Está en la página 1de 17

FILTROS

De acuerdo con la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y


la Food Drug Administration (FDA) los filtros son
imprescindibles para la protección de los fotorreceptores en
los pacientes con enfermedad de Stargardt. Esto se debe a que
el producto que se acumula en las células pigmentarias y que
no pueden desechar, se activa con la luz azul del espectro
lumínico, intoxicando seriamente a estas células e induciendo
el proceso apoptótico de las mismas hasta su muerte. Es por
ello que la protección a la radiación debe ser un objetivo
terapéutico imprescindible.

Existen muchísimos artículos científicos que confirman el


mecanismo físico químico que termina provocando la muerte
de las células pigmentarias, y por ende la de los
fotorreceptores, activado por la luz.

Bibliografía:

Fishkin*, N.; Sparrow, J.; Allikmets, R. and Nakanishi,K. (2005).- Isolation and
characterization of a retinal pigment epithelial cell fluorophore: An all-trans-retinal dimer
conjugate. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 102 (20), 7091–7096

Sparrow, J.R., Nakanishi, K. and Parish, C.A. (2000) The lipofuscin fluorophore A2E
mediates blue light-induced damage to retinal pigmented epithelial cells. Invest. Ophthalmol.
Visual Sci., 41, 1981–1989.

Sun, H and Nathans, J.(2001).-ABCR, the ATP-binding Cassette Transporter Responsible for
Stargardt Macular Dystrophy, Is an Efficient Target of All-trans-retinal-mediated Photooxidative
Damage in Vitro. Implications for retinal disease. The Journal of Biological
Chemistry, 276, 11766-11774.

Weng J, Mata NL, Azarian SM, Tzekov RT, Birch DG, Travis GH.(1999).-Insights into the
function of Rim protein in photoreceptors and etiology of Stargardt's disease from the phenotype
in abcr knockout mice. Cell. 1999 Jul 9;98(1):13-23
A continuación se cita un resumen del comportamiento de físico de los filtros de
acuerdo con los textos del Laboratorio Argentino Foucault Acerbi, y el motivo
de la selección de los mismos para esta patología pigmentaria.

Sistemas para Baja Visión


Laboratorio Foucault Acerbi. T.O. Matías Acerbi

Función y mecanismos de acción de los filtros oftálmicos


Introducción
Un filtro oftálmico consiste en un tratamiento que se realiza a una lente para
lograr filtrar ciertas longitudes de onda indeseadas a través de la absorción (y
en menor medida la reflexión) al tiempo que se mantiene la más alta
transmisión de las radiaciones deseadas.

Los filtros oftálmicos son una herramienta muy difundida en la ayuda óptica
para pacientes con baja visión. El conocimiento de los mecanismos de acción
de los mismos permite lograr los mejores resultados, al comprender qué filtro
puede ser más conveniente para cada paciente y en distintas situaciones.

En este artículo se analiza la relación de los filtros con el sistema neuro-


retiniano -por su influencia sobre la sensibilidad luminosa retiniana- y el sistema
óptico o refractivo ocular -por su influencia sobre fenómenos como la
fluorescencia y el esparcimiento de Rayleigh-. Se describe también la influencia
de los filtros sobre las radiaciones con propiedades actínicas en los tejidos del
ojo.

Por último se describe el desarrollo de filtros Foucault de alta tecnología para


filtrar radiaciones de distintos rangos de longitudes de onda según el efecto
buscado, factibles de ser adaptados a cualquier graduación oftálmica y a todo
tipo de monturas.
Retina y sensibilidad luminosa

La visión humana está directamente relacionada con la radiación


electromagnética correspondiente al espectro luminoso comprendido entre las
radiaciones de longitudes de onda de entre 380 nm y 780 nm. Sin embargo, el
sistema sensorial visual no es uniformemente sensible a la energía proveniente
de las distintas longitudes de onda del espectro visible.

