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Oferta en el contrato
Requisitos
Para que una declaración de voluntad califique como una oferta contractual, tal declaración
debe cumplir ciertos requisitos, los cuales han sido desarrollados por la doctrina.
En primer lugar, la oferta debe ser completa; es decir, debe contener todos los elementos del
contrato que se pretende celebrar, de modo que la simple aceptación del destinatario puede
dar lugar a la formación del contrato. Este requisito no excluye la posibilidad de que el
oferente deje la determinación de alguno de los elementos del contrato al arbitrio del
destinatario o de un tercero. Por ejemplo, la oferta para un contrato de compraventa podría
contener un rango de unidades de los bienes que serán vendidos, a fin de que el destinatario
decida cuántas unidades comprar.
La oferta también debe contener la determinación del oferente, de modo que el destinatario
pueda comunicar su aceptación mediante una declaración dirigida a aquel. Cabe indicar que,
por el contrario, no se considera como un requisito de la oferta la determinación del
destinatario, porque ello depende del carácter recepticio de la oferta. Así, la oferta constituida
por una declaración recepticia es aquella dirigida a uno o más destinatarios en específico,
mientras que la oferta constituida por una declaración no recepticia es aquella dirigida a la
colectividad. Por lo general, las ofertas al público son, por disposición legal, consideradas como
una invitación a ofrecer. Quienes acceden a la invitación se convierten en oferentes, y quien
ofreció al público, se convierte en destinatario de la oferta individual.
Por último, para el caso de la oferta formulada para la celebración de un contrato solemne,
esta debe revestir la misma forma exigida para el contrato. Esto también aplica para la
aceptación de la oferta. Esta exigencia se debe a que, para los contratos solemnes, la
aceptación de la oferta da lugar a la formación del contrato, lo cual no puede ocurrir si no se
observa la solemnidad prevista. La voluntad únicamente se considera declarada si es
exteriorizada utilizando la forma solemne exigida por ley.
La declaración de voluntad formulada como una oferta pero que no cumpla con los requisitos
propios de la oferta quedará únicamente en el campo de las tratativas.
Efectos
Si la regla es la revocabilidad, entonces la oferta puede ser libremente retirada incluso después
de que hubiera sido conocida por el destinatario, pero siempre antes de que se haya formado
el contrato (es decir, antes de la aceptación). Esta regla tiene como razón de ser la protección
de la autonomía privada, asegurando que la intención del oferente de quedar vinculado por un
contrato se mantenga hasta el momento en que el mismo sea celebrado.
Eficacia de la oferta
Los efectos de la oferta inician una vez que la misma es conocida por su destinatario y cesan en
el momento que el oferente haya establecido, ya sea mediante un plazo o un término. El
término está referido a una fecha determinada (día, mes y año), mientras que el plazo es un
periodo de tiempo, cuyo último momento constituye su término. El oferente es libre de
designar cualquier plazo o término para su oferta, de modo que la oferta tenga una vigencia
muy extendida o una muy reducida. El término es, en estricto, siempre determinado. El plazo
será determinado cuando esté expresado en la oferta como un periodo cierto de tiempo (“x”
número de meses desde que la oferta es enviada o recibida, por ejemplo), y será determinable
cuando esté expresado como una fórmula a través de la cual se puede descifrar el plazo.
La oferta no tendrá plazo cuando este no sea expresado o cuando tenga un plazo
indeterminable. En estos casos, corresponde que la ley establezca una solución, ya que una
oferta eterna debe ser rechazada por el ordenamiento jurídico. La ley podría, por ejemplo,
exigir que la aceptación sea formulada inmediatamente luego de recibida la oferta. En este
caso, el significado de la “inmediatez” será objeto de interpretación.
Modalidades de la oferta
La oferta, en caso de ser múltiple, puede ser formulada según las siguientes modalidades:
como ofertas alternativas o como ofertas cruzadas. Las ofertas alternativas consisten en una
serie de ofertas de entre las cuales el destinatario puede escoger cuál o cuáles aceptar, pero
sin estar en posibilidad de aceptarlas todas. Las ofertas cruzadas son aquellas ofertas que dos
individuos se hacen mutuamente para celebrar el mismo contrato.