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LA FORMACIÓN DE LOS CONTRATOS

La oferta

Es una manifestación unilateral de voluntad realizada por una persona


(oferente) dirigida a un sujeto determinado (destinatario) o al público, con la
finalidad de celebrar un contrato y por ende, ha de contener todos los
elementos necesarios para su existencia. El destinatario está en libertad de
aceptarla o no. Un ejemplo, es el del comercio que ofrece sus productos a
cualquiera, a un precio determinado.

Requisitos de validez de la oferta

 Debe ser libre, es decir, debe ser una manifestación de voluntad libre
y consiente que tenga como finalidad dar nacimiento a un contrato.
 Debe ser pura y simple. Una modificación lo que produce es una
nueva oferta ahora de parte de quién era aceptante.
 Debe contener los elementos necesarios para la existencia del
contrato. (Art. 1.141 C.C.V)
 Debe ser comunicada al destinatario.
 Debe ir dirigida a una persona o varias personas determinadas.

Clases de oferta

 Oferta con plazo: La oferta puede ser formulada con un plazo


expreso para su aceptación, o con un plazo tácito, según la naturaleza del
contrato respectivo. En principio, toda oferta tiene un plazo implícito, por lo
menos el necesario para que el destinatario conteste. Por ejemplo, se solicita
una orquesta y el plazo es el tiempo que se da para que esta conteste si esta
disponible.

 Oferta tácita (Art 1.138 CCV). Por la naturaleza del negocio, existen
casos en que la ejecución preceda a la aceptación.

Si a solicitud de quien hace la oferta, o en razón de la naturaleza del


negocio, la ejecución del aceptante debe preceder a la respuesta, el contrato
se forma en el momento y en el lugar en que la ejecución se ha comenzado. El
comienzo de la ejecución debe ser comunicado inmediatamente a la otra parte.
En este caso, el comienzo de ejecución constituye una aceptación tácita de la
oferta. Ejemplo: Pido una mercancía y no hace falta una aceptación previa del
proveedor, éste simplemente la envía.
Aceptación de la oferta: Es la manifestación unilateral de voluntad del
destinatario de la oferta, a través de la cual expresa su conformidad con ésta.
Requisitos de validez de la aceptación:
 Debe ser libre: El destinatario debe tener plena libertad para aceptar
o negar la oferta. La falta de contestación no lo obliga a nada, ni siquiera a
reembolsar los gastos en que haya incurrido el proponente; excepto en el caso
de interrupción intempestiva de las negociaciones, que puede dar lugar a una
responsabilidad por hecho ilícito.

 Debe ser pura y simple: Debe ajustarse en un todo al contenido de


la oferta. Si el destinatario modifica la oferta, la modificación debe considerarse
como una nueva oferta (aparte 6º del Art. 1137 CC: "Una aceptación que
modifica la oferta, tendrá únicamente el valor de una nueva oferta").

