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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.


Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos.
Área Ciencias de la Salud.
Programa de Medicina.
Núcleo Monagas
Sección 14.

Importancia de la Bioética en la Oncología.

Profesor: Bachiller:
David Cairo. Andrea Lozada. C.I: 30.156.802.

Maturín, 2023.
La bioética es la disciplina que estudia los problemas éticos que surgen en
relación a la salud. Como es posible observar, la bioética es más abarcadora que
la ética, se extiende más allá de la mira moral médica y podemos aseverar que los
hechos biológicos condicionan los valores éticos. Los principios de la Bioética,
principio de la no maleficencia, principio de la beneficencia, autonomía, integridad
y justicia. Estos principios son de gran importancia para cualquier práctica médica
y en especial para una especialidad en específico que tiene un peso sumamente
delicado en el contacto humano con las personas como lo es la Oncología.

La bioética aplicada a la práctica de la oncología se dirige principalmente a la


atención a la relación médico-paciente, ésta se destaca como el fundamento de
las experiencias del enfermo, el escenario en el que se consuman o no los
principios bioéticos de autonomía, beneficencia, justicia y no maleficencia, y en
donde el paciente es considerado o no como una persona con una enfermedad,
pero también con un padecimiento.

Al padecer cáncer no se vive un acontecimiento aislado, el cáncer es una


enfermedad que no sólo afecta al que la padece si no también su entorno, éste
padecimiento conlleva una serie de acontecimientos que empiezan desde el
diagnóstico y evaluar la gravedad para implementar un tratamiento, siguen con la
adaptación al nuevo estilo de vida que lleva la enfermedad y la repercusión en la
calidad de vida, la posible pérdida de órganos o funciones de estos y la
experiencia del proceso enfermedad-muerte.

Uno de los aspectos de mayor trascendencia es la pérdida de control de los


procesos que el paciente oncológico experimenta ante la enfermedad y que se
presenta en todas las etapas del manejo terapéutico, pues desde el momento de
conocer el diagnóstico se da inicio al camino de la toma de decisiones. ¿Puede
hablarse de autonomía cuando la persona se encuentra atrapada entre el
diagnóstico, un proceso de adaptación y las alternativas que brindan los
tratamientos? ¿Cuál es el margen real de maniobra de un paciente con cáncer al
ejercer su poder de decisión? Cuando las opciones terapéuticas arriesgan su
plenitud y su independencia, y con ellas la situación biopsicosocial económico con
las que pueda contar el paciente, también hay que trabajar en base a la voluntad
del paciente para que pueda decidir en relación con su estado de salud
explorando con él todas las posibilidades disponibles para favorecer su proceso.

La aplicación de los principios bioéticos tiene una importancia enorme en la figura


del consentimiento informado. El consentimiento informado, más allá de ser un
mero requisito legal, es una oportunidad para empoderar de manera adecuada a
los enfermos y junto con ellos asumir de forma responsable los riesgos y
beneficios de los tratamientos a seguir. No obstante, el consentimiento informado
no es ni necesario, ni suficiente para que la investigación clínica y la práctica
médica sean éticas.

Una parte muy importante de la bioética en la oncología es la toma de decisiones


ya que es necesario evaluar el entorno y las posibilidades del paciente. Cuando se
va a tratar a un paciente oncológico se debe pensar en todos los riesgos y
consecuencias, los beneficios no pueden ser puestos en la mesa sin informarle al
paciente los riesgos y consecuencias que puede llegar a tener, el paciente debe
estar completamente al tanto de que su cuerpo se va a degenerar con el
tratamiento pertinente para su enfermedad.

Dicho esto ¿Podemos hablar de autonomía? Al hablar de autonomía estamos


hablando de la capacidad de una persona que puede obrar según su criterio, aquí
surge un dilema ya que por más que el paciente esté en la mayor medida posible
sano y en sus 5 sentidos éste puede estar motivado por la impresión de ser
diagnosticado con cáncer, por negación al diagnóstico o a la adaptación y sin
pensar realmente en los riesgos que puedan causarle los tratamientos, para poder
decir que existe la autonomía hay que dedicarse a exponerle los pros y contras de
los tratamientos al paciente.

Sin embargo hay que entender el paciente el enfermo de cáncer antes de serlo,
construyó una calidad de vida a través de toda su historia, en ella existen hábitos y
estilos que ha elegido o que le ha tocado vivir, determinados por su nivel social,
económico, educativo y cultural, y que reflejan un sistema de creencias, prácticas
y valores: su ideología e identidad.

La experiencia de ser una persona enferma de cáncer atraviesa por diferentes


etapas en la que el paciente puede sentir que se pierde a sí mismo y a su dignidad
al sentir que no puede valerse por sí mismo, desde la presentación de los
primeros síntomas, la confirmación del diagnóstico, el tratamiento y sus secuelas y
todo el procedimiento médico. Estas vivencias serán parte importante del registro
en la memoria, pero también lo serán las actitudes y la atención recibida no sólo a
la enfermedad, sino a todo lo que surge como consecuencia de estar enfermo de
cáncer.

El tratar al paciente como ser humano es lo más importante, atendiendo y


entendiendo sus dudas y nunca menospreciando lo que piensa para que se sienta
en paz, que sienta que conserva su autonomía y que la beneficencia siempre está
presente para él de manera segura y evitando en su posibilidad la no beneficencia.

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