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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA

DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA

PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PSICOLOGÍA


RESIDENCIA EN TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA

REPORTE DE EXPERIENCIA PROFESIONAL

DEL MIEDO AL PÁNICO: UN ABORDAJE SISTÉMICO

QUE PARA OBTENER EL GRADO DE


MAESTRA EN PSICOLOGÍA
PRESENTA:
DIANA DE LA ORTA LÓPEZ
TUTOR:

DRA. LUZ DE LOURDES EGUILUZ ROMO

COMITÉ TUTORIAL:
MTRA. OFELIA DESATNIK MIECHIMSKY
DR. REYES HARO VALENCIA
DR. ALEXIS IBARRA MARTINEZ
MTRA. CARMEN SUSANA GONZALEZ MONTOYA

TLANEPANTLA, ESTADO DE MEXICO JULIO 2014


GRACIAS…

A mis padres,

Mis primeros maestros en la vida, por su amor incondicional, ese que


nunca podré pagar con nada, gracias por cuidarme, apoyarme y
darme la libertad de ser. Que fortuna ser su hija.

Má, gracias por tu incansable lucha, por tus deliciosas comidas que
me alimentaron no sólo el cuerpo, también el alma. Gracias por creer
en mí.

Pá, por tu ejemplo de esfuerzo, por estar presente en mi vida, por jugar
conmigo y enseñarme a seguir. Gracias por tu fe en mí.

A mi hermana,

Mi cómplice en la vida, por tu apoyo y cuidados desde niña, por


despejar el camino y enseñarme algunos trucos de supervivencia.
Porque de ti aprendí muchas maneras de vivir. Gracias por tu cariño.

A Miguel,

Llegaste a esta familia para enriquecerla, gracias por tu apoyo,


consejos y ser como eres con nosotros, especialmente con mi hermana.

A Rollito,

Mi niño hermoso, tu sonrisa es un bello motivo para ser feliz, me has


enseñado lo que es el amor a primera vista.

A mis amigos,

Por contar con el preciado regalo de su amistad, porque enriquecen


de distintas maneras mi vida.

1
A mis profesores de la Residencia en Terapia Familiar,

Ofelia, Susana, Alexis, Argelia, Xóchitl, Rosario, gracias por sus


enseñanzas, por compartirme su experiencia en el ejercicio de esta
maravillosa profesión.

A la Dra. Luz de Lourdes Eguiluz Romo,

Mi tutora, por su dedicación a este proyecto, sus comentarios fueron


una guía invaluable.

Al Dr. Reyes Haro Valencia,

Por su apoyo a lo largo de mi desempeño profesional en la Clínica de


Trastornos del Sueño, por su cariño y confianza.

A mis compañeras,

Que por fortuna se convirtieron en grandiosas amigas, Rosy, Lupita,


Jessy, Rox, Aby, Laura, Anita y Penélope, porque con ustedes el viaje
resultó ser una de las mejores etapas en mi vida, no pude tener mejor
compañía en esta gran aventura que fue la Maestría. Gracias por las
risas, la complicidad, sus apapachos, sus experiencias, su compañía,
en fin, por su amistad.

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INDICE
1. Introducción

1.1 Análisis del campo psicosocial y problemáticas en las que incide el


trabajo en Terapia Familiar …………………………………………………...... 5

1.1.1 Características del campo psicosocial …………………………………. 5

1.1.2 Principales problemas que presentan las familias ……………………. 12

1.1.3 La terapia familiar sistémica y posmoderna como alternativa para


abordar los problemas familiares ……………………………………………… 20

1.2 Descripción de los escenarios donde se realizó el trabajo clínico y análisis


de la entidad ……………………………………………………………………. 22

1.2.1 Explicación del trabajo y secuencia de participación en los distintos


escenarios clínicos ………………………………………………………..…… 24

1.2.2 Participación en los distintos escenarios clínicos ……..…..…………. 26

2. Marco Teórico
2.1 Análisis teórico-conceptual del marco epistemológico que sustenta el
trabajo …………………………………………………………………………………. 28

2.1.1 Análisis teórico conceptual de los fundamentos en


Terapia Sistémica ………………………………………………………………. 28

2.1.2 Análisis de los principios teórico metodológicos de los modelos de


intervención de las terapias modernas ………………………………………. 41

2.1.3 Análisis teórico conceptual de los fundamentos de las Terapias


Posmodernas …………………………………………………………………… 73

3
2.1.4 Análisis de los principios teórico metodológicos de los modelos de
intervención de las terapias posmodernas …………………………………… 78

3. Desarrollo y aplicación de las competencias profesionales


3.1. Habilidades clínicas terapéuticas …………………………………………… 97
3.1.1 Trabajo clínico con familias ……………………………………………… 97
3.1.2 Análisis y discusión teórico-metodológica de la intervención
con familias ……………………………………………………………………… 99
3.1.3 Del miedo al pánico: un abordaje sistémico ………………………… 109
3.1.4 Análisis del sistema terapéutico total ………………………………… 134
3.2. Habilidades de Investigación ………………………………………………… 140
3.2.1 Reporte de Investigación con metodología cuantitativa y cualitativa..140
3.3 Habilidades de enseñanza y difusión ……………………………………….. 141
3.3.1 Productos tecnológicos ………………………………………………… 141
3.3.2 Programas de intervención comunitaria ……………………………… 144
3.3.3 Difusión en foros académicos ………………………………………… 146
3.4 Habilidades de compromiso y ética profesional ……………………………….. 147
4. Consideraciones finales
4.1 Resumen de habilidades y competencias profesionales adquiridas …. 153
4.2 Incidencia en el campo profesional ………………………………………….. 154
4.3 Reflexión y análisis de la experiencia ……………………………………….. 155
4.4 Implicaciones en la persona del terapeuta, en el profesionista y en el
campo de trabajo ……………………………………………………………………. 156
5. Referencias …………………………………………………………………………. 159

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1. Introducción

1.1 Análisis del campo psicosocial y problemáticas en las que incide el trabajo
en Terapia Familiar.

1.1.1 Características del campo psicosocial

La familia representa el primer contacto de todo individuo con su contexto, es


generalmente en el interior de ésta donde el sujeto aprenderá cómo relacionarse
con su medio, en ella encontrará afecto, compañía, seguridad y socialización. De
acuerdo con Rodríguez (2010), la familia es un grupo social que está unido por
relaciones de parentesco tanto por vía sanguínea como por relaciones afectivas,
además en la familia se van a reproducir las normas que están instaladas en una
sociedad, ya que el funcionamiento que se adopte en las familias influirá en la
socialización del individuo desde sus primeros años de vida, de tal manera que es
en el grupo familiar donde se internalizaran los valores que un individuo tendrá en
su vida adulta (Palomar, 1999)

Minuchin y Fishman (1984), aseguran que la familia es un grupo natural que en el


curso del tiempo ha elaborado pautas de interacción. Éstas constituyen la estructura
familiar, que a su vez rige el funcionamiento de los miembros de la familia, define
su gama de conductas y facilita su interacción recíproca. En este sentido, se puede
conceptualizar a la familia como un sistema, en el cual las partes que lo conforman
interactúan entre sí.

Andolfi (1990), define a la familia como un sistema abierto que se encuentra en


interacción con otros sistemas (la escuela, fábrica, barrio, instituto, etcétera), de
acuerdo al autor, esto significa que las relaciones interfamiliares se observan en
relación dialéctica con el conjunto de las relaciones sociales: las condicionan y están
a su vez condicionadas por las normas y los valores de la sociedad circundante, a
través de un equilibrio dinámico.

5
Entonces es importante destacar que la familia como sistema se encuentra inmersa
dentro de una estructura mayor, la sociedad, y que las situaciones que afecten a
ésta última necesariamente permearan al interior de la primera. Por ejemplo la
inclusión de la mujer en el ámbito laboral viene a generar nuevos roles en la familia,
es posible que ahora el padre apoye en las labores del hogar y estas actividades ya
no sean exclusivas de la mujer. Otro ejemplo es la aceptación de relaciones entre
personas del mismo sexo, que ha dado por resultado la cohabitación de éstas e
incluso que sea reconocido como una figura legal. Por ello se dice que en el
transcurso del tiempo y debido a los cambios sociales emergente, la estructura
familiar clásica se ha visto modificada.

En la sociedad occidental la familia se ha transformado en función de los cambios


sociales y hoy en día tiene diversas formas, a diferencia de la versión clásica que
se desarrolló a lo largo del siglo XIX y XX. Los cambios en el mundo del trabajo y la
mercantilización de la vida cotidiana así como los cambios legales y sociales en
torno a la diversidad sexual han modificado y diversificado el concepto de familia en
cuanto a sus formas. (Rodríguez, 2010).

En nuestro país también se han suscitado transformaciones en la estructura familiar,


por ejemplo, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el
año de 1999, el 87% de los hogares contaba con un varón como jefe de familia a
diferencia del 13% donde la jefatura estaba a cargo de una mujer. Para el año 2007,
la situación se modificó ya que incrementaron los hogares dirigidos por una mujer
(20.9%), aunque seguían predominando los liderados por hombres (79.1%).

En cuanto a la formación de nuevos hogares, conviene tener presente, a modo de


aproximación, que durante el último cuarto del siglo XX se observan variaciones en
las tendencias de la nupcialidad (el aplazamiento de las uniones, mayor presencia
de la cohabitación prematrimonial) y en el incremento de la disolución de uniones y
la formación de hogares en los que el jefe o la jefa tienen antecedentes de
separación, divorcio o viudez. (CONAPO 2010). De acuerdo con un comunicado
emitido del 3 de Marzo del 2011 por el presidente del INEGI, en el periodo de 1990
a 2010 la población casada presenta un descenso al pasar de 45.8% a 40.5%, en

6
este periodo; por otra parte la población en unión libre casi se duplicó al pasar de
7.4% al 14.4% en el mismo periodo; respecto a los solteros el porcentaje también
disminuyó de 40.6% en 1990 a 35.2% en 2010.

Los estados del sureste (Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo) tienen los
menores porcentajes de población soltera. Por su parte, el Distrito Federal, Sonora,
Colima, Aguascalientes, Chihuahua, Querétaro y Puebla muestran las proporciones
más altas de personas nunca unidas. La entidad que representa la mayor proporción
de personas que se encuentran casadas o en unión libre es Chiapas con un
porcentaje de 62.9%, mientras que el Distrito Federal figura como el estado con el
menor porcentaje de población en esta situación conyugal. La diferencia con el
nacional es mayor para el D.F. que para Chiapas, lo cual refleja una situación de
costumbres y tradiciones diferentes en cada una de estas entidades (INEGI, 2011).

La estructura familiar también ha sufrido cambios, en la actualidad según la


CONAPO (2010), en México se puede hacer una clasificación de los hogares de
acuerdo al parentesco que tengan los integrantes con quien es reconocido como
jefe de familia. Por lo tanto existen 2 clasificaciones: hogares familiares y no
familiares. A su vez, dentro de los familiares se identifican los hogares nucleares y
extensos (con cuatro subtipos de arreglos residenciales en cada caso). Por su parte,
los hogares no familiares se dividen en unipersonales y corresidentes.

A continuación se presenta una tabla donde se muestran las clasificaciones de los


hogares:

Clasificación de los hogares


Hogares familiares
Nuclear: Integrado por una pareja adulta con o sin hijos o por uno de los miembros de la pareja y
sus hijos.
 Nuclear simple: integrado por una pareja sin hijos.
 Nuclear biparental: integrado por el padre y la madre, con uno o más hijos solteros.
 Nuclear monoparental: integrado por uno de los padres y uno o más hijos solteros.

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 Nuclear con hijos alguna vez unidos: integrado por una pareja o uno de los miembros
de ésta con hijos alguna vez unidos.
Extenso: integrado por una pareja o uno de sus miembros, con o sin hijos, y por otros miembros
que pueden ser parientes o no parientes.
 Extenso simple: integrado por una pareja sin hijos, y por otros miembros, que pueden
ser parientes o no parientes.
 Extenso biparenteal: integrado por el padre y la madre, con uno o más hijos, y por otros
parientes.
 Extenso monoparental: integrado por uno de los miembros de la pareja, con uno o más
hijos, y por otros parientes.
 Extenso amplio o compuesto: integrado por una pareja o uno de los miembros de ésta,
con uno o más hijos, y por otros miembros pariente y no parientes.
Hogares no familiares
Unipersonales: integrados por una sola persona.
Corresidentes: integrados por dos o más personas sin lazos de parentesco.
Fuente: López V. y Gaspar S. La situación demográfica en México, en CONAPO. 2010

En México predominan los hogares nucleares; sin embargo, se observa un


disminución al pasar de 74.6% en 1990 a 68.2% en 2005, en cambio se incrementan
los hogares no nucleares que van de 19.5% a 23.6%, respectivamente, así mismo
los hogares unipersonales que representan para el último año 7.5%. La distribución
por sexo del jefe presenta diferencias porcentuales en las clases de hogar: en 2005,
74 de cada 100 hogares encabezados por un varón son nucleares, 21 no nucleares
y 5 unipersonales. En cuanto a los de jefatura femenina, 50 de cada 100 son
nucleares, 33 no nucleares, 15 unipersonales y 1 de corresidentes. Se resalta que
en los hogares de jefatura femenina prevalecen los nucleares; sin embargo, existen
más no nucleares que en los de jefe varón; asimismo, existe una proporción más
alta de unipersonales que en los encabezados por un hombre (INEGI 2010).

Siguiendo con datos reportados por el INEGI (2010) la composición de los hogares
en nuestro país la mayor parte de los hogares familiares se componen de la pareja
conyugal con hijos, sin embargo, su proporción tiende a disminuir. Este efecto es
muy significativo en los hogares familiares con jefe varón, de ellos las parejas con
hijos representaban 84.6 en 1990 y 81.3% para 2005. En contraste, las parejas con

8
hijos encabezadas por una mujer están en aumento, ya que en el periodo referido
pasan de 6.8 a 15.8%, lo cual puede deberse a que cada vez más los integrantes
de los hogares reconocen a una mujer como jefa aun con la presencia de un varón
adulto. Entre los hogares familiares hay un conjunto importante formado por el jefe
o la jefa y los hijos. En este tipo de hogares no se encuentra presente el (o la)
cónyuge, es decir, alguno de los padres está ausente o no es integrante de ese
hogar. Entre los hogares familiares con jefa esta composición es la más
representativa con 83% en 1990 y 71.1% en 2005.

La siguiente tabla muestra el cambio que se ha presentado en la estructura familiar


del 2000 al 2008, por tipo, sexo, situación conyugal y edad del jefe:

Hogares por tipo, sexo, situación conyugal y edad del jefe de familia 2000 y 2008
Tipo de hogar 2004 Sexo del jefe 2008 Sexo del jefe
Hombres Hombres
Mujeres Mujeres
Población total 98 310615 47 223 51 086 106 719 51 790 54 929
en hogares 964 651 348 093 255
Hogares 23 151 18 813 4 337 957 26 732 20 062 6 670 202
556 599 594 392
Distribución 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
porcentual
Hogar Familiar
Nuclear 70.0 76.1 43.4 64.8 70.9 46.4
Nuclear Simple 8.1 9.8 0.4 8.5 10.7 1.8
Nuclear 52.7 64.4 2.1 45.5 58.1 7.5
Biparental 8.8 1.6 40.1 10.0 1.6 35.3
Nuclear 0.4 0.3 0.8 0.8 0.5 1.8
Monoparental 22.1 18.7 36.8 26.0 22.7 35.7
Otro Nuclear 1.2 1.4 0.2 1.3 1.6 0.3
Extenso 11.3 13.7 0.8 13.6 16.8 3.7
Extenso Simple 5.8 1.3 25.5 6.8 1.5 22.9
Extenso 3.8 2.3 10.3 4.3 2.8 8.8
Biparental

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Extenso
Monoparental
Extenso Amplio
Hogar no
Familiar 7.4 4.9 18.9 8.7 6.0 17.2
Unipersonal 0.5 0.3 0.9 0.5 0.4 0.7
Corresidentes
Características
de los jefes de
hogar
Situación 66.2 79.7 6.8 58.2 72.0 16.2
conyugal 2.2 1.0 7.4 2.7 1.2 7.5
Casado (a) 5.7 1.9 22.6 7.2 2.7 20.8
Divorciado (a) 9.7 11.4 2.6 14.1 16.8 6.0
Separado (a) 10.6 2.6 45.2 10.7 3.2 33.4
Unión libre
Viudo (a)
Grupos de
edad 25.5 28.2 13.3 20.9 22.9 14.9
15 a 34 años 24.8 26.2 18.8 24.7 25.9 21.1
35 a 44 años 49.7 45.6 67.9 54.4 51.2 64.0
45 años o más
Fuente: López V. y Gaspar S. La situación demográfica en México, en CONAPO. 2010

Por lo general una familia inicia con la conformación de una pareja ya sea por
matrimonio o unión libre, en nuestro país, lo más común es que el varón sea mayor
que su cónyuge sobre todo en las parejas donde éste tiene 50 años o más (81.2%).
Esta proporción disminuye si el varón tiene de 30 a 49 años (69.5%) y llega a 55.6%
cuando es menor de 30 años. En cambio, las mayores proporciones de parejas en
donde la mujer es mayor que su pareja o tiene la misma edad se registran cuando
el varón es menor de 30 años (30.1% y 14.3%, respectivamente). Estos resultados
muestran un cambio en el patrón sociocultural de las generaciones más jóvenes,
con una tendencia hacía la disminución en la diferencia de edades.

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Otro factor que diferencia a los miembros de las parejas conyugales es el nivel de
escolaridad. En el ámbito nacional, en 33.1% de parejas conyugales, el hombre
tiene una escolaridad mayor a la de la mujer; en 32.9%, ambos tienen la misma
escolaridad, y en 29.7% la mujer cuenta con una escolaridad mayor.

En cuanto a las labores que se desempeñan dentro del hogar, en México la familia
ha tenido que protagonizar nuevos roles, en particular las responsabilidades de las
mujeres se han incrementado y no se han dado los ajustes de funciones al interior
del hogar para reasignar funciones o modificar roles (INEGI 1999). De acuerdo a la
Encuesta Nacional de Uso de Tiempo del 2002, en las parejas conyugales donde el
hombre y la mujer participan en el mercado laboral, los varones dedican a esta
actividad 51 horas con 42 minutos semanalmente y las mujeres 37 horas con 18
minutos; mientras que al trabajo doméstico las mujeres destinan 54 horas y 24
minutos y los hombres 15 horas y 18 minutos, es decir, ellas trabajan casi 37 horas
más que los hombres. En consecuencia, para la realización semanal de los trabajos
domésticos y para el mercado laboral las mujeres ocupan casi 92 horas, mientras
los hombres destinan 67 horas.

Porcentaje de participación de los miembros de la pareja conyugal en la que ambos trabajan


y promedio de horas a la semana dedicadas al trabajo doméstico por sexo y clase de
actividad doméstica, 2002.

HOMBRES MUJERES
Actividad Participación Participación
Limpieza de la vivienda 57.4% 98%
Cuidado de niños ya poyo a otros miembros del hogar 43.6% 61.5%
Cocinar o preparar alimentos 24.8% 92.8%
Aseo de ropa y calzado 39.6% 96.4%
Compras para el hogar 49.4% 83.2%
Reparación de bienes o construcción de la vivienda 19.7% 4.8%
Pago y trámites de servicios 19.4% 22.4%
FUENTE: INEGI. Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, 2002. Tabulados básicos definitivos.

Se puede observar que al integrarse a la vida laboral, la mujer, aumenta la cantidad


de actividades que realiza diariamente ya que en el hogar sigue encargada de la
mayoría de quehaceres domésticos en comparación de los hombres. Esta

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organización no resulta equitativa y puede generar conflictos al interior de los
hogares, que en el peor de los casos puede derivar a un rompimiento.

La ruptura de los vínculos familiares ha tenido como consecuencia que muchos


niños y jóvenes queden abandonados a sus propios medios, además de que dejan
de asistir a la escuela, viven en condiciones muy desfavorables y se exponen, cada
vez más, a riesgos como la drogadicción, la explotación laboral, los embarazos no
deseados y las enfermedades de transmisión sexual.

1.1.2 Principales problemas que presentan las familias

En la actualidad nuestro país atraviesa por diversas crisis tanto sociales, políticas y
económicas, en medio de todo este desconcierto los ciudadanos continúan con su
vida, la cual no puede verse alejada de todos estos hechos, por ejemplo existe una
creciente preocupación por los niveles de violencia que se han alcanzado en los
últimos años en el país. Se habla que en México para el año 2009 se denunciaron
ante los ministerios públicos de competencia local, de acuerdo con la información
del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 1´653,653 delitos, un incremento de
alrededor de 1.5% respecto de los 1´627,371 del año anterior, esto representa 1,537
delitos reportados por cada 100 mil habitantes. En tanto que se registraron durante
2008, 137 mil delitos de competencia federal, 127.6 por cada 100 mil habitantes. El
Estado de México es donde más delitos se reportan; uno de cada seis delitos
reportados se denuncia en ese estado. El delito que más se reporta en México es
el robo (673,851 durante 2009), representando 40.75% del total de las denuncias.
Casi uno de cada tres robos reportados se realiza con violencia.

De acuerdo a cifras registradas en el Índice de Inseguridad Ciudadana y


Violencia del 2010, Chihuahua encabeza la lista de los estados más violentos ya
que desde hace cuatro años es la entidad con mayor número de homicidios
intencionales en el país y también presenta el mayor número de ejecuciones u
homicidios vinculados con actividades del crimen organizado. En general, los
estados en los que existe intensa violencia vinculada con la presencia del crimen
organizado, y la consiguiente percepción de inseguridad, como Chihuahua, Baja

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California, Durango, Sinaloa, Guerrero y Michoacán, se ubican entre las entidades
más inseguras y violentas del país.

En lo que respecta al Distrito Federal y al Estado de México se ubican en los


primeros lugares de inseguridad, por su alta victimización, la elevada proporción de
delitos a mano armada y una intensa percepción ciudadana de inseguridad. Un
patrón similar aunque en menor escala, lo muestra Aguascalientes, en otra época
la entidad más segura del país, con alta incidencia, percepción de inseguridad y
violencia imprudencial (homicidios no intencionales) arriba de la media nacional.

En el ámbito internacional México es ubicado dentro de los países de alta violencia,


basándose en el índice de homicidios intencionales nuestro país se ubica como el
número 20 con más homicidios con menos del 40% de los homicidios per cápita de
los 10 países más violentos de la lista, pero con las luces de alerta encendidas por
la tendencia creciente.

Homicidios intencionales por cada 100 000 habitantes, comparativo internacional


Posición País Número de homicidios por cada 100 000
habitantes
1 Honduras 60.9 (b)
2 Jamaica 59.5 (b)
3 Vencezuela 52 (b)
4 El Salvador 51.8 (b)
7 Colombia 38.8 (c)
9 Sudáfrica 36.5 (b)
13 Brasil 22 (b)
20 México 14.36 (a)
21 Federación Rusa 14.2 (b)
35 Lituania 8.6 (b)
38 Chile 8.1 (b)
39 Mongolia 7.9 (b)
52 Argentina 5.2 (c)

13
53 Estados Unidos de 5.2 (b)
América
73 India 2.8 (c)
80 Finlandia 2.5(b)
97 Bélgica 1.8 (b)
Fuente: International Statistics on crime and justice, HEUNI and UNODC 2010. (a) SNSP 2009, (b)
2008, (c) 2007, (d) 2006

De acuerdo al UNICEF la violencia en México es un factor determinante de la


deserción escolar e incluso, una causa importante de muertes infantiles. Miles de
niños, niñas y adolescentes en México, crecen en un contexto de violencia cotidiana
que deja secuelas profundas e incluso termina cada año con la vida de centenares
de ellos. Gran parte de esta violencia, que incluye violencia física, sexual,
psicológica, discriminación y abandono, permanece oculta y en ocasiones, es
aprobada socialmente.

Así mismo se establece que, Estados Unidos, México y Portugal son los países
donde el índice de mortalidad de menores por maltrato físico es más elevado,
con cifras 10 o 15 veces mayores que en el resto de las naciones desarrolladas.

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del Distrito


Federal recibió un promedio de cuatro casos de maltrato infantil por día entre 2000
y 2002. En casi la mitad de los casos (47%) la responsable fue la madre, en el 29%
fue el padre, lo que significa que la familia que debería ser el lugar mejor equipado
para proteger a los niños y niñas se puede convertir en una zona de riesgo para
ellos.

La siguiente tabla muestra las cifras alarmantes correspondientes al número de


niños y niñas maltratadas en los diferentes estados de nuestro país:

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Datos estadísticos referentes a menores maltratados durante el 2011
Estado Reportes Reportes Reportes donde Denuncias Total de Total de Total de
por atendidos se comprueba ante menores niñas niños
maltrato por SEDIF el maltrato ministerio maltratados maltratadas maltratados
recibidos público atendidos
por SEDIF

Coahuila 3,963 3,963 3,301 668 5,726 3,081 2,645


D.F. 110 110 86 11 86 54 32
Estado De 865 865 367 18 342 165 177
México
Hidalgo 571 571 452 31 452 244 208
Michoacán 46 46 24 6 52 35 17
Nuevo 3,293 3,173 3,015 44 3,015 1,556 1,456
León
Puebla 2,995 3,086 1,494 119 748 385 413
Quintana 642 642 461 32 566 334 340
Roo
San Luis 1,310 1,310 967 26 1,119 563 556
Potosí
Sinaloa 1,741 1,725 1,285 395 2,360 1,186 1,174
Sonora 1,845 1,845 1,247 36 1,979 961 1,135
Tlaxcala 747 747 166 166 166 104 62
Zacatecas 8 8 2 1 14 5 9
Totales 18,136 18,091 12,867 1,553 16,625 8,673 8,224
Fuente: DIF Nacional, 2011

Por otra parte, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), el 56% de las mujeres jóvenes entre los 15 y 19 años que viven
en pareja han sufrido al menos un incidente de violencia en los últimos 12 meses.
Además, en una encuesta del Instituto de las Mujeres del D.F. de 2005, el 50% de
las mujeres jóvenes entrevistadas dijo que vivía situaciones de violencia en su
noviazgo.

15
En noviembre de 2007, la ONU realizó 270 recomendaciones al gobierno mexicano
en torno a la recurrente violación de los derechos humanos de las mujeres, mismas
que en su mayoría aún no han sido atendidas. La violencia ejercida hacia la mujer
es considerada como un problema público, que se traduce en muertes, enfermedad
y reducción de la calidad de vida (Díaz, 2009).

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Violencia contra las Mujeres (ENVIM


2006), en la Ciudad de México se reportó que 38% de los años de vida saludable
perdidos entre las mujeres se debe a la violencia que se ejerce en su contra, y que
este problema ocupa el tercer lugar de importancia entre el total de problemas de
salud que afectan a la mujer en edad fértil. La violencia durante el embarazo se
inserta de lleno dentro de la salud reproductiva y debido a que se ha señalado como
un hecho frecuente que puede empezar o empeorar durante esta etapa.

Además de las lesiones físicas directas, las mujeres maltratadas corren mayor
riesgo de sufrir problemas psicológicos y psicosomáticos de muy diversa índole,
como la depresión. Un 15% de las usuarias del sector salud público en México
padece alguna manifestación de malestar emocional y 23% de ellas señalaron sufrir
violencia psicológica severa. Estos resultados ponen en evidencia la estrecha
asociación que existe entre el malestar emocional generalizado y la violencia de
pareja, hecho que se comprueba al ser ésta el detonador más importante para el
malestar emocional.

Distribución según Estado Emocional de las Entrevistadas en el último mes


Síntoma Casi Varias Pocas Nunca Total
siempre % veces % Veces % %
Dificultad para dormir 6.7 12.1 25.3 56.0 100
Se asusta con facilidad 3.9 11.8 28.7 55.5 100
Nerviosa, tensa o agitada 7.8 18.5 38.0 35.6 100
Tristeza o aflicción 7.3 17.5 35.6 39.6 100
Insatisfecha de sus actividades 3.8 9.2 25.9 61.2 100
Cansada 16.4 24.9 33.1 25.6 100
Dejó de asistir o hacer bien su trabajo 2.9 8.9 24.7 63.5 100

16
Dejó de comunicarse con la gente de su 2.8 5.8 17.2 74.1 100
trabajo o colonia
Dejó de comunicarse o hacer actividades 2.0 6.4 16.8 74.7 100
familiares
Sintió que tenía problemas emocionales y 3.8 9.2 18.1 68.9 100
que requería atención o ayuda
profesional
Fuente: ENVIM, 2006

De la información de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en


los Hogares (ENDIREH) 2006 se desprende que el 46.7% de las mujeres
encuestadas de 15 años y más fueron violentadas por su pareja a lo largo de su
relación, dato que muestra un alto índice de violencia de género, al representar a
casi la mitad de las mujeres encuestadas. El número de mujeres agredidas por su
esposo o pareja disminuye cuando los eventos violentos se refieren al último año
de su relación, pues 40.2% de las mujeres del país manifiestan haber padecido al
menos un incidente de violencia durante los 12 meses previos a la encuesta.

Los resultados de la ENDIREH 2006 muestran que de los 10 millones 268 mil 036
mujeres mexicanas que se encuentran ocupadas, 23.8% declaran ser víctimas de
discriminación y 12.5% de acoso moral, físico o sexual en sus centros de trabajo.
Respecto a la violencia sexual el 72% de mujeres de 15 y más años han sufrido
agresiones en el ámbito comunitario, de las cuales 41.9% fueron víctimas de abuso
sexual y 92.4% de actos de intimidación. Al desagregar los casos de discriminación,
se encuentra que de las mujeres que fueron violentadas en su trabajo al 35.9% les
pidieron la prueba de embarazo como requisito para contratarlas; 31.3% dicen tener
menores oportunidades que los varones para lograr un ascenso, 30.9%
mencionaron que les pagan menos que a un hombre que hace lo mismo, 21.8%
reciben menos prestaciones que un hombre, a 8.9% de las mujeres las despidieron,
no las contrataron, o les bajaron el salario debido a su edad o estado civil, y a 3.2%
las despidieron por su embarazo, no les renovaron contrato o tuvieron una merma
en su sueldo.

17
Por otra parte el Informe Nacional sobre Violencia y Salud de la Secretaría de Salud
(2006), constata también un incremento considerable en el número de suicidios
intencionados y finalizados de niños, niñas y adolescentes durante los últimos años.
En el Distrito Federal se registraron 11 casos en 2001 y 36 en el 2002. El DF junto
con Baja California y Colima representan los estados con las tasas de suicidio más
altas. En todo el país el número de suicidios de menores de 15 años de edad
aumentó de 118 en 2000 a 166 en 2002.

De acuerdo con datos recabados por el INEGI en 2009, el medio más empleado
para cometer suicidio es el ahorcamiento o sofocación, seguido por disparo de
arma, envenenamiento y saltar de un lugar elevado. El lugar donde se llega a
presentar con mayor frecuencia es la vivienda particular. Los hombres cometen
suicidio en una proporción mayor que las mujeres, ya que del total de eventos
ocurridos 4 201 son cometidos por hombres, mientras que 989 por mujeres.

Pese a que sus niveles son, en relación a otros países del mundo, todavía bajos,
las tasas de suicidio no han dejado de aumentar en México desde al menos los años
1950 mientras que los otros tipos de muertes violentas (accidentes y homicidios)
han descendido en forma continua hasta, al menos, 2006.

Los actores y victimas principales de suicidio son los jóvenes entre 15 y 34 años y
las personas mayores de 65 años, en su inmensa mayoría del sexo masculino.
Ambos grupos de edad son, por el cambio demográfico debido al envejecimiento de
la población, cada vez más numerosos por lo que el número de suicidios, de
conservarse las actuales condiciones socioeconómicas y la falta de medidas
preventivas, seguirá probablemente aumentando (Hernández y Flores, 2011).

La tasa de suicidio en México creció en una década sobre todo entre los jóvenes de
14 a 21 años, como consecuencia del incremento de la pobreza, el desempleo y
poca accesibilidad a los servicios de salud. En México el suicidio se ha convertido
en la tercera causa de muerte entre los 15 y 29 años de edad, y el problema es que
ha crecido prácticamente a la par de que se incrementan los trastornos depresivos,

18
ya sea por predisposición genética, acceso abusivo de alcohol, así como de drogas
ilícitas, o bien por factores psicosociales como el aumento de la pobreza (Chávez,
2013).

En cualquier caso, independientemente del sexo y la edad de los afectados, si se


acepta que los suicidios se producen como consecuencia de las problemáticas que
enfrenta una población en un momento dado, el que la tasa de suicidios entre la
población se haya incrementado continuamente en el tiempo durante los últimos 60
años es un parámetro indudable de que algo no está funcionando correcta o
adecuadamente en la sociedad mexicana (Hernández y Flores, 2011).

Otra problemática que se enfrenta actualmente en México es el incremento en el


número de divorcios, datos reportados en el INEGI (2008), revelan que los procesos
de divorcio concluidos ascendieron a 81 mil 851, esto es por cada 100 enlaces
registrados hubieron 13.9 divorcios. Esta relación ha mostrado una tendencia
creciente en los últimos tres lustros y su punto más bajo lo tuvo en 1994 (5.2 por
cada cien).

Entre 2000 y 2008 el monto de matrimonios se ha reducido en 16.7%, mientras que


los divorcios se han incrementado de manera significativa, esto es 1.7 veces (en
2000 se registraron 707 mil 422 matrimonios y 46 mil 481 divorcios).

De las parejas que se divorciaron en 2008, 28.7% estuvieron casados cinco años o
menos, 19.8% las que permanecieron unidas entre 6 y 9 años, y prácticamente la
mitad proviene de un matrimonio con una duración social de 10 años o más
(50.6%).1 Con esta distribución se tiene que la duración media de los matrimonios
que disolvieron su vínculo de manera legal es de 12.4 años, esto es 1.6 años más
que en 2000 cuando las parejas que se divorciaron duraron casadas alrededor de
10.8 años.

De los hombres que se divorciaron en el país, 22% tenían de 15 a 29 años; 36.8%


de 30 a 39 años; 22.2%, de 40 a 49 años, y 14.3%, 50 años o más. En el caso de
las mujeres que se divorciaron, 31% era joven, 35.4% tenía de 30 a 39 años; 19.6%,

19
de 40 a 49 años y 9.6%, 50 años o más. De manera resumida esto equivale a que
la edad promedio de los hombres al momento de divorciarse es de 38.1 años y de
las mujeres de 35.4 años.

En cuanto a las parejas que se divorciaron, en 12.1% tanto el hombre como la mujer
tenían la misma edad; en 44.3% el hombre era mayor que la mujer de 1 a 5 años;
en 12.2% tenía de 6 a 9 años más que ella y en 7%, 10 años o más; en cambio, en
15.7% la mujer era mayor que el hombre de 1 a 5 años; en 2.1% de 6 a 9 años y en
0.9% la mujer era mayor por 10 años o más que el varón.

De los hombres que se divorciaron, 11.4% declaró tener algún grado aprobado en
primaria, 24.1% secundaria; 20% preparatoria y 19.5% estudios superiores; en el
caso de las mujeres, las proporciones fueron de 11.6%, 24.7%, 19% y 17.9%,
respectivamente.

1.1.3. La terapia familiar sistémica y postmoderna como alternativa para


abordar los problemas familiares

Desde los años cincuenta, en el ámbito terapéutico se inició una transformación


derivada de las investigaciones que ponían de manifiesto la relación estrecha entre
la familia como unidad social y la enfermedad mental (Wittezaele y García, 1994).
Anderson (1997), menciona que el desplazamiento desde los paradigmas
picoanalítico-psicodinámicos hacia la idea de familia no ocurrió porque los
terapeutas decidieran que la familia debería ser el objeto de tratamiento; sino porque
las teorías y prácticas tradicionales no parecían servir para entender a adolescentes
inmanejables y algunos individuos que tenían perturbaciones severas.

