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Desarrollo
Tener autonomía quiere decir ser capaz de hacer lo que uno cree que se debe
hacer, pero no sólo eso. También significa ser capaz de analizar lo que creemos que
debemos hacer y considerar si de verdad debe hacerse o si nos estamos engañando.
Somos autónomos cuando somos razonables y consideramos qué debemos hacer con
todos los datos a nuestra disposición. Dicho de otro modo: somos verdaderamente
autónomos cuando usamos nuestra conciencia moral.
Precisamente cuando hacemos esto, nos fijamos en la conexión causal entre las acciones y
los efectos que producen. La conciencia de esa conexión nos lleva al concepto de
responsabilidad. Sólo cuando somos libres en el sentido positivo de la palabra, es decir;
autónomos y conscientes, nos damos cuenta de la repercusión de nuestras acciones y
podemos ser responsables.
Esto ha traído decisiones y acciones en el área de la salud, principalmente para los
pacientes, al hacerlo participe en su trato médico, tomando en últimas instancias la
decisión final de ciertos procedimientos médicos, como transfusiones de sangre, o dejar
de recibir el cuidado médico como en el caso de una alta voluntaria, haciéndole firmar un
acta responsiva al paciente, donde se expresa que él y solo él es responsable de la decisión
que está tomando.
Conclusión
Con el avance y el auge de la bioética en el actuar científico medico ha traído consigo la
autonomía al tomar en cuenta al paciente en las decisiones de su tratar medico dándole la
facultad de tomar la última decisión en el cuidado médico o intervenciones médicas a
realizarle, respetando de esta manera de forma bioética los derechos humanos del
paciente; sin embargo, se le deja bien en claro que estas decisiones que él tome serán
completamente su responsabilidad haciéndole firmar un acta responsiva cuando sus
decisiones vayan en contra el actuar medico