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Resumen
Abstract
After those he calculates the indigenous destroy, resulting to be 98% in the first century
and 99.8% for the four after. In consequence he concludes the mestization doesn’t take
place between spaniards and amerindian people and that ancient culture of
Mesoamerican Low Region suffer a generational broken, specially autochthonous
science and technology knowledge.
Introducción
Son varias las fuentes tradicionales que manejan conceptos comprometidos con la
hispanidad ancestral, las cuales condujeron a desinformar a nuestra sociedad de la
verdadera realidad indígena precolombina. Por ejemplo la obra de Montero (2003) [2] se
utilizó como texto en Historia en el sistema educativo costarricense a principios del
Siglo XX y establece que la población original ascendía a unos sesenta mil indios de
los cuales hoy quedan apenas unos dos mil. Información que impide conocer
el apartheid sufrido por nuestro potencial ancestro.
Método
Análisis
Cita estudios demográficos de Lockhart (1968), Mac Leod (1973), Radell (1976),
Sherman (1971, 1979) y Fowler (1981); donde estiman la población en los territorios del
antiguo Partido de Nicoya en 500.000 almas, los cuales son casi exterminados hacia el
año de 1560.
§ Citando a Robles (1541) indica : en un sitio cercano al río Sixaola, que los
españoles llamaron Valle de los Pejibayes, había una población de más de 50.000
palmas de pejibaye... Se trata de un planta que solo se reproduce en estas
concentraciones y cantidades por medio del cuido celoso de la mano del hombre. Tal
cantidad de plantas ocuparía un área aproximada de 80 ha.[3] y el cuido de unas 2000
personas con las herramientas de la época. Por lo tanto, la población indígena
beneficiaria era al menos de 10.000 personas[4]
§ Citando a Ximénez (1569) y Fernández (1976) indica sobre las costumbres
guerreras en el Valle Central que: .... se sacrifican y matan por año más de 4000
ánimas....Ello indica que la población de los amerindios del Valle debía ser del orden de
200.000 habitantes, para aún así mantener una población con crecimiento equilibrado.
§ Aranza (1595) señala que en Duy hay 6.000 indios de guerra en la Bahía de
Almirante, de origen mexicano. Por lo tanto la afirmación de López de Siqueira no es
descabellada, pues equivale a decir 30.000 amerindios solo en la región de Almirante.
Cuadro 1.
Total 832.000±25%
En estas referencias se han quedado de lado los pobladores del Pacífico Central, la
mayoría del Pacífico Sur, los del Caribe Central y los del Valle Central Este. Por lo tanto
se estaría quedando por fuera fácilmente un 30% de la población indígena, si
consideramos la información proveniente de otras fuentes. Por ello, como primer
criterio, se podría estimar que la población amerindia estaba constituida por 1,100.000
personas, incluyendo pobladores fronterizos que constituían parte de la antigua
jurisdicción costarricense.
Ibarra (2003) indica la ubicación geográfica de cada cacicazgo, así como su extensión
geográfica. Esta información cuantitativa permite elaborar una escala numérica más
confiable. El nivel de importancia de cada cacicazgo se asignó con base en la
extensión geográfica del Mapa No. 2 de la fuente citada, resultando 5 categorías. Para
establecer un patrón numérico confiable, se utilizó el trabajo de Quesada (1980:215), el
cual establece con certeza 10.000 habitantes para la ciudad de Nicoya. Suponiendo
una densidad de población homogénea en todo el territorio colonial, se procedió así:
c. Por ello las equivalencias numéricas son: nivel 1=99.000, nivel 2=66.000, nivel
3= 44.000, nivel 4=22.000, nivel 5=11.000.
