora del señalar, ya que lo hacen mal. A
menudo confunden al estudiante al darle importancia al señalador (el método de cada uno)
más que a lo señalado (los contenidos) y en tales casos cuando se supera esa diferencia, lo
señalado, carece de sentidos.
Por ello la distinción hecha por Barocela es clara a la hora de definir al sabio, al
erudito, y al simple y común repetidor, donde la ignorancia de este último es creerse
indispensable a la hora de determinar que debe una inteligencia sea de niño, de joven o
adulto, abordar. Y por supuesto, para ello es necesario de la complicidad de otra ignorancia
que no sabe que lo importante no son los contenidos en sí mismos sino como herramientas
de la inteligencia, por lo que hoy día, se encuentra el sistema educativo en relación de
complementariedad total entre ignorancia a ignorantes.
Para terminar, quizá sea Occidente quien halla banalizado el horizonte de la
educación al tener por eje de la misma a la capacidad de elegir de los futuros ciudadanos en
plena post-Revolución Francesa como mano de obra especializada en medio del auge de la
Revolución Industrial.

86
Capítulo X

En el interesante trabajo acerca del rock nacional realizado por Marzullo y Muñoz,
los autores presentarán a La Cofradía de la Flor Solar como uno de las bandas protagonistas
de la historia musical argentina como aparece a continuación: “Esta banda nació de un
grupo de jóvenes que vivían en comunidad en la ciudad de La Plata y subsistían vendiendo
artesanías. Cuatro de ellos (Kubero Díaz, el bajista Morci Requena, el baterista Zurdo
Tzocneh y el bajista Néstor Paul) venían de Entre Ríos, donde tenían un grupo con el cual
hacían temas de los Beatles. A fines de 1968, y ayudada por el periodista Miguel Grinberg,
La Cofradía grabó un demo que no interesó a ninguna grabadora. En 1969 hicieron su
debut porteño en el teatro Del Globo y grabaron un simple para la RCA con los temas
"Sombra fugaz por la ciudad"/"La mufa", pero el grupo logró su consagración en la primera
edición del festival B.A. Rock. Contratados por el sello Mierofón, con Díaz, Requena,
"Manija" Paz (batería), Quique Gornatti (guitarra) y Skay (guitarra), La Cofradía grabó en
1971 su único long-play. La producción del disco estuvo en manos de Jorge Alvarez,
Pedro Pujó y Ricardo Kleiman, y el mánager de grabación fue Billy Bond. El álbum
mostró un rock bien pesado, pero el desgaste humano de la fornación derivó en la
separación del grupo pocos meses después. La disolución trajo aparejado también el fin de
la vida comunitaria de La Cofradía. Varios de sus miembros pasaron a alistarse en La
Pesada del Rock and Roll que lideraba Billy Bond como así también en las experiencias
post-Pedro y Pablo de Miguel Cantilo”.1

10.1 La Cofradía de la Flor Solar

Él ya fue citado en una de las primeras entrevistas hechas y por supuesto no podía
faltar, nos referimos a Neke, tal como se lo conoce, ahora, lo curioso no es que uno
desconozca los apellidos y los nombres de viejos amigos y conocidos sino la pregunta por
el apellido y nombre de ellos que este caso particular es el de Ruben Lezcano o quizás por
el curioso seudónimo artístico de Zurdo Tzocneh pero más allá de sobrenombres, apellidos
y alias se trata de Neke que nos responderá a la pregunta sobre su llegada a Gesell de la
siguiente manera, “ Nosotros vinimos a Gesell en la época del setenta, en el sesenta y nueve
y setenta en la temporada esa con La Cofradía de la Flor Solar y después me establecí aquí
en el setenta y siete, en esa época vinimos a tocar en un lugar que se llamaba El Huevo,
estaba donde está actualmente la capilla, por ahí cerca de la capilla (Bs.As. y Av 4) y era un
lugar muy chiquito y tocábamos ahí, entrábamos nosotros dos o tres más y no entraba más
nadie. Vinimos acá porque, ¡qué se yo!, en esa época se nombraba mucho a este lugar y nos
dijimos – nos vamos a Gesell, ¡ a ver qué pasa! – nosotros estábamos en La Plata, vivíamos
allá y se nombraba a Gesell como un lugar de veranéo que estaba en auge, entonces había
que venir a ver que pasaba”.
“ Se sabía mucho de Mar del Plata pero muy poco de aquellos pueblos antes de Mar
del Plata por lo que estuvimos un tiempo aquí, recuerdo que después nos fuimos a hacer
unos recitales a Mar del Plata, que se pasó ese verano y al siguiente, volvimos a Gesell otra
vez y fuimos a acampar a la 150 que era el fin del mundo, ¡ qué se yó!, en esa época se
cortaba la 3 a la altura del cine Gran Gesell (Av3 y casi 120) y llegar a la 150 era una
odisea, ¡era lejísimo ¡, éramos alrededor de 12 personas que vivíamos entre los médanos,
teníamos carpas y acampábamos ahí y veníamos a tocar. Recuerdo que tocamos en
Cachavacha y otros boliches que ya no existen más, hubo un lugar en la Galería Combo en
la que tocamos una vez, ya en la segunda vez que vinimos lo hicimos con Pedro y Pablo o
sea la cofradía y ellos, estuvimos un tiempo aquí y después nos fuimos para Ostende,

