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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación


Francisco Lazo Martí
Maturín-Edo-Monagas

CASTELL
ANO
Investigacion
Conectores gramaticales
Los conectores gramaticales son elementos lingüísticos que unen frases, párrafos u
oraciones. Además, son aquellas palabras que permiten establecer un tipo de relación
específica entre una expresión o idea, como: causa, consecuencia, oposición, etc.
Tipos de conectores gramaticales o relaciónantes gramaticales
Conectores de adición
Los conectores de adición son los que te permitirán sumar información relevante a
oraciones ya enunciadas. Por lo general, los utilizarás para encadenar ideas que
se relacionen.
Algunos ejemplos de estos conectores gramaticales son: en realidad, en suma,
por si fuera poco, al mismo tiempo, también, incluso, de esta manera, además,
etc.
De continuidad
Estos conectores te van a facilitar la organización del texto, ya que indican cómo
se va desarrollando el cuerpo del trabajo. En otras palabras, establecen relaciones
de continuidad entre los sucesivos enunciados del escrito (progresivas y
regresivas).
Los principales ejemplos de conectores gramaticales de continuidad son:
volviendo a la idea anterior, como hemos visto, siguiendo con lo dicho
anteriormente, en base a lo comentado, etc.
Disyuntivos
Los disyuntivos se emplean para marcar, dentro de una oración, que se tienen
diferentes opciones, equivalentes.
No hay muchos ejemplos de estos conectores gramaticales. Entre ellos están: o
bien, u, o, ya sea.
Conectores gramaticales de contraste
Este tipo de conectores gramaticales se utilizan en un texto cuando se oponen o
enfrentan dos ideas o hechos que, hasta cierto punto, se contradicen.
Por ejemplo, este tipo de conectores pueden ser: en cambio, pero, si bien,
aunque, sin embargo, pasa a que, aun así, al contrario, etc.
Conectores gramaticales causales
Los conectores causales son utilizados al momento de agregar ideas que estén
relacionadas con una frase anterior. Son consecuentes y se añaden a modo de
reflexión o conclusión.
Ejemplos de estos conectores gramaticales son: por ese motivo / razón, por lo cual
/ tanto, por lo dicho, a causa de, porque, dado que, en consecuencia, etc.
Conectores textuales modales
Los conectores modales te permitirán hacer referencia al modo en que los
distintos elementos se interrelacionan con una frase u oración previa.
Puedes tomar como ejemplos de estos conectores gramaticales a: de igual
manera, como, inversamente, de modo similar, de diferente modo, igualmente, etc.
Temporales
El nombre lo dice todo. Los conectores gramaticales temporales se caracterizan
por contextualizar temporalmente lo que se exprese en el texto. Pueden marcar
relaciones de simultaneidad, posterioridad o consecución.
Aquí tienes algunos ejemplos: al comienzo / principio, inicialmente,
posteriormente, anteriormente, actualmente, a la vez, a su vez, al mismo tiempo,
mientras tanto, más tarde / temprano, etc.
Repetitivos
Los conectores repetitivos deben emplearse cuando se tenga la necesidad de,
justamente, repetir una frase o palabra, pero reformulada.
Los que más se utilizan son los siguientes: mejor dicho, es decir, en pocas
palabras, resumiendo.
Conectores gramaticales de énfasis
Esta clase de conectores se introduce para dar más importancia a ciertas
particularidades que contenga una frase u oración, y que resulten relevantes.
Por ejemplo, estos conectores gramaticales pueden ser: lo importante es, sobre
todo, cabe destacar / resaltar, señalamos, resaltamos, destacamos, etc.
Conectores de conclusión
En base a su nombre, los conectores de conclusión te permitirán y facilitarán
concluir o finalizar la idea central de un texto.
Algunos ejemplos comunes de este tipo de conectores gramaticales son: para
concluir / finalizar, en definitiva / conclusión, para resumir.
Los conectores o relacionantes
Los conectores son una parte importante del lenguaje. Son palabras que conectan
dos partes de una oración o frase, creando una conexión entre ideas y
transmitiendo significado. Se pueden usar para crear oraciones complejas que
expresen más de una idea y para hacer que la escritura sea más concisa y clara.
Los conectores también pueden ayudar a los escritores a evitar la repetición al
asegurarse de que no repitan las mismas ideas una y otra vez.
Su función es la de servir de nexo uniendo o enlazando diferentes partes de un
texto o diferentes textos.
El párrafo
es la parte de un texto compuesto por varias líneas seguidas y que finaliza en un
punto y aparte. Su función es organizar el texto: distribuye el contenido en
segmentos más pequeños y facilita la lectura.
Elementos del párrafo
Oraciones seguidas. Las oraciones se presentan seguidas y sin separación
