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PETER BURKE: LA HISTORIOGRAFÍA EN INGLATERRA DESDE LA SEGUNDA

GUERRA MUNDIAL

Descripción del antiguo régimen historiográfico, a pesar de los trastornos de la guerra, había una
clara continuidad entre los años 40 y 50 y la primera parte del siglo. Hasta 1962 la historia social
no fue tomada en serio, estaba claro que la historia era, en primer lugar, historia política y esto
estaba muy generalizado después de 1945. No se reconocieron los trabajos sobre el desarrollo del
capitalismo y sobre los despoblados ingleses. A su vez dentro de la historia política había una
división entre la modalidad narrativa y la descriptiva. Entre las vías de aproximación a la historia,
la más importante y organizada era la económica. Otros tipos de historia se tomaban menos en
serio en el ámbito de la profesión, no se atribuía verdadera entidad a la historia social.
La historia social estuvo considerada como un apéndice de la historia económica. Avía cierto
interés sobre la historia del arte, pero en pequeña escala, historia de la literatura y por la historia
del pensamiento político que se enseñaba a universitarios interesados por los acontecimientos
políticos. Para completar esta comparación del antiguo régimen lo que ocurría puertas afuera no
era precisamente intenso. Existían especialistas en Oxford de la historia extranjera.
No había excesivo interés por la filosofía de la historia. Tuvieron mucho esfuerzos la historia
social, cultura y económica por independizarse. La historia económica había logrado
independizarse, pero en los años 50 experimento una expansión que fue potenciada por la
fundación de nuevas instituciones y especialmente en las 7 universidades de los años 70. Los
debates: en primer lugar era la validez o no de la teoría marxista para explicar los cambios
sociales y económicos. De estos debates surgió el problema del método y en particular de los
métodos cuantitativos.
La historia económica en gran bretaña estaba experimentando una expansión en este periodo, sino
que además, sus métodos se hacían mas sofisticados. Procedía una división del trabajo,
llegándose a la segregación de la historia de la agricultura, historia de los negocios, del trasporte,
etc, cada una con su propia revista. La revista de historia científica fundada por los marxistas,
pero al comenzar los años 60, esta revista se había convertido en una revista de estudios históricos
y en 1976 se enfrentaba al desafió de un competidor radial la revista que se ocupaba de la historia
desde abajo o historia de la gente y de una historia políticamente comprometida de carácter
socialista y feminista. Otros grupos y tradiciones contribuyeron al desarrollo de la historia social
en gran bretaña.
Tres al menos: la tradición de la historia local, cultivada por amateurs y eruditos; la historia local
logro establecerse en las universidades hacia 1948. Curiosamente sus puntos de vista están
bastante mas cerca de los Annales de lo que parece, es una muestra de lo que Braudel llamaría
geohistoria. La otra línea es la de la demografía histórica, el grupo de Cambridge para la historia
de la población y de la estructura social y que creo la historia social. La tercera es la historia
urbana.
La historia de la cultura siempre estuvo muy fragmentada, en la inglaterra de la posguerra. La
historia de la ciencia, un campo marginal en los años de la posguerra, esta ahora firmemente
establecida en un cierto numero de universidades, en los últimos años la historia de la medicina ha
sido escrita desde abajo en los años inmediatos a la posguerra la historia intelectual no se
consideraba de ningún modo una disciplina, fue en los años 60 cuando obtuvo cierto grado de
aceptación, en universidades. Aunque la historia de las mentalidades se observa con cierta
suspicacia por los historiadores británicos, se ha desarrollado un equivalente indígena se trata de
una historia social de las creencias y opiniones. Este cambio tiene que ver con el resurgimiento de
las ciencias ocultas en una o más de las subculturas de la actual gran bretaña.
Hablar del ascenso de la historia económica, social y cultural sugiere automáticamente que la
historia política debe estar en alguna forma en decadencia, es verdad solo en el sentido que esa
forma de hacer historia ya no es hegemónica y puede que todavía sea el sector más importante.
Algunos de ellos censuraron las innovaciones otros se dedicaron a construir lo que podría
llamarse nueva historia política. Aquí ha habido dos nuevas corrientes: una la historia
contemporánea ya que lo nuevo fue que se enseñe el siglo XX en asignaturas de historia tanto en
colegios como en universidades.
Con este auge de la historia contemporánea apareció una preocupación por las fuentes, se ha
iniciado el análisis por el posible uso y abuso del cine como fuente histórica pero se ha avanzado
en el desarrollo y valoración de técnicas para registrar la historia oral una disciplina que tiene ya
su propia asociación y revista. La segunda tendencia nueva es el crecimiento de una historia social
de la política, una preocupación por la política a nivel local o en la base. Thompson trabaja sobre
la historia social del derecho, un campo que cultivan aun discípulos suyos y otros investigadores.
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Como la política la guerra se esta incorporando o al menos se esta relacionando con la historia
social, de forma espectacular, es una historia desde abajo (de las batallas). Más allá de europa el
resto del mundo ha atraído mucho menos la atención. Se han elaborado desde luego trabajos de
relieve sobre historia de África y Asia, especialmente en las zonas que antes formaban parte del
imperio británico.
Se pone énfasis en la historia de las mentalidades en los que los autores denominan el
pensamiento oficial. Sin embargo, el hecho de que tres de las más importantes contribuciones a la
historia de Asia se deban a hombres sin una formación universitaria en historia, contribuye un
motivo de autocrítica para los historiadores académicos. Como en otras sociedades, la evolución
de la forma en que se ha escrito la historia de gran bretaña se inscribe en un conjunto de cambios
culturales de mayor amplitud. Los historiadores forman parte después de todo, de una cultura y la
historia es producida no solo por académicos sino también por profesores, editores, cadenas de
radio y televisión. El auge de la historia desde abajo tiene una relación evidente con las peticiones
de una mayor participación en la toma de decisiones en el gobierno local, las fábricas, escuelas,
religión y universidades. El interés que han demostrado algunos historiadores en los conceptos y
métodos de otras disciplinas, especialmente antropología social, economía, sociología, filosofía,
critica literaria, etc, forma parte de un movimiento generalizado que tiende a romper las barreras
de departamentos y disciplinas, movimiento que tuvo su punto culminante en los años 60, cuando
algunas universidades, adoptaron una estructura interdisciplinaria. Por el momento el interés sobre
la historia universal en gran bretaña no es tan intenso. Seria mas útil esforzarse por integrar o
relacionar de algún modo la narrativa y el análisis, la historia local, nacional e internacional, la
política con la sociedad y la cultura. No es la primera vez en la historia que una crisis política esta
obligando a los historiadores a una nueva apreciación del pasado, a la vez que de sus propios
métodos.

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