Está en la página 1de 11

A) VARIACIONES EN EL CICLO ESTRAL NORMAL: Son aquellos fenómenos que se

presentan en la perra que cicla normalmente, pero con difícultad para determinar el
momento adecuado para el apareamiento.

Pubertad Retardada: Esta es una condición que frecuentemente preocupa al propietario y


al veterinario porque se piensa que puede deberse a algún problema. Sin embargo, se ha
informado que para diagnosticar realmente este problema, se toma a los 2 años como
límite de edad, debido a la gran variación que existe en esta especie para presentar el
primer ciclo estral (6 a 10 meses para razas chicas y 18 a 24 meses para razas grandes), es
decir, que para empezar a sospechar de un retraso en la presentación de la pubertad, se
debe considerar que la perra no haya ciclado dentro de este tiempo, de tal forma que se
debe estar seguro que la perra no haya presentado celo y descartar que lo haya hecho o
que el propietario no lo haya observado.

Estro Silencioso: Puede confundirse con el anterior. Por lo general, hay una mínima
manifestación clínica del celo, lo que provoca una mala detección del mismo, por ejemplo,
sangrado disminuido, poca edematización de la vulva, exagerada limpieza de la casa o
lugares que ocupa el animal o bien porque la perra se limpia constantemente los genitales.
Este fenómeno no se considera patológico, o al menos no ha sido informado como tal. El
color del pelo y el tamaño de la perra son factores que también deben ser considerados
(pelaje oscuro y razas como el yorkshire).

Calor Dividido (o desdoblado): Es una entidad que se presenta en hembras jóvenes y se


caracteriza por la aparición de signos clínicos de estro como son: Atracción hacia el macho,
secreción sanguinolenta y edematización de la vulva, comúnmente sin aceptación sexual.
El proceso de foliculogénesis, así como el incremento en los niveles de estrógenos
aparentemente son normales, pero se ha observado que la ovulación no se presenta, lo
cual indica que los folículos que empezaron su desarrollo en determinado momento
presentan atresia y por lo tanto, no hay formación de cuerpo lúteo y la progesterona no
aumenta. Al no haber un incremento en los niveles de este 3 esteroide, la secreción de
GnRH no es inhibida a nivel hipotalámico, por lo que, aproximadamente en un periodo que
puede ser de dos a diez semanas posteriores a este primer ciclo, un nuevo ciclo se
presenta en el que al parecer, si la perra es apareada, puede quedar gestante. Esta
condición no es considerada como patológica, por lo que no requiere tratamiento, pero es
muy recomendable realizar un seguimiento, ya sea por medio de citología vaginal
exfoliativa, métodos de medición hormonal (específicamente de progesterona) o ambos,
para detectar oportunamente el inicio de la etapa fértil (estro) para recomendar el
apareamiento. Ha sido explicado como un fenómeno preliminar (intento) para que la perra
presente su ciclo estral.

Errores de manejo: Este grupo es necesario explicarlo ya que es frecuente que se presente
al consultorio alguna perra sospechosa de sufrir infertilidad porque no permite la monta, o
no ha quedado gestante después de la misma o de la inseminación artificial, incluso en
aquellas ocasiones en las que se la ha "ayudado", situación que por lo general significa
forzarla a aceptar al macho ya que, desde el punto de vista del propietario, la perra ya está
en el momento adecuado porque la cuenta de los días es la correcta, o porque al parecer
la perra se deja montar. Esta apreciación es falsa si se entiende que el momento de la
aceptación sexual es altamente variable en la perra, y que existe gran evidencia científica
que ha demostrado que no hay correlación alguna entre el período de receptividad sexual
y la ovulación, de tal forma que puede haber perras que acepten al macho y no estén
fértiles o viceversa. Basado en esto, la mayoría de este tipo de pacientes, recibe un manejo
inadecuado por parte del propietario, y para corregirlo se debe considerar que existen
factores de comportamiento, o físicos, que pueden interferir de manera muy significativa
para que no se presente la aceptación sexual, por ejemplo, la inexperiencia del macho
donde la dominancia la establece la hembra, o la presencia de bandas en la vagina (himen
persistente) que no alteran la ciclicidad de la hembra, pero son un obstáculo para la
penetración. En conclusión, se puede decir que para determinar el momento en el cual se
debe realizar el apareamiento, no sólo hay que basarse en la observación de los signos
clínicos del celo, sino que se debe hacer una revisión más profunda y cuidadosa de la
paciente (un adecuado examen físico general que incluya tanto aspectos clínicos como de
comportamiento).

B) VARIACIONES EN EL CICLO ESTRAL ANORMAL: Son aquellas que rebasan los


parámetros considerados como normales.

