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Las investigaciones clínicas muestran que el enlace adhesivo entre la dentina y el compuesto
de resina, con el tiempo, disminuirá en resistencia y que la magnitud de esta disminución es
proporcional a los esfuerzos mecánicos, térmicos, hidrolíticos y enzimolíticos a los que se
somete el enlace. También es muy probable que el debilitamiento del adhesivo a lo largo del
tiempo sea responsable de la falla mecánica de las restauraciones embebidas en adhesivo
directo e indirecto de color dientes, para las cuales la interfase restauración-cavidad está
situada cerca de la punta de la cúspide o el diente intacto Pared es insuficientemente gruesa.
Estas fallas no pueden ser fácilmente explicadas excepto por la hipótesis de un fallo en el
tiempo de la unión adhesiva en la interfaz, donde se somete a un alto estrés físico y químico.
La opinión de los autores es que para los dientes posteriores es importante colocar los
márgenes de las restauraciones cementadas con adhesivo dental indirecto en áreas oclusales
axiales sometidas a un menor esfuerzo mecánico. Un análisis de la literatura revela cuatro
estructuras que determinan la fuerza del diente intacto: la dentina interaxial, el techo de la
cámara pulpar, la cresta marginal y la cúspide intacta. Por sus implicaciones diagnósticas y
operativas, estas estructuras pueden clasificarse topográficamente como centrales o
periféricas. La relación espacial entre las distintas estructuras se aclara mejor a través de un
modelo estructural del diente.
Estructuras centrales
Las estructuras centrales consisten en la dentina interaxial y el techo de la cámara pulpar. La
dentina interaxial es el núcleo central del diente. Puede verse como la continuación
oclusocervical del techo de la cámara pulpar y, por lo tanto, ocupa la posición correspondiente
a la proyección de la cámara pulpar hacia la superficie oclusal. La dentina interaxial conecta las
paredes axiales, en particular las paredes bucal y lingual, y es la estructura más importante.
Cuando está intacta, la presencia de otras estructuras compresadas no disminuirá
significativamente la resistencia general a la fractura del diente intacto.
El techo de la cámara pulpar, contrario a la creencia común, es menos importante que la cresta
marginal. Reeh et al demostraron que la pérdida del techo de la cámara pulpar cuando se
mantienen intactas ambas crestas marginales (es decir, el tratamiento endodóntico que
requiere la eliminación de parte de la dentina interaxial y el techo de la cámara pulpar)
produce un debilitamiento estructural menos significativo que el mantenimiento del techo de
la cámara pulpar Cuando faltan una o dos crestas marginales (es decir, diente vital con cavidad
de Clase 2, oclusomésica, oclusodistal y mesialocclusodistal).
Estas consideraciones son importantes para tomar decisiones clínicas basadas en la evaluación
de estructuras de dientes intactas sanas y en evidencia científica, y no simplemente en
nociones empíricas o preconcebidas. La jerarquía de las estructuras dentales es: (1) la dentina
interaxial, (2) la cresta marginal, (3) el techo de la cámara pulpar, y (4) el complejo esmalte-
dentina de la cúspide intacta.
Estructuras periféricas
Las estructuras periféricas son la cresta marginal y el complejo esmalte-dentina de cada
cúspide intacta. El reborde marginal es la estructura periférica de la pared proximal, mientras
que el complejo enameldentina de la cúspide es la estructura periférica de la pared axial-bucal
o palatolingual. Su cresta arenal, su complejo esmalte-dentina subyacente y la dentina
interaxial se encuentran en la unión de la pared bucal con la pared palatolingual. El espesor del
complejo esmalte-dentina en la base de cada cúspide no participa en esta unión estructural
sino que es más bien el último soporte de la propia cúspide.
La evaluación correcta de la cresta marginal debe seguir ciertos criterios. La pérdida de una
cresta marginal significa la presencia de una caja proximal. Si la dentina interaxial se ha
comprometido y se prevé la presencia de un istmo oclusal, la caja proximal debe evaluarse en
términos de la presencia o ausencia del techo de la cámara pulpar y del espesor del complejo
enameldentina en la cúspide intacta intacta Ser mayor de 1,5 a 2 mm en un diente vital y de
2,5 a 3 mm en un diente tratado endodónticamente) y profundidad en la base. La naturaleza
de la interdependencia estructural determina si es necesario o no cubrir las cúspides
adyacentes. Artículos de Linn et al y Panitvisai et al sobre la relación entre la cresta marginal y
las cúspides intactas en un diente tratado endodónticamente demuestran una dependencia
estructural y funcional de la cúspide intacta en la cresta marginal adyacente. Del mismo modo,
los artículos confirman el comportamiento biomecánico independiente entre cúspides como
sugiere Sakaguchi et al, y que ha sido clínicamente confirmado por numerosos estudios. La
pérdida de una cresta marginal en un molar tratado endodónticamente, donde la otra cresta
marginal está intacta y las cúspides adyacentes están bien soportadas, debe planificarse como
una restauración con cobertura parcial de la cúspide; Las cúspides adyacentes a la cresta
marginal perdida están cubiertas, mientras que las cúspides adyacentes a la cresta marginal
intacta se mantienen.
