Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fase 3-
Elaborar resumen
y generar estrategias
Presentado por:
Grupo
403018_133
Presentado a:
Tutor
Programa de psicología
Antropología Psicológica
Abril 2020
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
Introducción
El presente trabajo se realiza con el fin de abordar los contenidos de la Unidad 2 del curso de
Antropología Psicológica, la cual encierra los conceptos y la aproximación de la psicología
antropológica y la psicología cultural, comprendiendo la historia que relaciona el encuentro entre
la mente y la cultura, entendiendo conceptualmente lo que refiere a la identidad, la diversidad y
la diferencia, y la aproximación a la construcción sociocultural en Colombia desde la perspectiva
del postconflicto. En base a la reflexión individual de las lecturas que contienen los temas
mencionados anteriormente, se construye el siguiente documento con la participación de los
integrantes.
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
RESUMENES
En la historia de la psicología existió y aún existe una gran contradicción. Por un lado, se
reconoce que una de las características que define a los seres humanos es su capacidad y
necesidad de vivir en contextos culturales, por otro lado, muchos psicólogos asignan un papel
secundario a la cultura como parte de la construcción de la vida mental. Es por eso, que la
psicología cultural se ha desarrollado principalmente como una respuesta alternativa a los
proyectos de psicología que no incluían como elementos a la cultura y a su relación dialéctica
con el individuo, como por ejemplo el proyecto de la Psicología Cognitiva.
Greenfield (1997), señala que quizá el error de estos enfoques fue mantener los términos de
dicha relación. Desde el enfoque de la Psicología Transcultural, los procesos cognitivos son
considerados capacidades globales, homogéneas y universales que pueden ser analizadas como
variables dependientes; en cambio la Psicología Cultural se centra en los aspectos diferenciales
de las mismas, resalta el papel de la cultura en el desarrollo psicológico considerándolo como
una característica específica de los seres humanos. . De este modo, la Psicología Cultural se torna
como un fenómeno indiferenciable de la propia mente.
Según esta, la humanidad avanza de forma inevitable, por una sucesión fija de estadios o etapas
que suponen una evolución ascendente en el nivel de progreso desde el salvajismo hasta la
civilización. Esta es una evolución racionalista de la evolución de la cultura.
T. Waitz, considera que la cultura determina la forma de pensar y de relacionarse con los demás,
y analiza también el otro sentido de la relación. También el pensamiento incide en la cultura
generándola y preservándola. En este sentido la Psicología Transcultural podría considerarse la
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
culminación de
esta línea de
pensamiento sobre la relación entre mente y cultura.
Según Berry, Poortinga, Segall y Dasen (1992), La Psicología Transcultural es el estudio de las
similitudes y las diferencias en el funcionamiento psicológico individual, en varias culturas y
grupos étnicos; de la relación entre variables psicológicas y variables socioculturales, ecológicas
y biológicas; y de los cambios en estas variables.” (p. 2).
Explorar y descubrir las variaciones de las conductas en otras culturas y buscar explicaciones
Poner a prueba lo generalizable que puede llegar a ser la teoría psicológica, cuando desde ella se
proponen hipótesis que se intentan corroborar en otras culturas
integrar los hallazgos obtenidos de los dos primeros objetivos, para desarrollar una psicología
más universal.
implícito
rechazado es la
secuencia fija de etapas inalterables de la evolución de la naturaleza humana.
Es la potencialidad que otorgaron al lenguaje, como principal agente de los cambios de valores y
modos de pensamiento (Burke, 1985; Cole, 1996/ 1999).
El intento por reconciliar las ciencias naturales y culturales: la psicología de los pueblos
Existe otra dicotomía, la oposición entre las ciencias “naturales” y las “culturales históricas”.
Berlin (1981/1983) contrasta los supuestos de una y otra ciencia en relación a la naturaleza
humana:
a) Las respuestas a las preguntas reales dependen de los supuestos y los puntos de vista
particulares proporcionados por la cultura en cuestión.
b) Tanto el método para llegar a una respuesta como lo que constituye un problema o una
respuesta son localmente contingentes, no universales.
De acuerdo a lo anterior, se comienza a encontrar propuestas para una psicología que incorpore
ambas cosmovisiones dentro de una única disciplina.
