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Argumento de Amor y Voluntad

En una época de radical transición como la nuestra no debemos conformarnos


con los lamentos. Hay que ir más allá del pesimismo indiferente, buscando las
fuentes de estas capacidades en nuestra propia conciencia y en la conciencia
colectiva. Aunque estén obturadas, estas fuentes no están agotadas.

Rollo May define la sociedad actual como «esquizoide», porque se evitan en


medida creciente las relaciones afectivas. En su lugar aparece la apatía,
fenómeno peligroso porque guarda una relación dialéctica con la violencia: Ésta
es el último recurso para llenar el vacío de la falta de relación.

El autor estudia a fondo los problemas del amor en la historia de la cultura, en


la civilización actual, en las teorías psicosociales y psicoterapéuticas. También
analiza en todas sus implicaciones la crisis de la voluntad y su relación con la
incapacidad de desear, a la que define como enfermedad. A continuación
relaciona ambas capacidades mostrando que en la mentalidad moderna
parecen incompatibles. Sólo una nueva comprensión del amor y la voluntad
permite volver a unirlas positivamente como potencial personal y motor de la
sociedad.

Rollo May, psicoterapeutade fama internacional, es autor de numerosos libros


dedicados a profesionales y también al público general. Entre sus obras
traducidas al castellano cabe destacar Libertad y destino en psicoterapia, La
necesidad del mito y, publicado por Gedisa, El dilema del hombre.

0. Introducción: nuestro mundo esquizoide

1. Amor

2. Paradojas del sexo y el amor

3. Eros en conflicto con el sexo

4. El amor y la muerte

5. El amor y lo demoníaco

6. Lo demoníaco en el diálogo

2. La voluntad

7. La voluntad en crisis

8. El deseo y la voluntad

9. La intencionalidad

10. La intencionalidad en la terapia


3. Amor y voluntad

11. La relación del amor y la voluntad

12. La significación del cuidado

13. Comunión de conciencia

*** *** *** *** *** *** *** ***

Psicóloga y Psicoterapeuta ExistenciDISQUISICIONES ACERCA DEL AMOR


EN ROLLO MAY (Lilibeth Acevedo, 2006)

Mucho se ha hablado acerca del amor, desde todos los ámbitos, sectores
sociales, lugares del mundo, los grupos humanos, personas de cualquier
profesión, artistas, poetas, religiosos, políticos, educadores, astrólogos,
visionarios, oradores, niños, adultos, ancianos; todos con derecho a tomar
partido desde su experiencia se dedican al tema del amor, unos desde su
discurso o creencia, otros desde la historia, algunos de forma inocente, muchos
otros desesperanzados, en fin, éste ha sido un tema que se ha abordado desde
innumerables puntos de vista.

Hablar del amor, no es fácil. Para hablar del amor se necesita experimentarlo,
vivirlo, sentirlo, gozarlo y por que no, sufrirlo, porque el amor se vive de manera
distinta en cada persona, incluso entre seres que forman una pareja, para
hablar de amor también es necesario hablar del otro, de ese otro por el que se
tienen sentimientos y que a su vez nos hace sentir, y además es necesario
hablar del papel que cumple la cultura o la sociedad en la forma como
experienciamos el amor y como llevamos nuestras relaciones con el otro.

Si describimos la posición del filosofo, Arthur Schopenhauer con respecto al


amor, se puede decir que corresponde al instinto natural de los sexos de unirse
y concebir un ser nuevo, fuera de convencionalismos, el hombre y la mujer se
buscan como complemento para que ese ser nuevo se forme perfecto y sea
distinto a sus padres, es decir, tome características sobresalientes de cada
uno, lo que le falta a uno del otro, por ejemplo, la belleza de la mujer, el
carácter del hombre, el intelecto de la mujer, etc.

Por otra parte, Irving Singer en su libro La Naturaleza del Amor (1992), dice
refiriéndose al tema del amor, que éste es cuestión de darle valor a algo a
alguien que se ama, teniendo en cuenta que la valoración depende de la
capacidad que tenga el objeto de satisfacer previos intereses, necesidades,
deseos, exigencias, o cualquier cosa que genere motivación.

Desde la psicoterapia existencial un autor que ha desarrollado el tema del amor


es Ludwig Binswanger, él describe que la experiencia amorosa, sólo es posible
desde las formas duales de relación con el otro, donde el Dasein, se acerca al
otro experimentando en sí mismo la cercanía, la proximidad y la interpelación
de otra existencia.

Amar significa abrirnos a lo negativo como a lo positivo, a la aflicción, al dolor,


al desengaño, así como al júbilo, al goce y a una intensidad de conciencia que
antes no nos parecía posible.

Cuando las personas se enamoran el mundo se sacude y todo cambia


alrededor, no solo en su aspecto, sino en la experiencia de lo que se está
haciendo en el mundo. Amar completamente acarrea consigo la amenaza de la
aniquilación de todo, porque cuando el amor se realiza es cuando puede
quebrarse la fuerza del individuo, por eso los seres humanos temen al Amor.