Cuadro 2
Total 3 4 4 66.000
Total 4 5 2 88.000
Guaymíes 44.000
Pacífico(ii)
Burucac (iv)
Duyba (iv)
Cabara (iv)
Barezto (iv)
Tabicte (iv)
Arobara (iv)
Cabangara (iv)
Quecabangara (iv)
Cuacua (v)
Quecuru (v)
Baricara (v)
Curubi (v)
Total 6 4 18 231.000
Total 1 2 2 88.000
Total 2 3 2 55.000
Total 2 4 3 99.000
Tuaca (v)
Cutiara (v)
Tambia (v)
Cabaru (v)
Urabaru (v)
Qururu (v)
Araraca (v)
Tamari (v)
Taymaru (v)
Tariaca (v)
Total 2 1 12 110.000
C. Curriraba 11.000
(v)
Toyopan
Istaru
C. Aserrí: (v) Accerri (v) 11.000
Coyoche (v)
Total 14 1 8 132.000
Auyaques 11.000
Urinamas 11.000
C. Turrialba: Turrialba
Aquia Aczari
Atirro Aterre
Tayutic Toyocpa
Guycacic Aquezari
Tucurrique
Corroci Curiraba
Ujarras
Orosi Orocci
Cot Coc
Quircot Corcoc
Total 12 2 10 88.000
TOTAL 46 26 54 957.000±15%
GENERAL
(*) Esta columna se refiere a cacicazgos. Si el nombre va antecedido de una letra C.
indica el nombre de un cacicazgo y los sustantivos que le siguen son nombres de villas
secundarias. En estos casos, la indicación de habitantes solo se hace respecto del
cacicazgo principal.
1. Coincide bien con las fuentes indicadas en el libro de Ferrero (2001) que dieron
anteriormente un total de 1,100.000 personas.
3. La población estimada tanto para Panamá como para Nicaragua por expertos en
demografía precolombina, es de un millón de personas para cada país (Ibarra, 2003:
46). Por lo tanto no es posible que Costa Rica con mejores condiciones ambientales,
mayor diversidad de microclimas e irrigación, pudiera tener solo 400.000 habitantes.
El área más poblada es el Valle del Diquís, por cuanto la irrigación de este Valle y las
cuencas vecinas permitieron sostener una numerosa población, la cual se valió además
de las inundaciones y de la riqueza costera para progresar. Este resultado coincide con
los recientes hallazgos de Quintanilla y Badilla (20001), quines estiman en 900ha el
área cultivable en el Valle por aquellos pobladores. La influencia de la cultura
colombiana también debe haber influido para lograr este desarrollo humano superior.
Le sigue en concentración humana la porción oeste del valle central, de clima benévolo
y tierras feraces, bien drenadas y con un clima agradable todo el año.
Con menor población resultan las llanuras del Pacífico Norte, normalmente áridas, poco
productivas, sujetas cuando mucho a dos cosechas anualmente. Igualmente las
llanuras del Caribe, sometidas a un clima húmedo, de mucho insectos y poco
confortable.
Thiel (1902) indica que la distribución de los amerindios hecha para la explotación por
los españoles -en el sistema de encomiendas-, estaba constituida por los siguientes
grupos: Corobicíes y Botos 900, Borucas 1000, Chorotegas 13000, Nahuas 400,
Caribes Huetares 3500, Viceítas 8200, para un total de 27.000. Montero (2003) afirma
que en ese año quedan apenas unos dos mil en Guatuso, Boruca, Térraba, Viceita,
Cabécar, Urén, Bribrí y La Estrella.
Cuadro 4.
Reducción histórica de los amerindios.
Cuadro 5.
§ Este relativo aislamiento podría haber sido la causa de que en los registros
españoles no se haya anotado este fenómeno social masivo. O tal vez, esta guerra
biológica se libró deliberadamente y no se anotó para esconder la bajeza de aquellas
acciones, como ha sucedido en la historia de la humanidad en otras ocasiones.
Conclusiones
1. La población americana original de Costa Rica a inicios del Siglo XVI consistía de
un millón de habitantes dispersa en 54 villas, distribuidas en las cuencas hidrográficas y
ecosistemas conexos. Tal población corresponde a una densidad media de 25
hab./km2, la que Costa Rica moderna alcanza alrededor del año 1965.
5. Intencional o no, se trató de una guerra biológica, un apartheid que acabó con
una espléndida cultura, cuyos valores y rostro humano solo empezamos a
conocer por escasas evidencias.