En algunos casos el trabajo terapéutico individual resultó insuficiente para lograr


avances, además resultaba importante acortar los tiempos para la resolución de
problemáticas. En respuesta a esta situación fue necesario buscará alternativas que
incluyeran en el proceso terapéutico no sólo al individuo con “problemas” sino a todo
el sistema familiar, al respecto Haley (1962) afirma:

20
“1. A menudo cuando la terapia individual fracasa en el caso de un
paciente en particular, se considera que su ambiente familiar le impide
cambiar y que la familia debería tratarse.

2. Cuando el tratamiento individual se hace lento, difícil y se ve sujeto


a frecuentes recaídas, también se considera que el ambiente del
paciente dificulta los cambios.

3. La aparición de angustia y de diversos síntomas en otros miembros


de la familia, coincidentes con la mejoría del paciente, enfrenta al
terapeuta al problema de su responsabilidad ante los demás
miembros de la misma.”

Desde esta perspectiva, se hace necesario un enfoque que incluya a los miembros
del sistema familiar para el abordaje de una situación problemática, una visión que
sea capaz de observar las interacciones de los involucrados, precisamente el
enfoque de terapia familiar sistémica se identifica como una de las aproximaciones
para el estudio y atención de los procesos humanos en función del contexto y las
relaciones. Incluso por sus características ofrece la posibilidad de acortar los
tiempos del proceso terapéutico, esto ofrece otra ventaja sobre otros modelos ya
que su brevedad y eficacia permiten abarcar distintas problemáticas que se pueden
presentar en la familia.

En nuestro país el enfoque sistémico ha demostrado su funcionalidad, muestra de


ello son el número creciente de instituciones donde se imparte este modelo
terapéutico. Por ejemplo, según lo menciona Eguiluz (2004), en México durante la
primer década anterior a la de 1980, se construyeron dos escuelas, ambas privadas;
de 1980 a 1990 se formaron cinco más; de 1990 al 2000 el crecimiento se da
principalmente en la provincia, y el modelo se populariza extendiéndose a las
universidades públicas, de las cuáles más de veinte ofrecen el programa.

La Universidad Nacional Autónoma de México, como respuesta a la necesidad de


contar con profesionistas capacitados para dar solución a las diversas
problemáticas que se presentan actualmente en el país, creó la Maestría en

21
Psicología con Residencia en Terapia Familiar, las entidades académicas donde se
imparten son la Facultad de Psicología y la Facultad de Estudios Superiores
Iztacala.

1.2. Descripción de los escenarios donde se realizó el trabajo clínico y


análisis de la entidad

El objetivo fundamental de la Residencia en Terapia Familiar es desarrollar en los


estudiantes, las competencias profesionales necesarias para el abordaje de las
distintas problemáticas clínicas, de acuerdo al programa de la misma (2011), se
propone capacitar al estudiante en una especialidad de la Psicología de alta calidad
en el área de salud. Esta especialidad, con su visión integrativa, permite abordar los
problemas clínicos desde un ángulo interaccional entre el individuo y los otros
sistemas sociales (pareja, familia, sociedad), así como desde el Construccionismo
Social y los modelos que se derivan de esta perspectiva, tomando en cuenta los
diferentes contextos en los que se desenvuelven (contextosocial, institucional,
cultural, político y económico, etc.), el lenguaje y la construcción de significados.

Para ello se cuenta con un tiempo destinado a la práctica clínica en los distintos
escenarios clínicos que han sido establecidos para este fin: la Clínica de Terapia
Familiar (FES Iztacala), CCH Azcapotzalco e ISSSTE Tlalnepantla. Cada alumno
rota por los diferentes escenarios clínicos, así al término del programa habrá
participado en cada uno de éstos. Al inicio de la maestría, los estudiantes forman
parte del grupo terapéutico sólo como observadores, a partir del segundo y hasta el
cuarto semestre participan activamente como terapeutas a cargo de un caso clínico
por cada escenario clínico.

Clínica de Terapia Familiar de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Esta Clínica inaugurada en el año 2002, se ubica dentro de las instalaciones de la


FES Iztacala, en ella se brinda atención a las personas que solicitan la atención
directamente en sus instalaciones. La Clínica cuenta con un espacio acondicionado

22
para el trabajo terapéutico; en éste el terapeuta trabaja directamente con la familia,
además cuenta con otra habitación desde la cual los supervisores y el equipo
terapéutico pueden observar a través de un espejo unidireccional el proceso de
terapia. También se cuenta con una cámara para videograbar la sesión, con la
autorización de la familia, además de dos teléfonos que sirven para mantener
comunicación entre los supervisores y el terapeuta.

Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco

En el CCH Azcapotzalco, se cuenta con un espacio ubicado dentro del edifico


SILADIN a partir del año 2001, aquí se atiende a la población del plantel (alumnos
y trabajadores) que es derivada del área de Psicopedagogía del mismo. En este
lugar se cuenta con una sala donde el terapeuta encargado de llevar la sesión junto
con la familia, son observados a través de un espejo unirideccional. Al igual que en
la Clínica de la FES, se cuenta con teléfonos para establecer comunicación con el
equipo terapéutico y con una videograbadora.

Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado


(ISSSTE) Tlanepantla

A través del Diplomado de Terapia Familiar desde el año de 1994 se ha ofrecido en


la Clínica de Tlalnepantla del ISSSTE, servicio de terapia familiar supervisada, para
el año del 2001 se formalizó un convenio para que los residentes de la maestría
pudieran dar servicio clínico en terapia. Los pacientes son derivados por el área de
Psicología de la clínica. En esta sede a diferencia de las dos anteriores, no se cuenta
con dos salas, debido al espacio el proceso terapéutico se lleva a cabo en un
consultorio habilitado para tener presente tanto a la familia como al equipo
terapéutico y supervisor. En este espacio la familia se siente dándole la espalda al
equipo, así el terapeuta podría mantener contacto visual con el equipo. La
comunicación se establece a través de un pizarrón ubicado al fondo, donde el
supervisor anota las preguntas o ideas para ser retomadas por el terapeuta a lo
largo de la sesión.

23
1.2.1 Explicación del trabajo y secuencia de participación en los distintos
escenarios clínicos

El programa de la Maestría en Terapia Familiar da un peso especial a la práctica


clínica supervisada por lo que el trabajo en cada sede donde los alumnos rotan tiene
una organización y un sistema de trabajo coordinado.

Durante el primer semestre los residentes forman parte del equipo terapéutico como
observadores, en este periodo los terapeutas son quienes cursan el tercer semestre.
A partir del segundo y hasta el cuarto semestre ya se trabaja como terapeuta a
cargo de un caso, puede ser con un individuo, pareja o familia. Durante toda la
residencia se rota en cada una de las sedes del programa.

A continuación se detalla el sistema de trabajo que se aplica en las distintas sedes


para abordar los casos asignados.

 Primer contacto del terapeuta con el sistema familiar.

Este primer acercamiento se logra cuando el terapeuta se pone en contacto con la


persona o familia solicitante del servicio. En el caso de la Clínica de FES Iztacala,
las personas interesadas dejan sus datos en un buzón, describen brevemente su
problemática y anexan los números donde se les puede localizar, también pueden
llamar y los datos necesarios en el correo de voz. Así se crea una lista y se asignan
los casos por orden de llegada.

En el ISSSTE Tlalnepantla, la Psicóloga a cargo establecer el contacto entre la


institución y el programa de residencia, es quien canaliza y aporta los datos de las
familias para que cada terapeuta se ponga en contacto.

Finalmente en el CCH, se obtiene el acceso a los casos por derivación del área de
Psicopedagogía, a donde acuden alumnos o trabajadores del plantel en busca de
apoyo psicológico.

Una vez asignados los casos a cada terapeuta, éste en la primera llamada se realiza
una breve entrevista para tener obtener los antecedentes del caso, quien solicita el
servicio, desde hace cuánto se presenta el problema, se pregunta por algún

24
tratamiento previo, además de saber quién o quiénes acudirán a la sesión. Se
agenda la cita, habiendo aclarado el formato de trabajo, se les explica que un equipo
de terapeutas estarán presentes en las sesiones, además de la cámara con la cual
serán grabadas todas las sesiones.

 Primer sesión

En la primer sesión el terapeuta presenta ante el equipo y supervisor(es), los


antecedentes obtenidos en la llamada telefónica, esto se hace unos minutos antes
de que la sesión de inicio. Una vez iniciada la sesión, el terapeuta empieza la
entrevista recordándoles a los asistentes el formato de trabajo y pidiéndoles que
firmen el consentimiento para que las sesiones sean grabadas, este consentimiento
explica que las grabaciones serán utilizadas exclusivamente por los miembros de la
residencia con fines académicos o de enseñanza, asegurándoles el anonimato y
confidencialidad. Además se les menciona que durante el desarrollo de la sesión el
terapeuta puede recibir indicaciones o algunas preguntas del equipo, por lo que el
teléfono podría interrumpir ocasionalmente la conversación.

 Etapas de las sesiones

Pre-sesión: este momento ocurre 10 o 15 minutos antes de dar inicio a la entrevista,


los integrantes del equipo, supervisores y el terapeuta se reúnen para dar lectura al
acta que resume, ya sea de la entrevista telefónica o de la sesión previa. Las actas
contienen además, un genograma, objetivos e intervenciones terapéuticas. En este
momento se hacen las primeras sugerencias de preguntas para iniciar la sesión.

Sesión: consta aproximadamente de 40 a 60 minutos, durante este tiempo el


terapeuta se encuentra trabajando con la unidad terapéutica (una persona, familia
o pareja). Durante este tiempo el terapeuta puede recibir llamadas del equipo para
hacerle alguna observación, sugerirle preguntas a realizar a la familia o transmitir
un mensaje del equipo a ésta. En alguna ocasión los miembros del equipo o incluso
los mismos supervisores, podían entrar para realizar alguna intervención en
particular.

25
En las sesiones posteriores a la primera, durante este periodo se le puede preguntar
a la familia por los cambio o por las tareas.

Pausa: algunos minutos previos a concluir la sesión, se le indica a la familia la


necesidad de hacer una pausa para que el terapeuta pueda tener la posibilidad de
comentar con el equipo y supervisores lo ocurrido durante la sesión. En este
momento se idean algunas intervenciones o posibles tareas para asignar a la
familia, y si es pertinente algún mensaje que el equipo desea enviar a la familia a
través del terapeuta.

Cierre: luego de hacer el corte en la sesión y haber discutido con el equipo, el


terapeuta regresa con la familia para terminar, esto consiste en leerles algún
mensaje, algún comentario o quizá una prescripción o tarea.

Post-sesión: en este punto el terapeuta vuelve con el equipo y supervisores una vez
concluida la sesión y haberse despedido de la familia, se hace un análisis de lo
ocurrido en la sesión, se retroalimenta al terapeuta respecto a su desempeño, a la
manera de intervenir y establecer contacto con los distintos miembros de la familia.
Se plantean los objetivos para la siguiente sesión y se analiza el enfoque terapéutico
desde el cual se abordará el caso.

1.2.2 Participación en los distintos escenarios clínicos

Anteriormente ya se mencionaron las distintas sedes por las cuales los residentes
de la maestría rotamos. La generación en la que participé consta de 10 alumnos los
cuales fuimos divididos en dos equipos terapéuticos y enviados a las distintas sedes
para fungir como observadores y así experimentar nuestro primer contacto con un
sistema terapéutico.

Durante el primer semestre acudí a la Clínica de la FES Iztacala, dos días por
semana a observar las sesiones terapéuticas de nuestros compañeros del tercer
semestre. Las principales actividades como observadores son estar atentos al
desarrollo de la sesión, si era necesario hacíamos anotaciones sobre los diálogos

26
para después entregarlas al terapeuta. Ocasionalmente se nos pedía participar en
las discusiones de caso aportando ideas o retroalimentando al terapeuta en su
desempeño.

En el segundo semestre junto con mis compañeras de equipo fuimos asignadas


como terapeutas en el ISSSTE Tlalnepantla y al CCH Azcapotzalco, teniendo a
cargo por primera vez un caso durante la residencia.

Durante el tercer semestre regresamos a la FES Iztacala, donde atendimos dos


casos a la semana, el día martes y jueves respectivamente. Para el cuarto semestre
nuevamente acudimos al ISSSTE y CCH, para este momento la acción de las
supervisoras era más relajada, otorgándonos mayor libertad para actuar al tiempo
que nosotros demostrábamos los conocimientos adquiridos a lo largo de la
formación, tanto teóricos como prácticos; lo cual en lo particular me dio la confianza
necesaria para lograr desenvolverme con más soltura durante las sesiones.

27
2. Marco Teórico

2.1. Análisis teórico-conceptual del marco epistemológico que sustenta el trabajo

2.1.1 Análisis teórico conceptual de los fundamentos de la Terapia Sistémica

Teoría General de los Sistemas


Las primeras formulaciones de la Teoría General de los Sistemas (TGS) surgieron
en los años 30, fue desarrollada por Ludwing von Bertalanffy quien publicó su
trabajo al final de la Segunda Guerra Mundial alrededor de 1947, este autor afirmaba
que la tecnología había acabado pensando ya no en términos de máquinas sueltas
sino de sistemas, ya que por ejemplo, una máquina de vapor o un receptor de radio
eran competencia del ingeniero adiestrado en la respectiva especialidad. Sin
embargo cuando se habla de proyectiles o vehículos espaciales, hay que armarlos
usando componentes que proceden de tecnologías hetereogéneas: mecánica,
electrónica, etc., por ello se hizo necesario un enfoque de sistemas (Vargas, 2004).

Siguiendo a Bertalanffy (1968) la teoría de los sistemas es ante todo un amplio punto
de vista que trasciende grandemente los problemas y los requerimientos
tecnológicos, una reorientación que se volvió necesaria en la ciencia en general, en
toda la gama de disciplinas que va desde la física y la biología a las ciencias sociales
y del comportamiento, hasta la filosofía.

Hasta este momento se ha introducido la idea de hablar de sistemas, pero a qué se


refiere este término. Eguiluz (2001) señala que Bertalanffy en la introducción de su
libro Teoría General de los Sistemas, explica el origen del concepto tratando de
localizarlo en el devenir del pensamiento filosófico, para ello lo relaciona con la
“filosofía natural” de Leibinz; con la “coincidencia de los opuestos” de Nicolás de
Cusa; la medicina mística de Paracelso; la visión que Vico daba sobre la historia; o
la dialéctica de Marx y Engels; todas ellas consideradas como sumamente
revolucionarias para su época. La idea de Bertalanffy respecto a un sistema hace
referencia a una serie de elementos que en conjunto son más que la suma de éstos,

28
es decir forman una entidad distinta, de esta manera podríamos decir que sistema
es un conjunto de elementos en interacción.

Bertalanffy (1968) indica que de una u otra manera estamos forzados a vérnoslas
con complejidades, con ‘totalidades’ o ‘sistemas’, en todos los campos del
conocimiento. Esto implica una fundamental reorientación del pensamiento
científico, incluso K. Boulding escribió una carta a Bertalanffy en 1953, donde
señalaba lo siguiente:

He llegado casi a la misma conclusión que usted, aunque partiendo del


rumbo de la economía y las ciencias sociales, y no de la biología: que hay
un cuerpo de lo que vengo llamando “teoría empírica general” o “teoría
general de los sistemas” –por usar su excelente terminología-, de amplia
aplicabilidad a muy diversas disciplinas. Estoy seguro de que mucha
gente en el mundo ha llegado a posiciones esencialmente iguales a la
nuestra, pero están muy dispersos y no se conocen: así de difícil es cruzar
los límites entre las disciplinas (En Bertalanffy, 1968).

Es entonces que se hace evidente la necesidad de contar con un espacio para


desarrollar la nueva teoría, unir a los distintos autores interesados y ponerla al
alcance de otros tantos, por ello se crea en 1954 la Sociedad para la Investigación
General de Sistemas, con miembros como el economista Boulding, el
biomatemático A. Rapoport, el fisiólogo R. Gerard y von Bertalanffy; éste grupo
social tenía como objetivos:

1) Investigar el isomorfismo de conceptos, leyes y modelos en varios campos y


fomentar provechosas transferencias de un campo a otro.

2) Estimular el desarrollo de modelos teóricos adecuados en los campos que


carecen de ellos.

3) Minimizar la repetición de esfuerzo teórico en diferentes campos.

29
4) Promover la unidad de la ciencia mejorando la comunicación entre
especialistas

Bertalanffy (1968) asegura que el tema de la nueva disciplina llamada Teoría


General de los Sistemas, es la formulación y derivación de aquellos principios que
son válidos para los sistemas en general, esta nueva teoría indica que:

a) Hay una tendencia general hacia la integración en las varias ciencias


naturales y sociales.

b) Tal integración parece girar en torno a una teoría general de los sistemas.

c) Tal teoría pudiera ser un recurso importante para buscar una teoría exacta
en los campos no físicos de la ciencia.

d) Al elaborar principis unificadores que corren “verticalmente” por el universo


de las ciencias, esta teoría nos acerca a la meta de la unidad de la ciencia.

e) Esto puede conducir a una integración, que hace mucha falta en la


instrucción científica.

Existen algunos términos utilizados en esta teoría que han sido asimilados por
quienes se dedican al estudio de la conducta humana desde el enfoque sistémico y
que han contribuido a la explicación específica de la dinámica familiar, por lo que se
considera importante mencionarlos a continuación:

Sistema: de acuerdo a Bertanlaffy (1968) un sistema es un conjunto de elementos


en interacción. El autor se refiere a entidades físicas como átomos, neuronas,
personas, etc., aunque también puede referirse a objetos abstractos, por ejemplo,
reglas, procesos, variables matemáticas, etc. Sin embargo se afirma que los
teóricos de sistemas, coinciden en que el concepto de “sistema”, no está limitado a

30
entidades materiales sino que puede aplicarse a cualquier “todo” que consista en
“componentes” que interactúen (Eguiluz, 2001). De esta manera en el concepto de
sistema se engloba desde una célula, una maquinaria o al ser humano.

Sistemas cerrados y sistemas abiertos: con sistemas cerrados Bertanlanffy (1968)


explica aquellos sistemas que se consideran aislados del medio circundante, es
decir que no efectúan ningún tipo de intercambio de energía o información con su
medio ambiente. Luhmann (1998) explica que para estos sistemas el entorno no
tiene ningún significado. Por otro lado están los sistemas abiertos, mismos que por
su naturaleza y definición no son cerrados, estos entran en intercambio de energía
o de información con el entorno, ejemplo de estos son los sistemas vivos, los
sociales como la familia.

Sistema relacional: es el conjunto constituido por una o más unidades vinculadas


entre sí de modo que el cambio de estado de una unidad va seguido por un cambio
en las otras unidades; éste va seguido de nuevo por un cambio de estado en la
unidad primitivamente modificada, ya así sucesivamente (Parsons y Bales, 1992,
citado en Andolfi, 1985).

El sistema que nos compete como terapeutas de orientación sistémica es la familia,


el cual se compone de un conjunto de personas relacionadas entre sí, dicho sistema
posee propiedades las cuales de acuerdo a Ochoa de Alda (1995) son:

1. Totalidad: la conducta del sistema familiar no puede entenderse como la


suma de las conductas de sus miembros, se trata de algo cualitativamente
distinto, que incluye además las relaciones existentes entre ellos.

2. Causalidad circular: describe las relaciones familiares como recíprocas,


pautadas y repetitivas, lo cual conduce a la noción de secuencia de
conductas. Por ejemplo se puede observar que la respuesta de un miembro
A del sistema a la conducta de otro miembro B es un estímulo para que B a
su vez dé una respuesta, que nuevamente puede servir de estímulo a A.

31
3. Equifinalidad: es decir que un sistema puede alcanzar el mismo estado final
a partir de condiciones iniciales distintas, lo que dificulta buscar una causa
única del problema.

4. Equicausalidad: se refiere a que la misma condición inicial puede dar lugar a


estados finales distintos.

5. Limitación: cuando se adopta una determinada secuencia de interacción


disminuye la probabilidad de que el sistema emita otra respuesta distinta,
haciendo que se retire en el tiempo.

6. Reglas de relación: en todo sistema existe la necesidad de definir cuál es la


relación entre sus componentes, ya que posiblemente el factor más
trascendente de la vida humana sea la manera en que las personas
encuadran la conducta al comunicarse entre sí.

7. Ordenación jerárquica: en toda organización hay una jerarquía, en el sentido


de que ciertas personas poseen más poder y responsabilidad que otras para
determinar qué se va hacer.

8. Teleología: el sistema familiar se adapta a las diferentes exigencias de los


diversos estadios de desarrollo por los que atraviesa, a fin de asegurar
continuidad y crecimiento psicosocial a sus miembros. Este proceso ocurre
a través de un equilibrio dinámico entre dos funciones complementarias:
morfostasis y morfogénesis. El primer término hace referencia a la tendencia
del sistema a mantener su unidad, identidad y equilibrio frente al medio. Por
otra parte morfogénesis, comprende la percepción del cambio, el desarrollo
de nuevas habilidades y/o funciones para mejorar aquello que cambia.

Teoría de la Comunicación Humana

El antropólogo Gregory Bateson junto con su equipo de trabajo en Palo Alto, son
considerados los creadores de la teoría de la comunicación humana. El primer

32
acercamiento del autor a la investigación de la comunicación fue en el año de 1948,
Bateson junto con el psiquiatra Jurgen Ruesch se dedicaron a estudiar la
comunicación en la psicoterapia. Como resultado de la colaboración entre ambos
investigadores, se publica el libro: “Comunicación: la matriz social de la psiquiatría”,
el cual consta de once capítulos de los cuales algunos están escritos por Ruesch,
otros por Bateson y sólo dos de ellos son escritos en conjunto, tocan temas como
la comunicación relacionada a la cultura, las convenciones, información y
codificación (Wittezaele y García, 1992).

Posteriormente del año 1953 a 1962 Bateson dirige una investigación enfocada a
determinar el proceso de la comunicación humana, el proyecto de comunicación de
Bateson. Para esta investigación cuenta con la colaboración de Jonh Weakland, Jay
Haley, William Fry y Donald D. Jackson. A pesar de que su interés no estaba dirigido
a las técnicas terapéuticas ni a la patología, fueron estos los campos donde mayores
repercusiones tuvieron las investigaciones realizadas por él y su grupo (Eguiluz,
2001).

Al término del proyecto cada miembro del equipo tiene ha desarrollado su propio
interés, por un lado esta Don Jackson que siempre estuvo inclinado hacia la terapia
y crea el MRI para continuar la investigación de la comunicación, pero aplicada a la
terapia, lo siguen Haley y Weakland. Por su parte Bateson recibe una invitación para
estudiar otras formas de comunicación no humanas y la acepta.

Se puede decir que los principales aspectos que se desprendieron de este proyecto
fueron:

 El uso de un lenguaje y epistemología cibernéticos para explicar las


interacciones humanas
 La teoría del Doble Vínculo: paradojas en la comunicación
 Una Teoría de la Comunicación Humana: los cinco axiomas de la
comunicación y comunicación patológica.

33
Los cinco axiomas de la comunicación humana

Los axiomas que a continuación se expondrán están contenidos en el libro “Teoría


de la Comunicación Humana” (1985), un texto escrito por Paul Watzlawick, Janet H.
Beavin y Don D. Jackson, el cual significa un esfuerzo, por sintetizar, categorizar y
‘simplificar’ los conceptos de comunicación de Bateson.

Axioma 1: no es posible con comunicarse

Por comunicación, se va a entender el aspecto pragmático de la teoría de la


comunicación humana, por tanto se acepta que toda conducta es comunicación. En
este sentido si también se acepta que toda conducta es una situación de interacción
tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho
que uno lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad o inactividad, palabras
o silencio, tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás. Por ejemplo
un pasajero de avión que permanece sentado con los ojos cerrados, comunica que
no desea hablar con nadie o que alguien les hable, y sus vecinos por lo general
‘captan el mensaje’ y responden de manera adecuada, dejándolo tranquilo.

Axioma 2: toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional


tales que el segundo clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicación

Esta es otra manera de decir que una comunicación no sólo transmite información
sino que, al mismo tiempo, impone conductas. De acuerdo con Bateson estas dos
operaciones se conocen como los aspectos referenciales y conativos,
respectivamente de toda comunicación.

El aspecto referencial de un mensaje transmite información y, por ende, en la


comunicación humana es sinónimo de contenido del mensaje. Puede referirse a
cualquier cosa que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera
o falsa, válida, no válida o indeterminable. Por otro lado, el aspecto conativo se
refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es, y, por ende, en última
instancia, a la relación entre los comunicantes.

34
Axioma 3: La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las
secuencias de comunicación entre los comunicantes

Se refiere a la interacción –intercambio de mensajes- entre comunicantes. No se


trata de determinar si la puntuación de una secuencia comunicacional es, en
general, buena o mala, pues resulta evidente que la puntuación organiza los hechos
de la conducta y por ende, resulta vital para las interacciones en marcha. Desde el
punto de vista cultural, compartimos muchas convenciones de puntuaciones que, si
bien no son ni más ni menos precisas que otras visiones de los mismos hechos
sirven para reconocer secuencias de interacción comunes e importantes.

Axioma 4: Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente

En la comunicación humana es posible referirse a los objetos, en el sentido más


amplio del término, de dos maneras totalmente distintas. Se los puede representar
por un símil, tal como un dibujo o bien mediante un nombre. Estos dos tipos de
comunicación, uno mediante una semejanza autoexplicativa y el otro mediante una
palabra, son desde luego, equivalentes a los conceptos de las computadoras
analógicas y digitales, respectivamente.

La diferencia entre ambos modos de comunicación se volverá algo más clara si se


piensa que, por ejemplo, por mucho que escuchemos un idioma extranjero por la
radio no lograremos comprenderlo, mientras que es posible obtener con facilidad
cierta información básica observando el lenguaje de signos y los llamados
movimientos intencionales, incluso cuando los utiliza una persona perteneciente a
una cultura totalmente distinta.

Axioma 5: Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o


complementarios, según estén basados en la igualdad o en la diferencia

En 1935, Bateson describió un fenómeno de interacción que observó en la tribu


Iatmul de Nueva Guinea y que en su libro Naven, publicado un año después,
examinó con mayores detalles. Denominó a este fenómeno cismogénesis y lo
definió como un proceso de diferenciación en las normas de la conducta individual
resultante de la interacción acumulativa entre los individuos. Describió dos patrones,

35
cismogénesis complementaria y cismogénesis simétrica, aunque en la actualidad
estos patrones se utilizan sin hacer referencia al proceso cismogénico, y en la
actualidad se los suele denominar simplemente interacción simétrica y
complementaria (Wittezaele y García, 1992).

En el primer caso, los participantes tienden a igualar especialmente su conducta


recíproca y así su interacción se considera simétrica. Sean debilidad o fuerza,
bondad o maldad, la igualdad puede mantenerse en cualquiera de esas áreas. En
el segundo caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro,
constituyendo un tipo distinto de gestalt y recibe el nombre de complementaria. Así,
pues, la interacción simetría se caracteriza por la igualdad, mientras que la
interacción complementaria está basada en un máximo de diferencia.

Los arriba mencionados conforman los cinco axiomas de la teoría de la


comunicación, cabe destacar que cada uno de ellos implica ciertas patologías
explicitadas en el capítulo 3 de la obra de Watzlawick, Beavin y Jackson, Teoría de
la Comunicación Humana (1985) y que serán sintetizadas a continuación:

Axiomas de la comunicación y las patologías que derivan


Axiomas de la comunicación Patologías
Axioma 1: no es posible no comunicarse  Rechazo de la comunicación
 Aceptación de la comunicación
 Descalificación de la comunicación
 El síntoma como comunicación
Axioma 2: toda comunicación tiene un  Confirmación
aspecto de contenido y un aspecto  Rechazo
relacional  Desconfirmación
 Impenetrabilidad
Axioma 3: la naturaleza de una relación  Causa y efecto
depende de la puntuación de las secuencias
de hechos entre los comunicantes
Axioma 4: los seres humanos se comunican  Errores de traducción entre material
tanto digital como analógicamente analógico y digital

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Axioma 5: todos los intercambios  Escalada simétrica
comunicacionales son simétricos o  Complementariedad rígida
complementarios
Fuente: Watzlawick, Beavin y Jackson, (1985). Teoría de la Comunicación Humana

Teoría de la Cibernética

Los antecedentes de la cibernética los podemos ubicar previo a la celebración de la


primera conferencia Macy a finales de los años treinta, Norbert Wiener, un
matemático del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Arturo Roseblueth, un
neurofisiólogo del Instituto de Cardiología de México y Walter Cannon se reúnen
regularmente en la Harvard Medical School para discutir sus trabajos. Creen que se
hallan frente a problemas parecidos –circuitos de computación, sistema nervioso,
homeostasis biológica- pero no encuentran un lenguaje que permita establecer
puentes entre sus diferentes disciplinas y beneficiarse con los descubrimientos
mutuos. La oportunidad de concretar sus ideas surge cuando Estados Unidos entra
en guerra, Wiener junto al ingeniero Julián Biwelow, se encargan del diseño de un
aparato que permitiera tener en cuenta el desplazamiento del objetivo y así “dar en
el blanco” ya que los progresos en aeronáutica y el aumento de velocidad de los
aviones, hicieron que la artillería antiaérea quedara obsoleta. (Wittezaele y García,
1992).

Los dos investigadores concluyeron que el proceso para solucionar el problema era
la retroalimentación, que es el proceso por el cual se le reintroduce información a
un sistema basándose en los resultados de su acción en el pasado. Así mismo el
doctor Rosenblueth, les confirma haber encontrado ciertas patologías en sus
pacientes que se “comportan” como las máquinas que ellos describen.

Con estos indicios prometedores; desean confrontar los datos de que disponen y
continuar sus intercambios metodológicos con otros científicos interesados por
cuestiones referentes a procesos circulares. Dentro de este marco en 1942 la
Fundación Josiah Macy organiza su primera conferencia sobre el tema de la
“inhibición cerebral” (Wittezaele y García, 1992). El tema que flotaba en el aire

37
durante aquella conferencia era el trabajo de Arturo Rosenblueth, Norbert Wiener y
Julián Bigelow acerca de la importancia de los procesos de retroalimentación en la
comprensión de la conducta intencional. Dicho trabajo nos explicaba el modo en
que una unidad orgánica se mantiene a través del tiempo y, más aún cómo su
conducta se da en función de una cierta finalidad a la que tiende en todo momento
sólo para corregirse y de este modo autorregularse. Este modelo remplazaba la
relación causa-efecto tradicional de un estímulo que lleva a una respuesta, por una
causalidad circular que requiere de retroalimentación negativa (Vargas, 2004).

Además de los tres personajes citados anteriormente, participan en el encuentro:


los matemáticos John von Neuman (inventor de la <teoría de los juegos>) y Walter
Pitts, el neurofisiólogo (y matemático) Warren McCulloch, el psicólogo Lawrence
Franck, el psicoanalista Laurence Kubie y los antropólogos Margart Mead y Gregory
Bateson. Se discute mucho acerca de la hipnosis durante esos dos días; en efecto,
Kubie ha invitado al hipnoterapeuta Milton H. Erickson, cuyos métodos admira
(Wittezaele y García, 1992).

En 1946 Frank Freemont Smith, director de la fundación Macy, encarga a McCulloch


el reanudar las conferencias que por motivo de la Segunda Guerra Mundial,
quedaron suspendida. El trabajo de organización permitió que el 8 y 9 de marzo de
ese año diera comienzo el ciclo de conferencias “The Feedback Mechanisms and
Circular Causal Systems in Biology and Social Sciencies” (Vargas, 2004).

Las conferencias continúan efectuándose periódicamente, la tercera en el año de


1947, la cuarta y la quinta en 1948. Pero es en 1948 Wiener publica su obra
Cybernetics: se trata de una síntesis de numerosas investigaciones en los campos
más diversos, y la obra expone, principalmente los resultados de las discusiones de
las primeras conferencias Macy. Por eso cuando se proyecta una nueva conferencia
en la primavera de 1949, esta palabra se impone a todos como un símbolo de sus
investigaciones comunes y los participantes deciden por unanimidad adoptarla
como título de esta conferencia y de las tres siguientes (Wittezaele y García, 1992),
es aquí donde nace el término que será reconocido como cibernética.

38
De las ideas formuladas durante las conferencias Macy de marzo de 1946 hasta la
última ocurrida en abril de 1953, y de los trabajo realizados en forma independiente
en esos mismos años, surgieron innovaciones teórico-conceptuales que
bosquejaron un nuevo marco conceptual de referencia: la cibernética, cuyo objeto
de estudio se enfocó a los procesos de retroalimentación y control en el ser humano
y las máquinas. Con la cibernética se encontró un lenguaje interdisciplinario que
permitió tanto construir sistemas artificiales como entender sistemas naturales
(Pakman, 1991; Heims, 1975; 1977; 1991, citados en (Vargas 2004).

De acuerdo con Wiener, el término cibernética etimológicamente derivaba de una


palabra griega que significa ‘piloto’ o ‘timonel’, y el hecho de que la palabra original
remita tanto a la náutica como al control social, nos está diciendo que la cibernética
se ocupa a la vez de las personas y de los aparatos técnicos que ellas inventan
(Keeney, 1983). De acuerdo con su autor la cibernética es la ciencia del control y la
comunicación entre el hombre y la máquina (Ceberio, 1998).

Toca decir que la cibernética puede proporcionar una base epistemológica y un


lenguaje apropiado para referirse al cambio personal y social, y es éste, el cambio
que interesará al terapeuta. En este sentido se expondrán conceptos utilizados en
la cibernética, todos los cuales están contenidos en la obra de Bradford Keeney, La
Estética del Cambio, 1983 y que se han agrupado en tres diferentes incisos:

Existen distintas etapas en el desarrollo de la teoría de la cibernética los cuales


fueron retomados por los teóricos de la terapia familiar:

Cibernética de primer orden

La Cibernética simple o de primer orden, se caracteriza por dos periodos: primera y


segunda cibernética. La primer cibernética surge de la ingeniería de la comunicación
y de las ciencias de la automatización, su principal meta era establecer los principios
generales de regulación de sistemas de todo tipo. Surgieron dos conceptos clave
en este momento la organización e información (Sluzki, 1985). Los primeros trabajos
se centraron en los procesos de retroalimentación negativa con la cual se

39
contrarresta la desviación que traspasa ciertos límites en la dirección opuesta al
cambio inicial que produjo la retroalimentación, es decir que el sistema se mantiene
en homeostasis.

La premisa inicial no da cuenta de los mecanismos de cambio, ya que la idea de


homeostasis se centra en la estabilidad, por ello se avanza al siguiente periodo
donde el énfasis se desplaza a los procesos de ampliación de la desviación, la
retroalimentación positiva, la cual incrementa el flujo de información en el sistema,
de modo tal que permite el cambio, así es como se reconoce la dualidad estabilidad-
cambio (Sluzki, 1985). En terapia esto se traduce en la necesidad de promover el
cambio empujando a la familia más allá de su umbral. Además el encuadre
terapéutico equivalía a aceptar que el terapeuta se encuentra fuera del sistema
observado y por ello su presencia no afecta ni se ve afectado por el sistema.

Cibernética de segundo orden o cibernética de la cibernética


Para este momento se acepta y señala la presencia y participación de los
observadores dentro del sistema observado, ya que antes al observador se le
dejaba a parte, como si su presencia no afectara al sistema. Toda descripción es
autorreferencial. Una vez que se acepta al observador como parte, se emplean
términos como autorreferencia, el cual es un sistema lógico que incluye al referidor
dentro de la referencia, al observador dentro de la descripción y a los axiomas
dentro de la explicación (Foester, 1971 en Keeney, 1983).

