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FACULTAD DE ARTES

ARQUITECTURA

ELECTIVA 3

DOCENTE
Adriana Hidalgo Guerrero

TEMA

CIUDAD UNA LABOR DE COLECTIVOS.

ESTUDIANTES

Juan Sebastián Castiblanco


Lina María Niño Olmos
Juan Carlos Malaver Alarcón

Bogotá febrero 2020


CIUDAD UNA LABOR DE COLECTIVOS.

“Si nuestro mundo urbano ha sido imaginado y luego hecho, puede ser re-imaginado y

re-hecho. El inalienable derecho a la ciudad es algo por lo que vale la pena luchar” (David

Harvey, 2008a); el siguiente escrito busca entender cuál es papel que desempeñan los

diferentes actores a la hora de hacer ciudad, tomando como relevancia el papel de la mujer,

y la importancia de los niños y niñas, en el ambienté urbano, entendiendo a estos últimos

como el eje articulador entre el pasado y el futuro en la conformación de ciudad.

Actualmente concebir la ciudad hace parte del quehacer diario, pues es en este donde los

diferentes modos de vivir convergen en el concepto del “Derecho a la Ciudad” (Henri

Lefebvre,1968); ya que lo que se busca dentro de este concepto es la reapropiación del

espacio por parte de sus habitantes, quienes deberían ser sus verdaderos protagonistas

(Sugranyes, 2010: 75), lo que nos conlleva a pensar si realmente la ciudad está pensada

para habitar, y es que este hecho es uno de los constantes paradigmas de quienes hacen

ciudad, puesto que desde sus inicios ha sido pensada desde un modo productivo, el cual ha

buscado organizar, estructurar y jerarquizar las actividades que el ser humano desempeña

diariamente, denigrando a su vez la participación homogénea de todos los grupos sociales,

quienes son los que habitan en este espacio al que denominamos CIUDAD, la cual debe

ser un espacio en donde “la vida urbana, debe garantizar el acceso a lugares de encuentros

y cambios, a los ritmos de vida y empleos del tiempo, que permiten el uso pleno de estos

momentos y lugares” (Lefebvre, [1969] 1978: 167).

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Por lo que tendríamos que pensar en un modo en donde todo espacio construido sea

susceptible de ser reconstruido (Borja,2003), siendo el sentido de apropiación el que defina

el carácter de cada sector, el cual tenga como fin el generar “una nueva ciudadanía la cual

busca mejorar las condiciones de vida de quienes pertenecen a ella, de esta forma, se

entenderá que ciudad, ciudadanía y espacio público son los tres elementos que conforman

el derecho a la ciudad”(Borja,2003), en donde el principio de igualdad sea el que determine

la funcionalidad del espacio, a manera de subjetividad y experiencia, conceptos

introducidos por Lefebvre; ¿pero que tan iguales son estos espacios realmente?, para los

autores (Pisarello, 2010; Zárate, 2010), el desgaste de las políticas sociales, la especulación

urbanística y la segregación espacial, fruto de las dinámicas del neoliberalismo, siguen

agravando una situación que amenaza con excluir de la ciudad y sus espacios a los

colectivos más vulnerables. Por estas razones, la lucha por la ciudad sigue siendo un tema

vigente, que además de varias reflexiones, ha suscitado la organización de movilizaciones

entre la sociedad civil.

Entre estos colectivos sociales han tenido una gran importancia los grupos feministas,

que, mediante su cuestionamiento de la subordinación de las mujeres, han guiado una parte

importante de la reflexión teórica sobre el derecho a la ciudad, ya que “llevan a analizar las

limitaciones que supone la tradicional planificación funcional para la vida de las mujeres

que combinan sus tareas productivas con las reproductivas” (Magro y Muxí, 2009: 5), por

lo que se tendría que re- imaginar la espacialidad urbana en términos de MOVILIDAD,

