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PLAN-DE-TESIS - Comunicación Familiar y Problemas Conductuales Corregido y Actualizado
PLAN-DE-TESIS - Comunicación Familiar y Problemas Conductuales Corregido y Actualizado
PLAN DE TESIS
RELACIÓN ENTRE LA COMUNICACIÓN FAMILIAR Y LOS PROBLEMAS
CONDUCTUALES EN ADOLESCENTES DEL NIVEL PRIMARIO DE LA
INSTITUCIÓN EDUCATIVA MANUEL BENITO LINARES ARENAS DEL
DISTRITO DE SOCABAYA, AREQUIPA, 2018
PRESENTADO POR:
BACH.
AREQUIPA – PERÚ
2018
1
ÍNDICE
CARÁTULA
ÍNDICE………………………………………………………………………………iii
ÍNTRODUCCIÓN.......................................................................................................vi
1.5.2 Importancia...................................................................................................13
2
1.6. Factibilidad de la investigación...........................................................................13
1.7. Limitaciones.........................................................................................................14
4.3.1 Población.....................................................................................................69
4.3.2 Muestra.....................................................................................................69
INVESTIGACIÓN.....................................................................................................76
5.2 Presupuesto...........................................................................................................76
5.3 Cronograma...........................................................................................................77
ANEXOS ....................................................................................................82
MATRIZ DE CONSISTENCIA.................................................................................83
INTRODUCCIÓN
4
Este trabajo de investigación tiene como objetivo principal determinar la relación entre la
Comunicación Familiar y los Problemas Conductuales en estudiantes del nivel secundario
de la Institución Educativa Jorge Basadre, Arequipa, 2017 y cuyos objetivos específicos
son: Identificar el tipo de Comunicación Familiar en estudiantes del nivel secundario;
identificar los Problemas Conductuales más frecuentes en estudiantes del nivel secundario;
comparar la Comunicación Familiar de la madre y del padre en estudiantes del nivel
secundario e identificar las diferencias de problemas conductuales según sexo y grado de
estudios en estudiantes del nivel secundario de la Institución Educativa Jorge Basadre,
Arequipa, 2017.
Los problemas conductuales son alteraciones del comportamiento, que a veces son
diagnosticados en la infancia, se caracterizan por un comportamiento antisocial que viola
las normas y reglas adecuadas para la edad. Estos problemas de conducta en la
adolescencia se pueden complicar porque aparecen en una etapa de la vida turbulenta en la
que surgen conflictos y tensiones con facilidad.
Se ha observado que los adolescentes y/o estudiantes del tercero al quinto de secundaría, de
la Institución Educativa Jorge Basadre del distrito de José Luís Bustamante y Rivero,
manifiestan conductas como la irresponsabilidad, el comportamiento trasgresor, bajo
rendimiento escolar, agresión física hacia otros, además de problemas de agresión, robo,
relación con sus demás compañeros, entre otros.
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Cuando los problemas se complican y los padres no pueden abordarlos, en el afán de
proteger a sus hijos, dejan de ser un modelo para ellos; por otro lado, se considera un
problema en la adolescencia que la familia y la educación tratan de resolver.
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CAPÍTULO I
En este sentido las sociedades europeas han experimentado un aumento de las conductas
agresivas y violentas en los niños y adolescentes en los últimos años. En España, por
ejemplo, han aparecido noticias inéditas en los medios de comunicación acerca de
muchachos que matan a sus padres o a otros adultos sin un motivo aparentemente
concreto. Por otra parte, las consultas por trastornos de conducta en jóvenes y
adolescentes de ambos sexos se han multiplicado en los servicios psicológicos.
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En este sentido, en la ciudad de Arequipa, específicamente en el distrito de José Luís
Bustamante y Rivero, donde se encuentra ubicada la Institución Educativa Jorge
Basadre, donde llevaremos a cabo la presente investigación; se ha observado que los
adolescentes del tercero al quinto de secundaría, manifiestan conductas como la
irresponsabilidad, el comportamiento trasgresor, bajo rendimiento escolar, agresión
física hacia otros, además de problemas de agresión, robo, relación con sus demás
compañeros, entre otros.
Por lo tanto, se vio por conveniente realizar esta investigación sobre la comunicación
familiar relacionada a los problemas de conducta, ya que se ha observado que la falta de
comunicación familiar en los adolescentes, ocasiona problemas en su comportamiento,
en la medida en la que un adolescente rebelde vaya generalizando malos
comportamientos, la relación familiar se complica y el adolescente conflictivo es más
reacio al cambio. Necesita seguir confiando en sus padres y que estos sigan siendo un
modelo.
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1.2. Delimitación de la Investigación
A. Comunicación familiar
B. Problemas conductuales
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otro lado, existen problemas conductuales como la desobediencia, que sin
ser un trastorno diagnostico según los principales manuales clasificatorios
diagnósticos, es un problema frecuente que requiere de intervención. (DSM,
2002)
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d) ¿Existen diferencias de problemas conductuales según sexo y grado de
estudios en estudiantes del nivel secundaria de la Institución Educativa Jorge
Basadre, Arequipa, 2017?
1.5.1. JUSTIFICACIÓN
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Una característica de las relaciones familiares es que ha sido frecuentemente
relacionada con el bienestar y el desarrollo posterior de los hijos, es su capacidad
para generar una arquitectura de relaciones basadas en el afecto y la expresión
libre de los sentimientos. El apoyo de la familia permite el desarrollo de recursos
de afrontamiento de la edad adolescente. Durante la adolescencia, la red de apoyo
se amplía y posibilita que la persona obtenga aceptación de otras personas y de la
sociedad. Sin embargo, esta comunicación familiar no siempre es placentera y a
menudo viene salpicada de conductas no adaptativas (delincuencia,
comportamiento agresivo, abuso en el consumo de drogas, entre otras). Por lo que
esta investigación resulta importante.
1.5.2. IMPORTANCIA
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1.7. LIMITACIONES
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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES INTERNACIONALES
16
se analiza el apoyo social como un recurso protector para el ajuste de los
adolescentes. Concretamente, se estudian tanto los efectos directos como los
mediadores del apoyo social entre las características de funcionamiento y
comunicación familiar y el consumo de sustancias de los adolescentes. Con
este objetivo, 431 chicos y chicas de 15 a 17 años cumplimentaron una
batería de instrumentos para la medida de las variables de funcionamiento y
comunicación familiar, apoyo social percibido y la estimación de consumo
de sustancias. Los resultados muestran que el apoyo procedente del padre
predice negativamente el consumo mientras que el procedente de la pareja
del adolescente lo hace de forma positiva. Sin embargo, el apoyo social no
media la relación entre características familiares y consumo de sustancias.
Finalmente, diferentes explicaciones e implicaciones teóricas y
metodológicas de estos resultados son discutidas.
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007) realizaron la
investigación titulada Estilos de Comunicación Familiar, Actitud hacia la
autoridad institucional y conducta Violenta del adolescente en la escuela.
El presente estudio tiene como objetivo analizar la relación existente entre
determinados factores familiares y escolares, la actitud del adolescente hacia
la autoridad institucional y la conducta violenta en la escuela. La muestra se
compone de 1.049 adolescentes de ambos sexos y edades comprendidas
entre los 11 y los 16 años. Para el análisis de los datos se ha calculado un
modelo de ecuaciones estructurales. Los resultados indican que existe una
estrecha asociación entre la comunicación negativa con el padre y la
conducta violenta en la adolescencia. Los datos también sugieren que las
expectativas del profesor inciden en la actitud del alumno hacia la autoridad
institucional, que a su vez se encuentra estrechamente vinculada con la
conducta violenta en la escuela. Por último, encontramos una influencia
indirecta del padre, la madre y el profesor en el comportamiento violento
del hijo-alumno, fundamentalmente a través de su efecto en el autoconcepto
familiar y escolar.
