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Es conocido que el estrés hace a la persona más vulnerable a la lesión y la propia lesión
hace al sujeto más frágil ante la posibilidad de sufrir estrés, afectando a nivel cognitivo,
emocional y conductual.
Las respuestas psicológicas que se producen ante la lesión deportiva afectan de manera
directa a la recuperación de la misma. Este hecho ha llevado a que en los últimos veinte
años se hayan producido numerosas investigaciones al respecto, las cuales,
básicamente, se pueden resumir en dos modelos teóricos:
• MODELOS CENTRADOS EN LAS REACCIONES EMOCIONALES DEL DEPORTISTA
Los modelos centrados en las respuestas emocionales del deportista provienen de la
secuencia de reacciones psicológicas descritas por Kubler-Ross (1969). Estas reacciones
son, básicamente:
-Negación de la lesión, Cólera (enfado), Negociación (ambivalencia emocional),
Depresión, provocada por la sensación de pérdida (a nivel funcional,
estatus…), -Aceptación y reorganización.
Sin embargo, no se trata de una serie de “fases estanco” por las que tengan que pasar
siempre de manera secuencial todos los deportistas lesionados, sino que algunos
autores señalan que dichas fases están influenciadas por el tipo y gravedad de la lesión,
así como por factores de tipo personal (edad, recursos de afrontamiento…).
Un ejemplo de estos modelos sería la Teoría de la Valoración Cognitiva de Brewer
(1994), que señala que la conducta del deportista cuando se produce una lesión viene
determinada por la reacción emocional que tenga ante la misma. A su vez, la reacción
emocional surge de la interacción de factores de personalidad (autoestima, locus de
control, etc.) y factores situacionales (gravedad de la lesión, estatus deportivo, etc.).
• EL MODELO INTEGRADO DE LA RESPUESTA PSICOLÓGICA A LA LESIÓN Y AL
PROCESO DE REHABILITACIÓN
El Modelo Integrado de la Respuesta Psicológica a la Lesión y al Proceso de
Rehabilitación de Wiese-Bjornstal et al. (1998) integran teorías basadas en el proceso
de estrés y otras centradas en el proceso de dolor.
Gracias a este modelo entendemos que el estrés no solo es un factor que aumenta el
riesgo de sufrir una lesión, sino que puede suponer un verdadero obstáculo en la
recuperación del deportista lesionado [10].
En este modelo los factores personales y situacionales actúan sobre las apreciaciones
cognitivas del lesionado y estas, a su vez, influyen en la respuesta emocional y
conductual obteniendo, finalmente, la respuesta psicológica global del deportista
lesionado. Dicha respuesta psicológica se relaciona con toda la experiencia de la lesión,
en torno a los tres componentes del modelo: la valoración cognitiva, la respuesta
emocional y la respuesta conductual.
LA RESPUESTA COGNITIVA
Los resultados obtenidos en algunos estudios sugieren que la respuesta cognitiva se ve
afectada, al mismo tiempo que afecta a las emociones y comportamientos posteriores
de los deportistas.
AUTOPERCEPCIONES DE LOS DEPORTISTAS
En líneas generales, se han encontrado diferencias en la autoestima y el
autoconcepto entre lesionados y no lesionados obteniendo valores menores en los
primeros.
En cuanto a la influencia de la lesión sobre la autoeficacia, parece existir una pérdida
significativa de la misma. Los niveles de autovaloración física están relacionados con la
depresión post-lesión.
Del mismo modo, se ha demostrado que la autoeficacia está estrechamente ligada
a la historia de lesiones, de modo que, los deportistas con alguna lesión previa han
mostrado un nivel de autoeficacia mayor en la rehabilitación en comparación con
aquellos que no se habían lesionado antes.
En lo que respecta a la autoconfianza, quizás las investigaciones más importantes son
las desarrollada por Jonhston & Carroll y por Evans, Hardy & Flemingen las cuales se
indica una disminución de la autoconfianza en deportistas lesionados.
PERCEPCIÓN DEL DEPORTISTA SOBRE EL ALCANCE DE SU LESIÓN
Crossman, Jamiesson & Hume analizaron las diferencias entre las percepciones que
varios deportistas tenían de su lesión y el efecto de dichas percepciones sobre su
recuperación. Encontraron que la sobrestimación de la lesión estaba
significativamente relacionada con un incremento del dolor y un pronóstico de mayor
gravedad (con ansiedad y apatía, como características psicológicas asociadas).
CREENCIAS DEL DEPORTISTA
Wiese-Bjornstal señala que las creencias que tenga el deportista pueden condicionar
tanto sus respuestas emocionales como físicas ante la lesión deportiva. Durante el
proceso de rehabilitación, el soporte social que aportan las creencias religiosas de
algunos deportistas pueden ayudar a reducir sus niveles de estrés así como moderar los
efectos psicológicos negativos de la lesión.
En otro estudio posterior, Wiese-Bjornstal describe como los pensamientos
positivos reportan mayores beneficios que los negativos, tanto de forma inmediata,
como durante el periodo de rehabilitación. Aquellos deportistas que son más
positivos afrontan mejor el estrés causado por la lesión, lo cual les ayuda a mejorar la
recuperación y la adherencia al programa de rehabilitación.
Estos resultados se encuentran en consonancia con Morrey, el cual encontró unos años
antes que los deportistas con un estilo pesimista mostraban cotas máximas de
depresión y cólera en el primer mes de rehabilitación.
Sin embargo, es importante destacar que, tal y como señalan Wiese- Bjornstal, el
“optimismo poco realista” puede incrementar el riesgo de nuevas lesiones y
problemas derivados, puesto que la persona infravalora las posibles consecuencias
negativas de su lesión y no es consciente de las acciones que la provocan.
CATASTROFISMO Y DOLOR
Cognitivamente, el dolor es considerado como un importante agente estresor que es
necesario afrontar eficazmente (es decir, intentando minimizar dicha experiencia).
Por su parte, el término catastrofismo se interpreta como una percepción mental
negativa y exagerada respecto a la experiencia de dolor, tanto real como anticipada.
Desde un punto de vista teórico, el catastrofismo puede contribuir a percibir como más
intensa una experiencia de dolor al aumentar el foco atencional en el mismo y/o
aumentando la respuesta emocional ante estímulos nocivos.
Las principales consecuencias asociadas al catastrofismo según la mayor parte de la
literatura científica son dolor más intenso, mayor consumo de analgésicos, disminución
de las actividades diarias e incapacidad laboral. Sin embargo, también ha sido
demostrado, entre otros:
• Mayor sensibilidad al dolor
• Mayor depresión en el contexto del dolor crónico
• Interferencias en el uso de estrategias de afrontamiento
• Menos adherencia a los tratamientos farmacológicos (reumatismo)
• Peor pronóstico