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Ensayo sobre el amor.

El presente ensayo refiere sobre el tema del amor, realizado desde lecturas

psicoanalíticas freudianas, menciona cuatro puntos en los que el presente desglosa dicho

concepto, siendo éstos desde el nacimiento, complejo de Edipo y edad adulta, donde el

amor se expresa no solo hacia una pareja u objeto de amor sino como se menciona en el

texto Malestar en la cultura (Freud, 1930), amor inhibido o con ternura, pretendiendo

resaltar perspectivas acerca de tan subjetivo y aún controversial tema.


Nacimiento y vínculo materno, primer contacto con el amor

Antes del nacimiento, los fetos se encuentran desarrollándose en el vientre

materno con ambiente cálido, donde no se siente hambre, frio o cólicos por así decirse,

para al cabo de nueve meses nacer y aprender a moverse, contenerse, formarse y

volverse un sujeto.

Cuando las personas nacen, se encuentran en una situación totalmente dependiente, del

que se requiere de otro para sobrevivir al menos los primeros años de vida, en el mejor

de los casos esta necesidad es cubierta por la madre y padre, de quien se recibe

alimento, aseo, atención, cuidados y amor. Estas primeras experiencias funcionan cual

primer base acerca del concepto por abordar, se aprende de la madre o persona que

cumple la función materna, sobre el amor con ternura, del que se mencionara después y

lo placentero que este puede ser así como necesario para subsistir, considerando que se

llega a este mundo con una situación desagradable y el común primer contacto con la

madre puede recordar la calma que se tenía al estar en el vientre. Ser atendido por la

madre con determinada delicadeza, trato y lenguaje puede dejar huella de lo que el

resto de vida se pudiera añorar.

Edipo

Freud, en su libro Tres ensayos para una teoría sexual (2015), describe 5 etapas

de desarrollo psicosexual que todas las personas pasan: oral, anal, fálica, latencia y por

último, genital. Cada una de estas comprende de características y situaciones con las

que la persona se enfrenta y mediante las cuales se van formando como sujeto. En la

etapa fálica, descrita de los 3-4 hasta los 7, se presenta lo que Freud llamó “complejo de

Edipo”, que se comprende a grandes escalas como el amor hacia un padre y el recelo

hacia el otro. Es curioso ya que es frecuente que el amor se presente hacia ambos pero la
situación de competencia por el amor de la madre o padre sitúa al niño en una situación

de ambivalencia con uno de ambos como menciona David Andrés Vargas en “Una

paradoja freudiana del amor” (2013) hablando sobre el trabajo freudiano.

Es entonces esta experiencia donde se presenta el deseo por tener y poseer la atención y

amor, casi monopolizada, registrada y patentada de uno de los padres que se vive el

primer enamoramiento y según el resultado de dicho proceso, también la primera

decepción amorosa. Sí el proceso resulta sanamente exitoso por medio de la adaptación

de normas de convivencia, como se menciona también en el libro Tótem y tabú (1913) y

tres ensayos para una teoría sexual (1905), el sujeto aceptará no poder poseer el amor tal

cual desea de la madre o padre y en la edad adulta, buscará algún otro objeto de amor,

probablemente similar al recuerdo o percepción del primero, esto siendo en ocasiones

de forma inconsciente.

Eros y pulsiones libidinales

Freud utiliza como referencia seres de la mitología griega para ejemplificar

cuestiones psíquicas que se presentan, en repetidas ocasiones. Para el caso, hace

referencia en Pulsiones y destinos de la pulsión (1915) de Eros, el dios del erotismo

(amor y sensualidad) para describir dicha pulsión, existente desde el momento del

nacimiento y presente a lo largo de la vida, que inclina a la búsqueda del placer, y dicho

placer ligado a la sensación y acción del amor. Se entiende que es esta energía la que

empuja hacia la acción, como describe Rolón en Encuentros “El lado B del amor”

(2012), lo que toma acción en nuestra búsqueda de una persona para amar, dicha acción

como lo describe, se lleva por tres pasos: enamoramiento, desilusión y la decisión de

amar (Rolón ,2012).


Es entonces, este empuje, pasado por filtros sociales introyectados y subjetivos a cada

persona, lo que nos lleva a la búsqueda de un deseo que suele ser aterrizado en algún

otro sujeto, pero no es esto en forma in-discriminatoria, ya que, como se menciona en el

complejo de Edipo, las primeras experiencias amorosas llevan a la búsqueda de aquella

sensación de primer amor que se tuvo y que fue, idealmente, imposible de consumarse.