La principal razón de esta diferencia sensorial reside en la distinta proporción


de pigmentos fotosensibles ubicados en un tipo de células especializadas de la
retina: los conos. La retina central presenta tres tipos de conos en una
proporción desigual que se estima en aproximadamente: 20:40:1 de rojos,
verdes y azules respectivamente. En condiciones fotópicas (luz día), el verde
produce una sensación visual con una eficacia 10.000 veces superior a la del
violeta.

La sensibilidad del ojo tricrómata normal en condiciones de buena luminosidad


puede representarse mediante la curva de luminosidad fotópica (Fig. 1). En
esta curva se puede apreciar que el área de mayor sensibilidad del ojo normal
corresponde a aquella comprendida entre los 480 y los 680 nm, mientras que la
sensibilidad es mínima en el rango 380-480 nm (correspondiente a la luz violeta
y parte del azul) y en el rango 680-780 nm (luz roja y parte del naranja). El pico
de máxima sensibilidad del ojo humano se encuentra aproximadamente en los
555-560 nm, porción correspondiente a la luz de color verde. La sensibilidad a
los distintos colores por la retina es, de menor a mayor la siguiente: violeta-
azul-rojo-naranja-amarillo-verde.
Según la luminosidad ambiente, la sensibilidad del ojo a las distintas longitudes
de onda incidentes varía. La visión cromática se produce por los estímulos de
los conos en visión fotópica y mesópica (luz tenue) mientras que permanece
ausente en la visión escotópica (oscuridad). Si bien en condiciones escotópicas
no se perciben los colores porque no actúan los conos, se pueden distinguir
formas, figuras y contornos con distintos contrastes, gracias a la contribución
de los bastones de la retina. La curva de sensibilidad de la retina a distintas
longitudes de onda en condiciones escotópicas se puede observar en la figura
1; como se puede apreciar, existe un corrimiento de la sensibilidad hacia las
longitudes de onda más cortas, encontrándose el máximo de sensibilidad
cercano a los 500 nm (correspondiente al color azul).

Existen patologías que determinan una curva de sensibilidad a las radiaciones


electromagnéticas que difiere de la del ojo tricrómata normal. Personas con
distintos tipos de dicromatismo, monocromatismo (acromatopsia) y
tricromatismo anómalo, más allá de poder o no distinguir los colores, presentan
curvas de eficiencia luminosa diferentes a las ya analizadas, pudiendo éstas
estar desplazadas hacia longitudes de onda más corta o más larga, según la
patología. Cuando una patología implica disfuncionalidad de los conos, si los
bastones funcionan correctamente, la curva se verá desplazada hacia la
izquierda (menores longitudes de onda) como ocurre con un ojo normal en
condiciones escotópicas.
Hasta aquí hemos considerado las razones neuro-retinianas que determinan
diferencias en la sensibilidad al contraste debidas a los distintos colores de la
radiación incidente en el ojo humano. Sin embargo, también existen fenómenos
ópticos que ocurren en el ojo antes de que entre en juego el sistema neuro-
retiniano y que determinan en gran medida diferencias en la sensibilidad al
contraste debidas a variaciones en la longitud de onda incidente en iguales
condiciones de intensidad luminosa.

Existen diversos fenómenos ópticos que producen una reducción en el


contraste de la imagen retiniana y por ende afectan la sensibilidad al contraste
del paciente, estos son fundamentalmente: fluorescencia y esparcimiento.

Fluorescencia

Este proceso consiste en la absorción de energía electromagnética invisible por


parte de ciertas sustancias y la reemisión de radiación electromagnética del
espectro visible. La radiación con capacidad de producir fluorescencia es la luz
ultravioleta y, en menor medida la violeta; es decir, radiación de baja longitud
de onda o alta frecuencia en comparación con la correspondiente al espectro
visible.