Jiménez, T., Murguía, S. Estévez, E. y Musitu, G. (2007) realizaron la
investigación titulada Comunicación Familiar y Comportamientos
delictivos en Adolescentes Españoles: el doble rol mediador de la
autoestima. El presente estudio analiza las relaciones entre la comunicación
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familiar (comunicación abierta o problemática), la autoestima considerada
desde una perspectiva multidimensional (autoestima familiar, escolar, social
y física) y los comportamientos delictivos en adolescentes. Se utilizan dos
muestras independientes: la primera está constituida por 414 chicas y chicos
de 12 a 17 años y la segunda por 625 chicas y chicos de 11 a 20 años. Se
observa, en las dos muestras, una influencia indirecta de la comunicación
familiar en el comportamiento delictivo a través de una mediación de la
autoestima. Además, se observa, tanto un efecto protector de las autoestimas
familiar y escolar frente a la implicación en comportamientos delictivos,
como un efecto de riesgo de las autoestimas social y física.
Torres, A., Mestas, M. y Del Barrio, V. (2004), realizaron la investigación
titulada Los problemas de conducta exteriorizados e interiorizados en la
adolescencia: Relaciones con los hábitos de crianza y con el temperamento.
La investigación se ha realizado sobre la base de una muestra aleatoria de
531 adolescentes de edades comprendidas entre los 12 y 16 años, que
representan a la población general. El objetivo que pretende es analizar la
relación entre los problemas de conducta del adolescente y algunas variables
del entorno socio familiar como la estructura familiar, la clase social y los
estilos educativos de los padres. Asimismo, se analiza el peso que la
estructura de la personalidad y/o la crianza tiene en la manifestación de los
problemas conductuales de los hijos. Los resultados muestran que los
problemas conductuales en las dimensiones exteriorizada e interiorizada
están muy relacionados con los hábitos de crianza, principalmente, con los
factores de Disciplina, Apoyo y Autonomía. Igualmente, las variables socio-
familiares como la clase social y la estructura familiar mantienen una
conexión significativa con la emisión de las conductas antisociales.
Parra, A. y Oliva, A. (2002), Comunicación y conflicto familiar durante la
adolescencia. El principal objetivo de esta investigación fue estudiar los
patrones de comunicación y conflicto familiar durante la adolescencia. Una
muestra de 221 chicos y 292 chicas de edades comprendidas entre 13 y 19
años completaron un cuestionario que incluía medidas de la frecuencia de la
comunicación con sus progenitores, la frecuencia de aparición de episodios
conflictivos, la intensidad emocional con que dichos conflictos eran
percibidos, y la autonomía funcional adolescente. El trabajo aporta
18
resultados interesantes. Por un lado, refleja una imagen de la dinámica
familiar menos dramática de la que podría existir en la sociedad actual, ya
que los adolescentes afirman no tener grandes conflictos con sus
progenitores. Por otro lado, nuestros resultados revelan importantes
diferencias de género, presentando las chicas mayor frecuencia de
comunicación, menor tasa de conflictos con sus progenitores y menor
autonomía para decidir sobre diferentes aspectos. Con respecto a la
evolución a lo largo de los años, la frecuencia de los conflictos parece
descender ligeramente mientras que la comunicación parece aumentar,
sobre todo para las adolescentes. Finalmente, nuestros resultados han puesto
de manifiesto una interesante relación entre la frecuencia de aparición de
conflictos y la intensidad emocional con que son percibidos por los
adolescentes.
Caballero, M. (2003) Comunicación Familiar y Bienestar Psicosocial en
Adolescentes. En este trabajo se analizan algunos aspectos relacionados con
la comunicación entre padres e hijos adolescentes. Por una parte, se
exploran las posibles diferencias en comunicación padres-hijos en función
de la edad y el sexo del adolescente; y, por otra, se analiza la relación entre
la calidad de esta comunicación y dos importantes indicadores de bienestar
psicosocial, como son, la autoestima y el ánimo depresivo. La muestra de
esta investigación está constituida por 1047 adolescentes de ambos sexos,
con edades comprendidas entre los 12 y los 20 años. Los instrumentos
utilizados son el cuestionario de comunicación familiar de Barnes y Olson
(1982), el cuestionario de autoestima de García y Musitu (1998) y el
cuestionario de ánimo depresivo CES-D (Radloff, 1977). Los resultados que
se presentan en este trabajo permiten señalar la existencia de diferencias en
la comunicación padres-hijos en función del sexo y edad del adolescente, al
tiempo que confirman la importancia de la calidad de esta comunicación en
el adecuado ajuste psicosocial del adolescente.
Lemos, S., Vallejo, G. y Sandoval, M. (2002) realizaron la investigación
titulada Estructura Factorial del YouthSelf-Report (YSR). Se han realizado
análisis de componentes principales y rotación varimax para cada sexo con
los ítems del YSR (Achenbach, 1991) que describen conductas problema,
sobre una muestra de 2.833 estudiantes de 11 a 18 años. A partir de los
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nueve factores de primer orden derivados para cada sexo, se derivaron los
siguientes ocho síndromes centrales, que resultaron ser algo diferentes a los
obtenidos por Achenbach: Depresión, Agresividad verbal, Conducta
delictiva, Problemas de pensamiento, Quejas somáticas, Problemas de
relación social (aislamiento), Búsqueda de atención y Conducta fóbico-
ansiosa. A partir de dichos síndromes se obtuvieron dos factores de segundo
orden que corresponden a psicopatología internalizante vs. externalizante
(es decir, trastornos emocionales / trastornos de conducta), coincidentes con
los obtenidos en otros análisis multi variados.
ANTECEDENTES NACIONALES
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correlación baja y directa (“r” = ,022). Sin embargo, estos hallazgos no son
significativo (p > .05).
Araujo, E. (2007) realizó la investigación titulada Comunicación con los
padres y factores de personalidad situacional en adolescentes de Educación
Superior. Se aplicó el Cuestionario de personalidad situacional de Fernández
y Cols., y el cuestionario de Comunicación Padres – Adolescentes de Barnes
y Olson a 222 estudiantes (15 – 18 años) de los tres primeros ciclos de
psicología de una universidad privada de Lima. Los resultados muestran
niveles relativamente bajos en las dimensiones de comunicación con ambos
padres pero niveles dentro de lo normal en los rasgos de personalidad.
Aparecen diferencias entre géneros en el nivel de algunos de estos rasgos.
Así mismo, se hallaron correlaciones significativas entre los distintos rasgos
de personalidad y determinados indicadores de comunicación.
Araujo, E. (2008) realizó la Investigación titulada Comunicación padres –
adolescentes y estilos y estrategias de afrontamiento del estrés en escolares
adolescentes de Lima. Se realizó un estudio en 117 escolares de secundaria
de Lima (65 varones) para determinar si existe relación entre el nivel de la
comunicación del adolescente con sus padres y su capacidad de
afrontamiento al estrés. Se empleó la Escala de Afrontamiento para
adolescentes (ACS) de Frydenberg y Lewis y la Escala de Comunicación
Padres – Adolescentes de Barnes y Olson. En ambos géneros, la calidad de la
comunicación es mejor con la madre que con el padre. Los varones
obtuvieron puntuaciones más altas en el estilo de afrontamiento dirigido a
resolver el problema (t=2.059; p<,05) y recurren con mayor frecuencia que
las mujeres a las estrategias de invertir en amigos íntimos (t= 2,486; p<,05),
ignorar el problema (t=2,554; p<,05), reservarlo para sí (t=3,084; p<01) y
distracción física (t=2,254; p <05). La apertura de la comunicación, ya sea
con el padre o con la madre se relaciona positivamente con resolver el
problema y esforzarse (p<,05 o p<,01). Algunas otras estrategias se
relacionaron también con la apertura o los problemas de la comunicación. En
la discusión se enfatiza la asociación entre la calidad de la comunicación
padres – adolescentes y el desarrollo en el adolescente de estrategias de
afrontamiento dirigidas a la solución del problema.
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Juárez, J. (2016) presento su tesis titulada Comunicación familiar y nivel de
conducta agresiva en los estudiantes del 6to grado del nivel primario de la
I.E. “Luisa del Carmen del Águila Reátegui”,Tarapoto, 2014, llegando a las
siguientes concluisones, La comunicación familiar y conducta agresiva en
estudiantes del 6to grado del nivel primario de la I.E. “Luisa del Carmen del
Águila Reátegui”, no son independientes. Es decir, están asociados, debido a
que el valor estadístico de (5.44) es mayor que el valor tabular (3,84), es
decir, pertenece a la región de rechazo, por lo tanto, se rechaza la hipótesis
nula. Esto evidencia que las variables se mueven en la misma dirección. 5.2.