1
Osvaldo Marzullo-Pancho Muñoz. “El rock en la Argentina”. Ed Galerna. Bs.As. 1986

87
acampamos allí la mitad de una temporada y a veces nos trasladábamos a tocar por aquí (
por Gesell).
Como en uno de los capítulos habíamos dicho acerca del imaginario que rondaba en
los jóvenes de aquellos años y que era el de comunidad, le preguntamos a Neke por el
sentido de la palabra cofradía,“ Cofradía es un grupo de gente que se agrupa para vivir y la
cofradía nació en los años 67 o 68 más o menos, ¿no?, que yo todavía no integraba ese
grupo, yo vivía en Entre Ríos y de allá un grupo de amigos vienen a La Plata a estudiar, que
lo menos que se hacía era estudiar, todos éramos músicos, y cuando ellos llegan a La Plata
se encuentran con una gente que estudiaba Bellas Artes y allí se arma La Cofradía, que era
un grupo de gente que vivía en comunidad. Yo llego en el año 69 a La Plata a La Cofradía
para ver el último recital de Almendra, un amigo me avisa – venite porque Almendra dá su
último recital y aquí se termina – y me vengo por unos días, de allí un mes y nunca más
volví”.
“ ¿Qué me atrajo a ese lugar?, bueno, principalmente yo era músico de esa banda
que estaba en la Cofradía, que habíamos armado en Entre Ríos, entonces ¿como no me iba
a quedar?, teníamos una sala de ensayos, todo el día tocando, yo tocaba la batería y eso te
atrapa, bueno, - me dije -¡ qué mejor que eso para un músico! y me quedé. Pero Neke
debería abandonar parte de un estilo de vida de su provincia ya que, “Dos años antes de
venir, yo me había recibido de Perito Clasificador de Cereales era un título muy bueno para
la República Argentina, para Entre Ríos, para Santa Fe o acá en la provincia de Bs.As. ya
que el tema del cereal es muy importante y todo eso lo dejé, incluso con buena propuesta de
trabajo, con un buen sueldo, todo eso lo deseché por venir a tocar, no quería saber nada con
aquello, eso fue impresionante, y ¡mi viejo me quería matar!, pero yo lo que quería era
tocar”.
Los músicos de la banda de la cofradía eran: Kubero Díaz, Nestor Paul, Alberto
Requena, Manija Paz y nuestro entrevistado, como manager de la banda era el Mono
Cohen, Neke reflexiona que, “ Descubría algo, que de alguna manera conocía ya que la
música no comercial algo solía escucharla, cuando vine no era tan diferente a lo que uno se
imaginaba ya que tenía a mis amigos que volvían a Entre Ríos y me contaban la historia lo
que pasaba y me iba enterando lo que era Jimmy Hendrix o lo que eran grupos de esa
época, la cofradía siguió hasta el año 71 o 72. Originalmente la Cofradía estaba ubicada en
la calle 41 y Avenida 13 después alquilamos una casa muy grande en la Plata en el campo
casi, creo que la dispersión de La Cofradía fue porque la policía nos perseguía mucho, no
era ni de pegarnos ni de meternos preso, iban a la casa entraban, vos ibas a la casa y te
encontrabas con los policías adentro, siempre eran los mismos, era una acción psicológica
desgastante y dijimos - ¡basta! - y nos fuimos para Bs.As. y otros se quedaron en La Plata.
Recuerdo que venían a visitarnos gente de todas las partes del mundo estadounidenses,
alemanes, suizos, brasileros, de todas las partes del mundo, y como teníamos un espacio
grande se quedaban acampando, era algo increíble”.
Cuando se le pregunta por la respuesta del público, Neke dirá que, “ El público de
Gesell en esa época no sé si encajaba con lo que hacíamos nosotros, era medio reacio para
ese tipo de bandas todo era bastante nuevo, nuestra corriente era la del rock argentino, y
recuerdo que por aquí andaba Moris, Pajarito Zaguri y otros músicos, ahora, en ese tiempo
lo que se hacía acá no era un tipo de recital, no se estilaba el tocar en teatro porque no había
lugares grandes ¡ya que eran todo boliches!. La gente que más pululaba por acá eran los
hippies, no había problemas, se armaban fogones en todos lados, en todas partes, todo era
muy tranquilo no eran melenudos que venían a romper ni se escuchaban sólo se escuchaba
el sonido en la playa de las guitarras, armaban un fogón hacían una rueda y se ponían a
cantar, no era ese tipo que no sabía nada, ese hippie era un intelectual, no era un tipo que
no sabía nada de nada, tenía algo en la cabeza, tenía algo que hablar”.
“ Nosotros veníamos y nos reuníamos, si, nos divertíamos, pero era una reunión de
mucha charla o sino de música, de charlas interesantes, es como que en esa época se nos

88
había dado por eso, la charla las conclusiones, tal es así que creo que hoy todo ese tipo de
cosas de alguna manera la puedo aplicar hoy, a mis hijos”.
“ Por ejemplo, aprendí un montón de cosas, como aprender a ser tolerante, no te
olvides que era la época de amor y paz, puedo entenderlos mejor, que otras personas que no
tuvieron la posibilidad de estar metidos en ese movimiento, yo hablo con amigos de esa
época y a todos nos pasa lo mismo respecto a la comunicación con nuestros hijos, creo que
de esa época aprendimos y lo volcamos en la educación de nuestros hijos, a los 18 años nos
íbamos de nuestras casas y era algo muy osado para esa época, pero conocimos a otras
personas, gente que estudiaba y nuestra cabeza era otra, no era andar todo el día en la joda
sino leer, escuchar música, tocar, a la gente de esa época le interesaba la cultura. Teníamos
nuestro mundo y nos interesaba aprender que después aplicaríamos a la crianza de nuestros
hijos”.
A la hora de intentar definir el lugar en aquellos años Neke hará una distinción, “ Si
querés podés dividir a la gente en dos grupos, aquellos que se reunían en la playa y el otro
grupo más bolichero que escuchaba a Pomada a los Náufragos y se dividía así la cosa, y
que esos grupos que eran también diferentes mentalidades hallan venido acá se lo explica
por la atracción de este lugar. Este lugar tiene un atractivo especial, estuvimos parando en
Valeria, en Pinamar e incluso acampamos en Ostende y aquí (por Gesell), fue la atracción,
a lo mejor la explicación es que dentro de lo chico que era todo por aquí era más grande
con respecto a los otros lugares, no estaba en medio del campo ni tampoco en una gran
ciudad, era un pueblo que tenía un movimiento propio, mucho más lindo y más abierto que
los otros”.
E inevitablemente la relación con El Bolsón otro de los lugares que atraparon por su
belleza y por la gente que allí vivía, “ Por ejemplo como en El Bolsón que también atrapa,
acá hay mucha gente que estuvo en El Bolsón, de acá al Bolsón y volvió, estuvo años allá y
volvió, como hay gente que se fue a San Marcos Sierra, y de allí no las sacás, esta conexión
que hay de aquí con El Bolsón es extraña, yo no hablo con gente que me dice que tiene
amigos en Salta sino que los tiene en El Bolsón.....
De Entre Ríos a La Plata y en el 69 a fines de Diciembre a la Villa, después en
Febrero a Mar del Plata y a la temporada siguiente nuevamente aquí con la estadía de un
mes en Ostende intercalando actuaciones en Gesell para terminar después la temporada,
que a la hora de contar con el dinero ganado en el fondo no era redituable fue la experiencia
de Neke y sin embargo, “ Nos atrapó el lugar, tocábamos y nos daba para comer y hasta por
ahí nomás entonces algunos con la Cofradía hacía artesanías y se vendía en la calle, en
cualquier lugar, no existía la feria, la podías vender en un negocio o en alguna Galería
como Kenka y la Combo. Las mujeres de la Cofradía estaban en parejas y se repartían el
trabajo, nadie era sirviente de nadie – aclara Neke -, y todos teníamos que hacer algo para
la casa, mantener la limpieza, la alimentación, encargarse de tener un peso para comprar la
comida, de cocinar todos los días y siempre había alguien distinto, o sea que a cada ocho o
diez días te tocaba a vos, y lo hacías con sumo placer ya que te pasabas pensando una
semana con qué los ibas a deslumbrar con la comida, en serio, era muy lindo, algunos eran
vegetarianos, lo que no faltaba era el arroz integral había carne, la dieta era equilibrada. Yo
tocaba batería en la Cofradía”.
“ Dejé la batería en el 77 en la Galería Azul, al fondo había un bolichito y se tocaba
allí y bueno yo dejé la batería ahí porque donde alquilaba era muy chico o ponías la baterías
o entraba yo, y ya estaba con familia y decidí venderla para comprarme otra, después nunca
más, en casa hay instrumento de todo tipo, tambores, bongo, pero baterías no”.
Cuando se le pregunta por la impresión que recibió de Villa Gesell por primera vez,
dira que, “Recuerdo que cuando entré la primera vez aquí yo me quedé maravillado con lo
que veía, con esa vegetación, llegamos con una camioneta y me encontré con todo ese
verde que me impactó de tal manera que tomé la decisión de quedarme aquí”.

89
Ya en el final de nuestra charla Neke afirmará, “ Hoy hay gente distinta, está
cambiado en todos los aspectos, gente foránea por el tema de las elecciones y que después
se queda afincada por aquí, pero no porque se quede sino porque le cuesta adaptarse al
lugar, ¡aquel que viene a Gesell y se le ocurre irse porque no sabe manejarse en el pueblo se
va, pero estos no!, se tiene que quedar sí o sí y eso molesta, hay tantos y el asunto del
trabajo es tan poco, ya el cambio de la Villa lo encontré en el 77, cuando yo venía en el 70
¡todo era más verde!, y cuando vine en el 77 había más claros, había más árboles y no tanta
edificación”.

10.2 La efervescencia de la juventud

Se llama Melina y a su nombre le supo acompañar un sobrenombre como fue -


Melina la de los perros-, aunque su nombre y apellido sea Melina Gatto, que solía andar
descalza, con un poncho, un báculo, una calabaza y con varios perros que la seguían, eran
los tiempos dorados de ella y de todos los que supieron venir a la Villa en aquellos años, e
incluso para ésta, su edad de oro. Comenzamos la charla alrededor de la espiritualidad de la
época como también su creatividad así, “ Mucha gente leía cosas de Silo, había mucha
literatura dando vuelta, él tenía un punto donde se iba mucha gente a Córdoba, y allí se
hacían reuniones y se concentraban para hacer meditación y también había mucha gente
que eran seguidores de Lanza del Vastos en algún lugar del Sur de la República Argentina,
que era otro filósofo muy importante, eran todas cosas que surgían como de new age, eran
la alternativa, filosofías... ¿el lugar de Córdoba?, bueno, yo conocí Capilla del Monte, yo
me fui con Miguel Abuelo con Pipo del Rú, íbamos todos en banda y no sabíamos,
salíamos en un par de autos y nos quedábamos un par de meses, hacíamos una cabaña con
palos y juntábamos hojas y nos quedábamos, le enseñábamos a los chicos a leer, los
músicos tocaban, sus canciones que no se terminaban nunca”.
A la pregunta en que años de los sesenta estuvo por primera vez en Gesell, Melina
nos dirá, “ Estuve en el 67 y 68, me fui en el 69 y después volví el Día de los Inocentes del
79 y ya me quedé. Nosotros éramos como gente emergente, nos reuníamos todos, salíamos
de las casas para juntarnos como una hermandad, además vivíamos todos de una manera
exultante, en esa época apareció la música de Vivaldi, un renacimiento, un gran
florecimiento espiritual, nos juntábamos y comíamos fideos y polenta, teníamos millones
de historias que contarnos. Recuerdo que tras ese verano del 68 me quedo a vivir en el
invierno aquí, en lo de Ben Roimberg que era La Mosca Verde, él tenía un casco en el
Coyote, que era un camping, un casco donde él traía a los músicos y les dada ese lugar
durante el verano, los músicos de jazz y esa gente, venía Fabero, me acuerdo de haber
bailado unas cuantas piezas con Fabero en La Mosca Verde y después Ben, en el invierno,
nos dejó quedarnos, a mí y a Estela (una amiga)y aun montón de gente, también ese año se
quedó Miguel Abuelo”.
A lo largo de la charla Melina siempre enfatizará como una característica
sobresaliente de aquellos años lo creativo, y el hacer, “ Algunos hacían artesanías siempre
estábamos haciendo algo, además teníamos infinitos cuadernos, era la época de la aparición
del marcador, todos hacíamos de la letra hippie una cosa, eso era hacer letra con volumen y
con esa letra hacíamos cuadernos, nos reuníamos porque éramos rebeldes, mucha gente
creativa la que estaba por aquí. Era la época del flolclor, Miguel Abuelo cantaba folclor
también y tenía una voz maravillosa, también en esa época hubo un lugar de flamenco con
el 08, que fue muy importante porque era un lugar para estar descalzos con arena en el piso
se tomaba vino y sangría al rolete y estaban de Andalucía, era bárbaro una cosa muy
caliente, vivíamos en un mundo de entusiasmo éramos todos jóvenes y la gente grande nos
dejaba hacer, porque éramos coloridos y pintorescos”.
Melina perteneció a esos jóvenes intuitivos seducidos por el presente, el vivir ahora
y con ello la posibilidad de una experiencia enriquecedora aunque en el plano material no

