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8.No es auténtico.
Según Lucas Rosende,manager de Michael Page, estas son algunas formas que
convertirse en un buen líder:
Ser comunicativo: Gran parte del trabajo de un directivo es saber transmitir la estrategia
de la compañía tanto a nivel interno como externo, por lo que se debe ser claro y conciso,
asegurando así que el mensaje que se quiere transmitir se entienda correctamente. Se
debe tener en cuenta que este flujo de información no puede ser unilateral, ya que los
buenos jefes siempre tienen que estar dispuestos a escuchar las preocupaciones y
sugerencias de sus empleados.
Motivar: Un buen jefe es aquel capaz de motivar e inspirar a sus empleados, además de
fomentar su entusiasmo por los proyectos que se están realizando. Un empleado
motivado es un empleado productivo. La consecución de los objetivos del equipo y de la
compañía son elementos esenciales para mantener un buen ambiente laboral.
Tolerar los errores: Nadie es perfecto. Las personas pueden cometer equivocaciones
de vez en cuando. Por este motivo, el jefe adecuado debe contar con la suficiente
capacidad de reacción para solucionar el problema y afrontar la situación.
Establecer metas y expectativas:Cada vez es más común que los equipos trabajen por
objetivos. Los jefes que establecen unos plazos de entrega y definen unos objetivos
claros y realistas son los que obtendrán buenos resultados.
Autorreflexión:Además de analizar las capacidades de sus equipos, los buenos líderes
tienen que ser conscientes de sus propias fortalezas y debilidades.
Autenticidad:Las personas que fingen ser algo que no son o que intentan esconder su
verdadera personalidad bajo su rol de jefes resultan falsos y no inspiran confianza.
Encontrar un propio estilo de liderazgo y ser consecuentes con la forma de pensar es la
mejor opción para conseguir el respeto de los empleados.
Síntomas de una mala gestión gerencial
Cada una de las actitudes o decisiones que demuestran una inadecuada gestión directiva,
tienen su efecto en el desempeño de los equipos de trabajos, y por ende, de toda la
organización.
1. Existe poca planeación del trabajo que realizan con los equipos de trabajo.
2. Casi nunca se reunen con personas del equipo para organizar el trabajo.
3. No se caracterizan por ser puntuales y cumplidos en sus compromisos con clientes
internos y externos.
4. Pocas veces evalúan los resultados de su trabajo y el de su equipo.
5. Hace mucho que no toman un curso de actualización sobre los temas relacionados con
su trabajo.
6. No establecen relaciones con personas de otras áreas o empresas para hacer mejor su
trabajo.
7. Se les percibe como muy estáticos y no desarrollan alternativas para satisfacer la
necesidad de sus clientes.
8. Sus decisiones no son rápidas y en ocasiones tampoco son acertadas.
9. Hacen un inadecuado manejo de los conflictos que se presentan con clientes y
compañeros de trabajo.
10. Los llamados de atención los hace en público sin medir las consecuencias de ello.
11. Pocas veces reconocen en los demás el trabajo bien hecho.
12. Su trabajo no necesariamente sirve como ejemplo a los demás.
13. Casi nunca enseñan a los demás sus conocimientos.
14. Sus tiempos de trabajo dependen más de los horarios que de los resultados.
15. No siempre mantienen buenas relaciones con sus compañeros.
No dar retroalimentación, tener preferencias personales y ser grosero son algunas de las
características de un mal superior
Si usted es una de las personas que no se encuentra a gusto con el trabajo que hace,
pero aún no ha encontrado una razón para explicar esa sensación, tenga en cuenta esta
lista de diez señales brindadas por Mauricio Rodríguez, profesor experto en liderazgo de
las universidades Externado y Los Andes.
Llevarse el crédito por el trabajo de los subalternos es la primera señal de que tiene un
mal jefe. Este comportamiento va acompañado, generalmente, por otras situaciones como
que su superior ni siquiera lo invita a la reunión donde van a discutirse sus ideas ni le da
el crédito por su labor.
Muchas de las personas que integran la fuerza laboral actual mantienen su empleo
porque este les enseña ciertas habilidades que, creen, les hará crecer profesionalmente.
Por ello, si su jefe no imparte este tipo de conocimientos, no está aportando a su
crecimiento.
El refrán dice que “lo malo de la rosca es no estar en ella”. Sin embargo, al interior de las
oficinas las ‘roscas personales’ no deberían existir. Justificar ascensos o beneficios por
este tipo de motivos rompe el clima laboral en tanto los méritos profesionales ocupan un
segundo plano.
En muchas ocasiones, no dar crédito por las ideas de los empleados es muestra de que
su jefe es inseguro. Por tanto, necesita opacar su buen rendimiento. Este es solo un
ejemplo de cómo funciona la inseguridad, que va atada a ideas de que si los subalternos
tienen un buen desempeño, pueden quitarle el puesto.
7. Es grosero
“Por ningún motivo se puede tolerar el irrespeto, de ninguna forma”, de acuerdo con
Rodríguez. Muchas veces, estas muestras de irrespeto están atadas a la inseguridad de
los superiores, que no tienen argumentos para defender sus posiciones e incurren en
maneras groseras, tanto verbales como escritas, para mostrar su autoridad.
“Ser jefe, por definición, implica dedicarle tiempo a sus colaboradores”, señala Rodríguez.
Esto significa estar dispuesto a dar una guía o responder dudas que se presentan
diariamente en el lugar de trabajo.
9. No da línea
Si usted se encuentra confundido a la hora de realizar sus actividades laborales,
seguramente su jefe sufre de este mal. Rodríguez describe esta señal como “es confuso
en cuanto a los objetivos, los métodos, los recursos y los tiempos de las tareas que le
asigna”. Es decir, no solamente es desordenado, sino que seguramente tiene una
inseguridad para delegar responsabilidades, hacer el trabajo y los propósitos que quiere
alcanzar con él.