Con la cibernética de segundo orden, la relación entre cibernética y terapia familiar


se encuentra mediada por el desarrollo de una epistemología donde el terapeuta no
es alguien más que describe al sistema desde fuera, sino alguien que “construye”
el sistema del que él también es participante (Pakman citado en Foster, 1991).

40
2.1.2 Análisis de los principios teórico metodológicos de los modelos de
intervención de las terapias modernas

Modelo Estructural

El modelo estructural de terapia familiar ha sido desarrollado por Salvador Minuchin,


quien tiene una trayectoria importante a lo largo de sus más de 50 años de
terapeuta. Minuchin es médico psiquiátra; nació en Argentina en 1921 en el marco
de una familia judía. Emigró a Estados Unidos al principio de la década de los
sesenta. A partir de su práctica clínica y de su contacto con las propuestas teóricas
de la terapia sistémica, comenzó a plantear formas novedosas de abordar los
problemas de salud mental, derivadas principalmente de su trabajo con poblaciones
pobres de zonas marginadas de Estados Unidos y con familias que tenían miembros
con problemas psicosomáticos (Minuchin, 1967; Minuchin, 1978 en Desatnik 2004).

En esencia el enfoque estructural de las familias se basa en el concepto que una


familia no se reduce a los aspectos biopsicodinámicos individuales de sus
miembros. Los miembros de una familia se relacionan de acuerdo con ciertas
disposiciones que gobiernan sus transacciones. Estas disposiciones, aunque por lo
general no son establecidas en forma explícita, o siquiera reconocidas, constituyen
un todo: la estructura de la familia. La realidad de la estructura corresponde a un
orden diferente que la realidad de los miembros individuales (Minuchin, 1974).

Es importante mencionar que la estructura familiar no es algo que se pueda ver a


simple vista, los datos que el terapeuta necesita logra obtenerlos cuando éste se
asocia con la familia es decir cuando coparticipa.

La coparticipación es más una actitud que una técnica, la cual constituye la


cobertura bajo la cual se producen todas las interacciones terapéuticas. Coparticipar
con una familia es hacer saber a sus miembros que el terapeuta los comprende y
trabaja con ellos y para ellos. Existen diferentes maneras de hacerse coparticipe
con la familia dependiendo de la proximidad que se tenga con sus miembros, de
acuerdo con Minuchin y Fishman, (1981) pueden ser:

41
Posición de cercanía: el terapeuta puede entrar en convivencia con miembros de
la familia, si se acerca con unos miembros en contra de otros; sin embargo también
puede lograr acercarse a la familia sin encuentra sus aspectos positivos y los
reconoce, esto le brinda capacidad de maniobra. Por otra parte si el terapeuta logra
transmitir a la familia que logra comprender su conflicto y que está dispuesto a
trabajar con ellos para solucionarlo, puede acercarse efectivamente a la familia.

Si bien este estilo de coparticipación tiene sus ventajas, hay que mencionar que
debido a la cercanía con la familia, la libertad del terapeuta está restringida por su
absorción al sistema familiar. Gana en intensidad actuando de ese modo, pero se
convierte en un participante prisionero de las reglas.

Posición intermedia: también se le conoce como rastreo, en esta posición el


terapeuta coparticipa como un oyente activo, neutral. Rastrear no supone sólo ir
detrás, sino orientar con tacto el ensayo de conductas nuevas. Supone desplazar
los niveles de rastreo del contenido al proceso y ligar de manera concreta el proceso
al contenido. El rastreo exige conocer el lenguaje utilizado por los miembros de la
familia.

Posición distante: en esta, el terapeuta dirige no actúa, se lo experimenta como el


árbitro de las reglas de la sesión, se apoya en su condición de especialista para
crear contextos terapéuticos que procuran a los miembros de la familia el
sentimiento de ser competentes o la esperanza del cambio. Aprende el modo en
que los miembros de la familia encuadran su experiencia. Presta atención a las
pautas de comunicación que expresan y apoyan la experiencia familiar y toma nota
de las frases que son significativas para la familia.

Como se mencionó con anterioridad el enfoque estructural, indica que toda familia
posee una estructura determinada, el terapeuta familiar debe tener en cuenta ciertos
elementos a fin de poder evaluar la estructura de la familia con la que está
trabajando, dentro de esos elementos tenemos:

a) Subsistemas u holones: cada individuo pertenece a diferentes


subsistemas en los que posee diferentes niveles de poder y en los que

42
aprende habilidades diferenciadas. Un individuo se incorpora a diferentes
relaciones complementarias a lo largo de su vida, así por ejemplo un niño
debe actuar como un hijo como su padre actúa como un padre; y cuando
un niño lo hace es posible que deba ceder el poder del que disfruta cuando
interactúa con su hermano mayor. Minuchin habla de los diferentes
subsistemas u holones que existen en la familia: individual, conyugal,
parental y fraterno.

b) Límites: los límites de un subsistema están constituidos por las reglas que
definen quiénes participan, y de qué manera. Los límites protegen la
diferenciación del sistema o subsistema. Existen tres tipos de límites; en
primer lugar están los límites claros, éste es el tipo de límite ideal en una
familia para que el funcionamiento familiar sea adecuado, ya que permite
a los miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin
interferir. En segundo lugar están las familias donde unos se preocupan
en exceso por otros, la comunicación entre ellos se ve incrementada tanto
que los límites entre subsistemas desaparecen, a esto se le conoce como
límites difusos (aglutinamiento), ya que un subsistema puede interferir con
las actividades o funciones de otro. Por último están las familias donde la
comunicación es limitada, los subsistemas interactúan escasamente, lo
que provoca que las funciones protectoras de la familia se vean
perjudicadas, estos son los límites rígidos (desligamiento).

c) Jerarquías: es decir las posiciones que ocupan los distintos miembros de


la familia en un orden escalonado. A este respecto, la jerarquía
corresponde a la diferenciación de roles de padres e hijos y de fronteras
entre generaciones (Simon, Stierlin y Wynne, 1988 en Desatnik, 2004).

d) Alianzas: cuando dos miembros de la familia se unen porque comparten


puntos de vista o intereses comunes.

43
e) Coalición: esta ocurre cuando dos miembros de una familia de distintas
generaciones se unen en contra de un tercero.

f) Triángulos: el triángulo tiene como función dentro de un sistema equilibrar


la relación entre otros que pueden tener relaciones conflictivas, es decir,
una unidad de dos se estabiliza y confiere sentido a su actividad con
referencia a un tercero (Desatnik en Eguiluz, 2004).

Una vez que se evalúa la estructura familiar con los elementos anteriormente
enlistados, el terapeuta cuenta con distintas técnicas que ha de emplear a fin de
lograr el cambio anhelado en la familia, para lograr su cometido el terapeuta habrá
de recurrir a las siguientes tres estrategias: cuestionar el síntoma, cuestionar la
estructura familiar y cuestionar la realidad familiar. Cada una de estas estrategias
cuenta con diferentes técnicas:

Cuestionamiento del Síntoma o Reencuadramiento: cuando una familia llega a terapia, por
lo regular ya ha tratado de resolver su conflicto echando mano de sus soluciones más
efectivas en otro tiempo, entonces la tarea del terapeuta es convencer a los miembros de
la familia que el mapa de la realidad por ellos trazado se puede ampliar o modificar, dando
lugar a sustentar la vivencia de una realidad nueva.
Técnica Objetivo

Escenificación Obtener información de los miembros de la familia en especial de aquella que


no se dispone a través de las interacciones que provoca el terapeuta. Existen
las Interacciones espontáneas donde el terapeuta permite el libre interactuar
de los miembros de la familia. Por otra parte el terapeuta puede provocar
interacciones, se trata de salir del paciente individualizado para incluir a dos o
más miembros que giran en torno a la problemática. Finalmente se puede
iluminar una interacción espontánea, se encuadra un suceso espontáneo e
inadvertido para clasificar el hecho o situación entre sus miembros.

Enfoque El terapeuta pondrá en la mira los temas que sean más relevantes para la
terapia. Profundizará un tema, recabará datos que atañen al proceso de
cambio, no al historial o la descripción de la familia. Se amplía la visión reducida
de la realidad que poseen los miembros de la familia, haciéndoles conscientes
de su potencialidad para contrarrestar el problema.

Intensidad Incentivar la sensibilidad auditiva de la familia para la penetración del mensaje


del terapeuta. Éste tiene que ser reconocido por los miembros de la familia, lo
que significa que deben recibirlo de un modo que los aliente a experimentar
cosas según modalidades nuevas. Esto se consigue a través de:
Repetición del mensaje, se repite un mensaje varias veces durante el curso de
la terapia, hasta hacer consciente el trasfondo del problema.

44
Repetición de interacciones, se trata de la repetición de mensajes que en la
superficie parecen diversos pero que son idénticos a nivel más profundo, la
meta es alcanzar pautas interactivas nuevas y más funcionales para las
familias.
Modificación del tiempo, aumentar o disminuir el tiempo de interacción entre los
miembros de la familia.
Cambio de distancia, acercar o alejar a los miembros de la familia, es válido no
sólo para la distancia física medible, sino para distancias psicológicas menos
visibles.
Resistencia a la presión de la familia, consiste en que el terapeuta no haga lo
que el sistema familiar desea, de esta manera al evitar ser absorbido por el
sistema, el terapeuta introduce intensidad en la terapia.

Cuestionamiento de la Estructura o Reestructuración: durante el proceso de terapia se


cuenstiona el “así se hacen las cosas”, por lo tanto un objetivo importante de ese
cuestionamiento son los subsistemas familiares porque constituyen el contexto donde se
elaboran la complejidad y la competencia.
Técnica Objetivo

Fronteras Regular la permeabilidad de las fronteras que separan a los holones entre
sí, modificando la participación de los miembros.
Distancia psicológica, demarcación de los subsistemas empleando
mensajes, reordenando espacios físicos para indicar la intromisión de un
subsistema en otro.
Duración dela interacción, consiste en extender o alargar un proceso, que
es un modo de incrementar su intensidad, puede ser también un recurso
para demarcar subsistemas o separarlos.

Desequilibramiento El terapeuta busca cambiar el vínculo jerárquico entre los miembros de un


subsistema, para ello entra en coparticipación y apoya a un individuo o a
un subsistema a expensas de los demás.
Alianza con miembros de la familia, se alía con un miembro de la familia
para modificar su posición jerárquica dentro del sistema familiar, además
el hecho de enfocar a un miembro de la familia modifica la posición de los
demás.
Alianza alternante, Consiste en atribuir a cada subsistema pericias
diferentes y complementarias; ensayando así nuevas modalidades de
relación en un marco más amplio.
Ignorar a miembros de la familia, esta técnica es arriesgada y puede
percibirse como agresiva ya que el terapeuta es capaz de hablar y obrar
como si ciertos miembros de la familia fueran invisibles.
Establecer coalición contra miembros de la familia, el terapeuta participa
como miembro de una coalición contra uno o más miembros de la familia.

Complementariedad Ayudar a los miembros de la familia a que vivencien su pertenencia a una


entidad que rebasa el sí mismo individual, lo cual apunta a modificar la
relación jerárquica entre los miembros de la familia, con la diferencia que
ésta vez se cuestiona la idea íntegra de jerarquía.
Cuestionamiento del problema, se cuestiona la idea de que sólo exista un
paciente individualizado con independencia del contexto, introduce
incertidumbre.

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Cuestionamiento del control lineal, se cuestiona la idea de que un solo
miembro de la familia pueda controlar el sistema familiar. Más bien cada
persona es el contexto del as demás.
Cuestionamiento del modo de recortar sucesos, se busca cuestionar la
forma en que la familia observa y explica lo que sucede introduciendo el
concepto en un tiempo ampliado y encuadrando la conducta individual
como parte de un todo más vasto.

Cuestionamiento de la Realidad: una familia no sólo tiene estructura, sino un conjunto de


esquemas cognitivos que legitiman o validan la organización familiar. Todo cambio en la
estructura de la familia modificará su visión del mundo, y todo cambio en la visión del
mundo sustentada por la familia será seguido por un cambio en su estructura.

Técnica Objetivo

Construcciones Se refiere a cómo la familia ha construido su realidad presente en un proceso


de organización de los hechos que iba manteniendo sus ordenamientos
institucionales. Existen maneras distintas de percibir, pero cada familia escoge
su propio esquema explicativo, el cual puede ser cuestionado y modificado,
con ello se pondrá al alcance de la familia modalidades nuevas de interacción.

Paradojas Son intervenciones que buscan cuestionar la realidad de los miembros de la


familia a través de plantearles situaciones que desafíen su posición.
Lados fuertes Esta técnica tiene como principio rector que la familia es capaz de solucionar
sus problemas, por más difíciles que estos sean. Se enfatizan las capacidades
y recursos dentro de la familia para que puedan cambiar tanto la respuesta de
la familia al paciente individualizado como la reducción de las alternativas de
interacción.

Modelo de Terapia Breve Orientado a Problemas (MRI)

El antecedente directo de la Terapia Breve centrada en el problema se encuentra


en los trabajos de investigación del antropólogo Gregory Bateson, quien desarrolla
su trabajo en la década de los 50 al lado de Jonh Weakland, Jay Haley, William Fry
y Donald D. Jackson. El grupo permanece unido por un poco más de una década,
durante la cual publican varios artículos y libros, relacionados con la esquizofrenia,
hipnosis y la terapia; en la etapa final su trabajo se centró en el tema de la paradoja
de la comunicación (Haley, 1999).

En 1959 Don Jackson funda en Mental Research Institute, para ello contrata a dos
terapeutas: Virginia Satir y Jules Riskin. Bateson nunca colabora directamente en el
instituto pero continua la investigación hasta el final, en el momento en que Bateson

46
termina el proyecto de comunicación y se retira del equipo, el MRI toma por
completo un enfoque terapéutico. Uno de los objetivos del instituto era encontrar el
punto de encuentro entre las ideas de Bateson y la práctica de la terapia, también
continuar con el estudio de la esquizofrenia, además de la formación de terapeutas
bajo esta nueva epistemología.

Para el año de 1967 surge un proyecto dentro del MRI que le dará estructura a la
terapia propiamente conocida como 'Terapia Breve'. Este proyecto llevará el nombre
de Centro de Terapia Breve, lo integrarán Dick Fish como director, Paul Watzlawick,
Jonh Weakland y Arthur Bodin. La organización de trabajo es sencilla: un terapeuta
ve a una familia mientras los otros observan a través de un espejo unidireccional, el
terapeuta puede salir a discutir con el equipo y ellos a su vez pueden intervenir
entrando a la sala con el paciente. Las conversaciones se registran en cintas
magnetofónicas. Una vez por semana el equipo se reúne para discutir los casos y
las intervenciones (Wittezaele y García, 1994).

Con este proyecto de investigación pronto descubrieron que su estilo estaba dando
resultados, sin embargo aún no tenían por escrito las premisas que dirigían su
trabajo, es en el año de 1974 cuando los integrantes se sienten listos para dar a
conocer sus ideas sobre la manera de hacer terapia, en el libro más celebre del
CTB: “Cambio”, que en palabras de M. Erickson resulta una “notable contribución,
necesaria para todo aquel que intente comprender los múltiples aspectos del
comportamiento de grupo” (Erickson en Watzlawick, Weakland y Fisch, 1974).

Principios básicos de la Terapia Breve

Cambio

Uno de los aspectos fundamentales al hacer terapia breve es la idea del cambio
(Wittezaele y García, 1994), los pacientes acuden a terapia porque están buscando
la manera en que las cosas cambien en su vida de tal suerte que el problema por el
que llegan desaparezca, en este sentido los autores de “Cambio” señalan que
existen dos tipos de dicho fenómeno que pueden darse en los sistemas, un primer

47
cambio (cambio tipo 1) sería aquel que tiene lugar dentro de un determinado
sistema, que en sí permanece inmodificado y otro, denominado cambio tipo 2, cuya
aparición cambia el sistema mismo.

Lo que un terapeuta estará buscando será que el paciente logre obtener


precisamente un cambio de tipo 2, esto significará que la terapia ha rendido frutos
y puede ser dado de alta. La mayoría de los cambios que los pacientes intentan
antes de llegar a terapia los podemos ubicar en la categoría cambio 1, porque
siguen manteniendo el síntoma y al sistema familiar de la misma manera.

Más de lo mismo: los intentos de solución que perpetúan el problema

Los intentos de solución que aplican las personas para enfrentar sus problemas
contribuyen en gran medida a que los problemas sigan ocurriendo, porque la
solución se ha convertido en parte del problema.

Una forma esencialmente idéntica y contraproducente de resolver problemas es la


intentada por una persona que tiene dificultades en dormirse, trastorno muy
corriente y conocido prácticamente por todo el mundo. El error en que incurren la
mayoría de los que padecen insomnio es el de forzarse a sí mismos a dormir
mediante un acto de voluntad, con lo que únicamente logran mantenerse aún más
despiertos. (Watzlawick, Weakland y Fisch, 1989).

Metas y estrategias terapéuticas

Existen ciertas estrategias que el terapeuta debe seguir para llevar a buen fin la
terapia (Ochoa, 1995):

a) Definición del operativa de los objetivos, con lo que se especifican


los referentes conductuales que posibilitan la consecución y
evaluación de los cambios.
b) Elección de un cambio, también definido en términos de conductas
concretas, seguido de una planificación que facilite el inicio de un
efecto de irradiación.
c) La estrategia efectiva se aparta 180º del impulso básico o clase de
soluciones intentadas hasta entonces. Por ejemplo si el intento
48
solucionado consiste en exigir obediencia, la intervención debe
orientarse a exigir desobediencia.
d) Utilización de la postura del paciente para pedirle que lleve a cabo
la intervención sugerida por el equipo. Al encuadrar una tarea dentro
de la postura del paciente es más probable que la lleve a cabo.
e) El terapeuta ha de buscar permanentemente una posición inferior,
evitando la confrontación, que le posibilite intervenir en cualquier
condición que presente el paciente, ya que remarcar la superioridad
del terapeuta favorece la creación de resistencias en la generalidad
de los clientes, razón por la cual insisten en la conveniencia de
asumir una actitud igualitaria e incluso inferior.

Planificar el caso

Planificar el caso, según Fisch, Weakland y Segal (1984), es la parte menos


interesante y más desagradable de la terapia, sobre todo cuando el terapeuta
trabaja en solitario, sin formar parte de un equipo terapéutico, sin embargo planificar
es imprescindible para aplicar con eficacia la propia influencia y para resolver los
problemas con rapidez.

La planificación del caso, consta de los siguientes rubros:

1) Establecer el problema del cliente.


2) Establecer la solución intentada por el cliente.
3) Decidir qué se debe evitar.
4) Formular un enfoque estratégico.
5) Formular tácticas concretas.
6) Encuadrar la sugerencia en un contexto.
7) Formular objetivos y evaluar el resultado.

49
Capacidad de maniobra

Por lo regular, los pacientes se resisten a los intentos del terapeuta de llevar a cabo
el tratamiento, quizá los pacientes obstaculizan este esfuerzo, en su mayoría,
debido a su angustia o al temor de que el problema llegue a empeorar. En
consecuencia una cosa es saber cuál es la mejor manera de actuar en un
tratamiento y otra muy distinta tener la libertad de actuar en la forma que uno
considere más adecuada, o en otras palabras, ser capaz de poner en práctica lo
que el terapeuta juzgue más apropiado en el transcurso del tratamiento. A esa
libertad se le conoce como ‘capacidad de maniobra’, la cual implica la posibilidad de
emprender acciones dotadas de un propósito, a pesar de los obstáculos o
inconvenientes que se presenten.

Para lograr la máxima capacidad de maniobra el terapeuta necesita conservar sus


propias opciones, limitando al mismo tiempo las de los pacientes. De acuerdo con
Fisch, Weakland y Segal (1984), existen diferentes medios para incrementar la
capacidad de maniobra y se mencionan a continuación:

-Oportunidad y ritmo: significa que el terapeuta debe ajustar su postura conforme


observe las respuestas del paciente al tratamiento y no aferrarse a cierta estrategia
de manera definitiva, de lo contrario se reduce la capacidad de maniobra.

-Tiempo necesario: es decir que se debe evitar tomar decisiones precipitadas a


causa de la insistencia del cliente por resolver de forma “rápida” su problema, ya
que al sentirse presionado el terapeuta puede dar inicio a un tratamiento basado en
datos insuficientes o erróneos.

-El uso del lenguaje condicional: es importante mantener este tipo de lenguaje en
terapia, ya que de esta manera el terapeuta evita tomar alguna postura explícita
antes de que haya tenido la información necesaria y tiempo suficiente para decidir
qué postura va a tomar.

-Actitud igualitaria: es importante asumir una actitud de confianza y aliento más que
una postura de autoridad, ya que es la manera más segura de evitar la tendencia
del paciente a contemplar desde abajo al terapeuta.

50
-Sesiones individuales o conjuntas: aunque el enfoque sistémico se basa en
interacción, para una sesión terapéutica no es necesario que esté presente toda la
familia, basta con que este el individuo en conflicto y/o dos o tres personas
seleccionadas. Lo que importa es cómo se encaran los problemas.

Postura del paciente

Un elemento que sin duda es de apoyo para el terapeuta, si este sabe cómo hacer
uso de ella, es la postura del paciente, la cual se entiende como la inclinación interna
del paciente hacia la terapia, la cual está dada por sus valores, creencias y
prioridades.

Básicamente existen dos posturas que toman los pacientes, una sería que el
problema es muy doloroso y necesita una solución urgente o la otra es que el
conflicto no es tan importante o no afecta demasiado, así que se puede postergar
su solución.

También se adopta cierta postura respecto a la dinámica de la terapia, existe quien


es pasivo y receptivo por completo a las sugerencias del terapeuta, por otra parte
están los que toman la iniciativa de su tratamiento y por último los que buscan ayuda
a través de una responsabilidad recíproca entre él y su terapeuta (Fisch, Weakland
y Segal, 1984).

Técnicas de intervención

La terapia breve pretende influir sobre el cliente de modo que su dolencia originaria
se solucione a satisfacción de éste. Dicho objetivo puede conseguirse por dos vías:
impidiendo que el cliente o quienes le rodean lleven a cabo una conducta que
permita la perpetuación del problema, o, en los casos adecuados, rectificando la
opinión del cliente acerca del problema de modo que ya no se sienta perturbado ni
en la necesidad de continuar bajo tratamiento. Las intervenciones constituyen en
esencia un medio de interrumpir la solución previamente ensayada.

51
Existen dos grandes categorías de intervención planificadas. La primera comprende
las intervenciones principales que se utilizan después de haber recogido los datos
suficientes y haberlos integrado en un plan del caso ajustado a las necesidades
específicas de la situación concreta (Fisch, Weakland y Segal, 1984):

Intervenciones principales:

1) Intento de forzar algo que sólo puede ocurrir de modo espontáneo: en esta
categoría se ubican a los pacientes que padecen una dolencia relativa a él
mismo, no a otra persona. Pertenecen a este grupo la mayoría de los
problemas de funcionamiento corporal o de rendimiento físico.

2) El intento de dominar un acontecimiento temido aplazándolo: los pacientes


que se ubican en este apartado, se quejan de estados de terror o ansiedad,
las fobias constituyen un buen ejemplo de esta categoría, el paciente trata de
postergar el enfrentarse al evento que le provoca malestar. Por tanto el hilo
conductor de las estrategias de solución ante los problemas de miedo-
evitación es, exponer al paciente a la tarea temida, al mismo tiempo que se
le impide que la acabe con éxito.

3) El intento de llegar a un acuerdo mediante una oposición: los problemas que


se ubican en este apartado son conflictos entre padres e hijos pequeños o
adolescentes rebeldes, dispuestas entre compañeros de trabajo y problemas
entre hijos adultos y padres de edad avanzada.

4) El intento de conseguir sumisión a través de la libre aceptación: es tratar de


conseguir espontaneidad mediante la premeditación, es decir que una
persona intenta obtener la sumisión de otra, al mismo tiempo que niega que
esté pidiendo tal sumisión. La estrategia global para afrontar estos problemas
consiste en lograr que la persona que solicita algo lo haga directamente.

52
5) La confirmación de las sospechas del acusador mediante la autodefensa: por
lo regular hay alguien que sospecha que otra persona realiza un acto que
ambas partes consideran que está equivocado, por ejemplo infidelidad o
abuso de alcohol. La intervención consiste en romper ese círculo del juego
acusador y defensor.

Intervenciones generales:

Hay momentos en los que el terapeuta quiere comunicar alguna postura de tipo
general, con objeto de preparar el terreno para una intervención posterior más
específica. También es posible que quiera utilizar dicha postura para averiguar si es
suficiente con ella para solucionar el problema, aun en el caso de que no implique
la formulación de una intervención y por ello son agrupadas en este rubro, por su
amplia utilidad, aunque no se hallen en estricta dependencia del problema o de la
solución que afecte en particular a un cliente (Fisch, Weakland y Segal, 1984).

1) No apresurarse: consiste en ofrecer razonamientos dotados de credibilidad


que justifiquen el no ir de prisa: el cambio aunque sea para mejorar, exige
una adaptación.
2) Los peligros de una mejoría: en este caso se le pregunta al paciente si se
halla en condiciones de reconocer los peligros inherentes a la solución del
problema, invitándole a reflexionar acerca de cómo sería su vida si le diera
solución a su problema.

3) Un cambio de dirección: es cuando el terapeuta varía de postura, de directriz


o estrategia, ofreciéndole al cliente una explicación acerca de dicha
variación.

4) Como empeorar el problema: cuando el cliente se resiste a las sugerencias


terapéuticas para darle solución a su problema, se ofrece una sugerencia en
calidad de instrumento para que las cosas empeoren, y se le dan ejemplos
de todo lo que él ha hecho para solucionar su conflicto.

53
Intervenciones específicas
Las técnicas de intervención específicas comprenden la redefinición, las tareas, las
prescripciones paradójicas, así como el uso de cuentos y metáforas (Espinosa en
Eguiluz, 2004).

Modelo de Terapia Estratégica

La terapia estratégica tiene su origen en Milton Erickson quien es considerado como


el maestro del enfoque estratégico en terapia. Durante mucho tiempo se le ha
conocido como el más importante especialista en el mundo en cuanto a hipnósis y
es posible visualizar la terapia estratégica de Erickson como una extensión lógica
de su técnica hipnótica. A él acudieron muchos terapeutas en busca de un
entrenamiento, uno de ellos fue el analista de comunicación Jay Haley, quien trabajó
con Gregory Bateson.

En la obra de Haley se identifican tres elementos que influyen de forma directa: una
concepción particular de la comunicación construida en relación a lo expuesto por
G. Bateson, un enfoque general de lo que constituye la terapia, derivado de las
consultas con M. Erickson y un acercamiento hacia la familia orientado por las ideas
de S. Minuchin y B. Montalvo (Galicia, en Eguiluz 2004).

Haley escribió “Terapia no Convencional”, 1973. “Terapia para resolver problemas”,


1976 y “Trastornos de la emancipación juvenil y terapia familiar”, 1989, lo cual lo
posiciona como uno de los padres del modelo estratégico. Enseña a planificar la
psicoterapia centrándose en el síntoma para cambiar al sistema. Pone su atención
en el detalle y en las microsecuencias interaccionales. Visualiza sistemas y
subsistemas pertinentes para el cambio. Se destaca también por su economía de
recursos, en su capacidad de enfoque y en su intensidad no invasor (Madanes,
1989).

En el año 1976 Jay Haley junto con Cloe Madanes dirigen el Instituto de Terapia
Familiar de Washington, a partir de este momento desarrollan un enfoque de terapia
familiar estratégica influidos por la terapia de Milton Erickson.

54
La terapia estratégica es definida por Haley como aquella en la que el terapeuta
lleva en gran medida la iniciativa y en la que tiene que “identificar problemas
solubles, fijar metas, diseñar intervenciones para alcanzarlas, examinar las
respuestas que recibe para corregir su enfoque y por último, evaluar el resultado
para ver si ha sido eficaz” (Haley 1980 citado por Galicia 2004)

Un rasgo primordial es que el terapeuta asume la responsabilidad de planear una


estrategia a fin de resolver los problemas del paciente. El terapeuta establece
objetivos claros que siempre entrañan la solución del problema presentado. No
aplica un mismo método a todos los casos sino que diseña una estrategia específica
para cada caso.

Se define un problema como un tipo de conducta que forma parte de una secuencia
de actos entre varias personas. Un síntoma es la cristalización de una secuencia
que tiene lugar dentro de una organización social, es una etiqueta que se le adosa.
Síntomas como depresión o fobia son entendidos como contratos entre seres
humanos y por consiguiente como adaptados a las relaciones, que ellos mantienen.
El terapeuta está incluido en tales relaciones, puesto que él es quien define el
problema: rotular a alguien como esquizofrénico, delincuente o maníaco-depresivo
es participar en la creación del problema que la terapia debe resolver. A veces, el
rótulo mismo origina el problema, tornando más difícil su solución: eliminar un
depresión es más difícil que eliminar un problema de pereza; “curar” una
esquizofrenia no es asunto sencillo, mientras que resolver la dificultad para
mantener un empleo es mucho más fácil para lograr un posible cambio. Así pues
este enfoque destaca la diferencia entre (Madanes, 1989):

1. identificar un problema presentado en la terapia, y


2. crear un problema mediante la aplicación de un diagnóstico o una
determinada caracterización de un individuo o familia.

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Rara vez se utilizan en este enfoque los criterios diagnósticos de la psiquiatría y
psicología, siendo así la primera misión del terapeuta definir de tal modo el problema
presentado que sea posible solucionarlo.

Por su manera de conceptualizar un problema, el enfoque estratégico hace hincapié


en lo analógico. Se presume que el problema de un niño o el síntoma de un adulto
son modos que ellos tienen de comunicarse con los demás. Si se trata de un hombre
deprimido que no quiere trabajar, se supondrá que es la forma que él tiene para
comunicarse con su esposa y/o su madre, hijos, etc., respecto de ciertas cuestiones
específicas. Quizá la pareja se vuelva inestable con relación al problema presentado
y entonces un hijo desarrolle un síntoma que exija al padre prodigarle activos
cuidados en vez de deprimirse y comportarse incompetentemente. Se da por
sentado que analógica o metafóricamente un síntoma es expresión de un problema
y también una solución (a menudo insatisfactoria) para todos los que tienen que ver
con él (Haley, 1997).

En terapia estratégica interesa conocer que piensa sobre el problema cada


componente de la familia, en caso de que a la primera sesión acudan los miembros
involucrados, el terapeuta puede indagar las opiniones de todos haciendo diferentes
preguntas (Ochoa de Alda, 1995):

a) ¿Cuál es el problema? propiciando así que la persona más involucrada en el


problema responda exponiendo las dificultades que atraviesa la familia debido a la
conducta sintomática o haga una descripción del problema.

b) ¿En qué puedo ser útil? es una forma de preguntar menos profesional y más
personal que la anterior pero por lo mismo a algunos terapeutas les resulta
incómoda.

c) ¿Qué cambios desean lograr? permite obtener respuestas sobre los cambios
deseados y no estrictamente sobre el problema.

d) ¿Por qué motivo han venido? al responder las personas pueden centrar su
respuesta en el problema o en el cambio deseado.

56
Para alcanzar los objetivos propuestos se programan varias etapas en la terapia.
Se define cada problema, así mismo el terapeuta debe evaluar quiénes están
involucrados y de qué manera. Luego resolverá cómo ha de intervenir a fin de
modificar la organización familiar para que el problema presentado ya no sea
necesario. Por lo común el cambio se plantea en etapas; de manera que el cambio
en una situación o en un conjunto de relaciones está programadas para involucrar
o desinvolucrar, conectar o desconectar a varios miembros entre sí.

En este enfoque interesa la jerarquía familiar. De los padres se espera que se hagan
cargo de sus hijos, al par que se bloquean las coaliciones intergeneracionales, como
cuando uno de los progenitores se alía con un hijo contra el otro progenitor. Se pone
especial cuidado en el lugar en que se sitúa el terapeuta en la jerarquía, para que
no forme coaliciones inadvertidamente con los miembros que ocupan los escalones
inferiores en contra de los que ocupan los escalones superiores.

De acuerdo con Haley (1989) los sistemas patológicos se pueden describir en


términos de una jerarquía que funciona incorrectamente. Subraya el autor que una
de las maneras de planear una estrategia es sustituir el sistema que presenta la
familia por otro diferente, anormal, antes de pasar a reorganizarla dentro de una
jerarquía más funcional.

Un aspecto muy importante es que esta terapia se centra en la solución del


problema presentado, no está orientada al crecimiento personal ni se preocupa por
el pasado; el acento esta puesto en la comunicación del presente. Si bien es cierto
que siguiendo las directivas del terapeuta, las familias sobrellevan nuevas
experiencias, estas no representan una meta en sí mismas. Tampoco se insiste en
la reelaboración de algún tema o en tomar conciencia de la forma en que se produce
la comunicación; si la familia puede superar el problema sin enterarse de cómo o
porqué lo logró, se considera suficiente y satisfactorio, teniendo en cuenta que
muchas cosas quedan fuera de la conciencia (Haley, 1997).

En suma la finalidad de la terapia es cambiar las secuencias de conductas


inadecuadas que encierran una jerarquía incongruente y ampliar las alternativas
conductuales y epistemológicas del sistema familiar (Ochoa de Alda, 1995).

57
Principales procedimientos:

Para Haley, la terapia es exitosa cuando soluciona la queja o el problema del cliente.
Para lograr lo anterior, lo más importante es saber cuál es el problema y poder
definirlo. La tarea inicial del terapeuta es saber cómo formular un problema y, con
base en ello, saber cómo resolverlo.

El modelo de entrevista que emplea Haley (1980), comprende cuatro etapas:

1) Social: en la primera entrevista se establece el contrato terapéutico, esta fase da


pauta al planteamiento del problema.

2) Planteamiento del problema: a través de ciertas preguntas, el terapeuta trata de


esclarecer el problema e identificar la secuencia de conductas que lo constituyen en
la familia.

3) Interacción: en este momento el terapeuta permite a todos los integrantes de la


familia discutan sobre el problema, interviniendo activamente para que todos
participen.

4) Fijación de metas: en esta etapa se llega en conjunto con la familia a la


identificación de los cambios que quieren lograr como objetivo de la terapia.

Intervenciones

En terapia estratégica, las intervenciones suelen tomar forma de directivas o tareas


sobre algo que el paciente debe realizar, dentro y fuera de la entrevista, las cuales
tienen diferentes finalidades (Haley, 1980):

-Hacer que la gente se comporte diferente para así obtener experiencias subjetivas
distintas y empezar a provocar los cambios deseados.

-Para intensificar la relación entre el terapeuta y paciente.

-Se usan para obtener información, al impartir una directiva, se puede observar
cómo reacciona el sujeto.

Las directivas se plantean deliberadamente y constituyen la principal técnica de la


escuela estratégica, a continuación se describen brevemente las más utilizadas.
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Metáfora: es una formulación acerca de una cosa que se parece a otra; es la relación
entre una cosa y otra. La formulación explícita de lo que el terapeuta desea que
acontezca en la familia, o de lo que quiere que hagan sus integrantes, no siempre
es el enfoque más acertado, pues a veces la gente está más dispuesta a cumplir
una directiva si no tiene conciencia de haberla recibido. Un modo de lograrlo es
expresándose con metáforas.

Directas: se emplea este tipo de directivas cuando el paciente es cooperador, puede


tomar la forma de consejos o sugerencias. Es recomendable modificar este tipo de
directiva para que vaya con el estilo de cada persona.