90
lo fuera así, ya que, “Nosotros vivíamos con poco, lo que te puedo decir que para venir a
Gesell creo que fue algo así como un llamado que no se muy bien, yo salí de mi casa
aparecí en la calle Corrientes con una amiga y no se como aparecí, me encontré, con una
bolsa marinera, en lo que es ahora en la 105 y playa y me puse a comer almejas, vivíamos
así, nos encontrábamos, porque además habían algunos boliches que no cerraban en toda la
noche, y los que nos quedábamos éramos todos noctámbulos, además había mucha gente
que venía de universidades, si bien esos estaban más alejados estábamos todo mezclados,
era la época de la menesunda que eran las muestras de Marta Minujín también los
háppenings que se hacían en el Instituto Di Tella, era el pleno fulgor del Di Tella, el Di
Tella empezó en el 64 y estábamos nosotros aquí en el 67 o 68 y desde allí venían y
alquilaban casas como Roberto Plate y toda la gente, escultores”.
Intentando de dar un pantallazo general que lo abarque a todo ella considerará que,“
Este fermento creativo aconteció en todos lados a la vez en Bs.As. como en San Pablo,
ahora pienso que todo esto en parte fue por el consumo de drogas, en principio, que
levantaron la conciencia de la gente, hubo mucho desatino pero no hubo un sentido de
daño, ahora la gente está mucho más vertical ha crecido. En esa época también había gente
que era más mística, estábamos buscando el absoluto, el peregrinar era una forma de vida,
pensábamos que la comunidad o tener hijos y reunirnos entre nosotros como también
fuimos consumidos y consumados por la moda, después ser hippie fue moda”.
“ Ser rebelde el sistema lo absorbió, no pudimos emerger y que se nos diera un
lugar, mucha gente se fue Al Bolsón y era justamente los hijos de gente que tenía más plata.
El Gurú Maharaj-ji reunió gente también, Miguel abuelo conoció la historia del Gurú
Maharaj-ji estando en París, recuerdo que Pipo nos traducía las primeras canciones de Bob
Dylan en las primera épocas y esa letra era un santo y seña y nosotros nos sentíamos
identificados con eso, era la libertad o la idea de la libertad y en esa misma época también
había un movimiento político y esa gente se volcó a otra cosa”
Es notable esta apreciación hecha por Melina acerca del santo y seña ya que tal
consideración nos remite a una forma de identificación que también se enlaza por otro lado
con el ser hippie por principio y no por moda como también la importancia de ser creativos
en el plano del arte, todo ello nos acerca al concepto de élite pero por tratarse de una élite
que ve en la masificación un peligro o una amenaza para la genuina concepción que supone
el origen de algo está relacionada al planteo que hace Mircea Eliade sobre la incidencia del
mito en la actualidad, donde las elites se despegan de los valores convencionales e
incursionando en el culto de la originalidad extravagante. Eliade verá en esa élite
reminiscencia de iniciados, el de penetrar sentidos ocultos.2
En el fondo la idea que ronda en el caso de las élites de Eliade es que ellas, al actuar
de esa forma lo que hacen será la construcción de un nuevo mundo sobre ruinas de otro con
sus enigmas, un mundo casi privado que se quería para sí, ahora, por ese para sí, es que la
masificación es sospechada. Surge la siguiente pregunta, ¿ por qué se habrá de masificar lo
que en principio era un producto de una minoría y la respuesta será que la dificultad, los
sentidos no claros, las formas de vida, etc. todo ello unido a un tipo de vida exótica
generará un cierto prestigio y eso fascinará al público que irá adoptando una creciente
adhesión a esa élite y con ello la mencionada masificación: la pérdida de los orígenes,
entonces, será un camino a la decadencia.
Nuestra entrevistada continuará su relato, así, “ Gesell es un lugar de exilio de
alguna manera, un lugar que quizá mucha gente pensó que se podía expresar mejor, en
Bs.As. te llevaban preso día por medio caminabas por la calle Corrientes y te llevaban
preso para averiguación de antecedentes, si mal no recuerdo había un hotel que reunía a
todos los hippies y allí nos reuníamos, y había que ser talentoso o capaz. En el verano
éramos provocativos en el sentido de no escandalizar sino lo que se pudiera mostrar fuera

2
Mircea Eliade, Mito y Realidad. Ed. Labor. 2da edición. Colombia. 1994

91
con brillo ya que estaba todo estructurado, en esa época empezó ha aparecer la moda
currech (contrastes entre blanco y negro) la moda bolsa, hubo un desarrollo de la
expresividad, los marcadores que eran un gran invento, y la gente con eso hacía cuadernos,
cada cuaderno era una obra de arte, el cuaderno era una parte de tu intimidad, contabas tu
experiencia y lo ordenabas en forma de cuento, ya sea que fueran cuentos sufis o cuentos
persas, contábamos historias”.
“ Nos hacíamos la ropa, éramos austeros y los que tenían algún talento lo volcaban a
sus profesiones, yo me la pasé haciendo carteras con cuero y bronce por ejemplo, había
encontrado una chapa y hacía carteras con remache y cada cartera una obra de arte y
esperar a ver quien venía a comprarlo”.
“La vestimenta también reflejaba nuestras diferencias y por la aparición de gente
creativa e inteligente le dio una forma a todo eso y se ganaron espacios como el espacio del
Di Tella que fue fundamental, que se discutía sobre el concepto del objeto del arte que
posteriormente todos los pintores se enojaran y sacaran todas las obras a la calle, después
muchos de ellos se fueron a Europa, y en los espacios ganados Gesell fue uno de ellos junto
con Valeria, esto era como ruta, ser hippie no era casarse y quedarse sino andar. El invierno
acá era duro yo vivía en el Putsicat y mi vieja me mandaba un caja, en esa época había
salido la sopa en caldo y la pasábamos con sopa y fideos y mendigábamos, íbamos a las
panaderías a al mañana cuando salía el pan calentito y pedíamos”.
Algo para destacar en este punto del relato de Melina es la relación de Buzios y
Gesell, “Yo me había ido en julio del 69 para Brasil y ya en los mediados de los sesenta se
había marchado para allá mucha gente, imaginate que en esa época 62 o 63 llegaba Brigite
Bardot a Buzios3 y en esa misma época llega a Buzios el Gato Dumas, éramos todos que
tratábamos de reunirnos en otra cosa y evolucionar, todo era como virgen, cuando Brigite
Bardot llega a Buzios era una aldea de pecadores y hoy mirá, es un lugar internacional
donde van todos, ha cambiado el espíritu de la época, el mundo ya no es el mismo”.
Melina con nostalgia nos dice que, “En La Mosca Verde todas las noches pasaban
Con su Blanca Palidez aparte de hacer jazz, era el momento del abrazo. Me acuerdo de la
barra de La mosca, era una barra Mediterránea bolseada con una madera arriba y con
dibujos de un pintor famoso un tal Jorge, esa misma gente después fue a pintar al bar
Bárbaro en Bs.As., después, en los años setenta en Bs.As., estaba difícil andar, recuerdo
que una vez bajando de Brasil en Posadas, nos detiene la cana porque parecíamos
guerrilleros, para ellos ser hippie y guerrilleros pasaba a ser lo mismo. La gente más
creativa como la de rosario se juntaba toda, había un gran movimiento de pronto era el
movimiento perpetuo, era una cosa y no puedo decir por qué fue así en esa época”.
“ La gente se enganchaba con nosotros en aquella época, también había muy poca
policía, no podría decirte que halla habido persecución policial pero a partir de los setenta
te veían con mala cara como algo que no tenía casa, que no producía, si había gente que
rodara por las calles sin ton ni son se la llevaban, era extraño ver gente despierta siempre,
recuerdo que en el bar Italia del tano Genaro en la 105 y 3, estaba toda la noche abierto,
íbamos a la mosca a Chaganaki y comíamos todos juntos”.
Melina va a plantear algo interesante sobre las diferentes personalidades en el hacer
y en la expresión, y ya que creemos pertinente volveremos a la tesis de Watzlawick en el
texto ya citado, donde el autor presupone que la comunicación no sólo transmite
información sino que al mismo tiempo impone conductas dividiendo a la comunicación en
dos instancias que se requieren por igual: digital y analógica. Es en esta segunda la que
considera a la comunicación todo lo que signifique pero no sujeto a lo verbal sino a la
conducta corporal, lo kinésico, es decir netamente relacional.

