Está en la página 1de 24

ANIQUILAMIENTO

Cuantificación y aniquilamiento de la población amerindígena en Costa Rica

Guillermo Eladio Quirós Álvarez

Resumen

El autor presenta un análisis cuantitativo y geográfico de la población indígena a


mediados del siglo XVI. Sus resultados los compara con otras fuentes de información,
estableciendo que la población que habitó la Costa Rica colonial ascendía a
1,000.000±15% de personas.

Luego calcula la aniquilación indígena en 98% en el primer siglo y en 99.8% cuatro


siglos después. Por tanto concluye que no hubo mestizaje y que la transferencia
generacional de la cultura se interrumpió, incluyendo el conocimiento en ciencia y
tecnología.

Abstract

The author presents a quantitative and geographical analysis about indigenous


population, at the middle Sixteen Century. The results are compare with another
information sources and establishes the ancient Colonial Costa Rica was 1,000.000
people (15% numerical error).

After those he calculates the indigenous destroy, resulting to be 98% in the first century
and 99.8% for the four after. In consequence he concludes the mestization doesn’t take
place between spaniards and amerindian people and that ancient culture of
Mesoamerican Low Region suffer a generational broken, specially autochthonous
science and technology knowledge.

Introducción

Las fuentes de información sobre la población autóctona provenientes de los primeros


españoles son poco confiables (Ferrero, 2001), pues su propósito era enriquecerse a
cualquier costa; y en consecuencia privaba su interés personal sobre la realidad, la cual
disfrazaba con el propósito de escamotear impuestos y obtener granjerías de la
Corona.

Son varias las fuentes tradicionales que manejan conceptos comprometidos con la
hispanidad ancestral, las cuales condujeron a desinformar a nuestra sociedad de la
verdadera realidad indígena precolombina. Por ejemplo la obra de Montero (2003) [2] se
utilizó como texto en Historia en el sistema educativo costarricense a principios del
Siglo XX y establece que la población original ascendía a unos sesenta mil indios de
los cuales hoy quedan apenas unos dos mil. Información que impide conocer
el apartheid sufrido por nuestro potencial ancestro.

Método

Se establecieron relaciones cuantitativas con el propósito de expresar de manera


objetiva la cantidad de amerindios. Ardua tarea cuando las fuentes de información
primaria contienen datos ocasionales, dispersos y parte de expresiones con diferente
intención original. El análisis poblacional se hizo con base en un contraste de
información proveniente de tres autor(a)es, cuyas referencias cuantitativas resultan de
gran fundamento: Juan Vásquez de Coronado (en Fernández Guardia, 1908), Luis
Ferrero (2001) y Eugenia Ibarra (2003). El primero porque es el único que ofrece in
extenso en el siglo XVI una identificación y cuantificación oportuna de la población
original, además de contar con formación académica en la Universidad de Salamanca.

Cuando se analizaron estimaciones cuantitativas, se tuvo presente que el


término indios o guerreros, son utilizados por los conquistadores para señalar la
capacidad de defensa o ataque de los amerindios, en términos de medir la resistencia a
la conquista armada.

Análisis

Ferrero (2001) introduce algunas referencias históricas valiosas. A saber:

Cita estudios demográficos de Lockhart (1968), Mac Leod (1973), Radell (1976),
Sherman (1971, 1979) y Fowler (1981); donde estiman la población en los territorios del
antiguo Partido de Nicoya en 500.000 almas, los cuales son casi exterminados hacia el
año de 1560.

§ Citando a Hernández (1572): en el pueblo de Xocci los españoles se vieron


rodeados de cinco a seis mil indios.

§ Citando a Robles (1541) indica : en un sitio cercano al río Sixaola, que los
españoles llamaron Valle de los Pejibayes, había una población de más de 50.000
palmas de pejibaye... Se trata de un planta que solo se reproduce en estas
concentraciones y cantidades por medio del cuido celoso de la mano del hombre. Tal
cantidad de plantas ocuparía un área aproximada de 80 ha.[3] y el cuido de unas 2000
personas con las herramientas de la época. Por lo tanto, la población indígena
beneficiaria era al menos de 10.000 personas[4]
§ Citando a Ximénez (1569) y Fernández (1976) indica sobre las costumbres
guerreras en el Valle Central que: .... se sacrifican y matan por año más de 4000
ánimas....Ello indica que la población de los amerindios del Valle debía ser del orden de
200.000 habitantes, para aún así mantener una población con crecimiento equilibrado.

§ Por su parte López de Siqueyra (1603) indica que en la población de Duy,


frontera Costa Rica-Nicaragua/Panamá, hay un millón de amerindios (de origen
mexicano). Cantidad exagerada, pero que expresa incontables pobladores los cuales
podríamos estimar en cien mil considerando otros testimonios.

§ Aranza (1595) señala que en Duy hay 6.000 indios de guerra en la Bahía de
Almirante, de origen mexicano. Por lo tanto la afirmación de López de Siqueira no es
descabellada, pues equivale a decir 30.000 amerindios solo en la región de Almirante.

El siguiente Cuadro cuantifica las referencias anteriores.

Cuadro 1.

Cuantificación de la información ofrecida por Ferrero (2001).

Villa Autor Región Población


total

Nicoya y Lockhart y otros Pacífico Norte 500.000


otros

Xocci Hernández Pacífico Sur 22.000

Sixaola Robles Caribe Sur 10.000

Huetares Ximénez y Valle Central 200.000


Fernández

Duy López, Aranza Fronteras Caribe: Costa 100.000


Rica-Nicaragua, Costa
Rica-Panamá

Total 832.000±25%

En estas referencias se han quedado de lado los pobladores del Pacífico Central, la
mayoría del Pacífico Sur, los del Caribe Central y los del Valle Central Este. Por lo tanto
se estaría quedando por fuera fácilmente un 30% de la población indígena, si
consideramos la información proveniente de otras fuentes. Por ello, como primer
criterio, se podría estimar que la población amerindia estaba constituida por 1,100.000
personas, incluyendo pobladores fronterizos que constituían parte de la antigua
jurisdicción costarricense.