 La aceptación debe ser comunicada al oferente: La aceptación debe


ser comunicada al oferente de inmediato, o dentro del lapso prudencial, si se
trata de personas que estén presentes en el mismo lugar. En los casos de
oferta con plazo, la aceptación debe ser comunicada dentro del plazo expreso
o implícito de la oferta.
La aceptación tardía, o sea después de vencido el plazo expreso o
tácito, puede ser considerada como válida por el autor de la oferta, en cuyo
caso se perfecciona el contrato y, el autor de la oferta debe comunicar
inmediatamente a la otra parte su aceptación (aparte 2º del Art. 1137 CC). La
falta de aviso, según la doctrina predominante, no impide la formación del
contrato y solo puede dar a una eventual responsabilidad del oferente.
Revocación de la aceptación
La oferta con plazo expreso o implícito obliga al oferente a mantenerla
durante ese plazo; no puede ser revocada una vez que ha llegado al
conocimiento del destinatario; pero el oferente puede revocarla utilizando un
medio más rápido de manera que la revocatoria llegue a conocimiento del
destinatario antes de conocer la oferta. Ejemplo: Envío un correo electrónico
revocando la oferta que he enviado por carta. (Aparte 3º del Art. 1137 CCV). Y
una vez en conocimiento del destinatario, la oferta puede ser revocada hasta
que la aceptación no haya llegado al conocimiento del oferente, esto, salvo que
el autor de la oferta se haya obligado a mantenerla durante cierto plazo o si
esta obligación resulta de la naturaleza del negocio.
La revocación declarada antes del vencimiento del plazo no es
obstáculo para la formación del contrato. Si bien la oferta es válida, el
consentimiento contractual no se forma hasta la misma sea aceptada por su
destinatario. (Aparte 4º del Art. 1137 CCV).
La oferta, la aceptación o la revocación por cualquiera de las partes, se
presumen conocidas desde el instante en que ellas llegan a la dirección del
destinatario, a menos que éste pruebe haberse hallado, sin su culpa en la
imposibilidad de conocerla. (Aparte 5º del Art. 1137 CCV).
Una vez expirado el plazo, expreso o tácito, sin haber sido aceptada, no
es necesario revocar la oferta, porque ésta caduca. La aceptación debe ser
recibida por el autor de la oferta en el plazo fijado por esta o en el plazo normal
exigido por la naturaleza del negocio (Art. 1137, aparte 1º).
La oferta pública de recompensa
El artículo 1139 del Código Civil dispone: “Quien promete públicamente
remunerar una prestación o un hecho, no puede revocar la promesa después
que la prestación o el hecho se han cumplido. La revocación hecha con
anterioridad debe fundarse en una justa causa y hacerse pública en la misma
forma que la promesa o en una forma equivalente”.
La oferta pública de recompensa también está dirigida a personas
indeterminadas; pero su aceptación no produce ningún efecto, no es suficiente
para formar el "contrato", que se produce en el momento en que la prestación
(por ejemplo, al entregar el objeto perdido por el cual se ha ofrecido la
recompensa) o el hecho (ejecutar una proeza) ha sido cumplida.
Mientras no se haya cumplido la prestación o el hecho, es posible la
revocatoria, pero sujeta a una justa causa y siempre que se haga pública en la
misma forma que la promesa, o en una forma equivalente. El autor de la
revocatoria está obligado a reembolsar los gastos hechos por aquellos que de
buena fe y antes de la publicación de la revocación han comenzado a ejecutar
la prestación o el hecho, pero sin que la suma total a reembolsar pueda diferir
del monto de la remuneración prometida. La acción o reembolso de los gastos
prescribe a los seis meses de la publicación de la revocación (Art. 1139 CC).
La doctrina contemporánea considera que la oferta pública de
recompensa no da lugar a un contrato, sino que es un negocio jurídico
unilateral.

Caducidad de la oferta: El Código Civil Venezolano no fija un plazo de


duración de la oferta, y doctrinariamente se discute hasta cuando es obligatorio
para el proponente. Contempla tres posibilidades:
 Hasta el momento de la aceptación se puede retractar, salvo 2
excepciones.
 Cuando se renuncia a la facultad de retirarlas, puede ser expresa
o tacita (Salvat) y el alcance de ella depende de las circunstancias.
 Cuando el proponente se hubiera obligado a mantenerlo por un
tiempo det.
Art.1149, oferta queda sin efecto si:
 Fallece una de las partes.
 Pérdida de capacidad para contratar.
 El proponente antes de saber la aceptación.
 Antes de haber aceptado.
Si muere el ofertante o se vuelve incapaz, la oferta queda caduca si se
produce antes de notificarse la aceptación.
Si se trata del aceptante, lo mismo pero antes de remitirse la aceptación
pero en este caso los herederos no podrán ocupar el lugar y aceptar la oferta
celebrada.
Algunas doctrinas extranjera considera que la revocatoria de la oferta
con plazo antes de la expiración del mismo es posible, solo que tal revocatoria
dará lugar al pago de daños y perjuicios. Esta solución no es admisible en
nuestro derecho por expresa disposición legal: "la revocación antes de la
expiración del plazo no es obstáculo para la formación del contrato".
LOS ELEMENTOS ACCIDENTALES DEL CONTRATO
Así como existen elementos esenciales para la existencia y la validez
del contrato, existen elementos accidentales, estos pueden no estar presentes
en el contrato sin que la validez del mismo se encuentre comprometida, debido
a que su concurrencia deriva de la voluntad de las partes para ser incluidos en
el contrato. Estos elementos son: la condición, el modo, el término, la clausula
penal y las arras.
Antonio Marín señala que “dos puntos deben señalarse con carácter
general para los elementos accidentales: a) que siempre derivan de un acto
volitivo de las partes y, en consecuencia, no le podremos atribuir características
semejantes si no cumple este requisito; y b) el acto volitivo que los crea debe
ser contemporáneo con el destinado a la celebración o conclusión del contrato,
pues forman parte de su contenido. Significa esto que si a un contrato ya
celebrado se le quiere introducir una condición, un modo, un término, etc., se
puede hacer pero mediante una nueva celebración del contrato porque no es
posible adicionarlo como tal”.