La propuesta de J. S. Mill llamada la Psicología Dual, defendía que los pensamientos, los
sentimientos y las acciones podían ser realmente objeto de estudio científico, (era de carácter
dual). La psicología utilizaría la experimentación y la deducción para producir leyes mentales y
elementales.
Esta segunda línea de pensamiento fue posteriormente desarrollada por el idealismo alemán,
fundamentalmente por el movimiento denominado como Psicología de los Pueblos. Sus
fundadores M. Lazarus y H. Steinthal. Estos autores utilizaron las ideas de Mill, junto con las de
Von Humboldt, con el objetivo de reconciliar las ciencias naturales y las culturales/históricas
(Jahoda, 1992/1995; Krewer & Jahoda, 1990; Whitman, 1984). La psicología desarrollada por
Lazarus y Steinthal se caracteriza, fundamentalmente, por poner en el centro de interés los
aspectos sociales y culturales de la vida de los individuos, en cuanto que responsables de la
constitución psicológica de éstos. Insistían en la necesidad de estudiar las conductas, actividades
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
y
productos del
grupo. Y esto es porque consideraban que los fenómenos mentales colectivos tienen prioridad
psicológica y temporal sobre los fenómenos puramente individuales, sobre el desarrollo de los
cuales influyen decisivamente.
A partir de Wundt nuestra disciplina se caracteriza por una etapa en la que la cultura es apartada
de todo proyecto psicológico tomando el rumbo de su primera psicología. Si examináramos
cualquier manual introductorio actual, podemos comprobar cómo se concede a la cultura un
papel menor.
En los años sesenta surge la denominada revolución cognitiva como reacción ante el tipo de
psicología dibujada por el conductismo radical. El proyecto inicial abanderado por la revolución
cognitiva, del que Bruner fue uno de sus máximos impulsores, tenía, de cara a nuestros intereses,
dos objetivos fundamentales.
pretendía instaurar el significado como objeto de estudio de la psicología. Su meta era “descubrir
y describir formalmente los significados que los seres humanos creaban a partir de sus
encuentros con el mundo, para luego proponer hipótesis acerca de los procesos de construcción
de significado en que se basaban.
una
manera de mejorar
el conductismo. Debía fundar una psicología centrada en el proceso de crear significado.
La Psicología Cultural se puede definir desde la perspectiva categorial, donde sus raíces nacen de
la antropología, psicología y lingüística. Perspectiva teleológica, donde la dirección de esta es la
investigación y la teoría de la relación mente-cultura. La perspectiva politética, compuesta por
aproximaciones compartida por muchos presupuestos teóricos y metodológicos.
Por último, conviene reseñar no obstante que a pesar de la gran cantidad de autores y trabajos
que pueden estar relacionados con la constitución de una Psicología Cultural, son concretamente
una serie de trabajos teóricos, coincidentes casualmente en su fecha de publicación, los que de
alguna manera se han terminado considerando como marcadores de la emergencia de la
Psicología Cultural como una perspectiva teórica y metodológica con entidad propia.
La antropología es la ciencia de la alteridad que busca acercarse a entender los significados, las
significaciones y sentidos que construye la diversidad humana para poder ser y estar en el
cosmos, el mundo y la vida. En consecuencia, se hace imprescindible una mirada crítica del
quehacer antropológico, plantearse de forma crítica la mirada que ha venido construyendo sobre
su “objeto” privilegiado de estudio: la cultura. La antropología debe empezar a entender la
cultura desde nuevas miradas y desde la perspectiva de una estrategia conceptual que considere
la potencialidad histórica de los sujetos que la construyen.
Hoy como nunca antes, la antropología se muestra realmente como la ciencia de las diversidades,
de las pluralidades y las diferencias humanas, ya no solo como la ciencia de “el otro”, de la
otredad, sino también de la mismidad, de “nosotros mismos”. En consecuencia, la antropología
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
no
es sino la ciencia
de la alteridad, que busca comprender las relaciones de sentido que esas diversidades tejen. La
nueva antropología tiene la posibilidad de comprometerse con la vida, no únicamente para
entenderla, sino para transformarla; tiene la posibilidad no solo de descolonizarse, sino de
contribuir a la construcción colectiva de un nuevo sentido de civilización, de un nuevo proyecto
civilizatorio, no sólo desde una visión antropocéntrica, sino desde una perspectiva cósmica que
ponga la prioridad de la vida como centro del ser humano y de todo lo existente.