El Tipo de comunicación familiar predominante en estudiantes del 6to grado
del nivel primario de la I.E. “Luisa del Carmen del Águila Reátegui” es la
cohesión familiar con el 55.56%, esto indica que la comunicación entre los
miembros de la familia y el grado de autonomía personal que experimentan
es mayor. Existe mayor conectividad entre los miembros y los vínculos
emocionales de un miembro ante el otro es más apropiado.
ANTECEDENTES LOCALES
Sin embargo, para que exista una comunicación han de darse, cuando menos, otras
dos condiciones, tales como que el canal funcione adecuadamente y no
exista ruido. Este último se entiende como toda perturbación que afecte la
transmisión del mensaje, sea de carácter auditivo o de cualquier otro tipo. Las
interferencias en el medio, la distracción del receptor, los errores lingüísticos son
algunos factores que constituyen al ruido.
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La comunicación es el principal mecanismo de interacción para los seres humanos.
A través de ella se conocen y negocian los espacios en la vida cotidiana, al igual
que se entregan o vivencian las creencias, las costumbres y los estilos de vida
propios de cada familia, comunidad o espacio social al que se pertenece. (V. Satir,
1991; citado en Madrid, s.f.)
a) Elementos de la comunicación
Como es de conocimiento, en toda comunicación debe existir el emisor, como la
persona que transmite el mensaje, el receptor, aquella que recibe y a quien va
dirigido el mensaje y el canal, como el medio físico por medio del cual se envía el
mensaje.
Los códigos que se utilizan en la comunicación son importantes para ayudar a que
la misma tenga un buen entendimiento y acuerdos por ambas partes. Por tanto se
tiene en cuenta el tipo de comunicación que se utiliza: comunicación verbal y no
verbal.
b) Estilos de comunicación
En toda comunicación se tienen diferentes estilos. Son importantes pues el rol que
cumplen dentro de la comunicación, permite que se pueda completar o interrumpir
una comunicación y llegar o no a buenos acuerdos.
B. La familia
Araujo, E. (2008), nos dice que la palabra familia proviene del latín “familia” de
“famulus”, que a su vez deriva del osco “famel” que quiere decir siervo, y más
remotamente del sánscrito “vama”, que significa habitación, casa. Partiendo de
esta etimología, en la antigüedad se consideraba familia al conjunto de personas y
esclavos que habitaban con el señor de la casa. La familia es el conjunto de
personas unidas por vínculos de matrimonio, parentesco o adopción. Considerada
como una comunidad natural y universal, con base afectiva, de indiscutible
formativa en el individuo y de importancia social. Se dice que es universal ya que
la historia de la familia es la historia de la humanidad. En todos los grupos
sociales y en todos los estadios de su civilización, siempre se ha encontrado
alguna forma de organización familiar. La familia se ha modificado con el tiempo,
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pero siempre ha existido, por eso es un grupo social universal, el más universal de
todos.
C. Comunicación familiar
Araujo, (2008) señala que el grado de comunicación que se forme entre los padres
e hijos adolescentes tiene gran influencia en el ajuste emocional y conductual de
los mismos adolescentes, es así que, si la familia forma hijos con patrones de
comunicación orientados a la conversación, éstos tienen un menor riesgo de tener
problemas de ajuste.
Parra y Oliva (2002) en la investigación realizada, encuentran que a pesar que los
adolescentes tienen deseos de hablar de diversos temas con sus padres, no lo
realizan. Así mismo el género de los hijos puede influir bastante en la manera
como se comunican con los padres.
Ante esto, se afirma que las mujeres tienden a hablar más con sus padres más que
los varones, no obstante, ambos se comunican más frecuentemente con la madre
que con el padre, excepto en temas de política donde hay más participación del
padre (Noller y Bagi, 1985; citado por Parra y Oliva, 2002)
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Del mismo modo, se percibe a las madres como “más abiertas, comprensivas e
interesadas en los asuntos del adolescente”, y por tanto son aquellas que inician
más frecuentemente la comunicación con sus hijos e hijas (Lanz, Iafrate, Rosnati,
y Scabini, 1999; Marta, 1997; Noller y Callan, 1990; citados por Parra y Oliva
(2002)
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estudios aún han analizado de forma rigurosa el potencial rol mediador de la
autoestima que explique de qué modo la calidad de la relación comunicativa con
los padres puede influir en el comportamiento delictivo de los hijos.
E. Barreras de la comunicación
En la Guía para familias, se hace mención de doce diferentes tipos de barreras
que impiden que se tenga una comunicación adecuada entre padres e hijos, las
cuales a futuro pueden dañar las relaciones entre ellos:
a) Ordenar y mandar:
Los mensajes que dan los padres en modo de orden, estaría indicando que
los sentimientos o necesidades de los hijos no son importantes; el hijo debe
acatar lo que siente o necesita el padre y obedecer rápidamente. “Provocan
miedo ante el poder del padre. El hijo oye una amenaza por parte de alguien más
grande y fuerte que él: vete a tu habitación; si no vas por tu propio pie, yo me
encargaré de que llegues”. (Madrid, s.f.)
b) Amenazar:
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Estos mensajes que se dan a los hijos, hacen que se sientan atemorizados y
sumisos a las órdenes de los padres y sumado a la anterior se crea un miedo en
cada hijo, junto con resentimiento y hostilidad. (Madrid, s.f.)
c) Aleccionar o sermonear
El padre intenta hacer ver que el tiene la autoridad en el hogar y que se debe
hacer lo que digan. “Los hijos pueden responder a los deberías, tendrías que y
debes, oponiendo resistencia y defendiendo su postura incluso más tercamente.
Pueden hacer que el niño piense que el padre no se fía de su criterio, que debería
aceptar lo que “otros” piensan que es lo correcto” (Madid, s.f.)
e) Instruir
La acción de intentar enseñar a otra persona a veces hace que el alumno sienta
que se le haga parecer inferior, subordinado, inepto: siempre crees que lo sabes
todo”. Continuamente los hijos pequeños o adolescentes no gustan de los
sermones y les molesta la implicación de que no están informados (Madrid, s.f.)
Los niños, como los adultos, detestan que se les juzgue negativamente.
Responden poniéndose a la defensiva, sencillamente para proteger la imagen que
tienen de ellos mismos. A menudo se enfadan y sienten rechazo hacia el padre
que los juzga” (Madrid, s.f.)
g) Alabar
Es bueno dar a conocer cosas buenas de los hijos, pero alabar constantemente y
de manera que no va con la realidad tiene una implicación negativa en los hijos.
Ellos pueden sentirse hostigados y sintiéndose mal por lo que les dicen “no soy
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guapa, soy fea” “odio mi pelo” “no jugué bien, lo hice fatal”; o por otro lado que
los hijos se acostumbren a los elogios que cuando no los reciben lo toman como
una crítica.
h) Ridiculizar o avergonzar
La comunicación que guarda estos mensajes produce una mala información que
se les da a los hijos lo cual puede afectar la imagen que tenga de sí mismo. La
respuesta más frecuente de los niños a este tipo de mensaje es el contraataque
(“y tú eres un pesado”, “mira quién me llama vago a mí”). (Madrid, s.f.)
i) Interpretar o diagnosticar
Estos mensajes comunican al niño que el padre lo conoce de arriba abajo,
conoce sus motivaciones o la razón por la cual se porta como lo hace. Este
análisis parental puede resultar amenazador y frustrante para el niño (Madrid,
s.f.)
k) Sonsacar o interrogar
Hacer preguntas puede transmitir al niño falta de confianza, sospecha o duda.
Los niños también interpretan algunas preguntas como intentos de ponerles en
una posición peligrosa para poder atacarlos ¿cuándo rato has estudiado?. Las
preguntas hacen que uno se sienta amenazado sobre todo cuando no se sabe el
porqué de ello. (Madrid, s.f.)
l) Distraer o ironizar
Estos mensajes pueden comunicar al niño que no se está interesado en el, que no
se respetan sus sentimientos o que, directamente, se le está rechazando. Los niños
suelen ser bastante serios cuando necesitan hablar de algo. Cuando se les responde
bromeando, se pueden herir sus sentimientos y hacer que se sientan rechazados.