El tema del Amor en la actualidad dista mucho de la concepción que se tenía


de éste en tiempos pasados, según Rollo May en su libro Amor y Voluntad, en
el pasado, era muy grande la importancia asignada al Amor, de hecho era
considerado como la respuesta a las dificultades de la vida, como una fuerza
de motivación, una energía con la que se podía contar para progresar en la
vida, por ejemplo, la autoestima de la gente aumentaba o disminuía si
alcanzaba el amor o si no lo alcanzaba, en cambio en la actualidad el Amor por
si mismo se ha convertido en la fuente misma del problema, el autor plantea
que se trata de un estado de falta de sensibilidad, de falta de sentimientos, falta
de pasión, falta de emoción o excitación, de indiferencia, puesto que las
personas viven en un estado de ansiedad, se aferran unos a otros y tratan de
convencerse de que lo que sienten es Amor, cuando en realidad no saben ni
siquiera que es lo que sienten, ni lo que quieren.

Según Rollo May, hay cuatro clases de Amor en la cultura occidental, una es la
sexualidad, o lo que se llama lujuria, libido, la segunda clase es Eros, el
impulso amoroso para procrear o crear, una tercera forma es la philia o
amistad, el llamado amor fraternal y la cuarta es el ágape o el amor dedicado al
bienestar de los demás y, cabe resaltar que toda experiencia humana autentica
de Amor es una mezcla, en variadas proporciones de estas cuatro formas, a
continuación se hablará de las dos primeras y an general las dos principales
clases de Amor.

Para comenzar a describir la primera clase de Amor según Rollo May. Se debe
considerar que el sexo, no solo representa el principal interés de nuestra
sociedad, sino también representa el inicio de la existencia biológica de cada
hombre, a pesar de que el sexo ha sido trivializado por la sociedad, sigue y
seguirá siendo la fuerza de la procreación, el impulso que perpetúa la especie,
la fuente del placer más intenso del ser humano y de su ansiedad más
penetrante. De hecho existe una preocupación compulsiva por el sexo, el cual
resulta ser el medio más accesible de mostrar vitalidad, de demostrar que se es
joven, atractivo y viril, esa compulsión tiene una base biológica puesto que la
sexualidad y la procreación son los únicos medios de asegurar la prolongación
del propio nombre y de los propios genes en los hijos, y además se le ha
exigido que lleve el peso de las cuatro formas de Amor citadas anteriormente.

En la época victoriana, era común negar los impulsos y las sensaciones


sexuales, no se podía hablar de las cuestiones relacionadas con el sexo, luego
en la década de 1920, se produjo un cambio radical, imperaba la creencia
contraria a la represión, es decir, la educación sexual, la libertad de hablar
sobre cuestiones sexuales y en la actualidad, parece que no se tiene otro tema
del cual hablar, sin embargo, se entiende que el individuo cada vez menos esta
gozando de esa emancipación sexual que vive. Por ejemplo, en psicoterapia,
los pacientes hablan abiertamente de su sexualidad pero se quejan de la falta
de pasión y sentimientos y en general se avergüenzan porque no experimentan
ningún tipo de sensaciones sexuales, de hecho la preocupación general de la
población reside en la ansiedad interna y la culpabilidad interna que generan
las técnicas y las artes de hacer el amor y el hecho de asignarle tanta
importancia a éstas funda cierta alienación y sentimientos de soledad y
despersonalización.

Siendo el sexo, la forma de encuentro con el otro en la intimidad de los


cuerpos, la excitación por no saber a donde conducirá todo, la entrega del
propio yo y la afirmación del propio yo, la sociedad se empeña en vender un
sexo mecánico, frío y sin pasión. La trivialización de la sexualidad se ve
fomentada por los medios masivos de comunicación, por un enorme caudal de
libros sobre sexo y amor que inundan el mercado presentan todos un rasgo
común y es que simplifican en exceso el sexo y el amor y tratan el tema como
una combinación de aprender a jugar al tenis o tomar un seguro de vida.
Siendo que en el acto de amor debe existir la capacidad de entregarse, de
renunciar al propio yo, para que se de la espontaneidad exigida por el orgasmo.

La gran paradoja es que mientras en la época victoriana se procuraba amar sin


caer en el sexo, el hombre moderno procura practicar la sexualidad sin caer en
el Amor. Por lo tanto se puede decir que la crisis de nuestros tiempos, está
constituida por tres elementos, el primero es un estado de alienación respecto
al cuerpo, el segundo es la separación de emoción y razón y el tercero es el
uso del cuerpo como una máquina.

De esta manera se ha privado al sexo de su poder, puesto que se ha excluido a


Eros y por lo tanto se han deshumanizado ambos.

El sexo puede definirse en términos fisiológicos como la formación y descarga


de tensiones corporales. Eros, en cambio, supone experimentar las intenciones
personales y la significación del acto sexual. Mientras el sexo es un ritmo de
estímulo y respuesta, Eros es un estado del ser. Eros trasciende
continuamente las técnicas y se ríe de todos los libros sobre técnicas, Eros es
el poder que atrae, Eros es el deseo, es la fuente de la ternura, es el anhelo e
establecer una unión, una relación plena. Eros es el impulso a la unión con
aquello a lo que pertenecemos, unión con nuestras propias posibilidades, unión
con las personas significativas de nuestro mundo. Eros suscita la capacidad de
tender al futuro, de dejarse llevar por él para preformarlo y modelarlo todo.

