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DERECHO PARLAMENTARIO

Concepto, fuentes y caracteres


Concepto
El derecho Parlamentario es el conjunto de normas que
regulan la organización y funcionamiento de las cámaras
parlamentarias, entendida como órganos que asumen la
representación popular en un Estado constitucional y democrático
de derecho y ejercicio de sus funciones supremas.
Forma parte del derecho constitucional que estudia la
organización, la constitución, el funcionamiento y las competencias
del Congreso, las Legislaturas provinciales y de la ciudad de
Buenos Aires y los Consejos Deliberantes municipales y las
prerrogativas de sus integrantes.
Fuentes  Constitución Nacional y Constituciones Provinciales.
 Leyes orgánicas y reglamentos del Congreso.
Directas
 Reglamento interno de cada cámara.
 Resoluciones conjuntas de ambas cámaras.
 Resoluciones de cada cámara.
 Resoluciones de los presidentes de las cámaras.
 Normas especiales.

 Precedentes legislativos.
Indirectas  Jurisprudencia.
 Doctrina.

¿Por qué se separa al derecho parlamentario del derecho


constucional? Caracteres
El derecho Parlamentario es considerado por algunos juristas
como una rama autónoma del derecho Constitucional.
Una rama del derecho es autónoma cuando
 Científica: principios rectores propios que lo diferencian de
otras ramas.
 Normativa: no posee una norma autónoma absoluta, no se
puede negar su raíz constitucional.
 Didáctica: no se enseña como rama autónoma.

Antecedentes del sistema parlamentario, elementos y roles del


parlamento
Antecedentes
Lawrence L. Pelletier dice que el Parlamento es el “centro vital
del gobierno representativo; es el símbolo de la democracia, el
medio por el cual el pueblo consiente ser gobernado”. Su origen se
remota a las cortes, estamentos o parlamentos que los reyes
feudales convocaban en la alta Edad Media, y por su tradición y
continuidad podemos decir que tiene por modelo histórico al
Parlamento inglés.
Según Alan Bronfiman Vargas, “cinco son los elementos que
constituyen el fundamento conceptual de la institución
parlamentaria”:
 Pluralidad de miembros que forman el cuerpo.
 Debe existir un titulo que valide su calidad de integrante del
parlamento.
 El parlamento obra mediante la deliberación: discusión y
votación.
 Función política: decisiones de alta política.
La organización de las asambleas legislativas en el Estado
contemporáneo responde a dos tipos principales: el Parlamento
inglés y el Congreso norteamericanos. Los términos de Congreso y
Parlamento no son sinónimos. Se prefiere la expresión Parlamento
para designar a las asambleas políticas modeladas en el patrón de
la Inglaterra y que cumplen análogas funciones a las de ese
organismo en un régimen parlamentario, mientras que se llama
Congreso a la asamblea que desempeña el poder legislativo en un
régimen de gobierno presidencial, con tres poderes nítidamente
diferenciados, y de la cual el Congreso de Estados Unidos es
ejemplo modelo.
A partir de la Constitución de los Estados Unidos, la ley se
hace núcleo de todo sistema y se establecen a su respecto tres
ámbitos – de confección, de ejecución y de cumplimiento -.
funciones que se atribuyen a tres competencias distintas, con la
expresa consigna de no avasallar las fronteras vecinas. La
responsabilidad de la tarea legislativa recae en el Congreso y no en
el presidente, ni en sus ministros, ni en órgano alguno delegado;
siendo su tarea, así, más importante que la del Parlamento. Tal es
así que el Poder Ejecutivo es el que lleva la mayor responsabilidad
en lo que concierne al gobierno (conforme el régimen
presidencialista), las Constituciones que siguen el modelo
norteamericano, comienzan a legislar, en lo que autoridades se
refiere, a partir del Congreso, ocupando éste la mayor parte del
articulado de dichos cuerpos. Por ejemplo, la Constitución Argentina
con la reforma de 1994, posee cuarenta y tres artículos dedicados
al Poder Legislativo, sobre ciento nueve; esto quiere decir que este
poder ocupa el 33% de su texto y, que cinco de las diecisiete
disposiciones transitorias agregadas en la reforma de 1994 se
refiere también al Poder Legislativo.