LA CONDICIÓN
“Es un evento futuro e incierto de cuya verificación depende, de distintas
maneras, la eficacia de un contrato”. (Antonio Marín)
Se habla de un evento en lugar de un acontecimiento, debido a que un
acontecimiento es un hecho importante que ocurre, mientas que un evento es
un suceso no previsto o de realización incierta o circunstancial.
Para estar en presencia de la condición, hay que tener en cuenta dos requisitos
fundamentales:
a) Que el evento sea incierto, es decir, que el hecho el cual se espera puede o no
llegarse a producir, su realización es impredecible;
b) Que el evento sea futuro, debe tratarse de un hecho factible con posterioridad,
ya que condicionar un contrato a un hecho no futuro es considerado ilógico.
Efectos de la condición.
a) Condición Suspensiva.
“Es suspensiva la condición que hace depender la obligación de un
acontecimiento futuro e incierto”. Artículo 1198 Código Civil Venezolano
(C.C.V)
a.1) Pendiente la condición.
Cuando aún no se ha verificado la condición se considera pendiente,
pero esta puede ser verificable y, en efecto, alguno de los sujetos tiene la
expectativa de la adquisición de sus derechos cuando se genere el evento. Si
el contrato está dependiendo del cumplimiento de un evento para su
perfeccionamiento, los efectos del contrato no podrán producirse.
a.2) Cumplida la condición.
Se considera cumplida una condición de dos formas:
a.2.1) Cuando se verifica el evento, de esta manera se perfecciona el
contrato y produce todos los efectos normales. “Cumplida la condición, se
retrotrae al día en que la obligación ha sido contraída” artículo 1209 C.C.V.,
excepto que los efectos del contrato se realicen en un tiempo distinto, “por
voluntad de las partes o por la naturaleza del acto” artículo 1209 ejusdem.
a.2.2) Cuando el evento no se producirá, el efecto de no realizarse el
evento es que el contrato no se perfecciona, de esta manera no obtiene la
eficacia propuesta por las partes, es como si el contrato no hubiese existido ni
condición, esto si se logra comprobar que la no realización del evento
pertenece a causas no imputables a las partes, es decir, que no hubo
injerencias de las mismas que impidiera la verificación.
“Cuando se ha contraído una obligación bajo la condición de que un
acontecimiento no suceda en un tiempo determinado, esta condición se tiene
por no cumplida si el tiempo ha expirado sin que el acontecimiento haya
efectuado. Si se no ha fijado tiempo, la condición puede cumplirse en cualquier
tiempo, y no se tiene por no cumplida sino cuando es cierto que el
acontecimiento no sucederá”. Artículo 1206 C.C.V. En este articulo se dan dos
supuestos: 1º) si se ha establecido un término para que el evento ocurra, al
vencerse el mismo ocasionara que la condición se tenga como por cumplida; y
2º) cuando no se ha establecido un término, y se demuestra que el evento
jamás podrá producirse, que es cierto que no ocurrirá.
En el caso de que el evento conlleve un hecho negativo, la solución
consiste de la misma forma si fuese un hecho positivo, así lo establece el
artículo 1207 C.C.V “Cuando se ha contraído una obligación bajo la condición
de que no suceda un acontecimiento en un tiempo dado, la condición se juzga
cumplida cuando ha expirado este tiempo sin que el acontecimiento haya
sucedido; se juzga igualmente cumplida, si antes de término es cierto que el
acontecimiento no debe tener efecto; y si no se ha fijado tiempo, no se tiene
por cumplida sino cuando es cierto que el acontecimiento no ha de cumplirse”.