Literatura Citada
1. Aranza, I. 1595. Carta del Gobernante de Veragua. En: Fernández León, 1881-
1907: V:100/101.
2. Fernández de Oviedo, G.1970. Historia General y Natural de las Indias. 5 tomos.
Editorial Atlas. Madrid.
10. López de Siqueira. 1603. Carta del Gobernador de Veragua a su Majestad. En:
Fernández León, 1881-1907: V: 109-115.
11. MacLeod, M.J. 1973. Spanish Central America. A Socioeconomic History, 1520-
1720. University of California Press, Berkeley.
12. Montero, F. 2003. Elementos de Historia de Costa Rica. 1502-1856. San José,
C.R. EUNED.
14. Quintanilla, I. y A. Dadilla. 2001. El impacto de los fenómenos naturales sobre los
yacimientos arqueológicos de la llanura aluvial del delta del Diquís, Costa Rica. Revista
Vínculos: Vol. 26. Museo Nacional de Costa Rica.
15. Quirós, G.E. 2004. La red de calzadas precolombinas: indicador del desarrollo
tecnológico. Sometida a Revista Vínculos, Museo Nacional de Costa Rica.
16. Radell, D. R. 1976. The Indian slave trade and population of Nicaragua during the
16th Century. En: The native Populations of the Americas in 1492, edited by William M.
Denevan. University of Wisconsin Press, Madison.
19. Sherman, W.L. 1979. Forced Native Labor in Sixteenth-Century. Central America.
University of Nebraska Press, Lincoln.
20. Stearns, Peter N. Editor. 2001. The Spanish Colonial System, 1550–
1800: Population Development. En The Encyclopedia of World History, Sexta Edición.
Copyright © 2001 por Houghton Mifflin Company.
21. Ximénez, D. 1569. Autos sobre repartimientos de indios de Costa Rica. En:
Fernández León, 1881-1907, VIII:3-29; 1976b:17.
[1]
Físico y Oceanógrafo. Consultor en desarrollo marino. oceano@racsa.co.cr
[2]
Recientemente editada por la EUNED.
[3]
Según criterio técnico del Ing. Agr. Federico Quirós, especialista en cultivos del
trópico húmedo.
[4]
Solo un 20% podría dedicarse a este plantío.
[5]
Las referencias numéricas son: más de 15.000 hombres: Pacaca, Accerri, Bortos, el
Abra, Guarco. 3.000: El Abra. 6.000: Accerri. Más de 20.000: Pacífico Central, Valle
Central. 1500: Quepos. 16.000 varias villas en el Pacífico Central. 60.000: entre todos
los pueblos de la vertiente Caribe.
[6]
Citado textualmente por Quesada, 1980.
En el siglo XVI, todo el territorio del país se encontraba ocupado por diversos grupos de
población indígena. Estaban organizados en lo que se conoce como cacicazgos: un
jefe principal, bajo cuyo dominio se encontraban otros caciques o jefes locales, quienes
a su vez eran jefes de varias aldeas.
Culturalmente y lingüísticamente se diferenciaban entre sí, aunque algunos tenían
muchas afinidades. En general, los investigadores dividen en tres grandes zonas el
país, con el fin de establecer las principales diferencias entre estos grupos indígenas.
La región noroccidental es la que se denomina Chorotega y estaba habitada por grupos
indígenas cuya cultura era semejante a la de otros pueblos que vivían en Nicaragua, El
Salvador, parte de Guatemala y México. Se les llama pueblos mesoamericanos,
quienes hablaban una lengua emparentada con la principal de las lenguas de
Mesoamérica: el Náhuatl. Los grupos indígenas que ocupaban la península de Nicoya y
la banda oriental del Golfo de Nicoya, habían llegado a esta región algunos siglos antes
del arribo de los españoles y habían sustituido o se habían mezclado con los grupos
indígenas locales.
La región central del país, abarcando desde las Llanuras del Norte, el interior del país y
hasta la zona del Caribe Sur, podría denominarse como región huetar. Aunque en sus
bordes había grupos de procedencia sureña, los huetares constituían un grupo con
muchas afinidades culturales con pueblos que habitaban la actual Colombia. Esta
afinidad era lingüística, pero también se puede apreciar en la similitud del trabajo del
oro por ejemplo.
