Estamos en guerra. El enemigo no es el ejército de otro país, es el ejército invisible del COVID- 19, un virus capaz de engañar a nuestro ADN y usar las proteínas de nuestras células para replicarse y enfermarnos; y si lo dejamos provocarnos la muerte por insuficiencia respiratoria aguda o neumonía. El gobierno del Presidente Vizcarra viene tomando una serie de medidas que van desde la cuarentena hasta el toque de queda, pasando por el ofrecimiento de 380 soles para las familias con ingresos informales o del día a día, como de la ciudadela de los Panamericanos para el tratamiento de casos de menor riesgo. Lo que viene haciendo el gobierno es tratar de darnos un escenario que nos permita reducir el inevitable dolor que sufriremos por las bajas que se producirán en esta guerra de toda la nación contra este virus; guerra que se hará más cruel en los meses de abril y mayo en los que el invierno será su principal aliado, y en los que sin duda le temeremos más a la espera de que la ciencia de los antivirales produzca la vacuna que necesitamos. Científicos de Alemania, España, China, Cuba y EE.UU han adelantado que en 18 meses o quizás en menos ésta estará disponible. Los virus en nuestra historia han matado más seres humanos que las guerras. La famosa ‘gripe española’ mato en 1918 a 200 millones, mientras que en la Primera Guerra Mundial murieron 40 millones entre 1914 y 1918. En 1330 la bacteria Yersinia Pestis, culpable de la Peste Negra provocó la muerte de cerca de 200 millones en el norte de África, Asia y Europa. El ébola entre 2014 y 2016 infectó a 30 mil en el África occidental, murieron 11 mil. En el último siglo hemos aprendido a derrotar a nuestros enemigos invisibles reduciendo su letalidad. Los gobiernos, sus sistemas de salud y la OMS han desarrollado en los últimos 20 años una mejor capacidad de respuesta para el cuidado de nuestra salud. Desde que empezó la cepa del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) a inicios de este siglo, varios centros de investigación en el mundo vienen buscando la cura. Pero al COVID-19 recién empezamos a conocerlo. Creemos que dos asuntos deben quedar muy claros en esta guerra si queremos hacer después un balance inteligente de lo que hagamos o dejemos de hacer: Primero, que esta guerra la vamos a ganar unidos los peruanos y contando con la solidaridad de otros países con avances notorios en la medicina antiviral. Estar unidos significa apoyar las medidas del gobierno en esta emergencia nacional, ser ciudadanos responsables y solidarios, y participar y ofrecer el apoyo que podamos dar; y Segundo, prepararnos para el impacto que esta guerra tendrá en la economía peruana, tanto en la caída del PBI, como en el empleo. Todavía los especialistas no se animan a hablar de recesión de la economía mundial. ¿Qué sugerimos? 1) que el gobierno constituya un Gabinete de Unidad y Emergencia Nacional para reforzar las medidas de corto y mediano plazo, pero sobre todo para diseñar la recuperación de la economía con un Plan Nacional de Reactivación Económica. Para ello contamos con profesionales de primer nivel en el BCR, y en las Universidades del Pacífico y la Católica; y, 2) que instituciones como CONFIEP, Sociedad Nacional de Minería y Petróleo, Asociación de Bancos, la CGTP (trabajadores), CNA (agricultores) y otras, constituyan un Consejo de Apoyo a la Lucha contra el COVID-19, con tres objetivos: a) reducir el impacto de la enfermedad en el aparato productivo, b) apoyar la campaña nacional que conduce el gobierno mediante la difusión de información útil para una mejor respuesta de la ciudadanía, y, c) apoyar con recursos económicos significativos al sistema de salud público en esta emergencia. 18 de marzo 2020 José Mendívil es escritor, docente universitario, investigador del Instituto Punchao y Presidente del Partido Nacional por Soberanía y Democracia Popular-PSD (Jcesarm63@hotmail.com). Juan Meza es cantautor,…, y Presidente del Comité Unitario de Lucha por el Desarrollo de la Provincia de Concepción- Región Junín (…)