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Distribución HIDRICA
Según HENDRIKS, Jan el Perú tiene una gran abundancia de recursos hídricos. Sin embargo, esta
disponibilidad se encuentra muy mal distribuida en el tiempo y espacialmente. La Vertiente del
Pacífico (Costa peruana y estribaciones de cordillera) abarca el 22% del territorio nacional, alberga
más del 65% de la población, pero solamente cuenta con el 1,8% de la disponibilidad total de agua
del país. La Costa depende en gran medida de las descargas hídricas provenientes de la Sierra
Occidental; en este sentido, debe tomarse en cuenta que en casi todos los ámbitos de la Sierra se
presenta escasez de lluvias durante el periodo de marzo a noviembre, provocando problemas de
disponibilidad de agua en la propia Sierra como también en ámbitos de la Costa. De las aprox. 1
´750.000 hectáreas con infraestructura de riego al nivel del país, 1´100.000 hectáreas se ubican en la
Costa Peruana; de éstas últimas, sólo unas 850.000 ha son cultivadas efectivamente. De éstas, aprox.
625.000 ha se emplazan en la franja costera norte, desde Lima hasta la frontera con el Ecuador; el
94% de esta área agrícola forma parte de sistemas de riego con tamaño mayor a 10.000 hectáreas.
Casi 500.000 ha cultivadas bajo riego se ubican en la zona costera al norte de la cuenca del río Santa,
es decir, no reciben aporte hídrico proveniente de glaciares. En la franja costera sur, desde Lima
hasta la frontera con Chile, se encuentran cerca de 250.000 hectáreas cultivadas bajo riego. Aquí, los
sistemas de riego tienen generalmente una envergadura menor: solamente 7 sistemas alcanzan un
tamaño de 10.000 hectáreas (totalizando el 56% del área regada en la costa sur).
POLÍTICA
ECONOMIA
Para el Perú el riego es un elemento fundamental para la producción agrícola, las exportaciones, la
seguridad alimentaria y el empleo. El sector agropecuario en su conjunto da empleo a más de un
cuarto de la fuerza laboral total (casi tres cuartos en las zonas rurales)1 (INEI, 2017) y contribuye con
cerca del 4,5% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 9% de las exportaciones totales (BCRP, 2017).
Dentro de este sector, el rol productivo del riego es prominente, contribuyendo con
aproximadamente dos tercios del valor de la producción agrícola y en un porcentaje aún más
elevado para las exportaciones correspondientes. El riego constituye también un importante motor
para la reducción de la pobreza y, de manera general para el mejoramiento de la calidad de vida de
las poblaciones rurales. Las zonas rurales concentran más de la mitad de la población que se
encuentra en situación de pobreza a nivel nacional y el 80% de la población que vive en condiciones
de extrema pobreza (INEI, 2017). A su vez, más de la mitad de la población rural es pobre y cerca de
un cuarto es extremadamente pobre (INEI, 2017). Esta población, depende en su gran mayoría de la
actividad agropecuaria; directamente, a través de la producción para autoconsumo y para la venta
del exceso en los mercados, y como fuente de empleo, para ocuparse como trabajador agrario. El
riego permite incrementar el valor de la producción agrícola y estabilizar la producción y los precios
agrícolas; generando empleos, mejorando los ingresos de los agricultores y sus trabajadores y
contribuyendo a la seguridad alimentaria en el país.
El desempeño de la agricultura regada depende en gran parte de la calidad del servicio de riego y
drenaje. En términos generales, un buen servicio de riego y un sistema de riego moderno se
caracterizan por la fiabilidad, flexibilidad, uniformidad/equidad y eficiencia del suministro de agua a
las parcelas y plantas. De igual forma, un buen servicio de riego debe permitir evacuar el exceso de
agua y disolver los contenidos de sal presentes en la superficie y en el subsuelo, con el fin de no
afectar negativamente el crecimiento de las plantas.
