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Universidad del Istmo

Sede de la Chorrera

Licienciatura en Logistica

Tema: Ensayo argumentativo comparativo sobre las tres principales versiones


acerca de la separación de Panamá de Colombia.

Asignatura : Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos de


América

Profesora: Vielka Y. Araúz

Presentado por:
Yanitza Ovalle 8-888-1118
Julissa de Duarte 1-719-989
Savic Sanjur Jurado 8-499-508

Fecha de Entrega:
17 de febrero de 2020

Índice
Introducción…………………………………………………………………………………….3
Ensayo………………………………………………………………………………………….4

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Conclusión ….………………………………………………………………………………..12
Anexos .……………………………………………………………………………………… 13
Bibliografía…………………………………………………………………………………….15

Introducción

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En este trabajo le estaremos haciendo un ensayo en el cual se explicara un resumen
de tres principales versiones acerca de la separación de Panamá de Colombia, los
principales partícipes del suceso, los llamados próceres, quienes plantean que, para
llevar adelante la secesión, arriesgaron sus vidas, sus fortunas y su posición social a fin
de librar al Istmo, Leyenda Negra” sobre la secesión de Panamá en 1903, los
discursos, cartas y otros escritos de Philippe Bunau Varilla, los cuales exaltan su
participación en los hechos que llevaron al surgimiento de la nueva República, sobre
todo en su obra: Panamá. La creación - La destrucción - La resurrección, publicada
originalmente en francés en 1913 y al año siguiente traducida al inglés, desempeñó en
el surgimiento de la República de Panamá, así como también desconocer el cabildeo
tras bastidores de William Nelson Cromwell Varilla. No obstante, tampoco se debe
olvidar otros factores que coadyuvaron significativamente a la secesión y que suelen
pasarse por alto, sobre todo por los detractores del suceso noviembrito, en si todas son
de suma importancia cada una dio en si su papel importante en cada leyenda dada
para la separación de Panamá de Colombia.

Ensayo
leyenda blanca” o versión dorada
Es un debate constante entre la historia y la leyenda. Ahora en noviembre nuevamente
nos tropezamos con dos leyendas: la leyenda negra y la leyenda blanca. La negra dice

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que Panamá es el resultado de una manipulación entre magnates de Wall Street, el
gobierno de Washington y patriotas panameños, en la que hubo flujo de dinero, compra
de conciencias y escándalos; y los estadounidenses fueron los que planearon,
ejecutaron, dirigieron y financiaron la revolución, para construir el canal interoceánico y
usufructuar la posición geográfica estratégica de nuestro Istmo.

de exaltación a los principales protagonistas de la secesión de noviembre de 1903,


recibió por varias décadas el respaldo incondicional de la historiografía nacional y
enfrentó a los detractores del movimiento separatista, esta situación empezó a cambiar
en los años treinta, la denominada “leyenda blanca” como por los detractores del
movimiento separatista. Se culpó Esta actitud se incrementó especialmente a raíz de
los sucesos del 9, 10 y 11 de enero de 1964, cuando el ejército estadounidense
reprimió a estudiantes y otros sectores del pueblo panameño que pretendían enarbolar
la enseña patria en la entonces denominada Zona del Canal con el resultado de 21
muertos y más de cuatrocientos heridos, motivo por el cual Panamá rompió relaciones
diplomáticas con EEUU el 9 de enero que solo se reanudaron el 3 de abril. no sólo a
Philippe Bunau-Varilla, sino también a los próceres por el nefasto Tratado del Canal del
18 de noviembre de 1903.

es una de las principales que surgió en el suceso, los que se les llamaron próceres,
quienes plantean que, para llevar adelante la secesión, arriesgaron sus vidas, sus
fortunas y su posición social a fin de librar al Istmo del yugo colombiano. Aunque
algunos de ellos mencionan la participación del gobierno de Estados Unidos, en
realidad se concentran en su actuación personal, En marzo del mismo año, Arango fue
elegido senador por el Departamento de Panamá ante el Congreso Nacional, pero
como él mismo confiesa en su escrito titulado: “Datos para la historia de la
Independencia del Istmo proclamada el 3 de noviembre de 1903”, desistió a asistir
“porque tenía completa convicción de que el Tratado Herrán-Hay para la apertura del
Canal, sería rechazado y entonces no veía, si no un medio, nuestra separación de
Colombia para salvar al Istmo”, empezó a un círculo en el cual estuvo reuniéndose con
las familias de Manuel Belisario para poder conllevar un acuerdo En su ..Exposición
histórica.., Boyd comienza resaltando la importancia que para el Istmo de Panamá

