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El dicho de ¨somos lo que comemos¨ es totalmente cierto, pues las grandes corporaciones
invierten en hacernos comprar grandes cantidades de comida, que se acumula en nuestro
organismo como excedente.
La industria alimentaria evoluciona para generar alimentos de manera masiva, añadiendo aditivos
que en pasado no se consumían.
En los últimos años ha aumentado el consumo de carne, sin importar las implicaciones de maltrato
animal. La industria se ha dado a la tarea de enmascarar este maltrato, mostrando solo lo ¨bonito¨
de los productos de origen animal, de tal manera que el consumidor crea que no existe nada malo
detrás de esta industria.
También se hace uso del neuromarketing para vender más, aunque el producto no sea del todo
bueno. Esta técnica toma ventaja de los sentidos de los consumidores. Esta, para los
consumidores, llega a ser perjudicial cuando las decisiones de compra son inconscientes. Se puede
llegar incluso a la adicción a ciertos productos, mayormente a aquellos con altos contenidos de
azúcar. A causa de esto la población tiende a contraer enfermedades como la obesidad, diabetes e
hipertensión.
Detrás de las acciones de las grandes corporaciones para obtener la materia prima de sus
productos existen abusos tales como:
El maltrato a mujeres
Salario indigno
Esclavitud y trabajo forzado hacia niños
Tala de árboles y deforestación
Entre otros
Investigaciones por parte de la OMS han encontrado que el cuerpo no necesita de azúcar añadida
para sus requerimientos, lo cual no agrada a las grandes industrias.
La industria, de cierta manera, ¨cocina para nosotros¨, y al no conocer con exactitud lo que
preparan les estamos dando rienda suelta para incluir todo tipo de materia prima, incluso
transgénicos.