Ibarra (2003) indica la ubicación geográfica de cada cacicazgo, así como su extensión
geográfica. Esta información cuantitativa permite elaborar una escala numérica más
confiable. El nivel de importancia de cada cacicazgo se asignó con base en la
extensión geográfica del Mapa No. 2 de la fuente citada, resultando 5 categorías. Para
establecer un patrón numérico confiable, se utilizó el trabajo de Quesada (1980:215), el
cual establece con certeza 10.000 habitantes para la ciudad de Nicoya. Suponiendo
una densidad de población homogénea en todo el territorio colonial, se procedió así:

a. La ciudad de Nicoya tenía 10.000 habitantes. Si se agregan los cacicazgos


secundarios resulta que este núcleo (categoría 4) tenía entre 20.000 a 25.000
habitantes, siguiendo la estructura cacical establecida por Ibarra (2003). Por lo
tanto equivale a 22.000 hab., con un error asociado máximo del 15% (para
mantener una variación apropiada).

b. Analizando la extensión geográfica media de cada cacicazgo, se establece que


la extensión del cacicazgo nivel 3 es el doble del nivel 4. El nivel 2 es 3/2 del
nivel 3. El nivel 1 es 3/2 del nivel 2. A su vez el nivel 5 tiene la mitad de
cobertura geográfica del nivel anterior.

c. Por ello las equivalencias numéricas son: nivel 1=99.000, nivel 2=66.000, nivel
3= 44.000, nivel 4=22.000, nivel 5=11.000.

Cuadro 2

Cuantificación de los habitantes por villa o cacicazgo, según varios autores.

REGION Ibarra (2003) Ferrero (2001) Vásquez de Habitantes


(*) Coronado (1563) (***)
(**)

Pacífico Norte Nicoya (iv) Nicoya (ii) Nicoya (iii) 22.000

Catapas (iv) Catapas, Cotan (v) 11.000

Nahuas (iv) 11.000


Corobicís (v) Corobicís (v) Bagacis (5) 11.000

Zapandí (v) 11.000

Total 3 4 4 66.000

Pacífico Central Orotiña (v) Orotiña (v) 11.000

Chomes (v) Chomes (v) 11.000

Churutecas Churutecos (v) Churutecas (v) 11.000


(v)

Cuchiras (v) 11.000

Quepo (iv) Quepos (iii) Quepo (ii) 44.000

Total 4 5 2 88.000

Pacífico Sur C. Boruca (iii) Turucaca (ii) Turucaca (ii) 66.000

Cía Cia (iv)

Yabo Yabo (iv)

Uriaba Uriaba (iv)

C. Coto (ii) Coctos Couto (i) 99.000

Xarixaba Jarixaba (iv)

Buricas (iv) 22.000

Guaymíes 44.000
Pacífico(ii)

Burucac (iv)

Duyba (iv)

Cabara (iv)

Barezto (iv)

Tabicte (iv)
Arobara (iv)

Cabangara (iv)

Quecabangara (iv)

Cuacua (v)

Quecuru (v)

Baricara (v)

Curubi (v)

Total 6 4 18 231.000

Caribe Norte Votos (iii) Votos (iii) Botos (ii) 44.000

Tices (iii) Tices 44.000

Total 1 2 2 88.000

Caribe Central Suerre (v) Suerre (iii) Suerre 11.000

Pococí (iv) Pococís (iii) Coaza 22.000

Viceítas (iii) 22.000

Total 2 3 2 55.000

Caribe Sur Tariaca (v) Tariaca (v) Texbi (v) 11.000

Talamanca Térraba (v) Tayutic


(ii)

Siguas (ii) 44.000

Guaymíes Caribe Guaymíes 44.000


(ii)

Total 2 4 3 99.000

Cordillera Talamanca Doraces Abra (v) 66.000


Talamanca (ii)
Boruca (iii) Curinca (v) 44.000

Tuaca (v)

Cutiara (v)

Tambia (v)

Cabaru (v)

Urabaru (v)

Qururu (v)

Araraca (v)

Tamari (v)

Taymaru (v)

Tariaca (v)

Total 2 1 12 110.000

Valle Central C. Garabito Huetares (i) Garabito (v) 99.000


(i)
Oeste y
Suroeste

Yurusti, Yurusti (v)


Barva,
Abacara,
Toyopan,
Chucasque.

Pacaca (v) Pacacua (v) 11.000

C. Curriraba 11.000
(v)

Toyopan

Istaru
C. Aserrí: (v) Accerri (v) 11.000

Tiribi Taribi (v)

Churraca Turrubara (v)

Puririce Puririci (v)

Coyoche (v)

Total 14 1 8 132.000

Valle central Este Guarco Guarco 66.0000


y Sureste

Auyaques 11.000

Urinamas 11.000

C. Turrialba: Turrialba

Aquia Aczari

Atirro Aterre

Tayutic Toyocpa

Guycacic Aquezari

Tucurrique

Corroci Curiraba

Ujarras

Orosi Orocci

Cot Coc

Quircot Corcoc

Total 12 2 10 88.000

TOTAL 46 26 54 957.000±15%
GENERAL
(*) Esta columna se refiere a cacicazgos. Si el nombre va antecedido de una letra C.
indica el nombre de un cacicazgo y los sustantivos que le siguen son nombres de villas
secundarias. En estos casos, la indicación de habitantes solo se hace respecto del
cacicazgo principal.

(**) Para estimar la importancia de la villa el autor se fundamentó en las cartas de


Vásquez de Coronado (Fernández Guardia, 1908), el cual clasifica muchas de ellas por
el tipo de construcción, número de caciques que las regían y soldados en cada una.
Por ejemplo menciona: .. y crea vuestra señoría que es mucha la gente de esta tierra, a
lo menos ay en los pueblos y provincias que estan en paz al pie de XX mil hombres....
No obstante las escasas referencias numéricas hechas en el documento[5], es posible
mediante un análisis cuidadoso interpretar el texto y establecer una escala numérica.