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representaba la construcción del canal interoceánico, y su gestión, junto con “un grupo
de panameños notables” en Cartagena y Bogotá ante el presidente Rafael Núñez y el
Congreso colombiano, para obtener prórroga a favor de la Compañía Universal del
Canal Interoceánico presidida por Ferdinand de Lesseps. Igualmente recuerda como
“los panameños hicieron repetidas gestiones ante las naciones europeas
(particularmente Inglaterra) a fin de conseguir que alguna de ellas, separadamente, o
todas ellas en conjunto tomaran a su cargo las existencias de la referida empresa y
llevaran a cabo el canal, Según Boyd, “... la pasión lo dominaba allí todo, pues acababa
de pasar la devastadora guerra civil de tres años y sólo se preocupaban los
colombianos Estados del centro, así como habían alcanzado cuantiosos beneficios por
el contrato y prórrogas de la Compañía francesa.

de Obarrio y yo, resolvimos arriesgarlo todo, vidas, familia, fortuna y posición social en
bien de nuestros conciudadanos y nos lanzamos a la dificilísima obra de separar a
Panamá de Colombia, si el Tratado Herrán-Hay era finalmente rechazado por el
Congreso de Bogotá. Seguidamente Boyd detalla cómo se llevó a cabo el plan
separatista, pero en ninguna parte de su exposición menciona la participación de los
funcionarios estadounidenses de la Compañía del Ferrocarril de Panamá ni a William
Nelson Cromwell. los panameños por sí mismos “con mucho sigilo y secreto”, llevaron
a cabo la separación el 3 de noviembre de 1903, que tenían previsto efectuar el día 4,
pero tuvieron que adelantar ante “la llegada a Colón de un cuerpo militar de 400
hombres que venía a reemplazar el que estaba a la plaza En su opinión, la presencia
de naves estadounidenses en Colón, el mismo día que ocurrió el movimiento
secesionista, era para darle “estricto cumplimiento al tratado celebrado con Colombia
en 1846”, es decir, para proteger el tránsito por el Istmo e impedir que, en los puertos
terminales y en la vía Inter marina, se efectuaran combates sangrientos que paralizaran
dicho tránsito. la República de Colombia. Es un debate constante entre la historia y la
leyenda. Ahora en noviembre nuevamente nos tropezamos con dos leyendas: la
leyenda negra y la leyenda blanca. La negra dice que Panamá es el resultado de una
manipulación entre magnates de Wall Street, el gobierno de Washington y patriotas
panameños, en la que hubo flujo de dinero, compra de conciencias y escándalos; y los
estadounidenses fueron los que planearon, ejecutaron, dirigieron y financiaron la

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revolución, para construir el canal interoceánico y usufructuar la posición geográfica
estratégica de nuestro Istmo. La leyenda blanca dice que los panameños cansados de
las injusticias cometidas por Colombia a lo largo de todo el siglo XIX buscaron
continuamente la liberación, pero Colombia, por ser más poderosa, lo impedía. Así, en
1903 se levantaron en una manifestación sin apoyo de ningún otro país, y declararon
así su independencia.

La leyenda negra
La premisa básica de la leyenda negra es que los españoles se han mostrado
históricamente como excepcionalmente crueles, intolerantes, tiránicos, oscurantistas,
vagos, fanáticos, avariciosos y traicioneros; es decir, que se diferencian de tal modo de
los demás pueblos en estas características que los españoles y la historia de España
deben ser vistos y comprendidos en términos que no son empleados habitualmente
para describir e interpretar a otros pueblos , ambiente creado por los relatos fantásticos
que acerca de nuestra patria han visto la luz pública en todos los países, Quizás la
leyenda negra no constituya un punto de vista legítimo o justificable, pero es necesario
recordar que es una leyenda y no un mito. Nació, como todas las leyendas, de hechos
reales y estos no pueden ser ignorados por intereses partidistas.

las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los españoles
como individuos y colectividad, la negación o por lo menos la ignorancia sistemática de
cuanto es favorable y hermoso en las diversas manifestaciones de la cultura y del arte,
las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado sobre España fundándose para
ello en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad, y, finalmente, la
afirmación contenida en libros al parecer respetables y verídicos y muchas veces
reproducida, comentada y ampliada en la Prensa extranjera, de que nuestra Patria
constituye, desde el punto de vista de la tolerancia, de la cultura y del progreso político,
una excepción lamentable dentro del grupo de las naciones europeas, Panamá y su
separación de Colombia, si bien vierte duras críticas contra los cabecillas de ésta y “la
actitud rampante” del gobierno de EEUU, advierte al mismo tiempo, pero la verdad