Roles del Parlamento
 Constituyentes.
 Legislativas.
 Control.
 Establecer cargos y otorgar beneficios.
 Aprobar Tratados Internacionales.
 Intervenir en la designación, renuncia o remoción de
funcionarios.
 Investigar, encuestar e inspeccionar.
 Escenario pluralista: oficialistas y opositores.
 Caja de resonancia de la Opinión Publica.
 Representar y participar.
 Procurar.
 Mediar y concretar.
 Debatir.
 Residencia de la clase política.
 Educar.
 Protocolar.
 Velar por la ética pública.
 Imagen de la democracia.
Antecedentes del Parlamento Argentino
En los países centrales de Europa, en la primera y en
segunda post guerra fría, la alternancia en el poder y en las
mayorías parlamentarias se dio entre dos o tres partidos o
coaliciones de partidos. En el caso de Latinoamérica la alternancia
de dichos poderes se dio entre los líderes del partido civil (en el que
a su vez se alternaba entre conservadores, radicales y peronistas) y
los jefes del partido militar. En la República Argentina, entre 1930 y
1976, se alternaron en el poder tres gobiernos radicales, tres
peronistas y dos conservadores con seis militares. En los cuarenta y
seis años que corren entre el Golpe de Estado del 6 de septiembre
de 1930 y el Golpe de Estado altamente tecnificado del 24 de marzo
de 1976, ocuparon el gobierno quince presidentes de facto (once
individuales y cuatro juntas militares) y trece presidentes
constitucionales, que retuvieron el poder un promedio de un año y
seis meses cada uno.
Ahora bien, en ese mismo periodo ambas cámaras del
Congreso Nacional fueron disueltos por sendos gobiernos de facto
surgidos de Golpes de Estados en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y
1976. Esta inestabilidad que caracterizó la involución de las
instituciones republicanas en la Argentina, comienza en el contexto
de la crisis económica mundial que inicia con el crack de la Bolsa de
Nueva York en octubre de 1929 y la crisis política específicamente
de Latinoamérica que se evidencia 1939, cuando los cambios que
se había producido en la demografía y el sistema electoral de la
región, pusieron en evidencia que el modelo constitucional
norteamericano ya no servía para gobernar y legislar. Por otra
parte, las transformaciones que se habían producido en los partidos
políticos y en los dirigentes, hicieron evidente que la composición de
las cámaras en el Congreso no eran las adecuadas para encarar
esos cambios ni sus líderes estaban a la altura de las
circunstancias.
Empujados por factores de poder económico o religioso y
alentados por grupos de presión (tales como los medios de
comunicación, sindicatos, estudiantes, etc) los jefes militares
impidieron durante veintitrés años y cinco meses que el Congreso
funcionase, haciendo caducar en seis oportunidades (Golpes de
Estado) los mandatos de senadores y diputados, que en muchos
casos pasaron de sus bancas legislativas a los bancos de una celda
como prisioneros políticos. Sus carceleros empero, luego de
suspender la actividad de los partidos, gobernar por decreto e
imponer censura a la prensa. Pero volvieron – cumpliendo una ley
política inexorable – a restablecer en el poder a la clase política
desposeída para que la siguiese gobernando con la misma
instituciones, que en todos los casos habían asegurado que iban a
modificar porque no servían para gobernar.
Cada diez años la clase militar devuelve el poder usurpado a
la clase política – y teóricamente al pueblo- con el mismo tipo de
legislación política con que lo recibió. Esta constante nos obliga a
una reflexión: la clase militar no innova, deja el gobierno con las
mismas dificultades y defectos con que los encontró, legado que
inevitablemente pesará en forma negativa sobre quienes deben
ejercer un gobierno que deberá desenvolverse con los notorios
anacronismos y desajustes con la realidad que tiene nuestra
Constitución. Y nos lleva a una segunda reflexión: ninguno de esos
grupos facciosos y sus asesores civiles tenía una convicción
revolucionaria para el cambio. Ocuparon el gobierno empujados por
los factores del poder económico y una combinación de
pretensiones ideológicas y eficientistas que no supieron traducir en
fórmulas institucionales serias o realistas.

