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Factores protectores de los trastornos alimentarios: una aproximación

desde la familia

RESUMEN
En el campo de la psicopatología se reconoce que los Trastornos de la Conducta
Alimentaria (TCA) tienen un origen multideterminado en el que se ha priorizado el
estudio de los factores de riesgo, presentándose cierto descuido en cuanto a los
factores protectores, entendidos como aquellos atributos y condiciones que
contribuyen a la resistencia del trastorno; asimismo se resalta la importancia de la
familia en el proceso salud-enfermedad de las personas afectadas por anorexia y
bulimia nerviosas. Por ello, el presente estudio analiza los factores protectores
para los trastornos alimentarios, enfatizando aquellos que aporta la familia. Se
presenta un estudio teórico, realizado a partir de la investigación bibliográfica y
hemerográfica sistematizada que permite hacer una exposición de los modelos de
salud donde se manejan los factores de riesgo y protección. La revisión
desemboca en la presentación de los resultados obtenidos en las investigaciones
recientes sobre factores de protección para los TCA a nivel nacional e
internacional; se destacan aquellos factores de protección familiar como: cohesión,
comunicación y bajo conflicto familiar. Se concluye sobre la importancia de
profundizar en el estudio de los factores protectores que permitan visualizar
aquellos aspectos que deberían reforzarse en las familias para promover
conductas alimentarias saludables y prevenir la presencia de trastornos
alimentarios.
Palabras clave: trastornos alimentarios, familia, cohesión, actividades familiares.
Introducción
En el ámbito de la psicología de la salud en general y de la psicopatología
en particular, se reconoce que los trastornos alimentarios requieren un abordaje
multicausal que ayude a comprender la complejidad que conllevan los casos de
anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN) y trastornos alimentarios no
específicos (TCANE). La investigación sobre factores de riesgo es amplia y ha
permitido identificar elementos que contribuyen a la aparición de dichos trastornos,
tales como: cambios corporales de la adolescencia, la cultura de la delgadez,
afectaciones del estado de ánimo, hábitos alimentarios inadecuados, problemas
familiares, entre otros. Desafortunadamente no hay el mismo grado de avance en
cuanto a los factores protectores, pareciera que en este sentido las
investigaciones psicológicas han seguido el camino de indagar la problemática y
sus riesgos, centrándose en las carencias sin rescatar los elementos positivos con
los que cuentan las personas y familias afectadas para salir adelante (Ruíz et al.,
2013). Por tal motivo, el presente estudio analiza los factores protectores para los
trastornos alimentarios, enfatizando aquellos que aporta la familia.
Modelos etiológicos de trastornos alimentarios
La revisión de la literatura bibliográfica y hemerográfica muestran diferentes
modelos sobre los TCA. Al respecto, Toro y Vilardell (1987) propusieron una
secuencia de factores presisponentes, precipitantes y mantenedores de AN, en
donde destacan: antecedentes de psicopatología familiar y rupturas conyugales.
Cervera (1996) propone el modelo para la BN, en donde los conflictos familiares
podrían actuar como factores predisponentes para que se presente dicho
trastorno. Steiger, et al. (1996) al trabajar con población clínica (hijas con TCA y
sus padres) encontró una relación modesta entre los síntomas y preocupación
alimentaria de la madre la hija; aunque reconoce que no existe un factor distintivo
de las familias con TCA por lo que no hay que atribuir una relación causal entre los
elementos familiares y la psicopatología alimentaria. Como se aprecia estos
modelos aportan elementos importantes para la comprensión de los TCA pero no
incluyen elementos de protección.
Factores protectores de TCA
La importancia de indagar los factores protectores radica en reconocer que
las personas cuentan con recursos para salir adelante, también identificadas como
áreas libres de conflicto; que deberían ser retomadas en la intervención
multidisciplinaria para lograr la recuperación y fomentar el desarrollo tanto del
individuo afectado como de su familia; dichos factores también son esenciales en
el trabajo de promoción y prevención.