b) Condición Resolutoria.
La condición “es resolutoria, cuando verificándose, repone las cosas al
estado que tenían, como si la obligación no se hubiese contraído” Artículo 1198
C.C.V.
b.1) Pendiente la condición.
Si la condición es resolutoria, mientras se encuentra pendiente el
cumplimiento del evento, el contrato terminado producirá todo los efectos que
puedan derivarse del mismo y quien espera su cumplimiento para volver a
adquirir los derechos de que se ha desprendido mediante contrato condicional,
está facultado para ejecutar todos los actos necesarios para conservar sus
derechos, esto en relación al artículo 1210 C.C.V: “El acreedor puede, antes
del cumplimiento de la condición, ejecutar todos los actos que tiendan a
conservar sus derechos”.
b.2) Cumplida la condición.
Así como en la condición suspensiva, se pueden distinguir dos situaciones:
b.2.1) Que el evento se verifique, de la misma forma que en la condición
suspensiva, se genera el fenómeno de la retroactividad a conciencia de la
verificación de la condición, por supuesto el efecto es distinto, pues ahora en
este caso, el contrato deja de producir sus efectos tal como si nunca hubiese
existido, exceptuando aquellos actos cuya ejecución es imposible ignorar, por
ejemplo: el riesgo, los actos de administración, entre otros.
b.2.2) que el evento no se verifique, el fenómeno de la retroactividad el
contrato terminado bajo condición resolutoria comienza a tener valor desde el
momento de su celebración, la no verificación del evento solo servirá para
confirmarlo, es decir, para consolidarlo de forma definitiva y situarlo ante
terceros en paridad con los no condicionales.

EL MODO
Para Barbero, “el modo (del latín modus=medida) consiste en un peso
que, sólo en los negocios a título gratuito (testamento o donación), puede ser
impuesto al destinatario de la liberalidad, de hacer o dar algo a favor del
disponente o de un tercero o del beneficiario, o en general, de emplear de una
determinada manera el objeto de la disposición”.
El modo no altera la eficacia del contrato, sino que es completamente
extraño y razón por la cual produce consecuencias jurídicas distintas a las de la
condición y del término; es una obligación accesoria que puede imponerse al
beneficiario siendo posible en contratos a título gratuito y puede ser por actos
entre vivos o mortis causa.
Efectos del modo.
En el caso del no cumplimiento por parte del sujeto pasivo, el disponente
puede conseguir la resolución del contrato, pero el efecto de dicha resolución
es exclusivamente obligatorio. Los bienes que se han establecido como el
objeto del contrato no resultaran afectados, ni los terceros con los que el
beneficiario de la liberalidad haya contratado a su vez.

EL TÉRMINO.
Messineo define el término como “el momento del tiempo en el cual el
efecto del contrato empieza (y es el término llamado inicial o, extendiendo la
nomenclatura propia de la condición, el término suspensivo), o bien -
respectivamente- cesa (y es el término final o resolutorio).
El término consiste en el tiempo estipulado para iniciar o extinguir
efectos derivados de un contrato, con la realización de un evento futuro y
cierto. Para la existencia del término como tal deben cumplirse tres requisitos:
a) Debe tratarse de un hecho futuro, pues de un manera diferente no podría
referirse a empezar o finalizar los efectos del contrato;
b) Debe existir la más absoluta certeza de que el hecho sucederá;
c) No debe depender de él la existencia misma del contrato, ni su eficacia, y
menos aun tener efectos retroactivos, ya que de suceder algo así, se estaría en
presencia de otra figura jurídica, pero no es un término.
Efectos del término.
El primer efecto se encuentra en el contenido del artículo 1213 del
C.C.V., según el cual “no se puede repetir lo que se ha pagado
anticipadamente, aunque el deudor ignorase la existencia del plazo”, el plazo
se presume en beneficio del sujeto pasivo, quien puede declinarlo si a bien y,
por tanto, cumplir la obligación antes de su vencimiento, sin tener importancia
alguna su desconocimiento sobre la presencia del término. En dicho artículo se
encuentra otra situación la cual es “si el deudor pagó ignorando el término,
tiene el derecho de reclamar, en la medida de su perjuicio, el enriquecimiento
que su pago anticipado haya procurado al acreedor”.
El artículo 1215 del C.C.V., establece un segundo supuesto, esto es, “si
el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios hubiere disminuido las
seguridades otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obligación, o no
le hubiere dado las garantías prometidas, no puede reclamar el beneficio del
término o plazo”, el acreedor tiene potestad, pendiente el término, al igual que
en la condición, para realizar actos que sean necesarios para la preservación
de sus derechos y entre esos actos se encuentra el solicitar garantías para
obtener la conservación, el casos que el deudor por actos propios disminuye
los ya otorgados o, simplemente, realiza negatorias previstas al momento de
concluir el contrato.