Entonces, Eros salva al sexo de su autodestrucción, pero Eros no puede vivir


sin la philia, el amor fraternal y la amistad.

La philia es el relajamiento en presencia del ser amado, quien acepta al otro


como ser, es simplemente el gusto de estar con el otro, de reposar con el otro,
el gusto que depara el ritmo de su andar, el tono de su voz, en conclusión todo
el ser del otro. La philia no exige que se haga todo por el ser amado, solo exige
la aceptación, la compañía, el goce. En el sentido más simple y directo, se trata
de amistad.
A su vez, la philia necesita del ágape, puesto que éste es la estimación por el
otro, el interés por el bienestar del otro sin consideración del provecho que se
pueda obtener de ello, es amor desinteresado.

Después de plantear el concepto de Amor y su clasificación según el autor, es


necesario establecer según la posición de Rollo May, el amor como un
fenómeno personal y los aspectos del acto del amor, ya que el amor sexual se
mueve desde la pulsión hacía la necesidad y hacía el deseo, sin embargo, el
Amor sexual puede evolucionar desde la pulsión al deseo pasando por la
necesidad primaria, puesto que como pulsión, la sexualidad es esencialmente
biológica, tiene el carácter de una fuerza y es fisiológicamente insistente. La
necesidad es imperiosa a causa de los constantes estímulos a que está
sometida la sexualidad, en cambio, el deseo es psicológico y nace de la
experiencia humana antes que de la experiencia fisiológica.

En el paso de la pulsión al deseo donde se ve la evolución humana, el amor se


hace un fenómeno personal según Rollo May, puesto que si el Amor fuera
solamente una necesidad, no se haría personal y no entraría la voluntad en
esta dinámica. Gracias a la voluntad el amor sexual se convierte en deseo,
porque el hombre elige a una determinada mujer o viceversa, porque ambos
tienen conciencia del acto del amor.

Se considera que el acto del amor contribuye a explorar en la conciencia


diferentes circunstancias, en primer lugar se encuentra la ternura, que procede
del darse cuenta de las necesidades, deseos y matices de los sentimientos de
la otra persona, la segunda circunstancia es la afirmación del yo en el acto del
amor, debido a que éste puede y debe ofrecer una sana y significativa avenida
para alcanzar el sentido de la identidad, en la medida en que se es diferente al
otro, se reafirma el propio yo.

El tercer aspecto, es el enriquecimiento y realización de la personalidad, en la


medida en que se brinda placer a la otra persona y El cuarto aspecto es el ser
capaz de dar algo a la otra persona.

Para concluir es importante decir que el amor y la voluntad son formas unidas
de conciencia, ambas son también afectos en el sentido que son maneras de
afectar a otros y al mundo (Afecto significa cariño o emoción, tiene la misma
raíz de la palabra efectuar un cambio). Un afecto o afección es también la
manera de hacer, de formar algo, así pues, tanto el Amor como la voluntad son
maneras de crear conciencia en los demás.

En la cultura actual, el amor ya no se aprecia como fuerza de motivación, como


energía para adelantar en la vida, y la fuerza de voluntad, en otras épocas
considerada como principal factor para decidir racionalmente qué hay que
hacer, ha dejado paso a inoperantes e interminables cálculos sobre el decidir
cómo decidir.

BIBLIOGRAFÍA

-May Rollo, (1958) Existencia. México: Gedisa.

-May Rollo, (2000) Amor y Voluntad. Barcelona: Gedisa.

-Shopenhauer Arthur, El Amor, las mujeres y la muerte. Buenos Aires:


Gradifco.

-Singer Irving, (1992) La naturaleza del amor. México: Siglo veintiuno.

-Sánchez Jaime, (2005) Existencia Y Situación: Fundamentos y perspectivas


de una psicología de las situaciones vitales. Medellín: Ediciones ACDAE.

-Aportes de la obra de Martin Buber con respecto a las relaciones YO – TU, YO


– ELLO en relación con la obra de Víctor Frankl. Texto para fines exclusivo
exclusivos de estudio

Publicado por Lilibeth Acevedo

LA SIGNIFICACIÓN DEL CUIDADO. Tema XII: Amor y voluntad. Rollo May.

‘Sólo el hombre verdaderamente bondadoso sabe amar y odiar’. Confucio.

A) EL CUIDADO EN EL AMOR Y LA VOLUNTAD:

• El cuidado es un estado en el cual algo nos importa. Es lo contrario de


la apatía. Es la fuente necesaria de Eros, la fuente de al ternura humana. Para
los griegos, Eros no podía vivir sin pasión. Y nosotros podemos agregar que
Eros no puede vivir sin cuidados. Eros exige el agregado necesario del
cuidado, que viene a ser el aspecto psicológico de Eros.

• La naturaleza da al cuidado poder mediante el sentido del dolor. Si no


nos cuidamos, nos herimos, nos quemamos, nos lastimamos. Y ésta es la
fuente de la identificación: podemos sentir en nuestro cuerpo el dolor del niño o
la herida del adulto.