En el ojo, este fenómeno produce deslumbramiento entorpecedor en forma de


velo, debido a que llega a la retina luz visible que no posee información del
mundo exterior, de los objetos que deseamos ver. De esta manera, la luz
ultravioleta no sólo es indeseada por sus propiedades actínicas sobre los
tejidos, sino que también genera deslumbramiento entorpecedor debido a la
fluorescencia.
Esparcimiento o dispersión de Rayleigh

El esparcimiento es un fenómeno submicroscópico que consiste en la


absorción y rápida reemisión en múltiples direcciones de la radiación
electromagnética por parte de electrones asociados con átomos y moléculas.
Es un fenómeno similar a la fluorescencia pero producido por radiación
correspondiente al espectro visible que es reemitida como radiación también
visible de similar longitud de onda. Específicamente, el esparcimiento que lleva
el nombre de Rayleigh se trata de aquel que es producido por partículas 15
veces más pequeñas que una longitud de onda, del orden de los 10 nm.

Cuando el medio en el que se propaga la radiación es denso, la radiación


emitida en forma lateral interfiere con la de las ondas contiguas y por ende la
radiación resultante no cambia la trayectoria, por lo que no se aprecia el
esparcimiento lateral. Para que se observe el fenómeno de esparcimiento
lateral el espaciamiento entre los dispersores moleculares debe ser de
aproximadamente una longitud de onda o más. La disposición aleatoria de las
partículas dispersoras contribuye más al esparcimiento lateral que un
ordenamiento más preciso de dichas partículas.

En rigor de verdad, los procesos de transmisión, reflexión y refracción son


manifestaciones macroscópicas del esparcimiento con mayor o menor
incidencia de la interferencia entre las distintas ondas que conforman la
radiación en cuestión. Este fenómeno explica el color azul en gran parte de las
sustancias de la naturaleza que vemos a diario: el azul del cielo es un ejemplo
clásico, al cual se puede agregar los ojos azules de una persona, las plumas de
un ave azul, la cola de algunas lagartijas, etc.

En el ojo humano, además de poder ser el responsable de ciertos colores del


iris, el fenómeno de esparcimiento puede producir efectos indeseados, de
manera similar a lo que sucede con la fluorescencia, cuando existen tejidos con
ciertas características. Como se puede deducir del estudio del fenómeno de
esparcimiento, estas características están fundamentalmente relacionadas a la
densidad de los medios del ojo y al tamaño y ordenamiento de sus partículas
componentes. Así, es muy común observar este fenómeno en cristalinos
envejecidos, en casi todas las cataratas y en corneas dañadas. También se
puede producir esparcimiento en el humor vitreo y el humor acuoso.

La cantidad de luz esparcida varía con la longitud de onda, produciéndose


diferencias muy grandes en el grado de esparcimiento con pequeñas
variaciones en la longitud de onda. Las radiaciones de mayor frecuencia
(menor longitud de onda) son las que poseen mayor capacidad de producir
esparcimiento. Es decir que las luces de color azul y violeta son las que poseen
mayor capacidad de producir esparcimiento, mientras que las luces de color
naranja y rojo son las de menor capacidad de producirlo.

Es importante mencionar y destacar aquí que las opacidades discretas de los


medios densos causan poca reducción del contraste de la imagen si hay
suficiente espacio a su alrededor, como ocurre en las cataratas zonulares,
nucleares, polares anteriores o corticales. Sin embargo, cuando la opacidad es
difusa, aún cuando no sea demasiado opaca, interfiere mucho en el contraste
de la imagen.

Propiedades actínicas de las radiaciones de onda corta

Otro factor fundamental a considerar con respecto al efecto de radiaciones de


distintas longitudes de onda sobre el ojo es el de las modificaciones
histológicas que éstas pueden producir.

La radiación ultravioleta B (UVB: 280-315 nm) es la radicaión ultravioleta


biológicamente más perjudicial para la piel y los ojos, y aunque la mayor parte
de esta energía es absorbida por la atmósfera, una porción llega a la superficie
terrestre y es la más dañina para los tejidos. Poseen acción melanogénica y
eritematogénica. Su poder de penetración le permite alterar el ADN celular, por
lo que puede resultar carcinogénica.