Sistemas Parlamentario
Los sistemas parlamentarios deben su nombre al principio
fundador de que el Parlamento es el asiento principal de la
soberanía. Por tanto, no permiten una separación orgánica o rígida
del poder entre el gobierno y el Parlamento.
Elementos teóricos
El sistema parlamentario designa una forma de gobierno
representativa en la que el Parlamento participa en forma exclusiva
en dirección de los asuntos del Estado. En ese sentido, en este
sistema la formación del gobierno y su permanencia dependen del
consentimiento de la mayoría parlamentaria. Esa mayoría puede
surgir directamente de las elecciones, o bien, de una coalición. No
es suficiente con que el Parlamento elija al jefe de gobierno para
hablar de un sistema parlamentario. Es necesario también que el
Parlamento no comparta con ningún otro órgano del Estado la
dirección de los asuntos públicos.
En este sistema se pueden distinguir los siguientes
elementos: un Poder Ejecutivo – dividido entre el jefe de Estado
(monarca o Presidente) y el jefe de Gobierno (primer ministro,
presidente del gobierno o canciller) y un Poder Legislativo, el
Parlamento, compuesto por dos cámaras: la alta, de dónde derivan
los Senadores o equivalentes (la de los Lores en Inglaterra) y la
cámara baja (la de los Comunes en Inglaterra) que, en general
representa a al pueblo (en Argentina la de Diputados).
El jefe de Estado tiene una función simbólica de
representación ya que cumple con las decisiones del electorado o
de la mayoría parlamentaria. Como es en el caso de Inglaterra, la
Reina cumple esa función.
El primer ministro y su gabinete están sujetos al control
político, a través de diversos mecanismos, por parte del
Parlamento. Los más utilizados son las facultades de investigación,
interpelación, información o requerimiento de comparecencia. No
significa que el gobierno esté subordinado al Parlamento, sino que
cada uno mantiene su autonomía, aun cuando el gobierno surge de
la mayoría y le rinde cuentas.
Los partidos mayoritarios contribuyen en la preparación y
coordinación de la política del gobierno y enlazan al Ejecutivo con el
Legislativo. Los partidos opositores, por su lado, son los vigilantes
más atentos, los más críticos y quienes exigen mayores controles
sobre el gobierno. La integración del Parlamento traduce la
estructura del sistema de partidos. El Parlamento es el resultado del
sistema de partidos en combinación con los mecanismos
electorales. Esto es válido para todos los sistemas políticos, pero en
el caso de los sistemas de partidos, se logra dar paso a la mayoría
sólidas y, por lo tanto, se dota de mayor estabilidad y eficacia al
gobierno.
El sistema de partidos puede ser bipartidista con escrutinio
mayoritario (como en Inglaterra dónde, por lo mismo, no hay
coaliciones); de pluralismo moderado con sistema electoral mixto,
como en Alemania; con representación proporcional corregida
(España), y de pluralismo polarizado con representación
proporcional (Italia).
El sistema parlamentario es más flexible para gobernar
sociedades afectadas por conflictos étnicos, culturales, religiosos,
lingüístico o ideológicos, precisamente porque el Parlamento
permite la discusión, la confrontación pacífica, la negociación, el
compromiso y la repartición del poder.
Este sistema conoce diversas modalidades en las que
encontramos: las monarquías parlamentarias, la república y la
democracia parlamentaria, que surgen de la mezcla original de la
historia y la cultura política y de los diseños institucionales de cada
país.
Origen y estructura
La teoría del sistema Parlamentario surge en Inglaterra, en
dónde aparecen por primera vez las libertades públicas, la
separación de poderes y la elección de los gobernantes. Tiempo
después - en la mayoría de los casos, luego de la Segunda Guerra
Mundial – otros países adoptaron el modelo parlamentario de
organización del poder político.
Las características institucionales son: primero, la división del
Ejecutivo entre el jefe de Estado y el jefe de gobierno; segundo, la
responsabilidad del gobierno frente al Parlamento y, tercero, el
derecho de disolución de la Cámara baja.