Una última región, denominada Brunka estaba constituída por la región del Pacífico
Sur, donde los grupos indígenas mostraban una gran afinidad cultural con las
poblaciones que habitaban Panamá.
Se calcula que habitaban el país unas 400.000 personas y probablemente sólo las
regiones más altas de los cerros de mayor altitud no estaban poblados.
Todas las poblaciones indígenas del continente americano procedían de antiquísimas
migraciones de pueblos que habían arribado muchos miles de años atrás, quizás hasta
20.000 años antes de Cristo, durante la llamada Edad del Hielo, cuando gran parte del
mundo se encontraba cubierto de enormes casquetes de hielo (glaciares). Estos
grupos humanos ingresaron desde Siberia hasta Alaska, en el extremo norte de
América y desde allí iniciaron su descenso y poblamiento de todo el continente.
Cuando terminó la Edad del Hielo, hace unos 14.000 años, subieron las aguas del mar
y Alaska y Siberia quedaron separados por el agua. Entonces ya no se produjeron más
migraciones desde Asia y los pueblos de América comenzaron su propio desarrollo
autónomo, independiente de lo que ocurría en el resto del mundo. Fue así como se
inició la evolución socio-económica y cultural de los pueblos americanos y entre éstos
los de Costa Rica.
Cristóbal Colón, quien llegó a la la isla La Uvita rompió las relaciones cordiales con que
fue recibido por los indígenas, pues secuestró a varios de ellos. En adelante los
indígenas adoptaron una actitud hostil con los siguientes exploradores españoles que
llegaron a sus costas.
Los españoles venían con la intención principal de extraer oro, muy apreciado por el
valor monetario que éste representaba en España, donde constituía el principal medio
para adquirir la riqueza. Aunque los indígenas lo apreciaban igualmente, lo empleaban
sus jefes, esencialmente por su valor simbólico. Constituía el símbolo de su poder y
prestigio.
Los españoles deseaban esclavizar a los indígenas para que trabajaran en los
lavaderos de oro; es decir en la extracción de pepitas de oro de los ríos. También se
apoderaban de cuanto objeto de oro encontraban y para ello también saquearon las
tumbas.
Entre 1509 y 1510 se llevó a cabo otra expedición en el Caribe, al mando del español
Diego Nicuesa quien fracasó ante la actitud combativa de los indígenas habitantes de
la región del Caribe Sur.
Entre 1525 y 1529 los españoles llevan a cabo la exploración de los territorios aledaños
al río San Juan. Es así como ingresan por vez primera en la región de las Llanuras del
Norte, donde causan gran devastación. Estos españoles proceden de la región de los
lagos de Nicaragua, pues desde principios de la década de 1520 habían logrado ya
fundar las ciudades de Granada y León de Nicaragua.
Durante las décadas de 1530 y 1540 los españoles llevaron a cabo nuevas incursiones
en el Caribe. Los expedicionarios ingresaron nuevamente en las Llanuras del Norte e
intentaron fundar asentamientos en el Caribe Sur y Central.
Se conoce bien la expedición dirigida por Diego Gutiérrez, quien ingresó por el río
Pacuare y avanzó hasta topar con la fuerte resistencia que le opusieron los caciques
Camaquire y Cocorí. Se sabe que los indígenas, con sus cuerpos pintados de rojo y
negro, con plumas en la cabeza y joyas de oro al cuello, cayeron sobre los españoles
gritando y tocando tambores y caracoles. En el enfrentamiento perecieron Gutiérrez y
otros 34 españoles.
Se puede concluir que desde 1502 hasta 1543, los españoles intentaron fundar
asentamientos de colonización en las costas del Caribe, con la intención de esclavizar
a los indígenas y obligarlos a trabajar en las tareas de extracción de oro de los ríos. Sin
embargo fracasaron debido a la enconada resistencia de los indígenas.