Los niños, como los adultos, quieren que se les escuche y se les comprenda con
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respeto. Si los padres se deshacen de ellos, pronto aprenderán a ir a otro sitio con
sus problemas y sentimientos importantes (Madrid, s.f.)
Los dos factores en los que se divide la escala se refieren a 1. Grado de apertura
en la comunicación, la que se caracteriza por tener una comunicación positiva,
basada en la libertad, comprensiva y satisfactoria en el libre intercambio de
información; y 2. Presencia de problemas en la comunicación, la cual manifiesta
tener una comunicación poco eficaz, excesivamente crítica y/o de carácter
negativo. (Jiménez, Murgui, Estévez y Musitu, 2007; Cava, 2003, P.65).
Araujo, (2007), indica que esta escala evalúa la comunicación paternal, la cual es
definida como el puntaje alcanzado por el sujeto en la escala, la misma que
identifica la comunicación del adolescente respecto a la madre y la
comunicación del adolescente respecto al padre.
- Comunicación abierta
- Comunicación ofensiva
- Comunicación evitativa
G. Dimensiones de evaluación
Comunicación abierta
Estévez, Murgui, Moreno y Musitu, (2007) nos dicen que consta de 10 ítems que
explican el 30.66% de la varianza y se refiere al estilo de comunicación positivo
con los padres. En esta se evalúa la existencia de un intercambio fluido de
información, tanto instrumental como emocional, así como el mutuo
entendimiento y la satisfacción experimentada en la interacción.
De igual manera los ítems que describen ésta comunicación hacen referencia a la
empatía (“Puede saber cómo me siento sin preguntármelo”), a la escucha activa
(“Intenta comprender mi punto de vista”) o a la autorrevelación (“Puedo
expresarle mis verdaderos sentimientos”), entre otros, que remiten a la noción de
una comunicación libre, con intercambio de información y comprensión. (Luna,
Laca y Cedillo, 2012)
Comunicación ofensiva
Estévez, Murgui, Moreno y Musitu, (2007) nos dice que este se compone de 6
ítems y explica el 21.85% de la varianza, hace referencia al estilo de
comunicación familiar ofensivo. En esta dimensión de la comunicación se
incluyen ítems que hacen referencia a falta de respeto y consideración (“Me dice
cosas que me hacen daño”, “Cuando estoy enfadado le hablo mal”, “Intenta
ofenderme cuando se enfada conmigo”, etc.)
Comunicación evitativa
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Estévez, Murgui, Moreno y Musitu, (2007) agrupan 4 ítems y explican que el
9.52% de la varianza, describe un estilo de comunicación evitativo.
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Como ha planteado Arnett (1999), la concepción del storm and stress precisa ser
reformulada a partir de los conocimientos evolutivos actuales.
En los últimos años ha venido acumulándose una cantidad importante de datos
empíricos que también han cuestionado esa imagen tan optimista de la
adolescencia.
La familia, al igual que todos los sistemas abiertos, está sometida a procesos de
cambio y estabilidad. A lo largo de la infancia, los procesos bidireccionales que
tienen lugar en el contexto familiar han ido determinando unas estructuras o
estilos relacionales entre los miembros de la familia, que se habrán hecho cada
vez más estables, sobre todo mediante los mecanismos de retroalimentación
negativa. El sistema familiar, aunque contiene otros subsistemas, representa una
unidad de análisis, y para comprender mejor la dinámica de las relaciones que se
establecen en su interior habrá que analizar en primer lugar los cambios o
procesos biológicos, emocionales y cognitivos que ocurren a nivel intrapersonal,
tanto en el niño o la niña que llega a la adolescencia como en sus padres. A su
vez, será necesario atender a aquellos procesos interpersonales (patrones de
comunicación, distanciamiento emocional) que tienen lugar, ya que como ha
señalado Lewis (1995; 1997), las estructuras afectivo-cognitivas del adolescente y
de sus padres son subsistemas que interactúan y que se autoorganizan en
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interacciones diádicas. Por último, es inevitable considerar que tanto los procesos
intrapersonales como los interpersonales tienen lugar en un determinado contexto
socio-cultural que deber ser tenido en cuenta si queremos comprender los cambios
o transformaciones en la relación entre los padres y el adolescente
(Bronfrenbrenner, 1979; Granic, Dishion y Hollenstein, 2003, P. 122)
Cambios en el adolescente:
Sin duda el cambio más llamativo asociado a la pubertad tiene que ver con la
maduración física y sexual, que afectará a la forma en que los adolescentes se ven
a sí mismos y a cómo son vistos y tratados por los demás. El aumento en la
producción de hormonas sexuales asociado a la pubertad va a tener una
repercusión importante sobre las áreas, emocional y conductual. Por una parte,
vamos a encontrar una influencia de los cambios hormonales sobre el estado de
ánimo y el humor del adolescente, aunque esta relación no es tan evidente como
sugiere el estereotipo popular (Brooks-Gunn, Graber y Paikoff, 1994) y suele
limitarse a la adolescencia temprana, que es cuando las fluctuaciones en los
niveles hormonales parecen influir de forma más directa sobre la irritabilidad y
agresión en los varones y sobre los estados depresivos en las chicas (Buchanan,
Maccoby y Dornbusch, 1992; Steinberg y Silk, 2002), lo que sin duda afectará a
las relaciones que establecen con sus padres. También está clara la relación entre
el incremento en las hormonas sexuales y el surgimiento del deseo y la actividad
sexual (McClintock y Herdt, 1996), lo que puede llevar a que los padres se
empiecen a preocupar más por las salidas y las relaciones sociales de sus hijos, y
modifiquen la forma de tratarlos.
Otro de los aspectos más destacados del desarrollo adolescente es el que hace
referencia a la construcción de la propia identidad personal, ya que
probablemente, uno de los rasgos más importantes de la adolescencia es el
proceso de exploración y búsqueda que va a culminar con el compromiso de
chicos y chicas con una serie de valores ideológicos y sociales, y con un proyecto
de futuro, que definirán su identidad personal y profesional. Esta necesaria
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exploración y búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias van a verse
favorecidas por algunos cambios cognitivos que suelen llevar al adolescente a un
deficiente cálculo de los riesgos asociados a algunos comportamientos –consumo
de drogas, deportes de riesgos-, haciendo más probable su implicación en ellos
(Chambers, Taylor y Potenza, 2003). La participación de los jóvenes en estas
conductas puede aumentar la conflictividad familiar, ya que en muchas ocasiones
los padres se volverán más restrictivos, ante el miedo de que sus hijos e hijas se
impliquen en situaciones peligrosas o de riesgo, justo en un momento en el que
los adolescentes necesitan mayor libertad para experimentar y vivir nuevas
experiencias.
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Cambios en los padres:
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Puede que sus padres hayan muerto o estén muy enfermos, o que ellos mismos
comprueben como los años no pasan en balde y empiezan a padecer algunas
enfermedades que les hacen sentirse más vulnerables. Por otra parte, el que su hijo
deje de ser niño o niña, especialmente cuando es el único o el último, puede tener
un valor simbólico importante, ya que supone el final de una etapa en la que han
podido ser muy felices en su rol parental, y que ya comienzan a echar de menos.
No es extraño, que en esos casos los padres se resistan a pasar página y quieran
seguir apurando hasta el final esa etapa en la que son “padres de un niño”, y se
opongan a los intentos de su hijo o hija de desvincularse emocionalmente de ellos
y buscar una mayor autonomía. El ser humano suele experimentar un mayor estrés
durante las diferentes transiciones evolutivas, en las que muestra una cierta inercia
y resistencia ante el cambio. Así, la transición a la maternidad exigía del padre y
de la madre un esfuerzo adaptativo importante, pero una vez que han ejercido ese
rol durante años, muestran una tendencia natural a seguir ejerciéndolo, y no
resulta fácil el cambio. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que la llegada de un
hijo a la adolescencia es un momento de la vida familiar en que se produce la
coincidencia de dos importantes transiciones evolutivas: en la trayectoria personal
del hijo o hija, por un lado, y en la de los padres, por otro. Este hecho aumentará
la probabilidad de que surjan conflictos o dificultades (Steinberg y Steinberg,
1994, P. 29).