(***) El número de habitantes se calculó mediante la categoría establecida. Cuando la


evidencia disponible lo amerita, la categoría final establecida responde al criterio
mayoritario de varios autores. Se utilizó como base del cálculo la investigación de
Ibarra; y por tanto se evitó incluir cacicazgos menores, para mantener el margen de
incertidumbre bajo.

La cantidad de población hallada no es sorprendente pues :

1. Coincide bien con las fuentes indicadas en el libro de Ferrero (2001) que dieron
anteriormente un total de 1,100.000 personas.

2. Esta cifra en su orden de magnitud coincide con lo expresado por Fernández de


Oviedo[6] (1970) al establecer que en Castilla de Oro había 2,000.000 de habitantes a la
llegada de los españoles.

3. La población estimada tanto para Panamá como para Nicaragua por expertos en
demografía precolombina, es de un millón de personas para cada país (Ibarra, 2003:
46). Por lo tanto no es posible que Costa Rica con mejores condiciones ambientales,
mayor diversidad de microclimas e irrigación, pudiera tener solo 400.000 habitantes.

4. La diferencia hallada entre el número de villas (columna 2 y 4) se debe a que una


fuente considera grupos humanos allende la frontera actual y la otra no.

5. Quirós (2004) calcula la mano de obra requerida para construir la red de


calzadas, obteniendo una cifra cercana a 1,000.000 de habitantes. Esta cifra obtenida
por un método distinto, confirma los resultados obtenidos en este manuscrito.
Los resultados obtenidos permiten agrupar las villas y habitantes por región geográfica,
de tal forma que se puede obtener información sobre las preferencias ambientales de
los amerindios.

Cuadro 3. Cuantificación de los habitantes por región geográfica.

REGION Villas por región Habitantes

Pacífico Norte 4 66.000

Pacífico Central 2 88.000

Pacífico Sur 18 231.000

Caribe Norte 2 88.000

Caribe Central 2 55.000

Caribe Sur 3 99.000

Cordillera Talamanca 12 110.000

Valle Central Oeste y 8 132.000


Suroeste

Valle central Este y Sureste 10 88.000

TOTAL GENERAL 54 957.000±15%

El área más poblada es el Valle del Diquís, por cuanto la irrigación de este Valle y las
cuencas vecinas permitieron sostener una numerosa población, la cual se valió además
de las inundaciones y de la riqueza costera para progresar. Este resultado coincide con
los recientes hallazgos de Quintanilla y Badilla (20001), quines estiman en 900ha el
área cultivable en el Valle por aquellos pobladores. La influencia de la cultura
colombiana también debe haber influido para lograr este desarrollo humano superior.
Le sigue en concentración humana la porción oeste del valle central, de clima benévolo
y tierras feraces, bien drenadas y con un clima agradable todo el año.
Con menor población resultan las llanuras del Pacífico Norte, normalmente áridas, poco
productivas, sujetas cuando mucho a dos cosechas anualmente. Igualmente las
llanuras del Caribe, sometidas a un clima húmedo, de mucho insectos y poco
confortable.

Costa Rica cuenta con 34 cuencas hidrográficas incluyendo algunas menores


asociadas a los ríos principales. Estas tienen una extensión unitaria que va desde los
500 km2 hasta los 6.000km2 (el río Grande de Térraba). Además se cuentan 10 valles
irrigados y 4 llanuras principales (Quesada, 1980: 65-70). O sea, un total de 48
ecosistemas diferenciados en sus condiciones ambientales. Por lo tanto el número de
villas y la población por villa, permiten establecer una asociación cuasibiunívoca
cuenca hidrográfica - villa indígena, la cual señala una congruencia de fondo entre los
resultados obtenidos y las características macroambientales del territorio continental.

Desaparición de nuestras poblaciones autóctonas

La principal causa de la muerte del pueblo amerindio fueron las enfermedades


contagiosas de la época (Stearns, 2001) de las cuales los españoles eran fieles
portadores. Mismas que habían adquirido en las cárceles ibéricas, a saber:
viruela (poxvirus variolae), sarampión y tifus, las cuales precedieron el contacto físico
de los españoles, al transmitirse desde los primeros naturales que los conocieron en
las costas años atrás, durante las primeras excursiones (Ferrero, 2001). Por ejemplo, la
extinción total de la población de los Pococíes en 1560, puede haberse originado en la
contaminación biológica de dos doncellas que permanecieron al menos un día en la
carabela de Cristóbal Colón (carta de Hernando Colón, 1502; transcrita por Ferrero,
2001), regresando a tierra después de haber sido infectadas por la tripulación.

Thiel (1902) indica que la distribución de los amerindios hecha para la explotación por
los españoles -en el sistema de encomiendas-, estaba constituida por los siguientes
grupos: Corobicíes y Botos 900, Borucas 1000, Chorotegas 13000, Nahuas 400,
Caribes Huetares 3500, Viceítas 8200, para un total de 27.000. Montero (2003) afirma
que en ese año quedan apenas unos dos mil en Guatuso, Boruca, Térraba, Viceita,
Cabécar, Urén, Bribrí y La Estrella.

Con base en esta información se construye el Cuadro 4 que calcula la reducción de la


población.

Cuadro 4.
Reducción histórica de los amerindios.

Fuente de Cantidad de Thiel Reducción Montero Reducción


información amerindios
(Finales (1892)
S.XVI )

Este manuscrito 1,000.000 27.000 97.3% 2.000 99.8%

Ferrero (2001: 66) 350.000 27.000 92.3% 2.000 99.4%

Fernández de 400.000 27.000 93.2% 2.000 99.5%


Oviedo(1970,IV:385),

Ibarra (2003: 46)

Ferrero (2001) refiere autores que analizaron el fenómeno de la despoblación, quienes


lo calculan entre un 70 a 80% para otros países centroamericanos. La Enciclopedia de
Historia Mundial (Stearns, 2001) detalla las causas y el número de población afectada,
tal como se resume en Cuadro 4.