• No niego los fenómenos biológicos pero el cuidado debe convertirse en


un hecho psicológico consciente.

• La vida procede de la supervivencia física, pero la buena vida procede


de aquello que nos hace alimentar cuidados.

• Para Heidegger, el cuidado (sorge) es la fuente de la voluntad. El


cuidado es una función de la persona toda. Heidegger dice: ‘cuando se la
concibe plenamente, la estructura del cuidado incluye el fenómeno de toda la
personalidad consciente’. Si cuido del ser podré orientarlo prestando atención
a su bienestar en tanto que si no alimento cuidado alguno, mi ser se
desintegra. Heidegger ‘concibe el cuidado con el fenómeno fundamental
constitutivo de la existencia humana’ el cuidado es pues ontológico por cuanto
constituye al hombre como hombre.

• Voluntad y deseo se fundan en el cuidado. No podríamos ni querer ni


desear si no alimentáramos cuidados. Y si los alimentamos auténticamente no
podemos dejar de desear o querer. El querer es el cuidado hecho libre, dice
Heidegger y hecho activo, agregaría yo. La constancia de la persona está
garantizada por el cuidado.

• La temporalidad es lo que hace posible el cuidado. Los dioses del


Olimpo no tienen cuidados. El hecho de que seamos finitos hace posible el
cuidado.

• Para Heidegger, el cuidado es también la fuente de la conciencia. ‘la


conciencia es la vocación del cuidado’ y ‘se manifiesta como cuidado’

• Cuidado y voluntad son dos aspectos de la misma experiencia.

• El desear es como ‘un mero anhelo cual si la voluntad fuera aguijoneada


en su sueño’, según dice Macquarrie, ‘pero sin pasar de soñar la acción’. La
voluntad es la forma plena, madurada del deseo y está enraizada con
necesidad ontológica en el cuidado. En un acto consciente de un individuo
voluntad y cuidado marchan junto y en ese sentido son idénticos.

• El sentimentalismo consiste en pensar en el sentimiento antes que


experimentar genuinamente el sentimiento mismo. El sentimentalismo glorifica
el hecho de que yo tengadeterminada emoción. Comienza subjetivamente y
termino en eso. Pero el cuidado significa siempre alimentar cuidadopor algo.
Somos arrebatados al experimentar el hecho o el suceso objetivo por el cual
alimentamos cuidado. En el cuidado debe uno participar en el hecho objetivo,
hacer algo en la situación, uno debe tomar alguna decisión. Y aquí es donde el
cuidado une el amor con la voluntad.

• Considero que el término preocupación -usado normalmente con el


adjetivo ‘última’- de Paul Tillich es también un sinónimo del concepto del que
estamos ocupándonos.

• podría emplearse el término compasión que para muchos podría


connotar una forma más refinada de cuidado. Pero compasión, ‘sentir con’
alguien es ya una emoción, una pasión que puede sobrevenir y desaparecer.
Prefiero el término cuidado porque es un término ontológico y se refiere a un
estado del ser.

• Amor y voluntad, en el antiguo sentido romántico y ético, son conceptos


dudosos y, por cierto, pueden resultar inaccesibles e inaplicables en el marco
actual. No podemos prestarles apoyo apelando en nuestros días al espíritu
romántico cuando éste está desvanecido o apelando al ‘debería ser’. Ninguna
de estas cosas tiene ya vigencia.

• El cuidado es un tipo particular de intencionalidad que se manifiesta


especialmente en psicoterapia. Significa desearle bien a alguien

• La significación original y común de la ‘intencionalidad’ y el ‘cuidado’ está


en la palabra tender (en inglés tend), que es la raíz tanto de ‘intencionalidad’
como de atender (en el sentido de prodigar cuidado). Tender designa una
tendencia, una inclinación hacia, un movimiento por el cual descarga uno su
peso en un determinado lado y también significa atender, mostrar solicitud. En
este sentido es la fuente tanto del amor como de la voluntad.

• Nota 1: Kant afirma que: sólo un ser racional tiene el poder de obrar de
acuerdo con su idea de las leyes -es decir, de acuerdo con principios- y sólo
tiene voluntad’. Heidegger agrega inmediatamente que ‘puesto que la razón es
necesaria para deducir acciones de las leyes, la voluntad no es otra cosa que
práctica’. Sin embargo ese empleo de la palabra ‘poder’ indica que la voluntad
es también entendida como energía’ John Macquarrie Will and Existence.