DIAGNÓSTICO DE PROBLEMAS HORMONALES: El diagnóstico de padecimientos en los que


el sistema endócrino está involucrado, se basa principalmente en la detección de la
concentración anormal en sangre de la hormona implicada. Sin embargo, es pertinente
decir que no existe un sistema de detección que sea infalible, por ejemplo, los dos más
comúnmente utilizados son el radioinmunoanálisis (RIA) y las pruebas de ELISA, debido a
que son ensayos de alta sensibilidad y especificidad; sin embargo, estas características
varían de manera importante dependiendo de la especie que se estudie, por lo tanto, una
muy buena recomendación es que al mandar un estudio al laboratorio, se debe tener la
seguridad que ambas pruebas estén perfectamente validadas y estandarizadas para ser
utilizadas en caninos y felinos. Otro aspecto necesario es conocer las unidades en las
cuales se presentarán los resultados:

a) Para la testosterona, las unidades se expresan en miligramos por decilitro (mg/dl donde
mg = 1x10-6 gramos/dl).

b) Para la progesterona, las unidades se expresan en nanogramos por mililitro (ng/ml


donde ng = 1x10-9 gramos/ml).

c) Para los estrógenos, las unidades se expresan en picogramos por mililitro (pg/ml donde
pg = 1x10-12 gramos/ml).

Como se sabe, las hormonas relacionadas con la reproducción, se producen en pulsos y su


secreción se ve afectada por factores como la edad, el sexo, la raza y los ciclos circadianos
(horas del día), por eso es muy importante no basar el diagnóstico exclusivamente en el
resultado obtenido de una sola muestra, ya que, en este caso, el margen de error en la
interpretación es muy elevado, por lo tanto, es necesario tomar varias muestras para
poder detectar posibles fluctuaciones, a partir del nivel basal de la hormona. Algunos
autores coinciden en afirmar que las principales causas de enfermedad endócrina son las
siguientes :

a) Hiperfuncionamiento de la glándula: Hiperestrogenismo a consecuencia de un quiste o


tumor ovárico (así como un tumor testicular).

b) Hipofuncionamiento de la glándula: Hipoestrogenismo a causa de una disfunción


gonadal.

c) Falla en la destrucción del receptor y de la hormona


d) Iatrogenia: Por exceso en la aplicación de algunas hormonas. Ésta quizás sea una de las
causas más comunes.

Por lo general, las manifestaciones clínicas de problemas endócrinos son la presentación


de alopecia bilateralmente simétrica, hiperpigmentación, hiperqueratosis, sin evidencia de
prurito, el que aparece cuando el cuadro se complica por ejemplo con pioderma o
seborrea.

HORMONAS IMPLICADAS: Básicamente, las dos hormonas principalmente involucradas


son los estrógenos y los andrógenos de los que a continuación se describe el mecanismo
de acción.

ESTRÓGENOS: Pertenecen al grupo de los esteroides. Se producen en las células de la


granulosa, en las células de Sertoli y en la zona reticular de la glándula adrenal. Tienen
efectos de retroacción negativa en la etapa prepuberal y positiva cuando el animal es
púber.

Su receptor se localiza en el citoplasma de la célula y al ser moléculas que derivan de


grasa, pueden atravesar las membranas celulares, a diferencia de las hormonas de origen
peptídico cuyo receptor se localiza en la membrana celular.

Se ha informado que estas hormonas estimulan la mitosis de la epidermis y producen


engrosamiento de esta. En estudios realizados en perros se ha demostrado que se puede
inducir atrofia epidérmica cuando se aplican estrógenos en exceso. Por otro lado son
capaces de estimular la pigmentación de la piel, debido a que provocan un incremento en
la síntesis de melanina dentro de los melanocitos, y a nivel de las glándulas sebáceas,
reducen considerablemente la producción de sebo. Éste es un signo clínico muy común
cuando hay enfermedad endócrina.

En el ciclo de formación del pelo, la fase inicial de crecimiento del folículo piloso conocida
como "anágeno" se ve muy afectada por los estrógenos. En algunas especies de mustélidos
como el hurón, es notoria la alopecia durante la etapa reproductora. En forma general, se
piensa que hay zonas específicas en la piel que contienen un gran número de receptores
para estrógenos, lo que quizás pueda explicar que en estos casos, la alopecia sea de tipo
bilateral. Causas de hiperestrogenismo:

a) Quistes foliculares
b) Desbalance ovárico tipo I
c) Tumor de las células de Sertoli
En estos padecimientos la signología clínica es muy similar, con las excepciones obvias para
cada caso, por ejemplo, prepucio péndulo en el macho.