por espacios. Esto le da al párrafo su característico aspecto de bloque de
texto.
Unidad temática. El párrafo presenta un único tema expresado por una
oración principal. El resto de oraciones son secundarias y apoyan o
contraargumentan la idea principal. Como existe una oración principal y
otras secundarias, existe una jerarquía.
Cohesión y coherencia. Para desarrollar el tema, las oraciones siguen un
orden lógico que permitan expresarlo de manera coherente. Las oraciones
respetan criterios gramaticales para evitar que se presente la información
fragmentada.
Estructura del párrafo
El Párrafo tiene una doble estructura o dos planos diferentes:
una estructura profunda, de contenido o semántica.
una estructura superficial, de expresión o formal.
La estructura profunda es de carácter logicosemántico y está constituida por una
proposición principal (idea central) y unas proposiciones secundarias (ideas
secundarias). La proposición principal de cada Párrafo está formal y
semánticamente relacionada con la macro estructura del texto y es fundamental
para realizar el resumen o identificación de la macro estructura global
La estructura superficial es de carácter gramatical y está constituida por una
oración temática (llamada también oración directriz) y unas oraciones
subtemáticas.
Coherencia y Cohesión
Cuando hablamos de coherencia nos referimos a la capacidad de transmitir un
mensaje de manera organizada, comprensible y precisa, de modo que el receptor
pueda captarla lo mejor posible. Esta capacidad se pone de manifiesto tanto al
hablar como al escribir. Por extensión, las cosas coherentes son aquellas que
tienen sentido, que están completas y organizadas, de modo tal que resulta
posible comprenderlas.
Cuando hablamos de cohesión nos referimos a la propiedad fundamental del texto
que le proporciona sentido tanto a los enunciados (frases u oraciones) como al
conjunto de estos.
Título y Subtítulo
Un título es el nombre que se le asigna a algo en concreto con el fin de identificar
la información a la que hace referencia.
Un subtítulo es un minitítulo o texto que se encuentra debajo del título principal
para proporcionar más información o apoyo para el título.
Los títulos se utilizan para entretener, sorprender o enganchar a los lectores y
hacer que quieran saber más, pero el subtítulo guía al lector para que siga leyendo
o analizando la información.
Los aspectos formales de la escritura
Son muy diversos y tienen que ver, fundamentalmente, con la presentación del
texto, la ortografía y la redacción, y el correcto uso de los signos de puntuación.
La presentación del texto
La presentación del texto implica tanto el cuidado estético de la disposición de la
página como los elementos que contiene y su organización. La razón es muy
simple: mientras más caótica y desorganizada se vea la página, menos atractiva
será para el lector. Esto incluye elementos como:
1. La utilización de un papel adecuado, una sola tipografía y un sistema formal
unificado a lo largo de todo el texto (los títulos en negritas o subrayados,
por ejemplo, o las notas al pie o al final del documento).
2. El respeto por los márgenes apropiados de la página y el uso de las
sangrías necesarias para que la disposición del texto sea regular y
uniforme.
3. La numeración de las páginas y una clara división del texto en sus
respectivos segmentos, como introducción, desarrollo o bibliografía.
4. En caso de documentos manuscritos, el cuidado de la caligrafía.
Las reglas de ortografía
La ortografía se entiende como la corrección formal de la escritura del texto, es
decir, el cumplimiento de las normas básicas de redacción. Estas normas
establecidas en el idioma nos permiten manejarlo de una manera más o menos
regular y similar, para que podamos entendernos a pesar de que hablamos un
mismo idioma de maneras muy distintas.
Prestar atención a la ortografía incluye no solo saber cómo se escriben
correctamente las palabras, sino también cuándo llevan tilde y cuándo no, y
cuándo se usan las mayúsculas. La correcta ortografía garantiza que en el texto
exista la menor cantidad de ambigüedad posible, para que el mensaje se pueda
transmitir de forma clara. El cometido es facilitar la comunicación.
En general, se debe prestar atención a:
1. La correcta grafía de las palabras, especialmente en los casos en que
existe ambigüedad fonética. Es conveniente utilizar un diccionario de la
lengua para ello.
2. La utilización de las mayúsculas luego de cada punto y aparte o punto y
seguido, en las siglas (o la letra inicial de los acrónimos) o en los nombres
propios (de personas, de países, de accidentes geográficos, entre otros).
3. La acentuación de acuerdo a las reglas del español.