Procesos interpersonales:
I. Comunicación y conflicto
Holmbeck y Hill, (1991); Laursen, Coy y Collins, (1998) & Parra y Oliva, (2002),
mencionan que existen razones suficientes para justificar los cambios en las
relaciones familiares durante la adolescencia. Los datos de las muchas
investigaciones realizadas hasta la fecha vienen a apoyar esta idea, y aunque las
relaciones familiares no tienen por qué sufrir un deterioro generalizado, la
mayoría de las familias, incluso aquellas que habían tenido unas relaciones
armónicas durante la niñez, van a atravesar durante la adolescencia temprana una
época de un cierto desajuste y de una mayor conflictividad.
42
Hartos y Power, (2000) dice que la comunicación entre padres e hijos suele
deteriorarse en algún momento entre la infancia y la adolescencia, con algunos
cambios claros en los patrones de interacción: pasan menos tiempo juntos, las
interrupciones a los padres y, sobre todo, a las madres son más frecuentes, y la
comunicación se hace más difícil. Un aspecto que merece la pena destacar es el
referido a la diferente percepción que padres e hijos tienen de la dinámica
familiar. Así, cuando se pregunta a unos y otros sobre la comunicación en el
entorno familiar, chicos y chicas afirman tener una comunicación con sus
progenitores peor de lo que estos últimos indican.
En cuanto a los temas sobre los que suelen versar los intercambios parento-
filiales, el empleo del tiempo libre y las normas y regulaciones familiares ocupan
los primeros lugares, mientras que otros temas como política, religión, sexualidad
y drogas son infrecuentes (Megías et al., 2002; Miller, 2002; Parra y Oliva, 2002;
Rosental y Feldman, 1999). El género parece influir sobre los patrones de
comunicación familiar, ya que algunos estudios encuentran que las chicas tienen
una comunicación más frecuente con sus padres que los chicos (Noller y Bagi,
1985; Youniss y Smollar, 1985), aunque existen otros trabajos que no hallan estas
diferencias (Jackson, Bijstra, Oostra, y Bosma, 1998). Más concluyentes resultan
los datos referidos a la influencia del género del progenitor, ya que existe un
apoyo generalizado a la idea que tanto chicos como chicas se comunican de una
forma más frecuente e íntima con sus madres, probablemente por su mayor
disponibilidad, y porque son percibidas como más abiertas y comprensivas
(Jackson et al., 1998; Megías et al., 2002; Miller, 2002; Noller y Callan, 1990;
Parra y Oliva, 2002).
43
Los estudios centrados en los conflictos parento-filiales son abundantes, ya que
desde que a principios del siglo XX Stanley Hall hiciera referencia las
tumultuosas relaciones entre padres e hijos durante la adolescencia, han sido
muchos los investigadores que han puesto a prueba esta idea. Esta abundancia de
datos nos permiten extraer algunas conclusiones sobre la existencia de conflictos
intergeneracionales durante la adolescencia. La primera conclusión se refiere al
aumento de la conflictividad durante la adolescencia temprana (Collins, 1992;
Holmbeck y Hill, 1991; Laursen, Coy y Collins, 1998), aunque algunos autores
han señalado la importancia que tiene en el surgimiento de estos conflictos el
momento en que se producen los cambios puberales o timing puberal. Según estos
autores, el conflicto sería más frecuente solo en aquellas familias en las que chicos
y chicas experimentan los cambios puberales en un momento no esperado, bien
por ser demasiado pronto o demasiado tarde (Laursen y Collins, 1994). Menos
acuerdo hay en relación con la trayectoria que siguen los conflictos a lo largo de
los años adolescentes. A menudo, este cambio ha sido descrito siguiendo una
trayectoria en forma de U invertida, con un aumento de los conflictos entre la
adolescencia inicial y media y una posterior disminución (Montemayor, 1983;
Paikoff y Brook-Gunn, 1991). Sin embargo, Laursen Coy y Collins (1998) en un
meta-análisis realizado sobre 53 investigaciones encuentran un decremento lineal
a lo largo de la adolescencia en la frecuencia de conflictos.
Bosma, Jackson, Zusling, Zani, Cicognani, Xerri, Honess y Charman, (1996), nos
dicen que a pesar de esta tendencia decreciente, algunos nuevos temas pueden
emerger como fuente de conflictos en la adolescencia media y tardía, como sería
el caso de las discusiones relacionadas con la elección profesional.
Por otro lado, Laursen, Coy y Collins, (1998) nos dicen que al igual que ocurría
con la comunicación familiar, los padres suelen mostrar una visión más optimista
de la conflictividad parento-filial, ya que chicos y chicas perciben un mayor
número de conflictos que sus progenitores.
Con respecto a los temas que provocan discusiones y riñas familiares, Parra y
Oliva, (2002) dicen que los conflictos más frecuentes suelen estar relacionados
con asuntos cotidianos como la hora de llegar a casa, la forma de vestir o el
tiempo dedicado a los estudios Temas como sexualidad, política, religión o drogas
no suelen aparecer con frecuencia en las discusiones entre padres e hijos, aunque
cuando aparecen generan conflictos más intensos Además, no se observan
cambios significativos a lo largo de la adolescencia, ya que los temas de las
discusiones son prácticamente los mismos en los distintos tramos de edad.
Smetana, (1989), menciona que el hecho de que las discusiones estén centradas en
asuntos cotidianos y mundanos podría sugerir que se trata de conflictos de poca
importancia que no tendrán una repercusión negativa sobre el estado emocional de
padres o hijos, ni sobre la calidad de sus relaciones. Sin embargo, no es necesario
que se produzcan acontecimientos catastróficos para que se genere un elevado
nivel de estrés en un sujeto, ya que suele ser el efecto acumulativo de pequeños
sucesos lo que más frecuentemente suele desbordar las estrategias de
45
afrontamiento del individuo, generando una gran tensión emocional. Por lo tanto,
aunque estas “pequeñas” discusiones entre padres e hijos no conlleven un
deterioro irreversible de la relación, tendrán un efecto acumulativo sobre el estado
emocional de los progenitores, que son quienes suelen verse más afectados por la
conflictividad parento-filial. El estereotipo de un individuo abrumado después de
una discusión familiar es más aplicable al padre o la madre que a su hijo
adolescente, que suele recuperarse más rápidamente tras la discusión. Este
diferente impacto emocional puede obedecer al distinto significado que tiene el
conflicto para unos y otros. Mientras que los padres pueden vivirlo como una
pérdida de poder, para el adolescente será una forma de ir ganando autonomía.
46
A. Conducta
El diccionario Lexus, (1996) define la conducta como el “modo de comportarse de
una persona”. De igual manera en el diccionario de la Real Academia Española, se
menciona que las conductas son todas aquellas acciones y reacciones que tiene la
persona en el medio. Para el conductismo, Watson lo considera para referirse a la
reacción de varios músculos y a las reacciones glandulares.
La mala conducta ocurrida en el salón definida por los estudiantes, incluye: saltarse
la clase o llegar tarde, abandonar sus asientos y hacer trampa en los exámenes;
estos comportamientos son más evidentes para los profesores que para el resto del
personal escolar. Estas conductas, a veces identificadas como indisciplina,
interfieren con el funcionamiento ordinario de la clase y con el proceso de
enseñanza aprendizaje. El mal comportamiento fuera del salón de clases – robo,
venta o uso de sustancias ilegales, peleas y victimización, vandalismo – son más
evidentes para el personal administrativo de las escuelas (Finn, Fisch y Scott, 2008;
citado por Paquentin, 2009)
En cuanto a los factores de riesgo, se entiende que hay cierta relación significativa
con los elementos de crianza, que abarcan diversos factores personales de los
padres y de los hijos, así como las características demográficas y socio
ambientales.
49
El mal comportamiento escolar comprende conductas como saltarse clases, llegar
tarde, ser suspendido, copiar en los exámenes, etc. aunque no son conductas
necesariamente criminales o ilegales, tienen un rango de comportamiento
disruptivo para el ambiente escolar (Stewart, 2003; citado por Paquentin, 2009).
Forehand y Wierson, (1993); citado por Paquentin, (2009), argumentan que las
conductas disruptivas se refieren a una clase general de conductas que han
recibido varias etiquetas: agresión, conducta oposicional y desorden conductual.