ADMINISTRACION
Los sistemas de carácter colectivo, integrados por múltiples usuarios y atendiendo a múltiples
predios representan más de 95% del área regada14. Estos sistemas son administrados por
organizaciones de usuarios de agua (OUA), excepto en muy pocos casos (alrededor de 5% del área
regada15) cuando se cuentan con Proyectos Especiales o empresas privadas bajo concesión, en
nuevas irrigaciones, en los cuales la administración del sistema se hace de manera directa por
grandes empresas agrícolas sin pasar por una OUA. En la mayoría de los sistemas de riego regulados,
los Proyectos Especiales son encargados del desarrollo y de la administración de la infraestructura
hidráulica mayor, generalmente de carácter multisectorial. Empresas privadas pueden también
desarrollar y operar nuevos sistemas de infraestructura hidráulica mayor y riego bajo contrato de
concesión.
INVERSIÓN Y GASTO PÚBLICO EN RIEGO
Las inversiones en riego y drenaje requieren recursos financieros importantes, tanto privados como
públicos para su expansión, rehabilitación, modernización y adaptación al cambio climático, de
acuerdo con los planes de desarrollo de la infraestructura hidráulica
Los recursos disponibles para la inversión pública en riego son relativamente importantes. La
inversión pública en el área del riego ha alcanzado un promedio anual que fluctúa entre los USD 600
y los 700 millones anuales en los últimos 4 años, lo que representa alrededor del 5,9% de la
inversión pública total y el 64% de la inversión en la función agropecuaria.
Los Proyectos Especiales (PE) comenzaron a implementarse hace más de 50 años. De ellos depende
más de 20% del área actualmente bajo riego; principalmente en la costa y hoy en día, representan
alrededor de 20% de la inversión pública anual en riego. De sus culminaciones, depende, en gran
medida, el incremento futuro de las áreas regadas en esta zona. Inicialmente, los PE enfocados al
riego, tenían como objetivo principal, el incremento del área regada para una agricultura familiar de
mercado con tamaño de parcelas media, así como el mejoramiento del suministro de agua en
sistemas existentes.(Majes Siguas, Olmos, Chira Piura, Tinajones, etc.)
El diagnóstico del sector al que se llegó a partir del estudio, ha evidenciado la presencia de
deficiencias importantes en la planificación y priorización de las actuaciones en materia de riego.
Algunos ejes fundamentales de los que depende el futuro del sector no parecen recibir la atención
adecuada.
En relación con lo anterior, se recomienda que las políticas e inversión pública en materia de riego
disminuyan el sesgo hacia la infraestructura y considere de manera más integral y equilibra las
diferentes facetas de la agricultura regada.
Mejorar la coordinación: incentivar y apoyar a los Gobiernos Regionales y Locales para que apliquen
y hagan cumplir las políticas nacionales y participen activamente en el sistema de información
nacional sobre el riego
Las inversiones en riego y drenaje, tanto de origen privado como público, requieren recursos
financieros importantes para su expansión, rehabilitación, modernización y/o adaptación al cambio
climático, de acuerdo con los planes de desarrollo de la infraestructura hidráulica Sin embargo, la
mayor parte de las OUA cuentan con una capacidad de inversión muy limitada, lo que ha generado
un proceso de deterioro de la infraestructura hidráulica.
CONCLUSIONES
El riego en el Perú constituye una actividad fundamental por su participación en el Producto Interior
Bruto, las exportaciones, la seguridad alimentaria y la generación de empleo, en especial en zonas
afectadas por la pobreza. También es un sector clave para la gestión de los recursos hídricos y para
la adaptación al cambio climático. La operación de los sistemas de irrigación existentes y la
ampliación de las áreas bajo riego enfrentan diversos problemas, como la escasez y variabilidad de
los recursos hídricos agravados por el cambio climático, la debilidad de las organizaciones de
usuarios, un marco legal no siempre adaptado a la realidad del terreno, un Ministerio de Agricultura
con dificultades para asumir el rol de ente rector, y una inversión pública con limitaciones en cuanto
a su relevancia, calidad, y sostenibilidad, especialmente a nivel descentralizado.