La radiación ultravioleta A (UVA: 315-380 nm) es la radiación ultravioleta que


se encuentra normalmente en la mayoría de las lámparas (sobre todo en tubos
fluorescentes) y es la más intensa que llega a la superficie terrestre desde el
sol. No es tan biológicamente perjudicial como la UVB pues sus fotones poseen
menos energía, pero posee una penetración mayor en los tejidos.

La radiación ultravioleta actínica es fuertemente absorbida por la córnea y la


conjuntiva. La sobreexposición de estos tejidos provoca queratoconjuntivitis,
conocida comúnmente como “golpe de arco” o “ceguera producida por la
nieve”. La máxima sensibilidad de la córnea se produce a 270 nm, valor que
difiere sensiblemente del máximo para la piel.

A diferencia de lo que ocurre en la exposición de la piel, la exposición repetida


del ojo a niveles de RUV potencialmente peligrosa no incrementa la capacidad
protectora del tejido afectado (la córnea), lo que conduce a la pigmentación y al
engrosamiento del estrato corneal.

Función de filtros oftálmicos

Las lentes oftálmicas orgánicas transparentes que existen hoy en el mercado


transmiten la totalidad de la luz visible, con una transparencia aproximada al
88%. Un tratamiento antirreflejo pude incrementar esa transparencia al eliminar
la reflexión de superficie.
Las lentes con filtro oftálmico tienen la propiedad de disminuir la transmisión de
la radiación electromagnética de determinadas longitudes de onda. Es decir, su
función es modificar la composición espectral de la luz incidente sobre el ojo
humano. El objetivo fundamental de esta tecnología es eliminar la radiación
dañina e incrementar la sensibilidad al contraste a través de distintos
mecanismos interrelacionados: los vinculados con el sistema neuro-retiniano y
los vinculados con el sistema óptico del ojo.

Contemplando el sistema óptico del ojo, la sensibilidad al contraste se


incrementa reduciendo la incidencia de radiaciones de onda corta. Al disminuir
la incidencia de radiaciones ultravioletas se reduce el fenómeno de
fluorescencia. A su vez, el esparcimiento será menor cuanto menor sea la
incidencia de longitudes de onda corta.

Al considerar el sistema neuro-retiniano, la acción de los filtros es algo más


compleja debido a que, como hemos visto, no todas las retinas responden de
igual manera a la incidencia de distintas longitudes de onda. En un ojo normal,
la sensibilidad al contraste máxima se encontrará en longitudes de onda de 555
nm. Sin embargo, en ojos con distintas patologías, el punto de sensibilidad al
contraste máxima se verá desplazado.

Cuando se contempla la utilización de un filtro óptico, los tres fenómenos


considerados hasta aquí deben ser considerados en forma sistémica. En la
mayoría de las personas, se observa un beneficio con el uso de filtros de
tonalidades amarillas y verdes (ver figura 3), debido a que estos filtros
disminuyen la incidencia de longitudes de onda corta que producen fenómenos
de fluorescencia y esparcimiento de Reileigh, al tiempo que son transparentes
a las longitudes de onda a las que la retina es más sensible. Este beneficio se
ve magnificado en pacientes con problemas de envejecimiento y
engrosamiento marcado de las fibras del cristalino. Lo mismo sucede cuando
existe alguna opacidad en la córnea.

En pacientes que presentan patologías que afectan la sensibilidad normal de la


retina, el problema es más complejo y se debe realizar la adecuada evaluación
de distintos tipos de filtro en un compromiso entre la reducción de los
fenómenos de fluorescencia y esparcimiento y lograr la incidencia en la retina
de las radiaciones de longitudes de onda para las cuales esa retina posee más
sensibilidad. Por ejemplo, en pacientes con distrofia de conos puede resultar
conveniente el uso de filtros azules para lograr que la curva de radiaciones
incidentes se desplace hacia las longitudes de onda para las cuales existe un
pico de sensibilidad de los bastones; sin embargo no se debe dejar de
contemplar que esto puede producir un marcado incremento de los fenómenos
de esparcimiento, con lo que puede resultar conveniente que el filtro tenga un
tinte más cercano al verde.
Otro factor a tener en cuenta cuando se contempla la adaptación de filtros es la
intensidad luminosa a la cual estará expuesto el paciente. En términos
generales, resulta ventajoso buscar filtros más oscuros para exterior y más
suaves para el interior. Al mismo tiempo, en condiciones de alta luminosidad,
resulta muy ventajoso en ojos tricrómatas normales, que el filtro tenga una
tonalidad anaranjada (figura 4), para disminuir al máximo el deslumbramiento
producido por las longitudes de onda más corta, al tiempo que permite la
incidencia de longitudes de onda con buena sensibilidad relativa y con menor
capacidad de generar deslumbramiento. En estas condiciones de alta
irradiancia es muy importante el rol que cumple el filtro como protección por las
propiedades actínicas sobre los distintos tejidos del ojo que posee la radiación
de onda corta.