LA CLÁUSULA PENAL.
El Código Civil Venezolano en su artículo 1257, establece que “hay
obligación con cláusula penal cuando el deudor, para asegurar el cumplimiento
de la obligación, se compromete a dar o a hacer algunas cosa para el caso de
inejecución o retardo en el cumplimiento”. En este caso hay que adaptar el
artículo a el contrato, en ese caso sería un contrato con cláusula penal. En este
elemento accidental se destacan tres caracteres:
1) Es una convención accesoria, dirigida a cumplir una función específica en
relación, con la satisfacción de las obligaciones derivadas del contrato;,
2) Es un refuerzo a la obligación principal, la cláusula penal es un medio para
garantizar el cumplimiento de obligaciones originadas del contrato;
3) Es una evaluación convencional de los daños que corresponden al acreedor
por el incumplimiento de deudor, “la cláusula penal es la compensación de los
daños y perjuicios causados por la inejecución o retardo en el cumplimiento”
artículo 1258 C.C.V.
Efectos de la cláusula penal.
a) El acreedor no puede reclamar a un mismo tiempo la obligación principal y la
pena, así lo establece el artículo 1258 del C.C.V. en su segunda parte.
b) El acreedor puede reclamar a un mismo tiempo la obligación principal y la
pena, si se estipuló por el simple retardo, en este caso no habrá que demostrar
la existencia de un daño, ni la cuantía del mismo, solo basta que se produzca el
retardo en el cumplimiento de la obligación, en este caso del contrato.
c) El acreedor tiene la libertad de escoger si quiere exigir el cumplimiento del
contrato o la satisfacción de la cláusula penal, debido a que el legislador no
establece un orden de prelación entre ambas.
d) El deudor no tiene facultad de decidir entre el cumplimiento del contrato y el
pago de la pena, ya que estaría autorizando al deudor a no cumplir con el
contrato, y así se defraudaría el fin propio del mismo y se contrapondrían dos
facultades contradictorias.
e) El acreedor no puede aspirar una indemnización mayor a la que se estipula en
la clausula penal, ya que el acreedor no puede aspirar a recibir una suma
mayor a la que está expresamente estipulada en el propio contrato, en el caso
contario el deudor tampoco puede procurar una rebaja en la pena, esto podría
ocurrir en el caso establecido en el artículo 1260 del C.C.V. el cual establece
que “la pena puede disminuirse por la Autoridad Judicial cuando la obligación
principal se haya ejecutado en parte.

LAS ARRAS.
Estas consisten en una cantidad de dinero u otras cosas, que unas de
las partes de un contrato entrega a la otra para confirmar el contrato, o en caso
de desistir, garantizarle el pago de daños y perjuicios que del mismo puedan
derivarse, así como la obligación de pagar el doble para quien las recibe, si
este fuere el que desistiera. Este es un contrato accesorio, en el sentido de que
es concluido para garantizar un contrato principal.