En diversas investigaciones ha quedado claro que en perros(as) a los que se les ha retirado
la fuente de producción de estrógenos (ovario, testículo y la zona reticular de las
adrenales), el pelo no presenta cambio alguno, lo que sugiere que los esteroides no son
totalmente necesarios para el metabolismo de la piel. Sin embargo, de manera contraria,
cuando en un paciente se sospecha de hipoestrogenismo, se ha formulado la hipótesis de
que una deficiencia severa de esteroides puede producir alteraciones en le piel. Esta
situación parece contradictoria, por lo que se piensa que estas hormonas deben tener
alguna conexión con otras para que un nivel equilibrado en la concentración de las
mismas, mantenga la salud de la piel.
ANDRÓGENOS: Son esteroides que se producen en las células de la teca, de Leydig y de la
zona reticular de la glándula adrenal. Al igual que los estrógenos, estimulan la mitosis de la
epidermis, pero se ha visto que este grupo hormonal no produce hiperpigmentación
generalizada, ya que en especies de roedores como el cuyo y el hámster, se han detectado
zonas altamente sensibles a la estimulación androgénica. Al contrario de los estrógenos,
los andrógenos incrementan el tamaño de la glándula sebácea, lo que se ha observado al
aplicar altas dosis de estos compuestos en especies como el ser humano, manifestando
una hipersecreción de sebo. También participan de la misma forma que los estrógenos
sobre la fase de anágeno en el ciclo de crecimiento del pelo. Sin embargo, la controversia
con respecto a su deficiencia, todavía persiste entre los investigadores.

Proestro y estro prolongados: Cuando el sangrado dura más de 40 días (el proestro y el
estro pueden durar en conjunto de 6 a 40 días, 3 a 20 días por etapa). Generalmente, estas
perras presentan un patrón de células superficiales en sus citologías vaginales lo que indica
un efecto de los estrógenos. Sin embargo, al realizar la medición de los niveles de
progesterona, si no se observa un incremento de la misma, se puede pensar en la
existencia de quistes o tumores ováricos productores de estrógenos. Es importante
recordar que la progesterona es necesaria para que se presente la receptividad sexual. Los
quistes ováricos se pueden presentar en perras menores de 5 años, y los tumores en
perras mayores de 5 años. Por otro lado puede haber diversas causas que provoquen un
sangrado persistente como son: Infecciones, inflamación, cuerpos extraños, y exagerada
administración de compuestos estrogénicos. Por esto es muy importante realizar estudios
de citología vaginal, medición de estrógenos y progesterona (P4), y ultrasonografía del
aparato genital.

Para establecer el tratamiento de estas alteraciones, se debe considerar lo siguiente: -


Regresión espontánea: Se sabe que en algunos casos tanto los quistes como los tumores
ováricos, pueden presentar una regresión espontánea, por lo tanto no todas las perras que
presentan un sangrado persistente necesitan tratamiento, pero si el problema persiste,
entonces se debe actuar en consecuencia. - Efectos colaterales: Cualquier método
quirúrgico o no, que sea utilizado como tratamiento, no debe producir efectos indeseables
por ejemplo, hiperplasia quística endometrial - piómetra, anemias o cualquier trastorno
que interfiera con la salud reproductora de la paciente.

TRATAMIENTO: Cuando se decide utilizar progesterona en casos de sangrado prolongado


(método tradicional), existe un elevado riesgo de producir hiperplasia quística endometrial
- piómetra, por lo que no es recomendable. Actualmente para solucionar problemas de
quistes ováricos está recomendado el uso de GnRH (hormona liberadora de
gonadotropinas) a dosis total de 50 a 100 mg por vía intramuscular (IM), cada 24 horas y
un máximo de tres aplicaciones, o bien se puede utilizar hCG (gonadotropina coriónica
humana) 20 UI/Kg por vía IM cada 24 horas, hasta producir la regresión del problema.
Estos protocolos han sido utilizados frecuentemente para producir regresión o
luteinización del quiste folicular, sin embargo, se desconoce el porcentaje de efectividad
para producir cualquiera de estos dos fenómenos: si se logra la regresión, el problema está
resuelto, pero si se produce luteinización, el cuadro se complica porque se tendría que
aplicar prostaglandina F2 alfa (PGF2), la cual no tiene efectos muy marcados para
producir la destrucción de un cuerpo lúteo en la perra (ver tratamiento de

anestro prolongado). Por lo tanto, si no se logra la corrección farmacológica del problema,


se recomienda la resolución quirúrgica del mismo. Si el quiste o tumor es unilateral, se
puede retirar solo el del lado afectado y dejar el sano, con un buen pronóstico para la
reproducción posterior de la paciente. Anestro Prolongado: Para hablar de este problema
se debe considerar que la perra haya ciclado, y que no haya tenido actividad estral en un
periodo mayor a los 12 meses, para no confundir esta entidad con un celo silencioso. Por
lo general, la inactividad ovárica se relaciona con el bloqueo hipotalámico producido por
niveles circulantes de progesterona (> 5 ng/ml), lo que puede sugerir la presencia de un
quiste ovárico, pero luteinizado. Al realizar la medición de P4, si estos niveles se mantienen
por 10 a 12 semanas y después disminuyen, pueden indicar un diestro normal, pero si se
mantienen por más tiempo el diagnóstico se confirma. Es un problema para el propietario
remitir a la perra para la toma de tantas muestras por un largo periodo, ya que el costo es
elevado; por lo tanto, es muy recomendable, apoyar el diagnóstico con ultrasonografía del
ovario. Otras causas pueden ser: la falla ovárica prematura, aunque se sabe que esto
ocurre hasta los 7 a 10 años de edad; enfermedades inmunomediadas (ooforitis
inmunomediada) que no son comunes pero deben ser consideradas; hipotiroidismo o
aplicación de algunos fármacos, como son los pertenecientes al grupo de glucocorticoides.