3 Buzios va a ser un lugar visitado por muchos geselinos, así como con El Bolsón se produjo una suerte de
empatía a nivel nacional, a nivel internacional va a ser en Brasil, donde Buzios va a ser elegida por aquellos
que vivieron, pasaron o se cobijaron en Gesell

92
Lo relacional es el tipo de comunicación basado en las actitudes humanas, gestos,
expresiones faciales, etc, y creemos que esa época mostró formas que destacó lo analógico
por sobre lo digital4, y es este tipo de conductas no estereotipadas que a Melina le llamaría
la atención, así, “ La época mostró muchos contrastes de personalidad y esto tiene que ver
con el tema de la expresión, ya que se expresaba, no importaba si era sofisticado o no, había
una piedra libre para decir, estábamos ocupados en hacer cosas creativas, ropas, nos
vestíamos y con cosas de descartes, no éramos consumidores, reciclábamos cosa y para eso
tenés que ser creativo, en esa época no existían problemas de abulimia, éramos gorditas y
lindas, nos vestíamos con encajes, lentejuelas, telas de terciopelos ropas increíbles, una
cosa exótica después llegan cosas de la India, los libros de Rampa, Huxley y Castaneda
cosas que nos acompañaron mucho”.
Algo que se ha mencionado reiteradamente o al menos que ha estado presente en el
relato de Melina como también en el de Ecu al principio en el capítulo 2, es la asimilación
de formas culturales nuevas y en ello la citación de sectas religiosas orientales como los
Hare Krishna o los de Ananda Marga o las de Gurú Maharaj-ji, por lo que no debe escapar
al análisis de la época el fenómeno de lo religioso. Oriente hubo de irrumpir en Occidente
bajo la forma de un estilo religioso con su peculiar bagaje policromático en su ceremonial-
rituálico, como también el alimenticio y vestimentas que muchos hippies supieron adoptar
como rechazo a la sociedad de consumo y como parte de ese rechazo la asimilación de
formas de vida comunitaria religiosas como los monasterios hindúes, budistas cuya
concepción de fondo en el plano del dogma Indio consistía en que dios puede
experimentarse personalmente por ello no será gratuito que en la mayoría de las sectas o
escuelas religiosas hindúes prive la figura del gurú o maestro espiritual: que significa una
relación de persona a persona respecto a la vivencia religiosa. Pero es notablemente
ilustrador la implicancia social que tiene la concepción teológica de Brama tal como se lo
plantea en Las religiones del mundo actual5, como un principio impersonal de todo ser,
siendo la existencia misma y que no puede ser descubierto por el simple análisis racional
sino que será descubierto por una etapa mística de superación de todas las irrealidades que
emanan de lo falso o la ilusión, hasta que el alma individual se fundirá con esa alma
universal que es Brama. Por lo que el estruendo de vivir en una sociedad más sujeta al
alborozo, a los sentidos, al consumo, etc. aquella concepción abrigaba un atractivo a los
jóvenes de esa época.Los sahumerios que se comenzaron a consumir, la comida vegetarina,
las polleras hindúes, los morrales, el I-Ching, el horóscopo chino, la práctica de las artes
marciales y el yoga todo ello fueron elementos de oriente que empezaron a usarse en
occidente y que el capitalismo se encargó de potenciar. En un aspecto general, lo que hoy
día es o son práctica corrientes en nuestros días que se han convertido en hábitos de vida,
en un comienzo
tales prácticas,
en principio,
formaron parte
de una
ritualización en
términos de una
nueva manera de
ver, sentir, o
vivir.