Cuadro 5.

Reducción de las poblaciones indígenas en algunos países americanos.

Tomado de The Spanish Colonial System, 1550–1800: Population Development (*)

Lugar Población Población final Aniquilación Período


inicial

Caribe 500.000 22.000 95.6% 1519-1570

México 11,000.000 2,500.000 77.3% 1519-1597


central

Perú 6,000.000 1,300.000 78.4% 1500-1590

(*) Stearns (2001).


Este Cuadro confirma la mayor aniquilación en la Cuenca del Caribe -especialmente
para Costa Rica donde los resultados son de un verdadero apartheid colonial.
Conocemos que las causas son producto de una guerra biológica solapada, que
desgraciadamente se ocultó. Analicemos a qué se debió su eficiencia.

§ La red de caminos que entrelazaba las villas fue lo suficientemente densa


(Quirós, 2004), como para facilitar la comunicación entre villas próximas; y con ello la
transmisión de enfermedades contagiosas. En consecuencia, la actividad comercial y el
intercambio de alimentos y bienes infectados, fue a nuestro pesar, eficiente.

§ El amerindio desarrollaba la mayoría de sus actividades en su cuencas


hidrográficas (Quirós, 2004; Ferrero, 2001), en un estado de relativo aislamiento que le
imposibilitó la superación de enfermedades para las cuales no tenía explicación. Y
evidentemente por su naturaleza y origen repentino, escapaban a la medicina natural
desarrollada milenariamente por los chamanes, a través de un proceso de ensayo y
error, que en este caso a diferencia de otras enfermedades tradicionales, no contó con
el suficiente tiempo para salvar la población.

§ El haber mediado decenas de años entre expediciones de conquista, no


permitió al español entrar en contacto personal con los amerindios durante el siglo XVI.
Estas personas murieron lentamente, solos en su ecosistema, sin los medicamentos
europeos que si tenían de alguna forma sus semejantes de otras latitudes americanas.

§ Este relativo aislamiento podría haber sido la causa de que en los registros
españoles no se haya anotado este fenómeno social masivo. O tal vez, esta guerra
biológica se libró deliberadamente y no se anotó para esconder la bajeza de aquellas
acciones, como ha sucedido en la historia de la humanidad en otras ocasiones.

Conclusiones

1. La población americana original de Costa Rica a inicios del Siglo XVI consistía de
un millón de habitantes dispersa en 54 villas, distribuidas en las cuencas hidrográficas y
ecosistemas conexos. Tal población corresponde a una densidad media de 25
hab./km2, la que Costa Rica moderna alcanza alrededor del año 1965.

2. Esta densidad es superior al umbral de 10 hab./km 2 propio de sociedades


igualitarias (Sheets, 2004:7) y por lo tanto, la sociedad es típicamente cacical
jerárquica, con una amplia disposición de recursos humanos para soportar la
diversificación de funciones sociales y productivas.
3. De la distribución geográfica de la población se deriva la preferencia por vivir en
medio de las cuencas hidrográficas y de accidentes morfológicos propios de las
estribaciones montañosas, donde hallaban espacios cerrados y áreas limitadas, las
cuales simplificaron la defensa y facilitaron la obtención de alimentos y agua. Esto
unido a la elevada ocupación humana encontrada, permite asignar a cada villa una
microcuenca y un ecosistema diferenciado, por lo que la distribución y densidad de
villas confirma y materializa el concepto de microcultura para cada villa (Quirós, 2004).
Distribución humana que coincide geográficamente con el número de cuencas
hidrográficas, valles y llanuras; ecosistemas fundamentales que albergaron
ordenadamente un millón de amerindios.

4. La población fue reducida en un siglo de opresión en un 97.3%. Cuatro siglos


después solo sobrevivía un 0.2%.

5. Intencional o no, se trató de una guerra biológica, un apartheid que acabó con
una espléndida cultura, cuyos valores y rostro humano solo empezamos a
conocer por escasas evidencias.

6. La aniquilación tuvo tal rapidez, que la mezcla de sangre amerindio-español no


se llevó a cabo de manera significativa. Por tanto no hubo mestizaje y como tal
aquellas mujeres y aquellos hombres no son antepasados genéticos de la
población actual.

7. Otra consecuencia nefasta de la destrucción indígena, fue haber perdido su


ciencia y tecnología, ignoradas en el tiempo y de las cuales solo conocemos
manifestaciones ocasionales. Por ello el esfuerzo por entender sus esferas de
piedra, sus complejas calzadas y acueductos, sus elaborados tronos cacicales;
rastros evidentes de un conocimiento que no tuvo la oportunidad de transmitirse.

8. Dejo ex-profeso una línea en blanco


.................................................................................................................................
................... que represente el respeto de nuestra generación ante el asesinato
innoble de aquélla mujer que vio a su hijo morir de fiebre e infecciones en sus
brazos. De aquel padre que restregó la montaña en busca de la planta milagrosa
que salvaría a su mujer e hijos de un mal del que Sibú no le previno.

Literatura Citada

1. Aranza, I. 1595. Carta del Gobernante de Veragua. En: Fernández León, 1881-
1907: V:100/101.
2. Fernández de Oviedo, G.1970. Historia General y Natural de las Indias. 5 tomos.
Editorial Atlas. Madrid.

3. Fernández Guardia, Ricardo. 1908. Cartas de Juan Vásquez de Coronado,


Conquistador de Costa Rica. Reproducción de versión original. Imprenta de la viuda de
Luis Tasso. Barcelona.

4. Fernández, L. 1976. Conquista y Poblamiento en el Siglo XVI. Serie Biblioteca


Patria 2. Editorial Costa Rica. San José.

5. Ferrero-Acosta, L. 2001. Entre el pasado y el futuro. Editorial Costa Rica. 248p.

6. Fowler, W.R. 1981. The Pipil-Nicarao of Central America. Ph.D. Dissertation.


University of Calgary, Canada.