TRATAMIENTO: En casos de quistes ováricos luteinizados usualmente la aplicación de


PGF2a sólo produce una caída temporal de los niveles de progesterona, lo que indica una
luteólisis parcial, por lo que es recomendable retirar el quiste por vía quirúrgica. Si el
problema es unilateral, la paciente tiene un buen pronóstico reproductor posterior.

Hipoluteinismo: El mantenimiento de la gestación en la perra depende en el 100 % de la P4


liberada por el cuerpo lúteo y sólo necesita un umbral mínimo de 2 ng/ml, por lo que el
aborto por insuficiencia de P4 es poco probable en la perra. Es complicado y hasta la fecha
no ha sido totalmente explicado el porqué de la destrucción prematura del cuerpo lúteo,
sin embargo, cuando un aborto se presenta y no ha sido identificada alguna otra causa, se
debe pensar en hipoluteinismo. Obviamente la medición de los niveles de P4 tiene que
llevarse a cabo para comprobar el diagnóstico. Algunas causas que se han encontrado
como responsables del hipoluteinismo son: Infecciones fetales, placentitis y administración
exógena de glucocorticoides, así como el hipotiroidismo.

C) PROBLEMAS DURANTE LA GESTACIÓN: Son aquellos que involucran la vida del


embrión o del feto, y generalmente con reabsorción embrionaria o con aborto,
respectivamente.

BRUCELOSIS: Generalmente el signo clínico asociado a este problema es el aborto, el cual


ocurre en el último tercio de la gestación. En ocasiones puede haber pérdida embrionaria,
si la muerte del producto ocurre antes de los 30 días de gestación, y una tercera opción es
el nacimiento de cachorros infectados que mueren al poco tiempo después del
nacimiento. La presencia de una secreción vulvar de color verdoso obliga al veterinario a
enfocar su diagnóstico hacia Brucella. El diagnóstico puede hacerse a través del cultivo de
esta secreción, de placenta o de sangre. También pueden utilizarse pruebas de
aglutinación (2 - mercapto-etanol); sin embargo, en esta prueba la cantidad de falsos
positivos es muy grande, por lo tanto, si el resultado es positivo, se recomienda repetir el
estudio 20 días después del estudio para confirmarlo. El riesgo de zoonosis debe tenerse
en cuenta, y la perra debe ser aislada del resto de los animales con quienes conviva. Esta
enfermedad no pone en riesgo la vida de la perra, salvo en caso de una momificación fetal
que no pudo ser expulsada, con el consiguiente riesgo de ruptura o torsión uterina.
HERPES: Este problema se presenta comúnmente en criaderos. La muerte espontánea de
neonatos sugiere la aparición de este virus. En la perra, esta infección por lo general es de
tipo subclínico, aunque puede producir descargas mucopurulentas por ojos o nariz y
lesiones vesiculares en vagina. En cachorros, produce la muerte porque provoca
hemorragias y necrosis generalizadas. Se adquiere de forma venérea, transplacentaria, por
contacto del cachorro durante su paso por el canal del parto, y por vías respiratorias. El
diagnóstico se realiza ya sea por el aislamiento del virus, lo cual en ocasiones no está
disponible en los laboratorios, por lo que otra opción es la realización de pruebas de suero
- neutralización. No se ha informado del uso de fármacos para controlarlo, por lo que sólo
se recomienda tener cuidado en el manejo, sobre todo cuando se tienen varios perros, de
tal forma que sólo 6 se puede prevenir (hacer pruebas periódicas). Se puede intentar el
uso de antiherpéticos aplicados en el humano; sin embargo, no hay información disponible
al respecto.

TOXOPLASMOSIS: Ésta es una causa poco común de aborto en la perra. La infección se


adquiere por la ingestión de materia fecal de gato contaminada con oocistos de
Toxoplasma gondii o por el consumo de carne contaminada. El diagnóstico se hace a través
de la identificación de anticuerpos en el suero de la perra sospechosa (IgG y IgM).

NEOSPOROSIS: Este problema es causado por un protozoario llamado Neospora caninum


que es parecido al anterior. Produce aborto en el ganado bovino, por lo que su papel para
producir aborto en perras es desconocido, pero se piensa que se puede adquirir cuando la
perra vive en un rancho y consume fetos o placentas abortadas.