• Heidegger dita una antigua parábola del cuidado que Goethe también
utilizó al final del Fausto: ‘Una vez en que el ‘Cuidado’ se disponía a cruzar un
río vio un poco de arcilla; recogió pensativo algo de ese material y comenzó a
darle forma. Mientras meditaba sobre lo que había hecho se presentó Júpiter.
El ‘Cuidado’ le pidió que le confiriera espíritu, a lo que el dios accedió de buen
grado. Pero cuando ‘Cuidado’ quiso dar su propio nombre a la nueva criatura,
Júpiter se opuso y decidió que se le diera en cambio el suyo. Mientas el
‘Cuidado’ y Júpiter disputaban, apareció la Tierra que quiso que se diera su
nombre a la criatura, puesto que ella había suministrado el material para formar
su cuerpo. Entonces pidieron a Saturno que oficiara de árbitro y éste pronunció
la siguiente decisión que parecía justa: ‘puesto que tú, Júpiter, le diste su
espíritu, recibirás ese espíritu a la muerte de la criatura, y puesto que tú, Tierra,
le diste su cuerpo, recibirás su cuerpo. Pero, como ‘Cuidado’ fue quien primero
dio forma a esta criatura, la poseerá mientras ella vida. Y como todavía
disputáis sobre el nombre que haya de dársele, llámesela homo pues está
hecha dehumus (tierra)

B) EL MITO DEL CUIDADO:

• En la Grecia clásica, después de la edad de oro en la cual los mitos y


símbolos daban al ciudadano una armadura contra las dudas y los conflictos
interiores, llegamos a los siglos III y II a. de C. nos encontramos entonces en
un mundo con un estado de ánimo diferente del de la época de Esquilo y
Sócrates. Por todas partes encontramos ansiedad, angustia, dudas y conflictos
psicológicos que se reflejan en la literatura. Y ese mundo no es muy diferente
del nuestro.

• ‘Los antiguos dioses conservaban sus templos y sus sacrificios pero


habían dejado de inspirar una fe viva. Los maestros del siglo anterior, Platón y
Aristóteles, no parecían tener ningún mensaje para la nueva generación,
ningún remedio para vencer el estado de ánimo general de desilusión,
escepticismo y fatalismo’ Ronald Latham

• Plutarco nos traza el gráfico retrato de un hombre ansioso que presenta


los síntomas reveladores del miedo, como insomnio y sudor en la palma de las
manos. Epicteto escribió un capítulo titulado: ‘sobre la ansiedad’ en el cual da
un diagnóstico del estado de angustia y las reglas para vencerlo. ‘Este hombre
está trastornado en la voluntad de obtener y en la voluntad de evitar…’

• Lucrecio deplora que la ansiedad se encuentre en todas partes: miedo a


la muerte, miedo a la peste, miedo a los castigos que sobrevendrán después
de la muerte, miedo a los espíritus sobrehumanos. Lucrecio mira al cielo
‘tachonado de resplandecientes astros’ y luego a los ‘corazones ya agobiados
por otros infortunios, en los que comienza a despertar y a levantar cabeza una
nueva ansiedad. Llegamos a preguntarnos si no estaremos sujetos a una
inescrutable potencia divina que hace recorrer velozmente a los astros sus
varias órbitas’

• Epicuro creía, y Lucrecio lo seguía con toda la devoción de un creyente


que si se explicara a los hombres el mundo natural de una manera
completamente racional se verían libres de la ansiedad.
• Los mitos y los símbolos habían perdido su significación, y el ser
humano, como había de decirlo posteriormente Epicteto, ‘no sabe dónde está
en el mundo’

• Durante ese periodo helenístico florecieron varias escuelas filosóficas,


no sólo los estoicos y epicúreos, sino también los cínicos, los cirenaicos y los
hedonistas junto con los tradicionales platónicos y aristotélicos. Lo que resulta
significativo en todas estas escuelas es la circunstancia de que ya no
representan esfuerzos por descubrir la realidad moral, como la escuela
socrática, o construir sistemas de verdad, como la escuela platónica y la
escuela aristotélica. Son antes bien métodos para enseñar a los hombres a
vivir en un mundo colmado de conflictos espirituales y psicológicos. Ahora las
doctrinas de esas escuelas asumen el carácter de una franca psicoterapia, por
buena o mala que sea.

• Varias de las escuelas consideraban que el problema central del hombre


consistía en controlar sus pasiones y permanecer por encima de los conflictos
de la vida. los estoicos y los epicúreos desarrollaron la doctrina de la ataraxia,
una actitud de ‘imperturbabilidad’ frente a la vida, una calma libre de toda
pasión que se alcanzaba, especialmente en el caso de los estoicos, mediante
un esfuerzo de voluntad y por el hecho de no dejarse afectar por las comunes
emociones de la aflicción, engendradas por las adversidades y la pérdida de la
vida. Uno debería afirmar su dominio sobre los sucesos exteriores o, si no es
capaz de hacerlo, por lo menos procurar que esos sucesos no lo afecten a uno.

• Pero esa fuerza se lograba al precio de suprimir todas las emociones,


tanto negativas como positivas. En sus intentos de suministrar una
psicoterapia, la escuela epicúrea y la escuela estoica se identificaban. ‘ambas
escuelas habrían querido desterrar las pasiones de la vida humana’, dice
Dodds. ‘El ideal de las dos era (…) librar a los hombres de emociones
perturbadoras y eso debía lograrse, en un caso, sosteniendo las apropiadas
opiniones sobre el hombre y Dios y, en el otro caso, no sosteniendo en
absoluto ninguna opinión’ Dodds

• Los epicúreos aspiraban a alcanzar la tranquilidad del cuerpo y el


espíritu equilibrando racionalmente los placeres y asignaban especial valor a
los placeres intelectuales.

