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Antecedentes

 Chrystel era el tercer grupo productor de carros más grande de USA,


competía con GM y Ford, pero tenía demasiada dependencia del mercado
USA.
 Sus modelos estrella (minivans y pickups) empezaban a ser producidos por
muchos competidores.
 Las marcas europeas y sobre todo japonesas tenían cada vez más ventas
en EE.UU.
Daimler-Benz

 Su principal problema era que tenía que crecer para poder vender más y
sobre todo "atacar" nuevos mercados (EE.UU. y Asia eran los más
interesantes).

Razón de la fusión
Sobre el papel la fusión era muy buena para ambas marcas, ya que contaban con
multitud de sinergias:

 Segmentos compatibles: Se cubría el Mercado desde los microcoches


hasta las grandes tractoras, además de productos aeronáuticos, ferroviarios y
militares.
 Mercados Compatibles: EE.UU. y Europa estaba totalmente cubierto y se
contaba con algo de cobertura en América del sur y Asia (15% Mitsubishi).
Como se buscaba ser uno de los consorcios automovilísticos más grandes era
necesario integrar estructuras productivas, buscar que los vehículos futuros
usaran piezas conjuntas, desarrollar nuevas tecnologías y sobre todo aumentar
mercados (principalmente en Asia).
IMPORTANTE: Debido a que DaimlerChrysler se constituyó como una empresa
alemana para fines fiscales y contables, la calificadora Standard & Poors la retiró
de su Índice 500, que sólo mide firmas norteamericanas. Lo que alejó a los
inversionistas norteamericanos de la nueva empresa (bajó del 44% al 25% y la
cotización de las acciones en EE.UU. pasó de 108 dólares a 85 dólares).
RAZON DEL FRACASO: choque de culturas, la integración del grupo gerencial y
de operaciones no fue una integración de iguales.

 Los de Daimler (alemanes) tenían más disciplina de trabajo que los de


Chrysler.
 La gente creía que más que fusión, fue una compra de Daimler a Chrysler.
 Hubo numerosos despidos y problemas en la calidad de los productos

Nueve años después de su espectacular unión, la alemana Daimler ha vendido el


80% del capital de la estadounidense Chrysler. Las condiciones de la venta (por
5.500 millones de euros, cuando se compró por 36.000 millones de la época) dan
idea del fracaso de la experiencia: la alemana compró caro y no ha tenido más
remedio que vender barato.

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