7. Hernández, D. 1572. Información de méritos y servicios de Domingo Hernández.


En: Fernández León, 1881-1907: VII: 215-220.

8. Ibarra, E. 2003. Las Sociedades Cacicales De Costa Rica. Editorial de la


Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. 248p.

9. Lockart, J. 1968.Spanish Peru, 1532-1560. A Colonial Society. University of


Wisconsin Press. Madison.

10. López de Siqueira. 1603. Carta del Gobernador de Veragua a su Majestad. En:
Fernández León, 1881-1907: V: 109-115.

11. MacLeod, M.J. 1973. Spanish Central America. A Socioeconomic History, 1520-
1720. University of California Press, Berkeley.

12. Montero, F. 2003. Elementos de Historia de Costa Rica. 1502-1856. San José,
C.R. EUNED.

13. Quesada López-Calleja, Ricardo. 1980. Costa Rica la Frontera Sur de


Mesoamérica. ICT. 288p.

14. Quintanilla, I. y A. Dadilla. 2001. El impacto de los fenómenos naturales sobre los
yacimientos arqueológicos de la llanura aluvial del delta del Diquís, Costa Rica. Revista
Vínculos: Vol. 26. Museo Nacional de Costa Rica.

15. Quirós, G.E. 2004. La red de calzadas precolombinas: indicador del desarrollo
tecnológico. Sometida a Revista Vínculos, Museo Nacional de Costa Rica.
16. Radell, D. R. 1976. The Indian slave trade and population of Nicaragua during the
16th Century. En: The native Populations of the Americas in 1492, edited by William M.
Denevan. University of Wisconsin Press, Madison.

17. Robles, F.P. 1541. Información …acerca de la entrada de Hernán Sánchez de


Badajoz al valle de Coaza y de su expulsión por Rodrigo de Contreras. En: Fernández
León, 1881-1907: VI: 177-198.

18. Sheets, P.2004. Prehistoric Footpaths in Costa Rica. Project Summary.


Comunicación personal de abril 2004 vía Internet.

19. Sherman, W.L. 1979. Forced Native Labor in Sixteenth-Century. Central America.
University of Nebraska Press, Lincoln.

20. Stearns, Peter N. Editor. 2001. The Spanish Colonial System, 1550–
1800: Population Development. En The Encyclopedia of World History, Sexta Edición.
Copyright © 2001 por Houghton Mifflin Company.

21. Ximénez, D. 1569. Autos sobre repartimientos de indios de Costa Rica. En:
Fernández León, 1881-1907, VIII:3-29; 1976b:17.

[1]
Físico y Oceanógrafo. Consultor en desarrollo marino. oceano@racsa.co.cr
[2]
Recientemente editada por la EUNED.
[3]
Según criterio técnico del Ing. Agr. Federico Quirós, especialista en cultivos del
trópico húmedo.
[4]
Solo un 20% podría dedicarse a este plantío.
[5]
Las referencias numéricas son: más de 15.000 hombres: Pacaca, Accerri, Bortos, el
Abra, Guarco. 3.000: El Abra. 6.000: Accerri. Más de 20.000: Pacífico Central, Valle
Central. 1500: Quepos. 16.000 varias villas en el Pacífico Central. 60.000: entre todos
los pueblos de la vertiente Caribe.
[6]
Citado textualmente por Quesada, 1980.

La conquista de Costa Rica y la resistencia indígena

Juan Carlos Solórzano F.


Conferencia dictada en ARADIKES: Asociación Aborigen del Dikes, Buenos Aires de
Puntarenas, Costa Rica, 26 de febrero de 2011
Programa de gestión local de la UNED

1-Costa Rica indígena

En el siglo XVI, todo el territorio del país se encontraba ocupado por diversos grupos de
población indígena. Estaban organizados en lo que se conoce como cacicazgos: un
jefe principal, bajo cuyo dominio se encontraban otros caciques o jefes locales, quienes
a su vez eran jefes de varias aldeas.
Culturalmente y lingüísticamente se diferenciaban entre sí, aunque algunos tenían
muchas afinidades. En general, los investigadores dividen en tres grandes zonas el
país, con el fin de establecer las principales diferencias entre estos grupos indígenas.
La región noroccidental es la que se denomina Chorotega y estaba habitada por grupos
indígenas cuya cultura era semejante a la de otros pueblos que vivían en Nicaragua, El
Salvador, parte de Guatemala y México. Se les llama pueblos mesoamericanos,
quienes hablaban una lengua emparentada con la principal de las lenguas de
Mesoamérica: el Náhuatl. Los grupos indígenas que ocupaban la península de Nicoya y
la banda oriental del Golfo de Nicoya, habían llegado a esta región algunos siglos antes
del arribo de los españoles y habían sustituido o se habían mezclado con los grupos
indígenas locales.
La región central del país, abarcando desde las Llanuras del Norte, el interior del país y
hasta la zona del Caribe Sur, podría denominarse como región huetar. Aunque en sus
bordes había grupos de procedencia sureña, los huetares constituían un grupo con
muchas afinidades culturales con pueblos que habitaban la actual Colombia. Esta
afinidad era lingüística, pero también se puede apreciar en la similitud del trabajo del
oro por ejemplo.
Una última región, denominada Brunka estaba constituída por la región del Pacífico
Sur, donde los grupos indígenas mostraban una gran afinidad cultural con las
poblaciones que habitaban Panamá.
Se calcula que habitaban el país unas 400.000 personas y probablemente sólo las
regiones más altas de los cerros de mayor altitud no estaban poblados.
Todas las poblaciones indígenas del continente americano procedían de antiquísimas
migraciones de pueblos que habían arribado muchos miles de años atrás, quizás hasta
20.000 años antes de Cristo, durante la llamada Edad del Hielo, cuando gran parte del
mundo se encontraba cubierto de enormes casquetes de hielo (glaciares). Estos
grupos humanos ingresaron desde Siberia hasta Alaska, en el extremo norte de
América y desde allí iniciaron su descenso y poblamiento de todo el continente.
Cuando terminó la Edad del Hielo, hace unos 14.000 años, subieron las aguas del mar
y Alaska y Siberia quedaron separados por el agua. Entonces ya no se produjeron más
migraciones desde Asia y los pueblos de América comenzaron su propio desarrollo
autónomo, independiente de lo que ocurría en el resto del mundo. Fue así como se
inició la evolución socio-económica y cultural de los pueblos americanos y entre éstos
los de Costa Rica.

