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Agente que fue detenido remolcando la moto

sustraída: ¿tentativa o robo consumado? [R.N. 2245-


2012, Loreto]
 Fundamento destacado: Quinto.- […] Al respecto, debe
tenerse en cuenta que la intervención se produjo media hora
después de producido el robo, tiempo suficiente para que el
encausado y los sujetos no habidos se repartieran los bienes del
agraviado. El encausado fue quien se apropió de la motocicleta,
además obra el Acta de Situación Vehicular obrante de fojas
veintidós, en la que consta que la chapa de contacto del
vehículo, así como la direccional posterior izquierda se
encontraba forzada, siendo por ello necesario ser remolcado por
otra unidad vehicular.
[…] En este sentido, en el caso materia de autos, el delito de
robo consumado y no tentado, pues el agente fue detenido
luego de que éste se apoderara de la motocicleta, justamente
cuando ya tenía disposición del bien dado que se encontraba
remolcándolo con otro vehículo que había tomado en calidad de
servicio de taxi, media hora después de ocurridos los hechos.
Como la materialidad del delito se perfeccionó acabadamente,
en consecuencia, la pena impuesta en este sentido se ajusta a
los criterios de proporcionalidad y racionalidad jurídica.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA PENAL TRANSITORIA
R.N. 2245-2012, LORETO
Lima, siete de enero de dos mil trece.
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por el procesado Anthony Paúl
Villavicencio Cajamarca contra la sentencia condenatoria del veintiuno de
diciembre de dos mil once, de fojas cuatrocientos sesenta y dos, que lo
condenó como autor del delito contra el Patrimonio —robo agravado en
perjuicio de Antonio Gutiérrez Segundo.
Interviene como ponente el señor Juez Supremo RODRÍGUEZ TlNEO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el encausado Yillavicencio Ojanama en su recurso
formalizado a fojas cuatrocientos ochenta y dos, ampliado a fojas
cuatrocientos ochenta y nueve, alega lo siguiente: i) que para apoderarse
de la motocicleta no ejerció violencia alguna contra la supuesta víctima,
dado que a dicho vehículo lo halló “tirado” en una intersección, por tanto,
la pena impuesta resulta ser exagerada, ii) que existen elementos que no
habrían sido valorados en la acreditación de su inocencia. Así se tiene
que: a) fue intervenido sólo el procesado, sin los otros sujetos que
supuestamente participaron en el latrocinio; b) no se le halló con
pertenencias del agraviado; c) fue intervenido cuando empujaba la moto,
de ello se desprende que no le pertenece la ganzúa, pues de lo contrario
hubiese abierto el contacto del vehículo, d) el certificado médico legal
señala que el agraviado presenta predominio de lesiones en el lado
derecho y no, como éste manifestó, en todo su cuerpo, por lo que se
infiere que sufrió una caída con el vehículo, probablemente por
encontrarse en estado de ebriedad y en esa condición dejó derribada la
motocicleta; e) en el fundamento jurídico séptimo de la recurrida se
indica que el tipo penal se ha realizado en grado de tentativa, sin
embargo, esto no fue considerado en el fallo.
SEGUNDO: Que, según la acusación fiscal de fojas trescientos cuarenta,
el encausado Yillavicencio Ojanama el día veintiuno de noviembre de dos
mil nueve, siendo la una con treinta minutos aproximadamente,
conjuntamente con tres sujetos no identificados a bordo de un mototaxi,
interceptaron al agraviado Antonio Gutiérrez Segundo, en circunstancias
que se encontraba a la altura de la empresa Electro Oriente – calle Freyre
en el distrito de Punchana manejando una motocicleta lineal marca
LIFAN, modelo LF-ciento veinticinco-tres, de color rojo, con placa de
rodaje número NY-siete ocho cinco cuatro dos los asaltantes cogieron al
agraviado por el cuello para luego quitarle la motocicleta y sustraerle en
ese acto sus zapatillas y dinero en efectivo por la cantidad de
ochocientos cuarenta nuevos soles; para luego llevarse la motocicleta y
las llaves, pero minutos después fueron capturados por personal policial
a la altura de la calle Cinco de Diciembre segunda cuadra, en el
asentamiento humano Madre de Dios-Punchana.
TERCERO: Que la libre apreciación razonada de la prueba es el sustento
del articulo doscientos ochenta y tres del Código de Procedimientos
Penales, principio que reconoce al Juez la potestad de otorgar el valor
correspondiente a las pruebas, sin directivas legales que lo
predeterminen. Desde esta perspectiva, es de afirmar que las garantías
genéricas de presunción de inocencia exigen sobre el particular que las
pruebas de cargo deben justificar una condena. Por ello, el canon de
suficiencia probatoria -de la idoneidad en prueba de cargo para
fundamentar la incriminación del imputado- sobre la apreciación lógica
realizada por el Juez, debe cumplirse a partir de la configuración
razonable de determinadas reglas o criterios de valoración para asegurar
la vigencia de las garantías de un proceso penal constitucionalmente
configurado. Se trata, en suma, de pautas que permitan trasladar las
exigencias de racionalidad a la ponderación de la prueba por el Órgano
Jurisdiccional en un caso concreto.
CUARTO: Que al circunscribir el análisis al aspecto probatorio de los
hechos punibles sub examine, se advierte que está plenamente
acreditada la responsabilidad penal del encausado Villavicencio
Ojanama, a partir de: a) la manifestación del agraviado Antonio Gutiérrez