Paradójicas: se emplean cuando el paciente que acude en busca de ayuda, se


resiste a efectuar las tareas que se le indican para lograr el cambio, así que se le
pide que intencionalmente no cambie, para de ese modo lograr el cambio.

Redefinición: consiste en modificar el marco conceptual del paciente respecto a su


problema haciendo que éste sea resoluble. Por ejemplo en una pareja, la depresión
del el esposo, se puede redefinir para que ya no sea percibida como una
enfermedad, sino como elemento que sirve al funcionamiento del sistema de pareja.

Ordalía: literalmente significa “a juicio de Dios” o experiencia penosa, prueba severa


o prueba de fuego; es decir que en esta técnica se le indica una tarea inicial al
paciente que de no cumplirla tendrá una consecuencia más penosa o desagradable
que la primera. Para ello se hace necesario saber lo que valora y molesta al
paciente. La ordalía debe ser algo que la persona pueda cumplir y no debe causar
daño (Haley, 1984).

Modelo de Terapia de Soluciones

Por tradición la terapia se había enfocado en el análisis del pasado de los pacientes
para tratar de explicar la problemática por la cual llega al consultorio, a continuación
con el surgimiento de otros enfoques como la terapia Gestalt, el presente se
convirtió en lo importante, el saber cómo se mantiene el conflicto o síntoma actual
59
más que en el pasado. Ahora la terapia de acuerdo con O´Hanlon y Weiner-Davis
(1990) ha evolucionado al punto en que no interesa el pasado, es decir cómo se
generó el problema o cómo se mantiene, más bien se ocupa de cómo puede
resolverse.

Así se entiende que éste enfoque se va a diferenciar de otros principalmente en que


no busca una explicación exhausta de cómo se originó el conflicto que lleva a las
personas a terapia, tampoco se enfoca a realizar un diagnóstico acerca de la
problemática para poder iniciar el trabajo terapéutico; en términos generales no es
necesario tener basta información sobre el problema, su frecuencia o naturaleza o
su historia; para este enfoque lo más importante es la búsqueda de la solución.
Entonces es lógico que el terapeuta pueda dar inicio a su trabajo hablando de las
soluciones, identificando qué es lo que el paciente quiere conseguir al asistir a
terapia, enfocándose en sus recursos, ayudando de ésta manera a remarcarlos en
el paciente y emplearlos para la solución.

Se puede distinguir entre dos grupos de trabajo, que aunque enfocados a la


búsqueda de soluciones, lo hacen desde dos perspectivas ligeramente diferentes.

Primero tenemos a la Terapia Centrada en las Soluciones la cual tiene su origen en


el Brief Family Therapy Center de Milwaukee con Steve de Shazer, Insoo Kim Berg
y su equipo. Sus principios teóricos están influidos por el trabajo de Milton Ericsson
y por el trabajo terapéutico desarrollado en el Mental Research Institute de Palo
Alto. Esta perspectiva afirma que el trabajo terapéutico debe centrarse en la
búsqueda de soluciones y que es posible hacer terapia sin jamás conocer cuál es
el problema que trajo a terapia al paciente.

En otro punto encontramos al Enfoque Orientado a las Soluciones cuyo


representante principal es William Hudson O`Hanlon en Santa Fe, Nuevo México,
el cual se vio influido inicialmente por Milton Erickson, y por el trabajo de Steve de
Shazer. Esta perspectiva indica que el trabajo debe guiarse en la búsqueda de
excepciones, pero acepta que no con todos los pacientes se aplica, que hay casos
para los que este enfoque no se aplica. Estas dos perspectivas tienen sus propias
premisas que fundamentan su trabajo:

60
TERAPIA CENTRADA EN LA SOLUCIONES TERAPIA ORIENTADA A LAS SOLUCIONES
(Kim y Miller, 1996) (O´Hanlon y Weiner-Davis, 1990)

Énfasis en la salud mental: Los clientes tienen recursos y fuerzas para


Este principio implica que el terapeuta hace resolver sus quejas:
hincapié en el éxito obtenido por los pacientes Es tarea del terapeuta acceder a esas
al manejar sus problemas, pone énfasis en el capacidades y lograr que sean utilizadas, ya que
manejo de sus recursos y/o habilidades no así a menudo los pacientes pierden de vista sus
en sus carencias o incapacidades, de esta recursos de solución debido a sus dificultades.
manera se busca retirar el foco de atención de
la patología y se dirige a la salud, a las
posibilidades de solución.
Utilización: El cambio es constante:
Consiste en echar mano de los recursos, Se cree que las situaciones que viven las
conocimientos, creencias, motivación, personas siempre están cambiando, al decir que
comportamiento y circunstancias de los nada ha cambiado, es su forma de ver lo que ha
pacientes para llevarlos a los resultados que quedado igual. Un terapeuta orientado a las
ellos desean lograr. Éste principio implica que soluciones se centra en la omnipresencia del
el profesional que brinda tratamiento debe cambio, desviará el tema de conversación de
aceptar el marco de referencia del paciente y cómo las cosas han seguido igual, pasará a
trabajar dentro de él. cómo las cosas han cambiado.
Una visión ateórica -no normativa- No es necesario saber mucho sobre la queja
determinada por el paciente: para resolverla:
Se refiere a no hacer presunciones acerca de No es útil concentrarse en obtener una amplia
la verdadera naturaleza de los problemas que información histórica del problema; en vez de
los pacientes experimentan, más bien se eso, lo importante es saber qué es lo que hacen
observa la particular molestia del individuo los pacientes que les da buen resultado a fin de
acerca de su conflicto y tratar de encontrar una que lo continúen haciendo. Buscar las
solución para ese individuo. Esto permite al excepciones también es importante, estar atento
terapeuta renunciar al rol de experto e a aquellos momentos en que eso que lleva a los
incrementa su flexibilidad. pacientes a terapia no resulta molesto.
Parquedad: Sólo es necesario un cambio pequeño; un
Es preferible adoptar los medios terapéuticos cambio en una parte del sistema puede producir
más simples y directos para llegar al fin cambio en otra parte del sistema:
deseado, sólo se agrega complejidad si es Cuando se ha realizado un cambio positivo, la
necesario. Es decir que con frecuencia sólo se gente se siente más entusiasta y con más
requiere un pequeño cambio para empezar a confianza para emprender nuevos cambios. Un

61
resolver las dificultades y una vez iniciado el cambio en una parte de la vida del individuo crea
cambio el propio paciente generará nuevos a menudo un efecto de onda expansiva en otras
cambios. áreas, es por esto que el terapeuta puede
vislumbrar un futuro más prometedor que la
situación del cliente al terminar la terapia.
El cambio es inevitable: Los clientes definen los objetivos:
Se adopta el supuesto de que el cambio forma Este tipo de enfoque considera que no existe una
parte de la vida hasta tal punto que los única forma correcta de vivir la propia vida, así lo
pacientes no pueden dejar de cambiar, en que para una persona puede ser inaceptable,
varias ocasiones, la terapia consiste en resulta deseable para otra. Por tanto son los
identificar los cambios que se producen clientes, no los terapeutas, los que identifican los
naturalmente y usarlos para llegar a una objetivos a conseguir en el tratamiento.
solución.
Orientación hacia el presente y el futuro: El cambio o la resolución de problemas pueden
Consiste en mover el foco de los pacientes ser rápidos:
hacia un presente y futuro donde el problema Como resultado de la interacción entre terapeuta
ya no está presente en lugar de mirar hacia el y paciente durante la primera sesión, se cree que
pasado, esto impulsa al paciente a imaginar éste último obtendrá una nueva visión más
que su problema será resuelto. productiva de su situación. Se espera que vayan
a casa y hagan lo necesario para que sus vidas
sean más plenas.
Cooperación: No hay una única forma correcta de ver las
Significa trabajar junto con el otro, esto quiere cosas:
decir que en una relación terapéutica No existe una forma correcta de determinar cuál
verdaderamente cooperativa, no sólo el de los puntos de vista es el más correcto, al
paciente debe cooperar trabajando con el contrario resulta evidente que cada punto de
terapeuta, sino que éste también debe vista es solamente una pequeña porción de la
trabajar con el paciente. imagen total. La opinión que las personas tienen
acerca de sus problemas aumentan o
disminuyen la probabilidad de solución y a veces
lo único que hace falta para iniciar un cambio
importante es u cambio en la percepción de la
situación.

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De acuerdo con lo expuesto, para el enfoque de soluciones el cambio es inminente
e incluso inevitable si el terapeuta enfoca su atención en la búsqueda de las
habilidades de los pacientes o si lo lleva a cambiar su vista del pasado a un futuro
donde exista la posibilidad de una vida sin el problema. Una forma de lograrlo es a
través del lenguaje para crear una expectativa de cambio como inevitable haciendo
uso de ciertos procedimientos que a continuación serán mencionados (O´Hanlon y
Weiner-Davis, 1990):

a) Utilización de presuposiciones: es una forma de hablar que presume la


ocurrencia de algo sin afirmarlo directamente, por ejemplo ¿Qué será
diferente en su vida cuando la terapia tenga éxito?, con una pregunta de este
estilo se está asumiendo que habrá algo que será distinto además que la
terapia resolverá su conflicto.

b) Adaptarse al lenguaje del paciente: emplear inicialmente las palabras que


utiliza como una forma de unión con él y establecer rapport, para incorporar
aquellas expresiones que sean clave en los mensajes que se les darán al
avanzar en la sesión.

c) Adoptar la modalidad sensorial del paciente: se sugiere que el terapeuta se


ajuste a la modalidad del paciente a fin de indicar comprensión y desarrollar
la unión.

d) Encausar el lenguaje del paciente: alejarlo de las palabras que implican


etiquetas fijas y negativas, llevándolo a descripciones de acciones que sean
del lenguaje cotidiano, esto tiene el efecto de despatologizar o normalizar las
situaciones que viven las personas. Además de utilizar adecuadamente los
tiempos verbales para crear una realidad en la que el problema está en el
pasado y existen posibilidades para el presente y el futuro.

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e) Orientación hacia el futuro: hacer una descripción en detalle un futuro en el
cual el problema ya fue resuelto, ayuda a construir la expectativa de que el
problema será solucionado.

f) Búsqueda de excepciones: extraer información en las ocasiones en que las


cosas van bien, cuando el problema no ocurre y así saber qué es lo que se
necesita para resolver el conflicto (De Shazer, 1986).

g) Deconstrucción del marco: se refiere a crear dudas sobre los marcos de


referencia con los que llega el paciente al consultorio, el terapeuta busca
algún elemento de la construcción del marco a partir del cual se pueda
elaborar una solución.

h) Concentrarse en la solución: el terapeuta favorece una conversación donde


se hable de la solución al conflicto que le presenta el paciente, se sabe que
el tratamiento tiene más probabilidades de proseguir y completarse cuando
la conversación de la solución se inicia en los primeros momentos (Lipchik,
2002).

También es importante hacer notar que de acuerdo a este enfoque existen tres
modelos diferentes en la relación terapeuta-familia, es importante saber al inicio de
la terapia qué modelo se presenta con cada miembro, ya que se podrá saber quién
dentro del sistema está más motivado para trabajar en la resolución del conflicto.

De acuerdo con Kim y Miller (1996), las relaciones que se pueden establecer son
las siguientes:

La relación tipo “visitante”: se entabla cuando al final de una sesión el terapeuta y


paciente no han identificado juntos una dolencia o un objetivo sobre los cuales
trabajar. Esto se debe principalmente a que el paciente señala que no existe
problema alguno o que el conflicto pertenece a otra persona, por lo tanto no le es
necesaria la terapia.

64
Por otra parte tenemos la relación tipo “demandante”: se da cuando en conjunto
terapeuta y paciente pueden identificar un objetivo para el tratamiento, pero no los
pasos concretos que el paciente necesita dar para producir una solución. Pueden
describir sus objetivos con detalle, sin embargo no llegan a visualizarse como parte
de la solución, llegan a creer que la única solución es que la otra persona cambie

Finalmente se encuentra la relación tipo “comprador”: esta se da cuando en el


transcurso o al final de una sesión el paciente y el terapeuta identifican un conflicto
o un objetivo para el tratamiento. Además el paciente indica que se ve como parte
de la solución y que está dispuesto a hacer algo al respecto del problema.

Dentro del modelo existen diferentes técnicas, prescripciones a fin de lograr el


cambio, de acuerdo con Steve de Shazer (1986), las intervenciones solo tienen que
impulsar la iniciación de nuevas pautas de conducta:

Tarea de fórmula de la primera sesión:

Se aplica para cambiar el foco del paciente, llevándolo de acontecimientos pasado


a sucesos presentes y futuros. Se utiliza cuando los pacientes describen metas o
quejas con vaguedad, al usarla se darán cuenta que no todo en su vida va tan mal,
que existen cosas que a pesar de lo que creían les gustaría seguir experimentando.

La pregunta por el milagro:

Este tipo de pregunta es frecuente utilizarla en la primer sesión, es una forma de


concentrarse en la solución revisando rápidamente el futuro, además que favorece
el determinar los objetivos de la terapia.

Hagan algo diferente:

Esta sugerencia está destinada a los pacientes deseosos de que se les diga qué
hacer y que las cosas que hacen no les funcionan.

Prestar atención a lo que hace cuando supera el impulso de …

Está destinada a emplearse cuando la persona se queja de su propia conducta o de


algún modo de sí misma. Tiene la finalidad específica de ayudar a clientes y

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terapeutas por igual para que descubran las excepciones a la regla. Además de
buscar las conductas alternativas que pueden ayudar a evitar el comportamiento
inadecuado.

Escribir y quemar:

Es una buena sugerencia para las personas estancadas en un estado emocional


que les impide actuar como desearían. Es útil cuando las personas se quejan de
pensamientos obsesivos o depresivos.

La tarea de la pelea estructurada:

Está específicamente diseñada para ajustarse a situaciones en las cuales ambos


miembros de la pareja se quejan simultáneamente de peleas o disputas que no
parecen conducir a ninguna parte.

Pregunta de escala:

Resulta un instrumento de gran valor cuando se quiere mantener y ampliar el


cambio. Al preguntarles en qué lugar de la escala tendrían que situarse para sentirse
satisfechos, se les da la oportunidad a los pacientes para reconocer que las cosas
no tienen que ser perfectas para ser satisfactorias. Este tipo de presunta sirve para
obtener una medición cuantitativa del problema familiar antes del tratamiento y en
el presente (Selekman, 1993).

Insistir en lo que funciona:

Se basa en la idea de que no se debe reparar lo que ya funciona, identificar aquellas


conductas que realiza el paciente que ayuden a contribuir a la solución.

Modelo de Milán

La terapia sistémica de Milán surge cuando en el año 1967 Mara Selvini Palazzoli
crea el Instituto de la Familia en Milán donde también colaborarían, Giulana Prata,
Luigi Boscolo y Gianfranco Cecchin, estos psiquiatras formados en psicoanálisis

66
inicialmente, fueron atraídos por las propuestas que llegaban del Mental Research
Institute de Palo Alto en California, donde las técnicas utilizadas en la terapia se
basaban en los supuestos de Gregory Bateson sobre la interacción en la
comunicación humana, de la cibernética y de la teoría general de los sistemas
(Rodríguez, 2004).

En su obra fundamental “Paradoja y Contraparadoja” (1974), el grupo fundador de


la terapia de Milán hablan de los puntos que inicialmente guiaron su trabajo:

1.- La familia es un sistema autocorrectivo, autogobernado por reglas que se


constituyen en el tiempo a través de ensayos y errores.

2.- En cada grupo natural con historia, se forma en un cierto lapso de tiempo una
serie de ensayos, intercambios y retroalimentaciones correctivas, experimentando
así sobre lo que está y lo que no está permitido en la relación, hasta convertirse en
una unidad sistémica original que se sostiene por medio de ‘reglas’.

3.- Las familias que presentan conductas tradicionalmente diagnosticadas como


patológicas en uno o más de sus miembros se rigen por un tipo de relaciones y, por
ende, de normas peculiares de ese tipo de patología, y tanto las conductas-
comunicación como las conductas-respuesta tendrán características tales que
permiten mantener las ‘reglas’. Por tanto se debe tratar de cambiar las reglas para
poder influir sobre los síntomas.

4.- Se debe descubrir y cambiar la regla fundamental del sistema familiar para
obtener rápidamente la desaparición del comportamiento patológico.

5.- El juego familiar se mantiene por la interacción de todos los miembros, sin que
un solo integrante tenga el poder unidireccional sobre el conjunto. El poder no
pertenece ni a uno ni a otro: el poder se encuentra en las reglas del juego
establecidas en el tiempo y en el contexto pragmático de los implicados.

Para los terapeutas era indispensable descubrir las reglas del juego familiar durante
la sesión para poder desarrollar una hipótesis sistémica y así poder decidir qué
prescripción indicar a la familia.

67
Modalidad de trabajo

El trabajo durante cada sesión se organizaba en cinco fases (Tomm, 1984):

Presesión: el equipo revisaba la información obtenida durante el contacto telefónico


inicial.

Entrevista: el momento en el que el terapeuta se reúne con la familia mientras el


equipo observa detrás de un espejo unidireccional, podía abarcar un tiempo de 50
a 90 minutos.

Intersesión: basándose en la información observada durante la entrevista, el equipo


junto con el terapeuta elabora una hipótesis que será el fundamento para generar
una intervención.

Intervención: posterior a la discusión con el equipo, el terapeuta regresa con la


familia para entregar un mensaje el cual puede tomar muchas formas: una opinión
sistémica, un replanteamiento de las creencias familiares, una receta para llevar a
cabo un ritual, etc. Con la intención de introducir nueva información que le brinde
una nueva perspectiva a la familia.

Post-sesión: inicia con una discusión acerca de las reacciones de la familia a la


intervención, además se trata de predecir las respuestas de la familia a las
siguientes sesiones.

Principios de la Entrevista

Con el fin de obtener la información necesaria durante la sesión, el equipo de Milán


identificó tres principios básicos que orientan al terapeuta para entrevistar
correctamente a la familia (Selvini, Boscolo, Cecchin y Prata, 1980) estos son:

Hipotetizar

Se trata de generar una suposición acerca de lo que le ocurre a la familia, de


acuerdo a la información obtenida, que ayuda a establecer un punto de inicio para
la investigación. A lo largo de la sesiones el terapeuta comprobará la validez de la
hipótesis; se debe tener en cuenta que ésta no se toma como una verdad absoluta

68
si no como un punto de referencia que es modificada conforme se avance en las
sesiones. Además la hipótesis debe incluir a todos los miembros de la familia que
están involucrados en la generación y mantenimiento de la ‘patología’.

La hipótesis puede abarcar distintos niveles de comprensión. El nivel 1 tiene en


cuenta el papel que juega el síntoma en la relación de pareja. El juego se conceptúa
en términos de qué es lo que se da y qué es lo que se recibe. El nivel 2 considera
las alianzas existentes en la familia nuclear. El nivel 3 se centra en la familia extensa
y en la función que tiene el mito familiar. Y finalmente el nivel 4 establece cuál es la
relación entre la familia nuclear y las instituciones implicadas a consecuencia del
síntoma del paciente identificado (Ochoa de Alda, 1995).

De acuerdo con Karl Tomm (1984), el contenido de una hipótesis particular, se


deriva de varias fuentes: la información disponible acerca de la familia, el terapeuta
y/o equipo anterior, la experiencia clínica con otros pacientes y familias que han
tenido problemas similares, los conceptos e ideas de teorías psicológicas, aquello
que resulta relevante para el terapeuta o el equipo en un momento específico.
Además afirma que la meta de la hipótesis no es identificar la “verdad” sobre la
familia, sino generar la explicación más útil de la familia como una totalidad.

Neutralidad

Durante la entrevista el terapeuta debe mantener una actitud determinada en


relación con la familia, es decir que su actitud debe incluir un sentido de respeto,
aceptación e incluso admiración por el sistema (Tomm, 1984). El terapeuta se
mantiene con todos los integrantes del sistema familiar a la vez, no juzga ni critica;
el equipo neutraliza los intentos de cualquier miembro de la familia por aliarse con
el terapeuta. Cecchin propone describir la neutralidad como un estado de
curiosidad; el terapeuta debe ser curioso para explorar nuevos puntos de vista
(Rodríguez, en Eguiluz 2004)

Los creadores del modelo indican que la neutralidad queda manifiesta cuando se le
preguntara a la familia ¿a qué integrante de la familia se acercó más el terapeuta?
o ¿a quién apoyo o con quién estuvo de acuerdo?, la familia debería de responder

69
que con ninguno, que todos se sintieron escuchados y tratados por igual. La idea
es que ningún prejuicio de cualquier índole afecte el desempeño del terapeuta
durante la sesión cuestión bastante complicada, por lo que en años posteriores este
principio fue muy discutido, hasta que Cecchin habló de la evolución del principio de
neutralidad al de curiosidad como se señala en el párrafo precedente.

Circularidad

El grupo de Milán creo la entrevista circular donde se plantean preguntas que


enfocan una diferencia o definen una relación. Existen diversos tipos de diferencias
que pueden indagarse como las diferencias temporales, espaciales, entre
relaciones, de ideas, percepciones, valores, creencias, etc. También existe el tipo
de investigación de relaciones triádicas donde el terapeuta formula una pregunta
respecto de la interacción de dos personas a un tercero para meta-comunicar
acerca de las relaciones entre estos. Agregado a estas preguntas, se encuentran
aquellas que indagan:

a) La interacción en situaciones específicas.

b) La diferencia en comportamientos.

c) Categorización o jerarquización de varios miembros de la familia acerca de


un comportamiento o interacción específicos.

d) El cambio de relación antes o después de un evento.

e) Diferencias en cuanto a circunstancias hipotéticas.

f) Preguntas sobre alianzas para establecer quién está más cerca de quién.

g) El mapa de relaciones y/o establecen un orden en relación con una cualidad.

h) Por qué se da o sucedió algo, buscando información sobre el sistema de


creencias.

70
i) La reacción del grupo familiar ante algo bueno o malo, esbozan un nuevo
mapa de relaciones y permiten que la familia considere posibilidades
alternativas de significado y acción

La entrevista circular tiene como fin investigar los patrones recurrentes del contexto
de las relaciones que forman un sistema familiar. Esta forma de interrogar es un
proceso eficiente para solicitar información a cada miembro de la familia y tomar en
cuenta su opinión y experiencia sobre la preocupación que presenta la familia, las
secuencias de interacción y las diferencias en sus relaciones a través del tiempo.
Esto proporciona al terapeuta y a la familia un marco sistémico de la familia y de su
problema, habilitando así al terapeuta a generar hipótesis y diseñar intervenciones.

Métodos de intervención

Las estrategias de intervención que se proponen desde el modelo de Milán son:

Redefinición: se trata de una declaración o explicación que difiere de las creencias


dominantes de la familia, esto ayuda a modificar la percepción cognitiva del síntoma
(Tomm, 1984)

Connotación positiva: surge de la necesidad de provocar a la familia a un cambio


alentando la continuación del síntoma que debe ser connotado positivamente ya
que cumple una determinada función dentro del sistema por lo que se hace
necesario que siga ocurriendo. Esta paradoja en la terapia se conoció como
contraparadoja y coloca a la familia en una posición donde haga lo que haga a partir
de ese momento está bien, si la familia cambia, tal vez el equipo terapéutico
reconocerá que estaba equivocado al pensar que la familia no estaba preparada
para el cambio. Por otra parte si la familia no presenta cambios quiere decir que el
terapeuta acertó y no necesitaban cambiar (Rodríguez, 2004).

Rituales familiares: una táctica terapéutica ideada por el equipo pionero del enfoque
de Milán fue la prescripción de rituales que pueden llevarse a cabo una sola vez o
pueden repetirse varias veces.

71
Se puede definir como una acción o serie de acciones combinadas generalmente
con fórmulas o expresiones verbales, de las que tienen que participar todos los
miembros de la familia (Selvini, Boscolo, Cecchin y Prata, 1974).

El ritual debe ser determinado por el terapeuta tanto las acciones como el horario,
secuencias, etc., uno de los objetivos que persigue es cambiar las reglas del juego
familiar sin tratar de explicar o criticar a los integrantes de la familia. Para cada
familia puede diseñarse un ritual específico aunque existe uno muy conocido y
usado que es el ritual de días pares e impares (Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata,
1978) utilizado cuando los padres tienen dificultades para organizarse en lo que
respecta a la educación de sus hijos, se trata de que los días pares uno de ellos sea
el encargado de dar órdenes y de imponer los castigos a los hijos, mientras que el
otro sólo observa y tiene prohibido intervenir, ya que en los días impares se revertirá
la situación.

En los últimos trabajos de Luigi Boscolo junto a Paolo Bertrando, han comenzado a
adaptar las técnicas sistémicas de la terapia familiar a una terapia sistémica
individual, en la que se utilizan como técnicas al diálogo, el tiempo, las preguntas
circulares, la construcción y deconstrucción de la sesión, la retórica, la
hermenéutica, la denotación, la connotación y las metáforas (Boscolo y Bertrando,
2000).

A grandes rasgos se ha presentado el desarrollo, los postulados y la intervenciones


que guían el trabajo del enfoque de terapia de Milán, se debe señalar que a lo largo
de estos años, este enfoque ha sufrido cambios por ejemplo el hecho de que sus
fundadores se separaron luego de 10 años de trabajo, Selvini y Prata se dedicaron
sobre todo a la investigación de la prescripción, mientras que Boscolo y Cecchin se
interesaron más en desarrollar el trabajo clínico y al entrenamiento de terapeutas
interesados en esta escuela de terapia.

72
2.1.3 Análisis teórico conceptual de los fundamentos teóricos de las terapias
Posmodernas: Constructivismo y Construccionismo social

El movimiento posmoderno surge en la década de los años 70 como


cuestionamiento a las ideas modernistas que dominaban el pensamiento respecto
a la manera de conocer del ser humano; representa ante todo un cuestionamiento
y alejamiento de las metanarrativas fijas, los discursos privilegiados, las verdades
universales, la realidad objetiva, el lenguaje de las representaciones y el criterio
científico del conocimiento como algo objetivo y fijo; rechaza el dualismo
fundamental del modernismo (un mundo real externo y un mundo mental interno), y
se caracteriza por la incertidumbre, la impredecibilidad y lo desconocido (Anderson,
1997).

Para el posmodernismo la realidad es aquello que se comparte con los otros, en la


interacción con los otros es donde surge la realidad y el conocimiento, no existe una
verdad irrefutable única y precisa, es la convención que se adopta en común con
los integrantes de un grupo lo que se toma como realidad.

El posmodernismo se mueve en un clima de relativismo, flexibilidad,


cuestionamiento del pasado y de las normas y valores, asume que todo
cuestionamiento es provisional, social y culturalmente afectado y vinculado al poder
político. También sostiene que “lo que sabemos, pensamos y hacemos hoy no es
mejor de lo que sabían, pensaban y hacían antes”; más bien, que no tenemos un
“conocimiento experto” de lo que es verdadero y nunca podremos tenerlo: siempre
estamos empezando nuevamente y arribando a conclusiones parciales (Payne,
2002).

Debe entenderse y tener precaución al hablar del posmodernismo como algo que
se antepone de manera radical o que invalida drásticamente la teoría pasada del
modernismo. A continuación la explicación que Foucault da al preguntarle sobre el
posmodernismo:

73
Creo que hay una tendencia extendida y fácil (que hay que combatir) a identificar
en el pasado inmediato al principal enemigo, como si fuera la única forma de
opresión de la que hay que librarse. Esta actitud acarrea un montón de peligrosas
consecuencias: primero, una inclinación a buscar un arcaísmo barato o alguna
clase de felicidad pasada que la gente nunca tuvo en realidad (…) por ejemplo, un
buen estudio de la arquitectura campesina en Europa demostraría la estupidez de
volver a la casita individual con su techo de paja (Foucault, 1984, p. 248, citado en
Payne 2002).

Bajo este marco de referencia, se presenta el costructivismo como una teoría


posmoderna ya que cuestiona el mundo cartesiano, rechaza la tradición según la
cual el conocimiento es representativo y refleja el mundo real y verdadero, afirma
que es imposible conocer una realidad externa objetiva, ya que la realidad y por lo
tanto el conocimiento son construidos e interpretados personalmente; el mundo en
que vivimos no es descubierto sino inventado. Desde la perspectiva constructivista,
la realidad representa una adaptación funcional del sujeto; los seres humanos, en
tanto sujetos que experimentan el mundo, construyen e interpretan la realidad. De
acuerdo con Maturana, la mente construye o “da a luz” (Anderson, 1997).

Araya, Alfaro y Andonegui (2007) señalan que desde este punto de vista el
constructivismo es concebido como una propuesta sobre el análisis del
conocimiento, sus alcances y limitaciones. Constituye un rompimiento con el núcleo
del programa moderno que se basa en la creencia en un mundo cognoscible. De
acuerdo con el constructivismo, el conocimiento que el sujeto puede lograr está
directamente relacionado con los conocimientos anteriores: el conocimiento e
siempre una construcción que el sujeto realiza partiendo de los elementos de que
dispone. Esto supone que es siempre activo en la formación del conocimiento y que
no se limita a recoger o reflejar lo que está en el exterior. Es decir que para el
constructivismo el ser humano crea y construye activamente su realidad personal.

En la década de los 80, Watzlawick, Dell y Keeney se acercaron a las ideas


constructivistas. Su trabajo estuvo influido por las ideas del biólogo Humberto

74
Maturana, del científico cognitivo Francisco Varela, el cibernetista Heinz Von
Foester y el lingüista Ernest Von Glasersfeld (Mejía, 2006).

Según Watzlawick (1984) el constructivismo radical:

“no crea o explica ninguna realidad allí afuera; muestra que no hay adentro
ni afuera, que no hay un mundo objetivo enfrentando al subjetivo, que la
división sujeto-objeto (esa fuente de incontenibles realidades) no existe,
que la aparente división del mundo en pares de opuestos es constituida
por el sujeto, y que la paradoja abre el camino hacia la autonomía” (p. 330,
citado en Anderson, 1997).

La influencia del constructivismo comenzó a transformar a la terapia familiar en un


proceso de “corrección de lentes”, de creencias, de construcciones.

Una de las características del constructivismo es el reemplazo de la noción de


descubrimiento por el de construcción o invención, lo que lleva al cuestionamiento
de cómo se conoce. Se postula entonces que el conocimiento es un conocimiento
propio del acto de conocer, dado que los individuos construyen e interpretan su
realidad, pero no tienen conciencia del acto de su invención. El constructivismo más
que negar la existencia de la realidad externa, propone que no son posibles las
representaciones objetivas y universales de ésta (Anderson y Goolishian, 1996)

El constructivismo, además de enunciar que la realidad no es universal y por lo tanto


única, apuesta a que cada ser en aislado debido a que cuenta con los elementos
biológicos necesario (cerebro, ojos, oídos, etc.) es capaz de percibir el mundo y
construir una versión de este. Pensar esto equivale a decir que cualquier producción
mental o cualquier representación, cualquier formulación de lo real es el
subproducto del punto de vista particular o de las determinaciones culturales
específicas de un individuo, dicho de este modo se deja de lado la importancia de
la relación en el acto de conocer. En este punto se puede establecer la principal
diferencia entre el constructivismo y el construccionismo ya que a diferencia del
primero el construccionismo social, indica que la realidad se construye a partir de la
relación, es decir de la interacción del sujeto con sus semejantes.

75
Se ha llegado a confundir el constructivismo con el construccionismo social, y quizá
sea porque de acuerdo con Hoffman (1996), existe un terreno común porque ambas
se oponen a la idea ‘modernista’ de que existe un mundo real que se puede conocer
con certeza objetiva. Sin embargo las creencias representadas por el
constructivismo promueven una imagen del sistema nervioso como una máquina
cerrada. Según esta idea, las percepciones y los constructos toman forma a medida
que el organismo se golpea contra su entorno. Los teóricos de la construcción
social, por el contrario, creen que las ideas, los conceptos y los recuerdos surgen
del intercambio social y son mediatizados por el lenguaje. Todo conocimiento,
evoluciona en el espacio entre las personas.

De acuerdo con Anderson (1997), para Gergen, la relación es el locus del


conocimiento. Las ideas, las verdades, el propio ser, por ejemplo, son producto de
las relaciones humanas, de una comunidad de personas y relaciones.

El construccionismo se propone desarrollar una perspectiva alternativa al enfoque


individual del conocimiento, permitiendo analizar el rol que juega el saber
compartido por una comunidad en la mantención y reproducción de la realidad.

Gergen en su artículo “Social Psychology as History” afirma que si las sociedades


humanas son históricamente cambiantes, también lo debían ser los significados que
las personas le atribuyen a la realidad, de modo que, si los significados influyen en
las acciones, y decisiones de las personas que forman esas sociedades, el propio
conocimiento científico, que justamente se caracteriza por dar nuevos sentidos a la
realidad, tendría la capacidad de afectar la manera como entendemos nuestro
mundo (Gergen, 1973, citado en Sandoval 2010).

De acuerdo con Payne (2002), la perspectiva construccionista es posmoderna en


tanto que, aunque sigue siendo una teoría, niega la posibilidad de ‘saber’ algo sobre
las personas por medio de las teorías. Es posmoderna por su interés en la
naturaleza cambiante, múltiple, compleja e interactiva de la vida humana.

En el aspecto terapéutico, el construccionismo aporta algunas de las siguientes


ideas (Anderson y Goolishian, 1996):

76
 Todos los sistemas humanos son sistemas lingüísticos, los que mejor pueden
describirlos son los individuos que participan en ellos y no los observadores
externos y ‘objetivos’. El sistema terapéutico es uno de esos sistemas.

 El significado y la comprensión se construyen socialmente. Un sistema


terapéutico es un sistema dentro del cual la comunicación tiene una
relevancia específica para su intercambio dialogal.

 En terapia todo sistema se consolida dialogalmente alrededor de cierto’


problema’. El sistema terapéutico es un sistema de organización del
problema y de disolución del problema.

 La terapia es un hecho lingüístico que tiene lugar dentro de lo que llamamos


‘conversación terapéutica’. La conversación terapéutica es una búsqueda y
exploración mutuas, a través del diálogo, un intercambio de doble vía.
 El papel del terapeuta es el de un artista de la conversación. El terapeuta es
un participante-observador y un participante-facilitador de la conversación
terapéutica.

 El terapeuta ejercita este arte terapéutico por medio del empleo de preguntas
conversacionales o terapéuticas, lo hace sede una posición de ‘ignorancia’,
en vez de formular preguntas informadas por un método y que exijan
respuestas específicas.

 Los problemas con que nos enfrentamos en la terapia son acciones que
expresan nuestras narraciones humanas de tal modo que disminuyen
nuestro sentido de mediación y liberación personal. Los problemas existen
en el lenguaje y los problemas son propios del contexto narrativo del que
derivan su significado.

77
 El cambio en la terapia es la creación dialogal de la nueva narración y, por lo
tanto, la apertura de la oportunidad de una nueva mediación. Vivimos en y a
través de las identidades narrativas que desarrollamos en la conversación.

Así mismo Gergen (2006) resalta que en la práctica terapéutica:

 Conviene no abordar al cliente con un conjunto de suposiciones o métodos


rutinarios o apremiantes.

 El relato del cliente acerca de su problema, sólo es una construcción


contingente, el lenguaje no refleja la realidad, sus formulaciones no describen
una depresión real o un problema atroz, sino que denotan una forma de
relacionarse con los demás que produce determinados efectos.

 Hay que evitar centrarse en la subjetividad de la persona que se halla en


terapia, más bien hay que centrarse en sus contextos relacionales y tratar de
explorar el significado pragmático de su discurso en el seno de estos
contextos. Se debe preguntar por quién y con quién tiene sentido aquel
discurso y, si es aceptado en el marco de tal o cual otra relación.