El surgimiento del bicameralismo de los sistemas
parlamentarios tiene su origen en Inglaterra. En dónde, a finales del
siglo XIV se definió como: la cámara de los Lores (en Argentina el
equivalente es la cámara de senadores) y la cámara de los
comunes (cuyo equivalente son los diputados).
Las funciones que tiene el Parlamento se resumen en: la
elaboración y aprobación de las Leyes. La elección de los
integrantes del Poder Ejecutivo o al menos la fiscalización de su
acción. La orientación de la política pública y de las líneas de
actuación del Estado.
El Parlamento posee un principio muy especial: el de moción
de censura. En la antigüedad el rey poseía el control del Poder
Ejecutivo situación que cambió hacia el siglo XIX: el primer ministro
se convirtió en el verdadero jefe del Ejecutivo y el rey adquirió una
función simbólica. En el transcurso de este fundamental cambio
surgió el principio de responsabilidad política del gabinete. En su
origen, los ministros eran los hombres de confianza del rey; él
nombraba y revocaba cómo y cuando quería, y no eran más que los
que ejecutaban su política y, desde luego, responsables sólo frente
a él. Esos ministros eran a menudo miembros de la cámara de los
Lores por lo que no tenían acceso a la cámara de los Comunes. Sin
embargo, desde el siglo XVII se dispuso la responsabilidad penal e
individual de los ministros frente al Parlamento. Se trataba del
recurso de acusación a aquellos ministros o altos funcionarios por
infracciones penales, promovido por la Cámara de los Comunes.
Por este procedimiento, los Comunes lograron controlar la selección
de los ministros.
De esa responsabilidad penal se pasó a la desconfianza
política: los Comunes amenazaban con perseguir y acusara los
ministros que no tenían su confianza y éstos debían retirarse si
temían por su integridad física. Fue así como en el siglo XVIII la
responsabilidad de los ministros se convirtió en responsabilidad
política y colectiva: los primeros ministros que perdían la confianza
de los Comunes presentaban al rey la renuncia del conjunto de su
gabinete, decisión a la que seguía un relevo ministerial. De este
modo surgió el primer procedimiento de responsabilidad política del
gabinete: la moción de censura, por la cual los diputados
inconformes con la política del gobierno le retiran su confianza y
exigen su renuncia. Es, como se puede observar, una verdadera
revocación del gabinete y un arma cuya iniciativa quedó en manos
de los Comunes.
Contra lo que pudiera parecer, el gobierno no quedó a
expensas de los Comunes. En el siglo XIX surgió un procedimiento
que permitía poner en juego la responsabilidad política del gobierno:
la cuestión de la confianza. A diferencia de la moción de censura,
esta fue un arma en manos del gabinete, un medio de presión sobre
los comunes: el gabinete, para conducir a buen puerto su política,
debía disponer de medios jurídicos y, sobre todo, financieros.
Generalmente, en ocasión del voto del presupuesto, el gabinete
planeaba la cuestión de confianza, es decir, solicitaba a la Cámara
su apropiación del proyecto de ley en discusión como condición de
su mantenimiento en el poder; si los Comunes no votaban una ley
con los créditos que el gabinete juzgara necesario para la
realización de su política, renunciaba. Por la cuestión de confianza
el gabinete podía incitar a sus partidarios a apoyarlo. Esta no fue la
única arma del gabinete.
Junto a la cuestión de confianza apareció la practica del
derecho de disolución como coloraría de la cuestión de confianza.
Cuando los partidos políticos británicos eran todavía poco
disciplinados, la amenaza de disolución unía a las mayorías, porque
los diputados temían los riesgos y costos de una campaña electoral.
El primer ministro podía utilizar esta arma en caso de conflictos
entre los órganos del poder.
Los mecanismos del régimen parlamentario no desembocan
necesariamente en la democracia. Se puede decir que el régimen
político británico realiza la democracia parlamentaria desde el
momento en que le derecho al voto se extiende a todo el pueblo,
por un lado; pero, por el otro, el parlamentarismo democrático
encuentra su origen en una disminución sensible de los poderes de
la Cámara alta, la no electa.