Desde una perspectiva biopsicosocial, los factores protectores son aquellos
atributos y condiciones que contribuyen a la resistencia para la psicopatología
(Buendía, 1998), entendida la resistencia como el proceso o la capacidad de lograr
una adaptación exitosa a pesar de circunstancias ambientales desafiantes o
amenazantes. Estos factores de protección pueden estar presentes en el
individuo, la familia y el contexto y han sido e tanto en estudios transversales
como longitudinales, sobre desarrollo humano y resiliencia (Masten, Best &
Garmezy, 1990).
En el ámbito de la salud se han identificado factores protectores para
diferentes problemas de salud, como: suicidio, adiciones, etc. Entre los factores
individuales destacan: autoestima alta, destrezas sociales, habilidad de solución
de problemas, optimismo, expectativas futuras, creencias religiosas. Dentro de los
factores familiares aparecen: buenas relaciones familiares, apoyo familiar, bajo
estrés familiar, comunicación padres e hijos. En cuanto a los factores protectores
que ofrece la comunidad se encuentran: experiencias escolares positivas,
amistades, buenas relaciones con adultos, actividades con amigos o comunitarias
(Antón, 2013, Haquin, Larraguibel & Cabezas, 2004, Páramo, 2011).
Como es sabido, las personas con AN, BN o TCANE presentan
alteraciones en su alimentación que van desde la inanición hasta el atracón y la
purga; estos síntomas van acompañados de características tales como:
insatisfacción con su imagen corporal, aceptación del modelo estético de
delgadez, susceptibilidad por la presión social, inestabilidad en su estado de
ánimo y dificultades en sus relaciones interpersonales. Su constitución psíquica es
vulnerable, tienen dificultad para formar su identidad y expresar sus pensamientos
y emociones; encuentran en la alteración de su alimentación una seudo-
oportunidad de controlar una parte de su existencia, aunque bien se sabe que es
una puerta falsa porque aunque utilizan la restricción, el atracón o la purga para
calmar su ansiedad momentáneamente, a la larga consumen su vida. Junto a las
pacientes con TCA, sus familias también se ven inmersas en la problemática de
diferentes maneras, algunas contribuyendo a la problemática a través de los
conflictos familiares, sobrevaloración de la imagen corporal, hábitos alimentarios
inadecuados, comentarios negativos hacia la persona y figura de sus hijas; otras
familias contrarrestando el problema a través del apoyo y la prestación de
servicios de salud; otras más alejadas, aisladas, al margen.
Los estudios realizados en personas con sintomatología de TCA y casos
TCA permiten identificar factores individuales de protección como: autoestima,
bienestar emocional, logro académico; y factores familiares como: presencia de la
madre en casa (tabla 1). Dentro de los factores protectores individuales parece la
autoestima alta como un elemento común en algunos estudios, lo que podría
indicar que cuando una persona tiene la capacidad de valorarse de manera
integral, apreciar sus cualidades y sentirse bien consigo misma; entonces será
menos probable que centre su valía en su apariencia corporal, y tendrá mayor
fortaleza para enfrentar adversidades. Asimismo, el desempeño académico
adquiere relevancia, posiblemente porque permite a la persona concentrar su
pensamiento más allá de sus obsesiones del peso y la figura corporales; así como
obtener gratificación ante el logro académico y el reconocimiento social.
Tabla1. Estudios sobre factores protectores de trastornos alimentarios
Autores Participantes Factores protectores
Geller, Zaitsoff y Autoestima basada en
Mujeres
Srikameswaran competencias escolares y
estudiantes
(2002) otras actividades
Croll, Neumark- Autoestima alta, bienestar
Estudiantes hombres y
Sztainer, Story e emocional, logro académico
mujeres
Ireland (2002) y vínculos familiares fuertes
Presencia de la madre en el
hogar (hombres y mujeres).
Adolescentes (mujeres y
Unión y comunicación
hombres con conductas
Fonseca et al. (2002) familiar (mujeres).
de control de peso
Altas expectativas paternas,
extremo)
relaciones interpersonales
(hombres).