SEGURIDAD y ACCESIBILIDAD; ya que desde la visión tradicionalista el espacio tiende

a ser sexualizado; y es esta sexualización del espacio la que define las relaciones en el

trazado del área urbana, dividida entre las zonas residenciales y las industriales (Soto, 2009:

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57), en este sentido, McDowell será partidaria de la superación de visiones dicotómicas

entre lo público y lo privado, ya que las mujeres ocupan ambos espacios y en ellos

renegocian sus posiciones (Ortiz, 2007: 14). “Con la voluntad de ampliar el contenido de la

noción de derecho a la ciudad, las reflexiones feministas parten de que tanto el espacio

como los roles de género están interrelacionados y socialmente construidos, esta será la

clave que nos revele cómo el espacio nunca puede considerarse neutral desde el punto de

vista del género” (Cevedio, 2003). Y desde este punto de vista, algunas autoras (Galdón,

2011; Montoya, 2011) “apuntan a la necesidad de reconocer la diversidad de identidades y

de superar modelos idealizados de convivencia que presuponen ciudadanos homogéneos”.

Entonces el derecho a la ciudad está sujeto a la disminución de discriminación alguna ya

sea por la raza o por el género, en donde “el reto sería crear un tejido urbano más denso y

variado que incorporase a todos los barrios las infraestructuras, equipamientos y servicios

demandados por sus habitantes, teniendo en cuenta las distancias y el tiempo disponible de

las personas”( Buckingham, 2010; Muxí et al. 2011; Muxí 2011), por lo que una ciudad digna

es una vida digna en la que cualquier persona pueda disfrutar de todo lo que ofrece dicho

lugar en cuanto a aspectos sociales, económicos y ambientales. (Muxi y Gutiérrez,2010).

“El urbanismo y la planificación tienen que considerar las necesidades derivadas de estas

tareas como puntos imprescindibles para diseñar una ciudad inclusiva”. Cuando diseñamos

debemos diseñar pensando en las dinámicas de las personas, y en el paisaje que lo rodea,

convirtiendo lugares que sean confortables y productivos para la vida cotidiana de la

sociedad.

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Cuando hablamos de urbanismo feminista, nos referimos al desarrollo de espacios

entorno al género, debido a que no todos los espacios son lo mismo para una mujer que

para un hombre, niño o para una persona con movilidad reducida, pensando en hacer los

espacio como lugares de conexión, donde no se niegue la libre expresión, transformando

sitios con paisajes más sostenibles y más seguros para un mejor confort. Según Heynen

(2017) afirma: “tomar enserio el espacio urbano de género como un terreno para hacer

conexiones entre zonas urbanas más amplias procesos y los espacios que habían sido

anteriormente pensados como espacios para mujeres, como el espacio de “la casa”, siendo

las bases necesarias para la comprensión de la creatividad metabólica que puede ser

extendido hacia la división analítica de los procesos socio naturales juntos dentro de la UPE

(ecología política urbana)” (p.447). en la actualidad vemos muchas discriminaciones en

cuanto al género, ya sea por una persona LGTBI, o una mujer, y el propósito de diseñar

ambientes urbanos es ofrecer propuestas creativas que fomenten el urbanismo feminista

haciendo énfasis a la igualdad de género, dando respuesta a las problemáticas de la ciudad,

como lo es en el transporte, la seguridad, espacios que sean más conexos y lugares más

confortables y más amigables al medio ambiente.

El urbanismo feminista es la base del desarrollo de la ciudad ya que muchas personas

viven en barrios donde se enseñan valores que van creciendo a medida que las personas

también lo hacen, y a la vez trata con la diversidad de genero incorporando las experiencias

de los ciudadanos como base fundamental para el desarrollo de un proyecto urbano,

mediante la participación de los ciudadanos, haciendo saber que el uso de los espacios no es

lo mismo para un hombre que para una mujer, teniendo como punto principal para la

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decisiones urbanas, y así transformar la ciudad con espacios que aumenten el sentido de

pertenencia en el entorno que habitan.