Interacción y estructura
El gobierno es responsable ante el Parlamento (en realidad,
ante la Cámara baja) del cual surge; el jede de Estado formalmente,
el jefe de gobierno en realidad, tienen la facultad de disolver el
Parlamento. El gobierno es comúnmente conocido como gabinete,
el cual es presidido por uno de los ministros, de dónde surge el
primer ministro, jefe del gabinete, jefe de gobierno o presidente del
gobierno.
El gobierno tiene la dirección y la función ejecutiva, realiza su
programa de gobierno; interpone el recurso de inconstitucionalidad;
dirige la administración civil y militar; puede promover e iniciar leyes,
y tiene la obligación de ejecutarlas; pueden censurarlo o retirarle la
confianza, pero a su vez puede disolver el Parlamento.
La composición de cada una de las cámaras del Parlamento
fluctúa entre 400 y 700 miembros: la Cámara baja de Inglaterra
tiene 650 miembros, su mandato es por cinco años y puede ser
disuelta. En Inglaterra las elecciones se realizan bajo el sistema
electoral uninominal mayoritario a una vuelta; en Italia se aplica el
principio de representación proporcional, y en Alemania el sistema
mixto. Entre sus facultades se destacan: votar las leyes, nombrar el
gobierno y controlar su actividad.
La Cámara alta de Inglaterra tiene 788 miembros compuesto
por los Lores Espirituales y Lores Temporales. Los Lores
Espirituales ocupan 26 bancas en la cámara cuya elección se da
por su prestigio y dilatada carrera eclesiástica dentro de la Iglesia
anglicana. Los Lores Temporales conforman el resto, siendo la
mayoría miembros con derecho vitalicio no hereditario, nombrados
por la Reina con el asesoramiento del Primer Ministro. Y esto es así
porque, antiguamente, el derecho a formar parte de la Cámara de
los Lores como Lores Temporales era exclusivamente hereditario;
pero actualmente, y tras sucesivas reformas, los miembros por
herencia de esta Cámara son sólo una pequeña porción. Dicha
Cámara no puede ser disuelta. Entre sus funciones mas destacadas
se destacan principalmente su actuación como órgano asesor en
temas complejos para el Reino Unido. En segundo lugar, tiene el rol
de controlar la actuación del gobierno a través de preguntas,
comisiones de investigación. Pero este control es secundario, pues
no tiene la capacidad de comprometer la responsabilidad del
gobierno. Y, finalmente, tiene la capacidad de discutir los proyectos
de ley, y lo hace de una forma más libre, profunda, flexible y
rigurosa que la Cámara de los Comunes. También revisa las piezas
legislativas que le son remitidas desde la Cámara de los Comunes
debido a su complejidad técnica para que las analicen
profundamente. Y, por último, la función legislativa permite a la
Cámara de los Lores rechazar leyes remitidas por los Comunes,
aunque únicamente por un periodo máximo de un año.
En este sistema se registra una dependencia orgánica
recíproca entre el jefe de Estado y el Parlamento, a través del
gabinete, y entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, a través del
primer ministro. Sin embargo, el primer ministro dirige la mayoría
parlamentaria, aunque no tiene atribuciones de control sobre el
Legislativo. De hecho, regularmente se presenta ante el Legislativo
(mayoría y oposición) para responder preguntas y cuestionamientos
de los legisladores.
La supervisión mutua de poderes permite el control del
gobierno y de la administración. El control sobre el gobierno es
político, es decir, el gobierno debe contar con la confianza del
Parlamento tanto en gestión política como en su actividad concreta
y ese control se da a través del hostigamiento al gobierno y de la
utilización de los medios de comunicación, del derecho a recabar
información del gobierno, a reclamar la presencia de sus miembros
en algunas sesiones parlamentarias, a efectuar interpelaciones y
preguntas, y con actuación de las comisiones de investigación.
Sistema Presidencialista
Elementos teóricos, estructura e interacción
El presidencialismo o sistema presidencial es una forma de
gobierno en la que, una vez constituida una República, la
Constitución establece una división de poderes entre el poder
Ejecutivo, el poder Legislativo, poder Judicial, y el Jefe de Estado,
además de ostentar la representación formal del país, es también
parte activa del poder ejecutivo, como Jefe de Gobierno, ejerciendo
así una doble función, porque le corresponden facultades propias
del Gobierno, siendo elegido de forma directa por los votantes y no
por el Congreso o Parlamento.