Incluyendo en esta categoría las conductas que van de un continuo de
relativamente medio (berrinches e irritabilidad), a moderado (peleas), y a severo
(asalto con arma). Esta continuidad implica ciertas conductas moderadas que
preceden a otras más severas
Existen diferentes escalas en función de la edad del sujeto evaluado para ser
contestadas por diversas fuentes. Esta tríada de instrumentos recoge y evalúa
diversa información la cual debe completarse con exámenes físicos y la
evaluación de las funciones cognitivas. (Lemos, Vallejo y Sandoval, 2002;
Lacalle, 2009).
50
La estructura original del cuestionario contempla el análisis de competencias y
problemas de conducta de la persona. Las escalas de competencia evalúan la
frecuencia de participación y el éxito obtenido en diversas actividades y contextos
sociales. (Abad, Forns, Amador y Martorell, 2000).
51
Figura 1: Síndromes Empíricos basados en las escalas administradas a múltiples
informadores. Disponible en Lacalle, 2009.
E. Indicadores de evaluación
Dentro de la evaluación se encuentran 8 tipos de conductas problemas, las cuales
se pasaran a describir relacionándolo con las conductas del DSM IV junto con sus
dimensiones (Majluf, 1999):
Problemas sociales
En el cuestionario, se evalúa los siguientes ítems que debe responder la persona
evaluada (Majluf, 1999):
52
- Tengo problemas con el habla. Describe
Ante esto, se compara con trastornos descritos en el DSM IV (2002), en la cual se
puede describir los siguientes:
Búsqueda de atención
Se tiene en cuentas los siguientes ítems que evalúa el cuestionario (Majluf, 1999):
54
- Me siento confuso, como en las nubes
- Sueño despierto
- Hago las cosas sin pensar
- Mi trabajo escolar es deficiente
- Tengo buena imaginación
De igual manera dentro de los trastornos mencionados por el DSM IV (2002), se
puede describir los siguientes:
Problemas de conducta
La evaluación se caracteriza por analizar los siguientes ítems (Majluf, 1999):
- Padezco alergias
- No me siento culpable después de hacer algo que no debería
- Estoy dispuesto a ayudar a los demás cuando necesitan ayuda
- Me junto con muchachos(as) que se meten en problemas
- Digo mentiras o hago trampas
- Prefiero estar con muchachos (as) mayores que yo
- Me he fugado de mi casa
- Prendo fuego
- Me apodero de cosas de mi casa que no me pertenecen
- Me apodero de cosas que no son de mi casa
- Maldigo o digo malas palabras
55
- Me preocupo demasiado por cosas sexuales
- Me preocupo demasiado por la limpieza y por el orden
- Falto a la escuela
- Tomo alcohol, fumo tabaco o uso drogas (no incluyas medicinas bajo receta
médica). Describe
El DSM IV (2002) menciona diferentes trastornos que se pueden asociar:
- Discuto mucho
- Soy malo con los demás
- Trato de que me presten atención
- Destruyo mis cosas
- Destruyo las cosas de otras personas
- Desobedezco a mis padres
- Desobedezco en la escuela
- Me meto en muchas peleas
- Ataco físicamente a otras personas
- Grito mucho
- Soy porfiado
- Mi estado de ánimo o mis sentimientos cambian a cada momento
- Soy desconfiado, receloso
56
- Fastidio a menudo a los demás
- Tengo mal genio
- Amenazo a otros con que les voy a hacer daño
- Soy más ruidoso "bocón" que otros muchachos
De igual manera, los Trastorno asociados que se puede analizar en el DSM IV
(2002) son:
Conducta ansiosa
Los siguientes ítems evalúan la conducta ansiosa en el cuestionario (Majluf,
1999):
- Lloro mucho
- Le tengo miedo a ciertos animales, situaciones o lugares (no incluye la
escuela). Escribe
- Me da miedo ir a la escuela
- Tengo miedo de pensar o hacer algo malo
57
- Siento que tengo que ser perfecto
- Siento que nadie me quiere
- Me siento inferior, que no valgo nada
- Soy nervioso o tenso
- Soy demasiado ansioso (a) o tengo mucho miedo
- Me siento demasiado culpable
- Estoy demasiado pendiente de mí mismo, siento vergüenza con facilidad
- Pienso en matarme
- Me preocupo demasiado
Se asocia a este problema, algunos trastornos mencionados en el DSM IV (2002):
Problemas de relación
Los ítems que evalúan los problemas de relación son (Majluf, 1999):
Somatización
- Me dan pesadillas
- Me siento marcado
59
- Problemas físicos sin causa médica conocida
a. Dolores de cuerpo
b. Dolores de cabeza
c. Ganas de vomitar, náuseas, mareos
d. Problemas con los ojos. Describe
e. Picazón o erupciones en la piel
f. Dolores de barriga
g. Vómitos
h. Otros
El DSM IV (2002) menciona un trastorno asociado a este problema:
60
2.3. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS BÁSICOS
A. Comunicación
Cava, M. (2003), nos dice que es el motor de la transformación de las relaciones
entre padres e hijos, esto implica un aspecto que no solo se vive en una etapa de la
vida, sino que es un aspecto que cambia durante la adolescencia, pero también es
un elemento fundamental en la transformación de la relación padres–hijos
adolescentes.
B. Comunicación familiar
Cava, M. (2003), argumenta que es el proceso en el cual se permite un
desplazamiento de todo el sistema familiar por la cohesión y la adaptabilidad;
entendiéndolo en que la calidad de la comunicación está influenciada por la
calidad de la cohesión y la cantidad de adaptabilidad que tiene dentro de la
familia. Es así que la comunicación tiene dos factores: apertura o facilitación de la
comunicación y los problemas de comunicación.
C. Comunicación abierta
Barnes y Olson (1985), mencionan, que en esta se evalúa la existencia de un
intercambio fluido de información, tanto instrumental como emocional, así como
el mutuo entendimiento y la satisfacción experimentada en la interacción. De
igual manera los ítems que describen ésta comunicación hacen referencia a la
empatía, a la escucha activa o a la autorrevelación, entre otros, que remiten a la
noción de una comunicación libre, con intercambio de información y
comprensión.
D. Comunicación ofensiva
Cava, M. (2003), dice que en la comunicación se incluyen ítems que hacen
referencia a falta de respeto y consideración (“Me dice cosas que me hacen daño”,
“Cuando estoy enfadado le hablo mal”, “Intenta ofenderme cuando se enfada
conmigo”, etc.)
E. Comunicación evitativa
Cava, M. (2003), dice que se puede entender como una restricción en la
comunicación. Así mismo aquí se encuentran los ítems que revelan resistencia a
compartir información y la falta de comprensión (“No me atrevo a pedirle lo que
61
quiero o deseo”, “Hay temas de los que prefiero no hablarle”, “No creo que pueda
decirle cómo me siento realmente en determinadas situaciones”).
F. Conducta
(Lexus, 1996), la define como el “modo de comportarse de una persona” De igual
manera en el diccionario de la Real Academia Española, se menciona que las
conductas son todas aquellas acciones y reacciones que tiene la persona en el
medio. Para el conductismo, Watson (1989), lo considera para referirse a la
reacción de varios músculos y a las reacciones glandulares.
G. Conducta verbal
H. Comportamiento
J. Familia
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007). Argumentan que la
palabra familia proviene del latín “familia” de “famulus”, que a su vez deriva del
osco “famel” que quiere decir siervo, y más remotamente del sánscrito “vama”,
que significa habitación, casa. Partiendo de esta etimología, en la antigüedad se
consideraba familia al conjunto de personas y esclavos que habitaban con el señor
de la casa. La familia es el conjunto de personas unidas por vínculos
de matrimonio, parentesco o adopción.
K. Familia nuclear simple
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo de
familia está integrada por una pareja sin hijos.
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo
de familia está integrada por el padre y la madre, con uno o más hijos.
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo de
familia está integrada por uno de los padres y uno o más hijos.
M. Familia extensa
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo de
familia está integrada por una pareja o uno de sus miembros, con o sin hijos, y por
otros miembros, parientes o no parientes.