Antropología y globalización.
Antropología y contemporaneidad
Por
tanto, Es
importante ver que el proceso histórico que vive la humanidad le brinda a la antropología nuevas
posibilidades para que se piense a sí misma y pensar en la multiplicidad de otras problemáticas,
escenarios, actores, que debe interpretarlos, construirlos, analizarlos, desde su especificidad
teórica y metodológica, pero partiendo siempre de sus propias exigencias y realidades.
La
palabra cultura
viene del latín colere que significa cultivar, en referencia a una de las actividades productivas, la
agricultura. Inicialmente el verbo latino tuvo el sentido de habitar y cultivar, referido a la
población rural, que mediante la agricultura deja de ser nómada para transformarse en sedentaria,
la agricultura les obligaba a establecer un lugar fijo de habitación. En la época medieval la
cultura se muestra subordinada a la teología y es definida con relación al culto de la religión
hasta la llegada del Renacimiento, que abre nuevos horizontes culturales. En el Renacimiento
prevalece el concepto de “humanitas” que recoge la confluencia de cultura subjetiva y objetiva,
el hombre traduce los sentimientos y experiencias de la época. Dante y Bocaccio, aunque no
usan la palabra cultura como tal le dan ese sentido. En el siglo XVIII se formula una definición
de cultura entendida con relación a “costumbres”, “tradición”, “herencia social”, pero por
razones ideológicas se mantiene la concepción de cultura que reproduce la metáfora de cultura
como el cultivo de la tierra, con relación al cultivo del espíritu. La cultura empieza a ser
entendida como la posesión de bienes culturales (espirituales) que determinan el buen gusto, los
modales y valores que corresponden a la burguesía dominante y se comienza a hablar de la
“cultura de las artes”, la “cultura de las letras”, la “cultura de las ciencias”. Se concibe también la
“cultura como acción”, la acción de instruir, y a la noción de “cultura como estado”, estado de la
mente cultivada por la instrucción, que le conduce al individuo a la cultura.
Edward. B. Tylor quien inicie la antropología como ciencia y quien dé al concepto de cultura una
dimensión diferente a la que se había sostenido hasta entonces. La cultura empieza a ser mirada
desde una perspectiva antropológica, pues la antropología ya se ha constituido como la ciencia
que se dedica a su estudio específico. Tylor define a la cultura como el objeto central de estudio
de la antropología y formula su clásico concepto de cultura, señalando que esta es “ese complejo
total, que incluye conocimientos, creencias, artes, leyes, moral, costumbres y cualquier habilidad
adquirida por el hombre como miembro de la sociedad”. Concepto que se mantendrá hasta
nuestros días. Esta noción reproduce la alemana vigente, pero introduce una mayor
formalización. Desde 1890 la palabra cultura se ha empleado con diversas acepciones, pero en
todos los casos se ajustan al horizonte que fuera planteado por Tylor.
La
noción de cultura
que está detrás del término, fue empleada antes que la propia palabra cultura como tal. Ya se
encuentra entre los griegos, Herodoto, Homero, Hipócrates, la noción de cultura animi, que la
entendían dentro de la paidea, o sea los valores que el hombre “sabio” o “culto” transmitía como
voz de la divinidad. Por consiguiente, Aristóteles, quien concibe una primera noción
antropológica de cultura al ponerla cercana al mundo humano, al mundo social, la polis, por
tanto al mundo de la razón filosófica, por eso dirá que “la filosofía es la cultura de la razón”.
La cultura debe ser mirada como una “construcción” específicamente humana, resultante de la
acción social. La cultura es esa construcción que hizo posible que el ser humano llegue a
constituirse como tal y a diferenciarse del resto de los seres de la naturaleza, es el producto de
acciones sociales concretas generada por actores sociales igualmente concretos y en procesos
históricos específicos. la cultura es posible, porque existen seres concretos que la construyen
desde su propia cotidianidad como respuesta a la dialéctica transformadora de la realidad y de la
vida, por eso la cultura es una construcción social porque hace posible interacciones sociales que
dan sentido a la vida de un grupo, que regulan nuestra existencia desde el momento mismo en
que nacemos hasta cuando dejamos de ser parte de la sociedad si, nos lega la muerte, pero
siempre seremos miembros de una sociedad y de una cultura. Como dice Ruth Benedict: “la
cultura es lo que une a los hombres”.
Es mejor no confundir la relación entre cultura y sociedad. La sociedad puede ser cualquier
conjunto de individuos de cualquier especie, determinado agregado animal que se mantiene junto
como un grupo de interacción entre los que existe una “conciencia” de pertenencia. Una sociedad
humana es un conglomerado con esas características, sin embargo, en la sociedad humana, las
interacciones están marcadas por las construcciones culturales generadas por esa sociedad. Por
ello que no se conozca ninguna sociedad sin cultura. Una sociedad siempre está integrada por
gente, la cultura es, en cambio, la manera como esta gente se conduce. Por lo tanto: una sociedad
no es una cultura, posee una cultura. La sociedad humana es más que un conglomerado de
individuos, la unidad de esos individuos acorde a convenciones culturales específicas. La cultura
constituye una serie de patrones de normas integradas de conducta que hacen posible dar a esa
agrupación un distinto sentido para su existencia en sociedad y para asegurar la continuidad de la
misma. La cultura es una conducta compartida, una forma de pensar o actuar. Para considerarla
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
parte de una
cultura debe ser
compartida por los miembros de una determinada sociedad, lo que quiere decir que los
significados y significaciones de dicha conducta para ser consideradas parte de una cultura,
deben ser comunes a los miembros del grupo, quienes deben conocer y compartir esos
significados con relación a un continuo socio-cultural.
La variación cultural la divide en cultura ideal y cultura real, la primera se refiere a la serie de
principios normas y valores que le dan a sus miembros los patrones ideales de lo que“debería
ser” y de lo que se “debería hacer”. La segunda se refiere a las normas de conducta que son
vividas en la realidad por los miembros de una cultura y que no necesariamente coinciden con las
normas ideales, al contrario, muchas de las veces entran en contradicción con ellas o implican su
rompimiento.
CULTURA Y NATURALEZA
La cultura hace posible que los seres humanos y las sociedades puedan construir un segundo
medio ambiente, un ecosistema humano que da sentido a su praxis vital. El ser humano es el
único animal que ha sido capaz de llegar a la construcción de la cultura, pues gracias a su
capacidad para la creación simbólica pudo ir más allá de su herencia biológica; capacidad que
como ser simbólico le posibilitó libre y arbitrariamente dotar de significados y significaciones a
las cosas y a los hechos, y dar sentido a su forma de ser y estar en el mundo. Es allí cuando se
origina la cultura que lo construye como un Homus Simbolicus, lo que significa que más que
agregarse a un animal terminado o virtualmente terminado, la creación simbólica y la cultura que
hizo posible fue elemento constitutivo central en la producción de ese animal.
LA
CULTURA
COMO RESPUESTA CONTRA-HEGEMÓNICA
La
cultura es una
respuesta creadora frente a la realidad y la vida, por ello es un instrumento imprescindible para
su transformación. No podríamos entender dónde está esa fuerza que afirma a los pueblos indios
y negros en la lucha por la defensa de su identidad por más de 500 años de dominación. Los
pueblos indios y negros han venido resistiendo desde hace siglos desde su cultura, y desde ella
hoy insurgen para dejar de ser pueblos clandestinos y construirse como pueblos con destino. Por
eso la cultura, la diversidad cultural, la diferencia, tienen un sentido político insurgente y
contrahegemónico, pues no solo que hacen posible resistir e insurgir contra el proyecto
homogeneizante de la sociedad dominante que busca construir una cultura planetaria, que anule
la riqueza de la diversidad y la diferencia; sino que, además, les construye un sentido para seguir
luchando en el presente, en la perspectiva de la materialización de sus proyectos de futuro.
Analizar la cultura desde una dimensión política significa entenderla como constructora de
nuevos sentidos de alteridad, pues la cultura hace posible el encuentro entre los seres humanos a
través de todos los símbolos de la identidad y la memoria colectiva, que han sido socialmente
construidos. La cultura hace referencia a los testimonios de lo que somos, a las profecías de la
imaginación, así como a esa fuerza insurgente que orienta la lucha para enfrentar a aquello que
nos impide ser. La cultura ante todo es comunicación, no puede ser ni muda ni sorda, debe ser
grito constructor de nuevos lenguajes y nuevas voces que permitan crear y recrear la vida y
hablar no solo sobre la realidad, sino que a partir de ella ayudar a su transformación.
A mediados del siglo XIX se establecerá un nuevo sentido del término cultura, el cual, que tenía
como eje una teoría de la evolución, sustentada en las nociones de universalidad, totalidad, orden
sucesivo y acumulativo, continuidad, necesidad, causalidad y progreso. Según esta visión, se
desarrollaron tres estadios de la evolución humana: El salvajismo, la barbarie y la civilización;
los cuales permiten elaborar y justificar un orden jerarquizado entre los seres humanos y las
sociedades. A partir de los anterior se inicia una dicotomía entre unos pueblos “salvajes y
primitivos” que son vistos como en estado natural y por tanto carentes de cultura, y otros pueblos
“civilizados”, los únicos portadores de razón y cultura. Dicotomía que con otros nombres, pero
con iguales connotaciones, se mantendrá históricamente hasta nuestros días.
Teniendo en cuenta las afirmaciones de Bruner (1990) que la cultura moldea la vida y la mente
humana, esta sostiene la idea de lo cultural como constitutivo de lo psicológico; tornándose
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
como premisa
básica de la
psicología cultural.
Para Bruner (1990) la marginación del problema de la cultura dentro de la psicología es una
consecuencia de las ópticas individualistas que esta disciplina imprime característicamente en su
producción. Por tanto, el análisis de este asunto retorna en que elimino aspectos de su estudio
que no pudieron ser tratados desde el método científico, asimilado como el único criterio de
validez y de verdad, también fracturó al ser humano, al extraer de él lo que considero
psicológico; con esto terminó compartimentando esa dimensión.
La psicología cultural se plantea como una necesidad en el campo de la psicología para adoptar
un enfoque histórico-interpretativo para comprender los productos culturales de los seres
humanos. En discusión con las teorías clásicas, las cuales cosifican el ser humano y no se tiene
en cuenta la dinámica social, en este enfoque se pretende dar una mirada cultural y psicológica,
buscando las explicaciones integrales y contextuales, reconociendo la complejidad y
multiplicidad sistémica de las interacciones, relaciones y organizaciones.
La base fundamental en la construcción de este enfoque constituye los otros procesos psíquicos
que ocurren en el campo de la interacción social, teniendo como punto de referencia la relación
de los individuos socializados. La cultura es la que permite la comprensión del sujeto enmarcado
en los estados intencionales como creencias, deseos y compromisos.
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
Wundt
reflexionaba sobre
la idea de una psicología cultural como una necesidad en el campo de la psicología, en una clara
exhortación a esta ciencia para adoptar un enfoque histórico-interpretativo, al cual veía como el
único recurso posible en la comprensión de los productos culturales del hombre. También
Vygotsky, Berger y Luckmann, Gergen, Bruner, entre otros. sostienen que los procesos psíquicos
ocurren y, por tanto, es conveniente estudiarlos, en el terreno de la interacción social.
Sánchez (2000) señala que proyecto investigativo que presenta una oposición al racionalismo y
al culto predominante al funcionalismo y al individualismo, en donde, admitiendo la relatividad
se trata de un intento por superar la concepción solipsista de sujeto que persiste en dejar como
diferentes autores lo señalan - Vygotsky, Berger y Luckmann, Gergen, Bruner, entre otros - los
procesos psíquicos que ocurren.
Aludiendo a los procesos implicados en la constitución del humano como procesos culturales, se
comprende la idea de intercambiar al hombre con su entorno mediado semióticamente por la
cultura. Esta comprensión parte del reconocimiento de una relación histórico-evolutiva que
promueve el cambio de la dinámica dentro del sistema.
Esta perspectiva posibilita comprender por qué la herencia cultural del grupo humano, al que un
sujeto pertenece, se fija históricamente en su memoria de largo plazo y se trata a lo histórico
como en tres niveles: En cuanto sucede a lo largo de la vida, porque sería la culminación
filogenética de la organización del sistema nervioso y también en el sentido que, evolutivamente,
han ido elaborándose códigos cada vez más complejos que culminan en el código semántico.
Por su parte, Vygotsky aporta mucho en este punto pues, al plantear el problema de la conciencia
como central en psicología, señala la necesidad de abarcar las complejidades de ese objeto como
fruto de la historia individual, pero también como determinación social, implicando el análisis de
las variables específicas que le configurarían evolutivamente durante su ontogénesis.
Por otro lado, en los marcos culturalistas, es reconocida la determinación de lo psicológico por lo
cultural en una relación bidireccional individuo y contexto -observado el contexto en una
perspectiva ecológica y situado el sujeto como actor social-, en donde se introducen al análisis
consideraciones históricas y contextuales específicas; en tal sentido, se trata de entender que
contexto y comportamiento son interactivos, en las cuales el contexto es aceptado jugando un
doble papel sobre el sujeto, por un lado, capaz de provocar en él determinadas conductas, por
otro, responsable desde el pasado del repertorio de conductas con las que cuenta el individuo.
En este sentido, se plantea que han ido ganando mayor espacio aproximaciones en las que se
retoma el análisis de los aspectos diferenciales del funcionamiento mental y de las causas que
generan tales diferencias. Esta división plantea el desarrollo de una discusión sobre el papel de lo
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
individual y de lo
cultural en el
desarrollo psicológico.
El hombre realiza sus potenciales mentales a través de la cultura. El abordaje de este concepto y
analizar las implicaciones de los argumentos sostenidos por Bruner en la psicología, la
interlocución entre la psicología y la cultura es una cuestión que debe impregnarnos. Bruner
(1990) señala la marginación del problema de la cultura dentro del análisis de este asunto.
Entonces, la manera de indagar por lo psicológico también refiere a la consideración
individualista del ser humano como lo plantea el enfoque de la psicología cultural, en el objeto
de estudio de la psicología.
Sánchez (2000 ) señala que proyecto investigativo que presenta una oposición al racionalismo y
al culto predominante al funcionalismo y al individualismo, en donde, admitiendo la relatividad
se trata de un intento por superar la concepción solipsista de sujeto que persiste en dejar como
diferentes autores lo señalan - Vygotsky, Berger y Luckmann, Gergen, Bruner, entre otros - los
procesos psíquicos que ocurren.
Por lo cultural en una relación bidireccional que contexto y comportamiento son interactivos,
como lo expresan Maciá y Méndez (1988), el contexto es aceptado jugando un doble papel sobre
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
el
sujeto, por un
superaría con creces la idea conductual de conductas, que contiene estímulos que jugaran un rol
omnipotente frente al sujeto. Bruner (1990) plantea que la psicología ha tardado mucho en
reconocer plenamente lo que la aparición de la cultura de Bruner resultan excepcionales, este
autor también afirma que la cultura moldea la vida y la mente humanas, de lo cultural en el
desarrollo psicológico esta controversia, resulta fuerte la postura culturalista donde se ha
entendido que propuestos por Vygotsky o Bruner, se perfila una aproximación que plantea la
relación entre el desarrollo individual y lo los dos tipos de reduccionismo propuestos ( interno -
externo, individuo - cultura ), considerando el “ determinismo ” socio – histórico. El posconflicto
se entiende como un período de tiempo en el cual se superan los conflictos armados,sea parcial o
totalmente. El fin de un conflicto armado, puede presentarse por la vía negociada o por vía
victoria/derrota armada. Colombia, el proceso de negociación entre el Gobierno del presidente
Santos y la guerrilla de las FARC-EP, posibilitan proyectar un periodo constructivo de
postconflicto. Teniendo en cuenta el balance de los datos en cuanto a reducción de homicidios
por el conflicto armado en Colombia, bajo la perspectiva anunciada, existe ya una reducción de
dicho flagelo, como lo afirma (Justicia y Nación, 2015):
“La tasa nacional de homicidios (el número de casos por cada 100.000 habitantes) podría estar
por debajo de 30, lo que no se logra desde finales de los 70. (...) la cifra de miembros de la
Fuerza Pública muertos en servicio en el 2014 llegó a 260. Este número es inferior al del 2013,
cuando alcanzó los 343. Se convierte en la cifra más baja en diez años, según el Ministerio de
Defensa Nacional. La cifra más alta fue la del 2005, con 629 uniformados. (...) De otro lado, el
número de guerrilleros muertos en combate fue de 275 en el 2014. Se convierte en una cifra
inferior a la del 2013, año en que se reportó un total de 316 subversivos dados de baja”.