El fundamento legal de esta figura jurídica se encuentra en el artículo


1263 del C.C.V: “A falta de estipulación contraria, lo que se da en arras al
tiempo de la celebración del contrato o con anterioridad a este acto, se
considera como garantía de los daños y perjuicios para el caso de
contravención. -Si la parte que no ha incurrido en culpa no prefiere exigir el
cumplimiento de la convención, puede retener las arras que haya recibido o
exigir el doble de las que haya dado”.
FUNDAMENTO LEGAL
Art.1.137 C.C.V. :“El contrato se forma tan pronto que el autor de la oferta
tiene conocimiento de la Aceptación de la otra parte”.
Los contratos se forman por la integración de 2 etapas sucesivas o casi
simultaneas que son:

La Oferta

Y la Aceptación

LA OFERTA: Es el acto mediante el cual una parte propone a otra expresa o


tácitamente la celebración de un contrato
LA ACEPTACIÓN: Es la declaración de voluntad formulada por la persona a
quien va dirijida la oferta
CLASES DE OFERTAS
Maduro señala que doctrinariamente se han establecido diferentes
clasificaciones de ofertas, que son:

Según La Naturaleza:
La oferta Imperfecta: Es aquella que no reúne todas las condiciones y detalles
de la prestación. Ejemplo: cuando se dice: vendo en condiciones ventajosas o
a buen precio, sin indicar las condiciones o el precio.
Oferta perfecta o plena: es aquella que contiene todos los requisitos,
condiciones y detalles de la prestación.
Es preciso resaltar que la oferta imperfecta no tiene efecto obligatorio ni para el
destinatario ni para el oferente, pues sin conocerse las condiciones, mal puede
haber consentimiento.

Según su forma:
Oferta directa o expresa: Es el acto realizado expresamente al destinatario
dicho acto es jurídico unilateral por el cual una de las partes promete a la otra
el cumplimiento de una determinada prestación. Es la hipótesis normal, y la
oferta se hace realizando el oferente un acto expreso y positivo.
Oferta indirecta: Es también un acto jurídico unilateral, pero no realizado en
forma expresa por el deudor u oferente, sino que se deduce o desprende de
alguna actividad desarrollada por él, generalmente mediante un acto
determinado que la hace presumir.
Según El Término
Oferta sin plazo: Es aquella en la cual no existe plazo alguno para que el
destinatario manifieste su aceptación al oferente. Tal manifestación debe
hacerla de inmediato. Ocurre siempre entre presentes, caso en el cual no hay
un lapso apreciable entre la respuesta y la pregunta.
Esta oferta puede ser revocada por el oferente, antes de que la aceptación
llegue a su conocimiento.

Oferta con plazo: ES aquella queTiene un término obligatorio para el oferente,


durante el cual debe respetarse la oferta y por lo tanto el oferente queda
obligado a mantenerla. El término puede ser expreso o tácito.
Según la determinación del destinatario.
Oferta hecha a persona indeterminada: Como su nombre lo indica, tiene como
característica la de no ser dirigida a alguna persona en particular (comerciante
con cartel en vidriera, aviso por el periódico, entre otros.). Es también
denominada oferta pública u oferta al público. Esta oferta obliga al oferente en
los términos de la misma y el contrato se perfecciona cuando la aceptación del
destinatario llega a conocimiento del oferente.
Oferta hecha a persona determinada: Es el supuesto normal en el que la
persona del destinatario está perfectamente determinada. El contrato se
perfecciona conforme al principio general, o sea, cuando el oferente tiene
conocimiento de la aceptación del destinatario.
Según Su Ejecución.
Oferta de cumplimiento normal: Es aquella oferta que implica un cumplimiento
mediante un consentimiento previo del destinatario, de modo que la aceptación
del destinatario precede al cumplimiento de la prestación.
Oferta con ejecución previa: Caracterizada porque a solicitud del oferente o por
la propia naturaleza del negocio, la ejecución de la prestación por parte del
destinatario precede a la respuesta en la cual manifieste su aceptación. El
contrato se perfecciona en el momento y lugar en que la ejecución comienza, y
ésta debe ser comunicada de inmediato al oferente (art. 1138 C.C)
La caducidad