Uno de los grupos que menos son tenidos en cuenta en el diseño urbano son los niños

sin tener en cuenta que de una correcta forma de hacer ciudad se podría fomentar una niñez

y juventud más saludable, protegida y ética, además de que los niños son parte fundamental

de la sociedad y serán los futuros gobernantes de la misma.

Según (Francesco,2008, p.147). “Las ciudades, al perder a los niños, han perdido

seguridad, solidaridad, control social. Los niños necesitan a la ciudad; la ciudad necesita a

los niños”.

El entorno en el que las personas llevan su vida cotidiana repercute en la salud

psicológica y física de las mismas, según Am J Comunidad Psychol (2006) esto es más

intenso para los niños ya que son vulnerables a su contexto ambiental, menciona cómo las

características tanto de los bloques escolares como del contexto de la vivienda influye en su

desempeño social y académico.

Es imprescindible que la ciudad sea un lugar seguro para los niños que las características

permitan un correcto desarrollo social, físico, emocional y ético, así como los adultos ellos

desarrollan gran parte de su vida cotidiana en el espacio público, al ir a la escuela, a la

biblioteca a los parques, juegos y escenarios deportivos con la diferencia de que son más

vulnerables a su entorno y su mentalidad se encuentra en un proceso de desarrollo; una de

las maneras más eficientes de generar seguridad y confort en el espacio público para los

niños es a través de la diversidad de usos y la correcta disposición de los mismos, según

Am J Comunidad Psychol (2006) , la vivienda puesta en proximidad a las tiendas y lugares

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de trabajo mejora el bienestar mediante el aumento de capital social y ofrecer más “ojos en

la calle” para monitorear los niños, Leiden (2003) dice que “la diversidad de uso, mediante

un aumento de caminar y el capital social, pueden influir en colaboración en torno a la

crianza de funciones tales como , un mayor apoyo social para las familias y la colaboración

con respecto a la supervisión de los niños”.

En el urbanismo contemporáneo toma gran importancia una mirada urbanística que

aporte mayor relevancia a la escala del niño y el adolescente convirtiéndose en un desafío

para la forma de planificar los pueblos y ciudades hoy en día, ya que según Tonucci (2016)

“Los adultos han adaptado la ciudad a sus necesidades, especialmente a la de sus coches,

excluyendo a los mayores, a los discapacitados, a los extranjeros, a los pobres y a las

niñas/os estos últimos siendo encerrados en casas, instituciones educativas y parques

prediseñados, lugares que dan poco lugar a la imaginación y creatividad”, Hart (2011)

establece 8 dimensiones para que las ciudades respondan a las necesidades e intereses de la

infancia las cuales son Seguridad y vivienda adecuada, la seguridad como base para el

cumplimiento de sus otros derechos y la vivienda como un lugar de resguardo; CIUDAD

SALUDABLE: que evite enfermedades físicas y psíquicas, CIUDAD SEGURA Y

ACCESIBLE: accesibilidad para todos y diversidad de usos, CIUDAD QUE CUIDA:

espacios supervisados, CIUDAD PARA JUGAR: debe permitir la exploración y el juego en

espacio físicos, CIUDAD PARA APRENDER: responsabilidad del gobierno para generar

aprendizaje fuera de las escuelas, CIUDAD VERDE: espacios verdes que mejoren la salud

y propicien el juego además de aportar a la sostenibilidad.

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En 1992 el fondo de naciones unidad para la infancia UNICEF acuño el termino, Una

ciudad amigable con la infancia, que busca que los derechos de los ciudadanos más

pequeños se reflejen en las políticas y leyes y que sus opiniones sean tomadas en cuenta

para influenciar procesos de toma de decisiones, a raíz de esto, Tonucci (1996) propone los

consejos infantiles que son ,“un órgano municipal de participación ciudadana formado por

niñas/os, que tiene por objetivo ocuparse de asuntos de la ciudad, en ellos se reflexiona,

debate y se hacen propuestas sobre aspectos que necesarios para mejorar las condiciones de

vida de las niñas/os en su propia ciudad” algunos de ellos fueron enfocados al diseño del

espacio público y como este puede llegar a ofrecer una experiencia autónoma infantil,

llegando a tener muy buenos resultados demostrando que este método de arquitectura y

urbanismo participativo puede ser efectivo sin importar la edad de los miembros.

