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Aguilera
El poemario cuenta con 61 sonetos, no solo de Chimbarongo, sino también de San Fernando y
sus alrededores, obteniendo un curioso contraste entre lo que es la zona urbana y la zona rural.
Debido a esta dicotomía es que es correcto preguntarse ¿Es posible encontrar rasgos identitarios
similares entre localidades diferentes, ya sea en aspectos de territorio y género a partir de la
afirmación de que es la obra quien crea identidad? Para responder esta interrogante es menester
definir aspectos esenciales como identidad, territorio, género, subalternidad, entre otros.
El concepto identidad ha sido investigado bajo diversos paradigmas, tal como lo señala Charles
Taylor (1996)
El discurso de la identidad es complejo porque discurre por terrenos diversos. Constituye para
empezar un concepto psicológico, con ayuda del cual se trata de comprender una dimensión
importante de la conciencia de sí. Pero la palabra es sobre todo importante en nuestros días en
el discurso social y poético, y a menudo aparece en un contexto reivindicativo. Además, es
evocada tanto en el plano del individuo (mi identidad), como en el plano del grupo. El término
posee un significado ligeramente diferente en cada contexto. Pero no se trata de verdadera
polisemia, pues los diferentes usos están estrechamente ligados entre sí. ( pág. 1).
Tal como se explica, identidad es un concepto que varía dependiendo del contexto, pero que se
relaciona entre sí. En términos de Concha y Letelier (2010) “la identidad es lo subjetivo, pero
también es lo social; son las pertenencias, exclusiones, las afinidades y diferencias, las cercanías
y los distanciamientos que experimentan los sujetos”. (pág. 8) En esta línea, identidad no es solo
reductible a una persona o a un pueblo, sino que también puede relacionarse con la literatura,
como es el caso de En la tierra que habito, pues la autora a través de estos sonetos genera y
expone una identidad del territorio, mostrando la esencia de los lugares.
Olga aguilera (1999), plasma su visión sobre las zonas que ha habitado, traspasando a los
sonetos parte de sí misma, rescatando su identidad y la de sus lugares amados. Sin embargo,
es posible afirmar que ambos territorios (Chimbarongo y San Fernando,) dentro del poemario
posean una identidad con rasgos similares debido a la afirmación que realiza Mansilla (2006) en
su escrito, en donde señala que la literatura no solo representa la identidad cultural de la
comunidad, si no que ella misma es y crea identidad, en sus palabras:
La "producción de identidad" realizada por la literatura cabría verla, en rigor, como una operación
de "esencialización" (aunque siempre inestable) de una cierta formación cultural situada, que se
hace presente, visible, precisamente por el texto literario que la registra, la construye y, a su
modo, la fija (dentro de lo fijo que puede ser un texto literario). (pág.2)
Es por esto, que es posible afirmar que existe una similitud entre las dos localidades pues es la
autora quien relaciona diversos aspectos para crear una nueva identidad a través de su escrito,
enfocándose en la esencia de ambos lugares. Sin embargo, para crear una respuesta
convincente a la interrogante falta hondar aún más en los aspectos centrales de la identidad, no
solo en lo que la obra literaria pueda entregar, si no en aquel discurso entre líneas que se deja
ver y que es posible analizar bajo los parámetros de territorio y género.
Chimbarongo, es una comuna ubicada en la sexta región, está ubicada a unos cuantos kilómetros
al sur de San Fernando. Siguiendo la lógica de que la literatura crea identidades, es conveniente
saber cómo esta funciona. Castellón y Araos (1999) (citado en Mansilla (2006) ) mencionan que
existen al menos tres condiciones claves para la construcción y sustentabilidad de una identidad
cultural. Una es el lenguaje, el cual debe ser compartido y el otro es el territorio, ya sea en la
medida en que compartan formas de ser y habitar, generándose un espacio cultural debido a la
adaptación del medio. Finalmente, el último elemento es la religión, la cual, según el autor, bien
podría estar dentro del primer factor.
Estas dos localidades comparten similitudes en cuanto a los sectores urbanos y rurales, ambos
tienen estos tipos de espacios que son unidos bajo la memoria de la escritora. La obra está
dividida en 5 sonetos iniciales, las cuales están orientados a Chimbarongo y San Fernando.
Posteriormente, cada uno posee una sección, incluso aquel lugar que está en medio de estos
dos territorios. En los sonetos principales, está Esas tierras de miel en el cual Aguilera (1999) se
refiere a ambas zonas como ‘’ todo era belleza, era hechizo, la tierra un edén, un paraíso, ¡Cómo
sacarla, entonces de mi verso!’’ (pág. 3) haciendo referencia a la belleza que poseen estos
sectores y cuan importantes son para ella.