MICOPLASMOSIS y UREAPLASMOSIS: Estos microorganismos han sido considerados como


habitantes normales en la vagina de la perra, sin embargo, se los ha relacionado con
problemas de vaginitis, infertilidad, muerte embrionaria temprana, aborto y mortalidad
neonatal. Generalmente, en los criaderos aumenta la concentración de estos organismos,
lo que facilita la contaminación. Su diagnóstico es relativamente sencillo, ya que se puede
hacer a través del cultivo vaginal, sin embargo, es necesario avisar al laboratorio que se
están buscando a estos agentes, ya que la técnica para su cultivo es diferente a la utilizada
para un cultivo rutinario de muestra vaginal. El tratamiento indicado es con cloranfenicol o
tetraciclinas por 10 a 15 días. Estos antibióticos no deben darse en neonatos, ni en perras
lactantes. Para el tratamiento de la perra gestante, se puede administrar eritromicina,
pero puede producir problemas gastrointestinales. Se recomienda pedir antibiograma,
además del cultivo, para determinar qué otras opciones existen.

DIABETES DE LA GESTACIÓN: Es un problema común en la perra gestante, o en la perra


vacía durante la etapa del diestro, ya que como se sabe, no hay diferencia significativa en
las concentraciones de P4 de ambas. Se debe a elevaciones en los niveles de P4 la cual, es
un potente antagonista de la insulina, lo que provoca que la perra aumente su resistencia
a dicha hormona y no pueda utilizar a la glucosa. Es muy importante el seguimiento de la
gestación, lo que implica que el propietario lleve la perra en varias ocasiones al veterinario
para la revisión tanto de los productos como de la madre; sin embargo, esta cultura no es
común en países como México, por lo que es necesario educar al cliente. La hiperglicemia
puede producir aborto, y produce un ambiente (excedido en glucosa) en el que el feto
tiende a crecer más de lo normal, siendo un riesgo al momento del parto (distocia). Así
mismo, el páncreas del producto trabaja constantemente (produciendo insulina) debido a
la estimulación de la glucosa presente en la madre. Cuando el cachorro nace, este
mecanismo se mantiene y puede producirle la muerte por hipoglicemia. Tratamientos con
dosis de insulina deberán ser considerados cuando la perra presente este problema.

ACROMEGALIA DEL DIESTRO: Al igual que la diabetes, este problema también es


provocado por la P4, la cual estimula la producción de somatotropina (hormona del
crecimiento), ocasionando un crecimiento del tejido de la región orolingual, orofaríngea y
oronasal, dando como resultado la aparición de problemas respiratorios. Por otro lado, las
perras afectadas presentan crecimiento del abdomen, polidipsia, poliuria (ambos procesos
asociados con diabetes), incrementos en los espacios entre dientes, y excesivos pliegues
de la piel en cara y cuello. Para su tratamiento se recomienda la aplicación de fármacos
que reduzcan los niveles de progesterona, por ejemplo: bromocriptina, 0.1 mg/kg /24 h /8
días /vía oral, o PGF2, 0.50 mg/kg /24 a 48 h /SC /5 a 7 días. Si este protocolo no da
resultado, la ovariohisterectomía está indicada. Hallazgos de laboratorio pueden incluir
incrementos en los niveles de fosfatasa alcalina e hiperglicemia.

D) PROBLEMAS POSPARTO: En este grupo se considerarán aquellos problemas que se


presentan durante y después del parto.

INERCIA UTERINA: Se refiere a la fatiga que presenta el útero durante el parto. Este
problema se clasifica en dos:

- Primaria: Cuando no hay suficiente fuerza contráctil para completar la expulsión del total
de cachorros. Los productos son normales e incluso los diámetros pélvicos de la perra son
adecuados, pero por alguna razón que hasta el momento no ha sido completamente
aclarada, el útero deja de contraerse. Probablemente haya insuficiencia hormonal o
trauma uterino, por ejemplo, ruptura muscular o torsión uterina.

- Secundaria: Se presenta cuando además de la fatiga uterina existe mala estática fetal o
alguna anormalidad en el canal del parto de tal forma que el mecanismo del parto en algún
momento se detiene porque los intentos por expulsar al feto son improductivos y por lo
tanto, el músculo se fatiga.

SEPARACIÓN PLACENTARIA: Esta es una entidad caracterizada por la expulsión de


secreción verdosa por la vulva (loquio). Es verde debido a que existe un pigmento llamado
úteroverdina que procede de la placenta y es totalmente indicativo de que esta estructura
se está separando del endometrio durante de la fase de labor, de tal forma, que si en un
lapso de 2 horas a partir de la aparición de esta no hay cachorro, la intervención de un
profesional es necesaria.