4
Watzlawick et al, Teoría de la comunicación Humana. Op-cit En necesario aclarar que lo digital incluye el
aspecto lógico que aborda el fenómeno de los contenidos antes que los relacionales, es también pertinente
aclarar que ambos sentidos se complementan entre sí en cada mensaje o conducta que implica el fenómeno
comunicativo.
5
Biblioteca Salvat. Las Religiones en el mundo actual. Ed. Salvat. 1973

93
Lo que vemos es parte de un desfile espontáneo realizado en la galería Kenka en el local
11 llamado Karma. Gentileza Sr. Olivares

Pero más allá de todo lo dicho, más allá de oriente u occidente, ambas culturas coincidirán
que lo que nos conduce hacia un nuevo amanecer no debe nunca faltar: pensamiento y
libertad.

El ícono del pensar

Otro ícono, la libertad

Fotos gentileza: Museo Histórico Municipal de Villa Gesell

94
CONCLUSIÓN

Ya hemos llegado al fin de nuestra reconstrucción, y para ello ingresamos a lo único


que tiene un hombre como testimonio de existencia, la conciencia de existir a través de su
memoria, la memoria, y su curiosa paradoja que la emparentada con el olvido como
también a seleccionar lo que le resulta significativo y que llamamos recuerdo. Y en toda la
gama de esos recuerdos, en todos ellos, estuvo presente aquello que hoy casi no es
reconocido y que hemos convenido designarla con el término alma.
Si prestamos atención a ciertos conceptos veremos una repetición de evanescencia a
la hora de asirlos por cualquier método ya que siempre esos conceptos aluden a una
dimensión no sensible y sin embargo que hace de lo sensible su ámbito, por ejemplo como
algo, un no sé, atracción, imaginario, época, sentido, vivencia y porque no memoria, bien,
como se verá nada concreto tal como en nuestra introducción pusimos, un soplo, un aire,
una ráfaga de carácter vital, que insufla vida.
El lugar, sin estar sujeto a un paradigma ecológico, ya que en los 60 la Ecología
como disciplina no estaba socializada y apenas quizá sujeto a un ambientalismo de carácter
económico pero en los ámbitos académicos o si dentro de ellos en las pertinentes
especializaciones disciplinarias, sin ese paradigma, el lugar atrajo simplemente por su
verdor, sus dunas, una vuelta a la simple naturaleza sin concepciones de fondo que la
interpretaran, como por ejemplo que el trazado urbano de la Villa con esa peculiaridad de
sus calles y sus curvas que no permiten ver a lo lejos como en otros pueblos, y eso gustaba.
Por último, la apertura del lugar hacia todo tipo de manifestación es lo que atrajo,
definido por el concepto predilecto que más la representa: libertad, se vivía libertad, se la
respiraba, se patentizaba y silenciosamente corroía los prejuicios de la época y permitía el
ejercicio de la espontaneidad, primero en el vestir, después en el andar y por último en el
ejercerla como una simple acción de respirar, más que nunca la frase que dice - sólo el libre
te puede hacer libre -, era aplicable a la Villa de ese tiempo.
Si se era, se hacía conforme a ese ser y como corolario surge el estar, estar y ser no
van a ir por sendas paralelas sino que van a confluir en el hablar, en el pensar, en el
reflexionar, en el crear, en el hacer música, en el amar, en el fogón, en el caminar, un
hedonismo inteligente sujeto a la sensibilidad antes que al embotamiento de esa
sensibilidad, y esta no es una gratuita distinción. La diversión es una faceta distinta en cada
ser humano, implica un estilo acorde con cada forma de ser pero jamás va a haber diversión
aquello que cause una saturación de los sentidos, el mero aturdirse que lleva a una
insensibilidad, ya que ser insensible lleva a la inconsciencia y con ello a la estupidez.
La gente es un elemento central a la hora de ver el sesenta, esa gente era de clase
media alta como también eran estudiantes de carreras universitarias y de no ser así
bohemios en extinción y por supuesto: músicos, artistas, cineastas y los hippies, que a la
hora de definirlos eran portadores de los mayores sueños sesentistas: paz y amor.
El gusto por la cultura que esta gente profesaba tendrá su correlato por ese mismo
gusto pero desde la Villa, nos referimos a las comunidades europeas que por diversos
motivos llegaron a este lugar, ya sea por la posibilidad de la ganancia o el simple
anonimato, que hicieron de un verde lugar un lugar rodeado de calma.
Lo que tratamos de recrear es el alma y con ella también el cuerpo de aquella Villa,
lo curioso es que ello fue posible por la unión de estas dos entidades a las que a menudo se
las presenta como dos grandes oposiciones pero que en nuestro caso, llegaron a conciliarse
y con ello crear, configurar, un lugar magnífico, que supo atrapar a miles de turistas y que
la mayoría de los que hoy viven en la Gesell actual, la supieron visitar como tal. Queda
como aspecto final de esta conclusión ver el cuerpo de la Villa que en honor a la verdad ya
debemos decir Villa Gesell, la Villa como tal ha dado lugar a la ciudad y sin embargo
algunos suelen todavía descubrirla en los duros meses del invierno en medio de cierta
nostalgia y quizás, porque no, de cierta tristeza.