Es importante aclarar que en esta primera sección se busca la unidad de los territorios, es por lo
que la autora retrata de manera específica todos los paisajes de la zona, espera que el lector
pueda imaginárselos y crear una imagen de semejanza entre las dos localidades, para así crear
esta nueva identidad literaria. Desea exponerlos como lugares ideales y de ensueño, muy
parecidas al edén. Tal como señala en el soneto ‘’ ’Aún he de cantarle a tus caminos’’ ‘’ el verde
de sus suelos y praderas bañado del azul que tiñe el valle conforman un edén en sus detalles’’
(Aguilera, 1999, pág. 5) o en el soneto San Fernando III ‘’ Con aroma de plantas y colores
senderos de frescor, vida y hechizo, un remedo de edén y paraíso donde pasear la vida y sus
sabores.’’ (Aguilera, 1999, pág. 39) En cada uno se percibe una unidad, pues a pesar de ser dos
lugares diferentes, Aguilera (1999) los une mediante su memoria y emociones. Además, agrega
un soneto llamado ‘’Tinguiririca’’ el cual es un sector y a la vez es el nombre del río que divide a
Chimbarongo y San Fernando, en donde señala ‘’ así el valle central tiene prendido su paso
silencioso entre los ríos testigos de su casta y señorío’’ (pág. 29) Aludiendo a que ambas
localidades pertenecen, al mismo valle y que ambos interactúan con el mismo flujo de agua,
otorgando, de esta manera otro elemento en común.
El territorio, bajo una perspectiva geopolítica es tierra separada bajo límites establecidos. Sin
embargo, esta obra además de presentar esta mirada nos muestra también un territorio
simbólico, en donde la autora hace referencia a una parte de ella, a su identidad y cómo esta se
ha ido creando mediante estos lugares. Tal como señala en el soneto titulado igual que la obra,
‘’ la tierra que yo habito va conmigo de todo cuanto hago es mi testigo, mi cántaro, mi cama, mi
trinchera’’ (Aguilera, 1999, pág.7). Además de ser lugares reales, Aguilera (1999) en sus sonetos
busca que el lector vea todo el territorio como uno solo, a pesar de separar los poemas dedicados
a cada uno. Busca generar una representación social, y unificar a través de su discurso, desea
además, generar, mediante sus vivencias y emociones, un desafío a los límites territoriales, para
hacerlos simbólicos
Aguilera (1999), crea una identidad a partir de su escrito, sin embargo, esta es definida por
Montero (1991) como "conjunto de significaciones y representaciones relativamente estables a
través del tiempo que permite a los miembros de un grupo social que comparte una historia y un
territorio común, como otros elementos culturales, reconocerse como relacionados los unos con
los otros" (pág. 6)
En este sentido, la identidad que se plantea opera como un unificador de la comunidad y del
territorio. Sin embargo, para conocer si es posible que estos territorios crean una identidad en
conjunto, falta conocer el discurso de género que se establece en la obra. En los sonetos se
presentan diferentes agentes, mujeres, colectiveros, campesinos. Estos se relacionan con la
perspectiva de subalternidad.
Subalterno, según el historiador Ranajit Guha (2002) es definido como ‘’subordinación expresada
no sólo en términos de clase sino también de casta, edad, género, ocupación o en cualquier otra
forma. La definición de subalterno es relacional ya que solo se puede estar en una posición de
inferioridad con respecto a otro’’ (pág.5) De esta manera, el concepto, es explicado como un
rango inferior o una condición. Cirulli (2015), señala además, que ‘’dentro de esta corriente, la
subalternidad hace referencia únicamente a grupos oprimidos, como las mujeres, los
campesinos’’(pág. 8) dejando a estas entidades al marguen de los discursos sociales.
También habla sobre la clase trabajadora, en su soneto ‘’Colectivero’’, en donde señala ‘’buen
amigo, atento y muy prudente, respetuoso, discreto confidente, de heridas que del alma
afloran.’’(Aguilera, 1999, pág.54) Soneto que va dirigido a los colectiveros de las localidades de
Chimbarongo y San Fernando.
De esta forma, dentro del discurso de Olga aguilera (1999) se encuentran sujetos que son
subalternos en cuanto a la opresión que los aqueja. Sin embargo, la poeta, unifica a todos estos
entes y busca darles una nueva condición, además, el hecho de que no tengan nombres
incrementa la sensación de unidad. La autora enaltece la labor de los trabajadores, del
colectivero y del artesano, como es el caso del soneto ‘’Orfebre’’ en donde se incluye a ella en
calidad de doble subalterna, como mujer y artesana ‘’ un orfebre yo soy de mis escritos, artista
artesano de poemas, construyo y depuro cual diadema el canto de mis versos infinitos ‘’(pág. 60)
Se reivindica a aquellos que no tienen voz por medio del discurso del reconocimiento. Tal como
señala Cirulli (2015):
Estos sujetos son capaces de cambiar su lugar de enunciación y poder emprender una lucha
política que, en función de su reconocimiento, les habilite una posición desde la cual modificar la
condición de abyección a la que se encuentran expuestos en función de su alteridad constitutiva,
a partir de una articulación discursiva disruptiva posibilitada por la dimensión semiótica del
lenguaje. (pág. 11)
Explicándose, de este modo, que a pesar de que en la sociedad sean sujetos subalternos, su
condición puede ser modificada a través del discurso.
Guha, R. (2002) Las voces de la historia y otros estudios subalternos, Crítica, Barcelona.
Mansilla, S (2006) Literatura e identidad cultural. Valdivia, Chile. Universidad de los Lagos, estud.
filol. n.41