2-La España del siglo XV

Mientras los pueblos de América desarrollaron su propia cultura y crearon grandes


civilizaciones, como la de los Aztecas, Mayas, Incas y otras menos conocidas, pero de
igual importancia, en Europa los humanos habían tenido su propio desarrollo. Ambos
grupos: los europeos y los americanos no tenían ningún conocimiento de los otros.
Pero los europeos sí conocían la existencia de otras culturas y otros pueblos del Asia y
de África, con quienes mantenían relaciones de comercio, pero también de guerra.
Precisamente del contacto con otros pueblos habían aprendido a utilizar los desarrollos
tecnológicos, como por ejemplo el uso de la pólvora en armas, un invento de los
chinos.
Los avances tecnológicos fueron los que les permitieron a los europeos lanzarse a la
exploración de los mares y de esta manera fue como exploraron las costas del África
primero y lo que les permitió llegar a América.
Cuando Cristóbal Colón, en 1492, alcanza las costas del Caribe de América establece
un vínculo entre los pueblos de América y de Europa que cambiaron totalmente la
Historia del mundo.
Cristóbal Colón realizó cuatro viajes de exploración hacia América; el último de los
cuales lo realizó en 1502, es decir diez años después del primero, llamado "viaje del
descubrimiento". Fue en este viaje del año de 1502 cuando establece contacto con los
pueblos indígenas que habitaban la costa del Caribe de Costa Rica.

3-Los intentos de conquista en el Caribe

Cristóbal Colón, quien llegó a la la isla La Uvita rompió las relaciones cordiales con que
fue recibido por los indígenas, pues secuestró a varios de ellos. En adelante los
indígenas adoptaron una actitud hostil con los siguientes exploradores españoles que
llegaron a sus costas.
Los españoles venían con la intención principal de extraer oro, muy apreciado por el
valor monetario que éste representaba en España, donde constituía el principal medio
para adquirir la riqueza. Aunque los indígenas lo apreciaban igualmente, lo empleaban
sus jefes, esencialmente por su valor simbólico. Constituía el símbolo de su poder y
prestigio.
Los españoles deseaban esclavizar a los indígenas para que trabajaran en los
lavaderos de oro; es decir en la extracción de pepitas de oro de los ríos. También se
apoderaban de cuanto objeto de oro encontraban y para ello también saquearon las
tumbas.
Entre 1509 y 1510 se llevó a cabo otra expedición en el Caribe, al mando del español
Diego Nicuesa quien fracasó ante la actitud combativa de los indígenas habitantes de
la región del Caribe Sur.
Entre 1525 y 1529 los españoles llevan a cabo la exploración de los territorios aledaños
al río San Juan. Es así como ingresan por vez primera en la región de las Llanuras del
Norte, donde causan gran devastación. Estos españoles proceden de la región de los
lagos de Nicaragua, pues desde principios de la década de 1520 habían logrado ya
fundar las ciudades de Granada y León de Nicaragua.
Durante las décadas de 1530 y 1540 los españoles llevaron a cabo nuevas incursiones
en el Caribe. Los expedicionarios ingresaron nuevamente en las Llanuras del Norte e
intentaron fundar asentamientos en el Caribe Sur y Central.
Se conoce bien la expedición dirigida por Diego Gutiérrez, quien ingresó por el río
Pacuare y avanzó hasta topar con la fuerte resistencia que le opusieron los caciques
Camaquire y Cocorí. Se sabe que los indígenas, con sus cuerpos pintados de rojo y
negro, con plumas en la cabeza y joyas de oro al cuello, cayeron sobre los españoles
gritando y tocando tambores y caracoles. En el enfrentamiento perecieron Gutiérrez y
otros 34 españoles.
Se puede concluir que desde 1502 hasta 1543, los españoles intentaron fundar
asentamientos de colonización en las costas del Caribe, con la intención de esclavizar
a los indígenas y obligarlos a trabajar en las tareas de extracción de oro de los ríos. Sin
embargo fracasaron debido a la enconada resistencia de los indígenas.
De esos primeros cuarenta años de enfrentamientos entre indígenas y españoles es
posible sacar dos conclusiones: los indígenas lograron rechazar efectivamente a los
invasores foráneos. Sin embargo, un aspecto que ahora se enfatiza para explicar
porqué posteriormente los españoles lograron ir apoderándose de territorios y logrando
asentarse en ellos tiene que ver con la propagación de epidemias ante las que los
indígenas carecían de defensas. En particular se señala a los cerdos como
transmisores de enfermedades a los animales silvestres y a los humanos.
Los españoles se hacían acompañar de manadas de cerdos que sacrificaban para
poder alimentarse. Los cerdos son causantes de las llamadas enfermedades
zoonóticas que adquieren los humanos con el contacto con los animales que portan
bacterias. Los cerdos pudieron propagar el ántrax, la brucelosis, la tuberculosis, la
leptospirosis, la triquinosis y la taenia o solitaria. Otras plagas encontraron terreno
virgen en América como la viruela, la tifoidea, la plaga bubónica, la gripe, las paperas,
la rubeola y la tosferina. La malaria y la escarlatina vendrían más tarde. Todas estas
enfermedades eran completamente desconocidas en América y fueron las
responsables mayores de la terrible mortandad que se propagó entres las poblaciones
autóctonas, que quedaron diezmadas y debilitadas para poder enfrentar de manera
eficaz al invasor.
Entonces, se puede afirmar que los indígenas no fueron derrotados por las armas de
los españoles, sino que sucumbieron a las enfermedades frente a las que sus
organismos carecían de defensas capaces de combatirlas.
Estas enfermedades como eran de origen europeo, los habitantes de América nunca
las habían padecido, pues habían surgido en el Viejo Mundo mucho tiempo después
que se habían interrumpido las posibilidades de comunicación entre los continentes
americano y asiático, de donde provenían los primeros habitantes de América.