Para usar la filtración con mayor eficacia, deben determinarse con detalle las
propiedades espectrales del filtro mediante un análisis espectrofotométrico.
Conocer sólo el color o la longitud de onda dominante de la luz transmitida
resulta insuficiente porque los filtros pueden tener estrechas bandas de
transmisión que no cambian significativamente su “color” pero que admiten luz
en la región invisible de UV y violeta, luz que puede convertirse en
deslumbramiento por esparcimiento y fluorescencia. El conocimiento de las
propiedades de transmisión de cualquier filtro en esa región no puede valorarse
por inspección visual, sino que requiere un análisis espectrofotométrico.
Bibliografia

Bioing. J.. 2004. “Radiaciones no ioinizantes”. http://www.bioingenieria.edu.ar

Herranz, R. M.. 2002. “Guía Clínica para la Exploración de la Visión de los


Colores”. Suplemento de la Revista Gaceta Óptica n.º 362. Madrid, España.

Hecht, E.. 2000. “Optica”. Addisson Wesley Iberoamericana, Madrid, España.

Perez. H.. 2008. “Tres tratamientos (sin trabalenguas)”. Revista Opticos,


Edición Nº9. CADIOA. Buenos Aires, Argentina.

Rosemberg, R.. 1997. “Luz, deslumbramiento y contraste en el cuidado de la


baja visión”. Clínica de la baja visión. Libro de ELEANOR E. FAYE. Editorial SS
Manuales.
Filtros disponibles en el mercado:

Filtros Essilor Orma ®


Las lentes Orma presentan coloraciones específicas para pacientes con
anomalías particulares:

BLX: Color rojo anaranjado. Absorbe 100% de UV. Filtra los rayos de longitud
de onda de 500nm.

RT Uniforme: Color castaño rojizo. Aumenta contraste para retinitis


pigmentaria. Filtra rayos de longitud de onda de 530nm.

Kiros: Color amarillo. Aumenta contraste. Ambliopes y visión nocturna. Filtra


rayos de longitud de onda de 350nm.

Filtros Corning Desmontables


Lentes de 54mm en montura de zilo con clip que se adapta a cualquier anteojo
del paciente.

Bloquean el 100% de UVA y UVB. Además proveen un excelente filtrado de


luces violetas y azules.
Filtros de la línea Zeiss

Diseñados para aplicaciones médicas, desarrollados y testeados por institutos


internacionales de oftalmólogos. La transmisión de la luz ha sido optimizada
para que se absorva parte del espectro según la necesidad del paciente.
Clarlet F 60: marrón rojizo, 60% de absorción en 600 nm
Clarlet F 80: marrón, 80% absorción en 600 nm
Clarlet F 90: marrón oscuro, 90% absorción en 600 nm
Clarlet F 540: naranja brillante, 50% de absorción en 540 nm
Clarlet F 560: naranja, 50% de absorción en 560 nm
Clarlet F 580: rojo, 50% de absorción en 580 nm
Clarlet F 451: azul, 80% de absorción de 550 nm a 650 nm

Filtros de la línea Eschenbach


Es una línea de filtros específicamente diseñada para pacientes de baja visión.
Proveen un 40% más de protección del sol que los anteojos de sol ordinarios
por el especial diseño de su montura.