Segundo, quien en su manifestación policial obrante a fojas diez y en la
diligencia de reconocimiento de fojas veintitrés dados en presencia del
representante del Ministerio Público, sindicó enfáticamente al encausado
Anthony Paúl Villavicencio Ojanama como uno de los sujetos que el día
de los hechos lo cogió por el cuello para que sus demás acompañantes
lo despojaran de la motocicleta de propiedad de Denis Maldonado Peña y
de sus pertenencias consistentes en sus zapatillas y dinero en efectivo,
así como que uno de ellos portaba un cuchillo con el cual lo amenazaba;
b) el certificado médico legal de fojas treinta y uno que concluye que el
agraviado presentó, a la fecha del examen, lesiones en región temporal
derecha de cuero cabelludo y excoriación en tercio medio superior del
antebrazo derecho; c) el acta de incautación de fojas diecinueve, que
acredita que al citado procesado se le incautó la motocicleta robada, la
misma que era remolcada por el vehículo menor conducido por Gustavo
Martín Díaz Ramírez, en circunstancias que buscaban una cochera para
guardarla, ya que, como lo indicó el propio procesado Villavicencio
Ojanama, no podía llevarlo a su domicilio porque sus padres podrían
pensar otra cosa y además tenía la intención de desmantelarla conforme
señaló en la audiencia; d) el Acta de Registro Personal obrante a fojas
veinte, donde aparece que se halló en poder del encausado una ganzúa
en forma de T de aproximadamente quince centímetros envuelta con una
liga color negro; conforme fue ratificado por uno de los efectivos
policiales intervinientes, Ricardo Piña Torres Reategui, quien a fojas
cuatrocientos veintinueve afirmó que al momento de efectuarse el
registro personal de los intervinientes, se halló en poder de uno de ellos
dicho objeto; e) a la declaración testimonial de Gustavo Martín Díaz
Ramírez, de fojas catorce y ochenta y ocho quien manifestó que el
encausado le solicitó una carrera desde la calle Trujillo con Freyre —lugar
de los hechos— refiriéndole que remolque una motocicleta de color rojo,
señalándole que se dirigiera por la calle Huáscar y que doblara a la
derecha con dirección al Hospital, lugar donde fueron intervenidos por los
efectivos policiales.
QUINTO: Que frente a los medios probatorios que acreditan la
responsabilidad del encausado Villavicencio Ojanama, éste sólo negó los
cargos en su contra y acotó que el agraviado se habría encontrado en
estado de ebriedad y que por ese motivo dejó la moto en la referida
avenida, asimismo refirió que no se le habría encontrado en su poder las
pertenencias del agraviado. Al respecto, debe tenerse en cuenta que la
intervención se produjo media hora después de producido el robo, tiempo
suficiente para que el encausado y los sujetos no habidos se repartieran
los bienes del agraviado. El encausado fue quien se apropió de la
motocicleta, además obra el Acta de Situación Vehicular obrante de fojas
veintidós, en la que consta que la chapa de contacto del vehículo, así
como la direccional posterior izquierda se encontraba forzada, siendo por
ello necesario ser remolcado por otra unidad vehicular.
SEXTO. Que, respecto a la determinación judicial de la pena, según se
advierte de la revisión de la sentencia, en su fundamento jurídico séptimo
se establece que el tipo penal de robo agravado se configuró en grado de
tentativa. Sin embargo, en la parte resolutiva no se ha considerado dicha
circunstancia, por lo que al respecto debe precisarse que conforme al
análisis de los hechos, y lo establecido en la Sentencia Plenaria número
uno-dos mil cinco/DJ trescientos uno-A, de fecha treinta de setiembre de
dos mil cinco referido al momento de la consumación del delito de robo
agravado: “(…) desde la perspectiva objetiva, exige que el agente se
apodere ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente ajeno,
sustrayéndolo del lugar donde se encuentra. El acto de apoderamiento es
pues, el elemento central de identificación para determinar, en el iter
criminis, la consumación y la tentativa. (…) por lo que; a) si hubo
posibilidad de disposición y pese a ello se detuvo el autor y recuperó en
su integridad el botín, la consumación ya se produjo”.
En este sentido, en el caso materia de autos, el delito de robo consumado
y no tentado, pues el agente fue detenido luego de que éste se apoderara
de la motocicleta, justamente cuando ya tenía disposición del bien dado
que se encontraba remolcándolo con otro vehículo que había tomado en
calidad de servicio de taxi, media hora después de ocurridos los hechos.
Como la materialidad del delito se perfeccionó acabadamente, en
consecuencia, la pena impuesta en este sentido se ajusta a los criterios
de proporcionalidad y racionalidad jurídica.
DECISIÓN:
Por estos fundamentos; de conformidad con el dictamen del señor Fiscal
Supremo en lo Penal: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de
fojas cuatrocientos sesenta y dos, del veintiuno de diciembre de dos mil
once, que condenó por mayoría a Anthony Paúl Villavicencio Ojanama,
como autor del delito contra el Patrimonio robo agravado en perjuicio de
Antonio Gutiérrez Segundo, le impuso doce años de pena privativa de
libertad y fijó en quinientos nuevos soles la suma que por concepto de
reparación civil deberá abonar a favor del agraviado; con lo demás que
contiene; y los devolvieron.
S.S.
SAN MARTÍN CASTRO
LECAROS CORNEJO
PRADO SALDARRIAGA
RODRIGUEZ TINEO
NEYRA FLORES

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