• La tradición hedonista asignaba importancia al placer obtenido en la


satisfacción sensual. Pero aquellos hedonistas hubieron de descubrir, como
los hedonistas de otros periodos, incluso del nuestro, que la satisfacción
sensual buscada por ella misma resulta extrañamente insatisfactoria. Un
maestro de esa escuela, Hegesias, desesperando de alcanzar alguna vez la
felicidad se convirtió en el filósofo del pesimismo, y Ptolomeo tuvo que prohibir
sus conferencias en Alejandría porque provocaban muchísimos suicidios. Ese
es el comienzo de la época en que el maestro o filósofo ‘concibe su aula como
un dispensario para almas enfermas’

• EL ‘Los temores y angustias que persiguen al pecho humano no se


arredran ante el estrépito de las armas ni ante la tupida lluvia de proyectiles.
Andan con paso majestuoso entre príncipes y potentados. No les infunde
respeto niel brillo del oro ni el esplendor de las purpúreas vestiduras’ Lucrecio.

• Los hombres sienten claramente en su espíritu una enorme carga cuyo


peso los deprime. Si percibieran con igual claridad las causas de tal depresión,
el origen del alud de males que encierran sus pechos, no llevarían esa vida que
vemos ahora tan comúnmente, una vida en la que nadie sabe realmente que
desea y en la que todo el mundo trata continuamente de marcharse de donde
está como si la mera locomoción pudiera descargarlo del peso. Al obrar así, el
individuo está realmente huyendo de sí mismo. A menudo el propietario de una
magnífica mansión se aburre de estar en su casa y sale sólo para regresar
rápidamente cuando comprueba que no se siente mejor fuera de sus puertas.
A menudo va a su casa de campo conduciendo su carruaje a gran velocidad
como si tuviera prisa por salvar una casa que se está incendiando. Pero
apenas cruza los umbrales de la finca se pone a bostezar o se retira
caprichosamente a dormir para olvidarse de todo o bien se precipita de nuevo a
la ciudad’. Lucrecio

• ‘Así como los niños en la oscuridad tiemblan y se asustan por todo, de la


misma manera nosotros en la plena luz del día nos sentimos a veces oprimidos
por miedos tan infundados como los de esos horrores que los niños se
imaginan que habrán de sobrevenirles en la oscuridad. Los brillantes dardos
del sol, la luz del día, no pueden disipar esta oscuridad y miedo de la mente;
sólo puede hacerlo la comprensión de la forma exterior de la naturaleza y de
sus modos interiores de funcionar’ Lucrecio.

• Lucrecio creía que si lograba desembarazarse de los dioses y los mitos y


ayudaba a los hombres a ilustrase de manera empírica y racionalista, daría el
paso necesario para liberarlos de su ansiedad.

• Había relegado a los dioses a los espacios interestelares, lejos de todo


contacto con el género humano. ‘pues es esencial a la naturaleza misma de la
divinidad que goce de una existencia inmortal, de extrema tranquilidad,
apartada de nuestros asuntos y ajena a ellos. Al deidad está libre de dolores y
peligros, es fuerte en sus propios recursos, está exenta de todas nuestras
necesidades, es indiferente a nuestros méritos e inmune a la cólera’

• ‘No hay ningún malvado Tántalo como refiere el mito (…) No hay ningún
Tityos en el infierno atormentado por aves de rapiña (…) sino que Tityos está
aquí entre nosotros, es ese pobre diablo aquejado por el amor, desgarrado
realmente por aves de rapiña, devorado por roedores celos o desgarrado por
los colmillos de alguna otra pasión. Sísifo vive también entre nosotros y
podemos verlo esforzándose para ganar las insignias del cargo (…). En cuanto
a Cerbero y las furias y el lóbrego y negro infierno cuyas fauces exhalan
abominables vapores, son cosas que tampoco existen ni pueden existir en
ninguna parte (…). Tampoco Prometeo existe pues el ‘agente que por primera
vez llevó el fuego a la tierra y lo hizo accesible a los mortales fue el rayo’’
Lucrecio.

• Para Lucrecio los mitos vienen a ser meras expresiones de procesos


subjetivos que se verifican en el interior de las personas. De eta manera
sustentaba que lo que todo hombre inteligente sabe: que el mito tiene
ciertamente su raíz en las dinámicas subjetivas de la experiencia del individuo.

• El mito de Sísifo está presente en el latido de mi corazón, en todo


cambio producido en mi metabolismo. Reconocer ese mito como nuestro
destino significa comenzar a hallar un sentido en una fatalidad que de otra
manera carecería de significación.