4-Conquista de Nicoya y el Valle Central

Los españoles fundaron la ciudad de Panamá en 1519 y desde allí lanzaron


expediciones de exploración por las costas del Pacífico de Centroamérica y de América
del Sur.
En 1522, Gil González Dávila dirigió la primera expedición española que recorre el
territorio costero del Pacífico costarricense. Dicha expedición la integraron más de cien
hombres quienes ingresaron por tierra desde Punta Burica. Cruzaron tierras de los
caciques Boto, Coto (al norte de punta Burica), Guaicara y Durucaca, en los llanos de
Térraba y Boruca.
Gil González llegó al pueblo de Nicoya, cuyo cacique aparentemente aceptó ser
bautizado. Después se desplazó a un pueblo situado aguas arriba de la
desembocadura del río Tempisque, llamado Sabandí o Sapancí, para luego continuar
hacia Corobicí y Chira.
En Nicoya tuvo noticias de que había un cacique muy poderoso de nombre Nicaragua,
que vivía en la faja del territorio ubicado entre el mar y el lago de Granada, hoy día
departamento de Rivas de Nicaragua, por lo que decidió trasladarse allí.
Dos años más tarde los españoles regresaron por barco desde Panamá, con la
intención de conquistar las tierras del Pacífico Sur de Nicaragua, lo que logran con
relativa rapidez, probablemente como consecuencia de la ruina que provocaba en las
poblaciones locales la propagación de las enfermedades de origen foráneo.
El historiador Luis Fernando Sibaja considera que para 1529 la población de Nicoya
también se había reducido considerablemente, fecha en la que puede establecer una
población de 9.240 personas que se redujeron a 1.650 para el año de 1557. Señala
claras evidencias de propagación de enfermedades y mortandad para los años de
1524, 1528, 1531, 1533 y 1545-48.
Durante varios años, los españoles se concentraron en dominar el resto de
Centroamérica y no fue sino hasta comienzos de la década de 1560, que intentaron
conquistar el interior de Costa Rica. Para esos años, la población indígena de
Centroamérica se había reducido considerablemente, aunque en algunos territorios
logró mantenerse como un grupo demográficamente importante, pero inferior a cómo lo
había sido antes del arribo de los europeos.
Entre 1560 y 1572 se lleva a cabo la conquista del interior del país. Los españoles
lograron establecer un pequeño núcleo de colonización: la ciudad de Cartago. Desde
aquí fueron progresivamente dominando los territorios del Valle Central, a pesar de la
oposición de los principales caciques que gobernaban esa región: Garabito, que
dominaba la porción occidental del Valle y Guarco, la porción oriental. Ambos
opusieron una tenaz resistencia a los españoles, así como otros caciques menores
supeditados a ambos.
Guarco fue posteriormente sustituido por su hijo o sobrino, de nombre Correque, quien
también encabezó varios movimientos contra los españoles, hasta que finalmente tuvo
que retirarse de su sitio de residencia en el Valle de Ujarrás, para trasladarse hacia la
cuenca del río Reventazón, al pueblo de Tucurrique.
Los españoles recibían continuamente apoyo de los españoles de Nicaragua, para lo
cual mantenían un puerto en el Pacífico, Caldera y una población vecina, Esparza. Así,
cada vez que había peligro de que los indígenas del Valle Central se rebelaran,
recibían refuerzos desde León y Granada, por medio de esta vía de comunicación.
Es probable que los españoles lograran finalmente dominar el territorio central del país,
debido a la drástica disminución de la población indígena. Tanto Garabito, ya "viejo y
cansado", así como Correque aceptaron someterse a los españoles y bautizarse, luego
de años de andar huyendo por las montañas.
Los indígenas del interior del país que sobrevivieron, fueron concentrados en los
llamados "pueblos de indios". Eran poblaciones donde los indígenas contaron con sus
propias autoridades, pero supeditados a los españoles, especialmente a los frailes
franciscanos. Se les obligó a bautizarse y sufrieron una aculturación sistemática, razón
por la que su idioma original, el huetar fue desapareciendo al ser sustituido por el
idioma castellano, que hablaban los españoles. Sin embargo, algunas poblaciones
conservaron tradiciones de la cultura huetar, como los actuales habitantes de Quitirrisí
y Zapatón, localidades de los cantones de Mora y Puriscal, respectivamente, en la
provincia de San José.
Los indígenas hispanizados en los "pueblos de indios" quedaron concentrados en los
pueblos de Barva, Pacaca, Curridabat, Aserrí, Cot, Quircot, Cot, Tobosi, Ujarrás, Orosi,
Tucurrique y Turrialba, principalmente. Debían pagar tributo y trabajar para los
españoles, por lo que además de las enfermedades, los trabajos los debilitaron por lo
que se redujeron numéricamente hasta ser superados demográficamente por los
mestizos y los españoles. Sin embargo, se mantuvieron en sus pueblos, a los que los
españoles les garantizaron tierras. Esta situación sólo cambió a partir del gobierno de
Braulio Carrillo, quien inició la disolución de las tierras comunales de los indígenas del
interior del país.