 Desde un sentido construccionista, se concede una gran importancia a la


transformación terapéutica de las narraciones que se producen en la terapia.

2.1.4 Análisis de los principios teórico metodológicos de los modelos de


intervención de las terapias posmodernas

Terapia Narrativa

La terapia narrativa es un modelo creado por Michel White y David Epston, el


primero originario de Adelaida Australia y el segundo de Auckand, Nueva Zelanda.

78
De acuerdo con Suárez (2004), los autores retomaron a Foucault, quien analiza la
relación entre el relato y el poder, a fin de profundizar el método interpretativo de
Bateson, quien afirma que la comprensión que tenemos de un hecho, o el
significado que le atribuimos, está determinado y restringido por su contexto
receptor, es decir, por la red de premisas y supuestos que constituyen nuestros
mapas del mundo. También tuvo una influencia importante Derrida, especialmente
por lo que se refiere a sus mecanismos de desconstrucción, aunque su obra
constituye un importante desarrollo de la corriente postestructuralista de la filosofía
del lenguaje. Otra influencia reconocida por el mismo White es la teoría feminista.

Las premisas principales del modelo de terapia narrativa de acuerdo con White
(2002) son:

1. Los seres humanos son seres interpretantes: que interpretamos activamente


nuestras experiencias a medida que vamos viviendo nuestras vidas.

2. Vivimos a través de nuestros relatos y estos moldean nuestras vidas, las


constituyen y las abrazan. Es decir nuestras vidas son constituidas a través
de la narrativa.

3. Lo importante es atender a los efectos reales de las historias que constituyen


las vidas de las personas.

4. Los relatos proporcionan el marco que nos hace posible interpretar nuestra
experiencia y estos actos de interpretación constituyen logros en los que
nosotros somos parte activa.

5. Cuando una persona llega a terapia es porque sus maneras de ser y pensar
o las maneras de ser y pensar de otros, son problemáticas para ellos (es
decir que los efectos reales de estas maneras de ser y pensar son vividos
como negativos).

79
6. En nuestra cultura hay un relato (ideología) dominante acerca de qué
significa ser una persona moralmente valiosa y de lo que es correcto o no,
sin embargo lo correcto es específico de cada cultura, requiere de ciertas
operaciones sobre nuestras vidas, muchas de las cuales tienen una
especificidad de género y clase.

7. Como terapeuta se debe optar por una postura crítica ante el relato
culturalmente dominante para no asumirlo en el ejercicio de la terapia. Se
debe rechazar el ejercicio de la terapia como forma de dominación sobre las
personas y considerar algunas de las cuestiones de poder que forman parte
de toda interacción terapéutica.

8. Para que una terapia se considere exitosa se debe ayudar a las personas a
internarse en los relatos que ellos juzguen preferibles. Si por alguna razón,
las maneras de vivir y pensar que las personas traen a terapia no están
funcionando bien para ellos, lo importante será brindarles un contexto que
contribuya a la exploración de otras maneras de vivir y de pensar.

9. El terapeuta trabaja con las personas en la coautoría de los relatos


alternativos y preferidos de las vidas de las personas, pero al mismo tiempo
trabaja para asegurarse de que las personas consultantes resulten las
coautoras privilegiadas en esa tarea de colaboración, así poco a poco se
acercan a un punto en el cual la contribución del terapeuta ya es innecesaria.

Se puede decir que la terapia narrativa se fue apartando de los enfoques más
tradicionales de terapia familiar sistémica, debido a su aproximación interesada en
el significado, esto puede ser entendido a la luz de la comprensión de los desarrollos
contemporáneos que estaban dando lugar, y de los cuales formó parte, a finales de
la década de los 80 en el campo de la terapia familiar como son: (a) el énfasis en
las fortalezas de los consultantes, (b) la visión del consultante y terapeuta como
80
socios, (c) la adaptación a una aproximación construccionista del significado y (d) el
énfasis en la narrativa o la forma de relato del significado (Donoso, Santis y Aguirre,
2003).

La terapia Narrativa toma en cuenta la naturaleza local de las narrativas del ser
humano, de las historias que se cuenta y cuenta a los demás acerca de sí mismo y
de los otros. Los problemas dejan de ser una entidad de las personas para ser un
producto de los significados que estas atribuyen a su experiencia a través de los
discursos disponibles en la red social a la que pertenecen. La psicoterapia se vuelve
entonces un proceso donde se generan significados y narrativas que pueden
transformar la construcción de la experiencia de las personas (Flores y Campillo,
2004).

De acuerdo con Flopre y Campillo (2004) la terapia no se presenta como un proceso


lineal más bien con características de circularidad, sin embargo se pueden señalar
las siguientes etapas en el proceso de acuerdo al Modelo de Terapia Narrativa.

1. Identificación del problema.- La persona describe el problema tal como lo


vive, esta descripción toma el nombre de historia saturada del problema ya
que está circunscrita al relato de los aspectos negativos de la vida de las
personas, es en esencia un relato cuya trama se centra en la incapacidad de
la persona para enfrentar el problema así como en los aspectos negativos de
su identidad.

2. Mapeo de la Influencia Relativa.- El terapeuta hace preguntas circulares


ayudando a las personas a identificar como el problema afecta sus vidas y
posteriormente como ellos influyen en la vida del problema tanto en su
presencia como en su control.

3. Identificación de los Acontecimientos Extraordinarios.- Al mapear la


influencia relativa que la persona tiene, el terapeuta hace preguntas directas
para identificar los momentos en que la persona pudo controlar el problema,

81
los momentos en que el problema es de menor intensidad, los momentos en
que el problema no existía.

4. Nueva explicación de los hechos.- Cuando se han identificado los


acontecimientos extraordinarios, el terapeuta puede hacer preguntas de
explicación única que lleven a la persona a reflexionar sobre el cómo logró
oponerse a la influencia del problema.

5. Empezar a crear una nueva imagen de sí mismo.- Posteriormente el


terapeuta puede hacer preguntas de re-definición, estas preguntas ubicadas
en el panorama de la identidad contribuyen a crear una nueva imagen de sí
mismo, la persona se cuestiona acerca del que le dice de sí, el poder retar al
problema, y al contestarse está deconstruyendo los prejuicios que sobre sí
mismo puede tener y que le impedían solucionar el conflicto vivido.

6. Evaluar y Justificar cada nuevo conocimiento que surge en las


conversaciones.- Implica poder identificar la importancia que tiene para la
persona y para su vida, el descubrir nuevas facetas de su historia y de su
identidad.

7. Búsqueda de lo Ausente pero Implícito.- Se buscan valores, ideas,


deseos, expectativas, que le llevan a la persona a oponerse al problema,
haciendo cosas para no dejarse atrapar por él. La búsqueda de lo Ausente
pero Implícito, se hace historiando los momentos de lucha contra el mismo
problema o contra otros. Ligando los eventos en un argumento alternativo
alrededor de un determinado tema.

8. Ligar con el futuro.- Continuamente el terapeuta enlaza panorama de la


acción con panorama de identidad y pone el foco hacia el futuro para preparar
a la persona a la acción a través de preguntas de posibilidades únicas.

82
9. Crear contratrama.- Conformar un nuevo relato, en el cual el problema es el
antagonista y la persona un protagonista con control, valores, deseos,
recursos, etc.

10. Crear una historia alternativa.- Implica generar un relato diferente de la


experiencia de la persona, este nuevo relato o narración incluye la
descripción e incorporación de aspectos que antes habían sido negados por
no adecuarse a la historia dominante. En el nuevo relato podemos encontrar
una nueva definición que la persona hace de sí mismo y de su experiencia,
una historia de valor y de lucha.

Intervenciones

Externalización del problema:

En la terapia narrativa un procedimiento clave es la deconstrucción de las historias


que los pacientes llevan a la terapia, éstas son historias con las cuales viven las
personas, las definen, les otorgan significado a sus experiencias y muchas veces
se convierten en una fuente de conflicto. Al hablar de deconstruir, se alude al hecho
de ampliar el significado de un evento, las experiencias y/o las historias que las
personas se cuentan a sí mismas, esto se logra cuestionando las creencias con las
cuales han interpretado sus vivencias hasta ese momento.

Espinosa (2002) afirma que una de las formas de iniciar el proceso de


deconstrucción es a través de la externalización del problema, cuyo objetivo es
manejar el problema como una entidad separada de la identidad de las personas.
La externalización es un abordaje terapéutico que insta a las personas a cosificar y,
a veces, a personificar, los problemas que la oprimen (White y Epston, 1993).

83
El proceso de externalización se inicia alentando a las personas a que den cuenta
de los efectos que tienen en sus vidas los problemas que las aquejan. Luego se las
incita a señalar la influencia que esas concepciones o percepciones tienen en sus
vidas, incluso en sus interacciones con los demás. A medida que las personas
entran en esta dinámica, experimentan una separación de esas historias llenas de
problemas. Es de esta manera que en el espacio establecido por esa separación,
las personas quedan en libertad de explorar otras ideas preferidas sobre lo que ellas
mismas podrían ser (White, 2002).

Logros aislados e historias alternativas:

La mayoría de nosotros disponemos de múltiples relatos acerca de nosotros


mismos, de los demás y de nuestras relaciones. El relato que prevalezca a la hora
de otorgar significado a los sucesos de nuestra vida determinará en gran medida la
naturaleza de nuestras vivencias y nuestras acciones, de tal modo que una gran
parte de la experiencia vivida queda en el trasfondo, relegada por la narración
dominante. Por ello es tan relevante la exploración de relatos alternativos (Suárez
en Eguiluz, 2004).

White (2002) señala que a medida que las personas se separan de las historias
dominantes o “totalizantes” que forman parte constitutiva de su vida, se les hace
posible orientarse más hacia aspectos de su experiencia que contradicen esos
conocimientos. También menciona que para que un hecho llegue a ser un logro
aislado:

a) Debe ser calificado como tal por las personas que tienen que ver con los
hechos.
b) Es importante incitar a las personas para que evalúen esos sucesos. Por
ejemplo: ¿son significativos o irrelevantes?

84
c) El terapeuta puede facilitar la generación (o resurrección) de historias
alternativas al orientarse hacia esos logros aislados en la actitud que uno
pudiera tener al orientarse hacia misterios.
d) Cuando las personas se entregan a la tarea de revelar esos misterios,
inmediatamente se entregan a la tarea de contar historias y darles
significación.
e) Para facilitar este proceso de “recreación”, el terapeuta puede hacer una
variedad de preguntas incluso preguntas relativas al panorama o paisaje de
acción y preguntas relativas al panorama o paisaje de conciencia.

Preguntas relativas al panorama o paisaje de acción y al panorama o paisaje de


conciencia:

Los relatos tienen paisajes duales: de acción y de conciencia. El de acción está


constituido por experiencias de acontecimientos que están reunidos en secuencias
que se desenvuelven en el tiempo y según tramas específicas, esto proporciona la
estructura rudimentaria del relato (White, 2002). Las preguntas respecto al
panorama de acción pueden referirse al pasado, al presente y al futuro, resultan
eficaces para dar nacimiento a paisajes alternativos que se extienden a través de la
dimensión temporal (White, 1994).

El paisaje de conciencia tiene que ver con las interpretaciones o significaciones que
dan las personas a los acontecimientos vividos, a los hechos experimentados en el
paisaje de acción.

Las preguntas relativas al panorama de conciencia invitan a revisar los sucesos


ocurridos en el panorama de acción y a determinar qué podrían revelar sobre
(White, 2002):
 La naturaleza de sus preferencias y deseos.
 El carácter de las varias cualidades personales y de relación
 La constitución de sus estados intencionales

85
 La composición de sus creencias preferidas
 La naturaleza de sus empeños.

Preguntas de influencia relativa:

Son preguntas que invitan a la persona a que reelabora su versión de manera que
pueda tomar contacto con la experiencia de su propia capacidad para afrontar el
problema y por otro lado que se sienta capaz de atribuir significaciones personales
a los sucesos y capaz de experimentar el impacto que ha de tener la nueva imagen
emergente.

Documentos terapéuticos:

Los documentos terapéuticos incorporan nuevos conocimientos, perspectivas y


cambios que son parte de la nueva y frágil perspectiva con que la persona
contempla su experiencia. Pueden ser cartas, declaraciones, certificados o escritos
creativos. Aunque suelen ser textos pueden incluir elementos visuales (Payne,
2002).

White y Epston (1993) señalan los siguientes documentos que pueden emplearse
en el proceso de la terapia:

 Cartas de invitación, se utilizan cuando es importante incluir en la terapia a


personas reacias a participar en ella.
 Cartas de predicción, se puede ocupar al finalizar la terapia para que
funcionen como una profecía autocumplidora.
 Certificados, funciona como un galardón al que las personas se hacen
acreedoras una vez que han concluido su proceso terapéutico logrando
hacer los cambios que deseaban.

86
Una vez que las personas logran establecer una narrativa diferente, la cual incluye
un identidad distinta de la que solían tener al llegar a la consulta, es útil, de acuerdo
con White (2002), elegir a algún público para que sea testigo de los desarrollos
preferidos de sus vidas, este público brinda una poderosa autenticación de dichos
desarrollos. En cambio aquí hiciste espacios de más.

Terapia Colaborativa

La terapia colaborativa fue propuesta por Harlene Anderson y Harold Goolishian, en


los años 70s, como respuesta a su inquietud del ejercicio terapéutico de esos
momentos. En esa época estaban muy interesados en las ideas del grupo del M.R.I.
en Palo Alto, particularmente por la importancia que éste le daba al lenguaje y a que
los terapeutas hablaran el lenguaje de los clientes. Anderson narra que
originalmente el equipo de Galveston quería entender el lenguaje de los clientes
para poder diseñar mejores estrategias terapéuticas, pero que se enfrascaban tanto
en lo que los clientes les contaban que se les olvidaba planear una intervención.
Con el tiempo se dieron cuenta de que la conversación misma tenía un impacto en
los clientes. De ahí surgió una forma de trabajar que concibe a la terapia ante todo
como un proceso conversacional y dialógico (Tarragona, 2006).

En un inicio la teoría desarrollada por estos autores, se conoció como sistema


determinado por el problema y enfoque de organización y disolución del problema.
Posteriormente, dichos autores le llamaron enfoque terapéutico de sistemas
lingüísticos creados en colaboración.

Esta terapia se puede entender como una postura filosófica más que como un
modelo o enfoque terapéutico, donde paciente y terapeuta tienen un papel único
dentro de una relación en la que cobra una importancia fundamental el uso del
lenguaje para el trabajo terapéutico.

87
Sus bases teóricas las retoman del posmodernismo como crítica al pensamiento
modernista en el cual se afirmaba que la realidad es única y se puede acceder a
ella a través de la ciencia. Otro elemento teórico que retoma la terapia colaborativa
es la teoría de la construcción social que enfoca las relaciones entre personas y la
construcción de la realidad como una actividad que requiere la interacción entre los
sujetos que la contempla.

Además la terapia colaborativa también se fundamenta en la hermenéutica que se


ocupa de la comprensión y la interpretación, tanto de un texto como del discurso
incluyendo la emoción y conducta humana; si toda comprensión es interpretativa,
entonces es imposible lograr una comprensión verdadera. También presta atención
al lenguaje como medio por el cual se logra la comprensión, señala Anderson (1997)
“comprender es sumergirnos en el horizonte de otra persona y es un proceso
recíproco donde uno se abre al otro, se trata de un proceso activo, de un diálogo
activo”.

Finalmente también echa mano de la teoría narrativa de acuerdo a ésta los sucesos
humanos sólo se hacen inteligibles cuando se los cuenta (Hoffman en Anderson,
1997). La narrativa alude a una forma de discurso, la forma en que organizamos,
explicamos, damos sentido y comprendemos; desde el punto de vista narrativo,
nuestras descripciones, vocabularios e historias constituyen nuestra comprensión
de la naturaleza y conducta humana (Anderson, 1997).

Premisas y Conceptos principales

La terapia colaborativa no tiene una serie de técnicas específicas o ciertos pasos a


seguir, como ya se mencionó se trata más bien de una filosofía o postura respecto
a la gente, a las personas que nos consultan y cómo nos relacionamos con ellos.
Postula que esta postura filosófica se manifiesta en una actitud que le comunica al
otro que vale la pena escuchar lo que tiene que decir, que lo vemos como un ser

88
humano único y no lo categorizamos como miembro de cierto grupo o tipo de
personas (Tarragona, 2006).

La terapia no se piensa como esfera cerrada al contexto social, si no como un


espacio público. De acuerdo a Ibarra (2004), esta premisa tiene distintas
ramificaciones:

1. El terapeuta se ubica en una posición de responsabilidad abierta, en la que


da cuenta de los sesgos que informan su trabajo y acciones.
2. Se cuestiona el papel de la psicoterapia en la reproducción de la cultura
dominante y los efectos de opresión que puede ejercer.
3. Se descentraliza la figura del terapeuta.
4. La terapia se propone como un espacio para fomentar un sentido de
comunidad y dar voz a los saberes de la red social del paciente.

Desde ésta perspectiva, los consultantes o los clientes son los expertos de su propia
vida, son ellos quienes poseen el conocimiento sobre lo que está bien o mal con
sus vidas, lo que les incomoda y desean cambiar. En la terapia, es a través de la
conversación, del diálogo que el terapeuta puede acceder al mundo del cliente y es
en esta conversación en la que se vislumbra que el cliente también se compromete
en la búsqueda de la comprensión a lo que le está ocurriendo (Anderson y
Goolishian, 1996). Además él es quien evaluará el cambio no el terapeuta.

De acuerdo a los sustentos de esta postura, no existen características definidas que


deba poseer un terapeuta porque no es que se concibe una forma ‘correcta’ de ser
terapeuta, es mejor decir que debe mirar a los consultantes y el trabajo con ellos,
con una determinada postura basada en los sustentos teóricos que respaldan el
trabajo de la terapia colaborativa, es decir el posmodernismo, la hermenéutica, el
construccionismo social y la teoría narrativa. Si se logra entender la manera en
cómo se concibe la construcción de la realidad, la manera en que la narrativa teje
la vida de las personas, la importancia del lenguaje en la interacción con otros para

89
lograr conocer y comprender; el terapeuta tendrá los elementos necesarios para
realizar la terapia, tomando en cuenta siempre que la persona o personas que tiene
delante poseen una historia a al cual tendrá acceso a través de ciertas preguntas
que le abrirán acceso a la experiencia de éstos.

Adoptando esta postura el terapeuta reconoce que no tiene un acceso completo a


la vida de los pacientes y que aunque posea conocimientos previos que puedan
ayudarle a comprender ciertos procesos por los que puede estar pasando una
persona, nunca tendrá la ‘verdad’ irrefutable y la comprensión completa de los
eventos o las experiencias de los clientes, por ello adopta una postura de no
conocer, ya que son los consultantes los que conocer mejor que nadie los
sentimientos, las sensaciones, los pensamientos y las conductas que le provocan
las experiencias vividas (Anderson, 2005).

Teniendo esto en cuenta el terapeuta actuara en la sesión con curiosidad, es decir


que hará preguntas enfocadas a conocer la experiencia del cliente, esto implica que
no dará por cierto sus pensamientos o preconcepciones sin antes preguntar para
asegurarse que está entendiendo la experiencia del otro tal como la ha vivido.

Esta postura también implica que el terapeuta debe mantener una escucha activa,
es decir que no solo preguntará y escuchará permaneciendo callado, más bien
responderá a lo que el otro diga y responderá poniendo sobre la mesa sus
pensamientos o dudas sobre lo escuchado, se tomará el tiempo necesario para
saber que ha comprendido al otro, reflexionará con él sobre lo expuesto en la
conversación.

Como esta postura indica que la realidad es construida en la relación con los que
forman parte de nuestra experiencia, no hay algo que sea correcto o incorrecto, por
ello, el terapeuta tomará en cuenta que habrá maneras distintas de comprender o
significar las experiencias de distinta manera a la suya por ello no juzgará y no
criticará estas formas distintas a las suyas.

90
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, se concluye que desde esta postura
la relación terapeuta-cliente es de colaboración, el terapeuta deja a un lado la
posición jerárquica y estratégica donde él sea el poseedor de la respuesta para las
dudas del cliente, en lugar de esto crea un ambiente que favorecerá la conversación
para promover la participación del cliente creando momentos reflexivos en éste, es
decir que trata de promover nuevas maneras de significar sus vivencias, basándose
en el hecho de que es a través del lenguaje como construimos nuestros relatos y
significados, como lo menciona Anderson (1997), “la búsqueda de comprensión y la
generación de sentidos por medio de la indagación compartida son la esencia del
proceso dialógico y también del enfoque de los sistemas de lenguaje colaborativos”.

Finalmente, un proceso dialógico incluye seis componentes interrelacionados,


simultáneos, superpuestos y secuenciales, todos ellos subordinados a la postura
filosófica (Anderson, op. cit.):

1. El terapeuta participa en y mantiene un espacio dialógico interno consigo


mismo. Esto significa que el terapeuta hace lugar para otro y que no entra
con ideas y planes ya formados acerca del cliente, el problema o su solución.

2. El terapeuta inicia y mantiene un diálogo externo con el cliente. El terapeuta


crea el espacio para un proceso dialógico externo oral, invita a éste, lo facilita.

3. El cliente participa en un diálogo interno consigo mismo. El proceso dialógico


externo incrementa la capacidad del cliente para envolverse en un diálogo
interno más que un monólogo. A esto puede ayudar plantear preguntas de
manera novedosa o expresar una curiosidad, para estimular pensamientos o
disquisiciones internas.

91
4. Los clientes participan en diálogos externos entre sí. A medida que un
individuo habla de distinta manera con su terapeuta y consigo mismo,
también comienza a hablar distinto con otros, así complementan y expanden
la versión del otro.

5. El cliente participa en diálogos internos y externos fuera del consultorio. Los


diálogos internos y externos que ocurren en el consultorio hacen que los
clientes hablen de distinto modo consigo mismo y con otros fuera del
consultorio.

6. El terapeuta participa en diálogos internos y externos fuera del consultorio.


Al igual que el cliente, el terapeuta se lleva consigo las conversaciones y
pensamientos que ocurren en el consultorio. Estos han de influir y mezclarse
con otras conversaciones, que harán lo propio.

Equipo reflexivo

El equipo de reflexión fue introducido por el psiquiatra Noruego Tom Andersen,


quien precisa que el trabajo que se realizaba antes de 1984 se caracterizaba por
decir a los clientes lo que tenían que hacer y cómo debían ver o comprender el
problema. En el ejercicio de su trabajo empezó a sentir incomodidad al asumir una
posición de terapeuta experto y a enfrentar, junto con sus colaboradores, los
dilemas que se presentaban cuando tenían que decidir sobre cuáles de los
comentarios y las intervenciones discutidas en el equipo darían a sus clientes. Esto
los llevó a cuestionarse el porqué de que ocultaran las deliberaciones del equipo y
decidieron permitir que los clientes vieran y oyeran la forma en que trabajaban,
encontrando que se abría la posibilidad de que los clientes encontraran sus propias
respuestas y de que ellos como terapeutas modificaran su comprensión respecto a
los proceso terapéuticos (Beltrán en Eguiluz, 2004).

92
Andersen (1994) relata cómo desde unos años antes de implementar el equipo de
reflexión, tenía la inquietud de que los clientes pudieran observar lo que el equipo
hablaba mientras los observaban, menciona que hicieron el primer intento cuando
sentían que estaban atrapados en la dinámica de una familia y no avanzaban,
entonces optaron por que la familia escuchara lo que el equipo tenía que decir,
estaban nerviosos y no les fue fácil, sin embargo poco a poco fueron fluyendo las
ideas. El principal temor era saber cómo serían percibidos sus comentarios,
principalmente si la familia se enojaría, para su sorpresa se operó un cambio
interesante, el autor menciona que la relación con la familia se hizo muy diferente al
resto de las familias con las que trabajaban habitualmente.

Hoffman escribe en el prólogo al libro de Friedman “Terapia Familiar con Equipo de


Reflexión” (2005), que el método del equipo de reflexión, requería un equipo que
intercambiara opiniones sobre lo conversado entre el terapeuta y la familia, mientras
esta observaba y escuchaba. Luego la familia comentaba a su vez las ideas
expresadas por el equipo. Esta innovación modifica el intimidante ocultamiento por
el espejo unidireccional, además que cambia el lenguaje de los profesionales,
haciéndolo más simple, más personal y más apreciativo.

De acuerdo a Andersen (2005), los tres lineamientos que se manejan para el trabajo
del equipo de reflexión son:

 Comentar sobre algo que se vio o escuchó durante la entrevista, pero no


elucubrar sobre lo que no se habló.
 Tener la libertad de hacer comentarios sobre todo lo que escuchó, más no
sobre todo lo que vio.
 Hablar entre los miembros del equipo sin incluir ni establecer contacto visual
con ellos.

Andersen (2005) señala que un aspecto clave en el proceso terapéutico es la


relación que se crea entre los clientes y el (los) terapeutas, ya que mejor será el

93
resultado para los primeros si la relación que se crea es cercana, de respeto e
interés, en segundo plano quedan las técnicas o las teorías.
Dado que la relación entre terapeutas y clientes es crucial, Anderson (op. cit.)
propone 4 tipos de conocimientos que serían útiles de ser desarrollados por el
terapeuta:

a) El saber racional, aquel que proviene de leer libros y revistas, y de escuchar


a teóricos y que ayuda a ampliar las habilidades para explicar, entender,
comparar, interpretar, etc. (comprender y entender significados).
b) El saber práctico, que viene de observar a otros pacientes, lo cual incrementa
el repertorio para hablar y actuar (el tener una agencia).

c) El saber relacional, el aprender de otros ayuda a encontrar una posición en


relación al otro (otros), de tal forma que la relación resulte benéfica para
aquellos que toman parte de ella.

d) El saber corporal, que compromete todas las pequeñas respuestas de


nuestro estar en el mundo que proveen nuestros cinco sentidos y nuestros
actos de respiración, este saber contribuye a que podamos captar un
significado sentido del momento, mucho antes de que el significado sea
puesto en palabras.

En cuanto a la relación de los clientes con el equipo, Vega (2005) encontró que los
clientes tienden a describir la relación con los integrantes del equipo en función de
sus actitudes e intervenciones. Así, el vínculo más cercano se establece con
aquellos miembros que se muestran interesados en sus historias, que compartieron
ideas y experiencias personales: que tomaron una postura de igualdad. Mientras
que la relación más lejana se dio con los miembros que demostraron superioridad,
falta de interés y poca amabilidad.

94
Los procesos reflexivos pueden establecerse de muy diversos modos y en muchos
contextos distintos (Andersen en Friedman, 2005):

 Podría haber un equipo en la habitación contigua, detrás de un espejo de


visión unidireccional, o bien utilizaríamos una sola habitación, con el equipo
escuchando y hablando desde un rincón.

 En el caso de un terapeuta sin equipo, un colega podría estar presente para


conversar en él durante los intervalos “de reflexión”.
 Si el terapeuta está solo, sin equipo, podría hablar con un miembro de la
familia (persona X) mientras los otros escuchan. Luego hablaría con los
demás miembros mientras X escucha esa conversación; después, solicitaría
la opinión de X y eventualmente volvería a conversar con él. La familia y el
terapeuta se convierten en un equipo de reflexión.

 Si el terapeuta entrevista a un cliente a solas, ambos pueden hablar de un


tema abordándolo desde la perspectiva de una persona ausente (como la
madre del cliente).

 Durante un taller o una consulta que tiene lugar en un salón y ante una
audiencia, la totalidad de esta podría servir de equipo de reflexión.

Lax (2005), indica que hay ocasiones en que el cliente desoye totalmente los
comentarios del equipo de reflexión, esto puede ocurrir porque se sienten
completamente desconectados de las reflexiones porque el equipo “no entiende en
absoluto cuál es la cuestión”, o porque no prestaron atención porque no podían
apartar su pensamiento de algún aspecto de la conversación anterior.

Griffith y Griffith (1994, citados en Lax) han resumido las reglas de procedimiento
establecidas para la formulación de reflexiones:

95
1. Las especulaciones sólo se refieren a las conversaciones mantenidas en la
habitación.

2. Las ideas se presentan en forma tentativa, con frases calificativas como: ‘me
preguntaba’, ‘quizá’, ‘posiblemente’ o ‘es sólo una idea’.

3. Los comentarios se formulan como connotaciones positivas o lógicas, en


oposición a las atribuciones negativas o las inculpaciones.
4. Los miembros del equipo se miran a los ojos y mantienen la separación entre
las posiciones de oyente y hablante.

5. Se comparten las percepciones y ‘se pone más énfasis en los pensamientos,


imágenes o conjeturas de los consultores que en las evaluaciones, juicios o
explicaciones de los observado’.

6. Las reflexiones tratan de presentar ambas caras de un dilema, pasando de


una posición de “o/o” a una posición de “tanto/como”.

96
3. Desarrollo y aplicación de las competencias profesionales

3.1. Habilidades clínicas terapéuticas

En el Programa de la Maestría con Residencia en Terapia Familiar uno de los


aspectos a desarrollar en los estudiantes son las competencias profesionales, éstas
brindaran las habilidades que los futuros terapeutas habrán de emplear para el
ejercicio de su profesión. Por ello durante los 4 semestres que forman parte del
programa, se cubren 1656 horas de supervisión clínica en las distintas sedes de la
residencia. El objetivo es que los alumnos entremos en contacto con el sistema
terapéutico ya sea fungiendo como terapeutas o desde el equipo de observación.
Este acercamiento resulta valioso en la medida en que las sesiones terapéuticas
son supervisadas por los distintos profesores de la Residencia y en que se tiene la
oportunidad de aplicar las distintas técnicas o intervenciones de los diversos
modelos de terapia que se imparten a lo largo del programa de la Maestría.

3.1.1 Trabajo clínico con familias

A continuación se presenta un cuadro donde se detalla las familias que atendí como
terapeuta, los modelos utilizados, y las sesiones empleadas; todo esto con la
colaboración del equipo terapéutico y el (la) supervisor(a).

FAMILIAS ATENDIDAS*
Semestre Sede Familia Motivo de Equipo de Modelo Número de
consulta Supervisión utilizado sesiones
2º CCH Robles A. Conflictos en Mtra. Laura Indefinido BAJA.
la relación de Edith Pérez La paciente
pareja Laborde no se
presentó a la
primer sesión.

97
2º CCH Sandoval B. La hija Mtra. Laura Terapia Breve ALTA. En seis
presenta bajo Edith Pérez del MRI sesiones se
rendimiento Laborde dio de alta a
escolar y la familia.
presenta
problemas
para
relacionarse
con sus
compañeros
2º ISSSTE Huerta B. Apoyo Mtra. Carmen Terapia BAJA. Luego
emocional Susana Estructural de dos
para la hija González sesiones la
menor de la Montoya familia dejo
familia, ya de asistir.
que es
aislada.
3º FESI Andrea Cambios en Mtra. Ofelia Terapia ALTA. Se
Mondragón su estado de Desatnik y Dr. Centrada en trabajaron
ánimo que le Alexis Ibarra las siete sesiones
han Soluciones y se le dio de
provocado alta.
problemas de
salud a partir
que terminó
con su novio
3º FESI Sandra Bolaños Ataques de Dra. Luz de Terapia Breve ALTA. En
Pánico Lourdes del MRI, once
Eguiluz Romo Terapia sesiones se
y Dra. Xóchitl Estratégica logró el alta.
García
Moyeda

4º CCH Javier Salazar Problemas de Mtra. Juana Terapia ALTA.


comunicación Bengoa Centrada en Después de
con su familia González las trabajar cinco
debido a su Soluciones sesiones, se
orientación dio de alta.
sexual
4º ISSSTE Nájera Mendoza Problemas de Mtra. Rosario Terapia ALTA. Se
rendimiento Espinoza Narrativa trabajaron
escolar, Salcido siete sesiones
rebeldía y con la familia
conflictos logrando el
entre la alta.
madre e hija
menor
*Los nombres y apellidos de las familias han sido modificados con el fin de guardar la
confidencialidad de las personas con las que se trabajó

98
3.1.2 Análisis y discusión teórico-metodológica de la intervención con familias

Familiograma

55 53

José Fernanda
M M

23 13

Andrea Brenda
M M

Descripción del sistema familiar: se trata de una familia nuclear conformada por
los padres, la señora Fernanda que es ama de casa y el señor José quien es
empleado en una empresa; tienen dos hijas, la pequeña Brenda de 10 años que
cursa la primaria y su hija mayor Andrea, que actualmente cursa segundo semestre
de la carrera de Psicología en la FES Iztacala y es quien solicita el servicio. La
madre es quien está más cercana emocionalmente a sus hijas, el padre es percibido
por Andrea como una figura de autoridad distante, tanto con ella como con su
hermana, con ésta última la relación en cercana y cordial.

Motivo de consulta: Andrea manifiesta su deseo de trabajar en resolver los


cambios repentinos en su estado de ánimo, menciona que a partir de la ruptura con
su ex novio notó que la invadían sentimientos de inseguridad, tristeza y enojo, todo
esto ha repercutido en su salud porque dejó de alimentarse ya que no sentía
hambre, además tiene dificultades con sus amigas porque siente celos de sus
relaciones de pareja, incluso ha afectado su desempeño académico al no lograr
concentrarse en los trabajos y “reñir por todo” con sus compañeras de clase.
Deseaba trabajar en su baja autoestima y pensamientos negativos.

99
Antecedentes del problema: Andrea identifica el inicio de la situación problemática
a partir de que terminara la relación con su novio, surgen en ella fuertes
pensamientos de inseguridad, se dice a sí misma cosas como: “de seguro no me
veo bien”, “me ven menos”, “yo no puedo hacer tal cosa” o “yo no puedo andar con
ese chico porque está muy guapo”.

Menciona que aunque estos pensamientos y sentimientos le llegaron a ocurrir con


anterioridad, la situación actual es diferente porque ahora si les da importancia y
empieza a creer que es cierto. Lo que más llamó su atención fue que una profesora
le hizo ver que ya no participaba en clase como solía hacerlo. Además llegó a tener
problemas con algunas compañeras porque “no las soportaba”.

Andrea resalta como un posible origen de su situación actual las experiencias que
ha tenido en otras relaciones, indica que cuando ha terminado ella siempre piensa
que las cosas no resultaron por su culpa. La separación con su última pareja
reafirmó su idea de que algo hace mal y que es la culpable de que la relación no
funcione.

Objetivos del tratamiento: inicialmente Andrea manifestó la necesidad de olvidar


a su novio para poder estar bien, por ello el primer objetivo fue hallar la conexión
entre su relación de pareja y sus pensamientos de inseguridad para saber si había
manera de trabajar ambas situaciones o si era necesario hacerlo por separado. Una
vez que se estableció el vínculo entre ambos temas, se analizaron los pensamientos
de inseguridad, la pauta de presentación de los mismos, los intentos de Andrea por
solucionar su situación y la influencia de ésta en la vida de Andrea. Todo esto con
el fin de conseguir mejorar la relación con sus compañeras de clase, favorecer una
evaluación positiva de sí misma tanto en su desempeño escolar, como en las
relaciones de pareja.

Hipótesis: la hipótesis con la cual se inició el trabajo terapéutico fue que la reacción
de Andrea ante el rompimiento con su pareja se debía a una necesidad de
mantenerse a salvo de posibles situaciones que le causaran daño, como

100
involucrarse nuevamente en una relación de pareja o convivir con sus amigas, así
ante la evitación de interacciones con la gente que la rodeaban, Andrea podría
resguardarse de rechazos, burlas, engaños y aquellas cosas que la habían herido.

De esta manera la inseguridad, enojo y tristeza reflejada en su interacción con otros,


aunque la mantenían a salvo, la hacían alejarse de aquellos que le importaban, por
ejemplo al quedarse callada en las reuniones o mostrar enojo por los comentarios
de sus amigas relacionados con cuestiones de pareja, iba provocando sin desearlo
que la gente se alejara.

