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Acto jurídico: todo acto humano, voluntario y lícito, que tenga una finalidad inmediata específicamente jurídica, esto es, crear, modificar,
transferir, conservar o aniquilar derechos. Requiere de:
un sujeto capaz e idóneo;
un objeto (cosas que estén en el comercio o hechos que no sean imposibles o ilícitos);
forma, o sea la exteriorización de la voluntad del sujeto respecto del objeto;
causa fin subjetiva -lo que las partes se propusieron al contratar-.
El acuerdo social es un acto jurídico societario –al igual que los que de este se derivan-, al que:
La ley busca darle estabilidad mediante la aplicación restrictiva de nulidades;
Se sujeta al régimen de nulidades del Cod. Civil y Comercial con más el de la LS (de aplicación preferente).
I. actos jurídicos nulos, aquellos en que el vicio que los afecta es manifiesto. A su vez, estos serán nulos de forma absoluta
o relativa, según:
la nulidad hubiere sido consagrada en defensa del orden público
la nulidad hubiere sido consagrada en defensa del interés particular de las partes.
II. actos jurídicos anulables, vicio ab initio oculto (acto válido hasta que sea judicialmente anulado). a su vez, estos serán
anulables de forma absoluta o relativa, según:
la nulidad hubiere sido consagrada en defensa del orden público
la nulidad hubiere sido consagrada en defensa del interés particular de las partes.
La nulidad puede ser total o parcial, según afecte el todo o parte del acto viciado.
La asamblea, en principio, no constituye un acto jurídico en particular (único), sino que se trata de una conjunción de ellos,
por lo que resulta posible escindir cuál o cuales de estos se encuentran viciados de nulidad.
Alguna doctrina refiere a una tercera categoría de actos por sobre los nulos y anulables,
denominados:
III. actos jurídicos inexistentes, que sólo tienen la apariencia de actos jurídicos, pero que por no ser
tales, no resulta posible hablar de nulidad.
Suelen citarse como ejemplos la no existencia del ente del cual la resolución emana, la falta
efectiva de reunión del órgano, la ausencia de formas esenciales para la convocatoria o la
votación, la transcripción de asambleas no celebradas (asambleas de papel).
La aceptación de la categoría de actos inexistentes importa que su declaración no prescribe, o
que siquiera la cosa juzgada obstaría su posterior planteamiento.
La sociedad que tenga un objeto prohibido en razón del tipo, es nula de nulidad
absoluta y se le aplican las disposiciones de las de objeto ilícito.
A diferencia de estas y de las de objeto lícito con actividad prohibida, el
remanente se distribuye en proporción a la participación de cada socio (arts. 20 y
109 LS).
La prohibición en razón del tipo apunta a una forma calificada de ilicitud, donde la
correspondencia técnica no esta dada por el concepto de tipicidad sino “por una
regulación para-estructural originada en la intervención del Estado en la economía
… [que]… selecciona la figura societaria adecuada al carácter de la empresa,
prohibiéndose su ejercicio para las restantes figuras receptadas”. Tanto la actividad
como el objeto de la sociedad podrán ser lícitos, y pese a ello estarle aquella
vedada en razón del tipo (tal el caso de los bancos, entidades financieras y
aseguradoras, entre otras).
Esta causal de nulidad sólo corresponde a supuestos de prohibición originaria, ya
que de resultar sobreviniente, corresponderá la disolución por imposibilidad en el
cumplimiento del objeto (art. 94 inc. 4° LS).