El uso de los signos de puntuación


Los signos de puntuación son los elementos de acompañamiento de las palabras,
que marcan el ritmo, la entonación y el orden sintáctico del texto. Esto es clave
para que un texto se pueda entender, ya que una mala puntuación interrumpe el
flujo de las oraciones (o unifica las que deben ir por separado) y además distrae al
lector, deteriorando la calidad de la lectura.
Los signos de puntuación en español son:
1. El punto (.). Marca el final de una oración y el inicio de otra (punto y
seguido), el final de un párrafo y el inicio de otro (punto y aparte) o el final
del texto completo (punto y final). El punto representa una pausa larga en el
texto y le da al lector la oportunidad de tomar aire o de interrumpir la lectura
sin perder el hilo del discurso.
2. La coma (,). Marca la cadencia de las oraciones, juntando unas con otras a
través de una pausa breve, más corta que la propuesta por el punto. La
coma marca el estilo del texto y puede producir incisos o aclaratorias,
cuando separa una oración subordinada dentro de la principal. Es
importante no poner jamás una coma separando el sujeto y el predicado de
la oración, y utilizarla para separar los términos de las enumeraciones.
3. El punto y coma (;). Introduce una pausa mediana y permite el cambio de
sujeto oracional o el cambio de perspectivas en lo dicho. Es una especie de
opción intermedia entre el punto y seguido y la coma que, además, se
utiliza para separar los términos de una enumeración cuando dichos
términos tienen comas.
4. Dos puntos (:). Permiten introducir elementos en el texto que requieren una
atención especial, como citas, ejemplos o enumeraciones anunciadas por
un verbo. Deben ir sin separación respecto de la cadena oracional, y no
requieren del uso de mayúsculas inmediatamente después.
5. Los signos de exclamación (¡?). Transmiten la entonación de la oración, ya
sea interrogativa (¿?) o exclamativa (¡!), para indicarle al lector cuándo
inicia y termina una pregunta o una exclamación. Se usan siempre en pares
(el que abre y el que cierra) y no requieren del uso de un punto luego de
cerrar (ya lo incluyen).
6. Paréntesis (). Introducen aclaraciones en el texto, es decir, información
suplementaria que no interrumpe el flujo de la oración. Por eso, lo que está
entre paréntesis (siempre deben iniciar y cerrar) se considera como un
añadido opcional.

La redacción y el estilo
Una buena redacción hace fácil y placentera la lectura.
La redacción es la forma en la que se combinan y organizan las ideas dentro del
texto. Una buena redacción no solo hace fácil la lectura, al plantear la información
de un modo simple y comprensible, sino que también permite alcanzar la
originalidad y la belleza en el modo en que se dicen las cosas, algo muy
importante para quienes escriben obras literarias. A esto último, es decir, a la
manera personal e individual de construir los textos, se lo llama “estilo”.
Para tener una buena redacción, hace falta fijarse no solo en qué se dice, sino en
cómo se está diciendo, y tratar de construir textos que tengan cohesión (o sea,
que las ideas similares estén juntas y no dispersas en el texto) y coherencia (o
sea, que las ideas sean comprensibles, que el lector entienda cuál es el punto de
lo que se dice).
La mejor forma de atender la redacción en la escritura es la relectura del texto
(especialmente en voz alta), y la revisión de las partes que generan dudas, para
tratar de corregirlas. Una mala redacción puede impedir al lector la plena
comprensión del texto.

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