De esos primeros cuarenta años de enfrentamientos entre indígenas y españoles es
posible sacar dos conclusiones: los indígenas lograron rechazar efectivamente a los
invasores foráneos. Sin embargo, un aspecto que ahora se enfatiza para explicar
porqué posteriormente los españoles lograron ir apoderándose de territorios y logrando
asentarse en ellos tiene que ver con la propagación de epidemias ante las que los
indígenas carecían de defensas. En particular se señala a los cerdos como
transmisores de enfermedades a los animales silvestres y a los humanos.
Los españoles se hacían acompañar de manadas de cerdos que sacrificaban para
poder alimentarse. Los cerdos son causantes de las llamadas enfermedades
zoonóticas que adquieren los humanos con el contacto con los animales que portan
bacterias. Los cerdos pudieron propagar el ántrax, la brucelosis, la tuberculosis, la
leptospirosis, la triquinosis y la taenia o solitaria. Otras plagas encontraron terreno
virgen en América como la viruela, la tifoidea, la plaga bubónica, la gripe, las paperas,
la rubeola y la tosferina. La malaria y la escarlatina vendrían más tarde. Todas estas
enfermedades eran completamente desconocidas en América y fueron las
responsables mayores de la terrible mortandad que se propagó entres las poblaciones
autóctonas, que quedaron diezmadas y debilitadas para poder enfrentar de manera
eficaz al invasor.
Entonces, se puede afirmar que los indígenas no fueron derrotados por las armas de
los españoles, sino que sucumbieron a las enfermedades frente a las que sus
organismos carecían de defensas capaces de combatirlas.
Estas enfermedades como eran de origen europeo, los habitantes de América nunca
las habían padecido, pues habían surgido en el Viejo Mundo mucho tiempo después
que se habían interrumpido las posibilidades de comunicación entre los continentes
americano y asiático, de donde provenían los primeros habitantes de América.
No todos los habitantes indígenas del territorio de Costa Rica fueron sometidos y
reducidos en pueblos de indios. Aunque se desconoce qué número de indígenas
escaparon de la dominación española, sí sabemos que lograron mantener su soberanía
e independencia en amplios espacios, que se pueden definir como territorios o zonas
refugio para los indígenas que los españoles no pudieron someter.
En los territorios refugio se encontraban los indígenas que allí habitaban al momento de
la llegada de los españoles, pero igualmente sirvieron como sitios hacia donde podían
huir los indígenas que lograban escapar del dominio de los españoles. Es probable que
en esos territorios se produjeran fenómenos que los antropólogos definen como
"etnogénesis". Es decir, la fusión de grupos indígenas diferentes, con distintas culturas,
pero que al fusionarse crearon nuevas culturas, en las que también estaban presentes
elementos culturales de origen español.
Sin embargo, estos grupos indígenas lograron mantener una continuidad con sus
tradiciones prehispánicas. Estos territorios refugio fueron: Las Llanuras del Norte,
Talamanca en el Caribe Sur y la región del Pacífico Sur.
La situación de los pueblos indígenas fue diferente en cada una de esas regiones. En
las Llanuras del Norte los indígenas se mantuvieron relativamente aislados de los
españoles. Al principio allí habitaban los llamados katapas, tices y los votos; éstos
últimos dieron nombre a la laguna que posee el Volcán Poás. Los dos primeros grupos
de población desaparecieron, en tanto que los votos, quienes vivían entre las
estribaciones septentrionales de este volcán y el río San Carlos, se mantuvieron hasta
bien avanzado el período colonial. Otro grupo, que los españoles llamaron guatusos
(los malekus actuales) ocupaban la cuenca del río Frío y probablemente fueron quienes
se mantuvieron más completamente al margen de las acciones de los conquistadores
españoles.