Por otra parte el centrar la atención en su rol como miembro de una pareja, la llevó
a pensar que si ésta figura no formaba parte de su vida entonces ya no era una
persona entera, quedaba incompleta, esto se agravó por la manera en que su ex
novio se alejó, sin darle ningún tipo de explicación llevándola a creer que si una
persona de tanta importancia en su vida se alejaba de ella, el resto de las personas
también podrían hacerlo, debido a que no merecía la pena estar a su lado.

Proceso terapéutico: el proceso terapéutico constó de 7 sesiones, las citas se


celebraban cada 15 días en la Clínica de Terapia Familiar de FES Iztacala. En las
primeras sesiones se establecieron los objetivos de la terapia, se hizo una
evaluación mediante la pregunta de escala y se observaron avances en la misma,
en la primer sesión manifestó estar en el número uno, para la última logró avanzar
al 8. En las sesiones finales se evaluaron y ampliaron los cambios obtenidos
planteando la terminación de la terapia.

Modelo teórico: Se trabajó desde el modelo de Terapia Breve centrado en el


Problema y en el modelo Centrado en las Soluciones.

Intervenciones y técnicas terapéuticas: se inicia la terapia con la definición el


problema, es el primer paso que fundamentará la línea a seguir en el proceso. Se
logra definir un problema que sea posible de ser trabajado cuando Andrea enuncia
específicamente aquello que le está dificultando el continuar con sus actividades de
manera habitual, además de poder relacionarse con sus amigas y compañeras de
clase, al pedirle que delimite la situación, logra definir el problema como inseguridad.

101
Una vez que se tiene un problema sobre el cual trabajar, se le pide que enumere su
intentos de solución, Andrea menciona que ha optado por alejarse de sus
compañeras para evitar sentirse rechazada y con esto lograr mejorar su estado de
ánimo, sin embargo lejos de funcionar ha reforzado la idea de que su compañía no
es valiosa porque sus amigas no la buscan como ella desearía y pensar esto
incrementa su tristeza. Por tanto la solución ensayada alimenta el problema.

También se identifica el cambio mínimo, Andrea menciona que lo primero en ser


distinto sería el trato con sus compañeras, lograr estar con sus amigas sin sentirse
mal cuando hablen de sus novios.

Se empleó el reencuadre al cuestionar la idea de que emociones como el miedo o


la tristeza son malas o indeseables, ella admite que ha pensado que son emociones
que las personas valientes o seguras no sienten; se le menciona que éste tipo de
personas si las experimentan pero que a veces no se dice en voz alta porque este
tipo de emociones son sancionadas por la sociedad, sin embargo son útiles, por
ejemplo el miedo nos invita a ser más precavidos ante las nuevas situaciones de la
vida. Al hacer esto Andrea enlista las cosas positivas que ha podido conseguir a
partir de las “emociones socialmente negativas”, indica que la tristeza la ayuda a
liberarse del dolor que a veces guarda, el enojo para poder defenderse cuando le
ha sido necesario.

Generalmente los pacientes llegan a consulta percibiendo que el problema está


presente en todos los momentos de su vida y que no hay un instante en que se vean
libres de él, por ello se utilizan las preguntas por el porcentaje, en este caso se le
pidió a Andrea que durante el día analizara qué porcentaje se comportaba como
insegura, ella evalúa un 40%, el resto se componen de enojo 20%, tristeza 15% y
el resto de tranquilidad, es importante señalar cómo a lo largo del proceso
terapéutico estos porcentajes van cambiando.

102
Para facilitar el cambio, se utilizó una modificación a la pregunta por el milagro, ésta
consiste en pedirles a las personas que describan cómo sería su día si el problema
ya no existiera, esto se hace para llevarlos a encontrar las excepciones. En esta
ocasión se le pidió a Andrea que eligiera dos días de la semana en los cuales
debería actuar como si ya fuera la persona segura que deseaba.

Como resultado de dichas intervenciones se observaron cambios en la actitud,


estados de ánimo y conducta de Andrea. Se mostró más relajada y menos
pendiente de lo que las personas pensaran acerca de ella, era capaz de participar
en clase, salía con sus amigas con quienes ya no discutía porque no le importaba
que hablaran de sus relaciones de pareja, incluso la involucran más en las
decisiones para los trabajos en equipo. Por otra parte dejó de pensar que necesitaba
tener un novio para poder hacer cosas que no se atrevía, lo que la llevó a buscar un
trabajo, algo que no se hubiera atrevido si quiera a pensar en otro tiempo. Además
se percató que en una relación de pareja es importante que haya respeto y límites
claros.

Para consolidar los cambios, evaluar y finalizar el proceso terapéutico, se le realizó


la pregunta de escala, Andrea señala que en la primer sesión estaba en el punto 1,
al final logró un 8 el cual le resultó suficiente porque empezó a obtener los resultados
deseados incluyendo un mejor estado de ánimo. Al finalizar se le pidió que tuviera
en cuenta que podría existir algún momento en que volvieran aquellos
pensamientos y sensaciones que la llevaron a terapia, esto se conoce como
previsión de una recaída con el fin de que si esto se llegara a presentar Andrea
tenga un plan de acción y no se sienta desvalida pensando que todo el trabajo se
ha venido abajo.

Después de 3 meses se realizó una llamada de seguimiento, Andrea manifestó estar


satisfecha con los cambios obtenidos, dijo estar tranquila y enfocada a sus estudios.

103
Familiograma

59 49

Raúl S Natalia
E

19 23

Adán Sandra
S

Descripción del sistema familiar: Se trata de una familia nuclear integrada por la
señora Natalia, el señor Raúl, y su única hija Sandra, quien mantiene una relación
con Adán. Ambos padres trabajan, mientras que Sandra estudia el segundo
semestre de Psicología en la Universidad, su novio trabaja ocasionalmente
cantando en los camiones. Debido a problemas en el hogar de Adán, Sandra decidió
invitarlo a vivir con ella en casa de sus padres, por lo que la relación se tornó un
tanto formal y más cercana de lo previsto. Los padres de ella estuvieron de acuerdo
con esa decisión, además no eran muy cercanos a su hija, al contrario se mantenían
al margen de la situación. La relación entre Sandra y su novio se fue tornando poco
a poco hostil y cercana, ya que ella dependía de él para poder sentirse a salvo fuera
de casa.

Motivo de consulta: Sandra es quien solicita el servicio debido a que desde hace
algunos meses presentaba ataques de pánico y tristeza. Estos ataques empezaron
a afectar su vida personal ya que su presencia la obligaba a necesitar la compañía
de alguien para poder salir, incluso para ir a la universidad su novio debía
acompañarla porque le daba mucho miedo que “algo malo” le ocurriera y no hubiera
nadie para ayudarla. También la afectó en sus clases porque sentía la urgencia de
104
salir del salón cada vez que presentía el inicio de un ataque, además que no le era
posible exponer en clases porque estaba convencida que se podría desmayar o
enfermar enfrente de todos.

Antecedentes familiares y del problema: Sandra señala que su problema de


ansiedad inició a la edad de 14 años, en aquel momento llegó a presentar
ocasionales ataques de pánico, sin embargo la situación se estaba agravando ya
que algunos meses antes de iniciar la terapia sufrió una crisis conversiva, estaba
con su novio Adán en un parque cerca de un hospital, cuando empezó a tener
dificultad para mover sus piernas y poco a poco sus brazos. Él la llevó en taxi a un
médico, el cual después de valorarla determinó que no había ningún problema físico
y aconsejó que buscara apoyo psicológico. Anteriormente Sandra había acudido al
servicio médico del IMSS donde le dieron medicamento para controlar su ansiedad,
sin embargo suspendió el medicamento porque sintió que todo el tiempo estaba
muy cansada además que el miedo seguía presente.

Para sus padres el problema no era tan grave, le aconsejaban que se calmara y no
le diera importancia ya que desaparecería si no hacía caso, el único que pareciera
entenderla era su novio, quien siempre la acompañaba. Sin embargo para Sandra
cada día la situación era más complicada debido a que su desempeño escolar se
veía afectado porque no asistía a clases, no lograba integrarse con sus compañeros
para los trabajos en equipo por sus continuas faltas, además que sus visitas al
médico incrementaron en el último mes, siendo necesario para Sandra visitarlo cada
tres días para asegurarse que no estaba enferma de algo grave que fuera a
ocasionarle la muerte.

Objetivos del tratamiento: El objetivo inicial fue identificar la pauta de presentación


del problema, es decir en qué momento iniciaba o qué era aquello que podría
desencadenar un ataque de pánico, así mismo conocer cómo reaccionaban tanto
ella como las personas que la rodean.

La importancia de determinar la pauta del problema es para establecer una solución


que se aparte de las intentadas por Sandra para conseguir que sea capaz de salir
sin necesitar la compañía de alguna persona. A largo plazo se trata de lograr que

105
ella asista regularmente a clases, trabajar en equipo y exponer en clase a fin de
mejorar sus notas, además de disminuir las visitas al médico.

Hipótesis: Al inicio de la terapia la hipótesis se basó en que la familia estaba


atravesando por ajustes seguidos a la incorporación del novio de Sandra, al hogar,
quizá los padres no estaban conformes con esta situación pero al surgir los ataques
de pánico, la presencia de Adán se hizo necesaria en el sistema familiar, debido a
que los padres trabajan y no podían acompañar a su hija a la universidad o a las
consultas médicas. Posteriormente se pensó que los ataques de pánico de Sandra
surgieron de la necesidad de atraer la atención de sus padres, ya que la ausencia
de éstos en el hogar fue mencionada con tristeza en repetidas ocasiones, al
observar la reacción de ellos antes las crisis, se detecta un distanciamiento
emocional, debido a que le piden que se tranquilice, que no le pasará nada y que
todo estará bien, por este motivo la presencia de Adán se hace indispensable ya
que Sandra encuentra en él la atención que necesita.

Proceso Terapéutico: Con Sandra se trabajó un total de 11 sesiones, éstas se


llevaron a cabo cada 15 días, en las primeras sesiones acudió acompañada por su
novio Adán, quien la esperaba afuera. En las siguientes sesiones Sandra manifestó
satisfacción por ser capaz de asistir sola sin necesidad de acudir acompañada, sin
embargo los ataques de pánico aunque disminuyeron en su intensidad y aparición,
aun persistían, por ello se solicitó la presencia de los padres, quienes acudieron en
las últimas sesiones. Al conseguir la colaboración de los padres para la resolución
de la situación, se observaron cambios en la dinámica familiar, se evidenció la
influencia de Adán para la perpetuación del problema, lejos de ayudar a Sandra,
estar cerca de ella provocaba su malestar, al unirse como familia se logró prescindir
de su presencia, consiguiendo así una cercanía entre padres e hija, que facilitó a
Sandra el recuperar el control de su vida, ya que al superar los ataques de pánico
fue capaz de asistir a la escuela, participar en clase, integrarse en los equipos de
trabajo, así como disminuir las visitas al médico.

106
Modelo Teórico: se inició trabajando con el modelo de Terapia Breve centrada en
el Problema, el modelo Estratégico retomando principalmente a Giorgio Nardone y
algunos elementos de la Terapia Narrativa.

Intervenciones terapéuticas: se inició el trabajo terapéutico definiendo el


problema, Sandra menciona que sufre ataques de pánico, situación que afectaba
su vida en aspectos como la escuela, sus amistades y en su familia. Con el problema
identificado por completo, se requiere de iniciar con el abordaje terapéutico, para
ello se continua averiguando los intentos de solución; para este tipo de situaciones,
los intentos tienden a centrarse en tratar de tranquilizar a la persona, decirle que se
relaje y tome el control del evento, tanto los padres como el novio de Sandra le
pedían hacer esto, indicándole que debía calmarse ya que nada malo le ocurría. Por
tanto estos intentos de solución antes de aliviar, incrementaban el problema.

Una vez identificados los intentos, y saber que nada le funcionaba adecuadamente,
se inicia con la primer intervención, que consistió en pedirle realizar lo que Nardone
(2007) llama, diario de a bordo, que es un cuaderno utilizado exclusivamente con el
objetivo de anotar, todo lo relativo a los ataques de pánico, es decir la fecha, la hora,
el lugar, las personas presentes, situaciones, pensamientos y reacciones. Se le
indica que tendrá que anotar todas las veces que le ocurra durante el día, en cada
ocasión deberá anotar los puntos señalados, no importando que se repitan varias
veces, ya que lo importante es tener suficiente información para poder trabajar en
su caso. Esto se les dice a los pacientes para que se apeguen a las instrucciones,
ya que la importancia de la intervención radica en que la persona sin estar
consciente de ello, interrumpa los intentos de solución fallidos y viva experiencias
que le ayuden a cambiar su percepción de la realidad. Y si lo consultaste porque no
lo mencionas desde el principio.

Al inicio del proceso, se recurrió a normalizar el miedo, debido a que Sandra


indicaba que estaría segura de que todo iría bien cuando ya no volviera a tener
miedo jamás, se le preguntó si las personas valientes nunca tenían miedo, luego de
reflexionar un poco contesta que no, en este momento se le menciona que el miedo
es una emoción muy natural e incluso necesaria para la vida, que todos hemos

107
llegado a experimentar temor hacia lo desconocido y que si no tuviéramos
precaución ante cosas nuevas, probablemente sufriríamos de consecuencias
desagradables.

Hubo un momento del proceso terapéutico en el que Sandra mencionó que su vida
se podía dividir en dos, antes y después de empezar su relación con Adán, identificó
que estar con él no era lo que esperaba, ya que empezó a vivir dificultades en su
relación, peleas, malos tratos, celos, pero sobre todo dependencia, estaba
convencida de que lo necesitaba para estar bien. Por otra parte cuando terminó su
noviazgo, ella se percató que se sentía más tranquila porque ya no había nadie que
las estuviera presionando, además que pudo empezar a salir sola y darse cuenta
que no lo necesitaba realmente. Aprovechando esta reflexión, se reencuadraron los
ataques de pánico, de ser un trastorno a identificarse como una señal de su cuerpo
que le pedía cambiar la situación.

Para promover en la visión de Sandra un cambio, se le realizó la pregunta por el


milagro, con el fin de identificar pautas que la llevarían a una visión distinta de su
problema. Ella menciona que una vez superada la situación, sería perfectamente
capaz de acudir a la universidad sin la compañía de Adán, también podría exponer
en clase y buscaría un trabajo.

En algún momento Sandra mencionó la habilidad y gusto por el dibujo, esto se utilizó
para fomentar en ella el externalizar el problema, de acuerdo con Payne (2002), se
trata de mantener la actitud (evidenciada en las formas de hablar del problema) de
que las dificultades son algo que afectan a la persona, no algo que forma parte de
ella. Entonces se empezó por bautizar el problema, que consiste en nombrar de una
manera que sea significativa la situación por la que pasa la persona, en este caso
Sandra lo llamó “Doña Abismo”, decidió nombrarlo de esta manera ya que cada vez
que se enfrenta con un ataque de pánico se siente “como si cayera en un pozo
profundo, del cual es muy difícil salir”, para elle todo se vuelve oscuro y no puede
pensar. Con esta idea se le pidió que hiciera un dibujo de Doña Abismo para
discutirlo en la siguiente sesión.

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Al avanzar, se empezó a notar una mejoría en Sandra, su hablar era más pausado
y claro, incluso en una de estas sesiones logró llegar sin la compañía de Adán, para
ella esto era malo porque estaba teniendo problemas con él, ya que ella empezaba
a ser capaz de salir sin necesitar su ayuda, lo que él reprochaba como desinterés
en la relación. Esto se identificó como un acontecimiento extraordinario para
empezar a crear una nueva imagen de sí misma, en la que Sandra era capaz de
acudir salir sin ayuda de nadie.

Para las últimas sesiones, se contó con la presencia de los padres de Sandra, su
participación fue relevante ya que ellos fungieron como el público o los otros
significativos, que fueron testigos de los cambios en su hija empezando por terminar
su relación de noviazgo, lograr salir sin ayuda de nadie, regresar a clases y verla
más tranquila como era antes.

A seis meses de concluida la terapia, se contactó a Sandra para saber cómo estaba,
ella relató que pudo reincorporarse sin dificultad a clases en la Universidad, era
capaz de exponer en clase, podía trabajar en equipo, estaba saliendo con un
compañero que le gustaba y ya no se habían presentado ataques de pánico.

3.1.3 Del miedo al pánico: un abordaje sistémico

Un enemigo silencioso: el miedo

Son muchas las emociones que podemos experimentar los seres humanos.
Algunas han sido llamadas ‘emociones primarias’, como son el miedo, la ira, la
alegría, la tristeza, el disgusto (asco) y la sorpresa, emociones que van
acompañadas de patrones de conducta tales como respuestas faciales, motoras,
vocales, endocrinas y autonómicas hasta cierto punto estereotipadas y que son
reconocibles por encima de diferencias culturales y raciales en los seres humanos.
Distinguimos también otras muchas emociones, como la envidia, la vergüenza, la
culpa, la calma, que se denominan ‘emociones secundarias’, con un componente
cognitivo más alto (Belmonte, 2007).
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De acuerdo con Riso (2012), las emociones secundarias son aprendidas, mentales,
y aunque algunas de ellas, bien administradas pueden llegar a ser útiles, no parecen
cumplir una función biológica adaptativa. Son defensivas o manifestaciones de un
problema no resuelto, y casi siempre implican debilitamiento del yo: sufrimiento,
ansiedad, depresión, ira y restricción-apego son a decir del autor, las más
significativas.

La raíz de la palabra emoción es motere, el verbo latino mover, es decir que cada
emoción preparan al organismo para dar diferentes respuestas, ya que en esencia
son impulsos para actuar:

 Con la ira, la sangre fluye a las manos, así resulta más fácil tomar un arma o
golpear a un enemigo; el ritmo cardíaco se eleva y un aumento de hormonas
como la adrenalina genera un ritmo de energía lo suficientemente fuerte para
originar una acción vigorosa.
 Con la felicidad hay un aumento de la actividad en un centro nervioso que
inhibe los sentimientos negativos y favorece un aumento de la energía
disponible, y una disminución de aquellos que generan pensamientos
inquietantes. Esta configuración ofrece al organismo un descanso general,
además de buena disposición y entusiasmo para cualquier tarea que se
presente y para esforzarse por conseguir una variedad de objetivos.
 El amor, los sentimientos de ternura y satisfacción sexual dan lugar a un
despertar parasimpático, el opuesto de la movilización que comparte el miedo
y la ira. Es así que se genera un estado general de calma y satisfacción,
facilitando la cooperación.
 El levantar las cejas en expresión de sorpresa permite un mayor alcance
visual y también que llegue más luz a la retina. Esto ofrece más información
sobre el acontecimiento inesperado, haciendo que resulte más fácil distinguir
con precisión lo que está ocurriendo e idear el mejor plan de acción.

110
 La expresión de disgusto (asco), es igual en el mundo entero y envía un
mensaje indéntico: algo tiene un sabor o un olor repugnante, o lo es en
sentido metafórico. La expresión facial de disgusto –el labio superior torcido
a un costado mientras la nariz se frunce ligeramente- sugiere, un intento de
bloquear las foses nasales para evitar un olor nocivo o de escupir un alimento
perjudicial.
 Una función importante de la tristeza es ayudar a adaptarse a una pérdida
significativa, como la muerte de una persona cercana, o una decepción
grande. La tristeza produce una caída de la energía y el entusiasmo por
actividades de la vida, sobre todo por las diversiones u placeres. Este
aislamiento introspectivo crea la oportunidad de llorar por una pérdida o una
esperanza frustrada, de comprender las consecuencias que tendrá en la vida
de cada uno y, mientras se recupera la energía planificar un nuevo comienzo.
Esta pérdida de energía puede haber obligado a los primeros humanos
entristecidos a permanecer cerca de casa, donde estaban más seguros.
 Finalmente con el miedo, la sangre va a los músculos esqueléticos grandes,
como los de las piernas, y así resulta más fácil huir, el rostro queda pálido
debido a que la sangre deja de circular por él (creando la sensación de que
la sangre “se hiela”). Al mismo tiempo, el cuerpo se congela, aunque sea por
sólo un instante, tal vez permitiendo que el tiempo determine si esconderse
sería una reacción más adecuada. Los circuitos de los centros emocionales
del cerebro desencadenan un torrente de hormonas que pone al organismo
en alerta general, haciendo que se prepare para la acción, y la atención se
fija en la amenaza cercana, lo mejor para evaluar qué respuesta ofrecer
(Goleman, 2000).

Esta última es en la que se hará un énfasis especial, debido a que es el tema que
guía el análisis de los casos presentados en el apartado anterior. El miedo incide de
manera tal en la vida de las personas que en la actualidad existen numerosas
publicaciones que hacen referencia a éste tema, cada uno de nosotros ha
experimentado esta emoción en algún momento de la vida, que puede ir desde un

111
sobresalto generado al escuchar ruidos extraños en casa cuando sabemos que
estamos solos, hasta una reacción de miedo intensa e incontrolable conocida como
pánico, quienes han vivenciado este malestar comentan lo incapacitante que puede
ser, además de la sensación de desamparo en la que se encuentran.

El miedo y la ansiedad quizá sean las emociones que han generado mayor cantidad
de investigación y sobre las que se han desarrollado un arsenal de técnicas de
intervención desde cualquier orientación teórica en psicología (Choliz, 2005). El
miedo como emoción psicobiológica no es, de por sí, una forma de patología; al
contrario, es una emoción fundamental para la adaptación de los animales y de los
seres humanos en su ambiente. Sin una dosis de miedo no se sobrevive puesto que
ésta es la reacción que nos alerta ante los peligros reales y nos permite afrontar
tales situaciones después de haberlas reconocido como peligrosas. En efecto la
idea que hay que refutar es que un ser humano puede no tener miedo, dado que
esto lo volvería un autómata y no un ser vivo (Nardone, 2003).

La función biológica del miedo es protegernos ante el peligro real, cuando estamos
en una situación amenazante, un sistema especialmente diseñado para estos casos
se activa y nos prepara para la huida. Una vez que se detecta la fuente del posible
daño, la fisiología dispara una sustancia llamada adrenalina que conlleva ciertos
cambios físicos: dilatación de la pupila, sudoración, taquicardia, temblor, palidez,
gritos y una sensación interna de inquietud y alarma. Algo nos dice que no debemos
quedarnos ahí y hay que escapar (Riso, 2012).

De acuerdo con Yalom (2000), existen cuatro miedos existenciales básicos y


comunes a las personas:

a) Falta de sentido de vida: se refiere al temor que genera la idea de


decepcionar a los demás, a fracasar en el proyecto de vida laboral, personal
y quizá de pareja, así como no dejar huella, a pasar desapercibido en la vida,
una sensación de que la existencia no tiene un objetivo. Si debemos morir,
si constituimos nuestro propio mundo, si cada uno de nosotros está en última
instancia sólo en este universo indiferente, entonces ¿qué significado tiene
la vida?, ¿por qué vivimos?, ¿cómo viviremos?

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b) Aislamiento: el miedo a ser rechazado por otras personas, a no tener amigos,
vivir solitario, no tener a quien importarle, dejar de ser amado, a no poder
conectar de manera profunda con otro ser humano. Cada uno de nosotros
llega sólo a la existencia y debe partir de ella también solo. El conflicto
existencial es así, la tensión entre la conciencia que tenemos de nuestro
absoluto aislamiento y nuestro deseo de contacto, de protección, nuestro
deseo de formar parte de una totalidad más grande.

c) Libertad: aunque casi siempre estamos peleando por el derecho a ser libre,
muchas veces provoca miedo el enfrentar las consecuencias de las propias
decisiones, afrontar la vida solo y hacerse responsable, es decir asumir que
no es posible culpar a los demás por las elecciones hechas. En su sentido
existencial, la libertad se refiere a la ausencia de estructura externa, esto
quiere decir que el individuo es enteramente responsable de su propio
mundo, del diseño de la vida, de las elecciones y acciones. En este sentido
la libertad tiene una implicación terrorífica: significa que bajo nosotros no hay
terreno alguno, esto es, nada, el vacío. Una clave dinámica es entonces, el
choque entre nuestra confrontación con el vacío bajo nuestros pies y nuestro
deseo de un terreno firme y una estructura.

d) Muerte: la mayoría de las personas comparten este miedo el cual incluye: el


temor a dejar de existir, a que las personas que son importantes o
significativas sufran y más que a la muerte misma a la manera de morir, a la
agonía. Existimos ahora, pero un día dejaremos de ser. La muerte vendrá y
no hay escapatoria para ello. Es una terrible verdad y respondemos a ello
con un terror mortal. El conflicto existencial central lo constituye la tensión
entre la conciencia de la muerte y el deseo de continuar existiendo.

Para Marina (2006), existen los llamados miedos cotidianos que también llegan a
dificultar mucho la vida de quienes los sufren, por ejemplo miedo a las escenas
violentas (broncas, discusiones, gestos, etc.), o el miedo al aburrimiento que aunque

113
aparentemente inofensivo, puede hacer que algunas personas sufran la ausencia
de estímulos como un castigo, produciendo un tipo de angustia para librarse de la
cual necesitan aumentar su nivel de excitación, que puede derivar en una búsqueda
compulsiva de diversiones y en el consumo excesivo de alcohol o drogas. Otros
miedos curiosos como a la soledad, una paradójica excepción si tenemos en cuenta
que la mayoría de miedos se producen por la compañía. O el miedo cotidiano más
común de todos: la vergüenza, que no se trata de un miedo porque un peligro se
acerque a nosotros, sino de un miedo porqué nosotros tenemos que acercarnos a
ese peligro, un sentimiento contradictorio, como el mismo miedo, ya que
necesitamos de ambos, pero ambos pueden destruirnos.

Es frecuente que las personas lleguen a terapia buscando un alivio para esos
miedos cotidianos, como en el caso 1, Andrea empezó a experimentar una
sensación de inseguridad a partir de terminar su relación de noviazgo, su deseo era
trabajar sobre ese sentimiento porque le generaba un malestar muy grande, sentía
que nadie más se fijaría en ella, además que empezaba a tener problemas con sus
compañeras de clase. A continuación un fragmento de una sesión.

Andrea: es que me siento muy insegura.

Terapeuta: ¿cómo es sentirte insegura, a qué te refieres?

Andrea: pues, ya no me gusta salir a fiestas porque siento que no me veo bien,
pienso que me ven menos, que van hablar de mí, además creo que no le voy a
gustar a ningún chico.

Terapeuta: ¿de qué manera está situación se convierte en un problema para ti?

Andrea: pues como creo que la gente habla de mí, pienso que me critican, que han
de pensar que soy muy tonta… por eso ya no salgo con mis amigas porque saben
que mi ex novio fue quien terminó la relación, entonces seguro creen que soy tonta
por sentirme así.

Terapeuta: ¿esta sensación ya la habías experimentado antes, o es la primera vez?

114
Andrea: la verdad es que antes pensaba algo parecido, pero ahora después de
terminar con mi novio, creo que es verdad todo, que no voy a encontrar a alguien
más me quiera, que seguro él me dejó porque no soy interesante, es que ni si quiera
puedo exponer bien en clase, me pongo muy nerviosa, siento que no se hablar bien
frente a mis compañeros y preferiría no hacerlo.

En el caso de Andrea se hace presente el miedo cotidiano reconocido como


vergüenza según Marina (2006), ese temor a hacer el ridículo, por el que muchas
personas evitan lugares o situaciones que les parecen embarazosas. Es
impresionante cómo el simple pensamiento de que serán criticadas o burladas, hace
que las personas dejen de hacer cosas que les gustaría o necesitan hacer, como
asistir a fiestas o exponer en clase.

También se hace presente el temor al aislamiento, a ser rechazada por otros y sobre
todo a no ser aceptada y querida por una persona especial.

De acuerdo con Branden (1983), los sentimientos de ansiedad, inseguridad –


incluyendo la duda con respecto a sí mismo-, la indescriptible sensación de sentirse
inútil para la realidad, inadecuado para los desafíos de la vida, surgen
inevitablemente siempre que fracasamos en la tarea de alcanzar un nivel de
confianza en nosotros mismos y de respeto por nosotros mismos más o menos
satisfactorio. Es así como el miedo puede sabotear la mente, la claridad, la eficacia;
y las acciones motivadas por el miedo, más que por la confianza, son generalmente
el tipo de acciones que dejan en el individuo una sensación de menosprecio
personal.

Para Clarkson (2003), preocuparse por lo que piensa la gente y actuar según esas
premisas se ha convertido en un mal endémico en nuestra sociedad, de acuerdo a
este autor, las personas hacemos una evaluación de nuestro desempeño en una
actividad dependiendo cómo percibamos la reacción de los que están presentes,
podemos sentirnos satisfechos con nuestro actuar, hasta que percibimos un gesto
que interpretamos como disgusto, entonces podemos convencernos que lo que
hicimos no fue apropiado o que la conferencia dictada fue aburrida. Por su puesto
existen muchos factores que influyen en nuestra percepción acerca de lo que los

115
demás piensan de nosotros. Por ejemplo podemos asfixiarnos bajo la presión de
saber que nos están mirando personas que conocemos.

El miedo puede llegar a provocar un triple estrechamiento de la conciencia (Marina,


2006):

-Corporal: sólo se experimenta el cuerpo como una vivencia opresiva; a esto hacen
referencia las palabras angustia y congoja, que indican angostamiento,
imposibilidad de respirar con amplitud.

-Psicológica: el mundo se ve como un lugar amenazante; se impone un sistema


equivocado de interpretación, que percibe estímulos neutros como peligrosos, se
da una visión de túnel, una esclavitud de la atención, que está siempre pendiente
de la amenaza.

-Conductual: todas las energías se concentran en un único objetivo: estar en alerta


máxima, presto a huir o realizar los rituales que liberan momentáneamente de la
angustia. Esta engañosa eficacia los hace especialmente peligrosos, porque
acaban siendo adictivos por el alivio que producen; no resuelven el problema, pero
disminuyen la emoción.

En el caso de Andrea, ella dejó de asistir a fiestas por temor a ser criticada, esto no
alivió su malestar, al contrario, alimentó su insatisfacción y contribuyó a percibirse
como una persona insegura. A este respecto Watzlavick (1989), en su libro: “El arte
de amargarse la vida”, señala que una de las maneras de perpetuar la existencia de
este tipo de problemas, es rechazar o eludir la situación peligrosa, a pesar de que
pareciera ser la solución más razonable; señala que para evitar ser víctimas de
alguna desafortunada situación, las personas pueden decidir permanecer en casa,
pero al mismo tiempo menciona que la seguridad de la casa no es más que relativa;
ya que hay escaleras, piso resbaladizo o simplemente cuchillos, tijeras y luz. Por
ello se deberá alentar a las personas a afrontar sus temores desde una estrategia
establecida con alguna técnica terapéutica, por ejemplo emplear alguna paradoja,
indicándole que evite realizar cualquier actividad que le parezca interesante ya que

116
corre el gran riesgo de equivocarse y quedar en ridículo, adoptando así una postura
pesimista. En el caso 1, se le dijo lo siguiente:

Terapeuta: creo que tienes razón, lo mejor será que durante este tiempo que no nos
veremos, limites el contacto con tus amigas y compañeros de clase, quizá no estás
lista aún para enfrentarte a una situación vergonzosa, por ello, es mejor que no
acudas a ninguna fiesta.

El origen del miedo, la triada vertiginosa: miedo, fobia, pánico

El miedo es una emoción dolorosa, excitada por la proximidad de un peligro, real o


imaginario, y que está acompañada por un vivo deseo de evitarlo y de escapar de
la amenaza. Es un instinto común a todos los seres humano del que nadie está
completamente libre. Nuestras actitudes ante la vida están condicionadas en gran
medida por esos temores que brotan de nuestro interior, en grados tan diversos que
van desde la simple timidez hasta el pánico desatado, pasando por la alarma, el
miedo y el terror.

De acuerdo con Fisch, Weakland y Segal (1982), una de las maneras en que los
miedos llegan a convertirse en un verdadero problema para las personas, es la
evitación. De acuerdo con los autores, con gran frecuencia las fobias comienzan de
un modo inocuo. El futuro paciente fóbico no experimentaba ninguna dificultad para
llevar a cabo determinada tarea, pero en un momento dado, choca con
inconvenientes inesperados e inexplicables para realizarla. Se trata muy a menudo
de una tarea que implica cierto riesgo, aunque sea muy reducido; después de haber
experimentado la dificultad, el futuro paciente comienza a especular sobre ella y se
alarma al pensar que podría reaparecer en circunstancias peligrosas, mortificantes
o humillantes para él. A esto lo llaman “la feliz idea de: qué pasaría si…”: ¿qué
pasaría si se atasca el ascensor y no puedo salir y pierdo el control de mí?

La conducta de evitación de Andrea, podría incluirse en un nivel inicial de lo que se


conoce como la fobia social: aquella incapacidad de ciertas personas para
interactuar con los demás por temor a ser rechazados o criticados, y para quienes

117
la evitación, se convierte en la mejor herramienta para “enfrentar” su miedo. La fobia
social es un temor específico y duradero a diversas situaciones sociales en las que
la persona se siente observada críticamente por los demás y experimenta un temor
desproporcionado e irracional a que su conducta sea objeto del rechazo o de críticas
de las demás personas (García y García, 2000).

Las respuestas de ansiedad que se producen cuando una persona que sufre de
fobia social tiene que enfrentarse a la situación temida, se dan en tres niveles
(García y García, op.cit.):

 Cognitivo: se produce un flujo de pensamientos persistentes y


desagradables, que hacen que la persona se siente decaída, insegura y con
una gran inquietud. Esto produce desasociego, temores difusos y una
anticipación de lo peor.
 A nivel motor: se producen conductas de escape o evitación de la situación
temida y alteraciones conductuales diversas (temblores, tartamudeo,
paralización, etc.) en caso de mantener contacto con la situación temida.
 A nivel fisiológico: se pueden producir palpitaciones o ritmo cardiaco
acelerado, mareos o sensación de inestabilidad, dificultad para respirar,
sequedad de boca, tensión en el estómago seguidas ocasionalmente de
dolor o diarrea.

Nardone (2004) asegura que la persona que sufre de fobia social, se siente
rechazado o mal juzgado por los demás; no tiene solamente miedo a que esto
suceda, está seguro de entrada. Por tanto, se relaciona con los demás de forma
siempre desconfiada y circunspecta, creando, justamente mediante esta actitud
defensiva, la disposición que le confirma el rechazo o la opinión negativa. Una
persona puede desarrollar toda una serie de síntomas de ansiedad sólo con pensar
que al día siguiente tiene que enfrentarse a una determinada situación.

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Por ejemplo Andrea, llegó a mencionar que empezaba a tener problemas con sus
amigas, ya que en una de sus clases necesitaban realizar un proyecto en equipo y
debido a que ella aún se sentía mal por haber terminado su relación, le molestaba
demasiado que sus amigas hablaran de sus novios, entonces se mantenía callada
o a decir de ella “les ponía caras” que manifestaban su disgusto, y es que en el
fondo estaba convencida que su compañía no era grata para nadie y sobre todo
para ellas porque no tenía nada importante que aportar al proyecto. Además se
llegaba a molestar si no le prestaban atención o si entraba en algún lugar donde
había “chavos” o “chavas más guapas”, siempre agachaba la mirada.

En el caso número 2, Sandra tenía en mente el tipo de pensamientos que le


impedían desempeñarse adecuadamente en la escuela, temía que durante alguna
exposición en clase, iba a desmayarse y todos sus compañeros se burlarían de ella,
estaba segura que no podría ser capaz de articular alguna oración, por eso evitaba
exponer a pesar de que su calificación se viera perjudicada. Así mismo estaba
convencida que si permanecía sola en su casa, podría pasarle “algo” y como estaría
sola, nadie podría auxiliarla y entonces moriría, por ello se le hacía necesario estar
con alguien, para sentir un poco de tranquilidad. En seguida un fragmento de las
sesiones iniciales del trabajo terapéutico.