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histórica es que ni aquellos ni éste se habían atrevido a ponerse en movimiento si la
ferocidad de las luchas políticas no hubiesen enceguecido a los colombianos de todos
los partidos, hasta el punto de ofrecerles en bandeja de plata lo que ellos apenas
consideraban como remota posibilidad.

explica las razones que lo llevaron a no aceptar el movimiento separatista. Indica que
no había sido nunca partidario “de las Repúblicas pequeñas” y que el movimiento de
secesión de Panamá para formar una República independiente de la de Colombia, era
en su opinión un hecho artificial contrario a los principios que garantizarían la
estabilidad del nuevo Estado. es Juan Bautista Pérez y Soto que nació en Panamá el
29 de junio de 1855 y falleció en Roma el 30 de agosto de 1926, cuando era el
representante diplomático de Colombia. Abogado de profesión, fue secretario de la
legación de Colombia en Ecuador y representante al Congreso por Colón en 1888 y
1892, como senador por Panamá se opuso vehementemente a la ratificación del
tratado Herrán-Hay y nunca aceptó la separación de 1903 y de su tierra natal.

Es su mismo fue un impulso y encabezamiento de la sociedad denominada de la


integridad de Colombia por la vía militar del territorio sin desmembrado, y denunciar
como se urdió la trama separatista y la actitud posterior de algunos gobernantes de
Colombia ante EEUU por la pérdida de Panamá. El sr. Pérez y Soto transcribe una
carta que fue dirigida al presidente de Colombia José Manuel Marroquín, el 2 de
septiembre de 1903, donde le dio la opinión al nombramiento de José Domingo de
Obaldía como gobernador del departamento de Panamá, porque consideraba que era
un paso peligroso, pues con tal medida “está perdido el Istmo para Colombia”.

En su opinión, Panamá “es un Estado artificial creado en 1903 a expensas de


Colombia, con el único objeto de facilitar a los Estados Unidos la concesión del Canal
que el Senado colombiano le había negado, puedan garantizar sus dignidades y
privilegios a este diminuto Estado, subsiste el hecho de que Panamá sólo existe por el
Canal. El resultado es un Estado indefinido, distinto de cualquier otro del mundo.

El polémico libro de Pérez y Soto, no sólo ataca a los gestores del movimiento
separatista de Panamá, sino al general Rafael Reyes que según él, ni durante los
debates sobre el Tratado Herrán-Hay, “ni en la sacudida que experimentó Colombia
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con el golpe de Panamá, Y en otra parte afirma: “Dígalo la disipación Panamá,
búsquese al verdadero agente del monumento y adoren al dios que obra el milagro, el
dólar”. En Panamá lo que se iba quedando en el tintero. III Connivencias, asevera, “la
falsedad mortal para nosotros era el hacer el reclamo, tan neciamente hecho, por las
estipulaciones del Tratado de 1846, en la contingencia de que el Gobierno colombiano
fuera enteramente incapaz de reprimir el movimiento de secesión allí. No tiene nombre
semejante dislate. En el Istmo no había propiamente enemigos con quienes combatir,
ni aún después del 3 de noviembre; quitarse la fuerza armada extraña y el respeto al
Gobierno americano, y ya se vería ese Gobierno independiente desaparecer como el
humo, por reacción de los mismos o de la mayor parte de los que se habían prestado a
la comedia del separatismo. No se explica como funcionario alguno colombiano ha
podido aceptar esa contingencia de nuestra incapacidad para someter a los sublevados
del Istmo con nuestros exclusivos recursos”.

La posición ecléctica o el equilibrio entre las interpretaciones extremas


pretende explicar la separación como una conjunción “casual” de intereses entre
panameños y norteamericanos. Autores como Jorge Thomas (en su novela histórica
Con ardientes fulgores de gloria) o Humberto Ricord (El 3 de noviembre visto desde el
centenario. Tomo I) sostienen que son los conspiradores panameños los que tienen
que convencer al gobierno norteamericano de apoyar la separación que ellos han
planeado. La base para esta interpretación son los “Datos” de Arango, según el cual, a
él se le ocurre la idea en mayo de 1903 y manda primero al “noble capitán Beers” y
luego a Amador a Estados Unidos a buscar apoyo. no niegan la intervención yanqui,
pero la atenúan diciendo que los conspiradores panameños tuvieron la idea de
proclamar la separación independientemente de Estados Unidos. Panamá es una
nación diferenciada de Colombia que intentó repetidas veces separarse Hay quienes
pretenden que Panamá es una nación desde hace 500 años (En los quinientos años de
la Nación panameña, de Fermín Azcárate et. al.; Ricardo Ríos afirma lo mismo). Este
absurdo sólo es posible si se ignora qué es una nación y no se le diferencia del