5-Los territorios refugio de los indígenas

No todos los habitantes indígenas del territorio de Costa Rica fueron sometidos y
reducidos en pueblos de indios. Aunque se desconoce qué número de indígenas
escaparon de la dominación española, sí sabemos que lograron mantener su soberanía
e independencia en amplios espacios, que se pueden definir como territorios o zonas
refugio para los indígenas que los españoles no pudieron someter.
En los territorios refugio se encontraban los indígenas que allí habitaban al momento de
la llegada de los españoles, pero igualmente sirvieron como sitios hacia donde podían
huir los indígenas que lograban escapar del dominio de los españoles. Es probable que
en esos territorios se produjeran fenómenos que los antropólogos definen como
"etnogénesis". Es decir, la fusión de grupos indígenas diferentes, con distintas culturas,
pero que al fusionarse crearon nuevas culturas, en las que también estaban presentes
elementos culturales de origen español.
Sin embargo, estos grupos indígenas lograron mantener una continuidad con sus
tradiciones prehispánicas. Estos territorios refugio fueron: Las Llanuras del Norte,
Talamanca en el Caribe Sur y la región del Pacífico Sur.
La situación de los pueblos indígenas fue diferente en cada una de esas regiones. En
las Llanuras del Norte los indígenas se mantuvieron relativamente aislados de los
españoles. Al principio allí habitaban los llamados katapas, tices y los votos; éstos
últimos dieron nombre a la laguna que posee el Volcán Poás. Los dos primeros grupos
de población desaparecieron, en tanto que los votos, quienes vivían entre las
estribaciones septentrionales de este volcán y el río San Carlos, se mantuvieron hasta
bien avanzado el período colonial. Otro grupo, que los españoles llamaron guatusos
(los malekus actuales) ocupaban la cuenca del río Frío y probablemente fueron quienes
se mantuvieron más completamente al margen de las acciones de los conquistadores
españoles.
En la región del Caribe Central se encontaban los suerres y los pococíes entre los ríos
Reventazón y Matina. Más hacia el sur, en esta costa se ubicaban los biceítas o
viceítas, que algunos investigadores identifican con los bribris. Ocupaban
principalmente las riberas del río Lari, tributario del Sixaola, que actualmente sirve de
frontera entre Costa Rica y Panamá. Los cabécares vivían entre los ríos Coén y Tarire
(actual Sixaola), en tanto que los auyaques y los urinama se ubicaban entre el Tarire y
el actual río Estrella. Los teribes (terbis o tírub) vivían originalmente en la isla Tójar
(actual Isla Colón, del Archipiélago de Bocas del Toro) y ocupaban probablemente el
territorio situado entre el margen izquierdo del curso medio del Sixaola y a orillas del
Teribe, afluente del Changuinola; eran enemigos de los chánguenes. Los dorasques o
doraces ocuparon las Islas de la Bahía del Almirante, así como la región costera entre
el Changuinola y el Sixaola; de lengua y costumbres similares a los chánguenes. Estos
últimos vivían en las orillas del río Puán, tributario del Changuinola y probablemente
convivían con otros grupos en la Isla Colón. Los llamados siguas o extranjeros serían
comerciantes de procedencia mesoamericana, que se habían instalado en una porción
de un territorio, hoy fronterizo entre Costa Rica y Panamá, en el llamado Valle del Duy
o Coaza, localizado entre los ríos Sixaola y Changuinola. Los guaymíes, llamados
también norteños o valientes (actuales ngöbes bugles), se encontraban, por el lado del
Caribe, entre los ríos Cricamola y Calovébora.
Todos los grupos indígenas del Caribe Sur enfrentaron a los españoles a lo largo de
todo el período colonial. También fue ésta la región que más intentaron someter los
españoles. Hacia allí enviaron soldados y frailes de manera casi ininterrumpida durante
los aproximadamente 250 años de dominio hispánico. En el próximo texto analizaremos
estos ininterrumpidos intentos de los españoles por dominar la región y los incesantes
movimientos de resistencia que les opusieron los indígenas.
En la región del Pacífico Sur se encontraban los llamados chánguenas sabaneros,
quienes se supone vivían principalmente al este de los ríos Corredores y Coto, en
territorio correspondiente a la Comarca Ngöbe bugle y a la provincia de Chiriquí de la
actual Panamá.
En la Subregión Central Pacífica, cerca del Valle de Savegre o Paquita, se localizaban
los cochiras y más al sur los quepos, cuyo territorio estaba definido al norte por las
tierras altas de Coto; al sur por la costa del Pacífico; al este por el río Savegre y, al
oeste por las planicies del río Naranjo. Los turucacas ocupaban las tierras costeras
montañosas de Diquís y las llanuras de San Andrés. Por último, los coctus o cotos
ocupaban el Valle de Coto Brus y hacia la península de Osa, en tanto que los borucas
o bruncas vivían en el valle del actual río Térraba y hacia Punta Burica, la actual
frontera entre Costa Rica y Panamá.
Estas poblaciones, durante la época colonial se agruparon en clanes, sociedades con
un mínimo de jerarquía social. Cada clan se aglomeraba en uno o varios "palenques",
ranchos lo bastante amplios, que albergaban grupos familiares de unas quince
personas bajo la dirección de un jefe. Por lo general el clan coincidía con la aldea. Por
tanto, una aldea estaba constituida por una agrupación de varios palenques. A su vez,
un conjunto de aldeas diseminadas en un determinado territorio constituía una
agrupación de clanes y formaban una organización socio-política, la tribu.
De todos esos grupos mencionados en la documentación colonial, sobreviven en la
actualidad los maleku, los cabécares, los bribris, los teribes, los borucas, los térrabas y
la comunidad de ngöbes bugles, quienes ocupan territorios a ambos lados de la
frontera costarricense-panameña.
En conclusión: los indígenas opusieron una tenaz resistencia a los españoles desde
que llegó Cristóbal Colón en 1502. Sólo fueron vencidos porque se redujeron
drásticamente debido a la propagación de enfermedades desconocidas y para las que
no tenían defensas inmunológicas. Pero los grupos que sobrevivieron se mantuvieron
en los "territorios refugio", donde lograron conservar su independencia y soberanía de
sus antiguas tierras. a pesar de los múltiples esfuerzos de los conquistadores para
someterlos a su dominación.

También podría gustarte