Es de vital importancia que las nuevas formas de crear urbanismo tengan en cuenta las

necesidades de todos sin importar su género, raza, nivel ecónomo y por supuesto edad y no

solo la necesidad de los adultos y en especial de sus vehículos, con el objetivo de crear

espacios que influyan positivamente la salud física y mental de todas las personas

reforzando el derecho a la ciudad.

Como se demostró anteriormente hasta las personas con edades más cortas demostraron

tener grandes capacidades para participar en el diseño de su ciudad con lo que queda

demostrado que el diseño participativo el cual daría como resultado todas las variables

necesarias para crear una ciudad justa para todos es la clave para lograr este objetivo.

Para concluir el derecho a la ciudad se hace realidad cuando, los diferentes actores

sociales hacen parte del hacer ciudad, por lo que se tienen que tomar en cuenta dos aspectos

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fundamentales, el primero es el reconocer la labor de la mujer como fuente de generación

del urbanismo de género, el cual busca integrar de manera homogénea todos los colectivos

presentes en el espacio público; y por otro lado el reconocer la capacidad de decisión de los

niños y niñas en el desarrollo urbanístico, generando nuevas perspectivas que integran la

colectividad del pasado con la colectividad del futuro.

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REFERENCIAS:

1. Bujalance, G. & Naranjo, R. La perspectiva de género en el urbanismo. Una


aproximación conceptual adaptada. idus.us.es
https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/39830.
2. Spain, D. Review: Reframing the Reclaiming of Urban Space: A Feminist
Exploration into Do-It-Yourself Urbanism in Chicago By Heim LaFrombois, Megan
E. J. Plan. Educ. Res. (2018) doi:10.1177/0739456X18788936.
3. Geography, N. H.-P. in H. & 2018, undefined. Urban political ecology III: The
feminist and queer century. journals.sagepub.com 42, 446–452 (2018).
4. Muxí Martínez, Z., Ciocoletto, A., Fonseca, M. & Valdivia, B. G. ¿QUÉ ApORTA
LA pERSpECTIVA DE GÉNERO AL URBANISMO? vol. 17
http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/22338 (2011).
5. Sanz, P. P. Reformulando la noción de ‘Derecho a la Ciudad’ desde una perspectiva
feminista Reformulating the concept of “Right to the City”: A feminist critique.
encrucijadas.org www.encrucijadas.org.
6. Agud, I. & Novella, A. M. LOS CONSEJOS INFANTILES Y EL DISEÑO DE
ESPACIOS PÚBLICOS. UNA PROPUESTA METODOLÓGICA Children’s
councils and the design of public spaces. A methodological proposal Universidad
Autónoma de Barcelona. Bordón 68, 83–98 (2016).
7. Lynch, C. R. Representations of utopian urbanism and the feminist geopolitics of
“new city” development. Urban Geogr. 40, 1148–1167 (2019).

REFERENCIAS VIRTUALES:
 https://www.mujeresdelsur-afm.org/ciudades-para-infancias-libres-derecho-al-habitat-y-
ninez/
Fecha de consulta: 6/02/2020
Web:
Articulación Feminista Marcosur

 https://youtu.be/lS7FRIgfhss
fecha de consulta:6/02/2020

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Titulo:
Segundo Congreso Internacional de Urbanismo y Movilidad 2018: “Género y
urbanismo”

 https://youtu.be/DzJRJ6my4z8
fecha de consulta:6/02/2020
Titulo:
UdB 12ª Sesión de economía. "No es ciudad para mujeres: Urbanismo feminista"
8 4 2019

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