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concepto de Estado. Como señalamos en un libro nuestro (Estado, nación y clases
sociales en Panamá), desde el siglo XIX Humbolt y Schiller establecen la diferencia
entre nación-cultura y nación-Estado. El problema es que se usan ambas acepciones
sin distingo. Por ejemplo, existen en el mundo: naciones-cultura sin estado (como los
kurdos), naciones-estado que incluyen dentro de sí varias naciones-cultura, aunque
suele predominar una (como la ex URSS y la Federación Rusa hoy) y en pocos casos
existen estados-nación uninacionales (como Irlanda). En el caso de Hispanoamérica o
de los árabes tenemos una nacióncultura escindida en muchos estados-nacionales por
circunstancias históricas muy concretas.  El historiador F. Aparicio tiene este problema
pues, además de deformar nuestro planteamiento, termina señalando que Nueva
Granada o Colombia fracasó como nación porque fracasaron sus regímenes políticos,
el liberal radical (1863- 85) y el de la Regeneración (1885-1903). Si entendemos por
nación una comunidad cultural que se identifica con un pasado común, la lengua, la
religión, etc., hasta el siglo XIX fuimos parte de la nación hispana, y hasta el siglo XX
hicimos parte de la nación colombiana, que sería una fracción de la nación cultural
hispanoamericana. En este sentido, constituían y aún es así, naciones diferentes las
culturas indígenas no asimiladas por la cultura española. La ruptura definitiva de
Hispanoamérica no quedó completamente planteada hasta que el liberalismo español
se negó, en las cortes de Cádiz, a una reforma política que diera plena igualdad a los
nacidos allende el mar. Cada una de las repúblicas hispanoamericanas son fragmentos
de una gran nación que no llegó a constituirse por la intervención de ingleses y
norteamericanos, y el egoísmo de las oligarquías regionales. La lectura cuidadosa de
libros como El Panamá colombiano, de Araúz y Pizzurno, o el de Alfredo Figueroa N.
(Dominio y sociedad en el Panamá colombiano) evidencia que, nunca hubo una
vocación firmemente separatista entre las clases dominantes del Istmo y que, cuando
acariciaron la idea, ésta no tuvo por objetivo la creación de un estado independiente,
sino 102 103 que estaba vacacionando en Estados Unidos, él mismo cuenta que lo
primero que hizo, tan pronto bajó del barco, fue visitar a Amador a su hotel, y no ir a ver
a su hijo “enfermo”. Que Cromwell siguió moviendo los hilos de las marionetas detrás
del escenario queda probado por la participación activa de los directivos de la Cía. del
Ferrocarril en los hechos (Beers, Shaler, Prescott). 6. Todas las independencias han

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recibido apoyo extranjero Sí, pero hay independencias e “independencias”. Una cosa
es cuando una nación en proceso de conformación forja soberanamente una política de
alianzas internacionales para respaldarse, como Washington con Francia o Bolívar con
Inglaterra. Otra muy distinta es cuando una potencia desgaja un pedazo de la nación
que desea debilitar en función de sus intereses propios. Por ejemplo, se sabe que Martí
luchó por la independencia de Cuba, pero fue derrotado, y que la guerra de 1898 contra
España por parte de EEUU no era en apoyo de la emancipación cubana o
puertorriqueña, sino para arrebatarle las islas al decadente imperio español
poniéndolas bajo su dominación.  El mapa del mundo del siglo XX es incomprensible si
no se parte del criterio de que muchos países y fronteras nacionales fueron moldeados
por las potencias capitalistas a su criterio, no atendiendo a razones nacionales o
históricas de los pueblos. Si no se entiende esto, no se explican las guerras nacionales
que siguen asolando al mundo: Yugoslavia, Ruanda, Palestina, etc. Muchos países
fueron creados artificialmente por motivos geopolíticos: Taiwán frente a China; el
fracaso del Congreso Anfictiónico de 1826 por mano norteamericana; el
fraccionamiento de Centroamérica en cinco pequeñas repúblicas bananeras. La
separación de Panamá de Colombia se produce en este escenario. En la obra de Terán
se prueba cómo las resoluciones de la Junta Provisional emanaban primero de Bunau
Varilla. 7. Panamá es una nación diferenciada de Colombia que intentó repetidas veces
separarse Hay quienes pretenden que Panamá es una nación desde hace 500 años
(En los quinientos años de la Nación panameña, de Fermín Azcárate et. al.; Ricardo
Ríos afirma lo mismo). Este absurdo sólo es posible si se ignora qué es una nación y
no se le diferencia del concepto de Estado. Aceptan que Roosevelt deseaba "tomar el
Istmo" por la fuerza ante el rechazo del Tratado Herrán-Hay, alegando "razones de
utilidad internacional", pero que el móvil de los próceres era distinto y nacionalista. La
"versión ecléctica" pretende explicar la separación como una conjunción "casual" de
intereses entre panameños y norteamericanos. Ricord, que cita el artículo con
profusión, pasa por alto el párrafo en el que se dice que, a esa fecha, ya Roosevelt ha
estudiado el plan y lo ha discutido con su gabinete y con muchos senadores. Nadie
puede creer que Beers haya logrado tanto en un par de días. La misma secuencia
cronológica de los hechos constituye una evidencia de que la idea de la separación