63
N. Familia extensa biparental
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo de
familia está integrada por el padre y la madre, con uno o más hijos, y por otros
parientes.
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo de
familia está integrada por uno de los miembros de la pareja, con uno o más hijos, y
por otros parientes.
Estévez, E., Murgui, S., Moreno, D. y Musitu, G. (2007), nos dice que este tipo de
familia está integrada por una pareja o uno de los miembros de esta, con uno o más
hijos, y por otros miembros parientes y no parientes.
Cava, M. (2003), dice, que es cuando uno de los padres vuelve a formar pareja,
luego de una separación o divorcio, donde existía a lo menos un hijo de una
relación anterior.
Q. Problemas conductuales
Dentro de los problemas de conducta, el DSM menciona el trastorno negativista
desafiante, trastorno disocial y trastorno del comportamiento perturbador no
especificado como parte de ello. Así mismo existen problemas conductuales como
la desobediencia, que sin ser un trastorno diagnostico según los principales
manuales clasificatorios diagnósticos, es un problema frecuente que requiere de
intervención. Un desorden conductual incluye niveles excesivos de agresión; de
peleas o intimidación; crueldad hacia los animales o hacia la gente; destrucción de
propiedades; conductas incendiarias, robos, mentiras frecuentes; severas rabietas;
conducta desafiante y provocativa; desobediencia persistente y severa; travesuras
en la escuela; vagancia y abandono del hogar.
64
CAPÍTULO III
HIPÓTESIS Y VARIABLES
H2: Es probable que los Problemas Conductuales más frecuentes sean los
problemas de conducta ansiosa y conducta agresiva en estudiantes del
nivel secundario de la Institución Educativa Jorge Basadre.
65
H3: Es probable que existan diferencias estadísticamente significativas en la
Comunicación Familiar con la madre y el padre en estudiantes del nivel
secundario de Institución Educativa Jorge Basadre.
Variable X
Comunicación familiar
Variable Y
Problemas conductuales
a) VARIABLE X:
Comunicación familiar
Olson y Cols, (1983) citados por Araujo, (2008) definen la comunicación familiar
como un proceso en el cual se permite un desplazamiento de todo el sistema
familiar por la cohesión y la adaptabilidad; entendiéndolo en que la calidad de la
comunicación está influenciada por la calidad de la cohesión y la cantidad de
adaptabilidad que tiene dentro de la familia. Es así que la comunicación tiene dos
factores: apertura o facilitación de la comunicación y los problemas de
comunicación.
b) VARIABLE Y:
Problemas conductuales
66
3.4 CUADRO DE OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES
67
CAPÍTULO IV
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
68
4.2. Método y Diseño de Investigación
Donde:
n = Muestra.
Oy = Problemas conductuales
69
4.3. Población y Muestra de la Investigación
4.3.1 Población
La Población estuvo integrada por 304 estudiantes del 4to y 5to de secundaria de
la I.E. Jorge Basadre. Los cuales presentamos en el siguiente cuadro:
Cuadro 1
Población
Grados Sección
Varones Mujeres Total %
"A" 15 13 28 9.21
"B" 13 17 30 9.87
4to "C" 15 11 26 8.55
"D" 13 15 28 9.21
"E" 13 15 28 9.21
"A" 14 21 35 11.51
"B" 8 24 32 10.53
5to "C" 14 18 32 10.53
"D" 12 22 34 11.18
"E" 12 19 31 10.20
Total 129 175 304 100.00
Nota: Nóminas de matrícula de la I.E. Jorge Basadre, 2016.
4.3.2 Muestra
70
La proporción de la población que no se desea estudiar (q=1-p) en este
caso 1 – 0,50 será de 0,5
Tamaño de la población (N) será de 304
Máximo de error permisible (E) será de 5% =0,05
En ese sentido, el tamaño de la muestra estuvo conformado por 170 estudiantes del
4to y 5to de secundaria.
Criterios de inclusión
Criterios de exclusión
4.4.1 Técnicas
4.4.2 Instrumentos
Nº de ítems: 20
71
Tiempo de aplicación: de 9 a 12 minutos
Comunicación abierta:(ítems 1 + 2 + 3 + 6 + 7 + 8 + 9 + 13 + 14 + 16 +
17)
Comunicación ofensiva:(ítems 5 + 12 + 18 + 19)
Comunicación evitativa:(ítems 4 + 10 + 11 + 15 + 20).
Propiedades psicométricas
72
Autores: Achenbach(1991)
Descripción:
En el presente estudio sólo se incluyó la segunda parte del autoinforme, la que debe
ser contestada por el adolescente de acuerdo con la medida en que el enunciado
refleja cómo se ha sentido o ha actuado durante los últimos 6 meses, eligiendo:
Validez y confiabilidad
El YRS obtuvo un índice alfa de Cronbach igual a 0.93 para la puntuación total de
comportamientos problemas, así como coeficientes adecuados para las escalas de
externalización (α = 0.86) e internalización (α = 0.87). Con relación a las escalas
citadas, cabe señalar que la mayoría de reactivos presentaron discriminaciones
ítem-total mayores a 0.30, excluyendo ocho ítems (5, 29, 32, 42, 56d, 63, 87 y 89)
que obtuvieron correlaciones menores al valor indicado previamente.
74
En el Perú, Majluf (1999) administró el YSR en una muestra de 908 jóvenes con
edades entre 11 y 18 años, reportando una fiabilidad test-retest de 0.92 luego de 7
días. Además, la investigación sugirió que el YSR ofrecería indicadores confiables
para la detección de conductas problemas que requieren intervención en los
adolescentes.
El YRS obtuvo un índice alfa de Cronbach igual a 0.93 para la puntuación total de
comportamientos problemas, así como coeficientes adecuados para las escalas de
externalización (α = 0.86) e internalización (α = 0.87). Con relación a las escalas
citadas, cabe señalar que la mayoría de reactivos presentaron discriminaciones
ítem-total mayores a 0.30, excluyendo ocho ítems (5, 29, 32, 42, 56d, 63, 87 y 89)
que obtuvieron correlaciones menores al valor indicado previamente.
Se recolectarán los datos, aplicando los dos instrumentos, según las instrucciones
precisas de los mismos a cada uno de los estudiantes que cumplían con los criterios
de inclusión. Previo consentimiento verbal informado. Teniendo en cuenta las
instrucciones precisas en el llenado de los instrumentos. Obtenida la información y
llenado el instrumento usando el SPSS se procedió a analizar la información.
Para explorar los datos se utilizará la estadística descriptiva a través de las medidas
de tendencia central, medidas de variabilidad, de forma y de posición. Para realizar
las comparaciones y diferencias según datos y variables predictoras se utilizará un
análisis de datos paramétricos y no paramétricos para muestras independientes y k
muestras, es decir, las pruebas de Mann Withney, Kruskal Wallis, t de Student y
Anova de un factor.
75
La investigación, como acción humana contiene un componente que la determina
y este es el componente ético. “Ser ético es parte de un proceso de planeación,
tratamiento y evaluación inteligente y sensible, en el cual el investigador busca
maximizar los buenos productos y minimizar el riesgo y el daño” (Sieber, 2001
p.25) En este sentido, esta investigación puede considerarse como buena, si las
repercusiones producidas logran afectar la práctica y se incrementa el
conocimiento.
76
CAPÍTULO IV
1. Investigador 1
3. Encuestadores 2
4. Estadístico
1
TOTAL
6
5.2 Presupuesto
77
5.3 Cronograma
2017 SETIEMBRE
Meses
2017 OCTUBRE
2017NOVIEMBRE
2017DICIEMNBRE
2018 FEBRERO
2018 AGOSTO
2018 MARZO
2018 ENERO
2018 ABRIL
2018 MAYO
JULIO 2018
2018 JUNIO
Rubros
Formulación
de
Anteproyecto
Presentación
de Proyecto
Preparación
de la Encuesta
Trabajo de
Campo
Procesamiento
de Datos
Interpretación
de Resultados
Sustentación
de Tesis
78
5.4 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Abad, J., Forns, M., Amador, J. y Martorell, B. (2000). Fiabilidad y validez del
YouthSelf-Report en una muestra de adolescentes. Universidad de Barcelona y
hospital de St. Pau. Psicothema. Vol. 12, N° 1, pp. 49 – 54. ISSN: 0214-9915
Lacalle, M. (2009). Escalas DSM del CBCL y YSR en niños y adolescentes que acuden
a consulta en servicios de Salud Mental. Universidad Autónoma de Barcelona.