El presidente es el órgano que ostenta el poder ejecutivo,
mientras que el poder legislativo lo suele concentrar el congreso, sin
perjuicio de las facultades que en materia legislativa posee el
presidente.
Se presentan como principales ventajas básicas del
presidencialismo:
 Elecciones directas: en un sistema presidencial, el presidente
suele ser elegido directamente por el pueblo. Esto hace que el
poder del presidente sea más legítimo que el de un líder
designado indirectamente. Sin embargo, esta no es una
característica necesaria de un sistema presidencial. Algunos
estados presidenciales tienen un jefe de estado elegido
indirectamente.
 Separación de poderes: un sistema presidencial establece la
presidencia y la legislatura como dos estructuras paralelas.
Esto permite que cada estructura monitoree y controle a la
otra, previniendo abusos de poder.
 Velocidad y decisión: el presidente puede en general
implementar cambios rápidamente. Sin embargo, la
separación de poderes también puede ralentizar el sistema en
caso de desacuerdo con la representación nacional.
 Estabilidad: un presidente, en virtud de un plazo fijo, puede
proporcionar más estabilidad que un primer ministro, que
puede ser destituido en cualquier momento.
 Inexistencia de dependencia del poder ejecutivo con el partido
político mayoritario en el Congreso, evitando caer
en partidocracias.
Elecciones directas
En la mayoría de los sistemas presidenciales, el presidente es
elegido por voto popular, aunque algunos como los Estados Unidos
usan un colegio electoral (que es elegido directamente) o algún otro
método. Con este método, el presidente recibe un mandato
personal para gobernar el país, mientras que, en un sistema
parlamentario, un candidato solo puede recibir un mandato personal
para representar a un distrito electoral. Eso significa que un
presidente solo puede ser elegido independientemente de la rama
legislativa.
Separación de poderes
La separación de un ejecutivo del sistema presidencial del
legislativo se presenta como una ventaja, ya que cada rama puede
examinar las acciones del otro. En un sistema parlamentario, el
ejecutivo proviene de la legislatura, lo que hace que la crítica de uno
por el otro sea considerablemente menos probable. Una condena
formal del ejecutivo por parte de la legislatura a menudo se
considera un voto de censura. De acuerdo con los partidarios del
sistema presidencial, la falta de controles y equilibrios significa que
la mala conducta de un primer ministro nunca puede ser
descubierta. Al escribir sobre el escándalo Watergate, Woodrow
Wyatt, un ex diputado en el Reino Unido, dijo: "No crean que
un Watergate no podría suceder aquí, tu simplemente no te
enterarías".
Los críticos responden que, si la legislatura del sistema
presidencial es controlada por el partido del presidente, la misma
situación existe. Los defensores señalan que incluso en tal situación
un legislador del partido del presidente está en una mejor posición
para criticar al presidente o sus políticas si lo considera necesario,
ya que la seguridad inmediata de la posición del presidente es
menos dependiente del apoyo legislativo. En los sistemas
parlamentarios, la disciplina de partido se aplica estrictamente. Si
un miembro de la bancada parlamentaria critica públicamente al
ejecutivo o sus políticas en una medida significativa, entonces se
enfrenta a una perspectiva mucho más alta de perder la nominación
de su partido, o incluso la expulsión directa del partido. Incluso las
críticas suaves de un diputado podrían tener consecuencias
suficientemente serias (en particular, la eliminación de la
consideración de un puesto en el gabinete) para enganchar
efectivamente a un legislador con cualquier ambición política seria.
A pesar de la existencia del voto de moción de censura, en la
práctica es extremadamente difícil detener a un primer ministro o
gabinete que haya tomado su decisión. En un sistema
parlamentario, si la legislación importante propuesta por el primer
ministro en ejercicio y su gabinete es "rechazada" por la mayoría de
los miembros del parlamento, entonces se considera un voto de
censura. Para enfatizar ese punto en particular, un primer ministro a
menudo declarará un voto legislativo particular como una cuestión
de confianza a la primera señal de renuencia por parte de los
legisladores de su propio partido. Si un gobierno pierde una moción
de censura parlamentaria, entonces el gobierno titular debe
entonces renunciar o convocar elecciones, una consecuencia que
pocos diputados están dispuestos a soportar. Por lo tanto,
una moción de censura en algunos países parlamentarios, como
Gran Bretaña, solo ocurre unas pocas veces en un siglo. En 1931,
David Lloyd George le dijo a un comité selecto: "El Parlamento
realmente no tiene control sobre el ejecutivo, es pura ficción".