ENDOMETRITIS: A diferencia de la piómetra, en este caso no hay presencia de un cuerpo


lúteo y con frecuencia se confunde el término endometritis con el de piómetra, (que en el
caso de la perra se presenta durante la fase lútea del ciclo estral y no en el posparto, como
ocurre en la vaca). En la mayoría de las perras posparto se presenta un ligero incremento
de la temperatura corporal 24 horas después del parto, y si esto permanece una semana
posterior, la posibilidad de una metritis debe ser considerada. Como es bien sabido, el
parto es un proceso 7 no estéril, por lo que siempre existe contaminación bacteriana que
la propia perra es capaz de autolimitar; sin embargo, en algunas ocasiones la aparición de
distocia, o la realización inadecuada de maniobras obstétricas pueden favorecer este
problema. Signos clínicos como son la descarga vaginal anormal (flujo purulento), fiebre,
anorexia y decaimiento sugieren endometritis. El diagnóstico puede hacerse a través de la
observación del útero por medio de la ultrasonografía o de los rayos x; así mismo, el
hemograma es una muy buena herramienta en la que se observa una leucocitosis por
neutrofilia con desviación a la izquierda, e incluso el uso de la citología vaginal puede
ayudar. En este estudio se observa una gran cantidad de neutrófilos, y en ocasiones,
células endometriales y del sincitiotrofoblasto pueden ser detectadas.

TRATAMIENTO: El uso de antibióticos está indicado. Se puede mandar material para un


cultivo bacteriano de vagina, incluyendo antibiograma, pero antes de obtener resultados
se puede iniciar la terapia con amoxicilina a dosis de 22 mg/kg/8 a 12 h. ya que si la perra
está lactando, este fármaco es seguro para los cachorros. Al obtener los resultados del
laboratorio, se puede diseñar la terapia completa y por el periodo adecuado. En aquellos
casos en los que esta terapia no funcione por la severidad de la endometritis, la
ovariohisterectomía está indicada.

SUBINVOLUCIÓN DE SITIOS PLACENTARIOS: Se caracteriza por la presencia de descarga


vaginal sanguinolenta durante más de 8 semanas posparto. Generalmente la perra no
presenta fiebre ni otro signo clínico, solamente se observa la descarga vaginal. Por lo
general, este sangrado es normal en el posparto, siempre y cuando no dure más de 8
semanas. Tradicionalmente, este fenómeno no requiere tratamiento, tomando en cuenta
lo siguiente:

- La cuenta de la fórmula roja o blanca no presentó cambios.


- La descarga vaginal no es purulenta.
- A la inspección ultrasonográfica del útero, no se encontró evidencia de presencia de
líquido en el lumen uterino.
Por lo general, este problema se presenta en perras de tres años o menos de edad. Si el
sangrado no cesa después de las 8 semanas, la ovariohisterectomía debe ser considerada.

D) PROBLEMAS EN VAGINA: Los órganos internos del aparato reproductor femenino,


derivan de las estructuras embrionarias conocidas como conductos de Müller o
conductos paramesonéfricos (útero, cérvix, oviductos y parte anterior de la vagina), y
los órganos externos, del tubérculo genital (clítoris y labios vulvares externos e
internos) y del surco urogenital (uretra, glándulas endometriales y parte posterior de
la vagina). Anatómicamente la vagina se une con el vestíbulo vaginal a través de una
constricción llamada cingulum localizada inmediatamente después de la abertura
uretral, donde existen dos capas de epitelio que contienen una tercera capa delgada
derivada del mesodermo (algunos autores le denominan sándwich). En la perra, este
tejido es identificado como una estructura muy parecida a un himen, que por lo
general desaparece cuando la perra alcanza su pubertad, principalmente por efecto de
los estrógenos. Fallas durante el desarrollo embrionario producen las anormalidades
que se presentan en la vagina, que por lo general son de tipo obstructivo y
frecuentemente se localizan en el área cercana al cingulum. Es posible afirmar que
estos defectos congénitos quizás sean los más comúnmente encontrados en la perra.

HIMEN PERSISTENTE: Es una banda de tejido fibroso que permanece aun después de la
pubertad, que puede estar ubicada de lado a lado del lumen vaginal (banda vertical), o
puede ser en forma de anillo reduciendo el diámetro de la bóveda vaginal (banda anular).
Ambas entidades pueden ser fácilmente localizadas en la parte craneal a la abertura
uretral.
VAGINA DOBLE: También de origen congénito, se debe a la mala fusión de los conductos
de Müller, lo que produce la formación de un tabique que divide la vagina en dos
porciones, así como el útero y el cérvix. Las perras que presentan cualquiera de las
entidades arriba descritas, no tienen alteración de la fisiología reproductora, por lo que
ciclan normalmente e incluso pueden concebir sin problemas, sin embargo, es muy
importante la revisión genológica de estas pacientes para poder emitir un pronóstico para
el momento de la cópula y para el momento de la presentación del parto, evitando de esta
manera la aparición de problemas como son el dolor y la distocia, respectivamente.