95
El cuerpo de Villa Gesell aun no ha perdido características propias de la Villa, las
calles de arena, el verde aun está, la siesta de la tarde, el humo de las chimeneas, el martillo
golpeando a lo lejos y quizá lo mejor de todo, la autoconciencia de lo que fue son los
elementos que debemos siempre recuperar porque sin identidad no hay futuro que se pueda
sustentar, esa identidad debe estar al servicio de la construcción de un nuevo espíritu por
que de lo contrario en ves de vivir como pensamos terminaremos pensando como vivimos.

FIN

La siguiente lista pertenece a la bibliografía utilizada y está señalada de acuerdo al


orden de aparición.

1-Naudon Carlos. La década de las contradicciones. Revista. Los años 60. Hechos
mundiales. Chile. 19989
2-Giunta Andrea. Vanguardia, Internacionalismo y Política. Ed. Crítica. Bs.As. 2001
3-Citado por Saulquin Susana en La moda en Argentina. Ed Emecé. Bs.As. 1998
4-Rios Ruben en Arte Visual en el Di Tella, de Jorge Romero Brest Ed. Emecé. Bs.As.
1992
5-Revista Ahora. Bs.As. 29 de Enero. 1963
6-Revista Primera Plana. Bs.As. 20 de Noviembre. 1942
7-España Claudio y Monetti Ricardo en Nueva Historia Argentina. Tomo II Ed.
Sudamericana. Bs.As. 1998
8-Morin Edgar, El paradigma perdido. Ed kairós. Madrid. 1983
9-Pinkler Leandro, Historia del alma. Textos de la Academia del Sur. Bs.As. 1998
10-Biblioteca Salvat, La protesta juvenil. Barcelona. 1973
11-Lucio Schwarzberg en Luchilo L. Romano S. y Paz G. Historia Argentina. Ed.
Santillana. Bs.As. 1995
12- Mendez Ricardo, El instituto Di Tella en La cultura entre dos fuegos, extraído de la
Web El Archivo
13-Montaner Carlos, De recoleta a El Bolsón, artículo extraído de la web La Nación
14-Saccomanno Guillermo, El viejo Gesell. Ed Alfonsina. Bs.As. 1994
15-Gesell Rosemarie, Carlos I. Gesell, su vida. Ed Autora. Bs.As.1983
16-Sierra Dante, El domador de médanos. Ed. Autor. Bs.As.1969
17-Aristóteles, De Anima
18-Cencillo Luis, Mito: semántica y realidad. Ed Católica. Madrid. 1970
19-Adolfo De Gracia, Tiempo, Trabajo y Ocio en Munne Frederic, Psicosociología del
tiempo libre. Ed.Trillas. México. 1999
20-Foucault Michael, Vigilar y Castigar, nacimiento de la prisión. Ed. S.XXI. Bs.As.
1989
21-Althusser Louis, Ideología y aparatos ideológicos del estado. Ed. Nueva
visión.Bs.As. 1984
22-Waslawick P, Bavelas Janet B y Jackson D., Teoría de la comunicación humana. Ed
Herder. Barcelona. 1997
23-Jodelet Denise, La representación social: fenómeno, concepto y teoría en Moscovici
Serge, Psicología Social TomoII. Ed. Paidos. Barcelona/Bs.As. 1986
24-Marzullo Osvaldo, Muñoz Pancho. El rock en la Argentina. Ed. Galerna. Bs.As.
1986
25-Eliade Mircea, Mito y Realidad. Ed Labor. Barcelona. 1999
26-Biblioteca Salvat de Grandes Temas. Las Religiones en el mundo actual. Ed
Salvat. Barcelona. 1973

96
97
INDICE

Prólogo....................................................................................................Pág.3

Introducción...........................................................................................Pág.7

Cap.I.......................................................................................................Pág10

Cap.II......................................................................................................Pág.15

Cap.III....................................................................................................Pág.22

Cap.IV.....................................................................................................Pág.29

Cap.V......................................................................................................Pág.35

Cap.VI.....................................................................................................Pág.45

Cap.VII....................................................................................................Pág.60

Cap.VIII..................................................................................................Pág.70

Cap.IX.....................................................................................................Pág.80

Cap.X......................................................................................................Pág.87

Conclusión..............................................................................................Pág.93

Bibliografía.............................................................................................Pág.95

98
EL ALMA PERDIDA DE GESELL

ENSAYO ACERCA DE LA DÉCADA DE LOS SESENTA


Y PARTE DE LOS SETENTA EN LA VILLA

Juan Jesús Oviedo

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