(Schlesinger 1982)
Winston Churchill le dijo a Franklin D. Roosevelt en una
conversación:
"Usted, señor presidente, le preocupa hasta qué punto puede
actuar sin la aprobación del Congreso. No te preocupas por tu
gabinete. Por otro lado, nunca me preocupo por el Parlamento, pero
continuamente tengo que consultar y contar con el apoyo de mi
Gabinete."34
Por el contrario, si una iniciativa legislativa presidencial no
pasa una legislatura controlada por el partido del presidente (por
ejemplo, el plan de salud de Clinton de 1993 en los Estados
Unidos), puede dañar la posición política del presidente y la de su
partido, pero generalmente no tiene efecto inmediato sobre si el
presidente completa su mandato o no.
Velocidad y decisión
Algunos partidarios de los sistemas presidenciales afirman
que los sistemas presidenciales pueden responder más
rápidamente a las situaciones emergentes que las parlamentarias.
Un primer ministro, al tomar medidas trascendentes, necesita
retener el apoyo de la legislatura, pero un presidente a menudo está
menos limitado. En Why England Slept, el futuro presidente de los
EE.UU. John F. Kennedy argumentó que los primeros ministros
británicos Stanley Baldwin y Neville Chamberlain se vieron limitados
por la necesidad de mantener la confianza de la Cámara de los
Comunes.
Otros partidarios de los sistemas presidenciales a veces
argumentan en la dirección opuesta, sin embargo, diciendo que los
sistemas presidenciales pueden retrasar la toma de decisiones con
fines beneficiosos. Se dice que el gobierno dividido, donde la
presidencia y la legislatura están controladas por diferentes
partidos, restringe los excesos de ambas partes y garantiza la
participación bipartidista en la legislación. En los Estados Unidos, el
congresista republicano Bill Frenzel escribió en 1995:
"Algunos de nosotros pensamos que el Atasco es lo mejor
desde la instalación de tuberías en el hogar. El Atasco es el
obsequio natural que nos dieron los autores de la Constitución para
que el país no esté sujeto a oscilaciones de política resultantes de
las extravagancias del público. Y la competencia, ya sea en
múltiples poderes, multinivel o multicámara, es importante para
esos controles y equilibrios y para nuestro tipo de gobierno de
centro actual. Gracias a Dios que no tenemos un gobierno que
nacionalice un año y privatice el próximo año, y así sucesivamente
hasta el infinito."
(Checks and Balances, 8)5
Estabilidad
Aunque la mayoría de los gobiernos parlamentarios tienen
largos períodos de tiempo sin voto de confianza, Italia, Israel y
la Cuarta República francesa han tenido dificultades para mantener
la estabilidad. Cuando los sistemas parlamentarios tienen partidos
múltiples y los gobiernos se ven obligados a depender de
coaliciones, como ocurre a menudo en naciones que utilizan
el sistema electoral proporcional, los partidos extremistas pueden
teóricamente usar la amenaza de dejar una coalición para promover
sus agendas.
"Del Parlamento, compuesto por dos Cámaras y que ejerce el
poder legislativo, huelga decir que el poder ejecutivo no puede
proceder, so pena de culminar en una confusión de poderes en la
que el Gobierno pronto sería nada más que una asamblea de
delegaciones. Sin duda habrá sido necesario, durante el período de
transición en el que nos encontramos, elegir por la Asamblea
Nacional Constituyente al presidente del Gobierno Provisional, ya
que, en el borrón y cuenta nueva, no había otro método aceptable
de designación. Pero solo puede ser una disposición del momento.
En verdad, la unidad, la cohesión, la disciplina interna del Gobierno
de Francia deben ser cosas sagradas, so pena de ver rápidamente
la misma dirección del país se volverá impotente y desautorizada.
