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2. Características:
- Soberbio y arrogante: los aires de superioridad y arrogancia a
menudo acompañan a un mal gerente y son más que el reflejo de un
constante temor a perder la autoridad y el respeto de sus
subordinados.
- Poco comunicativo: un gerente poco comunicativo corre el riesgo de
esperar que se le adivine el pensamiento o de que se tomen
decisiones equivocadas o no se tomen a tiempo.
- No predica con el ejemplo: la puntualidad, la honestidad, la humildad,
el compromiso son valores para la excelencia que deben irradiarse
desde lo alto del cargo, se debe ofrecer el ejemplo a seguir y de
ninguna otra forma se consigue el respeto y la lealtad de los
subordinados.
- Una de las formas más sencillas de identificar a un mal jefe pasa por
observar cuántas veces atribuye un éxito de su equipo a sus
subordinados. Cuando algo sale mal, echa la culpa a sus empleados,
pero se atribuye la autoría de cualquier cosa que salga bien.
Apropiarse del trabajo de sus subordinados es, de hecho, el aspecto
que más molesta a los empleados de sus jefes, gerentes, etc.
- No hay otros gerentes que admiren a su equipo: Un buen gerente
desarrolla buenos empleados y los adiestra. Si usted pasa más
tiempo intentando deshacerse de los que considera malos
empleados, en vez de tratar de mantener los buenos y de corregir la
conducta de los que no lo son tanto, el problema puede ser suyo
como líder.
- Siempre hay emergencias en su día a día laboral, sin soluciones: Los
negocios son impredecibles y está claro que las emergencias en este
sentido son comunes. Pero, como gerente, su trabajo consiste en
evaluar la situación y prever planes ante los contratiempos más
comunes en su tarea y la de su equipo. Que los problemas se repitan
constantemente y que usted no halle una solución para proteger a su
gente lo convierte en un jefe incompetente.
Causas:
- Puede ejercer un impacto en las operaciones generales de una
compañía y sus empleados. Los gerentes incompetentes existen, y
pueden tener desafíos en lo que respecta a los integrantes del
personal y la capacidad de mantenerlos motivados.
- Disminución en las ganancias: al no supervisar al personal de forma
adecuada y no equilibrar el presupuesto de la compañía. Cuando los
empleados se enfrentan a dificultades administrativas, es posible que
tengan que gastar su tiempo en buscar otro trabajo y no se
concentren en alcanzar las metas de la organización. Eso hace que
la compañía pague un salario industrial por una salida baja. Si el
departamento de ventas resulta afectado por la mala administración,
las ganancias brutas sufren un impacto directo cuando no se
cumplen las cuotas. Además, si los gastos son demasiado elevados
o si el dinero está mal administrado, se obtendrán menores ingresos
de negocio.
- Fracaso del negocio: Compañías con mala gerencia y administración
ha conducido a a cerrar sus puertas de forma permanente. El pésimo
liderazgo genera un mayor reemplazo de empleados; los gastos de
reunir y capacitar individuos se vuelven inaccesibles, lo que puede
impactar en la capacidad de un negocio para continuar con las
operaciones. Las dificultades administrativas también pueden afectar
a los fondos de forma directa si éstos no se manejan bien o el
presupuesto se extiende en exceso en comparación con los ingresos
ganados.
Consecuencias: