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Afrontamiento psicológico del

“coronavirus”
GUÍA DE ORIENTACIÓN EMOCIONAL

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Cómo manejar la vulnerabilidad


emocional ante el Coronavirus
En la categoría Noticias de Psicología
Índice de Contenidos
 Vulnerabilidad Emocional y Afrontamiento Psicológico
 Lecturas útiles para el afrontamiento psicológico ante el Coronavirus
 La gestión emocional en el afrontamiento psicológico
 Dos estrategias de afrontamiento psicológico del Coronavirus
 Afrontamiento psicológico viviendo solos o solas
 Afrontamiento psicológico en familia
 La familia junta en casa
 Ideas para estimular las buenas emociones en familia
 Una nueva situación con los más pequeños
 Consejos útiles para organizarnos con los pequeños de la casa
 Organizándonos con los hijos e hijas adolescentes
 10 Consejos para el afrontamiento psicológico del Coronavirus
 Conclusiones
 Sugerencias de espacios virtuales de arte y cultura
 Un artículo del Equipo de Psicología de Área Humana
 Puntúa y comparte

(Tiempo de lectura 18 minutos)
Estamos ante una situación nueva para muchos de nosotros y nosotras, y como sucede con
todo lo desconocido, nos genera incertidumbre y, sobre todo, miedo. Más aún, cuando
sentimos amenazada nuestra salud y también la de nuestros seres queridos. ¡No hay duda!
Nuestro bienestar emocional se está viendo afectado. Pero tenemos que recordar que hemos
superado otras dificultades y que también superaremos esta. Lo importante es ser conscientes
de que el afrontamiento psicológico de esta situación, generada por el Coronavirus, requiere,
por nuestra parte, de una respuesta activa, adaptativa. La pregunta sería ¿estamos preparados
para afrontarlo? ¡Sí, lo estamos!
Tenemos todo lo que necesitamos, nuestra capacidad de pensamiento y nuestros recursos
emocionales, competencias que ya hemos utilizado en otros momentos, también difíciles. Es
cierto que estas circunstancias son muy novedosas, y que tienen características que afectan de
un modo muy radical a nuestra vida cotidiana, en la que nos sentimos seguros, pero nuestras
fortalezas son notables y además, no estamos solos, podemos recibir y recibiremos ayuda. En
estas situaciones se ponen de manifiesto la empatía y la solidaridad, y también la enorme
implicación de profesionales de diferentes áreas de nuestra sociedad.
No obstante, de igual modo que hay colectivos sociales, como las personas de avanzada edad,
que son más frágiles (en este caso por cuestiones biológicas) frente al Coronavirus, hay
personas que tienen una mayor vulnerabilidad emocional, personas a las que esta situación
les afecta de un modo más acusado y que también necesitan una mayor orientación, apoyo y
ayuda.
A estas personas, más vulnerables emocionalmente, va dirigida, en primer lugar, esta Guía de
Afrontamiento Psicológico ante el Coronavirus. Una guía que busca identificar, reflexionar y
poner la atención sobre diferentes aspectos psicológicos en esta crucial situación.

A nivel biológico, hay grupos de riesgo en la epidemia del

coronavirus. Pero también hay grupos de especial fragilidad

o vulnerabilidad emocional, a los que esta situación les

afecta profunda y gravemente CLIC PARA TUITEAR

Vulnerabilidad Emocional y Afrontamiento Psicológico


A los profesionales de la Psicología nos gustaría que se hablara más de la Salud Emocional.
Las medidas de aislamiento social que se han puesto en marcha para atajar la propagación del
Coronavirus afectan de un modo considerable al bienestar emocional de las personas.
Sentimos incertidumbre, miedo, tristeza. Pasamos de la angustia a las risas, después a la
preocupación o a la culpa. Luego, nos sorprende la solidaridad y la alegre esperanza… y de
vuelta a la tristeza, que hace brotar nuestras lágrimas.
Es natural que esta extraordinaria situación genere una “montaña rusa de emociones”, pero en
general somos capaces de “sobrellevarlo”.
Pero, al igual que el Coronavirus afecta a la salud física con mayor o menor intensidad según la
biología, hay personas a las que esta situación de aislamiento e incertidumbre, les afecta
muchísimo más, y tienen una mayor dificultad para el afrontamiento psicológico. Es un colectivo
más vulnerable, en el que no siempre reparamos, son personas con mayor vulnerabilidad
emocional.
Personas que llevan años aprendiendo a lidiar con su hipocondría (actualmente
denominada ansiedad por la enfermedad), con problemas de ansiedad generalizada,
con obsesiones o trastornos obsesivos compulsivos, con sintomatología depresiva….
No es difícil imaginar cómo, las medidas de “emergencia” que se han activado, pueden
exacerbar la sintomatología, si la tienen actualmente, o reactivar síntomas y problemas que ya
habían superado.
Imaginemos a una persona que ha conseguido dejar de lavarse insistentemente las manos por
miedo a contaminarse, o a alguien que tiene obsesión por enfermar, ¿cómo crees que se
sentirán en este momento?
Es un momento para reflexionar sobre nuestras emociones. Esto no quiere decir “rumiar” o “no
parar de darle vueltas”, sino identificar que estamos sintiendo, saber cómo nos está afectado, y
actuar en consecuencia, no dejar que evolucione y se agrave.
Al igual que otros profesionales sanitarios, los psicólogos y psicólogas sanitarias ,
estamos comprometidos con la labor de aportar orientación, técnicas, conocimiento y
tratamiento, si fuera necesario, para realizar un adecuado afrontamiento psicológico, para evitar
que estas dificultades nos desborden o reconducir las consecuencias si ya nos están
afectando.
¡Actúa! La consulta con un psicólogo o psicóloga, puede hacer que pongas en marcha
estrategias que te permitan abordar eficazmente estas nuevas situaciones, identificando y
regulando las emociones que se produzcan.
No paramos de escuchar que en esta etapa de aislamiento social conviene (y es
muy cierto) mantener el “tono muscular” y por tanto hacer ejercicio físico. ¿Por qué
no preocuparnos también de mantener un buen “tono emocional”
También hay personas que tienen un alto rasgo de ansiedad, es decir, que tienden a
responder con ansiedad ante situaciones de incertidumbre. El Coronavirus está afectando a la
Economía de todos los países, y generando situaciones críticas en empresas de todo el
mundo.
Estas personas con alto rasgo de ansiedad podrían verse desbordadas por la situación
laboral, económica y familiar que genera esta pandemia.
Y no olvidemos a las personas que ya vivían aisladas previamente a esta situación. Personas a
las que les estaba costando mucho salir de una soledad no deseada  y que empezaban,
poco a poco, a realizar actividades sociales fuera de su casa.
Por último, hemos insistido en muchos de nuestros artículos en la íntima relación entre el
Cuerpo y la Mente, las Emociones y la Salud. Muchas personas, en esta nueva situación
que tanto les afecta psicológicamente, ven cómo se agrava la sintomatología y la vivencia de
una enfermedad previa –muchas veces crónica– que estaban padeciendo. Hablo de personas
con dolor crónico, colon irritable, enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer…
En un momento como el que estamos viviendo, atendamos a esta dualidad de la persona:
Cuerpo y Mente. Seamos conscientes de nuestras emociones y dediquemos tiempo a
identificarlas, comprenderlas y regularlas. Pero también, tengamos empatía con las personas
que son más vulnerables emocionalmente, prestémosles la atención, la comprensión y la
tolerancia que puedan necesitar.
Nuestro Equipo de Psicólogas, Psicólogos y Psiquiatras, ha escrito más de 300
artículos, con el objetivo de ayudar a comprender mejor la mente, el
comportamiento y la emociones. Es un buen momento para leer, y os sugerimos
elegir entre esas lecturas alguno de los artículos de nuestro Blog de Psicología.
Lecturas útiles para el afrontamiento psicológico ante el
Coronavirus

 Comprendiendo y afrontando las obsesiones.


 Rumiación o el laberinto de los pensamiento.
 Empatía: el puente de comunicación que salva nuestras diferencias.
 Comprende a tu soledad y conviértela en tu aliada.
 La preocupación excesiva o la búsqueda del alivio emocional.
 Comprendiendo y afrontando las obsesiones.
La gestión emocional en el afrontamiento psicológico
La posibilidad de que se vea afectada nuestra salud o la de nuestros seres queridos es una
fuente natural de preocupación y ansiedad.
Desde la Psicología conocemos la utilidad de todas las emociones, son adaptativas, nos
movilizan y nos ayudan a estimular cuidados y soluciones.
En las circunstancias actuales, serán muy frecuentes, en la mayoría de las personas,
emociones como la ansiedad, el miedo, la tristeza, el enfado o la impaciencia. Estas emociones
comparten entre si la función de preservar la vida y movilizarnos para defendernos de lo que
nos está amenazando –el Coronavirus en este caso–.
El miedo y la ansiedad nos ayudan a enfocarnos hacia las posibles fuentes de amenaza o
daño.
La incertidumbre, sobre cómo evolucionarán las cosas, sobre la información que nos llega,
cuánto durarán las medidas, si lo estamos haciendo bien…, nos impulsa a tratar de recuperar
la percepción de control, motivando la búsqueda de certezas, imaginando escenarios posibles y
evaluando los recursos con los que contamos.
La preocupación, es un proceso cognitivo y emocional que aparece ligado a todo lo
anterior. Tiene una función adaptativa y propicia actos mentales como prestar atención a las
potenciales consecuencias negativas o anticiparnos y prepararnos para hacer frente a esas
posibles situaciones.
La tristeza, es una respuesta normal ante la valoración de pérdidas. Tiene la función de
asimilar lo que nos está ocurriendo y nos permite reflexionar sobre cómo afrontar la situación.
La culpa, nos ayuda a tomar conciencia sobre actos y comportamientos que hubieran
generado daño o riesgo de daño, tanto para uno mismo como para las demás personas. Nos
impulsa a reparar los errores y rectificar, en definitiva, a responsabilizarnos y actuar en
consecuencia –mantener medidas de aislamiento y prevención, por ejemplo–.
El enfado, tienen la función de poner límites, defendernos de amenazas de daño y defender
nuestros derechos.
Todas estas emociones, aunque displacenteras, cumplen una función primaria adaptativa, sin
embargo, cuando la emoción sobrepasa unos niveles en intensidad y frecuencia, cuando no
responde a un motivo real y objetivo, o sobredimensiona el peligro, lejos de ayudar a la
protección y adaptación, pueden contribuir a incrementar la sensación de indefensión y
bloquearnos en la acción.
También, la extraordinaria situación que estamos viviendo, pone en juego nuestra capacidad de
comprometernos individual y colectivamente ante una amenaza común, y activa otras
emociones muy relevantes y útiles, y más placenteras: la esperanza, la confianza, la
solidaridad, la empatía, la unidad o el apoyo.
En situaciones como las que estamos viviendo, cada persona afronta las circunstancias de un
modo muy diferente, bien por sus características personales, psicológicas o emocionales,
bien por sus creencias o educación, por ejemplo, el modo en el que entienden las relaciones
sociales o el compromiso social.
De este modo, muchas personas sustituyen las acciones dirigidas a obtener una gratificación
individual inmediata, por otras que benefician a toda la comunidad, haciendo esfuerzos,
asumiendo costes y cumpliendo con rigor medidas muy incómodas.
En cambio, otras vulneran las medidas de aislamiento y salen a la calle a divertirse, o no
mantienen las distancias o comportamientos de seguridad.
Estas diferencias pueden generar conflictos entre las personas, sentimientos de injusticia,
incomprensión, culpa o indefensión.
La gestión emocional es una herramienta esencial en nuestra vida, y lo es más en
situaciones extraordinarias como la que estamos viviendo.
La clave es aprender a identificar, comprender y regular nuestras emociones. Y para hacerlo
destacaría dos estrategias fundamentales.
Dos estrategias de afrontamiento psicológico del
Coronavirus

1. Adoptar una actitud positiva de solución de problemas.


La situación que estamos viviendo está generando –y generará– muchas dificultades y
problemas. Es normal sentir miedo, incertidumbre, enfado o preocupación. Pero tenemos que
superar este primer estadio y disponernos a buscar soluciones. Sopesar los recursos a nuestro
alcance de un modo realista, centrarnos en lo que está bajo nuestro control. No anticiparnos
haciendo predicciones catastrofistas. Ajustar las expectativas sobre los resultados. Felicitarnos
por los avances. Colaborar y buscar apoyo. En definitiva, enfocarnos a la solución del
problema, adaptándonos a las circunstancias.
2. Generar, facilitar y propiciar emociones agradables.
Ante la dificultad, las emociones agradables nos van a ayudar, van a generar mayor
motivación, estímulo, más resistencia ante la adversidad –o resiliencia– .
Disfrutar de momentos de bienestar es clave para favorecer actitudes positivas al hacer frente a
los problemas, y gestionar de un modo más sereno y productivo las diferencias o conflictos con
otras personas o familiares, que puedan surgir en momentos tan delicados como estos.
Todas las estrategias y actividades que potencien y estimulen las emociones placenteras van a
ser fortalezas para el afrontamiento psicológico del Coronavirus. Al final del artículo os
proponemos un «Decálogo de Consejos para el afrontamiento emocional del
Coronavirus».

¿Os imagináis cómo viven esta situación personas con

trastorno obsesivo compulsivo que habían logrado por fin

dejar de lavarse compulsivamente las manos? Un artículo


dedicado a la vulnerabilidad emocional frente al

coronavirus CLIC PARA TUITEAR

Afrontamiento psicológico viviendo solos o solas

Es importante que el confinamiento en nuestros domicilios y la distancia social no se transforme


en aislamiento social y en sentimientos de soledad no deseada.
En la actual situación, cobra un sentido aun mayor potenciar el contacto social y la relación con
amistades, familiares, compañeros de trabajo… Utiliza la tecnología para fomentar estas
relaciones: teléfono, videoconferencias, compartir vídeos de nosotros y nosotras, cartas sobre
como nos sentimos, qué nos preocupa, compartir nuestras creaciones (pinturas, dibujos,
esculturas, montajes de vídeo…).
Participar en iniciativas solidarias que estén a nuestro alcance. O realizar actividades de ocio o
de entrenamiento en casa conectados a colectivos a través de videoconferencia o redes
sociales, o compartiendo los logros realizados con amigos a través de las redes sociales.
Todas estas acciones compartidas incrementarán la sensación de pertenencia y comunidad.
Afrontamiento psicológico en familia

Esta situación, para muchas familias que han pasado de verse un tiempo limitado a estar todo
el día juntos, está suponiendo una reformulación del concepto de familia.
Vamos a sentir y a descubrir nuevos aspectos de nosotros, de nuestra pareja y de nuestros
hijos e hijas.
Sentiremos alegrías con ellos, pero también aparecerán emociones displacenteras y
conflictivas, que antes podíamos evitar, –yéndonos de casa, por ejemplo–, y que ahora nos
vemos en la necesidad de compartir y afrontar.
Ser conscientes de que todo ha cambiado es un punto de partida fundamental para gestionar
emocionalmente esta nueva situación.
En este nuevo contexto, en el que no podemos eludir o retrasar durante mucho tiempo la
resolución de un estado emocional, ya que vamos a estar muchos días juntos, van a ser
esenciales tres claves:
 La comunicación en la pareja.
 La empatía.
 El valor de la regulación emocional en nuestra vida.
La familia junta en casa

En estas nuevas circunstancias, nuestra propia familia puede ser una novedad. Las actividades
y obligaciones cotidianas y habituales: estudiar, trabajar, jugar…, ahora se hacen
constantemente al lado de nuestra pareja y nuestros hijos.
Ya no hay espacios diferenciados que nos “liberen” de la interacción constante, y que nos
permitían, por ejemplo, mostrar nuestro mal humor en un lugar que no afecte a la familia. O
permitirnos estados emocionales que solemos ocultar a otras personas, incluso a nuestra
pareja e hijos.
Esto puede ser estresante, algo que nos genere angustia, o una ocasión de aprender, de
mostrarnos más naturales, tal y como somos, aprendiendo a identificar y gestionar las actitudes
o comportamientos que pueden generar malestar y que antes, sencillamente evitábamos
afrontar.
Es una frase muy conocida y utilizada, tanto que ha perdido su valor, pero no me resisto a decir
que situaciones como esta son una oportunidad, una oportunidad de mejorar nuestros
vínculos afectivos, aprender a ser más naturales y sinceros o sinceras, a practicar la empatía y
la tolerancia, a comunicarnos mejor, a aprender más de los nuestros y de nosotros.
Pero hay que actuar. Una situación nueva requiere de nuevas acciones, de planes, de
imaginación, de motivación.
Ideas para estimular las buenas emociones en familia

Hacer un planning familiar y colgarlo en un lugar visible (puerta del salón, nevera…), que
recoja las necesidades, actividades de cada uno de los miembros de la familia y de las
actividades conjuntas de toda la familia, y otras que potencien la convivencia. Servirá para
saber cuando alguien está trabajando y no interferir; cuando podemos hablar o no con los
amigos, dependiendo de que haya “reunión” familiar, etc. Esto es especialmente útil para los
hijos.
Por ejemplo: todos los días mamá trabaja de 8 a 14 h y papá de 15 a 20 h. en el despacho; el
lunes a las 12:00 Juan ve sus dibujos; el martes a las 20:00 todos juntos cocinamos la cena por
petición de Mario, a las 16:00 vemos una película en inglés con mama, a las 12:00 de lunes a
viernes 1 hora de baile o deporte en casa con papa, el miércoles debate en familia…, el
domingo comida especial juntos para hablar sobre lo que cada uno tiene que hacer en la
semana que entra.
Reservar espacios y poner reglas, para momentos individuales y privados.
Por ejemplo: los miércoles de 16:00 a 18:00 necesito el salón para reunión y silencio. Todos los
días de 20 a 21 estaré en mi habitación para hablar con mi pareja o amigos online, y que nadie
entre…
Usar la creatividad, estimular la imaginación, hacer una “lluvia de ideas” en familia, dejad fluir
propuestas que, aunque en principio os parezcan absurdas, quizá se pueden convertir el algo
estimulante (crear una empresa familiar de venta por internet) o divertidas (proponer concurso
de actividades con otras familias).
Establecer un día de reunión familiar para revisar cómo está la familia, para ajustar la
organización, detectar otras necesidades que hayan podido surgir, para tener un espacio para
expresar cómo está cada miembro de la familia.
Una nueva situación con los más pequeños
Los pequeños y las pequeñas necesitan nuestro afecto, cercanía, calma, paciencia y un tiempo
de dedicación exclusivo y en familia.
Que no perciban inferencia a pesar de tener que realizar otras tareas. Necesitan la certeza de
que tendremos momentos del día dedicados a ellos, y que podrán expresar lo que sienten, que
se les va a escuchar, que se va a jugar con ellos. Y sobre todo, que sientan que se les quiere,
se les protege y cuida, y que esta o cualquier situación, no va a cambiar eso.
A los pequeños de la casa hay que explicarles que es esta enfermedad y por qué tienen que
estar en casa para adaptarse a la nueva situación. La información que les demos tiene que ser
sencilla, que perciban que en casa van a estar bien.
Tengamos en cuenta la etapa evolutiva en la que se encuentran:
 Antes de los 6 años no sabrán muy bien por qué hay que estar en casa.
 A partir de los 7-8 años empiezan a adquirir más vocabulario, conocimientos del cuerpo
humano y entienden que pueden enfermar. Necesitarán más explicaciones y darles
tranquilidad.
 A los 9-10 años ya adquieren el concepto de enfermedad e irreversibilidad de la
muerte. A esa edad serán más conscientes de los riesgos que supone esta enfermedad. Darles
seguridad.
Consejos útiles para organizarnos con los pequeños de la
casa

 Normalizar la situación. Explicarles que estamos en casa por la especial situación de


todo el país, no de vacaciones. Animarles a que os pregunten sus dudas, que expresen sus
necesidades y sus emociones. Establecer unos momentos al día para que puedan hacerlo.
 Comunicarles que vamos a aprovechar la oportunidad para organizar y planificar
actividades del colegio, que seguirán aprendiendo, pero que también habrá tiempo para
actividades divertidas, tanto para ellos, como en familia.
 Fijar tareas que se puedan realizar. No sobrecargarles ni dejar que no hagan ninguna.
Combinar actividades dirigidas con actividades libres.
 Si hay más de un niño o niña en casa, y tienen diferente edades, necesitan tiempo de
exclusividad, con hermanos y hermanas y en familia. Cuanto más pequeños sean, más
necesitarán de vosotros.
 Tanto si trabajáis fuera de casa o en casa, decirles el tiempo que dedicaréis a vuestro
trabajo, y cuándo vais a parar para estar con ellos. Si tenéis que salir de casa, darles seguridad
sobre que os cuidareis.
 Mantener algunas rutinas similares a las que tenían, compaginándolas con nuevas. Si
hay rutinas, se regularán mejor emociones como el aburrimiento, tristeza, el estrés o la
ansiedad, que pueden aparecer tanto en los padres y madres como en los menores.
o Ritmos de sueño, de higiene personal, horarios de comida.
o Participar en las tareas de casa: poner la mesa, quitarla, recoger su cuarto, sus
juguetes…
o Establecer un horario de deberes del colegio, para ver películas solos o en
familia, o dibujos, juego libre, o conjunto, actividades en familia (juego de mesa, cocinar, jugar
al escondite), actividad física (yoga, bailar).
o Establecer el tiempo de uso del móvil, tablet o consolas a la semana y en el fin
de semana.
Organizándonos con los hijos e hijas adolescentes

Las características especiales de la Adolescencia pueden ponerse en evidencia en estas


circunstancias. Es importante comprender esta etapa adolescente, empatizar con vuestros hijos
e hijas para el bienestar de toda la familia. Os recomendamos la lectura «Conoce los
aspectos psicológicos de la Adolescencia».
 Fomentar espacios para hablar de la situación de cambio que estamos viviendo.
La mayoría de los adolescentes están en contacto continuo con la información a través de las
redes sociales y de internet, pero esta puede no ser realista. Es importante ayudarles a
entender e interpretar correctamente la información para que no la minimicen o exageren,
llevándoles a comportamientos no recomendables.
 Darles una información real y actualizada, sin alarmarles en exceso, pero sin caer
en el proteccionismo. Si hay algo a lo que no sabemos responder, darle normalidad sin mentir
al respecto e intentar buscar juntos la respuesta. Transmitir siempre seguridad y sensación de
control, y facilitar que puedan preguntar sus dudas.
 Dejar que expresen cómo se sienten y normalizar el miedo como algo adaptativo.
Es normal sentir miedo y otras muchas emociones, enseñarle el lado bueno de sentirlas.
Pueden sentirse asustados e indefensos, y ocultarlo. Otros sin embargo se mostrarán
alarmados, pudiendo incluso hacer preguntas acerca de catástrofes, número de muertes, etc.
 Ayudarles a gestionar su tiempo y sus horarios. Les va a resultar más difícil hacerlo
por si mismos. Favorecer rutinas diarias hará que se adapten mejor a la situación hasta que se
reanuden las clases (tiempo de estudio, deberes o lectura en casa, colaboración en tareas
domésticas, etc.). Establecer un orden temporal en sus conductas diarias: primero hacer las
“obligaciones” y posteriormente las actividades de ocio o juego (ordenador, videojuegos, etc.).
 Fomentar el uso responsable y limitado de la tecnología evitando que se convierta
en un entretenimiento constante e indiscriminado.
 Animarles a que estén en contacto social con sus amistades y compañeros de
clase, por videollamada o telefónicamente, así como con familiares que estén fuera de casa.
 Fomentar su conciencia social. Este es un buen momento.

El aislamiento social es una medida necesaria, pero cómo

adaptarnos emocionalmente a esta nueva y extraordinaria

situación en la que pilares fundamentales de nuestra vida

han cambiado de repente. ✅ GUÍA de ORIENTACIÓN

EMOCIONAL CLIC PARA TUITEAR

10 Consejos para el afrontamiento psicológico del


Coronavirus
Clic para ampliar

Os proponemos un decálogo de consejos muy útiles para el afrontamiento psicológico de esta


situación que ha creado el Coronavirus, especialmente si eres una persona con
mayor vulnerabilidad emocional.
1. Observa tus emociones, acéptalas, no te asustes por sentirlas, permítete estar mal,
normalízalo y compártelo con los tuyos. Si las emociones son intensas y te bloquean, si tus
miedos anticipatorios y tu angustia dirigen tu día, si estás en un momento de mayor
vulnerabilidad emocional, pide ayuda a una psicóloga o psicólogo.
2. Revisa cómo afrontas esta situación. Céntrate en lo que sí puedes hacer y no en tus
limitaciones. Busca soluciones, no anticipes, céntrate en datos objetivos.
3. Refuérzate por cada tarea, dificultad, meta u objetivo que estés logrando superar,
por pequeño que pueda parecerte. Esta situación, sin duda, es una experiencia dura pero
puede ser muy enriquecedora y de gran crecimiento personal.
4. Sonríe, propicia el buen humor, oriéntate hacia lo bonito, divertido y agradable. Pon
tu atención en descubrirlo. Esto tiene un final. Afortunadamente hay muchas cosas que nos
pueden generar gratificación. Ríete, no te olvides del humor, de las actividades divertidas.
Retoma actividades pendientes, haz todo aquello que siempre deseaste hacer pero que por
falta de tiempo nunca haces.
5. Organízate. Establece rutinas y planes diarios. Realiza y cumple planes, verás que
logras mayor sensación de control y normalidad.
6. Mantén el contacto social que te permite esta situación: teléfono, videoconferencia,
conversaciones por el patio de luces…
7. Selecciona cuándo, cuánto y cómo informarte sobre el Coronavirus. Dedica el
tiempo justo y hazlo en fuentes oficiales y fiables.
8. Fomenta la empatía, la comunicación y el acercamiento con los tuyos.
Considéralo un momento para unir y fortalecer tus vínculos.
9. Mantén tu actividad física. Pon imaginación o busca información para “entrenar en
casa”. Compártelo con los tuyos. Conéctate a alguna clase virtual, haz estiramientos, camina
por casa, sube y baja escaleras, baila. Sentir que nos cuidamos aumenta nuestra percepción
de control y satisfacción, y la actividad física, libera endorfinas que reducen nuestro estrés, y
mejoran nuestro ánimo.
10. Alimenta tu mente, aprovecha este tiempo para aprender (cursos online) y
enriquecerte (música, lectura, visitas virtuales a museos, exposiciones…). Esto te ayudará a
estar entretenido y distraído y aumentará tu satisfacción personal.

DECÁLOGO de ORIENTACIÓN EMOCIONAL frente a la

situación creada por el coronavirus. Dirigida, especialmente,

a personas con mayor vulnerabilidad emocional CLIC PARA

TUITEAR

Conclusiones

En el afrontamiento psicológico de cualquier dificultad es importante tener perspectiva de la


situación, verla desde diferentes prismas, en especial ver sus aspectos menos negativos,
incluso los positivos. Por eso, te sugiero que no pierdas de vista el objetivo principal de todas
las medidas de contención que tanto nos están afectando, siéntete parte fundamental de un
colectivo mundial de personas, unidas para vencer una epidemia. Como ciudadano o
ciudadana, ¿cuándo hemos tenido un papel tan activo, útil y de tanta responsabilidad?
Y recuerda que las Psicólogas y Psicólogos Sanitarios estamos a tu disposición
para ayudarte y orientarte en el afrontamiento psicológico y emocional de este
extraordinario momento de nuestra vida. Os deseamos las mejores emociones.
Sugerencias de espacios virtuales de arte y cultura

 Google Arts & Culture: Un espacio para visitar virtualmente los museos y las obras
de arte, con herramientas de aproximación a los cuadros muy interesantes.
 España Cocina Abierta: Un recorrido por la gastronomía y alta cocina española y
sus chefs más representantes.
 Patrimonio Universal en Peligro : Cómo los lugares de interés cultural de todo el
mundo hacen frente a la amenaza climática.
Un artículo del Equipo de Psicología de Área Humana

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