Sexualidad inhibida y lazos familiares

En el texto “Malestar en la cultura” de Freud (1930) se describe el amor hacia

los hijos, hermanos, padres y demás, con un componente de inhibición, tomado de la

cultura, misma que no se describe cuando es que da inicio, con el propósito de

protegernos creando lazos con la familia o la comunidad pero restringiendo el

componente erótico, y mencionando entonces la palabra “ternura” en lugar de amor. A

lo largo del texto se describe como prácticas prohibidas culturalmente, por ejemplo el

incesto, son inyectadas en la sociedad para posibilitar el continuo de las agrupaciones

formadas en el caso de los amigos, vecinos entre otros, y para el caso de las madres,

dicha represión funciona para proporcionar el afecto y las condiciones necesarias para el

desarrollo del niño salvaguardando su vida.

Transferencia

En la postura psicoanalítica existe un concepto denominado transferencia. Este

hace referencia a la acción de trasladar, actualizar o aterrizar determinados deseos

inconscientes en objetos o personas, como se explica en el Diccionario de psicoanálisis

(Laplanche y Pontalis, 2004). Es decir, se pueden y suelen transfieren emociones que se

sienten o sintieron por alguien, como amor, interés, odio, desprecio, entre otros.
En relación al tema del ensayo, puede un sujeto presentar la sensación de amor por

determinada persona pero siendo esto el traslado de lo sentido por alguien más, como se

observa cuando personas comentan “me recordó a mi hijo (o abuela, sobrino, entre

otros) y me dio ternura”… El concepto comúnmente designa el tipo de relación que se

entabla con el analista y lo agradable o desagradable que pudiese resultar. Se pudiese

estar ligado al complejo de Edipo al momento en el cual el sujeto conoce “el amor de su

vida” y presenta similitudes con su misma madre, tal acción seria transferir el amor a la

nueva pareja y entablar una relación con la persona que culturalmente bien visto, se

presente.
Conclusión

Es entonces el amor, concebido como energía libidinal necesaria para mantener

la vida tanto propia como de la familia o comunidad donde se habita, guiada hacia la

búsqueda del placer, ya sea amando o siendo amado, y es ésta misma manejada según la

cultura en donde se desenvuelve el sujeto y la familia donde se cría, la que permite y

desaprueba determinadas acciones con el fin de preservar la dinámica predeterminada

del lugar, y esta función sucede durante el desarrollo de las personas a la hora de volver

propias las enseñanzas y costumbres practicadas tanto en el hogar como en la población

con la que se convive, y puede esto ser visto al comentar con diversas personas acerca

de las distintas acciones llevadas en sus casas y las distintas formas de expresar los

afectos.

Si bien, el amor es referido como una emoción, incontrolable por la consciencia en

cuanto al sentir, no se pretende afirmar que se escapa de las manos el modo en cual las

personas se conducen, esto porque a pesar de que las emociones no son manejables por

las personas como tal, las acciones que cometemos en nombre de estas, lo son. Así que

pudiera decirse que en ocasiones no se escoge a la persona de la cual alguien se

enamorará pero si la manera en la que esto se podrá expresar, si es que se decide

efectuar, por ejemplo en el caso de las parejas cuando se presentan infidelidades.

Aunado a lo anterior mencionado, existen también componentes como el compromiso,

responsabilidad, lealtad y otros acuerdos ajustados a parámetros individuales y

subjetivos, que tiñen el tipo de relaciones que se entablan con personas, y estos

conceptos suelen ser agrupados en el término amor, pero son estos parte de las

introyecciones y suelen ser plasmados en la consciencia, en otras palabras, no sería lo


Referencias

Castro, D. V. (2013). Una paradoja freudiana del amor. Desde el jardín de Freud: revista

de psicoanálisis, (13), 93-103.

Freud, S. (2017). El malestar en la cultura (Vol. 328). Ediciones Akal.

Freud, S. (1915). Las Pulsiones Destinos Pulsionales (Vol. 14.) Ed. Amorrotu,

Argentina.

Freud, S. (1976). Tótem y tabú (Vol. 13). Ed. Amorrotu, Argentina.

Freud, S. (2015). Tres ensayos para una teoría sexual. FV Éditions.

Rolón, G. (2012). Encuentros:(el lado B del amor) (No. 860 (82)-4). Planeta

Laplanche y Montalis (2004). Diccionario de psicoanálisis, (Ed, Paidos) Buenos Aires,

Argentina.

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