Sandra: todo el tiempo creo que me va a pasar algo, por eso no puedo salir sola de
casa, porque siento que en cualquier momento me voy a desmayar y que nadie me
va ayudar… tengo mucho miedo de que me dé un paro cardiaco.

Terapeuta: ¿Qué has hecho para tratar de solucionar esta situación?

Sandra: Pues trato de no pensar en eso, la gente me dice que exagero, que no es
para tanto que me tranquilice, y de verdad trato de tranquilizarme, pero no puedo,
me da mucho miedo morir.

De acuerdo con Sandra desde niña, aparece un miedo intenso a la muerte, fue
testigo de cómo se llevaban en ambulancia a su abuelo, quien sufrió un evento
cerebral vascular estando en su casa, para ella fue muy impactante ver cómo se
desvanecía y saber que a ella también podía pasarle; sin embargo, puedo

119
desarrollarse sin ningún problema aparente hasta llegar a la preparatoria, donde
experimentó el primer evento de ataque de pánico. A partir de entonces se dedicó
a tratar de evitar situaciones donde se sintiera con miedo, evitaba salir sola, evitaba
exponer en clase, evitaba estar sola en casa, y más aún evitaba estar enferma
acudiendo semanalmente al médico para asegurarse que todo estaba bien con su
salud.

La persona que tiene miedo de encontrarse mal, de alejarse de casa, generalmente


pone en práctica tres intentos de solución básicos.

1) Evitación: consiste en evitar alejarse sola y huir de todas las situaciones


que puedan propiciar el riesgo de tener que quedarse sola fuera de casa
y, a veces, incluso en la propia casa. Este comportamiento conduce
gradualmente, como es fácil descubrir, a evitarlo casi todo. Pero esta
forma de evitación generalizada también conduce al sujeto a rebajar el
umbral de activación del miedo, de modo que al esforzarse por controlar
las situaciones de miedo evitándolas, éstas acaban por aumentar
vertiginosamente hasta el punto de que el mínimo alejamiento o momento
de soledad desencadena el pánico.

2) Solicitud de ayuda: constantemente están pidiendo ayuda a las personas


de su entorno, pero también esta solución, laboriosa y protectora, al
confirmar de forma redundante en el ámbito de la comunicación
interpersonal el estado de presunta “enfermedad” del sujeto, contribuye
gradualmente a mantener y agravar la sintomatología. Así cada vez que
la persona pide y recibe ayuda, recibe un doble mensaje: Te ayudo y
protejo porque te quiero, Te ayudo y protejo porque estás enfermo. La
repetición redundante de esta comunicación confirma cada vez más al
sujeto en la gravedad de su enfermedad y, funcionando como una
profecía que se autorrealiza, tiende a agravar realmente la sintomatología
(Nardone, 2007).

120
3) Intento de controlar las propias percepciones: es decir que la persona que
experimenta miedo, intenta con todas sus fuerzas no perder el control (no
tener miedo), porque si lo perdiera sabe que todo saldrá mal, por eso hace
un gran esfuerzo por mantener la calma, por vivir en paz, porque nada
salga de su supervisión y su zona de confort, sin embargo al hacer esto,
cualquier pequeño indicio de pérdida de control o calma, es suficiente
para generar un estado de ansiedad que incluso puede derivar en el
miedo más intenso reportado por las personas, que no es otro más que
el miedo al propio miedo: pánico.

Modelo circular de la persistencia del síndrome del pánico de G. Nardone (2004)

Este esquema sintetiza y pone al descubierto los principales intentos de solución de


las personas que han padecido un ataque de pánico, así como la interacción entre
cada uno para que el problema no sólo no se solucione, si no que se agrave y se
instale a veces por tiempo indefinido.

121
En el caso de Sandra, se manifestaron estos intentos para solucionar su problema,
ella estaba continuamente evitando exponer en clase, también acudía
semanalmente al médico con el fin de lograr un control absoluto de su salud, si
descubría cualquier pequeña mancha o si su pulso llegaba a acelerarse, sentía que
debía ser revisada para descartar cualquier padecimiento. Así mismo necesitaba de
la constante compañía de su novio Adán, porque hacer un viaje sola en el transporte
público, permanecer en casa sola o acudir al médico, eran actividades que no podía
realizar sin experimentar un miedo incontrolable.

Las manifestaciones de ansiedad alcanzan su máxima expresión en las crisis de


angustia o pánico, el sujeto no sólo tiene la experiencia repentina, inesperada, de
falta de aire, palpitaciones, sudoraciones, temblor o inestabilidad sino que percibe
su entorno como extraño, cambiado, como en una nube. Carece de claridad de
pensamiento se siente al borde de la pérdida de control sobre sí mismo. Esta última
sensación parece ser la vivencia que despierta mayor temor. La única forma de
retomar el control parece ser luchar para que los síntomas se disipen. Pero al
fracasar en el intento, la convicción de que perderá el control se hace más firme
(Chappa (2006). A continuación un fragmento de la sesión terapéutica con Sandra,
que ejemplifica lo mencionado:

Terapeuta: podrías hablarnos de uno de esos episodios que has sufrido, ¿cómo te
sentiste?, ¿qué pensabas?

Sandra: pues la última vez que me pasó, estaba en el salón, estaba en la parte de
atrás, el profesor estaba explicándonos algo, no recuerdo bien, pero empecé a sentir
que algo me pasaba, me asusté mucho, sentí que iba a desmayarme… empecé a
marearme, las manos me sudaban, ya no podía respirar bien, sentía que todos me
veían, entonces tuve que salir casi corriendo del salón o algo iba a pasarme… a
veces cuando me pasa esto, siento que no soy yo, que voy como flotando, que mi
cuerpo no es mío, como si mis brazos no me obedecieran, como si mi mano se
mandara sola, entonces trato de calmarme, de pensar que todo estará bien, de
relajarme, pero no puedo y me siento muy mal, y necesito que alguien me ayude.

122
Esto es un claro ejemplo de las manifestaciones fisiológicas en el cuerpo de una
persona que atraviesa por un ataque de pánico, esta sensación de descontrol y de
despersonalización, son dos rasgos que caracterizan este estado de profundo
miedo.

Siguiendo con Nardone (2004), existe una Anatomía del Pánico, cuando los
sentidos perciben un peligro –un ruido imprevisto, una imagen de miedo, una
sensación desagradable- las informaciones toman dos caminos diferentes a través
del cerebro:

Cerebro

A. El atajo: el cerebro activa automáticamente un dispositivo de emergencia, la


amígdala. Una vez activada, ésta envía el equivalente a un mensaje que
alerta a todas las otras estructuras cerebrales. El resultado es la clásica
reacción de miedo: sudoración en las manos, taquicardia, aumento de la
presión sanguínea y una descarga de adrenalina. Todo esto sucede antes de
que la mente se de cuenta de que ha notado o tocado algo. Antes de saber
que tienes miedo, lo experimentas.
B. El camino principal: solamente después de que la respuesta al miedo se ha
activado, la mente consciente entra en funcionamiento. Algunas
informaciones sensoriales, en vez de viajar directamente hacia la amígdala,
toman un camino más circular, deteniéndose primero en el tálamo –el centro
que elabora los síntomas sensoriales- y después en la corteza –la capa
externa de las células cerebrales-. La corteza analiza los datos tal como
entran a través de los sentidos y decide si requieren una respuesta de miedo.
Si es así, la corteza envía una señal a la amígdala y el cuerpo es alertado.

Cuerpo

Alertando al cerebro, la amígdala desencadena una serie de cambios químicos y


hormonales que ponen a todo el organismo en modo de alerta:

123
Incremento de las hormonas del estrés: las glándulas suprarrenales segregan
grandes niveles de cortisona. Demasiada cortisona cortocircuita las células del
hipocampo, haciendo difícil la organización de la memoria de un trauma o de una
experiencia estresante. Los recuerdos pierden coherencia y se vuelven
fragmentarios.

Aumento del latido cardiaco: el corazón late con más fuerza, la presión sanguínea
aumenta y los pulmones se hiperventilan. Aumenta la sudoración y finalmente, las
terminaciones nerviosas bajo la piel entran en acción provocando la llamada piel de
gallina.

Agresión o fuga: los sentidos se vuelven hiperactivos, en busca de nuevas


amenazas potenciales, la adrenalina se descarga hacia los músculos, preparando
el cuerpo para combatir o huir.

Paro de la digestión: el cerebro deja de pensar en las cosas que producen placer
y se concentra en los peligros potenciales. Para evitar la pérdida de energía en la
digestión, el cerebro, induce al cuerpo a vaciar el tracto digestivo a través del vómito
involuntario, la orina o la defecación.

Todo esto significa que la primera sensación de miedo es mucho más rápida que
cada uno de nuestros pensamientos y elaboración mental. Esto, como nos enseñan
los biólogos, frente a un peligro real, desencadena aquellas reacciones inmediatas
que a menudo nos salvan la vida, por tanto es un dispositivo natural que sería
realmente arriesgado no poseer. Sin embargo cuando nuestra evolucionada mente
confunde este sano dispositivo con algo peligroso, porque se dispara fuera de su
control, entonces se inicia la escalada que conduce al pánico (Nardone, 2007).

Según Chappa (2006), en las personas que sufren de ataques de pánico, se hace
presente una reiterada tendencia a la interpretación catastrófica, y una vez que se
genera esta tendencia, se producen dos procesos que contribuyen a mantener el
trastorno:

a) En primer lugar, los pacientes se tornan hipervigilantes y controlan


repetidamente su cuerpo. De este modo son capaces de detectar

124
sensaciones que de otro modo no percibirían.
b) En segundo lugar, se ponen en marcha ciertas conductas de seguridad. Se
trata simplemente de las conductas de evitación que las personas utilizan
para verse libres de las sensaciones corporales y de las crisis.

De acuerdo con Agras (1989), existe un recorrido cronológico que se sucede en las
personas que sufren por ataques de pánico:

1) Una pérdida o separación: muerte de un amigo o pariente, ruptura de pareja


o una amistad.
2) El ataque de pánico: habitualmente la persona suele atribuirlo a un trastorno
físico (un ataque al corazón) y tiene lugar con frecuencia en un sitio público:
se experimenta una sensación de muerte, o volverse loco o al menos, perder
el control.
3) Limitación de la movilidad: la gente empieza a evitar los lugares donde se
han producido esos ataques, y en último término, se resiste a abandonar la
casa sin compañía
4) Ansiedad anticipatoria: más allá que los propios ataques de pánico, que no
son tan frecuentes en su ocurrencia por semana, es la ansiedad que
despierta la previsión de tener que volver a lugares donde se han producido
ataques de pánico.
5) Aislamiento y depresión: son resultado de la percepción de impotencia y de
la reclusión en casa.

En el caso de Sandra, haber presenciado el malestar de su abuelo, con la necesidad


de llamar una ambulancia, y la consecuencia posterior, que fue pérdida de la
posibilidad de caminar y un deterioro grave en su salud, fueron suficientes para que
ella focalizara su atención a las muertes en su familia e incluso de amistades.

125
Se indica que las personas propensas a desarrollar una condición como los ataques
de pánico o fobias, pueden caer dentro de dos categorías (Sassaroli y Lorenzini,
2000):

-Los dependientes: son individuos con tendencia a la preocupación ante la


posibilidad de perder el cariño de las personas que tienen a su lado, pueden llegar
a creer que son débiles y que necesitan la ayuda y apoyo de los demás para
continuar adelante.

Para este tipo de personas el evento desencadenante puede ser el reconocer que
están solos, puede darse por la pérdida de un ser querido, en ocasiones es
suficiente con que la pérdida sea temida o imaginada o se viva como amenaza. Lo
que les asusta más es la idea de no ser capaz de salir adelante solo y se siente
perdido como un ciego sin su perro lazarillo. Por otra parte también pueden entrar
en crisis cuando un evento aparentemente positivo para la mayoría de la gente, tal
como un ascenso o el logro de una meta importante, así como el aumento de
responsabilidad, le implican un cambio y se centra en la idea de que es débil y
necesita de la protección de los demás.

-Los autónomos: estas personas parecen no tener interés alguno en la búsqueda


de cuidado y afecto de los demás, parecen firmeza de carácter y tienden a actuar
por su cuenta en cualquier circunstancia.

En este caso cuando estas personas descubren que están vinculadas, por ejemplo
a una persona con planes de matrimonio o un embarazo, o cualquier acontecimiento
que impida al individuo continuar pensándose a sí mismo como un sujeto
independiente y libre, puede tener un efecto desestabilizador. En otro punto también
el descubrir que no son invencibles como creían por ejemplo una enfermedad física
que se manifiesta de manera imprevista, esto les da la idea de que puede existir
una enfermedad escondida. Además no es necesario que le ocurra directamente,
puede bastar con que le suceda a una persona cercana como un familiar o amigo.
Todo esto le lleva a la idea de que es vulnerable y es algo en lo que no había
pensado demasiado.

126
Por ejemplo, Sandra estaba convencida que la muerte le “rondaba”, un amigo
cercano y un primo habían fallecido en un lapso de un año, ella sospechaba que si
se pone la suficiente atención, se pueden distinguir señales que indican la
posibilidad de sufrir un accidente que traiga como consecuencia la muerte, y a
consecuencia de esta idea insistía en buscar cualquier evidencia de un problema
de salud. Además la angustia que le provoca pensar que algo le va a pasar, es algo
desgastante: “es como si hubieras corrido todo el día y ya lo púnico que quieres es
llegar a dormir, cansa mucho”.

Función del miedo como síntoma en el sistema

Aunque aquí se han descrito las características de personalidad que pueden


favorecer la aparición de éste tipo de problemáticas se debe recordar que su
gestación y mantenimiento no dependen sólo de este factor como ya se mencionaba
con anterioridad, también intervienen los intentos de solución que echa andar el
sujeto para resolver su problemática. Sin embargo la explicación no se queda sólo
en estos factores, aquí se incluye también al sistema familiar donde interactúa el
sujeto.

Enfocándolo desde ésta perspectiva, el miedo como síntoma puede llegar a coincidir
con algún cambio efectivo o previsto en la familia, que amenaza con alterar el
equilibrio, por ejemplo que algún miembro se vaya de casa, cambie de trabajo, se
enferme, etc. De manera que la ansiedad por este cambio activa conflictos que han
estado latentes y en lugar de resolverse se expresan a través de un síntoma. Por
otra parte el síntoma puede ser un medio para evitar este cambio amenazador o de
suministrar un modo de que se produzca (Papp, 1994).

Sassaroli y Lorenzini, (2000) mencionan que el síntoma se convierte en una señal


que el sujeto envía a su familia, se mantiene y refuerza mediante los
comportamientos complementarios de los familiares, de tal manera que si alguien
tiene necesidad de ser acompañado, es muy probable que haya otro miembro de la
familia que tenga necesidad de acompañar.

127
También se menciona que existe un control que la persona con el problema ejerce
sobre las dinámicas familiares, a través de su ‘aparente debilidad’, el sujeto
consigue imponer a los otros lo que quiere, pero hay que recordar que esto no
depende de él, no puede hacer nada es más fuerte que él; más bien el tema del
control es compartido por toda la familia y el portador del síntoma es solamente el
portavoz oficial: se puede tratar de familias donde todo el mundo controla a todos y
donde no se admiten espacios de autonomía real (Sassaroli y Lorenzini, 2000).

En este caso, Sandra estaba atravesando por una sensación de abandono de parte
de sus padres, sobre todo de su madre, ya que la relación con ella cambio mucho
a partir de que empezó a trabajar, afirmó: “antes era hablar con ella de todo y ahora
estoy más con mis amigos, platico con ellos, me quedaba en la escuela porque no
me gustaba estar sola”. En quinto semestre una de sus amigas le aconsejó tomar
terapia psicológica porque “no estaba bien”, al preguntarle por qué su amiga le decía
que no estaba bien, ella contesta que se sentía mal, que en clases sentía
desesperación por estar encerrada, “me empezaba a dar no sé qué”, tenía que salir
casi corriendo al baño para que se le pasara y entonces regresaba a clase. Su amiga
también le indicó que la relación que llevaba con un exnovio no estaba bien le decía
“es que tú te dejas que te haga y no es normal todo lo que te pasa”.

Sus padres en respuesta a su problema, le decían que se calmara, que no era para
tanto, “ya vas a empezar con tus cosas”, estas respuestas le hacían sentirse
ignorada y abandonada, por ello buscaba el continuo apoyo de su novio Adán.
Cuando los padres acudieron a terapia, y Sandra puedo escuchar su preocupación
y ver que a pesar de lo que le dijeran, estaban dispuestos a ayudarla, ella se sintió
acompañada, además que por el trabajo previo, la sintomatología había disminuido.

Aspectos interrelacionados

La presencia del miedo incapacitante, en la vida de las personas comúnmente no


surge por una única vía y no sólo se compone de algún hecho particular, lo que
ocurre es que existe un evento que puede ser el desencadenante de algo que yacía

128
latente en el sujeto, esperando el momento justo para emerger. Para que este
‘enemigo’ silencioso, y otra veces no tanto, llamado miedo se instale ocasionando
dificultades en la vida cotidiana de las personas, existen factores que van creando
el contexto para que esto ocurra; así como las bacterias o virus circundantes, el
clima, un sistema inmunológico débil, una alimentación deficiente o conductas de
riesgo, pueden predisponer a una persona para adquirir una enfermedad como una
gripa o infección intestinal; diversos elementos se pueden conjuntar para que el
miedo deje de ser una emoción adaptativa que nos sirve para alejarnos de
situaciones riesgosas, para convertirse en una pesadilla diaria.

Género

Algunos estudios revelan que en las mujeres se da el 59% de los desórdenes de


pánico puro y el 89% de trastornos de pánico con agorafobia, aunque no se ha
establecido el porqué de esta proporción, existen algunas hipótesis (Wilson, 2001):

 Tradicionalmente los padres y algunas culturas han puesto escasa atención


a la preparación de las jóvenes para manejarse independientemente cuando
dejan el hogar paterno. Las fantasías de los cuentos de hadas donde una
delicada damisela es protegida por el varón dominante y protector, pueden
ser destrozadas por las actuales presiones del matrimonio y paternidad. Si
las jóvenes creen que sus aptitudes no se equiparan con las tareas que
enfrentan, pueden volverse vulnerables a la ansiedad, la duda sobre sí
mismas y la sobredependencia. Además esta dependencia vital de las
mujeres con los otros se caracteriza por su sometimiento al poder masculino,
a los hombres y sus instituciones (Lagarde, 1997).

 Por otra parte la imagen estereotípica del macho puede empujar a los
hombres a tolerar los síntomas ansiosos y encarar las situaciones
aterradoras, de esta manera algunos hombres aprenden a manejar

129
mecanismos que impiden que la ansiedad se transforme en pánico. Y es que
probablemente las mujeres están ‘autorizadas’ para ceder a los sentimientos
pavorosos.

Al parecer hay cuestiones de género involucradas en la aparición de este tipo de


sintomatología, en una cultura como la nuestra donde se valora la independencia
del hombre y se promueve la dependencia de la mujer, resulta evidente que un
porcentaje mayor de mujeres presentes este tipo de problemática debido a la
desconfianza que pueden llegar a presentar respecto de sus propios recursos y
habilidades para afrontar situaciones desconocidas.

El contexto social y cultural

En la actualidad nuestro país atraviesa por un clima de violencia e inseguridad que


ha ido en incremento sin control aparente, de acuerdo con las cifras oficiales
proporcionadas por la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, en sus agencias
del Ministerio Público, en 2008, se recibieron 149,117 denuncias por delitos graves:
homicidio, lesiones, violación, robo a transeúntes, casa habitación, negocio, bancos
y transporte público, robo de vehículos, secuestro, fraude y otros. Estas cifras, lejos
de bajar, se mantienen. Estos delitos producen en los habitantes inseguridad y
elevado estrés, así como emociones extremas de ansiedad y miedo, aun en quienes
no han vivido situaciones de violencia. Con los elevados índices de inseguridad y
delitos en la Ciudad de México, un mayor número de personas que han sido víctimas
directas o presenciales de delitos percibe que su vida corrió peligro.

Los delitos cometidos en México son cada vez son más crueles y sanguinarios (el
caso específico de los asesinatos o los secuestros); por ello, los casos de personas
que sufren “ataques de pánico” ha aumentado significativamente y se estima, por
lo tanto, un crecimiento en la incidencia en los próximos años. Lo anterior se debe
a que estos ataques están etiológicamente ligados a la percepción de riesgo
potencial de la vida de la persona y las situaciones de elevado estrés (Durán, 2000).

130
Los datos más recientes registrados en la Encuesta Nacional de Epidemiología
Psiquiátrica (Medina-Mora y cols., 2003) concluyeron que el trastorno de pánico es
uno de los más prevalentes y más crónicos y que su edad de inicio, con el tiempo,
se vuelve cada vez más temprana.

En la ciudad de México, según Sandoval (1998), el trastorno de pánico tiene una


prevalencia durante la vida del 1.2% en los hombres y 2.5% en las mujeres, con una
frecuencia mayor en los sujetos con una edad comprendida entre los 25 y los 34
años. Además el 0.2% de los hombres y el 0.6% de las mujeres han presentado
este trastorno en los últimos 12 meses, lo cual aporta un dato muy interesante: el
trastorno es más frecuente en hombres solteros y mujeres casadas con un promedio
de escolaridad de entre siete y nueve años.

De acuerdo a esto, existen elementos para que las personas consideren que el
medio en el cual están interactuando, es peligroso, por lo cual el miedo es
justificado, Gil (2004), señala ciertos elementos que favorecen el que las personas
perciban a los otros como un peligro social:

a) Densidad de las interacciones: cuanto mayor sea la frecuencia y complejidad


de nuestras relaciones con los demás, tanto mayor será el grado de alarma
por su peligrosidad potencial.
b) Densidad comunicativa: resulta de la multiplicación de las interacciones que
relacionan a distancia a las personas. Sobre todo si la densidad comunicativa
crece en la medida en que lo hace actualmente, cuando se está multiplicando
exponencialmente tanto la velocidad de transmisión como la capacidad de
interconexión múltiple, esto a través de las redes mediáticas.
c) Estrechamiento de la densidad urbana: nos sentimos estrechados por el
miedo a los desconocidos que nos rodean, sospechosos de convertirse en
hostiles agresores potenciales, los medios de comunicación favorecen esta
percepción al enterarnos de nuevas víctimas de agresiones y desgracias
provocadas por verdugos carentes de escrúpulos.
d) Presencia de inmigrantes: las personas que llegan de diferentes lugares a
una nueva residencia, pueden ser percibidos como peligrosos sobre todo si

131
exhiben signos externos de pobreza, exclusión social o cualquier otro rasgo
físico que actúe de estigma discriminante, como el color de piel, alguna
discapacidad o ciertos atuendos que revelen su inclusión en la marginalidad.
e) Efecto de contagio: en esta época en que vivimos, la frecuencia de las
conexiones audiovisuales, como el cable, los satélites, los móviles, han
masificado el tráfico multilateral de mensajes, esto facilita que las personas
se afecten e influyan unas a otras, a través de modas, rumores, furores,
movimientos de protesta y fiebres colectivas.

De esta manera, nos damos cuenta como la interacción con los otros, ya sea cara
a cara o a través de los diferentes medios de comunicación, favorecen un clima de
incertidumbre y alarma, que es alimentado por la situación actual de nuestro país, y
no sólo por la delincuencia, la inseguridad y la situación económica actual, sino
también por los recientes sucesos que tienen que ver con los sismos ocurridos en
recientes fechas, esto contribuye a una creciente sensación de vulnerabilidad y
desvalía en todas las personas.

Creencias

Otro aspecto a revisar en la construcción de este tipo de dificultades es el sistema


de creencias que la persona va integrando a lo largo de su vida, estas creencias
provienen de la familia, la cultura y sus propias experiencias de vida, así por ejemplo
hay personas que debido a una constante autocrítica acompañada por sucesos que
le confirmen su ‘incapacidad’ para resolver determinadas situaciones, creerán que
no son aptos para manejarse de manera independiente y necesitarán la compañía
de alguien (García y García, 2000).

Estas personas tendrán que empezar a cuestionar sus premisas de la realidad para
poder enfocar sus experiencias desde otro ángulo, por ejemplo cuestionar para
dejar de creer que el tener miedo es sólo para cobardes y que un valiente nunca
teme a nada, al contrario deberán aceptar la idea de que todos hemos tenido algún
miedo en algún momento, la diferencia radica en cómo se le enfrenta.

132
A medida que las personas empiezan a observar que pueden andar solas por la
calle y nada les ocurre, empiezan a cuestionar la idea de si en verdad necesitan de
alguien para sentirse seguras o si una vez que lo experimentaron se percatan de
que es posible tener miedo pero que pueden afrontarlo y salir victoriosos.

Esto último ocurrió en los dos casos, poco a poco tanto Andrea como Sandra,
lograron recuperar la confianza en sí mismas y en sus capacidades, pudiendo ser
capaces de manifestar sus opiniones en clase, con amigas, además Sandra pudo
recuperar la confianza para salir sola de casa, a las últimas sesiones acudió sin la
compañía de Adán, con quien terminó la relación, que a decir de ella, le había
complicado más la vida de lo que realmente le había ayudado, pero como lo
“necesitaba” no podía alejarse, pero una vez recuperada pudo hacer su vida más
independiente.

La clave fue, provocar experiencias concretas donde ellas experimentaran


modalidades alternativas de percepción y reacción frente a la realidad y capaces
por tanto, de conducirlas suavemente a la superación del miedo (Nardone, 2007).

En ocasiones las creencias que afectan a una persona para interactuar con su
medio, pueden venir de su familia de origen, de sus padres principalmente, no es
que exista una mala intención de su parte, sino que llegan a desear tanto el éxito en
sus hijos que son exigentes y pareciera que nada es suficiente, entonces estos
empiezan a temer que no son tan “buenos” como debieran, que lo que hacen está
mal hecho, pueden perder la confianza en sí mismos y a exigirse dar más del 100%
para ser buenos estudiantes, trabajadores, etc.

Clarkson (2003), indica que la mayor parte de la tensión que podemos experimentar,
es producto de nuestra imaginación y está determinada por hechos, circunstancias
o cosas que, de hecho nos son reales. En realidad la mayoría de las presiones sólo
son amenazas, el problema es que frecuentemente son consideradas demasiado
importantes para saber manejarlas

La intensidad con que el miedo puede impactar en la vida de las personas queda
ejemplificada en los casos expuestos, así es que se puede afirmar que el miedo

133
como emoción, es necesaria en la vida de las personas, sin embargo si no es
enfrentado y utilizado a nuestro favor, puede complicar mucho nuestras vidas, el
miedo llega afectar tanto a las personas que ni en su descanso pueden estar
tranquilas, manifestándose en pesadillas o terrores nocturnos.

Papel del personal de salud

Cuando una persona llega al consultorio médico o psicológico, lo hace porque


necesita ayuda para afrontar su situación, porque tal vez ya intentó lo que pensó
podría funcionar, sin embargo no tuvo éxito; o llega porque confía en que el
profesionista que tiene enfrente cuenta con las herramientas necesarias para
brindarle ayuda en su situación. En cuanto a padecimientos que se relacionan con
el miedo más extremo como son los ataques de pánico, por lo regular las personas
llegan en primera instancia con un médico debido a las repercusiones físicas que
tiene un evento de tal magnitud. Es por ello que el trabajo en conjunto es una de las
maneras más acertadas para enfrentar esta situación.

El uso exclusivo de medicamento para superar esta situación, no es recomendable,


se hace necesario explorar el trasfondo de su presencia en la vida de la persona,
aunque se debe reconocer su importante papel en casos donde el grado de afección
es muy alto, complementar el tratamiento con uso de medicamentos en ocasiones
es crucial para obtener un mejor resultado. Por eso insisto la mejor manera de
afrontar estas situaciones es logrando un trabajo conjunto, esto con el fin de brindar
un mejor servicio a la comunidad, sumar esfuerzos para obtener mejores resultados.

3.1.4 Análisis del Sistema Terapéutico Total

Un aspecto esencial que caracteriza a la terapia familiar sistémica, es la manera en


que se desarrolla el trabajo terapéutico sesión a sesión, basándose en los principios
de la cibernética de segundo orden, donde se sostiene que el sujeto observante de

134
un sistema no puede evitar formar parte del mismo y por tanto lo que ocurra en el
sistema puede llegar afectar su desempeño; en este caso, el terapeuta al ser
observador del sistema familiar también se encuentra incluido en aquello que
observa. Es por eso que la propuesta de trabajo incluye a un Sistema de
Supervisores, quienes pondrán atención en aquellos elementos que escapen a la
mirada del terapeuta, harán comentarios y propondrán algunas intervenciones.

La estructura de trabajo terapéutico queda enmarcado en lo que se conoce como el


Sistema Terapéutico Total, el cual está conformado de la siguiente manera:

a) Sistema Terapéutico (S.T.): Sistema familiar y Terapeuta.


b) Sistema de Supervisión (S. de S.): Equipo de Supervisandos y Supervisor
c) Sistema de Terapeutas (S. de T.): Sistema de Supervisión y Terapeuta.
d) Sistema Terapéutico Total (S.T.T.): integrado por el Sistema Terapéutico y
el Sistema de Supervisión (Desatnik, Franklin y Rubli, 2002).

Este sistema está a su vez relacionado con otros sistemas más amplios, como
pueden ser personas, instituciones y organizaciones que constituyen su principal
fuente de referencia y que frecuentemente se interesan y participan de lo que
sucede en el Sistema Terapéutico Total por verse generalmente beneficiados
(Aurón y Troya, 1998).

El estilo de trabajo donde el terapeuta es observado por otros, ya se manifestaba


en los inicios del Centro de Terapia Breve del MRI, donde de acuerdo a Wittezaele
y García (1992), la organización del trabajo era sencilla; un terapeuta veía a una
familia mientras los otros observan a través de un espejo sin azogue; el terapeuta
podía salir de la sala y discutir con sus colegas que, también podían intervenir
entrando en la sala. Las conversaciones se registraban en una cinta magnetofónica
y una vez por semana, el equipo se reunía para discutir los casos y las
intervenciones. Ésta manera de trabajar es la misma que se adopta durante la

135
Residencia, sólo que las intervenciones de parte de los demás terapeutas
(supervisores) se realizaban por medio de una llamada telefónica.

La estructura de trabajo durante los diferentes semestres, brinda un espacio para


desarrollar las habilidades y competencias necesarias para el ejercicio futuro del
terapeuta; por ejemplo, al inicio se participa como un observador, en este papel, la
participación se limita a ver el desarrollo de la terapia, esto es con el fin de
familiarizarse respecto al estilo de trabajo. Este primer acercamiento es suficiente
para generar inquietudes y expectativas en cada uno de los observadores, además
ofrece una visión incomparable al resto del programa, ya que desde esta posición
se puede prestar atención a la dinámica que se genera en el sistema terapéutico
total (supervisores, terapeutas, equipo y familia), a través del espejo unidireccional.

A partir del segundo semestre, cada uno de nosotros quedamos a cargo de dos
casos en las distintas sedes que en ese momento nos correspondan, en este
momento el espacio terapéutico se convierte en el escenario para poner en práctica
los diversos conocimientos teóricos aprendidos en las aulas. Es ahora que se forma
parte integral y dinámica del sistema terapéutico total, porque debido a la estructura
de trabajo, se toman diferentes roles durante el proceso, fungiendo como terapeuta
o como miembro del equipo de supervisión. Esta organización permite desarrollar
una visión sistémica del proceso terapéutico, ya que el terapeuta debe atender a la
familia y el conflicto que la llevo a ese espacio, al supervisor encargado de asesorar
su desempeño, a las aportaciones del equipo terapéutico y a sus propias
características y cualidades personales, llámese inquietudes, temores, creencias.

Sin duda todos los elementos que conforman el sistema son importantes, sin
embargo hay uno que por sus funciones adquiere un papel vital, me refiero a los
supervisores, ellos están a cargo de favorecer el desarrollo de las habilidades
necesarias en cada uno de nosotros como terapeutas en formación, desde su
posición y experiencia previa, pueden observar el trabajo e impartir sugerencias.

136
De acuerdo con Haley (1997), la práctica correcta de la supervisión en vivo requiere
la planificación previa de la entrevista y el empleo ocasional del teléfono, en el
momento en que el supervisor ve un modo de mejorar la acción terapéutica dentro
de un plan o cuando advierte algún descuido u omisión; y si hay que revisar un plan
terapéutico, afirma que es mejor hacer salir al terapeuta y discutir la revisión en vez
de intentar comunicarle telefónicamente cambios que pueden ser complejos.

Se puede decir que la supervisión tiene dos acepciones, por una parte, es una forma
de enseñar un enfoque específico de terapia, y por otra, es una práctica reflexiva
sobre la propia práctica terapéutica (Fruggeri, 2001).

Hernández (2007) señala que si la psicoterapia es un proceso donde los terapeutas


se emplean a sí mismos, la supervisión pretende aumentar la complejidad de sus
intervenciones. Estas metas convierten a la supervisión en un proceso muy íntimo
porque las preferencias de los estudiantes están unidas a su historia y a su estilo
personal y en consecuencia el supervisor es responsable de generar un contexto
de protección y de respeto a los límites de la vida privada de cada participante en el
proceso de transformación. Al igual que en el trabajo con los consultantes, el
objetivo es activar los recursos interaccionales subutilizados por los terapeutas en
formación, de modo que amplíen y complejicen sus posibilidades de relación para
que sean instrumento de cambio más versátiles y efectivos.

Michael Ungar (2006) describe, además del rol propiamente dicho de supervisor,
otros cinco roles complementarios y simultáneos que pude constatar en mi estancia
en la Residencia de Terapia Familiar:

1) El rol de soporte emocional al terapeuta cuando le ayuda a explorar sus


vivencias personales, sin que la supervisión se convierta en proceso terapéutico.

2) En el rol de consultor del caso, el supervisor conversa con el grupo para ofrecer
alternativas sobre las mejores opciones para la evolución de la terapia, enfocándose
más en los consultantes y en los remitentes que en las competencias del terapeuta.

3) En el rol de docente, el supervisor enseña cómo hacer una intervención,


modelando o acompañando el ejercicio de la terapia en vivo.

137
4) Como colega el supervisor comparte las responsabilidades clínicas con el
terapeuta, adoptando en ese momento el rol de miembro del equipo terapéutico ad
hoc. Legalmente el supervisor tiene también una responsabilidad frente a los casos
y éticamente tiene un compromiso humano con quienes le entregan su confianza al
equipo poniendo su historia en sus manos.

5) Como promotor de los supervisados y de la innovación de su práctica, los


estimula a tomar iniciativas y a transferir sus aprendizajes a sus demás campos de
trabajo. Aquí juega un papel definitivo el recurrir al reconocimiento directo y a la
connotación positiva de las actuaciones de los terapeutas, de sus avances técnicos
y de comprensión, acudiendo siempre al grupo como caja de resonancia.

En lo personal, este estilo de terapia me brindó la posibilidad de enfrentar uno de


mis temores principales, que era el de estar a cargo de un caso, ya que al tener un
terapeuta con experiencia como supervisor, la inquietud por un mal manejo de las
técnicas o intervenciones disminuyó, además que contar con ese ojo experto me
benefició al tener en cuenta sus observaciones en cuanto a las habilidades que era
necesario desarrollar, a las creencias que podían afectar mi desempeño o a adquirir
elementos teóricos que pudieran ayudarme a mejorar el ejercicio terapéutico.