HIPERPLASIA VAGINAL: Es un problema que se presenta frecuentemente en perras jovenes


(2 a 3 años), e incluso puede aparecer a partir del primer celo. Consiste en la
edematización del tejido vaginal cercano a la abertura uretral provocada por una
respuesta exagerada a la estimulación de los estrógenos producidos durante la fase de
proestro y estro (periodo estrogénico). Padecimientos que produzcan un
hiperestrogenismo como son los quistes ováricos foliculares y el tumor de las células de la
granulosa, también pueden favorecer la aparición de la hiperplasia vaginal. En ocasiones es
tan fuerte la edematización vaginal, que se puede presentar el PROLAPSO de este tejido
Varios autores coinciden en mencionar los términos hiperplasia o hipertrofia para referirse
a este problema, sin embargo, al realizar estudios histológicos del tejido vaginal, ha sido
aceptada como conclusión general, que realmente lo que sucede en esta entidad es una
edematización de la vagina, pero como a través de la historia estos términos han sido
utilizados de manera rutinaria, se ha decidido seguir usándolos, pero con la aclaración que
se acaba de mencionar.

Como es bien sabido, durante el proestro y el estro de la perra, la vagina aumenta de


volumen para facilitar la cópula. Según algunos investigadores, además de aumentar el
espacio de la bóveda vaginal, el objetivo del crecimiento de este tejido es dar protección al
meato urinario durante la penetración del pene, es decir, el tejido 8 circundante a la
entrada uretral, que, al aumentar su volumen, cubre al meato urinario brindándole de esta
forma una protección natural; desgraciadamente en algunas pacientes este fenómeno se
presenta en proporciones mayores. Se ha mencionado que, entre las razas que más
padecen este problema, se encuentran: "boxer, pastor alemán, bulldog, labrador,
airdaleterrier y cobrador dorado"; sin embargo, cualquier raza e incluso animales criollos
pueden presentarlo. La elevada frecuencia de presentación del fenómeno en algunas
razas, sugiere que pueden estar involucrados factores hereditarios sin tenerse
actualmente el sustento científico para afirmarlo, por lo tanto, es muy importante platicar
con aquellas personas dedicadas a la crianza formal de perros, sobre estas circunstancias
que deben ser consideradas para tratar de aclarar el efecto genético en este problema y
empezar a planear estrategias que permitan controlarlo, mediante la adecuada selección
del pie de cría para así lograr una reproducción responsable de la especie. Cuando el
prolapso vaginal se presenta, el diagnóstico resulta obvio al identificar la presencia de una
masa, lo importante en este caso es tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

- Determinar el grado de lesión del tejido prolapsado, ya que comúnmente la perra se


lame constantemente e incluso se puede lacerar al echarse o contaminarse con tierra e
infectarse.
- Revisar si la paciente padece estranguria (orina en gotas), aunque la información
disponible, indica que sólo un pequeño porcentaje de perras afectadas la presentan.
- Descartar que la masa en la vagina, sea un pólipo, leiomioma, alargamiento del clitoris o
un tumor venéreo transmisible, ya que éstos son problemas que frecuentemente se
confunden con hiperplasia vaginal.
El TRATAMIENTO de esta entidad se basa en la intervención quirúrgica
(ovariohisterectomía) debido a que la causa es de tipo endócrino, y por lo tanto es muy
probable que en cada ciclo, la perra presente el mismo problema. Cuando el proestro y el
estro terminan, es decir cuando comienza la etapa de diestro, el problema se corrige y no
es necesario dar alguna medicación, sin embargo, en aquellos casos en que el tejido
prolapsado se ha lastimado, será indicado el uso de jaleas protectoras e incluso
implementar terapia antimicrobiana. En aquellas pacientes en las que se haya detectado
un grado severo de daño en el tejido vaginal, será indispensable retirarlo quirúrgicamente.
Algunos autores han recomendado el uso de substancias bloqueadoras de estrógenos, tal
es el caso del tamoxifeno (nolvadex), lo que puede ayudar a resolver el problema sin
perder de vista que probablemente vuelva a aparecer en el ciclo siguiente; sin embargo,
las molestias para la perra pueden ser disminuídas con este fármaco. La dosis
recomendada es de 10 mg totales para perras de raza chica y de 20 mg para las medianas y
grandes; se administra por vía oral y por un periodo de ocho días, dando la dosis total cada
24 horas. Se ha recomendado la utilización de protocolos parra inducir la ovulación
mediante el uso de hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) y de gonadotropina
coriónica humana (hCG), basándose en la teoría de que la ovulación acorta la duración de
las fases de secreción de estrógenos; sin embargo, no existe información disponible que le
dé un sustento científicamente comprobado para afirmar que estos tratamientos
realmente funcionen, y peor aún, que no produzcan algún efecto colateral indeseable.
Cabe mencionar que el uso de las prostaglándinas no está indicado. En caso de haber
detectado alguna patología ovárica como tumores o quistes, entonces el tratamiento debe
ser quirúrgico (OVH). Se ha informado que las perras con hiperplasia, prolapso vaginal o
ambos, obviamente no aceptan la cópula por el dolor, pero que pueden ser manejadas con
inseminación artificial. Sin embargo, algunos autores han informado que el porcentaje de
fertilidad es bajo. La posibilidad de lograr una gestación existirá, siempre y cuando se
tenga la seguridad de que no haya alguna patología ovárica. Al parecer, la hiperplasia
vaginal no se presenta durante el parto.