• Repetidas veces Lucrecio proclama que si el lector se convenciera de


las ‘causas’ naturales de al vida, se vería libre de su ansiedad. Y dice que si
uno no puede hallar causas adecuadas a un fenómeno ¡es mejor asignarle
causas ficticias!. Pues no podemos renunciar a la creencia de que ‘todo cuanto
los sentidos perciben en cualquier momento es verdadero’ y cuando las
percepciones parecen engañosas, ‘es mejor, a falta de razones, asignarles
causas ficticias (…) que dejar que las cosas claramente aprehendidas se nos
escurran de nuestro entendimiento’ Lucrecio. Nota 30: Esta idea de asignar
causas ficticias nos recuerda la argumentación de algunos analistas que
sostienen que el paciente debería ser ayudado a creer en la ‘ilusión de libertad’
para llegar al necesario compromiso de cambiar. También nos recuerda la
afirmación de una serie de psicoterapeutas de que no tiene importancia en su
valor curativo el hecho de que se dé al paciente una interpretación verdadera.
El efecto curativo depende de la fe, la esperanza y otras cosas del paciente y
no de la exactitud de la interpretación. Esta es una verdad parcial que debe
situarse en un contexto más amplio, el contexto de la ‘intencionalidad’ presente
en la relación terapéutica como un factor determinante del valor curativo de la
interpretación.

• Lucrecio está dedicado por entero a negar lo demoniaco y lo irracional.


Resulta curioso que según la narración tradicional (inmortalizada por
Tennyson) se quitó la vida después de haber enloquecido por obra de un filtro
de amor

• La ansiedad de la muerte es la fuente fundamental de toda ansiedad


• Durante toda su vida Lucrecio debe de haber experimentado quizá más
que ningún otro miedos y angustias, lo cual sin duda tiene que ver con su
profunda sensibilidad que lo convierte en tan soberbio poeta.

• Mi experiencia psicoanalítica me ha hecho dudar de que las


explicaciones racionales puedan mitigar la ansiedad. La explicación se
convierte en el vehículo de un mythos más profundo que llega a las personas
en niveles más hondos que el de la racionalidad. La explicación, por ejemplo,
se convierte en parte del mythos de que yo, el que da la explicación, cuido de
usted, de que usted y yo podemos confiar el uno en el otro y comunicarnos
mutuamente. Esta implicación puede ser, y en psicoanálisis seguramente lo
es, mucho más importante que el hecho de que mi explicación o interpretación
sea en sí misma, enteramente exacta o ‘brillante’. Cuando doy una
interpretación a un paciente en una sesión psicoanalítica a menudo advierto
que lo que más le impresiona en ese momento es no la verdad o falsedad
teórica de lo que digo, sino el hecho de que mis palabras muestran mi creencia
de que el paciente puede cambiar y de que su conducta tiene sentido. Estos
son aspectos de un mito positivo. En tales explicaciones el mito más profundo
es el de que podemos confiar en el sentido de nuestro universo interpersonal y
el de que la conciencia humana puede en principio ponerse en contacto con
ese sentido.

• Después de leer a Lucrecio nos sentimos más capaces de afrontar la


muerte y de amar. Terminamos el poema con la convicción de que a pesar de
la muerte, hay significación y nobleza en el hecho de que podamos admitir
juntos que no nos resignamos a ver tronchados nuestro amor. Compenetrados
con el poema afirmamos el amor que sentimos los unos por los otros y nuestra
posición frente a la muerte. El poema no resolvió en modo alguno el problema
de la muerte pero después de leerlo nos sentimos más capaces de afrontarla y
menos solos porque la afrontamos juntos. Esta es una ilustración de la manera
en que el mito es portador de intencionalidad. El mito es el lenguaje mediante
el cual se comunica la intencionalidad. (intencionalidad = la estructura en virtud
de la cual la experiencia se hace significativa)

• Lo que ocurre al leer el final del poema de Lucrecio es que nos damos
cuenta de una estructura significativa en las relaciones de nuestras vidas entre
sí y con el universo, en el que la muerte es un hecho objetivo.

• Es ésta una ilustración de cómo la intencionalidad se distingue


claramente de la intención consciente que, en el caso de Lucrecio, era hacer
comprender ciertas explicaciones, muchas de las cuales resultan falsas y las
más de ellas no eran pertinentes.

• Por total que haya sido la dedicación de Lucrecio a su tarea, surge en el


cuadro una dimensión más profunda, que él mismo seguramente no advirtió,
una dimensión más importante que todo lo que aprendió de su maestro
Epicuro, más importante que su bien meditada filosofía, aun más importante
que sus intenciones voluntarias. Y no consiste esa dimensión en lo que el
poeta dice, sino en el poema mismo en el cual una totalidad, un hombre de
grandes dotes, que siente, intuye, ama y quiere, así como piensa y escribe,
abarca todo el vasto alcance de la experiencia humana. Ese es el mythos del
cuidado. Y ese mito afirma que lo que importa, ocurra lo que ocurriera en el
mundo exterior, es el amor y la aflicción, es la piedad y la compasión. Estas
emociones trascienden aun la muerte.

C) CUIDADO EN NUESTROS DÍAS:

• ‘En amor todo hombre comienza desde el principio’ Kierkegaard

• Ese principio es la relación entre personas, lo que hemos llamado


cuidado. Aunque el cuidado va más allá del sentir, comienza allí. Se trata de
un sentir que denota una preocupación cuando la existencia de la otra persona
nos importa. Es una dedicación que asume la forma última de querer
complacerse en la otra persona o, en última instancia, sufrir por ella

• El nuevo interés por el cuidado queda demostrado por el hecho de que


psicólogos y filósofos hagan hincapié en el sentir considerado como la base de
la existencia humana. Tenemos que establecer el sentir o sentimiento como un
aspecto legitimo de la manera que tenemos de relacionarnos con la realidad.
Cuando W. James dice: ‘el sentimiento es todo’, afirma que todo comienza allí.
El sentir lo compromete a uno, lo liga al objeto y asegura la ación.