Unidad de Epidemiologia y Diagnóstico en Psicopatología. Departamento de
Psicología Clínica y de la Salud, Facultad de Psicología.
Lexus (1996). LEXUS, Diccionario Enciclopédico, Color. Lexus Editores. ISBN: 9972-
625-01-3
80
Parra, A. y Oliva, A. (2002). Comunicación y conflicto familiar durante la
adolescencia. Universidad de Sevilla. Anales de Psicología. Vol.18, N° 2, pp.
215-231.
Schmidt, V., Messoulam, N., Molina, M. y Abal, F. (2008). Hacia una versión
Argentina de una Escala de Comunicación Padres-Adolescente. Universidad de
Buenos Aires. Argentina. Revista Interamericana de Psicología. Vol. 42, N° 1,
pp. 41 – 48.
81
REFERENCIAS ELECTRÓNICAS
82
ANEXOS
83
MATRIZ DE CONSISTENCIA
84
ANEXO 2
85
INSTRUMENTO 1
A continuación, vas a encontrar unas frases que describen la relación con TU madre y
con TU padre. Piensa en qué medida estas frases responden a tu verdadera situación con
ellos. Recuerda que no existen respuestas buenas o malas, lo importante es que reflejen
tu opinión personal. Te recomendamos que empieces por MI MADRE. Cuando acabes,
sigue con MI PADRE.
Grado:…………………. Edad:……………………….sexo:……………………
1 2 3 4 5
Nunca Pocas veces Algunas veces Muchas veces Siempre
ANEXO 3
INSTRUMENTO 2
A continuación, hay una lista de frases que describen a los jóvenes. Si la frase te
describe a ti ahora o durante los últimos seis meses, haz un círculo en el número 2 si te
describe muy a menudo. Haz un círculo en el número 1 si sólo te describe en cierta
manera o algunas veces. Si la frase no te describe a ti en los últimos meses, haz un
círculo en el 0. Asegúrate de contestar a todas las preguntas
87
N° ITEMS Ahora o durante los
últimos seis meses
Nun Algun Casi
ca as siemp
veces re
1 Actúo como si fuera mucho más joven que la edad que
tengo
2 Bebo alcohol sin permiso de mis padres
3 Discuto mucho
4 Dejo sin terminar lo que empiezo
5 Disfruto de muy pocas cosas
6 Me gustan los animales
7 Soy engreído, me las echo (me las doy de mucho)
8 No puedo concentrarme o prestar atención por mucho
tiempo
9 No puedo quitarme de la mente ciertos pensamientos
(describe)
10 No puedo estarme quieto(a
11 Dependo demasiado de algunos adultos
12 Me siento muy solo(a)
13 Me siento confundido(a) o como si estuviera en las
nubes
14 Lloro mucho
15 Soy bastante honesto(a)
16 Soy malo(a) con los demás
17 Sueño despierto(a) a menudo
18 Me hago daño a mí mismo(a) deliberadamente o he
intentado suicidarme
19 Trato de atraer mucha atención
20 Destruyo mis cosas
21 Destruyo las cosas de otras personas
22 Desobedezco a mis padres
23 Desobedezco en la escuela
24 No como tan bien como debería
25 No me llevo bien con otros jóvenes
26 No me siento culpable después de haber hecho algo
que no debo
27 Tengo celos de otras personas
28 Rompo las reglas en casa, en la escuela, o en otro lugar
29 Tengo miedo de ciertas situaciones, animales o lugares
(no incluyas la escuela) describe:
……………………………………………
30 Tengo miedo de ir a la escuela
88
31 Tengo miedo de que pueda pensar o hacer algo malo
32 Me siento como que tengo que ser perfecto(a)
33 Me siento como que nadie me quiere
34 Me siento como que los demás quieren perjudicarme
35 Me siento inferior o creo que no valgo nada
36 Me hago daño accidentalmente con mucha frecuencia
37 Peleo mucho
38 Los demás se burlan de mí a menudo
39 Me junto con jóvenes que se meten en problemas
40 Oigo sonidos o voces que otros creen que no existen
(describe)
…………………………………………………………
..
41 Actúo sin pensar
42 Me gusta más estar solo(a) que con otras personas
43 Digo mentiras o engaño a los demás
44 Me muerdo las uña
45 Soy nervioso(a), tenso(a)
46 Partes de mi cuerpo se tuercen o tienen movimientos
involuntarios (describe)
…………………………………………………………
.
47 Tengo pesadilla
48 No les caigo bien a otros/as jóvenes
49 Puedo hacer ciertas cosas mejor que otros/as jóvenes
50 Soy demasiado ansioso(a) o miedoso(a)
51 Me siento mareado(a)
52 Me siento demasiado culpable
53 Como demasiado
54 Me siento demasiado cansado(a) sin ninguna buena
razón
55 Peso demasiado
56 Tengo problemas físicos sin causa médica
a) Dolores o molestias (sin que sean del estómago o
dolores de cabeza)
b) Dolores de cabeza
c) Náuseas, me siento mal
d) Problemas con los ojos (si no usas lentes) describe:
……………….
e) Me da salpullido o irritación en la piel
f) Dolores de estómago
g) Vómitos
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h) Otros:
…………………………………………………………
……..
57 Ataco a la gente físicamente
58 Me araño la piel u otras partes del cuerpo (describe):
……………..
59 Puedo ser bastante amigable
60 Me gusta tratar cosas nuevas
61 Mi desempeño escolar es bajo
62 Soy torpe; no tengo mucha coordinación
63 Prefiero estar con jóvenes mayores que yo
64 Prefiero estar con jóvenes menores que yo
65 Me rehúso a hablar
66 Repito ciertas acciones una y otra vez. (describe)
…………………
67 Me fugo de la cas
67 Grito mucho
69 Soy muy reservado(a); me callo todo
79 Veo cosas que otros creen que no existen. (describe)
……………………………………….
71 Me cohíbo, me avergüenzo con facilidad
72 Prendo fuegos
73 Puedo trabajar bien con mis manos
74 Me gusta llamar la atención o hacerme el (la)
gracioso(a)
75 Soy demasiado tímido(a)
76 Duermo menos que la mayoría de los jóvenes
77 Duermo más que la mayoría de los jóvenes durante el
día y/o la noche (describe)
…………………………………………………….
78 No presto atención o me distraigo fácilmente
79 Tengo problemas con el habla (describe)
………………………….
80 Defiendo mis derechos
81 Robo en casa
82 Robo fuera de casa
83 Almaceno demasiadas cosas que no necesito (describe)
……………
84 Hago cosas que otras personas piensan que son
extrañas (describe)
…………………………………………………………
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90
85 Tengo ideas que otras personas pensarían que son
extraña (describe)
…………………………………………………
86 Soy testarudo(a)
87 Mi estado de ánimo o sentimientos cambian de repente
88 Me gusta estar con otras personas
89 Soy desconfiado(a)
90 Digo groserías o uso lenguaje obsceno
91 Pienso en matarme
92 Me gusta hacer reír a los demás
93 Hablo demasiado
94 Me burlo mucho de los demás
95 Me enfado con facilidad
96 Pienso demasiado en el sexo
97 Amenazo lastimar a otras personas
98 Me gusta ayudar a otras personas
99 Fumo, mastico, o inhalo tabaco (fumo cigarros)
10 No duermo bien (describe)
0 ………………………………………..
10 Falto a clases o a la escuela
1
10 Tengo poca energía
2
10 Me siento infeliz, triste, o deprimido(a)
3
10 Soy más ruidoso(a) que otros(as) jóvenes
4
10 Uso drogas sin razón médica (no incluyas aquí el uso
5 de alcohol o tabaco) (describe)
…………………………………………………
10 Trato de ser justo(a) con los demás
6
10 Me gusta un buen chiste
7
10 Me gusta llevar las cosas con calma
8
10 Trato de ayudar a los demás cuando puedo
9
11 Desearía ser del sexo opuesto
0
11 Evito relacionarme con los demás
1
91
11 Me preocupo mucho
2
92