Existen 4 tintes distintos para adaptar según la necesidad del paciente: gris,
amarillo, naranja y ambar. Para cada color se ofrecen dos tamaños de montura.

Filtros Foucault (Nacionales)

El Laboratorio Optico Foucault Acerbi ha desarrollado una serie de filtros de


excelentes características y que surgen de años de trabajo con pacientes con
baja visión y de la prueba en laboratorio de los mejores pigmentos, lacas y
tratamientos antirreflejos disponibles en el mercado internacional.

El resultado es una familia de filtros muy completa que permite su adaptación


en distintos pacientes según su patología y necesidades particulares. El
nombre de cada uno de estos filtros posee un número que indica un límite
superior en nanómetros de la longitud de onda dentro del espectro visible, de
manera tal que por debajo de esa longitud de onda se filtra el 95% o más de las
radiaciones incidentes.

Estos nuevos filtros poseen la particularidad de estar disponibles para todo tipo
de corrección oftálmica y en cristales con un amplio rango de bases ópticas
para poder adaptarlos a armazones con todo tipo de curvatura (planos o
envolventes). (figs. 3 y 4).

El siguiente es el detalle de cada uno de los Filtros Foucault:

FFA450
Filtra el 100% de las radiaciones electromagnéticas de longitud de onda inferior
a 400 nm (radiación ultravioleta y parte de la luz violeta), filtra más del 95 % de
las radiaciones de entre 400 y 450 nm (parte de luz violeta y azul). Filtra el 90%
de las radiaciones de longitud de onda 470 nm (parte de luz azul). Transmite
más del 80% de la luz visible comprendida entre longitudes de onda de 520 a
780 nm (parte de luz verde, amarilla, naranja y roja).
Usos: mejora sensibilidad al contraste, recomendado fundamentalmente en
pacientes con maculopatías, degeneración macular asociada a la edad,
distrofia corneal y afaquias. Para usar en interior o en momentos de baja
intensidad luminosa en exterior.
FFA500
Filtra el 100% de las radiaciones electromagnéticas de longitud de onda inferior
a 400 nm (luz ultravioleta y parte de luz violeta). Filtra más del 95% de las
radiaciones comprendidas entre 400 y 480 nm (porción de luz violeta y azul).
Filtra entre el 90 y 95% de las radiaciones comprendidas entre 480 y 520 nm
(parte de la luz azul). Transmite más del 85% de las radiaciones comprendidas
entre 670 y 780 nm (parte de la luz naranja y roja).
Usos: reduce el deslumbramiento de la luz natural (intensidad media) y la
proveniente de tubos fluorescentes. Recomendado para pacientes con
degeneración macular, albinismo, pseudofaquia y cataratas.

FFA550
Filtra el 100% de las radiaciones electromagnéticas de longitud de onda inferior
a 400 nm (luz ultravioleta y parte de luz violeta). Filtra más del 95% de las
radiaciones comprendidas entre 400 y 550 nm (parte de luz violeta, azul y
verde). Filtra el 80% de la luz de 600 nm (amarillo/anaranjado). Transmite más
del 85% de la luz de 700 a 780 nm (luz roja).
Usos: reduce el deslumbramiento y protege de radiación dañina en ambientes
con intensidad luminosa media alta, recomendado para pacientes con
retinopatía diabética, atrofia óptica, degeneración senil macular, retinitis
pigmentaria y distintos casos de fotofobia.
FFA570
Filtra el 100% de las radiaciones electromagnéticas de longitud de onda inferior
a 500 nm (luz ultravioleta, violeta y azul). Filtra el 95% de la luz de 570 nm.
Filtra el 85% de la luz de 600nm (amarillo anaranjado). Transmite el 90% de la
luz de 700 a 780 nm (luz roja).
Usos: reduce el deslumbramiento y protege de radiación dañina en ambientes
con radiación luminosa alta. Recomendado en pacientes con retinopatía
diabética, degeneración macular senil, retinitis pigmentaria, albinismo, aniridia y
distintos casos de fotofobia.

También podría gustarte