En Derecho. Es una figura mediante la cual, ante la existencia de una situación


donde el sujeto tiene potestad de ejercer un acto que tendrá efectos jurídicos,
no lo hace dentro de un lapso perentorio y pierde el derecho a entablar la
acción correspondiente.
Al igual que la prescripción, la caducidad se compone de dos aspectos:

La no actividad es la inacción del sujeto para ejercer su derecho de acción


jurídica. La única forma de evitar la caducidad de la acción es estableciéndola
formalmente ante la instancia judicial competente.

v El plazo. Se producirá la caducidad de instancia cuando no se instare su


curso dentro en los siguientes plazos: 1) De seis meses, en primera o única
instancia. 2) De tres meses, en segunda o tercera instancia y en cualquiera de
las instancias en el juicio sumarísimo, en el juicio ejecutivo, en las ejecuciones
especiales y en los incidentes. 3) En el que se opere la prescripción de la
acción, si fuere menor a los indicados precedentemente. 4) De un mes,

La caducidad operada en primera o única instancia no extingue la acción, la


que podrá ejercitarse en un nuevo juicio, ni perjudica las pruebas producidas,
las que podrán hacerse valer en aquél. La caducidad operada en instancias
ulteriores acuerda fuerza de cosa juzgada a la resolución recurrida. La
caducidad de la instancia principal comprende la reconvención y los incidentes;
pero la de éstos no afecta la instancia principal.
Perfeccionamiento del Contrato
Señala Maduro que por perfeccionamiento del contrato debe entenderse como
el momento en que el contrato produce plenamente sus efectos jurídicos. Este
momento ocurre cuando el destinatario u oblado otorga su consentimiento o su
conformidad a la oferta que le ha sido presentada. (p. 492).

En ese sentido, el acto en virtud del cual el destinatario manifiesta su


conformidad con la oferta, se denomina aceptación, siendo esta ultima
entonces el acto por el cual el destinatario de la oferta manifiesta su voluntad
de estar de acuerdo con ella.

Condiciones de la aceptación

Según Maduro (1987), para que la aceptación produzca su efecto jurídico


normal, o sea, el perfeccionamiento del contrato, debe reunir determinadas
condiciones, a saber:

a) Debe ser libre. El destinatario debe tener plena libertad para aceptar o negar
la oferta. La falta de contestación no lo obliga a nada.
b) Debe ser pura y simple, lo que implica que debe ajustarse en un todo al
contenido de la oferta.
Si el destinatario modifica la oferta, la modificación debe considerarse como
una nueva oferta.

c) La aceptación debe ser manifestada al oferente para que el contrato se


perfeccione. En los casos de oferta sin plazo, la aceptación debe ser
comunicada al oferente de inmediato, si se trata de personas presentes; o
dentro del lapso prudencial, si se trata de personas que no están presentes en
el mismo lugar. En los casos de oferta con plazo, la aceptación debe ser
manifestada dentro del plazo.
Si la aceptación es manifestada fuera del plazo, no obliga al oferente, quien
tiene entonces la potestad de considerar o no celebrado el contrato.

El destinatario puede revocar la aceptación antes de que llegue a conocimiento


del oferente.

Clases de aceptación
La aceptación puede ser manifestada directa o indirectamente.

En el primer caso se está en presencia de una aceptación directa o expresa; en


el segundo, existe una aceptación tácita.
La aceptación tácita es aquella que se desprende de una conducta o actuación
del destinatario que no deje lugar a dudas acerca de su conformidad con el
contenido de la oferta.

Perfeccionamiento del Contrato entre Ausentes

Generalidades
Para Maduro (1987), la formación del contrato se da mediante las
declaraciones de voluntad de las partes que conjugadas integran el
consentimiento presenta algunos aspectos que es necesario estudiar para
determinar el momento y el lugar donde el contrato se ha perfeccionado. Tal
determinación es importante para poder fijar el momento en que el contrato
produce sus efectos jurídicos, señalar el tribunal competente para conocer y
decidir sobre las diferencias que pueden tener las partes en su ejecución, e
indicar otras circunstancias inherentes a la vida del contrato.