• Durante las décadas que siguieron a eta afirmación ‘existencialista’ de


James, el sentimiento quedó desvalorizado y fue desdeñado por considerárselo
algo meramente subjetivo. La razón o más exactamente, la razón técnica era la
guía de cómo debían plantearse las cuestiones. Decíamos ‘siento’ como una
expresión sinónima de ‘creo vagamente’ cuando no sabíamos algo, sin darnos
cuenta de que sólo podemos conocercuando sentimos.

• El desarrollo del psicoanálisis ha hecho que se volviera a dar primacía al


sentir. Y en la psicología académica últimamente apareció una serie de
artículos que muestran el cambio de psicólogos y filósofos, que tienden ahora a
una nueva apreciación del sentir.

• Sentio, ergo sum (Hadley Cantril)

• ‘Aquello de que tenemos conciencia no es nunca el puro pensamiento o


la pura existencia. Más bien me experimento esencialmente como una unidad
de emociones, de goces, de esperanzas, de temores, de penas, de
valoraciones de posibilidades, de decisiones (…) y todas estas cosas son mis
reacciones subjetivas a mi ambiente en la medida en que soy activo en mi
naturaleza. Mi unidad, que es el ‘soy’ de Descartes, es mi proceso por el cual
formo con este confuso tumulto de materiales un esquema coherente de
sensaciones. Alfred North Whitehead.

• Sentimiento: el cuidado apuntando al amor

• La aparición de un genuino sentimiento humano de simpatía, por simple


que sea, es un momento decisivo en psicoterapia. Ruptura de la
comunicación: ese es el tema de nuestras obras de teatro más serias como las
de O´Neill, Beckett, Ionesco y Pitner. En estas piezas el hombre se quita
enteramente la máscara y nos encontramos ante la vacuidad como en The
iceman Cometh. La nobleza del hombre que es necesaria para la tragedia o
para todo genuino humanismo se siente en el escenario como la circunstancia
de que la grandeza ha huido del hombre, lo cual significa que hay un vacío: el
vacío está presente como una falta. Este es el paradójico estado del sentido de
la falta de sentido. Los hechos trágicos son el aparente vacío, la vacuidad y la
apatía.

• Beckett -para no mencionar otros dramaturgos y artistas plásticos- choca


a nuestra conciencia de la significación humana y nos obliga a mirar más
profundamente nuestra condición de hombres. Nos encontramos abrigando
cuidados a pesar de la aparente falta de sentido de la situación. Godot no
llega, pero en la espera hay cuidado y esperanza.

• Esperar es alimentar cuidados y esto supone abrigar esperanzas.

• T. S. Eliot

Le dije a mi alma, quédate tranquila y espera sin esperanza

Pues la esperanza sería esperar lo malo, espera sin amor

Pues el amor sería amar lo malo; queda sin embargo la fe

Pero la fe y el amor y la esperanza están en el esperar,

Espera sin pensamientos, pues no estás pronto para el pensamiento:

Así la oscuridad será la luz y la calma la danza

• Claro está que muchos de los dramas contemporáneos son negaciones


y algunos de ellos bordean peligrosamente el nihilismo. Pero es el nihilismo lo
que nos choca cuando enfrentamos el vacío. Y para quien tiene oídos para oír,
ese vacío (el término se refiere aquí a una condición trascendente) le expresa
una aprehensión más profunda e inmediata del ser. Es el mythos, y a veces
creo que es sólo este mythos, lo que nos permite mantenernos frente al
cinismo y la apatía que son las enfermedades psicológicas de nuestros días.

• Esto apunta a una nueva moral, no de formas y apariencias, sino de


autenticidad en la relación.
• Los vagos esbozos de esa moralidad ya están presentes entre nosotros.
Es algo que muestra ese sector de la generación joven que vive este problema
con genuina preocupación. Esos jóvenes no están interesados ni en el dinero
ni en el éxito. Estas cosas se consideran ahora ‘inmorales’ buscan la
honestidad, la franqueza y la autenticidad de la relación personal. Andan tras
el sentimiento genuino, buscan un contacto, una mirada sincera en los ojos,
compartir una fantasía. El criterio se convierte en la significación intrínseca y
ha de juzgarse por la autenticidad que uno muestre, por la disposición que uno
muestre a hacerse accesible a la otra persona. No es extraño que en nuestros
días las palabras resulten sospechosas, pues esos estados pueden
determinarse únicamente mediante el sentir directo.

• En esta nueva moral el error consiste en la falta de contenido de esos


valores. El contenido parece presente, pero ocurre que en cierta medida ese
contenido se basa en el antojo, en el capricho y en una emoción transitoria. ¿Y
la permanencia? ¿Y la confiabilidad y el carácter duradero de la relación?

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