Para Galtunf, los conflictos entendidos de forma positiva, pretenden un escenario constructivo
en cuanto a generadores de transformación social, a su vez, por la implicación pedagógica que
requieren, ya que posibilita el espacio para enseñar/aprender a gestionar los conflictos. El autor
propone el reconocimiento del“triángulo de la violencia”para interpretar su dinámica, desde la
violencia directa, la violencia estructural que evidencia la existencia de estructuras injustas que
no permiten la satisfacción de las necesidades y requiere planes y programas para transformar la
sociedad y crear el bienestar colectivo. Y la violencia cultural generadora de legitimación de esas
conductas a través de actitudes, estereotipos y visiones. (Arteaga, 2006).
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD
Constituida la
estabilidad política a través del postconflicto y desarrolladas progresivamente las sendas del
postconflicto: Reconciliación social y nuevo Diseño institucional, pueden permitirse y
construirse escenarios donde tanto las reformas institucionales, decisiones desde el Estado, serían
tan vitales y congruentes con las opciones que se abordan desde lo local o desde la ciudadanía,
desde las poblaciones que habitan las entidades subnacionales “excluidas”, incluso desde la
mismas víctimas, asumiendo una actitud endógena y no paternalista. Los procesos de
Construcción de Paz dependen de la consolidación del posconflicto, así sea en algunos
territorios, regiones o municipios.
principios que
proyecten una paz
duradera. Un aspecto esencial en la Reconciliación Social es la reivindicación de las
potencialidades humanas, entendidas como los valores, habilidades sociales o las connotaciones
positivas del ser; partiendo de análisis sociológico que efectúa Fals Borda, el autor identifica en
Colombia la existencia de los “valores esenciales de la raza cósmica”, a saber: Entre ellos
destaco los valores de índole comunitaria y filantrópica, los de ayuda mutua, intercambio de
brazos, producción colectiva, resguardos, ayllus, mingas y respeto por la naturaleza, en fin,
valores altruistas que no han sido del todo destruidos o desplazados por el moderno
individualismo egoísta.(p. 5).
La reconciliación debe afianzar la creencia en las capacidades de las personas. Según Max-Neef
(1986), las capacidades o habilidades de las personas se fomentan cuando se destinan a la
defensa de sus necesidades (axiológicas y existenciales) y a la realización de sus libertades; para
el autor es imprescindible que las personas vivan sus necesidades: de ser, tener, hacer y estar, y
axiológicas: de subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación,
identidad y libertades. La reconciliación en Colombia, en donde a pesar de las diversas reformas
persisten problemáticas asociadas a la corrupción, débil cultura política, ineficiencia
institucional, etc.,debe desenvolverse bajo un escenario deliberativo que según Ugarriza (2012),
presupone “participación libre, igual y plural (2), en condiciones de respeto (3) y dedisposición a
ceder ante el mejor argumento (4), y dirigida a la búsqueda del bien común y losideales de la
justicia distributiva liberal (5)”.(p. 14)
Conclusiones
Tanto la antropología como la psicología son ciencias muy jóvenes. En los últimos años la
velocidad del desarrollo científico ha sido vertiginosa, un hecho que tiene validez también en las
dos ciencias aquí tratadas. La antropología es más global, más general, abarca incluso el arte, la
ciencia, la religión, el vestido, la comida, las fiestas populares, la relación con el medio
ambiente, las relaciones sociales, la reproducción, la cosmovisión.
Referencias Bibliográficas