Como terapeuta en formación el poder observar a los supervisores interactuando


con la familia, fue una de las experiencias más enriquecedoras, esto pude apreciarlo
ya que en dos casos donde el proceso lo permitió, los supervisores actuaron como
un colega experto que intervino en apoyo al terapeuta, para lo cual era previamente
informada la familia.

Esta forma de trabajo resulta poco conocida para la mayoría de los pacientes
quienes no están acostumbrados a que un equipo de terapeutas acompañe a su
propio terapeuta en la resolución de su caso. Sin embargo a decir de los propios
integrantes de la familia, el contar con un grupo de terapeutas que estén observando
y opinando sobre su situación, los hace sentir en más confianza porque dos cabezas
piensan mejor que una, y ahí éramos por lo menos 5. Para prevenir a los pacientes,
en el primer contacto que se establece con ellos, se les informa la estructura de
trabajo, que estarán en contacto directo con un terapeuta, pero que a través de un

138
espejo serán observados por varios más. En un inicio manifiestan nerviosismo por
esta presencia, sin embargo poco a poco van adaptándose y pronto se acostumbran
a esto, incluso, en ocasiones piden ver al equipo para agradecer su intervención.
Otra cuestión a la que debe adaptarse la familia es la presencia de la cámara
utilizada para la video grabación de la sesión, de igual manera se les informa y se
le pide que firmen un consentimiento, se les hace saber la importancia y beneficios
que traerá al proceso esta situación.

Contar con esta videograbación es otro elemento que vuelve enriquecedora la


experiencia terapéutica, ya que como terapeuta si bien, es importante escuchar la
retroalimentación del supervisor y del equipo en cuanto a la ejecución de las
técnicas o intervenciones, la oportunidad de observarse en interacción con la
familia, puede dar luz a situaciones que de otra manera no son vistas, como a
percatarse si presta atención a todos los miembros de la familia, si utiliza una
muletilla, si el momento oportuno para aplicar una técnica se pasó por alto, o por
otro lado, permite darse cuenta de cuáles fueron las palabras y/o acciones que
facilitaron el proceso.

Finalmente vivir el proceso de terapia en estas circunstancias, me permitió crecer


tanto a nivel profesional como personal; en lo profesional, debido a la experiencia
enriquecedora de las distintas sedes en las que estuvimos, ya que esto permitió
estar en contacto con diferentes familia y diversas problemáticas, además de la
interacción con el equipo terapéutico y a valiosa retroalimentación de los
supervisores. A nivel personal, el crecimiento fue impactante, ya que en el ejercicio
terapéutico, fueron saliendo a flote las propias creencias, historias de vida,
prejuicios, miedos, habilidades; las cuales pueden llegar a favorecer o entorpecer el
proceso, sin embargo al poner atención a ello, me percaté que era importante
empezar un propio análisis terapéutico en un espacio dedicado a ello,
independientemente que durante la revisión de los casos, tanto los supervisores
como el equipo, ayudaban a la concientización y esclarecimiento de los posibles
bloqueos en una sesión.

139
3.2 Habilidades de investigación

Otro de los objetivos de la Maestría en Psicología con Residencia en Terapia


Familiar, es fomentar y desarrollar habilidades de investigación entre los alumnos
que formamos parte del programa, por ello durante los primeros dos semestres se
desarrollan protocolos y proyectos de investigación, tanto de metodología
cuantitativa y cualitativa, que son llevados a distintos foros académicos.

3.2.1 Reporte de Investigación con metodología cuantitativa y cualitativa

A continuación se presenta el resumen de las dos investigaciones realizadas a lo


largo de la Residencia. La primera denominada “Relación entre la percepción de la
satisfacción marital, sexual y la comunicación en parejas de casados”, en el que se
usó metodología cuantitativa y la segunda denominada “Ciclo vital de conformación
en la pareja: cómo se interpreta y significa la relación” en la cual se utilizó
metodología cualitativa.

Relación entre la percepción de la satisfacción marital, sexual y la


comunicación en parejas de casados: Se estudió la relación que existe entre la
satisfacción marital, sexual y comunicación, a su vez cómo estos puntajes se
relacionan y diferencian con el género, escolaridad y años de unión. Se tomó una
muestra de 30 parejas heterosexuales, que cumplieran como requisito tener como
mínimo un año de vivir juntos sin importar el tipo de unión (civil, religiosa o unión
libre). Se aplicó la Escala de Satisfacción Marital de Pick de Weiss y Andrade-Palos,
1998, el Cuestionario para evaluar Satisfacción Sexual en la Pareja de Szpirman de
Scherson en 1989 y el Cuestionario de Comunicación Marital validada por Nina
Estrella en 1991. Los datos se analizaron con el coeficiente de correlación de
Pearson, y la t de Student para grupos independientes. Se encontró una correlación

140
positiva entre la escala de satisfacción marital y sexual, mostrando que una alta
calidad en la vida sexual de las parejas contribuye a que la pareja perciba como
satisfactoria su relación; también se observó una correlación positiva entre el
número de años de unión y la escala de comunicación; otro hallazgo fue la
correlación negativa respecto al número de años de casados con la satisfacción
marital y sexual, es decir, parece ser que aun cuando la comunicación es
importante, no es fundamental en la vida las parejas participantes.

Ciclo vital de conformación en la pareja: cómo se interpreta y significa la


relación: Se eligió a una de las parejas que obtuvo altos puntajes en la Escala de
Satisfacción Marital de Pick de Weiss y Andrade Palos (1998), el objetivo fue
reconocer los principales elementos que contribuyeron a que los miembros de la
pareja, percibieran su relación como altamente satisfactoria. Se llevó a cabo una
entrevista, en la cual se hizo un registro del ciclo vital de la pareja, que abarcaba el
inicio de su relación hasta la época actual. La entrevista fue grabada y con ayuda
del programa para investigación cualitativa Atlas ti 5, se realizó un análisis sobre los
principales aspectos relacionados a la satisfacción marital. De acuerdo a los
resultados obtenidos, los intereses comunes y la atracción física, se convierten en
elementos importantes para la percepción de satisfacción. Además la convivencia,
la expresión de sentimientos y percepción de ser querido por la pareja, contribuyen
a que el vínculo sea más fuerte, incluso permiten construir y elevar el sentimiento
de valía propio y del otro.

3.3 Habilidades de enseñanza y difusión del conocimiento; atención y prevención


comunitaria

Como parte de una formación integral, dentro de la Residencia en Terapia Familiar,


se fomenta el desarrollo de habilidades para el servicio a la comunidad, como
pueden ser talleres o conferencias, con el objetivo de ayudar a prevenir o resolver
problemáticas familiares o grupales que se puedan estar presentando en un

141
determinado grupo. También se fomenta el desarrollo de habilidades de enseñanza,
como manuales o videos que serán de ayuda a futuros estudiantes o para
terapeutas que deseen tener información sobre temas relativos a la Terapia
Familiar. Así mismo se incentiva la participación en foros académicos como
congresos o coloquios con el fin de contribuir a la difusión de conocimientos dentro
del gremio de terapeutas o al público interesado.

3.3.1. Productos tecnológicos

Una herramienta clave en el proceso de formación de terapeutas, o bien para la


consulta de profesionistas ya capacitados, son los productos tecnológicos que
funcionan como material de apoyo agregado a la lectura de libros especializados,
supervisiones de casos y clases con profesores expertos. El objetivo de estos
productos es difundir información referente a los modelos terapéuticos que implica
la Terapia Familiar, además de ser, como ya se mencionó, un apoyo didáctico para
quienes los consulten.

Por ello durante la Maestría, se desarrollaron diferentes materiales, por ejemplo, se


hicieron dos manuales escritos:

“Manual técnico de Terapia Breve del MRI”

“Manual técnico de Terapia Breve Centrada en las Soluciones”

En estos manuales se explica de manera clara y breve, las técnicas e intervenciones


que forman parte de estos enfoques, paso a paso de describe cada una de ellas y
se ejemplifican buscando que sean una instrumento de fácil consulta para los
estudiantes o profesionistas.

También de realizaron dos manuales en formato digital, que pueden ser


visualizados y manipulados en Power Point:

142
“Ciclo Vital de la Familia”

“Manual de Técnicas de Terapia Estructural”

El primero de los manuales, corresponde a las etapas comunes por las que
atraviesa una familia en la cual hay hijos, abarca desde la formación de la pareja,
familia con hijos pequeños, familia con hijos adolescentes, familia con hijos en edad
adulta y vejez. Cada una de las etapas se describe de manera general y con ayuda
de algunos videos correspondientes a ciertos fragmentos de películas, se
ejemplifican interacciones o conflictos que pueden surgir en cada una de las etapas.
El segundo manual corresponde a las técnicas e intervenciones que se derivan del
modelo de terapia Estructural, se describen brevemente cada una de ellas y se
incluyen a manera de ejemplos algunos “casos” actuados por los nosotros mismos,
para ayudar a tener más clara la manera en que se lleva a la práctica lo aprendido
en la teoría.

En cuanto a videos, se diseñaron tres:

“Video de técnicas de Terapia Breve del MRI”

“Video de técnicas de Terapia Estratégica”

“Video de técnicas de Terapia Breve centrada en las soluciones”

Los videos son elementos visuales que aportan a través de dramatizaciones de


casos, la posibilidad de observar las técnicas o intervenciones de cada modelo en
la práctica, ya que en algunas ocasiones es más fácil asimilar el conocimiento
cuando se observa a alguien modelar dichas intervenciones y técnicas, los videos
tienen un valor académico importante. Cada video tiene una duración aproximada
de 30 minutos y fueron elaborados por equipo, cada uno de los integrantes participó
activamente en la representación de casos, selección de fragmentos y edición final.

143
3.3.2. Programas de intervención comunitaria

Como ya se hizo mención, una parte esencial e integral en la formación de un


terapeuta egresado del programa de Maestría en Psicología de la UNAM, se
encuentra la prestación de servicio a la comunidad, por ello se buscó un espacio
para llevar información relevante a cierta población clave.

Conferencia para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar: “Depresión y


Autoestima dentro de la Violencia”: dicho evento se llevó a cabo el 4 de Enero
del 2011, en el auditorio del Hospital General de Iztapalapa, como parte de un
programa enfocado a dar apoyo e información a mujeres que han padecido violencia
física o psicológica a manos de su pareja. Se contó con la presencia de 42
participantes que acudían con regularidad al Hospital, debido a que se recibían
apoyo terapéutico en dicha institución.

Dentro de la conferencia se aclaró el término “depresión”, se inició con una lluvia de


ideas, las asistentes participaron activamente señalando lo que ellas sabían sobre
el término así como indicando si en algún momento habían pasado por ese estado.
Una vez definida, se empezó a hablar sobre las posibles causas, principales
síntomas, también se habló sobre la diferencia entre la llamada Depresión Mayor,
Distímia, Trastorno Bipolar, Ciclotímia y el Trastorno Afectivo Estacional. También
se abordaron las consecuencias que sufren las personas que se ven afectadas por
este padecimiento, relacionando esto con la importancia que tiene atenderse y
buscar la ayuda de profesionales capacitados para poder superar esta situación.

En la segunda mitad de la conferencia se habló sobre el concepto de Autoestima y


la importancia que tiene para fortalecer la autoimagen de sí mismas, las ventajas
que se obtiene cuando la autoimagen es positiva, las consecuencias que se
padecen cuando no se tiene confianza en su propia capacidad. Para sensibilizar
sobre el tema del autoconcepto y autoimagen, se habló de la necesidad de
conocerse, de saber qué les gusta y que no, que estarían dispuestas a aceptar y

144
que no, con este objetivo, se les pidió que escribieran una carta, señalando lo
siguiente:

Escribe una carta lo más profunda y sincera que puedas porque debes
tener en cuenta que te la enviarás a ti misma, nadie más la va a leer. En
ella describe lo que te gusta hacer, cómo eres, qué te gusta y te disgusta
de ti (tanto de tu físico como de tu carácter). Al final ofrécete como amigo
de ti mismo recalcando tus cualidades, por ejemplo: “me gusta escuchar
a la gente”, o “me gusta ayudar en todo lo que puedo”, etc.

Al término de este ejercicio, quienes lo desearon compartieron su vivencia, algunas


mencionaron que era la primera vez que se hablaban a sí mismas y que la idea de
ser sus propias amigas era interesante aunque nueva, algunas más señalaron
aquello que no les gustaba y que deseaban cambiar en sí mismas. Con esta
pequeña tarea se dio cierre a la conferencia invitando a las asistentes a seguir con
su trabajo terapéutico para lograr los cambios que deseaban.

Jornada Multidisciplinaria de Salud, llevada a cabo dentro de la Facultad de


Estudios Superiores Iztacala, del 1 al 3 de febrero de 2011. El objetivo principal del
evento era dar información oportuna y relevante a los universitarios que cursan sus
estudios dentro de esta institución, los expositores teníamos un espacio reservado
en la explanada principal de la FES, un área transitada diariamente por los alumnos,
de manera que les era muy fácil acercarse para solicitar información. En la mesa
donde estuve participando, se trataron temas relacionados al sueño, tales como la
importancia del buen dormir, las consecuencias por un tiempo insuficiente de sueño,
la calidad de vida disminuida por la presencia de algún trastorno como insomnio o
pesadillas. Todos estos temas resultaron interesantes ya que algunos de los
estudiantes habían padecido las consecuencias de una noche de mal dormir debido
a trabajos de la escuela o por desvelos en actividades sociales, se asombraron al
saber que el ronquido no era señal de un buen descanso y se interesaron por
conocer las causas del sonambulismo o pesadillas.

145
3.3.3 Difusión en foros académicos

Con el objetivo de dar difusión al trabajo clínico y de investigación realizado durante


el tiempo de maestría, se participó en algunos eventos académicos.

Exposición de carteles de investigación del CICS-UST: participé como


expositora del trabajo en cartel, “Relación entre la percepción de la satisfacción
marital, sexual y la comunicación en parejas de casados”. El evento fue realizado
en la explanada del Centro de Ciencias de la Salud, Unidad Santo Tomás del
Instituto Politécnico Nacional, llevado a cabo el 18 de agosto de 2010. Como
expositora debía permanecer cerca del cartel para informar al respecto de la
investigación a la gente que estuviera interesada, el público asistente consistió
principalmente de estudiantes del IPN y profesores del mismo.

Primer Congreso de Alumnos de Posgrado: en esta ocasión participamos como


expositoras con el trabajo, “La satisfacción marital y comunicación en parejas”.
Dicho congreso se celebró en distintas sedes de la Universidad Nacional Autónoma
de México, nosotras fuimos asignadas a la sede en la Facultad de Estudios
Superiores Cuautitlán el día 19 de Mayo del 2011. Los asistentes eran en su
mayoría estudiantes de la FES.

Así mismo y con la finalidad de permanecer actualizada en la materia de Terapia


Familiar, asistí a varios eventos en los cuales se contó con la presencia de
destacados representantes de la Terapia Familiar Sistémica. Asistir me brindó la
oportunidad de ver en acción a los autores de libros que llegué a consultar en el
transcurso de la Maestría, también el conocer e interactuar con diferentes
terapeutas interesados en mantener un currículo actualizado. Los eventos a los que
asistí fueron:

 7º Congreso Internacional en: “Psicoterapia Familiar y de Pareja: de la


violencia al amor”. Realizado del 20 al 22 de Noviembre 2009, en Cholula,
Puebla.
146
 Taller: “Terapia Breve del Siglo XXI. La improvisación creativa para el
cambio”. Con una duración de 21 horas, el 14 y 15 de Mayo 2010, en México
D.F.

 Taller Teórico Práctico: “Salvador Minuchin: su trabajo hoy”. Equivalente a 12


horas de entrenamiento, impartido por el Dr. Salvador Minuchin. Llevado a
cabo el 12 de Junio de 2010, en México D.F.

 2º Congreso Internacional en: “Terapia Breve y Familiar. Buscando los


caminos de la integración”. Celebrado del 29 de Marzo al 1º de Abril, 2012,
en Puebla.

3.4 Habilidades de compromiso y ética profesional

Durante el ejercicio terapéutico nos podemos llegar a enfrentar con diversas


consideraciones, para las cuales echar mano de los códigos éticos puede resultar
de ayuda, aunque en ocasiones dentro de sus lineamientos no estén incluidas
ciertos aspectos. A lo largo de la maestría, debido a los casos que se fueron
presentando, se hizo necesario abrir y discutir ciertos dilemas a fin de tomar la mejor
decisión posible.

Es casi inevitable que surjan problemas éticos en contextos donde se desarrolle una
terapia o cualquier otra forma de intervención. La mayoría de los problemas tendrán
que ver con aspectos relacionados con la competencia profesional, el
consentimiento informado, la confidencialidad y con el establecimiento de relaciones
duales (Del Río, 2005).

Corey, Scheneider y Callanan (2011) proponen un modelo para la toma de


decisiones ante dilemas éticos que consta de varios puntos, los cuales se sintetizan
a continuación:
147
i. Identificar el problema, reunir la mayor información posible, conocer si
hay implicaciones legales y examinar la situación desde diversas
perspectivas.
ii. Consultar códigos éticos y literatura pertinente para saber si el dilema
ya está escrito y cómo se ha afrontado.
iii. Consultar con colegas, supervisores o expertos.
iv. Atender a las propias emociones y evitar que éstas interfieran en la
toma de decisiones.
v. Involucrar al usuario en un trabajo colaborativo para la toma de
decisiones con él y no por él.
vi. Generar posibles cursos de acción a través de una lluvia de ideas e
identificar el resultado deseado.
vii. Considerar las posibles consecuencias, positivas o negativas, de cada
uno de los cursos de acción viables y seleccionar uno.
viii. Evaluar el curso de acción seleccionado a través de tres preguntas:
¿me parece que es justo? En caso de que se hiciera público, ¿me
sentiría bien al respecto?, ¿otro profesional en circunstancias
similares, podría llevarlo a cabo de la misma manera?
ix. Implementar el curso de acción seleccionado.

Así también la Asociación Mexicana de Terapia Familiar, promulgó un Código de


Ética efectivo a partir del 3 de diciembre de 1997, lo puntos principales a tratar son:

a) Responsabilidad con los pacientes


b) Confidencialidad
c) Capacidad e integridad profesional
d) Responsabilidad con estudiantes, supervisados y otros subordinados
e) Responsabilidad con participantes de investigaciones
f) Responsabilidad a la profesión
g) Arreglos financieros
h) Publicidad

148
El Código de Ética está vinculado a todas las categorías de miembros de la AMTF.
En caso de que se presente una investigación de ética de algún miembro y éste
renuncie antes o durante el curso de la investigación, la Comisión de Honor y
Justicia deberá concluir la investigación iniciada. Cualquier declaración de la acción
que tomó la Asociación incluirá el hecho de que el socio intentó renunciar durante
la investigación. En este código, se exhorta enérgicamente a los terapeutas de
pareja y de familia a que denuncien presuntas conductas no éticas por parte de sus
colegas de trabajo a los organismos profesionales correspondientes.

Por otra parte, la Sociedad Mexicana de Psicología, propuso un código donde se


contemplaran aspectos sociales, políticos, económicos y culturales propios del
contexto de nuestro país, este código tiene como propósitos: garantizar la
protección de los usuarios de los servicios psicológicos, vincular explícitamente
las normas que prescriba con principios generales, apoyar a la mayoría de las áreas
de aplicación de la psicología, ofrecer apoyo al psicólogo, tanto en la toma de
decisiones, como educar a terceros que le soliciten acciones contrarias que rigen
su comportamiento (SMP, 2009).

Un aspecto importante a considerar es que por el formado de trabajo durante la


Residencia, los casos son grabados, además que existe un equipo de terapeutas y
un supervisor que están observando lo ocurrido durante el proceso, por ello es
importante hacer del conocimiento de las personas que acuden a terapia y
solicitarles su consentimiento firmado de que las sesiones se lleven a cabo de esa
manera, si no están de acuerdo, sería impropio grabarlas a pesar del beneficio
académico que eso conlleve. En uno de los casos en los que participé como
observadora, la familia había pasado por un hecho violento, acudían a terapia
porque sufrieron un asalto en su morada y como consecuencia pasaban por un
estado de estrés y sentimientos de vulnerabilidad, al informarles de la presencia del
equipo, supervisores y solicitarles el permiso para ser grabados, se mostraron
desconfiados, aceptaron al equipo, sin embargo fueron tajantes al pedir no ser
grabados. En este caso, la decisión no era difícil de tomar, ya que lo principal era
brindar el apoyo que la familia necesitaba y respetar su decisión.

149
Como señala Franca (1996), una de las condiciones fundamentales de todo
consentimiento válido es la suficiente información para la decisión, por ello se señaló
a los integrantes de la familia las condiciones bajo las cuales se trabaja y ellos en
conjunto tomaron la decisión que más les tranquilizó, así se pudo llevar a cabo la
sesión.

También es importante señalar que en ocasiones debido al estilo de trabajo en


Terapia Familiar, se pide la presencia de algunos miembros de la familia que quizá
no acudieron al inicio de las sesiones o que no tenían interés en el proceso, en estos
momentos, las personas que ya estaban en el proceso, temen que se abran temas
que prefieren dejar en la confidencialidad, por ejemplo, en uno de los casos que
llevé como terapeuta, Sandra, la chica que acudió por sufrir ataques de pánico,
acudió a las primeras sesiones sola, sin embargo, el proceso hizo necesaria la
presencia de los padres, ella manifestó inquietud por esta situación. Se le aseguró
que todo lo dicho por ella quedaba en la confidencialidad, que sólo con su
autorización era posible abrirlo. Como ella era mayor de edad y lo que pidió
mantener en secreto no dañaba su salud o su integridad física, se procedió como
ella lo pidió.

En otro de los casos en que formé parte del equipo, la discusión que se entabló,
giró en torno a los sentimientos y prejuicios que generaba en nosotros el actuar de
uno de los miembros de la pareja que acudía a terapia, nos parecía que toda la
carga del cuidado de los hijos recaía en la madre, ya que el padre por su trabajo se
mantenía distante. Fue importante reconocer estos sentimientos ya que podíamos
caer en ser muy críticos con el padre y dejar de escuchar sus opiniones. En este
sentido Jacobson y Margolin señalan:

“No es infrecuente que se trabaje con una pareja en tal grado de conflicto
que uno se pregunta por qué se están provocando a sí mismos tanta
miseria. Si el terapeuta siente afinidad particular por alguno de los
esposos y ve su sufrimiento como una falta de la otra persona, puede
haber el deseo de ver que el miembro preferido se vea libre del otro. Un

150
prejuicio favorable al divorcio puede ser también el producto de que el
terapeuta mismo haya pasado exitosamente a través de una experiencia
de divorcio y haya llegado a la conclusión de que en ciertas instancias el
divorcio es una decisión correcta. Es fundamental ser prudente con
respecto a ese prejuicio favorable al divorcio ya que hay algunas parejas
que hablan permanentemente del más de lo que están dispuestos a
llevarlo a cabo. Los esposos pueden utilizar la palabra divorcio como un
metalenguaje para expresar su mutua insatisfacción” (citados en Franca,
1996).

Por ello es importante hacer un análisis de la persona del terapeuta, tener claro que
inevitablemente mientras establezcamos contacto con otra persona los prejuicios
pueden salir a flote. En ocasiones lo que se hacía para tratar de contrarrestar esta
situación, era analizar si algún tema en particular o alguno de los consultantes
movían cosas a algún integrante del equipo o terapeutas, por ejemplo en el caso de
Sandra, me resultó complicado hablar abiertamente de la muerte, la supervisora
señaló mi dificultad y me animó a analizarla para tener un mejor desempeño en las
futuras sesiones, luego de hablarlo con el equipo y pensar en ello, fui capaz de
expresarme abiertamente del tema, lo que contribuyó a un mejor desarrollo de las
sesiones.

Esto queda expresado en el Código Ético del Psicólogo, en su apartado:


Competencia y Honestidad del Psicólogo (SMP, 2009):

Art. 11. Cuando el psicólogo se percata de problemas personales


que puedan interferir con el desempeño adecuado de las
actividades relativas a su trabajo, toma medidas apropiadas, tales
como obtener asesoría o ayuda profesional, y determina si debe
limitar, suspender o terminar dichas actividades.

151
Un aspecto criticado en la terapia familiar es el uso de “poder” de parte del terapeuta,
Franca (1996), señala que el terapeuta se sitúa en el sistema como quien sabe lo
que hay que hacer y cómo debe hacerse, también se encarga de “diagnosticar” si
una determinada familia está resistiendo al cambio y, por tanto si es necesario
aplicar determinadas técnicas a fin de lograr un cambio. Estos señalamientos,
pueden devenir de las intervenciones propuestas por la escuela Estratégica o
Estructural, incluso la Terapia Breve del MRI, sin embargo hay que tener en cuenta
que esa supuesta manipulación y control a través de prescripciones y uso de
lenguaje, tienen que ver con mantener la capacidad de maniobra. Fish, Weakland y
Segal (1982) representantes del modelo señalan:

Puede parecer frío y calculador hablar de controlar el proceso de


tratamiento, pero creemos que por poco que se reflexione sobre la
cuestión resulta evidente que el cliente no se haya en posición de saber
cuál es la mejor forma de enfocar su problema. Como consecuencia casi
todas las terapias apelan a tácticas que conceden al terapeuta el
adecuado control del curso del tratamiento. No se trata de defender el
arbitrario propósito de controlar por controlar, por el contrario es algo
éticamente coherente con nuestra opinión que la dirección del tratamiento
constituye una responsabilidad intrínseca del terapeuta y que si éste
abdica de tal responsabilidad provoca un perjuicio al paciente (p.40).

Se debe tener presente que un terapeuta elegirá en base a sus conocimientos y


pericia las estrategias necesarias para auxiliar a las personas que acudan a él en
busca de ayuda profesional, surgirán algunos dilemas y preguntas, para ello el
profesional deberá tener en cuenta los lineamientos contenidos en los códigos de
ética a fin de tomar la mejor decisión posible, si no está seguro de su proceder,
siempre podrá referirse a otra instancia o a otro profesionista para auxiliarse, ya que
a lo largo de su ejercicio se enfrentará a cuestiones que probablemente nunca había
imaginado.

152
4. Desarrollo y aplicación de las competencias profesionales

4.1 Resumen de habilidades y competencias profesionales adquiridas

Durante el paso por la Residencia en Terapia Familiar, fui adquiriendo los elementos
teóricos de las distintas escuelas de terapia sistémica necesarios para el ejercicio
terapéutico, cuestiones como antecedentes, principales representantes,
intervenciones o técnicas surgidas de cada una de ellas. Estos conceptos teóricos
fueron aplicados a los diversos casos que se fueron presentando durante la
Maestría, así fue como pude ir desarrollando habilidades de entrevista, definición
de motivos de consulta, integración de genogramas, elaboración de hipótesis
sistémicas, además de propuestas de intervención o técnicas terapéuticas.

Sin embargo existe un aspecto trascendental y que sin duda es motivo de una
reflexión aparte, el cambio en el modo de ver el mundo, las relaciones, los
significados y el proceso de terapia, recuerdo haber experimentado un abrumador
impacto epistemológico, y por tanto en mi manera de concebir las dificultades que
pueden llevar a una persona a requerir ayuda profesional, el mundo ya no era lineal,
para un problema no existía sólo una explicación posible, sino que mi mente empezó
a expandirse y buscar todos los posibles elementos que intervenían ante una
situación, buscar explicaciones más allá de las “evidentes”.

Así también, debido a las investigaciones realizadas durante los primeros semestres
se fomentó el desarrollo de análisis y recolección de datos, manejo de las
metodologías cualitativa y cuantitativa, aplicación de instrumentos de evaluación,
integración de información bibliográfica, habilidades como expositor de tema en
congreso y elaboración de reportes de investigación.

153
4.2 Incidencia en el campo psicosocial

Debido a la formación dentro del programa, el terapeuta egresado tiene la


posibilidad de actuar no sólo en el consultorio privado, si no que puede ampliar su
ejercicio profesional a nivel de atención y prevención en grupos y comunidades.
Actualmente algunos programas de prevención y atención a mujeres que han
sufrido violencia intrafamiliar, apuestan a la atención desde una perspectiva de
Terapia Familiar Sistémica, ya que el abordaje desde esta mirada es más amplia,
integra a todos los elementos involucrados en el conflicto y no se conforma con una
explicación única de los hechos.

La ventaja que tiene un abordaje sistémico por encima de otros, es que permite
hacer una conceptualización de lo que le pasa al sujeto o a la familia; permite
observar lo que le ocurre a nivel de constructos familiares y personales, sobre todo
a observar la interacción entre los miembros. De hecho varios de los principales
autores han abordado temas como el alcoholismo, esquizofrenia, ansiedad, ataques
de pánico; para los cuales ofrecen un esquema de actuación que puede ser
retomado por cualquier especialista informado.

La eficacia de la Terapia Familiar puede quedar demostrada al hacer un recuento


de todos los pacientes atendidos durante el programa, por cada uno de los alumnos
que han egresado, ya que el buen desempeño ha permitido continuar trabajando en
cada una de las sedes donde el trabajo es valorado, al punto que son derivados los
casos que se consideran más complicados o en aquellos donde se hace necesaria
una mirada sistémica.

154
4.3 Reflexión y análisis de la experiencia

De manera personal podría decir que existe un antes y después en mi vida a partir
de haber cursado la Maestría, las experiencias ahí vividas, me ayudaron a crecer
tanto a nivel profesional, pero sobre todo a nivel personal. Durante el primer
semestre el primer cambio experimentado fue la concepción del mundo, pasar de
una epistemoligía lineal a una completamente circular, definitivamente cambian la
manera en que uno se relaciona y ve el mundo. Ya no sólo existía una explicación
efectiva para las dinámicas que se daban en una familia, era tiempo de empezar a
desarrollar la capacidad de ver a todo el sistema familiar interactuando, poner
atención en sus estilos de comunicación, porque como aprendí con la Teoría de la
Comunicación Humana, existe la descalificación, desconfirmación, la escalada
simétrica, y otros factores que influyen en la manera en que nos comunicamos, y
por tanto en la manera en que nos comportamos.

El primer acercamiento a las familias se dio como parte del equipo de observadores,
aquí fue cuando empecé a poner en práctica lo leído en los libros y aquellas
temáticas discutidas en clase, debo admitir que pensar en estar del otro lado del
espejo y ser quien estuviera a cargo del caso, fue atemorizante, sabía que estaba
ahí para aprender, sin embargo siempre da un poco de miedo enfrentarse a nuevos
retos. Ser observadora me permitió sumergirme en la dinámica que se crea en el
estilo de Terapia Familiar Sistémica, donde los diferentes elementos: supervisores,
terapeutas, equipo de supervisión y sistema familiar, juegan un papel particular.

Para el segundo semestre donde tuve mi primer contacto formal con una familia, los
conocimientos teóricos jugaron un papel importante, gracias a ellos estuve calmada
y pude tener una idea clara sobre los pasos a seguir durante las sesiones, debido a
que cada sesión se planeaba con anticipación no me sentía perdida, tenía una base
de la cual partir, aunque no siempre los casos salen como se planean, sobre todo
porque trabajamos con personas que están en constante interacción y cambio. Para
esos casos donde hubiera dudas o confusión, era muy reconfortante saber que un

155
equipo y supervisores estaban detrás del espejo observado y apoyando al desarrollo
de la sesión.

Este estilo de trabajo donde el terapeuta es observado por un equipo y supervisores,


ha sido clave para mi desarrollo, puesto que a través de sus opiniones, comentarios
e intervenciones, pude hacer un análisis de mí actuar como terapeuta. Para alguien
como yo, que experimentaba por primera vez el ejercicio terapéutico, tener los
comentarios y opiniones de terapeutas expertos, me refiero a los supervisores, me
llenaba de confianza; además con sus observaciones fui creciendo como terapeuta,
y hubo algunos aspectos del ejercicio profesional que fui llevando a mi vida
personal.

A medida que íbamos avanzando en los semestres, se iba gestando en el equipo


del cual formé parte, un ambiente de respeto, cordialidad, apoyo y confianza, creo
que es muy importante que estos elementos estén presenten cuando el trabajo se
desarrolla de esta manera. Debido al carácter de nuestro trabajo, algunos temas de
índole personal se abrían durante las discusiones post-sesión, el supervisor podía
señalar algunos aspectos que había observado, ciertos temas que costaban trabajo,
algunos prejuicios presentes; de la misma manera cada miembro del equipo
aportaba sus ideas u opiniones. Por tanto era indispensable tener en cuenta que
esos comentarios eran para mejorar, no había que tomarlos a manera personal y
ayudaban mucho a reflexionar sobre nuestras creencias y paradigmas de acción,
lejos de dañar el trabajo en equipo, a mí me ayudó a sentir que tenía un apoyo y
cobijo profesional y personal.

4.4 Implicaciones en la persona del terapeuta, en el profesionista y en el campo


de trabajo

Como ya lo mencioné con anterioridad, existe un antes y después para mí, no sólo
en el aspecto profesional, a nivel personal, el camino recorrido durante la Maestría
fue enriquecedor, ya no me era posible mirar el mundo como lo había hecho, mi

156
lenguaje fue cambiando, la manera de interactuar también. Con ayuda de los videos
registrados en cada sesión con las diferentes familia, pude observar un avance en
mí, al inicio la tensión y preocupación estaban muy presenten, sin embargo al ir
incorporando características propias de mi personalidad al trabajo terapéutico, vi
salir a flote la espontaneidad y el uso del humor en algunos momentos, tal y como
observaron las integrantes de mi equipo que me conocían no sólo como terapeuta,
sino también como compañera y amiga. Es que no debe olvidarse que un terapeuta
forma parte de diferentes sistemas, que si en una esfera de la vida tiene alguna
dificultad, lo más probable es que se traslade a otra esfera, y por el contrario si en
un aspecto de su vida cuenta con alguna habilidad, habría que tratar de utilizarla en
otro aspecto.

Creo que es importante no olvidar hacer un constante análisis en nuestra propia


persona, porque ello ayudará a desempeñarnos mejor como profesionistas, saber
que algunos temas nos cuestan trabajo o que hay información que desconocemos,
y hacer algo al respecto, desde mi punto de vista, nos acercará a ser más honestos
y ofrecer un mejor servicio a quienes nos lleguen a consultar. Escuchar las
experiencias previas tanto de los supervisores como de los integrantes del equipo
enriqueció mi vivencia, ya que saber cómo llevaron algunos casos, qué cosas
pudieron dificultarles su acción o de dónde podíamos obtener información relevante
para los casos, son elementos que aportan al ámbito profesional y académico.

En cuanto al campo laboral, la formación recibida durante esos 4 semestres me


preparó para involucrarme en otras áreas, como profesora y como terapeuta. Por
ejemplo en donde laboro actualmente que es la Clínica de Trastornos del Sueño,
tuve la oportunidad de llevar casos que me fueron referidos por los distintos
especialistas que ahí laboran, eran casos donde el problema inicial podían ser
pesadillas o insomnio, sin embargo al rastrear su origen se podía observar que en
algunas circunstancias la problemática real eran: conflictos de pareja, un divorcio
no aceptado, insatisfacción con las actuales circunstancias de vida, conflictos en el
lugar de trabajo, problemas al establecer límites a los hijos, tristeza por haber
terminado una relación de pareja, inseguridad, celos, etc. También he podido

157
participar como ponente en cursos dirigidos a otros profesionistas de la salud,
interesados en el manejo de trastornos del sueño.

A través de estos casos y como ponente en los cursos, pude llevar a la práctica lo
aprendido, así como enriquecer con mí aportación al manejo de los trastornos de
sueño llevando una mirada familiar sistémica, siendo la primer terapeuta con esta
formación en ejercer dentro de la institución.

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