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Curso: Filosofía política– Docente Ángela Rincón

Estudiante: Fray Camilo Calle Ramírez


CONTRACTUALISMO EN EL SEÑOR DE LAS MOSCAS
El contractualismo en Hobbes, Locke y Rousseau son diversos entre sí, y esta misma diversidad es la que permite
que una sociedad se refleje en alguno de ellos, o en algunas de sus partes. En la película “ El señor de las moscas”
la labor de cada personaje establece un tipo diferente de contractualismo, pues marca una diferencia tal, que no se
puede generalizar en el total de los individuos un mismo tipo de pacto o de contrato.
Se deben tomar por tanto, como personajes que muestran claramente la distinción en estos contratos a los dos
protagonistas, a saber: Ralph y Jack, como modelos de gobernantes, y los demás protagonistas como parte del
pueblo que decide o que se somete a sus gobernantes. Tomaré entonces en un principio la labor de Ralph y su
relación con el pueblo, para evidenciar que aspectos del contractualismo se han tomado.
Es muy interesante que Ralph manifieste una burla respecto a la idea de Rousseau “los hombres son buenos por
naturaleza, pero es la sociedad la que los hace malos”, pues su función fue exactamente demostrar la bondad
natural del ser humano. Además tiene un gran acercamiento a Locke, pues evidentemente no pasa por encima de
los individuos con el pretexto de mantener la armonía social, sin embargo, el comportamiento de este personaje
refleja mas un aspecto Rousseauniano pues busca establecer normas que permitan mantener a la sociedad,
manifiesta que no importa quien esté al mando siempre que se cumplan las leyes, sin embargo, no prima la
voluntad general pues en cada caso hay un soberano que no es el pueblo, lo que para Rousseau es absurdo e
ilegitimo.
Por otra parte, está el personaje de Jack. Podemos también ubicarlo en un principio en el pensamiento de
Rousseau respecto al estado de naturaleza, pues de cierta forma se ve un camino de corrupción en su ser, sin
embargo también cruza un punto del contractualismo de John Locke, pues la ausencia de un pacto real y la falta
de resolución adecuada de los conflictos, llevó a que se formara un estado de guerra, y así, se va encaminado
hacia Hobbes “el hombre es un lobo para el hombre”. Locke afirma que esta declaración de Hobbes no puede ser
del todo correcta pues el hombre tiene un sentido de protección de la humanidad y no de autoaniquilación, y es
evidente que en este personaje sucede todo lo contrario, el sentido de autoaniquilación es latente, en busca no de
un bienestar colectivo, sino de un bienestar individual. De hecho, la misma libertad a las que “renuncian” los
niños o la que se supone que debe proteger el gobernante, se ve transformada en una completa tiranía y resurge
allí el leviatán, un estado de competitividad y deseo de gloria, donde el soberano atenta incluso contra los
derechos individuales por garantizar una armonía común.
Es interesante ver que el pacto no se realiza de forma colectiva, sino que es impuesto, pues los individuos nunca
acordaron las formas como se actuaría para poder tolerarse, sino que el miedo y la necesidad de protección y
seguridad, les hizo dóciles de tal manera que en su gran mayoría no cuestionaban las ordenes de quien estaba al
mando, aun cuando fuera de una forma ilegítima.
Considero por tanto que en esta película el contractualismo no tiene un punto definido, pues la diversidad de
personajes reflejan que cada naturaleza es distinta y no se puede tomar al individuo como una totalidad, o partir
simplemente de un muestreo para definir todo un conjunto, así pues, existen rasgos teóricos de los tres
contractualistas, con diferentes matices y énfasis, que no permiten evidenciar de una forma clara y precisa un
verdadero y único estado de naturaleza, su necesaria transición a un estado de guerra o un legítimo
establecimiento de pacto o de contrato.

Bibliografía
Allen, L. M. (Productor), & Hook, H. (Dirección). (1990). El señor de las moscas [Película]. Recuperado el 16 de
abril de 2018, de https://www.youtube.com/watch?v=i6NxdmK8vbs

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