VAGINITIS : Este problema, al igual que las infecciones vaginales, por lo general se presenta
en perras de cualquier edad sin importar si se trata de pacientes ovariohisterectomizadas
o pacientes enteras. Hablar de vaginitis significa la inflamación de esta estructura, la que
puede deberse a varios factores. Algunos autores afirman que la vaginitis de origen
bacteriano es consecuencia (secundaria) a la acción de otros factores como son:
traumatismos, obstrucciones e irritaciones por cuerpos extraños; de tal forma que no
siempre una inflamación vaginal está asociada con una contaminación bacteriana. Es bien
sabido que la vagina contiene una flora bacteriana normal que es mantenida a través de
mecanismos homeostáticos de la perra; este control se manifiesta mediante secreciones
normales que salen por vulva (secreción mucosa ó ligeramente purulenta), sin embargo,
por efecto de algunos factores externos como el estrés, medicaciones antibióticas etc.,
esta flora empieza a crecer y es entonces cuando se puede hablar de infección vaginal; en
otras palabras, se puede decir que el término vaginitis no siempre se refiere a una
infección. Algunos criadores e incluso veterinarios tienen como práctica de manejo
recomendar la realización de un cultivo de la flora bacteriana de la vagina antes de que se
lleve a cabo el apareamiento como medida de precaución. En mi opinión personal, que
incluso coincide con la de otros autores, creo que esta práctica es altamente cuestionable,
sobre todo si se considera que la vagina contiene microorganismos, y es difícil establecer
qué bacterias pueden ser las que estén produciendo el problema; además, si no se ha
realizado la exploración adecuada de la vagina a través de la palpación digital o la
utilización de un vaginoscopio, la observación de secreción purulenta no necesariamente
significa que haya una infección, sobre todo si se toma en cuenta el concepto 9
anteriormente descrito que dice que una infección vaginal es secundaria a otras
circunstancias. Es claro que si realmente existe infección, es entonces cuando la realización
de un cultivo es procedente. En comparación con el macho, la presencia constante de una
secreción de color verde, no causa un conflicto para el veterinario o el propietario del
perro porque se considera normal; a esta secreción se la conoce con el nombre de
esmegma y es la forma en que la flora bacteriana del prepucio es controlada, pero, si en la
perra se detecta un flujo, por pequeño que éste sea e independientemente del color que
éste tenga, inmediatamente surge la preocupación de que pueda tratarse de una vaginitis
o de una piómetra, de tal forma que yo sugiero mantener la calma y tratar de llegar a un
diagnóstico correcto, ya que puede tratarse de un simple mantenimiento de la ecología
bacteriana realizado a través de esta secreción. Por otro lado es importante mencionar
que la secreción que se observa en las perras con vaginitis, puede ser mucosa, purulenta,
sanguinolenta o una combinación de éstas (mucopurulenta, mucosanguinolenta,
sanguinopurulenta). El diagnóstico debe establecerse no solamente basándose en la
observación del tipo de secreción que, como ya se dijo anteriormente, puede tener un
margen de error. La técnica de citología vaginal es una muy buena alternativa para llegar al
diagnóstico. Si durante el proceso diagnóstico, se confirma que existe una infección
entonces es recomendable la utilización de antibióticos de amplio espectro (previo
antibiograma, pero el uso de tetraciclinas y cloranfenicol está indicado), o la aplicación de
duchas vaginales, ya que con esto último la probabilidad de que se desarrolle resistencia
bacteriana es nula.

NEOPLASIAS: Los tumores vaginales se presentan aproximadamente en el 5 % de los casos,


y por lo general en perras viejas. En algunos estudios realizados, se ha informado que, en
la mayoría de los casos, las neoplasias llamadas o consideradas benignas, se presentan en
perras intactas, mientras que las malignas en perras que han sido ovariohisterectomizadas,
lo que ha provocado una seria polémica, porque no ha sido aclarado en su totalidad el
efecto de las hormonas esteroides sobre la producción de tumores. Entre los tumores
malignos se encuentran el leiomiosarcoma y el carcinoma de las células transicionales. Al
grupo de los benignos pertenecen el fibroma, el leiomioma, los polipos y el lipoma. Según
la opinión del doctor Feldman, el tumor venéreo transmisible sólo es catalogado como una
masa que se presenta en la vagina, por lo que resulta difícil, decir si es benigno o maligno.
Para el diagnóstico, los puntos importantes a considerar, además de la obviedad de la
presencia de la masa tumoral, son signos tales como el lamido constante, la secreción
vulvar, la atracción de los machos, y en ocasiones la estranguria, el tenesmo y la
inflamación de la región perineal. Es importante utilizar métodos como la biopsia, la
citología y la obtención de la pieza mediante cirugía, para identificar el tipo de tumor y así
poder plantear el tratamiento (en caso de que pueda usarse), y el pronóstico de
recuperación de la paciente. Entre los tumores más frecuentes se encuentra el tumor
venéreo transmisible (TVT).

También podría gustarte