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proviene de Estados Unidos y no de Panamá, y ésta sólo pasa de simple amenaza a
conspiración concreta ante el rechazo del Tratado Herrán-Hay por parte de la opinión
pública colombo-panameña, mediados de 1903. Previamente no existía ningún
movimiento o conspiración separatista, ni de parte de los liberales, que eran la
oposición (ver La venta del Istmo de Belisario Porras) ni mucho menos de los
conservadores como Arango o Amador Guerrero, que tenían íntimos lazos con el
gobierno de Bogotá. la separación sale de las entrañas de la Compañía del Ferrocarril
de Panamá, dirigida por Cromwell desde Nueva York y administrada en Panamá por
Beers, Shaler, Prescott, cuyos empleados panameños eran Arango y Amador. El 12 de
agosto el Senado de Colombia aprueba la resolución que deja en suspenso (hasta
1904) la aprobación del Tratado Herrán-Hay, y Manuel Amador Guerrero sale para
Estados Unidos el 26 de agosto, no antes (¿Casualidad?), llegando a Nueva York el 1
de septiembre. Lógicamente, un movimiento de tal envergadura montado en tan poco
tiempo y con tan pocos conspiradores panameños sólo puede tener éxito si se cuenta
con las cañoneras norteamericanas, las cuales ya habían recibido órdenes de
Roosevelt de trasladarse a Panamá (Terán transcribe las órdenes de movilización
dadas por Roosevelt). Se evidencia que no hubo en ningún momento una iniciativa
separatista de origen panameño, ni mucho menos una actuación independiente de los
“próceres”. objetivas resultan las obras de Gerstle Mack, Miles P. Duval Jr., Michael
Conniff y del historiador británico John Mayor, pues muestran los distintos intereses
que convergieron en la secesión del 3 de noviembre, así como también las causas
permanentes o estructurales y las inmediatas o coyunturales presentes en este
acontecimiento que es como debemos analizarlo. a idea y su ejecución están
condicionadas por los intereses del gobierno norteamericano en función de la
ratificación o no del Tratado Herrán-Hay por parte de Colombia. Los otros participantes
del memorable suceso tienen sus monumentos y sus panegíricos, pero Wong Kong re
retorna al polvo sin lamentaciones, en una tumba anónima, olvidado en los canales de
los héroes de Panamá”.

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Conclusión

He concluido con referente al tema que no hay una victoria sin lucha y a pesar de todo
Panamá es un país pequeño demostrando que siempre está dispuesto a luchar por lo
que quiere y desea tener como la población , de leer tan preciosa historia de nuestro
Panamá que maraca históricamente importante hechos en nuestras vidas y en nuestro
istmo panameño cuando hablan tantos en la redes o en una investigación que Panamá
tomo la decisión de separase de Colombia todo fue por la construcción del canal de
panamá lo que hoy día es la fuente mas fuerte que tiene Panamá es uno de los tesoros
mas fuerte que tiene nuestro panamá, los jóvenes de hoy en día cuentan siempre con
derecho de ser Panamá y aun hoy en día ni malos o grandes ejercito ejerce nuestro
panamá.

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Anexos
Separación de Panamá de Colombia

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Bibliografía

1. Díaz Espino, Ovidio (2003). El país creado por Wall Street. La historia no
contada de Panamá. Bogotá: Planeta.

2. Lemaitre, Eduardo (1971). Panamá y su separación de Colombia. Bogotá:


Biblioteca Banco Popular.

3. Terán, Oscar (1976). Del Tratado Herrá-Hay al Tratado Hay-Bunau Varilla.


Historia crítica del atraco yanqui, mal llamado en Colombia la pérdida de
Panamá y en Panamá nuestra independencia de Colombia. Bogotá: Valencia
Editores.

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