Tomando, por ejemplo, un primer molar superior, se pueden esbozar tres zonas de transición
entre la cresta marginal y la cúspide, entre la cúspide y la cúspide, y entre la dentina interaxial
y la unidad de la cúspide de la cresta marginal periférica. Dada la anatomía de los dientes
posteriores, dos áreas de transición están asociadas con cada cresta marginal: una transición
bucal, al comienzo de la cúspide bucal adyacente; Y una transición lingual, al comienzo de la
cúspide lingual adyacente.
Al examinar las distintas partes de este modelo, es posible obtener toda la información
diagnóstica necesaria relacionada con la cobertura cuspal. Antes de analizar el modelo, es
importante observar que las extremidades mesial y distal se pueden distinguir en las áreas de
transición. Por ejemplo, durante la fase de preparación, la línea de corte puede ser trazada a
través del área de transición entre la cúspide y la cresta marginal, o entre la cúspide y la
cúspide, desde la extremidad mesial hasta la extremidad distal, es decir, dentro de un margen
de aproximadamente 1,5 a 2 mm. Conceptualmente, siempre que la línea de corte se extienda
dentro de este intervalo de 1,5 a 2 mm, el diseño de la forma general de la cavidad (tipos 1 a 8)
no cambia (ver Fig. 4). Si la línea de transición está localizada en la extremidad mesial o distal
del área, afectará el tipo de cubierta de cúspide que se requiere.
Las configuraciones con mayor espacio para la cobertura de la cúspide son aquellas en las que
se combina una cúspide intacta con una deficiencia estructural que implica una falange
marginal adyacente y una cúspide adyacente que requiere restauración completa (por
ejemplo, 2-6,2 -8,3 - 7,3 - 8 [véase Figs 5 y 6]). Tales situaciones permiten la plena explotación
del espacio operativo, debido a la ausencia de zonas de transición adyacentes a la cúspide. A
pesar de esto, es posible volver a la cobertura de extensión máxima en presencia de la cresta
marginal y cúspide adyacentes. Al explotar las zonas de transición que bordean la cúspide
intacta y utilizar un perímetro de cavidad que atraviesa las extremidades distal y mesial más
distantes, se puede obtener el espacio operativo mínimo necesario para lograr una cubierta de
cúspide de extensión máxima. Además, la comprensión de las extremidades mesial y distal de
una transición hace posible considerar diseños diferenciados para la cobertura de la cúspide,
siempre que no estén involucradas una o ambas áreas de transición adyacentes a la cúspide
intacta socavada. Caperuzas parciales y raquetas de extensión mínimas e intermedias,
combinan los beneficios biomecánicos de las cubiertas de cúspides con las ventajas de una
máxima conservación de la estructura dental.
Además, la rejilla y sus subdivisiones centrales y periféricas permiten una evaluación realista
de las posibilidades de acumulación para reforzar el complejo de dentina intactenamel (Figs.
18 a 33).
CONCLUSIÓN
Al estudiar los estudios biomecánicos y un modelo estructural del diente, es posible normalizar
el diagnóstico de la configuración de la cavidad y la aplicación de directrices clínicas y
operativas. La determinación de la fuerza de las estructuras dentales sanas intactas representa
el punto de partida para todos los análisis. Al examinar la adecuación y la deficiencia de las
estructuras dentales intactas, un clínico puede determinar todas las configuraciones
biomecánicamente válidas de la cavidad. Utilizando un modelo del complejo esmalte-dentina
de la cúspide intacta, un análisis puede proporcionar indicaciones para restaurar cualquier
cúspide intacta, así como la elección del tipo de cubierta de la cúspide. Este enfoque alienta las
configuraciones de la cavidad y los tipos de cubierta de la cúspide que ofrecen resistencia
estructural y máxima conservación del diente natural.