Beato, Rodríguez, Mujeres adolescentes Autoestima como factor
Belmonte & Martínez protector de la insatisfacción
(2004) corporal
Relaciones intrafamiliares,
Mujeres con TCA y sus
Ruíz (2010) cohesión, expresión, bajo
padres
conflicto
En cuanto a los factores familiares, las relaciones intrafamiliares y vínculos
fuertes aparecen como elementos que disminuyen la probabilidad de que se
presenten los trastornos alimentarios. De esta manera, la comunicación y la unión
podría crear el ambiente propicio en el que las adolescentes puedan expresar sus
pensamientos y emociones, sentirse aceptadas no criticadas. Estos factores
protectores familiares son comunes para otros problemas sociales y de salud que
aparecen de manera consistente en la literatura nacional e internacional. Algunos
otros factores son de incorporación más reciente, por ejemplo las altas
expectativas paternas, aunque hay que advertir que los resultados son
inconsistentes porque en otros estudios las altas expectativas y el perfeccionismo
se asocian con la presencia de AN. Asimismo se vislumbra que la presencia de la
madre en casa puede actuar como protector, lo que podría deberse a la cercanía
de la relación afectivo-emocional, o bien al cuidado en la preparación y consumo
de alimentos.
Conclusión
Los trastornos alimentarios son una afectación psicopatológica que trastoca la vida
de las jóvenes pacientes y sus familias, ambas rebasadas por el dolor y los
intentos infructuosos de recuperación. Por ello, es importante reconocer no sólo
los factores familiares que favorecen la presencia de TCA, que por supuesto
tendrán que trabajarse; sino también los factores de protección para utilizarlos
tanto en la promoción, prevención y tratamiento. Reconocer los factores familiares
de protección rompe la creencia de que la familia sólo contribuye con elementos
negativos en la psicopatología.
Referencias
Antón, J., Sánchez, E., Pérez, L., Labajos, M., de Diego, Y., Benítez, N., Comino,
R., Perea, E., Ramos, V. & López, C. (2013). Factores de riesgo y
protectores en el suicidio. Un estudio de casos y controles mediante la
autopsia psicológica. Anales de Psicología, 29 (3), 810-815.
Beato, F. L., Rodríguez, C. T., Belmonte, L. A. & Martínez, D. C. (2004). Risk
factors for eating disorders in adolescentes. A Spanish community-based
longitudinal study. European Child & Adolescent Psychiatry, 13, 287-294.
Buendía, J. (1998). Psicopatología en niños y adolescentes. España:
Pirámide.Masten, Best & Garmezy, 1990
Croll J., Neumark-Sztainer D., Story M. & Ireland, M. (2002). Prevalence and risk
and protective factors related to disordered eating behaviors among
adolescents: relationship to gender and ethnicity. Journal of Adolescent
Health. 31(2), 166-175.
Fonseca, H., Ireland, M. & Resnik, M. D. (2002). Familial correlates of extreme
weight control behaviors among adolescents. International Journal of Eating
Disorders, 32, 441-448.
Geller, J., Zaitsoff, S. L. & Srikameswaran S. (2002). Beyond shape and weight:
exploring the relationship between nobody determinants of self-esteem and
eating disorder symptoms in adolescent females. International Journal of
Eating Disorders, 32(3), 344-351.
Haquin, F. C., Larraguibel, Q. M., & Cabezas, A. J. (2004). Factores protectores y
de riesgo en salud mental en niños y adolescentes de la ciudad de Calama.
Revista Chilena de Pediatría, 75(5), 425-433.
Paramo, M. A. (2011). Factores de riesgo y factores de protección en la
adolescencia: análisis de contenido a través de grupos de discusión.
Terapia Psicológica, 29 (1), 85-95.
Ruíz, M. A. O., Vázquez, A. R., Mancilla, D. J. M., Viladrich, S. C. & Halley, C. M.
E. (2013). Factores familiares asociados a los Trastornos alimentarios: una
revisión. Revista Mexicana de Trastornos Alimentarios, 4, 45-57.

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