Cuando el contrato se celebra entre personas que están presentes en un


mismo momento y lugar, el problema se simplifica al máximo, pues el momento
y lugar en que el contrato se perfecciona serán los mismos de la celebración
del contrato y entonces no habrá dudas acerca de cuándo comienza a producir
sus efectos, ni tampoco acerca del tribunal competente, que será el que tenga
la jurisdicción territorial respectiva. Cuando el contrato se celebra entre
personas ausentes o lejanas, entre personas que no se encuentran en un
mismo lugar sino en lugares diferentes, surge en toda su magnitud la
necesidad de fijar las circunstancias de tiempo y lugar señaladas
anteriormente.

La doctrina ha enumerado algunas de las circunstancias prácticas que justifican el


interés de determinar el momento de perfeccionamiento del contrato, a saber:
1. Primero: para determinar a partir de qué momento son exigibles las obligaciones
derivadas del contrato;
2. segundo: para saber a partir de cuál fecha corren los lapsos de caducidad o de
prescripción;
3. tercero: para precisar la ley aplicable al contrato cuando entre la fase de la aceptación
y de la notificación ha habido reforma legislativa; cuarto: para poder determinarse
cuál es el Tribunal competente para decidir sobre cuestiones controversiales del
contrato.
Solución del Código Civil venezolano para el Perfeccionamiento de los Contratos
entre Ausentes
Dispone el párrafo 1° del artículo 1137: “El contrato se forma tan pronto como
el autor de la oferta tiene conocimiento de la aceptación de la otra parte”.
Ahora bien, ese conocimiento se presume que existe en el instante en que la
aceptación llega a la dirección del oferente (destinatario de la aceptación en
este caso). Así lo dispone el párrafo 6° del mismo artículo citado: “La oferta, la
aceptación o la revocación por una cualquiera de las partes, se presumen
conocidas desde el instante en que ellas llegan a la dirección del destinatario, a
menos que éste pruebe haberse hallado, sin su culpa, en la imposibilidad de
conocerla”.
El Código Civil venezolano acoge el sistema de la concurrencia de voluntades
en la fase o etapa del conocimiento, pero subordina ese conocimiento al
momento de la recepción. Presume que existe ese conocimiento desde el
instante en que la aceptación llega a la dirección del oferente.

La presunción establecida en el párrafo 6° del artículo 1137 del Código Civil es


de carácter relativo o juris tantum. Al destinatario de la aceptación se le permite
desvirtuar la presunción de conocimiento demostrando que sin su culpa estaba
en la imposibilidad de conocerla (causa extraña no imputable, enfermedad,
ausencia justificada y otras que corresponde al juez calificar).
Como excepción al principio contemplado en los párrafos 1 ° y 6° del artículo
bajo análisis, no se acoge el sistema de concurrencia de voluntades en los
casos de oferta con ejecución previa, contemplados en el artículo 1l38: “Si a
solicitud de quien hace la oferta, o en razón de la naturaleza del negocio, la
ejecución por el aceptante debe preceder a la respuesta, el contrato se forma
en el momento y en el lugar en que la ejecución se ha comenzado. El comienzo
de ejecución debe ser comunicado inmediatamente a la otra parte”.
En estos casos, cuando el legislador dispone que el contrato se forma en el
momento y lugar en que la ejecución comienza, está acogiendo el sistema de
la coexistencia de voluntades (pues la ejecución se entiende como una
expresión de voluntad) y el momento de la manifestación de esa voluntad,
manifestación expresada por la propia ejecución.

Tampoco acoge el Código Civil el sistema de concurrencia de voluntades en la


oferta pública de recompensa, la cual se perfecciona cuando las voluntades
coexisten, o sea, cuando el destinatario indeterminado a quien es dirigida,
realiza el hecho cuya remuneración se ofreció. Ello se desprende claramente
del artículo 1139 del Código Civil, el cual dispone en su primer párrafo: “Quien
promete públicamente remunerar una prestación o un hecho, no puede revocar
la promesa después que la prestación o el hecho se han cumplido”.

Al prohibir la revocación después de haberse cumplido la prestación o el hecho


objeto de la oferta pública, el legislador venezolano se acoge al sistema de
coexistencia de voluntades.

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