Pero, ¿cómo se mantendría esa unidad, esa cohesión, esa
disciplina a largo plazo si el poder ejecutivo emana del otro poder al
que debe de hacer equilibrio, y si cada miembro del Gobierno, que
es responsable colectivamente ante la toda la representación
nacional, es, en su puesto, solo el mandatario de un partido?"
Charles de Gaulle, discurso de Bayeux. Francia, 19466
Muchas personas consideran que los sistemas presidenciales
son más capaces de sobrevivir a las emergencias. Según sus
partidarios, un país bajo un enorme estrés podría estar mejor
guiado por un presidente con un mandato fijo que rotar los primeros
ministros. Francia durante la controversia argelina cambió a un
sistema semipresidencial como lo hizo Sri Lanka durante su guerra
civil, mientras que Israel experimentó con un primer ministro elegido
directamente en 1992. En Francia y Sri Lanka, los resultados se
consideran ampliamente positivos. Sin embargo, en el caso de
Israel, se produjo una proliferación sin precedentes de partidos más
pequeños, lo que condujo a la restauración del sistema anterior de
selección de un primer ministro.
El hecho de que las elecciones estén fijadas en un sistema
presidencial es considerado por los partidarios como un "control"
bienvenido de los poderes del ejecutivo, contrastando los sistemas
parlamentarios, lo que puede permitir al primer ministro convocar
elecciones cuando lo considere oportuno u orquestar su
propia moción de censura para desencadenar una elección cuando
no pueden aprobar un artículo legislativo. Se dice que el modelo
presidencial desalienta este tipo de oportunismo y, en cambio,
obliga al ejecutivo a operar dentro de los límites de un término que
no puede modificar para satisfacer sus propias necesidades.
Los defensores del sistema presidencial también argumentan
que la estabilidad se extiende a los gabinetes elegidos bajo el
sistema, en comparación con un sistema parlamentario donde los
gabinetes deben ser seleccionados dentro del poder legislativo.
Bajo el sistema presidencial, los miembros del gabinete se pueden
seleccionar de un grupo mucho más grande de candidatos
potenciales. Esto les permite a los presidentes seleccionar a los
miembros del gabinete basándose tanto o más en su capacidad y
competencia para liderar un Ministerio en particular como en su
lealtad al presidente, a diferencia de los gabinetes parlamentarios,
que pueden ser ocupados por legisladores elegidos sin más motivo
que su lealtad percibida al primer ministro. Los partidarios del
sistema presidencial observan que los sistemas parlamentarios son
propensos a los "cambios de gabinete" disruptivos donde los
legisladores se mueven entre portafolios, mientras que en los
gabinetes del sistema presidencial (como el Gabinete de los
Estados Unidos), los cambios de gabinete son inusuales. En Perú,
el Gobierno opera bajo el sistema Presidencial, pero presenta
características del sistema semipresidencial con un gabinete
colectivamente responsable ante un Parlamento bajo el sistema
electoral proporcional, se ha presentado en varias ocasiones la
inestabilidad del Gobierno, causando numerosas disoluciones y
cambios de Gabinete.
Origen
El concepto de separación de poderes fue consagrado en
la Constitución de los Estados Unidos de América, de 1787, con la
creación del cargo de Presidente de los Estados Unidos y, a la vez,
del Congreso de los Estados Unidos, sistema donde el presidente
era el jefe de Estado, y no fue elegido por el Congreso.
Curiosamente, Inglaterra y Escocia fueron los primeros países
en adoptar el parlamentarismo (desde 1707 como el Reino de Gran
Bretaña, y desde 1801 como el Reino Unido) en el cual las
facultades del ejecutivo –el monarca– se redujeron a un papel
ceremonial, y a la vez una nueva autoridad ejecutiva, responsable
ante el parlamento, se fue desarrollando –el Primer Ministro–,
mientras las atribuciones del ejecutivo separado de los Estados
Unidos fueron aumentando, por ejemplo, el presidente designa a la
mayoría de funcionarios públicos (entre ellos los miembros
del gabinete, aunque estos deben ser ratificados por el Senado).

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