En la región del Caribe Central se encontaban los suerres y los pococíes entre los ríos
Reventazón y Matina. Más hacia el sur, en esta costa se ubicaban los biceítas o
viceítas, que algunos investigadores identifican con los bribris. Ocupaban
principalmente las riberas del río Lari, tributario del Sixaola, que actualmente sirve de
frontera entre Costa Rica y Panamá. Los cabécares vivían entre los ríos Coén y Tarire
(actual Sixaola), en tanto que los auyaques y los urinama se ubicaban entre el Tarire y
el actual río Estrella. Los teribes (terbis o tírub) vivían originalmente en la isla Tójar
(actual Isla Colón, del Archipiélago de Bocas del Toro) y ocupaban probablemente el
territorio situado entre el margen izquierdo del curso medio del Sixaola y a orillas del
Teribe, afluente del Changuinola; eran enemigos de los chánguenes. Los dorasques o
doraces ocuparon las Islas de la Bahía del Almirante, así como la región costera entre
el Changuinola y el Sixaola; de lengua y costumbres similares a los chánguenes. Estos
últimos vivían en las orillas del río Puán, tributario del Changuinola y probablemente
convivían con otros grupos en la Isla Colón. Los llamados siguas o extranjeros serían
comerciantes de procedencia mesoamericana, que se habían instalado en una porción
de un territorio, hoy fronterizo entre Costa Rica y Panamá, en el llamado Valle del Duy
o Coaza, localizado entre los ríos Sixaola y Changuinola. Los guaymíes, llamados
también norteños o valientes (actuales ngöbes bugles), se encontraban, por el lado del
Caribe, entre los ríos Cricamola y Calovébora.
Todos los grupos indígenas del Caribe Sur enfrentaron a los españoles a lo largo de
todo el período colonial. También fue ésta la región que más intentaron someter los
españoles. Hacia allí enviaron soldados y frailes de manera casi ininterrumpida durante
los aproximadamente 250 años de dominio hispánico. En el próximo texto analizaremos
estos ininterrumpidos intentos de los españoles por dominar la región y los incesantes
movimientos de resistencia que les opusieron los indígenas.
En la región del Pacífico Sur se encontraban los llamados chánguenas sabaneros,
quienes se supone vivían principalmente al este de los ríos Corredores y Coto, en
territorio correspondiente a la Comarca Ngöbe bugle y a la provincia de Chiriquí de la
actual Panamá.
En la Subregión Central Pacífica, cerca del Valle de Savegre o Paquita, se localizaban
los cochiras y más al sur los quepos, cuyo territorio estaba definido al norte por las
tierras altas de Coto; al sur por la costa del Pacífico; al este por el río Savegre y, al
oeste por las planicies del río Naranjo. Los turucacas ocupaban las tierras costeras
montañosas de Diquís y las llanuras de San Andrés. Por último, los coctus o cotos
ocupaban el Valle de Coto Brus y hacia la península de Osa, en tanto que los borucas
o bruncas vivían en el valle del actual río Térraba y hacia Punta Burica, la actual
frontera entre Costa Rica y Panamá.
Estas poblaciones, durante la época colonial se agruparon en clanes, sociedades con
un mínimo de jerarquía social. Cada clan se aglomeraba en uno o varios "palenques",
ranchos lo bastante amplios, que albergaban grupos familiares de unas quince
personas bajo la dirección de un jefe. Por lo general el clan coincidía con la aldea. Por
tanto, una aldea estaba constituida por una agrupación de varios palenques. A su vez,
un conjunto de aldeas diseminadas en un determinado territorio constituía una
agrupación de clanes y formaban una organización socio-política, la tribu.
De todos esos grupos mencionados en la documentación colonial, sobreviven en la
actualidad los maleku, los cabécares, los bribris, los teribes, los borucas, los térrabas y
la comunidad de ngöbes bugles, quienes ocupan territorios a ambos lados de la
frontera costarricense-panameña.
En conclusión: los indígenas opusieron una tenaz resistencia a los españoles desde
que llegó Cristóbal Colón en 1502. Sólo fueron vencidos porque se redujeron
drásticamente debido a la propagación de enfermedades desconocidas y para las que
no tenían defensas inmunológicas. Pero los grupos que sobrevivieron se mantuvieron
en los "territorios refugio", donde lograron conservar su independencia y soberanía de
sus antiguas tierras. a pesar de los múltiples esfuerzos de los conquistadores para
someterlos a su dominación.